Los Seguidores de Osiris; la turbulenta historia de la educación
inclusiva.
J.Francisco Guerrero López
“Ya sabes que en mi casa ha permanecido como una carga hereditaria
Harpastes, aquella mujer fatua que mi esposa tenía.Yo siento, en verdad, gran aversión hacia ese tipo de persona calamitosa; cuando me quiero divertir con un fatuo, no he de andar muy lejos: me río de mí mismo. Esa mujer fatua perdió súbitamente la vista, y te contaré una cosa increíble, pero bien cierta: ignora que sea ciega y, a menudo, ruega a su guía que cambien de estancia porque la encuentra oscura. Esto que nos hace reír en ella, es menester que te conste claramente, es lo que sucede a todos nosotros: nadie se conoce que es avaro, nadie , que es concupiscente”. Lucio Anneo Séneca. “Cartas morales a Lucilio”. 1986.Pág.110.
Hace años que tengo un busto de Séneca en mi mesita de noche. Al apagar la
luz –en ocasiones enciendo una vela como homenaje a Séneca y la soplo antes de intentar dormirme- sus ojos algo distantes y aristocráticamente resignados, como de elegante sufrimiento controlado, me observan durante un momento de eternidad con cierta severa dulzura desapareciendo instantes después -lo último que veo son sus inmóviles cabellos alborotados- entre sombras envolventes y el olor a cera derretida que aletea sobre la estatua del pensador cordobés como el cuervo del poema de Edgard Allan Poe sobre el busto de Palas Ateneas. Al levantarme cada mañana suelo hacer lo que él hacía para aliarse con la imperfección: pensar en todo lo terrible que me puede suceder a lo largo del día para estar preparado a todo tipo de infortunios, incluida la muerte -algo que no consigo, evidentemente-. Séneca llamó a ese ejercicio de meditación que hoy consideraríamos de autoayuda las “Praemeditatio Matutinas”. Me imagino que entre sus Praemeditatio se encontraría alguna relacionada con Harpastes, una mujer, seguramente con algún tipo de discapacidad intelectual, que la señora de Séneca probablemente recogería de la Columna Lactaria -un lugar en Roma para “depositar” a los niños y niñas con problemas-.Séneca -una de la cumbres del pensamiento y las leyes romanas- nunca soportó a esa mujer a la que denomina “calamitosa” y esperaba de ella cualquier tipo de situación que alterase su vida -ya de por sí bastante caótica y-.Yo no creo que Séneca se mofase de Harpastes ni mucho menos que le hiciese daño simplemente le ocurría como a Aristóteles: no entendían muy bien que este tipo de personas pudiesen convivir en contextos normalizados. Pero esto ha sido una constante a lo largo de la historia como veremos sintéticamente en las páginas que siguen. A mí me gusta pensar que el primer sujeto de atención a la diversidad de la historia fue un hombre que vivió hace miles de años (1). Sucedió hace mucho tiempo...Así es como comienzan los cuentos, los cuentos hermosos, los cuentos con final feliz, como casi nunca son los cuentos relacionados con los que sufren, escuchándolo, escuchando el cuento con los ojos cerrados como decía Bertol Bretch que había escuchar los cuentos, los cuentos hermosos, con final feliz. Sucedió hace mucho tiempo…Sí, así suelen comenzar los cuentos; Una persona que vivió antes que comenzara cualquier "historia" de la azarosa "historia" del hombre vivió hace mucho tiempo, aproximadamente hace unos 45.000 años en una aldea de Iraq - Shanidar se llamaba- ésta persona, según los análisis antropológicos-forenses recientes, era ciega de un ojo -aunque quizás soñara que estaba ciega de los dos (¿sueñan los ciegos que son ciegos como dice Saramago en su Ensayo de la Ceguera?), tenía la cara deformada, la cabeza aplanada, tenía deformado muchos huesos importantes de su cuerpo etc...Esta persona, a la que le fue puesto el nombre de "Shanidar I" cuando en unas excavaciones realizadas en los años 50 de nuestro siglo se descubrió, nunca pudo haber sobrevivido por sí misma. El que fuera presidente de la Asociación Americana de Deficiencia Mental (actualmente llamada Asociación Americana para la Discapacidad Intelectual), R. Scheerenberger nos descubre que la imagen del de Neanderthal como una figura simiesca y encorvada blandiendo una amenazadora maza es errónea. Shanidar, por ejemplo, debió contar con el apoyo de otros miembros de su tribu. Es más, Shanidar I -que yo sepa nunca se ha encontrado al “II” o no tan completo como el I- recibió en el transcurso de su "larga" vida (unos cuarenta años) diversas "intervenciones" destinadas seguramente a "facilitar" sus, probablemente, escasos movimientos y su calidad de vida (una "operación" en el codo, otra en el cráneo...). En la novela de Jean Auel “El clan del oso cavernario”hay un personaje llamado Creb que recuerda mucho a Shanidar I. Este personaje además es el "Mogur" (especie de sacerdote) de la tribu, es hermano del "jefe" y de la curandera. ¿Fue Shanidar I tan respetado, cuidado y venerado por tener algún parentesco con las familias dominantes de su tribu o bien por la sensibilidad de esta tribu ante un ser "diferente"? Eso nunca lo sabremos. En cualquier caso uno se reconcilia con los de su especie al conocer casos de bondad como el de Shanidar I. Evidentemente la línea comprensiva iniciada por una tribu perdida en la remota noche de los tiempos no tuvo precisamente una continuidad. El infanticio de los niños y niñas con problemas (de los que sobrevivían) fue una práctica generalizada en los miles de años siguientes. Incluso en esa época del afortunado Shanidar. En uno de los libros más terroríficos de cuantos se puedan leer -Historia de la Infancia, de un historiador llamado De Mause- se comenta que gracias a las investigaciones de los fósiles prehistóricos excavados desde los Pithecantropos se sabe que matar a los pequeños era una práctica muy común. Esas niñas y niños antes de morir debieron pensar -como el emperador Juliano- que estaban soñando y que sus sueños eran tan profundos que no se daban cuenta que estaban soñando. Ojalá fuera así. Ojalá estuvieran durmiendo como decía Shakespeare que había que estar para no sufrir. En las primeras civilizaciones del hombre (¿es posible que “civilización” tenga algo que ver con "civilizado"?) los niños, las niñas y los hombres y mujeres en general con discapacidades no tuvieron tanta suerte como Shanidar I. Hubo personas, leyes, situaciones, pequeños períodos históricos dentro de algunas "civilizaciones" que fueron como "oasis" de comprensión y racionalidad en medio de la crueldad, la incomprensión y la barbarie. El Código de Hammurabi en Mesopotamia (1700-560 A.C.) fue una de esas excepciones en forma de leyes que supuso una mejora considerable en el trato con las personas débiles. Hammurabi fue un gran legislador que estaba muy preocupado por los niños (no fue casualidad que la Pediatría avanzase tanto en Babilonia) y si bien no existen referencias explícitas en el Código para con los niños con deficiencias sí aparecen leyes que protegían a las mujeres y a los niños en general. En otras épocas, sectas y organizaciones sociales poderosas también favorecieron a los más débiles. En Egipto (2.800 A.C.) los Seguidores de Osiris tenían bajo su protección a los retrasados mentales y en su legado artístico existen manifestaciones de ese sentimiento de respeto que, de forma esporádica, sintió esta cultura por estos sujetos. En El Libro de Los Muertos, en el capítulo CXII, Osiris, el dios de los muertos dice: “Yo, Osiris, tengo en jaque a las tempestades del cielo. Yo rodeo con vendas y fortifico continuamente a Horus, el dios Bueno”. A juicio de algunos historiadores Los Seguidores de Osiris mataban a los que descubrían haciéndole daño a algún niño o niña con problemas. Al parecer esta secta extraña tenía un enorme influencia y mantenían a distancia a “las tempestades” en forma de conductas agresivas contra estos niños y niñas aliándose con los dioses buenos y, como Osiris, “rodeaban con vendas”, mimaban y cuidaban a estas personas. ¿Qué podemos decir de Grecia?, ¿qué podemos decir de una civilización que legó a la posteridad los cánones de la belleza clásica, de la razón, de la ciencia? El siglo VI A.C la Atenas bajo el mandato de Pericles fue una las edades de oro de la humanidad. Surge allí el pensamiento inmortal sobre el que la humanidad venidera va a edificarse. Sin embargo Platón, Aristóteles, la misma sociedad griega en su conjunto no se caracterizaron por la consideración por los retrasados, enajenados etc...Existen textos y referencias de historiadores que así lo muestran. Algunos de los más grandes filósofos de la humanidad dejaron escrito manifestaciones sobre las personas diferentes que nunca debieron haber salido de tan lúcidas mentes. Si en Atenas el infanticidio de los niños no "perfectos" no era una práctica inusual podemos imaginar la "suerte" que les esperaba a los infortunados que veían la luz en Esparta, la ciudad del culto a la fuerza, a la " valentía", a la guerra. Las primeras fuerzas de choque de un ejército temible cuyas costumbres, disciplina y entrenamiento influyeron en los ejércitos posteriores incluso en muchos de los conceptos y cosmovisión de algunos cuerpos de élite militares actuales. En la antigüedad -no hay que ir hacia atrás muy lejos,, actualmente también- había ciertos lugares reservados a los sacrificios, a los abandonos y a la muerte. En Esparta era el Monte Taijetos. Desde la cima de ese monte eran arrojados los niños que no "reunían" los ideales de belleza y sobre todo fuerza espartana, los “no aptos” para la guerra. Supongo que en algún lugar de Grecia hubo personas, quiero pensar que muchas, que fueron comprensivas con los débiles. Herodoto nos ha dejado anécdotas aisladas de bondad para los niños protagonizadas incluso por aguerridos soldados espartanos. Dejo abierto ese beneficio de la duda y de esperanza sobre esta época. A través de las mitologías, del cine, de la literatura etc...sabemos que la historia de Roma fue turbulenta, apasionada, cruel, contradictoria. Las personas con deficiencias fueron tratadas de muchas formas diferentes a lo largo de la confusa historia de Roma. Considerándola en su conjunto podíamos decir que fue bastante cruel con los sujetos con problemas (¿podíamos llamarlo en Roma sujetos “con necesidades educativas inclusivas”?) Los hijos, en general, podían ser asesinados o vendidos por los padres. Se podían matar "parcialmente"; debemos a Roma el dudoso "honor" de haber "inventado" o por lo menos institucionalizado la práctica terrible de mutilar a los niños diferentes, con problemas o simplemente niños utilizados como una "inversión" económica para los padres. En efecto, el "uso" al que estos niños iban destinados era principalmente compadecer al ciudadano romano con su estado físico y mental (arrastrándose por los suelos, sin brazo, sin una pierna etc...) y pedirle limosna. Debió ser una especie de lotería que un niño con deficiencias fuese abandonado en la Columna Lactaria -un lugar copiado de los griegos donde se “depositaban” los niños y las niñas- no fuese mutilado y que un ciudadano bondadoso lo recogiese y criase. Pero quiero pensar que así debió ocurrir en muchas ocasiones y estas personas anónimas y dulces merecen aunque sea el modesto recuerdo de estas líneas. Existieron una serie de personajes que desde los primeros tiempos de la historia de las civilizaciones contribuyeron y contribuyen a humanizar y concientizar al hombre. Un conjunto de leyes canalizadas a través de los Diez Mandamientos -por ejemplo- y del Torá fueron las responsables de la comprensión -al menos sobre el papel- hacia los pobres y retrasados en Palestina (400-500 A.C.). Jesucristo, Buda, Zaratustra, Confucio y Mahoma fueron lo que Scheerenberger llama en una expresión que a mí me parece muy bella "las voces de la moderación". La influencia de las doctrinas y los mensajes de los fundadores de las grandes religiones de la humanidad ha sido inconmensurable. Su impacto sobre el trato a los débiles ha sido desigual debido a la interpretación que sobre ellos se ha hecho y al fanatismo de los "integristas" que en toda religión han existido en todas las épocas y han desvirtuado discursos llenos de bondad e idealismo. Evidentemente cierto sector de la iglesia católica que publicó y difundió una serie de edictos terriblemente injustos sobre las personas con problemas estuvieron en los antecedentes que justificaron y legitimaron horribles persecuciones y asesinatos contra estas personas. Por supuesto que el infame “Santo” Tribunal de la Inquisición tiene sobre su conciencia decenas de miles de crímenes y torturas sobre las carnes de inocentes criaturas. Hablar aquí de las torturas realizadas en nombre de dios sería entrar en una dimensión morbosa en la que no deseo hacer hincapié en estas páginas. La ignorancia y la crueldad -como hemos visto hasta aquí en esta brevísima síntesis- han dominado la "intervención" con personas excepcionales (sin embargo en los siglos XIX y XX existen situaciones que yo incluso consideraría más crueles que en los anteriores. Esto sin contar con la "orgía" de violencia y locura desatada por el nazismo contra los seres diferentes) desde sus orígenes "pre-históricos". Quisiera dividir este inmenso espacio temporal en dos períodos: la "Era de los Orígenes" (45.000 A.C hasta 2.500 A.C) y la "Era Antigua" (2.500 A.C- 1400) ¿Como fue la relación con los seres con problemas en los siglos siguientes hasta nuestros dias? Dentro de lo que podríamos considerar como "historia" de la Educación Inclusiva destacan una serie de centros y de figuras; la Institución Padres de Huérfanos que nació en 1377, Pedro Ponce de León (1520-1581) y su doctrina para los mudos-sordos, Juan Pablo Bonet (1575-1633) y su reducción de las letras y arte de enseñar a hablar a los mudos, el abad Charles Michel de L´Epeé que creó una escuela para sordomudos y Valentin Hauy que creó en París en 1784 un instituto para niños ciegos. Luis Vives publicó en 1525 el manual "De subventione pauperum" donde se dice que el ciego puede ser educado y se habla de la integración social y laboral. En Valencia J. Gilaber Jofre funda en 1409 el hospital Dels Ignoscens, que podríamos considerar el hospital psiquiátrico más antiguo del mundo. Este hospital, desde mi punto de vista, se adelanta varios siglos a la antisiquiatría norteamericana de Cooper, Laing etc... y a la italiana de Basaglia etc... -al ser español ni siquiera nosotros le damos la importancia histórica que debiera tener- pues tenía un régimen de puertas abiertas, los enfermos salían a diversas actividades festivas de la ciudad y trabajaban en lugares cercanos al hospital. También en Valencia en el siglo XV se crea la Casa de los Oficios. Configurada como una especie de gran taller los enfermos mentales aprendían un oficio o ejercitaban el que sabían. Existen muchos más autores pero la gran mayoría de ellos se limitaron a nombrar la existencia de alguna deficiencia o hicieron alguna observación aislada. En esta época de la Educación Inclusiva nos encontramos que los frailes, abates, humanistas-pedagogos y diplomáticos fueron los "padres" de la Educación Inclusiva. (esa misma composición más médicos y filósofos abundan entre los autores no citados (Paracelso, Citz-Herbert, Willis, Locke etc...). Un pedagogo llamado Zavalloni (1973) afirma que la primera referencia a la expresión "Educación Inclusiva" la encontró Rosenblum en una publicación alemana del año 1861. Allí aparecía la palabra "Sondererzielung" (Educación Inclusiva). Más o menos por esta época Juan Mayor, un psicólogo de la universidad Complutense de Madrid y Alfredo Fierro -un psicólogo de la Universidad de Málaga- coinciden en señalar el nacimiento de la Educación Inclusiva. Hecho que atribuyen al nacimiento de las instituciones. Posiblemente la llamada por algunos "Era de las Instituciones" se había iniciado muchos años antes. En 1575 se crean en Inglaterra las "Houses fo Correction" y las "Workhouses" en 1670. En Alemania, hacia 1620 nacen las "Züchthiause" , el tristemente célebre Hospital General de París surge en 1656 y el no menos triste Hôtel Dieu se crea por una Orden Real de 1606. Autores como Foucault (1967) Rosen (1974, 1976) y Scheerenberger (1984) no han dejado pasajes apocalípticos y una singular visión del Infierno de Dante al describirnos como eran las condiciones de vida en esas instituciones; cómo eran conducidos hasta las celdas comunes sin distinción de enfermedades, de cómo la mayoría moría en el plazo de meses (inclusivamente trágico es el balance de muertes de niños; según los libros de entrada y de fallecimientos entre un 75% y un 95% de los niños moría en poco tiempo) o como eran expuestos para que fuesen visitados -previo pago- como si de un acto circense se tratase. Tampoco era extraño que -puesto que se pensaba que estaban poseídos por el demonio y eran una causa de castigo divino- que acabasen en el exorcismo y en la hoguera ( Demause, 1982). A todo este período -que alcanza su "esplendor" a mediados del siglo XVII se le ha llamado acertadamente la época del "Gran Encierro" ( Fierro, 1981). A mi me gustaría denominarla "Era del Hacinamiento Institucionalizado"(1400-1789). Las personas diferentes habían estado durante miles de años mucho mejor que en esta era. Al fin y al cabo, con suerte, podían pasar desapercibidos y muchos se ellos vagaban por las calles sin ser excesivamente molestados. El azar determinaba si seguían viviendo o no. En la Era del Hacinamiento Institucionalizado se iba expresamente a por ellos para encerrarlos en unas condiciones peores que los animales. Entre vagar por las calles respirando el aire libre y esquivando a los desaprensivos o estar amarrado con gruesas cadenas de hierro, sin alimentación, sin apenas oxigeno, sin ningún tipo de higiene y sometido de por vida al sadismo (hay muchos documentos espeluznantes sobre las torturas, castigos y asesinatos que cometían sus "cuidadores") de los vigilantes-”cuidadores” creo que es mejor la primera opción. Una época como tantas otras en la que aparece esa cultura “civilizada”, esa cultura en lo inhumano y ese fin de todo rastro de humanidad que, en realidad, es tan consustancial a lo “humano” como dice Mèlich (2000). Ese Ángel de la Historia del que nos hablaba el pensador Walter Benjamin y que tantas veces se repite entre “culturas” “avanzadas” como nos recuerda el escritor George Steiner cuando nos dice que los verdugos nazis leían la poesía de Rilke por la mañana, escuchaban a Schubert después y más tarde torturaban a los prisioneros o gaseaban a los judíos con una técnica depurada e impecablemente “civilizada” y “humana”. Cuando se reflexiona sobre la historia de los hombres y de las mujeres con necesidades inclusivaes (2) a uno le entra esa náusea clásica del siglo XX que ya terminó y que nos sigue acompañando en este nuevo siglo. Esa náusea que a veces nos concede un respiro como nos dice el filósofo francés Jean-Paul Sartre: “La náusea me concede una corta tregua. Pero sé que volverá; es mi estado natural. Sólo que hoy mi cuerpo está demasiado agotado para soportarla. También los enfermos tienen afortunadas debilidades que les quitan, por algunas horas, la conciencia del mal”. Enfin, mejor morir en libertad que en una obscura, depresiva y maloliente mazmorra o que ser exhibido en un circo -hasta hace solamente cien años han existido circos donde se veían personas con malformaciones pagando como en un espectáculo de animales- como ese caso que nos cuenta el pensador francés Miguel de Montaigne:“Ví anteayer a un niño a quién su padre, tío y tía llevaban a exhibir para sacar algún sueldo a causa de su singularidad” (Ensayos, Pág. 332 ). Esa “singularidad” era que sus cuerpos estaban unidos (eran siameses). Muchas lectoras y lectores recordarán la película “El hombre Elefante” que no es más que un caso entre los cientos registrados de los que se tiene noticia por su fama y por “representarse” en la capital del reino “civilizado”, en Londres. No sabemos nada de los otros miles que sirvieron de mofa en las zonas rurales hasta hace poco. En los años ochenta, en las calles de un pueblo del Profundo Sur donde habito paseaba un hombre con sus capacidades mentales alteradas, creo recordar que se llamaba Julio. Algunos desaprensivos le arrojaban monedas y le increpaban para que se tirase al suelo y las cogiese con los labios lamiendo el sucio asfalto. A mi, Julio me recordó siempre a aquél personaje de los que hoy llamamos de atención a la diversidad o de inclusión de “El Semejante”, un cuento de Unamuno -que tenía un hijo con características similares- que solía pasearse por las solitarias alamedas del río y siempre que escuchaba algún crujido, o los pasos de alguien, de un “ser humano” en definitiva de alguna “civilización” agachaba la cabeza para recibir el pescozón o el cogotazo que inevitablemente le daban siempre por ser diferente a ellos. Ocurrió que un día escuchó unos pasos, se detuvo, y agachó la cabeza obediente y con esa ingenuidad y candidez que lo caracterizaba esperando pagar el tributo por su deficiencia. Pero inexplicablemente el tortazo no llegaba. Sorprendido y asustado levantó la cabeza y lo que vio fue maravilloso: ante sí tenía un semejante. Un muchacho como él, diferente, de los que también agachaban la cabeza o le hacían recoger monedas del suelo con los labios. Sonrió y siguió feliz su deambular por el camino del río. En las postrimerías de la Era del Hacinamiento Institucionalizado aparecen varias personajes que podemos considerar como algunos de los precursores de la Educación Inclusiva y, desde mi punto de vista, los iniciadores de una nueva era que yo llamaría "Era de la "Atención Educativa Segregada" (1789-1985): Pinel, Seguin, Esquirol, Itard etc... Pinel era considerado el mayor exponente de la psiquiatría de la época. Por eso cuando en 1798 se encontró en los bosques de Aveyron a un niño que aparentaba diez u doce años y que estaba en estado prácticamente salvaje las autoridades se lo entregaron a él. Este aseguró que el estado del niño era irreversible y que no se podía hacer nada por él. Es entonces cuando entra en escena la figura de un médico (director del Instituto de Sordomudos de París); Jean Itard. Abandonando todo el pesimismo de Pinel (ya veremos más adelante que no estaba infundado) comenzó con el niño (al que llamó Victor) un tratamiento que ha pasado por ser el primer programa de intervención educativa "inclusiva" de la historia. La historia y algunos autores han sido muy injustos con Pinel criticánolos por sus clasificaciones y por su actitud con el Salvaje de Aveyron. Mucha gente desconoce que Itard acabó por rendirse ante el niño y consideró un fracaso su intervención de cinco años (el Rey, en persona, pagó una renta vitalicia a un mujer para que se hiciese cargo del niño - cuando Itard abandonó su tarea- hasta su muerte). Evidentemente la labor de Itard fue muy importante pues sentó las bases de la estimulación precoz, fue dificil, porque sin saberlo estaba tratando de educar a un niño autista -como Pinel suponía cuando decía que el niño tenía algo de “naturaleza orgánica” pero Pinel -que no se equivocó en su juicio inicial- hizo una labor histórica con unas clasificaciones que revolucionaron y cambiaron las estigmatizadoras anteriores -todas lo son; las actuales también- y sobre todo fue el primer hombre que rompió literalmente las cadenas de algunos centros donde se hacinaban miles de personas jugándose la vida con ello -de hecho estuvo a punto de morir linchado. A juicio de Zavalloni (1973), los pedagogos Pestalozzi y Fröbel comienzan una revolución pedagógica que influirá notablemente en los pedagogos siguiente o en las ideas pedagógicas de médicos y psiquiatras (en el mismo Itard, por ejemplo). Pestalozzi a través de sus obras - su trabajo se centró en niños sin deficiencias- abordó el poder de la observación en los niños, el razonamiento y la instrucción. Muy influido por Rousseau intentó tener en cuenta las diferencias individuales de los niños sin olvidar la naturaleza del desarrollo. Fröbel -discipulo de Pestalozzi- basó su pedagogía en el juego y algunos programas de adiestramiento sensoriales para niños "normales". Por varios autores estos dos pedagogos son considerado los "padres" de la Educación Inclusiva (Zavalloni, 1973), no obstante Pestalozzi y Fröbel no tuvieron inclusivaes contactos con los sujetos con deficiencias, generalmente trabajaron con sujetos normales. Así que, aunque históricamente, la Educación Inclusiva señala caminos - como afirma Zavalloni, (1973) o es generadora de metodologías que tendrán luego aplicación en la educación ordinaria como afirma Perron (1973). Cuatro son las claves más importantes de este período -según Mayor,1988. En primer lugar la materialización de programas de intervención que autores como Esquirol (Fue el director médico de la Salpetriere -hospital que había llegado a tener 8.000 personas hacinadas. ) , Itard, y Seguin ( Rousseniano y liberal. Trabajó y perfeccionó métodos humanitarios para el tratamiento de los enfermos mentales y los entonces llamados "idiotas"). En segundo lugar la importancia de algunos reformadores sociales como Dorotea Dix y Howe. No comparto plenamente el pensamiento de algunos autores que consideran a Howe un "benefactor" de la Educación Inclusiva. Si bien es cierto que Howe (1801-1876) hizó importantes aportaciones a la Educación Inclusiva - se puede consultar los estudios de Rosen,Clark y Kivitz (1976)- creía - y así lo divulgó durante años- que la idiocia es una violación de las leyes naturales. La causa de la misma residía -a su juicio- en los padres porque han violado las leyes de Dios y al "pecar" tienen una especie de "castigo divino" que son los hijos deficientes. La famosa expresión "hijos del pecado" fue una las consignas que no es raro ni siquiera hoy encontrar en la concepción de la deficiencia en nuestros pueblos. Guggenbülhl, coetáneo suyo, hacía pasar a sujetos normales por "cretinos" ya curados, los centros que fundó carecían de las más mínimas normas de higiene y alimentación y llenó su bolsillo con suculentos donativos que, en principio iban destinados a los sujetos deficientes que se encontraban en su centro. En nuestra reciente historia tenemos algunos ejemplos de personas públicas sin escrúpulos que se han "embolsado" parte del dinero destinado a paliar las desgracias de de numerosas personas. En parecida concepción ideológica Goddard - unos años más adelante- publicó su famoso libro "la familia Kallikak" (1912) donde narra la vida del soldado Martin Kallikak -"de buena sangre inglesa- quien se casó con una chica de taberna "débil mental". De los cuatrocientos ochenta descendientes, cuatrocientos cuarenta y tres fueron diagnosticados débiles mentales. Cuando el soldado "asienta la cabeza" y se casa con una joven de "buena sangre" inglesa, tuvieron - en las cuatro generaciones siguientes- cuatrocientos noventa y seis descendientes "puros" y sin mancha. Después de la gran divulgación alcanzada por este libro cundió el pánico por la "alarma genética". Como dice Fierro (1981) Godard confunde herencia con aprendizaje y pureza genética con pureza moral. Aunque casi pediría el "indulto" para Godard porque al final de su vida en una conferencia pública que a mí me recuerda mucho a la de Unamuno en la Universidad de Salamanca ante las tropas nacionales y al Hitler de Charlot en cuanto a que los asistentes esperaban escuchar exactamente lo contrario de lo que dijeron. En efecto, Godard pedió perdón por muchas de las ideas contenidas en sus libros y defendió la integración –o lo que hoy llamaríamos educación inclusiva- de las personas con diversidad en una época en la que esa expresión ni existía. En tercer lugar -y con esto continuo con la clasificación de Mayor (1988)- surgen en esta época poderosas asociaciones como la American Association of Instructors of the Blind (1871), la American Association of Mental Deficiency (1876), el Council for Exceptional Children etc...Y en cuarto lugar se comienza a disponer de métodos de evaluación -Binet, Galton etc...Aunque después se cometieron excesos con el abuso de la psicometría no podemos minimizar la importancia que en esta época (y en la actualidad) tienen estos métodos para diagnósticar y separar clasificatoriamente a los niños según niveles, capacidades etc... Junto a ello no quiero olvidar a autores como Decroly - y su idea de la globalización de los contenidos de la enseñanza y los centros de interés- Dewey - provocar en el niño motivación y prepararlo para la sociedad, veremos otras derivaciones de Dewey en la Educación Inclusiva en otra parte de este libro- , Sante de Sanctis, (búsqueda interdisciplinar para tratar las deficiencias psíquicas etc.. Montessori ( estudió la deficiencia infantil. Llevó a la práctica los métodos inventados por Itard, Seguin y Montesano ( que intuyó la importancia de la formación de los profesionales de Educación Inclusiva). Para Acosta Rodriguez (1988) a finales del siglo XIX se va a producir un gran impulso de la Educación Inclusiva debido a la revolución industrial ( trae consigo problemas de delincuencia e inadaptación) y la obligatoriedad de la enseñanza que hace ver el gran número de deficientes que existía realmente. En esta era, en nuestro país, nace en 1805 en Madrid el Colegio Nacional de Sordomudos, y en 1816 el Colegio de Sordomudos de Barcelona. En esta misma ciudad en 1820 nace la primera escuela para ciegos fundada por José Ricart, también en Barcelona, en 1906, Vidal Perera crea un clínica para deficientes mentales. En 1909 Francisco Pereira fundó un centro educativo para "anormales"en Madrid (Vega, 1985). La "Era de las instituciones" o como yo la he llamado "Era de la Atención Educativa Segregada" dura demasiado tiempo. En general llega hasta mediados del siglo xx en unos países, hasta hace unos años en otros (p.e. España) e incluso todavía existe en algunas comunidades y naciones. Ya hemos visto factores como las publicaciones de Goddard ( y hubo bastantes más en esa línea de alarma eugenésica; Dugdale (su libro sobre los Jukes alcanzó tanta fama como la familia Kallikak), Davenport, Tredgold etc..) hiceron impacto en una sociedad que ya arrastraba dudas ancestrales y atávicas sobre estas personas. Tampoco es ajeno al excesivo período temporal que abarca esta era la postura de ciertas capas conservadores religiosas que si bien en una primera época humanizaron - en algunos aspectos- las instituciones lograron difundir cierto espíritu benefactor y asistencialista. Ciertos profesionales favorecieron también la perpetuidad de las instituciones. A todo lo anterior habría que unir las dos guerras mundiales que - como ha señalado García García (1988) - desviaron los fondos para la industria bélica dejando a los servicios sociales sin presupuestos. Aunque no hace falta encontrarse en guerra para realizar este tipo de acomodaciones presupuestarias. En estos momentos de crisis mundial, la Administración Norteamericana –como las europeas- tiene previsto un recorte gigantesco de las presupuestos para las personas necesitadas, por lo que los cuarenta millones de pobres que existen en el país más "rico" e "industrializado" del planeta serán aún más pobres y necesitados. El Efecto Calcuta o la "calcutización" de las ciudades será un hecho en las próximas décadas. Hemos de admitir, en cualquier caso, que la institucionalización supuso un avance con respeto a la época del "Gran Encierro". Pero la presión de ciertos sectores innovadores estaba ya empujando el advenimiento de lo podríamos denominar "Era de la Integración" -desde 1985 hasta nuestros días- (antecesora de la “Era de la Educación Inclusiva” más o menos desde la Conferencia de Salamanca en 1994) y cuando esta presión es muy fuerte la invarianza morfoestática de la sociedad se reestructura y propicia nuevos cambios. ¿Cómo se produce la "Era de la Integración"? Vamos a verlo brevemente. En el apogeo y en las postrimerías de la "Era del Hacinamiento Institucionalizado" los centros específicos agrupaban a alumnas y alumnos de forma homogénea. Esto es considerando que los niños y niñas sordos estarían "mejor" con los niños y niñas sordos y sordas, los niños y niñas ciegos con los ciegos etc... Este hecho hacía que, según el axioma fundamental de los teóricos del segregacionismo (Guerrero López, 1995), los alumnos adquirieran un nivel superior en su lenguaje, memoria, relaciones afectivas, etc... debido al contacto de otros niños con la misma deficiencia bajo el mismo escenario físico-organizacional. Aunque los centros de Educación Inclusiva supusieron un avance histórico respecto a la situación anterior llegó un momento en el que (y debido a una serie de estudios y de presiones) sus planteamientos permanecían como momificados en un anacronismo aislado y desconectado de la realidad de los Estados de Bienestar, por utilizar una expresión del pedagogo Antonio Fortes (1994). Antes he hablado de estudios. No voy a enumerar por considerarlo tedioso una larga lista de investigaciones que hicieron que fueran inexorable que las plataformas éticas y políticas avanzasen en un frente común a favor de la integración escolar, sin embargo sería injusto si no recordase aquí a pedagogos, psicólogos y sociólogos como Calhoun, quién demostró que los sujetos de educación inclusiva cuando se integraban superaban ampliamente a los que no lo habían hecho, aWalker -realizó un estudio pionero haciendo evidente que los niños y niñas aún integrados de forma parcial incrementaban su vocabulario y mejoraban notablemente su lectura- a Meece y Wang que mostraron que los niños y niñas integrados eran aceptados por los alumnos y alumnas sin problemas mucho más que cuando solamente iban a las aulas de apoyo e igualmente y de manera reciproca éstos mejoraban su autoestima y sus relaciones comunicativas, a Gampel que subrayó que las personas con retraso integradas presentaban una conducta más organizada y menos negativa que cuando estaban segregados (me viene a la memoria el caso de un muchacho con parálisis cerebral que manifestó que cuando estaba en el colegio específico se quería cortar las manos porque pensaba que si estaba en ese centro era porque no podía igualarse al resto de los chicos y chicas que asistían a clases normalizadas. Hay otros muchos ejemplos de cambios profundos que propició la integración a personas que habían estado injustamente en centros segregados) y a Pieterse y Center -por citar sólo unos pocos- que estudiaron las dimensiones cognitivas y académicas de un grupo de jóvenes deficientes durante un corto espacio de tiempo en situación de integración. En ese tiempo duplicaron su cognición con respecto al extenso tiempo que habían estado en situación de segregación. No obstante y, desde mi punto de vista, este tipo de centros pueden ser necesarios para atender a la población de discapacidades más severas. Resulta curioso como en otros países con más tradición en la integración escolar que España esto es un hecho incuestionable (en Norteamérica la educación inclusiva tendría serios problemas para la población con graves limitaciones). Sin embargo, en este país, que hasta hace poco no se podía concebir la integración ahora, en algunos sectores, no se puede concebir los colegios que o sean plenamente inclusivos. Cuando estos cumplen, evidentemente una función social muy importante con ciertos sujetos muy afectados. Habría que analizar también los problemas de la integración, la segregación dentro de la integración o los múltiples problemas que hacia 1985 -en España- causó el poco conocimiento que se tenía de la integración escolar. Pero a pesar de los problemas que surgieron con la integración escolar esto sólo no evitó que desapareciera sino que al igual que en otras etapas de la historia de la educación inclusiva, la integración escolar evolucionó, fue ampliamente aceptada, se enriqueció y complejizó llegando a la Era de la Educación Inclusiva (1994 en adelante) y a la Era que yo llamaría Era de la Transición a la Vida Activa (aproximadamente desde 1995). En ese sentido, actualmente, lo realmente importante no es ya el discurso teórico, filosófico y reivindicativo sobre la integración escolar o la educación inclusiva (definida ésta como: “un proceso que permite abordar y responder a la diversidad de las necesidades del todos los educandos a través de una mayor participación en el aprendizaje, las actividades culturales y comunitarias y reducir la exclusión social dentro y fuera del sistema educativo”: UNESCO, 2005) Ya no es necesario entrar en debates sobre de la educación inclusiva de la misma forma que no se dan discursos sobre las ventajas de la coeducación. Es algo obvio. La educación inclusiva y la coeducación forman parte de las conquistas sociales como la educación gratuita o los derechos a una asistencia sanitaria. A nadie se le ocurriría ahora mismo entrar en debates combativos, anacrónicos y demagógicos sobre, por ejemplo, el derecho al voto de la mujer porque es un hecho ya histórico y no parece estar amenazado en las democracias occidentales. Y porque tampoco estamos en 1930. Sin embargo en esta última era un aspecto no resuelto es la formación ocupacional, la inserción laboral, la integración social y la transición a la vida activa de las personas con discapacidad que han estado escolarizadas -o las que desgraciadamente no lo han estado- y que tienen las mismas necesidades laborales y de autonomía personal -reconocidas legalmente- que el resto de las mujeres y los hombres. Existen varios tipos de transición. Para Catalina Guerrero (2002) la transición sería un proceso destinado a mejorar la autonomía y la participación de las personas con discapacidad en sus entornos cotidianos. Unos entornos que acaso sean más importantes que el énfasis que durante años se le ha dado a la inteligencia académica como referente de diagnóstico de la discapacidad intelectual. Actualmente el cociente intelectual solo es un factor orientativo para conocer las capacidades de estas personas. Ahora se tiene o se debería tener más en cuenta las áreas adaptativas que internacionalmente se han aceptado desde 1994-96 gracias a la Asociación Americana sobre el Discapacidad intelectual -tan poderosa como Los Seguidores de Osiris-. Esas áreas subrayan la importancia de la Comunicación (sistema de símbolos, habilidada para decodificar la información ...) de la Auto-ayuda ( Hábitos de alimentación, ropa, higiene,autonomía : hacerla cama...) de la Vida diaria (compra, vida en casa y en la familia, relaciones con familiares y otros conocidos, relaciones con profesores-as, compañeros-as, recreo,) de las Habilidades sociales (mostrar aprecio, sonreír, cooperar con los demás, saber escuchar, conducta sexual, etc...) el Uso de la comunidad (transportes públicos, bibliotecas, todos los servicios del barrio y de la ciudad...), la Autodirección (toma de decisiones, iniciativas adecuadas con los intereses personales, resolver problemas en situaciones adversas..) la Salud y seguridad (mantenimiento del propio bienestar, dieta apropiada, seguridad básica-cruza r la calle..-protección de las conductas criminales,) el Tiempo libre (ocio,saberescoger, interacción social adecuada, excursiones, saber hacer uso y saber tener la necesidad del tiempo libre...) el Trabajo (realización de untrabajo a tiempo completo o parcial, conocimiento del dinero, traslado del lugar de trabajo acasa, interacción con los/las futuros-as compañeros-as de trabajo y los Conocimientos funcionales académicos (habilidades cognitivas-escolares: escritura, lectura, cálculo,conocimientos científicos adecuados con el entorno físico y sobre su salud, todas aquellas habilidades académicas útiles para la vida). Aunque no sé muy bien como quedará todo esto en esta época de crisis, de ciclo crítico que se inició en septiembre de 2008 en los Estados Unidos y que en estos años no ha hecho más que empeorar, especialmente las ayudas a las personas más desfavorecidas ¿nos acercamos a un proceso histórico en el que de nuevo todo lo relacionado con la educación inclusiva va a estar de nuevo estigmatizado y relegado a un plano testimonial debido a la crisis económica? ¿Nos acercamos a esa modernidad líquida de la que nos habla Bauman (2011) en la que todas las conquistas sociales se están “derritiendo” como la lava? ¿Estamos ya el Estado de Bienestar convirtiéndose en un Estado Asistencial donde toda la sociedad está ya en riesgo de exclusión como nos alerta Robert Castel (2011)? Y en ese sentido ¿qué será de nuevo de las personas más débiles? Hace unos minutos he soplado a la vela para dormirme ante la mirada pétrea de Séneca. He llegado al final de esta pequeña –por la extensión textual- travesía histórica –enorme por la cantidad de años vistos tan rápidamente- sobre la educación inclusiva. Acabo de leer, mientras mi habitación –mi estancia como le gustaba decir a Séneca- se llenaba de un olor a cera derretida, unas palabras en una novela; “La Montaña del Alma” de un escritor chino llamado Gao Xingjian, que me ha hecho recordar lo turbulenta y triste que, en ocasiones, ha sido esta historia de la educación inclusiva, sobre todo ciertas oscuras épocas de las que he hablado aquí. Me repito las palabras de la novela mientras pienso en esos millones de seres vulnerables que tanto han sufrido a lo largo de los siglos y a los que quizá se los llevó Osiris, el dios de los muertos, en su barca sagrada hacia la eternidad: “Lo mejor es aparentar que se comprende, aparentar que se comprende, pero de hecho, no comprender nada” (2001; pág. 573). En cualquier caso Los Seguidores de Osiris del antiguo Egipto, aquellos extraños cuidadores de los niños y niñas con diferencias, aquellos verdugos implacables contra todos los que osaran hacer daño o matar a estos seres indefensos y frágiles, nunca hubieran podido soñar con un futuro como el que hemos estado viviendo para las personas con diversidad funcional en lo que, hasta ayer mismo, eran los Estados del Bienestar (antes de la crisis).