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RESUMEN DE UNA BIOGRAFÍA DE ALBERT CAMUS

ESTRADE, Florence. El lector de... Albert Camus. Barcelona: Océano, 2002.

Los Orígenes

La rama española provenía de su madre, Catherine Sintès (1882), la mayor de siete hijos.
Fue delicada de salud y padecía una sordera parcial. Éste hecho marcaría la relación con su hijo.
Los hermanos de Catherine -Etienne, Joseph y Antoinette- también fueron importantes en la
vida y en la obra del escritor.
La rama francesa, en cambio, la aportó su padre. La familia de Lucien Auguste Camus
(1885), el menor de cinco hermanos, era de tradición de labradores. Cuando comenzó a trabajar
en la explotación de la familia Sintès en Chèraga, conoció a la que sería su mujer.
En 1906 se alistó, obligado, en el ejército francés y prestó servicio por dos años. A su
regreso, el panorama había cambiado; la muerte de Sintès había obligado a la familia a mudarse
al barrio obrero de Belcourt, en la capital argelina. Trabajó con Joseph –su futuro cuñado- en una
compañía que transportaba vinos
Lucien Camus y Catherine Sintès se casaron en 1909. Un año más tarde nació Lucien
Auguste. En 1912, como representante de vinos, se instaló en Mondovi, cerca de la frontera con
Tunez. Su mujer embarazada y su hijo se reunieron con él en 1913. El 7 de noviembre del mismo
año, en una granja de Saint-Paul, nació Albert Camus.
En agosto de 1914, Lucien fue llamado a filas para luchar contra Alemania. En septiembre,
en la batalla de Marne, cayó herido de gravedad; murió el 11 de octubre de 1914. Cuando su
esposa se enteró, tuvo una crisis nerviosa. A partir de ese momento, además de su sordera,
empezó a tener dificultades para hablar.

Infancia en Argelia: miseria bajo el sol

“La pobreza, para empezar, no fue nunca una


desgracia para mí… A fin de compensar mi natural
indiferencia, me situé a mitad de camino entre la
miseria y el sol. La miseria me impidió pensar que
todo está bien bajo el sol y, en cuanto a la historia, el
sol me enseñó que la historia no lo es todo.”
Albert Camus

Tras la muerte de su esposo, Catherine debió volver a Belcourt. Se instaló en casa de su


madre con sus dos hijos. En el piso de tres ambientes vivían seis personas: Joseph y Etienne,
Catherine y sus dos hijos, y la abuela. No tenían cuarto de baño, ni agua corriente ni electricidad.
Catherine pidió una pensión por viudez que cobró pasados los cuatro años, cuando acabó la
guerra. Mientras tanto, trabajó en una fábrica de cartuchos que luego abandonó debido a las
crisis de reumatismo. Cuando su salud se lo permitía, se empleaba para limpiar casas. Entonces,
decidió declarar a sus hijos “huérfanos de guerra” para poder cobrar una pequeña cantidad que le
alcanzaba para comprar, al año, un par de zapatos, un delantal y manuales escolares.
Mientras convivieron bajo el mismo techo, Camus y su madre no manifestaron
abiertamente sus sentimientos. Se respetaban mutuamente. Florence Estrade expresa:

“Con el tiempo, Albert Camus intentó entender sus silencios y consiguió expresar su amor por
ella, otorgándole un lugar especial en sus obras”. La madre más que un personaje, será una
conciencia, un testigo. Dicha presencia encarnará la “absurda sencillez y extraña indiferencia del
mundo”,[ eje temático de su obra]. (p. 29)
“La necesidad de comunicase con el mundo exterior y de transmitir las cosas que no dijo
nunca su madre constituyó el impulso primitivo de Camus hacia la escritura”. (p. 119)

El ámbito: Argelia

Argel, capital de Argelia, es una ciudad portuaria de la costa mediterránea. Los franceses la
colonizaron en 1830. En el norte, se encontraban los barrios obreros de Bab el-Oued y de
Belcourt que se extendían hasta el mar; en el centro, el gobierno central y la zona comercial
colonial, y en el sur se ubicaba la zona residencial.
Belcourt era el barrio de los humildes; allí convivían musulmanes y europeos. Los niños
jugaban e iban a la escuela sin prejuicios; sin embargo, cuando crecían, la separación era
irremediable. En 1953, Camus declaró que no había aprendido la libertad en los libros de Marx,
sino viviendo en la miseria de Belcourt. “Allí tomó conciencia de su condición de pobre y de
que, en ese paisaje, sólo quedaba el horizonte que el mar ofrecía a los bañistas como él para
soñar.” “Este barrio también determinó su lengua: el francés y no el español, a pesar de que era
la lengua materna de su madre y abuela. Los habitantes de Belcourt fueron la primera fuente del
lenguaje de Camus: el argot”.
Bajo el sol y el agua, Camus sentía que no existían diferencias sociales. Participó de
muchas competencias de natación. Bañarse en el mar representaba un ritual de purificación del
cuerpo y del espíritu. Profesaba un culto por el cuerpo y la belleza, siguiendo el modelo griego
que, según él, “había engendrado a hombres equilibrados que conocían sus propios límites”.

La educación

Fue a la única escuela primaria de Belcourt y aprovechó la posibilidad de retirar libros de


la biblioteca escolar una vez por semana. Así, conoció las aventuras de Nick Carter y Bufalo
Bill, y las novelas de capa y espada. Cuando su abuela aceptó, se matriculó en la Biblioteca
Municipal.
Su maestro, Louis Germain vio en él una inclinación especial para hablar, recitar y leer.
Por ello, decidió impartirle clases particulares diarias junto a tres compañeros más. Cuando el
hermano de Camus abandonó la escuela para ayudar a su tío, resolvió hablar con su madre y su
abuela para convencerlas de que pidiera una beca para entrar al Instituto Secundario Bugeaud.
Mientras se peleaba con la abuela, Catherine –por primera vez- sentenció que Albert podría
seguir con sus estudios. En 1924, Camus y su amigo André Villeneuve aprobaron el examen de
ingreso. A este maestro, Camus le dedicaría libros y su discurso de aceptación del Premio Nobel
en 1957.

El fútbol
“Después de muchos años durante los cuales el mundo
me ha permitido vivir experiencias variadas, lo que sé
acerca de la moral y de las obligaciones de los hombres
se lo debo al fútbol, al R.U.A.”
Albert Camus

Los dos primeros años no se destacó con sus notas: su nueva pasión era el fútbol. Hizo su
debut en 1928, en el Club Deportivo de Montpensier. Le gustaba jugar en el puesto de delantero
centro porque era quien debía distribuir el juego; sin embargo, dado que su abuela lo golpeaba
cada vez que gastaba las suelas de sus zapatos, eligió el puesto de guardameta. Jugaba muy bien
y siempre lo mencionaban en los resúmenes de los partidos, en el periódico local. Al final de la
temporada, se cambió al Club Racing Universitario de Alger (RUA), en el equipo Junior. Sin
embargo, en 1930 comenzó a toser y a escupir sangre; eran los primeros síntomas de la
enfermedad que lo acompañaría a lo largo de toda su vida: la tuberculosis.
Una vez fuera del campo de juego, comenzó a redactar crónicas de fútbol para la prensa
argelina. Años más tarde, en su artículo “Lo que debo al fútbol”, comentó que ese deporte lo
había ayudado a entender la psicología humana: “La pelota nunca viene hacia uno por donde uno
espera que venga”.
En la semana, mientras estudiaba, trabajaba para ayudar a su familia; pero los fines de
semana se iba a casa de sus tíos en Saint-Cloud-sur-Mer, a pocos kilómetros de Argel.

El Instituto

Cuando en 1930 tuvo su primera crisis de tuberculosis, debió ser internado. En 1931, le
dieron el alta y le recomendaron un lugar limpio, cómodo y donde pudiera comer carne. Se mudó
a la casa de sus tíos Antoinette Sintès y Gustave Acoult, porque éste trabajaba en una carnicería
y porque vivían en un piso confortable. Su tío también tenía una biblioteca, y lo guiaría en sus
lecturas; gracias a él, leyó a Zola, Victor Hugo, Balzac, etc. Como el Instituto quedaba más cerca
del piso de los Acoult, su madre consintió en que se quedara con ellos.
Ese mismo año murió su abuela; con aquel suceso la vida de todos cambió. Joseph se fue a
vivir solo; Etienne y Catherine siguieron compartiendo el piso. Dice Flroence Estrade: “En su
obra, Albert Camus utilizó varios nombres y personajes de su entorno familiar. Su abuela le
inspiró descripciones feroces que demuestran el desamor que reinaba en casa” y agrega “La
abuela Sintès era una mujer dura. Mandaba y azotaba a sus nietos cuando lo consideraba
necesario. A la sombra de su madre, Catherine sólo intervenía para rogarle que no los pegara
(sic) en la cabeza.”
Ya instalado en casa de sus tíos, Camus retornó al Instituto, en donde debió recursar 3er.
año. Allí, conoció a Jean Greanier, su profesor de filosofía y quien determinó su orientación
profesional y creativa. Con él descubrió a Schopenhauer, Nietzsche y Dostoiesvki, y leyó la
Biblia.
En 1932, colaboró con la revista “Ikdam” que proclamaba la igualdad entre el pueblo
argelino y los colonos franceses. Ése fue su primer contacto con “la cuestión argelina”, y como
escritor. También rindió exitosamente sus exámenes finales. Jean Greanier supervisaría sus
estudios universitarios y sus primeros pasos literarios.
En 1933, Camus decidió estudiar filosofía con la intención de ser profesor, pese a los
deseos de Gustave, quien prefería que fuera carnicero. Aprobó todas las materias sin dificultades
y supo congeniarlas con la escritura, el teatro, la política, el trabajo, la moda, los amigos y las
mujeres, capítulo aparte en su vida. Camus iba a la Universidad con traje gris, camisa blanca,
calcetines y zapatos; no con gorro y capa como se estilaba. Nadie se percató de que siempre era
el mismo traje. Por esa razón, sus amigos lo consideraban un dandy y creían que su manera de
hablar y vestir era incoherente con sus ideas políticas.

Sus amigos

Se supo rodear de gente madura que satisficiera sus aspiraciones. Rápidamente su núcleo
formaría parte de la comunidad cultural de Argel de la década del ´30.
Se hizo amigo de Max-Pol Fouchet por sus coincidencias en materia de lectura y mujeres,
y porque ambos compartían la misma enfermedad. Lamentablemente, cuatro años más tarde se
separaron por una mujer.
El grupo se completaba con: Louis Benisti (joyero, escultor y pintor), Jean de Maisonseul
y Louis Miquel (arquitectos), Claude de Fréminville (periodista), André Belamich (músico), y
las dos únicas mujeres Jeanne Sicard y Margarite Dobrenn, una pareja homosexual que se quedó
hasta el final.
Organizaban excursiones en las que se debatía, intercambiaban ideas, manuscritos,
proyectos. Convirtieron el hábito de pasear por los cementerios en un ritual, pero fue la afición al
teatro lo que más los unió.
En 1934 comenzaron las manifestaciones de derecha para desestabilizar al gobierno
francés. Se formó el “Frente Popular”, constituido por socialistas y comunistas. Las noticias
llegaron rápidamente a Argelia. Frémenville y Belamich anunciaron su adhesión al Partido
Comunista. En cambio, Camus adhirió secretamente en 1935. El secretario del partido lo nombró
responsable de la sección del mismo en Belcourt. Sus amigos de la zona alta se sorprendieron de
que un dandy actuara en un barrio como ése. El único que supo que había entrado al partido fue
Jean Greanier, quien le advirtió que el partido comunista representaba “una cárcel para el
pensamiento”.
La política le permitió reencontrarse con antiguos compañeros de colegio, y conocer a
Charles Poncet, responsable del Movimiento contra la Guerra y el Fascismo en Belcourt. Sus
ideas políticas y su afición al teatro los unirían a lo largo de toda la vida.

Su primera mujer

Simone Hié (también llamada “S.” o “Nadja”) fumaba, bebía alcohol, era morfinómana y
participaba de los debates literarios y políticos de los hombres. La conoció en casa de Max-Pol
Fouchet, su novio, en 1932.
Su actitud era inaceptable para la sociedad de los años ´30; esa rebeldía cautivó al joven
Camus. El 16 de junio de 1934, Simone y Albert, con veinte y diecinueve años respectivamente,
se casaron y dejaron su sello: la boda sería por civil y se tratarían de usted, no pasarían la noche
de bodas juntos y no se prometerían fidelidad.
Evidentemente, la finalidad del enlace era independizarse. Camus, luego del primer año de
facultad, se había ido a vivir a casa de su hermano Lucien, recién casado, porque su tío le había
cortado los víveres debido a su actitud de mujeriego. Casarse era la solución para vivir en una
“verdadera casa”. Sin embargo, económicamente siguieron dependiendo de sus familias. Simone
no podía trabajar por sus problemas de drogadicción y sus consecuentes curas, y a Camus no le
alcanzaba el dinero. La madre de Simone les pagaba el alquiler, y los Acoult les prestaban el auto
y le otorgaron una mensualidad a su sobrino.
En 1935, Camus decidió separarse, porque consideró que era necesario que Simone se
rehabilitara de su problema con la morfina. Con ese objetivo, se internó en un convento, y
Camus se quedó en Argelia durante ese verano. Volvió con sus amigos y regresó a las tertulias en
los bares, por las noches. Ese verano, comenzó a escribir sus impresiones en una libreta,
costumbre que ya no abandonaría, salvo en su estancia en las Islas Baleares. Por tanto, sólo se
sabe que dicho convento jamás existió y que tuvo un nuevo ataque de tuberculosis. Cuando
regresaron, ambos fueron a distintos hospitales. Al intentar convivir, volvieron a fracasar.
En 1936, decidieron hacer un viaje por Europa, junto con Yves Bourgeois, como última
tentativa para salvar el matrimonio. Pero, en Salzburgo, la convivencia se tornó imposible y
terminaron el itinerario en Italia, por separado. Siguieron oficialmente casados hasta 1940, pero
Simone se fue con su madre, y Camus se instaló temporalmente con su hermano. Luego se mudó
al piso de Jeanne Sicard y Margarite Dobrenn, al que llamó “la-casa-delante-del-mundo”. Cuatro
años más tarde, Camus se volvió a casar; esta vez con Francine Faure.
Ese mismo año, 1936, se inauguró La Casa de la Cultura, con Camus como secretario
general y Jeanne Sicard como secretaria. Los demás amigos se encargaban de organizar los
debates, previa aprobación unánime. El objetivo del centro era, según sus propias palabras “[…]
hacer de Argel la capital intelectual […] del mundo mediterráneo”. Era el órgano de propaganda
del partido político; intentaban “controlar la burguesía francesa de Argelia y llevar a la
independencia a todos los pueblos colonizados, expulsando a los colonos franceses”. (p. 72)
Bajo la iniciativa de Camus, Louis Miquel, Jeanne Sicard, Margarite Dobrenn e Yves
Bourgois aceptaron participar de la compañía “Teatro del trabajo”. De acuerdo con las ideas
comunistas, todos decidirían qué obras representar –siempre de autores “comprometidos”-; sin
embargo, la realidad indica que el director era Camus. Cuando se representó La mujer silenciosa
de Ben Jonson, en marzo de 1937, el Partido Comunista acusó a su director de “desviación
trotskista” y organizó un consejo de disciplina al que Camus no quiso asistir. Fue expulsado en
junio de ese año. Así, abandonó sus funciones en la Casa de la Cultura y disolvió la compañía de
teatro. La mayoría de sus amigos, ya fuese por solidaridad, ya fuese por convicción, rompió el
carnet del partido.
Camus se toma el verano para pasear por Francia e Italia junto a su amigo Fréminville. Un
nuevo ataque de tos lo obligó a parar varios días en casa de su médico de Argel, en el pueblo de
Lourmarin, donde veintitrés años más tarde sería inhumado. Cuando conoció París, quedó
cautivado y se planteó por primera vez dejar su Argelia natal.
Al regresar, decidió irse a vivir solo; consideró que su vocación de escritor exigía silencio
y soledad. Volvió a crear una compañía de teatro, “El teatro del Equipo”; allí su puesto era
oficialmente el de director. Comenzó a sonar su nombre en París. Las críticas recibidas por su
primer ensayo, El derecho y el revés, le sirvieron para no utilizar tanto la 1ª. persona y para
advertir que debía corregir más, antes de llegar a la versión definitiva.

Su segunda mujer

En octubre de 1937, se reencontró con una antigua compañera del Instituto, Francine
Faure, quien había vuelto de París, donde estudiaba Matemáticas, para visitar a sus amigas
Jeanne y Margarite. Se intercambiaron las direcciones y comenzaron una relación epistolar que
duró un año.
La necesidad de dinero, lo hizo aceptar, en diciembre de 1937, el trabajo en el Instituto de
Meteorología de Argel. Debía realizar un estudio climático de Argelia a lo largo de los últimos
veinticinco años. El archivo se conoció bajo el nombre “Fichas Camus”, y aún hoy se conserva
en dicha institución. Este trabajo influyó en su escritura: en su libreta, comenzó a indicar el
tiempo y su descripción. Más tarde, comenzó a relacionar el comportamiento de los hombres con
los cambios climáticos. Así, el tiempo fue convirtiéndose en un personaje más de muchas de sus
obras.
En junio de 1938, volvió a ver a Francine; en ese encuentro, la joven le dio su nueva
dirección.
En septiembre, Camus dejó de trabajar para el Instituto de Meteorología, porque aceptó un
puesto como periodista. El Frente Popular le había encargado a Jean-Pierre Faure la creación de
un nuevo periódico, “Argel republicano”. A Camus lo nombraron “responsable de noticias
culturales y artísticas, de informaciones argelinas, y de la sección de sucesos”. También, empezó
a trabajar como asesor literario en la librería de su amigo Charlot. Allí, leía, seleccionaba
manuscritos a publicar y dirigía la colección de “Poesía y Teatro”.
En abril de 1939, Francine consiguió una plaza como profesora de Matemática en Orán (a
400km. de Argel); fue entonces cuando entablaron una relación amorosa.
Con la entrada de Francia en la guerra contra Alemania, comenzó a faltar papel, comida y
también comenzó la censura. El número 387 del “Argel republicano” fue la última tirada; debió
despedirse en octubre de 1939.
Pascal Pía y Camus decidieron, entonces, crear “Soir republicano”, una sola hoja
recto-verso. Contenía citas y artículos humorísticos firmados con seudónimo. Captaron
rápidamente al público del “Argel republicano”; cuando la censura se hizo presente, ellos se
divertían dejando los espacios en blanco, y los lectores, adivinando las palabras ausentes. Sin
embargo, en enero de 1940 una orden oficial dio por finalizada la publicación. Hasta entonces,
habían circulado 116 números.
El paso por los periódicos acentuó el estilo irónico y polémico de Camus. Gracias a su
formación literaria y filosófica, analizaba y organizaba con precisión su pensamiento, y
eliminaba el lirismo. Se ganó su espacio como intelectual: era “un argelino francés de Argel que
daba su opinión sobre la situación política, social y cultural de la sociedad europea, en general,
y argelina, en particular”.
En febrero de 1940, Pía Pascal se fue a París para trabajar en el diario “Paris-Soir”. Camus,
sin medios, se quedó solo en Argel. Sus amigos, ya sea por el inicio de la guerra o por razones
laborales, emigraron hacia otras ciudades francesas. Poco tiempo más tarde, Pía le ofreció un
puesto como cronista en “Paris-Soir” y Camus aceptó sin dudar.
En junio de ese año, Francia quedó “dividida en dos: la “zona ocupada” del norte,
dominada por los nazis, y la “zona libre” del sur, controlada por el nuevo gobierno francés
colaboracionista, instalado en Vichy”. Por tal razón, toda la plantilla de “Paris-Soir” se trasladó a
Lyon para alejarse de los nazis. Allí, se encontraron Francine y Camus; alquilaron una
habitación y se casaron el 3 de diciembre.
Con el tiempo los periodistas comenzaron a colaborar con las autoridades nazis; a fines de
diciembre, Pascal Pía y Camus fueron despedidos por sus opiniones “desviacionistas”. Camus y
su esposa regresaron a Argelia y se instalaron en la casa de los Faure en Orán, desde enero de
1941 hasta agosto de 1942. Francine se dedicó a dar clases en una escuela primaria y Camus
volvió a su antiguo trabajo como asesor literario para Charlot.

La resistencia intelectual

Junto con sus amigos, cuando la ocasión lo requería, escondían en sus casas a agentes
americanos y los ayudaban a viajar hasta el puerto de Casablanca.
En junio de 1942, un nuevo ataque de tuberculosis le “permitió” a Camus unirse a la
resistencia francesa en la “zona libre”. Le pidió a su médico un salvoconducto para entrar
legalmente a Francia. Oficialmente, era para descansar en un sanatorio antituberculoso, cerca de
Saint-Etienne; en realidad, se pondría en contacto con los distintos movimientos de resistencia.
En noviembre, salió del sanatorio. Para ese entonces, los aliados habían derrocado al gobierno
colaboracionista argelino; en represalia, los alemanes invadieron la “zona libre” para impedir que
los “aliados” siguieran avanzando. Por ende, Camus no podía volver a Argelia; pero tampoco
podía contactarse con la resistencia francesa de Saint-Etienne. París era el centro administrativo
nazi, por tanto, un foco de resistencia importante.
En 1943 encontró trabajo en la editorial Gallimard que acababa de publicar sus dos
primeros trabajos del ”período absurdo”. Se sumergió en el mundo intelectual semiclandestino
parisino, junto con Jean Greanier y Pía Pascal.
Combat, fundado en 1942, comprendía distintos movimientos de resistencia antes aislados.
Era un periódico con un gran aparato de propaganda. Pía, Grenier y Camus entraron al diario a
principios de 1943; todo se hacía clandestinamente, y sabían que corrían el riesgo de ser
arrestados, deportados o torturados.
Para esta época, Camus conoció a María Casares, y desde ese entonces, fueron
inseparables. Su esposa seguía en Orán.
La “liberación” se logró el 25 de agosto de 1944. Este hecho generó el reencuentro con su
mujer, pero también la despedida de María Casares. En octubre, luego de dos años y dos meses
de estar separados, Francine llegó a París y se instaló en el departamento de Camus. Su esposa se
adaptó fácilmente entre sus amigos de bares de Saint-Germain-des-Prés; allí el matrimonio
interactuaba con Sartre y Beauvoir, entre otros.
El 5 de septiembre de 1945 nacieron sus hijos gemelos, Jean y Catherine; debieron
mudarse a un lugar más grande. Camus consideró que la independencia intelectual era el
resultado de la independencia económica; trabajaba para Gallimard, distintos diarios y revistas y
seguía escribiendo.
En 1946 fue a New York para dar conferencias. En abril, conoció a Patricia Blake, luego de
una conferencia de prensa para la revista Vogue; no se separaron hasta su regreso, en junio. Si
bien no volvieron a verse hasta 1957, siguieron escribiéndose, y la que había sido su amante pasó
a ser su confidente y lectora de sus esbozos literarios.
Había decidido regresar para terminar La peste, y para evitar una confrontación con su
mujer, se instaló, por tres meses, en la casa de campo de Michel Gallimard, su jefe. En este
mismo tiempo, rompió sus relaciones con Pía Pascal; no volvieron a hablarse.
Empezó a verse obligado a dar conferencias y a viajar para contestar preguntas de sus
admiradores y de sus detractores. Su mujer se mudó al sur de Francia; en cambio, él hizo un gira
por Latinoamérica. Fue a Brasil y Chile, pero no pudo visitar la Argentina debido a declaraciones
formuladas, en Brasil, contra Perón.
A su regreso, el cansancio se hizo notar y decidió alejarse de la vida pública. En 1949
sufrió una recaída, y eligió Cabris para su recuperación. Con una terapia basada en escribir,
contestar cartas, estudiar español y leer mucho, logró reponerse. El dinero comenzó a facilitarle
los viajes a París para ver a Francine. Allí se dedicaba a su familia y amigos.
Sin embargo, las críticas de amigos y enemigos lo obligaron a tomar posturas ideológicas
pues su ciclo sobre la rebelión había provocado una revolución intelectual.
Desde 1951, cuando Jean Paul Sartre abrió la polémica sobre El hombre rebelde, los dos
amigos no volvieron a hablarse, salvo a través de sus escritos.
En 1953 decidió alejarse del mundo intelectual parisino que tantos sinsabores le había
traído. Regresó al teatro y fue nombrado “Director Oficial del Festival Anual de Arte Dramático
de Angers”; mantuvo el puesto hasta 1959. Esta aventura le permitió estar a diario con María
Casares; de hecho, además de sus respectivos trabajos como director y actriz, juntos tradujeron
dos obras de teatro del español al francés. De todas formas, Camus encontró tiempo para dos
conquistas más: Catherine Sellers y Mi, una joven estudiante.
Sin embargo, simultáneamente a su nombramiento, su mujer comenzó a tener problemas
serios de salud; sus hermanas la acogieron con sus gemelos. Camus la visitaba cuando su trabajo
se lo permitía. Volverían a encontrarse en París, dos años más tarde, en 1955.
En 1956, volvió a sentir la necesidad de escribir. Así, surgieron La caída y El exilio y el
reino, obras que iniciaron el ciclo de la soledad.
El 16 de octubre de 1957, Gallimard se enteró de que Camus había sido galardonado con el
Nobel. Llamó a Francine y, a través de un joven, le avisó a Camus, que se hallaba en un
restaurante junto a Patricia Blake. Luego de reflexionarlo, Camus decidió aceptar el premio.
Francine exigió la ausencia de María Casares, Patricia Blake, Catherine Sellers y Mi para asistir
a la ceremonia el 10 de diciembre.
Si bien Camus pensó que ese acontecimiento significaría su independencia, se equivocó.
Muchos cuestionaron que se lo dieran a alguien que “ya no podía escribir”.
En 1958, con el dinero del premio, compró una casa en el sur de Francia y dejó París. En
su nuevo hogar, hasta 1960, se dedicó a trabajar en sus ensayos, en las representaciones teatrales,
en la adaptación televisiva de su novela La caída por Pierre Cardinal, y en terminar la redacción
de su novela El primer hombre. Sólo logró finalizar sus proyectos teatrales.
Después de pasar Navidad y Año nuevo en su casa de Loumarin junto con los Gallimard,
Camus tenía pensado tomar un tren hasta París y luego viajar en avión hasta Amsterdam, para su
proyecto televisivo. No obstante, el 3 de enero de 1960, viajó en el auto de los Gallimard hacia
París. Pocas horas después, el coche salió de la carretera y chocó contra un plátano. Los
Gallimard resultaron heridos de gravedad; Camus murió en el acto. A pocos metros del vehículo,
hallaron un boleto de tren “Loumarin-París” y la novela inacabada El primer hombre.

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