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CONCEPTO DE SALUD MENTAL DESDE LA TEORÍA HOLÍSTICA

Hoy se concibe al mundo como un sistema viviente, que insiste en la relación y dependencia
recíprocas de todos los fenómenos biológicos, personales, culturales y espirituales. Se refiere
desde este pensamiento a la teoría holística, que puede proporcionar bases para una nueva forma
de abordar la salud, la atención y los cuidados de la población. Para Novel (2005), la teoría
holística de la salud sostiene que “el ser humano es algo más que la suma de las partes del yo”.

El estado de salud desde el punto de vista holístico se puede decir que integra cuerpo, mente,
espíritu y ambiente de una persona. La salud, según Novel “resulta de un equilibrio dinámico entre
estas partes conexas de la persona. Las divisiones o desequilibrios en el interior de esta estructura
humana producen tensión y enfermedad”. Por lo tanto, desde la perspectiva holística, la persona
está sana cuando:

• Carece de síntomas y enfermedades.

• Se halla en excelente condición física.

• Está llena de vitalidad y relajada.

• La vida tiene sentido para ella.

• Desarrolla creativamente sus potenciales humanos.

La salud es una experiencia subjetiva cuya calidad puede reconocerse intuitivamente, pero no
puede describirse o cuantificarse por completo (Serrano, 1999). No obstante, se puede decir que
la salud es un estado de bienestar que se presenta cuando el organismo funciona de cierto modo.
La descripción de esta manera de funcionar dependerá del modo en que se describía al organismo
y sus interacciones con el ambiente.

El concepto de salud tiene una naturaleza subjetiva y la experiencia de salud y de enfermedad está
influida por el contexto cultural en el que se vive. El concepto de sano y enfermo, de normal y
anormal o de buena salud o enfermedad, varía de una cultura a otra. Como consecuencia, el
contexto cultural también influye en el comportamiento específico de las personas cuando
enferman: en qué manera comunican sus síntomas, cuándo y con quién se van a curar, las
explicaciones terapéuticas ofrecidas por los profesionales (médico, enfermera, terapeuta, sanador,
etc.) también se ven afectadas por la cultura.

De este modo, la visión integral de los organismos vivientes puede proporcionar las bases ideales
para una nueva forma de abordar la salud y los cuidados, forma que es totalmente compatible con
el nuevo paradigma y que tendría sus raíces en la herencia cultural. La visión integral de la salud
es, además, profundamente ecológica y rescata conceptos de otras tradiciones más antiguas, en
las que se tenían en cuenta las dimensiones espirituales de la salud, la interacción armónica de la
persona con el universo.

Las personas son capaces de plasmar el ambiente de manera muy eficaz, ya que se tiene la
capacidad de representar simbólicamente el mundo exterior, a la vez que se pensaba en
conceptos y se es capaz, además, de comunicar los símbolos y las ideas. Se logra hacer con ayuda
del lenguaje abstracto, pero también de manera no verbal, por la pintura, la música, etc. El
pensamiento no se ocupa solo del presente, también se puede referir al futuro, y esto crea una
autonomía que es muy superior a la que se encuentra en cualquier otra especie. El desarrollo del
pensamiento abstracto, del lenguaje simbólico y de otras facultades humanas supone, de manera
importante, el fenómeno que caracteriza la mente.

Si están integrados y en armonía todos los aspectos que intervienen dentro de la mente (el
pensamiento, la conciencia, la memoria, etc.), el organismo tiene posibilidad de autocuración o de
restablecer los desequilibrios del sistema surgidos en otro orden; y, a su vez, la falta de armonía en
los niveles mentales también puede producir problemas en las demás estructuras. Por ejemplo, la
enfermedad física puede equilibrarse por una actitud mental positiva y por el apoyo de la
sociedad, y posibilita un estado general de bienestar.

Por otro lado, los problemas emocionales o el aislamiento social pueden provocar una sensación
de malestar en una persona en buenas condiciones físicas. Estas múltiples dimensiones de la salud
suelen influirse mutuamente y la sensación más fuerte de bienestar se obtendrá cuando estas
dimensiones estén bien equilibradas e integradas.

Desde esta perspectiva, la salud es a la vez un valor y una experiencia vital. También hace
referencia al bienestar y a la realización del potencial de crecimiento de la persona. La experiencia
de enfermar forma parte de la experiencia de tener salud y la salud va más allá de la enfermedad
siendo un aspecto significativo del proceso de cambio de la persona.

Rigol y Ugalde (1991) establecen los principios de la salud mental holística. Para ellas:

• El ser humano tiende por naturaleza a conservar su plena vitalidad e integridad. Desde esta
perspectiva, la enfermedad es positiva, ya que se entiende como una señal informativa que indica
a la persona que algo no va bien. Si la persona vuelca todos sus esfuerzos personales en
recuperarlo, puede restablecer ese desequilibrio: “El deseo de curarse ayuda a curarse y el deseo
de estar sano a tener salud”.

• El ser humano puede asumir la responsabilidad de velar por su salud. Es capaz de autocuidarse.
En este nuevo paradigma se define al paciente como elemento activo, pues se considera capaz de
autocuidarse. Los profesionales acompañan, educan, comparten y proporcionan recursos para que
la persona se corresponsabilice en su proceso.

• El ser humano puede abordar de manera más positiva para su salud algunas situaciones
estresantes: eliminando selectivamente determinados estresores, atenuando su intensidad y
cambiando sus reacciones para hacerles frente con mayor eficacia.

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