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Nombre: Diana Calvache

NRC: 2633

Por qué las drogas deberían ser legales

Cuellar en el Diario El Tiempo (2009) Menciona que las consecuencias desastrosas de la


prohibición de las drogas son muy similares a las del alcohol. Sin embargo, en lugar de
reconocer el fracaso de tales políticas, la mayoría de los gobiernos insisten en gastar más
recursos y violar las libertades de sus ciudadanos, lo cual es un esfuerzo inútil por detener
el tráfico ilegal de drogas. Legalizarlas eliminaría o disminuiría significativamente las
terribles consecuencias que enfrentamos actualmente bajo la prohibición.

Es muy común que hoy en día se asocie a las drogas directamente con el crimen, o la idea
de que drogarse es mala, pero esto es producto de su prohibición. No tomamos en cuenta
todos sus beneficios y las catalogamos como un acto éticamente incorrecto, lo cual no sería
válido tomando en cuenta que el alcohol y el tabaco también son consideradas drogas, y
son legales, incluso aceptadas socialmente. Existen daños con los que se asocian dichas
drogas, como la adicción y disociación de los sentidos, mismas consecuencias que
provocan las drogas legales

La aceptación de las drogas ante la sociedad traería varios aspectos positivos, por ejemplo,
la fabricación de dichas sustancias de forma legal haría que estén al alcance de las
regulaciones en su fabricación y dosis de venta, ya que hoy en día no existe controles de
calidad y esto conduce a niveles de mortalidad altos a causa de sobredosis o
envenenamiento por el mal consumo de drogas.

Desde el punto de vista económico, la lucha contra la venta y tráfico de drogas es


insostenible financieramente, por más trabas que imponga el gobierno (encarcelamiento,
multas y persecuciones), estas no se dejarán de consumir o producir. Si los gobiernos
dejaran de ir en contra de las drogas, pararían de malgastar miles de millones de dólares
combatiendo su tráfico, recursos que serían destinados a combatir a los verdaderos
criminales, aquellos que violan los derechos de los demás (asesinos, estafadores,
violadores, ladrones, grupos terroristas).

El narcotráfico a nivel mundial moviliza millones de dólares, lo que lo convierte en el negocio


criminal más rentable que existe; estas riquezas no se ven reflejadas en la sociedad, sino
que hacen crecer una economía irregular que financia a organizaciones delictivas que
cometen todo tipo de crímenes violentos. Si el mercado de las drogas fuera regulado, toda
la economía que genera sería del pueblo, la industria de las drogas sería una de las
principales fuentes de trabajo en el mundo y no tendría que ser una industria violenta como
lo es ahora.

El hecho que las drogas sean ilegales fomenta que existan una seria de campañas
apoyadas por el gobierno en donde se informa de manera errónea sobre el uso de las
drogas, además censuran a las personas que intentan hablar sobre este tema sin tabús,
esta es una mala idea de combatirlas; el mantener a la sociedad ignorante del tema, solo
hará que las personas corran riesgos en su consumo.

La legalización de las drogas eliminará una fuente importante de corrupción, que va en


aumento en todos los niveles de los gobiernos, ya que un gran número de policías,
funcionarios de aduanas, jueces y diversas autoridades son sobornados o extorsionados
por los narcotraficantes, lo cual provoca que los ciudadanos desconfíen de sus autoridades
y gobernantes.

La política de prohibición de drogas provoca un retroceso en el conocimiento científico, ya


que se detuvieron investigaciones sobre múltiples sustancias con usos potencialmente
beneficiosos para el ser humano, estas generan daños a la salud; por otro lado, muchas de
estas sustancias tienen grandes beneficios medicinales, como la psilocibina, la cual ayuda
a controlar la migraña, depresión y la ansiedad, además, tiene estudios los cuales indican
que estimula el crecimiento de nuevas neuronas.

En una sociedad en donde las drogas son legales, el número de víctimas inocentes
producto del consumo y la venta de estupefacientes, se vería reducido substancialmente.
La actual política afecta directamente tanto a los consumidores de narcóticos como a
terceros, es así como gran cantidad de personas que nunca han consumido estas
sustancias, o que no están relacionadas con la actividad, se ven perjudicadas o incluso
pierden la vida debido a las “externalidades” de la guerra contra las drogas: violencia
urbana, abusos policiales, confiscación de propiedades, allanamientos equivocados, entre
muchos otros.

La prohibición atenta contra nuestro derecho de experimentar con nuestro propio cuerpo,
contra el derecho de libre desarrollo de la personalidad; hay personas que llevan a cabo
prácticas que son más riesgosas que el consumo de drogas y son legales, no hay una lógica
en esa prohibición, tampoco se legalizaría de manera inapropiada, la solución es poner
ciertas regulaciones a cada sustancia dependiendo sus características y su contexto para
transformar al consumo en una práctica segura y dejar de relacionarla con la violencia.

La legalización conducirá a que la sociedad aprenda a convivir con las drogas, tal y
como lo ha hecho con otras sustancias como el alcohol y el tabaco. El proceso de
aprendizaje social es sumamente valioso para poder disminuir e internalizar los
efectos negativos que se derivan del consumo y abuso de ciertas sustancias. Sin
embargo, políticas como las de la prohibición, al convertir a los consumidores en
criminales, desincentivan la aparición de comportamientos y actitudes sociales
necesarios para poder lidiar con los problemas de la adicción y el consumo
tempranero de dichas sustancias. (Cuellar, 2009, p.22)

En conclusión, la legalización de las drogas presenta muchos beneficios para el gobierno y


la sociedad. La criminalización ha resultado en un sistema de control de drogas costoso y
fallido que ha causado más problemas que soluciones. La legalización permitiría al gobierno
regular y controlar la producción y distribución de drogas, reduciendo la posibilidad de
intoxicaciones, envenenamientos y sobredosis. Además, generaría ingresos fiscales y
liberaría recursos para programas de prevención y tratamiento de adicciones más efectivos.
La legalización de las drogas traería una mejora de calidad de vida en varias personas, ya
que se podría experimentar con ellas y encontrar tratamiento o curas para varias
enfermedades. En definitiva, la legalización de las drogas sería un paso hacia un sistema
de control de drogas más efectivo, justo y centrado en la salud y el bienestar de la sociedad

Bibliografía
CUÉLLAR., F. H. (10 de Septiembre de 2009). Redaccion del tiempo. Obtenido de
https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-3615298

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