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La voz de una Gisaeng: impacto de la mujer en la historia de la

creación poética de Corea.


The Voice of a Kisaeng: Women's Impact on the History of
Korea's Poetic Creation.
R. Indira Valentina Réquiz Molina1

Resumen: La voz de la mujer en Corea, en la figura de la gisaeng, ha sido por


muchos años un tema controvertido. Una gisaeng es aquella mujer educada
dentro de las artes y cuyo fin es la preservación de la belleza, pero que durante
muchos años ha sido catalogada simplemente como una prostituta. El fin de esta
ponencia es rescatar la figura de la mujer como poeta, para ello se propone una
contextualización del surgimiento y decadencia de esta clase social.
Además, las gisaeng son un elemento importante en la cultura tanto por su
impacto en el imaginario de la mujer coreana, como por su influencia en la
creación literaria que va desde la dinastía Choson (1392 d.C. - 1897 d.C.) hasta
la actualidad. En especial, queremos resaltar a la poeta Hwang Jini (1506 – 1560),
una gisaeng famosa por su belleza y por sus composiciones poéticas de sijo.
Todos los estereotipos de la mujer coreana se rompen con las gisaeng. Ellas
dejaron su marca no solo por ser víctimas de las doctrinas y las turbulencias
históricas, sino por utilizar la educación que les dieron para ser irreverentes, para
sobrevivir y hacer del poema su propia voz, un canto tan fuerte que no pudiera
ser ignorado.
Palabras clave: Corea, Gisaeng, Hwang Jini, Sijo.

Abstract: The voice of women in Korea, in the figure of kisaeng, has for many
years been a controversial subject. A kisaeng is a woman educated within the
arts and whose purpose is the preservation of beauty, but for many years she
has been catalogued simply as a prostitute. The purpose of this paper is to rescue
the figure of the woman as a poet, for it proposes a contextualization of the
emergence and decline of this social class.
In addition, kisaeng are an important element in culture because of their impact
on the imaginary of Korean women and their influence on literary creation from
the Choson dynasty (1392 A.D. - 1897 A.D.) to the present day. In particular, we
would like to mention the poet Hwang Chin-i (1506-1560), a kisaeng famous for
her beauty and poetic sijo compositions. All stereotypes of Korean women are
broken by kisaeng. They left their mark not only because they were victims of
historical doctrines and turbulence, but also because they used the education
that they were given to be irreverent, to survive and make the poem their own
voice, a song so strong that it could not be ignored.
Key words: Korea, Kisaeng, Hwang Chin-I, Sijo.

1
Universidad Central de Venezuela. valentinarequiz@gmail.com
La tradición coreana cuenta que en la dinastía de Koryo (918-1392) había una
práctica llamada yorak. Esta consistía en la representación de un canto o danza
para el rey. Con los años, la ceremonia se convirtió en una preservación de las
artes, que paso de generación en generación a través de las gisaeng.

Durante la dinastía Choson (1392-1897), las mujeres yangban o de clase alta


eran educadas como gisaeng; su formación iniciaba a los ocho años en escuelas
llamadas gyoban. Los haengsu eran sus maestros, les enseñaban danza,
música, el arte de la conversación y en algunas ocasiones también medicina o
caligrafía. Aunque la clase gisaeng era en un principio hereditaria, muchas niñas
de toda corea fueron seleccionadas, compradas para formarse en esas escuelas
y servir al rey. Las gisaeng se dividían en tres grupos, según las habilidades que
podían dominar, y cada uno de estos grupos cumplía funciones de
entretenimiento distintos.

Los ideales confucionistas que predominaban en la dinastía Choson afectaban


la posición de las mujeres en la sociedad. Sin embargo, las gisaeng tenían
libertad aspectos que ninguna otra mujer coreana de la época podía tener, en
vestimenta y sexualidad. A pesar de sus orígenes, las gisaeng se encontraban
en un puesto bajo de la jerarquía social, ya que con el tiempo pasaron de ser
artistas a ser consideradas prostitutas.

Ascenso y decadencia

Las cortesanas gisaeng entraron en la sociedad y adquieron gran importancia


rápidamente por su presencia en los eventos y celebraciones además, por ser
las compañeras de los hombres más poderosos pudieron construir su propio
mundo. Una famosa anécdota cuenta que, durante el reinado de Yeonsan-gun
(1494-1506) miles de ellas vivían en el palacio. Eran tantas que la sala de estudio
del rey fue convertida en Seonggyungwan o sala de placeres. Estas niñas fueron
esclavas del gobierno hasta el año 1895, cuando con la Reforma Gabo
(Gyongjang) se abolieron las clases sociales de la dinastía Choson, de esta
forma, las gisaeng fueron liberadas y las escuelas gyoban fueron cerradas.
En el imaginario de la mujer coreana, las gisaeng se convirtieron en un ícono a
partir de la invasión Hideyoshi (1592-1598), cuando la joven Non´gai asesinó a
una general japonés, y en consecuencia causara su propia muerte; muchas otras
siguieron su ejemplo al matar o atentar contra militares japoneses. Este acto de
sacrificio fue catalogado como patriótico y alabado durante años.

El inicio de la etapa colonial de Corea llega con la invasión japonesa en 1910, y


con ella llega el ocaso de las gisaeng. El imperio trajo muchos cambios que
afectaron a la sociedad coreana. Muestra de ello es la creación de un decreto
que renombraba las academias de las gisaeng como Guonbeon, en las cuales
se sustituía la enseñanza de la cultura coreana por la de la cultura japonesa; con
el fin de que estas niñas se convirtieran en el entretenimiento de la nueva clase
social integrada por militares japoneses.

La invasión obligó a las gisaeng a integrarse al sistema de geishas de Japón, y


desde ese momento fueron utilizadas en general como prostitutas. Lo que
durante el periodo Choson era considerado como una libertad, en la época
colonial se transformó en una herramienta de autopreservación.

Papel de las gisaeng en el arte y literatura

El arte y la cultura coreana deben a las gisaeng un capítulo de su historia. Estas


destacaban en la representación teatral gracias al estudio del pansori, en la
música por la práctica del laúd chino y el gayagum. Sin embargo, este no es el
único aporte que hicieron a la cultura. Las gisaeng, siempre compañeras de
hombres letrados, también fueron convertidas en personajes ficcionales; la obra
más representativa de ello es Ch´unhyang jon.

El cuento folclórico Ch´unhyang jon está basado en un pansori denominado el


Canto de Chun Hyang, este cuenta la historia del amor entre un funcionario del
gobierno y una gisaeng. La historia exalta a la gisaeng, que luego de convertirse
en la esposa del funcionario, es fiel a su esposo ausente; sin importar las pruebas
a las cuales es expuesta. Al final y gracias a su virtud, la pareja logra reunirse.

Pero las gisaeng no fueron solo valiosas para la inspiración de versos e historias,
sino que ellas mismas lograron convertirse en creadoras.
Huella de mujer en la literatura

Las gisaeng eran capaces de crear poesía, la cual era originalmente cantada, y
sus conocimientos de los caracteres chinos les permitían componer tanto en
Hansi (poesía china) como en hangul (alfabeto coreano). La forma poética más
utilizada por las gisaeng fue el sijo.

El sijo es una poesía vernácula transmitida oralmente, un canto acompañado por


un instrumento, un changgo o ritmos golpeados en las piernas. Estos poemas
constan de tres versos, y cada uno de ellos se divide en cuatro hemistiquios de
varias sílabas. Los primeros sijo pertenecen a una colección de 1728 llamada
Cheonggy yeong´eon o Eternas palabras de las colinas verdes. El término
“colinas verdes” hace referencia a Corea, puesto que así se refirieren a ella los
poetas antiguos.

La riqueza simbólica del sijo le permitió a muchas gisaeng encontrar una forma
de expresar su voz. Estos poemas cuentan sus amores, su soledad, dolor e
impotencia frente a las circunstancias que les tocó vivir. Las creaciones literarias
de las gisaeng están unidas sus experiencias en la corte y a la plasticidad léxica
de su idioma. Son varias poetas las que han dejado su nombre en la historia de
la literatura coreana, una de las más famosas es Hwang Jini.

Hwang jini (1506-1560) fue una joven nacida en Kaseong. Esta fue reconocida
no solo por su belleza, sino también por sus creaciones poéticas. La niña era hija
ilegítima de un Yangban, un hombre de clase alta, pero eso no impidió que fuera
convertida en cortesana, y al serlo, adoptó el nombre de Myongwol o Luna
brillante. Jini fue una mujer irreverente para su época, utilizó su ingenio para
lograr diferenciarse de otras mujeres y obtener más libertades. Jini se
caracterizaba por su falta de maquillaje o ropa llamativa en las fiestas, además
de permanecer la mayoría del tiempo descalza. Esto causaba sorpresa y
admiración, pero sobre todo era admirada por su destreza al interpretar un
instrumento o al cantar un poema.

El confucionismo atravesaba todos los aspectos de la vida y la muerte, esta


última era vista como un evento social y Jini lo sabía; por eso pidió que al
momento de morir su cuerpo fuese dejado en la rivera de un río. Su ofrecimiento
a la naturaleza era una forma de resistencia, una lucha por la libertad. La vida de
Jini ha llegado a la cultura popular gracias a los dramas, como el transmitido en
el 2006 por la cadena KBS. Otras creaciones literarias han llegado a nosotros,
pero nombres de gisaeng como Hongjang, Imniwol, Machwa, Chinok,
Songdaechun no son tan reconocidos hoy en día.

El arroyo azul, un poema como la vida.

El poema El arroyo azul de Hwang Jini es una ventana a que nos permite ver el
mundo como las gisaeng y comprender la maestría de sus composiciones.

Arroyo Azul, no te jactes de tu fácil paso por estas colinas azules.


Una vez que llegues al ancho mar,
No hay un camino de regreso.
Mientras la luna brillante llena mi valle;
¿Por qué no haces una parada? Descansas y te vas luego, si
quieres.

El poema en una primera lectura parece hablar de la vida y su rápido transcurrir,


una llamada a detenerse y disfrutar de la naturaleza. Pero requiere un ojo atento
como el del investigador David McCann para comprender el sentido de esta obra.

McCann analiza el texto en su idioma original y descubre en un principio que el


primer hemistiquio de los dos primero versos están escritos en chino. El primer
término: “Arroyo azul” hacía referencia a un hombre, aunque no queda claro
quién, si se puede identificar como un hombre inmune a los encantos de la
gisaeng. El segundo, hace referencia a la propia Jini o “Luna brillante” como se
hacía llamar. Las posibilidades del poema se revelan y con ellas se devela la
riqueza de una cultura.

Así, un lectura más atenta nos permite comprender la llamada de Jini, quien
reafirma su presencia y feminidad ante el deseo no correspondido, y con la
misma libertad, reta al hombre para que desvié su camino hacia ella en lugar de
enorgullecerse por evitarla.

Una gisaeng era una mujer a quien se le había arrebatado el amor, cuya infancia
consistía en ser para otros y no para sí, quien por fortuna o desgracia estaba
unida irremediablemente a las letras. Esas que les impusieron y que ellas, sin
dudarlo, lograron convertir en la expresión de su alma, en su voz.
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