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Manuela: Seguimos?
Manuela: Verificar cantidad, calidad, que sea fresca, que no tenga alguna venerea.
Venerea: del latin Venereus, derivado de Venus, la diosa romana del amor y de la
fertilidad. raíz etimológica de viernes. ¡Hoy es viernes! Y no veo la hora de...
Manuela: ¡Dejá de espiar las cabinas, Va contra la ley.¿Hace cuanto que trajeron ésto?
¿está en horario? ¿o vencido? Básicamente, ¿cuánto hace que se hizo la...
Manuela: Ayyyy... ¡pero miralos! Tan chiquititos y tan remolones. ¡Ay! Parece que
algunos tienen ganas de jugar, arrancó uno sólo y tres más lo siguen como si fuera una
formación delantera, pará, pará que parece que se están despertando… ah, no, no,
dejaron de moverse, ya se cansaron… che, estos soldaditos ya no sirven para la guerra,
veo muy poca movilidad.
Manuela: No me digas amiga, ¡no entiendo cómo se te ocurre decirme amiga, a mí! (Se
le cae la muestra al piso. ¡Ay, Dios mío! ¿qué hacemos, Hugo… Hugo?
Adriana: Juntála.
Manuela: ¿Yo? ¡Juntála vos! Ya que tanto querés ser mujer... ¡Adriana!
Adriana: por favor! No seas retrograda. No nos peleemos entre nosotros, Como arde
esto!. tranquila, respira... pensemos juntas. Ya está, pidámosle otra muestra.
Manuela: No, no, no, de ninguna manera, no tenemos tiempo. Yo seré una empleada
pública, pero tengo una trayectoria.
Manuela: Basta, ¡te lo pido por favor! Estoy destrozada, ¿vos entendés que ni en la
universidad se me cayó una muestra de nada? Está bien, al menos los primeros años,
no trabajábamos con muestras humanas, era esperma de cobayo, de toro. Recuerdo
una vez que nos llevaron al campo para hacer unas extracciones, ¡un frío!, yo con las
botas de goma hasta la rodilla, los pies enterrados en el barro, y frente a mí... Él.
Adriana:¿Quién?
Manuela: ¡El burro! Ojo... Él también estaba nervioso, lo pude ver en su mirada. Y yo,
estudiante novata, me llevé uno de éstos para la muestra... Ilusa, aquello fue
descomunal, y aún así la profesora se acerco y me dijo: "Manuela… te felicito querida,
no te tembló el pulso, te auguro un buen futuro".¿Y ahora? ¿Qué hacemos?
Adriana: terminala!
Manuela: ¡No! Hasta que no encuentres una solución al respecto, no te voy a dejar en
paz.
Adriana: ¿Qué?
Manuela: (Muestra el pastillero y le hace señal de alto.) Shh. Hola Moni, Manu del
laboratorio, no, no, no, ya en 5 minutitos te mandamos todo. ¿No pasó la Domínguez,
no? Buenísimo. ¿Me comunicas con el doctor Ferrara, por favor? Si, si, ya sé que debe
estar muy ocupado... si no fuese urgente no lo molestaría corazón. ¡Gracias! (Manuela
canta)
Manuela: Si vos no agarras éste frasquito y no hacés honor a mi nombre, le hago saber
al director de éste nosocomio, que todo el cocktail de hormonas que te estás
metiendo, te lo estás robando a dos manos. Nadie lo sabe, yo lo sé.
Adriana: Ahhh… pero sos de lo peor. Te estás metiendo en un lío al pedo y me querés
arrastrar a mí o, lo que es peor, me amenazás de tal manera que si no accedo me
mandás al frente. Sos de Manual de Manuela!
Manuela: ¿Por?
Adriana: ¡Sos horrible! Parece que la erudita en el tema, se perdió una materia en el
camino. No te hagas la distraída Manuela. Si eyaculo en este momento, con todas las
hormonas que estoy tomando…
Manuela: Robadas.
Adriana: No, yo no me vuelvo a prestar para esto. (Manuela con una mano le muestra
el teléfono y las pastillas) Por favor, te lo pido. Falsificá los datos, poné cualquier valor,
total quien se va a dar cuenta.
Manuela: ¡No! Mirá si pongo mal un valor, éste zángano tiene algo y me piden la
muestra analizada.
Adriana: Pero…
Manuela: Anda!
Adriana: (GUANTES) ¿¡Vos querés que me quede pegada!? Eso enchufado y yo con las
manos húmedas, encerrada en el baño, con la traba puesta...
Manuela: Traba puesta vas a quedar vos, si no entrás y te hacés esa maldita puñeta.
Agarrá el celular de mi cartera.
Adriana: ¿Y ésto?
Adriana: (Se ríe.) Manuela te desconozco. No llevas la tarjeta de crédito por miedo a
que te roben y…
Manuela: Defensa personal, así que ponete media pila o... no sabés todo el daño que
te puedo ocasionar.
Adriana: ¡Guardá eso! Si llega a entrar la Domínguez ahora, nos echan a las dos…
Manuela mirame, ¿te gustan las mujeres?
Manuela: ¿¡Qué!?
Adriana: Como me estás reprochando tantas cosas... ¿Vos seguís enamorada de mí,
amiga?
Manuela: ¡No me digas amiga! Que la última vez que me llamaste así, se armó todo
este quilombo. Soy una mujer empoderada, independiente, luchadora, decidida,
fuerte, sensible, sola, inseminada…. Estoy embarazada.
Adriana: ¿¡Qué!?
Manuela: Estoy en el límite de mi edad para ser madre, y bueno… una muestra lleva a
la otra, que prende, que no prende…. (SACA LOS GUANTES) Te ilusionás, te
desilusionás… Te fortalecés, te debilitás… No lo lográs, lo lográs… ¡Voy a ser mamá!
¡Vas a ser papá Hugo!
Adriana: ¿Como que voy a ser papá… mamá? Si yo hace un montón de tiempo que...
Manuela: Aquella que vez que nos pasó algo parecido a lo que te estoy pidiendo que
hagas hoy, me llevé tu muestra, la analicé y era de tan buena calidad que la
criogenicé... la descongelé la muestra y llevé adelante el tratamiento. Vamos a
maternar juntos, Hugo.
Manuela: Las dos estamos en proceso de transformación. Vos más mujer, yo más
embarazada... las dos con las hormonas revueltas… dos futuras madres hechas y
derechas, Hugo.
Adriana: La verdad, nosotras siempre nos llevamos muy bien en la convivencia... eso
no sería un problema.
Manuela: Pero no hace falta que vivamos juntas... Adru. Una familia más libre, como a
vos te gusta. Imaginate el día del orgullo... la música fuerte, las carrozas, papelitos de
colores por el aire, espuma loca, el humo de los choripanes envolviéndonos y nosotras
caminando las tres agarradas de las manos, con banderitas del arcoiris.
Adriana: ¡Ay! Me encanta, Manu, me quiero poner los zapatos ya y que vayamos
juntas... Con la nena.
Adriana: ¡Ay! ¡Tenés razón! Pero, ¿Qué hacemos con la muestra? Nosotras soñando
con la marcha y en cualquier momento viene la Domínguez... ay, no... Yo no funciono
bien bajo presión.
Manuela: Amiga... dejá, vamos a hacer una excepción por ésta vez. Ahora le pongo
cualquier valor, se lo llevás a la Domínguez y asunto resuelto. ¡Andá... zonza!
Adriana: ¿Ves? Quien iba a decir que vos, al final, terminás haciéndome la mujer más
feliz del mundo. (Se saca el guardapolvo, lo pone arriba de la silla, agarra la cartera de
Manuela y mete el consolador adentro con complicidad. Agarra los escarpines y los
guarda en su cartera. Agarra los sobres y sale. Manuela se queda con su cartera en la
mano y, mientras se va la luz, suena la música de Socolinsky.)