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TESIS 13: LOS PRINCIPIOS POLÍTICOS DE LA LIBERACIÓN.

EL PRINCIPIO
CRÍTICO DE LA ESFERA MATERIAL 

La inclusión de una forma legítima de impugnación del orden social, de desobediencia


y rebelión conlleva como problema filosófico, pero fundamentalmente político: la
determinación de criterios para la justificación de la acción que, desde las víctimas,
tiende a impugnar a las instituciones vigentes en una sociedad. Esto exige que los
principios sean explícitos y no puedan ser usados de mala fe. Estos principios,
argumenta Dussel, son en primer lugar negativos puesto que se sitúan en la negación
de la vida de las víctimas que un sistema produce. Esta injusticia es la que detecta el
político por vocación quien aunque no sufra personalmente la opresión tiene el deber
de ser solidario con el sufrimiento de su pueblo. Es aquí donde los principios éticos se
articulan con los principios políticos e interpelan a los políticos (pero también a los
intelectuales) y los convoca a no permanecer impávidos frente a la negación de las
víctimas, frente al imperio de la injusticia social. 

Este momento de la negatividad expresada en la negación de la vida de las víctimas es


un momento fundamental en el desarrollo civilizatorio de todo el sistema33 porque
permite someter el orden social a la crítica a partir de los criterios establecidos. 34 En
efecto, la elaboración de las demandas de las víctimas y la detección del origen de la
negación de la vida permite un proceso de superación de las instituciones sociales. Es
decir, se abre un proceso instituyente dónde la comunidad de víctimas y el consenso
intersubjetivo que genera puede (y debe) provocar la innovación institucional para
garantizar la producción de la vida de toda la comunidad35. 

En la Primera parte hemos expuesto al final los principios normativos de la política, porque están
implícitos en todas las acciones e instituciones del político de vocación que cumple con las
exigencias del poder obediencial. En esta Segunda parte, critica o liberadora, los principios deben
describirse al comienzo, porque los políticos que crean novedad en la historia, que innovan en las
acciones y las instituciones, que se juegan en primer lugar por los excluidos, por las víctimas, por
los pobres, son políticos que tienen principios, y además explícitos. Tienen conciencia de conducir
sus acciones y la transformación de las instituciones políticas a partir de exigencias normativas de
las que pueden responder claramente, con razones. Emiliano Zapata, el político de Anenecuilco -
pueblo cercano de donde escribo estas líneas, tenía principios bien claros: 1. "!La tierra para los
que la trabajan con sus manos!" (Principio material crítico). 2. "!Siempre tomaremos las decisiones
juntos, y después que nadie se raje!" (Principio de legitimación crítico). 3. Y al final deciden, como
última instancia, el "Empuñemos las armas”, para defender sus tierras ante los de Ayala, y ante la
decisión del hacendado (principio de factibilidad crítico). En el Plan de Ayala, punto 15, podemos
leer: "No somos personalistas, ¡somos partidarios de los principios y no de los hombres!" (Ayala,
25 de noviembre de 1911).

Principios políticos críticos

Los principios normativos políticos (que subsumen a los principios critico-éticos en el campo
político) constituyen por dentro al poder político (como poder del pueblo: potentia, y como
ejercicio delegado del poder desde las instituciones: potestas). Pero como todo sistema politico no
puede nunca ser perfecto (será necesario tiempo infinito, inteligencia y voluntad ilimitadas, etc.),
produce inevitablemente efectos negativos en el mejor de los casos no intencionales. Es decir, el
efecto negativo politico es un error; a los errores se los puede ignorar o se los reconoce y corrige
(propio de los grandes políticos). De todas maneras hay miembros de la comunidad que sufren en
su corporalidad viviente (como dolor, humillación, insatisfacción y hasta muerte) dichos efectos:
son las víctimas de las injusticias políticas; pueden ser oprimidos o excluidos; son los marginales,
las clases explotadas, los grupos dominados, los sectores que forman parte del pueblo. Esas
víctimas son víctimas porque: no pueden vivir plenamente (momento material); porque han sido
excluidas de Ia participación de las decisiones que sufren (momento formal de no legitimidad), y
porque manifiestan en su propio sufrimiento o reivindicación insatisfecha, que el sistema no es
eficaz (al menos con respecto a esos grupos victimados).

Los principios normativos críticos son en primer Iugar negativos, en referencia a una positividad
injusta. Siendo el sistema vigente, el que produce esas víctimas, la exigencia u obligación que se
impone al politico por vocación es, a partir de la solidaridad por el otro humillado, comenzar por
negar la verdad, la legitimidad y la eficiencia a dicho sistema. El descubrimiento de la no-verdad,
de la no-legitimidad, de la no-eficiencia del sistema de dominación es el momento del
escepticismo del crítico con respecto a dicho sistema; es el momento del ateísmo de la totalidad
vigente diría correctamente K. Marx en consonancia con los profetas de Israel que negaban la
divinidad de los fetiches. La formulación inicial de todos los principios políticos críticos podrá ser lo
siguiente: ¡Debemos criticar, o negar como sostenible, a todo sistema politico o a las acciones o
instituciones cuyos efectos negativos son sufridos por víctimas oprimidas o excluidas! No se puede
ser cómplices de la dominación política que es cumplimiento de un ejercicio del poder que, en vez
de ser obediente delegado del pueblo, se ha convertido en despótico ejercicio fetichizado del
poder.

El principio material liberador, exigencia de afirmación y aumento de la vida comunitaria

La política, siendo la voluntad de vivir, consensual y factible, debe intentar por todos sus medios
(en eso consiste su normatividad como obligación analógica a la ética) permitir a todos sus
miembros que vivan, que vivan bien, que aumente la cualidad de sus vidas. Se trata de la esfera
material (del contenido de la política). La vida humana, siendo el criterio material por excelencia,
es el contenido último de toda acción o institución política. La víctima es víctima porque no-puede-
vivir. El politico de vocación está llamado a obrar a favor de la reproducción y aumento de la vida
de todos los ciudadanos. Pero las víctimas del sistema imperfecto, inevitablemente injusto en
algún momento, intolerablemente insostenible en sus crisis terminales, son las que sufren en
mayor grado, como heridas abiertas, la enfermedad del cuerpo social. ElIas muestran el Lugar de
la patología del sistema, de la injusticia que hay que saber reparar. La afirmación de la vida de la
víctima, que no-puede-vivir por la injusticia del sistema, es al mismo tiempo lo que permite
cumplir con la exigencia de aumentar la vida de la comunidad. Repito: la mera reproducción de la
vida del pobre exige tales cambios que, al mismo tiempo, produce el desarrollo civilizador de todo
el sistema. Afirmación de vida de la víctima es crecimiento histórico de la vida toda de la
comunidad. Es a través de la solución de las insatisfacciones de los oprimidos, los últimos, que los
sistemas históricos han progresado. El principio crítico general, en su momento afirmativo ahora,
debería enunciarse algo así como: ¡Debemos producir y reproducir la vida de los oprimidos y
excluidos, las víctimas, descubriendo las causas de dicha negatividad, y transformando
adecuadamente las instituciones, lo que de hecho aumentará la vida de toda la comunidad! Se ha
olvidado frecuentemente que Ie toca al politico, como representante, la obligación responsable de
desarrollar la vida de todos los ciudadanos, en primer lugar de aquellos que han sido puestos fuera
de esta posibilidad de cumplir con la satisfacción de sus necesidades, desde las más básicas hasta
las superiores. La política, en su sentido más noble, obediencial, es esta responsabilidad por la vida
en primer lugar de los más pobres. Esta exigencia normativa fundamental constituye el momento
creativo de la política como liberación. ¡Los pueblos que han sabido darse esos políticos
ejemplares han podido vencer las dificultades que la historia les ha deparado! ¡Los que han tenido
políticos corruptos, egoístas, de horizontes mezquinos han pasado amargos momentos y hasta
han desaparecido! El fetichismo de los gobernantes en el ejercicio del poder debilita a los pueblos
y los deja inermes ante sus enemigos.

Las dimensiones ecológica, económica y cultural del principio crítico material de la política

El campo politico atraviesa los campos materiales por excelencia: el ecológico, el económico y el
cultural, al menos; estos campos determinan la estera material de la política. En cada uno de estos
campos el principio material crítico político despliega exigencias particulares, todas en torno a la
vida de los ciudadanos, pero en diversas dimensiones de esta esfera. En la subesfera ecológica de
la política la vida humana se encuentra directamente en peligro de su extrema extinción. Lo nunca
previsto es hoy posibilidad: desde la bomba atómica y la escalada de contaminación creciente del
planeta Tierra la desaparición de la vida es una inminente posibilidad. Desde ese límite absoluto, la
contaminación acorta vidas, produce falta de calidad suficiente de salud en la población, y en
general degrada las condiciones de la corporalidad viviente de los ciudadanos. El principio material
político se impone como una obligación que nunca antes tuvieron los políticos de otros tiempos,
cuando se imaginaban que la Tierra tenía recursos infinitos de aire, agua, bienes no-renovables. La
Tierra se ha achicado; es finita; se acaban sus recursos. El ser humano es responsable de la muerte
de la vida en nuestro pequeño planeta que comienza a producir claustrofobia. El principio
ecológico político crítico podría enunciarse: ¡Debemos en todo actuar de tal manera que la vida en
el planeta Tierra pueda ser una vida perpetua! Esto es además un postulado. Los bienes no
renovables son sagrados, irremplazables, inmensamente escasos. Es necesario ahorrarlos en
extremo para las generaciones futuras. Es quizá la exigencia normativa número uno de la nueva
política. En la subesfera económica de la política, el sistema capitalista se ha transformado en el
peligro supremo, tanto ecológico como social. El sistema, con el criterio del aumento de la tasa de
ganancia (como criterio racional) elige una tecnología destructiva de la vida en la Tierra, y produce
como efecto, por la tendencia de reducir los salarios al mínimo, una inmensa pobreza,
desocupación, miseria. El principio económico político crítico normativo deberá indicar algo así
como: ¡Debemos imaginar nuevas instituciones y sistemas económicos que permitan la
reproducción y crecimiento de la vida humana y no del capital! Esas alternativas deberán crearse
en todos los niveles institucionales y con la ayuda de todo el pueblo. Hay que fijar los ojos en las
nuevas experiencias populares de economía social alternativa. En la subesfera cultural de la
política, hay que superar el eurocentrismo de la modernidad colonialista, por la afirmación de la
multiculturalidad dentro de la población de un sistema politico nacional. El principio podría
enunciarse: ¡Debemos apoyar la identidad cultural de todas las comunidades incluidas dentro del
sistema politico, y defender la diferencia cultural cuando se intente homogeneizar las culturas y las
lenguas de la población desde la dominación de una de ellas (la criolla o mestiza moderna
europea) con la exclusión de las otras! ¡Debemos efectuar una Revolución cultural! es el principio
que nos propone desde Bolivia Evo Morales.
El Vivir Bien, el modelo que buscaba implementar el gobierno de Evo Morales, se puede resumir
como el vivir en armonía con la naturaleza algo que retomaría los principios ancestrales de las
culturas de la región. Éstas considerarían que el ser humano pasa a un segundo plano frente al
medio ambiente.
Principios reconocidos en el artículo 8 de la Constitución Política del Estado (CPE)
|El artículo 8 de la CPE establece que: “El Estado asume y promueve como principios ético–
morales de la sociedad plural: ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni
seas ladrón), suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi
maraei (tierra sin mal) y qhapaj ñan (camino o vida noble).
Existe una marcada distancia con el socialismo y más aún con el capitalismo. El primero busca
satisfacer las necesidades del hombre y para el capitalismo lo más importante es el dinero y la
plusvalía.
El Vivir Bien es un proceso que recién comienza y que poco a poco se irá masificando.
“Para los que pertenecemos a la cultura de la vida lo más importante no es la plata ni el oro, ni el
hombre, porque él está en el último lugar. Lo más importante son los ríos, el aire, las montañas,
las estrellas, las hormigas, las mariposas (…) El hombre está en último lugar, para nosotros, lo más
importante es la vida”.
En las culturas
Aymara • Antiguamente los pobladores de las comunidades aymaras en Bolivia aspiraban a ser
qamiris (personas que viven bien).
Quechuas • De igual manera las personas de esta cultura anhelaban ser un qhapaj (gente que vive
bien). Un bienestar que no es el económico.
Guaraníes • El guaraní siempre aspira a ser una persona que se mueve en armonía con la
naturaleza, es decir que espera algun día ser iyambae.
El Vivir Bien da prioridad a la naturaleza antes que al humano
Éstas son las características que poco a poco se implementarán en el nuevo Estado Plurinacional.
Priorizar la vida
Vivir Bien es buscar la vivencia en comunidad, donde todos los integrantes se preocupan por
todos. Los más importante no es el humano (como plantea el socialismo) ni el dinero (como
postula el capitalismo), sino la vida. Se pretende buscar una vida más sencilla. Sea el camino de la
armonía con la naturaleza y la vida, con el objetivo de salvar el planeta y da prioridad a la
humanidad.
Llegar a acuerdos en consenso
Vivir Bien es buscar el consenso entre todos, lo que implica que aunque las personas tengan
diferencias, al momento de dialogar se llegue a un punto neutral en el que todas coincidan y no se
provoquen conflictos. “No estamos en contra de la democracia, pero lo que haremos es
profundizarla, porque en ella existe también la palabra sometimiento y someter al prójimo no es
vivir bien”.

Respetar las diferencias


Vivir Bien es respetar al otro, saber escuchar a todo el que desee hablar, sin discriminación o algún
tipo de sometimiento. No se postula la tolerancia, sino el respeto, ya que aunque cada cultura o
región tiene una forma diferente de pensar, para vivir bien y en armonía es necesario respetar
esas diferencias. Esta doctrina incluye a todos los seres que habitan el planeta, como los animales
y las plantas.
Vivir en complementariedad
Vivir Bien es priorizar la complementariedad, que postula que todos los seres que viven en el
planeta se complementan unos con otros. En las comunidades, el niño se complementa con el
abuelo, el hombre con la mujer, etc. Un ejemplo especifica que el hombre no debe matar a las
plantas, porque ellas complementan su existencia y ayudan a que aquél sobreviva.
Equilibrio con la naturaleza
Vivir Bien es llevar una vida de equilibrio con todos los seres dentro de una comunidad. Al igual
que a la democracia, a la justicia también se la considera excluyente, porque sólo toma en cuenta
a las personas dentro de una comunidad y no a lo que es más importante: la vida y la armonía del
hombre con la naturaleza. Es por eso que Vivir Bien aspira a tener una sociedad con equidad y sin
exclusión.
Defender la identidad
Vivir Bien es valorar y recuperar la identidad. Dentro del nuevo modelo, la identidad de los
pueblos es mucho más importante que la dignidad. La identidad implica disfrutar plenamente una
vida basada en valores que se han resistido por más de 500 años (desde la conquista española) y
que han sido legados por las familias y comunidades que vivieron en armonía con la naturaleza y el
cosmos.
Uno de los objetivos principales del Vivir Bien es retomar la unidad de todos los pueblos
el saber comer, beber, danzar, comunicarse y trabajar son también algunos aspectos
fundamentales
Aceptar las diferencias
Vivir Bien es respetar las semejanzas y diferencias entre los seres que viven en el mismo planeta.
Va más allá del concepto de la diversidad.”No hay unidad en la diversidad, sino es semejanza y
diferencia, porque cuando se habla de diversidad sólo habla de las personas”, Este planteamiento
se traduce en que los seres semejantes o diferentes jamás deben lastimarse.
Priorizar derechos cósmicos
Vivir Bien es dar prioridad a los derechos cósmicos antes que a los Derechos Humanos. Cuando el
Gobierno habla de cambio climático, también se refiere a los derechos cósmicos, “Por eso el
Presidente (Evo Morales) dice que va a ser más importante hablar sobre los derechos de la madre
tierra que hablar sobre los derechos humanos”.
Saber comer
Vivir Bien es saber alimentarse, saber combinar las comidas adecuadas a partir de las estaciones
del año (alimentos según la época). El ministro de Relaciones Exteriores, David Choquehuanca,
explica que esta consigna debe regirse en base a la práctica de los ancestros que se alimentaban
con un determinado producto durante toda una estación. Comenta que alimentarse bien garantiza
la salud.
Saber beber
Vivir Bien es saber beber alcohol con moderación. En las comunidades indígenas cada fiesta tiene
un significado y el alcohol está presente en la celebración, pero se lo consume sin exagerar o
lastimar a alguien. “Tenemos que saber beber, en nuestras comunidades teníamos verdaderas
fiestas que estaban relacionadas con las épocas estacionales. No es ir a una cantinas y
envenenarnos con cerveza y matar las neuronas”.
Saber danzar
Vivir Bien es saber danzar, no simplemente saber bailar. La danza se relaciona con algunos hechos
concretos como la cosecha o la siembra. Las comunidades continúan honrando con danza y música
a la Pachamama,principalmente en épocas agrícolas; sin embargo, en las ciudades las danzas
originarias son consideradas como expresiones folclóricas. En la nueva doctrina se renovará el
verdadero significado del danzar.
Saber trabajar
Vivir Bien es considerar el trabajo como fiesta. “El trabajo para nosotros es felicidad”, dice el
canciller David Choquehuanca, quien recalca que a diferencia del capitalismo donde se paga para
trabajar, en el nuevo modelo del Estado Plurinacional, se retoma el pensamiento ancestral de
considerar al trabajo como una fiesta. Es una forma de crecimiento, por eso que en las culturas
indígenas se trabaja desde pequeños.
Retomar el abya laya
Vivir Bien es promover que los pueblos se unan en una gran familia. Para el Canciller, esto implica
que todas las regiones del país se reconstituyan en lo que ancestralmente se consideró como una
gran comunidad. “Esto se tiene que extender a todos los países, es por eso que vemos buenas
señales de presidentes que están en la tarea de unir a todos los pueblos y volver ser el Abya Laya
que fuimos”.
Reincorporar la agricultura
Vivir Bien es reincorporar la agricultura a las comunidades. Parte de esta doctrina del nuevo
Estado Plurinacional es recuperar las formas de vivencia en comunidad, como el trabajo de la
tierra, cultivando productos para cubrir las necesidades básicas para la subsistencia. En este punto
se hará la devolución de tierras a las comunidades, de manera que se generen las economías
locales.
Saber comunicarse
Vivir Bien es saber comunicarse. En el nuevo Estado Plurinacional se pretende retomar la
comunicación que existía en las comunidades ancestrales. El diálogo es el resultado de esta buena
comunicación que menciona el Canciller. “Tenemos que comunicarnos como antes nuestros
padres lo hacían,y resolvían los problemas sin que se presenten conflictos, eso no lo tenemos que
perder”.
El Vivir Bien no es “vivir mejor” como plantea el capitalismo
Entre los preceptos que establece el nuevo modelo del Estado Plurinacional, figuran el control
social, la reciprocidad y el respeto a la mujer y al anciano.
Control social
Vivir Bien es realizar un control obligatorio entre los habitantes de una comunidad. “Este control
es diferente al propuesto por la Participación Popular, que fue rechazado (por algunas
comunidades) porque reduce la verdadera participación de las personas”, dijo el canciller
Choquehuanca. En los tiempos ancestrales, “todos se encargaban de controlar las funciones que
realizaban sus principales autoridades”.
Trabajar en reciprocidad
Vivir Bien es retomar la reciprocidad del trabajo en las comunidades. En los pueblos indígenas esta
práctica se denomina ayni, que no es más que devolver en trabajo la ayuda prestada por una
familia en una actividad agrícola, como la siembra o la cosecha. “Es uno más de los principios o
códigos que nos garantizarán el equilibrio frente a las grandes sequías”, explica el Ministro de
Relaciones Exteriores.
No robar y no mentir
Vivir Bien es basarse en el ama sua y ama qhilla (no robar y no mentir, en quechua ). Es uno de los
preceptos que también están incluidos en la nueva Constitución Política del Estado y que el
Presidente prometió respetar. De igual manera, para el Canciller es fundamental que dentro de las
comunidades se respeten estos principios para lograr el bienestar y confianza en sus habitantes.
“Todos son códigos que se deben seguir para que logremos vivir bien en el futuro”.
Proteger las semillas
Vivir Bien es proteger y guardar las semillas para que en un futuro se evite el uso de productos
transgénicos. El libro “Vivir Bien, como respuesta a la crisis global”, de la Cancillería de Bolivia,
especifica que una de las características de este nuevo modelo es el de preservar la riqueza
ancestral agrícola con la creación de bancos de semillas que eviten la utilización de transgénicos
para incrementar la productividad, porque se dice que esta mezcla con químicos daña y acaba con
las semillas milenarias.
Respetar a la mujer
Vivir Bien es respetar a la mujer, porque ella representa a la Pachamama, que es la Madre Tierra
poseedora de dar vida y cuidar a todos sus frutos. Por estas razones, dentro de las comunidades, la
mujer es valorada y está presente en todas las actividades orientadas a la vida, la crianza, la
educación y la revitalización de la cultura. Los pobladores de las comunidades indígenas valoran a
la mujer como base de la organización social, porque transmiten a sus hijos los saberes de su
cultura.
Vivir Bien y NO mejor
Vivir Bien es diferente al vivir mejor, que se le relaciona con el capitalismo. Para la nueva doctrina
del Estado Plurinacional, vivir mejor se traduce en egoísmo, desinterés por los demás,
individualismo y solamente pensar en el lucro. Considera que la doctrina capitalista impulsa la
explotación de las personas para la captación de riqueza en pocas manos, mientras que el Vivir
Bien apunta a una vida sencilla que mantenga una producción equilibrada.
Recuperar recursos
Vivir Bien es recuperar la riqueza natural del país y permitir que todos se beneficien de ésta de
manera equilibrada y equitativa. La finalidad de la doctrina del Vivir Bien también es la de
nacionalizar y recuperar las empresas estratégicas del país en el marco del equilibrio y la
convivencia entre el hombre y la naturaleza en contraposición con una explotación irracional de
los recursos naturales. “Ante todo se debe priorizar a la naturaleza”, agregó el Canciller.
Ejercer la soberanía
Vivir Bien es construir, desde las comunidades, el ejercicio de la soberanía en el país . Esto
significa, según el libro “Vivir Bien, como respuesta a la crisis global”, que se llegará a una
soberanía por medio del consenso comunal que defina y construya la unidad y la responsabilidad a
favor del bien común, sin que nadie falte. En ese marco se reconstruirán las comunidades y
naciones para construir una sociedad soberana que se administrará en armonía con el individuo, la
naturaleza y el cosmos.
Aprovechar el agua
Vivir Bien es distribuir racionalmente el agua y aprovecharla de manera correcta. El Ministro de
Relaciones Exteriores comenta que el agua es la leche de los seres que habitan el planeta.
“Tenemos muchas cosas, recursos naturales, agua y por ejemplo Francia tampoco tiene la
cantidad de agua ni la cantidad de tierra que hay en nuestro país, pero vemos que no hay ningún
Movimiento Sin Tierra, así que debemos valorar lo que tenemos y preservarlo lo más posible, eso
es Vivir Bien”.
Escuchar a los mayores
Vivir Bien es leer las arrugas de los abuelos para poder retomar el camino. El Canciller destaca que
una de las principales fuentes de aprendizaje son los ancianos de las comunidades, que guardan
historias y costumbres que con el pasar de los años se van perdiendo. “Nuestros abuelos son
bibliotecas andantes, así que siempre debemos aprender de ellos”, menciona. Por lo tanto los
ancianos son respetados y consultados en las comunidades indígenas del país.

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