Está en la página 1de 32

TEÓRICOS

MÓDULO I: Introducción a la especialidad

Ø Ley del Ejercicio Profesional de la Psicología, N° 23.277.

Autoriza el ejercicio en la aplicación y/o indicación de teorías, métodos, recursos, procedimientos y técnicas específicas en:
diagnóstico, pronóstico y tratamiento de la personalidad, y la recuperación, conservación y prevención de la salud mental de
las personas; la enseñanza y la investigación.

Se considera ejercicio profesional de la psicología: la enseñanza, investigación, aplicación o indicación de teorías,


métodos, recursos, procedimientos y técnicas específicamente psicológicas en: el diagnóstico, el pronóstico y el
tratamiento, la enseñanza e investigación y el desempeño de cargos funciones, comisiones o empleos por designaciones
de autoridades públicas, incluso nombramientos judiciales, etc.

Condiciones: poseer título habilitante otorgado por alguna universidad, título extranjero revalidado o los profesionales
extranjeros con título que están en tránsito en el país y q se los solicita oficialmente a una consulta o q son contratados
por instituciones con fines de investigación, docencia y asesoramiento.

No pueden ejercer la profesión: los condenados por delitos hasta el transcurso de un tiempo igual al de la condena que en
ningún caso podrá ser menor de dos años; los inhabilitados por sentencia judicial hasta tres años después de su
rehabilitación; los que padezcan enfermedades psíquicas graves y/o infectocontagiosas.

Pueden prestar servicio y realizar diagnósticos, interconsultas y derivaciones;

Obligaciones: aconsejar internación en aquella personas que atienden y cuyo trastorno de la conducta signifiquen un
peligro para sí o para terceros, así como su externación; proteger a los examinados actuando ética y moralmente;
colaboración a autoridades sanitarias en caso de emergencias, secreto profesional y fijar domicilio profesional.

Prohibido: prescribir medicamentos, participar honorarios entre profesionales, anunciar act profesional como psicólogo
aplicando falsos éxitos terapéuticos, estadísticas ficticias, datos inexactos, prometer resultados en la curación o cualquier
otro engaño.

Para ejercer hay que inscribirse en la secretaría de políticas de salud y reglamentación sanitaria del ministerio de salud y
acción social.

El ejercicio del psicólogo comprende toda actividad profesional, específicamente psicológica, desarrollada en forma
individual, grupal o institucional, aplicada sobre personas. Las teorías, métodos y recursos que se apliquen en el
ejercicio profesional deberán ser aquellos reconocidos en los ámbitos universitarios académicos del país en los q se
imparta enseñanza de psicología.

Los actos del ejercicio profesional podrán hacerse constar por escrito.

Ø Puhl, S., Izcurdia, M., Oteyza, G. (2018). Psicología jurídica y práctica pericial. Buenos Aires, Argentina:
Ed. A.A.P.J. Cap. Relación entre Psicología y Derecho: Psicología Jurídica.

La Psicología y el Derecho son ciencias humanas y sociales cuyo objeto de estudio es la conducta humana. La persona y
la acción social humana son objeto común de estudio, pero mientras que la psicología pretende dar cuenta del
comportamiento humano, el derecho se ve en la obligación de controlarlo.

Tanto a la Psicología como al Derecho les preocupa la comprensión, la predicción y la regulación de la conducta
humana. Parten de que el sujeto sea responsable de sus actos y conductas y de su capacidad para modificarlos. Los dos
tienen como finalidad la estabilidad y el bienestar social.

Tienen el mismo modo de entender a la conducta, pero la psicología estudia las características de la conducta
mientras que el derecho a través de la ley la regula. Su enfoque es tomado desde perspectivas distintas. Cuando en el
derecho se habla de conducta se hace referencia a la conducta exteriorizada, mientras la psicología toma en cuenta los
aspectos externos e internos. A su vez, la psicología busca el descubrimiento de las leyes que le permita conocer el
comportamiento de los seres que estudia, mientras que la ley positiva no predice, sino que prevé y trata de fomentar o de
prohibir positivamente en función del poder que posee y en función de lo que considera bueno o malo para la convivencia
de las personas, no en función de las leyes de la naturaleza humana. La ley dice lo que se debe hacer, mientras que la
psicología descubre las leyes del ser.

La regulación de la conducta es la función esencial de la ley positiva, la cual nos marca lo que debemos hacer o evitar.
Mientras que la función de la psicología en su entrecruzamiento con el derecho es el entendimiento de los procesos que
conducen a que el sujeto realice o no una conducta,e s decir, encontrar el por qué un sujeto se adhiere a la ley o la
transgrede.
La racionalidad jurídica puede llegar a moderar y manejar las representaciones sociales de los individuos e influir
ideológicamente en la vida diaria de las personas, junto con el darse cuenta que los argumentos y decisiones jurídicas
afectan y se ven afectados por la opinión pública, dando lugar al encuentro entre justifica y poder político grandemente
importante para la psicología y el derecho.

Luis Muñoz Sebasté estableció que el punto de encuentro fundamental entre el Derecho y la Psicología confluye en torno al
concepto de conducencia: la capacidad que tiene una norma jurídica de provocar cumplimiento, evidenciando la relevancia
que tiene para las ciencias jurídicas presentar un enfoque psicosocial.

La relación existente entre la Psicología y el Derecho tiene tres vertientes principales


según este autor:
1. Psicología en el Derecho: dados los elementos psicológicos de los que se compone el Derecho, esté
precisa a la psicología.
2. Psicologia del Derecho: el sistema judicial está formado por normas y estas normas constituyen
estímulos que estimulan o inhiben ciertos comportamientos
3. Psicología para el Derecho: psicologia forense
4.
La relación entre la Psicología y la Ley

Daniel Lagache define a la psicología como la ciencia que estudia la conducta humana y el comportamiento en el más
vasto sentido, abarca todas las actividades, sentimientos y razones de las personas.

La ley es una norma jurídica general, expresada en palabras, creada por un proceso determinado y por un órgano
legislativo. Para su vigencia, se instaura dentro del marco del sistema del derecho positivo. Es la representación de la norma
que rige dentro de una sociedad, por lo cual debe ser aceptada por todos sus integrantes. En tanto la ley no sea
quebrantada, la convivencia social será armónica y el bien social estará asegurado. Es independiente al sujeto, esta se
impone a él.

Javier Urra Portillo define al derecho como un conjunto de leyes, preceptos y reglas a que están sometidos los hombres en
su vida social; es la ciencia que estudia las leyes y su aplicación y es un sistema de normas coercibles que rigen la
convivencia social. Es comportamiento humano normado y al serlo, todo cuanto constituya la conducta del hombre abarca
de alguna manera su esfera, ya que si el derecho fuera solo normas y reglas, la conducta humana escapa a su
consideración.

Dentro de este sistema de normas encontramos al hombre viviendo en sociedad. Nos constituimos en sociedad porque
necesitamos satisfacer requerimientos colectivos que no podríamos alcanzar como individuos aislados. En su esfuerzo por
detener el caos en medio de tales fuerzas disolventes, las distintas sociedades elaboran estrategias a través de
variadas formas de imposición, persuasión o consenso a partir del control social, entendiendo este como la
influencia de la sociedad que delimita las conductas de los individuos.

El asesinato del padre en Totem y Tabu es el acto que lleva a Freud a plantear que en el pincipio fue la accion y esta dio
origen a la ley, pues tras eliminar al padre y satisfacer su odio, surge el arrepentimiento por el acto y nació la conciencia de
culpabilidad, lo que se transformó en arrepentimiento fue la corriente tierna hacia el padre, en tanto que el padre no amado
se convierte en esa identificación que se llamó super-yp. Se prohíben matar al hermano dando lugar a stanley miento de la
prohibición. Se respeta realizando una renuncia pulsional que garantiza la seguridad social.

Una concepción del derecho natural sostiene que el fundamento último de la ley se halla inscripto y es innato a la naturaleza
humana en cuanto tal, y uno de los valores innatos, eternos y consustanciales es la justicia, el dar a cada uno lo que
corresponde. El valor de justicia es un valor relacional y por consiguiente surgido del consenso y vigente del coseno, por lo
cual es esencialmente relativo a tiempos y circunstancias. Es el fundamento del ordenamiento jurídico, el valor que sostiene
la ley positiva. La psicología es una disciplina auxiliar del derecho en su función de impartir justicia.
Tanto la psicología como el derecho parten del individuo, del sujeto responsable de sus actos y conductas y de su
capacidad para modificarlos. Los dos entienden que la estabilidad y el bienestar social tienden a ser alcanzados en cuanto
es mayor la adaptación de cada persona.

Derecho y Psicología concuerdan en su carácter objetivo, empírico y cuantificador. La psicología jurídica es ante todo
psicología social, es una disciplina que se ocupa de los aspectos psíquicos caracterológicos del comportamiento jurídico
social, donde involucramos la situación jurídica integral. Se erige en un espacio de intersección atravesado por discursos
esencialmente divergentes. Desde el campo de inserción laboral es una especialidad de la psicología en el campo legal,
surgiendo de la articulación del conocimiento científico de la psicología y el campo legal.

La praxis del psicólogo dentro del escenario legal podría esquematizarse como la función de evaluar y brindar
tratamiento a los sujetos que por diversas circunstancias se encuentran a disposición de la justicia.
El psicólogo que se desenvuelva en los mencionados espacios se verá una y otra vez interrogado por la ley ya
que la Justicia le requerirá aportes que le sirvan para dar respuestas a aquellos temas en donde el saber del
derecho se queda sin argumentos posibles. Las funciones del psicólogo jurídico van pasando a constituirse en
funciones oficiales del Estado actual. Las excelencias de sus técnicas específicas sólo alcanzan la verdad con el
auxilio directo de la psicología.

Para la ley el sujeto es causa fundamental de sus actos. El acto es consciente y voluntario, intrínsecamente determinado.
Para la psicología, sin negar necesariamente estos atributos, afirma que ésta es una visión muy estrecha de la conducta
pues la misma está determinada por las circunstancias y por el aprendizaje. Al derecho le importa investigar lo relacionado
con la verdad objetiva de los hechos acontecidos; mientras que la psicología centra su estudio en la verdad subjetiva que
subyace en el sujeto y se construye en base a su historia de vida y contexto sociocultural en que se desenvuelve.

Psicología Jurídica

La Psicología Jurídica comprende el estudio, asesoramiento e intervención eficaz, constructiva y prosocial sobre el
comportamiento humano y las normas legales e institucionales que lo regulan. Es una ciencia aplicada encargada de ayudar
a la solución de problemas pertenecientes a una realidad jurídico-normativa. Debe considerar muy especialmente la norma
jurídica, por sobre todas las normas de convivencia sociales existentes dentro de una sociedad determinada.

Se encuentra relacionada con el estudio, explicación, promoción, evaluación, prevención y tratamiento de aquellos
fenómenos psicológicos, conductuales y relaciones que incurren en el comportamiento legal de las personas, mediante
metodologías implícitas en el método científico, embarcando espacios y niveles de estudio e intervención.

Trata de supuestos psicológicos en que se fundamentan las leyes y quienes las aplican, ya sean abogados o psicólogos,
con el fin de explicar, predecir e intervenir.

También puede definirse como la rama de la psicología social que se dedica al estudio de los comportamientos
psicosociales de las personas o grupos que estén relacionados, establecidos y regulados por el derecho, así como
aquellos procesos psicosociales que guían o facilitan los actos y las normas jurídicas. Se ve orientada a aplicar el
conocimiento científico y los métodos de la psicología a los problemas derivados del estudio que lleva a cabo el
derecho y a pretender llevar una relación beneficiosa para los dos.

Es la especialidad de la Psicología que desarrolla su investigación y metodología para mejorar el ejercicio del
Derecho en general y la intervención del sistema de justicia en particular, entendiéndose por este fuerzas y
Cuerpos de Seguridad, Administración de Justicia e Instituciones Penitenciarias.

Se distinguen diferentes ramas de la psicología jurídica:


❖ Psicología Forense: aplicación de todas las ramas y saberes de la psicología ante las preguntas de la justicia.
Coopera en todo momento con la administración de justicia en el tribunal, mejorando el ejercicio del derecho. Aplicada a
la búsqueda, examen y presentación de pruebas psicológicas con propósitos judiciales.
❖ Psicología del Testimonio: estudia la exactitud y la credibilidad del testigo y/o víctima. Analiza la memoria, la
capacidad perceptiva, las interferencias emocionales y el deterioro del paso del tiempo de ambos.
❖ Psicología Criminológica: incluye varios campos de actuación. Estudia la conducta criminal, su génesis,
desarrollo y configuración, centrándose en el estudio de la individualidad criminal y de aquellos factores significativos en la
historia personal. Realiza estudios sobre la personalidad criminal y su motivación psicológica, los estudios psicosociales
sobre la criminalidad y la elaboración de programas de prevención del delito.
❖ Psicología Penitenciaria: procesos de evaluación y tratamiento de aquellas
personas que se hallan inmersas en los establecimientos penales, tanto condenados como procesados. Interviene con
aquellos que se encuentran en el medio social y como última etapa de su tratamiento de resocialización y reinserción
social.
❖ Victimología: atención a las víctimas, a la mujer violada, preparación de programas
de restitución. Es el estudio científico de las personas que son víctimas de crímenes y otras acciones que causan
sufrimiento y muerte.
❖ Psicología policial: procesos de selección de personal, abordaje de problemáticas
psicológicas que pueden padecer los miembros de las fuerzas dedicadas a la investigación policial y sujetos inmersos en
situaciones de victimización, como toma de rehenes, secuestro de personas, entre otros.
❖ Psicología militar: apoyo psicológico en situaciones de crisis de sujetos inmersos
en situaciones de conflictos armados.
❖ Psicología aplicada a los procesos de resolución alternativa de conflictos: conocer, desarrollar y aplicar
las metodologías y técnicas psicológicas destinadas a facilitar los procesos de negociación y mediación como medios de
resolver los conflictos sociales sin adentrarse en la vía de litigio judicial.
Psicología Forense
La Psicología Forense es el estudio de las personas y de los grupos en cuanto tienen la necesidad de
desenvolverse dentro de ambientes regulados jurídicamente, así como de la evolución de dichas regulaciones
jurídicas o leyes en cuanto que los grupos sociales se desenvuelven en ellos.

Hace referencia al “foro” o forum, lugar en donde se administraba justicia en las ciudades romanas. Aplica sus
conocimientos y técnicas para ayudar a jueces y tribunales en su toma de decisiones.

Es la aplicación de la ciencia y la profesión de la Psicología a las preguntas y problemas relacionados con la Ley y con el
sistema legal. Trabaja en el ámbito de los tribunales, en sus diferentes fueros y delimita su objeto de estudio en el
entrecruzamiento entre el discurso jurídico y psicológico. Tiene técnicas propias que la convierten en una ciencia
auxiliar de ese campo.

Abarca todas las formas de actuación profesional del psicólogo cuando éste actúa con un claro y definido conocimiento en
su condición de experto en asuntos estrictamente legales, tales como la asistencia a las Cortes, a las partes interesadas
en los procedimientos legales y en todas aquellas agencias administrativas, judiciales y legislativas. Siendo su principal
objetivo dotar al proceso judicial de principios, técnicas e instrumentos psicológicos que permitan una valoración más
objetiva de la conducta humana.

El psicólogo actúa en su rol de perito, realiza la exploración, evaluación y diagnóstico de las relaciones y pautas de
interacción, la personalidad, inteligencia, aptitudes y actitudes, y otros aspectos. Es un experto que asesorará a los
órganos judiciales en aquellas materias, concernientes a la conducta humana para el sistema jurídico, tal como, la
credibilidad del testimonio, el estudio de la personalidad de imputados y la determinación en víctimas, de la huella
psíquica directamente relacionada con los hechos denunciados. Realiza peritajes, sirviendo así de soporte a la
administración de la justicia para que el juez dicte sentencias más acordes. El perito es absolutamente independiente,
actúa desde la libertad de una profesión liberal o desde la seguridad de una relación institucional.

Realiza valoraciones psicolegales, actividad técnica que consiste en poner en relación aspectos del funcionamiento
psicológico con cuestiones jurídicas.

Interviene colaborando con el derecho en todos los fueros en la explicación de diferentes variables tales como: FIJARSE
EN LA FOTOCOPIA QUE ESTÁ GUARDADA EN LA COMPU, PÁG 9.

El Psicólogo Forense debe contar con formación en las siguientes áreas:


 Criminal y Forense: Debe conocer la Psicopatología General, la criminodinamia y delictogénesis de los
trastornos mentales, los distintos procesos de victimización criminal y sus repercusiones psicológicas y la
valoración forense de las repercusiones legales de los trastornos mentales.
 Psicología Evolutiva: alteraciones del desarrollo mental y vincular y el desarrollo atípico infantil
 Psicología Criminal o Psicología de la Delincuencia: estudio de la carrera criminal y de los factores de
riesgo/protección, establecer el perfil psicológico del infractor y la individualización de la pena más allá de la
mera valoración de la esfera cognitiva y volitiva (imputabilidad).
 Psicología del Testimonio: procesos básicos (atención, percepción y memoria) aplicados a la valoración
de la prueba testifical.
 Técnicas y habilidades para la aplicación de la evaluación psicológica al contexto forense: desarrollo de
entrevista, pruebas psicométricas y proyectivas en su aplicación al contexto pericial.
 Formacion en tecnicas propias del ambito forense: escalas de valoracion del reisgo y procedimientos
para valorar la credibilidad del testimonio en supuestos casos de abuso sexual infantil
 Guias para la elaboracion del informe psicologico forense, asi como tecnicas y habilidades para enfrentar
la ratificación en el acto de juicio oral
 Formación específica en la aplicación de la ética y la deontología al campo forense

Ø Varela, O., Puhl, S. Izcurdia, M. (2022) Psicología Jurídica. Criminología y Victimología. Ficha de
cátedra.

Psicología jurídica

La Psicología Jurídica es una rama de la especialidad psicológica dado que se erige en un espacio de intersección
atravesado por discursos esencialmente divergentes. Es una especialidad de la práctica profesional del psicólogo que
define la aplicación de la psicología en el campo legal, surgiendo de la articulación del conocimiento científico de la
psicología y el campo legal.

En el inicio, las relaciones entre la psicología y el derecho no han sido viables. Las incipientes relaciones han sido
obstaculizadas por prejuicios y actitudes negativas. Los cambios en el derecho y los nuevos enfoques llevaron a descubrir
que la Psicología es una disciplina que ayuda a comprender y explicar la conducta del ser humano y, desde esta
perspectiva la psicología jurídica está estrechamente conectada al derecho desde diferentes escenarios.
Ramas de la psicología jurídica:

 Psicología Forense: ciencia que enseña la aplicación de todas las ramas y saberes de la psicología ante las
preguntas de la justicia, y coopera con la administración de justicia, actuando en el tribunal, mejorando el ejercicio
del derecho. Aplicada a la búsqueda, examen y presentación de pruebas psicológicas con propósitos judiciales.
 Psicología del Testimonio: estudia la exactitud y la credibilidad del testigo y/o víctima y analiza la memoria, la
capacidad perceptiva, las interferencias emocionales y el deterioro del paso del tiempo de ambos.
 Psicología Criminológica: incluye varios campos de actuación como en la psicología forense, del testimonio,
del delito común, de las fuerzas de seguridad, etc. Estudia la conducta criminal, su génesis, desarrollo, y
configuración; centrándose en el estudio de la individualidad criminal y de aquellos factores significativos en la
historia personal. Dedicándose a la realización de estudios sobre la personalidad criminal y su motivación
psicológica, los estudios psicosociales sobre la criminalidad y la elaboración de programas de prevención del
delito.
 Psicología Penitenciaria: Analiza y aborda los procesos de evaluación y tratamiento de aquellas personas
que se hallan inmersas en los establecimientos penales. Interviene con aquellos que se encuentran en el
medio social como última etapa de su tratamiento de resocialización y reinserción social.
 Victimología: Se ocupa de la atención a las víctimas realizando varias funciones, como atención,
preparación de programas de restitución etc. Según Dussich es el estudio científico de las personas que son
víctimas de crímenes y otras acciones que causan sufrimiento y muerte.
 Psicología Policial: es un área que no termina de instalarse adecuadamente, siendo que se ocupa de los
procesos de selección de personal, abordaje de problemáticas psicológicas que pueden padecer los miembros
de las fuerzas dedicadas a la investigación policial, como así también a los sujetos inmersos en situaciones de
victimización, tales como toma de rehenes, secuestros de personas, entre otros.
 Psicología Militar: en Argentina no se ha desarrollado hasta el momento. Está
 dirigido al apoyo psicológico en situación de crisis de sujetos inmersos en situaciones de conflictos armados.
 Psicología aplicada a los procesos de resolución alternativa de conflictos: se encarga de conocer,
desarrollar y aplicar las metodologías y técnicas psicológicas destinadas a facilitar los procesos de negociación
y mediación como medios de resolver los conflictos sociales sin adentrarse en la vía del litigio judicial.

Criminalística

La criminalística es una disciplina auxiliar del Derecho Penal que se encarga de demostrar y explicar un delito, determinar
sus autores y la participación de éstos, a través de un conjunto de procedimientos, técnicas y conocimientos científicos y
por tanto comprobables, con un gran porcentaje de certeza. Comprende actividades y procedimientos minuciosos para
demostrar y recrear de manera correcta y efectiva los hechos ocurridos, empleando los instrumentos y armas utilizados en
el hecho y, basándose siempre en los conocimientos y técnicas científicas para señalar a los autores del delito. Busca la
demostración de cómo fue cometido el delito, determina los datos de la víctima, busca el autor o autores del hecho y
comprueba siempre los hechos y acciones a través del conocimiento científico.

Principios básicos y fundamentales que rigen la criminalística:


 La preservación del lugar del hecho o delito cometido.
 Observación minuciosa del lugar de los acontecimientos, así como su fijación.
 Continúa el levantamiento de todos los indicios encontrados, los cuales son enviados al laboratorio
para su análisis.
 La cadena de custodia de los indicios y pruebas encontrados.

Disciplinas que sirven a la criminalística:


 Dactiloscopia: estudio de las huellas dactilares.
 Arte forense: retrato hablado partiendo de la memoria de la víctima.
 Balística forense: estudio de los cartuchos, balas, municiones, armas y trayectoria del proyectil.
 Documentoscopía: estudio de los documentos inmersos en una investigación de un hecho delictivo.
 Fotografía forense: toma de fotografías del lugar de los hechos y que permite la recreación posterior del
mismo, así como a las pruebas e indicios encontrados en el mismo.
 Genética forense: análisis de las pruebas o muestras de sangre, saliva, secreciones, semen,
entre otros, encontrados en el lugar de los hechos.
 Odontología forense: análisis odontológico de la víctima, de los sospechosos o autores del delito.
 Toxicología forense: estudio de las sustancias tóxicas que son encontradas en víctimas o en el lugar del
hecho. Se realiza a los implicados de los hechos estén vivos o fallecidos.
 Grafología forense: estudia las escrituras encontradas en los documentos implicados dentro de la
investigación.
 Antropología forense: determina las características físicas del autor del delito.
 Informática forense: analiza todos los documentos y sistemas informáticos.
 Medicina forense: laboratorio donde se analizan todas las pistas, indicios y pruebas obtenidos de un crimen.
 Patología forense: trata de la posible causa de muerte de un individuo.
Criminología

La criminología es aquella ciencia que estudia los factores de un hecho delictivo y al victimario, el rol que tiene la víctima
dentro de este hecho y el resultado de este estudio crea una prevención de la delincuencia que lleva un enfoque de
reinserción social. Lo hace estudiando cuestiones relevantes a la criminodinámica (forma de realización de los hechos
delictivos), así como de la o las personas que los cometen, también se encarga de estudiar los factores endógenos y
exógenos (tales como: psicológicos, biológicos, sociales y culturales), llegando a una criminogénesis (estudio del origen
del hecho delictivo) y además de que con base a estos estudios crea una política de prevención social para evitar esas
conductas delictivas.

En Argentina José Ingenieros es el primer Director del Instituto de Criminología en el año 1907 y es quien desarrolla los
primeros estudios y trabajos sobre el tema.

La Criminología surge como la ciencia multidisciplinaria que estudia el delito y el delincuente, como la conducta humana
desviada tanto de los casos en forma individual como de los fenómenos de masa, a fin de determinar y explicar la génesis
del fenómeno, prevenirlos, como a su vez aplicar los tratamiento o remedios necesarios del caso. Se dice
interdisciplinaria, debido a que recurre al conocimiento de otras disciplinas y/o ciencias tales como la medicina, psiquiatría,
psicología, antropología, sociología, etc, a fin de conocer del caso desde distintas ópticas, llegar a la formulación de sus
hipótesis como génesis de la conducta desviada y aplicar los remedios o tratamientos necesarios al caso. Se encuentra
en un estadio superior y abarcativo.

Nace con la necesidad de estudiar, determinar y explicar el fenómeno y estrecha relación existente entre el delito y el
delincuente, cuáles son las causas que llevaron al sujeto para caer en la comisión del hecho y aplicarle remedios o
tratamientos personalizados en busca de su posible reinserción en la sociedad.

Se debe partir de la base del análisis en función de la personalidad y de su contexto social, debido a que el sujeto se adapta
al medio social a través de su conducta y la intencionalidad de la misma constituye un todo organizado que se dirige a un
fin.

Victimología

Ciencia que estudia a la víctima, su victimidad (conjunto de factores que predisponen a una persona o a un grupo de
personas a ser víctimas), su relación con el delincuente y su grado de participación en el hecho delictivo. Nace de la
necesidad de estudiar a modo específico a la víctima constituyendo una disciplina autónoma diferenciada de la
criminología y por una necesidad vital de dignidad humana.

Hans Von Henting propuso un enfoque dinámico e interaccionista que cuestionaba la concepción de víctima como actor
pasivo. Se centró en características que precipitan la victimización y la relación transgresor-víctima.

Víctima: aquella persona física que ha sufrido directa o indirectamente un daño o padecimiento de índole físico, emocional o
material como consecuencia de un delito. Victimario: aquella persona que produce el daño, sufrimiento o padecimiento de la
víctima.

La víctima como sujeto pasivo es la titular del bien jurídico protegido vulnerado, es la persona que recibe las
consecuencias dañinas del hecho punible. Para la ONU las víctimas son las personas que individual o colectivamente
hayan, sufrido daños, inclusive lesiones físicas o mentales, sufrimiento emocional, pérdida financiera o menoscabo
sustancial de sus derechos fundamentales, como consecuencia de acciones u omisiones que violen la legislación penal
vigente en los Estados miembros, incluida la que proscribe el abuso de poder. Se incluye a los familiares o personas a su
cargo que tengan relación inmediata con la víctima directa y a las personas que hayan sufrido daños al intervenir para
asistir a la víctima en peligro o para prevenir su victimización.

Las víctimas por delito deben de cumplir determinadas características que favorezcan a su victimización, la
planeación del victimario para la elección de su víctima y de la determinación del tipo de delito, tales como:
 factores económicos (nivel económico)
 factores por cuestiones médicas (patologías crónicas-degenerativas) o farmacológicas
(dependencia de algún medicamento),
 factores sociales y culturales (entorno en el que se desarrolla)
 factores educativos (grado de estudios)

Esta ciencia permite llegar a la comprensión del nivel de afectación que puede llegar a desarrollar la víctima, según su
adecuado estudio y clasificación de la misma.

La victimología también se encarga de otorgar:


 Asistencia victimológica: que utiliza todas aquellas medidas de comprensión y ayuda para superar o reducir las
consecuencias producidas por la conducta delictiva, enseñándole técnicas de prevención para impedir nuevas
victimizaciones.
 Tratamiento médico: otorgar la atención médica y primeros auxilios en casos urgentes donde la víctima
haya sido dañada físicamente.
 Tratamiento psicológico: dirigido a disminuir la ansiedad y angustia que tienen las víctimas por el trauma
causado, y de reducir los sentimientos de vergüenza y culpa por haberse convertido en víctima.

El estudio de la víctima para la psicología, resulta particularmente importante en cuanto al rol participante o
desencadenante que le compete a las mismas. Los psicólogos han de ser conscientes de la relación causal que existe
entre la ocurrencia del delito y la contribución del agraviado en su victimización, por lo cual, resulta primordial el ejercicio
técnico de poder determinar cuales son las aportaciones tanto del agresor, como de la víctima en el hecho criminal.

Para Tamarit la victimología puede definirse como la ciencia multidisciplinar que se ocupa del conocimiento de los
procesos de victimización y desvictimización, es decir del estudio del modo en que una persona deviene víctima, de las
diversas dimensiones de la victimización (primaria, secundaria y terciaria) y de las estrategias de prevención y
reducción de la misma, así como del conjunto de respuestas sociales, jurídicas y asistenciales tendientes a la
reparación y reintegración social de la víctima.

La victimología tiene un objeto de estudio amplio, ya que no sólo se interesa por las víctimas de los hechos delictivos,
sino que también se interesa por las víctimas de catástrofes naturales, y los procesos de victimización y desvictimización.

El objeto de estudio de la Victimología tiene que ser analizado desde tres planos
diferentes:
 El plano biopsicosocial: casos en los que no existe delincuente y se estudian todos los factores que
producen la existencia de esa víctima.
 El plano criminológico: casos en que la víctima surge por su relación con un criminal. Se tienen en cuenta
los puntos de vista terapéuticos y preventivos de las víctimas.
 El plano jurídico: relación de la víctima con la ley penal o civil. Incluiría los casos de indemnizaciones de daños y
perjuicios.

MÓDULO II: Control social y derecho

Ø Puhl, S. (2020) Control social y penal. En: Varela, O. (comp.) Psicología Jurídica. 30 años construyendo
saberes. Buenos Aires, Argentina: JCE Ediciones.

Control social: Edward Ross utilizó en 1901 por primera vez este término como categoría enfocada a los problemas del
orden y la organización social, en la búsqueda de una estabilidad social integrativa resultante de la aceptación de valores
únicos y uniformadores de un conglomerado humano disímil en sus raíces étnicas y culturales. Puede entenderse como
toda actividad que tienda a regular la interacción humana que puede asumir la forma de cooperación, de conflicto
o de intentos para superarlo. Hace referencia al grupo de normas y regulaciones de diferente tipo que son
establecidas explícita o implícitamente por una sociedad para mantener el orden de los individuos y permitir el
desarrollo de un nivel de vida organizado y controlado. Tiene como objetivo mantener al sujeto o a los grupos sociales
dentro de un orden formalmente aceptado para que se respete un número de normativas básicas que contribuyan a
generar estilos de vida organizados y no conflictivos
Las regulaciones más claramente visibles al servicio del control social son aquellas que se expresan a través de leyes,
estatutos y regulaciones formales, que todos los miembros de una sociedad deben cumplir de igual modo. A partir de
métodos informales como la familia, la educación, la medicina, la religión, etc, se llega a controlar con mucha más
eficiencia a los sujetos que con los métodos formales.
El control social puede ser:

 Difuso: medios de comunicación, familia, rumores, prejuicios, modas, etc.


 Institucionalizado: escuela, iglesia, universidad, psiquiátricos, policía, etc. Siempre que el control social opera
por medio de la institucionalización de las personas, se revela una serie de posibilidades de punición real que es
menester investigar. El sistema penal es la parte del control social que resulta institucionalizado en forma punitiva
y con discurso punitivo: en la práctica abarca desde que se detecta o supone que se detecta una sospecha de
delito hasta que se impone y ejecuta una pena
Cada sociedad definirá de acuerdo con su cultura cuáles son las pautas de comportamiento que requiere de sus
integrantes, a los fines de mantener el orden social necesario para que dicha organización social pueda sostenerse. Se
entiende por cultura el conjunto de pautas de comportamiento, explícitas o implícitas, adquiridas y transmitidas mediante
símbolos que constituyen el patrimonio singularizador de los grupos humanos. El núcleo esencial de la cultura son las
ideas tradicionales y los valores vinculados a ellas. Los sistemas culturales son productos de la acción y elementos
condicionantes de la acción futura. También puede ser entendida como un proceso de significación comunicativa, objetiva
y subjetiva, entre los procesos mentales que crean los significados y un medio ambiente o contexto significativo y la vez
significante. Para pertenecer a la sociedad, los sujetos deben pasar por un complejo proceso de aprendizajes acerca de lo
culturalmente útil y necesario para su medio.
La socialización es el proceso por el cual se logra que los individuos se ajusten al orden social y por el cual aprendemos a
ser miembros de una comunidad humana y a interiorizar los valores y roles de la sociedad. Es necesario que el individuo
aprenda cuáles son las conductas culturalmente aceptadas a los efectos de que la sociedad pueda establecer el orden
social. Implica compartir con otros, interiorizar lo compartido y hacerlo parte de su ser. Sin una socialización adecuada, no
se podrá lograr la apropiada inserción del individuo al contexto social. El orden social como pautas institucionalizadas de
comportamiento, fuerza externa que actúa como orientador de la conducta individual a través de la estandarización en
categorías pautadas culturalmente.
Sin embargo, el proceso de socialización no siempre es suficiente para asegurar la adaptación del comportamiento de
todos los individuos y grupos que configura la comunidad social: aquellos que no se integran son los que aparecen
dentro de la marginación social, especialmente los que manifiestan un comportamiento desadaptado a las pautas
institucionales, es decir contrario al bien social. La sociedad necesita que el individuo aprenda cuales son las conductas
culturalmente aceptadas a los efectos de que se pueda establecer el orden social. El orden social es la fuerza externa
que actúa como orientador de la conducta individual a través de la estandarización en categorías pautadas culturalmente.
Fija los límites de la satisfacción de las necesidades y regula el tejido normativo de las relaciones interpersonales.
Toda sociedad presenta una estructura de poder, con grupos que dominan y grupos dominados, con sectores más
cercanos o más lejanos a los centros de decisión. A partir de esta estructura, se controla socialmente la conducta de los
hombres.

Mead desarrolló la teoría democrática del control social. Para Mead, el orden en las sociedades no debería resolverse con
la institución de un liderazgo, sino con la posibilidad de comunicación entre todos los individuos en torno a un objeto social
adecuado. Desde este enfoque, la sociedad debe definirse como un entramado de infinitas interacciones entre individuos,
a los que se les provee de un significado específico mediante un proceso de tipificación. Las premisas básicas son:
1) Los seres humanos buscan alcanzar determinadas cosas provistas de determinados significados
2) Tales significados surgen de la interacción entre los seres humanos
3) El individuo, mediante un proceso de interpretación, reconoce los signos que aluden a tales significados y de ese
modo estos son tratados y significados
La interacción social se sostiene sobre la concepción del uno mismo (objetivación propia) y de los otros (asunción de los
otros).
Para Mead, el principal resultado de los procesos de control social era la constitución de un objeto social adecuado en el
terreno de la comunicación. El proceso de control social será entonces aquel mediante el cual los objetivos determinados
se colocan ante la atención del individuo y forma parte de todas las transacciones públicas o privadas.
Los sistemas legales juegan un papel más preponderante en cuestiones específicas y restringidas.

La principal institución de control social es la jurídica, es decir, el ordenamiento jurídico es el resultado final del
proceso de institucionalización mediante el cual se tipifican como normales o legales unas determinadas
conductas, y como anormales o ilegales a otras a las cuales se persigue. El control social considera como marginal a
todo aquel individuo que se encuentra situado al margen de la normalidad.
La desviación criminal es un producto de una reacción social, de individuos que están ligados a la estructura antagonista
de la sociedad. Baratta explica que el derecho penal tiende a privilegiar los intereses de las clases dominantes y a
inmunizar del proceso de criminalización comportamientos socialmente dañosos típicos de los individuos pertenecientes a
ellas, tendiendo a orientar el proceso de criminalización sobre todo hacia formas de desviación típicas de las clases
subordinadas.
Desde el paradigma positivista, el comportamiento del hombre no es más que el resultado de las relaciones
interpersonales y algunos aspectos de su ambiente. Los criminales serían una minoría que no quiere o no puede
comportarse según los valores impuestos por la mayoría. Un individuo siempre es marginal si presenta características
diferentes a las de los grupos normativos, osea aquellos grupos que establecen las normas y las leyes. Un grupo social se
convierte en normativo en función de una determinada estructura de poder. Con ese grupo va a ser comparados todos los
demás grupos e individuos cuya conceptualización como marginados o no va a depender de su mayor o menor distancia
con respecto a las características del grupo normativo.
El proceso de criminalización (Basaglia) consiste en el proceso por el cual los grupos poderosos consiguen influir sobre la
legislación y sobre las instituciones. Esto significa que en una sociedad moderna la acción de estos grupos se traduce en
el poder de condicionar la acción del Estado. Criminal es la acción definida como tal por el grupo de poder, y el sujeto
criminal es el que padece ese proceso de criminalización.
Según Pavarini este proceso está compuesto por dos fases:

- Criminalización primaria: valoraciones políticas discriminatorias que provocan que solo ciertos sujetos sufran a
distinto nivel los efectos de la criminalización
- Criminalización secundaria: integrada por los órganos de control (jueces, policías, etc) en la acción de selección
de que ilegalismos deben ser penalmente perseguidos y que sujetos criminalizados
La sociedad confía a los poderes del Estado la protección de los bienes jurídicos fundamentales mediante la sanción,
promulgación, cumplimiento y ejecución de leyes. Cualquier persona que lesione dichos bienes debe ser penada. El
control social desde un discurso punitivo es la coerción penal, que es entendida como la acción de contener o de reprimir
que el derecho penal ejerce sobre los individuos que han cometido delitos, su manifestación es la pena y las medidas de
seguridad.
La pena es la restricción o privación de bienes jurídicos impuesta conforme a ley por los órganos jurisdiccionales,
competentes, al culpable de una infracción penal. Es un hecho universal, su objetivo es garantizar la seguridad jurídica
reconociendo una función preventiva especial mediante la reeducación resocializadora. Es el mal impuesto por sentencia
judicial a una persona consistente en la pérdida de un bien jurídico de que gozaba, por ser autor o partícipe de un delito.
En nuestro país domina el ambiente de las penas privativas de la libertad.
El sistema penal es la parte del control social que resulta institucionalizado en forma punitiva y con discurso punitivo.
Sociedad y grupos sociales

La sociedad es definida como un conjunto de individuos en sus relaciones mutuas y como miembros de grupos. Es allí en
donde se gestan todos los fenómenos que interesan al derecho, que es a su vez producto de la sociedad. Es el lugar
donde se da la base de la sociología en general y de la jurídica en particular. En la sociedad se gesta la interacción que es
la base de la vida social y de sus procesos.
Los grupos son conjunto de personas que interactúan, llevan adelante reivindicaciones cuyo fin es el mantenimiento o
ampliación de formas de conducta que son inherentes a las actitudes compartidas. Hay cohesión y un interés
compartido. Accionan en función de su interés común. La articulación de intereses es importante ya que señala los
límites entre la sociedad y el sistema político. Si los grupos que conforman la sociedad no encuentran los canales
adecuados para expresar sus intereses y necesidades, es más probable que sus demandas queden insatisfechas y esto
puede generar violencia. Los medios empleados para articular demandas pueden ser: demostración de furia y violencia;
conexiones personales; representación directa y el lobby.
Grupos de intereses:

Es un ente social organizado en forma permanente, ocasional o intermitente, que cumple la función mediadora de
articulación de intereses dentro del orden legal; tienen un interés particular común a todos, ligados por lazos de
necesidades compartidas. Realiza ciertos reclamos sobre otros grupos de la sociedad para el establecimiento,
mantenimiento o acrecentamiento de formas de comportamiento implícitas en las actitudes compartidas.
Grupos de presión:

También comparten intereses, pero el contingente es la presión. Todo grupo de presión es un grupo de interés pero no
todo grupo de interés se convierte en grupo de presión. Buscan influir en el poder público. Se caracteriza por su intento
dinámico de integrarse a la realidad política como fuerza de acción a través de los recursos económicos (para pagar
campañas publicitarias, financiar campañas políticas u ofrecer recompensas), el número de miembros del grupo como
determinante de la presión, la imagen de prestigio y reconocimiento social, la capacidad organizativa para movilizar a sus
miembros o para inducirlos y los contactos con funcionarios del gobierno para obtener respuestas a sus demandas.
El modo en que llevan adelante sus reclamos puede ser muy variado, como la persuasión, el lobbying y el uso de los
medios de comunicación.
Grupos de tensión:

Son grupos de presión que recurren a la acción directa, al sabotaje y medidas similares para provocar la anormalidad y
ubicarse al margen de la legalidad e intentando subvertir el orden vigente mediante la acción clandestina. Buscan generar
una gran tensión en la sociedad para lograr sus objetivos, forzando así a los gobernantes a atender sus demandas.
Recurren por ejemplo al terrorismo o a grupos anarquistas para lograr la erradicación del Estado.
Grupo de poder:

Grupos sociales normativos en función de una determinada estructura de poder. Gobierna la realidad sociopolítica de una
sociedad. Utiliza su potencial poder para forzar al Estado a tomar decisiones a su favor.

Instituciones de control penal

Según Degano, para que el castigo funcione, el que lo recibe tiene que aceptar que quien se lo impone tiene legitimidad, y
sentir que ese castigo tiene un sentido y una utilidad. Su planteo es que el sistema judicial no ofrece el arrepentimiento al
sujeto y el condenado no aprende a respetar la ley, por lo cual las penas aplicadas tienen más efecto de victimización que
de rehabilitación.
El tratamiento penal se basa en el paradigma etiológico de la criminalidad, que encuentra las causas del delito en el
propio infractor a la ley, basándose en explicaciones biologicistas, psicológicas y/o ambientales, enmarcadas en general
dentro del positivismo criminológico.
El propio fracaso de la prisión constituye su razón de existencia, ya que cumple con su verdadera función, que es la de
mantener fuera de la convivencia social a determinados sujetos y grupos. La cárcel supone un sistema total. Funciona de
manera autónoma con sus propias normas, sus diferentes roles, patrones de comportamiento, sistemas y códigos de
comunicación, presión, sus agentes de control formales e informales, el código del recluso.
Al proceso de incorporación y paulatina adaptación a este “hábitat alternativo'', Clemmer lo llamó prisionización y Goffman
enculturación. Consiste en la progresiva asunción por parte de la persona privada de la libertad de una nueva forma de
vida, en el aprendizaje de nuevas habilidades y consistencias comportamentales.

La vida cotidiana en prisión se caracteriza por la extrema rigidez en su organización, con una burocratización de lo más
elemental y una gran vaciedad de contenidos y elementos motivadores. Está impostada de legalidad. Se priorizan los
aspectos disciplinarios y reglamentarios. Todo ello conduce a una infantilización del sujeto que Goffman llama “mutilación
del yo” que genera un sentimiento de dependencia absoluta de la institución total y un profundo egocentrismo reactivo.

Ø Varela, O. Puhl, S., Izcurdia, M. (2019). Conceptos introductorios al campo del derecho. Ficha de cátedra.

¿Qué es el derecho?

El derecho es un sistema de normas coercibles (que son susceptibles de ser aplicadas mediante la fuerza pública en caso
de incumplimiento de una norma) que rigen la convivencia social (en todas las sociedades las normas jurídicas rigen las
relaciones de los seres humanos entre sí).

Se trata de un conjunto más o menos ordenado y jerarquizado de reglas o normas de conducta que, por ejemplo impone la
obligatoriedad de dar o hacer determinadas cosas, indica cómo debemos realizar ciertos actos, aunque no tengamos la
obligación de hacerlos, que establece qué actos están prohibidos y su pena de sanción.

El fin del derecho es el orden justo de la convivencia. Dentro de toda sociedad ha existido un sistema normativo que
detenta tal objetivo.

En cada etapa histórica puede identificarse la existencia del derecho positivo, es decir, un plexo normativo vigente en
determinado tiempo y lugar. En nuestro país, el derecho que rige la convivencia está signado por un sistema de normas
escritas que poseen una jerarquía establecida.

Se debe diferenciar el derecho de la justicia. La justicia hace referencia a un valor axial, un valor fundante que resulta
inherente a la subjetividad humana. Se define como “dar a cada uno lo suyo de sí”. Es relativo y variable según la
individualidad de cada persona a que se aplique.

El sistema normativo de nuestro país se rige por el derecho positivo administrado por el aparato judicial.

Fuentes del derecho

Las fuentes del derecho son aquellas de las que emanan las reglas sociales plasmando un derecho positivo.

Fuentes materiales: están ligadas a factores sociales que dan nacimiento a las leyes. Dentro de ellas se encuentran:
 Usos y Costumbres: crean reglas basadas en la realidad de los hechos y que en muchos casos son, luego
confirmadas por el órgano legislativo.
 Jurisprudencia: constituida por el conjunto de sentencias y que caracteriza el hábito de juzgar de igual manera
una cuestión similar.
 Doctrina: opinión que vierten autores de reconocidos antecedentes en el campo de la investigación del derecho.
 Fuentes formales: son los medios creadores del sistema jurídico general que conforma el derecho positivo de un
país. Incluye:
- La Ley: es una norma jurídica general, expresada mediante la palabra, que ha sido creada por un proceso
determinado y por un órgano legislativo. Su característica esencial es su generalidad, o sea, sus directivas
apuntan a orientar la conducta de toda la población de un país.
- La Jurisprudencia de fallos plenarios (fallos unánimes de las Cámaras Revisoras)
- y sentencias de la corte suprema.

La pirámide jurídica de Kelsen

El sistema normativo en nuestro país tiene distintos grados de jerarquía.:


1. La Constitución Nacional: es la ley suprema y fundamental de la organización de nuestro Estado. En el año
1994 se incorporaron a la misma en el art. 75 inc. 22 Tratados Internacionales de protección de DDHH.
2. Otros Tratados Internacionales: no fueron incorporados a la Constitución Nacional, pero son “contratos” entre
Estados que se comprometen a determinadas prestaciones mutuas con la finalidad de lograr un bien común
(generalmente económico).
Concordatos: son tratados que se suscriben con el Vaticano.
3. Las leyes: son dictadas por órganos legislativos Nacionales (o provinciales según la jurisdicción).
Cuerpos normativos de importancia: códigos de fondo (rigen en todo el territorio de la República Argentina como el
Código Civil y Código Penal) y códigos de forma (rigen solo en la jurisdicción específica para la cual fue creado como el
Código de Procedimiento Penal de la Pcia. de Bs. As.; y Código de Procedimiento Penal de la Nación).
Cada una de las provincias y territorios federales dictará su propio Código de Procedimientos y su propia
organización de justicia, conforme lo expresa la Constitución Nacional debiendo adoptar los Códigos y Leyes de Fondo
(código Civil, Código Penal, Código Comercial y Leyes Laborales) de la Nación.
4. Los Decretos del Poder Ejecutivo: son los llamados Decretos de Necesidad y Urgencia.
5. Las sentencias judiciales: son dictámenes emanados de una autoridad competente con facultades
jurisdiccionales.
Principios que signan el concepto de Ley

Obligatoriedad de la Ley: las leyes son directivas sobre el obrar humano, adjudicando a ciertas acciones y/o omisiones
penalizaciones para el ejecutante. La obligatoriedad afirma que en caso de que el hombre en su accionar no cumpla o
haga lo que legalmente debe o ejecute lo que le está prohibido podrá hacerse destinatario de una sanción.

Ignorancia de la Ley: el derecho positivo de un país se considera conocido por todos bajo ciertos recaudos y que esa
presunción no admite prueba en contrario. La ignorancia de las leyes no sirve de excusa, si la excepción no está
expresamente autorizada por la ley.

Organización del Poder Judicial de la Nación

El aparato jurídico se encuentra dividido en fueros que se especializan en una competencia. El proceso resulta disímil
según el fuero en el que se desarrolle la temática.

Son Fueros Nacionales:


 Fuero de Casación en lo Criminal y Correccional
 Fuero Nacional en lo Comercial
 Fuero Nacional del Trabajo
 Fuero Nacional en lo Civil
 Fuero Nacional en lo Criminal y Correccional

En los Fueros Comercial, Civil y del Trabajo, los procesos de conocimiento pueden explicarse a través de las siguientes
etapas:
- Afirmación Negación
- Confirmación: presentación de las pruebas
- Alegatos
- Sentencia

El proceso penal conlleva las etapas de:


- Investigación Penal Preparatoria (IPP) o Instrucción
- Elevación al juicio oral
- Debate oral
- Alegatos
- Sentencia

El Poder Judicial permite que las decisiones adoptadas por los jueces de primera instancia sean apeladas por cualquiera
de las partes, o sea autoriza la revisión de una sentencia dictada por un juez de primera instancia, y será la Cámara
Nacional de Apelaciones del fuero respectivo, quien revea el caso dando una sentencia que ratifique o rectifique lo decidió
en primera instancia. Si la sentencia rectificara lo acordado en la instancia anterior podrá solicitarse a la Corte Suprema
una nueva revisión de dicha causa.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación interviene como último tribunal de alzada y lo que determina no es
revisable, sus fallos hacen “Cosa Juzgada”, son inapelables, no susceptibles de modificación.

Ø García, A. El psicólogo forense en el ámbito tribunalicio. En: Varela, O. (comp.) Psicología Jurídica. 30 años
construyendo saberes. Buenos Aires, Argentina: JCE Ediciones.

La Psicología Forense es una rama de la Psicología Jurídica. Forense remite al término “foro” que proviene del latín
forum y se utilizaba en Roma como aquel sitio donde los tribunales oían y se expedían sobre los casos, donde se discutían
los asuntos de interés para el pueblo.

Forense también remite a “fuero”, la división interna que tiene la justicia para una mejor administración y a la inserción del
psicólogo forense en el ámbito tribunalicio realizando pericias.

La psicología forense es la disciplina o especialidad del quehacer psicológico que encuadra en las normas jurídicas
vigentes, con métodos, técnicas y procedimientos específicos, trata de dar respuesta a las cuestiones que hacen al saber
psicológico en el marco del ámbito tribunalicio. La psicología forense delimita su objeto de estudio en el entrecruzamiento
del discurso psicológico y jurídico.

La pericia remite a la opinión de una persona especializada o informada en determinada rama del conocimiento. A esta
persona se la denomina perito y su opinión se llamará dictamen. Este dictamen podrá constituir una prueba o establecer
un medio para la obtención de una prueba.

La actividad del perito se orienta a la producción del convencimiento psicológico del juez sobre la existencia o inexistencia
de los hechos afirmados.

La prueba pericial es un medio de prueba independientemente de que sea no vinculante, es decir, que esta prueba sea
utilizada o no por el juez para dictar su sentencia.

El testimonio difiere de la pericia. El testigo es la persona que da testimonio de lo ocurrido, da cuenta de los hechos que
han caído bajo la percepción de sus sentidos. En cambio, el perito da una valoración fundada en sus conocimientos, el
dictamen, que es requerido por el juez.

Otros medios de prueba:


 Prueba documental: a través de documentos o escritos se enterara probar la veracidad de un hecho
 Pruebas informativas: informes que se solicitan a dependencias públicas, escribanos y entidades privadas que
dan cuenta de hechos concretos, son el resultado del análisis de la documentación, los archivos o los registros de
los informantes
 Pruebas confesionales: se expone bajo juramento sobre la veracidad de ciertas posiciones concernientes a la
cuestión que se debate

Se evidencia un desplazamiento en la importancia de las pruebas periciales como elementos fundamentales a la hora de
dictar justicia. Sumado a la importancia que los magistrados le dan a estas pruebas, es lo que nos ubican, como peritos, en
ese lugar de mayor responsabilidad. El perito psicólogo deberá dejar de lado la ingenuidad para pensar más allá de su
obrar técnico, preguntando ¿para qué fines va a ser utilizado mi dictamen?

Consideraciones de la actividad pericial del psicólogo en los distintos fueros

El Poder Judicial se divide en fueros. Cada fuero o jurisdicción reviste condiciones especiales y requiere de conocimientos
científicos específicos. Hay consenso en cuanto a la existencia de los fueros civil, familiar, laboral, penal, minoril y
contencioso administrativo.

En el fuero civil los juicios remiten a daños y perjuicios y al daño psíquico para determinar posibles secuelas psíquicas
reactivas (en el área afectiva, volitiva e intelectual) a un determinado hecho. Las causas de mobbing pueden reclamarse
en este fuero.

En el fuero familiar se tratan los conflictos atinentes al derecho de la familia como los divorcios, los regímenes de visitas,
tenencia, adopción, violencia familiar, etc. El psicólogo podrá evaluar a los integrantes de una familia, a sus relaciones
vinculares y a la posibilidad de que exista la expresión de conductas desadaptadas. También podrá valorar las aptitudes
para el ejercicio de la tenencia de un niño y evaluar a los posibles adoptantes para descartar psicopatologías y establecer
la capacidad de paternaje.

En las denuncias de violencia familiar podrá realizar un diagnóstico de interacción familiar, secuelas en las víctimas y
valoración de riesgo.

En juicios de incapacidad civil por la falta de aptitud para gozar o ejercer de un derecho podrá evaluar las capacidades
psíquicas que permiten a un sujeto autoadministrarse y autodirigirse.

En los juicios de capacidad civil evaluará el estado psíquico de una persona que transitoriamente podría poner en riesgo
tanto a su persona como a su patrimonio, considerando que el elemento volitivo es básico en la formación de todo
acto jurídico.
Comprenden casos de personas adictas, de los disminuidos en sus facultades y casos de prodigalidad.

En el fuero penal, el psicólogo podrá evaluar la personalidad tanto de las víctimas como de los victimarios. Incluye delitos
contra la vida, homicidios donde se dirime la imputabilidad o inimputabilidad de un individuo, es decir la capacidad de
comprensión de la criminalidad del acto y la dirección de la acción. También casos donde esté en juego la emoción
violenta, delitos contra la integridad sexual, abuso sexual infantil, violaciones, lesiones, causas de estaba, etc. El psicólogo
puede ayudar en el asesoramiento en la posibilidad de otorgar el beneficio de la prisión domiciliaria. En los casos de
probation podemos ser convocados para determinar si el sujeto presenta la necesidad de efectuar un tratamiento
psicoterapéutico. También para contribuir en el esclarecimiento de una muerte dudosa.

En el fuero de menores el psicólogo podrá intervenir en casos en que sea necesario efectuar estudios psicológicos a
niños o adolescentes en conflicto con la ley penal, que se hallen en epligro material o moral o en situación de abandono.

En el fuero laboral se dirimen los juicios entre empleados y empleadores por reclamos generalmente de índole
económica, vinculados a enfermedades profesionales, accidentes laborales, daño psíquico por mobbing, etc.

En el fuero federal podrá intervenir en la evaluación de personas que presenten conflictos con la Ley de Drogas a los fines
de esclarecer el grado de compromiso de un sujeto con la sustancia y otorgarle al juez herramientas a los fines de la
implementación de medidas curativas o educativas. En el caso de las víctimas de trata su declaración testimonial deberá
ser tomada por psicólogos en la Cámara Gesell.

Definición de Perito y tipos de peritos.

El perito es un docto, es decir, alguien experimentado en un determinado arte, ciencia o práctica que posee conocimientos
científicos, artísticos o prácticos y es llamado por la justicia como auxiliar para expedirse sobre hechos cuya apreciación no
puede ser llevada a cabo por un juez, por no contar con los conocimientos necesarios. Es un auxiliar de la justicia porque
colaborará con el juez en lo que el magistrado requiera.

El psicólogo podrá actuar de diversas maneras y según la normativa vigente de cada país. Se pueden distinguir los
siguientes tipos de perito:
 El perito oficial: trabaja en relación de dependencia con la justicia en las asesorías
 periciales y en los juzgados
 El perito de oficio: es contratado para intervenir específicamente en un caso puntual, su relación es de tipo
contractual
 El perito de parte: es nombrado por el juez a pedido de alguna de las partes y podrá firmar en conformidad o
disidencia con el perito oficial. Su función está reglamentada en el Código de Procedimientos Penal

El consultor técnico es un auxiliar de la parte y hará resaltar en la práctica aquellos aspectos técnicos que favorecen a la
parte que orienta.

Particularidades del rol del psicólogo forense

El psicólogo forense tendrá diversos roles en función de quién lo convoque y según el momento en el que se incorpore a la
causa judicial.

En la mayoría de los casos, se trabaja simplemente con la evaluación de los síntomas de la víctima, esto es, sin un
adecuado análisis ni de la naturaleza compleja del fenómeno ni de la posible relación causal entre esos síntomas y los
hechos denunciados. Esto posibilita que la víctima sea revictimizada a causa de la ignorancia o impericia del supuesto
experto. Los protocolos actuales proponen la evaluación conjunta víctima-victimario.

En la mayoría de los casos, el psicólogo forense se posiciona en un lugar de obediencia respecto al Juez. Desde este
lugar, se limita a contestar los puntos de pericia, aunque en muchas ocasiones los mismos no pueden ser respondidos
desde los alcances de la disciplina y en esos casos se requiere de un profesional.

En ocasiones los psicólogos forenses son convocados por las partes para obtener una opinión científica fundada sobre el
estudio de la factibilidad de una reclamación. El profesional deberá efectuar un diagnóstico diferencial y explicar en su
informe de modo didáctico la naturaleza del problema, las características del mismo y las posibles dificultades que podrían
surgir a partir de este tipo de reclamos.

El psicólogo forense puede trabajar en el asesoramiento para la construcción de la demanda judicial, que dentro de los
juicios de daños y perjuicios, deberá incluir elementos teóricos de la naturaleza del fenómeno, las características, las
definiciones en general y presentar un informe de parte que dé cuenta de las secuelas psicológicas reactivas de la víctima
del suceso que daría origen al reclamo. Dicha demanda debe ser respaldada por jurisprudencia específica.

El psicólogo forense podrá realizar a la parte damnificada, previamente, un psicodiagnóstico que justifique la reclamación,
es decir, un estudio para que el letrado pueda adjuntar a la demanda daños y perjuicios.

También podrá trabajar en la construcción de los puntos de pericia e impugnación de los puntos propuestos por las otras
partes. Los puntos de pericia son las preguntas que va a tener que contestar el perito oficial o de oficio. Tanto las partes
como el juez podrán proponer los puntos periciales, pero será el juez quien autorizará los puntos de pericia propuestos por
las partes. La exposición de los puntos sometidos a pericia deberán ser clara, sin tecnicismos y no inductiva. Las
preguntas deberán ser lo suficientemente amplias como para abarcar todos los aspectos que se quieran demostrar en la
instancia probatoria.

Análisis del expediente (demanda y contestación a la demanda)

Tomar contacto con el expediente o sumario es uno de los momentos más relevantes previo a la primera entrevista con el
peritado. Es necesario tener una visión completa del problema y también haber hecho un análisis pormenorizado de los
distintos elementos que integran el expediente: demanda, contesta demanda, certificaciones, declaraciones testimoniales,
pruebas informativas, documentales, etc. Esta información será clave a la hora de abordar las entrevistas semidirigidas.
El expediente, como marco del accionar del perito, debe ser estudiado en su totalidad.

Aceptación del cago de perito: diferirá según la normativa vigente de cada provincia o país.

Entrevista y elección de técnicas de evaluación psicológica

Las entrevistas en el ámbito tribunalicio son semi dirigidas y focalizadas en los puntos sometidos a pericia. Hay que
abstenerse de profundizar sobre aquellos aspectos de la vida del sujeto que nada tengan que ver con los hechos que
dieron origen a la demanda. El psicólogo no deberá realizar interpretaciones que podrían desencadenar o movilizar
determinadas emociones que luego no podrá sostener como si fuese un espacio terapéutico.

El perito deberá, concluida la entrevista, seleccionar las técnicas de evaluación psicológica, generales y específicas, en
función de las hipótesis interpretativas obtenidas en la misma, que serán seleccionadas según los puntos de pericia.

Confección del informe psicológico pericial

El informe pericial se confeccionará en base al análisis de las técnicas administradas. Reúne las características de un
psicodiagnóstico con las particularidades de un dictamen forense, dado que está orientado únicamente a contestar los
puntos de pericia. Las áreas que debe contemplar son la descripción física y características significativas del entrevistado;
conducta durante la evaluación, con relación a la tarea y al entrevistador; aspectos intelectuales de personalidad;
funcionamiento yoico; aspectos afectivos de la personalidad y principales áreas de conflicto; relaciones interpersonales;
área psicosexual; historia del sujeto y de la familia; diagnóstico, pronóstico y recomendaciones terapéuticas.

El juez o las partes podrán solicitar aclaraciones, así como ampliaciones del informe pericial, en forma oral o escrita. La
pericia podrá ser también impugnada.

Secreto Profesional y relevancia de los datos a aportar

La confidencialidad de los datos que recibe el psicólogo en las entrevistas constituye una obligación ética y es
resguardada, legalmente, por las pautas del secreto profesional.

No se debe perder la neutralidad frente al caso, es decir, tomar partido a favor de alguno de los integrantes del proceso, ya
que esto puede perjudicar la validez de la prueba.

Ø de la Iglesia, M. y Pulh, S. (2022) Introducción a la perspectiva de género. Ficha de cátedra.

Perspectiva de género

Denominamos perspectiva/enfoque de género a una modalidad de abordaje de un tema que considera que los modos
vinculares entre las personas y/o con el contexto son asimétricos. Dicha circunspección afecta, de un modo desigual,
la existencia de las personas, produciendo actores sociales con mayores o menores grados de vulnerabilidad conforme a
significaciones socio-históricas organizadas en pares antagónicos que operan como universales.

Reconoce a las personas como sujetos de derechos, lo cual implica reconocer su inserción en un contexto sociocultural
que puede generar desigualdades en la posibilidad de ejercer dichos derechos.

La perspectiva de género cuestiona el paradigma del ser único, “ser humano neutral y universal”, basado en la idea de
hombre blanco, heterosexual, adulto, sin discapacidad, no indígena y en los roles que a dicho paradigma se le atribuyen.
Dicha concepción, denominada androcentrismo, ordena la sociedad considerando al hombre como sujeto superior y
universal, otorgando de manera consciente o inconsciente el punto de vista del hombre como central. Identifica la
perspectiva masculina con lo humano y lo femenino como específico de las mujeres.

La perspectiva de género alude a una herramienta que como enfoque busca mostrar que las diferencias entre
mujeres y hombres se dan, más que por su determinación biológica, por las diferencias sociales/culturales de
aquellos. Se enfoca en determinar las diferencias entre hombres y mujeres y sus necesidades, éstas deben tender a
mejorar sus condiciones de vida y buscar transformar la posición de la mujer en relación con la del hombre en su
comunidad y la sociedad/cultura. Emplear la perspectiva de género implica, por ejemplo, reparar en una redistribución
equitativa de las actividades productivas y reproductivas; trabajar en una transformación de todo aquellos que produzca
o reproduzca la desigualdad y fortalecer la soberanía en la gestión y decisión de las mujeres.
Igualdad de género

Hablar de igualdad de género tiene que ver con reconocer que existen otras identidades no binarias, que rompen con el
esquema varón/mujer y tienen derechos, necesidades y problemáticas específicas. La perspectiva de género permite
observar y analizar críticamente las relaciones sociales, en las que frecuentemente mujeres y otras identidades de género
no hegemónicas quedan en una posición de desventaja social, política, económica y cultural. Implica una reflexión
constante acerca de las relaciones de poder entre géneros, cuáles son sus causas y consecuencias.

Interseccionalidad

Esta mirada implica también reconocer que las relaciones de poder que se dan entre los géneros atraviesan todo el
entramado social y se articulan con otras relaciones sociales que responden a otras jerarquizaciones, como las de clase,
etnia, edad, orientación sexual, religión, situación económica etc. La discriminación basada en el género no actúa de
manera aislada sino de manera interrelacionada (no acumulativa) con otras formas de discriminación que se refuerzan y
reproducen mutuamente.
La existencia de vulnerabilidades que se interseccionan ponen a la persona en una situación de desventaja por
determinadas características, por género, por poseer una discapacidad física o mental, por cuestiones de etnia, clase
social, orientación sexual, etc.
La interseccionalidad nos permite pensar en los factores que influyen en un incremento de la vulnerabilidad de una
persona respecto a un grupo dominante que ejerce poder. Se considera violencia indirecta a toda conducta, acción,
omisión, disposición, criterio o práctica discriminatoria que ponga a la mujer en desventaja con respecto al varón.

Mandatos de género

Los estereotipos de género habilitan toda una proliferación de situaciones de violencia que en determinadas latitudes y
diferentes épocas han sido avaladas por el Estado y la iglesia, por ejemplo. Hablamos entonces de una delimitación
sociocultural que varía a través de la historia y refiere a rasgos y/o especificidades que una sociedad atribuye a lo que
considera “masculino” o “femenino”. Remite a un conjunto de particularidades sociales, culturales, políticas, psicológicas,
jurídicas y económicas que las diferentes sociedades asignan a las personas de forma diferenciada como propia de los
hombres o propia de las mujeres considerando su biología.

Heteronormatividad

Estamos en una sociedad signada por la premisa de lo heteronormativo, que ha dado como corolario un régimen
sociocultural, político-económico, histórico-antropológico, que impuso un modelo de prácticas, necesarias, para sustentar
un modelo como único modelo válido de relación sexo-afectiva y de parentesco. La heteronormatividad refiere a la
presunción de heterosexualidad de todas las personas, como única (o superior) forma de expresar la sexualidad,
naturalizando dicha orientación sexual e invisibilizando otras.

Este modelo invisibiliza otras formas de desear y amar, al tiempo que jerarquiza una forma, como la forma más deseable
de expresar y vivir la sexualidad. Esta presunción genera mal trato, discriminación y violencia hacia las personas que no
entran en ese modelo hegemónico.

Pero la acción conjunta de diversas minorías activas ha logrado una transformación, que ha sido plasmada en leyes, que
reconoce los derechos de cada quien respecto de sus elecciones sexo-afectivas y de parentesco. Pero aún conviven, en
nuestro entorno social, ambas posiciones y estás regulan los pensamientos, emociones y acciones de los diversos actores
sociales dando como resultado posicionamientos enfrentados que no logran erradicar los efectos de violencia sino más
bien que los producen y reproducen, en lo familiar, social/cultural e institucional.

Intersexualidad

El término intersex/intersexualidad refiere a todas aquellas situaciones en las que un cuerpo sexuado varía respecto al
estándar de corporalidad femenina o masculina culturalmente vigente. Refiere a aspectos biológicos del cuerpo, no a la
identidad de género ni a la orientación sexual. Las personas intersex tienen diferentes orientaciones sexuales e identidades
de género, y las unas no dependen de las otras.

Leyes
Ley Micaela N° 27.499 (2019): establece la capacitación obligatoria en la temática de género y violencia contra las
mujeres para todas las personas que se desempeñen en la función pública, en todos sus niveles y jerarquías en los
poderes ejecutivo, legislativo y judicial de la nación.

Ley Nacional de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los
ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales N° 26.485 (2009)
Ley de Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer N° 24.632
(1996)

PRÁCTICOS

de la Iglesia, M., Marqués, R., Rojas Breu, G. Vieyto, A. (2020). Contextos institucionales en los que se desarrolla
la práctica de la psicología jurídica. Ficha de cátedra.

Psicología jurídica

La Psicología Jurídica comprende el estudio, explicación, promoción, evaluación, prevención y asesoramiento y/o
tratamiento de aquellos fenómenos psicológicos, conductuales y relacionales que inciden en el comportamiento de las
personas, en términos generales. Dicha tarea se realiza mediante la utilización de métodos propios de la psicología
científica, cubriendo distintos ámbitos y niveles de estudio o intervención.

Es una de las especialidades de la psicología, asentada en la aplicación, evaluación y tratamiento que se desarrolla en el
campo jurídico, en respuesta a las demandas que del mismo recibe. Es un entrecruzamiento discursivo entre el derecho y
la psicología. Entre esta demanda y la psicología jurídica se instalan líneas de tensión grávidas de consecuencias teóricas
y prácticas. Implica el trabajo mancomunado con profesionales de otras áreas disciplinares, a saber: psiquiatría, medicina
legal, criminología, trabajo social, educación, entre otras.

Se diferencia de la psicología forense que remite a su inscripción en los foros o fueros. Se desarrolla en relación con la
práctica tribunalicia, es decir, en función de lo que se dirima en los tribunales. Por lo tanto, remite a uno de los ámbitos de
la psicología jurídica: el ámbito tribunalicio.

La psicología jurídica incluye y contiene a la psicología forense como uno de sus ámbitos. Pero la psicología jurídica asume
diversos ámbitos de inserción profesional.

Ámbitos de inserción profesional de la psicología jurídica Ámbito Tribunalicio

Se vincula con la práctica de los tribunales. Nuestro rol dentro de este campo se inscribe como peritos, ejerciendo un rol
pericial que está previsto por la Ley de Ejercicio Profesional de la Psicología, que establece: Se considera ejercicio
profesional de la psicología, a los efectos de la presente ley, la aplicación y/o indicación de teorías, métodos, recursos,
procedimientos y/o técnicas específicas en: (…) d) La emisión, evaluación, expedición, presentación de certificaciones,
consultas, asesoramiento, estudios, consejos, informes, dictámenes y peritajes.

Nuestro Código Procesal Penal establece que el juez podrá ordenar pericias siempre que para conocer o apreciar algún
hecho o circunstancia pertinente a la causa, sean necesarios o convenientes conocimientos especiales en alguna ciencia,
arte o técnica. El Código Procesal Civil y Comercial de la Nación indica que será admisible la prueba pericial cuando la
apreciación de los hechos controvertidos requiere conocimientos especiales de alguna ciencia, arte, industria o actividad
técnica especializada. De estas afirmaciones se desprende que el perito es el experto en determinada ciencia, arte,
industria o técnica razón por la cual su dictamen será requerido por el derecho a los fines de poder apreciar un
determinado hecho o circunstancia. El perito es convocado por el juez para ser asesorado respecto de determinadas
aristas necesarias para la comprensión cabal del hecho de Litis, por lo que ubica al perito en este rol de auxiliar de la
Justicia. El rol pericial, entonces, es ejercido por el psicólogo en este ámbito.

El ámbito tribunalicio está organizado según fueros. La convocatoria/requerimiento del psicólogo en su rol de perito revestirá
características particulares según cada fuero. Las mismas versarán desde cuestiones procesales y aspectos inherentes al
rol (tipos de perito) hasta las temáticas que serán interrogadas en cada caso y las operaciones técnicas asociadas.

Fueros

La división de la Justicia por Fueros obedece a la necesidad de establecer una óptima organización y administración.
Asimismo, cada jurisdicción dispondrá de una forma particular de organización.

El Fuero penal, Justicia Nacional en lo Criminal y Correccional: dirime acerca de la pertinencia o no de una sanción
penal ante determinados hechos tipificados como delitos. En caso de población adulta- la comisión de un hecho tipificado
como delito es el que motoriza la acción judicial. En este marco, el perito psicólogo será interpelado para realizar pruebas
periciales cuyos interrogantes fundantes se vincularán con el autor del delito, con la víctima y las circunstancias. Una
pregunta harto representativa de este fuero y nodal para la determinación respecto de si el autor de un hecho tipificado
como delito puede o no soportar el reproche jurídico consiste en determinar la capacidad de comprensión de la
criminalidad del acto y de dirigir las acciones conforme a derecho al momento del hecho.

Lo concluido en la prueba pericial no es vinculante, descansando la facultad de concluir al respecto en la sana crítica e
íntima convicción del juez.

También incluye tribunales intervinientes en causas que involucren a adolescentes en conflicto con la ley penal. El fuero
incluye: la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional, Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y
Correccional, Tribunales Orales de Menores y Tribunales Orales en lo Criminal y Correccional.
Fuero del Trabajo y de la Seguridad Social: el perito será interrogado, por ejemplo, respecto a enfermedades
profesionales o efectos psíquicos de un accidente laboral o de hostigamiento laboral.

Fuero Contencioso Administrativo: es un fuero federal. En él se superponen temáticas vinculadas a otros fueros en tanto
lo que lo define no son dichos temas sino el hecho de que en él se tramitan exclusivamente todas las causas en las que el
Estado es parte.

Ámbito Penitenciario

Este ámbito remite a la inserción del psicólogo en instituciones carcelarias. Su interlocutor destacado dentro de la Justicia
es el Juzgado de Ejecución Penal. En este caso el psicólogo no será un perito, toda vez que trabaja con la persona que ya
ha sido condenada, es decir, en una etapa posterior al juicio. En efecto, la justicia no se agota en el juicio, sino que
prosigue su función durante la ejecución de la pena, etapa en la que el psicólogo intervendrá en el marco de la Ley de
Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad (Ley 24.660/96 y modificatorias).

El psicólogo participará del tratamiento penitenciario desde dos áreas/escalafones:


 Criminología: tendrá como función elaborar una historia criminología que tendrá como ejes estructurantes la
elaboración de una serie de informes que devendrán en un diagnóstico clínico criminológico, un pronóstico de
reinserción social y una hipótesis acerca de la génesis de la conducta delictiva. Sobre estos pilares y en conjunto
con los informado por otros integrantes del servicio técnico criminológico (abogados, psiquiatras) y por otras
áreas (educación, trabajo, seguridad interna, sanidad, servicio social, clero), diseñará el tratamiento penitenciario,
la supervisión y la coordinación del mismo durante toda la pena en el marco de la Progresividad del Régimen
Penitenciario. Este incluye determinados aspectos, entre ellos, la educación, el trabajo, la matriz vincular, la
observancia de las conductas y la salud psicofísica. Es decir, tendrá un rol asociado a la coordinación de las
diversas áreas y será el interlocutor más frecuente de los juzgados de ejecución penal (y de otros organismos,
entre ellos, los de contralor).
 Sanidad: el psicólogo realizará la práctica clínica en tanto este es uno de los pilares del tratamiento
penitenciario
 Ambos serán llamados a contribuir con el objetivo institucional de procurar el respeto y capacidad de
comprender la ley, la gravedad de los actos y de la sanción impuesta y la rehabilitación.

Se pensará el pronóstico de reinserción y se evaluarán incorporaciones del/a interno/a a diversas etapas dentro de la
progresividad del régimen penitenciario, modalidades de ejecución de la pena, egresos anticipados, etc. Cualquier egreso
de la institución comporta competencia judicial, por lo tanto, en este caso los informes expedidos por los psicólogos tampoco
serán vinculantes.

Los psicólogos de ambas áreas integran el consejo correccional, organismo colegiado compuesto por todas las áreas de
tratamiento. Es este organismo el que emitirá las correspondientes actas expidiéndose sobre aquellas temáticas que le
correspondan y que tienen por finalidad asesorar al Juez de Ejecución Penal. Se agrega la función de clasificar conforme a
criterios clínicos y actuariales el riesgo de fuga, conflictividad y suicidio a la población penal, determinante a la hora de
pensar en el alojamiento. De esta clasificación participan ambas áreas, con características particulares en cada caso.

En la población penal también incluye procesados/as con los/as cuales los psicólogos también trabajan. En estos casos,
corresponde la asistencia psicológica ofertada por el psicólogo del área de sanidad y la evaluación conductual por parte
del consejo de evaluación de internos procesados.

Ámbito de la Niñez y Adolescencia

La psicología tiene un rol enmarcado dentro de lo legislado en la Convención Internacional de los Derechos del Niño,
incorporada a la Constitución Nacional. Como agentes de salud, conjuntamente con otras disciplinas, debemos
responder con un abordaje integral a garantizar los Derechos de NyA.

Intervenimos como psicólogos en dos áreas con un factor común, el estado de vulnerabilidad, de quienes son menores de
18 años:
 Sistema Integral de Promoción y Protección de Derechos, prevención en todos sus niveles y abordaje integral
de situaciones en donde se encuentren amenazados o vulnerados los Derechos de Niñas, Niños y
Adolescentes, con el objetivo de garantizar el bienestar de los mismos. Estas situaciones tienen que ver con
problemáticas de Discapacidad, Guarda, Adopciones, Identidad y Diversidad de género, Erradicación del Trabajo
Infantil, Niños Sin Cuidados Parentales, Victimas de Trata, distintos tipos de Violencias: Abusos, Abandonos,
Negligencia, Fortalecimiento de los vínculos familiares y comunitarios, entre otras. La labor del psicólogo estará
enmarcada en la particularidad de la situación que deba abordar conjuntamente con un equipo interdisciplinario,
con transversalidad y perspectiva de género. Priorizaremos la palabra del Ny/oA, en una escucha activa y
respondiendo al Interés superior del Niño, acompañando, orientando, evaluando, diagnosticando y fortaleciendo
según amerite la restitución del o los Derechos vulnerados.
 Marco penal, instancia en que Ny/oA transgreden o infringen la ley penal. El encuadre legal en estas
situaciones lo establece el Régimen Penal de la Minoridad, Ley 22.278. El psicólogo trabaja en establecimientos
en los que los/las jóvenes puedan llegar a estar alojados por un tiempo que establecerá la justicia o en
instancias ambulatorias, según decisión judicial. Puede depender de organismos gubernamentales o no
gubernamentales.

En los distintos espacios en los que el profesional aborde la problemática que los/las jóvenes atraviesan lo harán en forma
integral, tanto con dichos jóvenes, como con sus familias o personas que les sean referentes afectivos adultos
responsables. El trabajo debe encuadrarse en un abordaje integral, interdisciplinario y transdisciplinario.

En lo que respecta a la labor específica del psicólogo se realizarán entrevistas con los/las jóvenes y sus familias o
referentes afectivos adultos, con el fin de una evaluación diagnóstica, a partir de la misma podremos orientar la
singularidad de un tratamiento y/o sugerencia de derivación que le sea más apropiada o específica al Ny/oA y a su núcleo
de referencia afectiva. El trabajo del equipo interdisciplinario en su conjunto deberá informar al Juez interviniente, en forma
periódica.

Los informes remitidos por los equipos de las instituciones tienen carácter de no vinculante.

Ámbito de la Salud Mental

La Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657 de Derecho a la Protección de la Salud Mental es elocuente respecto a dicho
entrecruzamiento y regula este ámbito. Abarca la asistencia a víctimas de violencia de género (vg. niños/as), abuso sexual
infantil, violaciones, intentos de suicidio, etc. La psicología jurídica se impone en virtud de inscribirse en la intersección
entre el plexo normativo correspondiente y la salud mental.

Ámbito Policial

La policía científica está integrada por peritos pertenecientes a diversas especialidades, algunas de corte netamente
criminalísticas y otras de carácter criminológico. Así, por ejemplo, en Policía de la Ciudad, dichos peritos integran un
gabinete multidisciplinario, constituyéndose éste en un órgano consultivo referente en la especialidad en funciones
permanentes. Dicho gabinete atiende por un lado las demandas de investigación propias de la fuerza, las demandas de
otras fuerzas y también demandas judiciales. Los peritos psicólogos de policía científica, participan en investigaciones
criminales pudiendo realizar autopsia psicológica, perfilación criminal, evaluación de la escena del crimen, evaluación de
testimonios, evaluaciones periciales varias –por ejemplo, concernientes a imputabilidad/inimputabilidad. El producto de
cada intervención queda plasmado en un informe pericial y el perito puede ser convocado a brindar sus inferencias sobre
el caso ante la autoridad competente. Dichas intervenciones pueden ser prácticas, sobre un caso en particular, o bien
teóricas, sobre una temática.

Por otro lado, la fuerza policial de referencia, así como las distintas fuerzas de seguridad tanto nacionales como
provinciales, cuenta con una asesoría jurídica que se encarga, especialmente, de aquellas causas penales donde el
imputado es personal de la fuerza. En tales casos la tarea del psicólogo es colaborar con el análisis de las causas y la
defensa del imputado constituyéndose en perito de parte. Como perito de parte participa de las pericias solicitadas por el
poder judicial en cada una de sus etapas, práctica de la pericia propiamente dicha, evaluación del material, debate de
peritos, presentación de informes
–conjunto con el perito oficial o propio. A su vez puede ser convocado durante la instancia de juicio oral a brindar su
declaración.

Los psicólogos que integran la junta médica de policía participan en el seguimiento y evaluación del personal con
carpeta psiquiátrica y responden a diversos requerimientos de evaluación con puntos determinados a responder, tales
como los puntos periciales. Los requerimientos pueden provenir de diversas áreas de la institución o de fuera de la
misma. Desempeño profesional/asuntos internos, en el marco de averiguaciones previas de un ilícito denunciado;
departamento de legales por temas de retiro o reincorporación a la fuerza; oficina de control externo sobre investigación
de ilícito; juzgados civiles y/o penales en los que tramitan causas diversas en las que se encuentra involucrado personal
policial y/o civil de la fuerza. La labor en estos casos reviste características periciales.

Otra área es la que atiende temas de violencia familiar y/o de género, en ella los psicólogos efectúan evaluación de
personalidad de víctimas y victimarios, así como evaluación de riesgo. Por otra parte, se efectúa seguimiento y tratamiento
de los involucrados, a requerimiento de las partes, de la institución o del poder judicial.

Dentro de los equipos de negociación, por ejemplo, frente a toma de rehenes, se insertan también profesionales del
campo de la psicología en calidad de asesores de los negociadores, constituyéndose en pilar básico del equipo de
negociación. Dichos equipos conforman los grupos de fuerzas especiales. El psicólogo no es negociador, sino que
colabora con los negociadores que son personal policial. La tarea del psicólogo consiste en evaluar la peligrosidad del
delincuente, el riesgo de suicidio u homicidio del agresor, la incidencia del estrés sobre captores y cautivos y elaboración
de perfil de los captores. Para realizar la perfilación por ejemplo entrevista a familiares, amigos u otras personas que
pudieran resultar informantes claves. Por otra parte, el psicólogo interviene en la regulación y manejo del estrés en el
equipo de negociación.

Otra área significativa se vincula con la evaluación y selección del postulante para el ingreso a la fuerza o para la
promoción a categorías/jerarquías superiores –ascensos. En tal sentido el conocimiento del perfil policial resulta
indispensable, de hecho, los psicólogos trabajan habitualmente en la construcción de dicho perfil, en términos generales y
particulares.

Pseudo-Ámbito de consumos problemáticos

Hablamos de pseudo ámbito dado que se encuentra definido por una problemática que puede presentarse de manera
transversal en el resto de los ámbitos pero que asume un plexo normativo que exige que sea recortado con cierto nivel de
autonomía en función de la patología o del síntoma, dependiendo de la perspectiva que se adopte. El derecho lo aborda
tanto desde normativas civiles como penales. La labor de evaluación pericial en estos casos redundará en un informe que
será vinculante, es decir que él determinará la proyección judicial respecto a la figura de las medidas de seguridad
curativas previstas en el art. 12 de la ley de estupefacientes Nº 23.737. La ley habilita que los jueces puedan aplicar una
medida de seguridad curativa que consiste en un tratamiento de desintoxicación y rehabilitación coactiva durante el tiempo
que consideren necesario a esos fines. Dicha medida curativa no cuenta con la voluntariedad de la persona involucrada en
tal sentido las características de su abordaje se complejizan. Implica la necesariedad de un equipo multidisciplinar, un
modelo de atención integrado, coordinado con una red sanitaria y con los servicios sociales, así como adaptado a las
necesidades individuales. La orientación y asesoramiento a las familias constituye un eslabón insoslayable.

Basaglia, F. (1977). Los crímenes de la Paz. Buenos Aires, Argentina: Siglo XXI. Cap. La criminalización de las
necesidades.

Según Basaglia nos encontramos ante la presencia simultánea de dos tipos de guerra: la guerra imperialista vs. los
movimientos anti-imperialista; y la guerra cotidiana o de la paz, con sus instrumentos de tortura y sus crímenes, donde se
van aceptando el desorden, la violencia y la crueldad como norma de la vida de paz.
Hospitales, cárceles, manicomios, fábricas, escuelas, son los lugares en los cuales se llevan a cabo y se perpetúan estos
crímenes en nombre del orden y de la defensa del hombre.
Pero el hombre al que se quiere defender no es el hombre real: es aquello que el hombre debe ser después de la cura,
del adoctrinamiento, la destrucción, el achatamiento de sus potencialidades, la recuperación. Es el hombre escindido,
separado, dividido, sobre el cual es posible este tipo de manipulación para su total adaptación a este orden social que
vive de la criminalización y del crimen.

Hospitales y farmacias matan más de lo que logran curar. Las cárceles producen más delincuentes que aquellos que son
encarcelados. Los manicomios fabrican los enfermos a medida: producen pasividad, apatía y aniquilamiento, necesarios
para el control y conducción de la organización hospitalaria.

En cada momento de crisis resurgen los conceptos abstractos de “hombre” y de “humano”. En nombre de este hombre
abstracto existe el progreso de las ciencias, el progreso de la civilización. De acuerdo a si las circunstancias son
favorables o no, la lógica económica tiende a establecer aquello que es humano y lo que no lo es, lo que está sano y lo
que está enfermo, lo bello y lo feo, lo correcto y lo incorrecto. Las ideologías científicas y las instituciones tienen la tarea
de garantizar esta manipulación, uniendo en el mismo juego (obviamente con grados diferentes de posibilidad y
alternativas) a manipuladores y manipulados, controladores y controlados, los unos a través de la identificación con su
papel, aparentemente activos y autónomos, los otros en el sufrir aquello que no tienen la posibilidad de rechazar.

Se continúa sosteniendo que se han dado pasos gigantescos por parte del hombre hacia la conquista de la propia libertad
y del propio destino. La ciencia, en cada campo, declara estar dedicada a la búsqueda de instrumentos siempre nuevos
para la liberación del hombre de las propias contradicciones y de las contradicciones de la naturaleza. Pero si se analiza y
sobre todo se trabaja dentro de las instituciones creadas por nuestra “ciencia” y por nuestra “civilización”, nos damos
cuenta de cómo cada instrumento técnicamente innovador no ha servido en realidad más que para dar un nuevo aspecto
formal a condiciones que permanecen inmutables en su naturaleza y significado.

En el campo específico de la reclusión, tanto la manicomial como la carcelaria, ciencia y la civilización no parece que hayan
logrado ofrecer sino un ancla más pesada a estas islas de exclusión, donde desviación enferma y desviación sana
(“culpable” y “responsable”, por lo tanto “delincuencia”) encuentran su colocación. Para el hombre moralmente extraviado: la
cárcel; para el enfermo del “espíritu”; el manicomio; ésta es la gran conquista de la ciencia.

Durante siglos los desviados de la norma (locos, delincuentes, prostitutas, homosexuales, alcohólicos etc) compartieron un
mismo lugar, en ese entonces se buscaba aislar al anormal del comercio social. Locura y delincuencia representaban
juntas la parte del hombre que debía ser eliminada, circunscripta y escondida. Locura y delincuencia representaban juntas
la parte del hombre que debía ser eliminada, circunscripta y escondida, hasta que la ciencia no estableció claramente la
división a través de la individualización de los diversos caracteres específicos.
Según el racionalismo iluminista, la cárcel debía ser la institución de castigo para quien trasgredía la norma, encarnada en
la ley. El loco, el enfermo del “espíritu”, aquel que se apropiaba de un bien atribuido comúnmente a la razón dominante (el
extraño que vivía según normas creadas por su razón o por su locura) comenzaron a ser clasificados como enfermos para
los cuales es necesaria una institución que defina claramente los límites entre razón y locura y donde poder relegar y
encerrar con una nueva etiqueta a quien contravenía el orden público bajo criterios de peligrosidad enferma o de
escándalo público. Cárcel y manicomio, una vez separados, continuaron conservando sin embargo la misma función de
tutela y de defensa de la “norma”, donde la anormalidad (enfermedad o delincuencia) se convertía en norma en el
momento en el cual era circunscrita y definida por los muros que establecían las diferencias y la distancia.

La ciencia ha separado entonces la delincuencia de la locura, reconociendo a las dos una nueva dignidad: a la locura la
de ser traducida en una abstracción (su definición en términos de enfermedad) y a la delincuencia la de convertirse en
objeto de investigación de parte de criminólogos y científicos, que llegaron a individualizar factores biológicos genéricos
como originarios del comportamiento anormal, hasta el descubrimiento del cromosoma Y supernumerario. No obstante la
separación formal de las dos entidades abstractas, cada una con la propia institución específica, queda inalterada la
estrecha relación de una y otra con el orden público: lo que mantiene inalterada la función de ambas instituciones como
cuidado y defensa de este orden.

Ni el delincuente ni el loco han sido jamás considerados hombres, y las instituciones construidas para ellos no han
modificado ni su función ni su naturaleza, siguiente en sus evoluciones separadas, vías paralelas. Demostrando que la
finalidad efectiva de los institutos de reeducación y de cura es siempre la supresión de quien debiera ser reeducado y
curado. Las funciones de estas organizaciones son el control y la eliminación.

Estos organismos llamados rehabilitativos tienen una doble función: la violencia como sistema concreto de eliminación y
destrucción, y la violencia como amenaza simbólica de esta exterminación y destrucción.

En el capitalismo la organización de las necesidad comporta solamente la creación de nuevos organismos que son
automáticamente insertados en el ciclo productivo, ofreciendo nuevos papeles, nuevos puestos de trabajo, nuevos
servicios que ponen en movimiento el mismo circuito productivo, cuya justificación para la propia existencia es su misma
supervivencia y el mantenimiento o el aumento de los objetos que contiene.

El delincuente se convierte automáticamente en pertenencia de la criminología, ciencia que tiene como objeto de
investigación la criminalidad y no el hombre en su totalidad; así como el loco son automáticamente pertenencia de la
psiquiatría, ciencia que suele tener como objeto de investigación las desviaciones psíquicas y no el hombre en su
totalidad.

Las ideologías científicas sirven entonces para fijar en términos absolutos los elementos de su competencia, haciéndolos
convertirse en accidentes naturales contra los cuales el hombre puede tan poco como la ciencia. Si enfermedad y
delincuencia sólo son fenómenos naturales y no son también productos históricos sociales.
Pero estos hechos que la ciencia ve como naturales, sólo aparecen como propios de la naturaleza del proletariado. Es decir,
la locura y la delincuencia de los pertenecientes a esta clase son convertidas en naturales e irreductibles a través del
proceso de absolutización del diferente. Cuando se trata de casos de delincuencia en la clase alta, estos se explican
apelando contingencias histórico sociales.

En los países en donde la situación económico-social, por su grado de desarrollo no exige un tipo de superestructura
institucional dividida, la desviación ocupa todavía por lo general el mismo espacio: la internación indiferenciada o la
violencia explícita, sin encubrimiento. La violencia, o la amenaza de violencia, es aún un instrumento suficiente para
garantizar el orden público. En el caso de que exista esta división de la normalidad fundada sobre principios científicos,
ella resulta un tipo de organización institucional, una superestructura de importación que no responde mínimamente a la
realidad local.

En los países sudamericanos, la tortura representa la superestructura, la organización institucional que responde
realmente al nivel estructural de aquéllos países. La tortura como institución se convierte en el único instrumento que los
políticos (es decir, los militares) saben usar para controlar una situación que no puede ser controlada sino a través de un
estado continuo de amenaza de violencia. Para un pueblo que no tiene la esperanza de cambiar su condición invivible o
que no traduce en una lucha concreta esta esperanza, la amenaza de la internación en la cárcel o en el manicomio, como
sanciones por los comportamientos desviados, no tiene peso porque para quien no come o no tiene una casa en donde
dormir, la internación puede tb ser una solución para la supervivencia. La tortura es entonces el único medio de
eliminación y por lo tanto el verdadero control social que responde a un nivel de desarrollo todavía arcaico.

Estructura económica y organización institucional coinciden siempre a cada nivel de desarrollo y no es casual que los
manicomios se estructuren en el sentido
técnico-institucional con el inicio de la revolución industrial.

Con el nacimiento de la era industrial, la relación es entre hombre y producción, lo que crea un nuevo uso discriminante de
todo elemento que pueda ser un estorbo al ritmo productivo. Al nivel de desarrollo tecnológico de los países occidentales
esta organización del control ya no es explícita. El control es enmascarado y al mismo tiempo legitimado por las diversas
ideologías científicas: para el manicomio, por la ideología médica que encuentra en la definición de la irrecuperabilidad de
la enfermedad la justificación a la naturaleza violenta y segregante de la institución; para la cárcel, por la ideología del
castigo. El encarcelado paga por la culpa cometida en daño de la sociedad; el enfermo, paga por una culpa no cometida y
el precio es tan desproporcionado a la “culpa” que le hace vivir una doble forma de alienación procedente de la total
incomprensión e incomprensibilidad de la situación que se ve obligado a vivir. La ideología de la punición sobre la cual se
funda la cárcel y la de la irrecuperabilidad de la enfermedad sobre la que se funda el manicomio, son totalmente extrañas
al problema de la delincuencia y al de la enfermedad. Su función es la de una simple contención de las desviaciones y por
lo tanto de su control. La ideología encubre la represión simplemente justificándola y legitimándola. Pero la violencia
legitimada sigue siendo violencia.
Si la finalidad rehabilitativa de ambas instituciones fuese real, habría detenidos e internados rehabilitados y reinsertados
en el contexto social. La afinidad formal entre estas instituciones parece realizarse para ambas sobre un plano puramente
negativo. La realidad de las instituciones se mantiene fundada sobre el concepto de culpa por expiar, por pagar a través
del castigo, incluso en el caso de la enfermedad.

Los locos que Pinel había separado de los delincuentes, encadenados, están todavía real o simbólicamente, encadenados
uso y otros en instituciones separadas, pero fundadas sobre los mismos ppios destructivos; definidos y recluidos en los
mismos juicios de valor que establecen de cualquier forma su naturaleza diferente. Los locos han obtenido del
racionalismo iluminista la dignidad de enfermos y los delincuentes han pasado del ámbito de la culpa moral al de una
abstracto justificación endógena. Pero para ambos la realidad y la violencia siguen siendo las mismas. La finalidad es
siempre la protección del grupo dominante, obtenida a través de la destrucción de los elementos que obstaculizan el orden
social. La lógica de la subordinación y de la represión es la misma y se tiende a crear personas totalmente sometidas,
acríticas y totalmente identificadas en las leyes que han violado o que pueden violar.

La delincuencia y la enfermedad son un producto histórico social y sin embargo continúa haciendo pagar las
consecuencias a quien es golpeado como si se tratase siempre y sólo de culpas individuales, usadas para destruir a
quien está fuera o estorba el ciclo productivo. Son siempre los marginados los que caen bajo sanciones más rigurosas. El
grupo dom,inante salvaguarda el orden público.

Los organismos llamados rehabilitativos tienen una doble función:


1. La violencia como sistema concreto de eliminación y destrucción
2. La violencia como amenaza simbólica de esta exterminación y destrucción.

Lo que importa es individualizar rápidamente al diferente y aislarlo para confirmar que no somos nosotros (los sanos, los
normales, los buenos ciudadanos); no es la estructura de nuestra organización social la que produce las contradicciones.
Es siempre el otro, el extranjero, el extraño, el corruptor, son las “malas compañías” las que producen el contagio que
debe ser prevenido y neutralizado en defensa de lo no contradictorio de la norma, de los parámetros según los cuales es
definido el orden moral y público. En esta caza de la individualización precoz de la diversidad para confirmarla como
desigualdad se funda el carácter preventivo de las ideologías, así como en la confirmación de esta desigualdad se funda
el carácter violento de las instituciones.
Y es aquí donde entra en juego la interdisciplinariedad, la complicidad de la ciencia con la ley, por la cual se puede, según
los casos, definir como psicopático, débil o loco al delincuente que no debe ser definitivamente estigmatizado como tal, en
los casos en los cuales la estigmatización de enfermo mental resulta menos dañosa que la de delincuente. Las pericias
psiquiátricas no son más que un instrumento que permite el pasaje de un terreno al otro, a través de una medición
cuantitativa de los elementos anormales presentes en el sujeto examinado.

Los criminólogos continúan reconociendo la realidad carcelaria como la expresión más directa y evidente de la
delincuencia natural del detenido, así como los psiquiatras continúan reconociendo la realidad manicomial como signo
del deterioro psíquico y moral producido por la enfermedad.

Es sobre esta lógica destructiva como se mantiene la eficiencia de la organización institucional, porque la institución en
cuanto organización no puede permitirse riesgos. Pero los riesgos que no se permite la institución se traducen en realidad
práctica negativa para los hombres que ella contiene, para los cuales no existen necesidades, exigencias ni carencias a
las cuales se deba responder, porque el ser definido como enfermo mental o delincuente lo priva de los más elementales
derechos, aún cuando las instituciones continúen definiéndose como rehabilitadoras y terapéuticas. Las llamadas
instituciones rehabilitadoras tienen una función explícita: dar un papel institucional controlable a quien no es controlable a
través de su participación en el ciclo productivo.

Quien está fuera de este cerco y no acepta las reglas del juego, debe encontrar un lugar en el cual asumir un papel
específico con el cual la institución delegada jugará después en el gradual proceso destructivo que le corresponde.

En un nivel tecnológico-industrial más avanzado, como el control clásico de la desviación a través de las instituciones
segregantes ya no basta. El sistema capitalista, además de producir un aumento de los bienes de consumo que son
impuestos como signo del grado de bienestar alcanzado por la población, produce simultáneamente un aumento de
contradicciones, o sea un aumento de desviaciones de la regla. El control de estas desviaciones no pasa ya únicamente a
través de las instituciones segregantes y violentas (que sin embargo continúan existiendo). En este caso se puede tb
permitir proyectar la restructuración formal de estas instituciones que pueden ser modernizadas, vueltas menos
explícitamente represivas, más tolerantes, porque el control se efectúa esencialmente en otro lugar.

Este tipo de control de la desviación que recupera la mayor parte de los conflictos sociales para el terreno de la
psicología, de la medicina y de la asistencia es un nuevo modelo listo para ser exportado a los países con un nivel de
desarrollo más atrasado.

La opresión se localiza siempre en dos niveles: o el asesinato y la masacre, o la imposición de nuevos valores e
ideologías que sirven como instrumento de manipulación para enmascarar la violencia del asesinato y la masacre.
Los diferentes tipos de violencia (explícita, legitimada por las ideologías científicas, diluída y enmascarada bajo la cubierta
de las organizaciones asistenciales) son las distintas modalidades de control en relación a los diversos grados de
desarrollo de un país. Pero son tb al mismo tiempo copresentes y simultáneas en el sentido de que, en los momentos de
crisis, se elige la modalidad de intervención y de represión más adecuada para garantizar el control y ya no importa si se
pasa explícitamente de un control fundado sobre el análisis psicológico de los conflictos, a los asesinatos en masa. Quien
tiene el poder encuentra siempre la forma de legitimar la violencia, simplemente imponiéndola y uniendo al mismo tiempo
los diferentes instrumentos de que dispone, hasta llegar a humanizar la tortura, garantizando al torturado la asistencia del
psicólogo o del asistente social.

El nivel socioeconómico de los países europeos está todavía ligado al control institucional como forma de represión.
Sólo ahora se están proyectando reformas para las nuevas instituciones tolerantes, donde enfermedad, desviación y
delincuencia pueden ser controladas sin tener que recurrir a una violencia demasiado explícita.

Pero en la lógica del capital, construir nuevas cárceles significa crear nuevos encarcelado, así como crear nuevos
hospitales significa fabricar nuevos enfermos, si la finalidad continúa siendo la organización de las necesidades y no la
respuesta a las mismas.

Nadie ignora las condiciones inhumanas en las que viven los internados, pero la transformación de las instituciones
solamente lleva a un aparente cambio formal que si bien ofrecerá beneficios parciales de los que no se debe subestimar la
necesidad y lo positivo, se limitará a ser una nueva racionalización técnico organizativa usada como nuevo sistema de
control de los mismos objetos. Dentro de esta misma lógica, transformación, racionalización y control son etapas de un
proceso que se perpetúa a través del continuo cambio formal de las cosas, sin que jamás sea tocada la estructura: la
transformación es dada siempre como respuesta técnica a una exigencia económica y es la ley económica la que pide la
nueva racionalización técnica que desempeñe el cargo de control de la situación transformada.

La indignación emotiva contra la violencia de nuestras instituciones represivas debería llevar a la exigencia de una
transformación de las mismas que resulte adecuada a las necesidades que enfermedad y desviación expresan. Pero
hasta que nuestro sistema económico no considere funcional para su progresivo desarrollo un tipo de control institucional
distinto del violento y segregante hoy en vigor, cárcel, manicomio y tortura continuarán siendo lo que son.

La aceptación de la división de clases como división natural, implica una serie de reglamentos y de instituciones que
sirven para mantener la división originaria sobre la cual se erige la estructura económico-social

Cuanto más innatural es el reglamento, tanto más violento y represivo es porque no responde a la necesidad para la cual
ha sudo aparentemente instituido, sino al mantenimiento del artificio que el reglamento tiende a cubrir.

Las articulaciones a través de las cuales nuestro sistema social logra mantener la división en clases, son distintas aun
cuando todas presentan un denominador común: la tendencia a aislar los fenómenos como si no nacieran y se
presentaran en una red de relaciones y proporciones recíprocas, para afrontarlos divididos, separados del tejido del cual
son uno de los elementos y poderlos hacer asumir un carácter absoluto, natural.
Teoría científica e instituciones parecen explícitamente destinadas: la una a individualizar y a aislar estos fenómenos
bajo el mito de la repuesta especializada, las otras a confirmar, a través de una práctica destructiva, su carácter definitivo
e irreductible. Ambas están destinadas a individualizar y confirmar la diferencia natural de los fenómenos, a través del
mismo proceso ya realizado en la división de clases, matriz de todas las otras divisiones sucesivas.

El fenómeno negativo (el comportamiento anormal en términos de insociabilidad responsable o enferma) es aislado de
manera que el individuo que lo expresa se convierte sólo en ese fenómeno como si no se tratase de un momento de un
proceso en el cual están implicados la historia, el ambiente, los valores, las relaciones y los procesos sociales en los
cuales cada vida individual está siempre implicada. El fenómeno negativo es un momento relativo a un complejo de
factores biológicos, psicológicos, y sociales, pero es aislado y convertido en absoluto natural para justificar su carácter
inmodificable.

El delincuente es sólo irreductiblemente delincuente y la cárcel es el lugar que sirve para contener la delincuencia. El loco
es sólo e irreductiblemente loco y el manicomio es el lugar para contener la locura. Pero la delincuencia y la locura son
expresión de aquello que el hombre es o puede ser y al mismo tiempo de aquello que puede llegar a ser a través del
mundo de relaciones y vínculos. El delincuente y el loco conservan tb las otras caras de su ser de hombres: sufrimientos,
impotencia, opresión, vitalidad, necesidad de una existencia que no sea ni enferma ni delincuente.

Las ideologías científicas sirven para fijar en términos absolutos los elementos de su competencia, haciéndolos
convertirse en accidentes naturales contra los cuales el hombre puede tan poco como la ciencia. De este modo, las
instituciones tienen el deber de confirmar esta irreversibilidad de estos fenómenos naturales. Si enfermedad y
delincuencia solo son fenómenos naturales y no son tb productos histórico sociales, la contención y el intercambio son la
única respuesta posible, la institución represiva y la segregación, la única alternativa frente a un fenómeno del cual la
sociedad solo debe protegerse y cuidarse.
Algo determinante es la clase a la que pertenecen los usuarios de estas instituciones, pareciera que las formas de
delincuencia y locura irrecuperables fueran patrimonio de una sola clase un delincuente burgués adinerado no tiene
problemas de reinserción y de recuperación. El crimen cometido es acepado como un producto histórico-social y no como
un dato natural: hay una justificación para su acción criminal. Se trata de un hecho que no tiene la posibilidad de
determinar la evolución de la historia futura de quien delinque.

La historia de la clase oprimida que delinque, es sólo la de sus delitos: los antecedentes penales. Es delincuente por
naturaleza, no hay causas, motivaciones psicológicas, sociales o económicas que justifiquen o expliquen su gesto, sino
precisamente la delincuencia misma que se vuelve biológica.

Si se quiere afrontar el problema de la marginalidad y de la desviación debemos afrontarlo en relación a la estructura


social, a la división innatural sobre la cual tal estructura se funda y no como fenómenos aislados que se pretende hacer
pasar como simples anomalías individuales, de las cuales un cierto porcentaje de la población tiene la desgracia de ser
sujeto.
¿Qué son las instituciones? Parten de una presunción formal: la cura, la reeducación y la rehabilitación tendientes a la
recuperación del internado. Si esta finalidad no fuese sólo formal, sino prácticamente realizada, el problema estaría
resuelto la finalidad efectiva de estas instituciones continúa siendo la destrucción y la eliminación de lo que contienen.

Otro fenómeno importante es el sentido de pertenencia a la sociedad, totalmente ausente en los internados en
manicomios y en los encarcelados. Ellos no pueden reconocerse en esta sociedad que los castiga y los segrega, que los
destruye sin ofrecerles una alternativa posible. Ninguna ley de nuestro sistema social responde prácticamente a sus
necesidades y a sus derechos. Para que esto pueda revertirse es necesario primero que reconozcan las instituciones
como terapéuticas y rehabilitadoras.

La criminalización de la necesidad es en realidad la naturaleza artificialmente construida, de manera que se encuentran


frente a frente dos formas de violencia y de criminalidad, la una en respuesta a la otra, sin que se sepa reconocer qué es
la necesidad real. La desviación, el comportamiento anormal, son crímenes porque podrían ser peligrosos, la institución
delegada para la cura y la rehabilitación de la desviación y del comportamiento anómalo es crimen en nombre de la
prevención de la peligrosidad. No existen necesidades ni respuestas a las necesidades.

de la Iglesia, M., Marqués, R., Rojas Breu, G. Vieyto, A. (2020). La incidencia institucional en su dimensión
sociocultural en la construcción de la subjetividad. Ficha de cátedra.

Tanto los usos, las costumbres, como los ordenamientos legales son construcciones humanas y en tanto tales
susceptibles de transformaciones y/o cancelaciones.

La visión dialéctica de la historia de Hegel implica la superación de las contradicciones del pensamiento y procede por -
tesis: afirmación primaria, - antítesis: negación de la afirmación, y -síntesis: superación de las dos anteriores. La misma es
retomada por la corriente institucionalista del Análisis Institucional o Socioanálisis formulada por Lourau (1994): en dicho
marco la noción de institución en tanto norma, acto fundante o sustrato material se halla en correspondencia con los tres
momentos dialécticos propuestos por Hegel. Pero la noción de institución no implica diversos contenidos sino diversos
momentos: universalidad, particularidad y singularidad. La dialéctica de lo institucional, netamente de carácter histórico,
implica los momentos enunciados, así en el primer momento de modo abstracto y general la noción es plenamente
verdadera, se trata de lo instituido, naturalizado, establecido, sea por los usos y/o las costumbres o por un ordenamiento
consensuado, la ley, por ejemplo. En el segundo momento la verdad general es negada por medio de la acción de los
individuos y los colectivos, acto social instituyente. El tercer momento implica la plasmación concreta de las ideas en
formas sociales organizadas, la institucionalización encarnada en los establecimientos.

Bajo dichos parámetros comprendemos los procesos de construcción y trasformación histórica de la sociedad, los cuales
hacen al marco e inciden en los procesos de subjetivación de los actores sociales. Partimos de una concepción del
humano como sujeto social, como autor y artífice del mundo con capacidad de otorgar sentido a su hacer y de crear, a
través de sus actos individuales y colectivos, nuevas formas de relación con la realidad y con los otros. Entendemos que
todo producto de este sujeto social (acciones, pensamientos, sentimientos, formas de vincularse y la producción de bienes
materiales, por ejemplo) son fruto de una labor colectiva, de una forma de vida en común.

Desde los aportes de la Psicología Jurídica, entendida como el entrecruzamiento discursivo del Derecho y la Psicología
mediatizados por una demanda del Estado, pensamos el objeto de estudio de la misma como un campo de fuerzas en
permanente movimiento, encarnadas dichas fuerzas en lo discursivo, en lo comunicacional, así como en lo meta-
discursivo y meta-comunicacional. La visión se funda en la posibilidad de la comprensión y el abordaje, no solo de los
actores sociales sino también de las instituciones que se desarrollan, en un espacio y tiempo determinado. Solo a partir de
las propias significaciones construidas en cada momento socio histórico es que se podrá efectuar una comprensión del
entramado significante de ese momento y estimar de qué maneras esas significaciones intervienen en la construcción de
la subjetividad de quienes son sus miembros, con la particularidad de que son a la vez quienes construyen dichas
significaciones.
El Derecho, disciplina del campo de las Ciencias Sociales, nos posibilita la comprensión de ciertos aspectos específicos
de la sociedad en tanto institución en sentido amplio, como así también de las instituciones en sentido restringido. Esos
aspectos se relacionan con los conjuntos de principios, preceptos y normas que regulan las relaciones humanas en toda
sociedad civil, a fin de lograr el bienestar individual de los actores sociales, tanto como el de los colectivos; fundados en la
posibilidad de que cada uno viva honestamente, no haga daño a nadie y reciba lo que le pertenezca. En esta línea de
pensamientos, la posibilidad del bienestar social se funda en el cumplimiento de lo establecido por medio de la ley, pero
también de los usos y/o la costumbre, de tal modo que el Derecho resulta solidario de lo doctrinal, entendiendo por
doctrina aquello que es objeto de enseñanza. Así, resulta posible entender los procesos de socialización primaria y
secundaria como dispositivos sociales, que implican la incorporación de una legalidad por parte de los nuevos actores
sociales, posibilitando la institucionalización de los mismos.

El Derecho, en tanto ordenamiento legal y normativo, se remonta a los orígenes mismos de la sociedad humana.
Ubicamos míticamente a la prohibición del inceso como ese primer regulador de los intercambios vinculares humanos, es
decir como la primera norma que habría regido la convivencia de los actores sociales y que aún hoy posee vigencia. Un
objeto queda vedado para el intercambio sexual, constituyéndose, así, las estructuras elementales del parentesco. Freud
retoma lo enunciado en su texto de 1913 Tótem y Tabú.

Los usos y/o las costumbres se constituyen en un regulador social. Implican una habituación, un modo de proceder o
conducirse. Tales prácticas, muy usadas, adquieren la fuerza del precepto. Los usos y/o las costumbres habrían
precedido a la ley escrita en la organización jurídica de los pueblos. Sólo cuando las relaciones sociales adquirieron cierta
complejidad habría aparecido la necesidad de fijar las normas jurídicas en un texto escrito. Desde siempre, algún tipo de
legalidad rigió los vínculos e interacciones de los hombres.

Lo institucional es un término que presenta diferentes acepciones en el campo de las Ciencias Sociales. En un sentido
amplio remitiría a los marcos regulatorios de una sociedad, teniendo en cuenta que las regularidades sociales pueden
estar legitimadas por las fuerzas del poder del Estado, como las leyes; o puede tratarse de regularidades consensuadas
por el uso y/o la costumbre, y operan como principios establecidos, es decir instituidos. Pero dicho marco regulatorio no es
sólo externo, sino que ha sido internalizado vía proceso de socialización. En sentido restringido institución sería
equiparable a organización o establecimiento, considerando que una organización constituiría un sistema socio-técnico,
creado para la realización de fines específicos configurados alrededor de un proyecto concreto, tendiente a satisfacer
necesidades manifiestas y latentes de sus miembros y de una audiencia externa. Dicho sistema mantendría su cohesión y
eficacia mediante la implementación de un régimen de autoridad basado en una diferenciación de responsabilidades
técnico-jerárquicas. Todo el sistema se hallaría inmerso en un contexto social poblado por entidades diversas con las que
interactuaría, colaboraría y/o competiría.
Las instituciones determinan aspectos de las interacciones que se despliegan en las organizaciones, aquellos modos de
hacer y de pensar que allí se producen y reproducen, lo hacen en un doble movimiento que va de lo uno a lo otro y
viceversa. De lo que se trata, entonces, es de abordar una relación que se establece entre las instituciones y las
humanidades, entre lo colectivo y lo individual. Esta relación justificaría per se la existencia misma de la influencia de la
cultura en la construcción de la subjetividad de los miembros de las instituciones jurídicas. Las instituciones producen
subjetividades, a la vez que ciertas producciones de subjetividad interpelan, impugnan o niegan las instituciones
establecidas, apostando a su transformación o a nuevas creaciones. Las subjetividades pueden generar las condiciones
que posibilitan pensar críticamente tanto las instituciones como las formas de vida que las mismas imponen.

Esto nos lleva a pensar a los sujetos no de modo aislado sino en función de su vida en una comunidad. La comunidad se
organizaría en función de cuatro elementos básicos que se denominaría instituciones basales. Más allá del tiempo
histórico y del espacio antropológico que caracterice a una comunidad, todo conjunto social se ordena en función del
lenguaje, el sistema de creencias, el sistema de producción y el sistema de parentesco. Las formas y/o contenidos que
adquieran estas instituciones variarían socio-históricamente, pero en todos los casos, gobiernan las interacciones
cotidianas de los actores sociales, aún la de aquellos que están por venir. La institución precede al individuo singular y lo
introduce en el orden de la subjetividad, predisponiendo las estructuras simbolizantes organizadoras del psiquismo. El
sujeto social se constituye con relación a un otro colectivo, vía proceso de socialización, vía atravesamiento del complejo
de Edipo, vía internalización de la ley. La cría humana advendría a un mundo pleno de significaciones, con un repertorio
histórico estructurado, con un conjunto de estilos, habilidades, esquemas y reglas que gobiernan las interacciones
cotidianas. La cría humana se constituye en sujeto social en la medida que construye una subjetividad, una conciencia
práctica y un conjunto de capacidades reflexivas con relación al medio social en el que se desarrolla. Dicho proceso
implica una dialéctica permanente entre el actor y su entorno, en tanto producto y productor uno del otro en simultaneidad.

La cultura, las instituciones, poseen una finalidad primordial, colaborar con el mantenimiento o renovación de las fuerzas
vivas de la comunidad, permitiendo a los seres humanos ser capaces de vivir, amar, trabajar, cambiar y tal vez crear el
mundo a su imagen. Su finalidad de existencia se centra en las relaciones humanas, en la trama simbólica donde ellas se
inscriben, sellando así el ingreso del hombre a un universo de valores, con normas particulares y sistemas de referencia
que sirven como ley organizadora de la vida física, de la subjetividad y de la vida social de los individuos que son sus
miembros.
Institución jurídica, sociedad y cultura, comparten una misma génesis, aquel mítico instante en que el hombre se elevó por
encima de las condiciones animales y se distinguió de aquél. Las instituciones jurídicas, en tanto su ordenamiento
normativo y legal, se remontan a los orígenes de la sociedad humana. El único criterio válido, para reconocer una cultura,
es la existencia de una regla. Entonces allí donde la regla cobra vida se genera un espacio cultural, social, institucional.
Así la prohibición del incesto inaugura el campo de lo simbólico y su función alude a un intercambio social que se
transmite generacionalmente, vía proceso de socialización. Al sujeto social le está vedado llevar a cabo ciertas conductas
configuradas como transgresoras, se puede postular que en aquella primera regla anidan las bases del ordenamiento
jurídico legal. El crimen instaura la ley, tras el saldo de culpa reactiva a aquel. Esta regulación legal habilita el lazo y
compele a una renuncia en pos de ese lazo que se torna tejido, tejido social. La cultura, entonces, se edifica sobre la base
de una renuncia pulsional, precisamente, en la no-satisfacción directa –mediante sofocación, represión- de poderosas
pulsiones. La instauración de una ley, a la que todos quedan sometidos, implica la sustitución del poder del individuo por
el de la comunidad. Su esencia consiste en que los miembros de la comunidad se limitan en sus posibilidades de
satisfacción directa, en tanto que, en el mundo de la naturaleza no se conocía tal limitación. Si la renuncia no opera, la
justicia adviene para reafirmar el proceso cultural en los términos freudianos.

Reflexiones éticas: Cultura y Socialización

El desarrollo de la práctica pericial ubica al psicólogo en un espacio de entrecruzamientos singulares, el cual no responde
exclusivamente a saberes científicos, sino que requiere tener en cuenta otras variables como la diversidad cultural. La
cultura, como sistema defensivo colectivo, constituye un sistema de protección social estandarizado que determina y
regula los comportamientos humanos. Por lo tanto, resulta necesario tener en cuenta, en la práctica pericial psicológica, la
modalidad de organización que rige los vínculos entre los hombres y los valores e ideales que portan los mismos, al
momento de intentar dar cuenta de sus comportamientos.

(En el texto presentan un caso) En ciertos casos resulta necesario reflexionar, a la hora de efectuar las consideraciones
forenses pertinentes, sobre ciertos elementos socioculturales que, si fueran presentados de modo aislado, no integrados
en un conjunto, descontextualizados, hubieran resultado suficientemente patológicos y podrían haber conducido a un
infundado diagnóstico. Resulta necesario enfatizar un mayor respeto por las categorías culturales en función de las cuales
los seres humanos explicamos y expresamos nuestros malestares cotidianos. De lo contrario, podemos interpretar como
sintomático lo que simplemente es una manera socialmente aprendida de dar cuenta de lo que nos pasa.

La perspectiva estructural que implica situar al hombre y su enfermedad en una red tejida por intercambios étnicos y
establecer así una relación entre la endoculturación (es decir, la personalidad elaborada por los padres dentro de la etnia)
y la aculturación (la presión ejercida por una etnia a fin de remodelar la personalidad de un miembro de otra etnia) es
fundamental.

Resulta necesario tener en cuenta la modalidad de organización que rige los vínculos entre los hombres y los valores e
ideales que portan los mismos, cuyas características están determinadas por factores culturales.

La cultura es ante todo un sistema defensivo colectivo, un sistema de protección social estandarizado. El hombre puesto en
contacto con una cultura distinta que le resulta ininteligible, puede desarrollar sentimientos de inseguridad, angustia y
frustración.

Se debe dar cuenta de los aportes de otras disciplinas a la psicología jurídica, sin los cuales las consideraciones vertidas en
el dictamen pericial resultarían incompletas y erróneas teniendo en cuenta que la delimitación entre lo normal y lo patológico
depende, entre otros, de factores socio-culturales, la enfermedad no tiene realidad y valor como enfermedad más que una
cultura que la reconoce como tal.

La enfermedad exige dos tipos de condiciones: Las condiciones sociales e históricas que fundamentan los conflictos
psicológicos en las contradicciones generales con el medio; y las condiciones psicológicas que transforman el contenido
conflictual de la experiencia en forma de conflicto de la reacción.

La inclusión de la consideración antropológica y etnosociológica para la comprensión de la problemática singular de


Ahmid se ha fundamentado en un posicionamiento ético. Partiendo de la base de que la ética desde el pensamiento
freudiano es la articuladora entre el individuo y la sociedad. Cada cultura se hace una imagen de la enfermedad cuyo perfil
se dibuja gracias al conjunto de las virtualidades antropológicas que ella desprecia o reprime.

Freud, S. (2005). Sigmund Freud. Obras Completas. Buenos Aires, Argentina: Ed. Amorrortu. Vol. XXI. El Malestar en
la Cultura. Capítulos III al VII.

Es el programa del principio de placer el que fija su fin a la vida. Lo que en sentido estricto se llama "felicidad"
corresponde a la satisfacción más bien repentina de necesidades retenidas, con alto grado de estasis, y por su propia
naturaleza sólo es posible como un fenómeno episódico. Desde tres lado amenaza el sufrimiento; desde el cuerpo propio,
que, destinado a la ruina y a la disolución, no puede prescindir del dolor y la angustia como señales de alarma; desde el
mundo exterior, que puede abatir sus furias sobre nosotros con fuerzas hiperpotentes, despiadadas, destructoras; por fin,
desde los vínculos con otros seres humanos.
No es asombroso, que bajo la presión de estas posibilidades de sufrimiento los seres humanos suelan atemperar sus
exigencias de dicha, tal como el propio principio de placer se transformó, bajo el influjo del mundo exterior, en el principio
de realidad, más modesto.

El programa que nos impone el principio de placer, el de ser felices, es irrealizable; empero, no es lícito, no es posible,
resignar los empeños por acercarse de algún modo a su cumplimiento. Para esto pueden emprenderse muy diversos
caminos, anteponer el contenido positivo de la meta, la ganancia de placer, o su contenido negativo, la evitación de
displacer. Por ninguno de ellos podemos alcanzar todo lo que anhelamos. Nos negamos a admitir el sufrimiento social. No
podemos entender la razón por la cual las normas que nosotros mismos hemos creado no habrían más bien de
protegernos y beneficiarnos a todos.

Enuncia que gran parte de la culpa por nuestra miseria la tiene lo que se llama nuestra cultura; seríamos mucho más felices
si la resignaríamos y volviéramos a encontrarnos en condiciones primitivas.

El ser humano se vuelve neurótico porque no puede soportar la medida de frustración que la sociedad le impone en
aras de sus ideales culturales, y de ahí se concluyó que suprimir esas exigencias o disminuirlas en mucho significaría
un regreso a posibilidades de dicha.
La palabra cultura designa toda la suma de operaciones y normas que distancian nuestra vida de la de nuestros
antepasados animales, y que sirven a dos fines: la protección del ser humano frente a la naturaleza y la regulación de los
vínculos recíprocos entre los hombres.

Reconocemos como culturales todas las actividades y valores que son útiles para el ser humano en tanto ponen la
tierra a su servicio, lo protegen contra la violencia de las Este archivo fue descargado de fuerzas naturales.

El poder de esta comunidad se contrapone como derecho, al poder del individuo, que es condenado como violencia bruta.
Esta sustitución del poder del individuo por el de la comunidad es el paso cultural decisivo. Su esencia consiste en que los
miembros de la comunidad se limitan en sus posibilidades de satisfacción, en tanto que el individuo no conocía tal limitación.
El siguiente requisito cultural es, entonces, la justicia, o sea, la seguridad de que el orden jurídico ya establecido no se
quebrantará para favorecer a un individuo.
El resultado último debe ser un derecho al que todos hayan contribuido con el sacrificio de sus pulsiones y en el cual
nadie puede resultar víctima de la violencia bruta. Semejanza del proceso de cultura con el del desarrollo libidinal del
individuo. Otras pulsiones son movidas a desplazar las condiciones de su satisfacción, a dirigirse por otros caminos, lo
cual en la mayoría de los casos coincide con la sublimación. La sublimación de las pulsiones es un rasgo particularmente
destacado del desarrollo cultural; posibilita que actividades psíquicas superiores desempeñen un papel tan sustantivo en
la vida cultural.

No puede soslayarse la medida en que la cultura se edifica sobre la renuncia de lo pulsional, el alto grado en que se
basa, precisamente, en la no satisfacción de poderosas pulsiones.

Los preceptos del tabú fueron el primer derecho. Por consiguiente la convivencia de los seres humanos tuvo un
fundamento doble: la compulsión al trabajo, creada por el apremio exterior, y el poder del amor.

El prójimo no es solamente un posible auxiliar y objeto sexual, sino una tentación para satisfacer en él la agresión,
explotar su fuerza de trabajo sin resarcirlo, usarlo sexualmente sin su consentimiento, desposeerlo de su patrimonio,
humillarlo, infligirle dolores, martirizarlo y asesinarlo.

La existencia de esta inclinación agresiva es el factor que perturba nuestros vínculos con el prójimo y que compele a la
cultura a realizar su gasto. A raíz de esta hostilidad primaria y recíproca de los seres humanos, la sociedad culta se
encuentra bajo una permanente amenaza de disolución.

La cultura es un proceso particular que abarca a la humanidad toda en su transcurrir, y seguimos cautivados por esa idea.
Ahora agregamos que sería un proceso al servicio del Eros, que quiere reunir a los individuos aislados, luego a las
familias, después a las etnias, pueblos, naciones, en una gran unidad: la humanidad. A este programa se opone la pulsión
agresiva: pulsión de agresión que es el subrogado de la pulsión de muerte. El superyó de una época cultural tiene un
origen semejante al de un individuo: reposa en la impresión que han dejado tras sí grandes personalidades conductas.

Izcurdia, M. (2019) Práctica pericial (tipos de perito). Ficha de cátedra. La función pericial

El perito que es convocado en un proceso judicial, es ante todo un auxiliar del Juez que interviene en el mismo.

No importa quien haya convocado la actuación del experto en un juicio, éste


siempre y en todos los casos tiene la obligación de respetar los principios de imparcialidad, impartialidad e independencia;
esto es ser objetivo en la opinión que emita.
La práctica pericial ofrece distintas posibilidades de inserción laboral para un psicólogo, quien puede desempeñar
funciones, a saber:

● Perito Oficial:

Es el profesional que trabaja en relación de dependencia del Poder Judicial. A este cargo se accede únicamente a través de
un concurso de oposición y antecedentes.

● Perito de Oficio:

Para desempeñar este rol, el profesional psicólogo debe inscribirse en las listas que, para tal fin, se organizan en cada
fuero. Su relación con el Poder Judicial es contractual, para actuar en determinado juicio, para lo cual es convocado por
el juez.

En el desempeño de este cargo el psicólogo deberá ajustar su actuación a las normas que indican los códigos de
procedimientos del fuero en el que intervenga.

● Perito de Parte:

Su función está reglamentada en el Código de Procedimientos Penal, y por lo tanto se desempeña dentro de tal fuero.
Es nombrado por el juez a pedido de alguna de las partes (que será la que abone sus honorarios). Tiene obligaciones
inherentes al cargo como ser: aceptación formal del mismo, presentación de un informe (si adhiere en un todo con el
perito oficial bastará con firmar el informe que éste presentare).

● Consultor Técnico:

Su actuación está reglamentada por el Código de Procedimientos Civil, y por lo tanto se desempeña en todos los fueros
que se rigen procesalmente bajo este código. Es autorizado por el juez a pedido de alguna de las partes (que será la que
abone sus honorarios). No tiene obligación legal de realizar aceptación formal del cargo ni de presentar informe (aunque
sí tiene el derecho de presentar uno).

● Asesor Técnico:
Este experto no interviene directamente en un juicio, sino que es llamado por los letrados o las partes para su
asesoramiento. En tal sentido el psicólogo es convocado generalmente en los siguientes casos:
 Para realizar un psicodiagnóstico de una persona que deberá someterse en juicio a un pericia, y a partir del
mismo indicarle al abogado los detalles del diagnostico del sujeto previo a la misma; con la finalidad de que el
abogado se encuentre en conocimiento de antemano sobre que aspectos podrá o no basar el pedido que haga
en el litigio en relación al estado psíquico de la persona. El informe que el psicólogo emita no será presentado en
el expediente.
 Para redactar puntos de pericia.
 Para analizar informes ya confeccionados por otros peritos en los casos en los que no se haya designado
consultor técnico y sea necesaria una impugnación. El informe que el psicólogo realice no será presentado en
el expediente, pero sí se tomará el mismo en un todo o en sus partes para la redacción de un escrito judicial
que suscribirá el abogado como propio.

● Experto Consulto:

Es un profesional de reconocida trayectoria y especialización que, generalmente convocado en el fuero penal para que en
juicio oral ilustre al tribunal sobre alguna temática

Puhl, S., Izcurdia, M., Oteyza, G. (2018). Psicología jurídica y práctica pericial. Buenos Aires, Argentina. Ed.
A.A.P.J. Caps. El posicionamiento ético del perito psicólogo; Evaluación en psicología forense; e Informe Pericial
en los fuero civil y comercial y del trabajo.

La responsabilidad profesional en el campo de la salud es la obligación que tiene el profesional de dar cuenta de su
accionar y de los resultados que estos actos ocasionen pudiendo adquirir relevancia jurídica y consecuencias dañosas
de la persona bajo su asistencia. Se instituye en términos de pautas deontológicas y jurídicas que generan obligaciones,
regulan el accionar profesional, estableciendo modos correctos e incorrectos de cumplir con dichas obligaciones.

Es complejo establecer el límite exacto entre la deontología y la responsabilidad profesional. Por lo tanto, los Códigos de
Ética orientan al Perito Psicólogo en dos aspectos:
 Contribuyen a construir una identidad propia
 Determinan las exigencias y las formas de comportamiento más adecuada a su profesión y al desempeño
del rol pericial
Cobra relevancia en las intervenciones periciales lo dispuesto en los Códigos de ética en cuanto al compromiso de hacer
propios los principios establecidos por la Declaración de los Derechos Humanos, respetando el derecho de los sujetos
objetos de peritación a la privacidad, confidencialidad, autodeterminación y autonomía, sin importar el fuero en donde
debamos intervenir.

La violación del secreto profesional configura un quebrantamiento al derecho a la confidencialidad y el mismo se encuadra
en el tipo penal del artículo 156 del Código Penal, por lo cual debemos conocer cuáles son los alcances y los límites de la
obligación que nos impone la Ley de Ejercicio Profesional de la Psicología como Psicólogos Jurídicos.

Encuadre Jurídico de la responsabilidad profesional de los Peritos Psicólogos

La responsabilidad profesional de los psicólogos en tanto profesionales de la salud mental se encuentra sujeta a los
principios de la profesión y a las obligaciones ligadas a su práctica, especialmente la responsabilidad civil.

El ejercicio profesional del perito psicólogo le impone responsabilidades de índole civil, administrativa y penal que en caso
de observarse su incumplimiento le corresponderá una sanción de tipo administrativa o una responsabilidad jurídica de
tipo penal o civil.

Los peritos psicólogos estamos obligados a actuar responsablemente y a evitar que a causa de nuestro actuar negligente,
imprudente, con impericia o con falta de formación adecuada,
los evaluados puedan sufrir daños injustos. Cuando el actuar del perito se encuadra dentro
de algunas de estas inconductas las mismas pueden ser corregidas por el magistrado a través de las medidas
disciplinares que correspondan y dictaminar su remoción del cargo sin perjuicio de las responsabilidades penales que
pudiera caberle según el caso.

El deber fundamental del perito al evaluar, elaborar y emitir su informe pericial es proceder conforme a los principios que la
profesión le impone y los requisitos propios del ámbito
jurídico. Tiene como obligación ineludible la de decir verdad y actuar con la mayor
objetividad e imparcialidad.

El faltar a la verdad maliciosamente o la alteración de esta al momento de presentar el dictamen pericial se dirimen en
términos de responsabilidad penal puesto que incurriría en su accionar con conductas constitutivas de una infracción
penal.

Desde un sentido legal para que haya responsabilidad profesional debe probarse un daño el cual debe tener relación
directa con el accionar profesional y la necesaria reparación de éste.

Los elementos necesarios que hacen a la responsabilidad profesional son:


- El autor: el profesional
- El acto profesional
- El elemento subjetivo: impericia, imprudencia, negligencia, inobservancia de los deberes a su cargo
- El elemento objetivo: perjuicio causado al evaluado
- La relación causal: el perjuicio es causado por el acto profesional

En síntesis, la responsabilidad profesional consiste en el deber de reparación y/o resarcimiento de los hechos ocasionados
a otros, por una conducta antijurídica o contraria a derecho. Debe existir un daño, sin ese perjuicio objetivable el mero
incumplimiento obligacional resulta jurídicamente irrelevante.

El Secreto Profesional en el hacer del Perito Psicólogo


El psicólogo debe incorporar conocimientos del campo disciplinar del derecho que le permitan discernir los requerimientos
que son propios del sistema judicial y comprender los alcances de su intervención en calidad de experto y asesor del Juez.
No obstante, debe conservar su identidad profesional y recordar que tiene un compromiso ético en tanto profesional de la
salud mental.

En nuestro país, la Ley de Ejercicio Profesional de la Psicología es el marco normativo que regula nuestra práctica y
establece que se considera ejercicio profesional de la psicología a la aplicación y/o indicación de teorías, métodos,
recursos y procedimientos y/o técnicas específicas en a) el diagnóstico, pronóstico y tratamiento de la personalidad, y la
recuperación, conservación y prevención de la salud mental de las personas, b) la enseñanza y la investigación, c) el
desempeño de cargos, funciones, comisiones o empleos por designaciones de autoridades, incluso nombramientos
judiciales, d) la emisión, evacuación, expedición, presentación de certificaciones, consultas, asesoramientos, estudios,
consejos, informes, dictámenes y peritajes.

La ley también establece que estamos obligados a proteger a los examinados asegurándoles que las pruebas y
resultados que obtenga se utilizarán de acuerdo a normas éticas y profesionales y guardar el más riguroso secreto
profesional sobre cualquier prescripción o acto que realizare en cumplimiento de sus tareas específicas, así como de los
datos o hechos que se les comunicare en razón de su actividad profesional sobre aspectos físicos, psicológicos o
ideológicos de las personas.

Tenemos que tener en consideración los requerimientos que la Justicia nos hace sin descuidar nuestra obligación legal y
ética de resguardar al periciado. El secreto profesional es la defensa del derecho a la intimidad y ese sería el bien jurídico
protegido.

Para Parma, la intimidad es un ámbito reservado en la vida de una persona, de carácter irrenunciable, inalienable e
imprescriptible. En tanto la confidencialidad es una cualidad de lo confidencial, acto que se realiza en confianza en donde
el depositario de la información de características íntimas y privadas adquiere el compromiso de no propagarla o de
hacerlo será en un marco preestablecido.

Los Códigos de Ética Profesional que enmarcan la práctica pericial son:


 El Código de Ética de la Federación de Psicólogos de la República Argentina: proviene principios generales
y normativas deontológicas orientadas a las situaciones con que pueden encontrarse los psicólogos en el
ejercicio de su profesión, estableciendo así las reglas de conducta profesional que han de regir su práctica.
Establece reglas de conducta profesional que expresan deberes que afectan a todos los profesionales
psicólogos. Descuidar estos deberes atenta contra los derechos de los receptores de los servicios profesionales.
Instituye la obligación de los profesionales de respetar los derechos y la dignidad de las personas.
 El Código de Ética del Colegio de Psicólogos de la provincia de Buenos Aires: señala que el secreto
profesional es la obligación del psicólogo cualquiera sea su relación profesional, ámbito de actividad y tipo de
prestación. Fundamenta que al momento de confección de un informe se debe brindar solo la información que
resulte relevante al propósito de la evaluación que se solicita.
 El Código de Ética de la Asociación de Psicólogos Forenses de la República Argentina: dirigido a todos los
psicólogos vinculados con la psicología jurídica, tanto en el Poder Judicial como en las Instituciones vinculadas al
mismo (peritos oficiales, de oficio y de parte, consultores técnicos, delegados tutelares, psicólogos que se
desempeñan en institutos carcelarios y de menores, etc. Se debe entender el bienestar psíquico como uno de los
Derechos Humanos fundamentales y trabajar según el ideal social de promoverlo a todos por igual, en el mayor
nivel de calidad posible.
 El Código de Estudio e Investigación en Psicodiagnóstico: determina la obligación de guardar secreto
profesional de la información brindada en el contexto de la evaluación y menciona el mantenimiento de la
seguridad de los test en tanto la custodia por parte del psicólogo de los protocolos originales.

En la práctica profesional el psicólogo se enfrenta en diversas oportunidades frente a situaciones dilemáticas en donde debe
tomar decisiones relativas a su conducta profesional. Es en este marco que los profesionales deben considerar este Código
de Ética, además de las leyes vigentes que regulan la práctica profesional.
El perito psicólogo se debe regir por principios comunes a toda deontología profesional: respeto a la persona, protección de
los derechos humanos, sentido de responsabilidad, honestidad, prudencia en la aplicación de instrumentos y técnicas,
competencia profesional, solidez de la fundamentación objetiva y científica de sus intervenciones profesionales.

El perito psicólogo es designado en un proceso judicial con el fin de asesorar sobre aspectos vinculados a los
conocimientos que posee, su función es imperativa tanto para cumplir a la convocatoria cuando es nombrado como para
expedirse con verdad, estando eximido parcialmente del secreto profesional.

No obstante, esta exención no es de carácter absoluto, está estrechamente vinculada al contenido concreto que se
plasmará en el informe y al modo de proceder del perito psicólogo durante y después de la evaluación psico forense.

El actuar del perito psicólogo requiere del cumplimiento de los siguientes criterios:
 Consentimiento informado: es un instrumento ético y jurídico que reconoce el derecho a la autonomía de la
voluntad del periciado a realizar o negarse de realizar la evaluación pericial. El mismo se firma al iniciar la tarea y
luego de haber detallado el encuadre pericial en donde se le explica al evaluado la modalidad de trabajo y se
clarifica que al finalizar se elaborará un informe que será presentado en el expediente.
 Puntos de pericia: son las preguntas que debemos responder al momento de confeccionar el informe, nos
servirán de guía durante el proceso evaluativo. Por lo cual, una manera de resguardar el secreto profesional es
ceñirnos a responder lo que nos solicitan sin exponer aspectos del evaluado que en nada aportan a la resolución
del caso.
 Citas textuales: no deben incluirse en el informe citas textuales del peritado, así como la transcripción de la
entrevista salvo casos excepcionales.
 Entrega de protocolos: la no entrega de los protocolos se fundamentan en que los mismos develan aspectos
de la personalidad del evaluado que exceden lo solicitado en los puntos periciales, siendo además carentes de
valor por fuera del contexto en el cual fueron administrados.
 Presencia de tercero: todos los que participan de la pericia deben estar introducidos legalmente en el
expediente, por lo cual al momento de acercarnos a aceptar el cargo debemos tomar nota de quienes son las
personas objeto de evaluación y aquellos autorizados por el juez. No se debe permitir la presencia de
terceros ajenos a la pericia.
 Respeto a la intimidad: la entrevista no solo no debe convertirse en un interrogatorio, sino que además no se
debe realizar una invasión a la vida privada del evaluado indagando sobre aspectos de su vida que no
guardan relación con lo requerido.

El abandono del secreto profesional no es delito cuando “media una justa causa” de revelación, como queda expresado
en el Art. 156 del Código Penal. Es decir, cuando la no revelación del secreto puede seguirse de daño severo, irreversible
o permanente en terceros. La revelación del secreto profesional por justa causa deberá serlo con reserva, exclusivamente
ante quien corresponda y con restringidos límites.

La actividad del Perito Psicólogo soporta un enorme peso de responsabilidad derivado de la repercusión que la evaluación
y el informe pericial produce en los peritados. Es nuestra obligación estar alertados de la necesidad de discriminar entre
las obligaciones legales y las obligaciones éticas en nuestro rol de peritos, sin olvidar que somos profesionales de la salud
mental.

Bustos Villar, E.; Varela. O. (2013). Inventario de hostigamiento laboral. ¿Cómo evaluar y actuar frente a la
violencia psicológica en el trabajo? Buenos Aires, Argentina: Ed. Guadalupe. Parte I: Caps. 2. Hostigamiento
laboral: caracterización.

Izcurdia, M. (2019) El daño psíquico devenido por el hecho o en ocasión del trabajo. (estudio de caso) Ficha de
cátedra.

Puhl, S., Izcurdia, M., Oteyza, G. (2018). Psicología jurídica y práctica pericial. Buenos Aires, Argentina. Ed. A.A.P.J.
Cap. Daño psíquico.

Varela, O., de la Iglesia, M. (2020) Puntuaciones sobre “Hostigamiento Laboral” y “Daño Psíquico”. Ficha de
cátedra

Temas parcial:
- Psicología forense como rama de la psicología jurídica
- La función del psicólogo en el ámbito tribunalicio y el fuero penal
- Tipos de perito
- Control y orden social
- El secreto profesional en el hacer del perito psicólogo

https://www.infobae.com/politica/2022/09/06/inimputabilidad-la-carta-con-la-que-podria-jugar
-la-defensa-de-sabag-montiel-el-acusado-de-intentar-asesinar-a-la-vicepresidenta/

También podría gustarte