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Restaurando el altar familiar

1 Reyes 18:30

 (Contexto del texto) Había pasado más de 3 años desde la última vez que había llovido.
Sin lluvia no había cultivos, sin cultivos no había comida, sin comida no hay vida. La
lluvia siempre ha estado relacionada con las bendiciones. Un hogar sin lluvia es un hogar
sin vida. No había llovido porque el pueblo se había apartado de Dios. Muchas familias
se están muriendo porque han sacado a Dios del centro de sus vidas.

 (Versículo 1) En medio de la peor sequía Dios promete lluvia. Dios quiere bendecir a
nuestras familias. Su plan fue construir familias felices.

 (Versículo 5) Desde que el hombre pecó y se apartó de Dios, ha pasado toda su vida
tratando de buscar lo que sólo se encuentra en Dios. Hemos buscado agua en fuentes que
están secas y sólo nos han causado dolor. Para que nuestras familias vuelvan a vivir
debemos ir a la fuente del agua de vida, esta fuente no es el dinero, ni un carro más nuevo
o una casa más grande. La fuente de Agua es Cristo. Juan 4: 13,14 nos presenta el agua
que puede saciar la sed del alma, el agua que infunde vida. “Con Cristo en la familia, que
hogar feliz”. Pregúntale a tu hijo que prefiere, que consigas un trabajo que te paguen 10
dólares más de lo que ganas hoy, o que vayan juntos al parque, jueguen y luego se coman
un helado. “Hay cosas que el dinero no puede comprar” una de ellas es el gozo en el
hogar. Busca el agua en la fuente correcta.

 (Versículo 17, 18) ¿Quién era el verdadero culpable? Acab culpa a Elías e indirectamente
culpa a Dios de la catástrofe que Israel está viviendo. ¿No es esto lo que pasa muchas
veces en medio de las peores situaciones? Buscamos culpables, nos encanta buscar
culpables. La esposa culpa al esposo por el divorcio, el esposo culpa a la esposa de la
infidelidad, los hijos culpan a los padres por sus vidas arruinadas, los padres culpas a los
hijos por sus vidas frustradas, entre hermanos se recriminan. ¿Pero quién es el verdadero
culpable? La respuesta de Elías es contundente: “te apartaste de los mandamientos de
Jehová”. Es triste pero cierto, muchos de los problemas que afrontamos nosotros mismos
no los ganamos. En el momento que decides dar un paso fuera de Dios, debes asumir las
consecuencias. El pecado hace que nuestra mente se nuble y nos imposibilita ver que no
hay otro culpable sino yo mismo y mis decisiones.

 (Versículo 21) Esta vida se basa en tomar decisiones, Israel se encontraba frente a una
encrucijada. Su problema había sido estar nadando en dos guas, conocían el poder y amor
de Dios, pero eran cautivados por los ídolos como Baal. Muchos de ellos sabían que
estaban errando, pero no podían dejar de pecar. Otros quizá no estaban pecando
abiertamente, pero tampoco se entregan completamente a Dios. Israel estaba claudicando.
Claudicar es ceder, rendirse o renunciar a algo. El no estar completamente con Dios, los
había metido en serios apuros, era momento de decidir, si devolverse a Jehová, o seguir
en la peligrosa aventura de caminar sin su bendición. Y si la pregunta fuera para ti y tu
familia ¿A quién eliges tú? ¿Dios o Baal? Hazte conmigo las siguiente preguntas. Lo que
como a quien honra ¿A Dios o a Baal?, la música que escucho en mi casa a quien honra
¿A Dios o a Baal?, las películas o videos que veo en la sala de mi casa a quien honra ¿A
Dios o a Baal?, las palabras con las que me expreso en mi casa a quien honra ¿A Dios o a
Baal?, como trato a mis hijos, esposa, esposo, suegros, demás familiares que vivan en mi
casa a quien honra ¿A Dios o a Baal? Creo que nosotros también necesitamos tomar una
decisión.
 (Versículo 30) “Acercaos a mí”, es una de las invitaciones que aparece más veces en la
Biblia, es el llamado tierno de Dios para con el obstinado pecador. Los milagros ocurren
cuando te acercas a Dios. Elías dijo “Acercaos a mí. Y todo el pueblo se acercó a él: y él
reparo el altar de Jehová que estaba arruinado”. En tiempos anteriores se había adorado
al Dios del cielo en ese altar, pero éste había quedado en desuso durante mucho tiempo.
Hay muchos hogares hoy día en los cuales el altar de Dios ha sido derribado. Es tiempo
de que se haga una obra similar a la que se hizo en el Carmelo. ¿Quién fue el reparó el
altar? Elías ¿Por qué necesitaba que el pueblo estuviera junto a él para realizar esta labor?
Porque esta sería la demostración pública del compromiso del pueblo con Dios. ¿Quién
es el que puede cambiar al esposo, esposa, hijos, suegra? No eres tú, por mucho que te
molestes, pelees, grites y llores, tú no puedes cambiar el corazón, quizá podrás hacer que
ellos “cambien” momentáneamente, pero no será un cambio genuino. El único que puede
cambiar el corazón es Dios. ¿Ahora cuál es nuestra tarea? Estar alrededor del altar
presenciando cómo Dios restaura y repara lo que estaba roto. Tu tarea es orar, es adorar a
Dios, de lo demás se encargará Él. Es aquí donde cobra una importancia transcendental el
culto familiar. Porque nuestras familias deben pasar tiempo a los pies de Jesús. “Al
anochecer, los hijos de Dios reverentemente deberían reunirse ante el altar familiar para
pasar unos momentos de tranquila devoción. Por la mañana, otra vez deberían reunirse
las familias para orar. El altar de la oración y de la devoción debería ser conservado
siempre en buen estado” (Comentario bíblico adventista). Hay familias cuyo altar está
derribado, y Dios nos dice “Acercaos a mí” y yo repararé lo que está roto. Dios nos dice
vengan a mí y participen conmigo del milagro de salvar a una familia. Problemas con:
Esposo, esposa, hijos; ven al altar. Su invitación está cargada de una promesa: si tu vienes
yo haré el milagro.
 (Versículo 31) El primer milagro que ocurrió frente a ese altar no fue el que descendiera
fuego del cielo, sino el milagro de la unidad. Doce piedras que estaban esparcidas fueron
unidas para formar un altar, y en ese altar ocurrió el gran milagro. Esas doce piedras
simbolizaban las doce tribus de Israel, lo interesante es que ya Israel estaba dividido en
dos reinos. Lo primero que hace Dios cuando se dispone a reparar el altar y la familia está
en torno a Él, es unir lo que estaba separado. Dios quiere unir familias. Esposos, padres
con hijos; unirlos en torno a Él.
 (Versículo 32) “Edificó con las piedras un altar en el nombre de Jehová” ¿Cómo
comenzó este relato? Una sequía de tres años, los campos secos, los animales muriendo,
no había comida, Israel se había vuelto un verdadero caos. Pero cuando el pueblo se juntó
alrededor de Elías y el profeta reparó el altar, todo cambió. Lo que ocurrió a continuación
fue la demostración pública de la presencia de Dios, luego que el nombre de Dios fue
reivindicado y los profetas de Baal fueron exterminados, Dios mandó la lluvia del cielo.
Pero todo esto ocurrió porque el altar de Jehová fue reparado.
 Hoy se está repitiendo la misma escena del monte Carmelo, Dios está aquí y te dice
“Acercaos a mí”, ven con tu familia, ven con tu problema, ve con tus cargas. Dios
hoy no está buscando familias perfectas e intachables, Él está interesado en familias
que necesitan urgentemente su intervención. Ven al altar derribado, ven con tus
hijos rebeldes, ve con tu esposo que te amarga la vida, ve con tus cargas, pero ven al
altar y deja que Dios reparé lo que está roto.
 Buscar a Dios como familia es el único salvavidas que nos podrá mantener a flote en
medio de todo este mar agitado. Aparta un tiempo específico, en donde como familia
disfrutes de la presencia de Dios. “Dios, Dios mío eres tú; de madrugada yo te
buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde
agua no hay” (Salmos 63:1). La promesa es segura, si dejas que Dios reparé el altar,
Él bendecirá de una forma especial tu vida.

Pacto alrededor del altar.

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