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Fragmento de historia clínica, caso Dolores

Dolores dice que su problema tiene muchos años, que siempre ha sido una persona muy triste debido a la infancia tan
difícil que tuvo. Sin embargo, a pesar de que esta situación lleva tanto tiempo, menciona que su problema actual viene a
partir de una crisis diabética que tuvo hace un año y medio. Ella asegura que nunca había tenido problemas con “el azúcar
pero con tanto coraje que me hacen pasar mis hijos y ése viejo pues de alguna manera tenía que tronar”. “Es que fíjese
doctora que aquí como me ve, yo llegué a pesar 120 Kg, era un esperpento horrible que hasta yo misma me daba lástima,
pero después de que me dio la diabetes me puse a bajar de peso y aunque ya bajé no logro dejar de sentir como si mi vida
no sirviera para nada. De todas formas a veces siento que no sirvo para nada importante y si algún día no existiera, el
mundo se libraría de esta vieja ridícula”. Al parecer su problema actual está relacionado con la pérdida del apoyo de sus
hijos dado que desde hace algún tiempo, el esposo de Dolores ha comenzado a enfermarse (tiene 81 años) y ella se ha dado
cuenta de que los hijos le tienen lástima a su padre. Refiere que la enfurece que después de que su esposo fue “tan malo”
con ella y con sus hijos ahora resulta “que se quiere hacer la víctima y los tiene conmovidos”. Dolores manifiesta que este
apoyo de sus hijos hacia su esposo tiene que ver con el hecho de que ella ha pedido el divorcio y se siente agobiada porque
varios de sus hijos “se confabulan” para hacerla desistir. Pero ella siente que ya no quiere vivir en casa con su esposo y
que aunque no se divorcie ella piensa “hacer construir una pared en medio de la casa para que ése señor quede aislado de
lo mío y no me pueda ni ver ni yo le tenga que ver su carota de viejo desvalido hipócrita”. También la enfurece que ella se
ha visto forzada a trabajar toda su vida para mantener a sus hijos y sacarlos adelante. Manifiesta que la frustra mucho el
sentir que si procede a divorciarse, por legislación a su esposo le va a tocar quedarse con la mitad de algunas propiedades
y un negocio que ella ha logrado con su esfuerzo porque dice “ése viejo tacaño y miserable nunca nos dio nada a mí ni a
mis hijos. Yo trabajaba como una burra para sacarlos adelante y a veces hasta me tenía que ir a trabajar sin comer nada
porque eran ocho hijos y el viejo no se aparecía para ayudarme a criarlos”. “Es que yo siento doctora que no es justo que
además de la vida tan triste que a mí me ha tocado vivir, ahora venga el viejo ése a quitarme lo que es mío y a poner a mis
hijos en mi contra porque es un manipulador”.

D.- Historia Familiar

i.- De origen

La paciente es la mayor de muchos hijos (manifiesta que no sabe cuántos hermanos tiene porque la madre tuvo varios
compañeros y de cada uno tiene un hijo). Ella no sabe cuántos medio-hermanos tiene, sólo sabe que son muchos y que no
tiene contacto con ninguno. Proviene de un nivel socioeconómico bajo y durante su infancia vivió temporadas en situación
de calle porque su madre la echaba constantemente de la casa. Dice que la mandaban a pedir dinero en las calles y si ella
llegaba sin dinero, la madre no la dejaba entrar y la hacía dormir a la intemperie en el patio de la casa.

Madre: Dolores habla de su madre con amargura. Reconoce abiertamente que la odia y que la maldice donde quiera que
esté. Comenta que su madre es la responsable de todo lo que le ha tocado padecer en la vida. Recuerda que desde que era
muy chica, su padre abandonó a su madre y Dolores se quedó sola con la madre que al parecer era alcohólica. Desde que
ella tenía más o menos cinco años, recuerda a su madre sacándola de la casa para que fuera a pedir dinero y que si Dolores
no le traía con qué comprar bebida no sólo la dejaba dormir afuera sino que la golpeaba con lo que encontrara, aún
presenta en los brazos y las piernas diferentes cicatrices de heridas que le infringió la madre en la infancia. La paciente
siempre tuvo una relación difícil con su madre debido a que la señora tuvo muchas parejas y de cada una tuvo a un hijo y
era a Dolores a quien le tocaba atender a sus hermanos, cuidarlos, bañarlos y darles de comer porque la madre la obligaba
a ello. Por este motivo asegura que prácticamente toda su vida se la ha pasado criando hijos y ya está cansada de ello. Al
comienzo de la adolescencia de Dolores, la madre comenzó a echarla de la casa (ella piensa que la madre se sentía celosa
porque se estaba convirtiendo en una chica muy atractiva y le daba miedo que conquistara a sus parejas). Es cuando la
madre decide abandonarla completamente, sin embargo asegura que periódicamente, la madre iba a casa de su hermana,
quien había acogido a Dolores, para advertirle que no se fuera a aparecer por la casa porque se le habían perdido unas
cosas a su pareja y que él la había denunciado a la policía. Muchos años después Dolores se enteró de que esto era mentira
y por eso ella piensa que su madre trataba de hacer que Dolores no se acercara a su padrastro. Actualmente la madre de
Dolores ya ha muerto pero ella se refiere continuamente a su madre como si estuviera viva.

Padre: No recuerda a su padre, sólo comenta que fue “uno más” de los hombres que vivió con su madre. A pesar de que
ella sufrió tanto la falta de una figura paterna durante su infancia, recuerda que los compañeros de su madre generalmente
no eran malos con ella. Recuerda especialmente a un señor que era carpintero, era el padre de su tercer hermano. Comenta
que éste señor era bueno con ella, que la defendía de su madre y que cuando la señora la dejaba a dormir en el patio, él
esperaba que la señora estuviera ebria o dormida y salía a darle de comer o la hacía entrar por el patio para que durmiera
debajo de la mesa de la cocina. A los otros padrastros casi no los menciona pero no recuerda mucho de ellos. Sólo
recuerda a un padrastro que convivió con ella cuando tenía 19 años. Dolores se vio obligada a vivir con su madre porque
ya tenía tres hijos y no tenía dónde quedarse. Como ella tenía que trabajar, se veía obligada a dejar a sus hijos al cuidado
de su madre y tiempo después se enteró de que su padrastro había estado abusando sexualmente de su hijo mayor.

Hermanos: No sabe nada sobre sus hermanos, sólo recuerda que su madre era igual de cruel con ellos y que después de
mucho tiempo supo que algunos se habían convertido en delincuentes, otros en farmacodependientes y algunas de sus
hermanas eran prostitutas. Tiene una hermana que después de un tiempo de estar en una cárcel se convirtió a los Testigos
de Jehová y es quién apoyó a su madre para que manejara su problema de alcoholismo. Sin embargo nunca se llevó bien
con ésta hermana porque trataba de que Dolores perdonara a su madre y ella siempre se negó a hacerlo.

Familia Materna: Parte de su adolescencia Dolores la pasó en casa de una tía suya, hermana de su madre. Dice que ésta
tía era buena con ella, le enseñó a vender cosas y a trabajar aunque también a veces la maltrataba. Pero cuando Dolores
conoció al que después fue su primer esposo, la tía se opuso a que ella anduviera con él y le dijo que si se iba a vivir con
él, nunca regresara a casa. Dolores manifiesta que siempre fue rebelde y que no hacía mucho caso de las advertencias de su
tía, por lo que se fue a vivir con su novio y nunca volvió donde su tía.

Esposo: Arnulfo, se casó con Dolores cuando tenía 22 años. Él es veinte años mayor. Es un ingeniero jubilado. Dolores
comenta que en un principio él se portaba bien con ella, la trataba bien y al parecer se casó muy enamorado porque a decir
de Dolores, ella era una muchacha muy guapa y se llevaban bien. Sin embargo después de tener a su primer hija, las cosas
cambiaron y él comenzó a maltratarla y a incumplir con las obligaciones económicas. Así transcurrieron los primeros ocho
años de matrimonio hasta que después Dolores decide salir a trabajar para poder mantener a sus hijos. Comenta: “sólo
cuando venía su familia a visitarnos, nos llevaba a comprarnos ropa y zapatos y en esos días comíamos bien, el resto del
tiempo mis hijos y yo parecíamos pordioseros, yo no usaba ni zapatos porque no me daba para comprar” (llora
amargamente cuando habla sobre esto). También comenta que el esposo compraba una porción de carne todos los días
para que ella se la preparara pero no podía ofrecerles de su carne a los hijos. Dolores y los niños comían arroz y frijoles.
Dolores decide no volver a compartir con su esposo la cama ni mantener ninguna relación afectiva con él cuando descubre
que el señor tenía relaciones sexuales con su propia hermana quien venía frecuentemente a visitarlos. Esto fue poco tiempo
después de haber dado a luz a su último hijo.

Dolores siempre se mantuvo distante de su esposo y después de mucho tiempo no volvió a necesitarlo para criar a sus
hijos. El señor se ausentaba por temporadas y al tiempo regresaba pero la relación entre ellos nunca mejoró. Desde hace
unos dos años, el señor ha regresado a la casa y ahí permanece todo el tiempo. Recibe las visitas de sus familiares, quienes
le reprochan a Dolores por el mal trato que ella le da. Al parecer el señor ha comenzado a presentar enfermedades
frecuentes y tiene cierta discapacidad para movilizarse solo.

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