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De acuerdo al Art. 269 de la Constitución Política del Estado CPE de nuestro país, “Bolivia se organiza
territorialmente en departamentos, provincias, municipios y territorios indígena originario campesinos”.
La descentralización con autonomías está al mismo tiempo descrita por el Art 1 de la misma CPE en los
siguientes términos: “Bolivia se constituye en un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional
Comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías.
Bolivia se funda en la pluralidad y el pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico, dentro del
proceso integrador del país”.
El art. 269 de la CPE se expresa sobre la organización territorial del Estado en los siguientes términos:
II. La creación, modificación y delimitación de las unidades territoriales se hará por voluntad
democrática de sus habitantes, de acuerdo a las condiciones establecidas en la Constitución y la ley.
III. Las regiones formarán parte de la organización territorial, en los términos y las condiciones que
determinen la ley.
El territorio es sin duda un espacio físico específico, dentro del cual una organización administrativa
(Gobierno Departamental, Gobierno Municipal o Entidad Indígena Originaria Campesina) ejerce
jurisdicción y competencia administrativa, a través de actos de administración pública por medio de sus
autoridades.
De esta forma cada entidad u organización administrativa tiene jurisdicción sobre un determinado
territorio dentro del Estado o desde el punto de vista del territorio, cada territorio espera para sí mismo,
el ejercicio del poder administrativo.
Al ser nuestro país descentralizado por definición del Art. 1 de la CPE, podemos afirmar con Dermisaki
(2001), que en nuestro país se consolida una descentralización institucional (ya descrita en anteriores
lecciones) y otra descentralización territorial, esta última objeto de la presente lección.
La descentralización territorial tiene base geográfica” (Dermisaki 2001). La entidad que opera en y
representa a una región tiene personalidad jurídica reconocida por ley o por la CPE, nos dice el mismo
autor.
Al respecto de la descentralización terrirotial, la CPE menciona en su Art. 271: “Ley Marco de Autonomías
y Descentralización regulará el procedimiento para la elaboración de Estatutos autonómicos y Cartas
Orgánicas, la transferencia y delegación competencial, el régimen económico financiero, y la
coordinación entre el nivel central y las entidades territoriales descentralizadas y autónomas”.
De esta forma, las bases de la organización territorial del Estado están establecidos en la CPE en su Parte
Tercera, Artículos 269 al 305.
1. Unidad Territorial. – “Es un espacio geográfico delimitado para la organización del territorio del
Estado, pudiendo ser departamento, provincia, municipio o territorio indígena originario campesino”
(Art.6-I-1).
3. Autonomía.- Es la cualidad gubernativa que adquiere una entidad territorial de acuerdo a las
condiciones y procedimientos establecidos en la Constitución Política del Estado y la presente Ley, que
implica la igualdad jerárquica o de rango constitucional entre entidades territoriales autónomas, la
elección directa de sus autoridades por las ciudadanas y los ciudadanos, la administración de sus
recursos económicos y el ejercicio de facultades legislativa, reglamentaria, fiscalizadora y ejecutiva por
sus órganos de gobierno autónomo, en el ámbito de su jurisdicción territorial y de las competencias y
atribuciones establecidas por la Constitución Política del Estado y la ley. La autonomía regional no goza
de la facultad legislativa.
Existen factores que justifican división territorial, entre ellos la geografía, o la naturaleza geográfica que
obliga a los países a considerar este aspecto en la división territorial.
Otro aspecto o factor a considerar dentro de la división territorial esta determinado estrictamente por la
norma constitucional y la ley 031, ya que ambos cuerpos normativos determinan el marco en el que se
puede delimitar la división territorial.
En tercer orden se consideran los aspectos socioeconómicos, esto es densidad de la población, recursos
y actividades económicas en cada región.
Para Juan Alberto Martínez (2021), la Constitución Política del Estado (Art. 269 al 305), de 7 de febrero
de 2009, norma de acuerdo a lo mencionado: la organización y competencias del órgano ejecutivo
nacional; la organización y competencias de los órganos ejecutivos: departamentales, regionales y
municipales, de los gobiernos autónomos; además norma los principios de la administración pública,
previsiones, responsabilidades, obligaciones, prohibiciones e incompatibilidades de los servidores
públicos.
El mismo autor menciona los siguiente con respecto a la organización política en nuestro país: “La Ley
031, de 19 de julio de 2010, Marco de Autonomías y Descentralización, regula el régimen de autonomías,
establece los tipos de autonomía, el acceso a la autonomía y el procedimiento de elaboración de
Estatutos y Cartas Orgánicas, régimen competencial y económico financiero, coordinación entre el nivel
central del Estado y las entidades territoriales autónomas, y el marco general de la participación y el
control social en dichas entidades (Martínez 2021, p. 129).
Sin bien el Art. 269-I de la CPE menciona expresamente que el Estado está formado por departamentos,
provincias, municipios y territorios indígena originario campesinos. La organización territorial en
provincias también es mencionada por la Ley 031 Art. 6 considerándola como una Unidad Territorial:
Unidad Territorial. - Es un espacio geográfico delimitado para la organización del territorio del Estado,
pudiendo ser departamento, provincia, municipio o territorio indígena originario campesino.
La Ley Marco 031, viabiliza la posibilidad de conformación de regiones autónomas (Art. 19), a partir de la
voluntad de las provincias: “La región es un espacio territorial continuo conformado por varios
municipios o provincias que no trascienden los límites del departamento, que tiene por objeto optimizar
la planificación y la gestión pública para el desarrollo integral, y se constituye en un espacio de
coordinación y concurrencia de la inversión pública. Podrán ser parte de la región, las entidades
territoriales indígena originario campesinas que así lo decidan por normas y procedimientos propios.”
Ni las secciones ni los cantones están dentro de la descripción de la mencionada Ley 031, son bien un
resabio de la anterior CPE (Art. 108): El territorio de la República se divide políticamente en
Departamentos, Provincias, Secciones de Provincias y Cantones.
Dentro de la antigua CPE (Art. 109), cada provincia y sección tenían la presencia de la administración
publica en los siguientes términos: En cada Departamento el Poder Ejecutivo está a cargo y se administra
por un Prefecto, designado por el presidente de la República. El Prefecto ejerce la función de
Comandante General del Departamento, designa y tiene bajo su dependencia a los Subprefectos en las
provincias y a los corregidores en los cantones.
Con la normativa expuesta hasta aquí, podemos decir que la planificación del territorio ha implicado
delimitar geográficamente el espacio para otorgar determinadas competencias a los órganos
administrativos que gobiernan dichos espacios (departamento, provincia, municipio o territorio indígena
originario campesino).
La asignación de las competencias que tiene cada nivel gubernamental, se constituye en la verdadera
esencia del principio de descentralización. Pues debe entenderse que una descentralización territorial
administrativa requiere a la par de la verdadera asignación de competencias a las entidades territoriales
autónomas y consecuentemente la asignación de recursos con este propósito.
Más allá de esta organización, el art. 280 y 282 de nuestra CPE abren la posibilidad de conformar
autonomías regionales conformadas por varios municipios o provincias con continuidad geográfica; sin
embargo, sin trascender límites departamentales. La condición para viabilizar esta posibilidad es que las
autonomías regionales compartan cultura, lenguas, historia, economía y ecosistemas en cada
departamento. El objetivo de la autonomía regional es, de acuerdo al mismo articulado, generar
espacios de planificación y de gestión.
“La Ley Marco de Autonomías y Descentralización establecerá los términos y procedimientos para la
conformación ordenada y planificada de las regiones. Donde se conformen regiones no se podrá elegir
autoridades provinciales” (Art- 280-II CPE).
De acuerdo al Art. 280-III, la región podrá constituirse en autonomía regional, a iniciativa de los
municipios que la integran, vía referendo en sus jurisdicciones. Sus competencias deben ser conferidas
por dos tercios de votos del total de los miembros del órgano deliberativo departamental.
De darse la posibilidad de una autonomía regional, en los términos expresados anteriormente y de
acuerdo al Art. 280-II de la CPE, la misma carta magna norma la necesidad de someterse a la Ley marco
de autonomías con este propósito. El establecimiento de autonomías regionales conlleva para dichas
regiones la necesidad de conformación de una Asamblea Regional con facultad deliberativa, normativo-
administrativa y fiscalizadora, en el ámbito de sus competencias, y un órgano ejecutivo (Art. 281 CPE).
“El gobierno de cada autonomía regional estará constituido por una Asamblea Regional con facultad
deliberativa, normativo-administrativa y fiscalizadora, en el ámbito de sus competencias, y un órgano
ejecutivo” (281 CPE).
6.11. Organización estructural de la administración pública boliviana según la Ley Nº031 Ley marco de
descentralización administrativa
Art.11-II Los municipios que no elaboren y aprueben sus cartas orgánicas ejercerán los derechos
de autonomía consagrados en la Constitución Política del Estado y la presente Ley,
siendo la legislación que regule los gobiernos locales la norma
supletoria con la que se rijan, en lo que no hubieran legislado los propios gobiernos
autónomos municipales en ejercicio de sus competencias.
De acuerdo al Art. 3 de la Ley 031, los Estatutos Autonómicos para Gobiernos Departamentales y las
Cartas Orgánicas para Gobiernos Municipales, son las bases de la organización territorial del Estado,
tipos de autonomía, procedimiento de acceso a la autonomía y procedimiento de elaboración de estos
instrumentos, regímenes competencial y económico financiero, coordinación entre el nivel central del
Estado y las entidades territoriales autónomas, marco general de la participación y el control social en las
entidades territoriales autónomas.
Las normas que regulan todos los aspectos inherentes a las autonomías se encuentran contenidas en la
Constitución Política del Estado, la presente Ley, las leyes que regulen la materia, el estatuto autonómico
o carta orgánica correspondiente y la legislación autonómica (Art. 10 Ley 031).
Tanto los estatutos orgánicos, como las cartas orgánicas, tienen un procedimiento de aprobación descrito
en la Ley 031 (acceso, iniciativa, referendo, proyecto de estatuto, y aprobación) en sus artículos 49 al 59.
En conclusión podemos decir que tanto los Estatutos y las Cartas orgánicas “son la norma institucional
básica de las entidades territoriales autónomas, de naturaleza rígida, cumplimiento estricto y contenido
pactado, reconocida y amparada por la Constitución Política del Estado como parte integrante del
ordenamiento jurídico, que expresa la voluntad de sus habitantes, define sus derechos y deberes,
establece las instituciones políticas de las entidades territoriales autónomas, sus competencias, la
financiación de éstas, los procedimientos a través de los cuales los órganos de la autonomía
desarrollarán sus actividades y las relaciones con el Estado. El estatuto y la carta orgánica están
subordinados a la Constitución Política del Estado y en relación a la legislación autonómica tiene
preeminencia (Art. 60 Ley 031 LMAD).”
El órgano deliberativo correspondiente remitirá el proyecto de estatuto al Tribunal Constitucional
Plurinacional, que deberá pronunciarse sobre su constitucionalidad. En caso de que existan
observaciones, el Tribunal Constitucional Plurinacional lo devolverá para su corrección (Art. 53-II).