Está en la página 1de 1

LA MAGNITUD DEL PECADO

1. “Los buenos actos no se hacen total e incluso principalmente por el perfecto amor
de Dios. En cada caso hay otro factor, ya sea la preferencia del propio interés o de
otro objeto que no es Dios” (pág. 641). Cualquier persona puede realizar muy
buenas acciones para el beneficio de la sociedad, aunque no crea en Dios, sin
embargo, aún en lo profundo de su corazón habrá motivos alejados del deseo de
Dios y su amor, razón por la cual nuestra salvación no se obtiene por obras.
2. Acerca del Pelagianismo: Me parece muy interesante esta búsqueda de desligar el
pecado inicial de Adán de la vida actual de la humanidad. Esta teoría estaría
destruyendo prácticamente la doctrina de la salvación, el sacrificio de Jesucristo en
la Cruz del Calvario, ya que ninguna persona posee la naturaleza pecaminosa, y el
pecado consta solamente de la elección de acciones incorrectas.
3. Del Arminianismo: entiendo que se refiere a que todos los seres humanos si
poseemos una naturaleza pecaminosa, y que solamente con la ayuda de Dios
podemos cumplir sus mandamientos, sin embargo, esta naturaleza no lo condena
debido a una creencia de una “gracia anticipada” que es la que la borra.
4. “Adán estaba a prueba por todos nosotros; y como Adán pecó, todos somos tratados
como culpables y corruptos” (pág. 648). Comprendo que esta frase se refiere a la
postura calvinista llamada cabeza federal, la cual sostiene que la herencia humana
es física y no del alma, ésta última es diseñada por Dios individualmente, por esa
razón nosotros no formamos parte del pecado inicial de Adán, pero él nos representa
a la humanidad entera, por esta razón todos somos culpables y pecadores.
5. “Nos hacemos responsables y culpables cuando aceptamos o aprobamos nuestra
naturaleza corrupta” (pág. 652). Creo que esta frase me aclara mucho más la
perspectiva del pecado original. Todos nacemos con una mente limpia sin decisión
de lo bueno o malo, sin embargo, cuando crecemos y nos desarrollamos, llegamos a
un punto donde cometemos algún pecado y despertamos a la realidad de nuestra
inclinación hacia lo malo. Es ahí donde entra la culpabilidad a nuestra vida y la
responsabilidad de accionar y dejar lo malo, o desviarnos y dejarnos llevar por
nuestros deseos.

También podría gustarte