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UNIVEERSIDAD

NORBERT WIENER

“RESUMEN DE
LA OBRA: EL
HOMBRE
MEDIOCRE”
INTEGRANTES DEL GRUPO
·GARAY DIAZ, ARNULFO JEFFNER
·AMPUERO MEZA, LIBORIO.
·CONTRERAS BARCENA,RUTH.
·CORONADO VEGA, BETSIBELL.
·PIÑE CCOHUA ROSY MARGOT

 R E Y E S M A S C A R O, V E R I A N A T A L I A

DR. CESAR ULICES, PAREDES GIL


EL HOMBRE MEDIOCRE
Autor: José Ingenieros

El autor nos hace ver el peligro de las sociedades en nuestra actualidad, donde los
hombres son corrompidos, mediocres, sin ética y que se proclaman a viva voz, sin ideales,
quedando de lado sin dejar enseñanzas, solo viven para sí y destierran las ideas de los
demás.
INTRODUCCIÓN
En la introducción del libro se refiere a “La Moral de los Idealistas”, en los seis
subcapítulos el autor explica que el hombre que vive con ideales busca el camino de la
perfección, de mejora continua hacia lo que su imaginación pueda llevar lo a ser, junto a
ello, la experiencia va de la mano para mostrarle la realidad a través de todas las nociones
que pueda tener. En este aspecto, se hace una distinción entre la instrucción y la
educación, refiriendo que la instrucción está limitada a orientar en base de la experiencia
y la educación guía en base a los ideales más presumibles y posibles al camino de la
perfección, por lo que, en sus palabras sobre el hombre,” tiene la proa visionaria hacia
una estrella y el ala hacia una excelsitud inasible, afanoso de perfección y rebelde a la
mediocridad”.

Sobre el ideal se conceptualiza que es un punto y momento entre los infinitos posibles
que pueblan el espacio y el tiempo, la que se relaciona con la evolución humana, pues el
pensamiento varía incesantemente, así que el ideal está sujeto a la misma variación. Se
debe comprender, que desde la imaginación se abstrae ciertos caracteres comunes,
elaborando ideas generales que pueden llegar a ser hipótesis, las que con el paso del
tiempo será sometidos a experiencia, así que, podemos concluir en este aspecto que la
imaginación prevé el sentido y el ideal representa el estado de equilibrio entre el pasado
y el porvenir, ese sentido de la imaginación conlleva a considerar como una creencia al
ideal.

En palabras de Aristóteles, “la actividad es un movimiento del ser hacia la propia


entelequia o su estado de perfección”. Por lo que, ese sentido propio de la humanidad, se
aleja de la razón pura, ya que son creencias aproximativas sobre la perfección venidero,
con el ideal innato de un futuro mejor que el presente, conformándose así el ideal como
un impulso o “elan” palabra francesa, esta subjetividad, hace que el ideal sea una fe en la
posibilidad misma.
Es así, como en la doctrina espiritualista se desea oponer al materialismo, no siendo un
privilegio, esta idea es confundida, pues el idealismo y materialismo transportan a las
doctrinas filosóficas, ante un anhelo de perfección en el conocimiento de la Verdad. En
las palabras del autor, el esfuerzo imaginativo de los que persiguen una ideal armonía de
ritmos, de colores, de líneas o de sonidos, se equivale, siempre que su obra transparente
un modo de belleza o una original personalidad, siempre en cuando sus sacerdotes son
Miguel Ángel, Ticiano, Flaubert o Wagner.

CAPITULO I

La experiencia siempre tiene que ir con el ideal para llegar al perfeccionamiento, porque
es la que decide sobre la legitimidad de los ideales, en cada tiempo y lugar. Sustentando
en que los transcursos de la vida social se seleccionan naturalmente a los más adaptados,
quienes mejor prevé el sentido de la evolución, los coincidentes con el perfeccionamiento
efectivo, esta condicional no hace que el ideal sea erróneo o inválido, porque todo ideal
es respetable, aunque parezca absurdo.

Es así como, todo ideal es una creencia que puede contener una parte de error, o serlo
totalmente, es una visión remota y, por lo tanto, expuesta a ser inexacta. Lo único lamo
es carecer de ideales y esclavizarse a las contingencias de la vida práctica inmediata,
renunciando a la posibilidad de la perfección moral. Para lo que, en palabras del José
Ingenieros, los caminos de perfección son convergentes y las formas infinitas del ideal
son complementarias: jamás contradictorias, tornado así, la verdad como el ideal de la
ciencia, el bien de la moral y la belleza del arte.

Para lo que, podemos cerrar esta primera parte aduciendo que, “los hechos son puntos de
partida; los ideales son faros luminosos que de trecho en trecho alumbran la ruta. La
historia de la civilización ha demostrado que la inquietud de perfección presentida,
anunciada y simbolizada por el hombre ha conllevado a grandes logros en la historia,
como la lid del blasón, frente a la mediocridad, que es una incapacidad de ideales.

Sobre el temperamento de los idealistas podemos referir literalmente lo siguiente:” todo


idealista es un hombre cualitativo: posee un sentido de las diferencias que le permite
distinguir entre lo malo que observa, y lo mejor que imagina”, por el contrario, “los
hombres sin ideales son cuantitativos; pueden apreciar el más y el menos, pero nunca
distinguen lo mejor de lo peor”. Además, el impulso hacia lo mejor sólo puede esperarse
de la juventud sana e iluminada, de quienes miran al frente y no a la espalda; nunca de
los enmohecidos y de los seniles. Es necesario de quienes se afiebran por algún ideal, de
manera esquiva y rebelde frente a los dogmatismos sociales que los oprimen.

Otro concepto importante sobre la verdad, virtud o belleza, es que para conseguirlo se
requiere un esfuerzo de originalidad y esfuerzo violento contra la rutina y prejuicios. Para
lograr la dignidad se debe desgoznar algún servilismo. Frente a los hipócritas que mienten
con viles objetivos, la exageración de los idealistas es, apenas una verdad apasionada. La
pasión es un atributo necesario, aun cuando parezca desviar de la verdad; leva a la
hipérbole, al error mismo.

Para lo que se puede terminar esta segunda parte refiriendo lo siguiente: El sabio busca
la Verdad por buscarla y goza arrancando a la naturaleza secretos para él inútiles o
peligrosos. Y el artista busca también la suya, porque la belleza es una verdad animada
por la imaginación, más que por la experiencia. Y el moralista la persigue en el bien, que
es una recta lealtad de la conducta para consigo mismo y para con los demás. De lo
referido textualmente podemos resumir que cada persona debe vivir con un ideal, el cual
mostrará su propia verdad, más que en el logro de la perfección, en su camino.

Existen dos tipos de idealismo:

El idealismo sentimental o romántico, porque no es inhibida por la crítica, sólo predomina


su sentimiento, las pulsiones que lo promueven a una excelsitud que se aleja de su
realidad, podemos caracterizarlo en la juventud, creciente, pujante y con ánimo de lucha.

El idealismo experimental, todo está encarrilado por la experiencia y la crítica, las


imaginaciones se tornan reflexivos y serenos, propiamente al llegar a la madurez,
resistente, centrado o fijo para vencer. Según José Ingenieros, el idealista perfecto es
romántico a los 20 años y estoico a los cincuenta, y que es anormal el estoicismo en la
juventud como el romanticismo en la edad madura. Porque lo que al principio enciende
su pasión, debe cristalizarse después en suprema dignidad: es la lógica de su
temperamento.

CAPITULO II
LA MEDOCRIDAD INTELELCTUAL
1. El hombre rutinario
Es el hombre que evita salir y conocer espacios nuevos, su idea constante es que
es preferible lo malo conocido que lo bueno por conocer, tiende a copiar los
prejuicios de su entorno social, el hombre rutinario razona con la lógica de los
demás, no intentan estudiar prefieren confiar en su ignorancia para adivinarlo
todo, leer les genera efectos de envenenamiento, llaman ideales a sus
preocupaciones, no tiene afán de perfección, todos los rutinarios son intolerantes,
llaman hereje al que busca una verdad o persigue un ideal, estos hombres
desconfían de su imaginación. Si la humanidad hubiese contado solo con los
rutinarios, nuestros conocimientos no excederían de los que tuvieron nuestros
ancestros, los espíritus rutinarios se cuelgan de prejuicios que los esclaviza.

2. Los Estigmas de la Mediocridad Intelectual


Hace al hombre solemne, modesto, indeciso y obtuso cuando no lo envenenan la
vanidad y la envidia, se diría que duermen sin soñar, este hombre es de poco
ingenio, viven de apariencias y del que dirán, se presumen como los genios no
comprendidos y se venden como modestos, no arriesgan, dudan de sus logros,
vive entre los engranajes de la rutina.

3. La Maledicencia: Una alegoría de Bottlcelli


La calumnia invita a meditar con doloroso recogimiento, es así, que los hombres
mediocres más se inclinan a la hipocresía que al odio, prefieren la maledicencia
sorda a la calumnia violenta, el calumniador desafía el castigo maldiciendo la
esquivan; los maledicentes hablan a media voz con recato, sin cobardía no hay
maledicencia
4. El sendero de la Gloria
La popularidad o la fama suelen dar transitoriamente la ilusión de la gloria, la
gloria nunca ciñe de laureles, el éxito siempre es beneficio si es merecido, exalta
la personalidad destierra la envidia, la gloria depende de ellos mismos, el éxito les
parece un simple reconocimiento de su derecho

CAPITULO III

1. La moral de Tartufo
Las mediocracias de todos los tiempos son enemigas del hombre virtuoso:
prefieren al honesto y lo encumbran como ejemplo. Hay en ello implícito un error
o mentira que conviene disipar. Honestidad no es virtud. El honesto es pasivo, con
un nivel superior al vicioso, entendemos por la moral de Tartufo, a que las buenas
personas no necesitan leyes para actuar de manera responsable, mientras que las
personas malas siempre encuentran la manera de infringir la ley, esquivan la
responsabilidad de sus acciones, son audaces en la traición y tímidos en la lealtad,
el autor da a entender como la maldad del hombre busca la manera de siempre
salirse con la suya, teniendo una actitud de hipócrita, y queriendo siempre tener
la razón.

2. El hombre honesto
Según el autor la honestidad no es una virtud ni un vicio, sino más bien visto como
plantea Aristóteles, es un punto medio de dos extremos, que fluctúa entre el vicio
y la virtud, Stendhal habla de la que honestidad es como un tipo de miedo a la
reprobación de los demás, teniendo una definición que los valores según la
aristocracia moral se miden en base a la virtud más no en base a la honestidad.
3. Los tránsfugas de la honestidad
Según lo entendido por la lectura podemos definir al tránsfugo de la honestidad a
la persona con una moralidad incompleta, teniendo una transición desde la
honestidad a algún delito, son unos rebeldes de la domesticación, al ser una
persona incapaz de un ideal, también lo es del crimen sin recato, disfraza sus
vicios, son egoísta para con la sociedad contando con una “alma de especie” más
no con un “alma social”, son considerados como imbéciles de la honestidad, que
a diferencia de los idiotas de la moral no llegan a parar en la cárcel.

4. Función social de la virtud


En este punto el autor interviene dando a entender la diferencia entre virtud y
honestidad, diciendo que la honestidad es una irritación mientras que la virtud es
una originalidad, mencionando que el virtuoso tiene una moralidad, donde
entendemos que si es que llega a la cúspide de la perfección es mérito del mismo,
mientras que el virtuoso enseña y direcciona sus ideales el honesto se resigna a
seguir sus huellas, como el autor hace mención al juicio de Sócrates, donde dice
que “Si el sereno ateniense hubiera adulado a sus conciudanos, la historia helénica
no estaría manchada por su condena y el sabio no habría bebido la cicuta, pero no
sería Sócrates” dándonos una cátedra de lo que es un virtuoso, alguien que es
correlativo con sus ideales, como podemos ver en su dialogo con Gorgias hablaba
de la injusticia, que no se debe cometer pero es preferible padecerla que cometerla,
haciendo énfasis en que defendía la ley, aun siendo injustas, eran necesarias para
el gobierno de una ciudad, este es un claro ejemplo de lo que se entiende por
virtuoso algo por lo cual se puede adherir a la lectura planteada.

5. La pequeña virtud y el talento moral


Las pequeñas virtudes dejan ver una loable tendencia, sirven para distinguir al
bueno del mediocre y difieren tanto de la honestidad como el buen sentido difiere
del sentido común; el talento moral forja la virtud, ya que la virtud depende de los
factores morales e intelectuales que se han ido forjando desde el inicio de la
humanidad, El mediocre limita su horizonte afectivo a sí mismo, a su familia, a
su camarilla, a su facción; pero no sabe extenderlo hasta la Verdad o la
Humanidad, que sólo pueden apasionar al genio. Muchos hombres darían su vida
por defender a su secta; son raros los que se han inmolado conscientemente por
una doctrina o por un ideal.

6. El genio moral: la santidad


Según el autor los genios morales son los santos de la humanidad, personas como
Socrátes, Zenón, Cristo Epicuro, Spinoza, pensadores y filósofos que son
inventores fuerzas originales en la evolución del bien y del mal, es claro que hay
inventores de toda materia, como las matemáticas, geometría música, grande
referentes pero sin dudarlo existente hombres que por su disposición natural son
muy superiores a sus contemporáneos, basándonos en un ideal moral y partiendo
desde la moralidad la sociedad y lo que es el humano en sí
CAPÍTULO IV
Los caracteres mediocres
En el capítulo cuatro el autor resalta en afirmar la actitud de los mediocres
siempre tienden al rechazo y llegan al punto de ser egoístas con la otra
persona, y el autor dice son personas que podrían ser definidas personas bajo
las sombras. Según Ingenieros. nos indica que, cada ser humano está formado
a través de sus creencias, principios, valores, su personalidad reflejada en las
acciones con la sociedad y su desarrollo en ella.
Así mismo la definición del carácter del mediocre es muy amplia, pero de
manera precisa que denomina a persona bajo la sombra por su
comportamiento negativo hacia los demás sentimientos como la envidia, la
vanidad y la dignidad, siendo esta última, la menos practicada en esos tiempos
según el autor. Son incapaces de volar son sus propias alas, envidian todo lo
bueno y el éxito que pueda tener la otra persona
CAPÍTULO V
La Envidia
en el quinto capítulo sobre la envidia el autor este concepto en cuatro puntos
comparativos con respecto a la primera habla sobre la envidia relacionado a la
pasión de los mediocres y afirma que esa pasión de sentir envidia es como una
sensación de inferioridad con respecto a la persona envidiada, aunque dice que
no solamente es sentirse inferior ya que todo hombre en algún momento de su
vida a sentido envidia por algo que la otra persona posee o el éxito logrado en
su vida, aunque nunca lo confiesan. Por el contrario, los hombres superiores
nunca sienten envidia por los logros de otros es más sienten admiración en lugar
de envidia.
Filósofos como Aristóteles, Teofrasto y Plutarco pensaron que la envidia se
confunde con el odio. Plutarco fue mas allá y dice que se odia lo que se considera
malo y que el éxito la prosperidad excita la envidia en las personas. Por otro lado,
se habla sobre la psicología de los envidiosos, ellos por lo general buscan estar
en el mismo grupo o con gente que tiene el mismo pensamiento que ellos
comparten la envidia por la dicha ajena.
CAPÍTULO VI

La vejez niveladora

Sobre este capítulo entiendo que a medida que pasan los años y nos hacemos
más viejos los hombres se van haciendo cada vez más mediocres y hasta
algunos se convierten en idiotas, el autor señala que las funciones orgánicas de
los humanos van atrofiándose cuando empieza la vejez y así progresivamente el
hombre va perdiendo sus facultades mentales y físicas hasta convertirse en un
ser inferior como el que era en su juventud es por eso que los ancianos
mediocres casi siempre ven a los jóvenes con recelo. En ese sentido la
psicología de la vejez les hace pensar que el joven espera su muerte para
suplantarlos.
CAPITULO VI

LOS FORJADORES DE IDEALES

I. EL CLIMA DEL GENIO.

Un hombre extraordinario se enfrenta a un genio solo cuando encuentra un clima favorito.


La semilla requiere una tierra fructífera. Verifique la función de los órganos. Un genio crea
el presente para su clima. Los filósofos, los políticos, los sabios y los poetas no están llegando
a genios, pero en el medio son exóticos o inapropiados. Para convertirse en una función y
marcar la era de la historia, necesita un buen estado de tiempo y lugar. La atmósfera es el
"clima" del genio, y la oportunidad indica el "tiempo". Sin ellos, el cerebro excepcional no
puede alcanzar un genio. Pero uno y el otro no son suficientes para crearlo. El trabajo de un
genio no es un fruto excepcional de cada inspiración, lo que no parece una oportunidad feliz
para cambiar el flujo de la historia. Las habilidades personales y las situaciones infinitas
convergen a esto. Es simple y no controlado: vuela y supera todos los obstáculos hasta que
alcanza el genio. Un genio se convierte en la función de una ciudad, y un círculo fatal florece.
Cuando los humanos nacen en el clima y llegan a tales tiempos, es apropiado ingresar a su
existencia existente y plantear un genio.

II. SARMIRNTO.

En lugar de hacer candidatos, más costos para presentar el ritmo de la civilización. Cuando
las personas están prohibidas, Chile, su entusiasmo está a una doble imagen de una
montaña y un montículo no deseados. Si se refleja en el espíritu ideal, las gotas de tinta son
suficientes para arreglarlo en una página decisiva. Este libro, el resultado de una gran
vibración cerebral, es el determinante de la civilización racial como una turbulencia ilimitada
de tropas. Todos confirmaron y reducen alternativamente: ninguno, grande o pequeño,
podría ser una generación completa, todas las ciudades, razas y Sarmiento sintetizando la
era en nuestra latinidad estadounidense. Los escultores sin miguuat de nuevas civilizaciones
siempre tienen manos libres para modelos e ideas institucionales, libres de zenáculos y
fiestas, libres de tiranía, aplaudiendo y sembrando la verdad en la mano. Hombres y
personas en el declive de la vida cuando consideran de dónde vienen; Grandes hombres y
personas fuertes solo necesitan saber a dónde ir. Solo unos pocos hombres al final de sus
vidas se deshacen de él; Muchos a menudo dan cuando la fuente del espíritu se siente vieja.

III. AMEHIGHINO.

El genio argentino debería ser, porque no hay otro lugar en la superficie del planeta que
tenga fauna fósil, que es comparable a nosotros; Debe vivir en este siglo, porque no tendrá
acceso a enseñanzas evolutivas que funcionan como base. El genio no se detiene en la
convergencia habitual. A pesar de que no fueron arrestados tropas, un genio los superó
porque trabajaban en silencio y continuamente. En un breve momento de colapso de la luz,
un genio definió sus objetivos, luego pasó el resto de su vida, persiguiéndolo y
persiguiéndolo. La palabra genio inicialmente significa algo como la inspiración
trascendental. La palabra "genio" no importa hoy se adopta hoy. ¿Cuál es la diferencia
cualitativa entre el talento y el genio? El talento se eleva a lo largo de las olas sin descanso,
y el genio apunta al camino en el horizonte que no se ha jugado. El talento original o creativo
aplicado a cosas grandes o complejas es un signo de genio

IV. LA MORAL DEL GENIO.

El genio muestra una actitud insoportable hacia los ideales. Y si es un genio universal y
multifacético, es una ética verdadera, hermosa y unificada, todos son cultos ideales y todos los
cultos ideales. Un genio es una industria ligera de SP que produce riqueza y escalada en las
montañas. Un hombre genio no puede hacerlo y no puede controlar sus creencias. No hay genio
sin una unidad moral. Él predica la verdad, es justicia, pero injusta, y predica su patriotismo,
pero predica su patriotismo. Utiliza el personaje que él y él, pero predica la dignidad de la
obediencia, pero predica a aquellos que usan CRA, Ception, Conspiración, Humillación y Miles
de Manos. Este campo es un clímax moral genio. Sin embargo, no es posible expandir la verdad
o la humanidad que estimula los genios. Stuart Mill, quien escribió una carta sobre Nietzsche, le
aconsejó a la gente que tenía un genio porque necesitaba pasión para sobrevivir al ideal en ese
momento. La dureza del genio es la mejor dignidad del ideal en sí mismo.

CAPITULO VII

La mediocracia

Con respecto a la patria ingenieros dice que está implícita en la solidaridad de una misma raza
y no en la confabulación enferma que lleva a las sombras, afirma que donde no hay patria no
existen sentimientos colectivos, dice que donde no hay patria sus habitantes no constituyen
una nación ya que estos siempre tienden a perseguir un mismo ideal.

En cuanto a la política de las piaras tiende a convertir a los pueblos en espíritus subalternos,
sin ideales

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