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Te explicamos qué es la esperanza y cómo la entienden la religión cristiana y la psicología. Además, te ofrecemos diversos
ejemplos.
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La palabra “esperanza” proviene del latín sperare (“tener esperanza”), y está muy relacionada con la palabra “esperar” y sus derivados, como
“desesperar”. De hecho, es posible decir que cuando se espera por algo, se tiene la esperanza de que eso ocurra, pues no tiene sentido aguardar por
algo que se sabe no ocurrirá.
La esperanza, sin embargo, ha tenido una consideración importante en las distintas religiones y códigos morales desde la Antigüedad. En mitologías
como la grecorromana, se asocia la esperanza con deidades menores como Elpis, representada como una mujer cargada de flores y con un cuerno de
la abundancia (cornucopia).
En uno de los mitos más conocidos de esta tradición, la esperanza fue lo único que quedó dentro de la célebre caja de Pandora, luego de que la
abriera y se escaparan de ella todos los males del mundo. De allí provendría la expresión: “la esperanza es lo último que se pierde”.
En este contexto, la esperanza se puede definir como la fe en la voluntad divina, es decir, la creencia profunda en la sabiduría de la voluntad de
Dios, incluso cuando no puede comprenderse. De hecho, el fraile y teólogo católico Santo Tomás de Aquino (1224-1274) define la esperanza
como “la virtud infusa que capacita al hombre para tener confianza y plena certeza de conseguir la vida eterna y los medios, tanto sobrenaturales
como naturales, necesarios para alcanzarla, apoyado en el auxilio omnipotente de Dios”.
Junto con la fe y la caridad, la esperanza constituye en el cristianismo una de las virtudes teologales o virtudes sobrenaturales, que inspiran y dan
forma a todas las virtudes morales y que son inspiradas en los fieles por la obra y gracia de Dios.
La esperanza en psicología
La esperanza, comprendida como el optimismo y la disposición positiva a la espera, es considerada a menudo como un rasgo positivo de
la personalidad. De hecho, diferentes corrientes de autoayuda y de desarrollo personal promueven una actitud esperanzada ante la vida, incluso
entre personas ajenas a los sentimientos religiosos.
Esto se debe a que la esperanza y el optimismo son un punto de partida conveniente para hacer frente a los dilemas de la vida, pues si el
destino depara desgracias, se pueden aceptar y enfrentar mejor con una actitud resiliente y esperanzada, que con una actitud derrotada. Esta visión
psicológica, de hecho, valora las enseñanzas respecto a la aceptación y la esperanza de distintas tradiciones místicas y filosóficas, como
el budismo zen.
Ejemplos de esperanza
Los siguientes son ejemplos de actitudes esperanzadas:
Un paciente que se somete a un tratamiento médico difícil, convencido de que al final recuperará su salud sin importar el tiempo que
tarde.
Un corredor que da lo mejor de sí en una competencia, a pesar de que sabe que correrán junto a él los mejores del mundo, pues tiene la
esperanza de hacer un buen papel frente a ellos.
Una persona que busca un trabajo en su área de experticia y no cesa de creer que podrá lograrlo, a pesar de que la competencia sea
mucha.
Un familiar de una persona gravemente enferma que hasta el último minuto no renuncia a la posibilidad de que los médicos le salven
la vida.
Fuente: https://concepto.de/esperanza/#ixzz84k8Ye3Vo