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Pablo Nicoli Segura

Pablo Nicoli Segura

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Pablo Nicoli Segura

PRÓLOGO

100 relatos fantásticos de Pablo Nicoli Segura

La narrativa brevísima peruana tiene diversos núcleos de


cohesión. Cajamarca, La Libertad, Lima, Huancayo y Arequipa
son los departamentos en que se aprecia una constante
producción de esta modalidad textual.

En la narrativa brevísima arequipeña destacan con brillo y


lucidez las minificciones de Pablo Nicoli Segura, Orlando
Mazeyra Guillén, Juan Carlos Nalvarte Lozada y Sarko Medina
Hinojosa. No obstante, la pluma y el bisturí de Pablo Nicoli
vienen dedicando generosos espacios de su obra a la
minificción. Digo la pluma, pues su escritura emplea las
técnicas de los grandes maestros de la narrativa brevísima
(Augusto Monterroso, Ana María Shua, Raúl Brasca, entre
otros), y digo el bisturí, pues se aprecia un cuidado minucioso
en las palabras que integran los mundos narrativos de
Arequipa Historias Extraordinarias (2006), Narraciones
asombrosas y soñadas (2007) y Arequipa, El Enigma de la
lectura (2010), libros que integrados por cuentos y minificciones
ya demuestran su devoción por el maestro del cuento moderno
Edgar Allan Poe.

100 relatos fantásticos de Nicoli es un libro exclusivo de


minificciones que recorren –en su mayoría- los universos de la
ciencia ficción y lo fantástico, sin soslayar la ironía que está
presente en cada uno de sus textos. En este proyecto literario
de brevedades narrativas se aprecia la preocupación del
narrador por explicar los orígenes del universo y, en algunas
ocasiones, este narrador se transforma en la voz de Dios como
un ente que reflexiona sobre su propia existencia. También el
narrador de 100 relatos fantásticos recurre al empleo de una
frase popular o un refrán como semilla para la creación de un
universo máximo contenido en unas pocas palabras.
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Pablo Nicoli Segura

Asimismo, debo rescatar el uso inteligente de la intertextualidad


pues recurre a los superhéroes de los cómics, los protagonistas
de películas donde Lycans y vampiros están en constante
lucha por sobrevivir, e incluso dedica diversas minificciones a la
Alemania Nazi, sus partidarios y al mismísimo Führer, siempre
con el ingrediente paradojal e irónico que caracteriza a las
historias de Pablo Nicoli Segura.

En ese sentido, debo resaltar las historias de fantasmas que


integran este libro, así como “Mare incógnita”, “Entre
murciélagos y vampiros”, “El quinto pecado capital” y “Otra
vuelta de tuerca”, pues en ellos Nicoli nos encanta con los hilos
de su narrativa brevísima siempre hilvanada por aquellas
traviesas hormigas que construyen el planeta de la minificción
latinoamericana contemporánea.

Rony Vásquez Guevara


Internacional Microcuentista

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LA SENTENCIA

El escriba se acercó a la reina y le pidió permiso para


transcribir una antigua tablilla babilónica donde se mostraba un
invento fascinante conocido como tifón de agua, artilugio que
extinguía cualquier fuego en un abrir y cerrar de ojos. Cleopatra
observó la tablilla con los extraños dibujos y le pareció que en
una ciudad de piedra, aquel era un invento estéril. Guardó la
tablilla en un anaquel y mandó a su escriba y sirviente real a
buscar leche de cabra, deseaba darse un remojón en su
bañera dorada.
Unas semanas después la biblioteca de Alejandría se
consumía en llamas. Fue allí donde se acuñó la sentencia: “De
nada sirve llorar sobre leche derramada”.

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Pablo Nicoli Segura

EL PLANETA DE LOS LIBROS

Según documentos antiguos –siglo IX- hallados en la China


milenaria, correspondiente a la colección del Sutra del
Diamante, se trata de un planeta artificial y errante donde ya no
cabe ni un libro más. La leyenda dice que Biblios, poseedor de
la biblioteca más grande de su mundo –Babel-, se opuso al
control que de los libros se propusieron ejercer los Reyes
Mutantes de Endor (quienes pretendían quemar la totalidad de
volúmenes publicados), y prodigando hasta el último centavo
de su fortuna, convenció a los mecenas para construir un
enorme globo inflable hecho de –elastita/ingraved- y depositar
allí la totalidad de libros del planeta, en una especie de arca de
Noé, con la esperanza de que una vez en la inmensidad del
cosmos, el planeta fuera descubierto por una civilización que
apreciara el mayor bien de aquella humanidad, la que
finalmente se destruyó, a sí misma, en las guerras del control
del papel.

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METAFÍSICO

Desde niño anheló encontrar la respuesta a la divinidad, a la


creación misma y, para lograrlo, empezó a leer cuanto libro se
le mostró por delante. Leyó y leyó hasta que de tanto hacerlo,
empezó a crecerle el cerebro, el resto del cuerpo. Con los años
y cientos de libros nuevos en su haber, amplió su conocimiento
todavía más, y él paralelamente en tamaño. Pronto observó
que el mundo era una esfera celeste bajo sus pies, no más
grande que un asteroide. Entonces descubrió que podía flotar
en la infinitud del espacio y, a pesar que ya no podía seguir
leyendo libros pues eran ahora demasiado pequeños para
apreciarlos, sus neuronas y pensamientos siguieron
multiplicándose en un acto de inercia que acaso nunca se
detendría. Comenzó a saltar de planeta en planeta y cuando
siguió creciendo en volumen, hasta el universo se tornó
pequeño a su lado. Sólo entonces comprendió que había
encontrado la respuesta: la divinidad debía ser Él mismo, pues
ya nada podía contenerlo.

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Pablo Nicoli Segura

JUNTO A LA CATEDRAL

El monje encapuchado insultaba, maldecía, y azotaba a la


muchedumbre.

-No es posible -vociferaba- que el mal haya pervertido sus


almas... La ignorancia sobre las escrituras es una afrenta a
Dios. Echarle la culpa de vuestros pecados al demonio es algo
muy conveniente. El demonio no es un ser pintado de rojo, con
cuernos, rabo y una mueca maligna. El demonio no existe; la
maldad está en el espíritu de los hombres y en sus actos
perversos-terminó por decir.

Junto a la Catedral gótica todos le creyeron, todos se postraron


y se golpearon el pecho, contritos, ante la imagen de un Dios
de piedra pegado a la cruz.

Cuando el monje se volvió ligeramente de lado pude verle el


rostro: su expresión era una mueca...

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SALEM

-Aquellas brujas solo traerán calamidades al pueblo –le susurró


al oído la esposa al reverendo.
Los jueces, con ayuda de la autoridad eclesiástica,
dictaminaron que fueran quemadas en la hoguera.
Cuando los gritos y el fuerte olor a carne abrasada cedieron del
todo, la esposa asintió. Ahora sólo ella sería la reina del
aquelarre.

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Pablo Nicoli Segura

ANACORETA

El Alcaide era ¡un hijo de…!, y mi circunstancia ya no podía ser


peor. Fue por esto que organicé cada detalle en lo más nimio y
repasé el plan hasta hacerlo infalible. Estaba convencido de
que mi fuga del presidio alcanzaría el éxito deseado. Dejaría
atrás la reclusión, los alimentos nauseabundos que, sumado a
mis fobias a los espacios cerrados, o a los muy abiertos, me
atormentaron por una década.
Cuando materialicé el escape y me vi de pronto en el exterior,
quedé sobrecogido; no recordaba que el desierto circundante
fuera tan hostil y extenso. Vacilé lo suficiente como para
reconsiderar si no sería mejor regresar adentro, a la protección
que me otorgaba mi celda y el sistema; pero por más que toqué
y toqué a la sólida puerta, y vociferé como un orate durante
horas, y luego días, nadie me escuchó.
-¡Maldito…! –dije.
Me di cuenta de que, esta vez, había quedado encerrado
afuera.

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HABÍA UN HOMBRE

Había un hombre que vivía dentro de un cementerio. No era


fantasma; pero estaba tan delgado que bien podría parecerlo.
La falta de recursos y de amor lo había obligado a hacer del
viejo mausoleo familiar su hogar improvisado. Dormía dentro
de un desolado ataúd por el día -con la intención de no ser
molestado por la gente, o peor aún, echado del lugar- y salía a
recorrer el camposanto de noche con una mortaja ajena como
abrigo; por lo que gracias a su apariencia espectral se creía
que todo el lugar estaba encantado y nadie se aventuraba a
fisgonear pasada la medianoche. Esto le venía bien al hombre
que vivía dentro del cementerio, pues así podía pasear con
libertad por la ciudadela de los calvos y sentarse a contemplar
las luces de la ciudad, a lo lejos. Y es que la vista desde la
colina era realmente espectacular y al hombre le hacía añorar
la vida de los vivos, aunque él también lo fuera, claro con
costumbres de muerto.

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CALOR DE HOGAR

El frío era tan penetrante que papá Gepeto no lo pensó dos


veces, reunió los trozos de madera, trapos y otros aparejos y
los arrojó al fuego. Al menos así las llamas se avivarían media
hora más y Pinocho no volvería a tiritar de frío. Como no,
tampoco mentiría de nuevo…

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FE

Por años no llovía en el pueblo y en la desesperación el cura


de la parroquia pidió una misa al aire libre. Al rito había que
llevar además un objeto cualquiera de fe. Un niño llevó un
paraguas...

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TIEMPOS DIFÍCILES

La muchacha asustada, casi una niña, camina detrás de la


matrona que le ordena se eche en el suelo, muerda un trozo de
paja amarrada y abra las piernas. Agua hirviendo y dos manos
como cucharas mugrientas la esperan.

Es joven y esa triste decisión no la ha podido tomar sola,


familiares y amigos la han convencido, ¿de qué van a vivir?
¿Cómo va a mantenerlo?

Hay un alma adentro, con una vida, un destino. ¿Cuántos otros


entrecruzamientos quedarán anulados, arrancados de cuajo
como este? ¿Y si el orden universal se alterara?

El viejo carpintero, sin trabajo ni sustento, aguarda afuera.

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VAMPIROS

Cogimos cada uno el cuenco profundo y bebimos la sangre


hasta quedar satisfechos; el líquido era reciente, espeso y aún
se sentía tibio al pasar por la garganta. Ahora inevitablemente
nos convertiríamos en seguidores de la nueva doctrina
vampiresca. Nuestro guía espiritual había pensado en disfrazar
el verdadero motivo del rito y sus palabras, siempre simbólicas,
nos sonaban ahora menos extrañas, esperanzadoras:
-¡En verdad os digo, el que come mi carne y bebe mi sangre
tendrá vida eterna!
Él fue nuestro primer paradigma y al tercer día resucitó de
entre los No-muertos…

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NAZ - KA

El gigante armó el círculo de piedras, recorrió continentes,


cruzó el vasto océano y terminó descubriendo una selva
poblada de criaturas de todas las formas y colores. Con
asombro distinguió lo que los humanos llaman hoy: mono,
araña, colibrí, cóndor y otras representaciones salvajes. Luego
se puso de pie, se quitó la maleza de encima y decidió explorar
el nuevo mundo. Se internó en las montañas nevadas que
incluso a él le parecieron majestuosas. Llegó al fin a un
desierto cercano, junto al mar, y se echó a descansar. Mientras
observaba el ocaso y aparecían las primeras estrellas, la
inspiración lo ganó; dibujó figuras en la arena que recordaba de
memoria de su corta estancia en la jungla. Luego le apeteció
darse un baño, se zambulló en el mar y nadie supo más de su
destino. Afirman que sus días terminaron en una ínsula
triangular del Pacífico.
Por años, los descendientes de la gente antigua se preguntó
cómo y quiénes habían trazado aquellos admirables dibujos en
la pampa. Algunos señalaron que los hombres del pasado las
cimentaron como ofrenda a sus dioses. Lo cierto era que la
complicidad entre la puesta de sol, la inspiración y un dedo
descomunal las habían delineado para la eternidad.

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VASOS COMUNICANTES

Papa Noel se alistó a entrar por la chimenea y darles la


sorpresa; más abajo, los tres cerditos lo aguardaban con el
caldero hirviendo.

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VENGANZA

A pesar de los airados reclamos de mi mujer, he leído desde


siempre y a toda hora. Con los años mi biblioteca ha crecido
hasta alcanzar los 77.000 libros y mi tiempo, mi enorme tiempo
ha sido invertido básicamente en la lectura.
Hoy, por la tarde, he muerto y lo que más extraño son mis
posesiones literarias. Observo a mi esposa pensativa, sentada
en medio del salón, junto a mi preciada biblioteca y a mi cuerpo
inerte. El timbre suena, un hombre desaliñado aparece en la
puerta, es el que compra de segunda mano. Mi mujer sonríe.

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SIN ROSTRO

Era la primera vez que una máquina -aún experimental-


conseguía tomar fotos en 3 dimensiones. El problema
aconteció cuando el inventor decidió llevar su armatoste frente
a la escultura, símbolo de la ciudad, y al retirar la cámara darse
con la sorpresa de que el rostro de piedra ya no estaba más,
había sido borrado del original y sólo podía contemplarse,
ahora, en la fotografía tridimensional. Que peligroso –se dijo-.
¿Qué sucedería si la toma hubiera sido de una persona?
¿Habría gente sin rostro caminando por allí?
De pronto vio al amante de su esposa aproximarse…

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DE ÁNGELES Y AVES

El número total de ángeles nunca fue predicho por el Creador.


Sabemos por el Apocalipsis que una tercera parte de estos
fueron echados a los infiernos junto con Luzbel. De los dos
tercios que quedaron en los cielos, el libro de Enoc refiere que
algunos decidieron bajar a la tierra y tener relaciones sexuales
con la humanidad; de allí nació una raza de gigantes.
Siendo los ángeles cada vez menor en número, no fue extraño
que empezaran asimismo a empollar huevos para evitar la
extinción. Desde aquel entonces se sabe que los ángeles,
como las aves, nacen con alas…

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LA MONA

Después de tediosas jornadas quemándose las pestañas,


leyendo cuanto libro se le cruzó sobre el tema, y de
averiguaciones que rayaban con lo detectivesco, el cazador de
obras de arte halló la parte faltante del retrato más famoso del
mundo, olvidado en el desván de un viejo caserón en Florencia.
Era evidente que el lienzo original y su bello motivo habían sido
seccionados por la mitad, en algún momento del renacimiento y
lo que el cazador contemplaba, absorto, era la imagen del
vestido de seda oscuro cubriendo, poco menos, las piernas
velludas de la mujer de la sonrisa enigmática.

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Pablo Nicoli Segura

1421- 1492

Con las primeras luces del alba, Zheng He –el eunuco-, fue
avisado de la proximidad de las costas de manto verde y
ordenó prepararan su bote personal para desembarcar. La
travesía había durado meses; pero bien había valido vivir cada
penalidad del viaje. Se trataba de una tierra extraña, con
hombres pájaro y adoradores de dioses de piedra; enormes
construcciones circulares y sacrificios humanos que mostraban
la más terrible barbarie. El eunuco y sus hombres pernoctaron
durante un invierno y al fin, resolvieron volver. Fue una sabia
decisión pues, un tiempo después, aquellas costas se vieron
castigadas y fueron sumergidas en el fondo del mar.
Años luego, un explorador blanco escuchaba atento la historia
del anciano Zheng He y anotaba cada palabra. Hizo una copia
de la geografía de las nuevas tierras y se lo guardó en las
alforjas. Luego regresó a su país alpino. El mapa quedó en el
olvido, hasta que un joven genovés se acercó a la guardilla de
la casa materna y lo halló al interior de un viejo baúl, junto a los
recuerdos de un noble ancestro. Ese día supo que su destino
estaba escrito y que sólo faltaba redescubrir un vasto
continente…

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CARRETERA

El camión delantero se deslizaba a paso de tortuga, así que


inclinó la cabeza hacia un costado y observó que la carretera
estaba libre más adelante. Tocó la bocina, hizo señales y
empezó a adelantar al otro vehículo. Aceleró y en ese
momento fue que descubrió a la mujer que cruzaba la pista, no
hubo tiempo para frenar, le pasó por encima, sintió un golpe
seco y una corriente fría le recorrió todo el cuerpo, miró por el
retrovisor y no alcanzó a imaginar en qué estado habría
quedado la atropellada. Aparcó la 4 x 4 unos metros más
adelante y se bajó espantado, miró la carretera, escrutó las tres
dimensiones y no halló nada. Supo entonces que nadie mejor
sabe dar un susto de muerte, sino un fantasma suicida que
repite su último momento de vida en la curva acostumbrada.

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A FORMAR PARTE

La noche es perfecta para deambular por la ciudad. Cojo mi


paraguas y camino solitario por un rato. Llego a la intersección
y la veo esperando en la esquina. Las luces de los autos la
iluminan. Quedo atónito, hay algo en ella que me seduce. La
abordo. Le pregunto si cree en el amor instantáneo. Responde
que yo me equivoco. Insisto y la acompaño varias cuadras
hasta su trabajo. En la entrada hay un letrero de neón que dice:
Club de ambiente. Al instante se abre el abrigo con descaro y
deja ver al travestido. Luego desaparece del otro lado de la
puerta. ¡Qué diablos! -me digo-. Al menos “él” es sincero, y yo
un mentiroso vestido de hombre. Irrumpo.

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Pablo Nicoli Segura

MARIPOSAS

Al muchacho enamorado le revoloteaban mariposas en el


estómago. Cuando los jugos gástricos hacen su trabajo, el
sentimiento se evapora.

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Pablo Nicoli Segura

CUESTIÓN DE OÍDO

Con ayuda del gas del sueño y de la máquina del tiempo, no


fue difícil raptar a Mozart y traerlo a nuestra época, a inicios del
siglo XXI.
Una vez despierto, le dimos unos minutos para que se
reanimara y así poderle explicar nuestro proyecto. Habíamos
traído al mayor compositor, al mejor oído de la historia para
que nos diera su opinión sobre la variedad de géneros, sonidos
e instrumentos musicales del presente. Al parecer la idea le
agradó y aceptó de buen grado en darnos su ayuda.
Fue gracioso verlo entrar en el gran salón, invadido de
computadoras y parlantes, buscando los instrumentos
fantasmas, pero como era muy abierto a las ideas novedosas,
entendió que la música se escucharía en cualquier momento; y
la música vino, cuando el técnico de sonido olvidó bajar el
volumen y al parecer el finísimo oído del maestro fue el medio
que causó que su cabeza estallara en mil pedacitos.
Teníamos a Mozart muerto, con su genial cerebro
desparramado por el piso, y con la incógnita de no saber si el
trágico acontecimiento se había debido al inmoderado
volumen, o al género asesino de los instrumentos actuales.

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Pablo Nicoli Segura

TLÖN

Después de leer la cita extraído del libro de Borges: “Los


espejos y la cópula son abominables, porque multiplican el
número de los hombres”. Dejé su lectura y fui a buscar dos
espejos. Al enfrentarlos conté siete planos iguales de la misma
imagen, uno dentro del otro, similar a las cajas chinas que se
guardan una dentro de otra. Intuí que cada plano podía ser una
realidad independiente. ¿Pero cómo transgredir el siguiente
plano, como traspasar el mío? -me dije. Luego me percaté que
cualquier acción o movimiento que yo hiciera en mi propio
plano o dimensión se manifestaba también en los demás,
parecía cosa de lo sobrenatural, un regalo del espacio/tiempo.
Y pensar que la humanidad está tan acostumbrada a los
espejos que ya no reparan en su maravillosa magia.
No sé que acontezca cuando regrese a Tlön -mi dimensión-
llevando conmigo los dos espejos y al bajar por la montaña les
muestre sus bondades a mis pares; pero sin duda haré fortuna
con la novedad y mi nombre Uqbar, no tengo dudas, se hará
leyenda.

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DE PROPIA MANO

Sólo diez minutos después de que la delegación de fútbol se


acomodara en sus asientos dentro del avión, los de seguridad
descubrieron la bomba y la desactivaron. La noticia no llegó a
los medios de comunicación, pues el Mundial de Fútbol apenas
se iniciaba y era mejor conservar la calma y no poner nervioso
a todo un país entusiasmado. Las medidas de revisión y control
se redoblaron y hasta los cuartos de final del campeonato, en
la cual el equipo nacional perdió escandalosamente en el
campo de juego, los miembros de la seguridad no terminaban
de decidir si reactivarían la bomba para el regreso de la
selección; después de todo, igual la hinchada se encargaría de
ajusticiarlos en el aeropuerto…

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DE ESTACAS, CRUCES Y OTRAS BENDICIONES

El vampiro nunca sospechó que atorada en la garganta de su


joven víctima le esperaba una hostia asesina.

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INCAS VIAJEROS

A orillas del gran lago andino, un grupo de fuertes guerreros y


aventureros solicitan permiso a su líder Manco y,
contrariamente al gran pueblo dorado, siguen rumbo hacia el
Este. Transcurrida media estación del año, llegan finalmente a
las orillas de un gran mar y allí mismo construyen tres grandes
embarcaciones en base a totora que han transportado desde el
otro mar interior. Poco a poco recorren vastas y escabrosas
costas hasta que finalmente la tierra se aleja y por meses sólo
observan tormentas y peligros marinos. No obstante, en uno de
tantos amaneceres ven, nuevamente, acercarse las costas de
una región ignorada al cual arriban, no sin pérdidas
considerables.
Es el año 1200 d. C, y aunque ellos no lo saben, acaban de
descubrir un nuevo continente, de hombres bárbaros y
codiciosos, llamado Hispania.

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LOS SANTOS INOCENTES

El detective no podía explicar aquellos extraños asesinatos de


siete ex convictos horriblemente mutilados con cortes limpios,
perfectos; y cuyo único patrón común era el haber ultrajado en
el pasado, de alguna forma, a igual cantidad de niños…
No está de más decir que toda esta historia había generado un
revuelo en la ciudadanía y un dolor de cabeza a las
autoridades que, simpatizantes o no con la situación, tenían
que velar por el orden y por el cumplimiento de las leyes.
Pese a la ingente cantidad de huellas, pistas y otras
peculiaridades criminales sólo terminaban por echar abajo las
hipótesis más sobresalientes.
Solo el tiempo y la providencia respondió al detective, cuando
encontró en la escena del crimen una pluma de ave de tamaño
desproporcionado y descubrió en Mateo 18, la identidad del
eficiente vengador: “Mirad que no despreciéis a uno de estos
pequeños, porque los ángeles de la guarda están siempre
viendo las órdenes de mi Padre…”

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Pablo Nicoli Segura

SUBJETIVO

A mis setenta años, el psiquiatra me ha diagnosticado una


enfermedad mental. Creo que no le pareció profesional
decirme, simplemente, que yo estaba loco.
Por otro lado, siendo yo un hombre religioso, he consultado con
mi confesor, el cura de mi parroquia, y éste me ha dicho que
las entidades que veo son prueba, innegable, de la presencia
del demonio. Le he respondido entonces que el aludido es más
terrible de como lo pintan.
Al final, loco o endemoniado, observo de nuevo esa mano
oscura y puntiaguda que rompe el vidrio de la puerta y se
desliza hacia adentro para descorrer el seguro metálico.
Espero con el arma de fuego en una mano, pues aunque
aquella entidad exista o no, es parte de mi realidad y no me
hallo lejano –producto del pánico que provoca- de un letal y
doloroso ataque al corazón…
Estoy muerto, pero conservo la consciencia. Veo a tres
hombres reunidos alrededor de una mesa, repartiéndose mis
bienes. Se trata de mi psiquiatra, el cura y el hombre del
disfraz.

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Pablo Nicoli Segura

MAGIA VERSUS MILAGRO

Reyes magos, barbones y pinchacaras, hacen aparecer de la


nada oro, incienso y mirra y se acercan a besar al niño del
pesebre, de pronto sus cuerpos se evaporaron en el ambiente
y sus vestimentas largas y calientes se precipitan al piso de la
cueva, ahora tapizada.
El hijo de Dios se divierte haciendo su primer milagro…

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Pablo Nicoli Segura

POMPAS FÚNEBRES

Heredé la mansión con todo y fantasma incluido. Me dijeron


que nadie había permanecido más de tres noches en el interior
de la propiedad sin huir espantado, por lo que el lugar fue
cerrado 100 años.
Decidí visitar la dirección y lo primero que observé, una vez
aparqué mi vehículo, fue que el cortinaje de uno de los
ventanales del segundo piso se corrió de súbito. Sabía se
trataba del fantasma; pero antes de rematar el inmueble,
echaría un vistazo, al menos podría rescatar algunos enseres
antiguos que formaban parte de la alcurnia familiar.
Desclavé la puerta de entrada, enmohecida, recorrí el salón y
miré la escalinata que conducía al segundo nivel. El fantasma
me esperaba junto a su retrato y descendió, ingrávido, hacia
mí. La verdad que eso de entidades cadavéricas no se
ajustaba en nada a este espíritu gordo, desalineado y cuando
se ubicó a mi lado, me provocó risa su aspecto y sólo atiné a
alzar un dedo y tocarlo: explotó como pompa de jabón. Fue
entonces que reparé en mi imprudencia.
Y ahora ¿cómo les explicaría a mis parientes que había
“despanzurrado” al tatarabuelo?

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Pablo Nicoli Segura

MOVILIDAD ESCOLAR

Llegó el día en el que las movilidades escolares quedaron


como una antigüedad más, producto del avance tecnológico.
Alguien había inventado “la cabina escolar” que
teletransportaba a los niños en un viaje relámpago
desmaterializándolos en su casa y los volvía a materializar en
el colegio. El invento llevó a la ruina a millones de familias en
todo el mundo que se dedicaban al servicio de este tipo de
transporte, hasta que alguien con iniciativa y una buena idea
publicitaria lanzó la farsa de que el nuevo invento provocaba, a
la larga, cáncer al cerebelo. Allí quedó todo, y los conductores
de movilidades continuaron con su salubre y siempre seguro
servicio.

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Pablo Nicoli Segura

AMOR A TODA PRUEBA

El vehículo nuevo queda sobre la autopista volteado como una


cucaracha. En el interior dos mujeres -esposa y amante-
luchan con uñas y dientes por el derecho a su hombre ideal.
El conductor de un camión acelera por la pendiente y al dar la
curva termina por arrollar el automóvil que se precipita por el
barranco.
En el inframundo dos espíritus frenéticos se enfrascan en fiera
contienda…

35
Pablo Nicoli Segura

LOS QUE MORAN

Era tarde -pasadas las seis- y el sepulturero terminaba por fin


con su trabajo. Estaba cansado y se sentó en una roca. El
viento arreciaba junto al bosque, pero él, absorto, solo pensaba
cómo explicaría a la Policía la desaparición de toda su familia.
Por años se habían aprovechado de su buena disposición, le
habían hecho la vida imposible. Sí, su esposa, sus hijos y hasta
los abuelos. Pero ahora todo eso había terminado, sería libre y
disfrutaría de la soledad ansiada.
El aire volvía a elevar cosas por entre los árboles, y al volver el
rostro para tomar su chaqueta, descubrió que el viento no sólo
levanta cosas inertes... también trae las siluetas de quienes se
lamentan y quieren seguir perturbándonos eternamente.

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Pablo Nicoli Segura

1939

La inconfundible cacofonía de un grito apagado. La habitación


cerrada por dentro. Ni más puertas, trampas o ventanas sin
barrotes. La puerta es echada abajo, en medio del salón y
teniendo por testigos algunas esculturas y obras de arte; la
fulgurante luz deja ver el cuerpo sin vida de Adolp Hitler,
derribado de espaldas en el piso. No hay manchas aparentes
de sangre.
¡No toquen nada!, ordena el SS. Treinta minutos después entra
en el lugar un detective nazi, de traje oscuro. Ausculta el
cuerpo, revisa el habitáculo centímetro a centímetro, toma
muestras, fotos, y por último ordena se haga una autopsia del
cuerpo. Luego de algunas horas le es entregado el informe de
los médicos. La muerte ha sido producida por una honda de
calor que le carbonizó los sesos. No hay indicios de balas,
esquirlas o veneno. Al parecer no existe una respuesta
categórica que explique la extraña muerte del Fuhrer…
100 años en el futuro, el asesino de ascendencia judía, es
vuelto a materializar dentro de la cabina de tele-transportación
en el tiempo. Una vez repuesto del viaje, baja los peldaños y
entrega el arma calorífica; se quita el casco. En el rostro se le
dibuja una expresión de complacencia.

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Pablo Nicoli Segura

MARE INCOGNITA

Se despidieron con un beso y tomaron su velero en sentidos


opuestos en el convencimiento de que después de unos meses
de viaje, por la mar océano, se volverían a ver del otro lado
para consumar su romance. Claro está que el mundo no era
redondo y el gran abismo al borde los precipitó al amor
eterno…

38
Pablo Nicoli Segura

CONDENA

A 3000 años lo condenó un jurado por habérsele encontrado


culpable de infinidad de atrocidades de lesa humanidad. Sin
embargo, Abdul Alhared no se quejó; es más esbozó una
sonrisa mientras pensaba que con sus casi cincuenta años,
hubiera bastado una condena de otros 50, a lo mucho, para
morir de viejo en la prisión, o seguramente antes.
Claro que Abdul no contaba con que en su religión la creencia
en la reencarnación era un dogma de fe y creyente o no, en
esta posibilidad, al morir de anciano, volvió a reencarnar una y
otra vez, sucesivamente y por uno u otro motivo justiciero
siempre terminaba en prisión, seguramente hasta que se
cumpliera el tiempo de condena.

39
Pablo Nicoli Segura

LO ESCUCHÉ DE NIÑO

Dos mesas dentro de la misma habitación. En una de ellas 12


comensales –demonios- sentados frente a sus respectivos
platos de sopa. En la otra mesa 12 ángeles. Cada uno de los
demonios y ángeles tienen amarrados a sus brazos sendos
cucharones de un metro de largo que no les permiten doblar el
codo y tomar la sopa. En la primera mesa todos discuten y
pelean pues no logran su objetivo de alimentarse. En la
segunda mesa –la de los ángeles- todos toman la sopa sin
ningún problema. ¿Cómo lo logran?
Los ángeles no discuten. Ellos comparten y se invitan unos a
otros.

40
Pablo Nicoli Segura

AVISTAMIENTO

Un par de personas se pararon en seco en la esquina de la


avenida y miraron al cielo despejado… casi.
-¿Qué es ese objeto que se mueve erráticamente? –preguntó
el primero.
-Parece un ovni –se animó a decir el segundo.
La gente siguió llegando y pronto un tumulto se adueño de la
calle. Los autos se detuvieron y hasta el policía de tránsito dejó
de cumplir con su trabajo. Todos se entretuvieron observando
la aparición.
-Es exactamente como imaginé, un plato sobre otro con luces
giratorias –se oyó decir. Miren, haya vuela otro…
-Vaya –dijo uno de la multitud- si no lo hubiera visto con mis
propios ojos nunca lo hubiera creído. Ahora si puedo morir
sabiendo que no somos los únicos seres inteligentes del
universo.
En un recodo de la azotea, Jorge y Juanito se divertían con sus
nuevos juguetes a control remoto.

41
Pablo Nicoli Segura

EN EL PRINCIPIO

En el principio fue el primer sueño que El Creador infundió en


Adán. Éste, al despertar, encontró que Dios le había dado una
compañera, hueso de sus huesos, carne de sus carnes, sueño
de sus sueños. Pero cuando llegó, inevitable, la vergüenza del
pecado y el consiguiente desalojo del paraíso, Adán se percató
de que los sueños, no siempre sueños son. A veces también se
tornan en pesadillas.

42
Pablo Nicoli Segura

EL PRIMERO

¡Ser siempre el primero! era una frase grabada en su mente


desde que, de pequeño, su padre lo formara para competir y
vencer en toda clase de lides. Lamentablemente, a veces, ese
propósito lo había llevado por malos caminos. Es verdad, fue el
primero en graduarse de su alma máter como ingeniero
aeronáutico, el primero en tripular el transbordador espacial y
permanecer 3 órbitas alrededor de La Tierra y sería el primero
en regresar a La Luna en el Nuevo Apolo 18, después de 45
años desde que la Agencia Espacial diera por terminada la
última misión.
Mientras comandaba los controles del Águila 7, a escasos
metros de la superficie La Luna, y observaba el paisaje cada
vez más cerca a través de las escotillas de la nave, meditó que
después de todo, no sería el primero en pisar la fina superficie
del Mar de la Tranquilidad. Incluso su compañero de
procedencia latina, saldría primero al exterior. Entonces rompió
el vidrio de la caja de emergencia, tomó la pistola y una vez en
la extensa superficie se acercó al otro astronauta y disparó la
bengala a bocajarro.
Ahora se había convertido en el primer asesino en la historia de
La Luna

43
Pablo Nicoli Segura

EL ABOMINABLE

No era grande y fornido, blanco como el Himalaya o peludo


como un oso, pero dos tragos bien servidos, de manos de sus
amigos, le bastaban para convertirse en el Abominable Hombre
de los viernes.

44
Pablo Nicoli Segura

ENTRE MURCIÉLAGOS Y VAMPIROS

Atrapamos al vampiro entre todos y lo atamos sobre una piedra


negra en lo alto del edificio gótico. La estaca le traspasó el
corazón una y otra vez, no obstante, el grito que la criatura
emitió fue, decididamente, humano. Allí mismo le sacamos la
horrible máscara con orejas puntiagudas y descubrimos que los
superhéroes no son siempre invencibles.

45
Pablo Nicoli Segura

GÉNESIS

Una vez activado el dispositivo del tiempo, arribé al gran recinto


atestado de máquinas e impresos. Hechas las presentaciones,
musité unas palabras al oído de Gutenberg, y raudo regresé a
mi época. De inmediato fui a consultar el tomo más grueso de
historia universal, pero descubrí que no existían las bibliotecas,
ni los libros.
Decepcionado, hice de nuevo uso de mi invento y viajé en
busca de Hawking, el gran científico. Lo hallé solucionando mil
problemas de física cuántica, le dije un secreto al oído y retorné
sólo para ver que aquel tiempo ya no era el mío.
No quise descender de mi máquina sin remediar, primero, el
desbarajuste que había causado y resolví apelar a la divinidad.
Me presenté en el Edén, cuando Dios estaba a punto de
infundir vida a su muñeco de barro, y antes que esto se
consumara, susurré por tercera vez.
Cuando volví encontré que el hombre, el universo y aun el
tiempo no existían. Tuve la sensación, y luego la certeza, de
que siendo yo, único, en ese limbo incomprensible, no era otro
sino Dios mismo, en el principio.

46
Pablo Nicoli Segura

INCONDICIONAL

Mi perro Jack es el animalito más fiel que tuve. Se echa muy


cerca para hacerme compañía. Haga Sol, llueva o truene,
siempre él está allí, muy tranquilo, a mi lado.
Ahora sé que la mejor decisión que tomé, antes de irme, fue
dejarle parte de la herencia. Se la hubiera dejado toda; pues
ninguno de los rapaces de mi familia viene a visitarme al
cementerio. Sólo Jack.

47
Pablo Nicoli Segura

GENIO

Y entonces “el genio de la lámpara” le concedió al líder


terrorista su deseo. ¡El mundo quedó en ruinas!
Desde ese día, los escasos sobrevivientes, se refirieron al
genio como: “el bruto de la lámpara”.

48
Pablo Nicoli Segura

VAN HELSING

La nave interplanetaria cruzó el espacio como un bólido y justo


antes de colisionar contra la atmósfera del planeta de color
rojo, soltó su carga, hizo un giro cerrado y continuó su trayecto.
La pequeña nave llevaba dentro a la criatura que daría un
vuelco a ese mundo de vampiros… Por supuesto se trataba de
un ser humano.

49
Pablo Nicoli Segura

SER O NO SER

El doctor Valentín era el escéptico del pueblo. No creía en lo


sobrenatural y se molestaba mucho con aquellos que hacían
gala de superstición. Yo era su amigo, a pesar de mis
creencias de ultratumba. Un día se irritó, como nunca, con mis
comentarios y me propuso que pasáramos la noche en la casa
encantada de peor fama de la región. A medianoche yo
temblaba de frío y también de miedo. El doctor Valentín
encontraba a cada paso y acontecimiento acaecido, una
explicación razonable, a pesar de la gran variedad de
fenómenos malignos que asechaban. Pero Valentín, con
candelabro en la mano, no se dejaba amedrentar y muy por el
contrario maldecía e irrumpía en cada habitación de dónde se
oía provenir un nuevo lamento.
Entonces aconteció que la entidad mostró una oreja, Valentín
afirmó que sólo se trataba de una sombra, una ilusión en la
esquina del cuarto. Yo me santigüé. Cuando algo horrendo
golpeó la espalda de mi amigo y éste se volvió para acusarme,
yo quedé mudo de espanto. Finalmente, cuando aquello se
hizo dueño del lugar y se mostró cuan aterrador era, yo esperé
otra respuesta científica de mi amigo, pero transcurrieron los
segundos y nada escuché salir de su boca. Al volverme de
costado atestigüé que el doctor salía espantado a toda prisa
por la única puerta de la habitación; puerta que se cerró,
dejándome sólo con mis peores temores.
Menos mal que aquellas cosas sólo se ocupan de estremecer a
los escépticos y una vez que han conseguido el objetivo, se
dan vuelta y se funden en las sombras de los rincones más
oscuros, claro está, hasta que un nuevo estúpido los invoque.

50
Pablo Nicoli Segura

VEJESTORIO

Coleccionó antigüedades desde muy joven y nunca supo


explicarse que lo movía a destinar una buena cantidad de
esfuerzo y dinero a amontonar vejestorios, muchos de estos
inservibles, y a veces descomunales, que guardaba en
cualquier lugar disponible. Era como una necesidad imperiosa
de poseer, como si haciendo suya una escultura de bronce, un
reloj cucú, un libro decimonónico o un juguete a cuerda que no
había vuelto a apreciar desde la niñez, estuviera recuperando
parte de sus mejores años, o quizás el afecto familiar que no
conoció.
Si bien, con el tiempo empezó a desistir en sus gustos e interés
por lo pretérito y de allí a sufrir el sinsentido de su afán de
amontonar sólo había un paso. Lo confirmó cuando, camino a
la plaza, miró la vitrina de la tienda de antigüedad y vio su
reflejo marchito; se percató que ahora él se había convertido en
eso que siempre buscó, y que ya no apreciaba más.

51
Pablo Nicoli Segura

PROPORCIONES

Tres días después del naufragio, otros tantos asesinatos


imposibles se habían sucedido en la isla misteriosa. El capitán
y los sobrevivientes estaban desconcertados y se preguntaban:
¿Qué peso descomunal aplastó de manera tan horrenda a las
víctimas?
Entonces sintieron los pasos, el gigante se acercaba…

52
Pablo Nicoli Segura

PAPÁ JOSÉ

Todos éramos testigos de cómo la barriga de nuestro padre


José se iba abultando con los meses, hasta llegar a
proporciones exageradas, pero lo atribuíamos a su predilección
por la cerveza. Barriga de bebedor, decían sus amigos.
Recuerdo bien la tarde en que él profirió un quejido y terminó
sentado en las gradas del recibidor; después vino la
ambulancia y luego de unas horas el médico confirió su
diagnóstico…
-¿Cómo? -replicó mi hermano mayor-. Eso es imposible.
Al preguntarle a mamá, ella sólo atinaba a tirar las cosas, poner
mala cara y darse vuelta para seguir con la limpieza. Estaba
claro que no había tenido nada que ver con el asunto.
En el bar del pueblo se hicieron las más insólitas suposiciones:
que sí había sido objeto de experimentación, que si obra del
Espíritu Santo.
Meses después, al nacer mi hermanito, el doctor y el cura nos
visitaron y pude escuchar cómo se enredaban en tercas
discusiones. Algo grave debió concluirse, lo cierto es que nos
enteramos luego de que, después su alumbramiento, papá tuvo
que hacer algunos trámites de urgencia en el registro civil y nos
pedían, ahora, que le llamáramos María José.

53
Pablo Nicoli Segura

CAMPEONATO MUNDIAL

Acomodó el balón en el césped y ejecutó el


penal...Inexplicablemente, la pelota nunca llegó a la red; la
gente, en el estadio, se preguntaba ¿a dónde habría ido a
parar?
Muy lejos, en el hiperespacio, un hombrecito transparente
transportaba una esfera mágica a su aburrido planeta.

54
Pablo Nicoli Segura

PREDESTINADO

En el centro de todo y de la nada, la gran explosión… Una


cantidad abominable de materia que sale disparada a cada
punto de lo que desde ese momento se ha convertido en el
universo. Los primeros trozos de masa alcanzan distancias
insospechadas y con los evos se convierten en cometas,
meteoritos y también de planetas, que se sostienen en el
cosmos y que giran alrededor de un sol amarillo.
La Tierra ha iniciado su ciclo de actividad, con el tiempo, le da
pase a la vida, a seres unicelulares, a grandes bestias
antediluvianas y casi al final al hombre.
Aquel hombre vive en la plenitud del siglo XXI, atraviesa la
ciudad por la autopista en un bólido deportivo que alcanza los
150 kilómetros por hora y es cuando observa venir en el
horizonte una luz descomunal que ha atravesado la atmósfera,
y ahora es visible a simple vista. Se trata de un trozo
“rezagado” de materia de la explosión inicial que después del
desgaste de trillones de años ahora tiene la forma de un
diminuto proyectil que, en ese instante, en ese preciso
momento, y en ese lugar, le atraviesa el corazón.

55
Pablo Nicoli Segura

OTRA VUELTA DE TUERCA

Un hombre lee, aterrado, una novela de horror, sentado junto a


la chimenea. Al bajar el libro se encuentra con los dos
fantasmas de la narración.
-Imposible –se dice a sí mismo.
-¿Tú crees? –responden ellos…

56
Pablo Nicoli Segura

DECEPCIONADO

Subió a su máquina del tiempo y digitó en la pantalla: 25 de


diciembre, Año 1, Belén, Jesús de Nazareth.
Una vez accionó la palanca, y el artificio dejó de dar vueltas,
observó la cueva abandonada, el pesebre vacío. El hijo de Dios
nunca nació y, por tanto, la navidad era una fiesta inventada
para dar esperanza a los desesperanzados.
Regresó a su tiempo y a su hogar, apagó las luces del árbol
navideño, tiró los regalos por la ventana y se echó a dormir.

57
Pablo Nicoli Segura

EL ESCULTOR

Recorría el museo de arte y al pasar por uno de los salones


más olvidados observé, en un jardín adyacente, a un viejo
artista en su afanosa labor de tallado de una escultura. Estaba
haciendo la figura de un hombre desnudo. Quise acercarme a
escultor, pero alguien me tomó del brazo y me previno que
aquel estaba loco. Por supuesto, esta aseveración avivó aún
más mi curiosidad. Me aproximé y le pregunté si la forma de su
efigie había sido previamente establecida en un bosquejo. Me
respondió que nunca había trabajado de esa manera. Que era
cuestión de cerrar los ojos y visualizar la imagen ideal a
plasmar. De dar por cierto que la imagen y el espíritu de la obra
estaban debajo de la materia, aún sin labrar y que sólo era
preciso buscar los contornos y prescindir de lo inservible. Volví
a cuestionar, esta vez, diciéndole si había aprendido esa
técnica con algún maestro de renombre. Entonces dejó sus
herramientas de lado, se acarició la barba gris, como
pensando, y agregó que nadie le había enseñado, que siempre
tuvo el conocimiento, inclusive cuando modeló en barro la
primera vez; luego sopló sobre la escultura y el hombre
desnudo echó a andar.

58
Pablo Nicoli Segura

COMO SIEMPRE

En lo más encumbrado del circo romano, Nerón preguntó:


¿Quién es esta gente? De inmediato le respondieron:
cristianos, mi señor. Nerón mandó les echaran a los leones.
Dos mil años después un obispo Católico Apostólico y Romano
preguntó a su capellán: ¿Quiénes son estos que predican y nos
roban a los fieles de la verdadera iglesia? Le respondieron:
cristianos, su señoría.
-Échenles los perros.

59
Pablo Nicoli Segura

CELESTIAL

En los estertores entre la vida y la muerte sentí como la luz me


inundó; lo extraño fue percatarme que cuando era succionado
por ésta, mi alma no fue en ascenso, no subí, sino que bajé a
la emisión dolorosa. Fue allí que me fue revelado el gran
secreto de la teodicea: En la batalla celestial por el poder
divino, los malos habían ganado la contienda y Dios era el
usurpador; hacedor de diluvios y enemigo del género humano.
Ya reza la sentencia: la historia la escriben los vencedores.

60
Pablo Nicoli Segura

CUESTION DE IDENTIDAD

Al despertar de aquella pesadilla vampiresca, sintió que le


chupaban la sangre a la altura del cuello. El miedo hizo que se
paralizara sobre su lecho; no obstante, logró, con gran
esfuerzo, derribar la lámpara de junto. Su hijo mayor, en el otro
cuarto, irrumpió en la habitación, prendió las luces y al ver la
situación se acercó a auxiliar a su madre. Cogió al zancudo
impertinente y lo trituró entre sus dedos.

61
Pablo Nicoli Segura

DE MILLONARIOS Y DETECTIVES

Pocos saben lo que la mente de dos millonarios aburridos, de


su dinero, pueden elucubrar en una conversación de copas. Lo
cierto es que esa misma tarde dos hombres de traje impecable
visitaron, cada uno, a un detective privado. La paga fue
suculenta y el pedido algo extraño, por decir lo menos. A cada
detective se le solicitó seguir e investigar al otro. Por cierto, sin
que cada uno sospechara del doble juego.
Fue así que pronto dos tipos vestidos de sombrero y sacón de
gabardina se vigilaban, mutuamente, en el interior de un cine;
luego de una esquina a otra junto a la gran avenida, y en la
profundidad de un callejón oscuro por dónde zumban las balas
de la delincuencia. Lo raro era que todo el tiempo terminaban
tomándose fotografías y escribiendo unas líneas en sus
respectivas libretas de notas, antes de marcharse a casa.
Al cabo empezaron a recelar que algo extraño sucedía con la
investigación y finalmente decidieron abordarse.
Pocos saben lo que la mente de dos detectives privados puede
elucubrar cuando son contratados para investigarse a sí
mismos. Especialmente cuando deciden acumular un informe,
tras otro, de forma indefinida y de paso inflar sus gastos
operativos.

62
Pablo Nicoli Segura

VERSIONES

Cuando se enteró de que los enemigos rodeaban la ciudad y


escuchó la metralla y las bombas de cañón volar por sobre sus
cabezas, dejó el refugio, asumió el mando de dos batallones y
enrumbó, con fusil en mano, por la gran avenida, ahora
irreconocible.
Junto a sus hombres, tomó posesión de una de las alas
meridionales del edificio de gobierno, y desde allí, cortó el paso
del ejército invasor. La lucha fue encarnizada y a la larga, los
soldados a su mando le verían repetir, ahora con poca suerte,
el ejemplo de valor que le había conferido una medalla en la
primera guerra. Una bala le traspasó el cráneo.
Terminada la tarde el lugar, en ruinas, fue tomado y muchos
oficiales capturados. Luego vendría esa mentira histórica según
la cual, depresivo, alzó su propia arma y se suicidó en la salita
del búnker, junto a la cancillería del Reich.

63
Pablo Nicoli Segura

UN MINUTO

El último hombre sobre la Tierra está sentado en una


habitación. Llaman a la puerta. Se apresura a contestar; pero
primero se pone su traje radiactivo. Abre lentamente.

-¿Tiene un minuto?

Son esas indestructibles cucarachas evangelistas.

64
Pablo Nicoli Segura

NIEBLA

Le gustaba salir de noche a la azotea de su edificio a fumar un


puchito de marihuana y contemplar la ciudad sombría, la luna
llena que le motivaba a fantasear.
Esa noche era particularmente fría y solitaria. Una densa capa
de niebla se había acumulado en el cielo y tapaba los astros
con el mayor desparpajo; además de haber espantado hasta al
último transeúnte.
Pensó que el humo del troncho había contribuido a crear esa
atmósfera, pero inmediatamente desechó la idea por
inverosímil. Pasados los minutos, la niebla se apreciaba cada
vez más baja, cercana, como si con su enorme manto quisiera
cubrir la poca luz que emitían las cuatro farolas altas del
parque adyacente. Entonces le asaltaron los temores de la
niñez, cuando su madre lo castigaba confinándolo en el techo
de la casa y veía o, quizás solo imaginaba, que de la densa
nube ya envolviéndolo, salían unas grotescas garras que lo
levantaban y se lo llevaban a lo más profundo de las tinieblas.
Aquella noche sus miedos objetivos, o acaso los efectos
prolongados de la inhalación, lograron ese momento
ineludible…

65
Pablo Nicoli Segura

MISTER AMNESIA

Hoy he despertado malherido. El dolor de cabeza y la fiebre me


torturan. ¿Habré sufrido un accidente? Me encuentro en un
hospital, amarrado a una cama y delante de mí hay un señor
de barbas blancas y anteojos redondos cuya credencial
consigna su cargo médico. Según he sacado en claro, una vez
que la enfermera leyó parte de mi historia clínica, han
dictaminado que estoy loco de atar. Afirman que por poco mato
a otros pacientes, por lo que han decidido que mi enfermedad
no tiene remedio. Me harán una lobotomía para evitar que dañe
a otras personas. Pero ¿qué veo? ¿Será que estoy
alucinando? El médico tiene la camisa y las manos sucias y la
enfermera lleva el cabello desaliñado. ¿Será que la
temperatura me subió un grado más?
Vaya, han pasado las horas y empiezo a recordar. Yo soy
médico, me defendí de los pacientes que tomaron el control del
pabellón de psiquiatría y me redujeron. Ahora me llevan, al
apuro y entre risas, a la sala de operaciones…

66
Pablo Nicoli Segura

SODOMA Y CAMORRA

Cuando los habitantes de Sodoma exigieron tener relaciones


carnales con los ángeles que visitaron a Lot, en su casa, éstos
se apresuraron a levantarse los vestidos y mostrar, ante la
mirada atónita de los sodomitas, que no tenían sexo, ni orificio
alguno que pudiera violentarse.
A Lot la revelación le pareció de lo más inoportuna, no le quedó
sino ofrecer a sus propias hijas para calmar las apetencias
carnales del pueblo.
La camorra que le armó su mujer no fue incluida en el Génesis
por conmiseración a futuras generaciones; el desprestigio del
viejo patriarca hubiera sido abominable.
Le fue más conveniente al exégeta, cambiar la primera sílaba,
el conflicto humano por otro superior, apocalíptico, y adjudicar
la desgracia intestina a la invención antojadiza de una segunda
ciudad.

67
Pablo Nicoli Segura

FANTASMAS

Había dado explicación científica a lo que era un fantasma:


acontecimientos del pasado grabados en el ambiente. Tenía
pruebas fílmicas, físicas, y testigos e hizo las comparaciones
de los hechos y eran exactos, solo registrados por la gente de
distintos ángulos. No había entonces ya porqué temer a esas
entidades pues no eran sino una película grabada en el éter,
sin conciencia alguna.
Pasados los días pudo ver dentro de la gran mansión un
fantasma más, estaba solo, pero se apaciguó, nada podría
sucederle; pero se dio cuenta tarde de su error, cuando aquello
maligno empezó a estrangularlo…

68
Pablo Nicoli Segura

FALTO DE FE

Se hizo de una pequeña casita junto al mar en la primera


oportunidad que su oficio de religioso, descreído, lo permitió.
Se encargó de elegir un lugar lo más aislado del bullicio
citadino y lo bastante lejos de cualquier parroquiano
inoportuno. Pronto los paseos por la costa fueron cosa de
todas las tardes y fue precisamente en una de estas que
descubrió las cuevas que el mar había formado y que la marea
baja abandonaba por unas horas.
No puedo dejar de nombrar lo que descubrió en la oquedad
profunda. Se trataba de una piedra negra esculpida con la
forma más extraña. Algo que la imaginación humana sólo
puede consentir en la ficción de un cuento de horror. Una vez
que apartó los moluscos y restos de plantas marinas de aquella
escultura indescifrable, pudo contemplar su rostro
semihumano. Sin duda se trataba de un dios remoto cuya
antigüedad debía rozar los evos. Cuando intentó darse vuelta
para regresar, antes de que la marea le impidiera el retorno,
aquello se le trepó encima, dio dos vueltas a su cuerpo
triturado, y lo hizo creer que, al menos, si Dios no existe, el
diablo si es real.

69
Pablo Nicoli Segura

UNIVERSO ALTERNO

Los extraterrestres llegaron a la Tierra, hace millones de años,


resguardados de sus meteoritos estelares.
Al estrellarse en el planeta se multiplicaron por trillones en las
formas de vida más microscópicas.
Desde entonces hay logrado hacerse dueños de este mundo,
con una población que supera ampliamente cualquier invasión
soñada.
Han matado al hombre por millones y aún hoy persisten. Han
trascendido las épocas y sus colonias se cuentan en todos los
lugares del planeta, aun los más inhóspitos.
Y pensar que algunos puristas afirman que los extraterrestres
no existen…

70
Pablo Nicoli Segura

RECOMPENSA ESPIRITUAL

Al crear Dios el paraíso con sus verdes praderas, enormes


pájaros de fuego, jardines exóticos y finalmente como obra
suprema al hombre, le prohibió a éste leer los magníficos libros
que colgaban del Árbol de la Sabiduría.
Milenios después, echados del Edén por contradecir los
designios celestiales, los amantes de la lectura florecimos
moldeados junto con un libro, no por la divinidad, sino por la
creatividad humana.
Libro tras libro fuimos construyendo una torre de Babel que
finalmente llegó a Dios. La imaginación como Dios no tiene
límites.
Cuando el hijo de Dios bajó a la Tierra, para lavarnos del
pecado, eligió morir en una cruz de madera; material que sirvió
para hacer los libros más universales en la forma de los Santos
Evangelios.
De esta manera Cristo nos redimió del pecado y de la
prohibición original del Padre. Nos ofreció la libertad simbólica
para apreciar el placer de leer nuevos libros.
Llegado el juicio universal, Jesús y Pedro en las puertas del
paraíso, nos ven arribar por millones con libros bajo el brazo,
jubilosos, recitando poemas y alabanzas, narrando historias
sublimes y anécdotas maravillosas, vistiendo de sabiduría y de
gozo espiritual.
Entonces el hijo de Dios le dirá a su apóstol:
-Pedro, estos que vienen ya no necesitan recompensa. Ellos
son los amantes de la lectura.

71
Pablo Nicoli Segura

EL QUINTO PECADO CAPITAL

Una vez comieron de la manzana vieron también a Dios


desnudo y no pudieron reprimir la risa. Fue desde ese
momento que Él se arrepintió de haberlos creado hombre y
mujer. Allí mismo empezó a tramar eso del diluvio universal.

72
Pablo Nicoli Segura

OLOR A FAMA

El detective estaba dispuesto a resolver el último caso de su


carrera, antes de retirarse en olor a fama. Trepó por sobre el
enrejado, rompió la enmohecida cerradura e irrumpió en el
mausoleo nocturno. Un hedor insoportable le ofreció la
siguiente pista. Luego la tumba lisa, sin ornamentos. Allí mismo
halló su propio cadáver.

73
Pablo Nicoli Segura

REGALO DE CUMPLEAÑOS

He abierto la puerta y he penetrado a lo insondable. Me han


dicho que las voces provienen de esta siniestra habitación, la
cual ha estado cerrada por años. La linterna ilumina el
ambiente: una silla, un ropero, algunos libros tirados por el
suelo, papeles cubiertos de polvo. No hay nadie a la vista,
salvo quizá unos cuantos ratones.
Me parece poco el pago por realizar esta labor, pero soy la
única ayuda posible para los residentes de esta casona
antigua.
Es momento de actuar, los susurros empiezan a oírse a esta
hora. Me paro en medio del cuarto y aguzo el oído. Algo se
quiebra al fondo de la habitación. Me paralizo, una corriente
recorre mi cuerpo. Soy víctima de un horror indecible. Aquello
grotesco se mueve, me han visto, estoy al descubierto. Me
hago en los pantalones y vuelvo a pensar que el dinero poco
vale, es mejor huir… ¡salvarme! Que digan lo que quieran, que
soy un marica, un charlatán. Poco importa. Salgo corriendo.
Tiro el dinero que se desparrama por el piso y me ahorro las
explicaciones con los dueños de la propiedad. Cierro la puerta
principal tras de mí.
Cuando esto se sepa seré el hazmerreír de mis colegas
periodistas. Que mierda, prefiero que me digan gallina a ¡qué
bueno era!
Miro desde la calle, aún asustado, a lo alto, a la ventana que da
a la habitación monstruosa. Observo allí a un par de niños que
me observan, que se mean de la risa… Les han cumplido el
deseo.

74
Pablo Nicoli Segura

PÁLIDO

Tomaron del brazo a la cortesana del velo pardo y la ubicaron


junto al cortejo fúnebre. Los trajes largos y los sombreros
oscuros contrastaban con el verde húmedo del prado y el hoyo
profundo donde enterrarían al siguiente. Antes de proceder a
depositar el ataúd, la madre, devastada, quiso despedirse y
pidió la ayudaran a aproximarse al centro del ceremonial. A
solicitud, la tapa de madera fue abierta y en el interior pudo
verse el rostro pálido de un muchachito sereno. En realidad,
asemejaba estar dormido y la mujer lo contempló aún con
esperanza:
-¡No está muerto, sólo descansa…!–dijo mientras lo abrazó
como la primera vez que lo tuvo en su regazo.
Todos se miraron compungidos, pero nadie se atrevió a
desmentir a una madre sufriente junto a su único vástago. Fue
entonces cuando el niño abrió los ojos y le hundió los colmillos.

75
Pablo Nicoli Segura

OVNIS

De los confines de la galaxia parten los bólidos espaciales


transportando nuevos proscritos. Personas incompatibles que,
por una u otra causa, han enloquecido y a los que la sociedad
teme con justa razón.
El manicomio global al que arriban es también conocido como
planeta Tierra.

76
Pablo Nicoli Segura

EL DETECTIVE

-Y la forma de actuar del asesino es enviar un sobre lacrado


donde está escrito, en letras escarlata, la forma en la cual
eliminará a la víctima siguiente-expresó con énfasis el
detective.
-¿Dijo escarlata? –preguntó el hombre del bigote saltarín-.
¿Quiere decirnos que…?
-Efectivamente, utiliza sangre humana.
-Vaya, al parecer usted lo sabe todo.
-No es complicado, además estoy seguro que ustedes dos han
recibido ya un sobre de éstos.
-Asombroso ¿pero cómo lo descubrió? –replicó la señora de la
casa.
-En realidad eso es muy fácil de contestar… Yo soy el asesino.
Y disparó…

77
Pablo Nicoli Segura

LA CASA DEL TERROR

Recuerdo hoy, que a mis seis años no pude reprimir el primer


estremecimiento cuando miré una docena de figuras
demoníacas recibiéndonos en la entrada. Siempre de la mano
de mis padres entré a lo más recóndito del gran edificio y
observé, cada vez más atemorizado, las enormes ventanas con
figuras espectrales y al final del recorrido:
-¡Que terrible!
La imagen de un hombre desangrándose en una cruz.

78
Pablo Nicoli Segura

INCARNATUM

Allí reinaba el fuego, las aguas fétidas y las mareas pintadas


con sangre. En medio de aquella abominación se alzaba
Lucifer, cansado y sin inspiración para el mal. Caviló que si
Jehová le pudiera conceder una gracia, sería la de volver al
principio, tener una nueva oportunidad para ser Luzbel. ¿Sería
posible alcanzar el perdón? Desplegó sus enormes alas y pisó
por sobre miles de cabezas sumidas en el fango para elevarse
luego al Cielo. Apenas sintió la perfección que emanaba del
Espíritu Divino, se arrojó penitente ante Dios y se postró
diciendo: ¡Padre, perdóname. No soy digno de ser llamado hijo
tuyo…! El Padre abrazó al hijo que muerto estaba, que había
resucitado del pecado y lo glorificó.
Cuando Luzbel ocupó su lugar en el Paraíso, comprendió que
había sólo una forma de redimirse, de “salvar” a la humanidad.
Nacería como hombre, predicaría “su verdad” y moriría en la
cruz, para resucitar al tercer día…

79
Pablo Nicoli Segura

NEGLIGENTE

La clínica mental estaba atestada de gente. Psiquiatras y


asistentes ya no se daban abasto para controlar la gran
cantidad de pacientes disfrazados con trajes de época que
llegaban a diario, producto de las llamadas a la policía y de las
consiguientes redadas realizadas en la moderna urbe.
Del otro lado de la ciudad, el malicioso inventor jugaba cada
mañana a transportar personajes del pasado con su máquina
del tiempo…

80
Pablo Nicoli Segura

LOS CINCO SENTIDOS

El artista, luego de un año, consumó la acuarela más


prominente de su carrera. Atrás habían quedado otras obras
resaltantes, pero que no se asemejaban al esplendor del nuevo
trabajo. Se sintió satisfecho, colgó el lienzo en una pared de su
salón y se sentó en el sillón favorito a llenar el sentido de la
vista. No obstante, después de haber contemplado por varias
semanas el mismo retrato, sintió que faltaba algo, podía
contemplarlo sí, pero ¿Qué pasaba con los demás sentidos?
Con muchas dudas tomó, nuevamente, el pincel y empezó a
trazar encima el mismo retrato, aquella figura humana, que
ahora empezaba a adquirir grosor y el olor característico del
pigmento aceitoso. Finalmente, lo había logrado una vez más,
ahora el retrato ya no sólo era apreciado por el sentido de la
vista, sino, incluso olido, como huele el óleo, y hasta percibido
por el tacto a base de capa sobre capa de pintura. Pero luego
de pensarlo unos días más, se dijo a sí mismo que
probablemente una escultura de aquella misma figura humana
podría lograr una mejor apreciación de la forma y la dimensión.
Así que luego de un tiempo concluyó un segundo trabajo
escultórico semejante al retrato inicial, que podía ver, oler y
tocar. Aunque no pudiera escuchar. Decidió una vez más
acondicionar la escultura con partes cilíndricas y huecas, como
flautas, que usadas por el viento, le otorgaba un sonido
particular y melódico. Por supuesto aún no estaba contento y
pensó cómo lograría acondicionar y sobre todo, perfeccionar su
arte con el último sentido que faltaba.
Inmediatamente se puso a trabajar en la obra maestra y
definitiva, y encargó cadáveres humanos que bien podría
colgar, trozar y degustar…

81
Pablo Nicoli Segura

MISIÓN CRISTO

La nave interestelar llegó al nuevo planeta, junto a la


constelación de la Cruz del Sur. Una vez que el astronauta
judío pisó el terreno y acomodó su visor se dio cuenta que
había llegado tarde: en ese momento descendían el cadáver
del madero.

82
Pablo Nicoli Segura

EL PRODIGIO

Nadie supo en qué momento se suscitó, o el por qué o para


qué. Lo cierto era que el hombre, calvo y desnudo había
aparecido de madrugada, en medio del parque. Se mostraba
dormido, en posición fetal y lo más extraordinario era que
gravitaba, giraba sobre su propio eje a unos metros del césped.
Primero fueron unos cuantos curiosos que se acercaron y lo
miraron incrédulos, luego la prensa y la policía. Algunos
opinaron se trataba del truco de un mago o un ilusionista; pero
nadie se presentó o se hizo responsable del acto. Otros dijeron
que era una entidad de un mundo paralelo y que el centro del
parque era la puerta a una nueva dimensión.
Un equipo de personas de barbas crecidas y enormes anteojos
se acercó a mediodía y lo midieron, tomaron múltiples notas, y
lo fotografiaron, aunque luego nada más se supo de sus
verdaderos propósitos.
Con los días, semanas y meses, el otrora hombre prodigio se
convirtió en parte integrante del lugar, del paisaje, una
escultura más que sólo los turistas, recién arribados,
apreciaban hoy.

83
Pablo Nicoli Segura

CATÁSTROFE

El calor era insoportable, despertó apenas y fue a abrir las


escotillas. Lamentablemente seguía dentro del submarino.

84
Pablo Nicoli Segura

EL TRAJE

¡Qué elegancia, que fineza del corte, la perfección de la


costura, la calidad suave y aterciopelada del saco negro, la
camisa blanca de seda, los bordados en color plata, el
sombrero alto e imponente…! Dígame –preguntó el prestamista
alemán- ¿quién es su sastre?
El SS, dejó sus guantes sobre la mesa, se sentó junto al
enorme escritorio labrado de doble frente, cruzó las piernas
dejando ver sus botas impecables y respondió a la par que
observaba el retrato del Fuhrer sobre una pared.
-Un judío del ghetto, naturalmente.

85
Pablo Nicoli Segura

DE PLATA

El hombre que hacia municiones miró por la ventana de su


taller y vio descender del caballo al llanero de sombrero blanco
y antifaz oscuro. De seguro viene a recoger su encargo, pensó.
La puerta se abrió de par en par y el vaquero se aproximó al
mueble de despacho, dejó unas monedas encima y estiró la
mano enguantada. El dependiente le alcanzó una caja con
doce balas de plata; por fin se animó a decir:
-Aquí tiene su encargo señor, pero explíqueme, ¿por qué balas
de plata?
El llanero frunció el seño, cogió del cuello al artesano del metal
y respondió:
-Se trata de una criatura infernal, sólo las balas de este
material puro pueden aniquilarlo.
El dueño del negocio tragó saliva y vio al vaquero darse vuelta
y salir raudo, mientras la tarde dejaba avizorar la presencia de
una enorme luna llena.
Aquella noche en el bosque, cuando la criatura atacó, el llanero
disparó tres tiros certeros. Ninguno detuvo a la bestia que
terminó atrozmente con su víctima de antifaz desgarrado.
El artesano del metal no pudo conciliar el sueño, pensando que
esta vez se había propasado con la aleación…

86
Pablo Nicoli Segura

SÍNDONE

Los científicos habían dado una dura lección a los adoradores


de reliquias religiosas. La prueba con carbono 14 estimó que la
mortaja no pudo haber cubierto el cuerpo; la datación arrojó
una antigüedad de sólo ocho siglos, —años más, años
menos—. El supuesto milagro de la impregnación con la
imagen de Jesús sobre la sábana debía, entonces, ser una
falsificación.
Nadie sospecha -salvo el “pobre de Asís que sonríe al mirar el
sudario que lo envolvió- que el milagro, en realidad, sí había
ocurrido con los estigmas y su muerte. La de San Francisco en
1226.

87
Pablo Nicoli Segura

SOMBRA

Me observa siempre oscura, monstruosa como pocas. Capaz


de alargar su forma hasta el infinito. Es la única en su especie
que conoce mis miedos más profundos y es testigo de todos
mis secretos. Hoy he decidido aprovechar la ventaja que me
otorga el eclipse y deshacerme de ella.

88
Pablo Nicoli Segura

NOSTRADAMUS

Michael de Nostradamus, el mayor profeta de la antigüedad,


veía el futuro gracias a un artilugio extraño y cóncavo lleno de
agua. Es por esto que cuando decidí viajar a su época, en mi
transportador en el tiempo, nunca sospeché cómo lo que
parece sobrenatural –la videncia- se convertiría en algo tan
burdo y brutal como lo fue en realidad. Una vez llegué a la
Francia del siglo XVI y me presenté en la casa del doctor,
astrólogo y profeta, para explicarle que mi viaje obedecía a su
fama y en especial a sus increíbles profecías, unos servidores
suyos me sujetaron fuertemente y me amarraron a un gran
plato de bronce, que luego, por orden del astrólogo, llenaron de
agua unos centímetros por encima mío, de manera que si
alguien depositaba un peso sobre mi cuerpo yo me sumergía y
empezaba a ahogarme sin remedio. Fue así que mientras
Nostradamus se apresuraba a escribir sus profecías y centurias
sobre el pergamino, yo era interrogado, de la peor forma, sobre
la historia futura de la humanidad. Después de todo, siempre
sospeché que la explicación a lo sobrenatural es más simple de
lo que uno cree...

89
Pablo Nicoli Segura

TIEMPOS MODERNOS

Era irónico. De alguna manera se habían estropeado las cosas


menos pensadas y no obstante la mini computadora y sus
implementos se habían salvado del destrozo del naufragio. Sin
embargo, el hombre no tenía papel para escribir un mensaje y
guardarlo dentro de la típica botella, que luego lanzaría al mar
desde la soledad de la isla…
Un mes más tarde otro hombre encontró la botella a miles de
kilómetros, con un USB en su interior.

90
Pablo Nicoli Segura

EVA-SIÓN

Acariciado por la brisa del atardecer recordé los últimos días, el


amor perdido, y como un sonámbulo me fui aproximando al
acantilado. Poco me importó dejar la casa a su suerte, con los
invitados cantando y burlándose del destino. Avancé con
lentitud por un camino accidentado y paulatinamente fui
divisando el horizonte marino, observando un océano apacible
que me tentó a saltar al olvido, al alivio del dolor y la pena del
rompimiento. Cuando llegué al borde descubrí más abajo, entre
las rocas, el vestido blanco; Eva me había anticipado.

91
Pablo Nicoli Segura

MATASANOS

Aquel lunar en medio de la nariz le había incomodado siempre.


Juntó algunas monedas y fue a que un amigo, recién graduado
de cirujano plástico, se lo extirpara. Unos meses después el
solar en su rostro era todavía más horrible.

92
Pablo Nicoli Segura

LO INNOMBRABLE

Indagaciones, no confirmadas, daban cuenta de que se


arrastraba por los rincones más olvidados de las azoteas, se
tendía en las cornisas o irrumpía por la torre de alguna iglesia
abandonada. Los mejores avistamientos habían sido
experimentados por niños; uno de ellos lo vio aparecer volando
en círculos por el cielo, siendo la Luna llena su testigo. No
obstante, en boca de la gente las descripciones sobre la
entidad tomaban formas inverosímiles. Algunos señalaban que
era una mutación humana y otros no se atrevían siquiera a
nombrarla. Los indicios hallados eran muy variados: paredes
carcomidas, farolas convertidas en hierro retorcido, estatuas
desprendidas de su base y ventanales arañados. Pero la
prueba inobjetable de su hostilidad yacía en las perturbadas
mentes de las madres, que no lograban reconocer a sus hijos
ultimados.
El director de la gaceta demandaba respuestas.
-¡Quiero una explicación razonable y un artículo sobre mi
escritorio, mañana a primera hora!
Como reportero no tuve mejor idea que encender el grabador,
subir a la edificación más alta del pueblo y observar desde el
frontispicio. No pareció ser mi noche, pues nada excepcional
aconteció. Afligido por la incomodidad y desalentado por mi
fracaso, me di vuelta para regresar y fue, entonces que
colgando del capitel, descubrí sus dientes…

93
Pablo Nicoli Segura

RESPUESTA

Cuando despertó en el lecho, se sintió agotado, ajeno. Se


acercó al espejo gastado de la habitación y al verse en el
reflejo no pudo reconocerse. Veía la imagen de otro, pues
estaba seguro que no era él, gritó espantado, confundido, pero
de pronto se percató que su voz tampoco era su voz. Pensó si
había enloquecido, o si aún dormía, pero en la cama ya no
había nadie. Entonces la contingencia de estar soñando, o de
estar muerto tampoco eran viables. Volvió a pensar en la
posibilidad de vehemencia, pero sus nociones le respondieron
que los locos no son conscientes de su locura. Decidió volver a
acostarse, y ver si en el siguiente despertar la situación se
ordenaba. Pero eso nunca sucedió, pues los personajes de
ficción no deciden su existencia…

94
Pablo Nicoli Segura

SEMEJANTES

Prometeo robó el fuego y se los concedió a los humanos. Los


dioses montaron en cólera y castigaron la osadía.
Tiempo más tarde el Olimpo fue acometido por otros dioses
poderosos que no otorgaban tregua y deseaban obtener el
trono. Zeus mandó a los titanes y a los cíclopes a la guerra,
pero no pudieron derrotar a los dioses adversarios. Envió a sus
hermanos Poseidón y Hefesto; pero igualmente regresaron
pronto con la derrota a cuestas. Al fin el propio Zeus decidió
bajar de su mansión y entrar en batalla, pero el luchador que lo
enfrentó tenía el mismo poder que él, inclusive las mismas
armas, el fuego, el rayo… Jadeante, preguntó el nombre de su
contendiente: Júpiter, oyó por respuesta.
En ese momento el Padre de los dioses reparó en que los
aborrecibles humanos se habían vengado por el asunto del
fuego. Los romanos habían clonado a los antiguos dioses
griegos para arrebatarles la supremacía.

95
Pablo Nicoli Segura

CARRETE

De súbito todo se detuvo alrededor suyo. La gente del parque,


los niños y sus mascotas, las ramas de los árboles antes
movidas por el viento. Nada volvió a ser lo mismo y las
acciones empezaron a verse en retroceso.
El proyector de la película había sufrido un desperfecto.

96
Pablo Nicoli Segura

MITO DE CTHULHU

Con la gran cantidad de gente que visitaba la costa aquel


verano, decidí irme con mi familia a buscar un lugar
inexplorado. Llegamos pronto a una playa desierta y algo
escabrosa, de piedras oscuras y desechos marinos que me
recordaron, inevitablemente, a mi maestro de horror H.P.
Lovecraft, y como no, a sus no menos famosos mitos. Le dije a
mis hijos que no se acercaran a esas cosas grotescas y
amarillas en la orilla, pero no me hicieron caso. En unas horas
la marea subió repentinamente y mi primogénito quedó
atrapado en una de las cuevas. Sabía nadar muy bien, pero en
ese mar sombrío y verdoso eso no sirve de nada.
Hace ya una semana que aconteció la desgracia y su mamá y
yo hemos rezado día a día por su regreso. Alguien toca a la
puerta. ¿Será nuestro hijo que encontró la forma de
escapar…? Corro por el pasadizo, me apresuro a abrirle, pero
antes de ver quién está del otro lado, observo unos tentáculos
amarillos que luchar por entrar…

97
Pablo Nicoli Segura

EL ORIGEN

El minotauro miró hacia uno y otro lado, antes de tomar la


senda directa rumbo a la salida del laberinto. Avanzó con sigilo,
de puntillas, pues no quería terminar descabezado como sus
otros hermanos, se apegó contra la pared cuando escuchó
murmullos provenientes detrás del muro. Finalmente miró la luz
intensa al final del laberinto y sintió el deseo de correr hacia la
libertad; pero antes de que pudiera cumplir con su propósito,
algo enorme y poderoso lo sujetó sin remedio y lo arrancó
hacia afuera, el frío y la confusión lo invadieron de súbito…
-¡Es un machito! –dijo la partera con las manos
ensangrentadas-. Pero ¿qué demonios? ¡Tiene cuernos…! -
Gritó la vieja mujer soltando al piso del palacio al recién nacido.
Pasífae la madre, lo miró sin extrañarse demasiado. ¡Aún
seguía enamorada del toro blanco…!

98
Pablo Nicoli Segura

A FUTURO

En 2129, un escritor desconocido, se hizo famoso de la noche


a la mañana por un libro sorprendente. Los ensayistas más
veteranos protestaron:
-Se trata de un vil plagio, de una olvidada novela de H.G. Wells
del siglo XIX.
El autor del supuesto robo fue llevado a una corte internacional
y cuando lo interrogaron sobre la obra en ciernes, el escritor se
limitó a contestar que la idea había sido tomada de la
conversación que mantuvo con un joven misterioso, que lo
abordó en el antiguo Museo de Historia, coincidentemente de
apellido Wells, pero que luego de ese tiempo, perdió todo
contacto.
Para corroborar lo que decía, presentó un vídeo 4D de dicha
entrevista que terminó de eximirlo del cargo. No obstante, el
caso no pudo ser resuelto, y quedó archivado con el sello de: A
futuro.
La obra en cuestión se titula: La Máquina del tiempo…

99
Pablo Nicoli Segura

DETALLE

El plan fue perfecto y el secuestro una obra de arte. La familia


en pleno: papá, mamá y los dos hijos se hallaban sujetos y
amordazados en una habitación oscura muy lejos de la ciudad.
En la mansión nadie contestaba al teléfono, al parecer no había
quién pagara el rescate.

100
Pablo Nicoli Segura

INCONSCIENTE COLECTIVO

Las calles desiertas, la medianoche y la complicidad de las


farolas mortecinas le confieren cierta tranquilidad. No es un
criminal, pero si alguien lo viera en esa condición, de seguro
alertaría a las autoridades.
Pasa junto al monasterio, se resguarda en las sombras de los
portales, junto a la Plaza Mayor, cruza raudo las esquinas y se
dirige determinado a alcanzar cuanto antes refugio. Esta vez la
hora, las circunstancias le jugaron una mala pasada; pero qué
más da, ya casi llega a destino y nadie se ha cruzado por
delante. De pronto ve encenderse la ventana de un segundo
piso, percibe una sombra corpulenta al contraste con la luz.
Oye un grito de alarma, una advertencia, luego suena un
disparo y todas las casas de los alrededores se iluminan en
cadena. Corre por las calles, hay que salvar la vida; pocos
argumentos lo defenderán si la muchedumbre lo atrapa. Mala
suerte, a media cuadra la ronda policial lo advierte. Esta vez sí,
¡está perdido! La luna llena brilla gigante en el firmamento y él
cada vez se observa menos hombre y se siente más lobo.

101
Pablo Nicoli Segura

LA REUNIÓN PERFECTA

Habíamos logrado congregar en la sala de conferencias a los


grandes personajes del pensamiento universal. Allí se
encontraban, intercambiando teorías, el doctor Freud y su
siempre displicente colega Carl Jung, Newton y Albert Einstein,
quienes al parecer no llegaban a un acuerdo ecléctico sobre las
fuerzas de la naturaleza; el Che Guevara y Fidel Castro,
fumando un cubano y recordando alegres su revolución.
También los teníamos más añejos en el tiempo, como Platón y
su discípulo Aristóteles, cuya persuasión era en realidad
sobresaliente, aunque de vez en vez hiciera uso de algún
sofisma enrevesado. Por supuesto no podían faltar a esta
tertulia Carlomagno y Napoleón, cambiando estrategias
militares y moviendo sus piezas de ajedrez sobre un gran
tablero (por cierto, a Hitler el grupo judío no le permitió entrar y
le había dado una pataleta en el pasillo). Verne, el prolífico
escritor, y Wells, el de “La Máquina del Tiempo”, llenaban el
recinto de ideas inéditas que otro personaje aprovechaba para
anotar en un registro. Buda, Jesús y Mahoma eran sin embargo
el centro de atracción del evento y, ni que decir de Dios, al que
no menos de siete pacientes de la clínica mental decían
representar…

102
Pablo Nicoli Segura

INSTINTO DE ROBINSON

La pesca fue magnífica –se dijo a sí mismo cuando cargó la red


y sintió el peso.
Una vez descendió de su barca y desparramó los peces en la
arena descubrió, con asombro, a una sirena atrapada entre las
cuerdas. Se trataba de una criatura de belleza incomparable, a
pesar de su parte de pez. No pudo evitarlo; se enamoró sin
siquiera escucharla cantar. La cargó, la llevó a su cabaña, en
una isla desierta, y se olvidó de sus obligaciones por el resto
del mes.
El año pasó y como era de esperar el amor fue cediendo.
Finalmente, cuando llegó el invierno, y las mareas lograron
incomunicarlos del resto del mundo, entonces el hambre
empezó a torturarlo. Pensó con serenidad y apeló a su instinto
de supervivencia. En ese momento prendió el fuego, dispuso la
sartén y cogió el cuchillo… Supo entonces que cuando las
tripas suenan los sentimientos se disipan.

103
Pablo Nicoli Segura

BIBLIÓFILO

Cuando en la edad de las persecuciones religiosas millones de


libros fueron quemados en las hogueras por ser considerados
perversos o satánicos, todo este conocimiento halló la forma de
descender a los infiernos. Desde aquel entonces el demonio
posee la mejor biblioteca de todos los tiempos. Ya quisiera
Dios tener un diezmo de ésta.

104
Pablo Nicoli Segura

RESURRECCIÓN

Jesús subió a lo más alto del templo y desde allí sentenció:


-La verdad os hará libres.
Luego bajó con sus discípulos hasta su casa y al verlos
recibirle, besó en la frente a sus nietos.

105
Pablo Nicoli Segura

LA CELADA

Bajo la Luna plateada se escuchan los gritos salvajes de los


soldados, el rugir de la caballería y el chocar de las espadas
contra el duro metal de las armaduras, y como no, aquellos
horribles gritos de dolor y muerte que desgarraban hasta a los
espíritus más inconmovibles. No obstante, los monarcas de
cada ejército contemplan serenos –uno desde una distancia
prudente y el otro, al resguardo de una inexpugnable torre-, la
fiera y desigual contienda y sólo se limitan a impartir órdenes y
movimientos a pequeños hombres de trajes brillantes, pero
agotados.
En medio de la cruenta lucha, un grupo de audaces guerreros
se desplaza al centro del campo, junto a la guardia de élite,
pero como es de esperarse son atrozmente repelidos.
La suerte de la batalla parece estar echada. El ejército de la
heráldica oscura se ha hecho de pocos prisioneros; lo que
significa que ha aniquilado a la mayoría de sus enemigos.
En el rostro del monarca Real puede verse reflejada la
complaciente expresión de victoria, por lo que se dispone a
aproximarse al escenario de la contienda y gozar más de cerca
de su triunfo; sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos, un
arquero del ejército enemigo se alza sobre una posición
inesperada y le asesta terrible muerte al Rey, profiriendo luego
a grandes voces:
¡JAQUE MATE…!

106
Pablo Nicoli Segura

YETY

-Nunca lo hubiera creído de no verlo; este tipo de seres sólo


han sido posibles en los mitos y en la ficción.
-Es por ello la importancia del descubrimiento. Este espécimen
fue hallado muerto en lo más profundo de las cuevas
himalayas. Pero, le suplico doctor, prosigamos con la
investigación.
En la sala de disección, dos monstruos peludos procedían a
hacer trizas a un ser humano.

107
Pablo Nicoli Segura

CIRUJANO

El otro día tomé uno de esos libros ornamentales cuyo interior


es hueco y en dónde se guardan ciertos secretos que no
vienen al caso citar.
¡La verdad es que hasta ahora no me repongo de la mala
impresión!
Fue cómo abrirle el tórax a un paciente de quirófano y
descubrir que en su interior no hay órganos, esqueleto, ni
alma…

108
Pablo Nicoli Segura

ANGELUS

Agujereando nubes y usando el viento a su favor, volaba


entretenido sobre la ciudad, formando sombra con sus
enormes alas sobre el pavimento y haciendo un par de piruetas
imposibles; quizá fue por esto que nunca esperó estrellarse
aparatosamente con el segundo ángel que venía en sentido
contrario.

109
Pablo Nicoli Segura

RELATIVIDAD

El negocio de movilidad escolar era cada día más pobre, lo que


me obligó a probar nuevas rutas para llegar a destino. Fue en
estas circunstancias que un día, muy temprano, en una de
esas madrugadas cuya neblina parecen convertir a las casas y
personas en espejos de la realidad, que en una artería difícil
resolví cambiar mi destino y tomar el camino arriesgado. Al fin y
al cabo volvería a la ruta en cuestión de unas cuantas cuadras
y, efectivamente así fue, sólo que al girar por una esquina me
vi de pronto con otro vehículo extrañamente parecido al mío -
frenamos al mismo tiempo y tuvimos suerte de no chocar-
pero… que digo, era el mismo color, la misma marca y modelo,
la misma placa y movilidad, los mismos niños y mi otro yo, el
que había seguido la vía acostumbrada, me miraba desde la
cabina con tanta sorpresa como lo hacía yo con él. ¿Y ahora
quien diablos…, cuál de los dos continuaría la ruta y llegaría a
destino?

110
Pablo Nicoli Segura

QUE DESPERDICIO

Cuando nuestros viajeros estelares llegaron al nuevo planeta,


encontraron una civilización de seres pensantes que habitaban
cada uno su burbuja flotante y de la cual nunca salían. Que
pena nos dio percatarnos que en ese mundo no existían los
libros; y con todo el tiempo que hubieran tenido para leer.

111
Pablo Nicoli Segura

LECTURA

La mujer era una mole, cuello de toro, puños voluminosos y un


físico envidiable; su marido sólo un garabato.
La comitiva rodeaba el féretro y lamentaban perdida tan
irreparable.
-Era un encanto de persona –repetían-. Sufrió toda su vida.
Siempre los buenos se van primero.
En la habitación contigua, terminaban de dar lectura al
testamento. El marido gritó de alegría.

112
Pablo Nicoli Segura

POR EL DEBER

En pleno combate entre La Esmeralda y el monitor Huáscar


dos marineros, uno de cada nación, cayeron al océano. Una
hora después las corrientes marinas hicieron su trabajo y los
sobrevivientes emergieron en un islote cercano. La guerra
había quedado atrás y ahora lucharían contra otros enemigos:
el hambre, la sed, la supervivencia.
Por días no hubo otro tema de conversación más que las
anécdotas, los amigos y en especial la familia. Olvidaron la
guerra y las nacionalidades. Claro, hasta que en determinado
momento sintieron que a sus espaldas algo grande y poderoso
explotaba. El volcán también hacía su trabajo. Sabedores de
que no habría forma de sobrevivir a esa catástrofe natural, se
dieron las espaldas, caminaron unos cuantos pasos y se
volvieron para dispararse. Como soldados que eran ellos,
asimismo terminarían haciendo el suyo…

113
Pablo Nicoli Segura

CUENTOS EXTRAS

INVENTO

Siempre reflexioné en la cuadratura del círculo y al círculo lo


idealicé como la figura más perfecta. Recapacité que los libros
tienen bordes rectangulares o cuadrados y que su perfección
llegaría el día que alguien inventara un libro redondo.

LA SEGUNDA VENIDA

El cielo se partió en dos, voces angelicales se escucharon de la


nada, sonaron las trompetas y el tronar sacudió los corazones;
la muchedumbre se arremolinó y gritó, el rechinar de dientes, el
fuego desbordado. Todo listo, el escenario servido y la estrella
principal nunca llegó. El vocalista de Kiss se había dado
tremenda borrachera.

CUESTIÓN DE TIEMPO

Y llegará el día en el cuál la máquina del tiempo nos devuelva


la memoria perdida por la humanidad: la antigua biblioteca de
Alejandría.

114
Pablo Nicoli Segura

MICHAEL JACKSON

Cuando al fin estuvo muerto y a merced de los curiosos, le


retiraron la máscara del rostro y se percataron que siempre fue
negro.

CURIOSO

Las tapas de los libros siempre me asemejaron puertas


cerradas; y uno sabe cuanta curiosidad puede generar una
puerta que nos oculta el misterio que hay del otro lado.

LAS MIL Y UNA NOCHES

La esposa de Aladino hizo sus maletas y se fue de casa.


Nunca superó el mal genio de su marido.

666

Cuando Jehová se quitó la máscara, la humanidad entendió el


engaño.

115
Pablo Nicoli Segura

APÓCRIFO

Cuando Noé terminó de subir al Arca al último de los animales


pensó en el destino de los libros. Se le ocurrió entonces echar
afuera al unicornio, y conservar las tablillas con el Génesis

DECISIONES

El pez volador saltó hacia las rocas buscando a la gaviota. La


gaviota se zambulló en el mar y no halló al pez. El amor a
veces se torna difícil.

ETÉREOS

Los libros fantasmas son aquellos que nadie coge del estante.

NO HAY MAL QUE DURE 100 AÑOS NI CABEZA QUE LO


RESISTA

La migraña era tan fuerte y los médicos tan ineptos que sólo el
verdugo pudo solucionarle el problema.

116
Pablo Nicoli Segura

ENVIDIA
Sienten algunos libros envidia del compañero de estante que
es llevado a pasear cada día.

LENGUA MUERTA
Aprendió con esfuerzo y dedicación aquella lengua, que por fin
le valió escribir y publicar varios libros con vocablos latinos,
hasta que el mafioso y esposo de su amante mandó le cortaran
la suya…

117
Pablo Nicoli Segura

118
Pablo Nicoli Segura

EPÍLOGO

Amable lector: después de haber leído 100 relatos fantásticos


espero que ahora me considere no solo un escritor más que
leyó, sino también un amigo, y es que sólo los amigos
comparten un trabajo, que en este caso, me tomó cerca de dos
años concluir.
Se habrá percatado asimismo que los 100 relatos, o mejor
dicho, minicuentos prometidos en el título llegan en realidad a
123. Y es que el nombre del libro se gestó en base a ese
número mágico, el 100, pero claro, algunos cuentos nuevos
fueron apareciendo luego de iniciado el proyecto de
conformación de la obra y ganándose, por derecho propio, su
pase y lugar en estos relatos. Debo advertir además que para
lograr el presente libro, tuve que escribir dos… Me explico, la
selección que hice de estos 123 minicuentos fueron entre cerca
de 250 que a lo largo de dos años e ideado. Por lo que ustedes
amigos lectores tienen entre manos lo mejor de esos dos libros.
Estoy convencido de que cuando los lectores, después de
terminada la lectura de una obra, la cierran y desean
comentársela a otra persona, o mejor todavía, lo recuerdan por
algunos años, entonces es que el libro ha logrado su verdadero
objetivo: dejar un recuerdo indeleble en la mente de quienes lo
han leído. Yo espero, sin mayores pretensiones, que eso
mismo haya sucedido en su caso, al igual que ha acontecido
con personas del facebook quienes me han leído primero y me
han dicho que les fascinó lo que escribo en tan cortas palabras.

119
Pablo Nicoli Segura

Quiero agradecer a muchas personas que durante dos años


me han apoyado ya sea con una palabra dicha, una idea o
simplemente con una sonrisa después de oír, o leer lo que
escribo, siempre pensando más en los lectores, aunque
sabiendo que si me divierte a mí redactarlo, seguramente
también a ustedes el leerlo.
Deseo dedicar esta obra a mi esposa Giovanna y a mis dos
hijos Christopher y Pierre por los cientos de minutos y de horas
que he tenido que dedicar –en solitario- a la escritura, pero sin
olvidar que lo hacía pensando en que este libro y los
anteriormente escritos era, y es el legado que les dejo de lo
mejor de mí; es decir: mis ideas, mi trabajo, mi pasión y sobre
todo el saber que con este arte he saboreado también la
felicidad espiritual.

El autor.

120
Pablo Nicoli Segura

Pablo Nicoli Segura, Arequipa-Perú 19/08/1964.

Miembro fundador de la “Agrupación Juvenil de Escritores”


(1986), donde fue premiado por la revista “Alma Máter”, por su
obra “Fisgón”.
En 1987, obtuvo el segundo lugar en el Concurso de Cuento
organizado por el diario Correo, por su obra “El lado oscuro de
la luz”.
En marzo del 2004 fue premiado con el “Primer Lugar” en el
concurso de cuento organizado por la revista española “Ni te
cuento”, en Barcelona.
En 2009 ganó el Primer Lugar en el concurso Montaña Mágica
en Madrid, con su cuento “La reunión perfecta”.
Fue presidente del “Grupo Cultural Minotauro”, asociación que
fomenta y promueve la literatura y las artes entre los jóvenes.
Es editor del semanario “Enigmas” del diario Noticias.
Co-autor del libro “La Estirpe del ensueño”, enorme antología
de la literatura fantástica en el Perú, recopilada por Gonzalo
Portals (Lima 2008/2009).
Investigador de la Historia de Arequipa, ha publicado variados
artículos sobre el folclor y la literatura mistiana en periódicos y
revistas.
Estuvo a cargo de los Libros Históricos del Cabildo de nuestra
ciudad (desde 1546 hasta 1636), los cuales ha recuperado en
formato virtual.

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Pablo Nicoli Segura

Al día de hoy ha publicado: Arequipa y sus misterios, Arequipa


fantasmas y leyendas, Aventura de dos arequipeños en época
de Cristo, Arequipa fantástica y sobrenatural, La Biblia no nos
dijo todo, La otra Arequipa y sus enigmas, Narraciones
asombrosas y soñadas, Mitos y leyendas de Arequipa,
Enigmas y misterios del mundo, Los mejores cuentos del
mundo, Arequipa el enigma de la lectura, El Club Monster,
Arequipa Casas encantadas, y su reciente antología de
Arequipa y sus misterios que reúne lo mejor de siete de sus
libros.

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Pablo Nicoli Segura

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