La historia es de un hombre que es hijo único. Informa que su madre
tuvo dificultades en tener más hijos. Su abuela materna todavía está viva, tuvo dos hijos. Su abuelo materno fue considerado una persona escandalosa, ya que abandonó a su esposa. Ya murió. Se había ido con otra mujer, y tuvo muchos más hijos, así que seguramente él tiene hermanos que no conoce. Cuando se le menciona a su abuela el abandono por parte de su esposo, ella se altera y no puede hablar de ello. Parece ser que lo quería mucho, y llora todavía cuando habla de ello. Puede ser que haya amargura y sentido de pérdida. “Siempre está diciendo que mi madre molesta mucho a mi padre, y que ella no sabe lo afortunada que es al tenerlo. Mi abuela es una mujer muy sola, y no ha tenido más que una vida difícil siempre. Es una lástima. “ Toda la familia vive muy cercana entre sí, en la misma cuadra. Cuando era niño la visitaba mucho, y ella era una persona muy importante para el. La buscaba cuando necesitaba algo de protección. No recuerda a su abuelo, pero le hizo mucha falta tener a una persona mayor que le diera apoyo, y le contara cuentos, y pudiera sentarse en sus piernas. Le ha preguntado a su familia sobre él, y siempre se quedan callados. Parece que tuvo problemas con la policía, además del abandono, por lo que es un asunto de escándalo que prefieren no contar. Además el divorcio no era muy común en esa época. Considera que todavía es un tema muy delicado en al familia. Los padres de mi padre están muertos, y mi padre tuvo varios hermanas y un hermano, pero algunos han muerto, por lo que es una familia en que casi todos eran mujeres, excepto por un tío y su padre. Su abuelo paterno murió cuando su padre solo tenía ocho años, y su abuela murió cuando él tenía ocho años. Su padre quedó muy afectado por la muerte de su madre. Análisis basado en los dos genogramas. El esposo, el señor R. se sentía obligada a alegrar a su esposa por la depresión que ella sufría, y que empezó poco después de su matrimonio, y que era la causa de los síntomas actuales. Esta tendencia a animar a todos los demás estaba presente en sus relaciones previas con otras mujeres, y era producto de su infancia, cuando él intentaba animar a su abuela por su depresión. También desarrolló la expectativa de que los esposos tienden a irse del hogar o a morir rápido, por lo que no duran lo suficiente para convertirse en abuelos. La señora R, cuya depresión tenía como raíz el antecedente de la muerte de su padre cuando ella tenía ocho años, desarrolló depresión poco después del matrimonio. El matrimonio despertó en ella los sentimientos de pérdida de su infancia. Mientras más intentaba animarla su esposo, mayor era su sentimiento de pérdida estimulado por su presencia y por su próxima muerte o partida imaginada. El análisis permitió al marido comprender que no tenía la obligación de animar a su abuela, sino tener una relación basado en empatía y comprensión. No era suya la responsabilidad de animarla y de sustituir a su esposo. También, con esa comprensión, podía cambiar su relación con su esposa, ya que podía hablar con ella sin sentirse obligado a animarla. Se programó una serie de tareas y metas, y sus reacciones diferentes a ella fueron suficientes para reducir los síntomas depresivos que ella presentaba. Se requirió de más trabajo para manejar los mensajes transgeneracionales de su familia.