Está en la página 1de 2

La inseguridad produce un círculo vicioso.

Es decir, a más delincuencia,


menos inversión y menos empleo. Lo que expone a más personas a caer en
actividades delictivas.
La causa última (en sentido aristotélico) no está en la pobreza, como
enseñaron por décadas, ni en la riqueza, como los mismos pontifican hoy.
En Perú, han disminuido notablemente la pobreza y la pobreza extrema y
ha crecido la clase media, sin embargo la inseguridad ha aumentado.
La causa última está en la predisposición de algunas personas hacia el
mal. Sin embargo, para que esta predisposición se manifieste en mayor
grado hace falta:
 
1.    Débil respeto a la ley. Los peruanos tendemos a considerar la ley
como pautas referenciales cuyo cumplimiento es recomendable pero no
obligatorio. El caos en el tránsito vehicular, la ardorosa defensa mediática
actual del supuesto derecho ciudadano a no cumplir la ley  electoral, las
invasiones de terrenos, la informalidad en el transporte, la minería ilegal
y el contrabando son algunas de las manifestaciones de tan nefasta
creencia relativista respecto a la ley. El límite entre la informalidad y la
ilegalidad solo es claro para los abogados.
2.    Narcotráfico. Actividad creador de sinergia con otras actividades
delincuenciales, gatilla un incremento de la actividad criminal y la
violencia en la comisión de delitos, por combinación del establecimiento
de status sociales paralelos y la rápida copia de los patrones de violencia
que traen las bandas
3.    Proliferación de pandillas cuyo fin otorga al individuo un sentido de
pertenencia y protección fuera del campo de acción de la ley.
4.    Corrupción de los operadores de Justicia: Policía, Ministerio Público,
Poder Judicial y sistema carcelario y que favorecen la impunidad y la
desconfianza ciudadana en la democracia y sus instituciones.
5.    Crecimiento urbano acelerado no acompañado por el Estado. La
presencia del Estado decrece en calidad y en cobertura real generando
vastos territorios sin soberanía. No solo en las zonas rurales alejadas sino
en  áreas urbano marginales densamente pobladas
 
Algunos estudiosos teorizan añadiendo un elemento: el fácil acceso a
armas. En el caso peruano constituye un error conceptual originado,
probablemente  por el desconocimiento de la situación previa en la
materia. El acceso legal al porte de armas era mucho más sencillo y
difundido en tiempos anteriores al actual estallido de la inseguridad.
Para alcanzar la seguridad que ansiamos es indispensable la voluntad
política presidencial para enfrentar el problema, cosa que hace varios
años no está presente.
 

También podría gustarte