Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Resumen
Este trabajo busca analizar primeramente una problemática actual la cual es descrita
como el nihilismo contemporáneo (Asiain, 2011). Esta cuestión relaciona diversos aspectos
humanos y sociales que han mermado la relación de este con su mundo, tales como la
pérdida de la fe en la humanidad, la pérdida de creencia en valores trascendentes y en
elementos que justifiquen el mundo. En base a esto, nos serviremos del filósofo Gilles
Deleuze y de su examen que ha hecho de la sociedad presente en las últimas décadas, desde
su obra más importante de cine: La imagen-tiempo Estudios sobre cine 2 (2016). En dicho
libro, Deleuze habla de una sociedad que necesita recuperar la creencia en el mundo, de
restablecer sus lazos con la vida, con la realidad, pues estos se han visto destruidos desde la
Segunda Guerra Mundial. Además, este filósofo menciona que no creemos en los
acontecimientos que nos suceden (2016), es como si solo estos solo nos concernieran a
medias y parece que no pueden tocar ni llenar nuestro ser. Debido a esto, hay una misión
que tenemos como humanidad que es recuperar nuestra fe en el mundo, y esto para Deleuze
se puede hacer a través del cine. Para este filósofo, el gran poder del cine moderno es
volvernos a dar creencia en el mundo, redireccionarnos al afuera y ayudarnos a restablecer
nuestros lazos con un mundo devastado, perdido y ajeno a nosotros. No obstante, el cine
que busca dicha misión debe ser un buen cine, pues ciertamente hay una producción
cinematográfica que se ha quedado estancada en la repetición de elementos fáciles de
digerir, que puedan captar la mayor cantidad de público. Esto, Deleuze también lo
considera y menciona que cuando en el cine comienzan a predominar elementos como la
violencia o el sexo explícito, se cae en la violencia de lo representado (2016). En resumen,
queremos hacer un examen actual de la sociedad basado en el nihilismo contemporáneo,
como una sociedad que ha perdido su creencia en el mundo, en la política, en el amor, en la
amistad o en las relaciones, y se ha desmayado quedando sin interés por actuar y aportar en
el mundo. Frente a esto, se propone el cine como un medio artístico que puede ir en ayuda
de justamente recuperar nuestros lazos con el mundo y con la realidad, dándonos una fe y
conectándonos con las cosas que nos suceden, para así finalmente tener una mayor
participación y acción en un mundo que cada día se nos aleja más. Buscaremos justificar
dicho planteamiento por medio de una revisión bibliográfica del autor Gilles Deleuze junto
con material de apoyo, además del diálogo con diversos films que representen las ideas de
nuestro trabajo y que finalmente, recomendamos con miras a promover el buen cine que ha
intentado filmar la conexión individuo-mundo.
Bibliografía
Deleuze, G. (2011). Cine II. Los signos del movimiento y el tiempo. Cactus.
Diaz, S. (2014) Arte y pensamiento en Gilles Deleuze. Una experiencia lúdico-estética más
allá de la interpretación. Fedro Revista de Estética y Teoría de las Artes, (13), 70-78.
Quisiera por un momento, para comenzar, que pensemos en cuántas veces hemos
oído últimamente frases como: “noo, si la cosa está mala”, “nada es como antes”, “la gente
hoy en día no tiene respeto” “nadie hace nada, todos viven ensimismados, o en su propia
onda”. Frases como estas, que a diario recorren conversaciones y encuentros cotidianos,
hablan ciertamente de una lejanía que tenemos con nuestro mundo. Si analizamos
minuciosamente el por qué han surgido estas frases en los últimos años, podemos llegar a
las relaciones humanas estables, la aceleración, tal como habla el sociólogo Harmut rosa,
que menciona que nuestra sociedad se ha convertido en un mundo acelerado que no tiene
descanso; quizá la desconfianza en la religión, y así, muchos elementos más que nos
recuerdan lo distante que nos sentimos del mundo. Para Robert Sinnerbrink, fuentes
el mundo se ha convertido en sí mismo en una mala película en la que nadie cree y tampoco
sabe cómo actuar cuando está frente a ella (Sinnerbrink, 2016 p. 63). De esta forma, a este
foco de atención cultural y filosófico, que ciertamente necesita un remedio, una ayuda, una
solución que nos lleve de vuelta a conectarnos con el mundo, a creer en la vida y en los
“el hecho moderno es que ya no creemos en este mundo. Ni siquiera creemos en los
acontecimientos que nos suceden; el amor, la muerte, es como si sólo nos concernieran a
medias. No somos nosotros los que hacemos cine, es el mundo que se nos aparece como un
es decir, ya no se percibe el mundo hacia una meta que dirija los acontecimientos de
realidad no teleológica, no unitaria, y falsa. En este sentido, para Deleuze, la ruptura del
hombre con su mundo, esta desconexión con la realidad que nos ha tornado escépticos y
distantes frente a la amistad, el amor o las relaciones, tomó fuerza desde la segunda guerra
mundial en adelante. Este suceso bélico sin duda marcó un antes y un después en la historia
humana, y como consecuencia, nos llevó a percibir el mundo como un lugar ajeno a
nosotros, extraño, en el cual ya no se puede confiar. Junto a esto, las amenazas de guerras
duda nos hacen difícil considerar el mundo como un hogar, de manera que no es
existencialismo. Para Deleuze, el vínculo del hombre con el mundo se ha roto, por lo que, a
partir de aquí, el vínculo del hombre con el mundo se hará objeto de creencia, es decir, el
mundo es un imposible que solo puede volverse a dar en una fe, en una creencia que no
debe dirigirse a un mundo distinto o transformado, sino a nuestro mundo que ya tenemos.
Quisiera compartir con ustedes un recuerdo personal ahora, recuerdo un día en el que
navegando por las redes sociales me encontré con un video que mencionaba que las
mujeres habían perdido la fe en los hombres y ya no creían en ellos, y otro día, me topé con
otro video que decía que los hombres no creían en las mujeres. Estos videos fueron
compartidos por usuarios de la red social que defendían dicha idea y, además, al
punto de vista. Debido a la viralidad del video, ya que tenía muchas reproducciones, lo
consideré una situación preocupante o al menos llamó mi atención. Deleuze tenía razón al
acontecimientos, las cosas que nos suceden y más aún, el aporte que podemos hacerle al
mundo se ha visto mermados, somos escépticos con ello. ¿Para qué? He escuchado a mucha
gente decir en mi círculo social, mis amigos, mi familia, ¿para qué si mañana tengo que ir
igual a trabajar? O ¿para qué si la cosa va a seguir igual? En este momento llegamos a la
pregunta central, ¿cómo superamos esta situación? Quizá existan muchas ideas de cómo
podemos mejorar el mundo, trabajar en ellas y promoverlas ha de ser una labor que
tenemos que considerar como filósofos si queremos seguir teniendo un mundo y una vida
conectada con lo que nos sucede. En este punto llegamos a una idea clave. De acuerdo a lo
resolver la situación nihilista que compleja al individuo actual. Deleuze dice, cito, “pero si
verdadero a que recobremos razones para creer en el mundo y en los cuerpos eclipsados?”
(Deleuze, 2016, p. 266). Más adelante Deleuze dice nuevamente, cito: “lo que el cine tiene
que filmar no es el mundo, sino la creencia en este mundo, nuestro único vínculo (…)
volver a darnos creencia en el mundo, ése es el poder del cine moderno (cuando deja de ser
malo)” (Deleuze, 2016, p. 230). Un punto importante que no podemos pasar por alto es el
hecho que Deleuze dice: cuando el cine, deja de ser malo. Todos estamos familiarizados
con el cine barato, de entretención que se difunde en masas. No hay un mayor problema
con esto, que exista un cine que busque entretener y divertir, no obstante, el aspecto
saliendo cada año innumerables películas que no contribuyen más que a la distracción y al
lucro. En cambio, cuando el cine es bueno, es decir, cuando filma una conexión entre el
Deleuze y nos está ayudando a superar nuestro propio nihilismo. La propuesta argumental
en las películas, cuando los personajes buscan cambiar el mundo por medio de acciones,
creen en lo que les sucede, en el amor, la amistad, en el cuerpo, hace que el cine comience a
servirnos como medio para ahora nosotros ir en busca de nuestro mundo, de nuestra
realidad, ayudándonos a creer en ella. Deleuze menciona que el cine, justo después de la
destruido por la guerra y las secuelas de esta. Los personajes solo podían observar a su
alrededor y literalmente no hacer nada, era un cine de vidente, de alguna manera reflejando
cómo se sentía el ser humano pos segunda guerra mundial, que solo podía observar y volver
a observar lo sucedido, viéndose a sí mismo incapacitado de poder hacer algo para cambiar
las cosas. Es frente a esto que Deleuze encarga al cine filmar la conexión entre el ser
humano y su mundo, para superar nuestra condición de meros videntes. Directores como
Dreyer y Rosellini fueron los primeros en filmar aquello. Sin embargo, todo esto ocurría en
un periodo en que el cine recién comenzaba a mutar. Considero que el cine si decidió filmar
con el propósito de ayudarnos a ver el lado bueno del mundo y reconectarnos con él, no
posterior a su muerte también. Sin duda la cinematografía intenta superar nuestro nihilismo
contemporáneo, con ciertos filmes, así, el cine habría obedecido a la misión encomendada
por Deleuze, al menos con algunos directores o algunas películas, pues no toda la industria
cuales he podido encontrar elementos novedosos que nos acercan o nos proponen un
acercamiento al mundo y a lo que allí hay. Estas son, el club de la pelea, sueño de fuga o
the Shawshank Redemption, la sociedad de los poetas muertos, the Truman show, cadena
estos filmes queda para efecto de otro trabajo donde repasemos detenidamente lo que allí
creer. Por supuesto que las películas que mencioné son pocas, hay muchas más, quizá
ustedes mismos puedan recordar alguna que los marcó. Finalmente, el cine puede ser un
medio artístico que nos lleve a conectarnos con el mundo, destacando el valor del arte en
nuestras vida y en la realidad. Pues quién luego de haber visto una buena película, que lo
nuevas perspectivas frente a la vida? Necesitamos seguir creyendo que hay un afuera, y que
allí aún existen cosas buenas como la amistad y el amor, siendo el mundo el único lugar
para hacer acontecer la bondad, por ejemplo, la felicidad, la esperanza y la vida. Quisiera
finalizar mi presentación con una frase de Deleuze: “necesitamos una ética o una fe, y esto
hace reír a los idiotas; no es una necesidad de creer en otra cosa, sino una necesidad de
creer en este mundo, del que los idiotas forman parte” (Deleuze, 2016, p. 231).