Está en la página 1de 2

¿Puede la legalización de las drogas aumentar la transparencia y la rendición de cuentas en

la industria de las drogas?

La legalización de las drogas en un Estado, como el ecuatoriano ha llegado a ser referente al


reconocer el principio de no criminalización de usuarios de drogas, puede decirse entonces
que el punto de partida de la política de drogas contemporánea viene de la mano de la joven
constitución y del principio que protege el estado de inocencia de las personas ante
situaciones de uso o consumo de drogas.

Los expertos en control y represión del tráfico de drogas consideran que existen sectores de
micro comercialización y venta al menudeo en toda la ciudad, en el norte, centro y sur, pero
algunos barrios fueron señalados como más problemáticos en este sentido: Cotocollao, La
Ofelia, La Mariscal, La Roldós, La 24 de Mayo, El Comité del Pueblo, Solanda, la Ferroviaria, El
Camal, San Roque, la mayoría, con excepción de La Mariscal, son barrios y sectores de estratos
socioeconómicos bajos. Las personas involucradas en la micro comercialización, los pequeños
vendedores o “paqueteros” son generalmente individuos de capas socioeconómicas bajas, y la
variación principal en el perfil de “paquetero” es la participación más frecuente de mujeres en
este negocio, lo cual se evidencia en el porcentaje de mujeres detenidas por delitos
relacionados con drogas en la Cárcel de Mujeres de Quito: el 70% de las internas

En la ciudad, el comercio a pequeña escala de sustancias ilícitas no funciona únicamente a


nivel de venta callejera al menudeo, sino que existen barrios en donde esto se ha constituido
en un negocio de varias familias y funciona en viviendas arrendadas especialmente para este
fin, y quienes habitan en el sector, aparentemente, apoyan y protegen a quienes se dedican a
esta actividad

Evidentemente, para quienes trabajan en el control de la oferta de drogas, la Ley de Sustancias


Estupefacientes y Psicotrópicas es su referencia principal. Probablemente por este motivo, se
encuentra que no sólo se conoce bien la ley, sino que se dan importantes reflexiones sobre
este instrumento legal, especialmente en lo referente a las figuras de traficante y consumidor
y a la necesidad de que la ley exprese esta distinción con mayor claridad.

¿Se ha demostrado que la legalización de las drogas reduce el encarcelamiento masivo


relacionado con delitos de drogas?

Una de las consecuencias que en la ley no estén suficientemente claras las cantidades
permitidas para el consumo y las cantidades que se consideran para comercialización, es sin
lugar a dudas, la sobrepoblación carcelaria. A pesar de que el consumo está despenalizado en
nuestro país, muchos de quienes están internos en las cárceles acusados por tráfico de drogas,
son en realidad, consumidores. Esto fue confirmado mediante la observación hecha para este
estudio al interior de la cárcel de mujeres de Quito. Según la información proporcionada por
agentes operativos de la Policía Antinarcóticos, el apresamiento de consumidores de drogas
ilícitas responde a la obligación de la institución de demostrar resultados concretos e
“interesantes numéricamente”, respecto de su lucha contra el tráfico de drogas.
¿Existe evidencia de que la legalización de las drogas puede tener impactos negativos en la
salud pública y el bienestar social?

La satanización de las drogas ha sido tan eficaz que ha dificultado la visibilidad de sus
consecuencias, muchas veces más graves que los usos conflictivos de las sustancias. Szasz
explica este fenómeno de ceguera colectiva: “Hipnotizados por los peligros mortales de nuevas
enfermedades ficticias, como “dependencia química” y “abuso de sustancias”, hemos llegado a
apartar nuestra atención de los peligros políticos de nuestros esfuerzos totalitario-terapéuticos
orientados a la autoprotección colectiva” (Szasz, 1992).

Entre las consecuencias obvias de la guerra contra las drogas se encuentra el aumento de la
población carcelaria a nivel mundial. En el Ecuador, hasta 2005, aproximadamente 33,5% de
hombres privados de su libertad se encontraban presos por delitos relacionados con
estupefacientes La desproporcionalidad de la ley se evidencia en las penas que, en materia de
drogas, son más altas que los delitos contra las personas, es decir que “si una persona es
acusada de tráfico de drogas puede recibir una pena mayor que la de un homicida” Esto es
solamente posible en función de la retórica antidrogas que fundamenta las acciones legales
desde probabilidades futuras del supuesto daño que pueden causar las sustancias, es decir,
desde la legitimación de lo ilegítimo. Se asume que los usadores de drogas son peligrosos
porque usan drogas, y se anticipa un castigo que desconoce las teorías de criminalidad que
incluyen, entre otros temas, las contradicciones que se generan en un sistema capitalista, las
teorías sociológicas del crimen Las leyes ecuatorianas, además, no distinguen las jerarquías del
narcotráfico sino que aplican la misma condena a las mulas como a los líderes de un cartel
(Paladines, 2012).

Con lo anteriormente expuesto podemos llegar a la conclusión que de acuerdo a las cifras
establecidas en cuanto a la legalización de consumo de drogas si ha tenido impactos negativos
en la salud pública, ya que; el tener fácil acceso de consumos en pequeñas cantidades han
abierto las ventanas para que se accesible al público en general, y a los jóvenes que están
dentro de un grupo etáreo con altos índices de ingesta de dichas sustancias, sin llegar a
determinar las consecuencias llegan a ser consumidores directos y al tener iniciadores
negativos como hogares disfuncionales encuentran en las drogas su refugió desencadenando
un problema social y familiar.

También podría gustarte