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Manifestaciones del Espíritu Santo según la biblia:

Los creyentes con frecuencia nos hacemos la siguiente pregunta: ¿Cuáles son las
manifestaciones del Espíritu Santo?

Pero para responder esta interrogante debemos primeramente saber lo que


significa el Espíritu Santo según la biblia.

Este espíritu representa el espíritu de Dios, que permanece con nosotros en este
mundo para ayudarnos a sobrellevar las adversidades propias de la vida.

En este sentido el Espíritu Santo es aquel que genera un nuevo nacimiento en la


persona que recibe a Cristo Jesús como su Señor y Salvador. Desde ese momento
este espíritu divino entra en la persona y empieza a hacer una transformación
radical en todos los aspectos, en su manera de actuar, de pensar, de hablar y éste
se revela de una forma sobrenatural y poderosa.

Al respecto en la biblia podemos ver cómo Jesús anunció que debemos nacer de
nuevo para tener acceso al reino de los cielos: “Respondió Jesús: De cierto, de
cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el
reino de Dios”(Juan 3:5)

De esta manera, nuestro cuerpo es morada y templo del Espíritu Santo, donde
todo creyente, sea débil e imperfecto, posee el poder de Dios para hacer su
voluntad y cumplir con el propósito que tiene en este mundo.

Cuando el Espíritu Santo está presente en una persona que es creyente comienzan
a darse diferentes obras y manifestaciones sobrenaturales, debido a que la carne
no puede imitarlas de ningún modo.

De esta manera el Espíritu Santo de manifiesta de la siguiente manera:

1. Nos da consuela

El Espíritu Santo es nuestro consolador, defensor, ayudador que nos da las fuerzas
para enfrentar las dificultades que se nos presenten en la vida cotidiana. Tal como
lo revela la palabra: “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que
esté con vosotros para siempre” (Juan 14:16)

De esta manera cuando recibimos a Jesucristo como nuestro único y verdadero


salvador, estamos recibiendo el espíritu de Dios, quien nos dará consuelo en todo
momento.

Comenzará a cambiar nuestro interior, transformando nuestra vida por completo,


dándonos la fortaleza necesaria para enfrentar las adversidades y enaltecer el
nombre de Cristo, dando buen testimonio de su obra en nosotros.

2. Nos proporciona el poder.


A través del Espíritu Santo, seremos fortalecidos con poder en nuestro interior,
viendo el milagro sobrenatural de la transformación interior y espiritual de la
persona que recibe el Espíritu divino del Señor. Esto lo podemos evidenciar en las
Sagradas Escrituras: “para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser
fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu” (Efesios 3:16)

3. Se recibe la transformación.

Mediante el Espíritu santo obtendremos una transformación total de nuestra vida,


pensamientos, actos, obras, es decir en todos los aspectos, dando testimonio del
poder que tiene Dios para cambiarnos y hacernos nuevas criaturas conforme a su
imagen y semejanza, moldeándonos cada día con su Santo Espíritu.

Esta transformación se evidencia en nuestro testimonio de vida, cuando vamos de


Gloria en Gloria con Cristo Jesús: “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara
descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria
en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” (2 Corintios 3: 18)

De esta forma la persona que tiene el Espíritu Santo en su interior, va pasando del
dominio del pecado al dominio del Espíritu y se adentra en una etapa de
crecimiento, progreso y libertad espiritual, donde la meta es la madurez espiritual,
y por eso tenemos la certeza de que si andamos en el camino de Cristo,
obtendremos la victoria frente a nuestro adversario.

4. Se vencen los deseos carnales.

En la actualidad debemos enfrentarnos a muchas tentaciones que se presentan en


el mundo de una forma muy atractiva. Pero dichas tentaciones nos alejan de Dios
y no nos permiten estar en su presencia.

Cuando tenemos el Espíritu Santo en nuestra vida, podemos discernir con claridad
lo bueno y lo malo. Sin embargo el enemigo se vale de muchas estrategias para
engañarnos y adentrarnos en el mundo de las tinieblas. Por lo cual debemos evitar
los lugares donde podamos ser tentados, porque podemos caer.

Tener el Espíritu Santo nos protege, nos resguarda, nos fortalece pero debemos
ser prudentes y andar en los caminos de Cristo, obedeciendo la palabra de Dios y
haciendo la voluntad. Así que la única razón justificable en la cual podamos
transitar por ese mundo oscuro es para rescatar a las almas y predicar el
evangelio. Pero esto requiere de una cobertura especial, ya que el mundo de las
tinieblas es poderoso  y no se debe tentar al diablo.

No todos somos escogidos a ser guerreros espirituales, ya que amerita una unción
especial para poder vencer las fuerzas del mal. Por esta razón siempre debemos
dejarnos guiar por Dios y no por nuestra propia voluntad, ya que somos
imperfectos y podemos errar. Tal como lo manifiesta la palabra: “porque si vivís
conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la
carne, viviréis” (Romanos 8:13)
5. El Espíritu Santo guía en todo momento a los hijos de Dios.

Dios nunca nos abandona, él nos guía a través de su Santo Espíritu a hacer su
perfecta voluntad. El Señor conoce todo de nosotros, nuestras debilidades y
fortalezas y en cada situación él se glorifica.

Así que cuando estemos pasando por un momento difícil debemos comprender que
tenemos el Espíritu Santo y que con eso es suficiente para avanzar frente a los
problemas, dejándole todo en manos de Dios y dejando que él sea nuestra
guía: “pero cuando venga el Espíritu Santo de verdad, Él os guiará a toda
verdad” (Juan 16:13)

6. Se revelan los frutos del Espíritu Santo.

Cuando recibimos a Cristo en nuestro corazón y le damos entrada a nuestra vida,


el Espíritu Santo se manifiesta, nos limpia de todo pecado, nos transforma, nos
aleja del mal y nos guía en todo momento.

Es de esta forma que el creyente va creciendo espiritualmente de una forma


sobrenatural, y es allí donde comienzan a manifestarse los frutos del Espíritu
Santo, tal como lo revela la palabra: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas
no hay ley” (Gálatas 5:22-23)

En este sentido, el creyente ha nacido de nuevo y los frutos del Espíritu Santo se
manifiestan de forma natural en su vida, dando testimonio de las maravillas que
Dios puede hacer con sus hijos, con los que verdaderamente creen en su poder.

7. Se recibe revelación del Espíritu Santo.

A través del poder del Espíritu Santo podemos tener revelación de lo Alto, hablar
en lenguas, profetizar, tener el don de ciencia, interpretación de los sueños, entre
otros. Pero debemos siempre estar bajo la cobertura de Dios, ya que existen
espíritus engañosos que pretender destruir la obra de Cristo.

¿Cuáles son las manifestaciones del Espíritu Santo?

Por lo cual debemos pedir discernimiento a Dios para evitar caer en falsos profetas
y falsan enseñanzas y doctrinas que no vienen de Dios y que no son avaladas por
Dios en la palabra: “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el
Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios” (1 Corintios 2:10)

En este sentido, el Señor nos capacita de una forma sobrenatural, para darle
cabida a las manifestaciones del Espíritu Santo, con el fin de darle toda la Gloria y
Honra a Dios. Muchas veces el hombre busca la aprobación de los hombres, pero
debe buscar es la aprobación de Dios, y no vanagloriarse por los dones que Dios le
atribuye.
8. El Espíritu Santo se manifiesta a través de los milagros.

Dios nos ha otorgado poder a través de su Espíritu Santo, dándonos potestad para
realizar milagros en su nombre como la sanación de enfermos, donde se glorifica
el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Tal como lo revela su palabra: “Testificando Dios juntamente con ellos, con


señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según
su voluntad” (Hebreos 2:4)

¿Cuáles son las condiciones que deben existir para la manifestación del Espíritu
Santo?

Para poder apreciar las manifestaciones del Espíritu Santo en nuestra vida
debemos tener un corazón dispuesto a recibir y a dar todo nuestro ser,
entregarnos al Todopoderoso para que él obre en nosotros y podamos ver las
maravillas y prodigios.

Jesucristo cuando vino a esta tierra nos mostró el poder de Dios antes de dejarnos
el Espíritu Santo y nos exhorta a hacer lo siguiente:  “Si alguno tiene sed, venga a
mí y beba. El que cree en mí, como dice la escritura, de su interior correrán ríos
de agua viva” (Juan 7:37)

De esta manera que cuando hemos recibido la gracia del espíritu Santo debemos
preservar siempre el deseo de estar en la presencia de Dios en todo momento y
cumplir con las siguientes condiciones:

1. Tener sed de Dios.

Tener sed del Señor, es el principio de nuestro crecimiento y progreso espiritual.


Antes de poder ser llenos debemos tener sed, ya que aquel que tiene sed se
satisface tomando agua.

Por lo cual Jesús le hace un llamado a todos los sedientos, a los que tienen gran
necesidad de su presencia y enseñanzas, para así recibir el gozo del Señor y las
bendiciones que tiene para cada uno de nosotros en este mundo.

De esa manera, esa sed nos encaminará a querer clamar al Señor mientras
llevamos a cabo nuestra vida rutinaria, en el trabajo, en la casa, en cualquier lugar
y en cualquier circunstancia en la que nos encontremos.

Esto causará que en cualquier momento del día nos centremos y nos dediquemos
en oración a Dios, buscando su presencia en nuestra vida, ya que sin ésta no
podemos lograr nada.

2. La fe.
Otra de las condiciones que permiten o no la entrada del Espíritu Santo a nuestra
vida y su manifestación gloriosa, es la fe, ya que sin ésta es imposible agradar a
Dios.

Por fe aceptamos al Señor en nuestro corazón, por fe oramos y leemos la palabra.


De esta manera que creer con fe en el Cristo Glorificado, es poder tener la
revelación del Jesús Omnipotente, quien hizo milagros y ayudó al desamparado.

Además tener fe es creer en lo que Jesucristo te dice que hará en tu interior, lo


cual es sorprendente. De tal forma que así como recibimos al Señor Jesucristo a
través de un acto de fe, así también debemos tener fe para recibir la
manifestación del Espíritu Santo.

3. Debemos rendirnos ante Dios.

De la misma forma en la que Dios entregó a su único hijo para darnos la salvación,
de la misma forma nosotros debemos entregarnos y rendirnos ante él, tal como lo
dice la palabra: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que
presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es
vuestro culto raciona” (Romanos 12: 1)

Cuando se tiene el Espíritu Santo, no se puede andar en cosas malas ni adentrarse


en el mundo de las tinieblas, ya que ahora pertenecemos a Cristo, por lo cual
debemos dejar que él dirija nuestros pasos y no imponer nuestra propia voluntad,
ya que seguramente fallaremos y nos sentiremos agotados, angustiados y
perdidos.

Obstáculos para la manifestación del Espíritu Santo.

A pesar de que el Espíritu esté en nuestro interior y hayamos aceptado a Cristo en


nuestro corazón, pueden existir diferentes obstáculos que impiden la libre
manifestación del Espíritu Santo, tales como:

1. La resistencia al Espíritu Santo.

Uno de los obstáculos que se pueden presentar es nuestra propia resistencia,


nuestra rebeldía, el querer imponer nuestra propia voluntad y no la del Señor. Lo
cual es un error que nos impide presenciar las maravillas de su Santo espíritu.

2. Hacer afrenta al Espíritu divino de Dios.

Hacer afrenta tiene que ver con la ofensa que le podemos hacer al Espíritu de Dios
cuando nos negamos a hacer la voluntad de Dios y nos enfrentamos a él. Esto nos
puede llevar por senderos de oscuridad.

3. Blasfemar contra el Espíritu Santo.


Este es el obstáculo más grave que existe porque Jesucristo afirma en la palabra
de Dios, que no hay perdón para éste, ya que los pecados contra el Hijo pueden
ser perdonados pero contra el Espíritu divino de Dios no.

4. Contristar al Espíritu Santo.

El Espíritu Santo representa la santísima divinidad, el corazón de Dios dentro del


corazón del Hombre. Así que cuando nosotros actuamos de forma incorrecta,
tenemos malos pensamientos o hablamos cosas que no le agradan a Dios,
contristamos al Espíritu de Dios, y esto impide a que se manifieste en Gloria en
nuestra vida, ya que nosotros mismos somos el obstáculo.

5. Apagar al Espíritu Santo.

Apagamos al Espíritu Santo cuando nos llenamos de angustia, cuando sentimos el


afán por las cosas de la vida y nos dejamos arrastrar por la rutina y el estrés que
conlleva, ya que estamos concentrado en lo que nosotros podemos hacer por
nuestra cuenta, sin considerar que Dios puede aligerar nuestra carga y ayudarnos
en todo momento.

Así que el Espíritu se apaga, y ya no sentimos la presencia de Dios en nuestra vida


porque nosotros mismos le cerramos la puerta y nos dejamos llevar por el afán de
las cosas de este mundo.

6. Mentirle al Espíritu Santo.

Dios no miente, por lo cual no se mueve en las mentiras y conoce cuando la


persona no está siendo sincera, ya que él escudriña los corazones. Una de las
peores cosas que podemos hacer es pretender engañar a Dios porque él conoce
todo de nosotros y sabe cuando nuestro corazón está dispuesto o no. Las mentiras
no permiten que Dios entre en nuestra vida y manifieste su poder.

En este sentido, el Espíritu Santo cuando tiene entrada en tu vida se manifiesta de


forma sobrenatural, glorificando el nombre de Jehová de los ejércitos, del
Todopoderoso, del creador del cielo y de la tierra. Por lo cual si no se revela en tu
vida es porque hay algo que no estás haciendo de forma correcta, lo cual impide
que puedas ver las maravillas de Dios.

Recuerda que eres morada y templo del espíritu Santo, así que debes siempre
mantener la comunión con nuestro Padre Celestial, orar, ayunar y leer la palabra.
De esta forma, no te dejarás llevar por las cosas de este mundo y crecerás
espiritualmente.

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