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El Argumento de un video con

sentido documental
28 marzo, 2013 de Carlosgonzalezhidalgo
El argumento es la información que se va a transmitir a través del documental. Es el resultado por escrito
de la investigación previa llevada a cabo antes de desarrollar un producto audiovisual. Se hace para
organizar las ideas: primero, ubicando al espectador en el tema que se aborda (entiéndase conflicto como
dos fuerzas en oposición, por ejemplo: ideas, caracteres, políticas, elementos de composición, fuerzas
físicas, etc.); segundo, exponiendo claramente el conflicto que se quiere desarrollar; tercero, observando
todas las características necesarias y suficientes para comprender la complejidad del conflicto; cuarto,
manifestando una posible solución para los actores del conflicto; y quinto, concretando una conclusión
final que expone la solución dada al conflicto.
 
Se trata de exponer una realidad con un conflicto presente, razón por la cual es importante hacer una
observación minuciosa que permita abordarlo profundamente y sin parcialidades, porque si se narra una
sola perspectiva, entonces se obtendrá un video institucional, como por ejemplo cuando solo se alaban
los logros de un presidente.
 
En este sentido hacer un mapa mental es fundamental porque permite ordenar todas las ideas que se tiene
al respecto, pero también jerarquizarlas, vincularlas y revisar que los temas estén completos. Se puede
usar las ideas principales (las que están directamente conectadas con el concepto central) como capítulos
de tu texto y las ideas secundarias y terciarias de modo que orienten la escritura de párrafos sobre cada
capítulo. Al final un mapa mental, escrito como ensayo, es un buen marco teórico (léase discurso) el
cual, una vez acompañado de imágenes y sonidos, se convierte en un video con sentido documental.
 
En el lenguaje audiovisual, el argumento es el primer formato de redacción de un video, es donde se
exponen las ideas que se transmitirán de manera fluída, en prosa y a modo de ensayo. Es el paso previo a
la construcción de la escaleta, un formato que organiza las ideas a manera de planos para planificar la
realización.

PERSONA O PERSONAJE:
EL SUJETO DEL
DOCUMENTAL
POR REDACCIÓN TIERRA ADENTRO Y MONTSERRAT ESTRADA
MÁRQUEZ 
La ficción y la realidad no son términos que se excluyen
mutuamente. Cada persona que aparece en un documental
se transforma, en la lente y en los ojos del espectador, en un
personaje; es decir, en una construcción. Montserrat Estrada
Márquez explica qué factores intervienen para que ocurra
este cambio.
 
Suele pensarse que el documental, debido a su carácter informativo,
está lejos de la narrativa, una construcción que se contrapone al
concepto de realidad. Algo semejante sucede cuando hablamos de la
existencia de personajes en este género cinematográfico: un
documental muestra “personas”, no “personajes”, ya que este
término parece exclusivo de las obras literarias, es decir, de la
ficción.
Sin embargo, cuando un individuo forma parte de un documental se
convierte en un personaje, no sólo porque alrededor de él se está
creando un relato, sino también porque aun sin la existencia previa
de un guión con diálogos, la cámara le provoca actitudes distintas a
las habituales. Está ante un ojo que lo observa y que llevará su
imagen a miles de espectadores; es natural, entonces, que filtre o
elija lo que quiere mostrar. El individuo, antes y después de encender
la cámara, no es el mismo. Tampoco es aquel en quien se inspiró el
documental inicialmente. El personaje se transforma en quien decida
ser ante la lente.
Cuando el realizador de un documental elige retratar la realidad de
un ser vivo, sabe de antemano que esta realidad experimentará una
transformación; no sabe cuál, lo único que puede saber es que será
novedosa incluso para aquel cuya vida se está filmando. Dicha
transformación depende de múltiples intervenciones; una de ellas es
el punto de vista del director, quien al escoger sólo un fragmento de
una realidad compleja se convierte en un intérprete para el
espectador.
Otra mirada fundamental es la del fotógrafo, pues el lenguaje
audiovisual del que se vale está cargado de simbolismos e incluso de
referencias culturales que remiten a ciertos significados que el
auditorio interpreta según sus propias vivencias, y que añaden
mensajes a la historia que se está contando. Un ejemplo es la empatía
o rechazo que un personaje puede generar en el espectador a partir de
la distancia con la que es filmado: no es lo mismo presentar un plano
abierto en el que el personaje se ve a lo lejos, que un primer plano
del entrevistado cuando está a punto de llorar mientras da su
testimonio.
A estos elementos se suma el proceso de edición. Al contar con
diversos materiales (testimonios, fotografías, sonido, música,
gráficos, imágenes de contexto y paisaje), le corresponde al editor —
junto con el director— reescribir la historia, crearla, de tal manera
que resulte clara e interesante, para lo cual ha de el personaje del
documental se vuelve arcilla en las manos del editor, pues éste
cuenta con una fuente infinita de posibilidades para organizar los
elementos y así cumplir con su cometido: generar empatía y, por
tanto, opiniones y reacciones.
Si la historia de un documental genera interés, suele ser por algún
tipo de identificación con el personaje: su circunstancia, su aspecto
físico o intelectual, sus costumbres, su nombre o nacionalidad. Pero
lo primordial es que tenemos ante nosotros a un héroe, tal como lo
describe Joseph Campbell: un personaje con una misión que cumplir,
enfrentado a una serie de obstáculos que debe vencer para poder
alcanzarla, y que sufre una transformación a lo largo de ese viaje.
Esta travesía del personaje hacia su meta es lo importante, más allá
de que cumpla o no su objetivo.
Lo mismo ocurre en el documental. Aunque se trata de personajes de
la vida real, también se transforman a lo largo de su recorrido. Los
documentales de Michael Moore presentan relatos en los que él
mismo —creador y personaje— tiene un claro objetivo, por ejemplo,
investigar por qué Cuba cuenta con mejores servicios de salud que
Estados Unidos (Sicko, 2007). En esta búsqueda, entrevista a
políticos, médicos, usuarios del servicio de salud, y al final llega a la
conclusión de que en su país lo importante es la ganancia que se
obtiene de los enfermos y no procurar su bienestar. El resultado es
que el propio realizador-personaje tiene una revelación ante una
realidad que va descubriendo a través del viaje que relata, después de
lo cual ya no será el mismo que al comienzo.
Aun cuando los sujetos de un documental no sean seres humanos,
son susceptibles de convertirse en personajes, pues la acción
dramática también puede plasmarse en casos como la trayectoria de
un huracán y la destrucción que deja a su paso. Un claro ejemplo de
lo anterior es el documental La marcha de los pingüinos (2005), de
Luc Jacquet, que muestra cómo un grupo de pingüinos lleva a cabo
la migración a la Antártida.
 

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