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Lo primero que debemos saber, es que “no hay acción sin oración”.
Esta es una interrogante que debemos saber responder. La Escritura declara que Dios todo lo
sabe, incluso lo que vamos a decirle en la oración:
Salmo 139:4 Aun antes de que haya palabra en mi boca, he aquí, oh SEÑOR, tú ya la sabes toda.
(LBLA)
Dios todo lo conoce, Él escudriña nuestros corazones y conoce cuales son los pensamientos
del hombre (Job 42:2, 1 de Crónicas 28:9), note lo que nos enseña este Salmo, cuando vamos
a orar, aun antes de pronunciar nuestra oración, Dios ya sabe lo que diremos.
Mateo 6:31 Por tanto, no os preocupéis, diciendo: "¿Qué comeremos?" o "¿qué beberemos?" o "¿con qué
nos vestiremos?" 32 Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; que vuestro Padre celestial
sabe que necesitáis todas estas cosas. (LBLA)
También el Señor, siendo un buen Padre, conoce de antemano cuales son todas nuestras
necesidades, pero, si Él conoce nuestras palabras, ¿por qué es necesario que las expresemos
en oración?
Por medio de Cristo, Dios nos ha hecho partícipes de Su naturaleza, somos linaje Suyo.
2 Pedro 1:3 Pues su divino poder nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida y a la piedad,
mediante el verdadero conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, 4 por medio de las
cuales nos ha concedido sus preciosas y maravillosas promesas, a fin de que por ellas lleguéis a ser partícipes
de la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción que hay en el mundo por causa de la
concupiscencia. (LBLA)
3. De Unigénito a Primogénito
Desde la eternidad, el Hijo ha sido la “única” expresión exacta del Padre, el resplandor de su
gloria como dice Hebreos 1:3. Por tanto, para logar el propósito divino de extender la familia
de Dios, se despojó de su posición como “Único” para ser el “Primero” de entre muchos.
Cuando Cristo vino a la Tierra, era el “Unigénito de Dios” (Juan 3:16), es decir el único en su
género, el único Dios Hijo, pero cuando muere y resucita, nos abre un camino nuevo para
que nosotros, los que hemos sido escogidos, podamos ser Hijos de Dios, nuestro Señor
sacrificó su lugar de UNIGENITO y pasó a ser el PRIMOGENITO, el primero en su género,
y hablamos de “primero en su género” porque ya no es el “único”, ahora hay más, los cuales
somos nosotros, esta preciosa verdad, puede ser constatada en:
Romanos 8:28 Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es,
para los que son llamados conforme a su propósito. 29 Porque a los que de antemano conoció, también
los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos
hermanos; (LBLA)
Los que le hemos recibido, llegamos a ser hijos de Dios (Juan 1:12), el mismo Espíritu, la
misma naturaleza, parte de la familia de Dios, somos linaje divino:
Efesios 2:16 y para reconciliar con Dios a los dos en un cuerpo por medio de la cruz, habiendo dado
muerte en ella a la enemistad. 17 y vino y anunció paz a vosotros que estabais lejos, y paz a los que
estaban cerca; 18 porque por medio de El los unos y los otros tenemos nuestra entrada al Padre en un
mismo Espíritu. 19 Así pues, ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino que sois conciudadanos de los
santos y sois de la familia de Dios. (LBLA)
Ahora en Cristo, somos hijos de Dios, pero lastimosamente no entendemos a fondo que
significa esto:
1 Juan 3:1 Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y
eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él. 2 Amados, ahora somos hijos de
Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos
semejantes a Él porque le veremos como Él es. (LBLA)
Por eso crucificaron a nuestro Señor Jesús, porque los religiosos no podían creer en sus
mentes, que un hombre podría ser Hijo de Dios, este es el misterio de la piedad que Dios Hijo
se hizo hombre, para que los hombres fueran hechos Hijos de Dios (1 de Timoteo 3:16). Pero
volviendo al tema, el propósito de Dios es formar este pueblo que va a cogobernar con Él por
la eternidad:
Romanos 8:15 Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que
habéis recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! 16 El Espíritu
mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios, 17 y si hijos, también herederos;
herederos de Dios y coherederos con Cristo, si en verdad padecemos con El a fin de que también seamos
glorificados con El. (LBLA)
Esto es lo que espera toda la creación, que se manifieste esta raza divina, que va a gobernar el
universo, para esto fuimos creados, para esto fuimos escogidos y predestinados, para esta
gloria eterna.
Romanos 8:18 Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser
comparados con la gloria que nos ha de ser revelada. 19 Porque el anhelo profundo de la creación es
aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Dios. (LBLA)
Todo lo que estamos viviendo en toda la creación, es la preparación de este pueblo, y una de
las herramientas que Dios ha decido usar es la oración:
Romanos 8:26 Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; porque no
sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles; 27
y aquel que escudriña los corazones sabe cuál es el sentir del Espíritu, porque El intercede por los santos
conforme a la voluntad de Dios. (LBLA)
En el cielo existe una corte de justicia, un Juez que es nuestro Dios, un acusador, un abogado,
testigos, etc. Todo se hace con base en la ley, cuando Dios le dio libre albedrío al hombre, la
voluntad de este último, tiene que ser igual a la de Dios, con la finalidad de que el Señor pueda
intervenir en nuestros asuntos, de otra manera, Dios estaría interviniendo, en algo que no le
hemos pedido. Entonces, la oración es la manifestación de nuestra voluntad, es el testimonio
nuestro, para que en el cielo sea evidente que las acciones de Dios, tienen base en nuestra
petición y con esto se resuelve, que no hay ninguna violación al libre albedrío.
La oración no es obligar a Dios a hacer lo que queremos, al contrario, es pedirle que haga lo
que quiere, es decirle que estamos de acuerdo en que Él actúe en lo que necesitamos, con esto
como testimonio, nuestro Dios operará y realizará aquello que ha deseado y planeado hacer.
Lastimosamente muchos cristianos no entienden que Dios, no hará nada a menos que lo
declaremos en oración, aunque Él tenga el deseo y el plan de bendecirnos, solo tendrá la base
legal para actuar, si lo manifestamos en la oración.
Ezequiel 22:30 Busqué entre ellos alguno que levantara un muro y se pusiera en pie en la brecha delante
de mí a favor de la tierra, para que yo no la destruyera, pero no lo hallé. 31 He derramado, pues, mi
indignación sobre ellos; con el fuego de mi furor los he consumido; he hecho recaer su conducta sobre sus
cabezas -- declara el Señor Dios. (LBLA)
Vemos en este texto que Dios buscó un hombre que intercediera, que orara a favor del pueblo,
para así, tener misericordia de ellos, y que no los destruyera, pero al no haber ningún hombre
que intercediera, Dios los destruyó. Notemos que Dios, quería evitar derramar su juicio sobre
este pueblo, pero no pudo evitarlo por la falta de oración, nadie se puso en la brecha a
interceder, meditemos en esto: ¿por qué Dios, no simplemente desistió de ejecutar su juicio
sin necesitar de la oración de alguien? ¿por qué simplemente no ejerció su soberanía, para
cancelar el juicio? Veamos estos casos:
En la Biblia, hay muchos ejemplos que manifiestan el éxito de la oración. Podemos decir con
certeza que no hay acción de parte de Dios, sin oración, o tal vez debemos decir mejor, “ora-
acción”.
5. La Oración Personal
Si alguno piensa, que no tiene un motivo específico para orar, si no hay una necesidad,
entonces no debería de orar, porque solo hablaría cosas vacías. Lo alarmante de esto, es que,
si verdaderamente es así, si realmente se cree que no hay ni una sola necesidad, esto indica
que el enemigo, le ha engañado y ahora está insensible a tantas necesidades que existen al
alrededor, empezando por ejemplo, por el conocer más de Dios, Su Palabra, Su verdad, Su
protección, por la familia, en fin, realmente no ajusta el tiempo para orar, cuando se tiene
conciencia de lo necesitado que es el hombre, delante del Señor.
5.5 El Caso de Ana: la oración personal no debe nacer de nuestros deseos, debe nacer de
nuestras necesidades, la Biblia dice que no tenemos, porque no pedimos, y cuando pedimos a
veces lo hacemos mal, pues pedimos para nuestros placeres (Santiago 4:3). La oración que
hacemos por compromiso, por cumplir con una formalidad o por una costumbre, no sirve
delante de Dios, el venir y orar por orar, es tiempo perdido, en la Escritura podemos ver
muchos ejemplos y entre ellos se encuentra el de Ana, la madre de Samuel, ella era estéril y
su marido tenía otra mujer que le daba muchos hijos, mientras Ana venía delante de Dios a
pedir por sus placeres, no era escuchada. ¿Cuál podría ser el placer de Ana? que todos vieran
que ella también podía tener hijos, imaginemos que Ana oraba: “Señor dame hijos, no quiero
que solo Penina los tenga, Señor dame hijos que quiero que todos vean que soy mamá”, una
oración de estas, no se origina en la necesidad, sino en el deseo del placer de que los demás
nos miren. Pero llegó el momento, en el que Ana lo hizo de corazón, movida por la aflicción
que tenía, cuando su necesidad impulsó su oración, entonces Dios la oyó y le concedió su
petición:
1 Samuel 1:10 ella, muy angustiada, oraba al SEÑOR y lloraba amargamente. 11 E hizo voto y dijo:
Oh SEÑOR de los ejércitos, si tú te dignas mirar la aflicción de tu sierva, te acuerdas de mí y no te olvidas
de tu sierva, sino que das un hijo a tu sierva, yo lo dedicaré al SEÑOR por todos los días de su vida y
nunca pasará navaja sobre su cabeza. 12 Y mientras ella continuaba en oración delante del SEÑOR, Elí
le estaba observando la boca. 13 Pero Ana hablaba en su corazón, sólo sus labios se movían y su voz no
se oía. Elí, pues, pensó que estaba ebria. 14 Entonces Elí le dijo: ¿Hasta cuándo estarás embriagada?
Echa de ti tu vino. 15 Pero Ana respondió y dijo: No, señor mío, soy una mujer angustiada en espíritu;
no he bebido vino ni licor, sino que he derramado mi alma delante del SEÑOR. (LBLA)
Note que hablaba en su corazón, su voz no se oía, era tan suave lo que hablaba, pero tan
profundo, que el Señor le recompensó, un predicador declaró al respecto de la oración:
Nuestras palabras no deben ser más fuertes que nuestros sentimientos, no es por las
palabrerías, es por el sentimiento de nuestro corazón que seremos oídos, es cuando cada
palabra que decimos, tiene tal peso que son pequeñas comparadas con el sentimiento que las
origina.
5.6 El Caso del Señor Jesús: otro ejemplo y tal vez el mejor, es el caso de nuestro Señor
Jesucristo cuando oró en el monte de los olivos:
Lucas 22:42 diciendo: Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad,
sino la tuya. 43 Entonces se le apareció un ángel del cielo, fortaleciéndole. 44 Y estando en agonía, oraba
con mucho fervor; y su sudor se volvió como gruesas gotas de sangre, que caían sobre la tierra. (LBLA)
Las palabras eran pocas: “si es posible, que pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como
tú quieras”, pero el sentimiento era tremendo, oraba con mucho fervor, esto significa que oraba
con mucho sentimiento, oraba intensamente, hasta el punto que su sudor, era como grandes
gotas de sangre, es decir que el sentimiento que encerraba esta oración de pocas palabras, era
profundo, representaba tal entrega a la voluntad del Padre, que la Escritura declara que por
eso fue oído:
Hebreos 5:7 Cristo, en los días de su carne, habiendo ofrecido oraciones y súplicas con gran clamor y
lágrimas al que podía librarle de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente; (LBLA)
No dice que fue oído por sus elocuentes palabras, apenas una oración hizo y el Padre le
recompensó, pero fue por el sentimiento con el cual pronunció esas palabras, la oración debe
originarse en nuestro corazón, el Salmo 130:1 declara: “desde lo más profundo oh Señor he clamado
a ti”.
6. La Intercesión
Santiago 5:16 Por tanto, confesaos vuestros pecados unos a otros, y orad unos por otros para que seáis
sanados. La oración eficaz del justo puede lograr mucho. 17 Elías era un hombre de pasiones semejantes
a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviera, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis
meses. 18 Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia y la tierra produjo su fruto. (LBLA)
Hay oraciones que no son por nuestras necesidades, sino por la voluntad de Dios, por las
necesidades de la obra de Dios, esto es intercesión.
Mateo 18:18 En verdad os digo: todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que
desatéis en la tierra, será desatado en el cielo. 19 Además os digo, que si dos de vosotros se ponen de
acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.
20 Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. (LBLA)
Notemos lo que dice este pasaje, todo lo que hagamos aquí en la Tierra, que esté dentro de la
voluntad de Dios, va ser respaldado por el cielo, en otras palabras, el cielo no actuará si la
Tierra no actúa primero.
6.1.1 El caso de Moisés:
Éxodo 17:11 Y sucedió que mientras Moisés tenía en alto su mano, Israel prevalecía; y cuando dejaba
caer la mano, prevalecía Amalec. (LBLA)
¿Quién decidía la victoria o la derrota del pueblo? es obvio que Dios quería la victoria del
pueblo de Israel, pero note que no actuaba a menos que Moisés, mantuviera las manos en alto
(esto representa la intercesión), Dios actuará solo en respuesta a la oración. Esto no significa
que al orar hacemos que Dios haga lo que nosotros queremos, ¡no!, sino que, al orar, nosotros
debemos pedirle a Dios que haga lo que Él desea hacer, entonces, Él lo hará.
Ponga cuidado en esto, Dios está limitado en su accionar, por nuestras oraciones, si Él quiere
hacer algo y nosotros no se lo pedimos, no lo hará, veamos otro ejemplo:
Ezequiel 22:30 Busqué entre ellos alguno que levantara un muro y se pusiera en pie en la brecha delante
de mí a favor de la tierra, para que yo no la destruyera, pero no lo hallé. 31 He derramado, pues, mi
indignación sobre ellos; con el fuego de mi furor los he consumido; he hecho recaer su conducta sobre sus
cabezas -- declara el Señor DIOS. (LBLA)
Note que Dios quería perdonarlos, pero necesitaba de alguien que intercediera, alguien que
se pusiera en la brecha y le pidiera a Dios que hiciera lo que Él quería hacer, parece paradójico,
pero es la forma en que Dios ha establecido actuar en unidad con Su pueblo, pero como no
encontró a nadie que le pidiera hacer lo que Él deseaba hacer, no tuvo más remedio que
ejecutar Su justo juicio.
La intercesión es pedirle a Dios que haga Su voluntad, no es pedirle que haga lo que no quiere
hacer, es pedirle que haga lo que desea, entonces Él lo hará. El Apóstol Juan, sabía esta verdad,
si le pedimos a Dios lo que desea hacer, es decir, si le pedimos de acuerdo a su voluntad, Él
lo hará:
1 Juan 5:14 Y esta es la confianza que tenemos delante de Él, que si pedimos cualquier cosa conforme a
su voluntad, Él nos oye. 15 Y si sabemos que Él nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que
tenemos las peticiones que le hemos hecho. (LBLA)
6.1.2 La Iglesia debe traer el cielo a la Tierra:
La iglesia tiene la responsabilidad de traer la voluntad de Dios a la Tierra, de hacer que Dios
reine en la Tierra, como lo hace en el cielo, esto fue lo primero que nos enseñó el Señor
Jesucristo, que debemos orar:
Mateo 6:9 Vosotros, pues, orad de esta manera: "Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu
nombre. 10 "Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. (LBLA)
6.1.3 Unánimes
Mateo 18:19 Además os digo, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier
cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.
(LBLA)
Hechos 1:14 Todos éstos estaban unánimes, entregados de continuo a la oración junto con las mujeres,
y con María la madre de Jesús, y con los hermanos de Él. (LBLA)
6.1.4 Congregados
Mateo 18:20 Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio
de ellos. (LBLA)
Debemos saber que el poder de nuestra oración, radica en que la hacemos conforme a la
voluntad de Dios, sepa que Él está en medio de nosotros para actuar en respuesta a esa oración.
Por favor, lea esto con ojos circuncidados, nosotros no nos reunimos porque queremos
reunirnos, nos reunimos como una respuesta al llamado del Señor. Cuando nos reunimos en
Su nombre, Él está en medio de nosotros, y esto sucede porque le estamos obedeciendo y
además le estamos pidiendo que se haga Su voluntad, que Su gloria se manifieste.
1 Reyes 8:44 Cuando tu pueblo salga a la batalla contra su enemigo, por cualquier camino que tú los
envíes, y oren al SEÑOR vueltos hacia la ciudad que tú has escogido y hacia la casa que he edificado a
tu nombre: 45 escucha desde los cielos su oración y su súplica, y hazles justicia. (LBLA)
Esta fue la oración de Salomón, para interceder por el pueblo cuando estuviera en batalla, en
angustia, Salomón le pidió a Dios que toda oración hecha en dirección al templo fuera
respondida.
En este pasaje, aparece el profeta Elías, haciendo una oración de intercesión, para que el
pueblo de Israel, fuera liberado de la idolatría, y Dios le escuchó. Usted debe saber que,
cuando clamamos a Dios, hay promesas de liberación y protección:
Salmo 91:14 Porque en mí ha puesto su amor, yo entonces lo libraré; lo exaltaré, porque ha conocido
mi nombre. 15 Me invocará, y le responderé; yo estaré con él en la angustia; lo rescataré y lo honraré;
16 lo saciaré de larga vida, y le haré ver mi salvación. (LBLA)
7. La Oración de Autoridad
En medio de la intercesión, cuando ya se nos es revelada la voluntad de Dios sobre algo que
pedimos, alcanzamos el nivel de la oración de autoridad, esta oración no es pedirle a Dios que
haga algo, sino que, es declarar en la Tierra lo que creemos que Dios ha dicho, es una oración
que impacta las cosas en la Tierra:
Mateo 21:19 Y al ver una higuera junto al camino, se acercó a ella, pero no halló nada en ella sino
sólo hojas, y le dijo: Nunca jamás brote fruto de ti. Y al instante se secó la higuera. 20 Al ver esto, los
discípulos se maravillaron y decían: ¿Cómo es que la higuera se secó al instante? 21 Respondiendo Jesús,
les dijo: En verdad os digo que si tenéis fe y no dudáis, no sólo haréis lo de la higuera, sino que aun si
decís a este monte: "Quítate y échate al mar", así sucederá. 22 Y todo lo que pidáis en oración, creyendo,
lo recibiréis. 23 Cuando llegó Jesús al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se le
acercaron mientras enseñaba, diciendo: ¿Con qué autoridad haces estas cosas, y quién te dio esta
autoridad? (LBLA)
8. La Oración No Contestada
Hemos entendido que Dios, quiere que oremos para poder ejecutar sus planes en la Tierra, Él
ha prometido contestar nuestras oraciones, pero es importante preguntarnos ¿por qué muchas
veces no recibimos lo que pedimos?, debe ser que estamos fallando nosotros, esto no es
problema de Dios, Él es fiel a lo prometido. Veamos algunos puntos en los que podemos estar
fallando:
1 pedro 3:12 porque los ojos del señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el
rostro del señor esta contra los que hacen el mal. (LBLA)
Anímese a orar hermano, Dios dice “entrad confiadamente al trono de la gracia para que encontréis
oportuno socorro” (Hebreos 4:16), Dios está atento a su oración, si usted ora, Él actúa, si usted
no ora, Él no actúa, preséntese delante de Dios, haga sus ruegos y súplicas, pero recuerde dar
acción de gracias, esto es fe, dar gracias por algo que le pedimos, aunque todavía no lo hayamos
recibido:
Marcos 11:24 Por eso os digo que todas las cosas por las que oréis y pidáis, creed que ya las habéis
recibido, y os serán concedidas. (LBLA)
Debemos tener fe en que Dios nos contesta, porque Él desea bendecirnos, Pablo decía:
Hechos 27:25 Por tanto, tened buen ánimo amigos, porque yo confío en Dios, que acontecerá
exactamente como se me dijo. (LBLA)
Cuando oramos debemos hacerlo con fe, con ánimo de que Él nos escucha, confiando que
contestará en el momento preciso.
Santiago 1:5 Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos
abundantemente y sin reproche, y le será dada. 6 Pero que pida con fe, sin dudar; porque el que duda es
semejante a la ola del mar, impulsada por el viento y echada de una parte a otra. 7 No piense, pues, ese
hombre, que recibirá cosa alguna del Señor, 8 siendo hombre de doble ánimo, inestable en todos sus
caminos. (LBLA)
Tener doble ánimo, significa que a veces estamos animados, y otras veces no, que unas veces
creemos y otras veces no, que unas veces apoyamos las cosas de la Iglesia y otras veces no, que
unas veces queremos orar y otras veces no, debemos ser constantes, tener ánimo en el Señor
en todo tiempo, No parar hasta lograr lo propuesto.
Isaías 62:6 Sobre los muros de Jerusalén he apostado guardianes; ni en todo el día ni en toda la noche
estarán callados. Los que hacéis que Yahveh recuerde, no guardéis silencio. (JER)
Isaías 62:7 ni a él le deis tregua, hasta que confirme, y hasta que ponga a Jerusalén por alabanza en
la tierra. (SSE)
No se detenga en su oración, persevere, ore a Dios de día y de noche, sabe qué, no le de tregua
a Dios, hasta que Él confirme la respuesta. Vea el ejemplo de la viuda y el juez injusto:
Lucas 18:3 Y había en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él constantemente, diciendo: "Hazme
justicia de mi adversario." 4 Por algún tiempo él no quiso, pero después dijo para sí: "Aunque ni temo a
Dios, ni respeto a hombre alguno, 5 sin embargo, porque esta viuda me molesta, le haré justicia; no sea
que por venir continuamente me agote la paciencia." 6 Y el Señor dijo: Escuchad lo que dijo el juez
injusto. 7 ¿Y no hará Dios justicia a sus escogidos, que claman a El día y noche? ¿Se tardará mucho en
responderles? 8 Os digo que pronto les hará justicia. No obstante, cuando el Hijo del Hombre venga,
¿hallará fe en la tierra? (LBLA)
Imagínese como ha de haber fastidiado al juez esta viuda, que ese hombre fue movido a actuar,
note que el pasaje enfatiza que no temía a Dios, es decir que, no fue el temor de Dios, sino la
insistencia, lo que hizo que este juez injusto respondiera. Entonces, si este juez que era injusto,
respondió la petición a esta viuda, ¿cómo no nos va a responder el Señor nuestras peticiones?,
si insistimos, Dios nos responderá.
8.2 No hacemos lo que le agrada:
Otra razón por la que a veces no hay respuesta a la oración, es porque no estamos haciendo lo
que le agrada a Dios, vea con atención estos pasajes:
1 Juan 3:21 Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos confianza total en Dios, 22 y lo que le pidamos
lo obtendremos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. (LBLA)
Cuando hay pecado, la conciencia, que es un juez para nosotros, nos alerta, nos muestra que
hay algo que a Dios no le agrada, esta situación, debe ser enmendada, debemos de confesar al
Señor nuestro pecado, arrepintiéndonos y apartándonos, de lo contrario, ese pecado, puede
venir a estorbar la oración, por esto es que dice la Biblia:
Miqueas 3:4 Entonces clamarán al SEÑOR, pero Él no les responderá; sino que esconderá de ellos su
rostro en aquel tiempo, porque han hecho malas obras. (LBLA)
Pero si hacemos lo que le agrada, así como lo hacía el Señor Jesús (Juan 8:29), entonces,
podremos hacer nuestras, las palabras que Él dijo: “yo sabía que siempre me oyes” (Juan 11:42).
1 Juan 5:14 Y esta es la confianza que tenemos delante de Él, que si pedimos cualquier cosa conforme a
su voluntad, Él nos oye. 15 Y si sabemos que Él nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que
tenemos las peticiones que le hemos hecho. (LBLA)
Revisemos bien este texto, “si Él nos oye, Él nos contesta lo que pedimos”, pero para que nos oiga
debemos pedir conforme a su voluntad. Si usted medita, encontrará que esto tiene
mucha lógica, pues si lo que pedimos, es lo que Él nos quiere dar, entonces al hacer la oración
solo estamos dando el toque final para recibir lo pedido. Ahora veámoslo al contrario, “si no
pedimos conforme a su voluntad, entonces no recibimos lo pedido”, la oración no es contestada, así lo
declara la Escritura en:
Santiago 4:3 Pedís y no recibís, porque pedís con malos propósitos, para gastarlo en vuestros placeres.
(LBLA)
2 Corintios 12:7 Y dada la extraordinaria grandeza de las revelaciones, por esta razón, para impedir
que me enalteciera, me fue dada una espina en la carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para
que no me enaltezca. 8 Acerca de esto, tres veces he rogado al Señor para que lo quitara de mí. 9 Y Él me
ha dicho: Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, muy gustosamente
me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí. (LBLA)
Vemos que Pablo, había recibido una gran revelación, solo imagínese, fue llevado al tercer
cielo, entonces, para que esto no lo enalteciera, Dios le puso un aguijón y aunque Pablo oraba
para que se lo quitase, el Señor no lo hizo.
Muchas veces el motivo, que hace que las oraciones no sean contestadas, es que el contestarlas
nos causará un mal, en lugar de un bien. Si Dios hubiera concedido la petición a Pablo,
seguramente, se le hubiere subido el ego, se hubiera hecho altivo y esto traería graves
consecuencias a su vida, la Escritura dice que: “antes de la caída esta la altivez” (Proverbios
16:18).
Job 35:12 Allí claman, pero El no responde a causa del orgullo de los malos. 13 Ciertamente el clamor
vano no escuchará Dios, el Todopoderoso no lo tomará en cuenta. (LBLA)
8.5 Por no arrepentirnos de nuestra maldad:
El pueblo de Dios, no se arrepintió de su maldad, fue altivo, pensando que nada malo les
pasaría por su pecado, pero Dios envió ejércitos contra ellos y cuando clamaron no los
escuchó:
Jeremías 14:10 Así ha dicho Jehová acerca de este pueblo: Se deleitaron en vagar, y no dieron reposo
a sus pies; por tanto, Jehová no se agrada de ellos; se acordará ahora de su maldad, y castigará sus
pecados. 11 Me dijo Jehová: No ruegues por este pueblo para bien. 12 Cuando ayunen, yo no oiré su
clamor, y cuando ofrezcan holocausto y ofrenda no lo aceptaré, sino que los consumiré con espada, con
hambre y con pestilencia. (LBLA)
David conocía esta tremenda realidad, si ignoramos nuestro pecado, Dios no nos oirá:
La versión Good News Bible dice: “si yo hubiera ignorado mi pecado el Señor no me oyera”, es decir
que si empezamos a aceptar el pecado como algo normal en nuestra vida, entonces Dios no
nos oirá, el pecado debe ser nuestro enemigo, y aunque nos alcanza, debemos confesarlo y
apartarnos, no podemos darle tregua, la Escritura dice: “las pequeñas zorras arruinan los grandes
viñedos”, así también los pecados que consideramos pequeños pueden terminar destruyendo
nuestras vidas.
Cuando el pecado está presente en la vida de un cristiano, y no hay confesión del mismo, ni
tampoco se aparta, entonces, que no espere el tal, que Dios contestará su oración, es más ni
siquiera la escuchará, mire lo que dice la Escritura:
Juan 9:31 Sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguien teme a Dios y hace su voluntad, a
éste oye. (LBLA)
8.6 Por la idolatría:
Jeremías 11:10 Se han vuelto a las maldades de sus primeros padres, los cuales no quisieron escuchar mis
palabras, y se fueron tras dioses ajenos para servirles; la casa de Israel y la casa de Judá invalidaron mi pacto, el
cual había yo concertado con sus padres. 11 Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí yo traigo sobre ellos mal del
que no podrán salir; y clamarán a mí, y no los oiré. (LBLA)
Cuando hay idolatría, esta se convierte en otro impedimento, para que las oraciones no sean
oídas por Dios. Es de suma importancia que sepamos que, la idolatría no se refiere únicamente
a tener ídolos como los descritos por el salmista, en Salmos 135:15-17, sino que cualquier
ocupación, cosa o persona que se interponga en la relación de Dios con nosotros, eso es un
ídolo, allí hay idolatría.
Isaías 1:15 Y cuando extendáis vuestras manos, esconderé mis ojos de vosotros; sí, aunque multipliquéis
las oraciones, no escucharé. Vuestras manos están llenas de sangre. (LBLA)
Mire que interesante, porque en este pasaje, el Señor dice: “no escucharé sus oraciones, porque sus
manos están llenas de sangre” y cualquiera podría pensar: “es que ese, del que habla el pasaje, ha
derramado sangre”, y si usted quiere, se podría pensar que es un asesino, y está bien, pero si
usted lee lo que Cristo Jesús dijo acerca de esta situación (Mateo 5:21-22), puede darse cuenta
que va más allá de cometer un crimen como el mencionado, en este pasaje, el Señor no habla
de cometer un asesinato, situación que es bastante grave, sino que, el simple hecho de enojarse
con un hermano, ya es considerado suficientemente grave, para ser culpable de juicio. En 1
de Juan 3:15, lo deja todavía más claro, porque dice: “todo el que aborrece a su hermano es un
homicida”. Entonces el no estar en paz con los hermanos, estorba las oraciones, Dios no las
escucha. Por esto, Dios nos dice, cuando oren, háganlo con manos santas, no con enojos entre
ustedes:
1 Timoteo 2:8 Por consiguiente, quiero que en todo lugar los hombres oren levantando manos santas,
sin ira ni discusiones. (LBLA)
8.8 Dios no oye a quien no lo quiere oír:
Proverbios 1:24 Porque he llamado y habéis rehusado oír, he extendido mi mano y nadie ha hecho caso… 28
Entonces me invocarán, pero no responderé; me buscarán con diligencia, pero no me hallarán; (LBLA)
Aquí vemos que, si no queremos oír Su Palabra, entonces cuando clamemos, Él tampoco nos
oirá, y si ni nos oye, menos para que conteste nuestra oración, ¡sí hermano!, si usted creía que
Dios oye todas las oraciones, debe saber que no es así, la Escritura declara que: “El que no
quiere oírlo a Él, entonces Él tampoco lo oirá”, eso lo afirma también:
Zacarías 7:12 Y endurecieron sus corazones como el diamante para no oír la ley ni las palabras que el
SEÑOR de los ejércitos había enviado por su Espíritu, por medio de los antiguos profetas; vino, pues, gran
enojo de parte del SEÑOR de los ejércitos. 13 Y sucedió que, como yo había clamado y ellos no habían
querido escuchar, así ellos clamaron y yo no quise escuchar--dice el SEÑOR de los ejércitos. (LBLA)
Proverbios 28:9 Al que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominación. (LBLA)
Proverbios 21:13 El que cierra su oído al clamor del pobre, también él clamará y no recibirá respuesta. (LBLA)
Nuestro Señor dijo: “porque a los pobres, siempre los tendréis con vosotros” (Mateo 26:11), y en otro
lugar dice: “el que le da al pobre, presta a Jehová” (Proverbios 19:17), entonces hay una voluntad
presente en el corazón de Dios, y esta es que ayudemos al necesitado, Dios nos dice: “los pobres
van a estar con ustedes, ¡ayúdenles!”, pero si cerramos nuestro oído al pedido de ayuda de un
necesitado, dice el Señor: “Yo tampoco responderé, a sus oraciones”.
Pablo, le decía a la Iglesia de Éfeso (Efesios 6:18-19) que oraran en todo tiempo y que
intercedieran por él, para que pudiera hablar la Palabra de Dios con valor. Esto era lo que
hacía la Iglesia del principio, orar a Dios para que el evangelio fuera predicado con poder.
Hechos 4:29 Y ahora, Señor, considera sus amenazas, y permite que tus siervos hablen tu palabra con
toda confianza, 30 mientras extiendes tu mano para que se hagan curaciones, señales y prodigios mediante
el nombre de tu santo siervo Jesús. 31 Después que oraron, el lugar donde estaban reunidos tembló, y
todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban la palabra de Dios con valor. (LBLA)
Como cristianos, si queremos vivir una vida en victoria, venciendo al enemigo, a la carne,
viviendo por el Espíritu, la Escritura nos dice que esto es solo a través de la oración, por eso,
Jesús les dijo a sus discípulos: “velad y orad para que no caigas en tentación” (Marcos 14:38).
Cuando vemos la vida de Daniel, nos admiramos de este siervo, porque a través de los años
siempre estuvo en eminencia, pasaban los reyes, pero él se mantenía en altura, ¿por qué pasó
esto con Daniel? lo que sucede es que Daniel, era un hombre de oración, la Escritura dice que
Daniel oraba 3 veces al día (Daniel 6:10), los hombres de éxito son aquellos que se
mantienen en oración. Si vemos nuestro ejemplo principal, nuestro Señor Jesús, la
Escritura dice que oraba continuamente (de mañana, tarde, noche, madrugada), El Señor nos
dio ejemplo de una vida de oración, oraba sin cesar, estaba en comunión con el Padre en todo
momento, Él consultaba todo en oración. Nosotros queremos que el Espíritu Santo nos guíe
a toda verdad y a toda justicia, pero ¿cómo sucederá esto, si no le preguntamos, si no oramos?
Sabemos que la venida del Señor está cerca, por eso, el Señor les dijo a sus discípulos que
oraran para tener fuerzas, para escapar de la tribulación que viene (Lucas 21:36). La Escritura
nos exhorta a buscar la paz y la santidad, ¿cómo lo logramos?, a través de la oración, ¿por qué?
porque el orar es hablar con Dios, es tener comunión con El. Orar no es repetir
palabras, no es hablar por hablar (Mateo 6:7), es tener una intimidad con Dios (Mateo 6:6),
entre más oramos, más conscientes estamos de Su presencia en nuestra vida, esto
trae temor de Dios sobre nosotros y esto nos permite vivir en santidad, obedeciéndole,
veamos este pasaje:
Lucas 9:28 Y como ocho días después de estas palabras, Jesús tomó consigo a Pedro, a Juan y a Jacobo,
y subió al monte a orar. 29 Mientras oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su ropa se hizo
blanca y resplandeciente. (LBLA)
Este pasaje nos habla de la transfiguración del Señor, pero lo que debemos notar en esta
oportunidad, es que mientras oraba, sus vestiduras se volvieron blancas, la oración trae
santidad a tu vida, si tú quieres experiencias sobrenaturales con Dios, una de las formas es
través de la oración, aquí a Jesús, se le aparecieron Moisés y Elías. También Pedro mientras
oraba, recibía visiones de parte de Dios (Hechos 10:9 y 11).
Dios nos da, no porque oremos, Él nos da, porque Él quiere darnos, pero en la
oración lo recibimos, Él dijo: “pedid y recibiréis”, no recibiremos lo que queramos,
recibiremos lo que Él ya tiene para darnos, por eso dice Juan que todo lo que pedimos
conforme a su voluntad, Él nos lo da, Él quiere santificarnos, Él quiere bendecirnos, Él quiere
cambiarnos, pero es a través de la oración que lo recibimos, pero recuerde, debe ser una
oración de fe:
Santiago 1:6 Pero que pida con fe, sin dudar; porque el que duda es semejante a la ola del mar,
impulsada por el viento y echada de una parte a otra. 7 No piense, pues, ese hombre, que recibirá cosa
alguna del Señor. (LBLA)
Podemos ver que el Señor ha prometido responder a nuestras oraciones (Juan 14:13), quiere
decir entonces que, si no recibimos lo que pedimos, el problema está en nuestra falta de
oración o en la ineficacia en la oración.
Cuando no entendemos la oración y la importancia que tiene, para que Él pueda actuar a
nuestro favor, descuidamos esta llave y no dejamos tiempo para hacer efectivas todas las
promesas. Estamos muy ocupados en nuestros trabajos, en nuestras diversiones: cine,
televisión, deportes, etc. a veces hasta en nuestro servicio en la obra y dejamos la oración
como algo secundario, ¡si es que nos da tiempo!; por lo tanto, es necesario que sepamos que,
cuando no oramos, estamos obstaculizando el plan de Dios, sabiendo que Él no actuará, sin
nuestra oración, aunque Él quiera hacerlo.
CONCLUSIÓN
Amén y amén.