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VICTIMOLOGIA ESTUDIO DE LA VÍCTIMA SÉPTIMA EDICIÓN EDITORIAL PORRUA AV. REPÚBLICA ARGENTINA, 15
MÉXICO, 2002 Derechos reservados © 2002, por Luís RODRÍGUEZ MANZANERA Apartado Postal 22-603 01030 México,
D. F. Las características de esta edición son propiedad de EDITORIAL PORRÚA, S. A. de C. V. — 8 ,,/ Av. República
Argentina, 15, 06020 México, D. F. Queda hecho el depósito que marca la ley ISBN 970-07-3155-3 IMPRESO EN
MÉXICO PRINTED IN MÉXICO
PROLOGO
El primer esquema de este trabajo surgió al ser invitado por el Dr. Gustavo Malo Camacho, en
aquel momento Director del Instituto Nacional de Ciencias Penales, para impartir la materia
"Victimología" en el post-grado de Criminología de dicha institución. El trabajo no fue fácil, pues
materialmente se carecía de antecedentes y fue necesario estructurar un temario desde el principio.
Había tenido la fortuna de poder asistir a los tres primeros Symposia Internacionales de
Victimología, por lo que contaba con suficiente material, que aunque disperso y en idiomas
diferentes al castellano, podía organizarse en un esquema académicamente adecuado. La primera
versión de esta obra fue elaborada especialmente para el Concurso Internacional de Investigación
Jurídica Penal "Maestro Francisco González de la Vega", que organizaba el Supremo Tribunal de
Justicia del Estado de Durango, con la participación de la Procuraduría General de la República, la
Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia de los Estados Unidos Mexicanos y la
Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (por conducto de su División
de Estudios de Post-grado). Este concurso se celebró en junio de 1984, y el trabajo tuvo la fortuna
de obtener el primer lugar absoluto. Sin embargo, no llegó a publicarse completo hasta 1986, por
diversas razones, entre ellas (y quizá la más importante) por el sentido fallecimiento del Lic. Rafael
Hernández Piedra, organizador del evento y Presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado
de Durango.
El maestro durangueño pereció en el terremoto que asoló a la Ciudad de México; aprovecho esta
ocasión para hacer un emocionado recuerdo de este hombre excepcional. La primera edición
impresa por la Editorial Porrúa (1988) fue una versión totalmente modificada y notablemente
ampliada; la versión original (que en mucho eran apuntes de clase) no debía ya publicarse,
básicamente porque se habían celebrado dos nuevos Symposia Internacionales, con una gran
cantidad de información novedosa, además se llevó a cabo el VII Congreso Internacional de
Naciones Unidas en prevención al Delito y Tratamiento del Delincuente, que aprobó la Declaración
sobre los principios fundamentales de justicia relativos a las víctimas, se publicaron varias obras
fundamentales en la materia (Stanciu, Neuman, Drapkin, Ramírez), y tenía ahora, después de
impartir varias veces la materia, las inapreciables opiniones de mis alumnos.
El tema fue elegido no sólo por su novedad e importancia, sino también por la carencia de
bibliografía en nuestro país y en Latinoamérica en general.
Se trataba pues, no sólo de un ejercicio académico, sino también de una tentativa para aportar
material que contribuyera al desarrollo de mía disciplina casi desconocida en México. Por lo
anterior, se ha utilizado en mucha bibliografía extranjera; las inducciones son responsabilidad del
autor.
La obra pretende ser general, y está construida como un libro de lexio; los especialistas encontrarán
quizá demasiado elementales algunas partes, pero hay las suficientes citas bibliográficas que
orientarán a la ampliación de los diversos temas. En esta nueva edición se ha respetado la estructura
original, pero corregida, aumentada y actualizada, pues es asombroso el desarrollo que ha tenido
esta joven ciencia, sobre todo en la última década del siglo XX. La trascendencia de los estudios de
Victimología se ha hecho patente cada vez con mayor fuerza, y la bibliografía ahora es por demás
abundante. En materia jurídica, se ha resaltado la importancia del sujeto pasivo del delito, y su
participación en la configuración del hecho punible; en Criminología, la Victimología pasa a formar
parte de la síntesis criminológica; en Fenología se estudia a la víctima para analizar la reacción
social.
La Política Criminológica no puede concebirse sin hacer consideraciones precisas sobre las
víctimas, y toda la teoría de prevención se dirige cada vez más a operaciones de tipo victimológico,
y puede ya hablarse con propiedad de una Política Victimológica. El fenómeno victimal preocupa
cada vez más a los especialistas «le diversas disciplinas, y así médicos, abogados, sociólogos,
psicólogos, criminólogos, criminalistas, etc., han coincidido en este interés común, creando una
nueva disciplina, que sin lugar a dudas ha abierto un verdadero universo a la investigación. AI
respecto consultar de aquella época: Antony, Carmen.
Nuestra contribución en esta ocasión consiste en una revisión general del desarrollo y de los avances
de la Victimología, para lo cual liemos dividido d estudio en las siguientes partes: 1) Una parte
histórica, en la que se hace un repaso de los tratadistas que se han preocupado por el problema de la
víctima, hasta llegar a la formación de la Victimología propiamente dicha, las primeras reuniones
científicas consagradas al tema, y el presente y futuro de la materia. 2) Una sección dedicada a la
Victimología en sí, su concepto, definición, clases y categoría científica, y de aquí su objeto, método
y fin, para poder hacer semejanzas y diferencias con otras ciencias aliñes, y explicar las aportaciones
e interrelaciones entre, las diversas disciplinas. 3) Una revisión a los conceptos victimológicos
básicos, para poder fijar con mayor precisión el objeto de estudio, y plantear con claridad las
definiciones operacionales que se utilizarán en el desarrollo de la obra. 4) Al problema de la víctima,
su definición, los diversos enfoques según diferentes paradigmas y a los variados intentos de
tipologías, se dedica otra parte del trabajo. 5) Los factores victimógenos, tanto endógenos como
exógenos son analizados, para llegar a las relaciones entre víctima y victimario, y exponer nuestra
teoría del iter victimae, es decir la victimogénesis y la victimodinámica. 6) Se estudian algunas
víctimas en particular, por su importancia numérica o su peculiar susceptibilidad victimal (mujeres,
menores de edad, ancianos y víctimas de abuso del poder). 7) Las tres formas principales de
victimización (contra las personas en su integridad personal, en su patrimonio y en su libertad
sexual) merecen sendos capítulos. 8) La perspectiva jurídica es desarrollada desde tres aspectos: el
penal, el procesal penal y el victimal; en el primero vemos a la víctima como sujeto pasivo del
delito, y la influencia que tiene en la configuración del tipo, en el segundo su situación en el
proceso, y en el tercero la creación de un verdadero Derecho Victimal. No se olvida tratar
detenidamente el problema de la reparación del daño. 9) La clínica victimológica, con sus aspectos
de estudio, diagnóstico, pronóstico y tratamiento, se trata en un capítulo. 10) El penúltimo capítulo
es para la prevención victimológica, proponiendo .algunas soluciones al problema. 11) Por
considerarlo de utilidad, hacemos una breve relatoría de los Symposiai Internacionales de
Victimología. 12) Finalmente se agregan algunos anexos y •« consigna la bibliografia utilizada.
Es necesario, antes de terminar esta presentación, aclarar que los capítulos XIV, XV y XVI
(Victimización Femenina, Mujeres Golpeadas y \/ictimización de Anciano) fueron elaborados en
colaboración con mi compañera, la Dra. María de la Luz Lima, profesora de la Universidad
Nacional Autónoma de México, quien mucho cooperó en esta obra. Reconocimiento también es
debido a Angélica Artiachi, quien se ocupó de la transcripción mecanográfica y de la elaboración de
la bibliografía de las primeras ediciones, y a Leticia Robledo en esta nueva versión. A todos
aquellos que hicieron posible esta obra, nuestro agradecimiento. México, noviembre de 2001.
ORIGEN Y DESARROLLO DE LA VICTIMOLOGÍA
I.1. INTRODUCCIÓN
Es del máximo interés, antes de entrar en materia, conocer la forma en la que la Victimología se ha
originado y desarrollado; no es posible comprender a fondo alguna materia sin haber incursionado
en sus comienzos y en su posterior evolución. La historia es, en palabras de Cervantes, "émula del
tiempo depósito de las acciones, testigo del pasado, ejemplo y aviso di presente, advertencia del
porvenir". No es nuestra intención hacer un tratado de historia de I Victimología, simplemente
deseamos consignar algunos datos que puedan ser de utilidad para el posterior desarrollo de la obra.
Como simple ejemplo, y por tratarse de uno de los antecedentes más remotos, mencionemos el
Código de Hammurabi (1728-1686 A.C.), que en sus secciones 23-24 especifica que: Si un hombre
ha cometido un robo y es atrapado, tal hombre ha de morir; si el ladrón no es atrapado, la víctima
del robo debe formalmente ante Dios declarar lo que perdió, y la ciudad y el gobernador en cuyo
territorio y jurisdicción se cometió el bandidaje, debe reembolsarle lo que haya perdido. Si la
víctima pierde la vida, la ciudad o el alcalde debe paga un "maneh" de plata a su pariente.5
Importancia mayúscula tiene la distinción que se hace en Derecho Romano entre los delicia y los
crimina, ya que los primeros erar de persecución privada, es decir de querella de parte, en tanto que
los segundos eran perseguidos de oficio. La diferencia básica es que los crimina ponían en peligro
evidente a toda la comunidad, en tanto que los delicia afectaban tan sólo a los particulares, y sólo
indirectamente provocaban una perturbación social. Los delicta, en cuanto a beneficios para la
víctima, evolucionaron desde la venganza privada hasta la multa a favor del ofendido, pasan do por
el talión y la compensación. El mayor o menor grado de la reacción vindicativa radicaba
estrictamente en la voluntad y en las manos, como en la posible clemencia de la víctima. Como es
sabido, poco a poco más delicia se fueron conviniendo en crimina, hasta que se optó por el
monopolio de la acción pena por parte del Estado; con esto la víctima pasaba a un plano mu]
secundario. Progresivamente, a medida que el Estado fue haciéndose carga de la administración de
justicia, el delincuente fue transformándose en el personaje central de los estrados judiciales,
relegando a la victime a un rol subalterno primero, hasta llegar a ser casi totalmente olvidada
después.7 En cuanto a los tratadistas, varios de los grandes autores del siglo pasado tocaron el tema
de la víctima, así por ejemplo Lombroso dedica, en su "Crimen, Causas y Remedios" un par de
párrafos a la Indemnización de las víctimas, atacando la fuente misma de ciertos delitos,
principalmente aquellos de codicia.
El profesor Beniamin Mendelsohn puede ser considerado fue el creador de este campo del
conocimiento científico, pues aunque: varios autores se habían ocupado del tema, el primer estudio
sistematizado de las víctimas se debe al profesor israelí, que se ocupa di tema desde 1937,15 siendo
sus primeras publicaciones en 1940 (Gii> tizia Pénale, Roma) sobre violación. En 1946 realizó su
New bio-psych social horizons: victimology, y en 1956 se publica La Victimologie, ur de sus obras
más conocidas (por primera vez en la Revue Intemati nal de Criminologie et de Pólice Technique,
reproducida después en 1; principales revistas del mundo).
Ha ayudado a la Criminología hacia un desarrollo del empirismo. Hay progreso gracias al nuevo
enfoque, en el conocimiento del crimen. Se han hecho comparaciones interregionales. Se han
realizado investigaciones que han puesto al descubierto el proceso de victimización y la
psicodinámica situacional de todos aquellos crímenes que presuponen una confrontación entre
ofensor y víctima. Se ha dado una base empírica para una geografía del crimen, no sólo su
distribución en un área sino también la subfluctuación, lo que permite hacer un análisis dinámico. La
interrelación entre el miedo al crimen y victimización, y sus relaciones con la política criminológica
es importante. Se han hecho estudios sobre la eficiencia del control criminal por medio de las
víctimas.
Los avances se han logrado gracias a los diversos Symposia, reuniones, pero además, a que: a)
Existe un cuerpo de conocimientos que no cesa de crecer b) La literatura especializada es cada vez
más abundante. c) Se publican varias revistas especializadas (como la excelente Victimología, de
Córdoba, Argentina). d) Hay varias sociedades locales de Victimología, y una Worl Society of
Victimology. e) Newsletter (editada por Claudia y Gerd F. Kirchhoff en Al< mania). f) Han
proliferado los centros de atención a la víctima. g)
Desde 1968 existe el Instituto de Victimología de Japón. h) Se han fundado las primeras cátedras y
postgrados d Victimología (por ejemplo en el Instituto Nacional de Ciencias P< nales de México).
El futuro es prometedor, sin embargo es necesario redoblar (cuidado para dar a la naciente
Victimología un verdadero carácter científico y no caer en retóricas que puedan dar al traste con este
principio venturoso. Cada vez mayor número de científicos se interesan en Victimología, las
diversas dependencias del sistema de justicia está interviniendo directamente en el problema
victimal, los estudios sobre victimización son cada vez más abundantes, y se vislumbra la adopción
de una verdadera Política Victimal. Creemos que hay razón para ser optimistas, pero insistimos e la
necesidad de mantener el esfuerzo por hacer de la Victimología una ciencia interdisciplinaria.
VICTIMIZACIÓN
La victimización ha sido considerada como el resultado de una conducta antisocial contra un grupo
o persona, o como el mecanismo por el cual una persona llega a convertirse en sujeto pasivo de un
hecho punible.146 Para la reunión de Bellagio, victimización significa la explotación y/o el abuso de
una o más personas por otras. Como puede observarse, las anteriores definiciones captan el
fenómeno en un sentido restringido, es decir, de victimización criminal. Inmediatamente surgen las
preguntas de si es posible la autovictimización y de si es factible el ser victimizado por una conducta
no criminal. Las respuestas, en principio, pueden ser afirmativas: no parece haber objeción válida
para negar la autovictimización, así como no es posible dudar que alguien pueda ser victimizado por
conductas no criminales. Al tema de la autovictimización dedicaremos varias partes de esta obra; en
cuanto a la victimización sin conducta criminal, nos ocupamos ya de ella en el apartado de "víctimas
sin crimen". Por lo anterior, es necesario elaborar un concepto de mayor amplitud para explicar el
fenómeno de la victimización. Victimización es la acción y efecto de victimizar o victimar, o el
hecho de ser victimizado o victimado en cualquier sentido. Para los efectos de este estudio
consideramos la victimización como el fenómeno por el cual una persona (o grupo) se convierte(n)
en víctima(s). Por victimización criminal entenderemos el fenómeno por el cual se deviene víctima
por causa de una conducta antisocial. La victimización es un fenómeno por demás complejo, ya que
implica un proceso y un resultado, y no puede considerarse en forma única; así, se han establecido
tipos de victimización. Se habla de una victimización primaria, secundaria y terciaria, aunque con
interpretación muy diferente según los diversos autores, nosotros adoptamos la de Thorsten Sellin:
a) Victimización primaria, es la dirigida contra una persona o individuo en particular. b)
Victimización secundaria, es la que padecen grupos específicos o sea una parte de la población.
VICTIMARIO
Victimario, del latín victimarius, en su acepción original es el sirviente de los antiguos sacerdotes
gentiles, que encendía el fuego, ataba a las víctimas al arar y las sujetaba en el acto del sacrificio. En
el sentido victimológico, victimario es aquel que produce el daño, sufrimiento o padecimiento de la
víctima. Surge la duda si el victimario se identifica con el delincuente o criminal. Proponemos que
no sea así, pues se puede ser victimario por una acción u omisión que no sea antisocial o delictiva,
es decir "victimario" sería el género, los otros términos son la especie. En la autovictimización, las
calidades de victimario y víctima se unen en la misma persona, aunque la Victimología observa al
sujeto en su papel de víctima. Este fenómeno, de la víctima de sí mismo, es interesante y no consiste
en un simple juego de palabras, las consecuencias de considerar al sujeto como víctima o como
victimario saltan a la vista, e históricamente podemos observar la persecución como criminales de
personas que en realidad y por lo general son víctimas, tal es el caso de la prostituta o del
drogadicto. Algunos autores utilizan "victimizador" como sinónimo de victimario.
VII. 1. INTRODUCCIÓN
Una de las preocupaciones básicas de cualquier ciencia es lograr una buena taxonomía; de hecho el
principio del quehacer científico se basa en la estructuración de tipologías. Ya mencionamos que,
metodológicamente se debe seguir un camino consistente en la observación, la descripción y la
clasificación del objeto de estudio. De una clasificación clara, objetiva, exhaustiva y mutuamente
exclusiva, depende en mucho el avance de la ciencia misma. La tipología no es el simple gusto de
ordenar los fenómenos, sino que debe servir también para orientar las nuevas investigaciones,
además de que nos hacer ver con gran facilidad las tautologías y las contradicciones. La
Victimología no es excepción, y desde el principio intentó tipologías propias, que permitieran
comprender mejor el papel desempeñado por la víctima en el fenómeno de la victimización. En este
capítulo haremos una revisión de las tipologías más importantes en materia victimológica, poniendo
énfasis en las primeras que aparecieron, como las de Mendelsohn y de Hentig. Haremos desde luego
una apreciación crítica de cada clasificación. VII.2. MENDELSOHN Una de las primeras tentativas
de clasificación de las víctimas se debe a Mendelsohn; es indudablemente la tipología más conocida
y comentada, y se fundamenta en la correlación de culpabilidad entre la víctima y el infractor.
Esta clasificación de las víctimas ha sido considerada de gra: importancia no sólo para la
victimología, sino en sus aplicaciones jurídicopenales, ya que de ésta se desprende el grado de
responsabilidad del delincuente, pues nos indicará qué tan culpable puede ser la víctima en la
comisión del delito, restando ésta a la responsabilidad del infractor. VII.3. HENTIG Hans von
Hentig, en sus primeras obras, intenta una clasificacion en la cual se aparta de criterios legales para
proponer cinco categorías de "clases generales" y seis de "tipos psicológicos". Es de advertirse que
no pretende hacer una clasificación de todas las víctima; sino de categorizar a las más frecuentes o
mayormente victimizable; A) Las clases generales (general clases) son: 1. El joven, que por su
debilidad, en el reino animal y en 1 especie humana, es el más propenso a sufrir un ataque. 2. La
mujer, cuya debilidad es reconocida, aun por la ley. 3. El anciano, que está incapacitado en
diferentes formas. 4. Los débiles y enfermos mentales, entre los que sitúa al drogadicto al alcohólico
y a otras víctimas potenciales por problemas mentales: 5. Los inmigrantes, las minorías y los tontos
(dull normáis), put tienen una desventaja frente al resto de la población. B) Los tipos psicológicos
(psychological types) son: 1. El deprimido, en el cual está abatido el instinto de conservación, por lo
que se pone constantemente en peligro. 2. El ambicioso (acquisitive), cuyo deseo de lucro y avaricia
lo hace fácilmente victimizable. 3. El lascivo (wanton), aplicado principalmente a mujeres víctimas
de delitos sexuales que han provocado o seducido. 4. El solitario y el acongojado (heart broken), que
bajan sus defensa en busca de compañía y de consuelo.
Indiferentes (indefinidas)
Víctimas resistentes
Determinadas coadyuvantes Las víctimas indiferentes a quienes también llama indefinidas, son
aquellas en las cuales la víctima pudo haber sido cualquiera, es decir, fue escogida por el criminal al
azar. Las víctimas determinadas son aquellas escogidas específicamente por el criminal, al que no da
lo mismo victimizar a cualquiera otra. Dentro de las víctimas determinadas hay víctimas resistentes
y víctimas coadyuvantes. Las víctimas resistentes lo pueden ser en forma real o en forma presunta,
la primera se defiende de manera efectiva, la segunda es victimizada en forma tal que nos indica que
el criminal sabía que se iba a defender. Las víctimas coadyuvantes son aquellas que participan
activamente en el delito, y son ejemplificadas por Jiménez de Asúa principalmente en el delito de
homicidio, tiranicidio, homicidio justiciero, atormentador-atormentado, pasional, duelo, riña,
homicidio consentido, suicidio, muerte y lesiones en accidentes causa¬ dos por otros, delitos
sexuales, delitos contra la propiedad, la estafa, etcétera. .
Crítica. La clasificación del maestro español tiene una gran coherencia ;il tomar un criterio general;
sólo haremos la observación de que en la víctima indiferente o indefinida puede encontrarse también
la resistente y la coadyuvante, aunque se suponga que la víctima ha siempre de defenderse, en la
realidad esto no sucede con la frecuencia esperada. El problema se ve con mayor claridad en los
delitos culposos, por ejemplo los hechos de tránsito.
Al primer grupo no hay observación, efectivamente puede haber victima singular y víctima
colectiva. El segundo grupo está estructurado de acuerdo a un criterio jurídico, nosotros
agregaríamos las víctimas de conductas antisociales no tipificadas.
El tercer grupo denota, para ser coherente, la ausencia de la víctima que podríamos calificar de
"ocasional" o "fortuita", para poder abarcar esta posibilidad, que además es la más abundante. Es
interesante la diferencia entre reincidente, habitual y profesional, ya que la primera es aquella que
recae en la Victimización, la segunda es la que, de hecho, vive en una situación victimal, y la tercera
es la que vive de ser víctima. Obviamente, la prevención, atención) tratamiento deben diferir según
la clasificación. En la cuarta clasificación, Aníyar hace diferencia entre la victime dolosa y la
consciente, pues en la primera, la intención de convertirse en víctima va más allá de la simple
actitud que la lleva a ello, busca obtener un lucro o dañar a alguien. Nos parece que en esta cuarta
tipología hace falta la víctima inocente, pues las posibilidades no se agotan en dolo, culpa y
consciencia, y además agregaríamos la víctima preterintencional, que esperando no ser víctima, o
sufrir un mal menor, cae en un estado victimal no esperado o mayor al calculado. La víctima no
hmgible es la que participa en su victimización, por propia voluntad o por provocación o
imprudencia, o por el desarrollo de la acción (alternativa: duelo).
Exnerm opina que: "hay algo así como una aptitud personal, de llegar a ser víctima de una acción
delictiva de tipo determinado". Para Fattah, las predisposiciones victimógenas no solamente con-
tribuyen a la escogencia de esta o de aquella persona como objeto del crimen, sino que desempeñan
también el rol de agente provocador que incita a la acción o inspira al criminal la idea del crimen. Se
ha llegado a plantear la existencia de una "víctima nata"; así Aldous Huxley177 llega a afirmar que:
"Existen víctimas por nacimiento, nacidas para ser degolladas así como los criminales nacen para ser
colgados de la horca. Tú lo puedes ver en sus caras. Existe un tipo de víctima, así como existe un
tipo de criminal." Este es un error a evitar, más aún si lo enfocamos en el mismo sentido de
"criminal nato", o de "predestinación victimal". Sin embargo, es de reconocer que hay personas con
una gran proclividad para ser víctimas, pues se reúne en su contra una gran cantidad de factores
victimógenos. "Se trata de personas que presentan tres características esenciales: un débil instinto de
conservación, credulidad e imprudencia. Estas personas tienen un comportamiento tal contra sus
intereses y contra su vida que parecen buscar de una manera inconsciente o subconsciente ser
robados, defraudados, lesionados y hasta muertos. Nosotros los calificamos como casos de
insuficiencia egoísta."178 En muchas ocasiones, son sujetos con graves defectos psicológicos
(inseguridad, depresión, obsesión, etc.), o que están conectados con ilícitos como el juego, la
prostitución y las drogas.179 No podemos comprender el fenómeno victimal sin estudiar la
personalidad de la víctima, sus cualidades objetivas y subjetivas, así como las circunstancias de la
victimización. Toda conducta o situación humana, aun la de ser víctima, llevan la impronta de la
personalidad del sujeto. Cada hombre tiene su estilo de vida, igual que cada artista tiene su
distintivo, cada criminal y cada víctima tienen su estilo. Por lo tanto hay un estilo criminal y un
estilo victimal.180 Sin pretender un estudio exhaustivo, en este capítulo analizaremos algunos de los
principales factores victimógenos de naturaleza
i Gulotta182 clasifica las predisposiciones en función del origen, ¡, distinguiendo entre las innatas y
las adquiridas. Las primeras son aquellas que posee el individuo desde el nacimiento, como: el sexo,
' un vicio parcial o total de la mente, una deficiencia física como sordomudez, la ceguera, etcétera.
En cambio, las predisposiciones adquiridas son aquellas que el individuo desarrolla en el curso de su
existencia, y por lo tanto, esencialmente, los tratamientos psicosociales y todas aquellas
enfermedades que han intervenido después del nacimiento. Desde el punto de vista temporal,
Gulotta distingue entre predisposiciones permanentes y temporales. Las primeras son aquellas que
acompañan al individuo durante toda su existencia. Las segundas solamente por un período de
tiempo más o menos largo. Ramírez González desarrolla el siguiente esquema: Predisposiciones
biofisiológicas Edad: Sexo Raza Estado físico Predisposiciones sociales Profesión Status social
Condiciones económicas Condiciones de vida Predisposiciones psicológicas Desviaciones sexuales
Estados psicopatológicos Rasgos de carácter.
VIII.3. LOS FACTORES EXÓGENOS Como su nombre lo indica, los factores exógenos son
aquellos que se encuentran fuera del individuo. Los factores exógenos pueden ser de muy diversa
naturaleza: telúricos, espaciales, temporales, sociales, etcétera. Quetelet, desde el primer tercio del
siglo pasado había enunciado sus "leyes térmicas", señalando la relación entre temperatura, clima,
época del año y crimen. Guerry, por su parte, realizó mapas de las zonas criminógenas. 186 Di
Tullio, op. cit., p. 901. Estos conocimientos son aprovechados hoy por la Victimología, pues se
pueden identificar situaciones y lugares victímales, haciendo calendarios y mapas de la
victimización. Para nadie es desconocido que existen ciertos lugares (bares, puertos, determinados
barrios, etc.) que son "peligrosos", es decir que en ellos se corre peligro, o sea que son
victimógeríos. De la misma manera, es de sentido común que a determinadas horas no es
conveniente "salir solo (a)", y que en vacaciones es riesgoso dejar la casa sin custodia. La teoría de
la oportunidad187 está siendo utilizada ampliamente en explicaciones victimológicas: la
"oportunidad" de ser víctima aumenta de acuerdo a los cambios sociales y desarrollo de la
tecnología. Este último punto ha sido contemplado por Mendelsohn: "una civilización tecnológica
tiene un punto débil: el número de sus víctimas aumenta en proporción directa con su progreso".189
En los apartados siguientes estudiaremos algunos factores victimógenos de naturaleza exógena,
haciendo hincapié en nuestra realidad y en los resultados de nuestras investigaciones. Antes de
continuar es necesario hacer un par de aclaraciones: indudablemente el fenómeno victimal es una
combinación de factores, por esto la escasa significancia en algunos de ellos si se estudian aislados.