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UNIVERSIDAD NACIONAL EVANGELICA

(UNEV)

Facultad:

Humanidades

Escuela:

Psicología clínica

Asignatura: Código: Sección:

Psicopatología II SCI-250 02

Tema:

Trastorno disociativo

Nombre del Sustentante:

Ederlyn Mariela Arias Guzmán

Matricula:

2020-3300203

Lugar: Fecha:

San Cristóbal 27-09-2022

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Índice
Titulo Pag
Introducción --------------------------------------------------------- 3
Delimitaciones conceptuales ------------------------------------- 4
Clasificación --------------------------------------------------------- 5-6
Diagnostico ---------------------------------------------------------- 7
Explicaciones teóricas --------------------------------------------- 7
Conclusión ----------------------------------------------------------- 8
Bibliografía ---------------------------------------------------------- 9
Anexo ----------------------------------------------------------------- 10

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Introducción.

Los trastornos disociativos constituyen un tema cuyo interés ha variado


mucho a lo largo del tiempo. Ha pasado de ser uno de los temas más
debatidos en las primeras décadas del siglo pasado, a ser posteriormente
olvidado durante muchos años por algunos enfoques predominantes de la
Psicología.

A principios del siglo XX, autores tan notables como Pierre Janet, William
James, Frederic Myers, Jean Martin Charcot, Charles Richet o Giles de la
Tourette, se interesaban por el tema. Sin embargo, este interés inicial por la
disociación duró realmente poco, quizá debido a la entrada en la escena
académica del conductismo y al dominio del psicoanálisis en el campo.

Los trastornos disociativos tomaron un auge importante en los últimos


años, están actualmente reconocidos como categoría diagnóstica en los
principales sistemas de clasificación (CIE y DSM, de la OMS y la APA,
respectivamente); son el objeto de numerosos artículos científicos,
presentando incluso un crecimiento exponencial en su publicación; además,
son el objeto de discusión de una prestigiosa revista científica
especializada, Dissociation.

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Delimitaciones conceptuales.

El concepto de la disociación: La disociación se define como «una


separación estructurada de los procesos mentales (por ejemplo,
pensamientos, emociones, conación, memoria e identidad) que
normalmente están integrados». Los trastornos disociativos constituyen una
categoría nosológica, su etiqueta («disociativos») no sólo cumple una
función de rótulo, sino que también implica un mecanismo específico que
da cuenta de las alteraciones observadas (la disociación), cosa que no
ocurre en la mayoría de las etiquetas diagnósticas.

Un aspecto que destacar, es que la disociación se considera, desde el primer


momento, como uno de los mecanismos de la histeria, y por ello, el
concepto de disociación va inextricablemente unido al de histeria. De
hecho, los trastornos disociativos recogidos en los actuales sistemas de
clasificación constituyen una parte de los que clásicamente se denominaban
«histeria»; y es por ello que consideramos necesario dedicar unas líneas a
este concepto.

El concepto de la histeria: la histeria es la opción ideal para aquellos que


buscan ejemplos que ilustren las confusiones conceptuales de la psiquiatría
tradicional. Podríamos decir que la historia de la histeria es una historia «un
tanto histérica»: padece de personalidad múltiple, es tan difícil de expresar
como la despersonalización, y parece vagar por los manuales al uso como
los estados de fuga, colándose a veces donde no debe, e incluyendo cierta
«amnesia» para el término en los sistemas de clasificación actuales.

La histeria se describe en la CIE-9 como «trastornos mentales en los que


los motivos, de los cuales el paciente parece inconsciente, producen, o bien

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una restricción del campo de la conciencia, o bien trastornos de las
funciones motoras y sensoriales, que parecen tener ventajas psicológicas o
valor simbólico.

Clasificación de los trastornos disociativos.

Tyrer ofrece una clasificación que se basa en la función afectada: cuando


la disociación afecta al nivel más alto de organización, la personalidad, la
condición se describe como trastorno de personalidad múltiple. Su
clasificación sería la siguiente:

1. La disociación de la personalidad: donde se incluye la personalidad


múltiple.

2. Disociaciones de conductas complejas: donde se incluyen la clásica


fuga y los estados de trance.

3. Disociación de movimientos o sensaciones: donde se incluye la histeria


de conversión.

4. Disociación de la función cognitiva: donde se incluye la amnesia


psicógena.

5. Disociación de la percepción: donde se incluye la despersonalización.

6. Otros tipos de disociación: donde se incluyen el trance y los estados de


posesión, los estados disociativos de corta duración en adolescentes y
jóvenes adultos.

Otra clasificación es la propuesta por Kihlstrom, y que se resume a


continuación:

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1. Anestesia disociativa: que incluiría ceguera psicógena, sordera
psicógena, analgesia psicógena y otros trastornos funcionales de la
sensación y percepción.

2. Parálisis disociativa: que incluiría afonía psicógena y otros trastornos


funcionales de la función motora.

3. Amnesia disociativa: que incluiría amnesia psicógena, fuga psicógena,


personalidad múltiple, despersonalización y disociación, y otros trastornos
funcionales de la memoria y la consciencia.

La clasificación propuesta por el DSM-IV-TR (APA, 2002). Esta


clasificación incluye una categoría para trastornos disociativos no
especificados.

1. La amnesia disociativa (psicógena): La amnesia psicógena es un


componente tan común en los trastornos disociativos que podría
considerarse un diagnóstico redundante.
2. La fuga disociativa (psicógena): se caracteriza por un
estrechamiento de la conciencia, errando lejos del entorno habitual,
con amnesia posterior para lo ocurrido.
3. Trastorno disociativo de identidad (personalidad múltiple): es
una condición infrecuente, pero conocida popularmente debido a la
fascinación que ha producido en literatos y directores de cine.
4. La despersonalización: designa un cambio particular en la
consciencia del sí mismo, en el cual el individuo siente como si fuera
irreal. Se suele acompañar de desrealización, un cambio similar en la
consciencia del mundo externo.
5. El trastorno de conversión (la histeria de conversión):Es la
característica central de la «histeria de conversión» es la descripción

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clásica de aparente parálisis muscular o pérdidas sensoriales
equivalentes, como ceguera, sordera, etc.
6. El síndrome de Ganser: se entiende dar respuestas aproximadas; es
decir, las preguntas se responden erróneamente, pero tan cercanas a
la respuesta correcta que quien pregunta sospecha que se conoce la
respuesta correcta.

Diagnostico diferencial.

Los trastornos disociativos son claros, poco ambiguos y fácilmente


identificables, ya que las características principales se focalizan en quejas
corporales o pérdidas específicas de funciones. Sin embargo, existe una
cuestión que suele atormentar a los clínicos y a los médicos cuando se
enfrentan al diagnóstico de estos trastornos: ¿cómo estar seguros de que el
trastorno es psicógeno?, ¿los síntomas están siendo inducidos
conscientemente o son de origen inconsciente?, ¿es el paciente inocente de
cualquier deseo de fraude o engaño?; en definitiva, ¿está fingiendo el
paciente? Estas cuestiones parecen imposibles de responder.

Explicaciones teóricas.

Freud, en su Estudio sobre la histeria, planteaba que la base de este


problema se encontraba en los mecanismos de represión y regresión a la
etapa fálica. Aunque, en general, los modelos psicodinámicos han realizado
importantes aportaciones a nuestra comprensión de la disociación, se han
focalizado en los trastornos más graves, y no han podido explicar la
variedad en el rango de la sintomatología descriptiva.

En su clásico trabajo, Dollar y Miller defendían que las respuestas


histéricas se mantenían por los refuerzos que suponían las ganancias
primarias, idea en la que abundaba Kendell. Desde planteamientos

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cognitivos, en las últimas décadas han surgido teorías que intentan dar
cuenta no sólo de los trastornos específicos, sino del mecanismo que parece
subyacer a todos ellos, la disociación, en la línea en que Janet trabajaba a
principios de siglo.

Conclusión

Aunque actualmente no disponemos de datos fiables sobre la incidencia y


prevalencia de los trastornos disociativos, parece haber acuerdo en la
literatura en afirmar que este tipo de trastorno no es tan raro ni tan
infrecuente como se pensaba hace unos años. Los trastornos disociativos
son una mezcla de condiciones, muchas de las cuales son bastante
infrecuentes, e incluso se podría decir que se mantienen juntas sólo por
unos pocos puntos comunes.

«Los síntomas histéricos son extremadamente comunes, pero el diagnóstico


primario de histeria no». En cualquier caso, la histeria, o al menos los
síntomas histéricos, existen, y por tanto son un fenómeno que explicar y a
comprender. Y precisamente, lo que tal vez ha originado más polémicas a
lo largo de los tiempos haya sido el mecanismo por el cual se crean los
síntomas de histeria.

los trastornos disociativos dejan bastante que desear, y sigue siendo


necesario un replanteamiento general de estos trastornos desde los enfoques
nosológicos. Esperemos que los futuros avances en la investigación sobre
este trastorno den la suficiente luz como para llegar a un acuerdo sobre qué
trastornos incluir en esta categoría y cuál es su lugar específico dentro del
sistema de clasificación.

8
Bibliografía.

 Libro manual de psicopatología II.

9
Anexos

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