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Pagada para seducir al arabe

Sinopsis

Ser contratada para seducir a un magnate árabe para mí era pan comido, pero lo que no tenía
constancia es que la belleza de aquel oriental me iba a tocar fibra a tal punto que no me quedaba
de otra que cumplir las condiciones del contrato para luego desaparecer de su vida para siempre.

Nunca pensé que en aquel encuentro provocado en aquella fiesta me iba a traer desgracia a mi
vida, mientras él me deslumbraba con su formalidad y perfección, yo intentaba hacerle caer para
finalizar lo que me torturaba todos los días y que no tenía marcha atrás para rechazar lo que llevo
haciendo desde hace años.

Después de aquella mirada oscura llena seriedad y de atractivo ya nada volvió a ser lo mismo. Era
él, él y él.

Pagada por sus amigos, un contrato, condiciones de por medio, y una seducción peligrosa.

¿Qué tan difícil es decir "No" cuando el deseo era tan evidente?

No existen hombres perfectos, ni seducción tan letal como la mía, por algo me llaman la duquesa.

UNO

Tenía una manera diferente de ver la vida, no pedía mucho, no exigía felicidad ni tampoco ser
perfecta ante la sociedad, no elegimos quiénes somos ni en quien nos convertimos, sucede y listo.
Condenada a la diversión vacía, sin sentimientos mi corazón se había convertido en piedra, duro
como el acero para no dejar entrar a nadie, y cuando digo nadie me refiero a los clientes que
visitaba, a los cuales pagaban cifras altas para estar entre mis sábanas.

¿Dónde quedó el amor? ¿Acaso no deseo sentirme amada y no solo utilizada?

Todo tiene una explicación, todo tiene una lógica para entender el porqué me había convertido en
lo que soy ahora.

Soy Lauren Evans pero conocida como la duquesa.

A mis veintiocho años la muerte me arrebató al hombre que amaba incondicionalmente, mi mejor
amigo, mi compañero y mi amante, desde aquel entonces han pasado siete años y siento que no
existe uno igual que él. Que me haga ver las estrellas y la luna, que sienta que esté volando con
unas enormes alas mientras el viento choca en mi rostro, con él hacía que dejara de habitar este
mundo para ocupar otro deshabitado.

-Duquesa, tienes a unos clientes esperando por ti, dicen que solo hablarán contigo, pero atención,
son árabes y ya sabes lo que dicen de ellos - informa mi compañero.

-¿Y qué dicen de ellos?- fruncí el ceño a la espera de su respuesta.

-Donde esté un árabe el resto que se aparte, y ahí dentro tienes a tres.

Mi rostro era de no entender ese refrán sin sentido.

-¿Te lo acabas de inventar verdad?

Este sonrío y afirmó.

-Ya decía, yo.


Le mostré esa sonrisa que según él es cautivadora, pero creo que solo son habladurías de mi
compañero aunque pensándolo bien no era el primero que me lo decía.

-Buenos días, señores-saludé al entrar a mi pequeña oficina donde suelo cerrar los acuerdos y
recibir a los clientes después de ver mis fotos, y mi compañero es como un asistente personal,
pero lo considero un gran amigo.

Los miré a los tres, mientras ellos me observaban y se sonreían entre ellos.

-¿Ustedes dirán?

Se alza uno de ellos y me extiende un documento, firmado por ellos y con unas condiciones las
cuales empecé a leer sin que dijeran nada.

-Me parece generoso el pago, pero aquí solo he leído sus

condiciones.

-Si tienes alguna, duquesa, no hay problema en añadirla al contrato.

-La hay, y es ¿por qué requieren mis servicios? Como he podido entender tiene que ser un
encuentro casual con el susodicho ¿y después qué?

Aparte de saber a lo que me enfrentaba, tenía que

garantizar mi seguridad, el porqué requieren mi trabajo.

-Queremos demostrarle a nuestro amigo que no es tan perfecto como quiere hacerle al mundo
parecer, que como todo ser humano tiene una debilidad y creo que una de las mayores
debilidades de un hombre es la mujer.
Alce las cejas en señal de asombro.

-Hay más debilidades que la seducción de una mujer, pero no soy quién para corregirles, señores.
Ustedes pagan.

Firme el contrato y listo mañana empezaba a seducir a Amir Al Malik.

Pero la pregunta es ¿la perfección de este hombre es respetar a la mujer y no verla como un
objeto que sacia una necesidad que hasta ahora detesto porque es lo único que he visto de mis
clientes? ¿O realmente es lo que quiere hacerle entender a sus amigos? Un hombre serio y con
principios.

DOS

Hay espejos que no reflejan lo que somos realmente, nos solemos mirar para luego acabar
engañados por este, a veces quisiera ser como antes y alejarme de todo lo que soy hoy en día, de
vivir una vida cerca del mar y no preocuparme de las facturas, las deudas que mis padres dejaron
encima de mis espaldas y sobre todo olvidarme de la famosa duquesa.

-Ya te dije que no sé mucho de él, solo que es un árabe que está de paso en Londres con sus
amigos y por negocios-me voy probando vestido frente a mi compañero mientras él me interroga.

Necesitaba causarle una buena impresión, no quería asustarlo al verme con un vestido corto y
demostrando un escote que por esta noche cubriré con un vestido de cuello alto y largo a tres
dedeos por dejado de las rodillas, de color negro.

—Creo que, este me queda perfecto.

-Duquesa, todos lo que te has probado te quedan bien.


-Gracias.

-Oye, ¿y si el tipo se presenta a la fiesta con la típica ropa de ellos? Túnica y turbante.

Sonreí al imaginarlo. -Pues así se viste y no, déjame decirte querido amigo que se ven muy
hermosos con ese atuendo.

Carlos suspiró.

Así es, mi compañero se llama Carlos.

-Es un cliente más y por el hecho de que nunca he tenido a un cliente árabe no significa que sea
raro.

Carlos asintió- Yo espero que no te dé calabazas, si sus amigos buscaron a la duquesa es porque
ese tipo no se conforma con cualquiera y si tan perfecto es, lo tendrás difícil por muy sexy que
seas.

-Ya veremos, querido amigo.

La llegada a uno de los hoteles más lujoso de Londres hizo que me sintiera nerviosa y no sabía si
era porque nunca tuve que hacer este tipo de acuerdo o por el ambiente, no era el único árabe
que había en la sala, de hecho esto parecía una fiesta solo para ellos.

Reconocí a uno de los hombres que me visitó ayer el cual me hace una seña con los ojos al tal
Amir, mi vista recorre esa señal y se detiene en el corpulento y alta forma de aquel ser, su perfecta
barba y su rostro tan bien perfilando hizo querer dar marcha atrás y olvidarme de esta locura, pero
luego me recuerdo a mi misma quién soy y mis pies inician los pasos hacia ellos. Él estaba
hablando con el señor Smith, uno de los empresarios más reconocidos del país.

-Buenas noches-interrumpí su conversación llamando la atención del árabe y del inglés el cual me
sonríe mientras su rostro se arruga.
Viejo asqueroso.

-¿Cómo está su esposa?—pregunté mientras tenía a

una jovencita de veinte años a su lado.

-Pensé que estaba divorciado- sonó esa voz tan masculina y firme provocando que lo mirara.

-Al parecer el señor Smith se quedó sin hablar, típico de estas situaciones incómodas— añadí.

Amir me miró y juro que su mirada negra me examinó

de arriba a abajo intentando darme una nota.

Del uno al diez ¿Qué nota me habrá puesto?

-¿Tengo el aprobado? Interrumpo su mirada y esta vez me mira a los ojos.

-Por supuesto y con honores.

Sonreí discretamente y después nos quedamos solos, al parecer el empresario inglés se molestó
por ser pillado in fraganti y me imagino que este árabe era importante para sus negocios.

—Encantada, soy Lauren— extendí mi mano, pero este la miró antes de aceptarla.

—No suelo aceptar la mano de nadie excepto la de mi

hermana, mi esposa o mi madre. ¡Genial! Chasco por no informarme de las costumbres de


este tipo.

-No hay problema, de hecho eso dice mucho de un

hombre.

Volví a sonreír y luego miré de lado para evitar sostener

su mirada.

-Me llamo Amir.

- Mucho gusto, ah y lo siento por arruinar su conversación con el señor Smith, pero detesto que
estos viejos caminen de la mano con chiquillas de veinte años teniendo a sus hermosas esposas en
casa.

Me volvió a examinar.

-Creo que me hiciste un gran favor al interrumpirnos, y sobre lo otro pienso que no hay acto más
gratificante que caminar cogido de la mano de la mujer de uno, da igual donde pero siempre
juntos.

Lo tenía claro, era muy difícil de seducir si no aceptaba ni tocar mi mano, su forma de expresarse
demostraba lo maduro que era.

TRES

La noche era larga y ese momento con Amir dio por finalizado al acercarse otro empresario
dispuesto a caerle bien para invertir.
Mientras tanto me alejé de él, pero sin perderlo de vista, lo tenía a centímetros de distancia, pero
cada vez que podía lo observaba como si fuera una adolescente que miraba a su amor de la
secundaria.

Mi imagen captaba las miradas de muchos, pero no la del hombre que quiero que me mire,
muchos alzaban la copa para brindar conmigo desde la distancia, pero Amir solo conversaba
mientras su semblante era serio y a la vez amigable.

-Es triste ver a una mujer como usted sentada tan sola - se acerca un hombre a mí.

-¿Quién le dijo que ando sola?

-La estuve observando desde que se sentó cerca de la barra.

-Salud por usted, me descubrió— sonreí.

Lo miré sensualmente mientras este idiota babea por cómo crucé las piernas.

-Creo que iré a tomar un poco el aire, aquí dentro hace mucho calor.

Tenía que armar un plan B para llamar la atención de

Amir.

Y es que se me ocurrió repentinamente al verlo salir a la terraza.

Fingí no verlo y miré a las preciosas vistas que nos regalaba la noche hasta que sentí unas manos
posar por mi cintura.

El tipo de antes.
-Vamos nena, lo deseas tanto como yo.

-Suéltame, no me toques-le pedí, pero este insiste y eso me viene de perla. - Estás muy buena.

Entonces la figura de Amir lo empuja para alejarlo de mí y este me pregunta si estaba bien
mientras unas lágrimas falsas salen de mis ojos.

-Señor Al Malik, no es lo que piensa- se justifica ese

hombre.

-Lárgate y aprende a respetar a las mujeres.

Al quedarnos solos se gira para tenerme de frente y vuelve a cuestionar la misma pregunta de
antes y esta vez negué.

-Lo siento, pero ese tipo quería...- me interrumpe.

-Está bien, cálmese.

Asentí mientras mis manos temblaban y esta vez sí y que era de verdad, porque su olor me azotó
con tanta intensidad que me dejó tiritando, tan masculino, tan caballeroso.

-Creo que debería pedirme un taxi e irme de aquí.

-¿Un taxi?

Volví a sentir.
-Te puedo llevar, de todas maneras iba a ir a regresar al hotel, por esta noche fue suficiente.

Y bingo, pico y esta era mi oportunidad y espero no equivocarme.

Los segundo vuelan al caminar a su lado, él mantenía

distancia mientras me moría por reducir ese trayecto.

-Me di cuenta de que muchos hombres la han estado cortejando esta noche-su voz sonó nada más
entrar a su carísimo coche.

Vaya y yo que pensaba que se había olvidado de mi presencia después de esa extraña
conversación.

-¿Usted estaba entre ellos?

Este mostró su perfecta e insuperable sonrisa.

-¿Está coqueteando conmigo, señorita Lauren?

Si se acuerda de mi nombre es porque interés tienen.

-Para nada, solo estoy preguntando, señor Amir.

-Pues déjeme decirle que no lo parece.

Le mostré esa sonrisa que dice Carlos que cautiva y este se detuvo para mirarme.

-¿Tal vez el que coquetea conmigo con esa mirada sea usted?
Este carraspeo y después encendió el motor del vehículo

haciéndolo rugir con fuerzas.

-¿Supongo que es la primera vez que sube a una mujer en su auto y que no sea su hermana, madre
o esposa si es que la tiene?

-Está en lo cierto.

-Siempre estoy en lo cierto.

Volvió a curva sus labios para dejar ver esos hermosos hoyuelos. ¿Cuántas han sido ya? Desde que
entramos en su auto no ha hecho más que sonreír por mis sugerencias y si fuera otro hombre ya
se habría lanzado a devorarme la boca.

-¿Estará mucho tiempo en Londres?

-Un par de semanas, de hecho le dije a mi asistente que me buscara alguna guía turística para que
me lleve a conocer lugares maravillosos de Londres y por el momento me trajo a un señor de
sesenta años.

Solté una gran carcajada por lo que había oído y no es para seducirlo ni nada, todo lo contrario
odio el sonido que causa mi garganta al reírme, pero no podía controlarla por su comentario.

-Sí me deja podría ser su guía, y será a su manera sin tocarnos las manos accidentalmente ni nada
por el estilo.

Tenía que intentarlo.

-Me parece buena idea.


Oh sí, resultó mi intento.

-Vale, pasaré por usted mañana a las 10:00 a.m.

-¡Perfecto!

No podía creer que su perfección iba más allá de no tocar la mano de otras mujeres que no sean
de su familia, ahora no solo se trataba de terminar un trabajo pagado, sino que la curiosidad de
saber que hombres como él y según sus amigos dicen y por lo que he visto existen de verdad o no.

CUATRO

No estaba segura a ciencia cierta de que era como sus amigos me contaron de él o realmente era
una estrategia para hacerse el santo, tenía que averiguarlo como dé lugar y la única manera era
haciendo mi trabajo.

-Entonces nada de nada- repite Carlos.

-Nada, ese hombre es diferente a lo que conocí hasta ahora. Te puedes creer que ni me dio la
mano para presentarse.

Carlos me había llamado por la mañana temprano para cotillear y es que no había mucho cotilleo
porque no pasó nada, después de dejarme en casa este se despidió cordialmente y luego me salí
de su auto.

—Te encuentras que en su cultura las únicas mujeres que pueden tocar son...- termine la frase.

-A sus madres, hermanas y esposas, pero sabes sabio amigo, no todos los árabes cumplen las
normas de su cultura.
-Esto está claro, cómo en otras religiones que no todo el mundo va a misa y no dejan de ser
creyentes, pero sabes que, duquesa, pienso que es bonito así ¿no?

Para que Carlos halague estos tipos de actos es difícil y

para eso tiene que haberle gustado.

-Creo que empezaré a hacer lo mismo a partir de ahora, nada de dar la mano a otras mujeres que
no sea mi madre, hermana no tengo, pero te pongo en su lugar y esposa tampoco tendré.

-Tú lo tienes fácil-nos reímos porque él sabía a lo que me refería.- Al menos saque algo bueno de
la fiesta de anoche, ser su guía turística.

-¿Cómo lo conseguiste?

-Un poco de actuación y suerte.

-Ya nada me sorprende de ti, amiga.

En este trabajo los principios no valían nada, tener moral o dignidad era no poder cubrir las
facturas y eso a estas alturas de mi vida no lo podía permitir.

-Buenos días, señorita Lauren, bonita mañana- dice nada más verme mientras examinaba su
anatomía.

No sabía ¿qué le sentaba más bien el atuendo típico de su país o la ropa occidental que lo hacía
ver más atractivo de lo que había visto ayer?

-Buenos días, señor Amir, así es una linda mañana para


visitar el parque Battersea Park.

- Ordene que un chofer se hiciera cargo de transportarnos a los lugares que le indique usted,
señorita Lauren.

Asentí y después nos adentramos.

-Hábleme un poco del lugar donde me lleva.

-Bueno para mí es el mejor parque de Londres, ya que nos ofrece muchos secretos entre otros la
fauna y mucha diversión presiento que será una experiencia que se lo hará pasar en grande, señor
Amir.

-Soy hombre de mucha fe, señorita Lauren, por eso pienso que será como usted dice ser.

Normalmente los hombres que me visitan caen con solo una mirada atrevida, pero creo que con
este voy a necesitar más que eso, ya que su distancia y la forma de tratarme supera a la
caballerosidad.

-¿Qué tendría que hacer, señor Amir para que se sienta más cómodo y no haga tanta distancia
conmigo?, no muerdo.

Sus ojos posan sobre los míos y sentí una oleada de calor, junto a su fresca fragancia hundió no
solo mis fosas nasales, sino mis pulmones y le quito el valor al oxígeno.

-¿Quién dijo que no me siento cómodo? ¿O es que necesita más confianza que una sonrisa o
eliminar las formalidades? Y no es que teme su mordedura, señorita Lauren.

-No es eso, pero parece como si tuviera la rabia y temiera acercarse y si ya veo que no le da miedo
una simple mordedura, sé que piensa es que es inapropiado.

Dejé de mirarlo para contemplar el hermoso lago del


lugar.

-¿Y qué es para usted lo inapropiado?— su voz sonó nuevamente haciendo que esa pregunta me
dejará pensativa. -Recuerde que cada uno lo interpreta de diferentes maneras.

-¿Y usted cómo la mira?-

conteste con otra pregunta.

-No se atreve a contestarme o no sabe cómo hacerlo. Ayer me demostraste tu valentía al delatar
frente a mí a uno de los empresarios más veteranos del país, el Sr. Smith.

Y es que no tenía palabra para describir que sería lo inapropiado para mí, si soy la definición
perfecta de la palabra en sí.

CINCO

Las horas pasaron y él parecía estar divirtiéndose, pero lo que más me gustó de la mañana fue
cuando empezó a alimentar a los cisnes del lago y él en medio de ellos.

-Antes hemos estado hablando de lo inapropiado, pero poca respuesta recibí de usted, señorita
Lauren- volvió al tema de antes.- Y que me dice de lo apropiado, ¿qué sería para usted lo
adecuado?

Tome una calada de aire y respondí con firmeza.


-Lo que no dañe a otras personas, lo apropiado sería hacer cosas las cuales nos sintamos cómodos
sin esperar expectativas altas de nadie. En resumen dejarse llevar y ser feliz.

Este curvó sus labios y asintió mientras oía lo que decía.

-Buena respuesta, señorita Lauren.

Le mostré una sonrisa triunfante y después él dejó de mirarme y eso me dio a entender que
estaba dispuesto a cortar cualquier tipo de contacto e incluso el visual.

-Ha sido una mañana agradable, nos vemos pasado mañana-se despidió formalmente, pero antes
de cerrar la puerta del auto su voz me detiene. -Señorita Lauren, deseo que la próxima vez me
facilite su número bancario — fruncí el ceño y todo en mí se erizó, Amir al ver mi reacción aclaró la
situación. - Para pagarle su tiempo por mostrarme la ciudad.

Entonces mi cuerpo se relajó y contesté.

-Ah no se preocupe, tómeselo como amabilidad de una inglesa que no tiene nada que hacer en las
mañanas-le mostré mi sonrisa.

Este mojó sus labios y dejó sonar una hermosa y conquistadora sonrisa.

—Gracias por tu hospitalidad pero insisto.

Le dediqué una mirada tan seductora que su sonrisa desapareció repentinamente de la manera
que llegó.

-Hasta dentro de dos días, señorita Lauren.

-Hasta dentro de dos días, señorita Lauren.

La situación se estaba volviendo difícil, y es que ni siquiera hubo un roce malintencionado y él es


tan serio cuando se lo propone que corta el rollo a cualquier mujer que se le quiera acercar.
-Nada, no hubo nada más que conversaciones formales - digo a Carlos al día siguiente mientras
dejaba caer mi cuerpo en la silla de mi escritorio.

-Sí que es perfecto.

-Anda ya, no hay hombres perfectos.

-Eso es lo que te quieres creer para seguir manteniendo ese caparazón que creaste de escudo para
no dejar entrar a nadie a ese lastimado corazón.

-No amigo, no es porque esté lastimado, sino que no es

apto para nadie, no soy apropiada para ningún hombre,

solo soy utilizada para sus deseos sexuales y listo.

-Duquesa, eres más de lo que piensas, y no lo digo porque eres mi amiga y mi jefa, que también se
ríe No, en serio Lauren no todos los hombres son como tus clientes.

Todo estaba tan calmado a mi alrededor que mi mente empezó a pesar en Amir, en sus ojos, en
sus labios y en su forma de expresar las cosas con gestos que hasta ahora me fascina, pero luego
sacudí la cabeza e intenté sacar tal recuerdo de mi mente, soy la duquesa y no me enamoro de
nadie excepto de mi misma.

-Siento decirles señores, que su amigo es más reservado de lo que pensé, estoy haciendo todo lo
posible por acercarme a él, pero créanme que es difícil porque no se deja.

Los hombres que me contrataron para seducir al árabe volvieron a buscarme.

-Entonces no está haciendo su trabajo como es debido, duquesa.


-No me puedo lanzar sin más, se espantará.

-Debe intentarlo, y si no se deja llevar por su hermosura entonces buscaremos la manera de


hacerle caer.

Alce las cejas y me dejaron desconcertada. Ellos estaban dispuestos a desafiar la ética o tal vez es
solo su forma de pensar la de Amir de no tener nada fuera de las reglas de

su cultura.

-Bien, como dije el primer día, ustedes pagan, será como deseen.

Llegué a la conclusión de que mañana al ver a Amir tenía que lanzarme y estoy segura de que me
llevaré el peor corte de mi vida, pero esa era la orden.

SEIS

Cometer errores no nos hacen personas imperfectas, al contrario es parte de la naturaleza del ser
humano fallar en ocasiones y es un proceso de lo más común, pero mucho no lo ven de esa
manera.

-Tome la iniciativa de llevarlo a conocer la torre de Londres, ya que es exquisita visitarla a esta
hora de la mañana.

Parece no haber pasado una buena noche, sus ojos

dejaron ver lo cansado que estaba y aun así acudió a la

cita prevista.
-Me parece buena idea, señorita Lauren.

-Por favor, solo llámame Lauren, es que me siento rara al oírlo tantas veces.

Este asintió y después el chofer inició el trayecto. -¿Está usted bien?—pregunté.

-Cansado, una noche agotadora.

Vaya, podría pensar muchas cosas que lo hubieran dejado exhausto, pero mi mente sucia le quitó
sentido al pensar la otra parte de mí, estamos hablando del árabe que quiere hacerse pasar por la
perfección.

-Trabajo acumulado- aclaró la garganta e informó al verme pérdida en mis pensamientos.

-Lo imaginé-mentí con una sonrisa ágil.

Hoy iba a ser diferente a los dos últimos encuentros, tenía que lanzarme sin esperar a ser recibida,
pero también estaba dispuesta a colocarlo en su sitio si me rechazaba.

-La torre de Londres fue sinónimo de terror durante años, debido a que se trataba del lugar donde
encerraban a todos aquellos que ofendían al monarca, muchos malvivieron en condiciones
inhumanas - mientras entramos dentro le voy explicando. - Y ninguno salió con vida, ya que los
torturaban antes de ejecutarlos.

Conozco la historia Tower of London-aclaró.

-Genial, entonces no es necesario seguir hablando del tema.

-No, por favor continúa.

-No tiene sentido explicar algo que ya sabe, señor Amir, pero sí me gustaría hacerle una pregunta.
-Si está en mí poder contestarla, por favor hágala. Sonreí y después procedí a preguntarle. —¿Qué
piensa sobre las mujeres en general?

Este carraspeó y luego procedió a contestar.

-La mujer es el mejor arte que creo Dios, y nosotros los hombres debemos y estamos obligados a
apreciarla por lo que es, por lo que puede hacer y que no es poco, una mujer es capaz de amar
incondicionalmente a otro ser humano, es capaz de aguantar tormentas mientras su rostro
muestra una sonrisa y pocos conocen el valor de la mujer. No es cuestión de saciar los deseos de
nosotros los hombres, sino que es saber cómo llenar esa vacío que ustedes las mujeres dejan en
los hombres y la manera más coherente es amar a una sola mujer sin estar cambiándola como si
estuviéramos cambiando una prenda de vestir.

Me quedé petrificada e incluso mi corazón se inmovilizó porque dejó de latir.

-¿Sabes cuál es la manera más común para que la mujer calme ese fuego lleno de ra

bia o cuando se da cuenta de que no puede más?

Negué sin moverme del sitio.

-Con lágrimas, y no por llorar se hace más débil, todo lo contrario, la fuerza de la que carece una
mujer es superior a la del hombre, una resistencia que yo como hombre no tengo.

-¡Vaya! Señor Amir me dejó sin palabras, su forma de describir a nosotras las mujeres es hermosa,
nunca había oído a un hombre hablar con tanto sentimiento de una mujer. Su esposa debe de
sentirse orgullosa de tenerlo.

Eso último fue añadido para asegurar al cien por cien de que no estaba casado, ya que no confío
mucho en esos amigos que tiene.

-Algún día, espero.

Confirmado es un solterón de oro.


Mientras caminamos en silencio hacia la torre blanca, fingí tropezarme y este fue acercarse a mí,
pero detiene sus pasos antes de tocarme.

-¿Estás bien?

-Creo que me lastimé el pie.

Y entonces nos miramos para luego ofrecerle mi mano pidiendo ayuda, este tardó en aceptarla,
pero luego lo hizo y cuando sentí su piel encima de la mía un huracán lleno de electricidad nos
azotó a ambos, mi pecho quería salir de su sitio, porque mis latidos se escuchaban a kilómetro y es
que Amir despertó en mí lo que solo una persona hizo en su momento, rompiendo esa coraza que
envolvía mi pecho para que nadie llegara a mi pobre corazón.

El tiempo se detuvo inesperadamente y sin esperar más, lo bese, bese esos labios tan pero tan
suculentos dejando mi boca helada y a la vez ardiendo.

SIETE

Era alucinante sentirse besar por tal hombre, su forma de dejarse llevar por mis labios me dejó
más claro que su madurez no solo la carece en aspecto físico y mental, sino en saber cómo
dominar sin hacer nada.

-Ya no juegues más, Lauren- se separó de mí.

Su mirada se volvió fría y arrogante.

-El cazador no siempre caza a la presa— anuncie llevando la vista a sus ojos.
- Y no todo cazador se deja cazar tan fácilmente y que la presa no suele actuar con inteligencia
ante la adversidad del cazador

Mi boca formó una perfecta "o" mientras esté tomaba distancia.

-No creo en los hombres que dicen ser fieles a una sola

mujer, al igual que sé que tienes debilidad y conmigo

la sientes a tal punto que te alejas para seguir teniendo

poder sobre ti.

-A pesar de todo soy un ser humano y claro que tengo debilidades, pero eso no signifique que no
tenga principios, ya te dije que no considero a las mujeres como prendas de vestir, no me gusta
usarlas y luego deshacerme de ellas.

-Lo siento señor Amir, pero no soy virgen para estar reservándome al hombre que según las
culturas existentes a lo largo de la historia debe de ser para el esposo.

Amir frunce el ceño.

-Nadie está hablando de eso.

Suspire.

-Creo que es mejor no seguir con su guía turística, las cosas se nos han salido de control.

-Ahí está el claro ejemplo, cuando las cosas se complican lo único que sabéis hacer es huir.

-¿Y qué quieres que haga? No somos nada, apenas nos conocemos y tú te has lanzado a mis brazos
en menos de tres días.
Chasco para la duquesa, un árabe multimillonario me rechaza como si no le hubiera gustado estar
encima de mis labios.

-No soy el hombre perfecto ni pretendo serlo, pero quiero respetar y ser respetado en todos los
sentidos, solo mi mujer podrá estar conmigo y estaré a su merced y créeme que antes no era así,
pero las circunstancias de la vida me cambiaron a tal punto que no quiero rollos de una noche y no
es mi forma de pensar no es solo por mis creencias ni por mi cultura, sino que las cosas van más
allá de lo que puedas pensar.

Mi trabajo estaba hecho y fin de la historia, ahora entiendo que la perfección tiene un nombre y es
una mala experiencia en el pasado.

—Bien, señor Amir, en ese caso creo que no hay más de que hablar, ah y discúlpeme por aquel
beso tan tonto.

Él me miró y no dijo más, mientras caminaba en busca

de la salida.

OCHO

Que tan malo lo había hecho para que él no quisiera verme más, ¿debería considerar sus palabras
tan llenas de respeto y alejarme de esta seducción la cual me va a llevar a la locura?

-Se acabó, no voy a seguir con el contrato.

-¿Tan malo fue?


-Todo lo contrario, aunque le haya robado el beso, su forma de hablarme, el tacto que tuve fue tan
extraño que no quiero terminar huyendo porque la Lauren de años atrás vuelva nuevamente y
no... ya sabes lo que pienso de tener sentimientos.

Carlos presiona los labios y asiente. -Entiendo que este cliente no es como los demás.

-Joder, claro que no es como los demás, sus amigos se la están jugando y los demás buscan mis
servicios ellos mismos.

Suspire.

-Tenías que oírle cómo describió a la mujer. Fue tan tiernas sus palabras que aún no me
abandonan la mente.

Volví a suspirar.

-¿A la duquesa le está siendo difícil seducir a un hombre? ¿Te rindes?

Alce la mirada para mirar a Carlos.

-Si esos árabes te eligieron a ti es porque saben lo buena que eres en tu trabajo.

-¿Qué sugieres?

-Búscalo en el hotel, usa la excusa de disculparte y colócate una de tus mejores prendas de
seducción y déjale ver lo que se está perdiendo.

-Es muy arriesgado.

-¿Miedo?

-Nunca fui rechazada y serlo ahora por Amir creo que me sentiría muy mal.
-Le estás dando importancia a un trabajo que no lo tiene.

-Tal vez porque mi trabajo es satisfacer a los clientes y con este no lo estoy consiguiendo, mejor
dicho con sus amigos.

-Pero si el tío es un santurrón tú no tienes la culpa, a la mierda los amigos.

-Lo intentaré una vez más y si no cae pues lo dejaré.

-Tu misma, duquesa.

A lo mejor muchos piensan que dedicarme a lo que me dedico mis principios no tienen valor y en
el fondo eso no es así.

No estaba dispuesta a dejarme llevar por su belleza ni mucho menos por sus palabras, al fin y al
cabo mi trabajo no consistía en eso.

Doy placer de la manera que el cliente me lo pida, pero con normas, a pesar de todo no soy
muñeca de nadie. Si siguen mis normas, yo sigo las suyas y el disfrute es conseguido.

-Mamá, no te voy a dar más dinero para gastarlo en apuestas, lo siento búscate un trabajo y
satisface tus vicios ya bastante tengo con las deudas que me dejaste sobre mis espaldas.

Hablo con ella por teléfono mientras me preparaba para hacer un nuevo intento con Amir.

-Pues si no puedes trabajar, no juegues más o busca ayuda de una vez, pero yo ya no puedo más
con todo.

Añadí y después colgué.


Decidido me iba a presentar al hotel donde se hospedaba, ¿qué excusa le iba a poner?, pues ni
idea, pero algo se me ocurrirá al llegar ahí y tenerlo de frente.

Mi vestimenta consiste en ropa interior muy provocativa, y encima de este llevaba un vestido no
tan ceñido al cuerpo y unas sandalias de tacón con el cabello suelto y un intenso labial rojo.

Si su beso y ese simple tacto dejaron mi piel una sensación extraña, no sé qué le sucederá a todo
mi cuerpo si al final consigo tenerlo entre mis piernas teniendo sexo.

Nunca, pero nunca ninguno de mis clientes había causado este efecto en mí hasta que apareció
Amir.

Caminaba totalmente nerviosa por no saber cómo reaccionaría al verme ahí parada frente a la
puerta de su habitación, no sé cómo será su recibimiento y eso es lo que más me preocupa
después de esa despedida tan fría, ahora me puedo esperar cualquier cosa.

Solté el aire que mis pulmones retenían al acercarme a la habitación de Amir y después toque la
puerta sutilmente y esta no se tardó en abrirse para dejar ver al hombre que corta mi aliento, que
dilata mis pupilas y que acelera las pulsaciones de mi corazón.

-Lauren- dijo mi nombre sorprendido mientras le mostraba una ligera sonrisa.

NUEVE

Amir.

Muchos dicen que mi semblante no es más que una fachada donde escondo mi verdadero yo.

La realidad de mi vida es otra, he sido el mayor cretino que ha existido sobre la Tierra, jugué que
muchos corazones y cuando me di cuenta de que nada me llenaba decidí parar, dar un cambio a
mi vida y dejar atrás todo lo que hasta ahora quedó en el pasado y me hice un hombre de bien,
con principios y valores donde doy importancia a mis creencias y cultura y admiro como mucho
respeto a las mujeres.

No deseo pasar una noche con una y mañana buscar a otra, no quiero diversión que dure solo
unos minutos, mi prioridad era encontrar algo o mejor dicho a alguien que llene mis días de
locuras, de magia y sobre todo de esas emociones que anhelo tanto sentir.

Ayer noté en mí que algo estaba siendo extraño al tener a Lauren tan cerca y con ese beso que me
robó el cual recibí, incitó en mi ser al hombre que dejé en ese pasado. No quiero lastimarla, no
quiero usarla y después desaparecer, al contrario lo que pretendo es intentar que ella se dé
cuenta de que con tocar la mano o ese beso tan provocando no iba a llegar conmigo a nada más
que un adiós, pero ahora que la tengo frente a mí, mirándome con esa mirada y esa sonrisa tan
sutil mi sangre dejó de circular por mis venas.

-Señor Amir, ¿podemos hablar?

Soy una persona reservada, no me gusta contar mis cosas a mis amigos ni a nadie que conozca, mi
pasado solo me pertenece a mí y no tengo que dar explicaciones ni tengo la necesidad de
desahogarme con nadie porque desde entonces entendí que amigo es uno mismo.

-No es buena idea-carraspeé y ella insistió hasta

conseguir su objetivo.

Su vestido corto y sus andares despiertan en mí un deseo que intenté olvidar.

-No me ofrecerá nada para tomar.

Caminé hasta la mesa de la suite y le ofrecí un jugo de limón.

-¿Tampoco bebe alcohol?

Negué.
-Está bien, gracias.

-¿Y bien?

-Señor Amir, vine hasta aquí para ofrecerle una disculpa, creo que no fue apropiado besarle.

Pase la mano por la barba y después aclare la garganta.

-Así es e incluso estar aquí no es apropiado.

-¿No confía en sus instintos primitivos, señor Amir?— me provoca con esa voz seductora.

Moje mis labios y después mordí mi labio inferior, ella sonríe y después se alzó del sillón donde
estaba sentada para acortar la distancia.

-Contéstame, señor Amir.

Solo la miré de cerca y mis ojos estaban clavados en su mirada.

-Me desea tanto como yo a usted, y sabe que no me importa y ni me preocupo si estamos
haciendo bien o no, solo dejémonos llevar y le aseguro que querrá repetir conmigo todas las
noches.

Por más que mi cuerpo se mantenía rígido, ella se acercaba más y más, estimulando mi conciencia
con esos lindo y jugosos labios que me piden a gritos que la tome entre mis brazos y le haga sentir
cosas que nunca nadie le habrá hecho vivir entre las sábanas.

-Estás jugando con fuego- advertí tensó.

-Quiero quemarme, señor Amir.


-No quiero quemarte, no quiero quemarme contigo.

-¿Por qué?- su voz salió en forma de súplica.

-Sufrirás, te enamoras y luego desapareceré.

Sus manos que habían empezado a enredar mi cuello dejaron de acariciarme al oír lo último que
dije.

-Tan altivo que es usted, señor Amir-—su mirada dejó de ser la misma de antes.

-Querías jugar conmigo, pero la que saldría lástima sé

que serías tú.

-Su soberbio le hace creer cosas que le aseguro que es imposible, yo no me enamoro de nadie, mi
corazón solo es mío y no se lo entregó a nadie así que bájese de ese pedestal señor Amir y si
quiere follarme hazlo sin más.

Fue tan excesivo su forma de hablarme que se olvidó

que se estaba vendiendo a sí misma y suplicando por un

placer que tal vez no sea bueno para ninguno de los dos. -Sé que su cultura es diferente a la mía,
sé que hay reglas y que no quiere romperlas, pero nadie es perfecto

- volvió hablar.

-No soy perfecto ni pretendo serlo.


Aclare y mi aguante llegó a término cuando me di cuenta de que su vestido desapareció de su
cuerpo dejando ver esa lencería lucir en su deslumbrante cuerpo.

-Tan fuerte y tan débil a la vez— su voz excitada se hace escuchar de nuevo.

-La debilidad no es mala si se sabe cómo llevar, Lauren.

Di dos pasos atrás y tomé algo de distancia.

-Si desea tanto estar en mi cama, debes demostrarme que la fuerza no es de valientes, y que la
debilidad no es de cobardes.

Me miró sin entender nada.

-¿Cómo narices le demostraré lo que me pide?

-Tu inteligencia debe de ir más allá de tu belleza.

Ella debe razonar que tener sexo sin más es llenarte de un vacío que a la larga pasará una factura
difícil de asumir.

Era simple, es de valientes demostrar y rendirse cuando

quieres algo que se te resista y ser débil no es tener

miedo o considerarse menos fuerte, sino ser consciente que no hacer tal cosa es porque no nos
conviene y eso es ser más fuerte de lo que uno puede llegar a imaginarse. Lo duradero y admirable
es querer algo que nos haga ser

mejores de lo que queremos ser o pensamos que somos.


Y si estoy sumamente excitado, pero soy débil ante las adversidades y ahora mismo no me
conviene follarla sin y más, solo sé que la espera valdrá la pena.

DIEZ

Lauren

Todo lo que tenía que hacer era seducirlo y acostarme con él, sin más, pero las cosas se
retorcieron a tal punto que no sé si terminar con ese maldito contrato o desafiar al árabe que se
cree que no soy capaz de demostrarle lo que me pidió, sé que ante los ojos de otros hombres no
soy valorada por lo que me dedico, pero tengo orgullo y es más poderoso que cualquier otra cosa.

—Ya les dije, señores que su amigo no es tan santo como les hace creer, al parecer tuvo un pasado
bastante involucrado con mujeres y ahora no sé si está fingiendo o realmente cambió-les explicó a
los que me contrataron.

-Es imposible, duquesa, somos amigos desde hace años y nunca nos habló de haber estado con
mujeres y mucho menos de su pasado- dice uno de los árabes.

-Tanta confianza no os tendrá, señores.

-Miré duquesa, los días han ido pasando y no hubo resultado respecto a su trabajo, así que en vez
de dar su opinión sobre nuestra amistad mejor céntrese en lo que sabe hacer, seducir a hombres y
del resto nos encargamos nosotros.

Me tensé porque me sentí molesta por sus palabras, pero

no dije nada al respecto.


-Continuaré con este trabajo para demostr a Amir que no va a ser él quien me rechace, pero lo
hago por un desafío personal y no por su maldito contrato.

-Sea como sea, concluya ya esa maldita seducción.

Añadieron y se fueron mientras mi mirada se quedó perdida en su partida.

Las cosas se estaban empezando a complicar, nada era tan fácil como creí al principio y Amir me
retó y no podía hacerme la débil después del encuentro de ayer.

Días después...

-¿Cuál es tu plan?-preguntó Carlos mientras terminaba de negociar con un cliente.

-Hay una cena de empresarios que cerrarán acuerdos a nivel internacional con otros empresarios,
Amir estará ahí y le pedí a un amigo que me llevara como su acompañante.

-¿Le vas a dar celos al árabe?

-No, pero le haré entender que si no se acepta el pan cuando se le ofrece, no pretenda comérselo
después cuando lo está teniendo otro.

A Carlos no le pareció buena idea, así que no preguntó mucho. Solo se limitó a hacer lo que le dije
y después regrese a casa para prepararme para esta noche.

¿Cómo mierda le iba a demostrar ser tan fuerte y débil a la vez?

La caballerosidad de mi supuesto amigo es tan evidente que sus manos se pasan de la raya, pero
era la única manera de que él me llevará a esa cena, así que cada vez que siento su tacto mis ojos
se cierran y pienso en quien no debería, imaginándome como sus grandes y masculinas manos
dibujan un sendero en mi piel.

-¿Está bien?- cuestiona Sergio.


—Si— abrí los ojos de golpe y salí de esa burbuja que había formado mi mente a mi alrededor.

-Entremos- me sostiene de la cintura mientras nos abrían la puerta desde dentro, mientras un
camarero nos recibe con una cálida bienvenida.

-Buenas noches, señores- la voz de Sergio se hizo sonar entre ellos causando que todos nos
miraran incluida la mirada oscura de Amir, lo examine con la vista y deje caer una leve sonrisa
provocativa que provocó en él una seriedad que al momento de llegar no tenía, ya que sonreía con
uno de los empresarios que estaba sentado frente a él.

-Buenas noches, señor Brown-saludan los presentes a Sergio.

-Déjenme presentarles a Lauren- sonreí y ellos me hicieron lo mismo hasta que escuché a alguien
decir lo hermosa que era, alce la mirada y era uno de los hombres que estaba cerca de Amir.

La mirada tan intensa que me dedicaba era tan profunda y fuerte que si las miradas mataran ahora
mismo estaría muerta y enterrada.

Tomamos asiento frente a él y sus ojos dejaron de observarme para concentrarse en la


conversación que estaba manteniendo antes de que entráramos.

Sergio retiró un mechón que caía sobre mi rostro para luego ponerlo detrás de mi oreja, en ese
instante creo que el tiempo se detuvo al sentir que estaba traicionando al hombre que tengo
delante, pero ¿por qué? Si solo era un cliente y nada más.

Sonreí incómoda y después este susurró en mi oído— soy el más afortunado de todos, eres la
compañía más hermosa que está sentada en esta mesa.

Ese acercamiento y Sergio sonriendo, llamó la atención de Amir y él no dudó en interrumpir el


momento para hablar con él.

-Señor, Brown ¿qué puede aportar su empresa a la sociedad que tal vez acepte con usted?
-Oh señor Al Malik, muchísimas cosas positivas, estabilidad publicitaria, las publicaciones atraerán
a más clientes será la guirnalda del pastel, atraerá más clientes y sobre todo las ventas de ambas
empresas subirán y el beneficio será aún mayor de que ya tenemos trabajando por separado.

-Realmente no estoy muy convencido— contestó Amir y después dejó de mirar a Sergio para
continuar hablando con el empresario que había a su lado.

Después de una rica cena, decidí abandonar la mesa para salir a la terraza a tomar un poco el aire,
había mucha tensión entre nosotros y empezaba a ser evidente.

-Cuando dije que me demostrarás ser fuerte y débil a la vez no me refería a dejarte ver con otro
hombre-la voz de Amir suena a mis espaldas.

ONCE

Amir

Una de las emociones que más detesto son los celos, un sentimiento que me hace ser diferente al
Amir que soy para convertirme en un Amir que nadie quisiera conocer, el autocontrol es uno de
los factores que más control tengo, pero descubrí que con esta mujer no soy quien quiero ser.

-Cada quien lo lleva a cabo a su manera y para llamar su atención tenía que presentarme con otro
hombre, pues bien aquí estoy.

-¿Y dónde quedó tu valor?

-El valor no lo es todo, señor Amir. Hay cosas que son más fuertes que mantener la dignidad-
aclaró ella.

Sus palabras estaban llenas de intriga, sé que quería transmitir algo, pero ¿el qué?
-No voy a discutir por algo que no me incumbe, pero si se siente bien con el hombre que te sujeto
de la cintura, entonces solo me queda decirte que pases una hermosa velada.

No estaba dispuesto a darle importancia a algo que nunca debió de crecer entre nosotros, no
estoy enamorado, pero siento rabia por no controlar lo que no tenía que molestarme.

-Tampoco me quiere como diversión, total solo está de paso por este país.

Su habla me detiene.

Volví a girar para mirarle desde la distancia. -No necesito diversión, no la quiero ni tampoco la
deseo y esa es mi decisión antes de que aparecieras, Lauren.

-No le creo-su voz sonaba ahogada.

-¿Qué? - mi rostro se mostraba molesto- Me creas o no eso no tiene importancia.

-No puede ser tan perfecto- retira unas lágrimas de sus ojos.

-Ya te dije que no soy perfecto, no lo pretendo ser y tú, Lauren solo has complicado las cosas.

No dijo nada.

-No sé por qué esa manera tan insistente de acariciarme, de tocarme y tener... ¿Acaso estás tú...?
— me detiene.

-No, no estoy enamorada de ti y tampoco se trata de ti, no eres más que un hombre que no tiene
deseo.

-Si eso es lo que quieres pensar, adelante pero se acabó.

-Pues se acabó- gritó y se marchó de la terraza.


La vida no se trata de desear y actuar, no es querer y obtener, al contrario, lo bueno siempre se
hace esperar, lo deseado aumenta de valor y el valor es la manera de demostrar que si se quiso,
que si se deseó, pero que no era la ocasión.

Mi viaje a Londres era trabajar y trabajar, no buscaba diversión o jugar con ninguna mujer, no
quiero tocar a nadie que no sea mi esposa, jure no volvería a pasar por la misma etapa que hace
años dejé atrás por desear y querer estar con Lauren, no solo su belleza llamó mi atención sino su
inteligencia y sé que detrás de esas sonrisas se oculta algo tan terrorífico la lastima.

-Oye, amigo en serio a todas las fiestas a las que has acudido ninguna de las mujeres que se te
insinuó te ha gustado-dice Adil mientras desayunamos en el hotel.

-No, y no insistas sobre el tema.

Lo sucedió ayer con Lauren me dejó un humor de perros, no tenía ganas de hablar con nadie.

-No te creo-interviene Hassan.

-No es necesario que lo hagas- me llevo el café a la boca. - Mi prioridad en este país es trabajar.

—Amir, siempre tan serio y único entre nosotros, impecable, sin manchas ni vida privada. Deja de
engañarnos que sabemos que estabas viendo a una que te besó y todo- habla Kamal.

Entonces mi mente se alertó al oír lo que soltó Kamal, sabía del beso que me dio Lauren, pero
¿cómo lo supo?

Muchas incógnitas se forman en mis pensamientos.

-Lo que quiso decir Kamal que te vimos salir la noche de la gala con una joven y pensamos que tú y
ella... Adil intenta corregir las palabras de Kamal.
No me lo creí, era evidente que estos tres tramaban algo

y estaba dispuesto a descubrirlo.

-Mm... ya- hice como que me lo creí. - Chicos hoy no estoy para nada, ni siquiera para vosotros, así
que regresaré a la habitación a terminar lo que tengo pendiente y en la tarde veré al señor Smith.

-Pero Amir...- me voy dejando a Hassan con la palabra

en la boca.

Mientras los controladores gráficos reflejan el avance de los últimos días, mi mente empezó a
proyectar la imagen de Lauren en mi cabeza, esos labios que dejaban ver una hermosa sonrisa,
esas miradas que seduce y que no obtienen lo que deseas de mí, todo eso no deja de taladrarme
la cabeza.

-No me conviene, no es ella la que quiero, no debe de serlo-me repito una y otra vez.

DOCE

Lauren

La vida tenía que seguir su curso, tenía que arrancarme de la cabeza lo sucedió estos últimos días
con Amir, él me dejó claro que no iba a ceder ante nada, y con eso me bastó para darme cuenta de
que no todos son iguales, que no todo depende de seducir y caer, ahora sé que hay hombres que
valorar a las mujeres en todos los sentidos, sé que mi error me llevó a creer que nadie iba a
rechazarme y todo encaja en su lugar porque Amir es diferente a mí, él es un hombre que merece
a una gran mujer a su lado, a una con valores y principios, una que no le dé miedo caminar con él y
ser descubierta, él es el hombre más serio, carismático y caballeroso que jamás by había conocido
a mis veintiocho.
-¿Dónde está mi dinero?—pregunté al cliente después de terminar de hacer mi trabajo.

-En el bolsillo de mi chaqueta, y gracias, fue increíble

añadió el tipo.

Mis clientes son todos de clases sociales altas, no me

entrego por una miseria, ni vendo mi cuerpo por dos

centavos. Terminé de vestirme y salí vacía y destrozada como siempre después de cada acto.

-Duquesa, no me gusta como te veo estos dos últimos días- Carlos se acerca a mí al verme sentada
en mi escritorio extraviada en mis pensamientos.

Bufé y después me alcé de la silla-Estoy bien, no te preocupes por mí.

-No lo pareces y sé que tu estado es por el árabe- me retiene sujetando mi mano al pasar por su
lado.

-No tiene nada que ver con Amir, solo estoy cansada de

esta vida llena de nada.

-Deja este mundo, eres capaz de salir adelante sin vender tu cuerpo.

-No es fácil, las deudas que deja mi madre crecen cada día, este negocio es lo único que cubre su
vicio y sabes que mi padre está igual o peor que yo así que no puedo dejar todo a sus espaldas,
después de tanto él no se lo merece.
—Ni tú tampoco, recuerda que tomaste el lugar que no te corresponde, el de ella- me hace
recordar. -Ella podría colaborar después de todo ahora es una mujer adinerada.

-Sabes muy bien que ella reniega de todo lo que tenga que ver con su familia, además también
tiene derecho a ser feliz, y con nosotros no lo era.

-Tanto la defiendes, Lauren, ella no merece ni una compresión tuya, la familia es la que te toca y
no se cambia, pero el egoísmo de la que defiendes es más fuerte que su sangre. Tú también
mereces ser feliz y al parecer apareció el apropiado para hacerte feliz y no me digas que no.

-Si te refieres a Amir, déjame decirte que no soy ni la mitad de lo que se merece, es un buen
hombre y no puedo arruinar su imagen y más después de comprobar que era el hombre perfecto
que cualquier mujer desearía tener a su lado.

Me sentía tan fatigada que no quedaba otra que cerrar

los ojos, tomar una gran calada de aire y continuar.

-Ve a casa a descansar.

-Eso haré, estoy agotada y tal vez me sienta mejor después de haber descansado.

Le dediqué una sonrisa amigable a Carlos y después me

fui.

Recuerdo que una noche, el amor de mi vida que ahora es un ángel más me dijo, no hay cansancio
sin ser por un día productivo, si no fue un día productivo entonces no es cansancio físico sino
agotamiento del alma, y ahora entiendo sus palabras tan sabias.

La esponja de mi ducha eliminó cualquier huella que haya quedado de mi último cliente, mi
cuerpo que ahora acacia mis sábanas se sentía adolorido de tanto frotar la esponja en el, mis ojos
pesaban a tal punto que parecía que llevara una tonelada de cemento que empezaba a dificultar la
visión y estos empezaron a cerrarse lentamente.

TRECE

Amir

Una de las cosas que más suelo observar es la actitud de la persona que tengo delante, conozco a
mis amigos y sé que algo se traen entre manos y solo espero que no tenga nada que ver conmigo,
no tolero mentiras, engaños ni mucho menos que se rían de mí y si ellos lo están haciendo será
malo para los tres.

-Según tengo entendido su empresa bajó de marketing el año pasado un ocho por cierto,
¿encontró cuál era el problema?

Me encuentro en la reunión con el señor Smith, estaba a punto de firmar con él un contrato de
dos años para trabajar juntos y sacar ganancias para ambas empresas.

-Un mal trabajo por parte de uno de los equipos a cargo, por supuesto fueron despedidos.

-Ya, y que me dice el aumento de la producción de sus

productos, creo que es excesivo.

-La producción no es solo para aumentar las ganancias, señor Al Malik, de hecho muchos de los
productos ecológicos fueron donados a ONG.

-Ya veo, me interesa conocer el destino de esos productos- este me miró sorprendido-podría
colaborar con ellas.
Relajo su figura y sonrió. -Le diré a mi secretaria que se

lo pase por correo electrónico.

-Gracias-lo observé fijamente. - Decidí que el contrato sería de un año en vez de dos, dejaré
también a uno de mis hombres a cargo de todo mientras regreso a mi país, mientras tanto estaré
al pendiente de todo lo que suceda en la sociedad que nos une y la inversión será recibida después
de haber cerrado el acuerdo.

Informe de mi decisión.

-Será como usted diga, señor, pero le puedo garantizar que será la mejor inversión que haya hecho
en su vida.

-Ya veremos-terminamos la conferencia y cuando se despidió me preguntó sobre Lauren.

-Lo vi la otra noche con la señorita Lauren Evans en la terraza aunque no sé cómo llamarla Lauren
o duquesa.

-¿De qué está hablando?

-De que sé que usted contrató sus servicios y es normal...- lo interrumpo.

-Sigo sin entenderle-mi voz empezó a salir grave.

La sonrisa divertida de Smith desapareció al la seriedad en la que me dirigía a él.

-Pero usted no sabe que ella es...- se detiene mientras negué levemente con la cabeza. -Es
prostituta.
Terminó de concluir la frase y todo en mi interior se tensó y la ira de saber que Lauren me estaba
seduciendo todo este tiempo fue porque estaba haciendo su trabajo.

-La duquesa es una de las mujeres más solicitadas de Londres, muchos extranjeros y millonarios
buscan su compañía continúa explicando mientras sentía que me iba a dar un ataque de cólera.

-No necesito escuchar más, señor Smith, mis abogados se pondrán en contacto con usted.

No era cuestión de dignidad, ni tampoco de valor a estas alturas ella dejó de darle significado a
esas palabras, pero la cuestión es que me había engañado, me mintió descaradamente mientras
me pedía a gritos que la hiciera mía, y todo ¿por qué?, para ganar más fama, para chantajearme o
su propósito iba más allá de lo que ahora mismo mi mente se imaginaba.

No me lo pensé mucho y puse rumbo al apartamento de Lauren, al llegar toque la puerta y no


recibí respuesta, volví a tocar más fuerte y esta se abre me dejó divisar a una Lauren recién
levantada de dormir, sus ojos se ensancharon al verme ahí y solo se quedó observando.

-Señor Amir- su voz sonó lleno de sorpresa.

-Puedo pasar, duquesa.

Sentí como su rostro perdió color al llamarle de ese modo y comprendí que Smith dijo la verdad.

CATORCE

No dijo más, solo me dejó pasar y ella cerró la puerta detrás de mí.

-¿Sorprendida de conocer la forma que te llaman tus clientes?-me giro hacia ella que aún no ha
recuperado

la compostura.
-Amir yo sé que...

-Desde cuando dejé de ser el señor Amir— interrumpí.

Ella aclaró la garganta y acortó la distancia. —¿Qué le molesta más, él saber que soy una prostituta
o sentirse engañado?

Su pregunta sonó con fuerza y seguridad, no se avergonzaba en llamar las cosas por su nombre.

-Me importa una mierda a lo que te dediques, solo quiero saber ¿por qué a mí?

-Como me dijo una vez, mi inteligencia va más allá de mi belleza, ahora le digo lo mismo, su
atractivo es exquisito— muerde su labio. —Pero yo no hago mi trabajo sin ser antes contratada, ¿y
quién quería pagarme para seducir al árabe?

-Y quien me dice a mí que no lo has hecho para chantajearme o tenías algún plan en contra de mí.

-Mi vida no depende de atrapar a ningún millonario, soy capaz de salir adelante por mis propios
medios y no necesito el dinero de nadie. No hay hombre existente o que viva para tenerme así que
NO ES NADA DE LO QUE PIENSA, señor Amir.

-Dime quien te contrató.

-A pesar de todo, no soy de revelar los nombres de mis clientes, pero le daré una pista, busqué a
los que piensen que es usted perfecto.

Entonces la imagen de esta mañana con mis amigos me viene a la mente y deduje que fueron ellos
por eso Kamal dijo tal cosa de Lauren.

No merecía tal acto de los que consideraba mis amigos, no tenían derecho de hacer o decidir
sobre mi vida y eso no estaba dispuesto a dejarlo pasar.
-Mis amigos- susurré.

-Hay amistades que no vale la pena tenerlas.

-El trabajo quedó a medias así que no acepte el dinero que me ofrecieron. Lo siento señor Amir,
pero solo estaba haciendo mi trabajo.

—Habría sido fácil si me lo hubiera contado.

-¿Qué cambiaría?

-Habías recibido tu pago sin hacer todo lo que hiciste estos últimos días.

-No soy de aceptar la caridad de nadie, recibo el dinero

si completo mi trabajo.

Asentí mientras bajaba la mirada y sonreía.

A veces la dignidad depende de muchos factores y a pensar a lo que se dedica Lauren, su dignidad
permanece intacta, orgullosa y segura de sí misma.

-Nunca me importó lo que pensaran los demás informó.

-Ni tampoco te importa lo que piense yo.

Ella guardó silencio.

-Sé que te importa aunque quieras demostrarme lo contrario. ¿Por qué?


Alza su mirada y se encuentra con la mía.

-Eres el primer hombre que me trató como lo hacía una persona muy especial para mí.

Volvió a bajar la mirada y yo me acerqué más a ella.

-¿Y dónde está esa persona?

Se demoró en contestar, ya que sus ojos se llenaron de lágrimas las cuales no dejó caer por sus
mejillas.

-Murió hace años.

-Lo siento.

-No lo haga, eso fue hace mucho tiempo.

Suspiré y pensé con claridad que quería hacer, y llegué a la conclusión que querías demostrarles a
esos pocos hombres que tengo de amigos que para ganar primero se debe saber cómo jugar.

-¿Estás dispuesta a dejar tu trabajo por una temporada para trabajar para mí?

Mi pregunta la alarmó.

-Te pagaré lo que me pidas si aceptas casarte conmigo y hacerles creer a lo que te contrataron que
no todo consiste en consumar con mujeres y ya, sino que hay cosas más importantes que tener
sexo y dejar de ser perfecto.
Sabía que lo que le estaba pidiendo era una locura, incluso para mí, pero después de saber todo y
sobre todo de verla llorar sus ojos me pedían auxilio en silencio y tal vez las cosas terminen de otra
manera.

—No—contestó. —No voy a ser la pieza con la que vais a estar jugando.

-No deseo eso, tendrás todos los derechos que te correspondan y no dejaré que nadie te lastime.
Además tú fuiste la primera en aceptar este juego y no dudaste en iniciarlo.

-Solo hacía mi trabajo.

-Está bien, lo que te estoy ofreciendo es un trabajo también, solo que seré tu único cliente.

-Yo... creo que...

-Piénsatelo, tienes hasta mañana. Me buscas en el hotel y me dices lo que has decidido.

Asintió y después me fui.

Las mujeres se deben tratar con respeto, y valorarlas a pesar de las circunstancias por las que
estén pasando cada una, y como dije pude controlar mi temperamento para no asustarla, no
quería que viese lo peor de mí cuando me enfado y entendí que ella no tiene la culpa de nada, sino
los que la buscaron.

QUINCE

Lauren

En el fondo no era culpable de hacer mi trabajo, todo lo contrario cumplí con mi mandato y resultó
que ni mi intriga en descubrir quien era de verdad dio resultado porque Amir sabía lo que quería a
pesar de sus deseos, su autocontrol fue más fuerte que la debilidad de su cuerpo.
-¿Y cuál es el problema?— hablo por teléfono con Carlos, él es el único que me comprende.

-El problema que estoy siendo usada como pieza principal del juego de esos árabes.

-¿Acaso no sabías de eso cuando aceptaste el trato?

Me di cuenta de que tenía razón, el juego lo acepté cuando firme el contrato.

-Oye duquesa, tal vez esta es la oportunidad que

estabas esperando.

-Nunca espere ninguna oportunidad y lo sabes, no estoy dispuesta a enamorarme ni permitir que
mi corazón salga lastimado.

-No puedes estar atada a una persona muerta, y siento decírtelo de esta manera, pero date cuenta
de que la belleza no durará siempre y tarde o temprano te quedarás sola.

-Te tengo a ti.

-Y siempre me tendrás, pero necesitas más, Lauren - se hizo el silencio entre nosotros. - Ese jodido
árabe ha desafiado tu mente, y tus emociones de tal manera que no hizo nada más que hablar con
respeto y mucha verdad, ¿qué más necesitas? Te ha pedido que te cases con él, Dios mío Lauren
despierta ya.

-Si, pero solo es un trato más y mi vida está llena de ellos.

Carlos suspiró.

-Piénsatelo antes de tomar cualquier decisión.


-Lo haré, gracias, amigo.

La llamada finalizó y lo único que puede hacer es acostarme en el sofá mientras mi mente viaja a
tal vez a una vida de casada con Amir, ¿qué sería de mí?

Cada minuto, cada posición que mi cuerpo adopta mientras me mordía las uñas y un cúmulo de
sentimientos encontrados, mezclados con una gran confusión me deja inquieta, no puedo estar
quieta más de cinco segundos en el mismo sitio, el recorrido que estoy haciendo en mi casa me
dio a descubrir esquinas que no pensé poder sentarme jamás.

—Hola, papá— decidí llamar a mi padre.

-No es común tu llamada, Lauren. ¿Estás bien?

Mis ojos se inundaron de lágrimas y estas arrasan mi garganta al no poder contenerlas.

-Quisiera estarlo, pero mi vida es un desastre.

-Sé que la parte este desastre somos nosotros, lo siento tanto, Lauren.

-No papá, no eres culpable, tanto tú como yo estamos en la misma situación.

-Lo somos, solo Laura supo alejarse.

-Laura tomó una decisión y nosotros no estábamos en su vida, incluso yo después de todo.

Me calmé y dejé que esas lágrimas se alejaran de mí.— A pesar de todo, papá siempre me
tendréis, pase lo que pase, aunque a veces deseo ser feliz y después esas ganas desaparecen al
darme cuenta de que no es posible.
-Es posible, Lauren, lo es. Tu madre es adulta y si ella quiso seguir ese camino debe asumir las
consecuencias y nuestra ayuda no le hace bien porque cada vez está peor.

-Lo sé, sé que no es bueno cargar con el resultado de sus actos, pero...- me interrumpe.

-Lauren, el cansancio es normal e hiciste mucho por ella, pero debes seguir adelante y buscar lo
que te llene, hija mía.

Volví a sentir ese llanto dañarme la garganta.

-Por más fuerte que quiero aparentar, papá, soy muy

quebradiza, y estoy harta de hacerme la dura. No lo soy.

-Lauren, escúchame, después de tanto sufrimiento te mereces ser feliz con lo que realmente
desees. Haz un cambio tal vez te des cuenta de que fue la mejor decisión que hayas tomado
después de todo.

Sentí sus palabras llenas de verdad, ¿para qué tanto sacrificio?

-Seguiré cubriendo las deudas de mamá-mi padre

guardó silencio. —Te quiero papá.

Al colgar las ganas de seguir llorando se hicieron tan fuerte que por culpa de un arrebato al pensar
todo lo que había sufrido mi piel, salí corriendo en medio de la noche bajo una tormenta.

Dicen que las mejores decisiones son las que se toman con la cabeza fría.

Mientras el agua surcaba el cielo y el suelo, mi cuerpo se sentía húmedo y helado, pero tenía que
llegar a cómo dé lugar al hotel para darle mi respuesta a Amir, no podía esperar hasta mañana.
Tenía que concluir con su propuesta esta misma noche.
Al tocar la puerta, está se abre y Amir me miró sorprendido y no solo por mi presencia, sino por mi
aspecto. La ropa mojada marcaba cada una de mis curvas.

-¿Lauren?

DIECISEIS

Amir

Hay momentos de la vida que son todo un desafío, desafías al miedo, a las adversidades, la
conciencia, nuestra forma de pensar e incluso llegamos a desafiar a los sentimientos, estos que
son tan traicioneros y nos hacen tan débiles a la vez.

Las cosas no era como las había planeado, yo no deseé este encuentro con Lauren, ni que esas
personas que llamo amigos pagarán para que una mujer me sedujera, no tenía pensado que
después de mi viaje a Londres regresaría a mi país siendo un hombre casado, y lo más dudoso era
¿por qué lo hacía realmente? ¿Por el mismo juego que ellos iniciaron? ¿Por pena a esta mujer que
ahora mismo tengo delante? ¿Por honor? ¿O verdaderamente lo estaba haciendo por mí, por mis
principios?

Fuese como fuese estaba hecho y ella estaba frente a mí toda mojada con la decisión tomada.

-Ten, cúbrete y sécate, te enfermarás-le acerqué una

toalla.

—No sé en qué pensé, pero no quería esperar hasta mañana-dijo.


-Bien, te escucho, Lauren.

-Sé que no debí haber aceptado el contrato de tus amigos, ya que no trabajo de esa manera, mi
trabajo es tener acuerdos con los clientes directamente, pero contigo lo hice de manera diferente
y no respete las mil formas que me pediste que no continuará.

-¿Y llegaste a la conclusión de...?

-Acepto tu propuesta de trabajo, te ayudaré a demostrar a esos amigos que tienes que realmente
eres la definición de la perfección porque a mí me lo mostraste en todos los sentidos.

-No pretendo manifestar la perfección en mí, no lo soy Lauren. Solo quiero hacerles entender que
divertirse no lo es todo en la vida. Que las personas no somos marionetas de nadie para estar
jugando unas con otras, esa es mi intención, Lauren.

Ella me miró y sus ojos recorrieron mis labios mientras hablaba, sentí su cuerpo estremecerse y
luego asintió a lo que le había dicho.

-Bien. Entonces nada de clientes, la duquesa debe desaparecer, ahora serás Lauren Evans de Al
Malik.

-Sí-musitó.

-Vale, ahora solo queda que pongas un precio.

—No lo decidiré ahora, no pondré una cifra hasta que concluya nuestro trato.

-Me parece justo.

Entonces ella extendió su mano a la espera de la mía seré tu esposa, ahora si puedes tocarme.
Sonreí y después acepté su pequeña, suave y delicada mano la cual dejó en mí una sensación de
descarga eléctrica en mi piel.

-¿Y ahora?- cuestionó.

-Ahora toca prometernos ante los amigos y la familia. Haré que vengan mi pequeña familia a
Londres para conocerte y después anunciaré nuestro compromiso.

-Vale, mientras tanto ¿qué tengo que hacer?

-Aléjate de todo lo que te dedicaste hasta ahora y espera a mi llamada.

-Bien, en ese caso me voy a casa. Buenas noches, señor Amir.

Fruncí el ceño al verla alza del lugar donde estaba sentada.

-Para que suene creíble, olvídate de llamarme señor, y por otro lado te llevaré a casa, aún llueve y
tu ropa está empapada.

Ella sonrió levemente y le ofrecí uno de mis abrigos para luego salir de la habitación del hotel.

Durante el trayecto un agradable silencio nos acompañó, ella estaba tranquila y yo no sabía que
sentir en ese momento, solo me limité a conducir y dejar que el silencio siguiera habitando en el
auto.

-¿Estás seguro de todo esto?-cuestioné antes de

bajarse.

-¿Por qué?
-Porque si no lo estás aún puedes decir que no, que cambiaste de parecer y nos olvidamos de esta
locura.

—Soy un hombre seguro de mis decisiones, y sé las consecuencias de casarme contigo y por eso
sigue en pie mi decisión.

Ella asintió y después se alejó de mí pero no sin antes

darme las buenas noches.

Era tirarse del puente o alejarse de este, pero yo opté por la opción peligrosa, me tiro de cabeza
para darles una lección a lo que me hicieron esto.

DIECISIETE

Lauren

Matar al personaje de la duquesa no será fácil después de años y años siendo la reina de las damas
de compañía, pero era lo mejor, por un tiempo nos tomaremos vacaciones y después que la suerte
decida.

-Entonces ¿nada de nada?-Carlos se sorprende después de haberle dicho que me retiraba por una
temporada.

-Así es, Amir lo decidió así y ahora él es el jefe.

-Si ya, ¿y tú lo ves como un jefe?


-No te hagas el listo, Carlos, es mi jefe porque trabajo para él, no hay nada más.

-Pues si todos los jefes son como los tuyos, yo quiero uno así.

Me reí por su locura y después me acerqué a él para

abrazarlo, Carlos siempre fue un pilar que me ayudó a

sujetarme cuando no podía más.

-¿Sabes que?, a mí también me apetece cogerme unas vacaciones-anunció.

-No te queda de otra.

-Si por eso lo adelante- se ríe.

-En serio Carlos, lo siento, pero te prometo que compartiré contigo el dinero...- me interrumpe.

-Deja de decir tonterías, y no me pongas a tus espaldas

Lauren no puedes con más peso. Yo saldré adelante.

Nos volvimos a abrazar y antes de irse dejó recalcado que cancelaría todas las citas previstas en mi
agenda con los clientes, suspire al oír eso y luego se marchó.

¿Qué supone ser tener un cambio en la vida la cual estoy acostumbrada? Tal vez sea un cambio
permanente, la duquesa sale de mi vida y después de terminar el acuerdo con Amir decido no
volver a dejarla entrar, pero todo es posible, ya que no sabía tan marcada habrá dejado la duquesa
la vida de Lauren.
Nunca le di importancia a lo que digan de mí, pero ahora que seré de manera ficticia la esposa de
alguien mi forma de pensar al respecto no es la misma.

Cuando te dicen sé tú misma, sé la mujer de antes de aceptar ser la duquesa, y una termina por
preguntarse ¿y cómo era yo antes? ¿Cuáles eran mis metas antes de entrar en el mundo del
peligro? Ya nada quedó en mis recuerdos como tal, nada será como antes ni ese pasado volverá a
ser el mismo.

Los días fueron pasando y la comunicación con Amir fue casi nula, en parte tenía entendido que
tenía mucho trabajo en Londres tras cerrar acuerdos con otras empresas, pero también sabía que
todo había ido tan rápido que la mente necesita su tiempo para asimilar y aclarar lo que tal vez sea
letal para el alma.

Estar desconectada por estos días me sintió de maravilla, de hecho me siento más segura de lo
que quiero y es terminar este trabajo y no enamorarme de Amir en el proceso, estaba decidida, mi
corazón seguirá perteneciendo a mi único amor.

DIECIOCHO

Amir

Hay historias que necesitan una segunda parte para seguir contando todo lo que sucedió y
sucederá, pero tenía claro que mi historia con Lauren era solo una, ya que no habrá más que una
enseñanza, y por mucho que le demos la vuelta a la tortilla las cosas cuando no encajan seguirán
sin encajar por más que el tiempo quiera ponerse a nuestro favor.

- El mi avión privado llevará en menos de dos horas, que el chofer os lleve al aeropuerto, padre.

-Amir, siempre te hemos apoyado en todas tus decisiones, pero ¿estás seguro de que quieres
esto?— preguntó mi padre. - Ya conoces nuestras diferencias culturales.
-No hay nada que me prohíba casarme con alguien que no sea de nuestra cultura, ni siquiera
nuestras creencias, padre.

-Lo sé, pero tenía que asegurarme de que estás seguro

al cien por cien.

-No te preocupes por mí y además sabes que no soy de tomar decisiones a la ligera.

—Lo sé— vuelve a repetir.

-Bien, en ese caso nos vemos en la noche, que tengáis un buen vuelo.

Sé que no será fácil, pero también sé que podré con ello aunque una parte de mí no está muy
convencido, ya que no sé si encontraré algo distinto a lo que mi mente imagina.

-Hermano, ¿te apuntas a una partida de tenis?— cuestiona Hassan mientras me encontraba en la
cafetería del hotel.

Siempre pensé que amigo es uno mismo, pero aun así le di una oportunidad a querer confiar en
otras personas y en este caso a tres y resultaron ser todo lo que había pensado de las amistades,
que no existen.

-Tengo cosas que hacer, hoy llegan mis padres a Londres y por supuesto os espero en la cena,
tengo algo que anunciaros.

Hassan se sorprende y luego llega Adil y Kamal.

-¿Qué pasa Hassan porque esa cara de fantasma?

-Solo que me sorprende que los señores Al Malik vengan a Londres- añade Hassan mientras el
resto dejan de mirarlo para mirarme.
-Amir, ¿está todo bien?-habla Adil.

-Mejor que nunca, os espero en la noche en el restaurante del hotel-agregue y le di el último sorbo
al café para salir de ese lugar y dejarlos sin habla.

Entendí que no necesito más de las personas que me rodean porque no estaban dispuestos a dar
más, sino a quitar principios y decisiones sin hablar de otras cosas, para olvidar, se necesita un
gran fuerza de voluntad para hacer como si nunca paso, pero este no era mi caso, después de
tantas caídas y heridas no hay razón que me haga cambiar mi forma de pensar.

-Buenos días, Lauren - dije al ver que la puerta de su apartamento se abre.

-Buenos días, Amir, pensé que habías muerto.

-Estuve ausente porque necesitaba ese tiempo para terminar asuntos pendientes y creo que nos
hizo bien a ambos ¿no?

Ella asintió. -Pasa.

-Necesito que te alistes.

-¿A dónde vamos?

-Mis padres llegan en la noche, y necesitamos conocernos o al menos intentar saber lo más
importante de cada uno.

-Vale, solo dame dos minutos, me pongo el abrigo y los zapatos.

Meneo la cabeza aceptando.


Algunos piensan en como se acaba el momento o la situación en la que vivimos, pero para mí es
distinto, siempre pienso en cómo acabaré yo, porque el momento termine como termine quien
sale lastimado o no es la persona. No soy egoísta y no deseo herir a nadie más en esta miserable
vida, pero a veces hay cosas que no se pueden evitar.

-Entonces ¿se lo tomaron bien?

—Sí.

-Vale, pero...-se detiene.

-¿Qué te preocupa, Lauren?

-No es nada.

-Puedes contármelo.

Ella niega.

-Háblame de tu familia, cuenta sobre tu madre y tu padre, ¿tienes hermanos?

Ella se demoró en contestar y después alzó sus ojos, que observaban al vaso que tenía entre las
manos.

-Mi madre dejó de vivir con mi padre hace tiempo, pero se llevan bien y no están divorciados, y no
tengo hermanos.

--Dicen que ser hijo único es un privilegio.

-Eso dicen, pero creo que la realidad es otra.


-¿Y ellos saben de qué te vas a casar?

-No, aún no es el momento, por cierto sobre la boda ¿podría ser esta solo fingida? Es decir no
estar casado legalmente.

Negué.—Lo que me pides es imposible, Lauren porque sería volver a lo que era antes y no estoy
dispuesto a eso, si no nos casamos no podré ni tocarte la mano frente a los demás, y no serás mi
HALAL.

-¿Qué es eso?

—HALAL, significa en árabe, permitido por Dios.

Ella guardó silencio de nuevo.

-¿A qué le tienes miedo?-cuestione.

-No tengo miedo, solo que estar casados legalmente cambia la situación de uno en muchos
aspectos.

-Pienso lo mismo.

-Bueno cuéntame sobre tus padres.

-Mi padre se llama Anuar, y fue el dueño de la que ahora es mi empresa, mi madre se llama Fátima
y es una increíble mujer, y buenos hermanos tengo un hermano cinco años menor que yo el cual
está casado y a punto de ser padre, y dos hermanas. Hoy conocerás a una de ellas.

-¿Y como se llama?

-Sarah.
-Es admirable la forma que describes a tu familia, creo que sin decir mucho tus ojos se iluminaron
a tal punto que sobraban las palabras.

Ojalá pudiera decir lo mismo de ella, lo poco que me dijo de su familia sonó tan apenada de su
parte que quería evitar la pregunta cuando antes.

-Los admiro mucho, la familia es la base fundamental para el crecimiento de uno mismo, pero no
obstante, no siempre es así, conozco a muchas personas que se superaron solos sin ayuda ni el
cariño de sus seres queridos y eso es más admirable todavía.

Lauren asintió bajando la mirada.

-¿Dejaste a la duquesa a un lado verdad?

No contestó y eso me tenso a tal punto que el ambiente se hizo pesado.

-¿Lauren?

DIECINUEVE

Lauren

Hablar de mi familia fue lo más penoso que puede hacer frente al árabe, pero no me quedaba de
otra que mentirle y decir que no tenía hermanos, y no porque no quisiera decirle sino que pienso
que contra menos sepa de mi mejor.

-Sí, la duquesa se tomó unas vacaciones. De momento soy solo Lauren.

Este sonrió y después continuamos con la conversación.


-¿Alguna cosa más que quieras que sepa?- cuestioné.

—Sí— me miró intensamente a los ojos. -Odio las mentiras, no soy de dejarlas pasar por alto tan
fácilmente, pero también soy capaz de pensar las cosas con claridad antes de actuar, analizar el
porqué se me dijo esa mentira.

-Pues debes odiarme, porque te mentí descaradamente. -¿En qué me mentiste? ¿En qué estabas
haciendo tu

trabajo? ¿O hay algo más que deba saber?

Guarde silencio y es que me sentía tan intimidada, no podía creer que iba a convertirme en esposa
de este hombre.

-No hay nada más.

-Entonces no hay odio alguno, Lauren.

-¿Y tengo que saber algo más de esta noche?

-No, solo sé tu misma-su mirada siguió puesta en mí y cada vez la sentía más fuerte.

Como si fuera fácil ser yo misma frente a otras personas que viene de otro país para conocerme y
siendo de otras costumbres que las mías.

-Tendrás que enseñarme palabras cortas en árabe,

quisiera sorprenderlos.
Amir soltó una carcajada sonora y me encantó al ver cómo la nuez de Adam se movía al son de su
impecable sonrisa.

—Vale, dime que quieres saber y te digo cómo se dice en árabe.

—Mm... ¿Cómo se dice hola o el saludo que usáis entre vosotros?

-Salam A'Alikom-dijo e intenté repetir lo que dijo,

pero la lengua se me enredaba.

Él sonreía y repitió para volver hacer lo mismo.

-Y eso se usa para saludar.

-¡Ajá!

-Vale, otra.

Amir piensa y después me dice otra que me sonó a chino y que por más que intenté repetirlo se
me hacía imposible.

— Sabah El Kheir, significa buenos días.

-Lo siento Amir, pero se me complica repetirlo, dime algunas más cortas y fáciles.

—Está bien, pero las que te dije no son tan complicadas.

Sonreí.
-Vale, a ver qué me dices con esta. Rouhi.

-Esta si, rouhi, y es fácil, pero ¿qué significa?

-Alma.

-Rouhi, suena bonito.

Amir me mordió con esa mirada negra que sentía mi piel erizarse por la forma que me deleita sin
hacer nada más que mirar.

-Hob.

-Hob-repetí y él sonrió.

-¿Qué? No te rías y dime qué significa.

-Amor.

Una oleada de calor me envuelve como una manta que me deja asfixiada de tanto calor que causó
esa palabra en mí y él en la forma de pronunciar esa palabra.

-Hob-dijo nuevamente.

Baje la mira y mis mejillas estaban a explorarse, sé que le divierte al verme en tal estado así que
moje mis labios sensualmente y alce mi mirada para mirarlo y me sentí segura porque ahora
mismo estaba seduciendo al hombre que será mi esposo.

—Ahora sí que tienes permiso de seducirme las veces y formas que quieras, esa mirada tan
provocativa la acepto y la disfruto al máximo porque sé que será mía, mi halal.
VEINTE

El fino vestido que mi cuerpo siente sobre mi piel hacía que luciera de manera delicada e inocente,
el atractivo de esta tela que Amir me regaló para usar frente a sus padres era tan lindo que
quedaba a la perfección con el color de mi piel.

El aroma a perfume de mujer se siente con intensidad al bajar esas escaleras de mi edificio
dejando un camino de mi olor mientras los tacones sonaban al son de mis pasos.

¿Estaba nerviosa? Pues sí mucho, después de esta tarde tan extraña con Amir siento un
hormigueo tan inexplicable en mi interior y que ahora que estoy a punto de conocer a sus padres
es como si no fuera ficción y es que parece tan real.

El chofer pasó a recogerme.

-Buenas noches, señorita Evans.

Saludo al chófer.

-Buenas noches.

Sabía que todos estaban esperando y con tan solo imaginarme la imagen de los amigos de Amir al
verme es algo que no sé cómo digerir después de todo ellos saben a lo que me dedico.

Dicen que unas de las cosas que más afectan a nuestras vidas son las acciones de uno mismo, pero
si le sumamos esas acciones que fueron dirigidas a segundas personas las consecuencias son aún
más fuertes.

Mis pasos me llevaron al restaurante, mi cuerpo desprendía elegancia sin enseñar mucho de este,
¿cómo debo actuar con Amir? ¿O como él debe actuar conmigo? No lo sé, solo sé que debemos
parecer una pareja feliz que está enamorada.
-Buenas noches-mi voz sonó en el lugar y todos se giraron al verme excepto Amir que me tenía de
frente y su sonrisa fue tan placentera al verme que parecía de verdad.

Las miradas de los amigos son indescifrable, sus tonos de piel cambiaron a pálidos como si
hubieran visto a un fantasma o algo peor, uno de ellos se llevó la copa de agua a la boca y su mano
empezó a temblar mientras la sostenía y en cambio los padres de Amir me sonreían de lejos sobre
todo la hermana y la madre, su padre se mantenía serio pero sin llegar a intimidar.

Ahora entiendo donde saco el atractivo Amir, es la viva imagen de su padre.

-Buenas noches, Hob—saludo Amir y se acercó a mí.

Esperen ¿a dicho hob?

Sí eso dijo, me llamo en árabe amor y mis mejillas no aguantaron tal palabra que dejaron ver ese
rubor que me calienta la piel.

-Familia, amigos, déjenme presentarles a mi hermosa prometida, ella es Lauren.

La presentación fue todo un éxito porque uno de los torpes de sus amigos derramó el contenido
de la copa que descansaba sobre la mesa en su plato, ellos se miraron nerviosos y el que siempre
hablaba por los tres me amenazó con la mirada.

-Encantada, señores. Amir me habló mucho de ustedes.

—Estás preciosa—musito Amir en mi oído mientras su mano reposaba por mi cadera.

Acto seguido me sentía en las nubes y quería bajarme cuando antes del vértigo que me causaba.

-Amir nos dijo lo bella que eres, pero se ha quedado corto-suena la voz de su madre-Es un placer,
Lauren. Yo soy Fatima.
-Muchísimas gracias, señora, pero permítame decirle

que la belleza que resplandece esta mesa es usted.

Ella sonrió felizmente y agradeció.

-Sarah ¿verdad?- miré a la chica que debe tener un par de años menos que yo.

-Si, esa soy yo, encantada, Lauren.

-Lo mismo digo, creo que seremos buenas amigas.

-Eso deseo-Sonreí.

Parecían muy simpáticas.

Entonces el cuerpo del padre de Amir se alza y se acerca a nosotros.

-Bienvenida a la familia, Lauren. Si mi hijo se enamoró de ti es porque supo que eres la mejor para
él.

Su voz escuchó tan sonora en aquel espacio que mi piel se erizó por completo.

Mire Amir que me observaba de lado y sonreí para luego tomar asiento cerca de él pero no sin
antes hablar con sus amigos.

-Y ustedes ¿no dirán nada?

-Felicidades, hermano-eso fue lo único que salió de sus bocas.


Por más que me sentía nerviosa por la presencia de los familiares del hombre que será mi esposo,
Amir estuvo sosteniendo mi mano y sonriendo como si no se tratase de un juego, y es que me
olvide por un instante que estábamos actuando.

Su forma de mirarme parecía tan sincera que me confundía a tal punto donde me cuestiono si era
un trato o él se lo estaba tomando en serio.

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