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BOCHEŃSKI, Józef M.: Introducción al pensamiento filosófico. Editorial Herder,


Barcelona, 2002, 120 pp.

Article  in  Revista de Filosofia · December 2007

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Luis Vivanco
University of Zulia
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BOCHE¼SKI, Józef M.: Introducción al pensamiento filosófico. Editorial Herder,
Barcelona, 2002, 120 pp.

El libro que reseñamos en esta ocasión, como otros sobre los que hemos escrito,
es de carácter divulgativo, dedicado a un público culto general más que a especialistas
o estudiantes. Sin embargo, es un libro cuya lectura puede ser de interés, enriqueci-
miento y reflexión para estudiantes de filosofía de cualquier nivel, y para sus profeso-
res. La presente es una reseña tanto sobre la vida como sobre de este pensador.
Józef Maria Boche½ski, O.P., (1902, Czuszów, Polonia-1995, Fribourg, Sui-
za) fue un importante pensador filosófico del siglo XX y uno de los más longevos,
muriendo casi con el siglo a los 93 años, y hasta esa avanzada edad se mantuvo ac-
tivo, leyendo, estudiando, aprendiendo, escribiendo, enseñando y disertando en di-
ferentes eventos académicos. Por otro lado, desde muy joven tomo parte en aconte-
cimientos históricos de su tiempo, como la campaña contra los rusos bolcheviques,
que invadieron Polonia en 1920, intentando restablecer allí el dominio ruso. Luego
de esa intensa experiencia, Boche½ski, inició estudios de Derecho en Lemberg
(Lwów), y de economía en Posen (Pozna), pero en 1927 entró en la orden domini-
ca, y al año siguiente inició sus estudios de filosofía en la Universidad de Fribourg
(Suiza), recibiendo allí en 1931 su doctorado, así como en 1934, el de teología por
la Universidad Pontifica Santo Tomás de Aquino, en Roma1.
Aunque se formó en el neotomismo y el neoescolasticismo, las inclinaciones
de Boche½ski iban hacia la filosofía analítica y la lógica. Inclusive sus aproxima-
ciones a tópicos de la filosofía tradicional, como el tema metafísico de la analogía,
las hizo a partir de técnicas aportadas por la lógica simbólica, sumándole además
otros aportes suyos desde la lógica matemática. En Polonia fue también discípulo
del célebre lógico Jan ukasiwicz, en un momento en que empezaba a cobrar auge la
“Escuela Polaca” de lógica que tuvo en este autor y en Alfred Tarski egregios re-
presentantes. Años más tarde, en una de sus obras, titulada La filosofía actual2, dio

1 En Internet hay una semblanza de Boche½ski escrita por Mario Bunge, conocido profesor
argentino del área epistemológica. Dicha semblanza esta plagada de prejuicios e inexacti-
tudes ya tristemente típicas de ese autor rioplatense. Una de las cosas que allí se contienen
es que Boche½ski habría confiado a Bunge que “fue a parar a la filosofía” porque “la úni-
ca posibilidad que tenía un joven humilde de cursar estudios superiores era ingresando en
un seminario religioso”. Aun si fuese verdad que Boche½ski dijo eso a Bunge, su curricu-
lum muestra que tuvo acceso a estudios superiores al menos en otras dos carreras antes de
iniciarse en la filosofía misma. Dicha afirmación, además, lanza la duda sobre la autenti-
cidad de la vocación religiosa de Boche½ski, autenticidad de la que es muestra toda una
vida de compromiso y adhesión a la fe por parte del pensador polaco.
2 BOCHE¼SKI, I.M.: La filosofía actual. F.C.E., México, 1949. Originalmente Eu-
ropäische Philosophie der Gegenwart. A. Francke-A. G. Verlag, Berna, 1947.
146 Reseña, Revista de Filosofía, Nº 57, 2007-3, pp. 145 - 147

en apéndice final una lista de varios filósofos de su tiempo, con sus respectivas
áreas o afiliaciones, y se colocó a sí mismo como tomista, pero en nota a pie de pá-
gina añade, con relación a él y a varios de sus contemporáneos: “se interesan por la
lógica matemática”, lo que en su caso fue expresión de humildad, pues ese “inte-
rés” le llevó a escribir no menos de dieciséis libros sobre lógica, algunos de los
cuales (como su Historia de la lógica formal, 1961) son clásicos de la materia.
En los años treinta, cuando se consolidaban los fascismos y autoritarismos en
Europa, Boche½ski fue uno de los pensadores que se manifestó rotundamente con-
tra tales tendencias. Desde 1934 era profesor en el Collegium Angelicum de Roma,
y luego, hacia 1940, se radicó en Fribourg, Suiza, pero tuvo otro paréntesis bélico
cuando actuó como capellán de las fuerzas polacas que lucharon en Francia e Italia,
y estuvo en la famosa campaña que capturó Monte Cassino en 1944.
Después de la guerra, Boche½ski entró como profesor en la Universidad de
Fribourg, de la cual años más tarde llegaría a ser Rector (1964-1966). También fun-
dó y dirigió el Instituto de Europa Oriental, dedicado sobre todo a estudios de so-
vietología, que fue otra de las vertientes fecundas y densas de su producción, pues a
través de la revista editada por dicha institución y de varios libros que escribió y
editorializó, hizo brillantes y agudos análisis críticos sobre la filosofía marxista.
Este sesgo comprometido de su obra hizo que fuera vetado en los países socialistas,
y en su país, Polonia, no se publicaron sus libros sino después de la caída del comu-
nismo, en 1989.3
Hacia el final de su vida, la veta crítica de Boche½ski, lejos de aplacarse, se
hizo más aguda e inquieta. Su campo de intereses se amplió tanto que hasta después
de los ochenta años iniciaba nuevos estudios en cuestiones difíciles (como la lectu-
ra e interpretación de jeroglíficos egipcios). Recelaba de las últimas tendencias re-
lativistas e irracionalistas en epistemología y sociología de la ciencia, así como de
la hermenéutica filosófica, y desconfiaba del sesgo iconoclasta que iban tomando
todos estos campos; por otro lado, su pensamiento se fue haciendo más racionalista
e inclinado a dar un mayor voto de confianza a las ciencias del que comúnmente es-
tán dispuestos a dar los intelectuales contemporáneos.
El libro que reseñamos es la traducción de un grupo de diez conferencias que
Boche½ski pronunció en la Radio de Baviera en varios programas transmitidos du-
rante 1961. Dice en el prólogo que le fue impuesta una estricta limitación a 27 mi-
nutos para cada conferencia. Ello le hizo no sólo seleccionar exigentemente los te-

3 Boche½ski escribió la mayor parte de su obra en alemán, pero también escribía ocasio-
nalmente en otros idiomas como latín, italiano, polaco e inglés. Para datos de sus obras
traducidas al castellano aconsejamos consultar el artículo “Boche½ski”, del Diccionario
de Filosofía de Ferrater Mora.
Reseña, Revista de Filosofía, Nº 57, 2007-3, pp. 145 - 147 147

mas sobre los cuales versaron sus conferencias, sino inclusive los contenidos de los
mismos. Cualquiera que haya leído todo o parte de algún libro de Boche½ski sabe
que sus textos no son fáciles (¿Qué texto filosófico lo es?), ni suelen mostrar esa
fluidez, esa cómoda claridad que poseen los escritos de autores como Hume, Des-
cartes u Ortega y Gasset en nuestra lengua. Sin embargo, el presente libro muestra
su maestría para expresarse sobre varios temas e ideas de manera no sólo diáfana y
precisa, sino grata, cosa notable además, porque son rasgos que atraviesan la tra-
ducción e invitan a la lectura.
El autor ha dividido el libro en tantos capítulos como el número de sus confe-
rencias. Los temas que escogió para introducir al público al pensamiento filosóficos
son los siguientes: 1. La ley, 2. La filosofía, 3. El conocimiento, 4. La verdad, 5. El
pensamiento, 6. El valor, 7. El hombre, 8. El ser, 9. La sociedad, y 10. Lo absoluto.
Más que tratar de hacer una enjundiosa exposición sobre cada uno de esos puntos
–para lo cual ni el tiempo ni el medio eran los adecuados- su fin fue, como él mis-
mo dice en su prólogo: “… partiendo de algunos problemas, explicar al oyente ayu-
no de preparación filosófica qué es la filosofía y como ésta trata sus temas” (p. 9);
asimismo, dice que escogió presentar estas meditaciones asumiendo desde el prin-
cipio “una posición determinada, y desde ella, discutir los problemas y sus solucio-
nes. […] En mi opinión, no existe ni puede existir en absoluto una exposición obje-
tiva de los problemas filosóficos fundamentales” (ibíd). En este sentido, los puntos
de vista que defiende son los suyos, siendo estas meditaciones, a fin de cuentas, la
exposición –muy esquemática, pero en muchos puntos muy clara– de una filosofía
que él tiene por verdadera.
Desde luego, el autor hace frecuente referencia a los temas, ideas y obras de
otros pensadores pretéritos o contemporáneos, incluso citando sus ideas y contex-
tualizándolas o comentándolas, lo cual siempre es conveniente, cuando no obliga-
do, al referir el pensamiento de otro autor, por aquello de la necesidad del contexto
para tratar de entender lo mejor posible lo que dice un autor. Quizá los capítulos
más logrados de un libro que, a nuestro juicio, no tiene desperdicio, son los dedica-
dos a la filosofía, y lo absoluto. Sus formulaciones incitan a pensar, a discrepar y a
sugerir o construir caminos alternos, quizá paralelos a los suyos. Oscar Wilde decía
que un cigarrillo nos deparaba «un placer sencillo y perfecto, porque es exquisito y
le deja a uno insatisfecho. ¿Qué más se puede desear?». De manera parecida, la po-
sible excelencia de este libro está en que nos permite leerle con facilidad y nos deja
insatisfechos. Lo primero es muy raro y generalmente bienvenido en filosofía, y lo
segundo es lo que debemos esperar de un libro de filosofía.

Luis Vivanco
Universidad del Zulia-Venezuela

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