Está en la página 1de 7

UNIVERSIDAD SAN MIGUEL ARCANGEL DE HONDURAS

ASIGNACIÓN:
3 DEFINICIONES DE PRESUPUESTO.

ASIGNATURA:
CONTABILIDAD ADMINISTRATIVA II

ALUMNA:
DARA ELIZABETH MATUTE PÉREZ
1208-2003-00318

DOCENTE:
LIC. JAIME IZAGUIRRE.

CAMPUS:
MÁRCALA, LA PAZ

PRIMER PERÍODO 2023

FECHA:
LUNES 09 DE ENERO DEL 2023
Obligaciones del comerciante

El concepto comerciante se refiere a todas aquellas personas que por alguna razón
intervienen en un acto de comercio (independientemente sean comerciantes o no) y que,
por lo tanto, se le aplica el derecho mercantil, a esta definición atiende a un criterio formal,
pues depende de lo que la ley considere como acto de comercio. (Biblioteca virtual del
instituto de investigaciones jurídicas de la UNAM, 2013:81).

En otras palabras el término comerciante hace referencia a la persona que comercia, y a


su vez es sujetos de las leyes mercantiles, que intervienen en el mercado, como
productor, distribuidor e intermediario de mercancías y servicios. Los sujetos del Derecho
Mercantil son los comerciantes individuales o físicos y los colectivos, como tales son las
sociedades nacionales y extranjeras. Todos los comerciantes deben avisar, de la apertura
de sus operaciones y de la calidad mercantil, en plaza donde estén sus establecimientos,
domicilios, sucursales a las autoridades federales y a las autoridades locales para obtener
sus registros o licencias para poder ejercer los actos de comercio, después al público y
demás comerciantes competidores.

Según el código de comercio en su artículo 3° nos detona quienes son sujetos a


comerciantes, es decir:

 Las personas que tienen capacidad legal para ejercer el comercio, hacen de él su
ocupación.
 Las sociedades constituidas con arreglo a las leyes mercantiles.
 Las sociedades extranjeras o las agencias y sucursales de éstas, que dentro del
territorio nacional ejerzan actos de comercio.

Al igual que las personas que accidentalmente se encuentren con o sin establecimiento
fijo, hagan alguna operación de comercio, dichas acciones quedan sujetas a las leyes
mercantiles. Un ejemplo claro de esto son los labradores y fabricantes que cuentan con
almacén o tienda para el expendio de sus frutos. También las personas que intervienen
en actos mixtos, es decir, actos jurídicos en los que para una de las partes dicho acto es
de comercio y otra parte de dicho acto civil.
Pero, así como hay sujetos a ser comerciantes, también existen no sujetos a ello, como
por ejemplo el código de comercio en su artículo 12, nos especifica quienes no pueden
ejercer el comercio:

 Los corredores
 Los quebrados no rehabilitados
 Los que por sentencia ejecutoriada hayan sido condenados por delitos contra la
propiedad, incluyendo en éstos la falsedad, el peculado, el cohecho y la
concusión.

Publicidad Mercantil

Una buena medida tomada por el Código de Comercio y que tiene todo el sentido común
del mundo, la que más que una obligación para el comerciante resulta una conveniencia o
ventaja, es la de publicar por medio de la prensa su calidad mercantil, disponiendo
textualmente: “debe participar la apertura del establecimiento o despacho de su
propiedad, por los medios de comunicación que sean idóneos, en las plazas en que
tengan domicilio, sucursales, relaciones o corresponsales mercantiles; esta información
dará a conocer el nombre del establecimiento o despacho, su ubicación y objeto, si hay
persona encargada de su administración, su nombre y firma; si hay compañía, su
naturaleza, la indicación del gerente o los gerentes, la razón social o denominación, la
designación de sucursales o agencias, si las hubiere. Entonces, “el comerciante debe dar
parte, en igual forma, de las modificaciones que sufra cualquiera de las circunstancias
referidas”.

Ya que no encontramos en la ley misma una disposición como sanción para el


comerciante que dejara de cumplir con una de las obligaciones del artículo 16, al violarla
no incurre en responsabilidad legal. Normalmente, los comerciantes al iniciar sus
negocios hacen publicidad, aunque no precisamente con la finalidad de cumplir con el
precepto que se comenta, sino más bien con el afán de incrementar los intereses de su
negocio y de acuerdo con las indicaciones de sus publicistas. Podemos concluir al
respecto que la obligación de publicidad de su calidad mercantil no funciona, puesto que
carece de una sanción directa administrativa; aunque de su incumplimiento sí puede
surgir una sanción indirecta por anomalías en sus modificaciones u omisiones
constitutivas o regístrales, adquiriendo por tal motivo la calidad de sociedad “irregular”,
con las consecuentes repercusiones entre los socios ilimitadamente responsables de las
obligaciones de la sociedad.
Registro De Comercio

El Registro de Comercio es una institución que tiene como objetivo hacer la inscripción
personal de los comerciantes y poner al alcance de cualquier persona todos aquellos
actos y contratos que afecten de modo importante las condiciones económicas y jurídicas
de los mismos. El Registro de Comercio es una dependencia del Registro Público de la
Propiedad; en donde no existe éste, se lleva a cabo por los jueces de primera instancia
del fuero común (artículo 18 del Código de Comercio). El Registro de Comercio, dado su
carácter público, está obligado a facilitar, a toda persona que lo solicite, la información que
aparezca en la hoja de inscripción de cada comerciante, trátese de persona física o moral.
La inscripción o matrícula en el Registro de Comercio será potestativa, para los individuos
que se dediquen al comercio (comerciante, persona física) y obligatoria para todas las
sociedades mercantiles.

Finalidades de la Institución

En cualquier término, permitir, a quienes entran en relación con el comerciante, el


conocimiento real de sus propiedades, primero, y negocios, después; garantizar, a
quienes conceden créditos al comerciante, contra cualquier manejo indebido que éste
hiciera de aquél y, finalmente, evitar transformar la actividad de los negocios. Esto último
ocurriría necesariamente si quienes conceden el crédito no contaran con un medio de
información auténtico y eficaz como el Registro, ya que, sin él, o se abstendría de
concederlo para no correr riesgo o, de hacerlo, se expondría a verse defraudado por
comerciantes sin escrúpulos (Mota Salazar, 1991: 391).
Contenido de la Hoja de Inscripción del Comerciante

a) Nombre o razón social.


b) Clase de comercio u operaciones a que se dedica.
c) La fecha en que deba comenzar sus operaciones.
d) Domicilio, con especificación de sucursales que hubiere establecido, sin perjuicio de
inscribirlas en el registro del partido judicial en que estén domiciliadas.
e) Las escrituras de la constitución de la sociedad mercantil.
f) El acta de la primera junta general.
g) Los poderes generales y nombramientos, y revocación de los mismos.
h) Aumento o disminución del capital en las sociedades anónimas y en comandita por
acciones.
i) Las fianzas de los corredores.

El artículo 27 del Código de Comercio establece que “la falta de registro de documentos
hará que en caso de quiebra, ésta se tenga como fraudulenta, salvo prueba en contrario”.
La anterior LQSP es omisa al respecto; tampoco la Ley Concursal Mercantil menciona
algo así específicamente, sólo como supuesto de concurso mercantil (artículo 11).
Cuando por causa de error material o de concepto se necesita rectificar una inscripción en
el registro, el juez del domicilio del comerciante decidirá sumariamente de la rectificación,
haciendo el registrador las veces de demandado.
Contabilidad Mercantil Justificación

Todas las personas que se dediquen a los negocios, sin importar de qué tipo sean éstos,
necesitan llevar un registro de los bienes que poseen, de los créditos que tienen a su
favor, de las deudas o potenciales que han adquirido, de las operaciones que celebren, y
de los resultados que producen en su patrimonio. Todo esto con la finalidad de saber, en
determinado momento, cuál es su situación financiera y tomar las medidas necesarias
para corregir cualquier desviación que pudiera llevarlos al fracaso, por lo que más vale
prevenir que remediar. Esto significa que el comerciante, en cualquier giro, debe llevar
una contabilidad. Pero la contabilidad no sólo interesa al titular del comercio, sino que
existen otras instancias con un marcado interés en que ésta se lleve, y se lleve bien:

• El fisco tiene un especial interés para la determinación y el cobro de algunos impuestos,


principalmente el impuesto que grava el ingreso global de las empresas.
• Los acreedores del comerciante, para que, en caso de concurso mercantil ya sea etapa
conciliatoria o de quiebra.
• A los trabajadores como acreedores del patrón en un momento dado, ya que conforme a
la propia Constitución y a la Ley Federal del Trabajo, tienen derecho a una participación
en las utilidades de la empresa, con base en la contabilidad establecida por la legislación
fiscal. Conforme al artículo 33 del Código de Comercio, el comerciante está obligado a
llevar y a mantener un sistema de contabilidad adecuado. Dicho sistema podrá llevarse
mediante los instrumentos, recursos y sistemas de registro y procesamiento que mejor se
acomoden a las características particulares del negocio.
Sanciones Directas e Indirectas

Sanciones Directas
El Código de Comercio no establece ninguna sanción directa para el comerciante que no
lleve libros de contabilidad, excepto una multa no menor de $25.00 y que no excederá del
cinco por ciento de su capital, ordenándose su traducción oficial al idioma castellano,
siendo por cuenta del comerciante extranjero los costos originales por dicha traducción.

Sanciones Indirectas
Por otro lado, sí encontramos, aunque en forma indirecta, sanciones para quien incumpla
estas disposiciones, aun potencialmente. Así, conforme a la fracción I del artículo 94 de la
LQSP, si ocurre la quiebra, se considerará como culpable al comerciante que no hubiera
llevado su contabilidad con los requisitos exigidos por el Código de Comercio, o que,
llevándola, haya incurrido en falta que hubiese ocasionado perjuicios a terceros. Tanto el
artículo 94, fracción I, como el 96 de la LQSP tienen una equivalencia en la nueva Ley
Concursal Mercantil, en sus artículos 271 y 272, donde sancionan la conducta dolosa, la
presunción fraudulenta, salvo prueba en contrario, del incumplimiento generalizado en el
pago de las obligaciones del acreedor concursado. El procedimiento de suspensión de
pagos contemplado en la LQSP no aparece más en la Ley de Concursos Mercantiles, sino
como una relativa equivalencia que encontramos en la primera etapa del procedimiento
concursal, en la llamada etapa de conciliación, con variantes substanciales. Entonces, el
factor aleatorio o la razón para que se dé la sanción es que se presente la quiebra; en
este caso habrá una sanción directa. Conforme a la misma Ley de Quiebras en la fracción
II del artículo 96, “si ocurre la quiebra, se reputará como fraudulenta cuando el
comerciante no llevare todos los libros de contabilidad o los alterare, falsificare o
destruyere en términos de hacer imposible deducir su verdadera situación”. Otra sanción
indirecta consistirá en que un comerciante que no presente libros de contabilidad, que
tuviera obligación de llevar, no podrá solicitar que se le declare en estado de suspensión
de pagos. Físicamente, es mucho más grave no llevar libros o no conforme a la ley, es
decir, en forma distinta; no hacer los asientos correspondientes a las operaciones
efectuadas; incompletos o inexactos o fuera de los plazos respectivos; llevar doble juego
de libros, alterar, raspar, tachar en perjuicio del fisco; destruir o inutilizar los libros cuando
no haya transcurrido el plazo durante el cual, conforme a la ley, se deben conservar.

También podría gustarte