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Grupo de monaguillos
Hora Santa
CANTO INICIAL
V: En los cielos y en la tierra sea por siempre alabado
R: El corazón amoroso de Jesús Sacramentado
Padre Nuestro…
Ave María…
Gloria…
V: En los cielos y en la tierra sea por siempre alabado
R: El corazón amoroso de Jesús Sacramentado
Padre Nuestro…
Ave María…
Gloria…
V: En los cielos y en la tierra sea por siempre alabado
R: El corazón amoroso de Jesús Sacramentado
Padre Nuestro…
Ave María…
Gloria…
V: En los cielos y en la tierra sea por siempre alabado
R: El corazón amoroso de Jesús Sacramentado
CANTO
INTRODUCCIÓN
¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? Estas cuestiones muchas
veces zumban como abejas dentro de mi cabeza. Pero son tan difíciles de
responder, que prefiero escuchar música, reírme con los amigos, ver la
televisión sin embargo siempre están ahí, esperando el instante en que los
ruidos del diario vivir se conviertan en aterradores silencios, y entonces esas
fatigosas preguntas inician su ronda por mi mente.
En este momento, estas interrogantes carcomen mi cerebro. Una pregunta más
se suma a mis muchas dudas ¿Cuál es mi lugar en el universo? ¿En qué lugar
del rompecabezas debo insertar mi existencia? ¿Quién puede responderme?
Ahora el silencio me rodea, pero no estoy solo, hay más gente a mi alrededor;
todos con las mismas preguntas y en medio de nuestras dudas, está Cristo
reposando en el sagrario.
ORACIÓN
Señor, Tú que has creado el cielo, que mueves las estrellas y nos has regalado
la vida. A ti que eres infinitamente sabio te pedimos, que durante esta hora
acompañes y guíes nuestras reflexiones. Llénanos de tu Espíritu Santo para
descubrir poco a poco nuestro lugar en el cosmos. Para que tu plan vaya
tomando forma en nuestra existencia. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro
Señor. Amén
“ Aquí donde los misioneros son pocos y los cristianos se encuentran tan
desparramados, es común costumbre entre éstos acudir en las grandes
festividades del año, Pascua, fiesta patronal de la misión y Asunción de la
santísima Virgen, a la residencia del Padre misionero a fin de solemnizar
dichas fiestas y saludar al padre. Durante el año, el misionero solamente puede
visitar los lugares donde hay cristianos; una, dos o cuando más cuatro veces.
Nuestro territorio, gracias a Dios, no se encuentra en tan triste situación, por
ser bastante pequeño y ser muy pocos cristianos.
Sin embargo, para celebrar la fiesta del nacimiento del Hijo de Dios en esta
nuestra residencia, algunos cristianos se veían en la necesidad de andar una
distancia de veinte kilómetros, molestia que nosotros fácilmente podíamos
evitarles, si uno de los padres que actualmente residimos en Chengliku,
marchaba a celebrar el santo sacrificio de la misa a un pueblo, distante once
kilómetros y medio.
Nos determinamos a celebrar la fiesta en ambos lugares, y con anticipación
avisamos a los cristianos de Yang- Pu- Low, este es el nombre de dicho
pueblo, encargándoles a la vez notificaran a los cristianos de los pueblos
vecinos. El día 24 de diciembre, terminada la comida a la hora acostumbrada,
púseme al momento a preparar todo cuanto necesitaba: ropa de cama, la
maleta con lo indispensable para celebrar el santo sacrificio y el maletín.
CANTO
SÍMBOLOS
Vasija de barro: Ante nuestros ojos esta cierta cantidad de arcilla, pero no es
cúmulo de barro sin más. Está trabajada, modelada…Nuestra vida es como un
montoncito de arcilla que día a día y poco a poco, va tomando una forma y a
nuestro lado está el Artesano más sabio. Dejemos que ese grande y amoroso
alfarero nos revele la forma más bella para nosotros.
Planta: Esta planta algún día fue una minúscula semilla. El agua, la tierra y el
sol contribuyeron a su crecimiento. Pero quien verdaderamente la ha hecho
crecer es el que hizo el cielo, la tierra y el agua: Dios. Dejemos que Dios
también nos ayude a crecer humana y espiritualmente.
Vela: Esta vela era cera en un panal. El esfuerzo humano y su ser maleable, la
han convertido en lo que ahora es: una fuente de luz y calor. Como cristianos
debemos esforzarnos y ser maleables para poder ser luz del mundo.
Mc 10, 1-21
Dejar lo que se tiene para seguir a Cristo es una condición básica cristiana.
Con las riquezas adheridas a nuestro corazón es imposible optar por una vida
de entrega generosa a los demás. Las riquezas son un obstáculo insuperable
en orden a la salvación.
REFLEXIÓN
PRECES
Para que la Iglesia anuncie con valentía la Palabra de Dios en toda situación,
por difícil que sea, roguemos al Señor.
Para que los laicos cristianos sean fermento de la fuerza evangélica en medio
del mundo, roguemos al Señor.
Para que las familias cristianas sean testigos del Evangelio y fomenten la
vocación religiosa y sacerdotal, roguemos al Señor.
Ponemos ante ti, Señor, nuestras súplicas por las necesidades del mundo y tu
Iglesia. Atiéndenos, por tu inmensa bondad de Padre. Haznos servidores fieles
de tu pueblo y atentos a las necesidades de nuestros hermanos. Te lo pedimos
en el nombre y por la mediación de tu Hijo Jesucristo.
TEXTO CONCILIAR
La Iglesia santa, por voluntad divina, está ordenada y se rige con admirable
variedad. "Pues a la manera que en un solo cuerpo tenemos muchos miembros
y todos los miembros no tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos,
somos un cuerpo en Cristo, pero cada miembro está al servicio de los otros
miembros" (ROM., 12,4-5).
El pueblo elegido de Dios es uno: "Un Señor, una fe, un bautismo" (Ef., 4,5);
común la dignidad de los miembros por su regeneración en Cristo, gracia
común de hijos, común vocación a la perfección, una salvación, una esperanza
y una indivisa caridad. Ante Cristo y ante la Iglesia no existe desigualdad
alguna en razón de estirpe o nacimiento, condición social o sexo, porque "no
hay judío ni griego, no hay siervo ni libre, no hay varón ni mujer. Pues todos
vosotros sois "uno" en Cristo Jesús" (Gal., 3,28; cf. Col., 3,11).
ORACIÓN FINAL
CANTO FINAL