Está en la página 1de 3

EL SECRETO DE LA FORTALEZA- Dios

es mi fortaleza
Amado Señor, quiero volverme a ti de todo
corazón, cúbreme con tu manto de paz, dame la
quietud y el descanso que mi alma necesita en
medio de todo lo que estoy enfrentando. Espíritu
Santo, dame la fortaleza en la medida que deposito todas mis
necesidades en las manos de Dios, confío en su poder y
descanso dejándole los resultados a Él. Amén.

“Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y


en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra
fortaleza. Y no quisisteis”, Isaías 30:15

El secreto para la fortaleza se revela en estos renglones: «En


quietud y en confianza será vuestra fortaleza.»

En el hebreo la palabra quietud significa reposo y es estar en


calma, relajado, libre de toda ansiedad, tranquilo
independientemente de lo que esté pasando en nuestras vidas.
El verdadero valor de la fortaleza debe revelar nuestra confianza
en Dios. Muchos de nosotros no tenemos este tipo de quietud y
confianza porque vivimos en los afanes de la vida, corriendo de
un lado para otro, tratando de conseguir nuestras cosas, dinero,
posesiones y placeres a costa de la tranquilidad de nuestro
espíritu, estamos tan sumergidos en las presiones de este
mundo que olvidamos estar en la presencia del Señor y
descansar en Él.
Todo sería más sencillo si entendiéramos que Dios es la fuente
de todo y nuestras luchas serían más fáciles si tan sólo
confiáramos en su poder. Si caminamos en justicia, nuestras
vidas darán como fruto un espíritu calmado, quietud de corazón
y paz con Dios. Gozaríamos más de la bondad y de la justicia de
Dios como dice Isaías 32:17-18 “Y el efecto de la justicia será paz;
y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre. Y mi
pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en
recreos de reposo”.

1 Pedro 3:4 dice: “sino el interno, el del corazón, en el


incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de
grande estima delante de Dios”. Pedro habla del ornato de un
espíritu afable y apacible que es del agrado del Señor, este
espíritu no tiene que ver con la personalidad ni el
temperamento, este espíritu manso sólo puede ser puesto por el
Espíritu Santo cuando confiamos plenamente en el Señor en
todas las cosas, cuando entendemos que no hay ningún asunto
que nuestro Padre no pueda resolver y ninguna batalla que Él no
pueda ganar por nosotros.
Él quiere que le confiemos todos nuestros asuntos: salud,
familia, trabajo, futuro, etc. Que vivamos en quietud, confianza y
reposo.

¿Que sería nuestra vida sin Dios?, ¿Cómo podríamos sobrevivir


en está lucha diaria si no es porque Dios nos sostiene?, en
ocasión sentiremos que ya no podemos más y sin embargo
siempre Dios nos da fuerzas donde parecen que ya no tenemos
ninguna.

Quizá los últimos días has sentido como que tus fuerzas decaen
y por momentos sientes que ya no podrás más, a veces piensas
que no eres lo suficientemente fuerte para seguir a Cristo, pero
tu fortaleza real no proviene de ninguna intensión humana,
porque si de intensiones hablamos creo que la mayoría de
nosotros nos hubiéramos rendido ya, sin embargo nuestra
fortaleza proviene de lo alto, proviene del Dios que nos conoce
muy bien y que siempre está dispuesto a ayudarnos
fortaleciéndonos en medio de las debilidades.

Ahora bien, lo que cada uno de nosotros debemos hacer es


poner nuestra confianza en Dios y no en nuestras capacidades
humanas. A veces podemos creer que somos muy fuertes, pero
la verdad es que en cualquier momento estamos propensos a
decaer, sin embargo cuando confiamos en que nuestra fortaleza
viene de Dios dejamos de confiar en nosotros mismos y
conseguimos el favor de Dios.

El salmista lo decía de esta forma: “Yo pongo en ti mi confianza,


pues tú eres mi fortaleza. ¡Tú, Dios mío, eres mi protector!”
Salmos 59:9

Hoy quiero animarte a confiar en Dios, a confiar que tu fortaleza


provienen de él y no de una capacidad humana. Quizá
humanamente hablando ya te has rendido y piensas que ya no
puedes más, pero Dios quien es el que renueva tus fuerzas ha de
darte la fortaleza necesaria para soportar cualquier situación que
estés enfrentando, simplemente confía en Él.

¡Adelante! Nunca te rindas, Dios es quien te cuida, Él es quien te


protege, pues Él es quien derrama la fortaleza necesaria para
salir adelante de cualquier problema que se te presente.

¡Tu fortaleza proviene del Señor!, así


que ¡Adelante!

También podría gustarte