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EL HOMBRE MEDIOCRE

Autor: José Ingenieros


Capítulo 3: “Los Temperamentos Idealistas”
Resumen:

Dos mundos tan diferentes donde cada uno alberga un ser característico, en el
primero se encuentran los idealistas mientras que en el otros habitan los mediocres.
La distancia para llegar obtener una de las características de los idealistas, es muy
grande, que ni el más prodigioso y talentoso poeta lograría elevar a un mediocre
hasta ese punto. Estos dos mundos podrían ser nombrados como temperamentos
donde se oponen diferentes aspectos y características de quienes los representan.
A lo largo de la historia de la humanidad, la acción de mejorar cada día, es distinta
en los pueblos y en cada persona. La mayoría de ellos se mantienen en la
monotonía y basan su vida en el pasado, donde se muestran bajo reglas y evitan
el expresarse; pero son muy pocos quienes se atreven a salir de ese estado de
confort, independizarse y mostrar su temperamento idealista enfrentándose a los
oponentes más discordantes. Un idealista muestra la capacidad de distinguir el
nivel de lo peor que mira y lo mejor que tiene en mente.
Para el crecimiento y desarrollo de algo es necesario los ideales. Siempre los
imaginativos o idealistas han impulsado este desarrollo en diferentes áreas,
haciendo uso contante y tenaz de su imaginación en equilibrio con la experiencia,
pero mucha de las veces, todo esto ha sido frenado o aprovechado de una mala
forma, por personas mediocres y monótonas. Todo lo que hoy el hombre posee en
la actualidad, es gracias al trabajo y acción de los pocos idealistas existentes.
Una de las características más predominantes de los idealistas es que son inquietos
al igual que la juventud, la necesidad de mejorar siempre ha estado en ella, más
no en grupos maduros o longevos, pero dicha juventud es la ilustrada, sana y
buena; y solo se la obtiene con un ideal.
El tener un ideal, produce la adquisición de rebeldía y el ser oponente a las
creencias de la sociedad, evitando la opresión y la transformación en seres
domesticados, fácilmente manejables, comunes. Los pocos rebeldes que no temen
el mostrar su originalidad, lo que le hace diferente a los demás, no teme a los
enfrentamientos de los mediocres, en lugar de eso los enfrenta, los desafía sin
ningún temor, ya que ellos saben su identidad, conocen muy bien sus ideales como
para temer a los mediocres.
Un idealismo debe tener a la exageración de su lado, de igual forma existen dos
tipos de idealismos, el uno es el guiado por sentimientos, el romántico; mientras
que el otro es aquel que se encuentra mediante lo experimental; el primero es
juvenil guiado por el corazón y emociones, y el segundo es el adulto guiado por el
cerebro de la experiencia. Finalmente el idealista perfecto es aquel que equilibra a
los dos tipos de idealismo, haciéndolos armonizar para su perfecto funcionamiento.

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