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Reflexiones sobre la temporalidad, la cultura, lo imperceptible y las

resistencias.

Resumen de Mesa:

En esta mesa compartiremos reflexiones que surgen de la conversación y actividad de investigación,


que realizamos como estudiantes y graduados de la carrera de filosofía, en el grupo “Deleuze:
ontología práctica”. Como integrantes de este grupo participamos de reuniones de investigación y
discusión en las que profundizamos aspectos de la obra de Deleuze y de las fuentes que constituyen el
pensamiento del mismo. A su vez, este grupo de investigación forma parte de RAGIF, la Red
Argentina de Grupos de Investigación en Filosofía, cuya principal actividad es la investigación de una
manera rigurosa y comprometida. Esto implica la comprensión de la actividad filosófica como un
espacio plural y colectivo de pensamiento que está atravesado por las problemáticas actuales de la
sociedad que habitamos.

Presentamos en esta ocasión trabajos que rozan temáticas distintas: la temporalidad en el sistema
capitalista a la luz de la ontología deleuziana, lo monstruoso en las clasificaciones biomédica y su
relación con la individuación en Deleuze, lo imperceptible que solo puede ser percibido y que
constituye el sentido, la cultura como forma de opresión y las resistencias como líneas de fuga y por
último el autri en Deleuze como estructura de lo posible. Si bien aparentan ser tópicos diferentes
hallamos algunos puntos en común dado que en la propuesta general retomamos aspectos que nos
atraviesan y nos conmueven, ya sea individual o colectivamente. Los cinco textos se centran en
cuestiones muy concretas de la problematización filosófica que violentan el pensamiento y nos
fuerzan a compartir estas múltiples miradas sobre el recorrido ontología-política-práctica.
Resúmenes individuales

Apuntes sobre la fisura imperceptible y secreta

Exposito Virginia
(expositovirginia@gmail.com)
UBA

“Más bien habría que concebir las cosas como un asunto de percepción: entramos en una
habitación y percibimos algo como dejà là, como si acabara de suceder, incluso si todavía no
ha sucedido. O bien sabemos que lo que está pasando sólo pasa por última vez, se acabó.
Oímos un "te quiero" que sabemos perfectamente que se dice por última vez. Semiótica
perceptiva. Dios mío, ¿qué ha podido pasar, mientras que todo es y permanece imperceptible,
y para que todo sea y permanezca imperceptible para siempre (…)? ”[1]
Así hablaba Deleuze del “El crack up” de Scott Fitzgerald en “Mil Mesetas”. Intento en
mi ponencia seguir lo imperceptible, que solo puede ser percibido, dar con estas microfisuras
y acompañarlas en la lectura de “El crack up”.
Esta es “(…) una medida que nadie adopta voluntariamente jamás (…)”[2] afirma el
novelista norteamericano. Yo haciendo uso de sus palabras continúo su cita y como el
sostiene, me veo obligada a pensar.

[1] Deleuze G., Guattari F., Mil Mesetas, Capitalismo y esquizofenia, trad. Vázquez Pérez. Edit.PRE-TEXTOS,
2012, p. 199
[2] Fitzgerald F. S., El crack up, Cap. Encólese.
http://www.sisabianovenia.com/LoLeido/NoFiccion/Fitzgerald-Crack.htm
Cultura y resistencia: una lectura de T.W. Adorno y F. Guattari

Juan Rocchi
(rocchi.juan@gmail.com)
UBA

El concepto de “cultura” es caracterizado de formas distintas en la obra de Adorno y


de Guattari. Sin embargo, se encuentran varios puntos de diálogo importantes entre ellos, que
abordaremos en este trabajo. Tomando centralmente los textos Meditaciones sobre la
metafísica[1], de T.W. Adorno, y Cultura: ¿un concepto reaccionario?[2], de F. Guattari,
veremos que en ambos casos la cultura opera como una forma de opresión respecto de lo que
podríamos llamar un "afuera" que resiste.
Como desarrollaremos a lo largo del trabajo, Adorno entiende la cultura como una
falsa compensación ante lo que llama la "vida dañada", es decir la vida regida por la lógica
calculadora y mercantil. En este sentido, hay una resistencia de la materia y lo sensible, que
exceden a lo apropiado por la cultura y la vuelven falsa. Según Guattari, en cambio, la cultura
funciona como un "modo de control de subjetivación" asociado a lo molar, el Estado y las
jerarquías determinadas.
Nos interesa pensar aquí, entonces, cómo aparece en cada propuesta aquello que
resiste a la cultura y necesariamente la excede (la materialidad y lo molecular, en Adorno y
Guattari respectivamente), y qué implicancias tiene esta resistencia en cada caso.
Señalaremos también el diálogo entre ambas posturas, y en qué sentido se enriquecen
mutuamente.

[1] Adorno, Theodor W., “Meditación sobre la metafísica” en Dialéctica negativa, Madrid, Taurus, 1992.
[2] Guattari, Félix y Rolnik, Suely, “Cultura, ¿un concepto reaccionario?, en: Micropolítica. Cartografías
del deseo, Buenos Aires: Tinta Limón, 2013.
El capitalismo, un modo de subordinar al tiempo

Randy R. J. Haymal Arnes


(haymalrandy@gmail.com)
UNRC

The time is out of join es un bello apotegma que Deleuze extrae de Shakespeare para
caracterizar la modernidad. Ésta comprende una nueva concepción del tiempo no
subordinado al movimiento. La Crítica de la Razón Pura es la primera obra en la que se
transparenta esta mutación del pensamiento para Deleuze. Pero, la revolución que este tiempo
desencadenado introduce en el pensamiento, prontamente, es contenida por Kant. Deleuze, en
Derrames II, desarrollando su concepto de capitalismo, establece una analogía entre esta
noción y el cogito kantiano a partir de dos valores lógicos: determinación e indeterminado.
En el presente trabajo, trataremos de desarrollar qué significa este tiempo fuera de quicio
(tercer valor lógico: determinabilidad) en la constitución del capitalismo y cómo el tiempo,
constituido en tanto orden independiente, es domeñado por él. El trabajo articula dos
momentos. En el primero, el tiempo de producción deja de subordinarse a los ciclos
naturales: aparición de las fábricas como nuevo constructo espacio-temporal donde se
constituye el trabajo. En el segundo momento, el tiempo deja de subordinarse a los
movimientos del obrero para pasar a ejercerse sobre él: aparición de la producción en masa.
En este segundo punto, la obra de Benjamin Coriat nos resultará imprescindible.
Reflexiones sobre el monstruo y la individuación deleuziana

Bertazzo Georgina
(georginabertazzo@gmail.com)
UBA

El fondo sube a la superficie y aparece el monstruo. El presente trabajo tiene como objetivo
analizar por qué nos aterran algunas imágenes centrales de la ontología deleuziana, como la
falta de determinaciones y la disolución de las formas. Deleuze muestra que el horror aparece
cuando intentamos derrocar el antiguo y tan arraigado esquema hilemórfico. En efecto, la
necesidad de informar la materia responde a intereses políticos y económicos. Las teorías
esencialistas han postulado un principio de individuación anterior al proceso. Este individuo,
que tiene preeminencia ontológica, oficia de modelo y posee características inalterables. Es a
partir del individuo que se establecen, en las corporaciones biomédicas, los parámetros de
anormalidad. El monstruo, como concepto biopolítico, es la entidad que debe ser
patologizada e instaura los criterios médicos de lo regular y lo que transgrede los límites de la
naturaleza. De tal modo resulta sustancial poner en evidencia el sistema de inteligibilidad
cultural creado por la comunidad científica pues tiene graves consecuencias para los cuerpos
e identidades calificadas como monstruosas. Siguiendo a Susy Shock reivindicamos nuestro
derecho a ser monstruos y en alianza con Deleuze intentaremos pensar el cuerpo como un
continuo atravesado por dinamismos intensivos, fluctuantes y plásticos. Las identidades no
son fijas ni inmutable del mismo modo en que no lo son las teorías y categorías médico-
científicas.
El anti-humanismo deleuziano y la noción de autrui

Solange Heffesse
(sol.heffesse@gmail.com)
UBA

Inspirado en el gesto spinoziano, Deleuze plantea sus críticas hacia el humanismo a través del
desplazamiento de la figura de “lo humano”, reelaborando y desfigurándolo en varios otros conceptos
de cuño propio. Uno de ellos es autrui (pronombre indefinido del francés que sólo se utiliza para
referir personas en sentido colectivo, y que suele referirse a la alteridad o la otredad). Deleuze lo
define con la siguiente fórmula tomada de la obra de su amigo Michel Tournier: “el otro como
expresión de un mundo posible”. El tema cuenta con un desarrollo consistente a lo largo de su obra.
Nos centraremos en la exposición que hace del concepto en Diferencia y repetición, donde el mismo
es presentado como ejemplo de la individuación de los sistemas psíquicos. Ésta tiene lugar bajo la
forma de una estructura relacional irreductible a los polos del sujeto y el objeto. Una estructura que es
propia del plano de lo actual (que suele equipararse al de lo empírico), en la que se anudan los
problemas ontológicos de la constitución y organización del campo perceptivo con el problema del
origen de las Ideas virtuales. Examinando estos desarrollos comprendemos que, para Deleuze, la
estructura de lo posible son lxs otrxs.

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