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El sistema de la Restauración o Sistema canovista.

El sistema de la Restauración se debe a Cánovas del Castillo.


El inventor del nuevo sistema partía de una serie de premisas entre las
que destacan las siguientes:
– Importancia de la discusión armónica: hay que dar opción a las

distintas posiciones pero respetándose.


– La política es el arte de lo posible, los sistemas tienen que

adaptarse a cada país y a las circunstancias del momento.


– Para Cánovas existen una serie de “verdades madres” que tienen

que ser aceptadas, esas verdades son: libertad, propiedad,


monarquía y soberanía del Rey con las Cortes.
Basándose en todo lo anterior y para que funcione la política, hace falta
un gobierno y una oposición que acepten las reglas anteriores y actúen
dentro de la legalidad y que no tengan que utilizar la violencia para
llegar al poder.
Cánovas crea el Partido Conservador y encontrará un aliado del sistema
en Sagasta que crea el Partido Liberal. Ambos llegan al acuerdo de
turnarse en el poder (turnismo), pero no lo harán de forma violenta si no
a través de elecciones, que serán siempre ganadas por el partido al que
le toca gobernar. ¿Cómo puede ocurrir esto? Por la existencia del
caciquismo. El cacique (rico del pueblo o su representante) es un
intermediario entre los partidos y el pueblo, cuya función es obtener
votos para el partido que le indique Madrid mediante promesas o por
presión, ya que de él depende el trabajo en un país eminentemente
agrícola y latifundista. Junto al caciquismo, el sistema turnista se vale
de la corrupción en la elaboración de las listas electorales (pucherazo).
Con el sistema canovista desaparece la agitación en la que ha vivido
España desde 1808, pero estamos ante la presencia de un sistema
fraudulento y amañado. Se desarolla una monarquía conservadora
apoyada por monárquicos alfonsinos, hombres de negocios y mandos
militares defensores del orden y la propiedad. Las diferencias de
gobierno entre el Partido Conservador y el Liberal no fueron muchas,
Sagasta iniciará unas tímidas reformas como la vuelta de las
asociaciones obreras y republicanas, la eliminación de las restricciones
a la libertad de expresión, mientras que los conservadores se
caracterizarán por la dureza de la represión y el férreo control de la
prensa.
El sistema, aunque durará más allá del siglo XX, comenzará a
resquebrajarse a finales del Siglo XIX con la llegada del sufragio
universal y la aparición de otros partidos ajenos al turnismo.
El marco legal en el que se apoyó la política de la época fue una nueva
Constitución, que sustituía a la de 1869, la de 1876.

-Constitución de 1876.
Entre las principales características de esta Constitución destacamos:
-Soberanía compartida entre el rey y las Cortes.
-Gran extensión en la proclamación de derechos individuales y
colectivos que se desarrollarán en leyes posteriores donde quedarán
restringidos.
-El poder legislativo lo tendrán las Cortes y el Rey.
-Las Cortes serán bicamerales, con un Senado por designación real y
un Congreso electivo por un sistema que cada partido establecerá en
cada momento.
-El poder ejecutivo lo tendrá la corona que elige a los ministros que son
responsables ante las Cortes.
-Los Ayuntamientos serán dependientes del gobierno.
-Se reconoce la confesionalidad católica del país, se establece el
sostenimiento del culto y del clero por parte del estado, aunque se
permitió una ambigua libertad de culto mientras se respete la religión
católica.

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