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Los Seguidores de Osiris; la turbulenta historia de la educación

inclusiva.

J.Francisco Guerrero López

“Ya sabes que en mi casa ha permanecido como una carga hereditaria


Harpastes, aquella mujer fatua que mi esposa tenía.Yo siento, en verdad, gran aversión
hacia ese tipo de persona calamitosa; cuando me quiero divertir con un fatuo, no he de
andar muy lejos: me río de mí mismo. Esa mujer fatua perdió súbitamente la vista, y te
contaré una cosa increíble, pero bien cierta: ignora que sea ciega y, a menudo, ruega a su
guía que cambien de estancia porque la encuentra oscura. Esto que nos hace reír en ella,
es menester que te conste claramente, es lo que sucede a todos nosotros: nadie se conoce
que es avaro, nadie , que es concupiscente”.
Lucio Anneo Séneca. “Cartas morales a Lucilio”. 1986.Pág.110.

Hace años que tengo un busto de Séneca en mi mesita de noche. Al apagar la


luz –en ocasiones enciendo una vela como homenaje a Séneca y la soplo antes de
intentar dormirme- sus ojos algo distantes y aristocráticamente resignados, como de
elegante sufrimiento controlado, me observan durante un momento de eternidad con
cierta severa dulzura desapareciendo instantes después -lo último que veo son sus
inmóviles cabellos alborotados- entre sombras envolventes y el olor a cera derretida
que aletea sobre la estatua del pensador cordobés como el cuervo del poema de
Edgard Allan Poe sobre el busto de Palas Ateneas.
Al levantarme cada mañana suelo hacer lo que él hacía para aliarse con la
imperfección: pensar en todo lo terrible que me puede suceder a lo largo del día para
estar preparado a todo tipo de infortunios, incluida la muerte -algo que no consigo,
evidentemente-. Séneca llamó a ese ejercicio de meditación que hoy
consideraríamos de autoayuda las “Praemeditatio Matutinas”. Me imagino que
entre sus Praemeditatio se encontraría alguna relacionada con Harpastes, una mujer,
seguramente con algún tipo de discapacidad intelectual, que la señora de Séneca
probablemente recogería de la Columna Lactaria -un lugar en Roma para
“depositar” a los niños y niñas con problemas-.Séneca -una de la cumbres del
pensamiento y las leyes romanas- nunca soportó a esa mujer a la que denomina
“calamitosa” y esperaba de ella cualquier tipo de situación que alterase su vida -ya
de por sí bastante caótica y-.Yo no creo que Séneca se mofase de Harpastes ni
mucho menos que le hiciese daño simplemente le ocurría como a Aristóteles: no
entendían muy bien que este tipo de personas pudiesen convivir en contextos
normalizados. Pero esto ha sido una constante a lo largo de la historia como
veremos sintéticamente en las páginas que siguen.
A mí me gusta pensar que el primer sujeto de atención a la diversidad de la
historia fue un hombre que vivió hace miles de años (1). Sucedió hace mucho
tiempo...Así es como comienzan los cuentos, los cuentos hermosos, los cuentos con
final feliz, como casi nunca son los cuentos relacionados con los que sufren,
escuchándolo, escuchando el cuento con los ojos cerrados como decía Bertol Bretch
que había escuchar los cuentos, los cuentos hermosos, con final feliz. Sucedió hace
mucho tiempo…Sí, así suelen comenzar los cuentos; Una persona que vivió antes
que comenzara cualquier "historia" de la azarosa "historia" del hombre vivió hace
mucho tiempo, aproximadamente hace unos 45.000 años en una aldea de Iraq -
Shanidar se llamaba- ésta persona, según los análisis antropológicos-forenses
recientes, era ciega de un ojo -aunque quizás soñara que estaba ciega de los dos
(¿sueñan los ciegos que son ciegos como dice Saramago en su Ensayo de la
Ceguera?), tenía la cara deformada, la cabeza aplanada, tenía deformado muchos
huesos importantes de su cuerpo etc...Esta persona, a la que le fue puesto el nombre
de "Shanidar I" cuando en unas excavaciones realizadas en los años 50 de nuestro
siglo se descubrió, nunca pudo haber sobrevivido por sí misma. El que fuera
presidente de la Asociación Americana de Deficiencia Mental (actualmente llamada
Asociación Americana para la Discapacidad Intelectual), R. Scheerenberger nos
descubre que la imagen del de Neanderthal como una figura simiesca y encorvada
blandiendo una amenazadora maza es errónea. Shanidar, por ejemplo, debió contar
con el apoyo de otros miembros de su tribu. Es más, Shanidar I -que yo sepa nunca
se ha encontrado al “II” o no tan completo como el I- recibió en el transcurso de su
"larga" vida (unos cuarenta años) diversas "intervenciones" destinadas seguramente
a "facilitar" sus, probablemente, escasos movimientos y su calidad de vida (una
"operación" en el codo, otra en el cráneo...). En la novela de Jean Auel “El clan del
oso cavernario”hay un personaje llamado Creb que recuerda mucho a Shanidar I.
Este personaje además es el "Mogur" (especie de sacerdote) de la tribu, es hermano
del "jefe" y de la curandera. ¿Fue Shanidar I tan respetado, cuidado y venerado por
tener algún parentesco con las familias dominantes de su tribu o bien por la
sensibilidad de esta tribu ante un ser "diferente"? Eso nunca lo sabremos. En
cualquier caso uno se reconcilia con los de su especie al conocer casos de bondad
como el de Shanidar I.
Evidentemente la línea comprensiva iniciada por una tribu perdida en la
remota noche de los tiempos no tuvo precisamente una continuidad. El infanticio de
los niños y niñas con problemas (de los que sobrevivían) fue una práctica
generalizada en los miles de años siguientes. Incluso en esa época del afortunado
Shanidar. En uno de los libros más terroríficos de cuantos se puedan leer -Historia
de la Infancia, de un historiador llamado De Mause- se comenta que gracias a las
investigaciones de los fósiles prehistóricos excavados desde los Pithecantropos se
sabe que matar a los pequeños era una práctica muy común. Esas niñas y niños antes
de morir debieron pensar -como el emperador Juliano- que estaban soñando y que
sus sueños eran tan profundos que no se daban cuenta que estaban soñando. Ojalá
fuera así. Ojalá estuvieran durmiendo como decía Shakespeare que había que estar
para no sufrir.
En las primeras civilizaciones del hombre (¿es posible que “civilización”
tenga algo que ver con "civilizado"?) los niños, las niñas y los hombres y mujeres en
general con discapacidades no tuvieron tanta suerte como Shanidar I. Hubo
personas, leyes, situaciones, pequeños períodos históricos dentro de algunas
"civilizaciones" que fueron como "oasis" de comprensión y racionalidad en medio
de la crueldad, la incomprensión y la barbarie.
El Código de Hammurabi en Mesopotamia (1700-560 A.C.) fue una de esas
excepciones en forma de leyes que supuso una mejora considerable en el trato con
las personas débiles. Hammurabi fue un gran legislador que estaba muy preocupado
por los niños (no fue casualidad que la Pediatría avanzase tanto en Babilonia) y si
bien no existen referencias explícitas en el Código para con los niños con
deficiencias sí aparecen leyes que protegían a las mujeres y a los niños en general.
En otras épocas, sectas y organizaciones sociales poderosas también
favorecieron a los más débiles. En Egipto (2.800 A.C.) los Seguidores de Osiris
tenían bajo su protección a los retrasados mentales y en su legado artístico existen
manifestaciones de ese sentimiento de respeto que, de forma esporádica, sintió esta
cultura por estos sujetos. En El Libro de Los Muertos, en el capítulo CXII, Osiris, el
dios de los muertos dice: “Yo, Osiris, tengo en jaque a las tempestades del cielo. Yo
rodeo con vendas y fortifico continuamente a Horus, el dios Bueno”. A juicio de
algunos historiadores Los Seguidores de Osiris mataban a los que descubrían
haciéndole daño a algún niño o niña con problemas. Al parecer esta secta extraña
tenía un enorme influencia y mantenían a distancia a “las tempestades” en forma de
conductas agresivas contra estos niños y niñas aliándose con los dioses buenos y,
como Osiris, “rodeaban con vendas”, mimaban y cuidaban a estas personas.
¿Qué podemos decir de Grecia?, ¿qué podemos decir de una civilización que
legó a la posteridad los cánones de la belleza clásica, de la razón, de la ciencia? El
siglo VI A.C la Atenas bajo el mandato de Pericles fue una las edades de oro de la
humanidad. Surge allí el pensamiento inmortal sobre el que la humanidad venidera
va a edificarse. Sin embargo Platón, Aristóteles, la misma sociedad griega en su
conjunto no se caracterizaron por la consideración por los retrasados, enajenados
etc...Existen textos y referencias de historiadores que así lo muestran. Algunos de
los más grandes filósofos de la humanidad dejaron escrito manifestaciones sobre las
personas diferentes que nunca debieron haber salido de tan lúcidas mentes.
Si en Atenas el infanticidio de los niños no "perfectos" no era una práctica
inusual podemos imaginar la "suerte" que les esperaba a los infortunados que veían
la luz en Esparta, la ciudad del culto a la fuerza, a la " valentía", a la guerra. Las
primeras fuerzas de choque de un ejército temible cuyas costumbres, disciplina y
entrenamiento influyeron en los ejércitos posteriores incluso en muchos de los
conceptos y cosmovisión de algunos cuerpos de élite militares actuales. En la
antigüedad -no hay que ir hacia atrás muy lejos,, actualmente también- había ciertos
lugares reservados a los sacrificios, a los abandonos y a la muerte. En Esparta era el
Monte Taijetos. Desde la cima de ese monte eran arrojados los niños que no
"reunían" los ideales de belleza y sobre todo fuerza espartana, los “no aptos” para la
guerra. Supongo que en algún lugar de Grecia hubo personas, quiero pensar que
muchas, que fueron comprensivas con los débiles. Herodoto nos ha dejado
anécdotas aisladas de bondad para los niños protagonizadas incluso por aguerridos
soldados espartanos. Dejo abierto ese beneficio de la duda y de esperanza sobre esta
época.
A través de las mitologías, del cine, de la literatura etc...sabemos que la
historia de Roma fue turbulenta, apasionada, cruel, contradictoria. Las personas con
deficiencias fueron tratadas de muchas formas diferentes a lo largo de la confusa
historia de Roma. Considerándola en su conjunto podíamos decir que fue bastante
cruel con los sujetos con problemas (¿podíamos llamarlo en Roma sujetos “con
necesidades educativas inclusivas”?) Los hijos, en general, podían ser asesinados o
vendidos por los padres. Se podían matar "parcialmente"; debemos a Roma el
dudoso "honor" de haber "inventado" o por lo menos institucionalizado la práctica
terrible de mutilar a los niños diferentes, con problemas o simplemente niños
utilizados como una "inversión" económica para los padres. En efecto, el "uso" al
que estos niños iban destinados era principalmente compadecer al ciudadano
romano con su estado físico y mental (arrastrándose por los suelos, sin brazo, sin
una pierna etc...) y pedirle limosna. Debió ser una especie de lotería que un niño con
deficiencias fuese abandonado en la Columna Lactaria -un lugar copiado de los
griegos donde se “depositaban” los niños y las niñas- no fuese mutilado y que un
ciudadano bondadoso lo recogiese y criase. Pero quiero pensar que así debió ocurrir
en muchas ocasiones y estas personas anónimas y dulces merecen aunque sea el
modesto recuerdo de estas líneas.
Existieron una serie de personajes que desde los primeros tiempos de la
historia de las civilizaciones contribuyeron y contribuyen a humanizar y
concientizar al hombre. Un conjunto de leyes canalizadas a través de los Diez
Mandamientos -por ejemplo- y del Torá fueron las responsables de la
comprensión -al menos sobre el papel- hacia los pobres y retrasados en Palestina
(400-500 A.C.). Jesucristo, Buda, Zaratustra, Confucio y Mahoma fueron lo que
Scheerenberger llama en una expresión que a mí me parece muy bella "las voces de
la moderación". La influencia de las doctrinas y los mensajes de los fundadores de
las grandes religiones de la humanidad ha sido inconmensurable. Su impacto sobre
el trato a los débiles ha sido desigual debido a la interpretación que sobre ellos se ha
hecho y al fanatismo de los "integristas" que en toda religión han existido en todas
las épocas y han desvirtuado discursos llenos de bondad e idealismo. Evidentemente
cierto sector de la iglesia católica que publicó y difundió una serie de edictos
terriblemente injustos sobre las personas con problemas estuvieron en los
antecedentes que justificaron y legitimaron horribles persecuciones y asesinatos
contra estas personas. Por supuesto que el infame “Santo” Tribunal de la Inquisición
tiene sobre su conciencia decenas de miles de crímenes y torturas sobre las carnes
de inocentes criaturas. Hablar aquí de las torturas realizadas en nombre de dios sería
entrar en una dimensión morbosa en la que no deseo hacer hincapié en estas
páginas.
La ignorancia y la crueldad -como hemos visto hasta aquí en esta brevísima
síntesis- han dominado la "intervención" con personas excepcionales (sin embargo
en los siglos XIX y XX existen situaciones que yo incluso consideraría más crueles
que en los anteriores. Esto sin contar con la "orgía" de violencia y locura desatada
por el nazismo contra los seres diferentes) desde sus orígenes "pre-históricos".
Quisiera dividir este inmenso espacio temporal en dos períodos: la "Era de los
Orígenes" (45.000 A.C hasta 2.500 A.C) y la "Era Antigua" (2.500 A.C- 1400)
¿Como fue la relación con los seres con problemas en los siglos siguientes hasta
nuestros dias?
Dentro de lo que podríamos considerar como "historia" de la Educación
Inclusiva destacan una serie de centros y de figuras; la Institución Padres de
Huérfanos que nació en 1377, Pedro Ponce de León (1520-1581) y su doctrina para
los mudos-sordos, Juan Pablo Bonet (1575-1633) y su reducción de las letras y arte
de enseñar a hablar a los mudos, el abad Charles Michel de L´Epeé que creó una
escuela para sordomudos y Valentin Hauy que creó en París en 1784 un instituto
para niños ciegos. Luis Vives publicó en 1525 el manual "De subventione
pauperum" donde se dice que el ciego puede ser educado y se habla de la
integración social y laboral. En Valencia J. Gilaber Jofre funda en 1409 el hospital
Dels Ignoscens, que podríamos considerar el hospital psiquiátrico más antiguo del
mundo. Este hospital, desde mi punto de vista, se adelanta varios siglos a la
antisiquiatría norteamericana de Cooper, Laing etc... y a la italiana de Basaglia etc...
-al ser español ni siquiera nosotros le damos la importancia histórica que debiera
tener- pues tenía un régimen de puertas abiertas, los enfermos salían a diversas
actividades festivas de la ciudad y trabajaban en lugares cercanos al hospital.
También en Valencia en el siglo XV se crea la Casa de los Oficios. Configurada
como una especie de gran taller los enfermos mentales aprendían un oficio o
ejercitaban el que sabían. Existen muchos más autores pero la gran mayoría de ellos
se limitaron a nombrar la existencia de alguna deficiencia o hicieron alguna
observación aislada. En esta época de la Educación Inclusiva nos encontramos que
los frailes, abates, humanistas-pedagogos y diplomáticos fueron los "padres" de la
Educación Inclusiva. (esa misma composición más médicos y filósofos abundan
entre los autores no citados (Paracelso, Citz-Herbert, Willis, Locke etc...).
Un pedagogo llamado Zavalloni (1973) afirma que la primera referencia a la
expresión "Educación Inclusiva" la encontró Rosenblum en una publicación
alemana del año 1861. Allí aparecía la palabra "Sondererzielung" (Educación
Inclusiva). Más o menos por esta época Juan Mayor, un psicólogo de la universidad
Complutense de Madrid y Alfredo Fierro -un psicólogo de la Universidad de
Málaga- coinciden en señalar el nacimiento de la Educación Inclusiva. Hecho que
atribuyen al nacimiento de las instituciones.
Posiblemente la llamada por algunos "Era de las Instituciones" se había
iniciado muchos años antes. En 1575 se crean en Inglaterra las "Houses fo
Correction" y las "Workhouses" en 1670. En Alemania, hacia 1620 nacen las
"Züchthiause" , el tristemente célebre Hospital General de París surge en 1656 y el
no menos triste Hôtel Dieu se crea por una Orden Real de 1606. Autores como
Foucault (1967) Rosen (1974, 1976) y Scheerenberger (1984) no han dejado pasajes
apocalípticos y una singular visión del Infierno de Dante al describirnos como eran
las condiciones de vida en esas instituciones; cómo eran conducidos hasta las celdas
comunes sin distinción de enfermedades, de cómo la mayoría moría en el plazo de
meses (inclusivamente trágico es el balance de muertes de niños; según los libros de
entrada y de fallecimientos entre un 75% y un 95% de los niños moría en poco
tiempo) o como eran expuestos para que fuesen visitados -previo pago- como si de
un acto circense se tratase. Tampoco era extraño que -puesto que se pensaba que
estaban poseídos por el demonio y eran una causa de castigo divino- que acabasen en
el exorcismo y en la hoguera ( Demause, 1982). A todo este período -que alcanza su
"esplendor" a mediados del siglo XVII se le ha llamado acertadamente la época del
"Gran Encierro" ( Fierro, 1981). A mi me gustaría denominarla "Era del
Hacinamiento Institucionalizado"(1400-1789). Las personas diferentes habían
estado durante miles de años mucho mejor que en esta era. Al fin y al cabo, con
suerte, podían pasar desapercibidos y muchos se ellos vagaban por las calles sin ser
excesivamente molestados. El azar determinaba si seguían viviendo o no. En la Era
del Hacinamiento Institucionalizado se iba expresamente a por ellos para encerrarlos
en unas condiciones peores que los animales. Entre vagar por las calles respirando el
aire libre y esquivando a los desaprensivos o estar amarrado con gruesas cadenas de
hierro, sin alimentación, sin apenas oxigeno, sin ningún tipo de higiene y sometido
de por vida al sadismo (hay muchos documentos espeluznantes sobre las torturas,
castigos y asesinatos que cometían sus "cuidadores") de los vigilantes-”cuidadores”
creo que es mejor la primera opción. Una época como tantas otras en la que aparece
esa cultura “civilizada”, esa cultura en lo inhumano y ese fin de todo rastro de
humanidad que, en realidad, es tan consustancial a lo “humano” como dice Mèlich
(2000). Ese Ángel de la Historia del que nos hablaba el pensador Walter Benjamin y
que tantas veces se repite entre “culturas” “avanzadas” como nos recuerda el escritor
George Steiner cuando nos dice que los verdugos nazis leían la poesía de Rilke por la
mañana, escuchaban a Schubert después y más tarde torturaban a los prisioneros o
gaseaban a los judíos con una técnica depurada e impecablemente “civilizada” y
“humana”. Cuando se reflexiona sobre la historia de los hombres y de las mujeres
con necesidades inclusivaes (2) a uno le entra esa náusea clásica del siglo XX que ya
terminó y que nos sigue acompañando en este nuevo siglo. Esa náusea que a veces
nos concede un respiro como nos dice el filósofo francés Jean-Paul Sartre: “La
náusea me concede una corta tregua. Pero sé que volverá; es mi estado natural. Sólo
que hoy mi cuerpo está demasiado agotado para soportarla. También los enfermos
tienen afortunadas debilidades que les quitan, por algunas horas, la conciencia del
mal”. Enfin, mejor morir en libertad que en una obscura, depresiva y maloliente
mazmorra o que ser exhibido en un circo -hasta hace solamente cien años han
existido circos donde se veían personas con malformaciones pagando como en un
espectáculo de animales- como ese caso que nos cuenta el pensador francés Miguel
de Montaigne:“Ví anteayer a un niño a quién su padre, tío y tía llevaban a exhibir
para sacar algún sueldo a causa de su singularidad” (Ensayos, Pág. 332 ). Esa
“singularidad” era que sus cuerpos estaban unidos (eran siameses). Muchas lectoras y
lectores recordarán la película “El hombre Elefante” que no es más que un caso entre
los cientos registrados de los que se tiene noticia por su fama y por “representarse”
en la capital del reino “civilizado”, en Londres. No sabemos nada de los otros miles
que sirvieron de mofa en las zonas rurales hasta hace poco. En los años ochenta, en
las calles de un pueblo del Profundo Sur donde habito paseaba un hombre con sus
capacidades mentales alteradas, creo recordar que se llamaba Julio. Algunos
desaprensivos le arrojaban monedas y le increpaban para que se tirase al suelo y las
cogiese con los labios lamiendo el sucio asfalto. A mi, Julio me recordó siempre a
aquél personaje de los que hoy llamamos de atención a la diversidad o de inclusión
de “El Semejante”, un cuento de Unamuno -que tenía un hijo con características
similares- que solía pasearse por las solitarias alamedas del río y siempre que
escuchaba algún crujido, o los pasos de alguien, de un “ser humano” en definitiva de
alguna “civilización” agachaba la cabeza para recibir el pescozón o el cogotazo que
inevitablemente le daban siempre por ser diferente a ellos. Ocurrió que un día
escuchó unos pasos, se detuvo, y agachó la cabeza obediente y con esa ingenuidad y
candidez que lo caracterizaba esperando pagar el tributo por su deficiencia. Pero
inexplicablemente el tortazo no llegaba. Sorprendido y asustado levantó la cabeza y
lo que vio fue maravilloso: ante sí tenía un semejante. Un muchacho como él,
diferente, de los que también agachaban la cabeza o le hacían recoger monedas del
suelo con los labios. Sonrió y siguió feliz su deambular por el camino del río.
En las postrimerías de la Era del Hacinamiento Institucionalizado aparecen
varias personajes que podemos considerar como algunos de los precursores de la
Educación Inclusiva y, desde mi punto de vista, los iniciadores de una nueva era que
yo llamaría "Era de la "Atención Educativa Segregada" (1789-1985): Pinel,
Seguin, Esquirol, Itard etc...
Pinel era considerado el mayor exponente de la psiquiatría de la época. Por eso
cuando en 1798 se encontró en los bosques de Aveyron a un niño que aparentaba
diez u doce años y que estaba en estado prácticamente salvaje las autoridades se lo
entregaron a él. Este aseguró que el estado del niño era irreversible y que no se podía
hacer nada por él. Es entonces cuando entra en escena la figura de un médico
(director del Instituto de Sordomudos de París); Jean Itard. Abandonando todo el
pesimismo de Pinel (ya veremos más adelante que no estaba infundado) comenzó
con el niño (al que llamó Victor) un tratamiento que ha pasado por ser el primer
programa de intervención educativa "inclusiva" de la historia. La historia y algunos
autores han sido muy injustos con Pinel criticánolos por sus clasificaciones y por su
actitud con el Salvaje de Aveyron. Mucha gente desconoce que Itard acabó por
rendirse ante el niño y consideró un fracaso su intervención de cinco años (el Rey, en
persona, pagó una renta vitalicia a un mujer para que se hiciese cargo del niño -
cuando Itard abandonó su tarea- hasta su muerte). Evidentemente la labor de Itard
fue muy importante pues sentó las bases de la estimulación precoz, fue dificil, porque
sin saberlo estaba tratando de educar a un niño autista -como Pinel suponía cuando
decía que el niño tenía algo de “naturaleza orgánica” pero Pinel -que no se equivocó
en su juicio inicial- hizo una labor histórica con unas clasificaciones que
revolucionaron y cambiaron las estigmatizadoras anteriores -todas lo son; las
actuales también- y sobre todo fue el primer hombre que rompió literalmente las
cadenas de algunos centros donde se hacinaban miles de personas jugándose la vida
con ello -de hecho estuvo a punto de morir linchado.
A juicio de Zavalloni (1973), los pedagogos Pestalozzi y Fröbel comienzan una
revolución pedagógica que influirá notablemente en los pedagogos siguiente o en las
ideas pedagógicas de médicos y psiquiatras (en el mismo Itard, por ejemplo).
Pestalozzi a través de sus obras - su trabajo se centró en niños sin deficiencias-
abordó el poder de la observación en los niños, el razonamiento y la instrucción.
Muy influido por Rousseau intentó tener en cuenta las diferencias individuales de los
niños sin olvidar la naturaleza del desarrollo. Fröbel -discipulo de Pestalozzi- basó su
pedagogía en el juego y algunos programas de adiestramiento sensoriales para niños
"normales". Por varios autores estos dos pedagogos son considerado los "padres" de
la Educación Inclusiva (Zavalloni, 1973), no obstante Pestalozzi y Fröbel no
tuvieron inclusivaes contactos con los sujetos con deficiencias, generalmente
trabajaron con sujetos normales. Así que, aunque históricamente, la Educación
Inclusiva señala caminos - como afirma Zavalloni, (1973) o es generadora de
metodologías que tendrán luego aplicación en la educación ordinaria como afirma
Perron (1973).
Cuatro son las claves más importantes de este período -según Mayor,1988. En
primer lugar la materialización de programas de intervención que autores como
Esquirol (Fue el director médico de la Salpetriere -hospital que había llegado a tener
8.000 personas hacinadas. ) , Itard, y Seguin ( Rousseniano y liberal. Trabajó y
perfeccionó métodos humanitarios para el tratamiento de los enfermos mentales y los
entonces llamados "idiotas"). En segundo lugar la importancia de algunos
reformadores sociales como Dorotea Dix y Howe. No comparto plenamente el
pensamiento de algunos autores que consideran a Howe un "benefactor" de la
Educación Inclusiva. Si bien es cierto que Howe (1801-1876) hizó importantes
aportaciones a la Educación Inclusiva - se puede consultar los estudios de
Rosen,Clark y Kivitz (1976)- creía - y así lo divulgó durante años- que la idiocia es
una violación de las leyes naturales. La causa de la misma residía -a su juicio- en los
padres porque han violado las leyes de Dios y al "pecar" tienen una especie de
"castigo divino" que son los hijos deficientes. La famosa expresión "hijos del
pecado" fue una las consignas que no es raro ni siquiera hoy encontrar en la
concepción de la deficiencia en nuestros pueblos. Guggenbülhl, coetáneo suyo, hacía
pasar a sujetos normales por "cretinos" ya curados, los centros que fundó carecían de
las más mínimas normas de higiene y alimentación y llenó su bolsillo con suculentos
donativos que, en principio iban destinados a los sujetos deficientes que se
encontraban en su centro. En nuestra reciente historia tenemos algunos ejemplos de
personas públicas sin escrúpulos que se han "embolsado" parte del dinero destinado a
paliar las desgracias de de numerosas personas.
En parecida concepción ideológica Goddard - unos años más adelante- publicó
su famoso libro "la familia Kallikak" (1912) donde narra la vida del soldado Martin
Kallikak -"de buena sangre inglesa- quien se casó con una chica de taberna "débil
mental". De los cuatrocientos ochenta descendientes, cuatrocientos cuarenta y tres
fueron diagnosticados débiles mentales. Cuando el soldado "asienta la cabeza" y se
casa con una joven de "buena sangre" inglesa, tuvieron - en las cuatro generaciones
siguientes- cuatrocientos noventa y seis descendientes "puros" y sin mancha.
Después de la gran divulgación alcanzada por este libro cundió el pánico por la
"alarma genética". Como dice Fierro (1981) Godard confunde herencia con
aprendizaje y pureza genética con pureza moral. Aunque casi pediría el "indulto"
para Godard porque al final de su vida en una conferencia pública que a mí me
recuerda mucho a la de Unamuno en la Universidad de Salamanca ante las tropas
nacionales y al Hitler de Charlot en cuanto a que los asistentes esperaban escuchar
exactamente lo contrario de lo que dijeron. En efecto, Godard pedió perdón por
muchas de las ideas contenidas en sus libros y defendió la integración –o lo que hoy
llamaríamos educación inclusiva- de las personas con diversidad en una época en la
que esa expresión ni existía. En tercer lugar -y con esto continuo con la clasificación
de Mayor (1988)- surgen en esta época poderosas asociaciones como la American
Association of Instructors of the Blind (1871), la American Association of Mental
Deficiency (1876), el Council for Exceptional Children etc...Y en cuarto lugar se
comienza a disponer de métodos de evaluación -Binet, Galton etc...Aunque después
se cometieron excesos con el abuso de la psicometría no podemos minimizar la
importancia que en esta época (y en la actualidad) tienen estos métodos para
diagnósticar y separar clasificatoriamente a los niños según niveles, capacidades
etc...
Junto a ello no quiero olvidar a autores como Decroly - y su idea de la
globalización de los contenidos de la enseñanza y los centros de interés- Dewey -
provocar en el niño motivación y prepararlo para la sociedad, veremos otras
derivaciones de Dewey en la Educación Inclusiva en otra parte de este libro- , Sante
de Sanctis, (búsqueda interdisciplinar para tratar las deficiencias psíquicas etc..
Montessori ( estudió la deficiencia infantil. Llevó a la práctica los métodos
inventados por Itard, Seguin y Montesano ( que intuyó la importancia de la
formación de los profesionales de Educación Inclusiva).
Para Acosta Rodriguez (1988) a finales del siglo XIX se va a producir un gran
impulso de la Educación Inclusiva debido a la revolución industrial ( trae consigo
problemas de delincuencia e inadaptación) y la obligatoriedad de la enseñanza que
hace ver el gran número de deficientes que existía realmente. En esta era, en nuestro
país, nace en 1805 en Madrid el Colegio Nacional de Sordomudos, y en 1816 el
Colegio de Sordomudos de Barcelona. En esta misma ciudad en 1820 nace la
primera escuela para ciegos fundada por José Ricart, también en Barcelona, en 1906,
Vidal Perera crea un clínica para deficientes mentales. En 1909 Francisco Pereira
fundó un centro educativo para "anormales"en Madrid (Vega, 1985).
La "Era de las instituciones" o como yo la he llamado "Era de la Atención
Educativa Segregada" dura demasiado tiempo. En general llega hasta mediados del
siglo xx en unos países, hasta hace unos años en otros (p.e. España) e incluso todavía
existe en algunas comunidades y naciones. Ya hemos visto factores como las
publicaciones de Goddard ( y hubo bastantes más en esa línea de alarma eugenésica;
Dugdale (su libro sobre los Jukes alcanzó tanta fama como la familia Kallikak),
Davenport, Tredgold etc..) hiceron impacto en una sociedad que ya arrastraba dudas
ancestrales y atávicas sobre estas personas. Tampoco es ajeno al excesivo período
temporal que abarca esta era la postura de ciertas capas conservadores religiosas que
si bien en una primera época humanizaron - en algunos aspectos- las instituciones
lograron difundir cierto espíritu benefactor y asistencialista. Ciertos profesionales
favorecieron también la perpetuidad de las instituciones. A todo lo anterior habría
que unir las dos guerras mundiales que - como ha señalado García García (1988) -
desviaron los fondos para la industria bélica dejando a los servicios sociales sin
presupuestos. Aunque no hace falta encontrarse en guerra para realizar este tipo de
acomodaciones presupuestarias. En estos momentos de crisis mundial, la
Administración Norteamericana –como las europeas- tiene previsto un recorte
gigantesco de las presupuestos para las personas necesitadas, por lo que los cuarenta
millones de pobres que existen en el país más "rico" e "industrializado" del planeta
serán aún más pobres y necesitados. El Efecto Calcuta o la "calcutización" de las
ciudades será un hecho en las próximas décadas. Hemos de admitir, en cualquier
caso, que la institucionalización supuso un avance con respeto a la época del "Gran
Encierro". Pero la presión de ciertos sectores innovadores estaba ya empujando el
advenimiento de lo podríamos denominar "Era de la Integración" -desde 1985
hasta nuestros días- (antecesora de la “Era de la Educación Inclusiva” más o menos
desde la Conferencia de Salamanca en 1994) y cuando esta presión es muy fuerte la
invarianza morfoestática de la sociedad se reestructura y propicia nuevos cambios.
¿Cómo se produce la "Era de la Integración"? Vamos a verlo brevemente.
En el apogeo y en las postrimerías de la "Era del Hacinamiento
Institucionalizado" los centros específicos agrupaban a alumnas y alumnos de forma
homogénea. Esto es considerando que los niños y niñas sordos estarían "mejor" con
los niños y niñas sordos y sordas, los niños y niñas ciegos con los ciegos etc... Este
hecho hacía que, según el axioma fundamental de los teóricos del segregacionismo
(Guerrero López, 1995), los alumnos adquirieran un nivel superior en su lenguaje,
memoria, relaciones afectivas, etc... debido al contacto de otros niños con la misma
deficiencia bajo el mismo escenario físico-organizacional. Aunque los centros de
Educación Inclusiva supusieron un avance histórico respecto a la situación anterior
llegó un momento en el que (y debido a una serie de estudios y de presiones) sus
planteamientos permanecían como momificados en un anacronismo aislado y
desconectado de la realidad de los Estados de Bienestar, por utilizar una expresión
del pedagogo Antonio Fortes (1994). Antes he hablado de estudios. No voy a
enumerar por considerarlo tedioso una larga lista de investigaciones que hicieron que
fueran inexorable que las plataformas éticas y políticas avanzasen en un frente común
a favor de la integración escolar, sin embargo sería injusto si no recordase aquí a
pedagogos, psicólogos y sociólogos como Calhoun, quién demostró que los sujetos
de educación inclusiva cuando se integraban superaban ampliamente a los que no lo
habían hecho, aWalker -realizó un estudio pionero haciendo evidente que los niños y
niñas aún integrados de forma parcial incrementaban su vocabulario y mejoraban
notablemente su lectura- a Meece y Wang que mostraron que los niños y niñas
integrados eran aceptados por los alumnos y alumnas sin problemas mucho más que
cuando solamente iban a las aulas de apoyo e igualmente y de manera reciproca éstos
mejoraban su autoestima y sus relaciones comunicativas, a Gampel que subrayó que
las personas con retraso integradas presentaban una conducta más organizada y
menos negativa que cuando estaban segregados (me viene a la memoria el caso de un
muchacho con parálisis cerebral que manifestó que cuando estaba en el colegio
específico se quería cortar las manos porque pensaba que si estaba en ese centro era
porque no podía igualarse al resto de los chicos y chicas que asistían a clases
normalizadas. Hay otros muchos ejemplos de cambios profundos que propició la
integración a personas que habían estado injustamente en centros segregados) y a
Pieterse y Center -por citar sólo unos pocos- que estudiaron las dimensiones
cognitivas y académicas de un grupo de jóvenes deficientes durante un corto espacio
de tiempo en situación de integración. En ese tiempo duplicaron su cognición con
respecto al extenso tiempo que habían estado en situación de segregación.
No obstante y, desde mi punto de vista, este tipo de centros pueden ser
necesarios para atender a la población de discapacidades más severas. Resulta curioso
como en otros países con más tradición en la integración escolar que España esto es
un hecho incuestionable (en Norteamérica la educación inclusiva tendría serios
problemas para la población con graves limitaciones). Sin embargo, en este país, que
hasta hace poco no se podía concebir la integración ahora, en algunos sectores, no se
puede concebir los colegios que o sean plenamente inclusivos. Cuando estos
cumplen, evidentemente una función social muy importante con ciertos sujetos muy
afectados. Habría que analizar también los problemas de la integración, la
segregación dentro de la integración o los múltiples problemas que hacia 1985 -en
España- causó el poco conocimiento que se tenía de la integración escolar.
Pero a pesar de los problemas que surgieron con la integración escolar esto
sólo no evitó que desapareciera sino que al igual que en otras etapas de la historia de
la educación inclusiva, la integración escolar evolucionó, fue ampliamente aceptada,
se enriqueció y complejizó llegando a la Era de la Educación Inclusiva (1994 en
adelante) y a la Era que yo llamaría Era de la Transición a la Vida Activa
(aproximadamente desde 1995). En ese sentido, actualmente, lo realmente importante
no es ya el discurso teórico, filosófico y reivindicativo sobre la integración escolar o
la educación inclusiva (definida ésta como: “un proceso que permite abordar y
responder a la diversidad de las necesidades del todos los educandos a través de una
mayor participación en el aprendizaje, las actividades culturales y comunitarias y
reducir la exclusión social dentro y fuera del sistema educativo”: UNESCO, 2005)
Ya no es necesario entrar en debates sobre de la educación inclusiva de la misma
forma que no se dan discursos sobre las ventajas de la coeducación. Es algo obvio. La
educación inclusiva y la coeducación forman parte de las conquistas sociales como la
educación gratuita o los derechos a una asistencia sanitaria. A nadie se le ocurriría
ahora mismo entrar en debates combativos, anacrónicos y demagógicos sobre, por
ejemplo, el derecho al voto de la mujer porque es un hecho ya histórico y no parece
estar amenazado en las democracias occidentales. Y porque tampoco estamos en
1930.
Sin embargo en esta última era un aspecto no resuelto es la formación
ocupacional, la inserción laboral, la integración social y la transición a la vida activa
de las personas con discapacidad que han estado escolarizadas -o las que
desgraciadamente no lo han estado- y que tienen las mismas necesidades laborales y
de autonomía personal -reconocidas legalmente- que el resto de las mujeres y los
hombres. Existen varios tipos de transición. Para Catalina Guerrero (2002) la
transición sería un proceso destinado a mejorar la autonomía y la participación de las
personas con discapacidad en sus entornos cotidianos. Unos entornos que acaso sean
más importantes que el énfasis que durante años se le ha dado a la inteligencia
académica como referente de diagnóstico de la discapacidad intelectual. Actualmente
el cociente intelectual solo es un factor orientativo para conocer las capacidades de
estas personas. Ahora se tiene o se debería tener más en cuenta las áreas adaptativas
que internacionalmente se han aceptado desde 1994-96 gracias a la Asociación
Americana sobre el Discapacidad intelectual -tan poderosa como Los Seguidores de
Osiris-. Esas áreas subrayan la importancia de la Comunicación (sistema de
símbolos, habilidada para decodificar la información ...) de la Auto-ayuda ( Hábitos
de alimentación, ropa, higiene,autonomía : hacerla cama...) de la Vida diaria
(compra, vida en casa y en la familia, relaciones con familiares y otros conocidos,
relaciones con profesores-as, compañeros-as, recreo,) de las Habilidades sociales
(mostrar aprecio, sonreír, cooperar con los demás, saber escuchar, conducta sexual,
etc...) el Uso de la comunidad (transportes públicos, bibliotecas, todos los servicios
del barrio y de la ciudad...), la Autodirección (toma de decisiones, iniciativas
adecuadas con los intereses personales, resolver problemas en situaciones
adversas..) la Salud y seguridad (mantenimiento del propio bienestar, dieta apropiada,
seguridad básica-cruza r la calle..-protección de las conductas criminales,) el Tiempo
libre (ocio,saberescoger, interacción social adecuada, excursiones, saber hacer uso y
saber tener la necesidad del tiempo libre...) el Trabajo (realización de untrabajo a
tiempo completo o parcial, conocimiento del dinero, traslado del lugar de trabajo
acasa, interacción con los/las futuros-as compañeros-as de trabajo y los
Conocimientos funcionales académicos (habilidades cognitivas-escolares: escritura,
lectura, cálculo,conocimientos científicos adecuados con el entorno físico y sobre su
salud, todas aquellas habilidades académicas útiles para la vida). Aunque no sé muy
bien como quedará todo esto en esta época de crisis, de ciclo crítico que se inició en
septiembre de 2008 en los Estados Unidos y que en estos años no ha hecho más que
empeorar, especialmente las ayudas a las personas más desfavorecidas ¿nos
acercamos a un proceso histórico en el que de nuevo todo lo relacionado con la
educación inclusiva va a estar de nuevo estigmatizado y relegado a un plano
testimonial debido a la crisis económica? ¿Nos acercamos a esa modernidad líquida
de la que nos habla Bauman (2011) en la que todas las conquistas sociales se están
“derritiendo” como la lava? ¿Estamos ya el Estado de Bienestar convirtiéndose en un
Estado Asistencial donde toda la sociedad está ya en riesgo de exclusión como nos
alerta Robert Castel (2011)? Y en ese sentido ¿qué será de nuevo de las personas más
débiles?
Hace unos minutos he soplado a la vela para dormirme ante la mirada pétrea
de Séneca. He llegado al final de esta pequeña –por la extensión textual- travesía
histórica –enorme por la cantidad de años vistos tan rápidamente- sobre la educación
inclusiva. Acabo de leer, mientras mi habitación –mi estancia como le gustaba decir a
Séneca- se llenaba de un olor a cera derretida, unas palabras en una novela; “La
Montaña del Alma” de un escritor chino llamado Gao Xingjian, que me ha hecho
recordar lo turbulenta y triste que, en ocasiones, ha sido esta historia de la educación
inclusiva, sobre todo ciertas oscuras épocas de las que he hablado aquí. Me repito las
palabras de la novela mientras pienso en esos millones de seres vulnerables que tanto
han sufrido a lo largo de los siglos y a los que quizá se los llevó Osiris, el dios de los
muertos, en su barca sagrada hacia la eternidad: “Lo mejor es aparentar que se
comprende, aparentar que se comprende, pero de hecho, no comprender nada”
(2001; pág. 573). En cualquier caso Los Seguidores de Osiris del antiguo Egipto,
aquellos extraños cuidadores de los niños y niñas con diferencias, aquellos verdugos
implacables contra todos los que osaran hacer daño o matar a estos seres indefensos
y frágiles, nunca hubieran podido soñar con un futuro como el que hemos estado
viviendo para las personas con diversidad funcional en lo que, hasta ayer mismo, eran
los Estados del Bienestar (antes de la crisis).

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