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EDUCADOR USTED NO EVALÚA, USTED MIDE.

POR
FAVOR CORRIJA
César Malavé
En la última reunión que tuve con un grupo de estudiantes de
educación de UNIMAR me percaté que no tenía claro la
definición de evaluación y que la estaban confundiendo con el
simple acto de medir (poner una nota, letra o número, sobre
la base de parámetros establecidos, fundamentalmente la
taxonomía de Bloom). En ese sentido, resulta necesario
establecer una diferencia entre medir y evaluar.

Medir, consiste en un conjunto de normas para asignar


números o letras a los objetos, de modo tal que estos
números representen cantidades de atributos. Por ejemplo,
se realiza un determinado examen y un estudiante logra 19
puntos y otro 15. Por lo general el docente no se toma el
tiempo para hacer el juicio de valor sobre los dos educandos.
Uno podría vivir muy lejos de la escuela, irse caminando, sin
medios de fortuna, sin computadora y a duras penas busca
superarse. El otro es la antítesis. Ahora, al hacer el juicio de
valor, cual puntaje tienen más significado escolar y de
rendimiento? El educador está en la obligación de ajustar ese
15. Para evaluar se requiere juicio de experto, quien
integre y valore la información recogida de cada uno de sus
estudiantes.

En ese sentido, las pruebas (escalas, cuestionarios o test)


son herramientas que están sujetas a la habilidad, el
conocimiento y la experiencia del evaluador.

Pese a ello, el término evaluar y medir siguen siendo tomados


como sinónimo, y esto es un grave error. Por lo antes
mencionado se recomienda no utilizar el término evaluación
como sinónimo de medición cuando se está describiendo a
un instrumento de medida. Esta modificación en la elocución
del investigador provocará una diferencia necesaria respecto
a los instrumentos autoinformados, que tienen grandes
ventajas para el conocimiento de la conducta humana.

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