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Narcotráfico y legalización de las drogas.

Por David Alexei Ayala Salazar

El delito de tráfico de drogas o delito de narcotráfico forma parte de un negocio ilícito mundial. Este
comercio tiene una dinámica que incluye el cultivo, la elaboración y la distribución de drogas o
narcóticos ilegalmente. En México, el delito de tráfico de drogas está regulado por la Ley General de
Salud, el Código Penal Federal y el Código Federal de Procedimientos Penales.
El Código Penal Federal establece en su artículo 193 que la legislación penal mexicana considera
como narcóticos a los estupefacientes, psicotrópicos y demás sustancias o vegetales determinados
por la Ley General de Salud y los convenios y tratados internacionales.
El Código Penal Federal regula en su artículo 194 las condiciones para que el tráfico de drogas o
narcotráfico se considere un delito, con una pena de prisión de entre diez y veinticinco años. Este
delito incluye conductas como la producción, transporte, tráfico, comercio, suministro o prescripción
de narcóticos, sin la autorización correspondiente.

Legalización de las drogas


La legalización de las drogas es una propuesta realizada por activistas e instituciones que tiene
como objetivo la modificación de las leyes que prohíben el consumo de ellas, su suministro y su
producción. El argumento central está basado en el derecho fundamental que cada persona tiene a
elegir cómo quiere llevar su vida, que incluye la obligación que el Estado tiene que respetar la
decisión del ciudadano sobre las sustancias que decida utilizar o consumir. Otros partidarios de esta
medida basan su defensa en la creencia de que sería un medio importante para erradicar las mafias
relacionadas con el narcotráfico y el narco menudeo.
La legalización de las drogas nos trae muchos beneficios, permitiéndonos analizar la situación desde
un punto de vista justo, y no como un tabú que impide la expresión libre a cerca del tema.

Precedentes
Dentro de la Unión Europea, España y Portugal no consideran que la tenencia de drogas para
consumo personal sea un delito punible. La tenencia para uso personal sigue siendo ilegal en los
Países Bajos, Alemania y la República Checa, pero se establecieron directrices para que la policía,
los fiscales y los tribunales no impongan pena alguna, ni siquiera multas, hasta cierta cantidad. Otros
países imponen sanciones administrativas y solo unos pocos, como Suecia, Letonia y Chipre,
contemplan sentencias de prisión por la tenencia de pequeñas cantidades.
Actualmente hay muchos países en los que la droga ya es legal, ya sea que se aprueba la tenencia
para consumo propio en pequeñas cantidades y que la policía, los fiscales y los tribunales no
impongan pena alguna, ni siquiera multas.
Algunos de estos países son:
Una gran parte de Estados Unidos.
Uruguay, con mayoría de edad y bajo regulación del gobierno. 40 gr como máximo.
Chile, para uso personal pero no para producción o venta.
Colombia. 5 gr como máximo.
Ecuador, en donde se despenalizó el consumo.
Portugal, consumo despenalizado y se plantea legalizar la producción controlada.
España, con uso terapéutico bajo receta hospitalaria. Las posibles penas por tenencia o cultivo
dependen de su finalidad, permitiéndose la tenencia para el autoconsumo pero no el tráfico.

En México ya se legalizó la droga en una ocasión.


En México se realiza un reglamento donde se indican cuáles son los lugares donde se pueden
vender este tipo de sustancias en el año de 1846, y para 1884 surge un catálogo de sustancias
tóxicas y peligrosas.
En 1940, el entonces presidente Lázaro Cárdenas legalizó las drogas, pero tuvo que ceder frente a
fuertes presiones de Estados Unidos. La medida sólo duró unos meses. El país es una de las
principales vías de traslado a Estados Unidos, lo cual crea un ambiente problemático donde existen
las confrontaciones por el traslado ilegal de sustancias ilícitas, además de que el consumo se ha
proliferado dentro del territorio mexicano. Por lo tanto se han tomado medidas legales para evitar
estos problemas

Política
La legalización de las drogas apoya diferentes razones (económicas, morales, éticas y médicas), con
objetivos diversos. Los objetivos más comunes son:
Legalización: Asume que las drogas se consumen y es necesario establecer un marco legal que las
regule.
Descriminalización: Trata de recaudar impuestos, evita la corrupción política y policial que las drogas
provocan.
Reducir el número de muertes violentas: En Centroamérica, los cárteres de la droga son
responsables de más del 60% de las muertes violentas en los países que sirven de puente en el
trasiego de drogas hacia Europa y Estados Unidos. La guerra contra el narcotráfico en México hasta
el 2011 ha dejado más de 45.000 muertes violentas, entre ellas de muchos civiles e inmigrantes. La
descriminalización y regulación tiene como objetivo desfinanciar a los cárteres y con ello facilitar a
los gobiernos el combate a los crímenes (secuestros, extorsiones, blanqueo de dinero, etc.), fruto de
tales actividades ilícitas.
Racionalizar las leyes: Carece de sentido que sustancias legales como el alcohol o el tabaco sean
legales siendo notablemente más dañinas que otras cuyo uso no medicinal se prohíbe. Eso quita la
confianza de la población hacia el gobierno.
Es necesario considerar el fin de la prohibición de la distribución o venta y el uso personal de drogas
actualmente prohibida, usando distintos métodos o sistemas para la legalización. Esto varía desde la
legalización total, que eliminaría completamente todas las formas de control gubernamental, a
diversas formas de legalización regulada donde las drogas estarían legalmente disponibles bajo un
sistema de control del gobierno, lo que implica:
Etiquetado legal sobre dosis y advertencias médicas.
Restricciones a la publicidad.
Limitaciones de edad.
Restricciones en la cantidad comprada en un tiempo.
Requisitos sobre la forma en que ciertas drogas se pueden suministrar.
Licencias de usuario especial para comprar drogas en particular.

Argumentos
1) Las drogas como un problema de salud público.
Definir el fenómeno de las drogas desde una perspectiva de salud pública permite reconocer
diferencias entre las drogas y sus riesgos; se aleja de conceptualizaciones que ven a las drogas
como fin último, con el decomiso y la detención de personas como la meta, en cambio ve a las
sustancias en su interacción con las personas que las usan o tienen potencial para hacerlo, que
viven en contextos con mayor o menor riesgo y que son más o menos vulnerables a la
experimentación y al paso del uso a la dependencia por una combinación de factores heredados y
adquiridos. Se define el problema como una enfermedad y por tanto no se ve en el encarcelamiento
de los enfermos la solución de los problemas.
Esta visión permite, también, analizar el consumo de sustancias y sus variaciones en frecuencia y
cantidad, tanto como factor de riesgo para sufrir lesiones o centrarse en el estudio de la dependencia
como una enfermedad. La perspectiva de salud pública reconoce variaciones entre las sustancias y
sus efectos, y asimismo favorece dictar políticas acordes; identifica diferencias entre hombres y
mujeres en sus necesidades de atención, y facilita integrar el papel de la cultura y del contexto en la
forma en que el problema se manifiesta.
A pesar de estos importantes alcances de la perspectiva de salud pública, los problemas sociales no
pueden conceptualizarse sólo sobre la base de los indicadores de salud.
Todas las políticas tienen consecuencias no deseadas que deben considerarse frente a los
beneficios que representa cada acción. Ejemplos de consecuencias no deseadas son la violencia por
la lucha de mercados o el aumento en la adicción a narcóticos como resultado de la política de
ampliación de su disponibilidad para la atención de los enfermos, práctica que crea mercados y la
oportunidad de la desviación. Conceptualizar el problema desde una perspectiva de salud pública, en
la que el foco de atención sean la salud y el bienestar social, permite evaluar riesgos y ventajas de
las diferentes medidas y por tanto orientar la acción minimizando costos.
2) La prohibición de las drogas no disminuye realmente el consumo de estas.
Aunque el propósito de las prohibiciones es reducir su uso, el impacto directo recae en los
vendedores más que en los compradores. Cuando las autoridades detienen a estos vendedores solo
se logra que el precio al que se encuentran aumente y que la cantidad de drogas reducida se venda
a cualquier precio. La demanda de drogas no cambia (los compradores siguen consumiéndolo a
pesar del precio).
La cantidad de delincuencia provocada por los adictos solo se ve aumentada, ya que los adictos no
cortaran su consumo habitual ante un incremento en el precio y en consecuencia delinquirán con
mayor frecuencia. El precio de las drogas solo subirá proporcional a la reducción de la cantidad de
estas en las calles, al igual que la delincuencia.
3) El fin de la corrupción.
Legalizar las drogas acabaría con un foco importante de corrupción e impunidad, la cual aumenta en
todos los niveles del gobierno debido a que una importante cantidad de policías, oficiales de aduana,
jueces y toda clase de autoridades han sido comprados, sobornados o extorsionados por
narcotraficantes, creando un gran ambiente de desconfianza por parte de la población hacia el sector
público en general.
4) Destinación de los recursos a otras causas.
Los gobiernos dejarían de malgastar miles de millones de pesos en el combate de las drogas,
recursos que serían destinados a combatir a los verdaderos criminales: los que le violan los
derechos a los demás (asesinos, estafadores, violadores, ladrones, grupos terroristas). Además, con
la legalización se descongestionaría las cárceles, las cuales hoy en día se ven inundadas por gente
cuyo único crimen fue el consumo de substancias que están prohibidas por la ley. Todos estos
esfuerzos por combatir el tráfico de drogas han sido inútiles.
5) Se da fin al pretexto de violación de derechos.
Con la legalización se acaba el pretexto del Estado de violar nuestros derechos con el fin de llevar a
cabo esta guerra contra las drogas. Intervenciones telefónicas, allanamientos ilegales, etc. son actos
que atentan contra nuestra libertad y autonomía como individuos. Si hoy en día las drogas son
accesibles incluso en las áreas de máxima seguridad de las prisiones, ni siquiera convirtiendo a
nuestros países en cárceles vamos a lograr mantener a las drogas fuera del alcance de aquellos que
quieran consumirlas.
6) Regulaciones en el producto.
Legalizar las drogas haría que la fabricación de dichas sustancias se encuentre dentro del alcance
de las regulaciones propias de un mercado legal. Bajo la prohibición, no existen controles de calidad
ni venta de dosis estandarizadas. Esto ha conducido a niveles de mortalidad altos a causa de
sobredosis o envenenamiento por el consumo de drogas.
El narcotráfico ha extendido sus tentáculos en la vida política de nuestro país, importantes figuras
políticas a lo largo de México han sido ligadas con personalidades y dineros relacionados con el
tráfico de drogas. Tal vez aquí se encuentra la razón por la cual la guerra contra las drogas se
intensifica año con año. Los grandes narcotraficantes son los que más se benefician con la actual
prohibición, y los operativos antidrogas que se practican en el territorio nacional ya que estos solo
sirven para eliminarles la competencia que enfrentan por parte de los pequeños y medianos
distribuidores. La legalización acabaría con esta nefasta alianza del narcotráfico y el poder político

7) La legalización pondría fin a la parte exageradamente lucrativa del negocio.


Al traer a la superficie el mercado negro existente. Y con la desaparición de la clandestinidad del
narcotráfico disminuye dramáticamente la problemática social ligada a dicha actividad. La actual
prohibición de las drogas no detiene al mercado, simplemente lo ha sumergido bajo el manto de la
ilegalidad.
La legalización reduciría dramáticamente el precio de las drogas, al acabar con los altísimos costos
de producción e intermediación que implica la prohibición. Esto significa que mucha gente que posee
adicción a estas sustancias no tendrá que robar o prostituirse con el fin de costear el actual precio
inflado de dichas substancias
8) Beneficios de la marihuana medicinal
La marihuana tiene múltiples y muy diversas aplicaciones, siendo esta una gran ventaja de la
legalización de su uso. Algunos de sus usos:
Para tratar las migrañas: Doctores han tratado y reportado más de 300.000 casos en California en
que se ha empleado la marihuana con fines medicinales, especialmente por su efecto analgésico. El
25 % de las mujeres y el 8 % de los hombres han sufrido migrañas alguna vez en su vida.
Retrasa el crecimiento tumoral. La Asociación contra el Cáncer ha encontrado que retrasa los
tumores en pulmones, pechos y cerebro considerablemente.
Atenúa síntomas de enfermedades crónicas. Como intestino irritado o síndrome de Crohn por ser útil
contra las náuseas, dolor abdominal y diarrea. El THC se comercializa bajo la marca Marinol desde
1989.
Previene el Alzheimer.
Trata el glaucoma. Ayuda a bajar la presión intraocular.
Previene dolores. Es relajante muscular y tiene propiedades antiespasmódicas.
Ayuda en los trastornos ADD y ADHD. Es la perfecta alternativa al Ritalin para tratar desórdenes sin
los negativos efectos de los fármacos. ADHD afecta al 4,1 % de los adultos entre los 18 y 44 años.
Puede tratar la esclerosis múltiple. Para los efectos neurológicos y espasmos musculares causados
por la enfermedad.
Ayuda con el síndrome pre menstrual. Alivia los dolores. El 75 % de las mujeres lo padecen.
Ayuda a calmar a personas con Trastorno Obsesivo Compulsivo y Síndrome de Tourette.
Toda sustancia lleva inherente un riesgo para la salud humana, cuando se consume en dosis
excesivas. La marihuana también. No existe ninguna sustancia inocua en el mundo que no provoque
daños en cantidades abusivas.

En una sociedad en donde las drogas son legales, el número de víctimas inocentes producto del
consumo y la venta de estupefacientes se vería reducido substancialmente. La actual política afecta
directamente tanto a los consumidores de narcóticos como a terceros. Es así como gran cantidad de
personas que nunca han consumido estas sustancias o que no están relacionadas con la actividad
se ven perjudicadas o incluso pierden la vida debido a las consecuencias de la guerra contra las
drogas: violencia urbana, abusos policiales, confiscación de propiedades, allanamientos
equivocados, entre muchos otros.
Se puede observar que las personas que defienden la legalización de las drogas por muchos
motivos, agrupándose incluso en colectivos y partidos políticos. Hay quienes que buscan fines
terapéuticos, individuos que son usuarios de drogas y buscan ejercer su libertad individual, etc.
La legalización conducirá a que la sociedad aprenda a convivir con las drogas, tal y como lo ha
hecho con otras sustancias como el alcohol y el tabaco.
Preguntas
¿Acaso sirven de algo todas las leyes que se hacen?
La reducción de las drogas en las calles no hace más que elevar el precio de la misma, pero esto no
reduce la demanda, ¿Qué acaso esto no se podría controlar con más facilidad al ser legales?
¿Por qué habríamos de dejar de lado una planta con tantos beneficios a la salud?

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