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SENTENCIA PARCIAL
El presente caso tiene su génesis el 23 de mayo de 2023 cuando el Centro Médico del Turablo, Inc.
h/n/c Hospitales HIMA San Pablo (Hospitales HIMA) presentaron una Demanda jurada en entredicho
provisional, injunction preliminar y permanente, sentencia declaratoria, remedios provisionales y daños y perjuicios al
amparo de la Regla 57 de Procedimiento Civil, 32 LPRA Ap. V, R. 57, y los artículos 675 –687 del Código
de Enjuiciamiento Civil, 32 LPRA secs. 3421–3533, contra Triple-S Salud, Inc. y Triple S Advantage Inc.
(en conjunto, Triple S). En síntesis, Hospitales HIMA alegó que estos tenían un contrato con Triple S por
los últimos 31 años como proveedor de servicios de salud. El 31 de marzo de 2023, Triple S emitió una
Notificación de No Renovación del Contrato entre ambos. Según Hospitales HIMA, esta notificación
responde a que estos han exigido el cobro en los tribunales de múltiples reclamaciones adeudadas y por
presentar una querella ante el Comisionado de Seguros puesto que el foro interno que Triple S aparentaba
tener era simulado. Según estos, se debe emitir un injunction para detener la actuación ilegal de parte de
Triple S de no renovar el contrato sin establecer justa causa como lo requiere la ley. Según estos, no emitir
el injunction preliminar, pudiera causar un daño irreparable e inminente al dislocar e impactar los
El 30 de mayo de 2023, Triple S presentó una Moción de desestimación. Según estos, el contrato entre
las partes y la Ley Federal que gobierna esta actividad autoriza a una parte a terminar el contrato, incluso
sin justa causa, siempre y cuando lo notifique por escrito, con sesenta (60) días de antelación a la
terminación. Según estos, el estatuto que los demandantes reclaman los protege fue declarado
inconstitucional por el Tribunal de Distrito Federal para el Distrito de Puerto Rico y esa determinación
fue confirmada por el Tribunal de Apelaciones, por lo que las alegaciones de la demanda son insuficientes.
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presentada por los Demandados. Ambas partes tuvieron oportunidad de reiterar sus argumentos.
El 1 de julio de 2023, Hospitales HIMA presentó una Oposición a moción de desestimación. Estos
arguyen lo siguiente: 1) que los demandados no pueden invocar la cláusula de no renovación como
represalias en contra de un proveedor que reclama el pago de sus servicios, según la Ley del Procurador
del Paciente; y 2) que no se puede invocar la cláusula de no revocación sin cumplir con las disposiciones
Evaluados los escritos de las partes y estando definida la controversia, este Tribunal procede a
resolver.
Para efectos de esta Sentencia, se toman como ciertos todos los hechos bien alegados de la
demanda. Esto significa, todos los hechos alegados correctamente, sin incluir las alegaciones
concluyentes, conclusiones de derecho y los hechos alegados de forma generalizada que reciten de forma
A. Moción de desestimación
De entrada, es preciso señalar que la Regla 10.2 de Procedimiento Civil, 32 LPRA Ap. V, R. 10.2,
permite que un demandado en una demanda, reconvención, demanda contra coparte o demanda contra
tercero, presente una moción de desestimación contra las alegaciones en su contra. La referida regla
prescribe:
El Tribunal Supremo de Puerto Rico ha expresado en diversas ocasiones que, ante una moción de
desestimación, las alegaciones hechas en la demanda hay que interpretarlas conjuntamente, liberalmente
y de la manera más favorable posible para la parte demandante. Rivera v. Jaume, 157 DPR 562, 584 (2002);
Montañez v. Hosp. Metropolitano, 157 DPR 96 (2002); Sánchez v. Autoridad de los Puertos, 153 DPR 559 (2001).
Por otra parte, es norma reiterada que “la demanda no deberá ser desestimada a menos que se
desprenda con toda certeza que el demandante no tiene derecho a remedio alguno bajo cualquier estado
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de hechos que puedan ser probado en apoyo de su reclamación”. Pressure Vessels P.R. v. Empire Gas P.R., 137
DPR 497, 505 (1994). Debemos considerar “si a la luz de la situación más favorable al demandante, y
resolviendo toda duda a favor de este, la demanda es suficiente para constituir una reclamación válida”.
El Tribunal Supremo expresó que, para disponer de una moción de desestimación, el Tribunal está
obligado “a dar por ciertas y buenas todas las alegaciones fácticas de la demanda presentada”. Autoridad
de Tierras v. Moreno & Ruiz Dev. Corp., 174 DPR 409, 429 (2008). “[Esta] doctrina se aplica solamente a los
hechos bien alegados y expresados de manera clara y concluyente, que de su faz no den margen a dudas”.
First Federal Savings v. Asoc. de Condómines, 114 DPR 426, 431-432(1983). El tribunal dará por admitidos todos
los hechos propiamente alegados en la demanda, así como todas aquellas inferencias razonables que
surjan de los mismos. Montañez v. Hosp. Metropolitano, supra; Rivera v. Otero de Jové, 99 DPR 189, 195 (1970).
De igual manera, “[e]l tribunal debe conceder el beneficio de cuanta inferencia sea posible hacer de los
hechos bien alegados en la demanda”. Montañez v. Hosp. Metropolitano, supra. Sin embargo, dichas
sin perjuicio de cualquier controversia material que surja de la evidencia presentada en los procedimientos
Colón v. Lotería, 167 DPR 625, 649 (2006). “La desestimación procederá solo si es evidente de las alegaciones
de la demanda, que alguna de las defensas afirmativas prosperará”. Trans-Oceanic Life Ins. v. Oracle Corp., 184
DPR 689, 701 (2012). Al evaluar la defensa de si la demanda deja de exponer una reclamación que justifique
establece una reclamación plausible que justifique que el demandante tiene derecho a un remedio, guiado
en su análisis por la experiencia y el sentido común”. Trinidad Hernández v. E.L.A., 188 DPR 828, 848 (2013).
Según la doctrina sentada por el Tribunal Supremo de los Estados Unidos en los casos Bell Atlantic
Corp. v. Twombly, 550 US 544 (2007) y Ashcroft v. Iqbal, 129 S.Ct 1937 (2009), el derecho del demandado a
recibir una notificación adecuada de las alegaciones en su contra está enraizado en el debido proceso de
ley, por lo que es necesario establecer el estándar a utilizar ante una moción de desestimación bajo la
defensa de que ésta ha dejado de exponer una reclamación que justifique la concesión de un remedio.
En Ashcroft v. Iqbal, supra, el Tribunal Supremo Federal aclaró que para determinar si las
alegaciones de una demanda son factibles y no meramente especulativas, los tribunales deben hacer un
análisis contextual de las mismas mediante un proceso de dos pasos. El primer paso comprende el aceptar
como ciertas las alegaciones fácticas de la demanda, excepto aquellas alegaciones concluyentes,
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conclusiones de derecho y los hechos alegados de forma generalizada que reciten de forma trillada los
elementos de la causa de acción. El segundo paso comprende el determinar si, a base de las alegaciones
bien formuladas en la demanda, el demandante ha establecido que tiene una rec lamación factible que
En esta segunda etapa del análisis, el tribunal debe tomar en cuenta el contexto específico de las
una reclamación válida, o si, por el contrario, la causa de acción debe ser desestimada. De determinarse
que no cumple con el estándar de factibilidad antes mencionado, el tribunal debe desestimar la demanda
y no permitir que una demanda insuficiente proceda bajo el pretexto de que con el descubrimiento de
De igual forma, un pleito podrá ser desestimado “únicamente cuando de los hechos alegados no
pueda concederse remedio alguno a favor del demandante”. Torres, Torres v. Torres et al., 179 DPR 481, 502
(2010), citando a R. Hernández Colón, Derecho Procesal Civil, 4ta ed., San Juan, Ed. LexisNexis, 2007, pág.
231. Así pues, conforme a las disposiciones de la Regla 10.2 de Procedimiento Civil, supra, y la
jurisprudencia desarrollada sobre la misma, es forzoso concluir que para que una parte demandada
prevalezca en su moción de desestimación, ésta tiene que demostrar que, aunque el tribunal favorezca
totalmente la reclamación del demandante, no puede concederse remedio alguno a favor del demandante.
Consejo de Titulares v. Gómez Estremera et al., 184 DPR 407, 423 (2012); Torres, Torres v. Torres et al., supra.
B. Injunction
El auto de injunction en Puerto Rico está regulado por la Regla 57 de las de Procedimiento Civil,
32 LPRA Ap V., R. 57, y los artículos 675 a 689 del Código de Enjuiciamiento Civil, 32 LPRA. secs. 3521 a
3566. Este recurso extraordinario va dirigido a prohibir u ordenar la ejecución de determinado acto con
el fin de evitar que se causen perjuicios inminentes o daños irreparables a una persona cuando no hay otro
remedio en ley. E.L.A. v. Asoc. de Auditores, 147 DPR 669, 679 (1999).
El interdicto preliminar es el que se emite en cualquier momento antes del juicio en su fondo,
después de haberse celebrado una vista en la cual las partes han presentado prueba en apoyo y en
oposición a tal solicitud. D. Rivé Rivera, Recursos Extraordinarios, 2da ed. rev., San Juan, Programa de
El propósito primordial de éste es mantener el status quo hasta que se celebre el juicio en sus
méritos, para que la conducta del demandado no produzca una situación que convierta en académica la
sentencia que finalmente se dicte o que se le ocasionen daños de consideración al demandante durante la
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pendencia del litigio. Misión Ind. P.R. v. J.P. y A.A.A., 142 DPR 656, 683 (1997). Se trata de un remedio en
Para decidir si expide o no este recurso extraordinario provisional, el tribunal debe de ponderar
los siguientes criterios: (1) la naturaleza de los daños que puedan ocasionársele a las partes de concederse
probabilidad de que la parte promovente prevalezca eventualmente al resolverse el litigio en su fondo; (4)
la probabilidad de que la causa se torne académica de no concederse el interdicto; y (5) el po sible impacto
sobre el interés público del remedio que se solicita. Municipio de Ponce v. Gobernador, 136 DPR 776, 784 (1994);
Puerto Rico Telephone Co. v. Tribunal Superior, 103 DPR 200, 202 (1973).
El principio medular que rige la concesión de este remedio extraordinario es la existencia de una
amenaza real de sufrir algún daño para el cual no se tiene un remedio adecuado en ley. En otras palabras,
el daño irreparable debe ser uno tal que provoque el que no exista otro remedio en ley. Wright and Miller,
Federal Practice and Procedures: Civil, sec. 2942, vol. 11, pág. 368. La determinación de la irreparabilidad del
daño se ha de evaluar a la luz de los hechos y circunstancias de cada caso en particular. Véase, A.P.P.R. v.
Tribunal Superior, 103 DPR 903 (1975). Véase, además, D. Rivé Rivera, op. cit., pág. 21 y ss. En el caso Misión
Industrial de P.R. Inc. v. Junta de Planificación de P.R., 142 DPR 656 (1997), el Honorable Tribunal Supremo de
Puerto Rico sostuvo que el daño irreparable requerido para mover la discreción del foro judicial hacia la
expedición de un remedio de naturaleza interdictal debe ser aquel que no pueda ser adecuadamente
satisfecho mediante la utilización de los remedios legales disponibles y el que no puede ser apreciado con
El recurso puede expedirse ante circunstancias especiales, incluyendo cuando el peticionario haya
sufrido o esté en riesgo de sufrir daños irreparables. Sólo procede el injunction cuando el remedio
ordinario de ley no protege adecuadamente los derechos sustantivos del promovente rápida y
eficazmente. Para que se dicte el interdicto debe de existir un agravio de patente intensidad al derecho
del que solicite urgente reparación. No puede haber indefinición o falta de concreción en el derecho
reclamado. Com. Pro Perm. Bda. Morales v. Alcalde, 158 DPR 195, 204 (2002). Se ha aclarado que “cuando existe
adecuacidad de ese recurso de vía orinaria, no debe acudirse al entredicho provisional”. A.P.P.R. v. Tribunal,
que se ejercerá ponderando las necesidades y los intereses de las partes involucradas en la controversia.
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Misión Ind. P.R. v. J.P. y A.A.A., supra, pág. 680. Toda vez que éste es un remedio que en el procedimiento
ordinario no se obtiene hasta que vence en el juicio plenario, debe expedirse con sobriedad y sólo ante una
demostración de clara e intensa violación de un derecho. A.P.P.R. v. Tribunal, supra, pág. 906.
Por otro lado, el interdicto permanente es el remedio extraordinario atendido por el tribunal
siguiendo los trámites de un juicio ordinario o en sus méritos. Mun. de Loíza v. Sucns. Súarez et al, 154 DPR
333, 367-368 (2001). “Al determinar si procede otorgar un interdicto permanente el tribunal debe
considerar los siguientes criterios: (1) si el demandante ha prevalecido en un juicio en sus méritos; (2) si
el demandante posee algún remedio adecuado en ley; (3) el interés público involucrado; y (4) el balance
de equidades”. Plaza las Américas v. N.H., 166 DPR 631, 729 (2005). La jurisprudencia es clara a los fines de
que la existencia de un remedio en daños excluye la procedencia de un injunciton pendente lite. A.P.R.R.
las defensas clásicas como lo son actos propios, conciencia impura y la de la existencia de transacción
mediante un contrato válido. Systema de P.R., Inc. v. Interface Int’L, 123 DPR 379 (1989); Villa Caparra, Inc. v.
Iglesia Católica Apostólica y Romana de Puerto Rico, 117 DPR 346 (1986). Por lo tanto, antes de expedir un
injunction, ya sea preliminar o permanente, el tribunal debe tomar en consideración la exist encia o
ausencia de algún otro remedio adecuado en ley que evite la expedición del injunction. Pérez Vda. De Muñíz
El Tribunal Supremo de Puerto Rico ha sido enfático al requerir primordialmente que antes de
expedir el injunction, ya sea preliminar o permanente, los tribunales consideren la existencia de algún
otro remedio eficaz, completo y adecuado en ley. De existir, entonces no se considerará el daño como
irreparable. Pérez Vda. Muñíz v. Criado, 151 DPR 355 (2000) citando a A.P.P.R. v. Tribunal Superior, 103 DPR 903
(1975), Franco v. Oppenheimer, 40 DPR 153 (1929); Martínez v. P.R. Ry. Light & Power Co., 18 DPR 725 (1912).
De la antes citada jurisprudencia se desprende que los Tribunales han sido categóricos en
establecer que el recurso de injunction, por su naturaleza de recurso extraordinario, se expide con
carácter discrecional, y mientras exista algún remedio eficaz, completo y adecuado en ley, no se considera
En Misión Ind. P.R. v. J.P. y A.A.A., 142 DPR 656, 683 (1997), el Tribunal Supremo de Puerto Rico
expresó que constituye un daño irreparable aquel que no puede ser adecuadamente satisfecho mediante
la utilización de los remedios legales disponibles. Expresó, además, que el prin cipio de equidad que
gobierna la concesión o denegación del injunction exige que la parte promovente demuestre la ausencia
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de un remedio adecuado en ley. Al aplicar el criterio de la irreparabilidad de los daños, se ha reitarado que
la “concesión o denegación [de un injunction] exige que la parte promovente demuestre la ausencia de un
remedio adecuado en ley”. Asoc. Vec. V. Caparra v. Asoc. Fom. Educ., 173 DPR 304, 319 (2008), citando a Misión
la existencia de un daño irreparable “que no puede ser adecuadamente satisfecho mediante la utilización
de los remedios legales disponibles”. Asoc. Vec. V. Caparra v. Asoc. Fom. Educ., supra, pág. 319 citando a Misión
Ind. P.R. v. J.P. y A.A.A., supra, pág. 681; Com. Pro. Perm. Bda. Morales v. Alcalde, 158 DPR 195,205 (2002).
En Pedraza Rivera v. Collazo Collazo, 108 DPR 272 (1979) el Tribunal Supremo de Puerto Rico resolvió
que procede desestimar una demanda de injunction cuando lo alegado como base para la acción es un
hecho escueto que no delata un agravio de patente intensidad al derecho del individuo, que reclame
urgente reparación.
C. Contratos
El Art. 1060 del Código Civil de 2020, 31 LPRA sec. 8981, dispone que, “[l]a obligación es el vínculo
jurídico de carácter patrimonial en virtud de la cual el deudor tiene el deber de ejecutar una prestación
que consiste en dar, hacer o no hacer algo en provecho del acreedor, quien, a su vez, tiene un derecho de
crédito para exigir el cumplimiento”. El Código Civil también establece 2 principios que rigen las
relaciones contractuales en Puerto Rico, a saber, la autonomía de la voluntad y la doctrina de pacta sunt
servanda. Oriental Bank & Trust v. Perapi S.E. y otros, 192 DPR 7, 15 (2014). La doctrina de pacta sunt servanda está
establecida en el Art. 1233 del Código Civil, 31 LPRA sec. 9754, y dispone que las obligaciones que nacen
de los contratos tienen fuerza de ley entre las partes, y por lo tanto, se deben cumplir ante sucesores y
terceros en la forma en que se dispone en la ley. Oriental Bank & Trust v. Perapi S.E. y otros, supra.
Para que un contrato tenga fuerza de ley entre las partes, estas tienen que consentir a obligarse
respecto de la otra parte, a dar alguna cosa o a prestar algún servicio. Art. 1230 del Código Civil de 2020,
31 LPRA sec. 9751. La autonomía de la voluntad, recogida por el Art. 1232 del Código Civil de 2020, 31
LPRA sec. 9753, dispone que, para poder obligarse, las partes pueden establecer cualquier pacto, cláusula
Los contratos son negocios jurídicos bilaterales que constituyen una de las fuentes de las
obligaciones. Amador v. Conc. Igl. Univ. de Jesucristo, 150 DPR 571, 581 (2000). En ese sentido, el Art. 338 del
Código Civil de 2020, 31 LPRA sec. 6301, menciona que los contratos solo producen efecto entre las partes
que los otorgan y sus herederos. Así, para que un contrato nazca válidamente es necesario que concurran
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los siguientes requisitos: 1) consentimiento de los contratantes; 2) objeto cierto que sea materia del
contrato; y 3) causa de la obligación que se establezca. Rodríguez Ramos v. ELA, 190 DPR 448, 455 (2014).
Cuando los términos de un contrato son claros y no crean ambigüedades, los mismos se aplicarán
en atención al sentido literal que tengan. Art. 354 del Código Civil de 2020, 31 LPRA sec. 6342. En Corp.
del FSE v. Unión de Médicos, 170 DPR 443, 450 (2007), el Tribunal Supremo reiteró que los términos de un
contrato son claros cuando son suficientes en contenido para ser entendidos en un único sentido, sin dar
lugar a dudas o controversias, sin diversidad de interpretaciones y sin necesitar, para su comprensión,
los términos de un contrato o de una cláusula contractual son suficientemente claros como para entender
lo que se pacta, hay que atenerse al sentido literal de las palabras y los tribunales no pueden entrar a
dirimir sobre lo que las partes quisieron pactar al momento de contratar. Id., pág. 450.
La Asamblea Legislativa aprobó la Ley Núm. 90-2019 con el interés de detener la salida de la clase
médica de Puerto Rico y que ocurra en la isla una crisis de salud pública que impida el uso adecuado de
los servicios básicos. Exposición de Motivos de la Ley Núm. 90-2019. Esta ley enmendó el Código de
El programa federal de Medicare se estableció mediante el Social Security Act, Pub. L. 74-271, 49
Stat. 620, 42 USC sec. 301. En específico a lo que nos concierne, el Programa de Medicare Advantage, o
Medicare Parte C, se estableció mediante el Medicare Prescription Drug, Improvement, and Modernization Act of
2003, Pub. L. 108-173, 117 Stat. 2066, 42 USC secs. 1395w-21-1395w-28 (Medicare Advantage Act). Bajo
este programa, la organización gubernamental conocida como el Centers for Medicare and Medicaid Services
(CMS) contrata con organizaciones privadas, conocidas como Medicare Advantage Organizations
(MAOs), quienes contratan directamente o mediante terceros con los proveedores de salud para que estos
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provean los servicios y beneficios de Medicare. El Congreso de los Estados Unidos, en el Medicare
The standards established under this part shall supersede any State law or
regulation (other than State licensing laws or State laws relating to plan solvency) with
respect to [Medicare Advantage] plans which are offered by [Medicare Advantage]
organizations under this part.
específico con el cual se debe cumplir si se está terminando o suspendiendo un contrato con un proveedor
que haya contratado con una organización de Medicare Advantage, 42 CFR sec. 422.202:
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Tenemos ante nuestra consideración una moción de desestimación en la cual se argumentó que
procede la desestimación de la acción presentada, puesto que las alegaciones de la demanda no exponen
una reclamación que justifique la concesión de un remedio. Según estos, la ley que los Demandantes
reclaman les protege fue declarada inconstitucional por el Tribunal de Distrito Federal para el Distrito de
En primer lugar, debemos mencionar que, al resolver una moción de desestimación, las alegaciones
de todo Puerto Rico y le proveen servicios de salud a una gran cantidad de personas en Puerto Rico. Estos
tenían una relación comercial con Triple S desde hace 31 años hasta el 31 de marzo de 2023, día en que
Triple S les envió una comunicación en la cual notificaron que no estarían renovando el contrato. Estos
En cuanto al primer argumento que presentó Hospitales HIMA, entendemos que no les asiste la
razón. Estos reclaman que, la no renovación de los contratos con Triple S violenta la Carta de Derechos y
Responsabilidades del Paciente, Ley Núm. 194-2000, 3 LPRA sec. 3041. Ahora bien, la ley establece que
quien incumpla con las responsabilidades u obligaciones que impone la ley incurrirá en una falta
administrativa y será sancionada con una multa. 3 LPRA sec. 3057. Este caso no se trata de una acción
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administrativa sobre multas recibidas por incumplimiento con la Ley Núm. 194. En adición a lo anterior,
Es importante aclarar que, en nuestro ordenamiento jurídico, es conocido que los contratos se
expresamente pactado, sino también a todas las consecuencias que según su naturaleza sean conformes a
la buena fe, al uso y a la ley. Por ello, lo acordado en los contratos tiene fuerza de ley entre las partes, ante
sus sucesores y ante terceros en la forma que dispone la ley. Art. 1233 del Código Civil, 31 LPRA sec. 9754.
Por tanto, toda voluntad así vertida, es la ley entre las partes. Ganadería Esperanza, Inc. v. Vda. de Castañer,
En el presente caso no existe duda sobre la relación contractual que existía entre los Demandados
y Hospitales HIMA. De los anejos surgen los contratos que ambas partes acordaron. En específico a lo que
nos concierne, el Artículo XVI establece los términos y la forma mediante la cual se debe terminar el
El Demandante arguye que la Ley Núm. 90-2019 establece la obligación para de que, para terminar
un contrato de seguros, se debe hacer mediando justa causa y que cualquier cláusula de un contrato que
sea contraria a lo establecido por la Ley Núm. 90 es nula. El Artículo 1 de la Ley Núm. 90, la cual enmienda
el Artículo 19.150 del Código de Seguros de Puerto Rico, 26 LPRA sec. 1915, establece lo siguiente:
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De una lectura de la ley, no es totalmente claro si esto aplica a las relaciones entre la organización
de servicios de salud de Medicare Advantage y los proveedores en cuanto a los clientes de Medicare
Advantage o si esto también incluye a todas las demás relaciones comerciales con clientes que no son
parte del plan de Medicare Advantage. Ahora bien, debemos acudir a la Exposición de Motivos de la Ley
para entender la intención legislativa al aprobar esta enmienda al Código de Seguros. Según la Asamblea
Legislativa, “[l]a salida de la clase médica de Puerto Rico repercute en una crisis de salud pública que
impide el uso adecuado de los servicios básicos y especializados que nuestros ciudadanos necesitan ”.
Exposición de Motivos de la Ley Núm. 90. Según estos, los Centros de Servicios de Medicare and
Medicaid Services han llevado a cabo cambios para beneficio de los médicos, pero, “este no se reflejó en
los desembolsos recibidos por estos, ya que las aseguradoras de Medicare Advantage no honran las tarifas
por procedimientos y servicios a proveedores así establecidas y continúan pagando por debajo de las
tarifas mínimas aprobadas por CMS al regirse por aquellas aprobadas para periodos anteriores que
En adición a lo anterior, existe reglamentación federal aplicable a aquellos momentos en que una
organización de Medicare Advantage que opera un plan coordinado no puede suspender o terminar un
contrato sin: 1) que se le notifique al proveedor la razón por la cual se está terminando el contrato y el
derecho del proveedor de apelar tal determinación; 2) se lleve a cabo una vista ante un panel de pares; 3)
se notifique con, al menos, 60 días de anticipación. 42 CFR sec. 422.202. O sea, que una organización
tiene que cumplir con estos requisitos, puesto que están en la Reglamentación aplicable, solo en cuant o a
los beneficiarios del plan Medicare Advantage. Debemos recordar que, en el mismo contrato entre las
partes se pactó que este queda enmendado por cualquier legislación o reglamentación gubernamental
renovar por tratarse de una decisión de negocios, la agencia aclaró que procedía el derecho a apelación del
proveedor si se mantiene, pues lo contrario iría en contra del punto de la protección original. United
States, Health Care Financing Administration, HHS. "Medicare Program; Changes to the
Medicare+Choice Program." 64 Fed. Reg. 31, 7968, 7977 (Feb. 17, 1999).
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Nos resulta claro, luego de analizar la Exposición de Motivos de la Ley Núm. 90, que la Asamblea
Legislativa buscaba proteger a los beneficiarios del plan de Medicare Advantage de que las aseguradoras
de ese plan no actuaran como requerían las leyes federales. Es una ley diseñada para no permitirle a las
aseguradoras de Medicare Advantage actuar caprichosamente. Es por tal razón que el Tribunal de Distrito
Federal para el Distrito de Puerto Rico determinó que la Ley Núm. 90 estaba violentando la Cláusula de
Supremacía de la Constitución de los Estados Unidos. Según el Tribunal de Distrito Federal, el Congreso
aprobó la Ley del Seguro Social, la cual incluye el programa de Medicare Advantage, y ocupó el campo de
todo lo que tenga que ver con leyes o regulaciones estatales que tengan que ver con planes de Medicare
Advantage ofrecidos por organizaciones de Medicare Advantage, excepto por asuntos de licenciatura y
solvencia.
Para llegar a su conclusión, los tribunales federales que resolvieron el caso entendieron que las
enmiendas al Artículo 19.150 del Código de Seguros de Puerto Rico, aprobadas por la Asamblea Legislativa
mediante la Ley Núm. 90, aplicaban a los proveedores de servicios bajo el plan de Medicare Advantage.
Por lo tanto, se trata de un campo ocupado en el cual la legislación local no puede inmiscuirse. En cuanto
al campo ocupado, ambas partes admiten esta posición en cuanto a asuntos de Medicare Advantage.
Debemos recordar que estas enmiendas no le aplican de la misma forma a Medicare o a Medicaid, pue sto
que el texto de la ley establece específicamente que aplica a cualquier “organización de servicios de salud
de Medicare Advantage”. 26 LPRA sec. 1915. Al tratarse de una protección sólo para beneficiarios y
proveedores de Medicare Advantage, debemos concluir que Triple S no puede afectar la relación
contractual entre estos y los proveedores, en este caso hospital, en cuanto a aquellos beneficiarios del plan
de Medicare Advantage.
Ahora bien, nada de lo anterior le aplica a la relación contractual entre Triple S y Hospitales
HIMA, y los servicios a las personas que no son beneficiarias de Medicare Advantage. El contrato entre
ambas partes no requiere que se establezca justa causa para la no renovación del contrato. Debemos
recordar que las cláusulas acordadas son la ley entre las partes y, excepto cuando estas son contrarias a la
ley, como ya explicamos es el caso en cuanto a los servicios a beneficiarios de Medicare Advantage, se
deben tomar como la voluntad de ambas partes. La cláusula en controversia no requiere que Triple S
informe sobre justa causa para la no renovación. Además, no aplican las protecciones que surgen de la ley
en cuanto a Medicare Advantage, por lo que no procede que emitamos un injunction en cuanto a esos
servicios.
V. Sentencia Parcial
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Sentencia SJ2023CV04899 14
A tenor con lo anterior, expedimos el Auto de injuntion preliminar mediante el cual se Ordena
mantener viva la relación contractual entre Triple S y Hospitales HIMA solo en cuanto a los servicios que
se prestan a los beneficiarios de Medicare Advantage y hasta que se cumpla con el procedimiento
establecido mediante reglamentación federal que requiere justa causa y la celebración de una vista.
Conforme la Regla 57.4 de Procedimiento Civil, 32 LPRA Ap. V, R. 57.4, se fija la fianza en la suma de
$10,000.00 dólares.
En cuanto a las cuentas comerciales entre Triple S y Hospitales HIMA, se desestima la presente
acción, puesto que el contrato acordado por ambas partes permite la no renovación del mismo sin
Por todo lo cual, y por no existir razón para posponer dictar sentencia parcial y final sobre lo aquí
descrito hasta la resolución final de la acción incoada, se ordena se registre y notifique la presente
Sentencia Parcial conforme la Regla 42.3 de las Reglas de Procedimiento Civil, siendo la misma final para
todos los fines en cuanto a las controversias adjudicadas. La misma se dicta sin especial imposición de
costas, gastos ni honorarios de abogado. Resueltos los asuntos extraordinarios, se refiere el expediente de
este caso a la atención de la Secretaria Regional para que se reasigne a la sala de lo civil competente para
el trámite ordinario de las restantes causas de acción y para que se elimine del inventario de casos del
REGÍSTRESE Y NOTIFÏQUESE.