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LUIS RODRÍGUEZ MANZANERA

PROFESOR TITULAR DE CRIMINOLOGIA EN LA UNVIERSIDAD NACIONAL


AUTONOMA DE MÉXICO Y EN LA UNIVERSIAD LA SALLE.

MIEMBRE DE NÚMERO DE LA ACADEMIA MEXICANA DE CIENCIAS PENALES Y DE


LA ACADEMIA MEXICANA DE CRIMINALISTICA.

MIEMBRO FUNDADOR Y PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE


CRIMIONOLGIA.

EXDIRECTOR DE LA REVISTA CRIMNALIA.

INVESTIGADOR NACIONAL (SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES).

RECONOCIMIENTO HANS VON HENTING DE LA SOCIEDAD MUNDIAL DE VICTIMOLOGIA.

VICTIMOLOGIA ESTUDIO DE LA VÍCTIMA SÉPTIMA EDICIÓN EDITORIAL PORRUA AV. REPÚBLICA ARGENTINA, 15
MÉXICO, 2002 Derechos reservados © 2002, por Luís RODRÍGUEZ MANZANERA Apartado Postal 22-603 01030 México,
D. F. Las características de esta edición son propiedad de EDITORIAL PORRÚA, S. A. de C. V. — 8 ,,/ Av. República
Argentina, 15, 06020 México, D. F. Queda hecho el depósito que marca la ley ISBN 970-07-3155-3 IMPRESO EN
MÉXICO PRINTED IN MÉXICO
PROLOGO

El primer esquema de este trabajo surgió al ser invitado por el Dr. Gustavo Malo Camacho, en
aquel momento Director del Instituto Nacional de Ciencias Penales, para impartir la materia
"Victimología" en el post-grado de Criminología de dicha institución. El trabajo no fue fácil, pues
materialmente se carecía de antecedentes y fue necesario estructurar un temario desde el principio.
Había tenido la fortuna de poder asistir a los tres primeros Symposia Internacionales de
Victimología, por lo que contaba con suficiente material, que aunque disperso y en idiomas
diferentes al castellano, podía organizarse en un esquema académicamente adecuado. La primera
versión de esta obra fue elaborada especialmente para el Concurso Internacional de Investigación
Jurídica Penal "Maestro Francisco González de la Vega", que organizaba el Supremo Tribunal de
Justicia del Estado de Durango, con la participación de la Procuraduría General de la República, la
Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia de los Estados Unidos Mexicanos y la
Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (por conducto de su División
de Estudios de Post-grado). Este concurso se celebró en junio de 1984, y el trabajo tuvo la fortuna
de obtener el primer lugar absoluto. Sin embargo, no llegó a publicarse completo hasta 1986, por
diversas razones, entre ellas (y quizá la más importante) por el sentido fallecimiento del Lic. Rafael
Hernández Piedra, organizador del evento y Presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado
de Durango.

El maestro durangueño pereció en el terremoto que asoló a la Ciudad de México; aprovecho esta
ocasión para hacer un emocionado recuerdo de este hombre excepcional. La primera edición
impresa por la Editorial Porrúa (1988) fue una versión totalmente modificada y notablemente
ampliada; la versión original (que en mucho eran apuntes de clase) no debía ya publicarse,
básicamente porque se habían celebrado dos nuevos Symposia Internacionales, con una gran
cantidad de información novedosa, además se llevó a cabo el VII Congreso Internacional de
Naciones Unidas en prevención al Delito y Tratamiento del Delincuente, que aprobó la Declaración
sobre los principios fundamentales de justicia relativos a las víctimas, se publicaron varias obras
fundamentales en la materia (Stanciu, Neuman, Drapkin, Ramírez), y tenía ahora, después de
impartir varias veces la materia, las inapreciables opiniones de mis alumnos.
El tema fue elegido no sólo por su novedad e importancia, sino también por la carencia de
bibliografía en nuestro país y en Latinoamérica en general.

Se trataba pues, no sólo de un ejercicio académico, sino también de una tentativa para aportar
material que contribuyera al desarrollo de mía disciplina casi desconocida en México. Por lo
anterior, se ha utilizado en mucha bibliografía extranjera; las inducciones son responsabilidad del
autor.

La obra pretende ser general, y está construida como un libro de lexio; los especialistas encontrarán
quizá demasiado elementales algunas partes, pero hay las suficientes citas bibliográficas que
orientarán a la ampliación de los diversos temas. En esta nueva edición se ha respetado la estructura
original, pero corregida, aumentada y actualizada, pues es asombroso el desarrollo que ha tenido
esta joven ciencia, sobre todo en la última década del siglo XX. La trascendencia de los estudios de
Victimología se ha hecho patente cada vez con mayor fuerza, y la bibliografía ahora es por demás
abundante. En materia jurídica, se ha resaltado la importancia del sujeto pasivo del delito, y su
participación en la configuración del hecho punible; en Criminología, la Victimología pasa a formar
parte de la síntesis criminológica; en Fenología se estudia a la víctima para analizar la reacción
social.

La Política Criminológica no puede concebirse sin hacer consideraciones precisas sobre las
víctimas, y toda la teoría de prevención se dirige cada vez más a operaciones de tipo victimológico,
y puede ya hablarse con propiedad de una Política Victimológica. El fenómeno victimal preocupa
cada vez más a los especialistas «le diversas disciplinas, y así médicos, abogados, sociólogos,
psicólogos, criminólogos, criminalistas, etc., han coincidido en este interés común, creando una
nueva disciplina, que sin lugar a dudas ha abierto un verdadero universo a la investigación. AI
respecto consultar de aquella época: Antony, Carmen.

Investigación Bibliográfica \nhrt Viclimológia en America Latina. Reunión preparatoria del IX


Congreso Internacional de (li iininología. Universidad de Panamá, 1982. 2 Cfr. Salas, Luis. La
Justificación de los Estudios de Victimización en América Latina, ILANUD al día, año 4, núm. 10.
San José de Costa Rica, 1981, pp. 38 y ss.

Nuestra contribución en esta ocasión consiste en una revisión general del desarrollo y de los avances
de la Victimología, para lo cual liemos dividido d estudio en las siguientes partes: 1) Una parte
histórica, en la que se hace un repaso de los tratadistas que se han preocupado por el problema de la
víctima, hasta llegar a la formación de la Victimología propiamente dicha, las primeras reuniones
científicas consagradas al tema, y el presente y futuro de la materia. 2) Una sección dedicada a la
Victimología en sí, su concepto, definición, clases y categoría científica, y de aquí su objeto, método
y fin, para poder hacer semejanzas y diferencias con otras ciencias aliñes, y explicar las aportaciones
e interrelaciones entre, las diversas disciplinas. 3) Una revisión a los conceptos victimológicos
básicos, para poder fijar con mayor precisión el objeto de estudio, y plantear con claridad las
definiciones operacionales que se utilizarán en el desarrollo de la obra. 4) Al problema de la víctima,
su definición, los diversos enfoques según diferentes paradigmas y a los variados intentos de
tipologías, se dedica otra parte del trabajo. 5) Los factores victimógenos, tanto endógenos como
exógenos son analizados, para llegar a las relaciones entre víctima y victimario, y exponer nuestra
teoría del iter victimae, es decir la victimogénesis y la victimodinámica. 6) Se estudian algunas
víctimas en particular, por su importancia numérica o su peculiar susceptibilidad victimal (mujeres,
menores de edad, ancianos y víctimas de abuso del poder). 7) Las tres formas principales de
victimización (contra las personas en su integridad personal, en su patrimonio y en su libertad
sexual) merecen sendos capítulos. 8) La perspectiva jurídica es desarrollada desde tres aspectos: el
penal, el procesal penal y el victimal; en el primero vemos a la víctima como sujeto pasivo del
delito, y la influencia que tiene en la configuración del tipo, en el segundo su situación en el
proceso, y en el tercero la creación de un verdadero Derecho Victimal. No se olvida tratar
detenidamente el problema de la reparación del daño. 9) La clínica victimológica, con sus aspectos
de estudio, diagnóstico, pronóstico y tratamiento, se trata en un capítulo. 10) El penúltimo capítulo
es para la prevención victimológica, proponiendo .algunas soluciones al problema. 11) Por
considerarlo de utilidad, hacemos una breve relatoría de los Symposiai Internacionales de
Victimología. 12) Finalmente se agregan algunos anexos y •« consigna la bibliografia utilizada.

Es necesario, antes de terminar esta presentación, aclarar que los capítulos XIV, XV y XVI
(Victimización Femenina, Mujeres Golpeadas y \/ictimización de Anciano) fueron elaborados en
colaboración con mi compañera, la Dra. María de la Luz Lima, profesora de la Universidad
Nacional Autónoma de México, quien mucho cooperó en esta obra. Reconocimiento también es
debido a Angélica Artiachi, quien se ocupó de la transcripción mecanográfica y de la elaboración de
la bibliografía de las primeras ediciones, y a Leticia Robledo en esta nueva versión. A todos
aquellos que hicieron posible esta obra, nuestro agradecimiento. México, noviembre de 2001.
ORIGEN Y DESARROLLO DE LA VICTIMOLOGÍA

Cuando despertó, la víctima todavía estaba allí (Parafraseando a AUGUSTO MONTERROSO)

I.1. INTRODUCCIÓN

Es del máximo interés, antes de entrar en materia, conocer la forma en la que la Victimología se ha
originado y desarrollado; no es posible comprender a fondo alguna materia sin haber incursionado
en sus comienzos y en su posterior evolución. La historia es, en palabras de Cervantes, "émula del
tiempo depósito de las acciones, testigo del pasado, ejemplo y aviso di presente, advertencia del
porvenir". No es nuestra intención hacer un tratado de historia de I Victimología, simplemente
deseamos consignar algunos datos que puedan ser de utilidad para el posterior desarrollo de la obra.

I.2. APARICIÓN TARDÍA DE LA VICTIMOLOGÍA

Al principiar a estudiar la Victimología, llama la atención de inmediato, el desinterés general que a


través de la historia han tenido las ciencias penales por la víctima. Con la excepción, por demás
explicable, de la Medicina Forense, las demás ciencias no se habían ocupado del fenómeno victimal,
lo habían hecho muy superficialmente. La escuela clásica de Derecho Penal centra su interés en el
delito como ente jurídico, importa básicamente el hecho delictuoso, y justa retribución al
responsable del mismo. Aquí tenemos, de entrada, un problema de niveles de interpretación; a la
escuela clásica le interesa el nivel conductual, y por lo tanto se desinteresa por el nivel individual, es
decir se centra en la teoría del delito, dejando en un segundo plano al delincuente, y con mayor
razón a la víctima. Es justa aquella frase de que la escuela clásica (iniciada por Beccaria) le dijo al
hombre "observa el derecho", en tanto que la escuela positiva (originada por Lombroso) le dijo al
derecho "observa al hombre". La escuela positiva se centra así en el estudio del hombre antisocial,
fundando la Criminología, pero en su esfuerzo por la integral comprensión del criminal olvida a la
víctima. No es tanto que ignoren el problema, como veremos más adelante, es más bien un caso de
prioridades, en que era más urgente redondear el estudio del criminal, trabajando en un nivel
básicamente individual. Así, el criminal es estudiado, protegido, tratado, explicado, clasificado,
sancionado, auxiliado, en tanto que a la víctima escasamente se le menciona. Se organizan grupos
interdisciplinarios para estudiar al criminal, se construyen instituciones especiales para su
observación, tratamiento y custodia, se elaboran leyes cada vez más detalladas para regular su
conducta, se escriben miles de páginas tratando de explicar su personalidad y sus reacciones. En
tanto la víctima queda marginada, en el drama penal parece ser tan sólo un testigo silencioso, la ley
apenas la menciona, la literatura científica la ignora, y por lo general queda en el más completo
desamparo, lo que representa una sobrevictimización. Las razones por las cuales sucede este
fenómeno tienen que ser profundas, no podrían explicarse simplemente como un problema de
niveles de interpretación. Una tentativa de explicación consiste en el miedo que se le tiene al
criminal: el sujeto antisocial es naturalmente temido por la colectividad; es el pánico que sienten las
ovejas frente al lobo. Pero, ¿quién teme a un cordero?; es la víctima propiciatoria, es innocuo, es
manso, no es peligroso. La fiera salvaje produce pánico, llama poderosamente la atención; en el
zoológico son los animales más frecuentados; ¿quién va al zoológico a ver a los corderos? Pero
parece haber algo más, ya que los criminales pasan a la historia, en tanto que las víctimas
rápidamente caen en el olvido. 3 La obra cumbre de Lombroso se titula El hombre delincuente:
Lombroso, César. L,'Uomo Delincuente. Fratelli Bocea, Editori. Italia, 1876. ¿Quién no identifica a
Jack el destripador, a Landrú, a Capone al tigre de Santa Julia, a "Goyo", al "mocha orejas"?; pero,
¿quién sería capaz de mencionar a sus víctimas? La víctima pasa excepcionalmente a la historia, y
sólo lo logró en crímenes del tipo del magnicidio, o por alguna razón verdaderamente insólita. Así,
Abel logra su lugar en la historia con el único mérito de ser la primera víctima. En proporción
macrocriminológica, los victimarios describen le hechos, esto es válido para el crimen de crímenes:
la guerra. Los vencedores escriben, por lo general, la historia (es decir s historia); el nombre de los
victoriosos queda escrito en los monumentos y en los libros, los vencidos no son más que víctimas.
Los ejemplos son múltiples, las excepciones confirman la regí; Waterloo será siempre la derrota de
Napoleón, pero Napoleones n hay muchos. Una interpretación más puede intentarse para explicar el
fenómeno de la tardía aparición de la Victimología, y ésta es que no identificamos con el criminal y
no así con la víctima. El criminal es, en mucho, un sujeto sin inhibiciones; cuando desea algo lo
realiza, sin importarle la norma, la sociedad o la víctima; Es decir, en cierto aspecto el criminal es
alguien que se atreve a hacer algo que el no criminal no osaría realizar, pero que deseara hacerlo.
Todos hemos deseado (y por lo menos en la imaginación realizado) cometer algún delito: robar algo,
lesionar al enemigo, posee a la mujer del prójimo, evadir los impuestos, etcétera. Es por esto que
existe una identificación (consciente o inconsciente) con el criminal, con aquel que se atreve a
ejecutar lo que nosotros no osaríamos realizar. No hay identificación con la víctima, se desearía ser
crimina pero no víctima, nadie desea que lo roben, lo hieran, lo injurien lo violen; cuando soñamos
ser victimizados es algo horrible que s llama pesadilla. Esta identificación con el criminal podría
explicar el éxito de 1 novela negra, de la página roja en los periódicos, de las revistas amar listas
dedicadas al crimen, de las películas de gángsters, de las serie policiacas en la televisión. Y puede
explicar también el porqué del interés por el crimen y el desinterés por la víctima. Por último, cabe
preguntarse si efectivamente el Estado tiene interés por las víctimas. En múltiples casos el criminal
es un "chivo expiatorio", y representa la parte desviada de la comunidad que puede poner en peligro
la seguridad del gobierno y el orden social. La víctima, en tanto, significa en mucho el fracaso del
Estado en su misión de protección y tutela de los intereses de la comunidad. En un momento dado,
la víctima puede exigir al gobierno una compensación por el abandono en que ha sido dejada, como
veremos más adelante. Además, hay ciertas víctimas que es necesario dejar en el olvido, porque su
atención y estudio pueden representar un serio costo político. Tales son las víctimas de injusticia
social, de abuso de poder, de violación de derechos humanos, de marginación, de segregación racial
o religiosa, de fraude electoral, de delito transnacional, de criminalidad dorada, etcétera.

1.3. PRECURSORES DE LA VICTIMOLOGÍA Se ha afirmado que la mayoría de los criminólogos


habían hecho Victitnología sin saberlo. En realidad, como dice Stanciu, hay que evitar el error de
creer que nosotros somos los primeros en estudiar la Victimología. Si el termino Victimología es
nuevo, el objeto es antiguo. Aunque el olvido de la víctima es notorio, y se le había relegado a un
segundo término, esto no implica que haya total desconocimiento del tema, y que nunca se hubiera
contemplado el problema de la víctima. En la evolución del derecho y de la pena, podemos ver, en
un principio, el desinterés por la víctima, ya que en los tiempos remotos, el hombre primitivo utiliza
la venganza privada, y la víctima cuenta tan sólo si tiene la fuerza y el poder para desquitarse.
Cuando la reacción penal pasa a poder de los guerreros la situación no varía mucho, pues sigue
imperando la fuerza, aunque el talión, primer límite a la venganza, obliga a contemplar a la víctima,
aunque sea para medir el daño causado. Al pasar la reacción penal a los brujos, hechiceros o
sacerdotes, la víctima continúa en un segundo plano, ya que la ofensa se considera, básicamente,
contra la divinidad, y se castiga en nombre de ésta. Cuando los juristas se apoderan de la reacción
penal, la víctima es tomada en cuenta, principalmente en su derecho a quejarse y a pedir justicia.

Como simple ejemplo, y por tratarse de uno de los antecedentes más remotos, mencionemos el
Código de Hammurabi (1728-1686 A.C.), que en sus secciones 23-24 especifica que: Si un hombre
ha cometido un robo y es atrapado, tal hombre ha de morir; si el ladrón no es atrapado, la víctima
del robo debe formalmente ante Dios declarar lo que perdió, y la ciudad y el gobernador en cuyo
territorio y jurisdicción se cometió el bandidaje, debe reembolsarle lo que haya perdido. Si la
víctima pierde la vida, la ciudad o el alcalde debe paga un "maneh" de plata a su pariente.5
Importancia mayúscula tiene la distinción que se hace en Derecho Romano entre los delicia y los
crimina, ya que los primeros erar de persecución privada, es decir de querella de parte, en tanto que
los segundos eran perseguidos de oficio. La diferencia básica es que los crimina ponían en peligro
evidente a toda la comunidad, en tanto que los delicia afectaban tan sólo a los particulares, y sólo
indirectamente provocaban una perturbación social. Los delicta, en cuanto a beneficios para la
víctima, evolucionaron desde la venganza privada hasta la multa a favor del ofendido, pasan do por
el talión y la compensación. El mayor o menor grado de la reacción vindicativa radicaba
estrictamente en la voluntad y en las manos, como en la posible clemencia de la víctima. Como es
sabido, poco a poco más delicia se fueron conviniendo en crimina, hasta que se optó por el
monopolio de la acción pena por parte del Estado; con esto la víctima pasaba a un plano mu]
secundario. Progresivamente, a medida que el Estado fue haciéndose carga de la administración de
justicia, el delincuente fue transformándose en el personaje central de los estrados judiciales,
relegando a la victime a un rol subalterno primero, hasta llegar a ser casi totalmente olvidada
después.7 En cuanto a los tratadistas, varios de los grandes autores del siglo pasado tocaron el tema
de la víctima, así por ejemplo Lombroso dedica, en su "Crimen, Causas y Remedios" un par de
párrafos a la Indemnización de las víctimas, atacando la fuente misma de ciertos delitos,
principalmente aquellos de codicia.

LOS PRIMEROS TRATADISTAS

El profesor Beniamin Mendelsohn puede ser considerado fue el creador de este campo del
conocimiento científico, pues aunque: varios autores se habían ocupado del tema, el primer estudio
sistematizado de las víctimas se debe al profesor israelí, que se ocupa di tema desde 1937,15 siendo
sus primeras publicaciones en 1940 (Gii> tizia Pénale, Roma) sobre violación. En 1946 realizó su
New bio-psych social horizons: victimology, y en 1956 se publica La Victimologie, ur de sus obras
más conocidas (por primera vez en la Revue Intemati nal de Criminologie et de Pólice Technique,
reproducida después en 1; principales revistas del mundo).

FUTURO DE LA VICTIMOLOGÍA Se puede afirmar, contra sus detractores, que la Victimología


es ya una realidad, y que no es una ciencia del futuro, sino una creación del presente. En palabras de
Schneider, en su alocución de apertura al IV Symposium Internacional, los logros de la
Victimología son principalmente

Ha ayudado a la Criminología hacia un desarrollo del empirismo. Hay progreso gracias al nuevo
enfoque, en el conocimiento del crimen. Se han hecho comparaciones interregionales. Se han
realizado investigaciones que han puesto al descubierto el proceso de victimización y la
psicodinámica situacional de todos aquellos crímenes que presuponen una confrontación entre
ofensor y víctima. Se ha dado una base empírica para una geografía del crimen, no sólo su
distribución en un área sino también la subfluctuación, lo que permite hacer un análisis dinámico. La
interrelación entre el miedo al crimen y victimización, y sus relaciones con la política criminológica
es importante. Se han hecho estudios sobre la eficiencia del control criminal por medio de las
víctimas.

Los avances se han logrado gracias a los diversos Symposia, reuniones, pero además, a que: a)
Existe un cuerpo de conocimientos que no cesa de crecer b) La literatura especializada es cada vez
más abundante. c) Se publican varias revistas especializadas (como la excelente Victimología, de
Córdoba, Argentina). d) Hay varias sociedades locales de Victimología, y una Worl Society of
Victimology. e) Newsletter (editada por Claudia y Gerd F. Kirchhoff en Al< mania). f) Han
proliferado los centros de atención a la víctima. g)

Desde 1968 existe el Instituto de Victimología de Japón. h) Se han fundado las primeras cátedras y
postgrados d Victimología (por ejemplo en el Instituto Nacional de Ciencias P< nales de México).
El futuro es prometedor, sin embargo es necesario redoblar (cuidado para dar a la naciente
Victimología un verdadero carácter científico y no caer en retóricas que puedan dar al traste con este
principio venturoso. Cada vez mayor número de científicos se interesan en Victimología, las
diversas dependencias del sistema de justicia está interviniendo directamente en el problema
victimal, los estudios sobre victimización son cada vez más abundantes, y se vislumbra la adopción
de una verdadera Política Victimal. Creemos que hay razón para ser optimistas, pero insistimos e la
necesidad de mantener el esfuerzo por hacer de la Victimología una ciencia interdisciplinaria.

VICTIMIZACIÓN

La victimización ha sido considerada como el resultado de una conducta antisocial contra un grupo
o persona, o como el mecanismo por el cual una persona llega a convertirse en sujeto pasivo de un
hecho punible.146 Para la reunión de Bellagio, victimización significa la explotación y/o el abuso de
una o más personas por otras. Como puede observarse, las anteriores definiciones captan el
fenómeno en un sentido restringido, es decir, de victimización criminal. Inmediatamente surgen las
preguntas de si es posible la autovictimización y de si es factible el ser victimizado por una conducta
no criminal. Las respuestas, en principio, pueden ser afirmativas: no parece haber objeción válida
para negar la autovictimización, así como no es posible dudar que alguien pueda ser victimizado por
conductas no criminales. Al tema de la autovictimización dedicaremos varias partes de esta obra; en
cuanto a la victimización sin conducta criminal, nos ocupamos ya de ella en el apartado de "víctimas
sin crimen". Por lo anterior, es necesario elaborar un concepto de mayor amplitud para explicar el
fenómeno de la victimización. Victimización es la acción y efecto de victimizar o victimar, o el
hecho de ser victimizado o victimado en cualquier sentido. Para los efectos de este estudio
consideramos la victimización como el fenómeno por el cual una persona (o grupo) se convierte(n)
en víctima(s). Por victimización criminal entenderemos el fenómeno por el cual se deviene víctima
por causa de una conducta antisocial. La victimización es un fenómeno por demás complejo, ya que
implica un proceso y un resultado, y no puede considerarse en forma única; así, se han establecido
tipos de victimización. Se habla de una victimización primaria, secundaria y terciaria, aunque con
interpretación muy diferente según los diversos autores, nosotros adoptamos la de Thorsten Sellin:
a) Victimización primaria, es la dirigida contra una persona o individuo en particular. b)
Victimización secundaria, es la que padecen grupos específicos o sea una parte de la población.

VICTIMARIO

Victimario, del latín victimarius, en su acepción original es el sirviente de los antiguos sacerdotes
gentiles, que encendía el fuego, ataba a las víctimas al arar y las sujetaba en el acto del sacrificio. En
el sentido victimológico, victimario es aquel que produce el daño, sufrimiento o padecimiento de la
víctima. Surge la duda si el victimario se identifica con el delincuente o criminal. Proponemos que
no sea así, pues se puede ser victimario por una acción u omisión que no sea antisocial o delictiva,
es decir "victimario" sería el género, los otros términos son la especie. En la autovictimización, las
calidades de victimario y víctima se unen en la misma persona, aunque la Victimología observa al
sujeto en su papel de víctima. Este fenómeno, de la víctima de sí mismo, es interesante y no consiste
en un simple juego de palabras, las consecuencias de considerar al sujeto como víctima o como
victimario saltan a la vista, e históricamente podemos observar la persecución como criminales de
personas que en realidad y por lo general son víctimas, tal es el caso de la prostituta o del
drogadicto. Algunos autores utilizan "victimizador" como sinónimo de victimario.

CAPÍTULO VII TIPOLOGÍAS VICTIMOLÓGICAS

VII. 1. INTRODUCCIÓN

Una de las preocupaciones básicas de cualquier ciencia es lograr una buena taxonomía; de hecho el
principio del quehacer científico se basa en la estructuración de tipologías. Ya mencionamos que,
metodológicamente se debe seguir un camino consistente en la observación, la descripción y la
clasificación del objeto de estudio. De una clasificación clara, objetiva, exhaustiva y mutuamente
exclusiva, depende en mucho el avance de la ciencia misma. La tipología no es el simple gusto de
ordenar los fenómenos, sino que debe servir también para orientar las nuevas investigaciones,
además de que nos hacer ver con gran facilidad las tautologías y las contradicciones. La
Victimología no es excepción, y desde el principio intentó tipologías propias, que permitieran
comprender mejor el papel desempeñado por la víctima en el fenómeno de la victimización. En este
capítulo haremos una revisión de las tipologías más importantes en materia victimológica, poniendo
énfasis en las primeras que aparecieron, como las de Mendelsohn y de Hentig. Haremos desde luego
una apreciación crítica de cada clasificación. VII.2. MENDELSOHN Una de las primeras tentativas
de clasificación de las víctimas se debe a Mendelsohn; es indudablemente la tipología más conocida
y comentada, y se fundamenta en la correlación de culpabilidad entre la víctima y el infractor.

La clasificación queda en la forma siguiente: 1. Víctima completamente inocente, que puede


calificarse como víctima "ideal"; es decir la víctima inconsciente; por ejemplo: el niño( víctima. 2.
Víctima de culpabilidad menor-víctima por ignorancia; por ejemplo: la mujer que se provoca un
aborto por medios impropios, pagando con su vida su ignorancia. 3. Víctima tan culpable como el
infractor-víctima voluntaria: A) Aquellas que cometen suicidio tirándolo a la suerte (ruleta rusa), lo
que está sancionado por ciertos códigos penales. B) Suicidio por adhesión: a) La víctima que sufre
una enfermedad incurable y que pide que la maten, no pudiendo soportar el dolor (eutanasia). b) La
pareja que pacta el suicidio (íncubo y súcubo): los amante desesperados, el esposo que mata a la
mujer enferma y se suicida 4. La víctima más culpable que el infractor: A) Víctima provocadora
que, por su conducta, incita al infracto a comer la infracción. B) Víctima por imprudencia, que
determina el accidente por falta de control en sí mismo. 5. Víctima más culpable o únicamente
culpable: A) Víctima infractora: cometiendo una infracción, el agresor ca víctima (exclusivamente
culpable-ideal), se trata del caso de legítima defensa, en que el acusado debe ser absuelto. B)
Víctima simuladora: el acusador que premeditada e irresponsable sablemente inculpa al acusado,
recurriendo a cualquier maniobra con tal de hacer caer a ia justicia en un error.

C) Víctima imaginaría: es decir, el paranoico (reivindicador, litigioso, interpretativo, perseguidor-


perseguido), histérico, mitómano, senil, infantil o adolescente. Concluye Mendelsohn que,
basándose siempre en las correlaciones de culpabilidad, las víctimas pueden ser clasificadas en tres
grandes grupos, para efecto de aplicación de la pena al infractor. I. Primer grupo: Víctima inocente:
no hay provocación ni otra forma de participación en el delito más que la puramente victimal. Debe
aplicarse pena integral al delincuente. II. Segundo grupo: >; a) Víctima provocadora b) Víctima
imprudencial. c) Víctima voluntaria , d) Víctima por ignorancia , . • En estos casos la víctima
colabora en mayor o menor grado, y en ocasiones intencionalmente, por lo tanto debe disminuirse la
pena ai criminal, en el grado en que la víctima participó en el delito. III. Tercer grupo: a) La víctima
agresora b) La víctima simuladora, c) La víctima imaginaria . En estos casos la víctima comete el
hecho delictuoso, o éste no existe, por lo que el inculpado debe ser absuelto. Crítica ••..,••,',-.. La
tipología mendelsohniana llama la atención por ser bastante completa y por sus aplicaciones
prácticas. Sin embargo, no se ha visto exenta de críticas, así, Silverman155 hace ver que solamente
toma en consideración a las víctimas individuales, y por lo tanto no contempla a todas las víctimas.
Es verdad que los ejemplos que se dan son exclusivamente personales, pero nos parece que en un
análisis detenido, la clasificación puede extenderse a víctimas colectivas.

Esta clasificación de las víctimas ha sido considerada de gra: importancia no sólo para la
victimología, sino en sus aplicaciones jurídicopenales, ya que de ésta se desprende el grado de
responsabilidad del delincuente, pues nos indicará qué tan culpable puede ser la víctima en la
comisión del delito, restando ésta a la responsabilidad del infractor. VII.3. HENTIG Hans von
Hentig, en sus primeras obras, intenta una clasificacion en la cual se aparta de criterios legales para
proponer cinco categorías de "clases generales" y seis de "tipos psicológicos". Es de advertirse que
no pretende hacer una clasificación de todas las víctima; sino de categorizar a las más frecuentes o
mayormente victimizable; A) Las clases generales (general clases) son: 1. El joven, que por su
debilidad, en el reino animal y en 1 especie humana, es el más propenso a sufrir un ataque. 2. La
mujer, cuya debilidad es reconocida, aun por la ley. 3. El anciano, que está incapacitado en
diferentes formas. 4. Los débiles y enfermos mentales, entre los que sitúa al drogadicto al alcohólico
y a otras víctimas potenciales por problemas mentales: 5. Los inmigrantes, las minorías y los tontos
(dull normáis), put tienen una desventaja frente al resto de la población. B) Los tipos psicológicos
(psychological types) son: 1. El deprimido, en el cual está abatido el instinto de conservación, por lo
que se pone constantemente en peligro. 2. El ambicioso (acquisitive), cuyo deseo de lucro y avaricia
lo hace fácilmente victimizable. 3. El lascivo (wanton), aplicado principalmente a mujeres víctimas
de delitos sexuales que han provocado o seducido. 4. El solitario y el acongojado (heart broken), que
bajan sus defensa en busca de compañía y de consuelo.

5. El atormentador, quien ha martirizado a otros hasta provocar su victimización. 6. El bloqueado, el


excluido y el agresivo (fighting), que por su im¬posibilidad de defensa, su marginación, o su
provocación, son fáciles víctimas. En la parte final de su obra El delito, Hentig da un tratamiento
diferente, y sin intentar propiamente una clasificación, divide a las víctimas según cuatro criterios: la
situación; los impulsos y eliminación de inhibiciones; la capacidad de resistencia; la propensión a
ser víctima. Hagamos un breve resumen de esta tipología. 1) Situaciones de la víctima a) Víctima
aislada. Se aparta de las normales relaciones sociales, se torna solitaria, poniendo en peligro su
integridad, ya que se priva de la natural protección de la comunidad. Son ejemplos el anciano, el
extranjero, la viuda, el desertor, el misántropo, etcétera. b) Víctima por proximidad. La proximidad
"excesiva, angustiosa" es un factor victimógeno; Hentig distingue la proximidad espacial, familiar y
profesional. En la primera tenemos las aglomeraciones, que son la "proximi¬dad condensada", y
producen víctimas de robo (carteristas) y aten¬tados al pudor (frotadores). Hay ocasiones en que una
persona fue victimizada tan sólo por "estar cerca". La proximidad familiar produce parricidios,
incestos y violaciones. Hay profesiones que llevan a una proximidad peligrosa, como el médico, el
párroco, el profesor, la prostituta, que pueden convertirse en víctimas o en victimarios. 2) Impulsos
y eliminación de inhibiciones de la víctima a) Víctima con ánimo de lucro. Es aquella que por
codicia, por deseo de enriquecimiento fácil, cae en manos de estafadores. b) Víctima con ansias de
vivir. Es aquella que se ha privado de las cosas de que la mayoría ha gozado, y trata de recuperar el
tiempo perdido, de vivir lo que no ha vivido. Se ponen como ejemplo de este deseo el ansia de
libertad, la búsqueda de aventuras y peligros, de nuevas impresiones, la pasión por el juego, el
emigrar, el derroche, etcétera.
JIMÉNEZ DE ASÚA

Clasifica en víctimas indiferentes y víctimas determinadas.

El cuadro quedaría en la forma siguiente:

Indiferentes (indefinidas)

Víctimas resistentes

Determinadas coadyuvantes Las víctimas indiferentes a quienes también llama indefinidas, son
aquellas en las cuales la víctima pudo haber sido cualquiera, es decir, fue escogida por el criminal al
azar. Las víctimas determinadas son aquellas escogidas específicamente por el criminal, al que no da
lo mismo victimizar a cualquiera otra. Dentro de las víctimas determinadas hay víctimas resistentes
y víctimas coadyuvantes. Las víctimas resistentes lo pueden ser en forma real o en forma presunta,
la primera se defiende de manera efectiva, la segunda es victimizada en forma tal que nos indica que
el criminal sabía que se iba a defender. Las víctimas coadyuvantes son aquellas que participan
activamente en el delito, y son ejemplificadas por Jiménez de Asúa principalmente en el delito de
homicidio, tiranicidio, homicidio justiciero, atormentador-atormentado, pasional, duelo, riña,
homicidio consentido, suicidio, muerte y lesiones en accidentes causa¬ dos por otros, delitos
sexuales, delitos contra la propiedad, la estafa, etcétera. .

Crítica. La clasificación del maestro español tiene una gran coherencia ;il tomar un criterio general;
sólo haremos la observación de que en la víctima indiferente o indefinida puede encontrarse también
la resistente y la coadyuvante, aunque se suponga que la víctima ha siempre de defenderse, en la
realidad esto no sucede con la frecuencia esperada. El problema se ve con mayor claridad en los
delitos culposos, por ejemplo los hechos de tránsito.

Lola Aníyar de Castro propone las siguientes clasificaciones:

1. a) Víctima singular b) Víctima colectiva

2. a) Víctima de delito b) Víctima de sí misma


3. a) Víctima por tendencia b) Víctima reincidente c) Víctima habitual d) Víctima profesional 4. a)
Víctima culposa b) Víctima consciente c) Víctima dolosa Crítica Las clasificaciones de Aníyar son
por demás claras; podemos hacer las siguientes observaciones:

Al primer grupo no hay observación, efectivamente puede haber victima singular y víctima
colectiva. El segundo grupo está estructurado de acuerdo a un criterio jurídico, nosotros
agregaríamos las víctimas de conductas antisociales no tipificadas.

El tercer grupo denota, para ser coherente, la ausencia de la víctima que podríamos calificar de
"ocasional" o "fortuita", para poder abarcar esta posibilidad, que además es la más abundante. Es
interesante la diferencia entre reincidente, habitual y profesional, ya que la primera es aquella que
recae en la Victimización, la segunda es la que, de hecho, vive en una situación victimal, y la tercera
es la que vive de ser víctima. Obviamente, la prevención, atención) tratamiento deben diferir según
la clasificación. En la cuarta clasificación, Aníyar hace diferencia entre la victime dolosa y la
consciente, pues en la primera, la intención de convertirse en víctima va más allá de la simple
actitud que la lleva a ello, busca obtener un lucro o dañar a alguien. Nos parece que en esta cuarta
tipología hace falta la víctima inocente, pues las posibilidades no se agotan en dolo, culpa y
consciencia, y además agregaríamos la víctima preterintencional, que esperando no ser víctima, o
sufrir un mal menor, cae en un estado victimal no esperado o mayor al calculado. La víctima no
hmgible es la que participa en su victimización, por propia voluntad o por provocación o
imprudencia, o por el desarrollo de la acción (alternativa: duelo).

CAPÍTULO VIII FACTORES VICTIMÓGENOS VIII. 1. INTRODUCCIÓN Por factor


victimógeno entendemos todo aquello que favorece la victimización, o sea las condiciones o
situaciones de un individuo que lo hacen proclive a convertirse en víctima. No debe confundirse
factor con causa, ya que el primero favorece, facilita, conduce hacia el fenómeno victimal, en tanto
que la segunda produce la victimización. Solamente podemos hablar de causa victimógena en el
caso concreto, ya que causa es aquello que necesariamente produce un efecto, y quitando la causa
eliminamos el efecto. El factor victimógeno posibilita la victimización, pero no la produce; podemos
encontrar dos personas con los mismos factores victimógenos, y una llega a ser víctima y la otra no.
En palabras de Stanciu: "De la misma manera que todas las personas que sufren los factores
criminógenos no se convierten en criminales, igualmente todos los individuos que se encuentran
bajo situaciones victimógenas no se convierten en víctimas. "La personalidad de cada quien y ciertas
circunstancias pueden realizar compensaciones y neutralizar la nocividad de las situaciones
desfavorables." Por lo general, los autores aceptan la existencia de los factores vic¬timógenos y la
predisposición de ciertas personas para ser víctimas. Di Tullio,174 sostiene que existen individuos
que poseen una sim¬patía criminógena, es decir, su personalidad está constituida de tal forma que
fácilmente se convierten en víctimas no sólo pasivas, sino hasta voluntarias, de los más variados
delitos.

Exnerm opina que: "hay algo así como una aptitud personal, de llegar a ser víctima de una acción
delictiva de tipo determinado". Para Fattah, las predisposiciones victimógenas no solamente con-
tribuyen a la escogencia de esta o de aquella persona como objeto del crimen, sino que desempeñan
también el rol de agente provocador que incita a la acción o inspira al criminal la idea del crimen. Se
ha llegado a plantear la existencia de una "víctima nata"; así Aldous Huxley177 llega a afirmar que:
"Existen víctimas por nacimiento, nacidas para ser degolladas así como los criminales nacen para ser
colgados de la horca. Tú lo puedes ver en sus caras. Existe un tipo de víctima, así como existe un
tipo de criminal." Este es un error a evitar, más aún si lo enfocamos en el mismo sentido de
"criminal nato", o de "predestinación victimal". Sin embargo, es de reconocer que hay personas con
una gran proclividad para ser víctimas, pues se reúne en su contra una gran cantidad de factores
victimógenos. "Se trata de personas que presentan tres características esenciales: un débil instinto de
conservación, credulidad e imprudencia. Estas personas tienen un comportamiento tal contra sus
intereses y contra su vida que parecen buscar de una manera inconsciente o subconsciente ser
robados, defraudados, lesionados y hasta muertos. Nosotros los calificamos como casos de
insuficiencia egoísta."178 En muchas ocasiones, son sujetos con graves defectos psicológicos
(inseguridad, depresión, obsesión, etc.), o que están conectados con ilícitos como el juego, la
prostitución y las drogas.179 No podemos comprender el fenómeno victimal sin estudiar la
personalidad de la víctima, sus cualidades objetivas y subjetivas, así como las circunstancias de la
victimización. Toda conducta o situación humana, aun la de ser víctima, llevan la impronta de la
personalidad del sujeto. Cada hombre tiene su estilo de vida, igual que cada artista tiene su
distintivo, cada criminal y cada víctima tienen su estilo. Por lo tanto hay un estilo criminal y un
estilo victimal.180 Sin pretender un estudio exhaustivo, en este capítulo analizaremos algunos de los
principales factores victimógenos de naturaleza

VI11.2. CLASIFICACIÓN DE FACTORES


Existen diversas clasificaciones de factores victimógenos; algunos autores les llaman
"predisposiciones", otros "factores de riesgo". Varios los tratan como clasificaciones victímales. En
este apartado (¡(aremos algunos ejemplos. Para Stanciu, los factores que explican la victimidad
pueden ser divididos en dos grupos: 1. Factores endógenos (ciertas deficiencias orgánicas).

2. Los factores exógenos (de orden social).

i Gulotta182 clasifica las predisposiciones en función del origen, ¡, distinguiendo entre las innatas y
las adquiridas. Las primeras son aquellas que posee el individuo desde el nacimiento, como: el sexo,
' un vicio parcial o total de la mente, una deficiencia física como sordomudez, la ceguera, etcétera.
En cambio, las predisposiciones adquiridas son aquellas que el individuo desarrolla en el curso de su
existencia, y por lo tanto, esencialmente, los tratamientos psicosociales y todas aquellas
enfermedades que han intervenido después del nacimiento. Desde el punto de vista temporal,
Gulotta distingue entre predisposiciones permanentes y temporales. Las primeras son aquellas que
acompañan al individuo durante toda su existencia. Las segundas solamente por un período de
tiempo más o menos largo. Ramírez González desarrolla el siguiente esquema: Predisposiciones
biofisiológicas Edad: Sexo Raza Estado físico Predisposiciones sociales Profesión Status social
Condiciones económicas Condiciones de vida Predisposiciones psicológicas Desviaciones sexuales
Estados psicopatológicos Rasgos de carácter.

Mendelsohn considera que son factores determinantes: I. El ambiente endógeno (bio-psicológico).


En situaciones en que cualquier persona razonable debe pensar en su propia seguridad, implica
medida de precaución. II. El medio natural circundante. Constituido por fuerzas independientes o
incontrolables. III. El medio natural circundante modificado. Este es resultado de la contaminación
de los componentes necesarios para la vida en el medio natural. TV. El medio social. a) Individuos
antisociales. b) Organizaciones antisociales. V. El medio antisocial. (Política de Estado o partido
dictatorial, totalitario o racista). VI. El medio de manejo. Se trata del manejo de todas las máquinas
domésticas o industriales. Factores de riesgo Aspectos Steinmetz185 presenta el siguiente cuadro:
Operacionalización Factor de atracción Posesión de objetos valiosos Características sexuales Tener
las características de un rival Vivir en los alrededores de delincuentes potenciales. Visitar lugares
frecuentados por delincuentes potenciales Prevención técnica Vigilancia/protección Nivel de
ingresos, conducta de comprador, ajuar de la casa, traer dinero suelto en lugar de cheques. Mujer
joven (forma de vestir). Adolescentes (conducta de cambio). Factor de proximidad Vivir en una gran
ciudad o en un distrito criminal. Conducta de paseo de compras, utilizar medios de transporte
colectivos. Accesibilidad a la habitación, los automóviles, las chapas. Vivir en una casa sin custodia,
vivir en un lugar aislado. Ir o estar en situaciones en las cuales nadie puede ayudar. Falta de
disposición o inclinación de los vecinos para auxiliar.

VIII.3. LOS FACTORES EXÓGENOS Como su nombre lo indica, los factores exógenos son
aquellos que se encuentran fuera del individuo. Los factores exógenos pueden ser de muy diversa
naturaleza: telúricos, espaciales, temporales, sociales, etcétera. Quetelet, desde el primer tercio del
siglo pasado había enunciado sus "leyes térmicas", señalando la relación entre temperatura, clima,
época del año y crimen. Guerry, por su parte, realizó mapas de las zonas criminógenas. 186 Di
Tullio, op. cit., p. 901. Estos conocimientos son aprovechados hoy por la Victimología, pues se
pueden identificar situaciones y lugares victímales, haciendo calendarios y mapas de la
victimización. Para nadie es desconocido que existen ciertos lugares (bares, puertos, determinados
barrios, etc.) que son "peligrosos", es decir que en ellos se corre peligro, o sea que son
victimógeríos. De la misma manera, es de sentido común que a determinadas horas no es
conveniente "salir solo (a)", y que en vacaciones es riesgoso dejar la casa sin custodia. La teoría de
la oportunidad187 está siendo utilizada ampliamente en explicaciones victimológicas: la
"oportunidad" de ser víctima aumenta de acuerdo a los cambios sociales y desarrollo de la
tecnología. Este último punto ha sido contemplado por Mendelsohn: "una civilización tecnológica
tiene un punto débil: el número de sus víctimas aumenta en proporción directa con su progreso".189
En los apartados siguientes estudiaremos algunos factores victimógenos de naturaleza exógena,
haciendo hincapié en nuestra realidad y en los resultados de nuestras investigaciones. Antes de
continuar es necesario hacer un par de aclaraciones: indudablemente el fenómeno victimal es una
combinación de factores, por esto la escasa significancia en algunos de ellos si se estudian aislados.

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