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“AÑO DE LA UNIDAD, LA PAZ Y EL DESARROLLO”

UNIVERSIDAD CONTINENTAL

FACULTAD DE DERECHO

NRC 23385

PRODUCTO ACADÉMICO 03

DOCENTE: RAIDZA NADIA TALAVERA ROMERO

ESTUDIANTE: ADA ESPERANZA GARCÍA RICALDI

PERÚ 2023

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INFORME

INTRODUCCIÓN:

Este informe académico, se analizará críticamente las cuestiones que se plantean


a continuación sobre la relación entre el análisis económico del derecho y los
posibles daños causados por el Estado, las consecuencias de la posible legalización
de las drogas, las políticas de prohibición, etc. No es posible definir con precisión el
análisis económico del derecho, pero sí sus objetivos, entre los que encontramos
que trata de predecir el comportamiento humano, dado que el derecho es un sistema
que regula el comportamiento, y que su conexión con la economía es necesaria, y
que aprender a predecir el comportamiento es muy útil si se quiere regularlo.

En el Derecho, se tiene en cuenta las necesidades de las personas cuyo


comportamiento regula; por eso, a lo largo de la historia, la religión, la moral, las
costumbres y las convenciones sociales han desempeñado un papel importante en
la regulación del comportamiento social de las personas. Si tuviéramos que elegir un
tema polémico, sería difícil encontrar uno más controvertido que la legalización de
las drogas.

Este pequeño informe académico se examinará algunas de las cuestiones del


análisis económico del curso de Derecho. El debate sobre la prohibición suele ser
ignorado en la política nacional, no sólo por su carácter polémico, sino también por
los muchos intereses políticos y, además, tendencias paternalistas en que han caído
países como el nuestro. Sin embargo, este debate es extremadamente importante
porque los valores en cuestión son pilares de nuestra sociedad: la libertad.

DESARROLLO

1. ¿Cuáles son las consecuencias en razón de que el Estado prohíba una


actividad solo porque produce un daño?

A lo largo del tiempo, hemos ido observando que la prohibición del consumo y
comercialización de las drogas resulta una medida socialmente ineficiente, por la
enorme cantidad de recursos que se desperdician y los enormes costos que como
sociedad debemos asumir En realidad, cualquier política que busque reducir el
consumo de drogas y que suponga la intervención del Estado en la economía
está destinada a fracasar. Ello no porque los funcionarios estatales carezcan de

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buenas intenciones. Por el contrario, seguramente gran parte del actual sistema
de prohibición de las drogas se basa en buenas intenciones de un grupo bien
pagado de burócratas. Lo que ocurre es que la intervención estatal en la
economía, y especialmente en un área tan rentable como el comercio de drogas,
genera incentivos para la corrupción.

Si el gobierno prohíbe algo, no significa que todo el mundo vaya a dejar de


consumirlo automáticamente, la demanda sigue existiendo, sólo que ahora tienen
que conseguirlo ilegalmente, por lo que surgirá un mercado negro. No es un lugar
seguro debido a la dudosa reputación y origen de los distintos productos, pero no
tienen más remedio que comprar allí, así que tendrán que comprar aquí y no
podrán ejercer sus derechos como consumidores, y no habrá suficiente control
sobre este tipo de mercado para que no les parezca seguro.

2. ¿Qué tipo de clasificación de víctimas brinda el autor para una mejor


identificación de los agentes consumidores de drogas, y posterior
adecuada regulación o limitaciones al consumo de acuerdo al tipo de
consumidor o posible nuevo consumidor?

Al pensar en las víctimas de la droga, tendemos a englobarlas en un gran grupo.


No nos damos cuenta de que, para entender bien el problema, hay que distinguir
entre víctimas de la droga y víctimas inocentes. Una persona que decide
consumir drogas es una víctima. Nadie les impone los costes del consumo de
drogas.

Por decisión propia, eligen el papel de víctimas. Estas víctimas existen tanto en
el modelo de prohibición como en el de legalización. El daño causado a las
víctimas de las drogas no es lo que más debe preocuparnos. Al fin y al cabo,
eligen tolerar este daño como precio por consumir drogas, aprovechándose de
su libertad. También hay un gran grupo de víctimas que no eligieron serlo, y a las
que llamaremos víctimas inocentes. El número y la composición de este grupo de
víctimas inocentes depende del sistema que adoptemos.

Una persona que opta por usar drogas se convierte en víctima de sí misma. Nadie
pone precio al consumo de drogas. Elige libremente ser una víctima. Estas
autolesiones existirán en un sistema de prohibición y legalización. Las inocentes
víctimas son los llamados bebés del crack, los niños no nacidos concebidos por

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madres drogadictas. Estas víctimas existirán tanto en el sistema de prohibición
como en el de legalización. Sin embargo, con el sistema actual, las mujeres
embarazadas drogodependientes tienen miedo de buscar tratamiento prenatal,
ya que en la práctica significa declararse delincuentes.

Las víctimas inocentes, conocidas como: Estas personas siguen existiendo


en el sistema de prohibición, pero también en el de legalización, es decir. En
cuanto a los que ya son adictos a las drogas, lo son en ambos casos, pero la
existencia de la situación de legalización les hará la vida más fácil, porque en el
caso de las adictas embarazadas, como cita el autor, ya no tendrán miedo de ir
al ginecólogo porque su consumo ya es legal y ahora pueden regular plenamente
su embarazo sin miedo a ser detenidas, juzgadas, etc.

Las víctimas inocentes del sistema: son los residentes de los países
exportadores, porque ya no reciben muchos ingresos de esta producción. Este
grupo también incluye a quienes pagan impuestos para sufragar el Estado.

3. ¿Por qué la legalización no aumentaría el consumo de drogas?


¿Funciona el sistema de prohibición?

Es de esperar que se produzcan más autolesiones. Pero también parece claro


que el número de víctimas inocentes se reducirá significativamente. El hecho es
que no habrá más víctimas inocentes del actual régimen prohibicionista. Esto no
significa que con la legalización vayan a desaparecer todas las víctimas
inocentes. Pero significa que las pocas víctimas que quedan tendrán más
posibilidades de no convertirse en víctimas.

Hay otras dos razones por las que la legalización no provocaría un aumento del
consumo de drogas. La legalización supondría un mercado claro, mucha más
información sobre los efectos de determinadas drogas y un acceso más fácil a
las mismas. Permitiría a los usuarios elegir fármacos que provoquen menos
reacciones adversas, como reacciones violentas o dependencia grave. En
segundo lugar, la prohibición ha creado un mercado ilegal en el que la calidad de
las drogas es inestable y sus efectos, incluidos los adictivos, impredecibles. Por
otro lado, la legalización permitirá a los consumidores diferenciar las drogas
según su calidad y nivel de dependencia.

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Como no es probable que los pocos que queden sean víctimas, el impacto de las
drogas dejará de ser tan elevado, ya que aparecerán en el mercado drogas en
cantidades más pequeñas con efectos concentrados. Por ejemplo, el hecho de que
el cannabis sea ilegal en la actualidad significa que muchas personas no pueden
exigir libremente su acceso, mientras que su coste aumenta, sin dejar espacio para
el libre mercado y la competencia que debería regular la Constitución.

Además, si se legalizara, mucha gente ya tendría la droga en su puesto, pero


explicando las consecuencias de un consumo excesivo a los consumidores, que
probablemente llegarían a un análisis y dejarían de comprarla, lo cual es una solución
mejor que la prohibición, que no se puede justificar adecuadamente.

También significaría que ya no existiría la tumultuosa relación proveedor-consumidor


con la que suele haber muchos problemas, pero si se legalizara, podrías ir al
supermercado y comprarlo si quisieras, sin endeudarte por culpa de este mal hábito.

Así que creo que el régimen de prohibición no está funcionando como debería porque
sólo le prestan una atención y no tienen en cuenta que es más fácil entrar en este
mundo de la droga que deshacerse de ella, que es algo a lo que hay que prestar más
atención.

4. ¿Cuáles son los dos grandes cuestionamientos que enfrentan las


políticas de prohibición?

En relación con las supuestas autolesiones, por un lado, existe una peligrosa
injerencia del Estado que interfiere en la libertad de la persona para elegir lo que
considere mejor para sí misma.

Por otro lado, tiene algunas consecuencias negativas para los propios consumidores,
ya que excluye el acceso a productos de calidad y crea incentivos para concentrar la
exposición y el consumo del material.

Sobre todo, hay que señalar que estos desafíos a las políticas prohibicionistas van
dirigidos a los que se han calificado de auto infligidos.

El primer problema, pues, es que esta peligrosa intervención gubernamental vulnera


supuestamente la libertad de los individuos a elegir por sí mismos lo que consideren
mejor para ellos, según sus gustos y preferencias.

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En segundo lugar, tendría una serie de consecuencias negativas para los propios
consumidores, ya que excluiría el acceso a productos de calidad y crearía todo tipo
de incentivos para los efectos de concentración y el consumo de drogas,
reduciéndolos en lugar de prohibirlos.

CONCLUSIONES:

Para concluir, sería mucho más eficaz que el Estado, en lugar de tratar de prohibir el
uso de determinadas sustancias como las drogas en este caso, destinara su
presupuesto y esfuerzos en campañas de prevención masiva de no consumo de
estas sustancias.

Por lo tanto, si utilizara estos materiales de forma eficiente, ya que, como menciona
Calabresi, "en una sociedad donde los recursos son limitados, no es justo
desperdiciarlos". Irónicamente, la prohibición tiene un gran coste para la sociedad y,
lo que es peor, son sobre todo personas alejadas del problema del consumo de
drogas las que pagan el precio de mantener esta prohibición sin sentido.

Prohibir el consumo y la venta de drogas es una medida socialmente improductiva


porque derrocha enormes recursos y nos cuesta mucho como sociedad.

El problema de la droga es una cuestión que trasciende el ámbito puramente


económico para abarcar otras cuestiones importantes como la moral y la justicia.

Es un grave error considerar la justicia y la eficacia como dos conceptos diferentes.


Evitar el despilfarro y trasladar el coste de las decisiones a determinadas personas
o grupos sociales porque crea los incentivos adecuados forma parte del concepto de
justicia y moralidad que solemos seguir.

La prohibición de las drogas impone enormes costes a la sociedad. Pero la verdadera


tragedia es que quienes pagan por el mantenimiento de este absurdo sistema son,
en su mayoría, personas muy alejadas del problema del consumo de drogas. En este
contexto, negarse a legalizar las drogas es ineficaz y, por tanto, inmoral.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Andrade, Y. La correlación entre el derecho y la economía en el siglo XXI. IUS


Revista Jurídica (2022). Unla.edu.mx.
https://ti.unla.edu.mx/iusunla40/reflexion/La%20correlacion%20entre%20el%2
0D.%20y%20la%20Eco.%20en%20el%20S.%20XXI%202.htm
BULLARD, Alfredo. "Advertencia: el presente artículo puede herir su sensibilidad
jurídica. El alquiler de vientre, las madres sustitutas y el derecho contractual".
En: lus et Veritas, No. 10, 1995. p. 52

CALABRESI, Guido. Seguro de primera persona, de tercera persona y


responsabilidad por productos: ¿puede el Análisis Económico del Derecho
decirnos algo al respecto? En: lus et Veritas. No. 4, 1992, p. 90

Solís, G. (2002). ¿En qué se parecen Johnnie Walker y Pablo Escobar? El Problema
de las drogas: Entre la prohibición y la libertad. THEMIS Revista de Derecho
(pp. 135-148). Recuperado de:
https://revistas.pucp.edu.pe/index.php/themis/article/view/10066

Vista de ¿En qué se parecen Johnnie Walker y Pablo Escobar? El problema de las
drogas: entre la prohibición y la libertad. (2022). Pucp.edu.pe.
https://revistas.pucp.edu.pe/index.php/themis/article/view/10066/10500

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