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EL MILAGRO DE LA
RESURRECCIÓN
DEL HIJO DE LA
VIUDA
Para romper el hielo
¿Alguien en el grupo fue testigo de un milagro que solo pudo
venir de Dios? ¿Cuál fue la reacción de la persona? ¿Cuál fue el
impacto del milagro en la vida de esa persona? 

Introducción
Ella conocía lo que era la muerte. Vio morir a su esposo y ahora
veía, impotente, como todo a su alrededor moría. El pasto se secó,
los árboles dejaron caer sus hojas, las vacas eran apenas esqueletos,
y las cabras balaban tristemente. Cada día miraba el cielo sin nubes,
esperando, contra toda esperanza, nubes y lluvia. Había racionado
la harina y el aceite, tratando de estirarlos hasta el fin de la sequía.
Ella partía el panecillo diario en forma desigual: su hijo necesitaba
todo el alimento que ella podía darle. Se afligía al ver al muchacho
tan delgado y sin energía. Pero su sacrificio parecía inútil; temía que
ambos morirían de hambre.
Esta mujer viuda, ha sufrido a lo menos tres grandes reveses en
su vida. Primero perdió a su esposo. Quizás su consuelo era que tenía
un niño sobre el cual ella podía volcar todos sus afectos y esperanzas.
El segundo golpe es cuando viene el hambre y está resignada a morir
con su hijo después de comer el último plato de comida. Ahora ha
llegado la tercera crisis con la muerte de su hijo. La realidad es que
ella no había hecho nada especial para merecerse este castigo. Dios
en su infinita sabiduría y providencia ha permitido que esta tragedia
sucediera. Por supuesto que a nosotros cuando nos pasa algo similar

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...Milagros...
no podemos entender. Es una bendición y consuelo saber que “Dios
hace que todas las cosas ayuden para bien a los que le aman, esto es,
a los que son llamados conforme a su propósito” (Romanos.8:28).

Texto para el estudio


1 Reyes 17:19-24
“Él le dijo: Dame acá tu hijo. Entonces él lo tomó de su regazo,
y lo llevó al aposento donde él estaba, y lo puso sobre su cama. Y
clamando a Jehová, dijo: Jehová Dios mío, ¿aun a la viuda en cuya
casa estoy hospedado has afligido, haciéndole morir su hijo? Y se
tendió sobre el niño tres veces, y clamó a Jehová y dijo: Jehová Dios
mío, te ruego que hagas volver el alma de este niño a él. Y Jehová
oyó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él, y revivió. Tomando
luego Elías al niño, lo trajo del aposento a la casa, y lo dio a su madre,
y le dijo Elías: Mira, tu hijo vive.  Entonces la mujer dijo a Elías: Ahora
conozco que tú eres varón de Dios, y que la palabra de Jehová es
verdad en tu boca”.

Interpretando el texto
Elías tenía una relación muy íntima con Dios; lo llama “Dios mío”.
Tener una estrecha relación con Dios no significa que uno tiene todas
las respuestas. Elías no entendía por qué Dios había permitido que el
niño muriera. Pero, al tener una relación íntima con Dios, podemos
experimentar mejor su poder. El milagro no ocurrió por una fórmula
mágica o por el intento del profeta de mantener el calor del niño. El
texto aclara que fue Dios quien resucitó al muchacho.
El primer milagro de una resurrección registrado en la Biblia se
acaba de producir. El profeta lo lleva del aposento o altillo hacia donde
está su madre. Allí está ella. Su rostro inclinado al suelo mientras las
lágrimas cubren su semblante. De pronto es interrumpida por la voz
fuerte y firme que le dice: - Mira, tu hijo vive.
52 Temas para Grupos Pequeños

La viuda de Sarepta compartió su poco alimento con Elías; y


en pago, fue preservada su vida y la de su hijo. Y a todos los que,
en tiempo de prueba y escasez, dan simpatía y ayuda a otros más
menesterosos, Dios ha prometido una gran bendición. Él no ha
cambiado. Su poder no es menor hoy que en los días de Elías. No
es menos segura que cuando fue pronunciada por nuestro Salvador
esta promesa: “El que recibe profeta en nombre de profeta, merced
de profeta recibirá.” Mateo 10:41.  (PR 96).

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...Milagros...
Tema
Nota la lucha que Elías tuvo con la muerte del muchacho. Parece
que él no estaba seguro de que Dios lo resucitaría. Su oración parece
reflejar alguna de las actitudes de la madre, al echar la culpa a Dios
por esa muerte. Aun los profetas pueden luchar con la comprensión
de las cosas que suceden (Mat. 11:1-3).
Por un tiempo, tanto la viuda como Elías vivieron viendo un
milagro –el suministro continuo de harina y aceite– que debería
haber ayudado a mantener firme su fe. Y ahora, con algo tan
dramático, su fe es puesta a prueba.
Nosotros también podemos haber tenido una experiencia
increíble con Dios, algo que nos haya marcado en forma poderosa,
solo para cuestionarlo más tarde cuando surgen eventos que no nos
gustan. Por eso, aunque los milagros tienen su lugar en la edificación
de la fe, no deberían ser el centro de ella.
En un sentido “acusa” o hace responsable a Dios de lo que ha
sucedido. En segundo lugar le hace “recordar” que no ha tenido
en cuenta lo que esta viuda ha hecho por él. ¡Qué bueno es para
nosotros saber que “Dios no es injusto para olvidar vuestra obra”!
(He. 6:10). El profeta Jeremías lo expresa muy bien al decir “Justo
eres tú, oh Jehovah, para que yo contienda contigo. Sin embargo,
hablaré contigo sobre cuestiones de derecho (12:1).

Conclusión
Así como Dios escuchó la oración de Elías, se complace en
escuchar y contestar nuestras peticiones. Por eso la Escritura nos
anima en Hebreos 4:16 “Acerquémonos, pues, con confianza al trono
de la gracia para que alcancemos misericordia y hallemos gracia
para el oportuno socorro”.
52 Temas para Grupos Pequeños

Actividad para llevar Esperanza a la Comunidad


Compartan alimentos durante esta semana con los pobres y
necesitados de su comunidad.

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