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Cuando Dios interviene

Hoy más que nunca, necesitamos estar aferrados a nuestro Dios Todopoderoso. Aunque estemos rodeados de
circunstancias preocupantes, el Señor sigue siendo el mismo que ha mostrado su amor y su poder desde hace
siglos y lo seguirá haciendo. Jesús está vivo y puede calmar cualquier tormenta, cambiar corazones
endurecidos, sanar la enfermedad y restaurar familias. Es por eso que en la clase de hoy hablaremos acerca de
cómo Dios sigue interviniendo en las vidas de sus hijos cuando más lo necesitan. ¿Precisas una intervención
divina? Descubramos juntos como experimentarlo en nuestra propia vida.

El amor de Dios que llega justo a tiempo


Jehová Raffa, es una de las formas en las que, en las Escrituras, vemos que se lo llama al Señor; significa “Dios
es mi sanador”. También uno de los sinónimos, en este caso, es lo que se refiere a “coser”, “restaurar”,
“recomponer aquello que está dañado”. Él tiene gracia para sanar y unir lo que estaba quebrado. Nuestro
Padre Celestial es quien desea intervenir en los momentos de desesperación, de soledad, angustia y cuando
uno siente que todo se ha perdido.

Todo es transformado cuando Dios muestra su poder


Así lo hemos visto en la vida de los apóstoles. Por esto, necesitamos aprender cuales fueron algunas de las
intervenciones de Dios que transformaron sus vidas para poder experimentarlo en nuestra realidad. Hoy estos
mismos pasajes pueden motivarnos a imitar la fe de estos grandes hombres y mujeres de Dios que supieron
creer y clamar en el momento de necesidad. Veamos entonces cuales fueron las intervenciones de Dios que
han marcado la historia:
1) Dios intervino para darle comienzo a la iglesia de Cristo. “El día de Pentecostés, todos los creyentes
estaban reunidos en un mismo lugar.   De repente, se oyó un ruido desde el cielo parecido al estruendo
de un viento fuerte e impetuoso que llenó la casa donde estaban sentados” Hechos 2:1-2. La obra de
Jesús debía continuar a través de los apóstoles, luego de todos los nuevos discípulos y así
continuamente hasta nuestro tiempo. La iglesia del Señor nunca se ha detenido, a pesar de duras
persecuciones a través de los siglos. Siempre ha ido avanzando y venciendo cada traba que el enemigo
ha intentado poner en el medio. Hoy la iglesia está más apasionada y expectante que nunca, puesto
que el mismo Espíritu Santo que bautizó a los primeros cristianos, sigue estando en los corazones de
quienes hoy formamos el cuerpo de Cristo. ¡Este es nuestro tiempo de llevar el evangelio a todas las
personas!
**Para compartir en el grupo: ¿por qué era necesario que el Espiritu Santo descendiera con poder sobre los
que componían la iglesia? ¿Cómo actúa hoy?**

2) Dios intervino en la misión de Pablo manifestándose con maravillas. “Los gentiles se convencieron por
el poder de señales milagrosas y maravillas, y por el poder del Espíritu de Dios. De esa manera,
presenté con toda plenitud la Buena Noticia de Cristo desde Jerusalén hasta llegar a la región del
Ilírico” Romanos 15:19. “Dios le dio a Pablo el poder para realizar milagros excepcionales. Cuando
ponían sobre los enfermos pañuelos o delantales que apenas habían tocado la piel de Pablo, quedaban
sanos de sus enfermedades y los espíritus malignos salían de ellos.” Hechos 19:11-12. El apóstol fue
describiendo a través de sus epístolas como recorría diferentes regiones predicando en lugares donde
nunca habían escuchado acerca de Jesús. Era el Espíritu Santo quien le daba pasión y denuedo para
enfrentar la persecución que había en ese momento contra quienes hablaban de Jesús. No fueron
momentos fáciles. No obstante, el evangelio debía avanzar. Pablo estaba apasionado y sin temor y
durante sus viajes se vivieron muchísimos milagros y maravillas mientras hablaba acerca del Señor.
**¿Cuáles fueron los testimonios que podemos compartir de intervenciones de Dios en nuestra vida?**

3) Dios intervino con el calor de la iglesia. En cierta ocasión, la predicación de Pablo y Bernabé había sido
tan poderosa que “Unos judíos llegaron de Antioquía e Iconio, y lograron poner a la multitud de su
lado. Apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto; pero los
creyentes lo rodearon, y él se levantó y regresó a la ciudad. Al día siguiente, salió junto con Bernabé
hacia Derbe.” Hechos 14:19-20. El calor de los hermanos de la fe, nos ayuda a seguir adelante con la
misión que Dios ha diseñado para nuestra vida. Es por eso que Dios interviene para bendecirnos
también a través de quienes nos acompañan en la fe.
**¿Por qué es tan importante mantenernos conectados en este tiempo?**
4) Dios interviene para calmar las tormentas de nuestra vida. En Hechos 12:6-17 (leer) vemos que
habían encarcelado a Pedro por predicar acerca de Jesús. Sin embargo “mientras Pedro estaba en la
cárcel, la iglesia oraba fervientemente por él” (Hechos 12:5). Y confiaron tanto en Dios que se produjo
el milagro. Aunque Pedro estaba bajo la detención de 16 soldados que estaban exclusivamente
destinados a impedir su huida, nadie pudo detener la mano de Dios. Las cadenas se cayeron, las
puertas se abrieron y finalmente no hubo nada que frenara la intervención del Señor en esa situación.
¡Hay poder en la oración ferviente y perseverante!
**¿Qué hacía Jesús en momentos de crisis? ¿Te animas a seguir hoy sus pasos?**
5) Dios interviene para transformar nuestro propio corazón. “Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó
la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo
Jesús vuelva.” Filipenses 1:6. Es el Señor mismo quien interviene en nuestra vida para ayudarnos a
continuar avanzando en la fe. Pueden aparecer altibajos, pero Dios no abandona su obra de amor en
cada uno de nosotros. También podemos encontrar aquí ejemplos de vidas transformadas, como por
ejemplo, cuando Jesús se le aparece a Saulo y cambia sus planes y también su corazón (Hechos 9:1-21).
**¿Sientes que hay aspectos de tu carácter que debieran mejorar? ¿Dios tiene poder para intervenir?**

Conclusión
Hoy es el tiempo donde el Señor desea intervenir en tu vida, pues tiene sus ojos puestos sobre ti y escucha la
oración de la iglesia. Cada vez que sus siervos, claman a Él, con un corazón lleno de fe, perseverancia y
humildad, hay manifestaciones poderosas de su parte para con sus hijos. El mismo Dios que se ha manifestado
en el ministerio de Pablo, que ha cambiado su soberbia y juicio por un amor incansable y que ha librado a
Pedro de tantas situaciones injustas, es el mismo que hoy te extiende su mano y está dispuesto a mostrarte su
protección. Anímate a levantarte, ayunar y orar ¡por un milagro poderoso en tu vida! Somos la iglesia viva del
Señor, estamos unidos y no vamos a dejar de confiar. Nada ni nadie nos podrá separar de su amor y del
propósito que ha dispuesto para cada uno de nosotros. Es por eso que es tiempo de que te animes a clamar y
¡experimentar cuando Dios interviene!

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