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Oxigenación
Hiperbárica
Edición original en ingles: 1987
Tabla de Contenido
Quemaduras................................................................................................................ 108
Oxigenación Hiperbárica como una Ayuda para la Sobrevivencia de Colgajos
Cutáneos e Injertos Cutáneos Libres .......................................................................... 110
Condiciones Cutáneas Diversas.................................................................................. 112
Capitulo 14. Oxigenación Hiperbárica en Trastornos del Sistema Nervioso .............. 133
Metabolismo Cerebral ................................................................................................. 133
Flujo Sanguíneo Cerebral............................................................................................ 133
La Barrera Hematoencefálica ...................................................................................... 136
Tensión de Oxígeno en el Fluido Cerebroespinal........................................................ 136
Trastornos Neurológicos.............................................................................................. 136
Condiciones Neurológicas Diversas ............................................................................ 171
Apéndices
ASPECTOS BÁSICOS
Capitulo 1
Aspectos Históricos de la Oxigenación Hiperbárica
Por el gran vigor y vivacidad de la flama de una candela, en este aire puro, puede ser
conjeturado, que puede ser peculiarmente saludable para los pulmones en ciertos casos
mórbidos, cuando el aire común no habría sido suficiente para sacar lo suficientemente rápido
los efluvios flogísticos pútridos. Pero, tal vez, podríamos también inferir desde estos
experimentos, que aun cuando el aire puro puede ser muy útil como una medicina, puede no
ser tan apropiado para nosotros en el estado de salud usual del cuerpo, por como una candela
se quema mucho más rápido en el deflogisticado, que en el aire común, nosotros podemos,
como puede decirse, vivir tan rápido, y la fuerza animal ser consumida rápido también en esta
clase de aire puro. Un moralista, al menos, puede decir, que el aire que la naturaleza ha
proporcionado para nosotros es tan bueno como nosotros merezcamos.
Los efectos tóxicos del oxígeno, observados por Lavoisier y Sequin en 1789, fueron un
obstáculo para el desarrollo de los usos terapéuticos. Pasó medio siglo antes de que se
renovara el interés en la oxigenoterapia en Inglaterra. Por el mismo tiempo, en 1834, el
Francés Junod construyó una cámara de cobre y usó presiones de 2-4 atm para tratar
pacientes, particularmente aquellos con padecimientos pulmonares. Él atribuyó la
sensación de bienestar experimentada por los pacientes, a la mejoría en la circulación
cerebral. En la mitad del siglo 19 el uso de tales cámaras se extendió a través de
Europa, siendo la de Bertin (1855) la más famosa. La figura dominante en este periodo
fue Paul Bert, conocido como el "padre de la fisiología de la presión". Él estudió los
efectos de varias mezclas de gases. Una revisión exhaustiva de la literatura en este
asunto hasta ese tiempo, será encontrado en la publicación de Artzenius en 1887, que
contiene 300 referencias.
Por 1860 la primera cámara de compresión terapéutica en Norte América fue
construida en Oshawa, Canadá y después movida a Toronto. El Dr. Corning de Nueva
4 Aspectos Históricos de la Oxigenación Hiperbárica
York publicó un documento en 1891 tratando acerca del uso de aire comprimido en el
tratamiento de padecimientos nerviosos y mentales.
El uso mejor conocido de aire hiperbárico como una forma de terapia, fue por
Cunningham de Kansas City (Sellers 1965), durante la epidemia de influenza Española
que barrió USA durante los últimos días de la primera guerra mundial. Cunningham
hace la observación de que la mortalidad fue más alta en áreas de mayor elevación y
que había un factor barométrico. Construyó un tanque de presión terapéutico y logró
notable mejoría en pacientes que estaban cianóticos e inconscientes. Una noche,
después de una pérdida de compresión debida a una falla mecánica, todos los
pacientes murieron. Esto podría ser interpretado como demostración de la efectividad
de esta forma de terapia. El Dr. Cunningham, sin embargo, yendo demasiado lejos en
su entusiasmo, empezó a tratar enfermedades como sífilis, cáncer y diabetes mellitus
con aire comprimido. En 1928 construyó la cámara más grande jamás construida –
cinco pisos de alto y 64 pies de diámetro. Cada piso tenía 12 recámaras con todas las
amenidades de un buen hotel. Este proyecto fue condenado por la Asociación Médica
Americana y durante la segunda guerra mundial la cámara fue desmantelada y
desechada.
No fue hasta 1920 que el oxígeno fue utilizado terapéuticamente para prevenir los
"bends" (Behnke 1942). En los 1950's el efecto tóxico del oxígeno fue utilizado para
inducir convulsiones como un sustituto para la terapia electroconvulsiva (Lambertson
1955).
Desde 1956 Boerema realizó un pionero y considerable trabajo utilizando altas
presiones de oxígeno en cirugía cardiaca (Meijne 1973). Sus estudios sobre el uso de
oxígeno, físicamente disuelto para soportar la vida en la ausencia de hemoglobina y la
aplicación de oxígeno hiperbárico en infecciones clostrídicas, le merecieron su
preeminencia en la historia moderna de la terapia con oxígeno hiperbárico.
Un hito en la organización y reunión de varios trabajadores en este campo, fue el
Primer Congreso Internacional de Aplicaciones Clínicas de la Oxigenación Hiperbárica,
llevado a cabo en Ámsterdam en 1963. Los congresos subsecuentes están listados
abajo. Desde 1981 las reuniones han sido realizadas a intervalos de 3 años.
Bases Físicas
presión parcial de un gas = presión absoluta x proporción del volumen total del gas
Así, la presión parcial del oxígeno (pO2) en el aire es 760 x 21/100 = 160 mmHg.
Las presiones ejercidas por los gases disueltos en el agua de los fluidos del cuerpo
son diferentes de aquellos que están en la fase gaseosa. La concentración de un gas
en un fluido es determinada no solamente por la presión sino también por el "coeficiente
de solubilidad" del gas. La ley de Henry formula esto como sigue:
Oxígeno 0.024
CO2 0.57
Nitrógeno 0.012
De esto uno puede ver que el CO2 es 20 veces más soluble que el oxígeno, y el
oxígeno es lo doble de soluble que el nitrógeno.
6 Bases Fisiológicas
Bases Fisiológicas
Fase de Ventilación
125
Normal pO2 alveolar
100 A
75
50
25
0
0 5 10 15 20 25 30 35 40
Ventilación alveolar (litros/minuto)
Fig. 2.1. Efecto de la ventilación alveolar y proporción de absorción de oxígeno desde
el alveolo sobre la pO2 alveolar (Gayton 1936).
Bases Físicas y Fisiológicas de la Oxigenación Hiperbárica 7
Fase de Transporte
La diferencia entre la pO2 en el alveolo (104 mmHg) y la pO2 de la sangre venosa (40
mmHg), que equivale a 64 mmHg, causa que el oxígeno se difunda hacia la sangre
pulmonar. Es transportado, principalmente en combinación con hemoglobina, a los
tejidos capilares, donde es entregado para ser utilizado por las células. Allí el oxígeno
reacciona con varios otros nutrientes para formar CO2, el cual entra a los capilares para
ser transportado de regreso a los pulmones.
Durante el ejercicio vigoroso, los requerimientos de oxígeno del cuerpo pueden ser
tanto como 20 veces lo normal, aunque la oxigenación de la sangre no sufre, porque la
capacidad de difusión para el oxígeno aumenta cuatro-doble durante el ejercicio. Esta
elevación resulta en parte por el incremento del número de capilares participantes, así
como la dilatación de los capilares y el alveolo. Otro factor es que la sangre
normalmente permanece en los capilares pulmonares aproximadamente 3 veces más si
es necesario para causar oxigenación total. Por consiguiente, aún durante el corto
tiempo de exposición al ejercicio, la sangre puede llegar a saturase con oxígeno casi
totalmente. Normalmente el 97% del oxígeno transportado desde los pulmones a los
tejidos es llevado en combinación química con la hemoglobina de los glóbulos rojos y el
remanente 3% en un estado de disolución en el plasma. 1 g de hemoglobina puede
combinarse con 1.34 ml de oxígeno. La concentración normal de hemoglobina es de 15
g/100 ml de sangre. Así, cuando la hemoglobina está 100% saturada con oxígeno, 100
ml de sangre pueden transportar cerca de 20 (15 x 1.34) ml de oxígeno en combinación
con hemoglobina. Ya que la hemoglobina está normalmente solo saturada al 97%, el
contenido de oxígeno en la sangre es realmente 19.5 ml. Sin embargo, al pasar a través
de los tejidos capilares esta cantidad se reduce a 14.5 ml (40 mmHg de pO2 y 75% de
saturación de oxígeno). Así, bajo condiciones normales, 5 (19.5 – 14.5) ml de O2 son
transportados a los tejidos por cada 100 ml de sangre. En ejercicio intenso, que causa
que la pO2 del fluido intersticial caiga tan bajo como 15 mmHg, solamente 4.5 ml de
oxígeno permanecen unidos a la hemoglobina en cada 100 ml de sangre. Así, 15 (19.5
– 4.5) ml de oxígeno son transferidos por cada 100 ml de sangre, 3 veces la cantidad
transferida bajo condiciones normales. Ya que el gasto cardiaco solo puede
incrementarse hasta 6-7 veces, por ejemplo en corredores de maratón bien entrenados,
⎛ 100 ⎞
el resultado final es un incremento de 20-doble ⎜⎜15 x 6.6 = aprox. 100, = 20 ⎟⎟ en el
⎝ 5 ⎠
transporte de oxígeno a los tejidos. Esto es aproximadamente el límite que puede ser
alcanzado.
La hemoglobina tiene un papel en el mantenimiento de una constante pO2 en los
tejidos y ajusta un límite superior en 40 mmHg. Normalmente entrega oxígeno a los
tejidos en una proporción para mantener una pO2 entre 20 y 40 mmHg. En una cámara
presurizada la pO2 puede elevarse 10-doble pero la pO2 de los tejidos cambia muy
poco. La saturación de hemoglobina puede elevarse por solamente 3%, como 97% está
ya combinada con oxígeno. Así, 3% puede alcanzarse a niveles de pO2 entre 100 y 200
mmHg. Incrementando la concentración de oxígeno inspirado o la presión total de
oxígeno inspirado no incrementa el contenido de oxígeno transportado por hemoglobina
en la sangre. Por lo tanto, la hemoglobina tiene una función amortiguadora de oxígeno
en los tejidos.
8 Bases Fisiológicas
Por lo tanto, el oxígeno puede ser liberado a los músculos en niveles de pO2 más altos
que 40 mmHg. La hipertermia con ejercicio conduce a mejor liberación de oxígeno
desde los capilares y acumulación de ácido láctico.
100
90
80
70
% de Hemoglobina
65 Cambio a la derecha
50
1 Incremento de iones hidrógeno
40 2 Incremento de CO2
30 3 Incremento de temperatura
4 Incremento de DGP
20
10
0
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 110 120 130 140
Presión parcial de oxígeno (mmHg)
Fase de Utilización
Solo una mínima cantidad de oxígeno es requerida para que tomen lugar las reacciones
químicas intracelulares normales. El sistema enzimático respiratorio está engranado
para que cuando la pO2 es mayor que 1-3 mmHg, la disponibilidad de oxígeno no sea
un factor limitante en la proporción de las reacciones químicas. Bajo condiciones
normales, la proporción de utilización de oxígeno por las células es controlada por la
proporción de gasto de energía dentro de las células, por ejemplo, por la proporción a la
cual es formado difosfato de adenosina (ADP) desde trifosfato de adenosina (ATP).
La distancia de difusión desde la pared capilar a la célula raramente es más de 50
µm, y normalmente el oxígeno puede alcanzar la célula sin esfuerzo. Si la pO2 cae
abajo del valor crítico de 1-3 mmHg y si las células están localizadas más lejos de los
capilares, la utilización de oxígeno es limitada por la difusión y no determinada por el
ADP. Esto es como en el caso de la materia blanca cerebral, la cual es muy sensible a
la hipoxia tanto como a la hiperoxia.
Este efecto, conocido como el efecto Haldane, resulta del hecho de que la combinación
de oxígeno con hemoglobina causa que se vuelva un ácido muy fuerte. Esto desplaza
el CO2 de la sangre de dos maneras:
1. La hemoglobina más ácida tiene menor tendencia a combinarse con CO2 en forma
de carboxihemoglobina. Mucho del CO2 presente en esta forma en la sangre es
entonces desplazado.
2. La acidez incrementada de la hemoglobina causa que se libere un exceso de iones
H+ y estos, a su vez, se unen con iones bicarbonato para formar ácido carbónico.
largo de las etapas secuénciales del transporte de oxígeno debe igualar la cantidad de
oxígeno usado por los tejidos. El transporte de oxígeno desde el aire a los tejidos puede
ser representado en términos de "resistencia a los flujos", donde la resistencia total
iguala la suma de todas las resistencias individuales en la serie. Durante esta
transferencia, la pO2 se reduce gradualmente, a lo largo de esta resistencia, a
probablemente menos de 1 mmHg en el sitio de consumo en la mitocondria.
Cuando el humano empieza a descender debajo de la superficie del mar, está sujeto a
tremendo incremento de la presión. Para preservar los pulmones del colapso, el aire les
es suministrado bajo alta presión, lo cual expone a la sangre en los pulmones a
presiones de gas alveolar extremadamente altas. Esto es conocido como hiperbarismo.
Los que trabajan en Cajones (Caissons) por ejemplo, deben trabajar en áreas
presurizadas.
Relación de la Profundidad del Mar con la Presión. Una columna de agua de mar de 33
pies (10 m aproximadamente) ejerce la misma presión que la atmósfera arriba de la
Tierra. Por consiguiente, una persona a 33 pies debajo de la superficie del mar está
expuesta a una presión de 2 atm (1 atm causada por el peso del agua y 1 atm por el
aire arriba del agua).
Efecto de la Profundidad sobre el Volumen de los Gases. La ley de Boyle establece que
el volumen al cual una cantidad dada de gas es comprimido, es inversamente
proporcional a la presión. Así, 1 l de aire a 10 m (33 pies) de profundidad es comprimido
a 0.5 l. Nosotros revisamos el efecto dañino de los ambientes hiperbáricos en el Cap. 5
(toxicidad por oxígeno), Cap. 7 (enfermedad de descompresión) y Cap. 8 (embolismo
gaseoso). Van Liew et al. (1982) ha estimado la fase de difusibilidad de los gases en
ambientes hiperbáricos. La difusión de un gas en particular en una mezcla de tres o
más gases depende de las características de difusión y concentración de los otros
gases y también de la presión ambiental. La adición de CO2 y agua al gas inspirado
tiene muy poco efecto sobre la difusibilidad del oxígeno.
Oxigenación Hiperbárica
Consideraciones Teóricas
Para convertir la presión como es medida por un manómetro a presión absoluta (ATA),
requiere adicionar la presión barométrica. Una guía para conversiones de presión se
muestra en la Tabla 2.1. El rango de presiones parciales de oxígeno bajo OHB se
muestra en la Tabla 2.2 y la presión de oxígeno alveolar ideal se muestra en la Tabla
2.3.
La ley de Boyle establece que si la temperatura permanece constante, el volumen de
un gas es inversamente proporcional a su presión. Por lo tanto, las cavidades normales
o anormales conteniendo gas en el cuerpo, tendrán cambios en el volumen si es
aplicada una terapia de OHB.
Densidad
Temperatura
La extracción de oxígeno por porcentaje en los tejidos de 5 vol% resulta en una caída
de presión de 60 (100 - 40) mmHg, desde la terminal arterial a la terminal venosa del
capilar. A 2000 mmHg el contenido de oxígeno es aproximadamente 25 (20 + 5) vol%.
La extracción de 5 vol% en este caso causa una caída de presión de aproximadamente
1900 mmHg. Cada una de las diferencias en la pO2 representa el mismo número de
moléculas, en el primer caso llevado por la hemoglobina y en el segundo caso por el
plasma. Los requerimientos metabólicos de las células pueden finalmente ser
Bases Físicas y Fisiológicas de la Oxigenación Hiperbárica 13
30
Oxígeno disuelto
O2 arterial (%)
20
Oxígeno combinado
10 con hemoglobina
Fig. 2.3. Curva de absorción de oxígeno en humano masculino bajo OHB (? 1981)
Cuando la OHB produce que la sangre venosa esté 100% saturada con oxígeno, hay
una elevación de la pCO2 sanguínea y un cambio de pH al lado ácido. Esto es debido a
la pérdida de hemoglobina disponible para transportar CO2. Esto afecta solo al 20% del
contenido venoso de CO2, el cual es transportado por la hemoglobina. El exceso de
CO2 es transportado por el mecanismo H2CO3/HCO2 así como por la entrada en
solución física en el plasma. La elevación de la pCO2 en las venas cerebrales es en el
14 Efectos de la Oxigenación Hiperbárica Sobre el Cuerpo Humano
orden de 5-6 mmHg cuando la hemoglobina venosa está 100% saturada con oxígeno.
El CO2 no continúa elevándose en la sangre venosa y los tejidos tanto como la sangre
permanezca fluyendo constante, y no presenta mayor problema.
Hall (1965) revisó los factores de la tensión de oxígeno en los tejidos bajo OHB:
1. La pO2 arterial es la máxima pO2 a la cual cualquier tejido será expuesto y juega una
parte mayor en la determinación del gradiente de difusión, conduciendo al oxígeno
dentro de los tejidos. La pO2 arterial depende de la pO2 inspirada.
2. El contenido de pO2 arterial es la cantidad total de oxígeno disponible. Depende del
oxígeno inspirado y del nivel de hemoglobina en la sangre.
3. El tejido sanguíneo fluye regulando la entrega de oxígeno a los tejidos.
4. Los niveles de oxígeno en los tejidos varían de acuerdo a la utilización del oxígeno
disponible.
Fig. 2.4. Gráfica para determinar el contenido de oxígeno de la sangre bajo OHB en
varios niveles de concentración de hemoglobina. La saturación con oxígeno de la
hemoglobina se muestra en el axis vertical de la izquierda, la tensión de oxígeno
sanguíneo de 0 a 6000 mmHg está dada sobre la derecha. El axis horizontal inferior
muestra el contenido de oxígeno sanguíneo en vol% desde 0 a 48. Se plantean
diversas concentraciones de hemoglobina diagonalmente a través de la gráfica (Fuson
et al. 1965).
Sistema Cardiovascular
Sistema Nervioso
Elementos sanguíneos
Sistema Respiratorio
Riñones
Tabla 2.5. Efectos generales de hiperoxia en los órganos mayores (la presión no
excedió 2 ATA y la duración no excedió 1 h).
1. Sistema cardiovascular:
Bradicardia – reducción del gasto cardiaco
Vasoconstricción – reducción del flujo sanguíneo coronario
2. Sistema respiratorio:
Supresión de la reactividad respiratoria al CO2 – Alcalosis respiratoria
3. Sistema nervioso: Reducción del flujo sanguíneo cerebral pero sin deterioro de la
función
4. Riñones: Reducción del flujo sanguíneo renal
5. Ojos: Vasoconstricción arterial retinal y reducción del flujo sanguíneo
6. Pulmones: Disminución de la capacidad vital
Capitulo 3
Hipoxia
Definición
Concentración Presión
de oxigeno pO2 barométrica
inspirado gas
inspirado
Concentración
Ventilación pO2 de oxigeno
alveolar gas
alveolar
Atmósfera
Difusión pO2 venosa
en proporción sangre
a V/Q arterial
Aire Atmosférico seco
150 Concentración
Flujo de
Aire humidificado a 37 °C
100
Citoplasma
Gas respiratorio final
pO2 mmHg
Sangre arterial
Mitocondria
50
Plasma
sangre
capilar
O2
Ciclos redox,
activación
reductiva
Potencial
Oxidante
Inhibición del
transporte Células Recuperación
de iones, lesionadas de la
Estrés
distribución de y muertas función
reductivo
iones alterada
Disminución de ATP
Bloqueo de la
reparación por
Hipoxia deficiencia de O2
y agotamiento de
ATP
Fig. 3.2. Secuencia propuesta en donde la hipoxia potencializa lesión y muerte por
estrés oxidativo (Jones 1985).
Clasificación
1. Hipoxica: incluye todos los tipos de hipoxia donde el alveolo no alcanza el oxígeno
suficiente.
20 Hipoxia
Aunque cualquier parte del cerebro puede ser afectada por hipoxia, los efectos son más
marcados en las células del sistema nervioso central, por las siguientes razones:
4. Las neuronas tienen una pobre capacidad para recuperarse o regenerarse después
de disoxia.
* Nota de la traducción: El original tiene 6 CO2 al inicio de la ecuación, por error, al parecer. Se cambió
por 6 O2.
22 Hipoxia
1. Desintoxicación de amonio.
2. Resíntesis de aminoácidos transmisores que se perdieron durante la actividad
funcional de las neuronas.
El cálculo de las tensiones del oxígeno en los tejidos y la correlación con la función
cerebral tiene provista una regla de medición para la evaluación del grado de hipoxia
celular que ocurre en la hipoxia arterial o isquemia cerebral. Una tensión venosa de 28
– 25 mmHg es el "umbral de la reacción", i.e., puede conducir a compensación en la
forma de un incremento en el flujo cerebral (CBF). Una pO2 de 19 – 20 mmHg es el
"umbral crítico", donde se pierde la conciencia, y una pO2 de 10 – 12 mmHg es el
"umbral letal", donde la muerte es inminente debido a colapso cardiaco.
lactato K NADH
− + =
piruvato H NAD +
Trastornos en la Microcirculación
Edema Cerebral
Una secuela adicional del daño de la BBB es el edema cerebral. Aunque la lesión al
cerebro contribuye al edema, la pérdida de autorregulación es también un factor
importante. La elevación de la presión intracapilar conduce a filtración de fluido dentro
del espacio extracelular (Langfitt et al. 1968). El edema perjudica el suministro de
oxígeno al cerebro y conduce a un incremento de la presión intracraneal y a una
disminución del CBF. La hipoxia es el factor central en el círculo vicioso:
Schmahl et al. (1966) correlacionaron el EEG con la tensión de oxígeno y los cambios
metabólicos en la corteza cerebral de gatos. La desaparición de actividad EEG con
hipoxia y la reaparición con oxigenación fueron relacionadas a la creatina fosfato (Cr-
P)/cociente creatina (Cr), apuntando a una relación funcional estrecha de los
potenciales energéticos cerebrales a la actividad EEG. Obrist et al. (1973) estudiaron el
EEG en hipoxia inducida en sujetos humanos, y el análisis de la computadora indicó
que la frecuencia inferior y la amplitud inferior reflejaron estrechamente el grado de
hipoxia. Fue bien definida la reciprocidad entre los parámetros, pero el grado de
reciprocidad fue encontrado que varía de acuerdo a la región del cerebro desde la cual
se registró el EEG.
prueba mental. La hipoxia tuvo un efecto significativo sobre los resultados de las
pruebas de memoria pero no sobre los resultados de las otras pruebas. El autor indicó
que este tipo de hipoxia, que es bastante común en personas ancianas, debe mejorar si
es tratada temprano.
Green y Morgan (1985) estudiaron el efecto de hipoxia moderada sobre tareas de
razonamiento lógico. Probaron voluntarios sanos en rango de edad entre 19 y 52 años.
Un grupo fue probado al nivel del mar y los otros grupos en una cámara hiperbárica a
varias altitudes hasta aproximadamente 3660 m. Los autores fracasaron para
demostrar cualquier efecto de la altitud sobre el desempeño.
Rehcrona y Siesjo (1981) notaron que los síntomas cerebrales aparecen en aún un
moderado grado de hipoxia hipóxica, demostrando que ciertas funciones superiores son
muy sensibles a la restricción del suministro de oxígeno (Fig. 3.5). Ha sido reportado
que existe ya retraso en la adaptación a la oscuridad a tensiones de oxígeno alveolar
de 80 mmHg pero no ocurren anormalidades en las pruebas sicológicas hasta que la
pO2 alveolar es reducida debajo de 50 mmHg, y deterioración total de las funciones
mentales aparecen solamente debajo de valores de pO2 alveolar de 40 mmHg.
110
100
90
80 Retraso en la adaptación
a la oscuridad
70 Deterioro en la habilidad
para aprender una tarea
paO2
20
0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20
Por ciento de O2
Los efectos generales de la hipoxia, excepto aquellos sobre el sistema nervioso, varían
de acuerdo a la etiología de la hipoxia, su agudeza o cronicidad y si el individuo está
sano o ya enfermo. Aunque la hipoxia es una característica del "mal de montaña"
debido a presiones de oxígeno bajas a grandes altitudes, no discutimos esto
específicamente aquí.
Estudios Experimentales
Mlekusch et al. (1981) mostraron que en anoxia general aguda en ratas hubo
neoglucogenesis, la cual ellos pensaron fue debida probablemente a niveles de
corticoesteroides más altos en el plasma. El estrés máximo condujo a pérdida de iones
Mg++ y tuvo lugar la siguiente secuencia de eventos:
Grek et al. (1980) mostraron que durante la fase aguda de hipoxia, el contenido de la
cadena larga de ácidos grasos insaturados fue más bajo en el suero sanguíneo de ratas
adaptadas a hipoxia que en animales intactos.
Huckaby (1958) encontró que apareció exceso de lactato en la sangre cuando el
oxígeno fraccional inspirado fue reducido al valor crítico de la mitad (ver Cap. 26).
Kentera et al (1981) estudiaron el transporte de oxígeno en la rata después de
confinamiento crónico intermitente en una jaula hipóxica. Altos niveles de 2,3-
difosfoglicerato (DGP) en sangre persistieron varias semanas, después fue demostrada
policitemia. DGP también aparece en sangre de personas expuestas a hipoxia de
grandes altitudes y combinaciones con hemoglobina para reducir su afinidad por el
oxígeno, por lo tanto, moviendo la curva de disociación oxígeno-hemoglobina a la
derecha (ver Cap. 2).
Función Respiratoria
Función Cardiaca
Tirlapur y Mir (1982) han estudiado el efecto sobre el corazón de hipoxia nocturna
debida a enfermedad obstructiva crónica de vías aéreas. Fueron registrados el ECG y
las tensiones de oxígeno arterial. El ECG mostró cambios indicando hipoxia miocárdica
y disfunción, mejorando esto después de darse oxígeno.
Metabolismo de la Glucosa
Yakolev y Lector (1985) mostraron por experimentos en gatos que la OHB (3 ATA
por 60 min) tiene un efecto definido sobre el mecanismo transbordador de glicerofosfato
seguido de pérdida aguda de sangre. La OHB estimula la glicerol-3-fosfato
deshidrogenasa mitocondrial en la corteza sensomotora y la medula oblonga,
proporcionando glicerol-3-fosfato deshidrogenación. Hay activación de la entrega del
hidrógeno citoplásmico a la cadena respiratoria mitocondrial. Hay prevención de
aumento de los niveles de glicerol-3-fosfato y NADH e inhibición de glicerol-3-fosfato
deshidrogenasa, limitando la producción de lactato.
Ha sido encontrado que el metabolismo de la energía es altamente sensible a
presiones elevadas de oxígeno, lo cual puede reducir la formación de moléculas de
ATP considerablemente. Sanders et al. (1966) determinaron la concentración tisular de
ATP en el cerebro, el hígado y el riñón en ratas expuestas a aire a 1 atm y 3 atm. El
cerebro mostró marcada depresión del nivel de ATP a 1 atm (57%) y a 3 atm (34%).
Estos hallazgos soportan la teoría de que la OHB ejerce alteraciones tóxicas
reduciendo la energía disponible. Sanders y may (1966) investigaron más allá y no
encontraron correlación entre la caída de ATP observada previamente y los cambios
irreversibles que ellos observaron en la fosforilación respiratoria y oxidativa de
succinato y α-cetoglutarato en ratas expuestas a 5 ATM por 1 ½ h.
Metabolismo de Aminoácidos
marcado incremento de GABA (200%) pero esto no previno las convulsiones por
oxígeno.
La norepinefrina (NE) y la serotonina (5-HT) sirven como transmisores
neurohumorales y los cambios en su concentración pueden ser asociados con actividad
cerebral anormal.
Faiman y Heble (1966) estudiaron el efecto de OHB sobre NE y 5-HT en el cerebro
completo de ratón expuesto a OHB desde 1 ATA a 6 ATA (oxigeno 100%). La reducción
de la concentración de estas aminas fue particularmente evidente a 3 ATA. Este es el
nivel de presión en la cual la toxicidad por oxígeno se vuelve aparente en seres
humanos. Faiman y Mehl (1973) estudiaron la producción de NE y 5-HT en ratones
expuestos a OHB (1 ATA y 3 ATA con oxígeno 100%) por métodos cinéticos de estado
sostenido y no encontraron cambios. Concluyeron que la NE y la 5-HT no estuvieron
implicadas en las convulsiones inducidas por oxígeno.
Chapman y Halsey (1956) estudiaron la concentración de aminoácidos regionales en
cerebros de ratas expuestos a presiones atmosféricas altas. No ocurrió cambio en el
contenido de aminoácidos a 20 ATA o 60 ATA. A 85 ATA el contenido de glutamina se
incrementó en el hipocampo, cuerpo estriado, cerebelo y sustancia negra, y la GABA
aumentó en el hipocampo. Ellos sugirieron que la liberación intensificada de glutamato
en varias estructuras subcorticales contribuyó a la actividad mioclónica observada a 85
ATA.
Yakolev y Lenov (1981) estudiaron el papel de la OHB en el mecanismo de
regulación del metabolismo del amonio en el cerebro en casos de hemorragia aguda.
Fue examinada la corteza de gato por el contenido de α-cetoglutarato, glutamato,
amonio y la actividad de varias enzimas – glutamato deshidrogenasa (GDG), glutamina
sintetasa (GS), glutaminasa en tejido homogenado y mitocondria, y la cantidad de
amonio y glutamina en el plasma sanguíneo cerebral. Un incremento en los niveles de
amonio, glutamato y glutamina en el tejido nervioso parece ser un proceso
característico durante el periodo inicial de dehematización. Uno de los medios por los
que el contenido de amonio se incrementa en la corteza cerebral es por su infiltración a
través de la barrera hematoencefálica mientras ocurre el metabolismo transcapilar de
glutamina en el sentido opuesto. Conforme el trauma se desarrolla, la actividad de la
glutaminasa se incrementa grandemente, proporcionando liberación de amonio desde
la glutamina y una elevación en la transferencia transcapilar de amonio hacia el tejido
cerebral desde la sangre. Al mismo tiempo hay activación de las vías de formación de
glutamato bajo el efecto de la GDG y disminución de la formación de glutamina debido
a inhibición de GS. Esto también conduce a disminución en la cantidad de α-
cetoglutarato. La OHB a 3 ATA por 60 min previene la toxicidad por el amonio
aumentado en el cerebro dehematizado. Los efectos tóxicos del ion amonio sobre el
cerebro son eliminados primero por estimulación de la actividad de la GDG mitocondrial
proporcionando formación de glutamato desde α-cetoglutarato. Segundo, uniendo
amonio con glutamato resultando en formación de glutamina. Tercero, la disminución de
la actividad de la glutaminasa inhibe el proceso de desaminación de la glutamina – una
fuente potencial de amonio. Finalmente, hay descarga transcapilar de amonio en la
forma de glutamina desde el cerebro a la sangre.
34 Efectos Bioquímicos y Metabólicos de la Oxigenación Hiperbárica
Los efectos generales bioquímicos y metabólicos de la OHB sobre el cuerpo pueden ser
divididos en los efectos sobre el balance ácido-base y efectos sobre diversas enzimas.
Balance Ácido-Base
Enzimas
Conclusiones
Los efectos tóxicos del oxígeno a alta presión fueron reportados primero por Paul Bert
(1878). Él describió en detalle la incidencia de convulsiones en diversas especies
animales expuestas a OHB, subsecuentemente llamado el "efecto de Paul Bert".
Behnke et al. (1936) realizó experimentos en sujetos humanos para mostrar los
efectos de la toxicidad por oxígeno. Como resultado de estos primeros estudios, fue
generalmente aceptado que 3 h de exposición a 3 ATA y 30 - 40 min de exposición a 4
ATA fueran los límites de tolerancia segura para humanos adultos sanos. Torbati (1986)
estableció que la OHB a 3 ATA afecta primariamente el sistema nervioso, mientras que
el sistema respiratorio es afectado independientemente a 2 ATA. Hay una vasta
cantidad de literatura sobre este tema. La mayoría de las investigaciones son sobre el
mecanismo de la toxicidad por oxígeno.
Mecanismo Básico
Las investigaciones dentro del mecanismo básico de la toxicidad por oxígeno pueden
ser agrupadas en tres categorías: (a) aquellas que implican efectos tóxicos sobre el
metabolismo cerebral; (b) inhibición enzimática; (c) aquellas que implican formación de
peróxidos lípidos tóxicos o el "mecanismo de radicales libres".
Algunas de las investigaciones sobre trastornos del metabolismo cerebral en OHB han
sido revisadas ya en el Cap. 4. Ha sido mostrado que muchas enzimas presentes en el
tejido cerebral son susceptibles a inhibición por oxígeno. Estas investigaciones están
basadas sobre la observación de que las convulsiones son la más notable
manifestación del envenenamiento por oxígeno. William y Hugard (1970) estudiaron el
efecto de oxígeno al 100% a 2 ATA sobre el metabolismo de los carbohidratos en
células libres homogenizadas de cerebro de rata, y algunos de sus hallazgos fueron los
siguientes:
Wood (1939) revisó el tema de γ-ácido aminobutírico (GABA) y toxicidad por oxígeno.
Él creyó que el sistema GABA es el eslabón más débil en la "defensa del cerebro contra
la OHB" y que el detrimento en su sistema podría ser la causa de la inducción de
convulsiones por OHB. Presentó los siguientes puntos en apoyo a sus visiones.
Mecanismo Básico 37
Kashin (1973) señaló que drogas que elevan los niveles de GABA no solo no protegen
contra las convulsiones inducidas por oxígeno, sino que realmente las potencializan.
Como explicación, mencionó que la OHB conduce a un incremento en la concentración
de CO2 en los tejidos (ver Cap. 2). Este incremento de CO2 reacciona con el GABA
endógeno y causa una elevación en la concentración de carbamina-GABA en el
cerebro. La formación de carbamina ocurre espontáneamente y es reversible entre el
oxígeno molecular y las aminas. El GABA potencializa el efecto estimulante del CO2 (al
menos en el sistema nervioso de los insectos). La potencialización de convulsiones
inducidas por oxígeno con un incremento de GABA puede ser entendida en términos de
que el GABA y el CO2 conducen al incremento en la formación de carbamina-GABA.
Schafer (1981) estudió el metabolismo de la energía en el cerebro en ratones
expuestos a oxígeno 100% a 1 atm por 50 h de duración y concluyó que las
alteraciones inducidas por oxígeno en el metabolismo de adenilato y transducción de
energía, afectan la eficiencia del desempeño de la célula nerviosa y por consiguiente la
autorregulación y modulación en el cerebro, como un sistema funcionalmente integrado.
L'Hullier y Thuillier (1966) estudiaron las indolaminas y las catecolaminas sobre el
umbral convulsivante para OHB. La droga antidepresiva imipramina, por agotamiento
de catecolaminas, baja este umbral. El anestésico local clofexamida, por incremento en
la concentración de serotonina en el cerebro, eleva el umbral para convulsiones
causadas por OHB.
Los factores de estrés asociados con exposición crónica a OHB producen
incremento en las reacciones del sistema adrenergico e hiperamonemia (Gilman et al.
1978). Se ha notado la elevación de los niveles de amonio en animales que
convulsionaron en exposiciones a aire hiperbárico, y también durante buceos profundos
prolongados por humanos (8 h a 4 ATA). Los resultados de estos estudios no pueden
ser transpolados a exposición de OHB. Dodd y Faiman (1982) expusieron ratones a 1,
3.5 y 6 atm de oxígeno por 16 min. No hubo cambios en la proporción de NAD+/NADH a
1 atm, pero a 3.5 atm y a 6 atm hubo una disminución de NADH cortical y un
incremento en NAD+ lo cual se revirtió cuando los animales fueron descomprimidos.
Inhibición de Enzimas
Un número de enzimas son inhibidas por la OHB. Estas están listadas en la Tabla 5.1
(Davies y Davies 1965).
Nolan y Faiman (1974) estudiaron los energéticos cerebrales en convulsiones
inducidas por oxígeno en ratones expuestos a 6 ATA con oxígeno 100%. Sus
38 Toxicidad del Oxígeno
resultados sugieren que las convulsiones inducidas por OHB no son debidas a una
caída en las reservas de energía o a inhibición del metabolismo del cerebro.
La mayoría de los datos clínicos disponibles sobre los efectos de la hiperoxia sobre
la glicólisis (Holbach et al. 1977a) no apoyan la idea de que la inhibición de la glicólisis
es fundamental para la toxicidad por oxígeno. Totalmente lo contrario: cuando la
toxicidad por oxígeno se desarrolla, la glicólisis parece ser estimulada, y esto es
seguido por una disminución de captación de glucosa por el cerebro.
Waechter y Faiman (1982) estudiaron ratones expuestos a OHB a 6 ATA y no
encontraron anormalidades en el sistema del glutation, aún con convulsiones por
oxígeno. Los sulfhidratos no proteicos pulmonares, que son importantes en la
protección de los pulmones contra la toxicidad por oxígeno estuvieron disminuidos. Los
autores concluyeron que los efectos contrarios del oxígeno sobre los pulmones y el
cerebro pueden tener mecanismos diferentes.
6. Proteolisis e hidrólisis
1. Vía de Embden-Meyerhof
Catepsina
Fosfoglucoquinasa
Papaina
Fosfoglucomutasa
Proteasas y peptidasas inespecíficas
Gliceraldehido-fosfato deshidrogenasa*
Inespecíficas en autolisis
2. Conversión de piruvato a acetil-CoA
Arginasa
Piruvato oxidasa
Ureasa
3. Ciclo tricarboxilico
Ribonucleasa
Succinato deshidrogenasa*
7. Transporte de membrana
α-Cetoglutarato deshidrogenasa*
Na+, K+ - ATPasa*
Malato deshidrogenasa*
8. Vía de la reducción molecular de O2
4. Transporte de electrones
Catalasa
Succinato deshidrogenasa*
9. Otras
Malato deshidrogenasa*
Acetato quinasa
Gliceraldehido-fosfato deshidrogenasa*
Cerebrosidasa
DPNH deshidrogenasa*
Colina oxidasa
Lactato deshidrogenasa*
Ácido graso deshidrogenasa
Xantina oxidasa
Ácido fórmico deshidrogenasa
α-aminoácido oxidasa
Glutamico deshidrogenasa
5. Enzimas sintetizadoras de neurotransmisores
Glutamico sintetasa
Ácido glutámico descarboxilasa
Glicoxilasa
Colina acetilasa
Hidrogenasa
Dopa descarboxilasa
Isocitrato liasa
5-HTP descarboxilasa
Malato sintasa
Fenilalanina hidroxilasa
Mioquinasa (adenilato quinasa)
Tirosina hidroxilasa
Fosfato transacetilasa
Transaminasa
Zimohexasa (aldolasa)
La "teoría del radical libre de la toxicidad del oxígeno" atribuye el efecto dañino de la
hiperoxia a los productos metabólicos del oxígeno altamente reactivos, que pueden
inactivar las enzimas de las células, dañar el RNA y destruir las membranas lípidas
(Frank y Masaro 1980).
Los radicales de oxígeno libres son productos del proceso celular normal de
oxidación-reducción. Bajo condiciones de hiperoxia, su producción se incrementa
marcadamente. La naturaleza inherente de la molécula de oxígeno la hace susceptible
a reacciones de reducción univalente en las células, para formar anion superóxido (O2-),
un radical libre citotóxico altamente reactivo. A su vez, pueden formarse otros productos
de reacción del metabolismo del oxígeno, incluyendo peróxido de hidrógeno (H2O2)
radical hidroxilo (OH) y oxígeno singlet (-O2). Estas formas de vida corta son capaces de
varias actividades tóxicas, incluyendo inactivación (oxidación) de enzimas sulfhídrilo
(SH), interacciones con el DNA y lipoperoxidación de las membranas celulares.
Los radicales libres pueden medirse por resonancia espectroscópica de giro de
electrones (Tan et al. 1978). Kaplan et al. (1981) usaron una prueba quimioluminiscente
para evaluar la acción tóxica del oxígeno en pacientes. Jerret et al. (1973) midieron
niveles en el cerebro de lipoperoxido y H2O2 en ratas expuestas a OHB a 5 ATA. Los
niveles de H2O2 estuvieron elevados excepto en aquellos animales que se les dio
suplementos de α-tocoferol (0.5 mg diariamente i.p.). Cien por ciento de las ratas
deficientes en tocoferol sufrieron convulsiones, mientras que no ocurrieron convulsiones
en el grupo con suplementos de tocoferol. Beker y Galvin (1962) expusieron ratas a
presiones parciales de oxígeno altas y notaron que no estuvo elevado el lipoperoxido
cerebral en ratas expuestas hasta 2 ATA de presión y que estos niveles no difirieron
entre los animales con y sin convulsiones.
Zirkle et al. (1965) midieron lipoperoxido y acetilcolinesterasa (AChe) en el cerebro
de ratas que tuvieron convulsiones después de exposición a OHB. Mostraron que el
nivel clínico de toxicidad del sistema nervioso central era correlacionado con elevación
del contenido de lipoperoxido y disminución de la actividad de AChe en el cerebro. Las
convulsiones hiperoxicas fueron consideradas que se debían a disminución de la
actividad de AChe como se midió después de las convulsiones.
Allen et al. (1973) estudiaron el efecto del oxígeno a alta presión en la vejiga urinaria
aislada de sapo. El transporte de sodio en este sistema es inhibido reversiblemente por
el oxígeno a alta presión. Esta inhibición es potenciada por hormonas esteroides
adrenales y ocurre a pesar del incremento del flujo glicolitico y del ciclo de Krebs, y el
contenido de ATP tisular. El oxígeno a alta presión conduce a incremento en el
acoplamiento redox de piruvato/lactato y piruvato/malato, también a la disminución en el
fosfolipido de cadena larga de ácido graso y la incorporación de piruvato dentro del
tejido lípido. Durante la recuperación de los efectos del oxígeno a alta presión estos
cambios son revertidos. Estos datos indican que el envenenamiento por oxigeno de los
tejidos no resulta de una inhibición del metabolismo de los carbohidratos, pero puede
resultar de la formación de lipoperoxidos tóxicos.
Boveris y Chance (1978) han presentado un excelente y unificado concepto del
mecanismo de la toxicidad por oxígeno. La generación de H2O2 como un evento
fisiológico ha sido documentada en una variedad de mitocondria aislada y es
rápidamente intensificado por hiperoxia. Los iones superóxido, generados como
fracciones submitocondriales, son la fuente de H2O2 (Boveris y Chance 1973). Esta
hipótesis se muestra en la Fig. 5.1.
40 Toxicidad del Oxígeno
Mecanismos desconocidos
Lipoperoxidos
Oxidación de
grupos SH
Deterioro en la
producción de energía
Lesión celular
Muerte celular
Fig. 5.1. Resumen de la hipótesis de la toxicidad por oxígeno. SH, sulfhídrilo (Chance y Boveris (1978)
Patología
Daño hepático
Daño endocrino
Anoxemia Adrenal
Acidosis Gónadas
Muerte Daño miocárdico Toxicidad química y destrucción
Pituitaria de cualquier célula
muerte
Fig. 5.2. Los efectos del envenenamiento por oxígeno (Clark 1974)
5.0
Presión parcial de oxígeno inspirado (ATA)
4.0
3.0
Límites
pulmonares
2.0
Límites SNC
1.0
0.5
0
1 5 10 15 20 25 30
Tiempo (horas)
Fig. 5.3. Tolerancia humana pulmonar y del SNC a OHB (Clark y Lambertson 1971)
42 Toxicidad del Oxígeno
Balentine (1977) enlistó los posibles mecanismos de lesión celular inducida por
oxígeno como sigue:
Directos Indirectos
Alterando Produciendo
enzimas isquemia
membranas reduciendo el sustrato
núcleo celular hipoxia
acidosis
anemia
hiperbilirrubinemia
Hiperoxia
MLP
Acompañado de inhibición simultanea, inhibición sucesiva o activación de Na-K-ATPasa
Reactivación de Na-K-ATPasa
Incremento adicional de MLP y fuga de iones K asociada con inhibición de Na-K-ATPasa e inhibición de
sistemas enzimáticos intracelulares
Fig. 5.4. Mecanismo básico de toxicidad por oxígeno en el SNC. MLP, lipoperoxidación
de membrana (Torbati 1983).
Toxicidad Pulmonar
Hay daño alveolar difuso. La toxicidad resulta del daño del oxígeno a las enzimas
intracelulares y tal vez a las membranas celulares, después de que haya sido agobiado
el mecanismo de defensa antioxidante intracelular normal. Subsecuente a estos
cambios hay una proporción aumentada de síntesis de colágeno, conduciendo a fibrosis
pulmonar crónica. Para más detalles ver el Cap. 20.
Los efectos sobre el SNC son los más importantes, ya que el cerebro es el órgano más
sensible a la toxicidad por oxígeno. La manifestación clínica más importante son las
convulsiones.
Torbati y Lambertson (1983) estudiaron las convulsiones inducidas por OHB en ratas
despiertas libres y concluyeron que los patrones de cambio en la proporción del
metabolismo cerebral regional de glucosa (rCMRgl) fueron similares durante la
descarga eléctrica paroxística previa a y durante la convulsión.
Voronov (1964) notó que la exposición de gatos a OHB (13 min a 7 ATA) causó
desincronización del EEG seguido de descargas hipersincronicas de amplitud alta
acompañadas de convulsiones. Esto sugirió que el efecto tóxico fue en las partes más
bajas del cerebro y no sobre la corteza cerebral.
Lavy et al. (1973) utilizaron la primera descarga eléctrica sobre el EEG como un
signo temprano de toxicidad por oxígeno en animales experimentales. Establecieron
que si la latencia de su aparición permanece sin cambios, puede suponerse que el
animal no sufrirá ningún daño cerebral.
Vion-Dury et al. (1986) demostraron el efecto hiperbárico (3 atm con aire) sobre la
inhibición de la actividad convulsiva de la amígdala inflamada como se mostró por EEG
en ratas. Este efecto es contrario al efecto provocador de convulsiones normal de la
OHB, pero debe notarse que la concentración de oxígeno en este caso no fue alta.
Neuropatología
Edstrom y Rockert (1962) estudiaron los efectos de la OHB sobre la histología del
sistema nervioso. Expusieron ratas a OHB diariamente por 30 min a 6 ATA. Hubo una
baja incidencia de síntomas de toxicidad en el cerebro o pulmones. No hubo cambios
histológicos en el cerebro o pulmones.
Van den Brenk y Jamieson (1968) no encontraron ningún daño al SNC de ratas bajo
OHB hasta que la presión excedió 4 ATA. El daño cerebral fue incrementado por drogas
depresoras del SNC, incremento de la pCO2, acetazolamida y NH4Cl. Balentine y
Gutsche (1966) reportaron parálisis espástica permanente de miembros en ratas (efecto
John Bean) después de exposiciones repetidas a presiones altas de oxígeno (5 ATA).
Hubo necrosis selectiva de materia blanca en la medula espinal y el cerebro, y esto se
consideró efecto de la hiperoxia.
Von Schnakenburg y Nolte (1973) estudiaron lesiones cerebrales de ratas inducidas
por OHB con microscopio electrónico, y encontraron dos tipos de alteraciones de las
células nerviosas: Lesiones tipo A, caracterizadas por picnosis e hipercromatosis de las
células nerviosas, vacuolización del citoplasma e inflamación simultanea del proceso
glial perineural. En contraste, las lesiones tipo B revelaron lisis en el citoplasma y
cariorhesis.
44 Toxicidad del Oxígeno
Monitoreo Clínico
Síntomas visuales
Hay considerable literatura sobre el tema de tolerancia al oxígeno, pero es difícil definir
los límites precisos de tolerancia de un individuo. Además de las variaciones
individuales hay diferencias en la sensibilidad de cada órgano. Los factores que
aceleran la instalación o que incrementan la sensibilidad están listados en la Tabla 5.3.
Prevención y Tratamiento
H. Minerales
46 Toxicidad del Oxígeno
Muchas de las medidas listadas en la Tabla 5.4 son experimentales y se dan las
referencias apropiadas.
Los agentes más prometedores son los antioxidantes. El uso de vitamina E
(tocoferol) está basado sobre la teoría de los radicales libres de la toxicidad por
oxígeno. Estos han sido utilizados para proteger infantes prematuros (quienes carecen
de vitamina E) contra la toxicidad del oxígeno. Estudios en ratas han mostrado que la
administración de α-tocoferol 2 días antes a la exposición hiperbárica previene la
deterioración posthiperoxica del metabolismo e intensifica la lipoperoxidación en los
microsomas del hígado. El tema de la dieta con antioxidantes ha sido discutido por Wills
(1985). No todas las dietas recolectoras de radicales libres son efectivas en la
neutralización de la toxicidad por oxígeno.
Muchas de las drogas listadas tienen efectos controversiales; la misma sustancia
aparece bajo los intensificadores de toxicidad por oxígeno en un estudio y en la
categoría de protectores en otro. Cada autor trata de dar una explicación racional. Las
anfetaminas, que son consideradas como intensificadoras de la toxicidad por oxígeno,
han sido mostradas por Criborn (1986) por tener un efecto protector contra las
convulsiones inducidas por oxígeno al incrementar la liberación de dopamina en el
cerebro.
Conclusiones
Hay evidencia más reciente para apoyar la teoría de los radicales de oxígeno libres en
la producción de toxicidad por oxígeno. También, el agente protector más promisorio es
un antioxidante – la vitamina E. Las investigaciones están continuando para encontrar
mejores métodos de protección contra la toxicidad por oxígeno.
Cada clínico que trata pacientes debe estar conciente de la toxicidad por oxígeno,
aunque es rara. A presiones de 1.5 ATA, aún en uso prolongado en pacientes con
enfermedad cerebrovascular no han llevado a ningún caso reportado de toxicidad por
oxígeno.
No se debe suponer que las observaciones experimentales con respecto a la
toxicidad por oxígeno bajo condiciones hiperbáricas son aplicables a condiciones
normobáricas. Mientras que el Disulfiram protege contra el oxígeno hiperbárico,
potencializa la toxicidad del oxígeno normobárico en la rata (Denke y Fanburg 1980).
El ácido ascórbico es también un recolector de radicales libres y protege contra la
toxicidad por oxígeno, pero grandes dosis de esta vitamina puede evidenciar ser
contraproducente en el tratamiento de la toxicidad por oxígeno si las enzimas
reductoras son sobrecargadas. Un ascorbato oxidizado puede realmente potenciar la
toxicidad por oxígeno a través de formación de lipoperoxido.
Áreas que Requieren Investigaciones Adicionales 47
Hemos encontrado que el Mg++ es la única sustancia con una doble acción contra
los efectos indeseables del oxígeno. Es un vasodilatador y también un bloqueador del
Ca y protege contra la lesión celular. Nosotros recomendamos 10 mmol de Mg++ 3 h
antes a una sesión de OHB y 400 mg de vitamina E diariamente, iniciando un par de
días antes del tratamiento con OHB.
La epilepsia ha sido listada como una contraindicación para utilizar terapia con oxígeno
hiperbárico. Esto está basado en la suposición de que el oxígeno es responsable de
precipitar un ataque en tales pacientes y este evento en una cámara puede ser
perjudicial para el paciente. No hay publicaciones que reexaminen este problema. ¿Es
la OHB realmente peligrosa para un epiléptico? Siguiendo esta precaución, podemos
estar excluyendo muchos pacientes con lesiones en la cabeza y ataque de apoplejía,
quienes padecen de tener convulsiones, del beneficio de la terapia con OHB. El
mecanismo de la epilepsia en tales pacientes es diferente del de una convulsión
inducida por oxígeno. Aún ha sido mostrado que las anormalidades del EEG en
pacientes con apoplejía mejoran con tratamiento de OHB (Wassmann 1980).
Nosotros no hemos observado un ataque simple en sobre 40 000 sesiones de OHB.
La interrogante de la seguridad de la OHB en epilépticos necesita ser reexaminada.
Consideramos posible que muchos de los ataques reportados pueden ser incidentales.
Aparte del mero estrés de ir dentro de una cámara hiperbárica, no hay otro factor
demostrado que pueda ser responsable por la instalación de convulsiones en un
paciente recibiendo OHB a 1.5 ATA por menos de una hora. El trabajo de Vion-Dury et
al. (1986) demostrando el efecto inhibitorio de la OHB sobre la actividad inductora de
convulsiones en la amígdala es importante. Deben hacerse estudios adicionales de
OHB sobre modelos animales de epilepsia, para ver si hay un efecto benéfico sobre la
epilepsia. Tal vez la OHB pueda aún abortar un ataque desde un foco con trastornos
circulatorios y metabólicos por corrección de estas anormalidades.
No ha habido un estudio para determinar el efecto protector de medicamentos
estándar antiepilépticos como la difenilhidantoina (Dilantin) contra las convulsiones
inducidas por oxígeno. Tal estudio podría ser importante para determinar el ajuste en la
dosificación de Dilantin en pacientes con epilepsia si fue mostrado que estaría seguro
darles HBO.
Vitamina E
E. Braun
Cámaras Hiperbáricas
No está dentro del alcance de este libro dar detalles técnicos de las cámaras
hiperbáricas. Tales detalles están disponibles con los fabricantes de equipo hiperbárico.
Los tipos de cámaras actualmente en uso son los siguientes:
Cámaras Monoplaza
Las cámaras monoplaza son las cámaras más comúnmente utilizadas. En la mayoría
de ellas la presión no puede elevarse sobre 3 ATA. La cámara es llenada con oxígeno
bajo presión. El paciente puede ser transferido al interior de la cámara sobre una
camilla. Hay dos tipos de flujo de oxígeno (Hart y Kindwall 1977):
1. Ventilación constante: Este tipo tiene una proporción fija de flujo de oxígeno a través
de la cámara y saliendo otra vez al ambiente externo.
2. Reciclado: Este tipo recicla todo o una porción de los gases, los cuales son
utilizados otra vez después de limpiarse apropiadamente y de ser absorbido el CO2
y vapor de agua no deseados. La comunicación con el paciente es a través de un
micrófono. El paciente puede ver TV en un equipo colocado fuera de la cámara.
Las dos primeras desventajas son superadas en la cámara tipo Reneau, la cual está
hecha de acero inoxidable para resistir una presión de 6 ATA y tiene un cuarto lateral
para procedimientos médicos.
Las cámaras hiperbáricas monoplaza pueden ser ocupadas con dispositivos de
monitoreo y aún ventiladores con control desde el exterior. Esta disponible apara utilizar
en la cámara una unidad de tracción espinal para fracturas de columna cervical.
Cámaras multiplaza
Las cámaras multiplaza (Lubitzsch 1986) son utilizadas para tratamientos simultáneos
de un número de pacientes. La capacidad varía desde unos pocos hasta tanto como 20
pacientes. Estas cámaras son llenadas con aire y la respiración es vía una mascarilla
que cubre la boca y la nariz. Las cámaras modernas de este tipo están equipadas con
un extenso suministro de gas y sistemas de monitoreo. La atmósfera es de aire
acondicionado para humedad tanto como para temperatura. La composición del gas en
la cámara es monitoreada y corregida, particularmente si hay fugas de oxígeno desde
las mascarillas.
1. Es totalmente móvil y puede trasladarse a donde sea necesaria. Puede iniciar, por
ejemplo, en el estacionamiento de un hospital.
2. Es confortable y segura.
3. Es ideal para uso clínico tanto como para investigación.
Han sido publicados los resultados preliminares de estudios utilizando esta cámara
(Fischer et al. 1986).
La única unidad de terapia hiperbárica en el agua fue descrita por Marroni et al. (1986).
Permite una combinación única de terapia física con OHB en el agua. Este tratamiento
es particularmente útil para la rehabilitación de pacientes con apoplejía.
Cámaras Hiperbáricas 51
Fig. 6.1. a Vista exterior de la cámara hiperbárica multiplaza móvil, b Vista del interior
de la cámara, c Vista de la antecámara con los controles de la cámara hiperbárica
multiplaza móvil.
52 Cámaras Hiperbáricas y Equipo Auxiliar
Terapia Tópica
Cámaras Pequeñas
Teske et al. (1979) describieron una pequeña cámara hiperbárica para animales de
experimentación pequeños. Esta cámara es particularmente apropiada para exposición
a radiación de ratones bajo OHB. Hutchinson et al. (1963) describieron una cámara
portátil pequeña para resucitación de recién nacidos.
Equipo Auxiliar
1. Mascarillas de oxígeno
2. Respiradores y ventiladores
3. Equipo misceláneo para tratamiento
- aparatos de resucitación cardiopulmonar
- tubos endotraqueales
- equipo de succión
- infusiones intravenosas
4. Equipo para diagnóstico
- bandeja de examinación médica básica
- medición de oxígeno transcutaneo
- EEG
- ECG
- hemorreología y gases en sangre
- presión intracraneal y tensión de oxígeno en fluido cerebroespinal
Mascarillas de Oxígeno
Respiradores y Ventiladores
Para pacientes que necesitan este apoyo, diversos ventiladores son efectivos para
utilizar en la cámara si la presión del ventilador se mantiene cuando menos 50 psi arriba
de la presión de la cámara. El ventilador Bird Mark 14 fue encontrado efectivo a
presiones de hasta 6 ATA (Sheffield et al. 1977). Deben ser monitoreados los
volúmenes inspiratorio y expiratorio del ventilador con un respirómetro, ya que los
valores ajustados difieren de los volúmenes entregados bajo diferentes presiones
(Kindwall y Goldman 1894). Puede ser necesario calibrar el respirómetro para utilizarlo
en la cámara hiperbárica.
Equipo de Diagnóstico
Debe estar disponible en la cámara el equipo de diagnóstico médico básico, tal como
martillo de reflejos, estetoscopio y oftalmoscopio.
La medición de tensión de oxígeno transcutanea (tcpO2) es una técnica no invasiva
para medir la tensión de oxígeno de los tejidos por medio de un electrodo encintado
sobre la piel. No puede ser utilizado en la cámara monoplaza, pues el electrodo es
excitado eléctricamente y por lo tanto constituye un riesgo de fuego.
Huch et al. (1977) desarrollaron mediciones de tcpO2 en voluntarios respirando aire y
oxígeno hiperbárico hasta 4 ATA. El resultado mostró correlaciones cercanas con
valores de pO2 medidos directamente en sangre por punción arterial dentro de la
cámara hiperbárica.
Franzeck et al. (1982) midieron tcpO2 en las extremidades inferiores de 24 sujetos
control y 69 pacientes con varios grados de enfermedad vascular periférica oclusiva. La
tcpO2 fue significativamente más baja en los pacientes que en los sujetos control. Los
autores encontraron que la técnica da resultados reproducibles.
El ECG y el EEG no poseen problemas especiales de equipo y deben ser equipos
estándar de las cámaras que tratan pacientes con insuficiencia vascular cerebral.
Pueden ocurrir cambios en la calidad de la señal del ECG con altas presiones.
Los gases en sangre idealmente deben ser determinados dentro de la cámara
debido al problema de liberación de gases si la muestra es llevada a presiones a nivel
del mar. Varios sistemas de análisis de gas en sangre han sido modificados para
funcionar dentro de la cámara hiperbárica. Para parámetros de reología tal como
agregación plaquetaria, aún no están disponibles tales sistemas, pero nosotros estamos
en el proceso de desarrollar uno.
Procedimientos misceláneos de diagnóstico especiales: La medición de la presión
intracraneal es importante en pacientes con lesiones en la cabeza y edema cerebral. El
Seguridad en la Cámara Hiperbárica 55
Pérdida de Presión
La construcción de la cámara debe ser tal, que la pérdida de presión no debe ocurrir. La
pérdida repentina de presión puede causar enfermedad de descompresión.
Los valores máximos recomendados para pureza de aire se muestran en la Tabla 6.2
(Hamilton et al. 1977).
Prevención de Infecciones
Barotrauma Otico
Dolor en Senos
Miopía
Barotrauma Pulmonar
Contraindicaciones
Enfisema con Retención de CO2. Los pacientes con este problema pueden desarrollar
neumotórax por ruptura de una bula enfisematosa durante la OHB. Deben tomarse
rayos X de tórax previo al tratamiento para descartar esto.
Lesión Pulmonar Asintomática con Rayos X. No debe ser llevado a cabo el tratamiento
con OHB si los rayos X revelan tales lesiones.
Neuritis Óptica. Esta es listada como una contraindicación debido al peligro de pérdida
de la visión, pero muchos pacientes con esclerosis múltiple han recibido tratamiento con
OHB sin ocurrir ningún reporte de ceguera.
Conclusiones
Necesita ser desarrollado más equipo diagnóstico auxiliar, por ejemplo para la medición
de los parámetros reológicos sanguíneos.
60 Cámaras Hiperbáricas y Equipo Auxiliar
PARTE II
APLICACIONES CLINICAS
Capitulo 7
Enfermedad de Descompresión
Fisiopatología
3.5
SNC
3.0
2.5
Presión ATA
2.0
Piel Oído
1.5 Músculo interno
1.0 ?
Fig. 7.1. Vida media del nitrógeno en varios tejidos (Después de Bühlmann 1981)
Presión
Presiónfuera
fueradel
delcuerpo
cuerpo
Antes de Después de
descompresión descompresión
O2 = 1066 mmHg repentina
N2 = 3956 O2 = 159 mmHg
Total = 5000 mmHg N2 = 601
Total = 760 mmHg
Cuerpo Cuerpo
4065 mmHg 4065 mmHg
Presión gaseosa en Presión gaseosa en
los fluidos del cuerpo los fluidos del cuerpo
H20 = 47 mmHg H20 = 47 mmHg
CO2 = 40 CO2 = 40
O2 = 60 O2 = 60
N2 = 3918 N2 = 3918
Las burbujas han sido descritas por Elliot (1977) como sigue:
Las burbujas que llegan a los pulmones pueden causar un incremento reactivo en la
presión pulmonar y vascular, y liberan agentes humorales locales.
Hallenbeck et al. (1984) opinan que la isquemia es un factor mayor en la lesión del SNC
inducida por burbujas. Utilizando granulocitos marcados, mostraron que la isquemia
activa el proceso quimiotáctico en una etapa temprana y que los granulocitos pueden
estar involucrados en la lesión del SNC. O'Hanlon et al. (1985) mostraron que una
cantidad de sangre induce a la agrupación de granulocitos en la EDD. El resultado de
estas interacciones entre la sangre y los tejidos dañados bien puede ser un
determinante mayor de la extensión de la recuperación neuronal seguida a isquemia
focal del SNC.
Burbujas en la microcirculación
Liberación hacia el sistema venoso
Anoxia tisular
Vasculatura pulmonar (Efecto sanguíneo
secundario)
Dolor o parálisis Muerte
Las lesiones más comunes en el SNC se encuentran en la médula espinal. Hay dos
hipótesis del infarto de la médula espinal. La primera sugiere que burbujas arteriales,
aunque menos comunes en la médula que en el cerebro (menor volumen), pueden
tener aquí un efecto dañino mayor. La otra postula infarto venoso.
Características Clínicas
Diagnóstico
Escaneo Óseo
En casos de bends con dolor articular, el escáner óseo Tc99 ha mostrado ser positivo
tan pronto como 72 h después del insulto traumático (Adams et al. 1984). Esta prueba,
sin embargo, no ha mostrado una firme relación entre los síntomas de EDD y los sitios
de lesión ósea.
Rayos X
La necrosis ósea debida a descompresión puede ser detectada con Rayos X, Puede,
sin embargo, tomar tanto como 6 meses para que aparezcan los cambios radiológicos.
Más del 10% de los hombres que han estado buceando por 12 ó más años tienen
alguna necrosis ósea. Los sitios más frecuentes son la cabeza del húmero, la parte baja
del tallo del fémur y el extremo superior de la tibia (McCallum 1984).
Tratamiento
Tiempo en minutos
Superficie
30
Oxígeno
Aire
Profundidad en pies
5 20
Tiempo en minutos
Superficie
Oxigeno
Aire
Profundidad en pies
Complicaciones
Hipoxia Cerebral
Paraplejia
Arritmias Cardiacas
Los trastornos del oído interno son bastante comunes. Patte et al. (1975) reportaron su
tratamiento con vasodilatadores, agentes antiinflamatorios y OHB. El último nombrado
es un adjunto útil aún si es aplicado tarde.
La importancia del tratamiento temprano fue enfatizada por Gresham (1978). Fueron
revisados 50 casos consecutivos de EDD en buzos de la armada después de
tratamiento por recompresión y descompresión. No hubo mortalidad o morbilidad. Los
factores comunes en estos casos fueron los siguientes:
Tratamiento Retrasado
Myers y Bray (1985) reportaron tres pacientes con síntomas residuales de EDD quienes
se presentaron 3-7 días después de la exposición. A pesar del retraso en el tratamiento
con OHB, todos ellos tuvieron resolución completa de sus síntomas. Estos autores
recomendaron tratar los casos de EDD cuando son vistos, aún con 10-14 días después
de la lesión. Kizer (1982) reportó 50 pacientes que fueron tratados al menos 12 h
después de los primeros síntomas, 24 de ellos tipo I de Kindwall y el resto tipo II.
Treinta y tres de los 50 se recuperaron completamente sin ningún síntoma residual y el
resto mostró mejoría.
Una cámara de recompresión de rescate transportable (TRRC) ha sido sugerida por
Melamed et al. (1981) como una alternativa para el tratamiento retrasado. Estos autores
reportaron el uso de una TRRC para un hombre en la rápida iniciación del tratamiento y
evacuación en accidentes graves de buceo scuba. Esta cámara también ha sido
utilizada para evacuación, aunque los autores recomiendan el uso de una cámara de
dos compartimentos (un compartimento para la víctima y uno para el atendiente).
El retraso ordinariamente esta involucrado con el transporte, o el riesgo de
expansión de las burbujas de gas a grandes altitudes en un avión. El servicio de rescate
aéreo Suizo (Vogel 1985) puede transportar una cámara hiperbárica monoplaza en un
helicóptero. La cámara hiperbárica ideal debe ser multiplaza, totalmente equipada para
tratamientos auxiliares y totalmente transportable por cualquier medio. Tal cámara está
disponible para transporte en superficie (Larsonneur y Fischer 1986) y puede ser
modificada y fijada en un bote o un helicóptero, para que los pacientes puedan ser
tratados mientras son transportados a una instalación médica regular para cuidados
adicionales.
Capitulo 8
Embolismo Aéreo
Causas
La introducción de aire dentro del sistema venoso o arterial puede causar embolismo
aéreo cerebral, conduciendo a deficiencia neurológica grave. El embolismo aéreo ha
sido bien documentado en medicina por más de 100 años (Seen 1885). Las causas
más comunes reportadas en la literatura son iatrogénicas, el embolismo ocurriendo
como resultado de procedimientos médicos invasivos o cirugía. Menos comúnmente, el
embolismo aéreo en buzos por descompresión rápida y en escape de submarinos.
Algunas de las causas del embolismo aéreo se listan en la Tabla 8.1.
Hay aproximadamente 20 000 casos de embolismo aéreo por año en E.U. La
incidencia exacta de varias causas es difícil de determinar, porque no todos los casos
son reportados en la literatura. Nuestra revisión se interesa principalmente en casos
donde fue utilizado el tratamiento hiperbárico. Algunas victimas se recuperaron
espontáneamente.
Leitch y Green (1986) revisaron 140 casos de barotrauma pulmonar por
descompresión en un periodo de 20 años. Entre estos, en la mitad de los 117 pacientes
con embolismo aéreo el embolismo se resolvió espontáneamente. Cramer (1986) revisó
43 casos tratados en la Fuerza Aérea de E.U. entre 1965 y 1984, la mayoría de ellos
debido a procedimientos médicos invasivos. Brunon et al. (1977) revisaron 1700
operaciones de corazón bajo circulación extracorpórea y notaron solamente nueve
probables casos de embolismo aéreo.
Mecanismos
En los casos iatrogénicos el aire es succionado dentro de las venas con presión
negativa o introducido dentro de las venas o arterias bajo presión. El pulmón
normalmente es un filtro efectivo para burbujas mayores de 22 µm de diámetro cuando
se inyectan lentamente. Una inyección de aire en bolo de más de 1.5-3 ml/kg excede la
capacidad del filtro de los pulmones y produce embolización a través del corazón
izquierdo hacia la circulación arterial hasta que bloquea arteriolas de 30-60 µm de
diámetro. El aire tiene una gran tensión superficial en la unión sangre-aire y los glóbulos
de aire no pueden ser deformados lo suficiente para la navegación en los capilares.
El aire venoso causa embolismo arterial cerebral rápidamente en la presencia de un
foramen oval persistente, el cual se dice ocurre en el 27.3% de la población normal. En
la ausencia de foramen oval, el aire venoso debe primero atravesar la vasculatura
pulmonar para poder entrar a la circulación cerebral.
En el barotrauma pulmonar, el volumen pulmonar se expande durante el ascenso
rápido. Cuando la presión alveolar excede 80-100 mmHg, el aire puede ser forzado
hacia dentro de los capilares pulmonares. El alveolo puede romperse hacia el espacio
pleural, causando neumotórax, o hacia las venas pulmonares, desde donde el embolo
puede atravesar el lado izquierdo del corazón para entrar a la aorta y puede ascender
por las arterias carótidas a la circulación cerebral, ya que el buzo normalmente esta
erguido durante el ascenso.
Fisiopatología
Características Clínicas
Diagnóstico
Tratamiento
Tabla 8.2. Volumen relativo y área de superficie de una burbuja con compresión
Tiempo en minutos
60 120 180 240 300
Tratamientos auxiliares
Drogas Antitrombóticas. Estas han sido utilizadas (Cramer 1986) para contrarrestar la
agregación plaquetaria asociada con el embolismo aéreo. El uso de heparina como
anticoagulante es considerado riesgoso debido al peligro de hemorragia en áreas
infartadas. Sin embargo, Kindwall (1973) noto que los pacientes que están ya con
heparina tienen un mejor pronóstico después de embolismo aéreo que aquellos que no
están con anticoagulantes. Esto es particularmente notado durante bypass
cardiopulmonar por cirugía cardiaca.
Esteroides. Estos han sido utilizados para prevenir el edema cerebral. Pearson y Goad
(1982) reportaron edema cerebral retrasado después de buenos resultados iniciales por
recompresión después de un embolismo aéreo. Los esteroides deben administrarse
solamente después de la descompresión, ya que pueden acelerar el desarrollo de
toxicidad por oxígeno.
Cirugía Cardiovascular
Barotrauma Pulmonar
Tratamiento Retrasado
Conclusiones
COHb pCO
=K
O2Hb pO2
1. Perros que inhalaron 13% de CO en aire murieron en 15-60 min. Los niveles de CO
a la muerte fueron 54–90% de saturación.
2. Perros anémicos por sangrado (Hb reducida al 68%) y entonces infundidos con
solución de Ringer y dextran para restaurar el volumen sobrevivieron después de
exposición a CO aun cuando la capacidad de acarreo de oxígeno fue deteriorada.
3. Perros que fueron sangrados pero infundidos con RCB canino conteniendo 80% de
saturación de OHb mostrando un nivel de saturación de COHb de 57-64%, pero sin
mostrar síntomas tóxicos.
Método
Sistema Síntomas Patología
diagnóstico
Neurológico
Agudo Confusión coma, Edema cerebral, EEG
convulsiones encefalopatía rastreo CT
Tardío Psicosis, demencias Atrofia cerebral,
parkinsonismo lesiones del ganglio
basal
Cardiaco Angina Isquemia miocárdica ECG (depresión
Arritmias S-T)
Pulmonar Disnea Edema pulmonar Rayos X de
tórax
Oftalmológico Deterioro visual Hemorragia retinal, Fondoscopía
lesiones cerebrales
Renal Falla aguda Necrosis muscular,
mioglobinuria
Muscular Isquemia de pierna Síndrome
compartamental
Auditivo y Pérdida de la
vestibular audición,
nistagmus, Tinitus
Cutáneo Eritema, ampollas
Neuropatología
La predilección por ciertas áreas del cerebro, tales como el globo pálido y la sustancia
negra, ha sido considerada que es debida al efecto hipóxico, ya que estas áreas tienen
pocos capilares.
La necrosis del globo pálido se muestra en el paciente vivo con rastreo CT como
áreas de baja densidad (Sawada et al. 1980). En las etapas tardías estos pacientes
muestran atrofia cerebral, también detectada por rastreo CT, y esto se correlaciona
normalmente con una pobre recuperación neurológica.
Lesiones Neurológicas
Lesiones Cardiacas
Lesiones Pulmonares
El edema pulmonar está presente en el 36% de los pacientes con envenenamiento por
CO se considera que es debido a hipoxia. Los rayos X de pulmones muestran una
apariencia de vidrio molido característica. También pueden estar presentes velo
perihiliar y edema intraalveolar (Owaga et al. 1974; Sone et al. 1974).
El vómito en un paciente inconsciente puede conducir a neumonía por aspiración.
Con la inhalación de humo de incendio, hay otros gases tóxicos, aunque el principal
84 Monóxido de Carbono y Otros Venenos Tisulares
Diagnóstico
Diagnóstico Diferencial
Algunos ejemplos de diagnósticos erróneos frecuentes (Barret et al. 1985) son los
siguientes:
- Enfermedad siquiátrica
- Migraña
- Enfermedad cerebrovascular
- Enfermedad cardiaca
Tratamiento
Una vez que el paciente es removido del ambiente con CO, el CO se disocia
lentamente de la Hb y es eliminado (Kindwall 1984). A presión atmosférica en aire
fresco, la vida media del CO circulante es de 5 h y 20 min. Este tiempo disminuye a 23
min con OHB a 2 ATA utilizando oxígeno al 100% (Tabla 9.4). Puede apuntarse que
estas vidas medias no son constantes, ya que dependen de un número de factores
variables; son particularmente inexactos cuando los niveles de COHb son altos.
1. Saturación inmediata del plasma con suficiente oxígeno para sostener la vida y para
revertir la hipoxia tisular a pesar de los altos niveles de COHb.
2. Rápida reducción de CO en la sangre por gran capacidad de acción de la pO2.
3. Asistencia en la conducción de CO lejos de la citocromo oxidasa y en la
restauración de la función.
4. Reducción del edema cerebral.
End y Long (1942) demostraron por experimentos en animales que la OHB a 3 ATA es
más efectiva que el oxígeno en la eliminación de CO del cuerpo y recomendaron su uso
en humanos con envenenamiento por CO.
Koyama et al. (1976) investigaron el efecto de la OHB en envenenamiento con CO
experimental en perros. El nivel inducido de COHb fue 60%. La mitad de los animales
fueron tratados por medios de resucitación generales a 1 ATA respirando aire del cuarto
y sirvieron como controles. La otra mitad le dieron oxígeno al 100% a 2 ATA por 90 min.
En ambos grupos fueron medidos COHb, Hb, hematocrito, gases sanguíneos, balance
ácido base, ácido láctico, enzimas séricas (transaminasa glutámico oxalacetica,
transaminasa glutámico piruvica; GOT, GPT), ECG y la función respiratoria. Los
resultados indicaron que la OHB es más efectiva en la eliminación de COHb y en la
recuperación de la anoxia. En los perros que no sobrevivieron a la resucitación, la
causa de muerte fue acidosis metabólica progresiva y disfunción cardiovascular.
Ogawa et al. (1974) determinaron un 20% de caída en el volumen sanguíneo en
envenenamiento por CO experimental en perros, principalmente debido a reducción del
plasma causado por permeabilidad vascular incrementada. Esta hemoconcentración
mostró ser reversible con OHB. Los autores observaron subsecuentemente el mismo
fenómeno en pacientes con envenenamiento por CO.
Pace et al. (1950) mostraron en voluntarios humanos que la proporción de
eliminación de CO es acelerada por respiración con oxígeno a 2 ATA.
Sasaki (1975) propuso un procedimiento para terapia con OHB para
envenenamiento por CO basado en el tiempo medio de aclaración de la COHb en
experimentos con animales:
1. Para envenenamiento por CO grave, oxígeno a 2.8 ATA por 20 min seguido por 1.9
ATA por 57 min.
86 Monóxido de Carbono y Otros Venenos Tisulares
2. Para envenenamiento por CO moderado, oxígeno a 2.8 ATA por 20 min seguido por
1.9 ATA por 46 min.
3. Para envenenamiento por CO ligero, oxígeno a 2.8 ATA por 20 min seguido por 1.9
ATA por 30 min.
Las guías para el uso de OHB contra oxígeno normobárico se muestran en la Tabla
9.5. La OHB, si está disponible, debe ser utilizada en niveles de COHb de 25% o más.
Otra vez debe enfatizarse que la apariencia clínica del paciente, junto con la historia de
la exposición, es el factor decisivo para la instalación del tratamiento para
envenenamiento por CO. Los niveles de COHb es una consideración secundaria.
1. Nivel de COHb. Este debe ser repetido después del tratamiento con OHB y también
12-16 h más tarde, ya que puede haber un segundo pico debido a la liberación
dentro de la circulación de COHb o COMb secuestrada en el bazo, músculo y
médula.
2. Gases en sangre, lactato.
88 Monóxido de Carbono y Otros Venenos Tisulares
Secuelas Tardías
Las secuelas tardías del envenenamiento por CO son también referidas como
"síndromes secundarios". Después de la recuperación inicial, algunos pacientes
desarrollan complicaciones tardías 1-2 semanas después de la exposición. El tiempo de
instalación puede variar desde unos pocos días después del episodio agudo a 5-6
semanas más tarde. La secuela puede desarrollarse después de un periodo de
aparentemente completa recuperación (Werner et al. 1985).
Los síntomas neurosiquiátricos son preeminentes en esos síndromes (Takahashi et
al. 1984). Desde un punto de vista neuropatológico, las lesiones de la materia blanca
cerebral son de sustrato ordinario. También ocurren cambios patológicos en el ganglio
basal. El mecanismo exacto del daño neuronal retrasado no es conocido. Siesjo (1985)
cree que diversas reacciones activadas por el incremento de la concentración de calcio
son lo suficiente duraderas para causar alteración sostenida de la función celular y
muerte neuronal retrasada. La incidencia de síndromes secundarios varía desde 10% a
30%. Smith y Brandon (1973) siguieron a 63 pacientes con envenenamiento por CO por
3 años. Ninguno de estos había sido tratado con OHB. Se encontró deterioro en la
personalidad (33%) y en la memoria (43%), y correlacionados con el nivel de
Conclusiones: Envenenamiento por CO 89
conciencia. Mathieu et al. (1985) revisó 230 casos de envenenamiento por CO tratados
con OHB. La mortalidad fue 1.7% y la proporción de síndrome secundario 4%. Los
autores establecieron su creencia de que la OHB es importante en el tratamiento del
envenenamiento por CO no solo porque proporciona rápido alivio de los síntomas, sino
también porque puede prevenir secuelas retrasadas graves.
Levine y Heyworth (1981) trataron 12 pacientes con secuela tardía de
envenenamiento por CO. Los síntomas fueron pérdida de memoria, irritabilidad
incrementada y debilidad en piernas. Los autores anotaron que estos síntomas, los
cuales aparecieron 3-6 semanas después de la exposición inicial y tratamiento, primero
fueron considerados ser de naturaleza siquiátrica. Aún cuando se reconocieron debidos
a lesiones cerebrales, estos síndromes fueron considerados trastornos permanentes e
irreversibles. Cada uno de estos pacientes recibió 20 tratamientos con OHB de 2 h a 3
ATA (oxígeno 100%) y mejoraron.
Myers et al. (1985) revisaron 131 de sus propios pacientes tratados con OHB por
envenenamiento por CO e hicieron investigaciones acerca de casos similares de otras
instituciones. En un total de 500 de tales pacientes, no hubo casos de secuelas
retardadas. En contraste, 10 (12.1%) de los 82 pacientes tratados con oxígeno
normobárico regresaron con secuelas clínicamente significantes, las cuales se
desarrollaron 1-21 días (media de 5.7 días) después de la exposición inicial. Los
autores postularon que en estos casos la dislocación de la enzima respiratoria
mitocondrial ocurrió más allá de la etapa de la citocromo A3 oxidasa, resultando en
función celular anormal. La OHB, por inundación de la Hb y plasma con altas
concentraciones de oxígeno, puede activar este sistema. Las secuelas secundarias
pueden ser tratadas otra vez con OHB y la mejoría todavía ocurre. Zanetti (1984)
reportó que ningún caso de deterioración retardada fue visto en pacientes con
envenenamiento por CO tratados con OHB.
No sabe uno la vida media del CO unido con citocromo A3 oxidasa, lo cual puede ser un
factor determinante en la etiología de secuela tardía. El "sobre tratamiento" empírico ha
sido mostrado para reducir o eliminar la secuela tardía, pero si puede ser determinado
90 Monóxido de Carbono y Otros Venenos Tisulares
El ácido hidrocianico es uno de los venenos conocidos que actúan más rápidamente. La
inhalación de tan poco como 100 mg de gas puede causar la muerte instantánea. Una
dosis oral de la sal sódica o potásica (dosis letal 300 mg) actúa más lentamente y los
síntomas pueden no aparecer por varios minutos y la muerte puede no ocurrir por una
hora.
El envenenamiento por cianuro es principalmente suicida, pero puede ocurrir
exposición industrial en la industria galvanoplástica y en fumigación. Los glicósidos
cianogénicos son encontrados en sobre 1000 especies de plantas, incluyendo semillas
de albaricoque y almendras amargas. La fuente iatrogénica es el nitroprusiato sódico, el
cual es utilizado como vasodilatador y como agente hipotensivo.
Fisiopatología
1. La ecuación
Tratamiento
Metahemoglobinemias
Tratamiento
Smith y Olson (1974) reportaron que el azul de metileno sigue siendo el tratamiento
efectivo para metahemoglobinemias, pero que la OHB puede ser un adjunto útil.
Shechy et al. (1974) compararon el antagonismo de los efectos letales del nitrito de
sodio expuesto por varias combinaciones de azul de metileno, oxígeno y OHB.
Encontraron la OHB como el agente más efectivo con o sin azul de metileno.
Lareng et al. (1974) reportó un caso raro de envenenamiento con nitrobenceno que
resultó en metahemoglobinemia aguda. El manejo involucró tres
exanguinotransfusiones y cinco sesiones de OHB. El paciente se recupero.
Timchuk et al. (1981) trató tres pacientes con metahemoglobinemia inducida por
drogas (niveles de metahemoglobina de 50%-70%) quienes fueron admitidos en un
estado comatoso, fue dada OHB a 2.2 ATA. La metahemoglobina disminuyó en una
proporción de 5%-8% por hora de exposición y los pacientes se recuperaron.
Conclusiones: Otros Envenenamientos Diferentes al CO 93
Solo hay reportes anecdóticos del uso de OHB en casos de envenenamiento por
cianuro, sulfuro de hidrógeno, CCl4 y metahemoglobinemias, en situaciones como estas
uno no puede tener estudios controlados. En un caso crítico, la OHB debe ser
considerada como un suplemento a los métodos convencionales.
Capitulo 10
Papel de la Oxigenación Hiperbárica en el
Tratamiento de Infecciones
1. Exponer a los microorganismos a una pO2 dada por un tiempo lo suficiente largo
para afectar adversamente la fisiología microbial y dar a los mecanismos de defensa
del huésped una oportunidad para triunfar. La exposición no debe ser tan larga
como para producir toxicidad tisular.
2. Elevar la pO2 tisular suficientemente para reforzar los mecanismos de defensa del
cuerpo sin alterar la fisiología del microbio simultáneamente.
Papel en el Tratamiento de Infecciones No Clostrídicas de Tejidos Blandos 95
Bacterias en cultivo son expuestas a OHB intermitente para simular situaciones clínicas
y para determinar las relaciones de dosis-tiempo. El crecimiento de Mycobacterium
tuberculosis fue grandemente retardado después de 2 exposiciones diarias de 3 h a
2.87 ATA con oxígeno por 5 días, mientras que 2 exposiciones diarias de 2 h a 1.87
ATA fueron menos efectivas (Gottlieb 1971). Hay diferencias en las especies en la
respuesta a la pO2 aumentada.
El oxígeno puede reforzar los efectos de otros agentes antimicrobianos,
particularmente antagonistas del ácido paraaminobenzoico (PABA) como las
sulfonamidas. Esto fue mostrado por Gottlieb (1974), cuyos estudios indicaron que el
oxígeno a 2.87 ATA incrementó la efectividad del sulfisoxasol cinco- a diez doble. No
hubo reforzamiento del oxígeno de análogos del PABA sobre corynebacterium
diphteriae. El único organismo resistente a droga que fue encontrado ser susceptible a
sinergia inducida por oxígeno fue M. tuberculosis.
Knighton et al. (1986) probaron los efectos de hipoxia, hiperoxia y normoxia con y sin
antibióticos sobre despeje bacterial. Encontraron que el mejoramiento de la oxigenación
tisular por administración de oxígeno normobárico disminuyó la necrosis infecciosa tan
efectivamente como los antibióticos profilácticos, y que el mejoramiento de la
oxigenación tisular y antibióticos tienen un efecto aditivo.
Thom et al. (1986) probaron el efecto de la terapia con OHB intermitente sobre
peritonitis inducida experimentalmente en ratas por instilación de materia fecal de ratas.
La mortalidad sin OHB fue del 100%, pero con OHB intermitente fue reducida a 8%. En
animales donde la peritonitis fue causada por cultivos puros de bacterias patógenas, la
mortalidad de 79% fue reducida a 23% con el uso de OHB. Datos de cultivos de sangre
indicaron que la eficacia de la OHB no fue relacionada a su efecto bactericida directo.
Tonjum et al. (1981) probaron el efecto de OHB (3 ATA) en infecciones
experimentales con Bacteroides fragilis en hígado de rata. Ellos fallaron para demostrar
algún efecto sobre la eliminación del organismo.
Weislow et al. (1974) estudiaron el efecto fagocítico de los leucocitos sobre
Pseudomonas aeruginosa en cultivos bajo condiciones de OHB. La exposición
intermitente afectó adversamente a la bacteria pero la exposición continua fue
perjudicial para la fagocitosis.
Osteomielitis
1. Cirugía
a) Drenaje de abscesos
b) Remoción de cuerpos extraños
c) Desbridamiento de secuestro
d) Remoción de barrera para vascularización normal
e) Obliteración de espacios muertos como resultado de desbridamiento
2. Antibióticos: los apropiados antibióticos a la dosis óptima a ser administrados por
una duración de tiempo adecuada.
Los objetivos quirúrgicos óptimos no siempre son alcanzados, y esta es una de las
causas comunes de osteomielitis refractaria. El tratamiento quirúrgico es efectivo en el
70%-80% de los casos de osteomielitis crónica. (Esto no incluye casos en los cuales es
negada la cirugía por un pobre pronóstico.) Uno no sabe que tanto del remanente 20%-
30% podría beneficiarse con terapia de OHB.
antibióticos o cirugía. El tratamiento fue dado por 21 días y los animales tratados fueron
divididos en varios grupos de acuerdo a las presiones de oxígeno utilizadas. Los
mejores resultados fueron obtenidos en el grupo tratado con OHB a 2 ATA por 2 h 3
veces al día. Ya que la OHB dada profilácticamente no previene el desarrollo de
infecciones, se concluyó que la efectividad de la OHB sobre osteomielitis establecida es
debida a reforzamiento de las defensas del huésped y no debido a un efecto directo
sobre los organismos.
Esterhai et al. (1986) estudiaron el efecto sobre la tensión intramedular de
exposiciones con oxígeno 100% a 1, 2, 3 y 4 atm de presión en conejos con
osteomielitis crónica de tibia derecha. Las tensiones de oxígeno fueron medidas a
través de electrodos implantados polarograficamente. La tensión de oxígeno en la tibia
izquierda (normal, control) fue baja (debajo de 30 mmHg), y el lado infectado aún más
baja. Se elevó en respuesta a OHB en ambos lados, pero retorno a la línea basal 15
min después de terminar la terapia.
Slack et al. (1965) reportaron cinco casos de osteomielitis crónica, los cuales
respondieron a OHB a 2 ATA. Los microorganismos presentes en estos casos
incluyeron Staphylococus pyogenes y Proteus vulgaris.
Davis (1977) revisó 98 casos de osteomielitis refractaria crónica de columna,
extremidades, pelvis, cráneo y pared toráxica. Cada uno de estos casos fue presentado
con fracaso del tratamiento quirúrgico y antibiótico. En el 50% de ellos el proceso de la
enfermedad fue detenido por OHB y permaneció así los 5 años siguientes. Hay muchos
otros reportes de mejoramiento de la osteomielitis crónica con terapia de OHB, pero no
hay estudios controlados. Todos los estudios enfatizan el importante papel del buen
manejo quirúrgico y antibiótico y puntualizan que la OHB no es un sustituto sino un
suplemento a estos tratamientos. El promedio de éxito global en varios estudios va del
60% al 85%. Estos son buenos resultados si uno considera la grave naturaleza de los
casos tratados con OHB. En algunos casos la alternativa a OHB fue la amputación de la
extremidad involucrada.
La OHB juega un papel vital en la osteomielitis de cráneo y columna. En la última, el
hueso involucrado no puede ser removido completamente.
Eltorai (1984) reportó que la osteomielitis ocurre en aproximadamente el 5% de los
pacientes con lesión de médula espinal, afectando las caderas, el isquion, el sacro y el
calcáneo. La causa más común es extensión de la infección desde una herida de
presión. El autor trató 44 de tales pacientes con OHB a 2 ATA por un promedio de 50
sesiones. Los cuidados quirúrgicos, antibióticos y aseo de la herida usuales fueron
mantenidos. Treinta pacientes (68%) fueron curados.
Otra indicación importante para OHB es la otitis externa maligna (Mader et al. 1982).
Esta es una infección del conducto auditivo externo, pero puede ser peligrosamente
engañosa. Lucente et al. (1982) revisaron 16 pacientes e indicaron que la infección
puede extenderse más allá del canal auditivo externo y producir osteomielitis invasiva
letal. Ellos recomendaron investigaciones completas con radiología tal como tomografía
y manejo intensivo con antibióticos, cirugía y OHB. Sheftel et al. (1985) reportaron cinco
pacientes con el diagnóstico de osteomielitis estafilocócica resistente a meticilina. Cinco
de los siete episodios en estos pacientes fueron detenidos con una combinación de
cirugía, antibióticos y OHB.
98 Papel de la Oxigenación Hiperbárica en el Tratamiento de Infecciones
Morreo et al. (1979) trató 40 pacientes que sufrían de osteomielitis crónica con OHB
como una adjunto a la cirugía y antibióticos. La proporción de cura a los siguientes 2
años fue 85%.
Davis et al. (1986) trataron 38 pacientes con osteomielitis no hematógena con
desbridamiento local de la herida, administración parenteral prolongada de antibióticos
y un promedio de 48 sesiones diarias de OHB. Treinta y cuatro (89.5%) de estos
pacientes permaneció libre de signos clínicos de osteomielitis por 34 meses. Los
autores concluyeron que este método de tratamiento prolonga el intervalo libre de
infección de pacientes con osteomielitis no hematógena crónica.
La osteomielitis crónica de la mandíbula puede ser refractaria al tratamiento. Hay
pocos reportes en la literatura de series grandes de pacientes de este tipo tratados con
OHB. Kerley et al. (1981) reportaron un caso de osteomielitis crónica que inició con
fractura de la mandíbula. Fue requerida la resección del segmento afectado. Un defecto
de 3.5 cm del sitio de la resección sanó espontáneamente con tratamientos de OHB en
un periodo de 7 meses. Merkesteyn et al. (1984) recomendaron OHB como un adjunto
para secuestrectomía y terapia antibiótica en osteomielitis de la mandíbula y
establecieron que este método combinado puede conducir a la curación.
Gangrena Gaseosa
La gangrena gaseosa es una condición necrótica aguda muy dolorosa de los tejidos
blandos, normalmente asociada con trauma o cirugía, pero puede ocurrir
espontáneamente. Es debida a infección con varias especies de organismos
anaeróbicos formadores de gas y es referida también como mionecrosis clostrídica, y
como Gasöderm o Gasbrand en Alemania. Aunque un tercio de todas las heridas por
violencia están contaminadas con tales organismos, solamente el 3% desarrolla la
enfermedad clínica. La incidencia anual en USA es de aproximadamente 1000 casos.
Esta condición es una indicación reconocida para el uso de OHB y hay extensa
literatura sobre este tema. Hart et al. (1983) ha revisado los 20 años de literatura.
Bacteriología y Patogénesis
Diagnóstico
El cuadro clínico de gangrena gaseosa es bastante típico. Hay una herida inflamada
con decoloración bronceada, grisácea o morada, descarga acuosa y serosa. El dolor es
un síntoma temprano. La crepitación es un síntoma tardío. Los signos de toxicidad
sistémica pueden ser fiebre, taquicardia y deterioro mental.
Una tinción de Gram de la herida es el método más rápido de diagnóstico. La
presencia de bacterias gram positivas con los síntomas y signos típicos debe ser
considerada un caso de gangrena gaseosa a menos que se pruebe lo contrario. El
tratamiento debe ser iniciado antes de que pueda ser obtenida la confirmación por
cultivo, ya que esto requiere 48-72 h. Sander-Wewer et al. (1985) han ideado un
método rápido de diagnóstico. Este incluye la medición de la actividad de la sialidasa en
el suero o tejido muscular del paciente.
Los rayos X no revelarán gas consistentemente, y cuando está presente, no es
patognomónico de gangrena gaseosa. Sin embargo, la distribución del gas en un patrón
plumoso indicando extensión a lo largo del fascículo muscular, es patognomónica.
Grandes burbujas de gas están normalmente asociadas con heridas abiertas o fascitis
necrosante. La clasificación de las infecciones clostrídica se presenta en la Tabla 10.1.
Esta clasificación es utilizada como una guía para el inicio del tratamiento: las
categorías I y II requieren tratamiento quirúrgico, mientras que las categorías III y IV
pueden ser manejadas médicamente. La categoría III puede progresar a categoría II ó I
si no es manejada apropiadamente.
Tabla 10.1 Clasificación de las infecciones clostrídicas (Después de Hart et al. 1983).
IV Contaminación clostrídica
Diagnóstico Diferencial
Tabla 10.2. Diagnóstico diferencial de gas en tejidos blandos (Después de Hart et al.
1983).
Bacterial No bacterial
Resultados Clínicos
Infecciones Diversas
Actinomicosis
Mucormicosis Rinocerebral
1. Para proporcionar oxígeno a los tejidos distales y a los vasos ocluidos para lograr la
supervivencia del tejido local
2. Para reducir la acidosis
3. Para ejercer un efecto fungicida
Ravicovich et al. (1983) obtuvieron buenos resultados con OHB como un adjunto para
laminectomía por drenaje de absceso epidural espinal y a terapia antibiótica. Puede
subrayarse que algunos de estos casos pueden estar asociados con osteomielitis de las
vértebras, donde la OHB ha probado ser útil.
Absceso Cerebral
Tuberculosis
Tétanos
Aunque la OHB ha mostrado que inhibe el crecimiento del bacilo del tétanos in vitro, no
ha sido mostrado su efectividad clínicamente (Brummelkamp 1964).
Infecciones Virales
Conclusiones
Resta mucho por hacer con respecto a la exploración adicional del papel de la OHB en
las infecciones. Los mecanismos básicos de acción de la OHB sobre los
microorganismos necesitan ser investigados con más detalle. El papel de la OHB en las
infecciones virales y la posible modificación de su efecto por químicos tales como el
interferón, necesita ser mirado hacia adentro. Una de las infecciones donde la
investigación adicional es particularmente necesaria es la lepra: aunque la aplicación
clínica de la OHB ha sido exitosa, no se ha hecho aún la investigación básica en esta
área. Los modelos animales de la lepra están disponibles, y la OHB debe probarse.
Además, deben conducirse ensayos controlados a gran escala en países con gran
número de leprosos.
Capitulo 11
Oxigenación Hiperbárica en Cirugía Plástica y Dermatología
muerto prosigue de manera cíclica. Incrementando la tensión de pO2 capilar por la OHB
aumenta la cantidad de oxígeno que alcanzan las células de avanzada. Estas células
son capaces de migrar más allá y conservan la habilidad de síntesis. Esto habilita el
suministro vascular para avanzar más rápidamente, lo cual asegura el cierre más rápido
de la herida.
Con interrupción del suministro de sangre, el mecanismo por el cual los injertos de
piel libres son revascularizados no está completamente entendido. Ellos se conectan a
los vasos existentes del huésped, o se atrofian y son remplazados por vasos que
invaden el injerto. En cualquier caso el injerto está hipóxico en las etapas iniciales y
puede no sobrevivir. La OHB, cuando es aplicada en esta situación, puede penetrar la
piel a una profundidad de hasta 70 µm por difusión directa. De acuerdo con Gruber et
al. (1970), la permeabilidad de la piel al oxígeno es una función de la viveza y presión
del oxígeno: 100% de oxígeno a presión ambiente aplicado tópicamente no eleva la
tensión tisular de oxígeno de la dermis, mientras que la OHB puede elevar la tensión
tisular de oxígeno solo de las capas superficiales de la dermis. Hardenbergh et al.
(1975) reportaron que los cambios de color en la piel bajo OHB pueden notarse aún en
animales muertos, indicando difusión transdérmica del oxígeno. Kühne et al. (1985)
revisaron los aspectos nuevos de la fisiopatología de la infección y curación de heridas.
Notaron una correlación entre la tensión de oxígeno tisular, la incidencia de infección y
perturbación en la curación de la herida. Ellos introdujeron el uso de
tetrahidrodecaoxido por terapia tópica para proporcionar oxigenación de tejidos blandos
(Linz et al. 1984).
La OHB ha sido aplicada clínicamente en las siguientes condiciones y situaciones en
cirugía plástica y dermatología:
Úlceras de la Extremidades
Fischer (1969) fue el primero en describir curación de úlceras de pierna bajo aplicación
tópica de OHB en 52 pacientes. Fischer (1985) describió otros 30 pacientes con úlceras
de pierna debidas a diferentes causas. La OHB fue administrada por una cámara tópica
aplicada a la extremidad afectada. No fue excedida la presión de 1.03 ATA para evitar
la obstrucción del flujo sanguíneo capilar. La entrega de oxígeno fue mantenida a 4
l/min. El tratamiento fue ejecutado dos veces al día, durando cada sesión 2-3 h. La
desbridación de la herida fue hecha como fue necesario. Los pacientes sirvieron como
sus propios controles, ya que ellos habían sido tratados antes con otros métodos sin
éxito. Hubo absorción de oxígeno a través de la úlcera, evidenciada por la elevación de
la pO2 capilar en el área de la úlcera, sin un incremento en la pO2 capilar sistémica. En
algunos casos, la estimulación del tejido de granulación fue tan efectiva que se alzó
sobre la superficie de la piel. Fischer consideró a la OHB como un simple, seguro
106 Oxigenación Hiperbárica en Cirugía Plástica y Dermatología
1. Muchos pacientes con úlceras debidas a enfermedad vascular periférica que han
resistido al tratamiento por otros medios pueden sanar con cursos prolongados de
OHB.
2. La respuesta es dosis-dependiente. Algunas úlceras responden a 1.5 ATA, mientras
otras requieren hasta 3 ATA. Algunas responden a tratamiento por un total de 2 h
por día, otras sanan con menos de 1 h al día.
3. El periodo requerido para sanar puede reducirse considerablemente si la base de la
úlcera es preparada con un curso de OHB antes de injerto cutáneo parcial.
4. De todos los diferentes tipos de úlceras, aquellos debidos a vasculitis reumatoide
mostraron los mejores resultados. De los 15 pacientes, 73% sanaron solo con OHB,
y los otros tres que tuvieron injertos cutáneos parciales sanaron.
Slack et al. (1966) reportaron sobre el tratamiento con OHB de 17 pacientes con úlceras
varicosas de las extremidades inferiores. Ellos utilizaron OHB a 2.5 ATA una vez al día
en una cámara monoplaza hasta que se alcanzó el máximo beneficio. Cinco de sus
pacientes sanaron completamente, seis mostraron marcada mejoría y otros cuatro
ligera mejoría.
Fischer (1969) trató 16 casos de úlceras debidas a estasis venosa con OHB vía
aplicación tópica. La mejoría fue notada dentro de 8 h de comenzado el tratamiento en
todos los casos.
Bass (1977) obtuvo alivio completo en 17 de 19 casos de úlceras por estasis venoso
después de que el tratamiento convencional había fallado. Uso OHB a 2 ATA. Creutzing
et al. (1985) midieron los campos de presión de oxígeno en úlceras de piernas de 11
pacientes con insuficiencia venosa crónica. Encontraron valores de pO2 bajos con
trastornos microcirculatorios del tejido de la úlcera. Después de haberse aplicado un
vendaje compresivo en las piernas, la tensión de oxígeno tisular de las úlceras se
incrementó marcadamente, probablemente como resultado de la disminución de la
estasis venosa. Esas úlceras sanaron sin ningún tratamiento especial u OHB.
Perrins y Barr (1986) trataron 12 pacientes con OHB (1.5-3 ATA) y hubo curación en
el 50%. En otros seis pacientes tratados con OHB e injerto cutáneo parcial hubo 100%
de curación.
Úlceras Diabéticas
Hart y Strauss (1979) trataron 11 pacientes con úlceras diabéticas sobre las
extremidades inferiores utilizando OHB (2 ATA). Todos ellos tuvieron una respuesta
evidente, pero solo dos (18%) alcanzaron la curación completa.
Emhoff y Myers (1984) expusieron que el 20% de todos los diabéticos que entran a
hospitalización son admitidos debido a problemas de pies con úlceras. La diabetes es
también una de las causas comunes de no cicatrización en úlceras. Antes de considerar
el tratamiento con OHB uno tiene que considerar si el oxígeno tisular en la úlcera puede
aumentarse con OHB. Emhoff y Myers estudiaron 10 pacientes diabéticos y midieron
las tensiones de oxígeno transcutaneamente para valorar la suficiencia de
microcirculación en las áreas afectadas. La pO2 normal medida transcutaneamente
sobre la pierna fluctúa entre 45-95 mmHg (Dowd 1983). Solamente dos de estos
pacientes tuvieron pO2 arriba de estos valores, ocho tuvieron un valor más bajo. Los
autores creen que en diabéticos, el valor de la pO2 tiene que ser elevada mucho más
108 Oxigenación Hiperbárica en Cirugía Plástica y Dermatología
alto para la curación óptima. Si la pO2 no puede elevarse a 1000 mmHg cuando el
paciente respira oxígeno al 100% a 2.36 ATA, puede decirse que la microcirculación del
paciente es deficiente y podría no permitir el suministro y flujo de oxígeno adecuado a la
herida, y la OHB puede no ser útil (Emhoff y Myers 1984). Perrins y Barr (1986) trataron
24 pacientes con úlceras diabéticas utilizando OHB. Sesenta y siete por ciento de las
úlceras sanaron y en 18% de los casos se evitó la amputación.
Úlceras de Decúbito
La causa de las úlceras de decúbito es la presión sobre la piel que interfiere con la
circulación del punto de contacto. El apoyo o inmovilización constante en una posición,
tal como en hemipléjicos y parapléjicos puede conducir a esto dentro de pocas horas.
La pobre higiene cutánea, malnutrición y debilidad son factores contribuyentes. Estas
úlceras normalmente están localizadas sobre prominencias óseas tal como el sacro y el
talón. La úlcera es el resultado de la avería de la piel isquémica, la invasión bacterial
subsecuente y la reacción inflamatoria. La persistencia de lo último conduce a
trombosis microvascular, que adicionalmente agrava la isquemia.
Séller et al. (1984) han medido la tensión de oxígeno de los tejidos bajo presión
transcutaneamente. La presión de 15 kPa sobre un punto conduce a anoxia y a una
herida de presión en 2 h.
Fischer (1969) trató 26 pacientes con heridas de presión de las áreas de la cadera y
sacro utilizando OHB tópica a 1.03 ATA. Notó mejoría en casi todos los casos con 6 h
de tratamiento. Se desarrolló una coloración rosada y la reacción inflamatoria
disminuyó. Esto fue seguido de granulación y epitelización. Las lesiones menores de 6
cm de diámetro sanaron eventualmente, pero en tres pacientes donde las lesiones
fueron más grandes que esto, la OHB contuvo el crecimiento bacterial y estimuló el
tejido de granulación antes de la reparación quirúrgica plástica.
Eltorai (1981) reportó 28 casos de heridas de presión tratadas conservadoramente
porque infecciones anaeróbicas, osteomielitis y artritis séptica contraindicaron la
intervención quirúrgica. Dieciocho de estos pacientes (65%) sanaron completamente.
Otros 27 pacientes con úlceras cubiertas con colgajos vascularizados inadecuadamente
se les dio OHB poco después de la cirugía. En 20 (74%) de ellos los colgajos
prendieron completamente. El autor recomienda considerar la OHB cuando un colgajo
de piel está en peligro de isquemia durante la cirugía por heridas de presión.
Quemaduras
Aplicaciones Clínicas
Wada (1965) fue el primero en observar que los mineros de carbón quemados, con
envenenamiento por CO, que fueron tratados con OHB, pareció hacerles mejor que
aquellos tratados convencionalmente. Sus heridas secaron pronto, tuvieron pocas
infecciones y sanaron más rápido.
Hart et al. (1974) presentaron un estudio randomizado doble ciego de 191 pacientes
quemados. Concluyeron que la aplicación de OHB dentro de las primeras 24 h
disminuye el tiempo de curación, la morbilidad y la mortalidad significativamente. El
tiempo de curación está relacionado directamente al porcentaje de las quemaduras.
Hart et al. recomendaron la cámara monoplaza como un medio seguro, económico y
110 Oxigenación Hiperbárica en Cirugía Plástica y Dermatología
Los resultados fueron reducciones en: (a) los requerimientos de fluidos del paciente, (b)
el tiempo de curación en quemaduras de segundo grado, (c) el tiempo de separación de
escara, (d) el tiempo de recolección del injerto donador, (e) el tiempo de estancia en el
hospital, (f) las complicaciones de las quemaduras, tal como úlceras de Curling,
infecciones y embolia pulmonar, y (g) la mortalidad (por 10% comparada con los
pacientes no tratados con OHB).
Waisbren et al. (1982) de Inglaterra, condujeron un estudio controlado apareado de
36 pacientes con quemaduras graves tratadas con OHB y 36 controles tratados con
métodos convencionales. La mortalidad y estancia hospitalaria total fue la misma en
ambos grupos. Los pacientes tratados con OHB tuvieron altas incidencias de sepsis y
daño renal. Debe notarse que el área quemada fue grande en este estudio (media de
54 ½).
Grossman y Grossman (1982) presentaron su experiencia acumulada con 1130
pacientes quemados y continuaron teniendo el mismo buen resultado reportado por
Grossman en 1978. Esta fue la serie más grande en ese momento y ninguna reciente
esta disponible para nosotros.
El cubrimiento de piel para una herida cruda se obtiene por transposición de piel como
un colgajo, un injerto en pedículo, aplicación de injertos parciales o de espesor total de
piel. Boerema (1963) notificó un efecto benéfico aparente de la OHB sobre un injerto
cutáneo comprometido en un paciente que estaba siendo tratado por una condición no
relacionada. Subsecuentemente, algunos otros injertos en pedículo de dudosa
viabilidad fueron tratados y todos sobrevivieron con unos pocos tratamientos con OHB.
Kernahan et al. (1975) fueron incapaces de mostrar algún efecto benéfico de la OHB
sobre colgajos pediculados sobrevivientes en cerdos.
McFarlane y Wermuth (1966) encontraron alguna deficiencia en los diseños
experimentales de Kernahan et al. y probaron el efecto de la OHB sobre necrosis en
colgajos pediculados experimentales e injertos cutáneos compuestos en ratas.
Oxigenación Hiperbárica como una Ayuda para la Sobrevivencia de Colgajos Cutáneos 111
Aplicaciones Clínicas.
Perrins et al. (1983) mientras estudiaron el efecto de la OHB sobre los injertos
cutáneos, notaron que el sitio donador desde donde fueron tomados los injertos parecía
sanar remarcadamente rápido. Ellos no recomendaron el uso rutinario de OHB, pero
manifestaron que esta es valiosa en el tratamiento de casos de quemaduras graves en
niños, para hacer posible la obtención de injertos extensos de sitios donadores más
pronto que lo normalmente practicable. Perrins y Barr (1986) continúan sosteniendo el
punto de vista de que la OHB mejora el porcentaje de éxito de los injertos cutáneos.
112 Oxigenación Hiperbárica en Cirugía Plástica y Dermatología
Piodermia Gangrenosa
Púrpura Fulminante
1. Dos o más tejidos (músculo, hueso, piel, tejido conectivo, nervios) deben estar
involucrados.
2. La lesión debe ser lo bastante grave para hacer cuestionable la viabilidad de los
tejidos.
3. La gravedad de la lesión varía desde mínima a irreversible, con una zona gris entre
las dos. Reforzar la supervivencia de la zona gris es el objeto de la terapia.
Fisiopatología
Contusión
Inflamación
En un compartimiento cerrado, la presión del fluido puede elevarse más alto que la
presión de la perfusión capilar, conduciendo a isquemia de los tejidos dentro del
compartimiento. Hay glóbulos rojos agrupándose en el sitio de la lesión y esto interfiere
con la microcirculación. El plasma puede ir todavía a través de los capilares (sin
glóbulos rojos), pero normalmente no contiene suficiente oxígeno para mantener los
tejidos. El trauma puede ser directo o indirecto. El trauma directo o lesión por
aplastamiento puede resultar de una de muchas causas. El trauma indirecto o cerrado
puede ocurrir de permanecer en una postura por largo tiempo, tal como en una
sobredosis suicida, o puede ser inducida por ejercicio. El trauma indirecto es también
referido como síndrome compartimental.
Diagnóstico
Tratamiento
La literatura sobre aplicaciones clínicas de OHB ha sido resumida por Strauss et al.
(1984). No hay estudios controlados y probablemente hay dificultad para realizarlos en
tal condición. La mayoría de los autores declara que los pacientes con las lesiones por
aplastamiento mejoran más con OHB que lo que ellos habrían hecho sin OHB bajo
condiciones similares. Aproximadamente el 60% de los pacientes son reportados que
tuvieron buena respuesta al tratamiento con OHB.
Ya que la tensión de oxígeno permanece elevada por solo 1 h en los músculos y 3 h
en los tejidos subcutáneos después de cada tratamiento de OHB, son necesarios los
tratamientos frecuentes hasta que la condición del paciente sea estabilizada. Los
tratamientos pueden entonces reducirse en frecuencia, por ejemplo, una vez a la
semana, hasta que el paciente se recupere totalmente.
La prontitud en el tratamiento es importante. Si hay retraso de más de 5-6 h y la
extremidad permanece azul e inflamada durante este tiempo, el pronóstico para la
supervivencia del miembro se vuelve pobre.
Isquemia Traumática
Síndromes Compartimentales
Fracturas
Strauss et al. (1977) presentaron 20 pacientes con fracturas de huesos largos tratados
con OHB. Ocurrió curación primaria en 15 (75%) de los pacientes. La curación fue del
100% en casos donde la OHB fue iniciada dentro de 10 días de la fractura. Estos son
buenos resultados: La incidencia de falta de unión puede ser tan alta como 75% en
fracturas tibiales desplazadas. Los autores recomendaron el uso de OHB cuando hay
un riesgo significante de retraso en la unión o falta de unión.
Kolontai (1976) trató 295 pacientes con fracturas compuestas de huesos largos con
una combinación de antibióticos locales, OHB (2-3 ATA), hipotermia y cirugía. Fueron
capaces de reducir las complicaciones, tales como infecciones y falta de unión,
considerablemente.
Halva et al. (1978) reportaron 142 casos de fracturas-dislocaciones en la región del
tobillo, donde la OHB fue utilizada como un adjunto a reducción abierta o cerrada e
inmovilización. Donde el tratamiento fue iniciado dentro de 8 h de la lesión, se
118 Oxigenación Hiperbárica en Traumatología y Ortopedia
obtuvieron buenos resultados en el 90% de los casos. Esta figura cayó al 60% cuando
el tratamiento fue iniciado después de un retraso de entre 8 y 24 h. Con un retraso de
más de 24 h, los trastornos circulatorios fueron irreversibles.
La pseudoartrósis es una fractura patológica con curación inadecuada y falsa
formación de la articulación, que requiere cirugía tal como injerto de hueso para
corregirla. Oriani et al. (1982) utilizó OHB como un adjunto útil para la cirugía,
preoperativa y postoperativamente en tales casos, también como en otras fracturas no
curables.
Osteonecrosis
Conclusiones
La terapia con oxígeno ha sido utilizada por muchos años en el manejo de pacientes
con enfermedad isquémica cardiaca sobre la suposición de que contrarresta la hipoxia
que acompaña al infarto de miocardio. La hiperoxia ha sido utilizada, definida como una
condición donde el porcentaje de oxígeno inspirado es elevado por arriba de lo que hay
en la atmósfera, pero la presión no es más de 1 ATA. La administración de oxígeno a
presiones más altas que 1 ATA es llamada oxigenación hiperbárica (OHB). Se han
realizado considerables investigaciones y ensayos clínicos para explorar la utilidad de la
OHB en el tratamiento de enfermedades cardiovasculares para elevar la pO2 tisular a
niveles altos. Hemos revisado el papel de la OHB en cardiología y cirugía cardiaca bajo
los títulos de trabajo experimental, papel en el choque, aplicaciones clínicas en
cardiología y uso como un adjunto para cirugía cardiaca.
Trabajo Experimental
Los hallazgos anteriores son confirmados por la disminución del nivel de lactato y
disminución de la acidosis metabólica con un gasto cardiaco sin cambios. El
mejoramiento adicional en la hemodinamia de estos pacientes es condicionado por un
mecanismo de compensación, incluyendo hipofunción miocárdica con remoción de la
deuda periférica de oxígeno.
Smith y Lawson (1958) sugirieron que la OHB puede proteger a perros de fibrilación
ventricular después de la ligadura de la arteria coronaria descendiente anterior. Hubo
10% de mortalidad en perros respirando oxígeno a 2 ATA comparado a 50-60% de
mortalidad en aquellos que respiraron aire u oxígeno a presión normal.
Kline et al. (1970) encontraron que la isquemia miocárdica (en términos de exceso
de lactato) producida después de inducción de infarto disminuyó o desapareció con la
administración de OHB (oxígeno 100%) a 3 ATA. Los animales control respirando aire
del cuarto continuaron produciendo exceso de lactato. Esto demuestra un retorno al
metabolismo (aeróbico) oxidativo en los animales tratados con OHB, mientras aquellos
respirando aire del cuarto continuaron contando con el metabolismo anaeróbico.
Después de ligadura experimental de arteria coronaria en laboratorio de animales, la
OHB protegió contra fibrilación ventricular y redujo el tamaño del infarto (Chardack et al.
1964; Trapp y Creighton 1964).
Demurov et al. (1981) dio OHB a 2 ATA a conejos con ligadura de arteria coronaria
izquierda por 1 h, iniciando 30-40 min después de la oclusión. Hubo restauración parcial
de la función contráctil del corazón, mejoramiento del metabolismo de la energía y de
los carbohidratos en la zona isquemica también como en las zonas intactas del
ventrículo izquierdo y ausencia de fibrilación cardiaca. Hubo disminución de
monofosfato de adenosina cíclica (cAMP) e incremento de monofosfato de guanosina
en las áreas isquemica e intactas respectivamente.
Vinitsky et al. (1981) usó un método radioinmune para estudiar los nucleótidos
cíclicos (CN) contenidos en el ventrículo izquierdo en infarto de miocardio agudo
inducido en conejos. La OHB fue comenzada 1-2 h después de la iniciación del proceso
patológico y duró 1 h a 2 ATA (oxigeno 100%). Dos horas después del infarto
miocárdico agudo hubo una moderada elevación de cAMP en las áreas isquémicas y
una discreta elevación de su concentración en los tejidos no isquémicos en animales
con operación de desviación. La terapia con OHB bajó la extensión de este incremento,
y la concentración de cAMP en el área isquémica no difirió significativamente del nivel
124 Oxigenación Hiperbárica en Cardiología y Cirugía Cardiaca
Choque
Bajo condiciones normales la sangre arterial está 90% saturada con oxígeno a una pO2
de 100 mmHg y contiene 20 ml de oxígeno/dl. La sangre venosa, con 75% de
saturación de oxígeno a una pO2 de 40 mmHg, contiene 15 ml de oxígeno/dl. La
diferencia arteriovenosa normal en oxigenación es de 5 ml/dl. La extracción de oxígeno
por los tejidos no es completa y depende de la forma de la curva de disociación del
oxígeno (afinidad del oxígeno a la hemoglobina). En tejidos tales como el miocardio, la
extracción de oxígeno en condiciones de reposo es grande y cualquier demanda
adicional requiere gran flujo sanguíneo coronario. En el choque, los niveles de pH, CO2
y 2,3-ácido difosfoglicérico (facilitadores de la disociación de oxígeno desde la
hemoglobina) cambian y uno no puede calcular la extracción de oxígeno desde valores
de pO2.
Choque Cardiogénico
Jacobson et al. (1964) indujeron choque cardiogénico en experimentos con perros por
embolización de los vasos coronarios con microesferas. En los animales control, la
presión aórtica central media calló por 71%, el gasto cardiaco por 79% y el ritmo
cardiaco por 57%. Con OHB a 3 ATA la presión aórtica central media callo por solo
28%, el gasto cardiaco por 43% y le ritmo cardiaco por 10% después de la
embolización. La supervivencia fue significativamente grande en los perros expuestos a
OHB a 3 ATA; el 65% de ellos fueron animados 24 h después del infarto miocárdico,
comparado al 23% de los animales control (respirando aire a presión atmosférica).
Scheidt et al. (1974) estudiaron 72 pacientes con choque resultante de infarto de
miocardio masivo, los cuales ellos creyeron habían evolucionado sobre un periodo de
horas o algunas veces aún sobre un número de días. Basado sobre la evidencia
experimental de que los infartos pueden prevenirse en su extensión por el uso de
varias drogas y OHB, ellos recomendaron la intervención temprana en pacientes con
infarto de miocardio para prevenir el choque.
Kuhn et al. (1974) describieron el manejo clínico de pacientes con choque
cardiogénico. En aquellos pacientes que tienen un gasto cardiaco bajo y descenso de la
presión arterial, el apoyo circulatorio puede ser benéfico aunque muestren estar en
choque. Varias medidas para esto, como con una bypass a ventrículo izquierdo vía una
cánula de drenaje interventricular, son llevadas a cabo en conjunción con OHB para
incrementar la oxigenación del miocardio. Se adhiere hipotermia moderada para reducir
la demanda de oxígeno.
Barcal et al. (1975) estudiaron 11 pacientes para evaluar los efectos de la terapia
con OHB de choque cardiogénico complicado por la fase aguda del infarto de
Cardiología Clínica 127
Cardiología Clínica
Smetnev et al. (1979) trataron 77 pacientes con enfermedad cardiaca isquémica crónica
utilizando OHB. 52 de estos con angina de pecho y 25 con cardiosclerosis postinfarto
multifocal con insuficiencia de la circulación sistémica o pulmonar. La OHB en
combinación con terapia de drogas alivió o detuvo los síntomas de angina y corrigió la
hemodinámica central en los otros pacientes.
Kuleshova y Flora (1981) abordaron la fase de rehabilitación de 233 pacientes con
enfermedad cardiaca isquemica. Todos los pacientes recibieron terapia física,
entrenamiento autógeno, masaje y ejercicios de caminata terapéutica. El grupo I (n =
179) recibió OHB mientras el grupo II (n = 54) sirvió como control. El tratamiento con
OHB fue iniciado sobre el 5º-10º día de admisión, con exposición a 1.5-2 ATA por 60
min diariamente. Hubo mejoramiento de la condición general con alivio de la angina de
pecho, por consiguiente, las medidas de rehabilitación en el grupo I pudieron ser
aplicadas más intensivamente. Hubo liberación de arritmias en el 72% de los pacientes
en el grupo I. Las pruebas de carga, en el momento del alta del hospital, revelaron que
los pacientes en el grupo I se adaptaron mejor a la carga física. El rango de actividad en
el grupo II fue limitado. Por lo tanto, la rehabilitación física con OHB incrementa las
posibilidades compensatorias funcionales en la enfermedad cardiovascular.
Effuni et al (1984) condujeron una prueba isométrica antes y después de sesiones
con OHB en 31 pacientes con isquemia miocárdica crónica. Fue mostrado que la
prueba isométrica podría evaluar el efecto de la OHB objetivamente en esta situación.
Hubo reducción en la severidad de la angina de pecho después de la OHB.
Golyakov et al. (1986) estudiaron el efecto de la OHB sobre tromboelastrograma,
agregación plaquetaria e índice de protrombina en 40 pacientes con angina de pecho.
Hubo disminución de fibrinógeno y de productos de la degradación de fibrinógeno, y fue
vista adecuada efectividad clínica en 84% de los pacientes. ¿? et al. (¿?) mostraron que
la OHB mejora la contractilidad miocárdica en pacientes con enfermedad cardiaca
isquemica crónica.
Arritmias Cardiacas
Estudios Experimentales
Puede subrayarse que tal hemodilución puede ejecutarse seguramente solo bajo OHB.
132 Oxigenación Hiperbárica en Cardiología y Cirugía Cardiaca
Conclusiones y Comentarios
El papel de la hipoxia en la génesis de las consecuencias de la oclusión arterial
coronaria e infarto de miocardio está bien reconocido. La terapia con oxígeno es
generalmente aceptada como útil. El papel de la OHB en el infarto de miocardio es
controversial: El grueso de la evidencia experimental animal favorece la visión de que la
OHB tiene un efecto benéfico en la reducción de la mortalidad y la disminución del
tamaño del infarto. De entre los reportes clínicos, el de Thurston et al. (1973), que fue
un estudio randomizado doble-ciego, permanece como el más importante a la fecha. De
acuerdo a este estudio, la OHB es benéfica en el infarto de miocardio agudo. El efecto
de la OHB reduciendo o revirtiendo las arritmias cardiacas no es tan importante, ya que
muchas buenas drogas están disponibles para este propósito.
Hasta ahora, en cuanto al choque cardiogénico, la OHB parece ser un adjunto útil.
Hay, sin embargo, una escasez de estudios clínicos bien documentados sobre este
tema. El uso de OHB como un adjunto a la cirugía cardiaca permanece confinado a
unos pocos países, notablemente la USSR, donde han sido publicados la mayoría de
los artículos revisados. Las salas de operación hiperbáricas no han llegado a ser
populares en E.U., donde la mortalidad operativa figura para la cirugía cardiaca sin
OHB más baja que aquella reportada con OHB en otros países.
Metabolismo Cerebral
hombre, en una disminución del 13% en el CBF. Lambertson et al. (1953) midieron el
CBF usando la técnica de oxido nitroso en sujetos respirando oxígeno a 3.5 ATA, y
encontraron una reducción del 25% en el flujo con un 55% de incremento en la
resistencia cerebrovascular. Los sujetos hiperventilados a presiones incrementadas, sin
embargo, llevando a una caída de la pCO2 y esta guiando a los autores a creer que la
reducción en el flujo fue debido a hipocapnia. Jacobson et al. (1963) encontraron una
disminución del 21% del CBF en perros con OHB a 2 ATA y sugirieron que esto fue
debido a la vasoconstricción causada por la OHB.
Tindall et al. (1965) estudiaron el efecto de la OHB sobre el CBF en mandril macho y
encontraron una reducción significante del flujo, midiéndolo continuamente en la arteria
carótida interna. Ellos postularon que esta caída fue debida en parte a una disminución
de la pCO2 arterial más bien que exclusivamente de un incremento de la pO2. El CBF se
incrementó cuando se añadió 2% de CO2 al oxígeno inhalado bajo presión.
Harper et al. (1965) encontraron resultados contrarios. En perros anestesiados
puestos hipotensos por sangrado, la administración de oxígeno a 2 ATA no altero
significativamente el flujo sanguíneo a la corteza cerebral. La captación de oxígeno en
la corteza fue, sin embargo, restaurada para el control, por ejemplo, a nivel
prehipotensivo. DiPretoro et al. (1968) estudiaron el efecto de la OHB y aire respirado
bajo presión sobre la circulación cerebral por métodos geográficos. Ellos notaron una
caída en el reograma de todos los sujetos, indicando CBF reducido. Wüllenweber et al.
(1969) midieron el CBF regional (rCBF) en pacientes experimentando tratamiento con
OHB por varias lesiones, incluyendo lesiones de la cabeza y embolias. Ellos utilizaron
termopruebas para medir el flujo sanguíneo tanto en la superficie como en la
profundidad del cerebro en el sitio de la lesión. En contraste a otros reportes, ellos
encontraron una elevación del rCBF durante la OHB, pero la elevación continuó
solamente hasta que fue alcanzada la presión de 2.5 ATA, después de la cual no hubo
cambios. Esta mejoría del rCBF persistió después de la terminación de la terapia con
OHB y se correlacionó con la mejoría clínica.
Miller et al. (1970) encontraron un 90 % de reducción del CBF durante exposición a
OHB a 2 ATA después de la producción de lesiones criogénicas en el cerebro de
perros. Hayakawa et al. (1974) realizaron reografía ultrasónica en humanos bajo OHB y
encontraron una disminución del CBF de 11-18%. Artru et al. (1976) midieron el CBF y
CSF bioquímico en pacientes con lesión cerebral antes y 2 h después de exposición a
OHB a 2.5 ATA. La técnica utilizada fue despeje de Xe133 con conteo externo. El CBF
tendió a incrementar en algunos pacientes y disminuyo en otros después de la OHB.
Los autores creen que el conflicto entre los reportes en la literatura sobre este tema se
origina del efecto variable de la OHB sobre el cerebro normal contra el lesionado. En su
opinión, si el CBF es deteriorado por edema cerebral o elevación de la presión
intracraneal (ICP), puede ser mejorado con OHB. Leniger-Follert y Hossman (1977)
hicieron observaciones sobre la microcirculación y la presión de oxígeno cortical
durante y después de isquemia cerebral prolongada donde es relevante el efecto de la
OHB. De acuerdo a estos autores, la isquemia cerebral completa de 1 h en gatos es
seguida por hiperemia reactiva, y puede ocurrir recirculación así como reoxigenación
del cerebro. Sin embargo, hay una fase crítica de unas pocas horas después del reinicio
de la circulación tan pronto como la hiperemia reactiva cesa. Si ocurre inflamación del
cerebro durante este periodo, puede desarrollarse hipoxia cerebral. Sin embargo, si se
puede prevenir la inflamación del cerebro, la distribución de la presión de oxígeno en la
corteza puede…………..la OHB tiene un efecto benéfico sobre el edema cerebral (ver
p. 136).
Flujo Sanguíneo Cerebral 135
Tabla 14.1. Resumen de flujo sanguíneo cerebral bajo OHB como lo reportaron
diversos autores.
Investigadores Método Material Inhalante Presión Cambio
Kety y Schmidt 85-100%
Óxido nitroso Hombre 1 ATA Disminución 13%
(1948) O2
Lambertson et al.
Oxido nitroso Hombre 100% O2 3.3 ATA Disminución 25%
(1953)
Jacobson et al. Aclaración con 1 ATA Disminución 12%
Perro 100% O2
(1963) Kriptón-85 2 ATA Disminución 21%
1 ATA Disminución 9%
3 ATA Disminución 13%
Flujómetro Mandril, carótida
Tindall et al. (1965) 90% O2 (5 min)
electromagnético interna
3 ATA Disminución 18 %
(10 min)
Perros
Aclaración con
Harper et al. (1965) hipotensos por 100% O2 2 ATA Sin cambio
Criptón-85
sangrado
Pacientes con
Wollenweber et al.
Detector térmico lesiones 100% O2 2.5 ATA Incremento
(1969)
cerebrales
Perros, pruebas
Miller et al. (1970) rCBF con lesiones 100% O2 2 ATA Disminución 15%
criogénicas
Hayakawa et al. Rheografía Hombre, 1 ATA Disminución 1%
100% O2
(1974) ultrasónica carótida interna 2 ATA Disminución 8%
Incremento (en
Pacientes con
Artru et al. (1976) Aclaración 123Xe 100% O2 2.5 ATA pacientes con
lesión cerebral
edema cerebral)
123 Voluntarios 1 ATA Disminución 9%
Otha et al. (1986) Xe 100% O2
sanos 1.5 ATA Disminución 23%
136 Oxigenación Hiperbárica en Trastornos del Sistema Nervioso
Otha et al. (1984) midieron el CBF bajo OHB en voluntarios sanos. Encontraron que
hasta 2 ATA, el CBF disminuye gradualmente de acuerdo a la elevación de la pO2
arterial, pero arriba de esta presión el CBF mostró una tendencia a incrementarse.
Después de la OHB, el valor del CBF fue el mismo que antes de la OHB. Los autores
creen que tanto oxígeno trastorna la respuesta reguladora del oxígeno del CBF y puede
explicar la patogénesis de la toxicidad por oxígeno. Otha (1986) manifiesta que la
reducción del CBF bajo OHB es una respuesta protectora contra la toxicidad por
oxígeno.
La Barrera Hematoencefálica
Como se mencionó en el Cap. 2, la OHB aumenta la permeabilidad de la barrera
hematoencefálica (BBB).
Lanse et al. (1978) examinaron la permeabilidad de la BBB en ratas y gatos. Cada
animal fue tratado 90 min/día con oxígeno al 100% a 2 ATA por cinco días
consecutivos. Después del tratamiento, les fue inyectada ferritina libre de cadmio
intravenosamente. Fueron preparadas secciones de cerebro para evaluación con
microscopio electrónico de los capilares y sus estructuras vecinas. Se observaron
zonas edematosas perivasculares. Partículas de ferritina insertadas a través del
endotelio capilar y dentro de las estructuras pericapilares. La OHB parece incrementar
la permeabilidad de las paredes vasculares cerebrales en animales normales.
Chambi et al. (1984) examinaron el efecto de la OHB sobre la permeabilidad de la
BBB en conejos. Los animales fueron expuestos a OHB a 2 ATA por 90 min y se les
inyectó complejo proteico azul de Evans como trazador. Los autores establecieron que
la OHB juega un papel sustancial en el incremento de la permeabilidad de la BBB y que
esta apertura es reversible. Estos hallazgos tienen implicaciones clínicas importantes.
Posiblemente la OHB puede facilitar la entrada de agentes quimioterapéuticos a través
de la BBB para tratamiento más efectivo de los tumores malignos del cerebro.
Hollin et al. (1968) estudiaron el efecto e la OHB sobre la tensión de oxígeno del CSF.
Encontraron que los niveles de CSF normalmente reflejan la tensión de pO2 arterial.
Katsurada et al. (1973) estudiaron la tensión de oxígeno en el fluido ventricular en la
cabeza de pacientes lesionados y concluyeron que en lesión cerebral severa,
desviaciones arteriovenosas intracraneales o bloqueos capilares se puede impedir la
elevación de la tensión de oxígeno del CSF con aumento de la tensión de oxígeno
respiratoria, y que esta diferencia puede ser un indicativo del grado de lesión del
cerebro. Esto también puede significar que en un cerebro gravemente lesionado, la
OHB puede no afectar la parte dañada.
Trastornos Neurológicos
Hay unas pocas buenas revisiones del uso de la OHB en trastornos neurológicos (Kapp
1982, Hayakawa 1974). Las aplicaciones de OHB en los trastornos neurológicos
pueden dividirse en los siguientes grupos:
1. Enfermedades cerebrovasculares
Trastornos Neurológicos 137
Enfermedades Cerebrovasculares
El cerebro requiere de 500-600 ml/min de oxígeno (25% del total de consumo del
cuerpo). Cada minuto circula un litro de sangre al cerebro. Si este flujo es interrumpido,
el metabolismo neuronal es trastornado en 6 s, la actividad cerebral cesa después de 2
min, e inicia daño cerebral en 5 min. El tejido cerebral desprovisto de este suministro de
oxígeno sufre necrosis o infarto (también llamado "zona de reblandecimiento o
"encefalomalacia"). El infarto puede ser pálido si esta desprovisto de sangre o
hemorrágico si hay extravasación de sangre desde pequeños vasos en el área de
infarto.
Características Clínicas
Ataque Isquémico Transitorio. Hay cortos episodios de déficit neurológico de los que el
paciente normalmente reacciona dentro de 24 h. Algunos neurólogos emplean otro
término para episodios donde la recuperación toma hasta 3 semanas.
Schmit et al. (1961) llevaron a cabo uno de los primeros estudios mostrando el efecto
protector de la OHB contra la isquemia cerebral. En perros hipóxicos por CO, la
inhalación de OHB a 2 ATA facilitó la recuperación. En otras series de animales, los
mismos autores observaron el diámetro de los vasos corticales a través de orificios
perforados. No notaron cambios en el diámetro arterial si los animales respiraban aire
del cuarto u oxígeno a 2 ATA, mientras que la pCO2 arterial se mantuvo en 40 mmHg.
Herman et al. (1966) indujeron hipoxia en perros por fibrilación cardiaca. La
depresión de la actividad cortical fue evidenciada por aplanamiento del EEG 40 s
después de iniciada la fibrilación. Con el uso de OHB a 3 ATA, el periodo fue
prolongado a 64 s. Con inhalación de nitrógeno, la duración del periodo antes de la
cesación de la actividad EEG fue prolongada por 60% bajo oxígeno a 3 ATA comparado
a respiración de aire del cuarto a presión normal. Whalen et al. (1966) duplicaron este
estudio pero iniciando la OHB antes de la inducción de la fibrilación ventricular o
inhalación de nitrógeno. Esto prolongo el periodo precedente a la aparición de
anormalidades EEG, indicando que la OHB tiene un efecto protector a pesar de los
reportes de que la OHB conduce a vasoconstricción y reducción del CFB.
Fuson et al. (1965) produjeron isquemia cerebral en perros (anestesiados) utilizando
inyecciones cisternales de solución salina e incrementando la presión del CFB. El
intervalo de tiempo entre esto y el aplanamiento del EEG fue prolongado por el uso de
OHB. Moore et al. (1966) evaluaron el efecto protector de la OHB sobre el sistema
nervioso central durante paro circulatorio en perros. La OHB a 3 ATA extendió el
periodo seguro del paro circulatorio total por alrededor de 1-2 min bajo condiciones
térmicas normales y de 2-3 min bajo hipotermia moderada (28 -30°C), juzgado por
estudios neuropatológicos. Los animales sometidos a paro circulatorio total por más de
10 min mostraron lesiones neuropatológicas aparentes a pesar de la OHB. La adición
de CO2 a la mezcla respiratoria para contrarrestar la vasoconstricción arterial (efecto del
oxígeno) tuvo pequeño efecto sobre los resultados obtenidos. Los datos de los autores
Trastornos Neurológicos 139
Illingworth et al. (1961) fueron los primeros en sugerir que la OHB podría ser benéfica
en enfermedad cerebrovascular. Ingvar y Lassen (1964, 1965) fueron los primeros en
utilizar OHB para el tratamiento de pacientes con isquemia cerebral. Sus argumentos
fueron interesantes. Una lesión isquémica aguda implica una rápida caída a cero de la
tensión de oxígeno dentro de la parte central de la lesión. Hay poca oportunidad de
alcanzar esta parte anóxica con cualquier forma de terapia disponible actualmente. Con
OHB a 2-2.5 ATA, se mejora la difusión de oxígeno hacia la parte no vascularizada. Los
autores trataron cuatro pacientes, y tres mejoraron. El cuarto, quien murió con lesiones
trombóticas extensas del tallo cerebral mostró dramática mejoría inicial con
recuperación del coma. Aunque los autores obtuvieron buenos resultados, el argumento
acerca de la difusión extravascular de oxígeno es cuestionable. De acuerdo con Thews
(1960), la máxima distancia que el oxígeno puede tener para difundirse en el tejido
extravascular desde el capilar a la neurona es 0.1 mm. Brown et al. (1965) han
calculado que aún a 3 ATA de oxígeno hay un incremento en esta distancia de difusión
de solo 0.073 mm.
Difusión de
oxígeno
desde el
Tejido plasma
Flujo de
glóbulos Capilar ocluido
rojos en el
capilar
Tejido
Fig. 14.1. Difusión de oxígeno desde el plasma hacia el tejido hipóxico alrededor de un
capilar ocluido.
Saltzman et al. (1966) evaluaron la OHB de entre 2 y 3 ATA para insuficiencia vascular
cerebral en 25 pacientes. Ocho de ellos mejoraron dramáticamente. En cinco pacientes
adicionales, el mejoramiento ocurrió durante la OHB pero el déficit recurrió después de
la descompresión. En uno de estos pacientes, se le practicó subsecuentemente
endarterectomia de carótida y la función neurológica fue restaurada. Los doce pacientes
restantes no mejoraron durante el tratamiento, el cual normalmente consistió en una
sesión en la cámara hiperbárica. Los autores apuntaron que la función neuronal
permanece viable por algún tiempo después de la pérdida de la función en isquemia
cerebral aguda. En tales circunstancias, el incremento en el transporte de oxígeno
puede revertir la hipoxia cerebral y restaurar la función neuronal y posiblemente
prevenir la muerte de tejido cerebral. Los autores no estuvieron seguros del papel final
de la OHB en la enfermedad cerebrovascular oclusiva, pero señalan que la OHB puede
demostrar más utilidad en preservar la viabilidad y función del tejido neuronal mientras
la lesión oclusiva está siendo tratada quirúrgicamente. Kong et al. (1970) mostraron que
la OHB + acetazolamida (vasodilatador) puede preservar la función cerebral durante
síncope inducido experimentalmente en voluntarios humanos.
Hart y Thompson (1971) trataron a pacientes con oclusión de la arteria cerebral
media derecha y deficiencias neurológicas asociadas. Utilizaron OHB a 2.5 ATA por 2 h
diariamente. Este fue el primer reporte de uso repetido de OHB en pacientes con
embolia. Por otra parte, el tratamiento fue interrumpido por un mes después de 15
sesiones por remisión espontánea temprana. La mejoría se detuvo durante este periodo
y continuó después de reasumir los tratamientos.
Sarno et al. (1972) expusieron a 32 pacientes con embolia a una sesión simple de
OHB a 2 ATA por 90 min. La mitad de estos pacientes tuvo daño cerebral derecho y la
otra mitad tuvo daño cerebral izquierdo. Todos ellos fueron investigados al menos 3
meses después del episodio inicial. Los pacientes sirvieron como sus propios controles
mientras respiraban 100 % de oxígeno. No hubo mejoría en estos pacientes de la
función cognoscitiva y de la comunicación. Nosotros creemos que una sesión simple no
142 Oxigenación Hiperbárica en Trastornos del Sistema Nervioso
1. La mitad de los pacientes tuvieron una etapa crónica post-embolia, por ejemplo, su
estado neurológico fue estable durante 4 semanas sin recuperación adicional. El
tiempo promedio desde la instalación de la embolia fue de 3 meses con un rango de
1 a 16 meses.
2. La otra mitad fueron pacientes con instalación de la embolia dentro de las 4
semanas previas.
Todos los pacientes recibieron una serie de 10-15 tratamientos con OHB diariamente a
1.5 ATA por un periodo de exposición de 40 min/día. Fue llevado a cabo un registro de
los EEG y de los análisis antes y durante la OHB. Las normalidades EEG resultaron de
la mejoría de la embolia igualmente en ambos grupos y correlacionadas con la mejoría
clínica. Los autores establecieron que la reversibilidad o irreversibilidad de la condición
de un paciente con embolia puede ser diferenciada por un análisis combinado de la
respuesta a OHB y de los trazos del EEG.
Larcan et al. (1977) trataron 36 de 77 casos de accidente trombótico cerebrovascular
agudo con OHB a 2 ATA más uroquinasa (un agente trombolítico). Mientras el 75% de
los pacientes tratados con cuidados intensivos, medicamentos o solamente OHB
murieron, solamente el 52% de los tratados con una combinación de OHB y uroquinasa
murieron. Los pacientes con trombosis carotídea mejoraron más que aquellos con
oclusión vascular intracraneal. Los autores enfatizaron que la uroquinasa debe ser
utilizada cautelosamente y se debe hacer caso a las contraindicaciones. El intervalo
entre la instalación de la trombosis y la iniciación del tratamiento no debe exceder de 6-
10 h.
Sukoff (1978) reportó el uso de OHB en el tratamiento de síndromes de embolia
agudos y crónicos. En particular, tres pacientes con déficit neurológico severo debido a
embolismo arterial cerebral mostraron excelente recuperación después de tratamientos
con OHB. El autor también registró mejoría EEG en pacientes con embolia aguda así
como con crónica. El estableció que la OHB es un mecanismo válido de tratamiento
para pacientes con embolia específica en las etapas aguda y crónica.
Holbach y Wasemann (1979) reportaron su experiencia con el tratamiento de OHB
en 101 pacientes con enfermedad oclusiva de la carótida interna o la arteria cerebral
media. Ellos concluyeron que los ataques isquémicos del cerebro mostraron mejoría
tanto en la etapa aguda como en la crónica.
Trastornos Neurológicos 143
Isakov et al. (1979) estudiaron los cambios en los trastornos del centro respiratorio
bajo el efecto de la OHB en 29 pacientes en las etapas agudas de la embolia
isquémica. La respiración de Cheyne-Stokes cambió a respiración parecida a ondas, lo
cual es biológicamente más adecuado. Bajo OHB, la hiperventilación cambió a
ventilación normal. Hubo mejoría paralela en los índices de hemodinámica central y
composición de gas en la sangre.
Neubauer y End (1980) utilizaron OHB en 122 pacientes con embolia debida a
trombosis en las etapas aguda y crónica. Los pacientes fueron investigados
completamente con EEG, tomografía computarizada y examen de CSF. Generalmente,
a los pacientes con embolia completa se les había dado previamente la terapia
convencional médica y física. Se les dio OHB a 1.5-2 ATA, y la duración y frecuencia
del tratamiento fue ajustada de acuerdo a los signos presentes después de la mejoría
con las sesiones iniciales de OHB. La duración de las sesiones fue tan larga como 1 h y
fueron tan frecuentes como cada 12 h. Sesenta y cinco por ciento de 79 pacientes que
recibieron tratamiento de 5 meses a 9 años después de la instalación de la embolia
reportaron mejoría en la calidad de vida. También se mostró que los pacientes tratados
con OHB pasaron menos días en el hospital (tratamiento estándar 287 días contra 177
con OHB). Los autores notaron que usando OHB de esta manera como un suplemento
de otros métodos de tratamiento hacen difícil la valoración del papel de la OHB. Ellos
no pudieron identificar el tipo de paciente que pudiera beneficiarse más de la OHB, pero
establecieron que un número significativo de pacientes podría beneficiarse en alguna
proporción. Sugirieron estudios randomizados controlados.
La evaluación de mejoría neurológica con OHB ha sido principalmente clínica, pero
Wassmann (1980) ha descrito su técnica de análisis EEG, la cual es valorable por la
documentación de los cambios en la condición del paciente, tanto durante como
subsecuente a la terapia con OHB.
Gismondi et al (1981) trataron prontamente con OHB a 2 ATA a cuatro pacientes con
embolia aguda debida a enfermedad tromboembolica oclusiva. Los cuatro mejoraron
con series de 10-25 tratamientos. Los autores recomendaron pronta instalación de la
terapia con OHB en embolia aguda.
Shalkovitch et al. (1981) usaron OHB en el tratamiento de trastornos cerebrales
transitorios del sistema vertebral basilar en 54 pacientes. Las causas de los trastornos
fueron ateroesclerosis, hipertensión y espondilosis cervical. El tratamiento consistió en
una sesión por día de 30-60 min a 2-3 ATA por 10-15 días. Se observó un efecto
favorable en 47 pacientes; no hubo mejoría en 3 pacientes y los cuatro restantes
descontinuaron el tratamiento. Las mejorías consistieron en alivio de vértigo, cefalea,
del modo de andar y trastornos del sueño. Hubo mejoría de la función ventricular por
prueba calórica.
Isakov et al. (1981) emplearon OHB en el tratamiento de 140 pacientes con embolia.
En el 80% de los casos la baroterapia fue iniciada sobre el 2º-7º día del trastorno y en el
20% sobre los 10-20 días. El tratamiento consistió de 6-15 sesiones de OHB a 1.6-2.0
ATA por 40-60 min cada una. El ocho por ciento de los pacientes mejoró, y en el 52% la
mejoría neurológica coincidió con el inicio de la terapia con OHB. Isakov et al. (1982),
en una extensión adicional de su trabajo previo en 1979, mostró que la OHB normaliza
las irregularidades en la respiración externa después de una a tres sesiones. Una
aparición ulterior de hiperventilación durante el curso del tratamiento, en ausencia de
deterioro neurológico, no es una contraindicación para la continuación de la terapia con
OHB.
144 Oxigenación Hiperbárica en Trastornos del Sistema Nervioso
hiperoxia. Los estudios de CFB mostraron una disminución gradual con aumento de la
presión hasta que se alcanzó 2 ATA de oxígeno. A altas presiones hubo una tendencia
al incremento CBF, lo cual fue interpretado como un trastorno del mecanismo protector
contra la hiperoxia y fue un preludio para el envenenamiento por oxígeno. Clínicamente,
la mayoría de los pacientes (72%) mejoraron durante el curso de la terapia con OHB.
Los autores encontraron difícil de diferenciar esta mejoría con la espontánea en los
pacientes no tratados con OHB y sugirieron estudios clínicos controlados.
Neubauer (1986) trató 20 pacientes en coma vegetativo con 80-120 sesiones de
OHB a presiones desde 1.5 a 2 ATA. El rango de edad fue de 3-67 años y la duración
del coma de 3-27 meses. El 50% de los pacientes mejoró sustancialmente, y de estos
el 35% estuvieron casi completamente rehabilitados. Algunas veces la mejoría no
apareció hasta que 80 tratamientos o más habían sido dados. Los SEP, TC y presión
de CFB no fueron marcadores predecibles de la mejoría. Solo un paciente mostró
psicosis postcoma, la incidencia de lo que es pronosticado a ser mucho más alta.
Este tema es tratado dentro de una sección propia por el importante papel que tiene la
cirugía en el manejo de la enfermedad cerebrovascular.
El primer intento para emplear la OHB como un adjunto a la cirugía cerebrovascular
fue hecho por Jacobson et al. (1963). Fue utilizado oxígeno a 2 ATA durante
endarterectomía carotídea, pero no ofreció protección contra la oclusión carotídea
temporal y tuvo que ser utilizada una desviación intraluminal. Hubo, sin embargo, un
incremento en la oxigenación cerebral. McDowall et al. (1966) creyeron que Jacobson
falló debido a la vasoconstricción cerebral por la OHB y la anestesia con halotano, y
subsecuentemente ellos ejecutaron una endarterectomía carotídea bajo OHB utilizando
cloroformo como anestésico, el cual tuvo un efecto vasodilatador sobre los vasos
cerebrales. El procedimiento fue exitoso. Fitch (1976) revisó el papel de la OHB en la
cirugía de la arteria carótida.
Lepoire et al. (1972) describió el efecto benéfico de la OHB en seis casos de
trombosis post-traumática de la parte terminal de la arteria carótida interna. Esas
lesiones son sensibles a los procedimientos quirúrgicos –directo o desviación- pero es
importante dar tratamiento de soporte para prevenir daño cerebral por infarto o edema
en la etapa aguda antes de que la cirugía pueda ser ejecutada.
Holbach et al. (1977) trataron 35 pacientes en la etapa crónica post-embolia con
OHB. Estos pacientes habían tenido oclusión de la carótida interna por un promedio de
10 semanas y su déficit neurológico estuvo estable. Los tratamientos fueron dados a
1.5 ATA por 40 min diariamente y continuados por 10-15 días. Quince de estos
pacientes mejoraron neurologicamente, y subsecuentemente se hizo desviación arterial
extra-intracraneal (EIAB) con mantenimiento de la mejoría. Quince pacientes que no
mejoraron no fueron operados. Un pequeño grupo de cinco pacientes que no mejoraron
con OHB, no obstante experimentaron EIAB, pero permanecieron sin mejoría. Por
consiguiente, los autores sugirieron que la respuesta a OHB sea usada como una guía
para la selección de pacientes para EIAB. La respuesta de los pacientes a OHB fue
considerada un signo de reversibilidad de la lesión cerebral, y por lo tanto un indicador
de una buena posibilidad de continuar mejorando después de un procedimiento de
revascularización cerebral. Holbach et al. (1978), Holbach y Wassmann (1979) y
Wassmann (1980) creen que la EIAB es útil no solo para ataques isquémicos
146 Oxigenación Hiperbárica en Trastornos del Sistema Nervioso
transitorios sino también para embolias completas si hay respuesta a la OHB y de esta
manera la viabilidad neuronal en la zona de penumbra.
Kapp (1979) reportó dos casos para ilustrar el uso de OHB como un adjunto para la
revascularización del cerebro. En ambos pacientes – uno con embolismo de la arteria
cerebral media y el otro con oclusión de la arteria carótida interna izquierda – les fue
restaurada la circulación a las áreas isquémicas por medios quirúrgicos. Ambos
pacientes se recuperaron. En el primer caso la OHB fue utilizada para revertir el déficit
neurológico del paciente mientras la sala de operaciones era preparada para la cirugía.
Una embolectomía exitosa restauró entonces el flujo de la arteria cerebral media. En el
segundo caso el tratamiento de OHB arrastró como marea al paciente por sobre la
oclusión del suministro de la sangre al hemisferio izquierdo mientras la operación de
EIAB iba desarrollando suficiente flujo para alimentar este hemisferio.
En 1980 Kapp reportó el tratamiento con OHB a 1.5 ATA de 22 pacientes con infarto
cerebral secundario a oclusión de la carótida o la arteria cerebral media. Diez pacientes
demostraron mejoría motora durante la OHB. Siete de ellos tuvieron revascularización
quirúrgica exitosa sin recurrencia del déficit neurológico. En tres pacientes que no
tuvieron revascularización exitosa, el déficit neurológico recurrió. Se concluyó que la
respuesta a OHB puede usarse en la selección de los pacientes con déficit neurológico
que podrían beneficiarse de la revascularización quirúrgica. El autor confirmó la visión
de Holbach y coincidió en que la OHB es útil en cerca del 40% de los pacientes en la
etapa crónica de la embolia.
El reporte reciente del Grupo de Estudio de Desviación EC/IC (1985) falló en la
confirmación de la hipótesis de que la anastomosis EC/IC (EIAB) es efectiva en la
prevención de la isquemia cerebral en pacientes con enfermedad arterial aterosclerotica
en las arterias carótida y cerebral media. Este estudio no ha sido aceptado como válido
por muchos neurocirujanos, a pesar de que cada uno coincide que la presencia de
oclusión arterial cerebral inaccesible no debería ser una indicación automática para
desviación EC/IC. Asuman et al. (1986) plantearon varias objeciones y percibieron
muchas deficiencias en este estudio. Ellos establecieron, "En el presente, no puede
concluirse que la cirugía de desviación EC/IC no es efectiva en la reducción de embolia
o muertes relacionadas a embolia en toda la población de pacientes".
Day et al (1986) apuntó que el estudio no debe llegar a ser el estándar absoluto por
lo cual la alta efectividad del procedimiento de desviación EC/IC deba ser eliminada.
Los métodos actuales para diferenciar la hemodinámica de los mecanismos embólicos
de la embolia son menos que ideales. La tomografía por emisión de positrones (PET)
puede ofrecer tal información, pero este método diagnóstico no está generalmente
disponible. Los autores sugieren un mejor proceso de selección. Awad et al. (1986)
indicó que la operación de EIAB no debe ser descartada debido al estudio cooperativo.
El estudio de desviación EC/IC falló en tomar en consideración algunos subgrupos tales
como aquellos pacientes seleccionados por la respuesta a la OHB por la técnica
descrita por Holbach et al. La falta de respuesta favorable a la OHB en un paciente con
embolia puede ayudar a excluir a aquellos en que es improbable beneficiarse de la
cirugía, a quienes entonces se les evita el gasto y riesgo de una cirugía innecesaria.
Otha et al. (1985a) elaboró adiciones a la técnica de Holbach y describió un método de
selección de candidatos a EIAB por evaluación topográfica de EEG y SEP con estudios
concomitantes de rCFB bajo OHB.
En adición a lo anterior, la OHB ha sido utilizada en el manejo de complicaciones
postoperatorias de procedimientos quirúrgicos. Holbach y Gott (1969) reportaron el uso
de OHB sobre pacientes neuroquirúrgicos. Entre estos hubo un paciente con un
Trastornos Neurológicos 147
Las lesiones de cabeza y el edema cerebral aquí son revisados juntos porque la
fisiopatología del trauma cerebral involucra edema cerebral, hipoxia e isquemia.
Clínicamente esta elevada la ICP. El edema cerebral se divide en dos tipos principales:
Estudios experimentales
Du Cailer (1973) revisó la literatura sobre el uso de OHB para la mejoría del edema
cerebral y para la reducción de la ICP. Fueron dadas teorías sobre la etiología y
patogénesis de los efectos citotóxicos de la hiperoxia, con 46 referencias.
Nagao et al. (1973) probó el efecto de la OHB a 2 ATA y la sensibilidad al CO2 del
tono cerebrovascular en 25 perros anestesiados y ventilados, en quienes la ICP se
había elevado con globos extradurales. La presión intracraneal se redujo solamente
cuando la circulación cerebral fue sensible al CO2. En animales no tratados con OHB, la
respuesta normal al CO2 fue elevación del CBF e ICP. Cuando el CO2 elevó solamente
la ICP pero no el CBF, fue dado manitol intravenoso para reducir la ICP y la reactividad
del CO2 reapareció. En animales tratados con OHB, la reactividad al CO2 se mantuvo a
igualmente alta ICP. Estos resultados indican que la OHB mejora el tono
cerebrovascular no solo por reducción de la ICP, sino por oxigenación de la hipoxia. Por
lo tanto, la OHB debe tener un efecto benéfico sobre el edema cerebral.
Dunn (1974) reportó resultados de estudios utilizando lesiones por congelamiento.
Los animales fueron divididos en cuatro grupos:
Grupo I: Controles
Grupo II: 2-3 h de hiperventilación con aire a 1 ATA
Grupo III: 3 h de 93% O2 + 3% CO2 a 1 ATA; hiperventilación
Grupo IV: 3 h de 93% O2 + 3% CO2 a 3 ATA; hiperventilación
Todos los animales fueron tratados antes y después de las lesiones frías con
metilprednisona. La mortalidad más baja (29%) y la supervivencia más larga (5.3 días)
ocurrió en el grupo 4. La mortalidad más alta fue en el grupo 3 (supervivencia media 0.2
días). El autor concluyó, "El oxígeno hiperbárico combinado con hiperventilación
hipocápnica definitivamente reducirá la presión intracraneal y proporcionara más que
adecuada oxigenación. Esta es una herramienta poderosa en el manejo de pacientes".
Nagao et al. (1975) reportaron adicionalmente los efectos de la OHB a 2 ATA sobre
el tono cerebrovascular utilizando la reactividad al CO2 y el índice de capacitancia
⎛ presión craneal ⎞
vasomotora ⎜⎜ ⎟⎟ en 50 perros anestesiados, artificialmente
⎝ presión arterial media ⎠
ventilados con ICP elevada. Otra vez llegaron a la misma conclusión, que el efecto de la
OHB en la hipertensión intracraneal experimental parece depender del tono
vasoconstrictor de los vasos cerebrales lo cual es indicado por la respuesta
vasodilatadora al CO2.
Pierce y Jacobson (1977) revisaron el papel de la OHB en el edema cerebral y
concluyeron:
efecto sobre la ICP, mientras que oxígeno al 100% causó una caída en la ICP a 1 y 4
ATA.
Isakov et al. (1986) estudió el efecto de la OHB sobre el contenido total de agua del
cerebro en edema traumático experimental. Se infligió lesión cerrada en cabeza en 30
conejos. Quince fueron tratados con OHB y los otros sirvieron como controles. Fue
determinada la cantidad de agua en varias áreas del cerebro (materia gris y blanca
separadamente). Ocurrió una significativa reducción del agua tisular en el cerebro de
los animales tratados con OHB. Diez sesiones de OHB probaron ser más efectivas que
seis sesiones en este respecto.
Ensayos Clínicos
Fasano et al. (1964) fueron los primeros en reportar el uso de OHB en lesiones
traumáticas del cerebro. Por este tiempo no se habían publicado estudios
experimentales que proporcionaran una base firme para este uso.
Holbach et al. (1969) reportaron el tratamiento con OHB de seis pacientes con lesión
severa de cabeza. La experiencia inicial fue gratificante, y el EEG mostró mejoría que
se correlacionaba con la recuperación clínica. Mogami et al. (1969) presentaron los
resultados de los tratamientos con OHB de 66 pacientes que sufrieron daño cerebral
agudo. Ellos encontraron lo siguiente:
Al final del estudio, 74% de los pacientes del grupo B estuvieron muertos, comparado al
53% en el grupo A. Ocurrió recuperación completa en el 6% del grupo B y 33% en el
grupo A. La conclusión fue que la OHB fue un útil adjunto para los cuidados intensivos
en el manejo del síndrome cerebral medio.
Artru et al. (1976) publicaron los resultados de un estudio prospectivo de 60
pacientes para evaluar la efectividad de la OHB como un tratamiento para el coma por
lesión de cabeza. Los pacientes fueron asignados a nueve subgrupos de acuerdo al
nivel de conciencia y la eventual terapia neuroquirúrgica. Fue dada OHB diariamente a
2.5 ATA. La mortalidad total no fue significativamente diferente en los grupos tratados
con OHB y los no tratados. En un subgrupo de 18 pacientes, el promedio de
recuperación de la conciencia a 1 mes fue significativamente más alto cuando fue
usada la OHB. Estos pacientes estaban debajo de los 30 años de edad y tuvieron
contusión del tallo cerebral sin lesiones de masa supratentorial.
Tischenko (1976) examinó 20 pacientes con daño cerebral severo. Bajo la influencia
de la terapia con OHB, hubo una más rápida recuperación de la conciencia y
relativamente corta duración de estados soporoso y comatoso. Los estados sicóticos se
aclararon después de la primera sesión de OHB.
Miller (1979) estableció su punto de vista sobre el papel de la OHB para el
tratamiento del edema cerebral como sigue:
Los comentarios de Sukoff acerca del flujo de la arteria vertebral bajo OHB son
interesantes. Hayakawa (1974) notó que el flujo sanguíneo de la arteria vertebral a 2
ATA puede incrementarse tanto como el 18%.
154 Oxigenación Hiperbárica en Trastornos del Sistema Nervioso
Isakov et al. (1982) compararon el curso clínico de 103 pacientes con trauma
craneocerebral tratados con OHB con el de un igual número de pacientes no tratados
con OHB (controles). Fueron examinados los parámetros de respiración externa y
hemodinámica central. Se encontró que la OHB ejerce una acción profiláctica en cuanto
al desarrollo de trastornos mentales en el periodo agudo del trauma cerebral, y también
en lo referente al desarrollo de algunas complicaciones (meningitis, heridas infectadas,
llagas por decúbito, neumonía). La OHB tiene un notable efecto sobre la proporción y
grado de recuperación de las funciones motoras y del habla. En algunos casos la OHB
elimina el síndrome de hiperventilación y los ritmos de respiración patológicos.
Sukoff y Ragatz (1982) presentaron un reporte bien documentado sobre OHB en el
tratamiento de edema cerebral en 50 pacientes. Esta fue la primera vez que la ICP fue
monitoreada en pacientes con encefalopatía traumática mientras estaban bajo OHB. El
edema cerebral fue valorado por tomografía computarizada. Hubo una considerable
reducción de la ICP con el uso de OHB. Los autores concluyeron que un régimen de
monitoreo meticuloso y completo, soporte ventilatorio, osmoterapia y OHB es
importante en el cuidado de pacientes con contusiones cerebrales.
Otha et al. (1985) evaluaron el efecto de la OHB sobre la ICP aumentada, la cual fue
debida a ruptura de aneurisma intracraneal. En nueve pacientes, cuya ICP fue
monitoreada constantemente, hubo un 20% de disminución con inhalación de oxígeno
puro (1 ATA) y un 18% de incremento de rebote después de descontinuarlo. Con OHB
hubo un 23-27% de disminución (2 ATA) y después de la descompresión hubo retorno
al estado de reposo. La administración de Glicerol disminuyo la ICP 50% y fue más
efectiva que la OHB. Ya que el efecto de la OHB es temporal, los autores
recomendaron otros métodos junto con OHB para tratar edema cerebral e ICP elevada.
Rockswold y Fort (1985) presentaron los resultados preliminares de un experimento
clínico prospectivo randomizado de OHB en el tratamiento de pacientes gravemente
lesionado del cerebro. 30 pacientes fueron admitidos en el estudio. El criterio de
inclusión fue inconciencia persistente con inhabilidad para obedecer comandos o
expresar palabras reconocibles (escala de coma de Glasgow menor de 10). A quince
pacientes se les dio OHB a 1.5 ATA por 1 h diaria, los otros 15 sirvieron como
controles. Los parámetros evaluados en pacientes y controles fueron tomografía
computarizada, ICP, modalidad múltiple de respuesta a evocados, PES, estatus
neurológico y valoración neuropsicológica, en aquellos que recuperaron la conciencia a
6, 12 y 18 meses.
Con una puntuación de coma de Glasgow de 3, todos los pacientes murieron sin
importar el método de tratamiento. Con puntuación de 7-9 no hubo diferencia aparente
en la supervivencia entre el grupo tratado y los controles: 10 de 11 pacientes
Trastornos Neurológicos 155
sobrevivieron, Sin embargo, en los pacientes con puntuación de 4-6 hubo incremento
en la supervivencia con OHB (solamente dos muertes comparadas con 7 en el grupo
sin OHB).
El número de pacientes en este estudio es pequeño, pero los resultados son
alentadores. Los resultados finales al completar este estudio podrían demostrar si el
tratamiento de las lesiones cerebrales graves con OHB debe seguirse promoviendo.
De nuestra revisión de la literatura concluimos que la OHB tiene un efecto benéfico
sobre el resultado final en los pacientes con lesiones de cabeza y aquellos con edema
cerebral e ICP elevada. La mayoría de los reportes clínicos son de estudios no
controlados y deben realizarse investigaciones adicionales para definir el papel de la
OHB en las lesiones de cabeza.
Balentine (1975) reportó que puede inducirse necrosis central de la medula espinal por
OHB, pero los niveles utilizados en estudios humanos no son conocidos que causen
cualquier daño.
Algunas de las categorías importantes de lesiones relevantes de medula espinal
para la discusión del papel de la OHB son las siguientes:
1. Herida de medula espinal asociada con trauma espinal y normalmente con fractura-
dislocación de la columna vertebral. Hay deficiencias neurológicas variables si la
lesión es incompleta. Lesiones más extensas están asociadas a paraplejia o
cuadriplejia. Puede haber un elemento de compresión externa.
2. Lesiones de medula espinal ocupando espacio. Estas tienen principalmente un
efecto compresivo. Puede haber destrucción de tejido de la medula espinal. Algunas
de las deficiencias neurológicas pueden ser debidas a edema e isquemia alrededor
del tumor y puede que no se resuelvan con la remoción quirúrgica del tumor.
3. Insuficiencia cerebrovascular de la medula espinal. Estas lesiones son
principalmente isquémicas. Algunos ejemplos son oclusión de la aorta abdominal y
oclusión de una arteria o arterias a la medula espinal debido a una proceso
embólico o arteriosclerótico. El uso clínico de la OHB para este tipo de trastornos no
ha sido todavía reportado.
4. Enfermedad de descompresión. Se ha reportado paraplejia como una complicación.
Puede haber formación de burbuja intracelular, y concomitante con el daño a la
medula espinal hay espesamiento y estasis en el plexo venoso epivertebral.
Han sido desarrollados diversos tratamientos quirúrgicos y con drogas para la lesión de
la medula espinal (SCI), pero no hay cura. El papel de la cirugía convencional esta
confinado a la remoción de las lesiones compresivas y la estabilización de la espina
ósea. Actualmente está en progreso una investigación hacia el trasplante de tejido y
regeneración de la medula espinal.
La mayoría de los trabajos sobre el efecto de la OHB sobre la SCI son en
experimentos con animales, con unos pocos estudios clínicos.
Locke (1971) encontró que se acumula de ácido láctico en la medula espinal
lesionada. Esto apoya el concepto de que la isquemia juega un papel precoz en el
proceso traumático seguido a SCI. Los niveles de ácido láctico permanecen elevados
hasta por 18 h.
Kelly et al. (1972) estudiaron la pO2 tisular de la medula espinal normal y
traumatizada en perros. La pO2 tisular de la medula espinal normal se levantó
respirando oxígeno al 100%. Después de trauma, la pO2 tisular bajó a cero y no
respondió al oxígeno 100% a presión ambiente. Sin embargo, a 2 ATA la pO2 tisular
subió a niveles altos durante el periodo de compresión mecánica de la medula. Los
animales quedaron parapléjicos y cuando se les dio OHB se recuperaron a un mayor
grado que los animales no tratados en el grupo control. Los efectos benéficos fueron
similares a los de los glucocorticoides y a la hipotermia. Los autores sugirieron un
experimento clínico de OHB en pacientes con lesión aguda de medula espinal.
Holbach et al. (1974) reportaron tres pacientes con lesión compresiva de medula
espinal – uno con un disco cervical protruido, uno debido a adhesión aracnoidal de la
medula espinal y otro debido a un quiste aracnoideo de la medula torácica baja. No
hubo mejoría de las deficiencias neurológicas en estos pacientes a pesar de la
Trastornos Neurológicos 157
corrección quirúrgica de las lesiones. Se dio terapia con OHB con la esperanza de
corregir el proceso isquemico asociado con las lesiones compresivas. El primer
paciente mejoró después de la primera sesión de OHB pero retrocedió más tarde. A los
tres pacientes se les dio quince sesiones a 1.5 ATA cada una durando de 35-40 min en
una base diaria, mejorando todos ellos. El oxígeno del CSF fue monitoreado y mostró
un incremento significativo durante la OHB. Linke et al. (1974) utilizaron la técnica de
EMG para lograr comprender el modo de acción de la OHB sobre las lesiones de
medula espinal tratadas por Holbach et al. (1974). Fueron tomados los registros desde
muchos músculos correspondientes al nivel de la lesión en la medula espinal. En los
tres casos, donde hubo un marcado incremento en la densidad de los potenciales de
reacción muscular después de cada curso de OHB. La mejoría se revirtió en alguna
extensión en las pocas horas siguientes pero nunca cayó al nivel pretratamiento. Los
resultados acumulativos de unas series de tratamientos fue progresivamente
incrementando los potenciales de acción y el registro tuvo la apariencia de una curva
ascendente.
Yeo (1976) reportó los resultados del uso de la terapia con OHB (3 ATA) para
controlar la instalación de paraplejia después de SCI inducida en ovejas. La institución
de OHB dentro de 2 h de la lesión resultó en mejoría motora y recuperación sobre las
siguietes 8 semanas. Yeo investigó adicionalmente hacia los efectos de la OHB sobre
paraplejia experimental en ovejas (1977), confirmando sus primeros hallazgos. El grado
de necrosis cistica en la medula central y la degeneración de la materia blanca
alrededor fueron comparados en los controles y los animales tratados. No solo hubo
mejoría motora en el grupo tratado con OHB, también hubo menos degeneración de la
medula.
Holbach et al. (1977) reportó el uso de OHB en el tratamiento de 13 pacientes con
lesiones compresivas de medula espinal. La terapia fue administrada
postoperatoriamente cuando persistieron las deficiencias neurológicas. Seis de los 13
pacientes mejoraron marcadamente, particularmente en la función motora, mientras los
otros mostraron ligeros cambios. No hubo efectos adversos.
Yeo (1978) presentó un reporte preliminar sobre 10 pacientes con SCI, quienes
fueron tratados con OHB (2.5 ATA). La recuperación en 5 pacientes fue más rápida y
mayor en grado que lo que se esperaba con el manejo de rutina. No hubo deterioro en
el estatus neurológico de ningún paciente.
Jones et al. (1978) trataron con OHB a 7 pacientes con SCI dentro de 12 horas de la
lesión. Dos de estos pacientes tuvieron recuperación funcional y tres pacientes
recuperación parcial. Un paciente tuvo suficiente recuperación motora y sensorial
después de dos tratamientos para permitir el uso funcional de calibradores.
Yeo et al. (1979) compararon la recuperación del poder motor y la histopatología a
nivel de la lesión después de contusión controlada a la medula espinal de oveja. Los
tratamientos utilizados fueron prednisolona, α-metilpara-citosina (AMT, un inhibidor de
la síntesis de norepinefrina que produce alguna recuperación de la actividad motora en
SCI), manitol u OHB. Hubo una recuperación motora significativa en los animales no
tratados (controles), pero ninguno recupero la habilidad para pararse o caminar. No
hubo recuperación significativa con metilprednisolona. En el grupo tratado con AMT, así
como en el tratado con OHB hubo recuperación motora significativa. En el examen a las
8 semanas mostró necrosis cística de la porción central de la medula espinal a nivel de
la lesión en todos los animales, pero fue menos marcada en aquellos tratados con
OHB.
158 Oxigenación Hiperbárica en Trastornos del Sistema Nervioso
Fue observada mejoría motora en aquellos pacientes que fueron tratados dentro de 4 h
de la lesión. Dos pacientes con problemas sensoriales obtuvieron alivio. Dos pacientes
mostraron reducción significativa del bloqueo mielográfico, aunque ninguno de los dos
mejoró clínicamente. En tres pacientes hubo una recuperación dramática. Sukoff sintió
que su estudio clínico con terapia de OHB, así como los reportados por otros a la fecha,
Trastornos Neurológicos 159
fueron anecdóticos. El sugiere que deben ser iniciadas pruebas clínicas utilizando
técnicas doble-ciego sobre pacientes dentro de 4 h de SCI.
Gelderd et al. (1982) ejecutó transección de medula espinal en ratas y probo los
efectos terapéuticos del dimetilsulfoxido (DMSO) y/o OHB a diversas presiones en
diferentes grupos de animales. Los animales fueron sacrificados 60-200 días después
del tratamiento y fue examinada la medula espinal con microscopio de luz, microscopio
electrónico y microscopio de transmisión de electrones. Normalmente el crecimiento de
axones es abortado dentro de unos pocos días después de la transección. En animales
tratados con DMSO y OHB, Gelderd et al. encontraron axones desnudos 90-100 días
posteriores a las lesiones. Estos hallazgos sugieren que la DMSO y la OHB pueden
prolongar el proceso de regeneración por periodos extensos después de la lesión. Hubo
menos cavitación en la medula espinal de los animales tratados con DMSO y OHB que
en los controles, los cuales no recibieron ningún tratamiento.
Hart y Strauss (1984) probaron el efecto de la OHB sobre 22 cuadrapléjicos con un
promedio de capacidad vital de 2.38 l comparado con lo esperado normal de 5.10 l para
el grupo de edad. La OHB a 2 ATA por 2 h por día por 3 semanas no deterioró la
función pulmonar, la capacidad vital o las fuerzas inspiratoria y espiratoria. La
capacidad vital del 41% de los pacientes mejoró por más del 10%.
Neretin et al. (1985) utilizó OHB para el tratamiento de 43 pacientes con mielopatía
discirculatoria en desarrollo de anormalidades y espondilosis. Se observó regresión de
las deficiencias neurológicas en pacientes con tetraparesis espástica en 5-6 días, en
contraste con el grupo control a quien se le dio solo vasodilatadores. Hubo pequeña
mejoría en pacientes con siringomielia.
Todos los otros aspectos del papel de la OHB en enfermedad de descompresión (EDD)
son tratados en el Cap. 7.
Girard (1980) trató 13 casos de enfermedad de descompresión en buzos
profesionales en cinco centros de Suiza. Los pacientes tenían de 27-50 años de edad y
habían buceado a profundidades de entre 30 y 42 m. Los síntomas iniciaron con dolor
torácico, sensación de malestar, pérdida de la conciencia y parálisis 1 h después. El
tratamiento con OHB fue iniciado 1-5 h después y 10 de los buzos se recuperaron.
Melamed y Ohri (1980) describieron su experiencia con accidentes de buceo en el
Instituto Medico Hiperbárico Naval de Israel durante 1974-1978. Ocurrieron
complicaciones en 35 de los 130 accidentes de buceo civiles involucrando deficiencias
neurológicas. Dos de estos pacientes murieron. Los 33 restantes recibieron OHB y 30
se recuperaron. En los 3 casos donde permaneció alguna secuela neurológica se creyó
que fue por retraso en la institución del tratamiento.
Buehlman (1985) trató 20 pacientes con EDD involucrando la medula espinal entre
1969 y 1084. 13 de los 20 estuvieron parapléjicos. Siete de estos, quienes fueron vistos
dentro de unas pocas horas mejoraron con recompresión, mientras el resto de ellos
mostraron alguna mejoría con el tratamiento posterior.
Leitch y Hallenbeck (1985) describieron sus hallazgos con el uso de presión en el
tratamiento de EDD de la medula espinal en el Instituto de Investigación Médica Naval,
Bethesda, USA. Fue inducida EDD en 20 perros anestesiados con descompresión
rápida después de buceos. Los cambios indicando EDD fueron confirmados por SEP.
La recompresión fue hecha a varias presiones desde 2.8 a 7 bares. Las recuperaciones
fueron evaluadas por SEP. Los autores concluyeron que presiones en exceso de 3
160 Oxigenación Hiperbárica en Trastornos del Sistema Nervioso
Conclusiones
Puede valer la pena tratar una combinación de hipotermia y OHB en SCI. Ambas han
sido tratadas individualmente y comparadas, pero no han sido combinadas. Puede ser
válido también tratar con 40% O2 + 5% CO2 + Mg + vit. E después de la terapia normal
con OHB.
parcial y dos estuvieron sin cambios. Ningún paciente tuvo agravación de la cefalea. El
alivio completo no fue obtenido en los tipos de cefalea no-vasculares.
Para mirar más aún hacia este problema, les pedimos a todos los pacientes que
experimentaron tratamientos con OHB desde Agosto de 1986 que llenen un
cuestionario de autoevaluación (Fig. 14.2). El efecto de la OHB sobre la cefalea fue
también evaluado después de la sesión. El resultado en 74 pacientes se muestra en la
Tabla 14.2. La Tabla 14.3 muestra el seguimiento de un paciente con cefalea vascular
por 7 días después de la terapia con OHB. El alivio fue más marcado en casos de
migraña, en el periodo postoperatorio después de cirugía de aneurisma intracraneal y
en pacientes teniendo ligeros trastornos cerebrovasculares.
Nombre Edad
Diagnóstico Fecha
Antes de OHB
Tengo cefalea
Si No
Grave
Moderada
Ligera
Después de OHB
La cefalea es:
La misma
Aumentó
Disminuyó
Alivió completamente
Discusión de resultados
Tabla 14.3. Efecto de la OHB sobre la cefalea vascular de un paciente durante 7 días
de tratamiento.
Están en progreso estudios adicionales para probar estas hipótesis, investigando las
plaquetas y la circulación cerebral antes, durante y después de tratamientos con OHB.
También están planeados estudios control sobre pacientes con migraña, con
seguimiento a largo plazo.
Demencia
1. La falta de oxígeno al cerebro fue la principal razón para utilizar esta forma de
terapia. De acuerdo a Sokoloff (1966), sin embargo, la relación proporcional entre el
suministro y consumo de oxígeno está cerca de lo normal en pacientes con
síndrome cerebral crónico.
2. El estudio falló para clasificar los diversos estados sicóticos reversibles, los cuales
necesitan ser diferenciados de senilidad.
3. La validez de algunas de las pruebas sicológicas utilizadas fue cuestionada por
discusiones del papel. Hubo escasez en las mediciones.
4. No hubo randomización con respecto a inclusión o división en grupos.
5. Una amplia variedad de síntomas y signos fueron manifestados por los pacientes y
ellos pertenecieron a un gran número de categorías diagnósticas. Tan heterogéneo
grupo podría hacer difícil la interpretación de los resultados más precisos y
concretos.
6. El tratamiento consume tiempo y es caro. A los pacientes viejos puede no gustarles
o rehusarse. Los resultados son de corta duración (editorial Lancet 1969).
7. El tratamiento placebo de cinco pacientes con 10% O2 + 90% N2 es peligroso en
pacientes viejos. Thomas et al. (1976) estudiaron la interacción de mezclas
hiperbáricas de nitrógeno y oxígeno sobre el comportamiento en ratas. La presión
de oxígeno elevada moduló e interactuó con el efecto narcótico del nitrógeno sobre
el comportamiento – un incremento inicial en la proporción de respuesta fue seguido
por una declinación.
Goldfarb et al. (1972) trataron 16 pacientes con síndrome mental orgánico utilizando la
rutina de OHB descrita por Jacobs et al. (1969). A seis pacientes les disgustó el
tratamiento y lo discontinuaron. De los diez que lo completaron, ninguno mostró una
mejoría en el desempeño intelectual o social. Este fue el primer estudio discrepando
con los resultados de Jacobs y colegas. Eisner (1975), comentando sobre la disparidad
entre los resultados de Jacobs y Goldfarb, dijo que los sujetos en el último estudio
estuvieron más deteriorados y quizás no sensibles a la OHB. También criticó el diseño
experimental empleado en ambos estudios, y considero que estas imperfecciones
hacen a ambos estudios no concluyentes. Consideró que la prueba de Gestalt Bender y
la de Tien para integridad orgánica no han sido validadas en una muestra de ancianos.
La ganancia evidenciada sobre la Escala de Evaluación Geriátrica puede tener poco
significado práctico.
Fraiberg (1973) utilizó la inhalación de oxígeno hipobárico en 59 pacientes con
trastornos del comportamiento en un centro de enfermería, 47.5% de ellos mejoraron.
166 Oxigenación Hiperbárica en Trastornos del Sistema Nervioso
paciente se le dio 100% a 2.5 ATA por 90 min dos veces al día por quince días. No se
observaron cambios significativos en ninguno de los parámetros en este estudio doble-
ciego. Los autores concluyeron que la OHB no tiene efecto benéfico sobre pacientes
con demencia moderada a severa. Aunque la técnica para dar la terapia de OHB fue la
misma que la usada por Jacobs et al. (1969), los resultados fueron diferentes. En el
estudio de Jacobs se incluyeron pacientes que fueron residentes de un hospital de
Administración de Veteranos – ambiente monótono y altamente rutinizado. Los
tratamientos de OHB pudieron haber proporcionado una estimulación positiva, la cual
sola podría mejorar el desempeño mental (Lerhl y Fischer 1986). En los estudios por
Thompson y por Goldfarb, los pacientes venían de sus propias casas y no carecían de
estímulos. Thompson et al., sin embargo, no quitaron las posibilidades de mejora en
pacientes con enfermedad cerebrovascular moderada donde la muerte celular extensa
y los cambios estructurales gruesos incluso han ocurrido. Podría ser que estos
pacientes con atrofia cortical avanzada estuvieran ya en un estado irreversible.
Levin y Peters (1977) utilizaron OHB en el tratamiento de una mujer joven que tuvo
un síndrome amnésico residual después de encefalitis por herpes simple. Las pruebas
cuantitativas de memoria fueron realizadas antes, durante y después de la terapia con
OHB. No hubo mejoría.
Raskin et al. (1978) asignaron 82 sujetos ancianos con deterioro cognoscitivo
significativo a tratamiento con OHB, aire hiperbárico, aire normobárico u oxígeno
normobárico. El tratamiento consistió de 2 sesiones de 90 min por día por quince días.
La evaluación sicológica inmediatamente después del tratamiento y a 1, 2, 3 y 8
semanas más tarde no revelaron ningún progreso en la función cognoscitiva en los
sujetos experimentales (oxígeno hiperbárico o normobárico) comparado a los controles
(aire normobárico o hiperbárico). Kron et al. (1981) revisaron la literatura publicada
sobre la aplicación de OHB en demencia senil y su propia experiencia. Hicieron un
número de observaciones acerca de las dificultades encontradas en la evaluación de la
utilidad de esta terapia en el tratamiento de la disfunción mental, y llegaron a las
siguientes conclusiones.
Schmitz (1977, 1981) evaluó la terapia con OHB para la senilidad y concluyó:
Neubauer (1983) reportó que ha utilizado OHB con buenos resultados para demencia
senil y recomendó que la duración del tratamiento debe ser de cuando menos 3 meses
y las presiones de oxígeno deben estar entre 1.5 y 2 ATA. Da el ejemplo de un paciente
con demencia debida a enfermedad cerebrovascular que fue tratado intermitentemente
sobre un periodo de unos pocos años y fue capaz de ver después por si mismo y sus
asuntos. Fischer et al. (1987) han notado la controversia con respecto al tratamiento de
la demencia. Realizaron un estudio para investigar los efectos de la OHB sobre
deficiencia cognoscitiva en nueve pacientes pregeriátricos con isquemia cerebral. El
diagnóstico de insuficiencia cerebrovascular fue hecho por neurólogos. La deficiencia
mental fue verificada por pruebas sicométricas. Los pacientes recibieron terapia con
OHB a 1.5 ATA (oxígeno 100%) por 40 min diariamente. Fueron probados los
siguientes parámetros de información sicológica (Lerhl 1986) (ver Cap. 28):
Conclusiones
Ideas para Investigaciones. Hemos mencionado el uso de estudios PET para valorar los
efectos metabólicos cerebrales de la OHB en sujetos normales. Estos estudios deben
extenderse a pacientes con deficiencia cognoscitiva que reciben terapia con OHB
además de las pruebas sicológicas integrales.
Para estudios futuros, todos los pacientes deben ser clasificados dentro de
categorías diagnósticas tales como demencia por infarto múltiple, enfermedad de
Alzheimer, etc. Los hallazgos por CT y PET deben ser tomados en consideración. Los
pacientes con atrofia cerebral deben estar en un grupo separado.
Trastornos Neurológicos 169
También sugerimos que para evitar la ambigüedad de resultados del uso de OHB
combinada con entrenamiento mental, como fue reportado por Ben Yishai y Diller
(1978), los pacientes deben dividirse en tres grupos – uno con OHB sola, otro con
entrenamiento cerebral solo y uno con OHB más entrenamiento cerebral.
Esclerosis Múltiple
La esclerosis múltiple (MS) fue originalmente descrita por Charcot en 1981 como
esclerosis en placa. Los británicos algunas veces se refieren a esta como esclerosis
diseminada (DS). La enfermedad está caracterizada por placas de desmielinización en
el sistema nervioso central y el curso de la enfermedad se caracteriza por remisiones,
recurrencias y exacerbaciones con ocasionales fases silentes. La causa precisa es
desconocida, pero se han debatido factores virales e inmunológicos como
responsables. Son utilizados varios procedimientos diagnósticos. El examen de CSF
muestra anormalidades en las células, proteínas, fracciones de gamma globulina o
bandas oligoclonales. Estudios electrofisiológicos como potenciales evocados y electro-
oculografía pueden mostrar anormalidades en el 50-90% de los casos. La exploración
con CT puede mostrar una lesión en la etapa temprana de la evolución. La imagen de
resonancia magnética (MRI) ha probado ser la más útil herramienta radiológica para
demostrar las lesiones y seguir su curso (Johonson et al. 1984).
La OHB fue utilizada primero para MS por Boschety y Cernoch en 1970. Expusieron
26 pacientes con oxígeno 100% a 2 ATA por dos sesiones diarias de 30 min por 10-20
días. Encontraron mejoría en 15 pacientes, pero fue de corta duración. No hicieron
extensiones adicionales de sus pruebas.
Neubauer (1978) utilizó OHB para 12 pacientes con MS y reportó mejoría en 10
pacientes por hasta 2 años. Baixe (1978) reporto detención del curso de MS en 11
pacientes utilizando OHB a presión y duración no especificadas.
Warren et al. (1978) y Prockop y Grasso (1978) reportaron mejoría de
encefalomielítis alérgica experimental en animales utilizando OHB. Hasborough et al.
(1980) demostró que la OHB fue inmunosupresiva en un número de modelos animales.
Estos estudios proporcionan un posible modo de acción de la OHB para MS.
Neubauer (1980) publicó datos sobre un estudio consecutivo de 250 pacientes con
MS tratada con oxígeno al 100% a 2 ATA por 60-90 min diariamente por 20 días. La
mayoría de los pacientes tenía enfermedad progresiva crónica, y la mejoría espontánea
era improbable. Encontró que 117 pacientes mejoraron por 2 ó más puntos en la escala
de clasificación de incapacidad de Kurtze y un adicional de 68 pacientes mostraron
mejoría ligera. También reportó que 25% de los pacientes tuvo remisión de los
síntomas vesicales. No se utilizaron drogas, pero los pacientes tuvieron terapia física
intensiva.
Pallota (1982) reportó que todos los 100 pacientes con MS tratados entre 1971 y
1981 con OHB a 2 ATA por 90 min diariamente por 15 a 20 días tuvieron mejoría en los
síntomas cerebelares, vesicales y del sensorio. Noventa y tres habían mejorado la
espasticidad.
Zannini et al. (1982) aseveraron que 34 de 40 pacientes con MS tratados por ellos
con OHB a 2 ATA por 90 min diariamente por 10 a 15 sesiones mejoraron
notablemente.
James (1982) hipotetizó que la MS puede ser causada por embolismo graso
subagudo. La grasa puede alojarse en la microcirculación del cerebro y causar edema
perivenoso distal y anoxia con diesmilinización de axones. James considera que la
170 Oxigenación Hiperbárica en Trastornos del Sistema Nervioso
Barnes et al. (1985) en un estudio de 120 pacientes con MS crónica, compararon los
efectos del oxígeno al 100% a 2 ATA por 20 sesiones diarias de 90 min con aquellos de
aire normobárico por una duración similar. Ningún paciente en ambos grupos mostró
alguna mejoría sobre la escala de incapacidad de Kurtze.
Condiciones Neurológicas Diversas 171
Neubauer (1985) comentó sobre este artículo y discrepó con Barnes et al. El no
pensó que la duración del tratamiento y el periodo de seguimiento fuera el adecuado
para valorar el efecto de la OHB. También dijo que la colección de datos presentados
por 13 países en Toulon, Francia en Octubre de 1980, mostró que sobre 10,000
pacientes con MS habían sido tratados con OHB y del 30 – 75% mostraron mejoría.
Neiman et al. (1985) investigaron 19 pacientes con MS y tratados con OHB. El
monitoreo visual de potenciales evocados mostró mejoría en tres de los 10 pacientes
tratados con OHB y cinco de los nueve controles.
Massey et al. (1985), en un estudio cruzado de 18 pacientes, no encontraron mejoría
excepto en la función vesical.
Murthy et al. (1985) encontraron mejoría en siete de nueve pacientes con MS con
una estadística de 6 o menos sobre la escala de Kurtze mientras que ningún paciente
con placebo mejoró. Los autores sugirieron la aplicación de OHB en las formas de MS
suave a moderada.
Wood et al. (1985) encontraron gran mejoría objetiva en los controles (cuatro de 20
pacientes con MS) que en los pacientes tratados con OHB (2 de 21). Slater et al. (1985)
no encontraron beneficio con la terapia de OHB en 57 pacientes con MS.
Wiles et al. (1986) reportaron un estudio en UK en el que 84 pacientes fueron
tratados con el mismo régimen que el de Barnes et al. (1985). El grupo tratado y el
control notaron pequeña mejoría objetiva significativa al final del tratamiento.
Harpur et al. (1986) trató pacientes con MS en un curso inicial de 20 días de OHB
seguido de cinco sesiones potenciadoras en los próximos 6 meses. El grupo control fue
tratado con aire hiperbárico. Había 82 pacientes en el estudio. No hubo diferencia entre
el grupo tratado y los controles en la escala de Kurtze, MRI o potenciales evocados.
Neubauer (1986) presentó 62 pacientes con MS quienes experimentaron valoración
multidiciplinaria para evaluar el efecto de la OHB. Fueron mostradas mejoras
anatómicas de las lesiones de MS con MRI. También hubo mejoría en los potenciales
evocados. El autor postuló que el modo de acción de la OHB en la MS fue por
reducción del edema focal, corrección de la hipoxia local, reparación de la barrera
hematoencefálica y conductos bioeléctricos. Considera que para que la OHB sea
benéfica en la MS, esta debe ser utilizada en el tiempo apropiado ya la dosis apropiada.
Conclusiones
La radioterapia es una importante medida terapéutica contra los tumores, pero su uso
no es sin secuelas. Boden (1948) reportó mielitis por radiación de la medula espinal
cervical después de terapia por radiación para cáncer faríngeo. Similarmente, ha sido
reportada encefalitis por radiación después de terapia por tumores cerebrales y algunas
172 Oxigenación Hiperbárica en Trastornos del Sistema Nervioso
Miastenia Gravis
Deformabilidad
Los glóbulos rojos son discos cóncavos con un diámetro medio de 8 µm y un espesor
máximo de 2 µm en la periferia y 1 µm o menos en el centro. El volumen promedio de
los glóbulos rojos es de 83 µm3. Ya que los glóbulos rojos pasan a través de los
capilares, pueden deformarse en cualquier forma. Esta deformabilidad es un
determinante importante de la viscosidad sanguínea total, particularmente en la
microcirculación, donde el diámetro capilar es menor que el diámetro de los glóbulos
rojos. Esto contribuye al fenómeno de inversión – viscosidad incrementada a nivel
capilar comparada con la de los grandes vasos. Los glóbulos rojos pueden atravesar un
canal de 14 µm de largo y 2.8 µm de ancho y puede apachurrarse a través de 0.5 µm
de apertura entre células. La deformabilidad de los glóbulos rojos depende de la
estructura normal de la hemoglobina, así como del almacenamiento de trifosfato de
adenosina (ATP). Un glóbulo rojo normal puede experimentar deformación sin estirar o
romper la membrana. Esta capacidad de los glóbulos rojos es un factor importante en la
microcirculación y en el intercambio de oxígeno tisular.
Mathieu et al. (1984) midieron la deformabilidad de los glóbulos rojos antes y
después de 90 min de exposición a 2 ATA. El índice de filtrabilidad disminuyó 27%
después de la exposición a OHB, mientras que el hematocrito y la viscosidad del
plasma permanecieron constantes. Esta disminución significa aumento de la
deformabilidad de los glóbulos rojos.
Fischer et al. (1986) mostraron incremento en la elasticidad del eritrocito y caída del
hematocrito en voluntarios sanos ejercitándose bajo OHB a 1.5 ATA. La reología
mejorada de la sangre como resultado de esto, mejora la capacidad de los glóbulos
rojos para navegar los capilares y mejora la oxigenación de los tejidos. La máxima
entrega de oxígeno a los tejidos es a un nivel de hematocrito de 30-33% (Fig. 15.1), el
cual es significativamente menor que el rango de hematocrito normal de 36-47% al nivel
del mar.
176 Efecto de la Oxigenación Hiperbárica en los Trastornos de la Sangre
Intercambio de Oxígeno
El transporte de oxígeno requiere difusión de oxígeno hacia el interior del glóbulo rojo y
combinación química con la hemoglobina intracelular. El oxígeno no se combina con las
dos valencias positivas del hierro ferroso en la molécula de hemoglobina (Fig. 15.2). En
cambio, se liga flojamente con una de las seis valencias “coordinadas” del átomo de
hierro. Esta es una ligadura extremadamente floja, para que la combinación sea
fácilmente reversible. Más aún, el oxígeno no llega a ser oxígeno iónico, porque es
15 150
Hemoglobina (%)
Viscosidad (cP)
70
50 10 100
30
5 50
10
0 0
10 30 50 70
Hematocrito
HC Fe CH
(-)
N N
H3C D C CH3
CH2 CH2
I C I
CH2 H CH2
I I
COOH COOH
Polipéptido
Estructura y Bioquímica
Eritropoyesis
Aplicaciones Clínicas
Anemias Hemolíticas
Puede ocurrir hemólisis de eritrocitos debido a una variedad de causas, algunas de las
cuales son hereditarias y otras adquiridas. Un ejemplo es la anemia de células
falciformes. Esta presente en el 0.3 al 1% de los Africanos del Oeste y negros
Americanos. Los glóbulos rojos en esta condición contienen una hemoglobina anormal
llamada hemoglobina S. Cuando esta hemoglobina es expuesta a bajas
concentraciones de oxígeno, es precipitada en grandes cristales dentro del eritrocito.
Los cristales elongan la célula y da la apariencia de una hoz en lugar de un disco
bicóncavo. La hemoglobina precipitada también daña la membrana celular, a tal grado
que la célula llega a ser altamente frágil, conduciendo a anemia severa. Tales pacientes
van en un círculo vicioso llamado “crisis” de la enfermedad de células falciformes:
Investigaciones Adicionales
La isquemia tisular tiene dos efectos primarios – reducción del suministro de oxígeno a
la parte y retención de CO2 y otros productos del metabolismo tisular. Es difícil modificar
la retención de productos tóxicos, pero la carencia de oxígeno puede ser compensada
por la OHB. Ya que el oxígeno tiene un efecto vasoconstrictivo, se han enarbolado
dudas acerca de su efectividad.
Bird y Telfer (1965) probaron el efecto de oxigeno al 100% sobre el flujo sanguíneo a
los brazos de voluntarios jóvenes sanos. A 1 ATA la reducción fue de 11.2%. Esto es
similar a la reducción del 13% del flujo sanguíneo cerebral bajo la influencia de oxígeno
reportada por Kety y Schmidt (1948). A 2 ATA la reducción fue de 18.9%. Después de
la OHB, la cantidad de oxígeno disponible se incrementó aunque el flujo sanguíneo
permaneció sin cambios. Los autores sugirieron que esto fue un mecanismo
homeostático para mantener la tensión de oxígeno constante. Estos hallazgos fueron
objetados por Mottram (1965). Este mecanismo no es aplicable al miembro isquémico,
donde la tensión de oxígeno es mucho más baja de lo normal. La proporción a la cual el
oxígeno se difunde desde la sangre a través de las paredes capilares a los fluidos
tisulares y las células, depende del gradiente de las presiones parciales entre el plasma
y las células tisulares.
Stalker y Lendingham (1973) produjeron isquemia aguda de miembro posterior en
perros anestesiados. La extracción y consumo de oxígeno subió inicialmente pero
entonces cayó por debajo de los niveles normales. La OHB a 2 ATA no influenció el
flujo sanguíneo o el intercambio metabólico. Kawamura et al. (1978) condujeron
experimentos similares para probar los efectos de la OHB sobre isquemia de miembro
posterior en perros y concluyeron que el oxígeno no actúa como un vasoconstrictor en
tejidos hipóxicos hasta que la deficiencia de oxígeno se mejora.
Schraibman y Ledingham (1969) estudiaron el efecto de la OHB y vasodilatación
regional en isquemia de pie. Manifestaron que el problema de la isquemia no había sido
resuelto por cirugía reconstructiva o simpatectomía, lo cual beneficia solo sobre el 50%
184 Oxigenación Hiperbárica en Enfermedad Vascular Periférica
de los pacientes. Midieron el flujo sanguíneo del pie en voluntarios sanos y pacientes
por medio de pletismografía. El flujo sanguíneo en reposo fue similar en los sujetos
normales y en los pacientes con claudicación, y mostraron una disminución significativa
con la OHB. El flujo sanguíneo en reposo fue bajo en aquellos con isquemia de piel,
pero mostraron un incremento significativo con OHB cuando esta fue dada en
combinación con una infusión intravenosa de hidrocloruro de tolazolina (vasodilatador).
Después de simpatectomía, ni la OHB o el vasodilatador produjeron algún cambio en el
flujo sanguíneo.
La pulsatilidad de los vasos sanguíneos, afectada por la aterosclerosis está
disminuida. Schneiderman et al. (1982) estudiaron el transporte de oxígeno en los
vasos sanguíneos en relación a la pulsatilidad, y encontraron que este no afectado
significativamente. En adición a los efectos relevantes de la anoxia tisular, la atención
ha sido dirigida a la patogénesis y posible reversión de las lesiones ateroscleróticas. La
hipoxia inducida por CO es un factor de riesgo aceptado en aterogénesis. Parece
probable que el proceso revierta, la hiperoxia inducida por OHB, puede ser de beneficio
en animales con aterosclerosis inducida. Vesselinovitch et al. (1974) probaron el efecto
de dieta baja en grasa, colestiramina o estrógeno separadamente y en combinación con
OHB sobre aterosclerosis inducida en conejos por dieta alta en colesterol. La regresión
de la aterosclerosis más exitosa fue obtenida por la combinación de drogas
acompañadas con OHB.
Seguido a una isquemia aguda de un miembro hay cambios en la microcirculación e
interferencia con el flujo y transporte. La integridad de las membranas separando los
espacios intravascular y extravascular esta deteriorada, y el edema puede resultar en
isquemia muscular. Aún cuando la circulación es restaurada, el edema puede persistir o
aumentar. Esto puede causar compresión de los capilares y agravación de la isquemia,
de tal manera que se inicia un círculo vicioso. Nylander et al. (1985) produjeron edema
en ratas utilizando un torniquete en un miembro para interrumpir la circulación. La OHB
causó una reducción significante del edema postisquémico y su efecto persistió 40 h
después del último tratamiento. Los autores consideraron la OHB un útil adjunto para el
tratamiento de condiciones isquémicas agudas donde la reparación quirúrgica sola falla
o no es adecuada para revertir la condición.
Aplicaciones Clínicas
Illingworth (1962) fue el primero en utilizar OHB para enfermedad vascular periférica, y
fue capaz de salvar unos pocos miembros después de lesiones arteriales agudas. Fue
el primero en notar alivio del dolor en pacientes con tromboangiitis obliterante mientras
experimentaban terapia con OHB. Hubo curación de las ulceraciones de la piel.
Stansell (1964) reportó el efecto de la OHB en pacientes con aterosclerosis y
gangrena incipiente de las extremidades inferiores. Se notó que los tejidos gangrenosos
se pusieron consistentemente secos y los márgenes bien definidos. El nivel de
amputación requerido fue normalmente más bajo que el necesario sin el uso de OHB.
Gorman et al. (1965) describieron sus experiencias en la última etapa de
enfermedad arterial oclusiva en las extremidades inferiores. En contraste a la oclusión
de los vasos principales proximales, estos pacientes tuvieron implicación de arterias
pequeñas y arteriolas de suministro a la piel y tejidos subcutáneos, donde el desarrollo
de redes colaterales es mínimo. Cuarenta y ocho de tales pacientes fueron tratados con
OHB a 3 ATA por 1 h diariamente. Todos ellos tuvieron gangrena potencial o incipiente
y todos experimentaron simpatectomía lumbar. La salvación del miembro completo y la
Aplicaciones Clínicas 185
Conclusiones
La terapia con oxígeno hiperbárico es generalmente considerada útil en el tratamiento
de enfermedad arterial periférica oclusiva, aunque no hay estudios controlados doble-
ciego. Nosotros creemos que la OHB tiene un papel adjunto importante en el
tratamiento de enfermedad vascular periférica y que debe ser utilizada en combinación
con cirugía reconstructiva y otros tratamientos médicos como sea indicado.
Desde la primera observación por Illingworth (1962) sobre el efecto de la OHB en el
alivio del dolor debido a isquemia de extremidades, no ha habido un estudio para
evaluar la efectividad de la OHB en pacientes donde el dolor es el único síntoma. La
mayoría de los reportes en la literatura tratan con casos más graves, donde hay
gangrena o ulceración cutánea.
Fischer et al. (1987, no publicado) han estudiado el efecto de la OHB sobre un
paciente con dolor isquémico de las extremidades inferiores. Este paciente fue capaz
de ejercitarse bajo OHB por largos periodos como el podía de otra manera antes de la
instalación del dolor.
Capitulo 17
Oxigenación Hiperbárica y Oftalmología
Córnea
Cámara anterior
50 mmHg
Cristalino
Vítreo
80-90 mmHg
Retina
Coroides
Esclerótica
Arteria retinal
Nervio óptico
Efectos de la Hiperoxia
Exponiendo la córnea a tensión de oxígeno de 760 mmHg incrementa la pO2 del humor
acuoso a 130 mmHg y la del vítreo a 170 mmHg.
Hay disminución de la presión intraocular con la exposición a OHB pero el
mecanismo es desconocido (Gallin-Cohen 1980).
Miopía
Cataratas
Toxicidad Retinal
Los conejos expuestos a altas concentraciones de oxígeno a presión ambiente por unos
pocos días se sabe que experimentan degeneración retinal, la cual es similar a la
inducida por radiación con rayos X. Hiramitsu et al. (1976) notó un incremento de
lipoperóxido en la retina de conejos expuestos a altas concentraciones de oxígeno
(95%) a presión ambiente. Hubo disminución en la amplitud del electroretinograma
(ERG) y degeneración de la capa celular visual de la retina. Ray y Hagwood (1977)
midieron el ERG en ratas expuestas a 4-7 ATA de oxígeno hasta que murieron. La
respuesta cerebral visual evocada pudo aún ser medida a 5.7 ATA. La espiga del EEG
dio la primera indicación de toxicidad por oxígeno, y los autores sentían que la
proyección primaria a la corteza visual de la rata es que es resistente a las presiones
altas de oxígeno.
El mecanismo por el cual la toxicidad por oxígeno afecta la función retinal es por in
activación enzimática. Las altas tensiones de oxígeno pueden afectar enzimas vitales
involucradas en la glicólisis, el ciclo del ácido cítrico y el transporte de electrones. La
retina normal tiene un metabolismo muy activo y la inactivación tóxica de las enzimas
afectará seguramente su función. El daño irreversible inducido por oxígeno a las células
retinales ha sido demostrado solo en experimentación animal. Semejantes presiones
altas y prolongadas no son aplicadas en humanos y estos estudios animales no tienen
relevancia clínica. Stanford (1984) reportó retinopatía después de radioterapia más
192 Tratamiento de las Enfermedades de los Ojos
OHB. Esto fue probablemente un efecto sinérgico de las dos modalidades (ver Cap.
23).
El primer reporte sobre el tema de los cambios vasculares retinales fue por Behnke et
al. (1936) quienes notaron que personas sanas podían respirar oxígeno a 3 ATA por 3 h
sin ningún efecto, pero durante la 4a h empezaban a experimentar una contracción
progresiva de los campos visuales, deterioro de la visión central y dilatación de las
pupilas.
Herbstein et al. (1984) reportaron un paciente con esclerosis múltiple quien
desarrolló un defecto del campo visual después de 10 tratamientos consecutivos de 1 h
diaria con OHB a 2 ATA. En la fondoscopía se encontró una “mancha de lana de
algodón”, la cual fue considerada ser un signo de isquemia. Los autores postularon que
esto fue debido a espasmo de los vasos retinales, los cuales son sensibles al efecto
vasoconstrictor del oxígeno.
Fibroplasia Retrolental
La fibroplasia retrolental es un efecto tóxico del oxígeno sobre la retina de los infantes
inmaduros que conduce a ceguera. Esta condición es rara hoy en día, ya que el
oxígeno no es administrado rutinariamente por largos periodos en altas
concentraciones. Una de las explicaciones es que la hiperoxigenación conduce a
constricción de los vasos en desarrollo → obliteración → degeneración de endotelio →
neovascularización alrededor de las áreas isquemicas. La vitamina E ha mostrado tener
un efecto protector contra esta complicación en el infante prematuro. La fibroplasia
retrolental no ha sido reportada como una complicación de la OHB en humanos adultos.
Insuficiencia Vascular
Reportes Clínicos
Los reportes del tratamiento de la oclusión de CRA con OHB están resumidos en la
Tabla 17.1. Esta no es una revisión exhaustiva de la literatura, más bien es un muestreo
representativo. La proporción de mejoría global es de 63.7% (65 de 102 pacientes). El
grado de mejoría varió desde el retorno parcial de la visión a la recuperación completa.
Fueron utilizados bloqueos de ganglio estelar y retro-orbital en un intento de
contrarrestar el espasmo de la arteria retinal y para incrementar el flujo sanguíneo
retinal. Los factores determinantes del éxito del tratamiento son el grado de oclusión de
la CRA y el lapso de tiempo desde el inicio del tratamiento. Tres de las fallas de Miyake
et al. (1975) incluyeron pacientes en quienes el tratamiento fue iniciado más de 4 días
después de la oclusión.
Tabla 17.1. Resumen de casos reportados de oclusión de la arteria central de la retina tratados con
oxigenoterapia hiperbárica.
Referencia No. de pacientes No de casos con mejoría Comentarios
Goul et al. (1964) 7 4
Haddad et al. (1965) 2 1
Miyake et al. (1975) Se utilizó ERG para valorar la
14 1
mejoría
Takahashi et al. (1977) Se usó bloqueo de ganglio
9 9
estelar
Pallota et al. (1978) 1 1 Recuperación total de la visión
Suzuki et al. (1978) Se uso bloqueo de ganglio
10 7
estelar
Suzuki et al (1980) No hubo cambios en la
6 6
angiografía con fluoresceína
Krammer et al. (1981) 39 22
Kindwall et al. (1984) 14 7 Se usó bloqueo retro-orbital
Total 102 65
194 Tratamiento de las Enfermedades de los Ojos
Neovascularización de la Retina
Desprendimiento de Retina
Hifema
Algan et al. (1973) han defendido el uso de OHB para retinitis pigmentosa y
degeneración macular. No hay información clínica disponible.
Oxigenación Hiperbárica y Oftalmología 195
Neuritis Óptica
El papel de la OHB en la neuritis óptica es ambiguo. Esta condición esta listada como
una contraindicación para la terapia con OHB por temor a pérdida de la visión. Muchos
pacientes con esclerosis múltiple, donde la incidencia de neuritis óptica es del 25%, son
sujetos a terapia con OHB, y no han sido reportados casos resultantes en ceguera.
Conclusiones
Úlcera péptica
gástricas humanas. Después de 10 días, fue iniciado el tratamiento con OHB a 2 ATA.
Fue dada una sesión diaria de 45 min por 10 días. En tres de los 15 animales hubo
curación de la úlcera, y en los otros 12 la apariencia de la úlcera difirió de la de los
controles. No hubo material necrótico sobre la superficie, y sí tejido granular. Los
márgenes de la úlcera mostraron signos de regeneración. En una segunda serie se dio
OHB por 16 sesiones. Las úlceras curaron, con formación de una membrana mucosa
inferior, en el 60% de los animales de este grupo. Las úlceras no curadas en los
animales restantes fueron mucho más pequeñas que aquellas en los controles y fueron
en forma de hendidura sin material necrótico en la base. Solamente el 20% de las
úlceras en los animales controles sanaron espontáneamente.
Perrins et al. (1977) trataron un paciente con úlcera gástrica con sesiones de OHB de 1
h diariamente a 2 ATA. La úlcera sanó completamente. El caso nunca fue reportado
formalmente y no hay reportes clínicos sobre este tema en la literatura occidental.
Todos los estudios citados abajo son de la URSS.
Lukich et al. (1981) reportaron 92 pacientes con úlcera péptica en quienes las
lesiones midieron de 0.2-2.0 cm de diámetro. El progreso fue verificado
gastroscópicamente después de 10-12 sesiones de tratamiento con OHB, y el progreso
fue incompleto en 65 pacientes con 10-12 tratamientos.
Komarov et al. (1984) reportaron 132 pacientes. En 127 (94.9%) de ellos, la curación
de la úlcera fue confirmada por endoscopía. La duración promedio del proceso de
curación fue 21 ± 1.2 días en úlceras gástricas y 20.2 ± 0.7 días en úlceras duodenales.
Normalmente 10-15 tratamientos a 2 ATA fueron suficientes, pero en unos pocos casos
excepcionales se requirieron 30 tratamientos. Los autores estudiaron el contenido de
gastrina de la sangre de 25 pacientes. Fue de 80.11 pg/ml antes del tratamiento y 88.5
pg/ml después del tratamiento. También, observaron aumento de la secreción mucosa y
secreción libre de ácido clorhídrico en la fase de curación. Esto fue interpretado como
un incremento en la función básica de la membrana mucosa gástrica. Las úlceras
sanaron a pesar de esto.
Jefuni et al. (1986) utilizaron OHB para el tratamiento de úlcera péptica en 217
pacientes. La única terapia con droga utilizada como un adjunto fue antiácido, y esta fue
suspendida después de la primera semana de tratamiento diario con OHB. El número
de sesiones de OHB fluctuó desde nueve a 17, cada una a 2 ATA por 45 min. El tiempo
de curación para las úlceras gástricas fue de 19.7 ± 7 días y para las úlceras
duodenales 19.3 ± 7 días. La curación estuvo acompañada por la mejoría de los
síntomas tal como el dolor. Los resultados fueron comparados con los de un grupo
control de 350 pacientes, quienes habían sido tratados con medicamentos tales como
bloqueadores de receptores de H2. El tratamiento con OHB acortó la curación de las
úlceras por 7-28 días. Tratamiento adicional con OHB ayudó al 39.2% de los pacientes
en el grupo control, en quienes persistieron las úlceras a pesar del tratamiento médico.
En contraste a los estudios en ratas de Caridis et al. (1966, 1968), Jefuni et al. (1986)
encontraron incremento en la secreción de ácido clorhídrico bajo el efecto de la OHB.
Señalaron que una contraindicación para el tratamiento con OHB es cualquier sospecha
de malignidad en la úlcera, ya que se sabe que los neoplasmas proliferan bajo OHB.
198 Úlcera Péptica
Enterocolitis Necrosante
El termino “enterocolitis necrosante” es la traducción del ingles de “necrotizing
enterocolitis”, que a su vez es la traducción de “enterocolite necrosante” de la literatura
francesa, la cual se refiere a necrosis del intestino, normalmente después de cirugía.
Hay factores infecciosos en la etiología pero se excluye la oclusión de la arteria
mesentérica. En la literatura del lenguaje inglés, el término “necrotizing enteritis” se
refiere a la complicación del intestino con gangrena gaseosa.
Chevrel et al. (1979) reportaron tres casos de esta entidad y su mejoría con terapia
de OHB como un suplemento a la terapia antibiótica. Se asumió que el mecanismo de
acción es la inhibición de la infección por la OHB.
Michaud et al. (1983) usaron OHB en seis casos de enterocolitis necrosante
neonatal aguda. La razón fue para controlar la infección aeróbica y anaeróbica y para
reducir el volumen de los gases intraperitoneales e intraluminales. La OHB fue
administrada vía un casco a 2 ATA por 1 h diaria. Cuatro de los seis pacientes se
recuperaron en 6-9 días.
Rathat et al. (1979) utilizaron OHB en un caso de enterocolitis necrosante
postoperatoria, con la recuperación del paciente.
Pancreatitis Aguda
Se piensa que la pancreatitis aguda es debida a autodigestión del páncreas por
enzimas activadas. Las causas más comunes son el alcoholismo crónico y los cálculos
biliares, y el síntoma más frecuente es el dolor abdominal. En aproximadamente el 50%
de los casos el ataque es moderado y los pacientes se recuperan sin ningún
tratamiento, en el 40% el ataque es severo y se ven bastante mal, y en el 10% mueren.
El uso de la OHB ha sido explorado en los pacientes gravemente enfermos.
Zalandek et al. (1983) probaron la OHB primero sobre pancreatitis experimental en
cerdos y después en cuatro pacientes. Prolongaron la supervivencia de los pacientes
después del ataque agudo. La cirugía se requirió después, pero la necrosis del
páncreas fue bien demarcada.
La cirugía inicial en la pancreatitis aguda conlleva una alta mortalidad. La OHB, por
lo tanto, como una parte del manejo medico inicial, puede incrementar la oportunidad
del paciente de sobrevivir.
Pallota et al. (1980) trataron nueve pacientes con pancreatitis aguda, cuatro de los
cuales estuvieron asociados con íleo paralítico. La OHB resultó en mejoría de todos los
casos. La amilasa sérica cayo en promedio alrededor de 800 U/l inicialmente para
ligeramente menos de la mitad de este nivel después del primer tratamiento y fue abajo
en aproximadamente 100 U/l en 72 h.
En un estudio experimental se encontró a la OHB inútil para el tratamiento de
pancreatitis. Degertekin et al. (1985) indujeron pancreatitis en ratones por medio de
dietas deficientes de colina y suplementadas con etionina. Trataron varios grupos de
animales con OHB (30 min a 2.4 ATA cada 6 h), 92% N2 + 8% O2 (2.4 ATA), alopurinol
o una combinación de estos. Los controles recibieron solo dieta normal. La OHB agravó
la dieta inductora de pancreatitis aguda. El tratamiento con alopurinol fue benéfico, en la
opinión de los autores porque bloquea los radicales de oxígeno libres responsables del
daño al páncreas.
El Hígado Normal
Hogan et al. (1966) encontraron que la OHB no ofrece protección contra la ligadura de
la arteria hepática en perros.
Mallett-Guy et al. (1970) mostraron que la desviación arterioportal causa lesiones en
las paredes de las sinusoides del hígado en animales de experimentación. La OHB
condujo a ligera mejoría en la apariencia de estas lesiones con el microscopio
electrónico.
Hill (1976) evaluó la OHB en el tratamiento de abscesos producidos por inyección
intraperitoneal de Fusobacterium necrophorum más F. nucleatum o Bacteroides fragilis
en ratones. Un grupo de animales fueron expuestos a OHB a 2 ATA por 3 h
diariamente. La autopsia reveló que el número de abscesos fue significativamente
menor en el grupo tratado con OHB que en los controles. Este estudio tiene
implicaciones prácticas para el tratamiento de absceso hepático en pacientes.
Mininberg et al. (1979) estudiaron el efecto de la OHB en ratas con hepatotoxicidad
inducida por tetracloridrato de carbono. El tejido del hígado en los animales tratados
mostró un proceso reparativo: la necrosis fue ausente, y fue incrementada la actividad
de la deshidrogenasa succínica, así como la cantidad de glucagon, la actividad
funcional de las células cromafines del hígado conteniendo melanocina y serotonina fue
mejorada. ¿? et al. (1981) utilizó en 380 ratas con ictericia mecánica. La base para el
efecto capaz de terapia pareció ser la eliminación de la insuficiencia de oxígeno en los
tejidos hepáticos con la regeneración subsecuente.
Korkhov et al. (1981) notaron que en animales con insuficiencia hepática inducida,
los cambios morfológicos en el hígado fueron caracterizados por distrofia moderada de
los hepatocitos, acumulación insignificante de glucogeno y manifestaciones de
degeneración grasa transitoria. Bajo el efecto de la OHB, las tensiones de oxígeno en el
tejido hepático fueron rápidamente restauradas, con recuperación de los cambios.
Aplicaciones Clínicas
La mayoría de las aplicaciones clínicas de la OHB en las enfermedades del hígado son
en las formas más severas, tal como falla hepática aguda con encefalopatía. Esta
condición resulta normalmente de hepatitis viral, pero puede también seguir a
exposición de drogas hepatotóxicas.
Papel de la Oxigenación Hiperbárica en Gastroenterología y Enfermedades del Hígado 201
Glándula Tiroides
Sjöstrand (1964) expuso ratas a OHB a 6 ATA por 4-5 días y entonces las sacrificó al
sexto día. En contraste a los resultados de investigadores previos, el peso de la tiroides
se encontró disminuido pero la captación de I131 fue incrementada, el autor creyó que
esto representó un efecto específico de la OHB sobre la tiroides.
Epinefrina/Norepinefrina
Hale et al. (1973) estudiaron la respuesta endocrinológica y metabólica de hombres
jóvenes sanos para un rango de ambientes gaseosos rico en oxígeno y pobre en
oxígeno (variando entre 15% y 100% de oxígeno). La proporción de
norepinefrina/epinefrina (un índice del balance de catecolaminas) varió directamente
con el balance de oxígeno, rangueando desde 2:1 a 6:1. La norepinefrina y la epinefrina
actúan conjuntamente en la regulación regional del flujo sanguíneo – la norepinefrina
actuando como un vasoconstrictor mientras la epinefrina como un dilatador en bajas
concentraciones y como un constrictor en altas concentraciones.
Nakada et al. (1984) encontraron incrementadas la epinefrina y norepinefrina
adrenales en ratas espontáneamente hipertensas tratadas con OHB (2 ATA).
Las catecolaminas han sido descritas como facilitadoras de la toxicidad por oxígeno
y de ahí el razonamiento de adrenalectomía experimental en animales de
experimentación (ver Cap. 5).
Receptores de Glucocorticoides
Golikov et al. (1986) estudiaron el efecto de una exposición sencilla de OHB a 3 ATA
por 5 h sobre los receptores de glucocorticoides en los pulmones de ratas. El nivel de
estos receptores se redujo a cerca de la mitad después de la exposición. Veinticuatro
horas después el número de receptores en los pulmones se incrementó, mientras el
nivel de cortisol en la sangre se redujo pero todavía era un poco más alto que en los
animales control.
Oxigenación Hiperbárica y Endocrinología 203
Función Adrenocortical
Saito et al. (1977) mostraron que la OHB (2 ATA, 35% oxígeno, 90 min/día) incrementa
la función adrenocortical en ratas. En consecuencia, la OHB tiene aplicación clínica
potencial en el tratamiento de dependencia de esteroides en pacientes con artritis que
posiblemente habilita el retiro.
Prostaglandinas
Testosterona
Han sido observados reducción del flujo sanguíneo a los testículos y una disminución
de la testosterona plasmática en experimentación animal bajo condiciones hiperbáricas.
Röckert y Haglid (1983) reportaron que buzos humanos también mostraron una
disminución en la testosterona plasmática en exposiciones a 6 ATA. También
observaron un cambio reversible en la proporción de síntesis de ADN en los testículos
de ratas después de exposición a aire hiperbárico.
Aplicaciones Clínicas
Las únicas aplicaciones clínicas de la OHB en endocrinología son en trastornos de la
tiroides y en diabetes mellitus. Todos los reportes clínicos son de la URSS. Ninguna de
las evidencias experimentales citadas arriba es relevante en las aplicaciones clínicas.
Enfermedad Tiroidea
Diabetes Mellitus
Conclusiones
En contraste a otras áreas de la medicina hiperbárica, los estudios sobre los aspectos
endocrinológicos son escasos.
En vista de las controversias respecto al efecto de la OHB sobre la función tiroidea,
deben realizarse estudios experimentales adicionales, así como pruebas controladas
sobre pacientes con tirotoxicosis.
Oxigenación Hiperbárica y Endocrinología 205
Los aspectos físicos y fisiológicos del intercambio de gas en los pulmones bajo OHB
han sido discutidos en el Cap. 2.
Goldberg et al. (1966) midieron el cumplimiento pulmonar en monos bajo anestesia y
no notaron cambios cuando la presión fue incrementada a 2 ATA respirando aire.
Fischer et al. (1968) encontraron que la dinámica pulmonar cayó 15% en individuos
respirando oxígeno a una presión de 2 ATA por 6-11 h.
Huilpert et al. (1973) estudiaron el efecto de la OHB a 2.8 ATA por 3 h sobre los
pulmones de seis sujetos sanos. No encontraron cambios significantes en la capacidad
vital, cumplimiento dinámico y gradientes de presión pulmonar máximos. Los únicos
síntomas subjetivos experimentados fueron malestar general y fatiga.
Gerbergshage et al. (1977) realizaron estudios de función pulmonar sobre sujetos
respirando oxígeno a 3 ATA por 90 min. Encontraron una disminución en el
cumplimiento pulmonar, el cual ellos atribuyeron a atelectasia por absorción, congestión
vascular pulmonar y edema. La capacidad de difusión de oxígeno y la proporción de
presión de difusión estuvieron marcadamente reducidas. Los autores recomendaron un
periodo de descanso de 36 h entre exposiciones para permitir la recuperación por estos
cambios.
Adamiec et al. (1977) investigaron los efectos respiratorios de la OHB a 2.4 ATA
durante el tratamiento de pacientes con enfermedad vascular periférica. Las sesiones
de OHB fueron de 90 minutos de duración y repetidas 2-3 veces a la semana por 3
meses. Los autores encontraron incremento en la resistencia de las vías aéreas,
elasticidad pulmonar incrementada, disminución en la capacidad vital y frecuencia
respiratoria e incremento en el volumen cerrado. Estos cambios fueron completamente
reversibles dentro de 2 h del cumplimiento del tratamiento.
Para clarificar la disparidad en algunos de estos hallazgos entre los diferentes
investigadores, puede ser subrayado que hay variaciones individuales en la tolerancia
de la OHB. La mayoría de los tratamientos de OHB son llevados a cabo a 1.5-2 ATA y
la duración normalmente no excede de 1 h. Dentro de estos límites no hemos
observado ningún efecto adverso sobre la función pulmonar.
son signos tempranos de toxicidad pulmonar (Fischer et al. 1968; Clark y Lambertson
1971).
Davis et al. (1983) describieron los cambios tempranos reversibles en la estructura
alveolar humana inducida por hiperoxia. Respirando 95% oxígeno por 17 h causó una
fuga significante alveolo-capilar. Estos cambios fueron reversibles, pero tales
alteraciones pueden inducir procesos que pueden resultar en fibrosis. Una teoría
popular del mecanismo de la toxicidad pulmonar sugiere que las altas concentraciones
de oxígeno son directamente tóxicas para el parénquima pulmonar, probablemente vía
radicales de oxígeno tóxicos.
Richmond et al. (1976) mostró que el metabolismo del tejido conectivo pulmonar no
es afectado por exposiciones de OHB a corto plazo.
El mecanismo de la toxicidad es debido, cuando menos en parte, al efecto del
oxígeno sobre la síntesis de surfactante (Gilder y McSherry 1974, 1976). El oxígeno
inhibe enzimas involucradas en la síntesis de surfactante y puede también inhibir el
transporte de surfactante al alveolo.
Respuesta Crónica
Hipertrofia de células Tipo II
Hipertrofia arteriolar
Fase Exudativa Fase Proliferativa Engrosamiento de las
Cambios Hiperplasia de células paredes alveolares
Pérdida de intracelulares en Tipo II
Surfactante células Tipo II Engrosamiento septal
Hiperplasia capilar
Proliferación
Destrucción endotelial fibroblástica
Necrosis de células Tipo I
Atelectasias
Edema intersticial y
perivascular
Hipoventilación membranas
regional hialinas
Edema intraalveolar
Hipoxia Recuperación
↓ Scorring focal: engrosamiento septal
Muerte con colágeno y fibroblastos,
dilatación capilar,
incremento del número de capilares
Aplicaciones Clínicas
Insuficiencia Respiratoria
Asma
Los únicos reportes del uso de OHB en asma bronquial son de la URSS. Ivanova et al.
(1981) trató 89 pacientes con asma bronquial con OHB en adición a la terapia médica
convencional. El curso del tratamiento consistió de 12 sesiones. La efectividad fue
evaluada por la disminución de la dosis de la droga utilizada, la frecuencia de los
ataques de asfixia y los índices externos de la función respiratoria. Fueron obtenidos
buenos resultados en 20 pacientes, y en 55 pacientes más, los resultados fueron
considerados satisfactorios. No se notó mejoría en el resto de los pacientes.
Korotaev et al. (1981) utilizó OHB en 16 pacientes adultos con asma bronquial de
etiología alérgico-infecciosa. El manejo médico fue suplementado con 5-9 sesiones
diarias de OHB a 1.5 ATA durando 30-50 min cada una. Se notó mejoría en la mitad de
Oxigenación Hiperbárica en Trastornos Pulmonares 209
los pacientes. El resto había estado con esteroides por largos periodos. El intento por
quitarles la dependencia a los esteroides por medio del tratamiento con OHB no fue
exitoso. Los autores también trataron 4 niños con broncoespasmo agudo. La disnea fue
aliviada durante las sesiones con OHB.
Mikhailov et al. (1982) expusieron que fue utilizada OHB en asma para normalizar
varios tipos de trastornos metabólicos asociados a glucocorticoides con disminución de
la síntesis de hormonas adrenocorticales e inactivación de glucocorticoides por su
reducción en la utilización y transporte sanguíneo. La normalización del metabolismo de
los glucocorticoides fue máxima en los pacientes con las formas moderadas de asma, y
los mejores resultados fueron obtenidos en estos casos.
Aunque los esteroides son amplia y efectivamente utilizados en el tratamiento del
asma, el mecanismo de su acción no es conocido. No hay mención en la literatura del
efecto de la OHB sobre cualquiera de los diversos factores humorales, metabólicos y
endocrinológicos y sus alteraciones en asma.
Bronquitis
Efuni et al. (1984) utilizaron la terapia con OHB en 92 pacientes con bronquitis inducida
por polvo. Hubo mejoría en el 88.9% de los pacientes, determinado por la tolerancia al
ejercicio físico y la determinación de gases en sangre. Este es el único reporte de la
URSS, y no fuimos capaces de encontrar ningún reporte en la literatura de Occidente.
Embolismo Pulmonar
Burr y Trapp (1976) reportaron el caso de un hombre de 20 años de edad que sufrió un
embolismo pulmonar masivo y fue sometido a embolectomía con apoyo de OHB. El
paciente se recuperó y los autores creyeron que la OHB jugó un importante papel.
No hay reportes en la literatura de que la OHB haya sido utilizada en casos
moderadamente graves de embolismo pulmonar que no requieren cirugía.
Contraindicaciones
controles. Sobre esta base, el uso de OHB en casos de envenenamiento por dióxido de
nitrógeno en humanos está contraindicado.
Enfisema
La OHB ha sido sugerida como un tratamiento adjunto en enfisema para reducir el aire
atrapado, para oxigenar la sangre sin causar hipercapnia y para modificar la perfusión
pulmonar. Chusid et al. (1972) revisaron reportes anecdóticos previos de mejoramiento
subjetivo en tales casos con el uso de OHB y encontraron que no había habido alguna
vez datos objetivos producidos para soportar esta afirmación. Ellos trataron cinco
pacientes de enfisema con OHB e investigaron a fondo el estado respiratorio previo y
posterior a la OHB por investigaciones objetivas. No encontraron mejoría, y enlistaron el
enfisema como una contraindicación para la terapia con OHB.
Choque Pulmonar
Conclusiones
Obstetricia
Estudios Experimentales
Aplicaciones Clínicas
Todos los reportes publicados sobre las aplicaciones clínicas de la OHB en obstetricia
son desde la URSS.
Amenaza de Aborto
La OHB fue empleada sola y en combinación con drogas actuando sobre el sistema
hipotálamo-hipófisis-ovario por Pobedinsky et al. (1981) en 158 mujeres con amenaza
de aborto e insuficiencia placentaria. Ellos fueron capaces de prolongar el embarazo.
Aksenova et al. (1981) utilizó OHB para la prevención de hipoxia fetal e hipotrofia en
230 mujeres embarazadas (70 c0n enfermedad cardiaca, 70 con nefropatía, 70 con
insuficiencia fetoplacentaria, 10 con anemia y 10 con hipertensión). La OHB fue
utilizada a 1.5-1.8 ATA por 40-50 min por sesión, y fueron dadas 10-12 sesiones en el
segundo y tercer trimestre del embarazo. 120 mujeres con patología similar fueron
manejadas sin OHB y sirvieron como controles. Los signos de hipoxia e hipotrofia se
abatieron o desaparecieron, y la condición de los niños recién nacidos en el grupo
experimental fue mucho mejor que la de los del grupo control.
214 Neonatología
Toxemias del Embarazo. Drel et al. (1981) utilizaron OHB para tratar 92 mujeres
embarazadas que sufrían de nefropatías de etapas I-III. La nefropatía mejoró con
mejoramiento del metabolismo de las catecolaminas.
Diabetes. Zhdanovet al. (1981) trató mujeres embarazadas con diabetes por medio de
OHB a 1.4-1.8 ATA. Tres a cuatro cursos, cada uno consistente en 6 a 10 sesiones de
45-60 min fueron dados durante el embarazo. Hubo una mejoría general de la condición
con normalización de la glucosa sanguínea y disminución en los niveles de xantina y
guanina – la elevación de la última fue una característica de hipoxia. El control de la
diabetes fue logrado en el 92% de los casos y todas las pacientes progresaron a
embarazo a término y dieron a luz en las semanas 37-38 de gestación.
Korobova et al. (1981) señalaron que un alto contenido de histamina en la sangre de
la mujer diabética embarazada puede jugar un importante papel en la patogénesis de la
hipoxia circulatoria poniendo en peligro la vida fetal debido a hipoxia. Ellos dieron OHB
a 1.2-1.6 ATA por 45 min. Después de una elevación inicial, el valor de la histamina
cayó 37% del nivel original después de la séptima sesión de OHB. Esta caída coincidió
con una mejoría considerable en la condición de la paciente.
Gestación Retardada. Thereshin et al. (1985) notaron que los niveles séricos de di- y
triglicéridos los cuales declinaron en la gestación retardada, retornaron a la normalidad
bajo terapia con OHB.
Neonatología
El único reporte en lenguaje inglés en la literatura sobre el uso de OHB en neonatos fue
publicado en Lancet en 1963 por Hutchinson et al. Estos autores resucitaron recién
nacidos apnéicos por medio de OHB (1-3 ATA) a 2-38 min después de nacidos. Los
efectos fueron descritos como dramáticos, con mejoramiento de la coloración de la piel
y tanto de la función cardiovascular como de la respiratoria. Treinta y cinco de los 65
neonatos tratados sobrevivieron. Barrie (1963) criticó a Huchtinson et al. en el mismo
ejemplar de Lancet, manifestando que la mortalidad de 46% era muy alta. El problema
de asfixia neonatal es diferente de la de paro respiratorio en un adulto. En el neonato el
alveolo pulmonar no está totalmente abierto y el oxígeno podría no difundirse a través
de los pulmones. La posibilidad de absorción de oxígeno a través de la piel y de las
membranas mucosas del tracto respiratorio fue considerada, pero tal absorción no
puede ser adecuada. Este tema fue discutido por Hertel (1964), quien advirtió contra el
uso de OHB en tales situaciones a menos que el mejoramiento en la oxigenación de
estos infantes pudiera ser verificado por análisis de gases en sangre. La colocación de
un infante en la cámara hiperbárica restringe los otros métodos de resucitación. Este
método no gana alguna popularidad, y nosotros hemos sido incapaces de encontrar
alguna referencia sobre esto en la literatura occidental en los años recientes. Un
número de escritos, todos de autores rusos, fueron presentados sobre este tópico en el
Séptimo Congreso Internacional de Medicina Hiperbárica en Moscú en 1981: Rasstrigin
et al. manifestaron que la inclusión de OHB en el complejo de cuidados intensivos de
infantes asfícticos incrementa considerablemente la efectividad de las medidas
terapéuticas para prevenir secuelas posthipóxicas. Berlyant utilizó OHB en la
Oxigenación Hiperbárica en Obstetricia y Neonatología 215
Conclusiones
Aspectos Básicos
Las teorías moleculares actuales de la anestesia general están basadas sobre las
propiedades fisicoquímicas de los anestésicos en lugar de las interacciones sobre los
receptores específicos. Estas teorías postulan que los anestésicos generales actúan
penetrando los lípidos hidrofílicos y proteínas en las membranas plasmáticas de las
células del cerebro. Las perturbaciones resultantes son pensadas para conducir a
cambios estructurales en las proteínas de las membranas, alterando su función y por
consiguiente causando depresión celular y analgesia. Las teorías de perturbación son
apoyadas, en parte, por la capacidad de incrementar la presión hidrostática y
atmosférica para revertir o reducir los efectos de los anestésicos generales. Es
hipotetizado que la presión incrementada bloquea o contrarresta las perturbaciones
inducidas por los anestésicos, y por lo tanto retornando a los componentes de la
membrana a su conformación y estado funcional original.
Alkana et al. (1982) observó que la exposición a 12 ATA con una mezcla de helio y
oxígeno antagoniza el efecto depresor agudo del etanol (anestésico general) en el
ratón. Alkana et al (1985) encontró que la exposición a la misma presión precipita y
exacerba el retiro en ratones dependientes de etanol.
La OHB produce un incremento en la proporción de glucosa metabólica regional
cerebral (rCMRgl) en ratas concientes. Este incremento se mostró ser eliminado si la
exposición a OHB era llevada a cabo bajo anestesia con fenobarbital. El autor (Torbati
1985) da las siguientes explicaciones:
Sledkov et al. (1986) encontraron que la duración del sueño inducido por nembutal es
disminuida por el helio hiperbárico e incrementada por el nitrógeno hiperbárico. La
disminución de narcosis más rápida fue lograda por una mezcla de helio, nitrógeno y
oxígeno a 40 ATA.
Anestesia en Ambientes Hiperbáricos 217
Winter et al. (1976) estudiaron la pérdida de reflejos en ratones con varias dosis de
fenobarbital. Las curvas de dosis respuesta bajo OHB mostraron reversión de este
efecto por la presión, apoyando el punto de vista de que los anestésicos y la OHB
tienen similares mecanismos de acción. También fue considerada la posibilidad de que
la OHB puede estimular el sistema nervioso central y por consiguiente antagonizar el
efecto de los barbitúricos.
El efecto protector de los anestésicos contra la toxicidad del oxígeno es ya conocida
(Bean 1965). Brenk et al. (1962) notaron que la premedicación con barbitúricos
previene los efectos tóxicos inmediatos de la OHB pero retrasa la toxicidad del SNC.
Ellos explicaron este efecto paradójico por la elevación de la pCO2 y su efecto sobre los
vasos cerebrales.
Jamieson (1964) reportó que ratas anestesiadas con fenobarbital y expuestas a 4
ATA de OHB se paralizaron. En animales expuestos a OHB sin anestesia, la incidencia
de parálisis fue muy baja y se incrementó solamente a 5-6 ATA. Se han expuesto
humanos con OHB a 4 ATA por 35-65 min bajo anestesia con fenobarbital sin mostrar
ningún efecto secundario.
McDowell et al. (1966) manifestaron que el efecto protector cerebral de la OHB se
perdió durante la anestesia con halotano, debido a que este anestésico aumenta la
vasoconstricción. Ellos lo sustituyeron por cloroformo, ya que el cloroformo tiene un
efecto vasodialtador. Fue utilizado exitosamente para edarterectomía carotídea bajo
OHB a 2 ATA incluyendo oclusión de la carótida por 5 min.
Se sabe que la anestesia con halotano causa falla hepática. Pratilas et al. (1978)
estudiaron el efecto de la anestesia con halotano sobre la función hepática reflejada en
los cambios postanestésicos en la transaminasa glutámico-pirúvica sérica. Los autores
concluyeron que la OHB tiene un efecto hepatoprotector durante la anestesia.
Gridneva et al. (1986) estudiaron la actividad de la amino oxidasa del suero humano
durante diferentes tipos de anestesia y OHB. Encontraron que métodos de anestesia
normalmente utilizados durante trabajo de parto (hidroxibutarato) y operación cesárea
(neuroleptoanalgésia, narcosis cetlar) no afectan la actividad de la amino oxidasa. Si el
paciente desarrolló íleo paralítico postoperatorio, hubo desaminación de bencilamina y
nitrobencilamina disminuida por 75-80% (la disminución postoperatoria normal fue 20-
30% sin complicaciones). Después de dos a cuatro cursos de OHB, la reducción de
desaminación fue solamente de 22-25% y el íleo paralítico fue aliviado.
Severinghaus (1966) discutió las bases de la anestesia y los efectos de las drogas
relacionadas en los procedimientos de OHB. Para los detalles los lectores son referidos
a su artículo original. El empleo de un anestésico en la cámara hiperbárica, sin importar
el agente utilizado, requiere de todas las salvaguardas utilizadas en una moderna sala
de operaciones y más. Se imponen especiales condiciones sobre las consideraciones
rutinarias de la anestesia general por la presión barométrica aumentada.
Spence et al. (1974) discutieron el problema relacionado al uso de equipo de
anestesia en la cámara hiperbárica. Revisaron el problema de los cilindros de gas,
proporción de flujo, mediciones del volumen del gas, tubos endotraqueales, ventiladores
y mediciones de gas en sangre. Fueron considerados los problemas especiales
asociados con la compresión y la descompresión.
El lector es referido al Cap. 6 por los detalles de las cámaras hiperbáricas y el
equipo relacionado, y al Cap. 24 para la discusión de la interacción de las drogas y la
218 Conclusiones
OHB. La ketamina es un anestésico popular para el uso con OHB, ya que en contraste
con los anestésicos gaseosos uno no tiene que preocuparse por los cambios en el
porcentaje eficaz. El oxido nitroso, por su solubilidad en la grasa y embolización durante
la descompresión, no debe utilizarse. Este problema no ocurre con el halotano.
Hipotermia
Conclusiones
Las bases teóricas para el uso de la OHB como un adjunto a la radioterapia son las
siguientes:
Los investigadores rusos fueron más entusiastas acerca del papel de la OHB en la
radioterapia. Sergeev et al. (1978) concluyeron: “El oxígeno hiperbárico empleado en
radioterapia incrementa la proporción de daño al neoplasma y reduce la proporción de
recurrencias... No se notó elevación del porcentaje de metástasis a distancia en casos
irradiados bajo oxigenación hiperbárica”.
Fujimura (1974) condujo estudios experimentales sobre conejos con carcinoma
maxilar vx2 implantado para determinar la radiosensitividad bajo condiciones de OHB.
Los resultados fueron los siguientes:
3. Solo dos de 30 animales en el grupo control sobrevivieron por sobre 180 días, en
contra de 11 de 30 en el grupo experimental.
4. La síntesis de ADN fue inhibida más marcadamente en el grupo experimental que
en el grupo control.
Ensayos Clínicos
Carcinoma de Cervix
Sealy et al. (1977) describieron una serie de 51 pacientes con cáncer de cabeza y
cuello tratados aleatoriamente con radioterapia sola u OHB en combinación con
radioterapia. Hubo Un beneficio en el grupo de OHB en término de larga sobrevivencia
y bajas recurrencias locales, pero un número más grande de aquellos tratados con OHB
que los controles murieron de metástasis.
Hank et al. (1977) realizaron un ensayo randomizado controlado del uso de OHB en
radioterapia de cáncer de cabeza y cuello. Encontraron que la supervivencia y la
proporción libre de recurrencia local fueron más altas en el grupo de OHB.
Sealy (1978) combinó Misondazole (una droga tóxica para células hipóxicas) con
OHB como un adjunto para radioterapia. Aunque esto no confirió alguna ventaja, no
pareció ser tóxica.
Sause et al (1979) realizaron un estudio randomizado del tratamiento de pacientes
con carcinoma de células escamosas de la cabeza y cuello utilizando el plan de
tratamiento siguiente:
– Veintitrés pacientes fueron tratados en aire con una dosis de 250 rads 4 veces a la
semana hasta que fueron alcanzados un total de 6250 rads.
– Veintiún pacientes fueron tratados bajo OHB (3 ATA) con 12 x 40 rads en cada
sesión, repetidas hasta que se alcanzó un dosis de 6250 rads (13 sesiones).
El esquema de radioterapia en el grupo de OHB fue mejor tolerado aunque los
resultados inmediatos no fueron diferentes en los dos grupos.
Nelson et al. (1979) describieron 52 casos de cáncer de cabeza y cuello avanzado
tratados con 434-MHz de radioonda e hipotermia combinados con radioterapia con
cobalto. La resolución completa del tumor ocurrió en el 94% de los casos y la
proporción de supervivencia a los 3 años fue de 54%. Con combinación de OHB y
radioterapia, la resolución completa ocurrió en el 62.5%, con 3 años de supervivencia
en el 29%. Después de la radioterapia convencional la proporción de resolución fue de
36.5% y la proporción de supervivencia a los 3 años fue de 19%.
Oxigenación Hiperbárica y Radioterapia por Cáncer 223
Carcinoma de Pulmón
Carcinoma Vesical
Melanoma Maligno
Sealy (1974) trató 22 pacientes con melanoma maligno con grandes fracciones de
cobalto y OHB. La mitad de las lesiones respondieron favorablemente al tratamiento,
incluyendo metástasis. El autor concluyó que la radioterapia, probablemente en
combinación con OHB, debe recibir más consideración en el tratamiento de melanoma
maligno.
Conclusiones
Sealy et al. (1986) han sugerido una estrategia combinada para radiosensibilización
utilizando hipotermia y OHB. La hipotermia causa reducción de la utilización de oxígeno
y por lo tanto, una mejor redistribución del oxígeno. Los autores trataron 31 pacientes
en quienes la radiosensibilización fue alcanzada por el uso de hipotermia y OHB (3
ATA). De los 29 pacientes en quienes el tratamiento fue completado, 27 tuvieron
regresión completa de los tumores. El principal problema de esta técnica es la logística
de combinar las tres modalidades y las complicaciones de la hipotermia.
Parece que avances adicionales en radioterapia han tomado lugar con más nuevas y
potentes formas de radiación, cambio de las técnicas de fraccionamiento y la
combinación de radioterapia con quimioterapia. El uso de vasodilatadores para
contrarrestar el efecto vasoconstrictor de la OHB también ha sido sugerido (Sealy et al.
1986), pero aún no ha sido probado experimental o clínicamente.
Hay disminución del flujo sanguíneo y anoxia debidos a endarteritis obliterante inducida
por radiación. La OHB, aunque tiene un efecto vasoconstrictor, aún así produce
hiperoxia de los tejidos, y hay una fase de dilatación después de la vasoconstricción. La
exposición intermitente por un periodo largo causa desarrollo de neovasculatura.
Experiencia Clínica
El beneficio de tratar lesiones por radiación con OHB fue reportado primero en 1973
(Mainus et al. 1973; Greenwood et al. 1973). Hart y Strauss (1986) reportaron su
tratamiento de 378 pacientes con este diagnóstico. Después de muertes y deserciones
por diversas razones, 336 pacientes completaron el curso del tratamiento con OHB. Las
razones para descontinuar la terapia (contraindicaciones) fueron la recurrencia del
tumor, infecciones virales y pacientes fumadores. La OHB fue considerada como un
adjunto para cirugía y otros regimenes médicos apropiados. Cada paciente fue tratado
a 2 ATA por 2 h diariamente en el caso de pacientes externos y 1.5 h dos veces al día
en el caso de pacientes internos, para un total de 120 h o menos. Si la curación no es
adecuada, el tratamiento es repetido después de un periodo de descanso de 3-6
meses. Como la OHB inmediatamente después de la radiación puede tener efectos
nocivos, los autores no inician la terapia con OHB hasta 2 meses después del último
tratamiento de radioterapia. Ellos concluyeron que la OHB combinada con otros
Oxigenación Hiperbárica y Radioterapia por Cáncer 225
Osteorradionecrosis de Mandíbula
Necrosis de Vértebras
Ocho pacientes en la serie de Harta y Strauss (1986) tuvieron lesiones por radiación
incluyendo los tejidos blandos de diversas localidades del cuerpo. Todas estas lesiones
se resolvieron con procedimientos de injerto de piel 2 semanas después de terapia con
OHB.
Glassburn et al. (1977) trataron 20 pacientes con necrosis por radiación de tejidos
blandos con OHB. En 16 de estos casos las lesiones sanaron.
Conclusiones
Etanol. Alkana et al. (1982) han mostrado un antagonismo entre la OHB y el etanol (ver
Cap. 22). Linnoila et al. (1981) manifestaron que el aire hiperbárico tiene un efecto
sinérgico con el etanol e incrementa el tiempo del sueño en el ratón. Esto puede
explicar el incremento de la susceptibilidad a los efectos de compresión y
descompresión de aquellos que han estado bebiendo alcohol. No se debe dar
tratamiento de OHB a pacientes después de consumir alcohol ya que tenderá a hacer
que se sientan fatigados.
Estimulantes del Sistema Nervioso Central. Los estimulantes del sistema nervioso
central, tales como las anfetaminas, interactúan desfavorablemente con la OHB
(Beubler et al. 1977). El tomar café en exceso por aquellos que son susceptibles a la
cafeína también puede estar contraindicado en OHB.
Se dio una lista de las drogas que protegen contra la toxicidad por oxígeno en la Tabla
5.4.
Disulfiram. Faiman et al. (1974) fueron capaces de prevenir ataques en ratas a 6 ATA
administrando disulfiram. La experiencia humana no es adecuada para dar una opinión
definitiva sobre la interacción de este agente con OHB.
Magnesio. Torley y Weiss (1975) mostraron el efecto protector del ión Mg contra la
toxicidad del oxígeno en pollos neonatos. Se cree que también es efectivo en humanos.
Es la única sustancia con un efecto antioxidante y vasodilatador, y por lo tanto reduce la
toxicidad del oxígeno. Nosotros recomendamos 120 mg 3 h antes de una sesión de
OHB.
Vitamina E. Se cree que la vitamina E protege contra la toxicidad por oxígeno por
contrarrestar los radicales de oxígeno libres (Money 1972; Demurov 1987). Una
cantidad de 400 mg diarios deben darse a pacientes programados para terapia con
OHB iniciando 2 días antes de la terapia.
230 Drogas Diversas
Antibióticos
Drogas Diversas
Teofilina. Kramer et al. (1981) investigó el efecto de la OHB (2.8 ATA) sobre la
farmacocinética de la teofilina en el perro. No hubo cambios en ninguno de los
parámetros de los valores medidos a presión ambiente de aire.
Uso de Expansores del Volumen Plasmático con OHB en el Tratamiento del Choque
Hemorrágico. Gross et al. (1983) investigaron el uso de dextran-40 en choque
hemorrágico experimental en perros bajo varias condiciones atmosféricas – 1 ATA aire,
2.8 ATA OHB y 6 ATA aire. Las últimas dos presiones son las más frecuentemente
utilizadas en el tratamiento de aeroembolismo. Más del doble de dextran-40 fue
requerido para controlar el choque hemorrágico bajo OHB que bajo 1 ATA de aire.
Gross et al (1984) repitieron el experimento con dextran-70 y no encontraron diferencia
significativa en la alteración de los efectos cardiovasculares de hemorragia bajo las tres
diferentes condiciones atmosféricas.
Las soluciones fluorocarbonadas pueden entregar más oxígeno a los tejidos bajo
condiciones hiperbáricas pero no han sido utilizadas clínicamente.
Venenos Diversos
Envenenamiento por Depresores del SNC. King (1986) sugirió que la OHB sea usada
para tratar la sobredosis con depresores del SNC. Tales estudios no han sido
reportados aún.
Amanita phalloides. Marra et al. (1977) trataron tres casos de envenenamiento por
amanita phalloides (un hongo) con OHB y tuvieron buenos resultados.
Ácido Etacrínico. Prazma et al. (1975) mostraron que la ototoxicidad del ácido etacrínico
sobre el oído interno puede ser reducida por OHB, con mejoría de la audición.
Conclusiones
La interacción de drogas con OHB representa un importante asunto, pero hay carencia
de estudios para muchos de los medicamentos comúnmente utilizados. Los estudios
animales no siempre pueden ser aplicados a humanos. Deben realizarse estudios de la
farmacocinética de las drogas comúnmente utilizadas en pacientes que reciben OHB, y
compilarse una lista oficial de incompatibilidad, la cual debe ser incorporada en diversas
farmacopeas y también debe ser desplegada en las instalaciones de tratamiento
hiperbárico. Debe tomarse una cuidadosa historia de las drogas usadas por los
pacientes, y ejercerse precaución en el uso de drogas que se sabe que interactúan con
el oxígeno.
Capitulo 25
Oxigenación Hiperbárica en Inmunosupresión y
Preservación de Órganos
Inmunosupresión
nivel del complemento retorno a los límites normales dentro de 10 días. El aire
hiperbárico y el oxígeno normobárico no producen este efecto. Los autores explicaron
que esto fue parcialmente una reacción de estrés, pero también fue debido a la
influencia del oxígeno sobre los factores enzimáticos de las células.
Diversos reportes sobre este tema fueron presentados por investigadores rusos en
el Séptimo Congreso Internacional de Medicina Hiperbárica, Moscú, 1981. Sus
hallazgos son citados aquí brevemente:
Bokeriya et al. investigaron la supervivencia de corazones transplantados en una
modalidad alogénica heterotrópica en ratones, los cuales fueron tratados con OHB a 2.8
ATA por 1.5 h. Los resultados fueron los siguientes:
Los autores manifestaron que el uso de OHB durante transplantes de corazón tendrá un
doble efecto – supresión del rechazo tanto como oxigenación del injerto y del receptor.
Kostava estudió el mecanismo de acción inmunosupresiva del OHB. Sugirió el
siguiente esquema de acción de la OHB sobre los linfocitos:
Lotovin et al. reportaron un estudio del problema de actividad celular y humoral bajo
hiperoxia. Encontraron que seis sesiones de OHB a 2.5 ATA resultaron en un
incremento de linfocitos T en conejillos de indias. Cuando la presión fue elevada a 5
ATA por 30 min, ocurrió una forma de toxicidad por oxígeno con depresión de la
actividad funcional de los linfocitos T y una disminución en los índices celulares de
inmunidad en la sangre. Los animales se recuperaron de esto 10 días después de la
exposición. En pacientes a quienes se les dio diariamente sesiones de OHB por 15 días
a 2.5 ATA (60 min), el número de linfocitos T se incrementó 1.4-doble y el de los
linfocitos B 2.8-doble. Hubo también un incremento en todas las inmunoglobulinas.
Conclusiones
Riñones
Lillehei et al. (1964) indicaron que la OHB, en combinación con hipotermia, juega un
papel importante en la preservación de los riñones y otros órganos. Los resultados no
fueron seguidos con entusiasmo en la práctica debido a las dificultades técnicas de la
OHB y la introducción de métodos alternativos menos incómodos.
Lejeune et al. (1971) describieron un método de preservación de riñones caninos
bajo hipotermia y OHB (4 ATA). Las observaciones a largo plazo (por 16 meses) de los
riñones autotransplantados así preservados mostró la seguridad de este método para
uso humano.
Kierfield (1971) describió una unidad móvil para almacenamiento a largo plazo de
riñones, incorporando perfusión, hipotermia y OHB. Los riñones pueden ser
conservados por hasta 48 horas en esta unidad.
Wagner et al. (1973) estudiaron la autorregulación del flujo sanguíneo renal después
de autotransplante de riñones preservados por diferentes métodos. Creyeron que este
es un método sensible para valorar las técnicas de preservación de órganos. La
combinación de OHB e hipotermia mostró preservación de la autorregulación después
del almacenamiento por 4 h, mientras la hipotermia sola no sostuvo la autorregulación.
Ejiri (1973) estudió riñones caninos preservados por hipotermia (1-3ºC) y OHB (3
ATA) por periodos en rango desde 12 a 168 h. Se hicieron estudios funcionales y con
microscopio electrónico. Aunque hubo cambios estructurales, estos riñones tuvieron
capacidad de descarga urinaria por hasta 72 h de la preservación.
236 Conservación de Órganos para Transplantes
Corazón
Pulmones
Hígado
Páncreas
La preservación del páncreas es más difícil que la de los riñones debido a sus
características anatómicas. Idezuki et al. (1968) removieron un segmento
pancreaticoduodenal canino, lo sumergieron en solución de Ringer a 4ºC y lo colocaron
en una cámara hiperbárica a 4 ATA. Después de 48 h, la valoración de esta
preparación mostró adecuada proporción de flujo, consumo de oxígeno y descarga de
insulina. La mejor medida de viabilidad fue la producción de insulina in vitro seguida a
estimulación de glucosa durante la perfusión. Tales preparaciones, almacenadas por
menos de 24 h, fueron capaces de sostener la vida cuando fueron implantados en
animales pancreatectomizados. Esta técnica no fue hacia la práctica clínica, y otras
técnicas se volvieron más populares.
Conclusiones
clínica porque es embarazosa y también porque se han desarrollado otros métodos qué
son más convenientes. Ya que es una técnica adjunta, la posibilidad de combinación
con otras técnicas debe ser reexaminada. La OHB no es una técnica embarazosa como
tal, y las modificaciones y refinamientos del equipo ulteriores, podrían hacer posible que
sea más conveniente para la preservación de órganos.
Capitulo 26
Oxigenación Hiperbárica como un Adjunto
en Terapia Física y Medicina Deportiva
Aspectos Bioquímicos
Diversos estudios han mostrado que después del ejercicio en humanos hay un
incremento significativo en la concentración de amoniaco en la sangre. El amoniaco que
aparece en la sangre durante el ejercicio se eleva por la desaminación de adenosina-5-
monofosfato (AMP) a ionosina-5-monofosfato (IMP).
Buono et al. (1984) estudiaron el lactato sanguíneo y la acumulación de amoniaco
durante el ejercicio graduado en sujetos humanos. Sus datos sugieren que la rápida
glicólisis muscular es la principal fuente de NH4 durante el ejercicio. Sus resultados
mostraron una acumulación exponencial significante de amoniaco y lactato sanguíneos
durante el ejercicio graduado. Esto sugiere que el amoniaco está estrechamente ligado
al metabolismo de la energía glicolítica durante el ejercicio.
Banister et al. (1983) estudiaron el tiempo del curso de la acumulación de amoniaco
y lactato en la sangre durante el ejercicio en bicicleta. El amoniaco sanguíneo se elevó
rápidamente en proporciones de trabajo tan bajas como 40-50% de VO2max. Al finalizar
el ejercicio los niveles sanguíneos cayeron rápidamente. Los niveles de lactato
sanguíneo, por otro lado, se levantaron más lentamente y continuaron elevándose
después de finalizar el ejercicio. Ellos creyeron que el amoniaco es la toxina primaria
que conduce a acumulación de lactato y también a fatiga.
240 Hipoxia en Relación a Ejercicio Físico
sanguíneo total no tuvo relación con la severidad de la hipoxia respiratoria, pero calculó
que el “exceso de lactato” corresponde estrechamente a la magnitud de la necesidad de
oxígeno. El exceso de lactato está ausente hasta que e fraccionado oxígeno inspirado
es reducido a un valor crítico (a la mitad de los valores normales: saturación de oxígeno
sanguíneo arterial a 60-74% y pO2 a 26-32 mmHg). Más tarde, el lactato es producido
en cantidades crecientes conforme el suministro de oxígeno disminuye.
Linnarson et al. (1974) investigaron la relación de hipoxia para metabolitos
musculares en humanos voluntarios. La concentración de piruvato en el músculo en
reposo y después del ejercicio fue menor que la concentración de piruvato sanguíneo, y
concluyeron que la acumulación de piruvato contribuyó poco a la formación de lactato.
Los autores dan a la hipoxia tisular como una más plausible explicación de la formación
de lactato al inicio del ejercicio. En otras palabras, la proporción de contracción de la
deficiencia de oxígeno y la proporción de acumulación de lactato es relacionada
inversamente a la presión del oxígeno inspirado, aún durante el ejercicio máximo. La
proporción de formación de lactato disminuye conforme llega a haber más oxígeno
disponible bajo condiciones hiperbáricas.
Goodman y Lowenstein (1977) estudiaron el ciclo del nucleótido de purina en la rata.
El ejercicio resultó en gran incremento en la producción de amoniaco y disminución en
la producción de alanina y glutamina. El contenido tisular de aspartato y glutamato
disminuyó mientras que el de alanina fue incrementado. El contenido de malato
aumentó tres-doble durante el ejercicio. La hipoxia causó un incremento en la
producción de amoniaco a expensas del contenido de aminoácidos de los tejidos.
Fregosi y Dempsey (1986) estudiaron el efecto del ejercicio en normoxia e hipoxia
aguda sobre los metabolitos de los músculos respiratorios en ratas. Compararon los
músculos respiratorios con el plantaris – un músculo locomotor con fibras similares a las
del diafragma – y concluyeron que los almacenes de glucógeno de los músculos
respiratorios son economizados durante el ejercicio exhaustivo ante la sustancial
utilización de glucógeno en el plantaris, aún bajo condiciones de transporte de oxígeno
reducidas. La presencia de incremento de lactato en la ausencia de utilización de
glucógeno indicó captación incrementada de lactato en lugar de producción de lactato
en los músculos respiratorios durante el ejercicio exhaustivo.
Yoshino et al. (1986) reportaron estimulación de la glicólisis con hiperuricemia en
ratas con hipoxia a grandes altitudes.
Ventilación Pulmonar
Cambios Ácido-Base
Jones et al. (1977) mostraron que el desempeño es reforzado cuando los sujetos se
hicieron alcalinos por ingestión de NaHCO3 y se redujo cuando fueron hechos
acidóticos por inyección de clorhidrato de amonio. Shalin (1978) calculó el pH
intramuscular después de ejercicio exhaustivo y reportó valores aproximados a 6.4.
Concluyó que la acidificación puede ser el factor limitante del desempeño del ejercicio
intenso. Adam y Welch (1980) encontraron que el papel de [H+] es un importante factor
en el desempeño y sugirieron que el efecto de la hiperoxia sobre el desempeño fue
relacionado al control de [H+].
Como una introducción al tópico de ejercicio bajo OHB, es interesante revisar el estudio
de Kenmure et al. (1972) sobre los efectos hemodinámicos del oxígeno a 2 ATA sobre
sujetos humanos sanos. Veinte hombres sanos voluntarios respiraron aire a 1 ATA y
oxígeno a 2 ATA por 45 min sucesivamente en reposo. La inhalación de oxígeno a 2
Oxigenación Hiperbárica Como un Adjunto en Terapia Física y Medicina Deportiva 243
ATA causó un 10% de caída en el índice cardiaco (en su mayor parte debido a caída de
la frecuencia cardiaca). Hubo un 15% de incremento en la resistencia vascular sistólica
y un 8% de disminución en el trabajo ventricular izquierdo. Hubo también un 3% de
elevación en la presión arterial media.
Fagreus y Linnarson (1973) estudiaron los efectos cardiovasculares del ejercicio en
ambientes hiperbáricos, y notaron que la frecuencia cardiaca se deprimió
marcadamente. Consideraron que parte de esta depresión es debida a los efectos de la
presión parcial de oxígeno elevada en el corazón, directamente y vía los aferentes
parasimpáticos. Además, otros factores tales como la densidad del gas, la alta presión
del gas inerte o la presión hidrostática, pueden interferir con la estimulación simpática
del corazón. Estos hallazgos hechos bajo normoxia, implican limitación de la tolerancia
del ejercicio severo bajo OHB.
Lambertson et al. (1959) estudiaron el efecto del ejercicio a 0.21 ATA y 2 ATA
respirando oxígeno. Su objetivo fue ver si, el ejercicio, como la hipercapnia, acorta el
periodo latente del envenenamiento por oxígeno, incrementando la presión de oxígeno
a la cual es expuesto el cerebro. Los resultados no mostraron ningún efecto tóxico
sobre el cerebro. El oxígeno a 2 ATA durante ejercicio bajo la ventilación y restauró el
pH y la pCO2 arteriales hacia valores en reposo. Hubo una ligera elevación del flujo
sanguíneo cerebral o disminución de la proporción de consumo de oxígeno cerebral
durante el ejercicio mientras se respiró oxígeno a 2 ATA sin una elevación gruesa de la
pO2 venosa cerebral.
Weglicki et al. (1966) estudiaron el efecto de la OHB (3 ATA) sobre la producción de
exceso de lactato durante el ejercicio en perros. Los valores del exceso de lactato
fueron mucho más bajos que aquellos observados durante ejercicio previo por los
mismos animales a 1 ATA mientras respiraban aire. Si el ejercicio fue conducido bajo
OHB primero, no solo estuvo bajo el exceso de lactato, sino permaneció así durante el
ejercicio subsiguiente a 1 ATA respirando aire 45 min después. Fueron considerados
tres mecanismos para este efecto:
Pirnayi et al. (1973) estudiaron voluntarios humanos mientras se ejercitaban bajo OHB y
llegaron a las siguientes conclusiones:
3. Hubo bradicardia.
4. La ventilación disminuyó.
Gilman et al. (1978) estudiaron el efecto a largo plazo de estrés hiperbárico sobre el
metabolismo del amoniaco en humanos. Se encontró un incremento significativo de la
urea sanguínea en buzos de la marina de E.U. Los niveles de urea sanguínea fueron
utilizados como una medida de hiperamoniacoemia, ya que la urea es formada con la
amortiguación del amoniaco.
Banister et al. (1973) reportaron elevación significativa del amoniaco y urea
sanguíneos en ratas expuestas a 6 ATA. Hubo un incremento de 300% en el amoniaco
sanguíneo y un 60% de incremento en la urea sanguínea sobre los valores control.
Nuestras Investigaciones
130
100
Niveles de Amoniaco µg/dl
80
60
40
Fig. 26.1. Niveles de amoniaco
después de ejercicio respirando
oxígeno normobárico (------------)
20
y bajo OHB ( )
I II III
La elevación del exceso de lactato fue menor después de la ergometría bajo OHB que
después de la ergometría respirando oxígeno. El exceso de lactato (XL) fue calculado
(Huckabee 1958) de acuerdo a la fórmula:
Lo
XL = (Ln – Lo) – (Pn – Po)
Po
Conclusiones
La combinación de OHB (1.5 ATA) con terapia física tiene varias ventajas.
246 OHB en la Rehabilitación de Pacientes Estabilizados de Embolia Trombótica
12
e1
11
10
8
e2
d1
4
d2
c1
3 c2
2 a
1 b
0
1 2 3 4 5 6
Prueba
Fig. 26.2. Mejoría media en el índice de incapacidad motora en los diferentes grupos de estudio: a
control; b rehabilitación en el agua; c1 OHB 2.0 ATA; c2 OHB 1.5 ATA; d1 OHB 2.0 ATA y rehabilitación
en el agua; d2 OHB 1.5 ATA y rehabilitación en el agua; e1, e2 rehabilitación hiperbárica en el agua
respirando 2.0 y 1.5 ATA OHB (Marroni et al. 1987).
Mejoría Bioquímica
La OHB permite ejercicio más prolongado y extenuante que el que es posible bajo
condiciones normobáricas. Esto es de ventaja particular en la rehabilitación de
pacientes con enfermedad cardiaca isquémica crónica, para el tratamiento de la
hipertensión media y par bajar los lípidos sanguíneos.
Oxigenación Hiperbárica Como un Adjunto en Terapia Física y Medicina Deportiva 247
La OHB tiene las siguientes ventajas en la rehabilitación de los pacientes con embolia:
Contrarrestación de la Vasoconstricción
Mejoramiento Reológico
La OHB ha mostrado que mejora los parámetros reológicos sanguíneos (Fischer et al.
1986); Pilgramm et al. 1986). La reducción del hematocrito y el mejoramiento de la
elasticidad de los glóbulos rojos mejora la microcirculación, lo cual es benéfico no solo
para la función de órganos especiales, tales como el cerebro y el corazón, sino también
para la función músculo-esquelética.
Difusión: movimiento del oxígeno desde el tejido *Densidad capilar, p. ej. proximidad a la
capilar a la célula activa célula
*Naturaleza del intersticio
Gradiente de presión para el oxígeno
Concentración de mioglobina
De Keeney (1985)
* Cambiado por el envejecimiento
Indicaciones
Los pacientes ancianos pueden sufrir cualquiera de las condiciones discutidas en los
capítulos previos, en donde se ha encontrado que la OHB es útil (con algunas
excepciones obvias como en obstetricia y enfermedades de descompresión). Las
principales indicaciones se muestran en la Tabla 27.2. Se notará que la isquemia es un
factor común en todas las indicaciones listadas en esta tabla. Cambios en la función
Oxigenación Hiperbárica en Geriatría 253
Tabla 27.2. Principales indicaciones para terapia con OHB en pacientes geriátricos
1. Insuficiencia cerebrovascular con deficiencias neurológicas como hemiplejía
- Diagnóstica: selección de pacientes para operación de desviación extracraneal-intracraneal
y para encontrar “respondedores” para terapia adicional con ejercicio y acondicionamiento cerebral
- Como una ayuda para terapia física y rehabilitación
- Como profilaxis contra recurrencia de episodios agudos de embolia
2. Trastornos de la percepción medios y mayores (demencia), secundarios a insuficiencia vascular
3. Enfermedad vascular periférica; úlceras de extremidades inferiores
4. Enfermedad isquémica miocárdica crónica
el metabolismo cerebral en los Caps. 2 y 14. La OHB mejora los trastornos asociados
con hipoxia.
Mejoría de la Mejoría en el
función cerebral desempeño
físico
Extensión
de la vida
(en general)
Fig. 27.1. Interacción de efectos benéficos del acondicionamiento cerebral y ejercicio físico con terapia
de oxigenación hiperbárica. Es asumido que el nivel óptimo de hematocrito para este efecto benéfico es
42-46%.
Conclusiones y Comentario
La OHB ha probado ser útil en geriatría, y su papel más útil es en los síndromes de
insuficiencia vascular. Ya que los pacientes ancianos inactivos también sufren de
declinación mental aún en la ausencia de enfermedad orgánica del cerebro, una
combinación de OHB con acondicionamiento cerebral y terapia física es efectiva en
grado máximo para los pacientes geriátricos. Si la teoría de la programación genética
es verdad, uno no puede extender la duración de la vida, pero puede ayudar al paciente
a alcanzar la máxima edad determinada para él o ella a un buen nivel de
funcionamiento mental y físico.
Necesitan realizarse investigaciones adicionales para documentar los beneficios
adicionales de la combinación de OHB con acondicionamiento mental y terapia física.
Capitulo 28
Aspectos Sicológicos y Siquiátricos de la
Oxigenación Hiperbárica
Hay muchos estudios tratando con los efectos sicológicos de los ambientes
hiperbáricos, particularmente relacionados al buceo. Ya que el foco de interés principal
de este libro es la oxigenación hiperbárica, haremos solo una breve referencia a los
estudios que utilizaron otros medios que la OHB.
Hill y McLeod (1903) establecieron que el aire a presiones barométricas
incrementadas puede afectar la función nerviosa y mental. Tres diferentes mecanismos
han sido desde entonces considerados para explicar la intoxicación por aire
comprimido. Estas son las siguientes:
1. Los trastornos son debidos al nitrógeno (Behnke 1935).
2. El incremento de la densidad de los gases bajo presión conduce a incremento de la
resistencia para respirar, lo cual causa hiperventilación y retención de CO2. La
intoxicación es referida como euforia por CO2 (Buhlman 1963).
3. La intoxicación por aire comprimido representa el efecto combinado del incremento
de la presión parcial de tres gases: nitrógeno, oxígeno y CO2 (Schilling y Willgrube
1937).
corto plazo en las pruebas sometidas, pero solo para palabras difíciles; la memoria para
asociación de palabras fáciles permaneció intacta. Los sujetos se fatigaron debido a las
15 h de duración de las pruebas y que estuvieron bajo estrés. Estos factores pudieron
haber intensificado los efectos tóxicos del oxígeno. Sin embargo, la mayoría de los
factores sicológicos en estas pruebas fueron resistentes a los efectos de la exposición
hiperbárica.
Borgetti et al. (1965) expusieron 20 buzos a OHB a 2.5 ATA por 45 min y probaron su
discriminación de colores usando la Prueba de 100 Tonos de Farmsworth-Munsell.
Hubo menos errores en la prueba después de la exposición a OHB que antes,
indicando que la discriminación de color mejora con OHB. Se creyó que esto no solo
fue un efecto del nivel retinal, sino también un efecto central.
Weltman et al. (1971) han usado una cámara de buceo con presión simulada a 2.8
ATA para determinar el efecto del estrés sobre la percepción visual. La presión
realmente no cambió, y los sujetos control se probaron fuera de la cámara. Se demostró
un estrechamiento de la percepción en la prueba de agudeza visual central con los
detectores de aro Landoh (Reporte Técnico X-8-128/020, North American Rockwell
Corporation, Los Ángeles, 1968). El grupo experimental mostró significativamente más
alto grado de ansiedad y la frecuencia cardiaca significativamente más alta a través de
todo el experimento. Este estudio es interesante e instructivo para ayudar a valorar el
papel de los factores de estrés en la modificación de los efectos sicológicos y aún
físicos por el mero acto de ir dentro de una cámara hiperbárica, lo cual está asociado
con un grado de aprehensión en algunos casos. Estos factores deben ser considerados
en la evaluación de resultados de investigaciones y tratamientos hiperbáricos.
Finalmente, unas palabras acerca de la claustrofobia. Esta es referida
frecuentemente como una complicación de o contraindicación para terapia hiperbárica,
y algunos pacientes declinan o discontinúan el tratamiento por esta razón. Este
problema puede originarse en una pequeña cámara multiplaza o en una monoplaza,
pero normalmente no presenta dificultad en una espaciosa cámara multiplaza o en una
cámara monoplaza con una coraza transparente y comunicación con el exterior.
Alcoholismo
Spivak et al. (1977) trató 105 pacientes con delirio alcohólico por medio de terapia
intensiva para trastornos respiratorios, infusiones intravenosas y OHB. El delirio ceso en
87 de estos pacientes 10-24 h después de iniciada la terapia.
Conciencia Deteriorada
Cincuenta y seis pacientes ancianos con delirio depresivo y trastornos alucinatorios, así como
también con el síndrome de conciencia deteriorada fueron divididos en tres grupos,
dependiendo de la clase de tratamiento que ellos recibieron (hemosorpción, oxigenación
hiperbárica y drogas psicotrópicas). El tratamiento fue evaluado usando métodos clínicos y
fisiopatológicos. Los datos obtenidos indicaron una alta eficacia de los métodos desintoxicantes
comparados con la terapia psicotrópica. La reducción reportada en los niveles de triglicéridos
bajo el impacto de la hemosorpción y oxigenación hiperbárica normalizó los procesos
metabólicos e indicó una reducción de la hipoxia de las células nerviosas.
Bien puede ser verdad que los pacientes descritos por Morkovkin y Fel mejoraron con
terapia de OHB, pero los autores nos dejaron confusos por el papel de los niveles de
triglicéridos. La OHB es agrupada con hemosorpción, la cual nosotros entendemos es
una clase de hemodiálisis. Este estudio señala, sin embargo, que necesitan ser
llevados a cabo en este campo muchos estudios clínicamente controlados, apoyados
por investigaciones básicas sólidas.
Isakov et al. (1984) compararon la incidencia de trastornos psíquicos vistos en dos
grupos de pacientes con trauma cráneo cerebral – uno recibiendo tratamientos con
OHB y otro sin él. Concluyeron que la OHB era efectiva en la prevención de psicosis
asociada con trauma.
La única situación donde la OHB ha sido acreditada en la prevención de psicosis, de
acuerdo a los reportes de la literatura occidental, es el envenenamiento por CO. Estos
reportes se revisaron en el Cap. 9.
Conclusiones
La terapia con OHB como comúnmente es usada no tiene efectos apreciables sobre las
funciones sicológicas. El mejoramiento definido de la función mental ha sido observado
en pacientes con insuficiencia cerebrovascular después de una serie de tratamientos
con OHB. Nosotros creemos que la manera más efectiva de mejorar la función mental
en tales pacientes es con una combinación de acondicionamiento cerebral y ejercicio
físico. El papel de la OHB en psicosis permanece especulativo y se necesitan estudios
adicionales para verificar algunas de las afirmaciones hechas en la literatura citada
aquí.
investigadores. Las pruebas deben medir los parámetros sicológicos esenciales y evitar
el efecto de mejora por repetición.
Hay muchas escalas de autovaloración para la medición económica o subjetiva de
varios trastornos de ansiedad y estado de ánimo. Las puntuaciones totales
correlacionan bien unas con otras. Algunos ejemplos son la Escala de Ansiedad de
Zung (ZAS), la Escala de Depresión de Zung (ZDS) y la Escala Personal de Estado de
Animo Objetiva (POMS).
Para la comprobación cognoscitiva, las siguientes funciones relevantes para el
proceso de la información son a considerar:
1. Atención
2. Concentración
3. resistencia mental
4. Velocidad y precisión de la percepción
5. Habilidad para pensar, inteligencia
6. Habilidad para observar
7. Habilidad para el aprendizaje y la memoria
8. Habilidad para orientarse
9. Coordinación sensorial y motora
Otros parámetros a ser considerados incluyen vigilancia y habilidad para planear entre
muchos otros. La medición de todas estas funciones podría tomar horas y días, pero
para fines prácticos, una visión general del desempeño mental puede obtenerse
limitando las pruebas. En algunos casos hay traslape de los procedimientos de las
pruebas, como no es posible demarcar algunas funciones mentales. Más aún, algunos
cambios son secundarios a alteraciones de las funciones básicas, p. ej., hay dificultad
en la orientación cuando la observación, percepción, pensamiento y memoria están
deteriorados.
Los dos parámetros básicos más importantes del proceso de información son: (1)
velocidad del procesamiento de información C1(bit/s) y (2) duración de presencia
(intervalo de memoria) T1(s). El producto de estos dos valores es la capacidad de
almacenamiento a corto plazo K1(bit):
K1 = C1 x T1
Aquellos que tienen una más alta capacidad de almacenamiento de memoria a corto
plazo que otros, muestran no solo una mayor inteligencia, creatividad y memoria, sino
también un más alto estado general de conocimiento. Ellos tienden a enfrentarse mejor
con soluciones racionales a los problemas en su vida profesional y personal, y se
orientan mejor en el espacio y el tiempo, también como en relación a otras personas. La
relación de los parámetros básicos de importancia individual para la efectividad del
proceso de información real se muestra en la Fig. 28.1.
Aspectos Sicológicos y Siquiátricos de la Oxigenación Hiperbárica 259
Fig. 28.1. Relación de los parámetros básicos de importancia individual para la efectividad del proceso
de información real (Modificado de Bysenck 1986)
La KAI (Kurztest für Allgemeine Intelligenz, prueba corta para inteligencia general) es
una prueba para medir los parámetros básicos del proceso de información central, la
cual determina el nivel de inteligencia fluida general o la capacidad intelectual
actualmente disponible. Los componentes básicos de la inteligencia así medida son
más precisos que la duración de presencia o la velocidad del proceso de información
central. La KAI puede ser utilizada una o muchas veces para medir el IQ. Ya que es de
corta duración, puede ser usada como una prueba de filtrado. Las discrepancias con los
resultados de pruebas para inteligencia cristalizada (conocimiento adquirido), por
ejemplo la MWT-B (Merfachwahl Wortschatz-Intelligenz-Test, prueba de vocabulario de
opción múltiple) puede señalar trastornos sicológicos. El curso de cambios en el
desempeño intelectual debido a psicosis reversible secundario a trastornos físicos en el
cuerpo, puede seguirse con esta prueba. El MWT-B es aplicable en adultos entre 17 y
65 años de edad. La prueba debe hacerse individualmente y toma alrededor de 5-8 min.
En combinación con una prueba para la velocidad de aprendizaje, la prueba KAI puede
ser conducida en una computadora hogareña como un diálogo entre el paciente y la
pantalla.
Procedimiento de la Prueba
La KAI tiene dos partes. La primera parte consiste en leer en voz alta letras del alfabeto.
Hay cuatro tarjetas, cada una con 20 letras, las cuales no siguen ningún patrón o
forman alguna palabra, por ejemplo:
unvztrfepkbvdsnildmr
Las letras deben ser leídas tan rápido como sea posible. El tiempo es registrado con un
cronómetro. Todas las cuatro cartas son leídas una después de otra y el mejor tiempo
(el más corto) es tomado como la máxima velocidad de proceso de información
C1(bit/s). El siguiente concepto define C1: La información contenida en cada letra es de
alrededor de 5 bit y por consiguiente, la línea completa es de aproximadamente 100 bit
de información. La velocidad individual de proceso de información puede calcularse del
tiempo tomado en leer la línea. Si el tiempo tomado es de 5 s, la velocidad de proceso
de información es de 20 bit/s. Con otros procedimientos, tales como lectura de
260 Comprobación Sicológica de Individuos que Experimentan OHB
números, sumar o multiplicar números de una plaza, o leer notas para tocar piano,
aplican los mismos valores básicos de velocidad de proceso de información, con tal de
que uno permita los errores en la lectura. Sin embargo, en tales métodos los resultados
son menos consistentes que en el caso de las lecturas de letras. Con desarrollos
adicionales será posible determinar estos valores más precisamente en lugar de
rápidamente, pero los principios básicos permanecerán siendo los mismos.
Velocidad 3
Velocidad de aprendizaje
Fig. 28.2. Capacidad de
4
desempeño mental a varios
Capacidad de almacenamiento a corto plazo
niveles de ejercicio físico. Los
valores mostrados son la 5
suma del rango promedio Reposo 25 watt 100 watt Submáximo Reposo
(Lehrl et al. 1986). Ejercicio físico
Repetición
Sordera Súbita
La patogénesis de la sordera súbita no está totalmente entendida. Los factores que han
sido considerados incluyen lo siguiente:
El primer estudio controlado fue publicado por Goto et al. (1979). 91 pacientes
fueron divididos en tres grupos para el tratamiento de sordera súbita por los métodos
siguientes:
En este estudio fueron incluidos casos crónicos y agudos. Los mejores resultados
fueron obtenidos de la combinación de OHB con tratamiento estándar y bloqueo del
ganglio estelar (grupo 3). Todos los pacientes tratados mostraron dentro de 2 semanas
una mejoría de sobre 10 db en la pérdida de la audición. Aún aquellos tratados dentro
de 2 semanas después de la instalación mejoraron.
Ohresser et al. (1980) manejaron 147 pacientes con sordera súbita por medio de
OHB y terapia adjunta consistente en vasodilatadores y corticoesteroides. Concluyeron
que el inicio temprano de la terapia fue útil en estos casos.
Yanagita et al. (1974, 1976, 1983) trataron 204 pacientes dentro de 6 semanas de la
instalación de la sordera durante los años 1972-1977 utilizando OHB. Al mismo tiempo
ellos trataron 370 pacientes con problemas similares utilizando otros métodos tales
como dextran de bajo peso molecular. Todos los pacientes recibieron complejo B, ATP
y vasodilatadores. Los autores agruparon sus resultados de acuerdo al grado de
pérdida auditiva y el lapso de tiempo desde la instalación al inicio del tratamiento y
comparando la OHB a otros tratamientos en cada grupo. Los mejores resultados fueron
obtenidos en la más severa pérdida de audición, donde los tratamientos con OHB
fueron dados dentro de 7 días de la instalación.
Los primeros estudios clínicos randomizados fueron llevados a cabo en 1985 por
Dauman et al. y Pilgramm et al. Dauman (1985) dividió 43 pacientes en dos grupos, uno
tratado con corticoesteroides y vasodilatadores y el otro con OHB y hemodilución. Los
mejores resultados fueron obtenidos en el último grupo.
Pilgramm et al. (1985) impusieron un rígido criterio para la selección de pacientes.
37 pacientes en quienes la etiología vascular era obvia y que habían fallado para
recobrarse espontáneamente fueron colocados en uno de los dos grupos para
tratamiento: uno con drogas vasoactivas y hemodilución, el otro con OHB añadida a
estas medidas. La recuperación de la audición y el alivio de tinitus fueron
significativamente mejor en el grupo tratado con OHB.
Qu Zhan-Kui et al. (1986), Xu-Zhong et al. (1987) y Shu-Dong et al. (1987)
mostraron en un gran número de pacientes (sobre 500) en tres estudios clínicos que la
OHB es el tratamiento de elección en pacientes con sordera de instalación súbita.
Todos los autores convinieron que la OHB, ya sea sola o en combinación con otros
métodos, es útil solamente si el tratamiento es iniciado dentro de 14 días del inicio de la
sordera. También, debe haber un factor vascular en la etiología de la sordera. Pilgramm
et al. (1985) mostraron en un estudio controlado randomizado sobre 51 pacientes, que
el tratamiento instituido a más de 30 días después del inicio de la sordera tiene valor
limitado, sin importar si es tratamiento estándar o terapia con OHB.
El principal modo de acción de la OHB en la sordera súbita es el incremento de los
efectos de la tensión de oxígeno en la endo y perilinfa, junto con mejoría en las
propiedades reológicas de la sangre. Hsu et al. (1984), Mathisen et al. (1984), Li (1986)
y Pilgramm et al. (1986) concordaron unánimemente que la OHB mejora (baja) el
hematocrito y reduce la viscosidad de la sangre total, suero y plasma.
264 Trauma Acústico agudo
Klimpel et al. (1973) indicaron que la OHB debe darse dentro de 8 semanas de la
instalación de la afección del oído interno debida a causas vasculares. Creyeron que el
mecanismo de efectividad fue la oxigenación de la cóclea a través del incremento de las
presiones parciales de oxígeno en la sangre.
Lamm y Gerstmann (1974) manifestaron que la OHB tiene efectos benéficos en las
formas agudas de vértigo laberíntico, pero es inefectiva en trastornos progresivos
crónicos debidos a otitis media y enfermedad de Meniere.
Lamm et al. (1977) estudiaron el efecto de la OHB sobre conejillos de indias
intoxicados con CO. La microfonía se recuperó significativamente más rápido de la
hipoxia que en los animales tratados solo con aire (controles). Cuando se aplicó OHB
antes de la exposición a CO, la microfonía disminuyó menos que bajo respiración de
aire normal.
Rzayev (1981) probó la oxigenación de la sangre arterial en 100 trabajadores de
cajones para valorar la patogénesis de trastornos de audición relacionados a trabajo.
Estos trabajadores fueron expuestos a presiones atmosféricas incrementadas y
vibración. Hubo disminución de la oxigenación sanguínea e hipoxia oculta, lo cual
266 Condiciones Neuro-otológicas Diversas
El tratamiento con OHB consistió en sesiones diarias de 35-40 min a 1.5-2 ATA por 8 a
10 días. La mayoría de los pacientes mostraron mejoría de los principales parámetros
audiológicos – umbral de percepción de sonido a través del aire y hueso, percepción del
habla y excitación vestibular. Los mejores resultados fueron obtenidos en síndrome de
Meniere y trastornos circulatorios agudos de la arteria del laberinto. El tratamiento de
pacientes con sordera súbita dio los mejores resultados cuando inició dentro de las
primeras 48 h. Los más pobres resultados fueron obtenidos en pacientes con patología
neurosensorial crónica. Aunque la función auditiva no mejoró en estos pacientes, hubo
reducción del tinitus.
Nair et al. (1973) trataron siete pacientes con vértigo crónico a 2 ATA. Los pacientes
experimentaron remisión de los síntomas de nausea, vértigo e incapacidad para
caminar. Los autores consideraron que era posible que los pacientes tuvieran anoxia
crónica del laberinto, la cual fue aliviada por la OHB.
Pavlik (1976) aplicó terapia con OHB en 42 pacientes con daño del órgano de Corti
debido a anoxia del oído interno. Estos incluyeron pacientes con síndrome de Meniere
en quienes el uso repetido a largo plazo de OHB logró alivio sintomático.
Oxigenación Hiperbárica en Otorrinolaringología 267
Enfermedad de Meniere
La enfermedad de Meniere está reconocida como una entidad clínica. La triada clásica
de síntomas es: tinitus roncante, vértigo episódico, pérdida de la audición fluctuante.
Un típico ataque agudo es seguido por nausea, vómito y otros síntomas vegetativos.
La triada clásica no siempre está presente. El trastorno de la relación cuantitativa entre
la endo y perilinfa es relevante para la patogénesis. Más aún, un trastorno de la
composición electrolítica de estos dos fluidos conduce a daño de la regulación de la
presión osmótica dentro del laberinto membranoso. Resulta una hidropesía
endolinfática. Actualmente uno no puede ser definitivo acerca del modo de acción de la
OHB en la enfermedad de Meniere. Las preguntas son:
¿La OHB afecta las células sensoriales del oído interno las cuales están seguramente
dañadas?
¿La OHB afecta la hidropesía endolinfática?
¿La OHB afecta la resorción de endolinfa rica en calcio?
Algunos de los reportes clínicos de pruebas de OHB en vértigo y tinitus han sido ya
citados en las páginas precedentes, pero los resultados en el tratamiento de la
enfermedad de Meniere permanecen controversiales. Kozyro et al. (1981) reportaron
buenos resultados en el tratamiento de la enfermedad de Meniere con OHB y la
consideraron el tratamiento de elección en el ataque agudo así como en el intervalo
libre. Tjernström et al. (1980) reportaron la mejoría de la audición en episodios agudos
de enfermedad de Meniere en 21 de 46 pacientes. En contraste, Qu Zhan-Kui (1986) no
observó mejoría significativa con el tratamiento de OHB en sobre 1000 pacientes con
enfermedad de Meniere.
No ha habido estudio evaluatorio controlado o randomizado del uso de OHB en
enfermedad de Meniere. También, no ha habido un modelo animal de la enfermedad de
Meniere donde la terapia con OHB pueda ser probada.
La otitis externa maligna ya ha sido descrita en el Cap. 10. Desde que este síndrome de
infección del meato auditivo externo fue descrito primero por Chandler (1968), sobre un
ciento de casos han sido reportados en la literatura. Esta condición normalmente afecta
hombres ancianos con diabetes de larga permanencia y sistema inmune débil.
Normalmente los pacientes tienen una infección antibiótico-resistente intratable en el
meato auditivo externo. La enfermedad no esta confinada exclusivamente a los
ancianos, y se han descrito casos en niños. La mortalidad general es de alrededor de
35%.
El papel de la OHB en otitis externa maligna, particularmente como un adjunto a
drenaje quirúrgico en el caso de osteomielitis del hueso temporal, ha sido descrito en el
Cap. 10. Pilgramm et al. (1986) ha mostrado que con OHB como una terapia adjunta,
las Pseudomonas patógenas son rápidamente eliminadas del meato auditivo externo y
se alivia el dolor.
Osteomielitis y Osteoradionecrosis
Conclusiones
Efecto de la Temperatura del Cuerpo Sobre la Toxicidad por Oxígeno. Bennet et al.
presentaron los resultados de un estudio de toxicidad por oxígeno en ratas a presiones
hasta 6 ATA. Sus hallazgos se presentan en la Tabla 30.1
Los resultados mostraron que hubo menos mortalidad y menos patología pulmonar a
8ºC que a 25º ó 37º. Las ratas que murieron a temperatura de la cámara de 37º tenían
una temperatura corporal elevada de 5º-7º antes de morir.
Lesión Pulmonar por Inhalación de Humo. Stewart et al. estudiaron el efecto de OHB
sobre lesión por inhalación de humo en conejos. El examen de los pulmones mostró
que la permeabilidad vascular pulmonar no cambió con el tratamiento de OHB. El
análisis gravimétrico mostró una considerable disminución en la acumulación de agua
pulmonar extravascular en los animales tratados con OHB.
Embolismo Graso. Yagi et al. trataron 5 pacientes que padecían de embolismo graso el
cual ocurrió dentro de 24 h después de fracturas de huesos largos. Todos ellos tuvieron
deterioro del nivel de conciencia, desde confusión mental a coma. El pronóstico fue
considerado grave en algunos de estos casos, pero todos los pacientes se recuperaron
completamente con terapia de OHB.
Hiperuricosis Ocular como una Complicación de OHB. Ehler et al. declararon que había
sido producida hiperuricosis en animales de experimentación por exposición de OHB a
2.36 ATA por un total de 60 periodos de 90 min cada uno. Ellos compararon la
concentración de ácido úrico de estos animales a la de otros expuestos a oxígeno
100% a presión ambiente. Los autores concluyeron que la inducción de ácido úrico en
el humor acuoso está relacionada al incremento de presión y no directamente a la
concentración de oxígeno.
El Noveno Congreso Internacional de Medicina Hiperbárica: Puntos de Interés 271
Afonía Debida a Laringitis Crónica. James presentó un caso de afonía debida a laringitis
crónica que se resolvió después de un curso de 4 días de OHB a 2 ATA. El curso del
edema laríngeo fue seguido por laringoscopia. El autor señaló que este caso
proporcionó evidencia visual de que la vasoconstricción inducida por el oxígeno puede
ser benéfica en edema de larga estadía al romper el círculo vicioso de edema hipóxico
e insuficiencia microcirculatoria.
Investigación
Ya que más de la mitad de las indicaciones para OHB están clasificadas como
experimentales, una gran cantidad de investigaciones necesitan todavía ser llevadas a
cabo. Las áreas de investigación promisorias están identificadas al final de cada
capítulo. Algunas de las importantes son las siguientes:
Métodos de Investigación
Hay gran énfasis estos días sobre los estudios clínicos controlados randomizados para
evaluar la efectividad de cualquier nuevo agente terapéutico. Sin embargo, hay ciertos
problemas en conducir estudios controlados utilizando OHB. Si uno no usa presión en
los sujetos control, ellos están consientes del factor de que la cámara no está
presurizada. Si uno usa una mezcla de nitrógeno (90%) más oxígeno (10%), puede
haber efectos secundarios indeseables.
Creemos que hay algunas situaciones en donde los estudios controlados sobre un
gran número de pacientes no pueden hacerse. Aún cuando tales estudios se hagan no
necesariamente resuelven el asunto. La documentación cuidadosa en un pequeño
grupo de pacientes con estudios longitudinales puede demostrar más utilidad.
Hay diferencias en las especies en la respuesta a la OHB, por lo que los resultados
animales no siempre pueden ser extrapolados a los humanos. Tal vez debe haber un
estudio de la respuesta variable de diferentes especies a OHB que podría entonces
servir como una guía para los investigadores tanto como para los lectores que quieran
comparar los resultados de diferentes estudios.
Futuro
Creemos que la OHB tomará una gran parte en la práctica médica en el futuro.
Anticipamos la disponibilidad de una cámara hiperbárica en cada instalación médica de
tamaño moderado.
La aplicación de OHB en medicina física se extenderá hacia la medicina deportiva.
Hay gran potencial para el uso de OHB en el entrenamiento de atletas para alto
rendimiento. Creemos que esto debe hacerse bajo supervisión de médicos, y necesita
hacerse mucha investigación en fisiología del ejercicio antes de que sea llevado a cabo
seguramente.
APÉNDICES
276
Apéndice 1
Abreviaturas de Términos Utilizados en la
Literatura de Oxigenación Hiperbárica
atm: atmósfera
Apéndice 2
Oxígeno
Símbolo: O
Valencia: 2
Número atómico: 8
Peso atómico: 16 000
Punto de fusión: - 218.4ºC
Punto de ebullición: - 183.0ºC
Isótopos radioactivos: 19O, vida media 29.4 s
14
O, vida media 76.5 s
15
O, vida media 118.0 s. Utilizado para estudiar el flujo sanguíneo
cerebral regional en tomografía por emisión de positrones.
Terminología (Gilbert 1981). La palabra “oxígeno” es derivada del griego oxys (ácido) y
genes (moldeando) y entonces significa moldeando-ácido. Priestley descubrió el
oxígeno en 1774 y Lavoisier le cambió el nombre, “aire deflogisticado”, a “principio
acidificante”, ya que él creyó, erróneamente, que todos los ácidos contenían oxígeno.
Lavoisier también utilizó la palabra “oxygine”.
Apéndice 3
Distribución Mundial de Cámaras Hiperbáricas
Apéndice 4
Fabricantes de Equipo Hiperbárico
Drägerwork, AG Lübek
Auf dem Baggersand 17, Postfach 150140
D-2400 Lübek-Travemünde, West Germany
TOPOX Corporation
2627 Kennedy Boulevard, Jersey City, NJ 07386, USA
(Cámaras hiperbáricas portátiles tópicas TOPOX)
Reneau Inc.
12701 Executive Drive
Stafford, TX 77477, USA.
Apéndice 5
Indicaciones para Oxigenación Hiperbárica Aprobadas
Para Pago de Programas de Seguros de Salud
Recomendadas por la Sociedad Médica Subacuática e
Hiperbárica (UHMS), EUA, 1986
Apéndice 6
Glosario
Apéndice 7
Escala de Discapacidad Neuromuscular (Marroni)
Datos Puntaje
Miembros superiores
D I D I Total
1. Sostener y rotar entre los dedos un pelota de
esponja de 4 cm de diámetro por 30 s .......... ..........
Sostener un cubo de plástico de 1 cm entre el
primero y segundo dedo por 10 s (primer intento:
sujeción lateral) .......... ..........
Sujeción opuesta del primero y segundo dedo al
mismo objeto por 30 s .......... ..........
Rotar el mismo objeto entre los primeros tres
dedos por 10 s .......... ..........
Sostener una pelota de 15 cm de diámetro, 1 kg,
con la mano en pronación por 30 s .......... .......... .......... .......... ..........
Datos: si o no para brazo derecho e izquierdo
Miembros inferiores
Partida Puntaje
Miembros superiores
1. 5 si = 1 2 si = 4
4 si = 2 1 si = 5
3 si = 3 0 si = 6
4. 0 – 5 cm = 1 20 – 30 cm = 4
5 – 10 cm = 2 30 – 40 cm = 5
10 – 20 cm = 3 sobre 40 cm = 6
plegía =7
5. 0.5 cm = 1 2.0 cm = 3
1 cm = 2 sobre 2.0 cm = 4
6. sobre 70 = 1 15 – 30 = 4
60 – 70 = 2 5 – 15 = 5
30 – 60 = 3 abajo de 5 = 6
Por cada partida sume el puntaje de ambos miembros para obtener el puntaje
total
Miembros inferiores
7. normal = 1
anormal = 2
apoyo unilateral = 3
apoyo bilateral = 4
imposible = 5
8. abajo de 10 s = 1 20 – 30 s = 3
10 – 20 s = 2 sobre 30 s = 4
9. 5 si = 1
4 si = 2
3 si = 3
2 si = 4
1 si = 5
0 si = 6
10. 0 – 5 cm = 1 20 – 30 cm = 4
5 – 10 cm = 2 30 – 40 cm = 5
10 – 20 cm = 3 sobre 40 cm = 6
plejía =7
Para el grupo 10 sume los puntajes de ambos miembros para obtener el
puntaje total.
Mejores puntajes posibles: derecho = 7; izquierdo = 7; total = 17
Peores puntajes posibles: derecho = 48; izquierdo = 48; total = 111
285