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EL CONTRATO INDIVIDUAL DE
TRABAJO EN LOS DICTÁMENES
DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO
© CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
Legal Publishing Chile Miraflores 383, piso 11, Santiago, Chile Teléfono: 600 700 8000 www.legalpublishing.cl
Registro de Propiedad Intelectual Nº 180.554 I.S.B.N. 978 - 956 - 238 - 826 - 9
1ª edición junio 2009 Legal Publishing Chile
2ª edición agosto 2009 Legal Publishing Chile
3ª edición diciembre 2011 Legal Publishing Chile
Tiraje: 300 ejemplares
Impresores: CyC Impresores - San Francisco 1434, Santiago
IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE
ADVERTENCIA
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ÍNDICE I
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PRIMERA PARTE
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO
CAPÍTULO I
ASPECTOS GENERALES
I. CARACTERÍSTICAS DEL CONTRATO DE TRABAJO ............................... 3
1. Consensual .............................................................................. 3
2. Bilateral ................................................................................... 3
3. Oneroso ................................................................................... 5
4. Conmutativo ............................................................................ 6
5. Personal ................................................................................... 6
6. De adhesión ............................................................................. 7
7. Dirigido ................................................................................... 7
8. De tracto sucesivo ................................................................... 8
II. CONCEPTO Y NATURALEZA JURÍDICA DEL CONTRATO DE TRABAJO ..... 8
III. ELEMENTOS DEL CONTRATO DE TRABAJO ......................................... 8
1. Los sujetos del contrato de trabajo .......................................... 9
1.1. Empleador ........................................................................ 9
Presunción de representación del empleador ................... 14
1.2. Trabajador ........................................................................ 15
1.3. Empresa ........................................................................... 20
Principio de continuidad de la empresa .................................. 22
2. La prestación de servicios personales y por cuenta ajena
(ajenidad) ................................................................................ 27
– Exoneración de la obligación de otorgar el trabajo
convenido (caso fortuito o fuerza mayor) ........................ 27
– Cortes de gas o energía .................................................... 28
– Naturaleza de los servicios (precisión y certeza) ............. 31
– La polifuncionalidad ........................................................ 32
II ÍNDICE
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CAPÍTULO II
SUSCRIPCIÓN Y FORMALIDADES
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CAPÍTULO III
DURACIÓN DEL CONTRATO DE TRABAJO
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CAPÍTULO IV
LA TERMINACIÓN DEL CONTRATO DE TRABAJO 115
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CAPÍTULO V
TRABAJO EN RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN
Y EMPRESAS DE SERVICIOS TRANSITORIOS (EST)
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a)
La faena como centro de imputación de respon-
sabilidades en materia de seguridad y salud en
el trabajo ................................................................... 197
b) Notificación de infracciones a los Organismos
Administradores del Seguro ..................................... 199
c) Sustitución multas en materia de seguridad y
salud .......................................................................... 200
d) Autosuspensión en caso de accidentes fatales y
graves ........................................................................ 200
III. TRABAJO EN EMPRESAS DE SERVICIOS TRANSITORIOS (EST) ............ 201
1. Concepto y sujetos .................................................................. 201
2. Configuración: la excepcionalidad como idea matriz ............. 202
a) El giro único de las empresas de servicios transito-
rios y la prohibición de vinculación empresarial con
la usuaria .......................................................................... 203
b) Garantía de los derechos laborales y responsabi-
lidad ................................................................................. 203
– Constitución de garantía por tercero ......................... 204
– Conceptualización de instrumento de similar
liquidez ..................................................................... 206
c) Rol del Estado: control acentuado ................................... 208
d) Supuestos restringidos y transitoriedad como rasgo
distinto del suministro lícito ............................................. 208
– Cesiones sucesivas a una misma usuaria .................. 209
e) Suministro ilícito .............................................................. 209
f) Régimen sancionatorio..................................................... 210
3. Figuras contractuales ............................................................... 211
a) Contrato de puesta a disposición...................................... 211
b) Contrato de trabajo de servicios transitorios .................... 211
CAPÍTULO VI
LOS DERECHOS FUNDAMENTALES EN LA EMPRESA
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SEGUNDA PARTE
CONDICIONES GENERALES DE TRABAJO
CAPÍTULO I
EL TIEMPO DE TRABAJO
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4.
Registro de las horas extraordinarias ...................................... 326
5.
Forma y oportunidad de pago de las horas extraordi-
narias ....................................................................................... 327
5.1. Recargo del cincuenta por ciento y base de cálculo
(sueldo) ............................................................................ 327
– Base de cálculo con sueldo base inferior al mí-
nimo .......................................................................... 327
– Trabajadores remunerados exclusivamente por
tratos ......................................................................... 328
5.2. Recargo convencional ...................................................... 329
6. Situación de las horas laboradas en día domingo .................... 329
6.1. Las empresas no exceptuadas del descanso domi-
nical .................................................................................. 329
6.2. Las empresas exceptuadas del descanso dominical ......... 330
7. Las horas laboradas en compensación de un permiso ............. 330
8. Las horas laboradas durante el día de descanso compen-
satorio que excede de uno semanal ......................................... 331
9. Prescripción del cobro de las horas extraordinarias ................ 331
IX. REGISTRO DE ASISTENCIA Y HORAS TRABAJADAS ............................... 333
1. Sistemas contemplados por la ley ........................................... 334
1.1. El sistema debe ser simple y reflejar la jornada ............... 334
– Hoja común para todo el personal en el respec-
tivo libro de asistencia .............................................. 335
– Libro de Novedades o de Control de Nove-
dades ......................................................................... 335
– Planilla diaria para todos los trabajadores, que
es llevada a otra planilla resumen mensual ............... 336
1.2. Existencia de más de un registro de asistencia y ho-
ras de trabajo en la empresa, ............................................ 336
1.3. Se prohíben los registros de asistencia y horas de
trabajo basados en hojas sueltas ....................................... 338
1.4. Sistema computacional de registro de asistencia y
horas de trabajo ................................................................ 339
1.5. Reglas que fijan el lugar de ubicación del registro
de control de asistencia y horas trabajadas ...................... 343
1.6. Prohibición de mantener dos sistemas de registro de
asistencia y horas de trabajo de distinta naturaleza ......... 344
1.7. Reglas aplicables al registro de las horas destinadas
a la colación de los trabajadores ...................................... 345
1.8. Sistema de registro de asistencia y de horas trabaja-
das a base de una grabación magnetofónica .................... 345
1.9. Sistema de registro de asistencia y de horas trabaja-
das aplicable en las jornadas bisemanales ....................... 345
ÍNDICE XIII
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CAPÍTULO II
EL TIEMPO DE DESCANSO
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CAPÍTULO III
EL FERIADO O DESCANSO ANUAL
CLASIFICACIÓN DEL FERIADO .................................................................... 393
I. EL FERIADO LEGAL O BÁSICO ............................................................ 394
1. Procedencia del feriado ........................................................... 394
– Situación que se produce cuando no se han prestado
servicios durante un lapso superior a un año ................... 396
– Feriado Básico en la zona del extremo sur del país ......... 393
ÍNDICE XV
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–
Trabajadores que hubieren prestado servicios a
distintos empleadores................................................ 420
– Último medio, se aplica a falta de cualquier otro
de los anteriores ........................................................ 421
3. Pago de la remuneración durante el feriado progresivo .......... 421
3.1 Embargabilidad del pago del feriado progresivo ............. 421
3.2. Compensación del feriado progresivo ............................. 421
4. Incidencia del feriado básico convencional en el feriado
progresivo................................................................................ 422
4.1. Incidencia del feriado progresivo convencional en
el feriado progresivo legal ............................................... 423
4.2. Incidencia del feriado colectivo en el feriado pro-
gresivo .............................................................................. 423
5. Prescripción del feriado progresivo ........................................ 423
III. EL FERIADO PROPORCIONAL .............................................................. 424
1. Feriado proporcional cuando se han acumulado más de
dos períodos con infracción a la ley ........................................ 425
2. Procedimiento de cálculo ........................................................ 425
3. Base de cálculo a considerar cuando existe una fracción
de día a compensar .................................................................. 426
IV. EL FERIADO COLECTIVO .................................................................... 427
1. Concepto de feriado colectivo ................................................. 428
2. Trabajadores que deben gozar del feriado colectivo ............... 428
3. Oportunidad en que debe otorgarse el feriado colectivo ......... 429
4. Remuneración durante el feriado colectivo ............................. 429
5. Extensión de la facultad del empleador de anticipar el
feriado ..................................................................................... 429
6. Feriado colectivo otorgado antes de cumplirse un año de
servicios .................................................................................. 430
7. Incidencia del feriado colectivo .............................................. 431
7.1. Incidencia en el feriado legal ........................................... 431
7.2. Incidencia en la huelga .................................................... 431
7.3. Incidencia en el permiso con o sin goce de remune-
raciones ............................................................................ 432
V. EFECTOS DE LA LICENCIA MÉDICA Y EL DESCANSO MATERNAL EN
EL FERIADO ...................................................................................... 432
1. La licencia médica ................................................................... 432
1.1. Derecho a gozar del feriado una vez que el trabaja-
dor se reintegra a labores ................................................. 432
1.2. Licencias médicas que se prolongan por un período
superior a los dos años ..................................................... 433
ÍNDICE XVII
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CAPÍTULO IV
LAS REMUNERACIONES
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5.
Gratificación ............................................................................ 485
5.1. Primera modalidad de gratificación legal o gratifi-
cación del artículo 47 ....................................................... 485
5.2. La gratificación legal del artículo 50 ............................... 487
5.3. Gratificación convencional .............................................. 488
5.4. Anticipos de gratificación ................................................ 489
5.5. Oportunidad de pago de las gratificaciones ..................... 490
5.6. Derecho de opción del sistema de gratificación
legal .................................................................................. 490
5.7. Gratificación y derecho de información de los tra-
bajadores .......................................................................... 492
5.8. Gratificación proporcional ............................................... 493
5.9. Gratificaciones. Contratos de trabajo inferior a 30
días .................................................................................. 493
– Efectos de la licencia médica en el pago de las
gratificaciones ........................................................... 494
III. LA SEMANA CORRIDA: PAGO DEL SÉPTIMO DÍA .................................. 494
1. Requisitos de procedencia de la semana corrida ..................... 496
2. Base de cálculo de la semana corrida ...................................... 499
a) Remuneraciones de carácter fijo ...................................... 500
b) Remuneraciones de carácter variables ............................. 501
– Bonos por rendimiento colectivo: los "pozos" ......... 502
– Tiempos de espera: choferes de vehículos de
transporte de carga terrestre interurbana .................. 502
– Efectos de la licencia médica en el pago de la
semana corrida .......................................................... 503
– Efectos de los atrasos y ausencias injustificadas ........ 504
3. Período de Pago ...................................................................... 504
4. Procedimiento de cálculo de la semana corrida ...................... 505
– Ajuste diferencia entre sueldo base e IMM: inci-
dencia en base de cálculo de la semana corrida ............... 507
IV. PROTECCIÓN DE LAS REMUNERACIONES ............................................ 508
1. Garantías con relación al pago ................................................ 508
1.1. El pago de las remuneraciones ......................................... 509
1.2. Forma de pago de la remuneración .................................. 511
1.3. Periodicidad para el pago de las remuneraciones ............ 512
1.4. Lugar y oportunidad para el pago de las remunera-
ciones ............................................................................... 513
2. Garantías frente al empleador ................................................. 514
2.1. Descuentos de remuneración ........................................... 514
a) Descuentos obligatorios ............................................ 515
XX ÍNDICE
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TERCERA PARTE
PROTECCIÓN DE LOS TRABAJADORES
CAPÍTULO I
EL TRABAJO DE MENORES
PANORAMA GENERAL ............................................................................... 531
LA CAPACIDAD PARA CONTRATAR ............................................................. 532
1. Requisitos para contratar ......................................................... 532
1.1. Menor de 18 y mayor de 15 años ..................................... 532
– Prohibición de trabajo de menores: actividades
peligrosas .................................................................. 534
– Prohibición trabajo menores: trabajo en caba-
rets y establecimientos análogos ............................... 537
– Trabajo nocturno ....................................................... 537
1.2. Menor de 15 años ............................................................. 538
1.3. Obligaciones para la empresa que contrata menores ......... 538
– Obligación de registro............................................... 539
2. Efectos del incumplimiento de los requisitos .......................... 540
3. Exclusiones ............................................................................. 541
CAPÍTULO II
TRABAJADORES EXTRANJEROS
PANORAMA GENERAL ................................................................................ 543
I. NACIONALIDAD DE LOS TRABAJADORES ............................................ 543
– Libertad de trabajo trabajadores extranjeros ........................... 544
1. Naturaleza de la limitación ...................................................... 546
2. Porcentaje ................................................................................ 546
– Personal de naves bajo pabellón chileno ......................... 546
3. Cómputo .................................................................................. 547
4. Alcance del concepto de personal técnico especialista ........... 547
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CAPÍTULO III
LA PROTECCIÓN DE LA MATERNIDAD EN EL TRABAJO
LA PROTECCIÓN DE LA MATERNIDAD EN CHILE ......................................... 559
I. BENEFICIO DE SALA CUNA ................................................................ 560
1. Requisitos ................................................................................ 560
a) Debe tratarse de una empresa o centros o complejos
comerciales e industriales y de servicios adminis-
trado bajo una misma razón social o personalidad
jurídica ............................................................................. 561
b) Mínimo de 20 trabajadoras .............................................. 565
– Tipos de contratos ..................................................... 565
– Edad o estado civil de trabajadoras .......................... 565
– Centros o complejos comerciales e industriales
o de servicios ............................................................ 565
– Disminución del número de mujeres contra-
tadas .......................................................................... 566
c) Hijos menores de dos años ............................................... 566
2. Formas de cumplir obligación de mantener sala cuna ............ 566
– Elección ........................................................................... 567
– Ubicación ......................................................................... 567
– Compensación en dinero .................................................. 568
– Gastos de mantención y manutención .............................. 570
3. Tópicos jurisprudenciales ....................................................... 572
– Gastos de traslado ............................................................ 572
– Tuición ............................................................................. 573
– Suspensión de la relación laboral de la madre ................. 575
– Asignación familiar y obligación de sala cuna ................ 577
– Sala cuna en jornada de tiempo parcial............................ 577
II. DERECHO A DAR ALIMENTOS A MENORES .......................................... 578
– Alcance del concepto "alimentar" ........................................... 579
– Período de subsistencia del tiempo de permiso ....................... 580
– Forma de ejercer el derecho: alternativas ............................... 580
– Eliminación del beneficio de sala cuna como requisito
de existencia ............................................................................ 582
– Gastos de traslado ................................................................... 583
– Existencia de varios hijos ........................................................ 584
– Trabajadoras con jornada parcial ............................................ 585
– Existencia de dos empleadores ............................................... 586
III. FUERO MATERNAL ............................................................................ 587
– Extensión del beneficio: cuidadores y padres adoptivos ......... 588
ÍNDICE XXIII
Página
–
Extensión del beneficio: padre trabajador ............................... 589
–
Período de protección .............................................................. 589
–
Autorización judicial previa .................................................... 590
–
Fuero maternal y nueva relación laboral ................................. 590
–
Efectos del despido de una trabajadora aforada: reincor-
poración ................................................................................... 591
– Contrato a plazo fijo o por obra o temporada ......................... 592
– Personal de exclusiva confianza ............................................. 593
– Interrupción del embarazo o muerte del hijo .......................... 593
– Finiquito .................................................................................. 594
– Restitución de sumas adeudadas ............................................. 594
– Renuncia voluntaria ................................................................ 595
– Trabajadoras de casa particular ............................................... 596
IV. EL DESCANSO DE MATERNIDAD ......................................................... 597
– Muerte del hijo recién nacido e interrupción del emba-
razo ......................................................................................... 599
– Descanso post natal de padre .................................................. 600
– Feriado y licencias médicas .................................................... 601
V. PERMISO DEL PADRE POR NACIMIENTO DE HIJO .................................. 602
– Oportunidad para hacer efectivo el permiso ........................... 603
– Contrato a plazo fijo ................................................................ 604
– Nacimientos o partos múltiples ............................................... 605
– Imputabilidad de días de permisos legales a días de per-
miso convencionales ............................................................... 606
– Carácter irrenunciable del permiso y necesidad de soli-
citarlo ...................................................................................... 606
– Carácter pagado del permiso ................................................... 607
– Jornada a tiempo parcial: procedencia de permiso ................. 607
VI. TRABAJOS PERJUDICIALES ................................................................. 607
– Mantención de remuneraciones .............................................. 608
– Competencia para determinar un trabajo como perjudi-
cial para salud de embarazada ................................................. 608
– Determinación del trabajo al que se traslada a la trabaja-
dora embarazada ..................................................................... 609
– Trabajo nocturno ..................................................................... 609
– Carga manual ......................................................................... 610
VII. LOS PERMISOS .................................................................................. 610
1. Salud del menor requiere de atención en el hogar .................. 611
2. Salud del menor de 18 años requiere de atención perso-
nal de sus padres ..................................................................... 612
– Duración del permiso ....................................................... 613
– Distribución ...................................................................... 614
– Restitución ....................................................................... 614
XXIV ÍNDICE
Página
CAPÍTULO IV
EL REGLAMENTO INTERNO 617
REGLAMENTOS INTERNOS QUE RECONOCE LA LEY LABORAL ...................... 618
I. REGLAMENTO INTERNO DE ORDEN, HIGIENE Y SEGURIDAD (CÓ-
DIGO DEL TRABAJO) ......................................................................... 619
1. Ámbito de aplicación o requisitos ........................................... 619
a) Puede tratarse de una empresa, establecimiento, fae-
na o unidad económica .................................................... 619
b) Número mínimo de 10 trabajadores permanentes ........... 620
2. Notificación y publicidad ........................................................ 620
2.1. Anticipación ..................................................................... 621
2.2. Remisión .......................................................................... 621
3. Objeciones ............................................................................... 621
4. Impugnaciones ........................................................................ 621
4.1. Organismo resolutor ......................................................... 622
4.2. Sanciones ......................................................................... 622
5. Contenido ................................................................................ 623
6. Fiscalización ............................................................................ 624
II. REGLAMENTO INTERNO DE HIGIENE Y SEGURIDAD (LEY Nº 16.744
Y D.S. Nº 40, DE 1969) ................................................................... 624
1. Ámbito de aplicación .............................................................. 625
– Reglamento de Orden, Seguridad e Higiene y Re-
glamento de Higiene y Seguridad: integración de
ambos reglamentos en un solo texto ................................ 625
2. Contenido ................................................................................ 626
2.1. Preámbulo (artículo 16 D.S. Nº 40) ................................. 626
2.2. Disposiciones generales (artículo 17 D.S. Nº 40) ............ 627
2.3. Obligaciones (artículo 18 D.S. Nº 40) ............................. 627
2.4. Prohibiciones (artículo 19 D.S. Nº 40) ............................ 627
2.5. Sanciones (artículo 20 D.S. Nº 40) .................................. 628
2.6. Reclamos .......................................................................... 628
2.7. Fiscalización .................................................................... 628
2.8. Vigencia (artículo 15, D.S. Nº 40) ................................... 629
BIBLIOGRAFÍA .......................................................................................... 631
PRÓLOGO
PRIMERA PARTE
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO
2 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 3
CAPÍTULO I
ASPECTOS GENERALES
la mora, contemplado en el artículo 1552 del Código Civil. Ello queda clara-
mente demostrado cuando el empleador debe remunerar aquellas situaciones en
que no ha otorgado el trabajo convenido, sin estar frente a un caso fortuito o
fuerza mayor. En estos casos se requiere, para proceder al pago, que por su parte
los trabajadores hayan cumplido con sus obligaciones correlativas, esto es, estar
a disposición del empleador. En consecuencia, si los trabajadores se fuesen a su
hogar, por aplicación del señalado principio, el empleador no estaría obligado a
remunerar dicho período.
• Ord. Nº 3.675/124, 05.09.03
“En efecto, de la definición de contrato individual de trabajo que dicho artículo 7º
contempla se infiere que el contrato de trabajo es un acto jurídico bilateral que
genera obligaciones recíprocas para ambas partes, para el empleador, proporcio-
nar el trabajo convenido y pagar por él una remuneración determinada y para el
dependiente, prestar los servicios para los cuales fue contratado, por lo que, estan-
do los trabajadores obligados a cumplir sus funciones contractuales en la forma
convenida en el respectivo instrumento, corresponde al empleador asumir las obli-
gaciones que derivan de la gestión o administración de su empresa”.
3. ONEROSO
Tomando la definición del artículo 1440 del Código Civil, diremos que el
contrato de trabajo es oneroso porque tiene por objeto la utilidad de ambos con-
tratantes, gravándose cada uno en beneficio del otro.
Esta característica se expresa en el carácter patrimonial de las obligaciones
derivadas del contrato, por una parte la remuneración y por otra la prestación de
servicios que implica una cuantificación económica para el empleador.
• Ord. Nº 649/22, 09.02.05
“Por otra parte, en el análisis de la situación laboral que nos ocupa, cabe tener
presente que,..., uno de los factores que conforman el contenido del contrato de
trabajo es su contenido patrimonial, el que está referido al intercambio de remune-
raciones por los servicios prestados, esto es, supone la obligación de prestación
personal de éstos por parte del trabajador y la obligación de remunerarlos, de
cargo del empleador.
El aludido contenido patrimonial se traduce para el empresario en el derecho de
adquirir e incorporar a su patrimonio el resultado del trabajo efectuado por el
dependiente y la obligación, a cambio de dicha adquisición, de remunerar los ser-
vicios prestados; para el trabajador, en la obligación de prestación personal de
servicios, que es su obligación primordial y que debe realizarse personalmente en
tanto cuanto se trata de una obligación de hacer de una persona natural, el traba-
jador”.
Cuando se presten servicios bajo dependencia o subordinación en forma
gratuita no estaremos frente a la relación laboral, habrá una conducta gratuita
cuyos orígenes podrán ser la familiaridad o la amistad pero no el deseo de cons-
tituir una relación laborativa.
Asimismo, toda prestación de servicios laboral debe ser remunerada, no ca-
ben las actividades a título gratuito.
6 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
Por ello, es que no resulta la delegación del trabajo o el arriendo del puesto
de trabajo. La historia laboral chilena conoció en el ámbito portuario los deno-
minados “medios o cuartos pollos”, que correspondían a formas de delegación
o arriendo de la matrícula portuaria.
Tampoco sería factible admitir los denominados “ayudantes en la agricultu-
ra”, como lo ha sostenido la Dirección del Trabajo:
• Ord. Nº 4.609/268, 02.09.99
“Tampoco resulta procedente argumentar que se trata de una especie de delega-
ción del trabajo o de un arriendo de servicios, ya que legal y doctrinariamente se
concluye en forma inequívoca, que la prestación de servicios a que se encuentra
obligado el trabajador es de carácter “personal”, es decir, es indelegable e
instranferible, no pudiendo practicar respecto de ella actos jurídicos. El trabaja-
dor, pues, debe prestar los servicios en forma directa y personal sin que medie
individuo alguno en dicha prestación”.
6. DE ADHESIÓN
El contrato de trabajo es un contrato de adhesión en tanto, por lo general, una
de las partes –empleador– impone las condiciones contractuales a la parte trabaja-
dora. Ello se explica fundamentalmente por la desigual posición de los contratan-
tes en términos económicos. Dicho carácter no se ve alterado en su esencia por la
fuerza de los sindicatos, ya que ella sigue siendo exigua tanto en intensidad
como en cobertura, no permitiendo en consecuencia un debido contrapeso.
7. DIRIGIDO
Ligado con lo anterior, diremos que el contrato de trabajo tiene el carácter
de dirigido en cuanto el Estado ha establecido determinadas reglas protectoras
del trabajador que las partes no pueden eludir, es decir, tiene el carácter de irre-
nunciable.
De esta forma se limita la autonomía de la voluntad en materia laboral, ya
que las partes podrán pactar en todo aquello que no sea regulado por la ley o más
bien dicho por sobre los mínimos establecidos por el legislador.
8. DE TRACTO SUCESIVO
El contrato laboral es de tracto sucesivo, por cuanto la ejecución del mismo
no se acaba en un momento sino que se prolonga en el tiempo.
La prestación de los servicios pactados se verifica en forma continuada en el
tiempo y el pago de la remuneración en forma sucesiva.
II. CONCEPTO Y NATURALEZA JURÍDICA DEL CONTRATO DE TRABAJO
El legislador laboral se ha encargado de conceptualizar el contrato de traba-
jo, según los sujetos involucrados en la relación de trabajo –colectivos o indivi-
duales–, dando lugar con ello al contrato individual y al colectivo.
Del mismo modo, nos ofrece la definición de contrato individual de trabajo,
destacando los elementos de la esencia de dicho contrato.
8 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
1 Manuel PALOMEQUE LÓPEZ y Manuel ÁLVAREZ DE LA ROSA, Derecho del Trabajo, Centro de
Estudios Ramón Areces S.A., Madrid, 1999, p. 613.
2 Alfredo MONTOYA MELGAR, Derecho del Trabajo, Tecnos, Madrid, 1999, p. 36.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 9
3 Américo P LÁ RODRÍGUEZ, Los principios del Derecho del Trabajo, Depalma, Buenos Aires,
1978, p. 313.
4 Luis
LIZAMA PORTAL y José Luis UGARTE CATALDO, Interpretación y derechos fundamentales
en la empresa, ConoSur, Santiago, 1998, p. 108.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 11
ladas por los jefes de mando medio existentes en cada una de ellas, como asimismo,
que el control de la jornada de trabajo y de producción de dichos trabajos es rea-
lizada por personal de la empresa por la cual están contratados, en forma indepen-
diente y separada de los demás.
Igualmente, de dichos antecedentes aparece que cada una de las empresas de que
se trata selecciona su propio personal.
Las circunstancias precedentemente anotadas autorizan para afirmar... que cada
una de dichas empresas reviste el carácter de empleador del referido personal.
De consiguiente, atendido lo anterior forzoso es concluir que la empresa... no se
encuentra obligada a suscribir contratos de trabajos con el personal de las empre-
sas... ltda.,... ltda., y... ltda., por no revestir el carácter de empleador en los térmi-
nos a que alude el artículo 3º letra c) del Código del Trabajo”.
• Ord. Nº 6.603/384, 1.12.93
“Por lo anterior, se desprende en forma inequívoca que la empresa..., ejerce sobre
el personal referido –trabajadores contratados por otra empresa relacionada– fun-
ciones esenciales de supervisión, control de asistencia y jornada, la administración
y jefatura general, circunstancias que, en definitiva, configuran entre aquélla y el
personal de que se trata una típica relación de trabajo bajo vínculo de subordina-
ción y dependencia.
Con el mérito de lo expuesto no cabe sino concluir, que en la especie, es la empre-
sa... la que utiliza los servicios personales de los trabajadores de que se trata, por
lo cual, tiene la calidad de empleadora para todos los efectos laborales”.
• Ord. Nº 5.096/233, 4.09.92
“De lo anteriormente expuesto, se desprende en forma inequívoca, que la empre-
sa..., ejerce sobre su personal las funciones esenciales de contratación y despido
del personal, la supervisión y control de asistencia y jornada; ejerce la administra-
ción y jefatura general y sólo es dueña del recinto común, circunstancias que, en
definitiva, configuran entre aquélla y la totalidad del personal una típica relación
laboral bajo vínculo de subordinación y dependencia.
Con el mérito de lo expuesto, se hace necesario concluir que, en la especie, es la
empresa..., la que utiliza los servicios personales de los trabajadores de que se
trata, por lo cual, tiene la calidad de empleadora para todos los efectos legales
laborales”.
Siguiendo con el análisis de las empresas relacionadas, en esta oportunidad
la Dirección se pronuncia sobre la posibilidad que los trabajadores contratados
por una empresa, puedan afiliarse al Sindicato existente en otra relacionada.
• Ord. Nº 0373/010, 24.01.07
“...los trabajadores formalmente contratados por las sociedades COPESA Produc-
ciones e Impresiones S.A. (PROSA), Promoservice S.A., Distribución y Servicios
META S.A. y COPESA Impresores S.A., prestan servicios efectivamente bajo subor-
dinación y dependencia de la Empresa COPESA S.A., por lo que no existe impedi-
mento jurídico para que se afilien al sindicato constituido en esta última”.
Presunción de representación del empleador
Para concluir con el tratamiento del empleador, citaremos el artículo 4º inci-
so 1º que prescribe lo siguiente:
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 15
“Para los efectos previstos en este Código, se presume de derecho que representa
al empleador y en tal carácter obliga a éste con los trabajadores, el gerente, el
administrador, el capitán de barco, y en general, la persona que ejerce habitual-
mente funciones de dirección o administración por cuenta o representación de una
persona natural o jurídica”.
La norma preinserta consagra el principio de Presunción de Representación
del Empleador, en cuya virtud la ley supone que aquellas personas que aparecen
generalmente como representante del empleador frente al trabajador tienen tal
calidad, puesto que son personas que teniendo o no facultades para ello normal-
mente ejecutan actos de representación.
Al respecto, resulta importante resaltar que la presunción establecida por la
ley es una presunción de derecho, es decir, no admite prueba en contrario, de tal
forma que el empleador no podrá alegar que quien actuó frente al trabajador no
tenía las facultades para ello.
En ese sentido, la jurisprudencia administrativa señala que:
• Ord. Nº 3.284/194, 5.07.93
“El finiquito puede ser válidamente suscrito por el empleador o por cualquiera de las
personas que de derecho se presume que lo representan, de acuerdo al inciso 1º del
artículo 4º del Código del Trabajo o de un mandatario dotado de poder para ello”.
Se persigue con esta norma que el trabajador no tenga que buscar desde el
punto de vista legal quién efectivamente representa al empleador, es decir, al
trabajador le bastará la actuación del representante aparente.
1.2. Trabajador
Siguiendo con el análisis de los sujetos del contrato de trabajo, trataremos a
la contraparte del empleador en la relación laboral, esto es, el trabajador.
Señala el artículo 3º letra b) del Código del Trabajo lo siguiente al definir al
trabajador:
“trabajador: toda persona natural que preste servicios personales intelectuales o
materiales, bajo dependencia y subordinación, y en virtud de un contrato de traba-
jo, y”.
De la norma legal se desprenden como requisitos de la definición los si-
guientes:
– Ser persona natural;
– Que exista una prestación de servicios, materiales o intelectuales, en for-
ma personal;
– Que exista vínculo de subordinación o dependencia respecto del emplea-
dor; y
– Que la prestación de servicios se efectúe en virtud de un contrato de trabajo.
– SOCIOS
Con ocasión de esta materia, la jurisprudencia ha fijado el sentido y alcance
en materia de vínculo laboral, entre la sociedad y los socios de la misma.
La Dirección del Trabajo ha resuelto que en el caso de la vinculación exis-
tente entre la sociedad y los socios, para que ésta pueda ser catalogada de labo-
16 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
ral se exige como requisitos copulativos el que los socios de que se trate no
tengan la calidad de mayoritarios, así como tampoco facultades de representa-
ción y administración.
• Ord. Nº 814/35, 06.03.01
“De acuerdo con la normativa legal expuesta y la doctrina administrativa citada,
la ocurrente estará impedida de prestar servicios en condiciones de subordinación
y dependencia y no tendrá valor jurídico el contrato de trabajo celebrado con la
empresa... Limitada, si en su caso reúne la doble calidad de accionista o socia
mayoritaria de la sociedad y de representación con facultades de administración
de la misma, porque en tal evento su voluntad se confunde con la de la sociedad.
Por el contrario, si la consultante es solamente socia mayoritaria pero no cuenta
con facultades de administración y de representación de la sociedad, no existe
impedimento para prestar servicios bajo subordinación o dependencia, puesto que
como lo refiere el pronunciamiento administrativo citado, para que opere el impe-
dimento en cuestión deben concurrir copulativamente la calidad de accionista o
socio mayoritario de la sociedad y contar con facultades de administración y de
representación de la misma”.
• Ord. Nº 7.109/337, 01.12.94
“Precisado lo anterior..., cabe señalar que los antecedentes acompañados..., apa-
rece que los señores XX y ZZ, son socios de la sociedad... y Cía. Ltda. Con una
participación en el capital de un 20% cada uno de ellos.
Que dicho porcentaje de participación..., no les confiere a los referidos socios la
calidad de mayoritarios, por cuanto existen otros con un porcentaje superior (25%).
Ahora bien, en cuanto a la administración..., lo expuesto precedentemente, permite
sostener que aunque condicionada, los socios que nos ocupa, cuentan con faculta-
des de administración y representación de la Soc... y Cía. Ltda.
En tales circunstancias y teniendo presente que, en la especie, no se da uno de los
requisitos copulativos... que impediría a los socios en referencia prestar servicios
en condiciones de subordinación y dependencia,..., la relación que vincula a los
Sres. XX y ZZ con la sociedad en cuestión a través de los contratos suscritos entre
las partes, es de carácter laboral...”.
Interesante resulta el siguiente dictamen, en el que se analiza el caso de dos
socias con igual participación y con el uso conjunto de las facultades de admi-
nistración y uso de la razón social.
• Ord. Nº 3.517/114, 28.08.03
“Precisado lo anterior, cabe tener presente que de los antecedentes tenidos a la
vista consta que la Sra...., es socia de... Ltda., con un aporte del 50% de su capital
y con facultades de administración y uso de la razón social conjuntamente con el
otro socio de la sociedad, que posee el aporte de capital restante.
El pronunciamiento cuya reconsideración se ha solicitado señala que la sola cir-
cunstancia de que una persona cuente con facultades de administración y de repre-
sentación de una sociedad, careciendo de la calidad de socio mayoritario o vice-
versa no constituiría un impedimento para que pudiera prestar servicios bajo sub-
ordinación o dependencia, todo lo cual permitiría afirmar que en el caso consulta-
do no se produciría una confusión de voluntades entre la propia de la persona
jurídica sociedad y cada persona, si no detenta por sí solo cada uno la representa-
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 17
que la doctrina de este Servicio ha resuelto que sólo puede existir como tal aquélla
entre cónyuges separados de bienes, en atención a que, en caso contrario, vale
decir, cuando existe régimen de sociedad conyugal, ésta, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 1749 del Código Civil, es administrada por el marido, en
su calidad de jefe de la sociedad conyugal”.
Así, pues, tratándose de sociedad conyugal, la Dirección del Trabajo se ha
pronunciado sobre la hipótesis de que el marido sea trabajador de la mujer o
dicho de otra forma que ésta sea empleadora de aquél.
También, y aunque no lo ha tratado la Dirección del Trabajo, es menester
abocarse al problema de si es viable que la mujer sea trabajadora del marido.
En este sentido, se ha concluido que resulta inviable que exista relación
laboral entre marido y mujer, casados bajo el régimen de sociedad conyugal,
actuando la mujer como empleadora.
• Ord. Nº 0114/015, 9.01.98
“No resulta jurídicamente procedente que la mujer casada bajo régimen de socie-
dad conyugal sea empleadora de su marido, salvo que ejerza un oficio, profesión
o industria separada de su marido y sólo respecto de dicho oficio, profesión o
industria”.
Este dictamen se pronuncia sobre la vigencia del Dictamen Nº 8.134/165, de
8 de noviembre de 1988, atendida la dictación de la Ley Nº 18.802, que derogó
el artículo 132 del Código Civil que establecía la potestad marital, de la cual
derivaba la incapacidad de la mujer casada y la representación legal del marido
y que constituía el principal fundamento para negar la posibilidad de que la
mujer casada en régimen de sociedad conyugal pudiese actuar como empleado-
ra de su marido.
Al respecto, se ha concluido que la solución a la que llegaba dicho dictamen
se mantiene vigente, si bien no por el fundamento contenido en aquél, en virtud
del hecho que la referida ley no alteró las disposiciones sobre administración
ordinaria de la sociedad conyugal la cual, de conformidad al artículo 1749 del
Código Civil, es administrada por el marido.
Por supuesto, en el caso que la mujer esté casada bajo el régimen de separa-
ción de bienes, no existe inconveniente alguno para celebrar contrato de trabajo
con su cónyuge, puesto que tiene la plena administración de sus bienes.
La doctrina aludida concluye que la contratación laboral con la mujer como
empleadora estando ésta casada bajo el régimen de sociedad conyugal, también
sería posible cuando ella ejerza un empleo, oficio, profesión o industria separa-
da de su marido de conformidad a lo dispuesto en el artículo 150 del Código
Civil. Lo anterior, en cuanto en este caso la mujer se mira como separada de
bienes respecto de dicho oficio, industria o profesión.
Con todo, cabe hacer presente que el Dictamen Nº 8.134/165, ya citado,
señaló, además, que no existe inconveniente jurídico para que una sociedad de
la cual es socia una mujer casada contrate como trabajador dependiente al cón-
yuge de ésta, ya que en este evento el empleador ya no es la mujer como persona
natural sino que será la sociedad como ente jurídico.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 19
“...si ésta –la mujer casada– tiene la calidad de socia en una sociedad, como esta
última constituye una persona jurídica distinta de las personas naturales que la
componen, ya no se planteará el problema de la celebración del contrato de traba-
jo entre cónyuges”.
En el caso contrario, esto es, que el marido pueda ser empleador de su mujer
o de otra forma que la mujer sea trabajadora del marido, si bien no hay jurispru-
dencia sobre el particular, podemos concluir que en el caso de existir sociedad
conyugal ello es imposible, por cuanto, para que ello sea procedente, la mujer
debe ejercer un empleo, oficio, profesión o industria separada de su marido,
supuesto esencial que no se da cuando es dependiente del marido.
En lo tocante al régimen de participación en los gananciales, la Dirección
del Trabajo ha reconocido la posibilidad de celebrar un contrato de naturaleza
laboral entre los cónyuges atendido que en dicho régimen matrimonial cada
cónyuge conserva sus facultades de administración:
• Ord. Nº 393/3, 24.01.06
“...el régimen de participación en los gananciales fue introducido por la Ley
Nº 19.335, del 23 de septiembre de 1994 comenzando a regir en diciembre de ese
mismo año y está tratado en el Título XXII-A del Libro IV del Código Civil, artícu-
los 1792-1 y siguientes.
Sobre el particular, el artículo 1792-3 del Código Civil, dispone:
‘En el régimen de participación en los gananciales los patrimonios del marido y de
la mujer se mantienen separados y cada uno de los cónyuges administra, goza y
dispone libremente de lo suyo. Al finalizar la vigencia del régimen de bienes, se
compensa el valor de los gananciales obtenidos por los cónyuges y éstos tienen
derecho a participar por mitades en el excedente.
Los principios anteriores rigen en la forma y con las limitaciones señaladas en los
artículos siguientes y en el párrafo I del Título VI del Libro Primero del Código
Civil’.
De la norma legal transcrita precedentemente es posible inferir que el régimen de
participación en los gananciales puede definirse como aquel régimen en el cual
ambos cónyuges conservan la facultad de administrar, gozar y disponer libremente
de sus bienes, sin otras restricciones que aquellas consagradas expresamente en la
ley, debiendo, al momento de su extinción, compensarse las utilidades que cada
uno tuvo a título oneroso, configurándose un crédito en numerario a favor de aquel
que obtuvo menos gananciales, de modo que ambos participen por mitades en el
excedente líquido.
De la misma disposición es posible colegir que son características de este régimen,
por una parte, que cada cónyuge conserve sus facultades de administración pu-
diendo usar, gozar y disponer de sus bienes, y, por otra, que en él no existe jamás
comunidad de bienes.
Asimismo, del resto de las normas que conforman el Título XXII-A del Libro IV en
análisis, es posible inferir que otra de las características esenciales de la participa-
ción en los gananciales es que se trata de un régimen alternativo y pactado, que
sólo opera cuando ha habido acuerdo entre los cónyuges en orden a aprobarlo,
pudiendo ser pactado, entre otros, en las capitulaciones matrimoniales o al cele-
brarse el matrimonio.
20 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
las alteraciones sufridas por éste no afectan los derechos de los trabajadores,
sean ellos individuales o colectivos.
Como señala el profesor Plá: “La doctrina contemporánea por diversos
caminos y con distintos fundamentos independiza, de alguna manera, la empre-
sa de la persona del empleador para atribuirle a aquélla una condición similar
a la de una persona que asegura su continuidad en el tiempo”.5
• Ord. Nº 849/28, 28.02.05
“Teniendo en consideración, como se ha señalado, que la relación laboral se esta-
blece entre el trabajador y su empleador considerando como tal la “organización
de medios personales, materiales e inmateriales, ..........”, este Servicio ha sosteni-
do en forma reiterada y uniforme, que lo fundamental, entonces, para mantener el
vínculo laboral es el componente factual, el que permaneciendo en el tiempo, per-
mite la continuidad de la relación laboral, independientemente de las modificacio-
nes que pueda sufrir el componente jurídico. Este y no otro es el espíritu del legis-
lador al establecer la norma contenida en el inciso 2º del artículo 4º del Código del
Trabajo, transcrito y comentado precedentemente, que expresamente reconoce la
continuidad y vigencia no sólo de los beneficios derivados del contrato individual
sino que además se refiere a los instrumentos colectivos de trabajo, que manten-
drán su vigencia y continuidad con el o los nuevos empleadores.
De lo expuesto se desprende que el precepto en comento fue concebido como una
forma de protección de los derechos y obligaciones de los trabajadores que ema-
nan de sus respectivos contratos individuales o colectivos, a fin de que no se vean
alterados por acontecimientos que les son ajenos, tales como la circunstancia de
venderse o arrendarse la respectiva empresa.
Al tenor de lo expresado en los acápites que anteceden, posible es afirmar que el
trabajador se encuentra adscrito a una organización que es responsable del cum-
plimiento de las obligaciones emanadas del contrato de trabajo”.
• Ord. Nº 1.607/35, 28.04.03
“Cabe hacer presente que el precepto legal transcrito [inciso segundo, del artículo
4º, del Código del Trabajo] recoge el principio de continuidad de la relación labo-
ral, en virtud del cual el Derecho Laboral aspira a que las relaciones jurídico
laborales sean indefinidas, estables y de larga duración y tutela su continuidad,
protegiéndola de rupturas e interrupciones.
Acorde con dicho principio, la norma legal preinserta reconoce expresamente la
continuidad y vigencia de los beneficios derivados de los contratos individuales y
colectivos del trabajo, de suerte que resulta posible afirmar, también, en opinión de
este Servicio, que las modificaciones totales o parciales del dominio, posesión o
mera tenencia de la empresa, tampoco alteran las obligaciones de los trabajadores
consignadas en el reglamento interno con el objeto de regular el comportamiento
laboral de los dependientes durante su permanencia en la empresa y de los dere-
chos, obligaciones y prohibiciones del contrato de trabajo.
A la luz de lo expresado en los párrafos que anteceden es que la jurisprudencia
administrativa de esta Dirección ha manifestado reiteradamente, pudiendo citarse
al respecto, el Dictamen Nº 4.607/324, de 31 de octubre de 2000, que la relación
laboral se establece entre el trabajador y la empresa, por lo que, considerando que
– NOTARÍAS Y CONSERVADOR
Tratándose del Conservador, el ente fiscalizador ha señalado que no es lo
mismo la división de los territorios jurisdiccionales de tales entes, que se rigen
por una normativa especial por ser auxiliares de la administración de justicia,
que la división de una empresa del derecho común, pudiéndose afirmar que sólo
en este último caso, a la división de la misma en otras empresas, les es aplicable
la norma del artículo 4º, inciso segundo en estudio.
• Ord. Nº 310/20, 19.01.93
“Distinta es la situación jurídico-laboral en que se encontrarían los trabajadores
que prestan servicios para un Conservador en el caso que se divida su territorio
jurisdiccional, creando al efecto nuevos oficios conservatorios, puesto que en tal
evento, no concurren los supuestos que hacen aplicable la norma contenida en el
inciso 2º del artículo 4º del Código del Trabajo,..., toda vez que no estamos en presen-
cia de una modificación en la mera tenencia del registro conservatorio, sino ante una
alteración del territorio jurisdiccional asignado al conservador de que se trata.
En tales circunstancias, posible resulta concluir que la división del territorio juris-
diccional de un Conservador, creando al efecto nuevos oficios conservatorios, po-
dría afectar la vigencia de la relación laboral de sus dependientes...”.
– EMPRESA EN CONTINUIDAD DE GIRO
En este caso, se analizó la aplicabilidad del principio en estudio a la figura
de empresa en continuidad de giro, propia como sabemos del derecho comercial
y más específicamente del derecho de quiebras, concluyéndose por la Dirección
que en tal evento es plenamente aplicable el artículo 4º inciso 2º a una empresa
que se encuentre en tales circunstancias.
• Ord. Nº 1.348/65, 14.03.97
“De esta suerte, en la especie, si como se señala en la presentación, cinco cemen-
terios parque de la empresa Administradora... S.A. en Continuidad de Giro cam-
biarán de administración, los derechos y obligaciones emanados de los contratos
individuales o colectivos de los trabajadores que laboran en ellos se mantienen
respecto de los nuevos empleadores, aplicando el principio de continuidad antes
enunciado”.
– REQUISITO
Pues bien, precisando el concepto del principio en estudio la Dirección ha
concluido como requisito de aplicabilidad de la norma, la continuidad de la
relación laboral, es decir, no debe haber existido finiquito de por medio con el
antiguo empleador, ya que en tal evento comenzará una nueva relación laboral,
haciendo de esta forma imposible la aplicación de dicho principio.
• Ord. Nº 2.072/132, 29.04.93
“Ahora bien, en la especie..., la empresa Cía. de Teléfonos de Chile S.A., proce-
dió... a finiquitar a 78 trabajadores previa presentación de renuncia voluntaria de
cada uno de ellos.
Posteriormente otra filial de la Cía. de Teléfonos S.A., denominada Cía. de Teléfo-
nos de Chile Equipos y Servicios..., procedió a contratar a la totalidad del personal
finiquitado.
26 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
b) Que el hecho o suceso sea imprevisible, es decir, que no se haya podido prever
dentro de cálculos ordinarios o corrientes, y
c) Que el mismo hecho o suceso sea irresistible, que no se haya podido evitar, ni
aún en el evento de oponer defensas idóneas para tal objeto”.
• Ord. Nº 875/23, 04.03.03
“Ahora bien, la calificación antes efectuada, permite concluir que en el caso de los
trabajadores de cuya situación se trata que a raíz del fenómeno climático ocurrido
en la Cuarta Región no hubieren podido subir a la faena y hubieren permanecido
en sus lugares de hospedaje, como también de aquellos que no obstante haber
permanecido en el lugar de la faena estuvieren impedidos por tal causa de prestar
los servicios convenidos, la empresa y tales dependientes han quedado exonerados
del cumplimiento de sus obligaciones laborales recíprocas. De esta suerte, si la
empresa ha pagado normalmente sus remuneraciones a los trabajadores que se
encontraron en tal situación, no estando legalmente obligada a ello, cabe sostener
que no existe requerimiento o reparo alguno que formular en su contra”.
• Ord. Nº 3.762/284, 06.09.00
“Ahora bien, si la situación por la cual se consulta reviste el carácter de fuerza
mayor o caso fortuito, en los términos señalados en párrafos anteriores, posible es
convenir, que su acaecimiento ha debido exonerar a las partes de las obligaciones
que les impone el contrato de trabajo al tenor del artículo 7º del Código del Traba-
jo, vale decir, el empleador ha de entenderse liberado de su obligación de propor-
cionar trabajo y pagar la respectiva remuneración, y el trabajador, a su vez, eximi-
do de su obligación de prestar los servicios convenidos.
Sin embargo, en la especie, forzoso resulta concluir que la paralización de activi-
dades dispuesta por el empleador no puede ser calificada como caso fortuito o
fuerza mayor por cuanto emana de un hecho voluntario del empleador que plantea
la ausencia del requisito de imprevisibilidad”.
– CORTES DE GAS O ENERGÍA
La Dirección del Trabajo se ha pronunciado sobre los efectos de los cortes
de gas o energía, sean ellos programados o no. Lo anterior tiene particular im-
portancia en épocas de sequía como las que le ha tocado vivir recientemente al
país o de restricción del abastecimiento de gas desde Argentina.
En relación a los cortes de gas, la Dirección determinó que habiéndose pro-
gramado con anterioridad el corte de gas, no reviste el carácter de caso fortuito:
• Ord. Nº 1.599/51, 19.04.05
“Analizada la situación en consulta, a la luz de los requisitos antes detallados, esta
Dirección estima que la medida de suspensión de suministro de gas por Metrogas
S.A. a la empresa... S.A., por el día 8 de marzo pasado, comunicada el día anterior,
que habría impedido la prestación de servicios de los trabajadores, no podría cali-
ficarse de fuerza mayor o caso fortuito, si en el hecho de la suspensión no concurre
al menos el requisito copulativo de ser imprevisible.
En efecto, de los antecedentes se desprende que Metrogas S.A. comunicó a la em-
presa el día 7 de marzo el corte de gas para el día siguiente, por carta de la misma
fecha, información que se habría transmitido a los dirigentes sindicales el mismo
día 7, por lo que el hecho mismo del corte del día 8 no fue imprevisto. Por lo demás,
ha sido un hecho público y notorio que desde hace un tiempo se ha prevenido a las
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 29
respectivo empleador, sin que ello importe pormenorizar todas las tareas que
involucran los servicios contratados, puesto que, de acuerdo con el artículo 1546
del Código Civil, todo contrato debe ejecutarse de buena fe y, por consiguiente,
obliga no sólo a lo que en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emanan
precisamente de la naturaleza de la obligación o que por la ley o la costumbre le
pertenecen.
Precisado lo anterior, cabe señalar que, mediante la modificación introducida a
dicho precepto por la citada Ley 19.759, se permite señalar, en el respectivo con-
trato de trabajo, dos o más funciones, siempre que éstas sean específicas, las que
podrán ser alternativas o complementarias.
Ahora bien, con el objeto de resolver de manera fundada la consulta formulada se
hace necesario precisar, previamente, qué debe entenderse por las expresiones “es-
pecíficas”, “alternativas” y “complementarias”, utilizadas por el legislador en
dicho precepto, para cuyo efecto cabe recurrir a las normas sobre interpretación
de la ley establecidas en el Código Civil y, específicamente, a la contenida en el
artículo 19 de dicho cuerpo legal, conforme a la cual “Las palabras de la ley se
entenderán en su sentido natural y obvio, según el uso general de las mismas pala-
bras”.
Así, de acuerdo a la reiterada y uniforme jurisprudencia de nuestros tribunales, el
sentido natural y obvio es aquel que da a las palabras el Diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española.
Según dicho texto lexicográfico la expresión “específica” significa “que es propia
de algo y la caracteriza y distingue de otras cosas”. Por su parte, la palabra “al-
ternativa” está definida como: “Que se dice, hace o sucede con alternación.”,
“&Capaz de alternar con función igual o semejante”. A su vez, “alternar” signifi-
ca: “Variar las acciones diciendo o haciendo ya unas cosas, ya otras, y repitiéndo-
las sucesivamente”. Por su parte, la expresión “complementarias” se define como:
“Que sirve para completar o perfeccionar algo”.
Acorde a lo expuesto en párrafos precedentes, dable resulta sostener que para los
fines previstos en el artículo 10 Nº 3, antes transcrito, por la expresión “funciones
específicas” debe entenderse aquellas que son propias del trabajo para el cual fue
contratado el dependiente, y que las caracteriza y distingue de otras labores. Por
su parte, por funciones alternativas deberá entenderse que son dos o más funciones
específicas convenidas, las cuales pueden realizarse, primero unas y luego otras,
repitiéndolas sucesivamente. Finalmente, las funciones complementarias serán
aquellas que sirven para completar o perfeccionar la o las funciones específicas
encomendadas.
Al respecto, es preciso considerar que esta disposición obedece a la intención del
legislador de que el dependiente conozca con certeza el o los servicios que deberá
prestar, en términos de evitar que en este aspecto quede sujeto al arbitrio del em-
pleador.
Lo anterior se traduce en la improcedencia de establecer cláusulas, como las de la
especie, que facultan al empleador para fijar a su arbitrio la labor que debe reali-
zar el dependiente de entre aquellas que sin determinación alguna se han consig-
nado en el contrato con las expresiones “y labores similares o análogas” y “todas
aquellas labores inherentes a los trabajos encomendados y que al efecto disponga
el empleador.”, consignadas en la citadas cláusulas 1ª y 4ª del contrato de trabajo
en estudio”.
34 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
simplemente una de las partes del contrato de trabajo, que tienen derecho a su
remuneración y la obligación correlativa de prestar servicios, en tanto que el em-
pleador está obligado a pagar las respectivas remuneraciones y a adoptar todas
las medidas de resguardo y de protección que garanticen el normal desempeño de
las funciones que a aquellos les corresponde desarrollar, recayendo sobre él el
riesgo de la empresa, esto es, el resultado económico favorable, menos favorable o
adverso de su gestión.
A este respecto, conviene advertir que no resulta aconsejable reducir la
ajenidad a los riesgos sino que también se extiende, incluso más propiamente, a
los frutos. Al decir del insigne profesor Alonso Olea, el “Derecho del Trabajo
...toma como base... una realidad social en la cual los frutos del trabajo son
atribuidos inicial y directamente a persona distinta de quien ha ejecutado el
trabajo”.6 En efecto, se produce como afirma Montoya Melgar en la atribución
de la “utilidad patrimonial del trabajo”, esto es, lo generado por el trabajador, a
una persona distinta: el empresario.7
Más aún, para el profesor Palomeque, la ajenidad es el más “pacífico” de los
elementos que caracterizan al contrato de trabajo, incluso más que la subordina-
ción. Se trata de un concepto mucho más claro y “radical”, que no admite nin-
guna graduación o “matices” en función de las “vicisitudes o mutaciones” de la
prestación de trabajo.8
3. LA REMUNERACIÓN
Tal y como ya lo esbozáramos anteriormente el pago de la remuneración es
la principal obligación del empleador frente al trabajador por los servicios pres-
tados por éste.
• Ord. Nº 4.677/117, 25.10.05
“...el artículo 7º del Código del Trabajo prescribe:
“Contrato individual de trabajo es una convención por la cual el empleador y el
trabajador se obligan recíprocamente, éste a prestar servicios personales bajo de-
pendencia y subordinación del primero, y aquél a pagar por estos servicios una
remuneración determinada”.
Del contexto de la disposición legal transcrita se infiere que el contrato de trabajo
es un acto jurídico bilateral que genera obligaciones recíprocas para ambas par-
tes, que se traducen, para el empleador, en las de proporcionar el trabajo conveni-
do y pagar por él una determinada remuneración, en tanto que para el trabajador,
en la obligación esencial de prestar los servicios para la cual fue contratado”.
• Ord. Nº 3.762/284, 06.09.00
“En el caso del empleador, sus principales obligaciones consisten en proporcionar
al dependiente el trabajo estipulado y en pagar por estos servicios la remuneración
que hubieren convenido...”.
6 Manuel Alonso OLEA y María Emilia CASAS B AAMONDE, Derecho del Trabajo, Civitas, Ma-
pueden ser calificadas como causadas por caso fortuito o fuerza mayor, por ausen-
cia del requisito de imprevisibilidad y, por ende, no pueden, por regla general, ser
invocadas por el empleador para exonerarse de su obligación de remunerar al
trabajador durante el período que éste no presta servicios”.
• Ord. Nº 4.455/202, 1.08.94
“Atendiendo el carácter bilateral del contrato de trabajo, esta Dirección ha soste-
nido en forma reiterada y uniforme que el trabajador sólo tiene derecho a remune-
ración en cuanto cumple con su obligación correlativa de prestar servicios, salvo
concurrencia de causa legal que establezca dicho pago o del acuerdo de las partes
en ese sentido”.
• Ord. Nº 1.232/59, 17.02.95
“Ahora bien, conforme a lo expuesto y atendido el carácter bilateral que al contra-
to de trabajo asigna el artículo 7º del Código del Trabajo, en cuanto genera obli-
gaciones recíprocas o correlativas para las partes contratantes, cabe señalar que
la ante-dicha obligación (remunerar cuando no concurra el caso fortuito o fuerza
mayor), sólo ha nacido si durante dicho período los trabajadores se pusieron a
disposición del empleador para efectuar las labores convenidas, situación de he-
cho que en cada caso particular debe ser acreditada conforme a la legislación
laboral vigente ...
En tales circunstancias..., resulta posible concluir que a los trabajadores por quie-
nes se consulta que, habiendo estado a disposición del empleador no hubieran
prestado servicios como consecuencia de la paralización de faenas, ocasionada
por..., hecho que no les es imputable, debe pagárseles su remuneración...”.
• Ord. Nº 5.091/312, 28.09.93
“De consiguiente, y establecido que son obligaciones del empleador proporcionar
el trabajo convenido y pagar la remuneración correspondiente, la doctrina de este
servicio ha sostenido retiradamente que no puede exonerarse de ellas sino en el
evento de fuerza mayor o caso fortuito...
A su vez, el artículo 22 [hoy artículo 21], inciso 2º del Código del Trabajo, establece:
“Se considerará también jornada de trabajo el tiempo en que el trabajador se
encuentra a disposición del empleador sin realizar labor, por causas que no le sean
imputables”.
Del precepto legal anterior se infiere que constituye jornada de trabajo el tiempo
que el dependiente permanece sin realizar labor efectiva cuando, copulativamente,
concurren los requisitos de hallarse el trabajador a disposición del empleador y de
inactividad proveniente de causas inimputables al primero, como consecuencia de
lo cual procede el pago de remuneración por ese tiempo.
En la especie, de conformidad a lo expuesto y en atención a que la inactividad de
los dependientes no procede de causa que les sea imputable,..., el período durante
el cual los trabajadores en cuestión han permanecido sin prestar servicios a dis-
posición del empleador debe considerarse como integrante de su jornada y remu-
nerarse”.
Resulta interesante destacar que la calificación de tales causales de exonera-
ción en el cumplimiento del contrato, a juicio de la Dirección del Trabajo co-
rresponde al fiscalizador, toda vez, que ésta es una cuestión de hecho que debe-
rán ponderarse en cada caso en particular.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 39
ropa de trabajo no sólo en la situación prevista en el artículo 184 del Código del
Trabajo, sino también cuando el uso de la misma ha sido exigida por el empleador
por razones de imagen corporativa como sería, precisamente el requerimiento de
los clientes, la atención al público, etc.
... la necesidad de efectuar el uso de estas ropas no deriva de la naturaleza de la
función desempeñada ni de una exigencia legal sino de la voluntad del empleador
quien en uso de sus facultades de dirección y administración impone tal exigencia
para la ejecución de las respectivas labores, por lo que concluye que la empleado-
ra no se encontraría facultada para descontar remuneración alguna por concepto
de uso de uniformes utilizados en la empresa por razones de imagen corporativa”.
4. SUBORDINACIÓN Y DEPENDENCIA
La subordinación y dependencia es el elemento más determinante y caracte-
rístico de una relación de tipo laboral.
• Ord. Nº 649/22, 09.02.05
“...la subordinación en el contrato de trabajo, en sí misma considerada, es esen-
cialmente idéntica a la que aflora en cualquier otro contrato en que una de las
partes tiene la facultad o poder de otorgar instrucciones u órdenes a otra (manda-
to, arrendamiento de servicios, etc.), pero cuando se entabla y se da en una comu-
nidad jurídico-personal, adquiere su perfil propio, netamente económico y patri-
monial”.
Montoya Melgar define la subordinación como “el sometimiento del traba-
jador al poder de organización y disciplina del empresario”.9 En concepto del
profesor Macchiavello, la subordinación se entiende “como la sujeción perso-
nal del trabajador, en la actividad laborativa, en su fase de ejecución, dentro de
la organización técnico productiva de la empresa, a las directivas, normas y
disciplina del empleador, a fin de que sólo incorpore su acción a las tareas
específicas que le señale éste bajo sus poderes empresariales”.10
• Ord. Nº 649/22, 09.02.05
“En el mismo orden de ideas, es posible afirmar que cuando la jurisprudencia ha
reparado en el poder de mando de la entidad empleadora como expresión del vínculo
de subordinación o dependencia ha señalado que él debe traducirse en la facultad
que tiene el empleador de impartir instrucciones al trabajador y en la obligación
de éste de acatarlas, de dirigir su actividad, de controlarla y hacerla cesar”.
• Ord. Nº 3.517/114, 28.08.03
“...el tratadista Guido Machiavello C., en su obra, “Derecho del Trabajo, Teoría
Jurídica y Análisis de las actuales normas chilenas, Tomo I, págs. 173 y 174, seña-
la: “La subordinación tiene lugar entre el empleador y su personal de trabajadores
en general y establece vinculaciones jerárquicas orientadas al cumplimiento de un
fin productivo mediante normas, operaciones organizadas y controles.
Del mismo modo, la intensidad del vínculo podrá variar en un caso u otro.
En efecto, la subordinación jurídica, debe ser entendida en cuanto el empleador
tiene la potestad de mando funcional, referido a la adecuada prestación de servi-
cios, y correlativo al deber de obediencia del trabajador, que obliga a éste sin
quebrantamiento de su libertad.
La jurisprudencia generalmente alude “a los dos aspectos más importantes
del poder de mando o dirección del empleador: a) a su facultad de impartir
instrucciones al trabajador; b) a su facultad de organizar y dirigir el trabajo, lo
que supone, como necesaria consecuencia, la fijación del horario, órdenes in-
ternas, fiscalización, etc”.12
En otros términos, en una situación concreta, podrá, por ejemplo, no concu-
rrir la circunstancia de estar sometido el trabajador a un sistema de control de las
horas de trabajo, pero tal condición no será determinante en la existencia o inexis-
tencia de un contrato de trabajo si se dan otros elementos característicos de la
subordinación o dependencia.
Sin embargo, los cuatro elementos esenciales del contrato de trabajo que se
han señalado en párrafos precedentes, vale decir, las partes, la prestación de
servicios personales, la remuneración y la subordinación o dependencia son, en
cambio, copulativos, lo cual significa que para que este contrato exista deben
concurrir todos ellos.
• Ord. Nº 141/05, 10.01.2007
“En otros términos, la prestación de servicios... debe ejecutarse bajo un vínculo de
subordinación y dependencia respecto de éste, el cual, conforme a la doctrina y
jurisprudencia administrativa vigente, se traduce, entre otros aspectos, en el dere-
cho del empleador a dirigir al trabajador impartiéndole órdenes e instrucciones,
principalmente acerca de la forma y oportunidad de la ejecución de las labores, y
en el deber del trabajador de acatar y obedecer las mismas”.
• Ord. Nº 1.171/025, 29.03.07
“En relación con el requisito signado con letra c), esta Dirección reiteradamente
ha señalado que la “subordinación o dependencia” se materializa a través de di-
versas manifestaciones concretas tales como: “continuidad de los servicios presta-
dos en el lugar de la faena, cumplimiento de un horario de trabajo, supervigilancia
en el desempeño de las funciones, obligación de ceñirse a instrucciones impartidas
por el empleador, etc., estimándose, además, que el vínculo de subordinación está
sujeto en su existencia y características a las particularidades y naturaleza de los
servicios prestados por el trabajador”.
• Ord. Nº 3.517/114, 28.08.03
“En relación con lo anterior cabe agregar que esta Dirección ha sostenido reitera-
da y uniformemente, que la “subordinación o dependencia” se materializa a través
de diversas manifestaciones concretas, tales como: a) continuidad de los servicios
prestados; b) obligación de asistencia del trabajador; c) cumplimiento de un hora-
rio de trabajo; d) supervigilancia en el desempeño de las funciones; e) sujeción a
12William THAYER ARTEAGA y Patricio NOVOA FUENZALIDA, Manual de Derecho del Trabajo,
Tomo II, Editorial Jurídica, Santiago, 1989, p. 41.
44 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
los servicios que dan origen al contrato de honorarios sean diferentes y se pres-
ten en condiciones distintas a los servicios que dan su contenido al contrato de
trabajo respectivo.
• Ord. Nº 1.755/42, 05.05.03
“...si las labores paralelas se pactan a través de un contrato a honorarios, no existe
inconveniente jurídico para su materialización, siempre que en esta relación civil
no concurran los elementos que determinan la existencia de un contrato de trabajo
y que las labores por las cuales se perciben honorarios, sean diferentes de aquellas
determinadas en el contrato de trabajo y se cumplen en condiciones distintas”.
• Ord. Nº 187/10, 11.01.01
“...el ordenamiento jurídico laboral no contempla disposición alguna que prohíba
a un trabajador prestar servicios a honorarios para su mismo empleador, siempre
que no concurran en esta relación civil los elementos que determinan la existencia
de un contrato de trabajo, de lo cual se desprende obviamente que las labores por
las cuales se perciben honorarios deben ser diferentes a aquellas determinadas en
el contrato de trabajo, y realizarse en condiciones distintas”.
– CASOS VARIOS
A continuación citaremos una serie de dictámenes que tratan el problema de
establecer en casos específicos si existen o no las manifestaciones concretas del
vínculo de subordinación y dependencia.
• Ord. Nº 649/22, 09.02.05
“Ahora bien a la luz de los elementos legales y doctrinarios mencionados en los
párrafos precedentes, corresponde analizar la labor que desempeñan quienes ejer-
cen cargos pastorales y obispales para las Iglesias Evangélicas y Protestantes
regidas por la Ley Nº 19.638, a fin de determinar si en ella se dan las característi-
cas reseñadas, las que eventualmente permitirían calificarla de relación laboral.
Sobre este particular, es necesario hacer presente que el artículo 7º de la ley citada
reconoce a las entidades religiosas, esto es, a las iglesias, confesiones e institucio-
nes religiosas de cualquier culto, en virtud de la libertad religiosa y de culto, “ple-
na autonomía para el desarrollo de sus fines propios y, entre otras, las siguientes
facultades:
“a) Ejercer libremente su propio ministerio, practicar el culto, celebrar reuniones
de carácter religioso y fundar y mantener lugares para esos fines;
“b) Establecer su propia organización interna y jerarquía; capacitar, nombrar,
elegir, y designar en cargos y jerarquías a las personas que correspondan y deter-
minar sus denominaciones, y
“c) Enunciar, comunicar y difundir, de palabra, por escritos o por cualquier medio,
su propio credo y manifestar su doctrina”.
Cabe señalar que las entidades religiosas de que se trata cumplen las finalidades
religiosas que, al tenor del precepto transcrito, constituyen su principal objetivo a
través de algunos de sus miembros que tienen la calidad de Pastores y Obispos. La
labor de éstos, según se ha podido constatar en fiscalizaciones anteriores efectua-
das a fin de evacuar consultas similares a la presente, consiste en orientar a las
personas y ayudarlas espiritualmente, por medio de reuniones en casas de matri-
monios y en su sede social, esto es, en enunciar, comunicar y difundir, por cual-
quier medio, su propio credo y en manifestar su doctrina.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 47
calidad, se rige por las normas relativas a los trabajadores de casa particular o si,
por el contrario, se le aplican las disposiciones laborales de carácter general.
..., este Servicio en Dictamen Nº 8.228, de 26 de noviembre de 1986, sostuvo que
tienen la calidad de labores de asistencia o propias de un hogar “todas aquellas
que se realizan en una casa o domicilio o vida de familia”, que es el concepto de
hogar que da el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua agregan-
do que a modo de ejemplo, “pueden señalarse, entre ellas, las de limpieza y aseo,
preparación y servicio de los alimentos, lavado, planchado, cuidado de niños, rie-
go y atención de jardines, cuidado de personas enfermas, etc”.
En la especie, según lo expresado en la respectiva solicitud, estamos en presencia
de una trabajadora que ha sido contratada para prestar servicios como enfermera
auxiliar, para acompañar y asistir profesionalmente a una persona enferma, labo-
res excluyentes que, a juicio del suscrito, no pueden considerarse como propias e
inherentes a un hogar, sino que más bien corresponden a los servicios prestados
por establecimientos médicos o profesionales del área de la salud, con la sola par-
ticularidad de que, en el caso que nos ocupa, han sido efectuados en el domicilio
del paciente.
En tales circunstancias, forzoso resulta concluir que la trabajadora a que se refiere
la consulta no se rige por las disposiciones contenidas en los artículos 142 y si-
guientes del Código del Trabajo, ni tampoco por la normativa general contempla-
da en el Título I del Libro I del Código del Trabajo. En efecto:
La persona que presta servicios de acompañamiento y asistencia de enfermería o
de auxiliar de enfermería, a un enfermo en el propio domicilio de éste, está desem-
peñando un oficio o profesión, cuyo desarrollo y gestión, respecto del enfermo que
lo contrata, tiene por naturaleza características de autonomía técnica y laboral,
pues el trabajador, precisamente, debe realizarlo de acuerdo a las normas técnicas
y de procedimiento de su ciencia, arte u oficio.
Las connotaciones fácticas precedentes confieren a la mencionada actividad de
una enfermera o auxiliar de enfermería, el carácter de servicios respecto de los
cuales no se da la subordinación y dependencia, contemplada en el artículo 7º del
Código del Trabajo, por cuanto carece del elemento de supervigilancia organiza-
cional y técnica que, en una relación de derecho laboral, ejerce el empleador, y que
se traduce en instrucciones y controles acerca de la forma y oportunidad de ejecu-
ción de las labores.
En el caso en consulta, es la enfermera o auxiliar de enfermería quien resuelve las
normas técnicas y de gestión que deben aplicarse en el cuidado del enfermo, no
existiendo de parte de éste supervigilancia técnica ni laboral.
Se trata, por tanto, de una prestación de servicios inmateriales continuados en el
tiempo, que responden a la categoría jurídico-laboral, contemplada en el inciso 2º
del artículo 8º del Código del Trabajo, de servicios prestados por personas que
realizan oficios para público, esto es, fuera del marco de la empresa, los que, según
la misma norma, no dan origen a contrato de trabajo.
Considerando la realidad jurídica precedente, la jornada que cumple una enferme-
ra o auxiliar de enfermería en el domicilio de la persona enferma, no presenta el
elemento subordinación o dependencia, constituyendo tal jornada sólo el espacio
físico o de tiempo necesario para que el trabajador desarrolle su oficio propio.
Es así como en este tipo de actividades, las pautas técnicas directrices van a pro-
ceder, generalmente, del personal médico que pueda atender el caso, pero ello
ciertamente que no afecta, en relación al enfermo, las características de inde-
50 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
CAPÍTULO II
SUSCRIPCIÓN Y FORMALIDADES
I. CONSENSUALIDAD Y ESCRITURACIÓN
La naturaleza del contrato de trabajo, desde el punto de vista de su forma
de perfeccionarse, su escrituración y el carácter de dicha obligación son pro-
blemáticas de permanente controversia tanto en el plano administrativo como
judicial.
La utilización permanente y reiterada de la doctrina de las cláusulas tácitas
en el ámbito laboral, corrobora lo aseverado precedentemente.
A continuación, trataremos de sistematizar estos temas abordando en exten-
so el alcance de la voluntad tácita en materia laboral.
El artículo 9º del Código del Trabajo prescribe lo siguiente:
“El contrato de trabajo es consensual; deberá constar por escrito en los plazos a
que se refiere el inciso siguiente, y firmarse por ambas partes en dos ejemplares,
quedando uno en poder de cada contratante.
El empleador que no haga constar por escrito el contrato dentro del plazo de quin-
ce días de incorporado el trabajador, o de cinco días si se trata de contratos por
obra, trabajo o servicio determinado o de duración inferior a treinta días, será
sancionado con una multa a beneficio fiscal de ...
Si el trabajador se negare a firmar, el empleador enviará el contrato a la respectiva
Inspección del Trabajo para que ésta requiera la firma. Si el trabajador insistiere
en su actitud ante dicha Inspección podrá ser despedido, sin derecho a indemniza-
ción, a menos que pruebe haber sido contratado en condiciones distintas a las
consignadas en el documento escrito.
Si el empleador no hiciere uso de este derecho que se le confiere en el inciso ante-
rior, dentro del respectivo plazo que se indica en el inciso segundo, la falta de
contrato escrito hará presumir legalmente que son estipulaciones del contrato las
que declare el trabajador...”.
– FORMA DE PERFECCIONAR EL CONTRATO DE TRABAJO Y NATURALEZA DE LA
OBLIGACIÓN DE ESCRITURACIÓN
Según la norma legal transcrita, el contrato de trabajo tiene el carácter de
consensual, es decir, se perfecciona por el simple acuerdo o consentimiento de
las partes, con prescindencia de otras formalidades. En consecuencia, la escritu-
ración no será una formalidad esencial del contrato de trabajo, es decir, necesa-
54 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
rio para su existencia sino que sólo será exigida por vía de prueba, esto es,
estamos frente a una formalidad ad probationem.1
• Ord. Nº 4.085/079, 13.09.06
“...el contrato individual de trabajo es consensual, esto es, se perfecciona por el
mero consentimiento o acuerdo de voluntades de los contratantes, con prescinden-
cia de otras exigencias formales o materiales para su validez.
Cabe expresar, sin embargo, que no obstante su carácter consensual, el contrato
debe constar por escrito y firmarse por ambas partes en dos ejemplares, quedando
uno en poder de cada contratante, formalidad ésta que el legislador ha exigido
como requisito de prueba y no de existencia o validez del mismo”.
• Ord. Nº 4.067/076, 11.09.06
“...en el ámbito de las relaciones laborales privadas el contrato de trabajo es con-
sensual, esto es, se perfecciona por el solo consentimiento o acuerdo de voluntad
de las partes contratantes, con prescindencia de otras exigencias formales o mate-
riales para su validez... ”.
• Ord. Nº 673/56, 14.02.00
“...el contrato de trabajo es consensual, esto es, se perfecciona y nace a la vida
jurídica por el solo consentimiento o acuerdo de voluntad de los contratantes, con
prescindencia de otras exigencias formales o materiales para su validez. No obs-
tante ello, dicho instrumento debe escriturarse dentro del plazo señalado por la ley,
formalidad ésta que ha sido exigida como medio de prueba de las condiciones en
que ha sido contratado el dependiente, no incidiendo por tanto, su omisión, en la
existencia de la relación laboran en la medida que se den las condiciones analiza-
das precedentemente”.
– SANCIÓN POR LA FALTA DE ESCRITURACIÓN: MULTA Y PRESUNCIÓN
Como sabemos, el legislador laboral estableció la obligación para el em-
pleador de escriturar el contrato de trabajo en el plazo de 15 días de incorporado
el dependiente, imponiéndosele para el caso de contravención, por una parte,
una sanción pecuniaria al empleador por cada uno de los trabajadores afectados
y, por otra, la alteración en la carga de la prueba, es decir, se establece una
presunción legal en favor del trabajador, en el sentido que serán cláusulas del
contrato las que declare el trabajador.
• Ord. Nº 1.25/3, 11.01.02
“En efecto, la falta de escrituración del contrato de trabajo trae como consecuen-
cia, para el empleador, la aplicación de una sanción pecuniaria a beneficio fiscal
y, además, produce el efecto de invertir el peso de la prueba, es decir, hace presu-
mir legalmente que son estipulaciones del contrato las que declare el trabajador,
según lo dispone el inciso final del artículo 9º del Código del Trabajo”.
1 Para el profesor Humeres, el contrato de trabajo, no obstante que el artículo 9º del Código
del Trabajo establece su carácter consensual, dejó de serlo y pasó a ser un contrato solemne, en
virtud de la sanción por la falta de escrituración (Hector Humeres Magnan y Hector Humeres
Noguer, Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, Editorial Jurídica, Santiago, 1994, p. 89).
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 55
La voluntad tácita 2
Planteamiento del tema
En el ámbito de las relaciones de trabajo es frecuente encontrar situaciones
o prácticas habituales y cotidianas de las partes que no obedecen ni a pactos
escritos ni acuerdos verbales, sino que nacen de un consentimiento tácito.
De esta forma, se plantea continuamente el otorgamiento de beneficios, la
realización de prácticas o procedimientos que, aunque no fueron contemplados
primitivamente en el contrato de trabajo, las partes contratantes, por diversas
circunstancias, las aplican en su quehacer diario y permanente. De allí surge la
interrogante sobre la validez y eficacia de tales prácticas y beneficios.
Por de pronto, es posible aseverar que el fundamento doctrinario de las cláu-
sulas tácitas lo encontramos, por una parte, en la teoría de la voluntad y en la
consensualidad del contrato de trabajo y, por otra, en el principio de Primacía de
la Realidad inmanente en el Derecho del Trabajo.
Teoría de la voluntad y formación del consentimiento
La factibilidad jurídica de que la voluntad tácita sea fuente de actos jurídi-
cos se desprende de la Teoría de la Voluntad de los Actos Jurídicos. Las relacio-
nes de trabajo se enmarcan en la estructura clásica del acto jurídico, siendo la
voluntad uno de los elementos o condiciones de existencia o validez de los mis-
mos.
Al decir del profesor Alessandri, “la voluntad es el movimiento o cambio
interior, psicológico, que determina a la acción. Es el libre querer interno de
lograr un fin determinado por medio de la acción”.3
Este cambio interior en los actos jurídicos bilaterales, dentro de los cuales
se encuentra el contrato de trabajo, se denomina “consentimiento, que es el
acuerdo de voluntades de dos o más personas dirigido a lograr un resultado
jurídico”.
Como requisitos de la voluntad se contemplan que ésta sea seria y que se
exteriorice. Al hablar de exteriorización de la voluntad los autores se refieren
a la manifestación de la voluntad en el sentido que para que sea capaz de
formar un acto jurídico, debe manifestarse, debe salir de fuero interno del indi-
viduo.
Entonces, debemos recordar que la manifestación de voluntad, elemento
indispensable para perfeccionar un acto jurídico bilateral como el contrato de
trabajo, puede ser expresa o tácita, más aún, los elementos constitutivos del
consentimiento, como son, la oferta y la aceptación, admiten igual clasificación.
2 En el tratamiento de este tema se utilizó parte importante del contenido del artículo de
Christian MELIS VALENCIA, “Las Cláusulas Tácitas”, en Boletín Oficial de la Dirección del Trabajo
(agosto 1997 - Nº 103).
3Arturo ALESSANDRI R., Manuel SOMARRIVA U., y Antonio VODANOVIC H., Derecho Civil,
Parte Preliminar y Parte General, Tomo II, ConoSur, Santiago 1991, pág. 191.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 59
Voluntad expresa
Diremos que el consentimiento será Expreso cuando se exterioriza a través
de una declaración, formulada en términos formales o explícitos, que revelan la
intención de celebrar una determinada convención, la que por su parte puede ser
verbal o escrita, según se haga por palabras o por medio de la escritura.
Voluntad tácita
La definimos como aquella que se desprende de hechos o comportamientos,
que inequívocamente denotan la intención de celebrar un acto jurídico, esto es,
“se deduce de circunstancias o hechos que conducen necesariamente a ella y
que no podrían tener otra significación si faltara la voluntad. Estos hechos
deben ser pues, concluyentes, que conduzcan a la voluntad tácita y no a otra
diversa”.4
En este sentido, habrá oferta tácita cuando la proposición de celebrar un
acto jurídico se desprenda de un comportamiento determinado y habrá acepta-
ción tácita cuando la aquiescencia o asentimiento se revela por la conducta asu-
mida por el destinatario frente a la oferta formulada.
Es necesario hacer presente que si bien en nuestro derecho la regla general
es que la voluntad pueda manifestarse de las formas antes señaladas, ello en-
cuentra su límite en aquellos casos en que el legislador ha exigido una manifes-
tación expresa o, más aún, la concurrencia de alguna solemnidad, como por
ejemplo en materia de contrato colectivo, según veremos más adelante.
Consensualidad del Contrato Individual de Trabajo
Recordemos que el carácter Consensual del Contrato de Trabajo está seña-
lado por el propio legislador laboral, que en el artículo 9º del Código del Traba-
jo, dispone: “El Contrato de Trabajo es consensual,...”.
De esta manera, el Contrato Individual de Trabajo alejado de formalismos
engorrosos se perfecciona por el mero consentimiento de las partes, sin necesi-
dad de exigencias o formalidades especiales, cuestión que viene a corroborarnos
que en materia laboral la voluntad puede darse de cualquiera de las formas a que
nos hemos referido anteriormente, es decir, ella se manifestará en forma expresa
(escrita o verbal) o tácita, ya que nada sujeta a las partes seguir uno u otro
camino, sin perjuicio de la obligación impuesta al empleador, en el mismo artículo
9º, de escriturar el contrato dentro de los 15 días de incorporado el trabajador,
formalidad que según sabemos es sólo exigida por vía de prueba –ad probatio-
nem– y no como solemnidad del acto jurídico, por lo que su omisión produce
únicamente la sanción contemplada en la propia norma, multa pecuniaria y pre-
sunción a favor del trabajador con la correspondiente alteración de la carga de la
prueba.
4 Avelino LEÓN HURTADO, La Voluntad y la Capacidad en los Actos Jurídicos, Editorial Jurídi-
ca de Chile, Santiago, 1991, p. 27.
60 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
6 Para el profesor Thayer, “...en la realización de la relación laboral no cabe admitir que se
otorguen prestaciones animus donandi... y que cuando tales prestaciones se entran a otorgar en
forma permanente y estable, en el hecho las partes tácitamente han modificado o complementado
el contrato de trabajo, por lo cual su otorgamiento se ha transformado para el trabajador en un
derecho exigible”. (William THAYER ARTEAGA, op. cit., p. 165).
62 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
1.3. Extensión
Cabe destacarse que en concepto de la Dirección del Trabajo las cláusu-
las aludidas no sólo comprenden el otorgamiento de beneficios, sino además
la omisión de los mismos. En consecuencia, en base a ello una cláusula táci-
ta no sólo operaría en favor del trabajador sino también puede hacerlo en su
contra.
• Ord. Nº 5.179/351, 11.12.00
“...una relación laboral expresada a través de un contrato de trabajo escriturado,
no sólo queda enmarcada dentro de las estipulaciones del mismo, sino que también
deben entenderse como cláusulas incorporadas a éste las que derivan de la reitera-
ción de pago u omisión de determinados beneficios...”.
En honor a la verdad, debemos decir que la tesis antes esbozada no nos
satisface del todo, ya que, por regla general, los trabajadores no renuncian a sus
derechos, salvo en aquellas situaciones de crisis económica en donde pueden
llegar a acordar con el empleador, normalmente de manera colectiva, una rebaja
temporal de remuneraciones o un aumento o disminución de la jornada de traba-
jo, buscando con ello el mantenimiento de la fuente laboral.8 Cuesta imaginarse
un caso en que los trabajadores libres y conscientemente acuerden tácitamente
con su empleador la omisión de un beneficio.
La renuncia, cuando ella sea posible, debería revestir el carácter de expresa
y formal, siguiendo con ello a Camerlinck, quien concluye que la renuncia debe
ser expresa y, por ende, no puede ser tácita. Tampoco puede presumirse.9
En relación a este punto, Plá Rodríguez, al hacerse cargo de objeciones for-
muladas por De Ferrari al principio de primacía de la realidad en cuanto a que
no siempre se favorece al trabajador, señala “...este principio,..., se ha estable-
cido fundamentalmente en beneficio del trabajador”. “De modo que si excep-
cionalmente el documento indica un nivel de protección superior al que corres-
ponde a la práctica, el trabajador tiene derecho de exigir el cumplimiento del
contrato”.10
Extrapolando las afirmaciones anteriores al tema en estudio, se concluiría
que las cláusulas tácitas sólo podrían operar para establecer beneficios, mas no
para omitirlos, no operando nunca en contra del trabajador.”11
8 Por cierto, en este caso, nos referimos a aquellas situaciones en que es permitida la renuncia
y no a aquellas en que se trata de derechos o beneficios mínimos cuya renuncia no está permitida
por la ley, no contemplándose tampoco en nuestra legislación mecanismos de flexibilización en
ese sentido.
9 G. H. CAMERLYNCK . y G. LYON-CAEN, Derecho del Trabajo. Madrid, Aguilar, 1974, p. 111
(cit. por SERGIO GAMONAL CONTRERAS, Introducción al Derecho del Trabajo, ConoSur, Santiago,
1998, p. 147).
10 Américo PLÁ RODRÍGUEZ, op. cit., p. 338.
11 Thayer
y Novoa se pronuncian en el mismo sentido (WILLIAM THAYER ARTEAGA y PATRICIO
NOVOA FUENZALIDA, op. cit., p. 23).
66 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
Desde esa perspectiva, la cláusula en análisis cumpliría con las menciones míni-
mas exigidas por la ley laboral, en cuanto, en el contrato de trabajo las partes
señalan tanto la distribución (5 ó 6 días), como la duración de la jornada ordinaria
de trabajo, la que, sin embargo, contempla una franja de inicio entre las 7.45 AM y
las 8.45 AM, y finaliza según la hora de llegada y cumplidas las horas de trabajo
diario pactadas.
En efecto, la ley obliga a las partes a determinar una duración de la jornada ordi-
naria de trabajo, pero no prohíbe que las partes acuerden una franja horaria para
el inicio y término de dicha jornada, siempre que se cumpla en este último caso con
señalar una jornada específica, y no se trate de una cláusula abierta y genérica,
cuya determinación quede en manos del empleador.
De este modo, la cláusula señalada no sólo cumple con el sentido literal evidente
de la exigencia del número 5 del artículo 10 del Código del Trabajo, sino que,
además, deja incólume la finalidad perseguida por el legislador de dar certeza y
seguridad jurídica al trabajador acerca del tiempo en que deberá estar a disposi-
ción laborativa del empleador”.
• Ord. Nº 3.675/124, 05.09.03
“Ahora bien, en la especie, del modelo de contrato de trabajo acompañado se
infiere que los trabajadores por cuya situación se consulta, no obstante haber sido
contratados para desempeñar las funciones de vendedor integral en una determi-
nada jornada de trabajo, de lunes a viernes de 09:45 horas a 20:09 horas y sábado
de 10:00 horas a 20:00 horas, con un intervalo de 90 minutos para efectos de
colación, según ya se expresó en el punto 1) anterior, pueden estar sujetos a una
modificación de dicha jornada al quedar el empleador facultado para determinar en
forma discrecional que se practicará inventario de stock de mercadería del respecti-
vo local comercial, durante o después del horario normal de atención al público.
La facultad anteriormente mencionada significa dejar entregado a la voluntad de
una sola de las partes la determinación de la duración y distribución de la jornada
de trabajo, alterándose con ello la necesaria consensualidad del contrato de tra-
bajo, por lo que, con el mérito de lo expresado en los párrafos que anteceden, es
posible afirmar que la cláusula en análisis no se encuentra ajustada a Derecho por
cuanto no determina en forma unívoca la duración y distribución de la jornada de
trabajo específica para la cual se ha contratado al dependiente”.
• Ord. Nº 1.686/106, 05.06.02
“El propósito de certeza y seguridad jurídica que se ha destacado como propio y
esencial de esta norma legal, se diluye completamente ante la facultad unilateral y
discrecional del empleador para modificar las remuneraciones de sus trabajadores
en la forma descrita. De otorgársele fuerza obligatoria a la disposición convencio-
nal transcrita, carecería de todo sentido la detallada regulación de remuneracio-
nes a que se aboca el contrato colectivo, y como se sabe, “El sentido en que una
cláusula puede producir algún efecto, deberá preferirse a aquel en que no sea
capaz de producir efecto alguno” (artículo 1562 del Código Civil)”.
• Ord. Nº 196/9, 17.01.02
“Los sindicatos del antecedente, consultan a esta Dirección sobre la legalidad de
la siguiente cláusula contractual:
“El trabajador se obliga a prestar sus servicios personales al empleador y/o terce-
ros a quien éste preste servicios, desempeñando el cargo para el que ha sido con-
74 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
tratado a bordo de aeronaves que la empresa disponga, ya sea que las operen por
cuenta propia o de terceros, pudiendo ser éstas propias o arrendadas de matrícula
chilena o extranjera y sea que los vuelos se realicen a nombre de la Empresa o a
nombre de terceros, en cualquiera de las rutas que la empresa y/o el tercero a quien
ésta presta servicios, sirva en el mundo y la atención de pasajeros en tierra”.
Sobre la materia, el artículo 10 del Código del Trabajo establece las estipulaciones
que, “a lo menos”, debe contener el contrato de trabajo, entre las que se cuenta la
“individualización de las partes” y el “lugar o ciudad en que hayan de prestarse”
los servicios –Nºs. 2 y 3 del referido artículo–.
Como se aprecia del texto de la cláusula, se incurre en la omisión de individualizar
a los eventuales empleadores del dependiente, al quedar facultado –Lan Chile–
para practicar una suerte de destinación de sus dependientes a “terceros”, lo que
naturalmente no satisface la clara y perentoria exigencia legal de individualizar al
empleador.
Asimismo, como consecuencia de lo anterior, la indefinición de la persona del em-
pleador trae consigo –también– la imposibilidad de precisar el lugar o ciudad
donde han de prestarse los servicios, lo que constituye transgresión a otro requisito
esencial del contrato de trabajo”.
• Ord. Nº 1.470/70, 18.04.01
“Pues bien, la determinación en el contrato del monto de la remuneración acorda-
da, salvo que se trate de comisiones, tiene por objeto, a juicio de la suscrita, dar
certeza y seguridad a la relación laboral puesto que a través de esta exigencia el
trabajador conocerá por anticipado cual será la retribución que recibirá por la
prestación de los servicios a que se obliga, y a su vez el empleador, cual será el
importe que por dicha prestación deberá pagar.
En la especie, si el empleador se reserva la facultad de modificar las remuneracio-
nes fijadas en el contrato en atención a variaciones de la economía, se vulneraría
la seguridad y certeza jurídica que su debida determinación debe inspirar a ambas
partes contratantes”.
Es del caso señalar que la fijación o certeza exigida no reviste un carácter
absoluto e inflexible, no siendo necesario en consecuencia una completa o
pormenorizada descripción de la cláusula, sea ésta de la jornada de trabajo o de
las funciones, puesto que de acuerdo con el artículo 1546 del Código Civil, todo
contrato debe ejecutarse de buena fe y, por consiguiente, obliga no sólo a lo que
en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emanan precisamente de la natu-
raleza de la obligación o que por la ley o la costumbre le pertenecen.
• Ord. Nº 442/35, 26.01.00
Sin perjuicio de la conclusión anterior, cabe hacer presente que la jurisprudencia
de este Servicio, contenida, entre otros, en dictamen 2.377/116, de 12.04.95, ha
sostenido que la obligación contemplada en el artículo 10 Nº 5 antes transcrita no
le impone a las partes una rigidez excesiva que implique la exigencia de establecer
una duración o distribución de la jornada no expuesta a movimiento o alteración,
por cuanto, el imperativo legal se satisface con la certeza y no con la fijeza, de
forma tal que, de conformidad con la interpretación administrativa vigente resulta-
ría perfectamente ajustado a derecho que las partes estipularen la existencia de
alternativas en la distribución de la jornada de trabajo, por cuanto, en tal caso, se
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 75
cumpliría plenamente con la exigencia legal de que exista certeza sobre la materia;
en tal evento resulta necesario además que las partes fijen un procedimiento desti-
nado a informar, con la antelación debida, los cambios en la distribución de la
jornada del dependiente de que se trate.
De este modo, a la luz de la doctrina precedentemente expuesta, si bien cabe admi-
tir, respecto de la cláusula en estudio, una flexibilidad tal que permita convenir dos
sistemas de distribución de la jornada laboral, las condiciones que deben darse
para implantar uno u otro, deben ser acordadas en forma precisa, resultando insu-
ficiente para ello, y, por ende, no ajustada a derecho, la sola mención de que tal
modificación operará de acuerdo a las necesidades según lo disponga el empleador.
• Ord. Nº 1.115/57, 25.02.94
“Ahora bien, la determinación de la naturaleza de los servicios debe ser entendida,
a juicio del suscrito, en orden a establecer o consignar de forma clara y precisa el
trabajo específico para el cual ha sido contratado el dependiente.
En otros términos, el legislador exige conocer con exactitud y sin lugar a dudas la
labor o servicio que el dependiente se obliga a efectuar para el respectivo emplea-
dor, sin que ello importe pormenorizar todas las tareas que involucran los servicios
contratados, puesto que de acuerdo con el artículo 1546 del Código Civil, todo
contrato debe ejecutarse de buena fe, y por consiguiente, obliga no sólo a lo que en
ellos se expresa, sino a todas las cosas que emanan precisamente de la naturaleza
de la obligación o que por la ley o la costumbre le pertenecen.
... que la determinación de la naturaleza de los servicios exigida por el artículo 10
Nº 3 del Código del Trabajo,... significa establecer clara y precisamente las labores
específicas para las cuales ha sido contratado el trabajador, sin que sea necesario
pormenorizar todas y cada una de las tareas y aspectos que involucra la ejecución
de los servicios”.
En resumen, el aludido principio se manifiesta en que no caben las cláusulas
amplias ni genéricas, ni que aquéllas quedan entregadas a la decisión unilateral
de alguna de las partes, en términos tales que el trabajador debe estar en condi-
ciones de saber de antemano cuáles son las condiciones contractuales a las que
se obliga y con ello poder planificar adecuadamente su vida familiar.
– LA POLIFUNCIONALIDAD
Decíamos que la Dirección señala que no cabe la estipulación de cláusulas
amplias o genéricas, ya que ello resulta contrario al espíritu que inspira al legis-
lador laboral, en orden a establecer con precisión y claridad cuáles son los servi-
cios que el dependiente se obliga a cumplir. De este modo, resulta interesante
destacar cómo en relación a la polifuncionalidad, es decir, el establecimiento de
una cláusula en razón de la cual el dependiente se obliga a realizar una serie de
funciones diferentes y acumulativas, la Dirección ha proclamado que si ellas
quedan entregadas, en cuanto a su determinación y oportunidad al arbitrio del
empleador, dichas cláusulas serían improcedentes. A contrario sensu, se colige
que el establecimiento de cláusulas que establezcan una polifuncionalidad no es
contraria a derecho, si en ella se delimita claramente las dichas funciones y la
oportunidad de ejecución de las mismas, de manera que el dependiente conozca
de antemano las obligaciones a que se compromete.
76 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
“Los derechos establecidos por las leyes laborales son irrenunciables, mientras
subsista el contrato de trabajo”.
En el derecho civil rige plenamente el artículo 12 del Código Civil, norma
que consagra la renuncia de los derechos en razón de la libertad contractual y la
autonomía de la voluntad. Ahora bien, en el derecho laboral donde la autonomía
de las partes se encuentra restringida y sus normas son elevadas a normas de
orden público, se prohíbe la renuncia de sus derechos, es decir, nos encontramos
frente a cláusulas prohibidas.
Lo anterior encuentra su fundamento en el hecho que, de no existir esta
irrenunciabilidad, evidentemente que la desmejorada posición del trabajador lo
llevaría la mayoría de las veces a pactar cláusulas sumamente desfavorables,
haciendo letra muerta la protección de la parte débil de la relación laboral.
Con todo, dicha irrenunciabilidad sólo puede ser invocada mientras dure la
relación laboral, en consecuencia si ya no subsiste el contrato de trabajo, las partes
pueden hacer renuncia de sus derechos laborales, es decir, ni al momento de pactarse
el contrato o durante su vigencia pueden renunciarse los derechos laborales.
• Ord. Nº 3.012/056, 17.07.08
“En efecto, el citado artículo 5º inciso 2º, establece:
“Los derechos establecidos por las leyes laborales son irrenunciables, mientras
subsista el contrato de trabajo”.
Como lo explica la doctrina, la irrenunciabilidad de los derechos laborales forma
parte de la esencia protectora del Derecho del Trabajo, toda vez que si la parte más
débil y subordinada de la relación laboral pudiera legal y libremente renunciar a
sus derechos, esta rama especial del Derecho perdería todo sentido y no tendría
razón de ser.
• Ord. Nº 4.004/201, 02.12.02
“Del texto antes transcrito se deriva que el trabajador otorga mandato irrevocable
a la empresa empleadora, para que al término del contrato le descuente de la in-
demnización por años de servicio, como de cualquier otra suma que le correspon-
da, lo necesario para prepagar el préstamo que el Banco le ha otorgado.
De esta manera, atendido el tenor del mandato, el trabajador estaría disponiendo
por anticipado del derecho a percibir, cuando concluya su contrato de trabajo, la
indemnización por años de servicio, y cualquiera otra suma que deba pagársele en
tal oportunidad, si los importes que le corresponderían por tales conceptos podrán
ser descontados por la empleadora y enterados al Banco acreedor.
Al efecto, el artículo 5º, inciso 2º, del Código del Trabajo, dispone:
“Los derechos establecidos por las leyes laborales son irrenunciables, mientras
subsista el contrato de trabajo”.
En aplicación de la disposición legal antes citada, la doctrina uniforme y reiterada
de esta Dirección, manifestada, entre otros, en dictámenes Ords. Nº 4.359/237, de
24.07.97, y 7.067/234, de 28.10.91, ha precisado, que no procede jurídicamente
convenir descuentos contra valores del finiquito estando vigente el contrato, por
cuanto ello importaría renuncia anticipada de derechos en infracción de la norma
legal citada, si mientras subsiste el contrato no es posible al trabajador disponer o
renunciar derechos laborales, como ocurriría en la especie, si mediante el manda-
to aludido se dejaría de percibir indemnización por años de servicio y otras sumas
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 81
que deba pagarse al término del contrato, si ellas serían descontadas por la em-
pleadora para ser enteradas al banco acreedor.
De esta manera, en el caso planteado, no se ajustaría a las exigencias de la legis-
lación laboral el mandato conferido a la empleadora Empresa El Mercurio S.A.P.
para prepagar al banco BBVA Banco BHIF, préstamo otorgado a los trabajadores
con cargo a la indemnización por años de servicio, y otras sumas a pagar al térmi-
no del contrato, por implicar renuncia anticipada de derechos laborales, prohibida
por el artículo 5º, inciso 2º del Código del Trabajo”.
• Ord. Nº 1.470/70, 18.04.01
“De esta suerte, forzoso resulta convenir que la cláusula del contrato de trabajo
por la cual se faculta al empleador para modificar unilateralmente el monto de la
remuneración por variaciones en los valores fijados por la autoridad o por cam-
bios en la economía no guarda armonía con el derecho”.
• Ord. Nº 6.753/391, 10.12.93
“...la naturaleza de orden público del derecho laboral, que limita la autonomía de
la voluntad de las partes contratantes mediante el establecimiento de derechos
mínimos, elevados por el legislador a la categoría de irrenunciables, conforme a lo
previsto en el artículo 5º del Código del Trabajo”.
Por último, es del caso señalar que respecto de aquellas cláusulas que im-
porten renuncia a derechos laborales, es decir, cláusulas ilegales, el fiscalizador
desconocerá sus efectos y aplicará la legislación laboral en el punto en cuestión,
independientemente de lo que se haya pactado, por ejemplo si se pactó una
jornada de 60 horas semanales, evidentemente ella sería una cláusula ilegal,
toda vez que excede del máximo de 48 horas, en este caso en particular el
fiscalizador no declarará la nulidad de la cláusula sino que actuará sobre sus
efectos, lo que se traduce en que considerará como extraordinarias las horas que
excedan de 45 a la semana y sancionará por exceso de jornada ordinaria o ex-
traordinaria según corresponda. Lo anterior ha sido expresado por la propia Di-
rección del Trabajo en los siguientes términos:
• Ord. Nº 155/6, 10.01.94
“Con todo, necesario es señalar que esta Dirección del Trabajo carece de faculta-
des para declarar la nulidad de una cláusula ilegal y, por ende, de atribuciones
para impartir instrucciones tendientes a que la misma se suprima de un contrato
individual o colectivo de trabajo, siendo de competencia de los tribunales de justi-
cia la declaración de nulidad de esa cláusula, a través de sentencia judicial.
Sin perjuicio de lo expuesto y considerando que a este Servicio corresponde la
fiscalización del cumplimiento de las normas de carácter laboral, procede, en el caso
que nos ocupa, que esa Inspección... adopte las medidas tendientes a obtener la ob-
servancia de las normas relativas al trabajo en..., cursando a la empresa las sancio-
nes administrativas que procedan en caso de incumplimiento de las mismas”.
3. CLÁUSULAS PERMITIDAS
En lo referente a las cláusulas permitidas, el Nº 7º del artículo 10, del Códi-
go del Trabajo prescribe:
“7.- demás pactos que acordaren las partes”.
82 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
Fuera del ámbito del artículo 10 o, por sobre el mismo, las partes en virtud
del principio de la autonomía de la voluntad, que aunque restringido rige las
relaciones contractuales en materia laboral, podrán pactar las cláusulas que ellas
estimen adecuadas, las que en doctrina se denominan cláusulas permitidas.
Podrán, entonces, regular aspectos no contemplados en la ley y mejorar las
condiciones en beneficio del trabajador, es decir, establecer condiciones de tra-
bajo por sobre los mínimos fijados por la ley.
• Ord. Nº 822/19, 26.02.03
“No existe inconveniente jurídico para que los trabajadores afectos a un instru-
mento colectivo negocien individualmente con su empleador, en la medida que los
beneficios pactados en aquél no se vean disminuidos. Lo anterior no significa, en
caso alguno, que dejen de formar parte del contrato colectivo suscrito, instrumento
que continúa vigente, para todos los efectos legales, en especial, respecto de la
época en que les correspondería negociar colectivamente a todos los trabajadores
involucrados en el mismo”.
• Ord Nº 4.415/171, 08.10.04
“Estas consideraciones... dan fundamento también a la respuesta de vuestra con-
sulta referida a si la revisión de la cláusula remuneracional que efectuasen las
partes de la relación laboral con ocasión de la disminución de la jornada semanal
prescrita por la ley, en el marco de la autonomía de la voluntad, permite que las
partes pacten rebaja salarial, junto o con motivo de la adecuación horaria.
En efecto, el límite a la autonomía de la voluntad, está dado por la finalidad preci-
sa del legislador, en el sentido que la adecuación de la jornada no implique menos-
cabo remuneracional.
Lo anterior obliga a considerar la finalidad de la norma como un límite de carác-
ter irrenunciable, en virtud del cual las partes ven limitada su autonomía de la
voluntad, justificado precisamente en la finalidad de mejorar las condiciones labo-
rales, y la situación de desequilibrio en que se encuentra el trabajador para pactar
en igualdad de condiciones con su empleador.
El propio legislador ha limitado la autonomía de la voluntad, por ejemplo en el
artículo 5º del Código, el cual establece en su inciso segundo, que “los derechos
establecidos por las leyes laborales son irrenunciables, mientras subsista el con-
trato de trabajo”. Igualmente lo hace en el artículo 311, respecto de los derechos
que emanan de un instrumento colectivo, el que dispone que “las estipulaciones de
un contrato individual de trabajo no podrán significar disminución de las remune-
raciones, beneficios y derechos que correspondan al trabajador por aplicación del
contrato, convenio colectivo o del fallo arbitral por el que esté regido”.
• Ord. Nº 2.323/57, 11.04.90
“...de acuerdo a nuestra legislación laboral y al principio de autonomía de la vo-
luntad consagrada en el artículo 1545 del Código Civil, las partes contratantes en
una relación podrán convenir todas aquellas cláusulas contractuales que estimen
pertinente siempre que no afecten con ello derechos irrenunciables del trabajador,
según lo dispone el artículo 5º del Código del Trabajo.
Ahora bien,..., en la especie, se trata de un acuerdo celebrado entre determinados
trabajadores con su empleador tendiente a fijar condiciones mejoradas en relación
con las establecidas en un contrato colectivo de trabajo referentes al pago de la
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 83
indemnización por años de servicios, por cuyo motivo cabe concluir que no existe
impedimento legal alguno para la celebración de tal pacto, toda vez que no se
afecta por dicha vía derechos irrenunciables de los dependientes”.
III. MODIFICACIONES DEL CONTRATO DE TRABAJO
El contrato de trabajo tiene la característica de ser de tracto sucesivo, lo cual
supone que su cumplimiento se prolonga en el tiempo como condición necesa-
ria para que produzca sus efectos. De lo anterior, surge la posibilidad de cam-
bios y modificaciones del contenido del contrato de trabajo.
El artículo 5º, inciso tercero, del Código del Trabajo, dispone:
“Los contratos individuales y colectivos de trabajo podrán ser modificados, por
mutuo consentimiento, en aquellas materias en que las partes hayan podido conve-
nir libremente”.
Por su parte, el artículo 11 del Código del Trabajo, en su inciso 1º, prescribe:
“Las modificaciones del contrato de trabajo se consignarán por escrito y serán
firmadas por las partes al dorso de los ejemplares del mismo o en documento anexo”.
– IMPROCEDENCIA DE MODIFICACIONES UNILATERALES
Por otra parte, y también como característica, el contrato de trabajo tiene el
carácter de acto jurídico bilateral, razón por la cual cualquier modificación, alte-
ración o cambio en las cláusulas o condiciones previamente pactadas, requerirá
como requisito indispensable el consentimiento de ambas partes de la relación
laboral, es decir, empleador y trabajador, no siendo lícito que alguna de ellas
imponga de manera unilateral alguna cláusula a la otra.
• Ord. Nº 1.449/027, 09.04.08
“Ahora bien, si las partes deciden modificar la duración de la jornada de trabajo,
la ley entrega dos mecanismos, dependiendo de las razones que expliquen esa deci-
sión. Si se requiere aumentar dicha duración por una necesidad temporal, se regu-
la la institución de la jornada extraordinaria. Si lo que se necesita es aumentar o
disminuir la jornada en forma más o menos permanente, aquello queda regulado
en el artículo 11 del Código del Trabajo, que dentro del Título I del Libro I, referido
al contrato individual, establece las normas para modificar el contrato de trabajo.
En efecto, el citado artículo 11 dispone:
“Las modificaciones del contrato de trabajo se consignarán por escrito y serán
firmadas por las partes al dorso de los ejemplares del mismo o en documento anexo”.
Analizado el caso en consulta, a la luz de la doctrina expresada y normas legales
transcritas y comentadas en párrafos anteriores, resulta posible sostener que no se
encuentran ajustadas a derecho las modificaciones que, a través del uso reiterativo
de Addendum, se realiza a los contratos de trabajo de los dependientes de Atento
Chile S.A., toda vez que ello afecta la certeza que debe tener el trabajador respecto
al horario en que deberá estar a disposición de su empleador y prestar los servicios
comprometidos, debiendo dicha empresa, por tanto, modificar en forma definitiva
la duración de la jornada o pactar horas extraordinarias, si la situación lo amerita.
De lo contrario, la referida duración de la jornada queda entregada a la decisión
unilateral del empleador, lo que resulta improcedente, de acuerdo a lo señalado en
acápites que anteceden”.
84 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
12Para Thayer y Novoa, el artículo 11 del Código del Trabajo es un precepto imperativo, por
lo que su incumplimiento acarrea las sanciones pertinentes, sin dejar en consecuencia de ser el
contrato de trabajo y las cláusulas modificatorias consensuales (William THAYER ARTEAGA Y Patri-
cio NOVOA FUENZALIDA, op. cit., p. 158). Para Humeres, en cambio, la norma en comento viene a
confirmar y reiterar que el contrato de trabajo “...no es consensual y sí es solemne” (Héctor HUMERES
MAGNAN y Héctor HUMERES NOGUER, op. cit., p. 92).
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 85
Ello, naturalmente es sin perjuicio de las sanciones generales que procedan por
incumplimiento de la obligación de actualizar las modificaciones.
En consecuencia, la consensualidad del contrato de trabajo no sólo se limita
a la formación o existencia del contrato mismo, sino que evidentemente a sus
modificaciones (quien puede lo más puede lo menos), siendo en consecuencia
la escrituración de las modificaciones, una formalidad exigida por el legislador,
por vía de prueba y no como solemnidad del acto jurídico en cuestión.
Más aún, cuando con el propósito de proteger al trabajador de las posibles
arbitrariedades del empleador, se les niega valor a las modificaciones tácitas del
contrato de trabajo, en nuestro concepto se cae precisamente en el error que se
trata de subsanar, y ello porque es evidente y así lo demuestra la práctica que el
problema que generalmente se presenta es que se trata de omitir o dejar de otor-
gar beneficios que habían sido incorporados tácitamente al contrato, sea com-
plementándolo o modificándolo.
• Ord. Nº 1.449/027, 09.04.08
“Ahora bien, si las partes deciden modificar la duración de la jornada de trabajo,
la ley entrega dos mecanismos, dependiendo de las razones que expliquen esa deci-
sión. Si se requiere aumentar dicha duración por una necesidad temporal, se regu-
la la institución de la jornada extraordinaria. Si lo que se necesita es aumentar o
disminuir la jornada en forma más o menos permanente, aquello queda regulado
en el artículo 11 del Código del Trabajo, que dentro del Título I del Libro I, referido
al contrato individual, establece las normas para modificar el contrato de trabajo.
En efecto, el citado artículo 11, dispone:
“Las modificaciones del contrato de trabajo se consignarán por escrito y serán
firmadas por las partes al dorso de los ejemplares del mismo o en documento anexo”.
• Ord. Nº 2.421/97, 23.04.96
“En relación con la materia cabe tener presente que de conformidad con lo dis-
puesto en el artículo 11 del Código del Trabajo, de toda modificación de contrato
debe dejarse constancia por escrito y ser firmada por las partes al dorso de los
ejemplares del mismo o en documento anexo.
Con todo, necesario es puntualizar que la escrituración de las modificaciones al
contrato de trabajo como del contrato mismo sólo ha sido exigida por el legislador
por vía de prueba y no como requisito para su existencia o validez.
De lo expuesto se sigue que si se ha producido, efectivamente, una modificación a
una o más estipulaciones del contrato las mismas operan y producen sus efectos,
aun cuando no se hubiere dejado constancia escrita de ellas en los respectivos
instrumentos, sin perjuicio de la aplicación de la sanción que proceda aplicar por
infracción al citado artículo 11 del Código del Trabajo”.
IUS VARIANDI
La evolución histórica del ius variandi en nuestro país ha sido extensa, es
así como durante la vigencia del Código del Trabajo de 1931 regulaba al ius
variandi como la facultad del empleador para exceder la jornada ordinaria de
trabajo, pero únicamente en la medida indispensable para evitar perjuicios en la
marcha normal del establecimiento o faena, cuando sobreviniera fuerza mayor o
86 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
13Existen otras formas de Ius Variandi particular, que serán analizadas al tratar los contratos
especiales, particularmente el trabajador agrícola y el trabajador portuario.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 87
1. ALTERACIÓN DE LA NATURALEZA DE
LOS SERVICIOS O DEL LUGAR O RECINTO DONDE SE PRESTEN
sitio o recinto debe forzosamente quedar ubicado dentro de la ciudad donde primi-
tivamente se prestan los servicios o dentro del mismo predio, campamento o locali-
dad, en el caso de faenas que se desarrollen fuera del límite urbano”.
Ahora bien, si el cambio de domicilio de la empresa se produce a una ciudad distin-
ta, como es el caso por el cual se consulta, el empleador necesariamente debe
contar con el consentimiento de cada trabajador, en conformidad a las normas
contenidas en el inciso 3º del artículo 5º del Código del Trabajo y 1545 del Código
Civil, toda vez que se estaría modificando una cláusula esencial del contrato de
trabajo suscrito por cada dependiente”.
• Ord. Nº 1.162/52, 26.03.01
“Ahora bien, con el objeto de resolver la consulta planteada y precisar qué debe
entenderse por ciudad de Santiago, se solicitó información a la Secretaría Ministe-
rial Metropolitana de Vivienda y Urbanismo, la que tuvo a bien contestar a través
del ordinario del antecedente 1), el que en su parte pertinente, señala:
“Para el caso de la “ciudad de Santiago” es aceptable considerar como tal, el
continuo urbano conformado por las áreas urbanas de las 34 comunas integradas
en el Plan Regulador Metropolitano de Santiago aprobado por Res. Nº 20 (Gobier-
no Metropolitano) de 1994, que establece la separación entre Área Urbana Metro-
politana y Área Restringida o Excluida al Desarrollo Urbano (concepto este último
asimilable a rural)”.
En conclusión la “ciudad de Santiago” es el espacio geográfico comprendido por
los territorios urbanizados y urbanizables (áreas consolidadas y de extensión ur-
bana), establecidos en el Plan Regulador Metropolitano de Santiago, comprendi-
dos en las comunas de Santiago, Independencia, Conchalí, Huechuraba, Recoleta,
Providencia, Vitacura, Lo Barnechea, Las Condes, Ñuñoa, La Reina, Macul,
Peñalolén, La Florida, La Pintana, San Joaquín, La Granja, San Ramón, San Mi-
guel, La Cisterna, El Bosque, P. Aguirre Cerda, Lo Espejo, Estación Central,
Cerrillos, Maipú, Quinta Normal, Pudahuel, Lo Prado, Cerro Navia, Renca, Quili-
cura, Puente Alto y San Bernardo”.
A la luz de lo expuesto, no cabe sino concluir que para los efectos previstos en el
artículo 12 del C. del Trabajo, la ciudad de Santiago comprende todas las comunas
establecidas en el Plan Regulador Metropolitano a que se ha hecho alusión en el
párrafo que antecede”.
• Ord. Nº 6.570/291, 23.10.95
“Ahora bien, para que se entienda que concurre el primer requisito, según lo ha
resuelto esta Dirección en oficio circular Nº 5 de..., “el nuevo sitio o recinto debe
forzosamente quedar ubicado dentro de la ciudad donde primitivamente se pres-
tan los servicios o dentro del mismo predio, campamento o localidad, en el caso
de faenas que se desarrollen fuera del límite urbano”.
– MENOSCABO
En relación al menoscabo, la Dirección del Trabajo ha establecido que pue-
de presentarse en diversas formas: menoscabo económico, moral e incluso físi-
co o ambiental.
Así, habrá menoscabo económico cuando a raíz del cambio existe un detrimen-
to patrimonial para el trabajador (ejemplo, mayor costo de movilización por el cam-
bio de lugar de trabajo o pérdida de comisiones por cambio de vendedor a cajero).
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 89
– DIRIGENTES SINDICALES
Como señalamos anteriormente, la ley prohíbe la aplicación del ius variandi
a los dirigentes sindicales.
• Ord. Nº 963/42, 06.02.06
“Del tenor literal de las normas legales transcritas precedentemente, es dable se-
ñalar que el legislador prohíbe al empleador, salvo caso fortuito o fuerza mayor,
ejercer respecto de un director sindical las facultades que le otorga el artículo 12
antes citado, para alterar la distribución de la jornada de trabajo, la naturaleza de
los servicios o el sitio o recinto en que aquéllos deban prestarse, impedimento que
se extiende durante todo el período del fuero, desde la fecha en que hubiere sido
elegido el dirigente hasta el cese de este último”.
– RECLAMACIÓN
En relación a este tema la única diferencia con lo ya tratado será que el plazo
de reclamación, que según se estableció es de 30 días, se cuenta en este caso
desde la fecha de notificación del cambio en la distribución de la jornada.
3. ALTERACIÓN DE LA JORNADA
DE TRABAJO DE LOS DEPENDIENTES DEL COMERCIO
En términos generales podemos decir que este tipo especial de ius variandi
consiste en la facultad entregada al empleador para extender la jornada diaria
del trabajador de comercio hasta en dos horas, no requiriendo para ello de su
consentimiento.
Ahora bien, la Ley Nº 20.215, publicada en el Diario Oficial de 14.09.2007,
modificó sustancialmente el artículo 24, del Código del Trabajo, quedando el
nuevo texto como sigue:
“El empleador podrá extender la jornada ordinaria de los dependientes de comer-
cio hasta en dos horas diarias durante nueve días anteriores a Navidad, distribui-
dos dentro de los últimos quince días previos a esta festividad. En este caso las
horas que excedan el máximo señalado en el inciso primero del artículo 22, o la
jornada convenida, si fuere menor se pagarán como extraordinarias.
“Cuando el empleador ejerciera la facultad prevista en el inciso anterior no proce-
derá pactar horas extraordinarias.
”Con todo, los trabajadores a que se refiere el inciso primero, en ningún caso,
trabajarán más allá de las 23 horas, durante los nueve días en los que se extienda
la jornada ordinaria. Asimismo, bajo ninguna circunstancia, lo harán más allá de
las 20 horas del día inmediatamente anterior a dicha festividad, como además el
día inmediatamente anterior al 1 de enero de cada año.
“Las infracciones a lo dispuesto en este artículo serán sancionadas con multa a
beneficio fiscal de 5 unidades tributarias mensuales por cada trabajador afectado
por la infracción. Si el empleador tuviere contratado 50 o más trabajadores la
multa aplicable ascenderá a 10 unidades tributarias mensuales por cada trabaja-
dor afectado por la infracción. Y cuando tuviere contratados 200 o más trabajado-
res la multa será de 20 unidades tributarias mensuales por cada trabajador afecta-
do por la infracción”.
Evidentemente, como apunta la Dirección del Trabajo dentro de los objeti-
vos que el legislador tuvo en vista para esta modificación, es posible vislumbrar
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 93
festividad, con lo cual se asegura que dicho período comprenda los dos últimos
fines de semana que preceden a Navidad los cuales son los que concentran la ma-
yor actividad comercial.
En efecto, si bien es cierto la facultad que nos ocupa debe hacerse efectiva en el
período de 9 días que establece la ley, no lo es menos que ella debe ser ejercida
respecto de cada trabajador en forma individual, teniendo presente que a través de
ésta se está alterando una estipulación contenida en el contrato de trabajo relativa
a la duración de la respectiva jornada diaria. Tal circunstancia permite al emplea-
dor hacer uso de la citada facultad en la totalidad de los 15 días previos a Navidad,
extendiendo hasta en dos horas la jornada convenida con sus distintos trabajado-
res en días diferentes, debiendo no obstante observar respecto de cada uno de ellos
el límite máximo de 9 días anteriormente señalado.
Ello, sin perjuicio que los empleadores y las respectivas organizaciones sindicales,
en representación de sus afiliados, determinen, a través de un acuerdo, los días
precisos en que se hará uso de la señalada facultad”.
– PERÍODO DE EXTENSIÓN DE LA LIMITACIÓN HORARIA
En el referido Dictamen Nº 5.000/107, la Dirección del Trabajo se pronun-
ció sobre la determinación del período de extensión de la limitación horaria que
estableció el nuevo inciso tercero del artículo 24 modificado por la Ley Nº 20.215.
Particularmente en lo concerniente al límite de la extensión de la jornada de
trabajo a las 23:00 horas.
Al respecto, la Dirección del Trabajo, en una doctrina bastante controvertida
y llevando la interpretación al extremo en relación al texto de la norma, conclu-
yó que el límite de las 23:00 horas no sólo se aplicaba a los 9 días en que se
hiciese uso del ius variandi sino que a los 15 días anteriores a Navidad en que
dicha facultad puede distribuirse.
Más aún, se dice en el citado dictamen que dicha limitación horaria rige no
sólo cuando el empleador hiciese uso del ius variandi sino también cuando no lo
hace, recurriendo para ello al aforismo jurídico del absurdo, en tanto, de no ser así,
se produciría el contrasentido que aquellos empleadores que no hiciesen uso del
ius variandi estarían en mejores condiciones que aquellos que sí lo utilizan.
“En relación con esta materia, atendido que el legislador al establecer el tope
horario de las 23 horas se refirió a los 9 días en que el empleador puede hacer uso
de la facultad que nos ocupa, sin aludir a los demás días que inciden en el lapso de
15 días previos a Navidad a que alude la ley, a excepción del día 24 de diciembre,
la determinación del límite horario máximo en los demás días comprendidos den-
tro de dicho lapso hace necesario fijar el verdadero sentido y alcance de la referida
disposición, para cuyo efecto cabe recurrir a las normas de interpretación que
contempla nuestro ordenamiento jurídico, como también, a ciertos aforismos jurí-
dicos reconocidos y aplicados frecuentemente por la doctrina y la jurisprudencia.
Ahora bien, el elemento gramatical de interpretación que consagra el inciso 1º del
artículo 19 del Código Civil conforme al cual “Cuando el sentido de la ley es claro
no se desatenderá su tenor literal a pretexto de consultar su espíritu” no permite
resolver dicha interrogante, de modo tal que para los efectos anotados debe
recurrirse a otras normas interpretativas que contempla nuestro ordenamiento ju-
rídico, específicamente al inciso 2º del mismo artículo, el cual previene:
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 97
”Pero bien se puede, para interpretar una expresión oscura de la ley recurrir a su
intención o espíritu claramente manifestados en ella misma o en la historia fidedig-
na de su establecimiento”.
En efecto, tal como se señalara en párrafos precedentes, la finalidad perseguida
tanto por el Ejecutivo, como por los legisladores que aprobaron el texto legal en
análisis, no fue otra que recoger y refrendar en un marco legal, los acuerdos suscri-
tos entre los empleadores y trabajadores del comercio, todos los cuales propicia-
ban el establecimiento de un horario límite, no más allá de las 23 horas, en todo el
período previo a Navidad, considerando el importante aumento de la actividad
comercial en dicho lapso, que se traduce en el cumplimiento de extensas y agotadoras
jornadas por parte de tales trabajadores, situación que, como es obvio, no ocurre
sólo en el lapso de nueve días a que en el referido precepto se alude, sino en la
totalidad de los días comprendidos en el lapso de los 15 días anteriores a Navidad,
a excepción del día 24 de diciembre en que rige un límite horario distinto con el fin
de permitir a los trabajadores celebrar en familia dicha festividad.
Lo anteriormente expuesto permite afirmar que el horario tope de las 23 horas que
establece el inciso 3º del artículo 24 debe regir durante la totalidad de los 15 días
anteriores al 25 de diciembre de cada año, con la salvedad expresada respecto del
día 24, no pudiendo el empleador durante todo ese período, pactar la prestación de
servicios más allá de dicho máximo, aun cuando se trate de personal especialmente
contratado para laborar en ese lapso.
A la misma conclusión se arriba si aplicamos la regla práctica de interpretación de
analogía o a pari que se expresa en el aforismo jurídico, “donde existe la misma
razón debe existir la misma disposición”. En efecto, si se tiene presente la finalidad
perseguida por el legislador al establecer el tope horario que nos ocupa, y a la cual
nos hemos referido en acápites que anteceden, aparece claro que dicho límite debe
aplicarse a la totalidad del período de 15 días a que alude la ley, con la salvedad ya
expresada.
Tal conclusión se reafirma aún más si aplicamos la regla práctica de interpretación
o aforismo jurídico denominado el absurdo, conforme al cual “debe rechazarse
toda interpretación que conduzca al absurdo, vale decir, cualquier conclusión con-
traria a la lógica”.
Conforme a ello sería ilógico sostener que el tope horario de las 23 horas sólo
rige en los días que el empleador hace uso de la facultad de extensión que nos
ocupa y no así en la totalidad de aquellos comprendidos en el período previo a
Navidad que establece la ley, teniendo presente la finalidad perseguida por el le-
gislador al establecer la normativa en comento. En efecto, afirmar lo primero con-
duciría al absurdo de sostener que aquel empleador que no ejerce la señalada
facultad, no estaría afecto a dicho tope y podría, por lo tanto, pactar con sus tra-
bajadores una jornada de trabajo que implique laborar más allá del límite indi-
cado, contraviniendo con ello el principal objetivo perseguido por la ley, cual es,
permitir que los dependientes de comercio se retiren en horarios razonables a sus
respectivos hogares.
En mérito de todo lo expuesto resulta forzoso concluir que durante la totalidad de
los días comprendidos desde el 10 y hasta el 23 de diciembre, ningún trabajador
del comercio podrá laborar más allá de las 23 horas, ya sea por aplicación de la
jornada ordinaria o extraordinaria que hubieren convenido, o por efecto de la
extensión horaria a que se refiere el artículo 24. Igualmente el empleador no po-
98 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
dría hacer laborar a los referidos trabajadores más allá de dicho tope ni aun cuan-
do les asignare labores distintas a las que involucra el proceso de venta, las que,
como ya se expresara en el punto 1º de este informe, no se rigen por la normativa
contenida en el señalado artículo 24”.
Desde luego, las conclusiones a las que llega la Dirección del Trabajo en
este punto, como ya lo dijéramos, es problemática en tanto parece ir más allá de
lo que el texto expreso de la norma sugiere. Pero ello es explicable, dada la
técnica legislativa utilizada, la que no reguló de manera sistémica y coherente la
institución.
En efecto, resulta ilógico establecer un tope horario (23:00 horas) en perío-
dos de altas ventas y por lo mismo de alta demanda de trabajo, en circunstancias
que fuera de esos períodos no se tiene restricción horaria alguna, es decir, lo
coherente hubiese sido establecer un tope horario normal para todo el año y, a
modo de excepción, un tope mayor para un período de altas ventas como Navi-
dad. De allí que se producía el contrasentido, del cual tuvo que hacerse cargo el
intérprete administrativo, que de interpretarse que la limitación horaria sólo se
aplicaba a los 9 días en que el empleador hiciere uso del ius variandi, hubiese
bastado –como se observó en aquel momento– que los empleadores no hiciesen
uso de esta facultad para poder laborar en el referido período, ya no sólo de los
15 sino también de los 9 días anteriores a Navidad.
“Situación del empleador que no hiciere uso de la facultad que establece el artícu-
lo 24 del Código del Trabajo. En este caso, durante el señalado período, el emplea-
dor podrá válidamente convenir con sus dependientes una jornada extraordinaria
de hasta dos horas por día, dando cumplimiento a la totalidad de los requisitos que
para tal efecto establece el artículo 32 del Código del Trabajo.
Con todo, es necesario advertir que, en tal situación, el trabajo extraordinario no
podrá significar que durante dicho lapso los respectivos dependientes laboren más
allá de las 23 horas o de las 20 horas del día 24 de diciembre y 31 de diciembre de
cada año, teniendo en consideración las razones aducidas en el número 2º del
presente informe.
A igual conclusión, según se señaló, ha de llegarse respecto del trabajador que esté
afecto a una jornada ordinaria de trabajo que sobrepase dicho límite”.
– SANCIÓN ESPECIAL
Como señalamos anteriormente, el legislador de manera novedosa estable-
ció en el inciso final del artículo 24, del Código del Trabajo, que la trasgresión a
lo dispuesto en dicho artículo será sancionado con una multa especial, la que por
una parte se aplica por cada trabajador afectado y, por otra, se configura por
tramos según el número de trabajadores de la empresa, a saber:
“a) Si el empleador tuviere contratados hasta 49 trabajadores, se aplicará una
multa a beneficio fiscal ascendente a 5 U.T.M. por cada dependiente afectado por
la infracción.
b) Si el empleador tuviere contratados entre 50 y 199 trabajadores, la multa aplica-
ble ascenderá a 10 U.T.M. por cada trabajador.
c) Si el personal de la empresa fuere de 200 ó más trabajadores, el monto de la
multa será de 20 U.T.M. por cada trabajador”.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 99
Sobre el particular, el artículo 45 del Código Civil prevé que “se llama fuerza
mayor o caso fortuito el imprevisto a que no es posible resistir, como un naufragio,
un terremoto, el apresamiento de enemigos, los actos de autoridad ejercidos por un
funcionario público, etc.”.
Del precepto citado es posible derivar que se configura la fuerza mayor o caso
fortuito cuando concurren copulativamente los siguientes requisitos:
a) que el hecho sea inimputable, esto es, que provenga de una causa enteramente
ajena a la voluntad de las partes, es decir, que éstas no hayan contribuido en forma
alguna a su ocurrencia.
b) que el mismo hecho o suceso sea imprevisible, esto es, que no se haya podido
prever dentro de cálculos ordinarios o corrientes, y
c) que el hecho sea irresistible, vale decir, que no se haya podido evitar, ni aún en el
evento de oponerle las defensas idóneas para lograr tal objetivo.
En la situación que origina la consulta, los trabajadores que cumplían jornada
bisemanal en el lugar de las faenas estaban impedidos de regresar a puerto, y los
dependientes del turno que debían reemplazarlos no pudieron llegar al lugar de
trabajo, a raíz de un acto de autoridad ejercido por un funcionario público, especí-
ficamente, el Gobernador Marítimo de Aysén quien, en el ejercicio de sus faculta-
des legales y a través del Ord. Nº 12.600/77 de 28.04.2000, ordenara la suspensión
del tránsito marítimo atendidas las condiciones climáticas que suponen un riesgo
potencial para los tripulantes y sus embarcaciones usuarios de ese tránsito.
Ello indica que en las circunstancias anotadas concurren copulativamente los re-
quisitos constitutivos de fuerza mayor, esto es, se trata de un hecho no imputable a
la empresa ni a los trabajadores, es claramente imprevisible en los cálculos ordina-
rios o corrientes y, resulta particularmente irresistible para las partes de esa rela-
ción laboral que ninguna posibilidad tenían de evitar ni oponerse al acto de auto-
ridad ejercido por el Gobernador Marítimo de Aysén, mucho menos a las razones
invocadas por esta autoridad para ordenar la suspensión del tránsito marítimo.
Por esa razón las empresas salmoneras afectadas no tenían posibilidad alguna de
reemplazar a los trabajadores que terminaban su jornada bisemanal de 12 x 3 ó 12
x 4 y que debieron permanecer obligadamente en el lugar de las faenas, constitu-
yendo este el único contingente laboral disponible para evitar la total paralización
de las faenas.
Por ello, se optó por la prolongación de su jornada, otorgándoles los días de des-
canso que corresponde según la jornada pactada y remunerando con el recargo
legal los días laborados durante la emergencia en cuestión, mientras que los de-
pendientes que debieron permanecer en el puerto por las mismas circunstancias,
esos días se les imputó a su jornada ordinaria.
De acuerdo con lo señalado precedentemente, en opinión de la suscrita, las empre-
sas salmoneras afectadas han invocado válidamente la situación excepcional de
fuerza mayor que contempla el artículo 29 del Código del Trabajo, ya que, para
evitar la paralización de las faenas, debió prolongar la jornada de trabajo del
único contingente laboral disponible que permaneció en el lugar de las faenas
durante la emergencia.
La afirmación precedente no puede entenderse en contraposición ni contradictoria
con la doctrina sobre la materia contenida, entre otros, en los dictámenes Nºs. 158/
02 de 09.01.95 y 519/25 de 25.01.95, porque la resolución del Gobernador Maríti-
mo originó en los hechos un doble impedimento, por una parte, la imposibilidad de
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 101
unos trabajadores de regresar al puerto para su descanso, como de los otros para
llegar al lugar de las faenas y, por otra, la absoluta imposibilidad de la empresa
para reemplazar al único personal que terminaba su jornada bisemanal, conside-
rando que la situación de fuerza mayor analizada, además, ocurre en lugares apar-
tados y en condiciones climáticas inestables y riesgosas que no se compadecen con
la casuística pacífica considerada por la doctrina vigente sobre la materia”.
• Ord. Nº 875/23, 04.03.03
“...los dependientes que por la misma causa [contingencias climáticas] debieron
continuar laborando en la faena,..., la empresa se ha encontrado facultada para
prolongar su jornada ordinaria en virtud de lo dispuesto en el artículo 29 del Códi-
go del Trabajo, antes transcrito y comentado, toda vez que concurre en tal caso,
una de las condiciones que la autorizan para ello, cual es, la existencia de caso
fortuito o fuerza mayor, precepto que como ya se expresara, obliga a pagar el
tiempo correspondiente como extraordinario, obligación ésta que, según lo infor-
mado por el fiscalizador actuante, fue oportunamente cumplida por la empresa.
Respecto al eventual derecho de los dependientes individualizados a impetrar ade-
más descansos compensatorios por el mayor número de días laborados, cabe seña-
lar que la circunstancia de que, en la especie, el mayor tiempo trabajado derive de
una extensión de la jornada ordinaria de los mismos en los términos del citado
artículo 29 del Código del Trabajo, permite concluir que tales trabajadores sólo
tuvieron derecho al pago del sobresueldo correspondiente, pero no así a exigir
dicho descanso compensatorio”.
• Ord. Nº 5.371/313, 25.10.99
“Asimismo, del precepto legal citado [artículo 29, del Código del Trabajo] se des-
prende que el período laborado en exceso de la jornada ordinaria, en las situacio-
nes indicadas en el mismo, fue concebido por el legislador como una eventual
prolongación de dicha jornada en términos de que exista solución de continuidad
entre ésta y el exceso de tiempo trabajado.
Cabe destacar que en conformidad a la disposición legal en comento, resulta jurí-
dicamente procedente la prolongación de la jornada diaria que los dependientes
deben cumplir en atención a las razones que en la misma se indica, pero no es
posible entender que el empleador está facultado para exigir a los trabajadores de
que se trata que cumplan las labores excepcionales destinadas a superar los pro-
blemas informáticos que ocasionará el cambio de milenio, en días sábados, en los
que no les corresponde trabajar, de acuerdo a sus contratos de trabajo, ni en do-
mingo o festivos, días que, legalmente son de descanso obligatorio.
De lo expresado se sigue que la norma contenida en el artículo 29 del Código del
Trabajo, no resulta aplicable a las extensiones de las jornadas de trabajo por las que
se consulta, dado que éstas implican laborar durante sábados, domingo y festivos.
Lo anterior no obsta, sin embargo, a que las partes pacten laborar horas extraor-
dinarias, en conformidad al ordenamiento jurídico laboral vigente.
• Ord. Nº 948/048, 10.02.94
“En nada altera la conclusión... la circunstancia de que tales situaciones acontez-
can con cierta regularidad, toda vez que el legislador en el caso de excepción
previsto en el Nº 3... –arreglos y reparaciones impostergables– no ha exigido su
ocurrencia en forma esporádica, de suerte que donde la ley no distingue no es lícito
al intérprete distinguir”.
102 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
CAPÍTULO III
DURACIÓN DEL CONTRATO DE TRABAJO
Con razón, el maestro Plá Rodríguez nos dice que: “todo lo que tienda ha-
cia la conservación de la fuente de trabajo, al darle seguridad al trabajador no
sólo constituye un beneficio para él, en cuanto le transmite una sensación de
tranquilidad, sino que redunda en beneficio de la propia empresa y, a través de
ella, de la sociedad, en la medida que contribuye a aumentar el rendimiento y a
mejorar el clima social de las relaciones entre las partes. Por eso, dice Krotoschin
que esta proyección no sólo constituye “una medida de seguridad económica
sino que también viene a afianzar la incorporación del trabajador a la empresa
como medio de integración a los fines específicos del derecho social”.2
El principio de “continuidad” que informa nuestro derecho y que sustenta
las consideraciones enunciadas precedentemente, en concepto del mismo Plá
Rodríguez, se proyecta, entre otros alcances, en la “preferencia por los contra-
tos de duración indefinida”, ello se justificaría porque el contrato indefinido
tiene mayor tendencia a durar, el contrato determinado prescinde de la indem-
nización por despido si concluye en la circunstancia prevista y por último, el
contrato a plazo obliga más al trabajador que el de duración indeterminada.3
En este sentido, la Dirección del Trabajo ha señalado la improcedencia de la
figura de contratos sucesivos, esto es, contratos en los que mediando finiquito
se pactan uno tras otro, con permanencia en el tiempo.
• Ord. Nº 2.390/101, 08.06.04
“Sobre este particular, la jurisprudencia administrativa emanada de este Servicio,
pudiendo citarse al respecto los dictámenes números 2688/151, de 19 de agosto de
2002 y 2197, de 23 de abril de 1985, ha manifestado que la contratación sucesiva
sólo resultaría jurídicamente viable concurriendo, indistintamente, cualquiera de
los siguientes requisitos: a) que se trate de trabajadores que ocasionalmente se
desempeñan para un mismo empleador o b) que la naturaleza de los servicios desa-
rrollados u otras circunstancias especiales y calificadas permitan la contratación
en las condiciones señaladas.
Sostener lo contrario, implicaría vulnerar los derechos laborales de los dependien-
tes contratados en tales circunstancias y respecto de los cuales no se da alguna de
las exigencias señaladas precedentemente, pudiendo citarse a modo de ejemplo,
entre otros, el derecho a indemnización por años de servicios, el cual, conforme lo
dispone el artículo 5º del Código del Trabajo, reviste el carácter de irrenunciable.
En efecto, el artículo 5º citado, modificado por la Ley Nº 19.759, publicada en el
Diario Oficial de 5 de octubre de 2001, en su inciso 2º, dispone:
“Los derechos establecidos por las leyes laborales son irrenunciables, mientras
subsista el contrato de trabajo”.
En estas circunstancias, sólo en el evento que concurra al menos uno de los requi-
sitos señalados en los párrafos que anteceden, las partes contratantes se encontra-
rían, a juicio de la suscrita, legalmente facultadas para suscribir o celebrar con-
tratos a plazo fijo y en forma sucesiva.
Por lo tanto, si en la situación en consulta no se diere alguna de dichas exigencias,
no obstante mediar finiquito entre las distintas contrataciones, resulta posible con-
notable diferencia que evidentemente creemos debe ser resuelta a favor del tra-
bajador.
– LÍMITES
La duración máxima del contrato de plazo fijo será de un año.
Tratándose de gerentes o personas que tengan un título profesional o técnico
otorgado por una institución de educación superior del Estado o reconocida por
éste, la duración del contrato no podrá exceder de dos años.
• Ord. Nº 4.088/123, 10.06.91
“Las personas que poseen un título técnico otorgado por un liceo industrial o co-
mercial no quedan comprendidas en la norma de inciso 3º del Nº 4 del artículo 1º
de la Ley Nº 19.010”.
• Ord. Nº 5.633/180, 19.08.91
“Sólo si los servicios que presten las personas que tengan un título profesional o
técnico se relacionan directamente con éstos, la duración del contrato de plazo fijo
puede ser de hasta dos años”.
– TRANSFORMACIÓN EN INDEFINIDO
El contrato de plazo fijo se transforma en indefinido en dos hipótesis:
– Por el hecho de continuar el trabajador prestando servicios con conocimien-
to del empleador después de expirado el plazo, sea éste legal o convencional.
– Por efecto de la segunda renovación del contrato.
• Ord. Nº 1.674/94, 29.03.99
“...un contrato de plazo fijo se transforma en indefinido, por el solo ministerio de la
ley cuando, habiendo expirado el plazo del contrato, el trabajador continúa pres-
tando servicios con conocimiento del empleador.
En otros términos, el precepto en análisis consagra un derecho para todo aquel
trabajador que continúa prestando servicios más allá del plazo fijado para su ter-
minación, cual es, el derecho de que el contrato de plazo fijo que ha celebrado se
transforme en uno de duración indefinida”.
Resulta interesante apuntar que la Dirección del Trabajo ha señalado que
tratándose de la renovación de un contrato a plazo a fijo no se requiere mantener
las mismas condiciones que se convinieron al momento de su celebración
• Ord. Nº 7.878/392, 26.112.97
“Del precepto legal transcrito [artículo 159 Nº 4, inciso final] se infiere que la
transformación de un contrato de plazo fijo en contrato de duración indefinida se
produce en los siguientes casos:
1) Cuando, habiendo terminado el plazo del contrato de plazo fijo, el trabajador ha
continuado prestando servicios con conocimiento del empleador, y
2) Cuando se ha renovado dos veces el contrato de plazo fijo.
Ahora bien, en lo concerniente a la última situación anotada, del tenor literal de la
ley aparece que para los efectos de transformar un contrato de plazo fijo en uno de
duración indefinida, el legislador ha considerado únicamente el número de renova-
ciones, sin establecer condiciones o requisitos sobre la forma y contenido de la reno-
vación para que se produzca el efecto jurídico previsto en la norma en análisis.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 109
1983, fijo su sentido y alcance señalando que por ella “debe entenderse aquella
obra o trabajo que, por su naturaleza intrínseca tiene el carácter de momentánea,
temporal o fugaz”.
Por otra parte, para determinar el concepto y alcance de la expresión “obra o
faena de temporada”, cabe considerar las normas de hermenéutica legal conteni-
das en los artículos 19 a 24 del Código Civil, según las cuales, “cuando el sentido
de la ley es claro, no se desatenderá su tenor literal a pretexto de consultar su
espíritu”, debiendo entenderse las palabras de la ley “en su sentido natural y ob-
vio, según el uso general de las mismas palabras”.
La jurisprudencia ha sostenido invariablemente que “sentido natural y obvio” es
aquel que a la palabras da el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Espa-
ñola, conforme al cual “de temporada” significa “durante algún tiempo, pero no
de manera permanente”.
De lo expuesto anteriormente se infiere que el legislador al emplear los términos
“obra o faena transitoria o de temporada” se ha referido a aquellos servicios u
obras que por su naturaleza necesariamente han de terminar, concluir o acabar, es
decir, que tienen una duración limitada en el tiempo, en términos que no es posible
su repetición en virtud de una misma relación laboral.
Por lo tanto, posible resulta afirmar que la contratación por obra o faena transito-
ria o de temporada sólo resultaría viable concurriendo indistintamente, cualquiera
de los siguientes requisitos: a) que se trate de trabajadores que ocasionalmente se
desempeñan para un mismo empleador o b) que la naturaleza de los servicios desa-
rrollados u otras circunstancias especiales y calificadas permitan la contratación
en las condiciones señaladas”.
Continúa el Dictamen Nº 2.389/100 afirmando que cuando se trate de obras
o faenas de carácter permanente no resulta procedente la utilización de este tipo
de contrato.
• Ord. Nº 2.389/100, 08.06.04
“No revestirían el carácter de contratos por obra o faena aquellos que implican la
realización de labores de carácter permanente, las que, como tales, no cesan o
concluyen conforme a su naturaleza, requisito, que, como ya se expresara, resulta
esencial para configurar contratos de este tipo”.
– TERMINACIÓN ANTICIPADA
Al igual que tratándose de contratos de plazo fijo, no resulta procedente que
el empleador ponga término al contrato de manera anticipada, salvo que medie
alguna causal imputable al trabajador, debiendo indemnizar al dependiente los
perjuicios si así lo hiciera, lo que se traduce en el pago de las remuneraciones
que debió pagar hasta el día del vencimiento.
También en este caso existe discrepancia en torno a la posibilidad de aplicar
la causal de necesidades de la empresa y al igual que tratándose de contratos a
plazo fijo la Dirección del Trabajo admite la posibilidad de poner término a este
tipo de contrato por aquella causal.
• Ord. Nº 5.379/321, 5.10.93
“No existe inconveniente en poner término a un contrato por obra o faena o a un
contrato a plazo fijo por la causal de necesidades de la empresa, prevista en el
112 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
rada en los términos previstos por el legislador, toda vez que los trabajadores de
que se trata no se desempeñan en forma ocasional para un mismo empleador, sino
que por el contrario, en muchos casos se ha podido constatar que prestan servicios
continuos hace años para Los... S.A.
Lo señalado en el párrafo que antecede permite concluir que tratándose de los
trabajadores..., estamos en presencia de una relación laboral única y continua,
debiendo estimarse que ésta se inició con la fecha de celebración del primer con-
trato por obra, razón por la cual, no resulta jurídicamente procedente en su caso,
la celebración de contratos para la ejecución de una obra o faena determinada”.
Sin perjuicio de lo expresado por la Dirección del Trabajo, se sostiene que a
este tipo de contratos no le sería aplicable esta doctrina, ya que el tema fue
abordado directamente por el legislador al establecer la presunción legal de con-
trato indefinido pero que sólo lo limitó a los contratos a plazo fijo y que si
hubiese querido hacerlo aplicable a los contratos por obra o faena lo habría
comprendido expresamente.
Con todo, nos quedamos con la postura del ente administrativo, ya que ella
resulta más cercana a la naturaleza misma de la modalidad contractual en análi-
sis. En efecto, cuando se suscriben contratos sucesivos en el tiempo entre las
mismas partes, incluso a veces por años, en verdad ya no estamos ante trabaja-
dores que ocasionalmente se desempeñan para un mismo empleador, requisito
fundamental de los contratos por obra o faena, sino que estamos en presencia de
una relación laboral que debe catalogarse como única, conclusión que no puede
verse alterada por la suscripción formal de contratos y finiquitos sucesivos.
– IMPROCEDENCIA DE RENOVACIÓN
Por último, es del caso hacer presente que la Dirección del Trabajo sostiene
la improcedencia de aplicar la institución de la renovación a un contrato por
obra o faena.
• Ord. Nº 2.389/100, 08.06.04
“Atendido que el término de la obra o faena precisa para la cual fue contratado el
dependiente debe importar el término de la respectiva relación laboral, no resulta
posible la renovación de un contrato de tal naturaleza, sin perjuicio de que una vez
que aquélla haya finalizado y finiquitado, éste pueda ser recontratado para una
faena distinta a la primitiva”.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 115
CAPÍTULO IV
LA TERMINACIÓN DEL CONTRATO DE TRABAJO
De este modo, atendido lo anterior es posible concluir que la renuncia sólo debe
cumplir con el requisito de la escrituración y las firmas ya señaladas, y alternativa-
mente de la ratificación ante inspector para el efecto indicado, sin que la ley exija
otros requisitos adicionales.
De esta suerte, el trámite de autorización del empleador respecto de la renuncia
que no cumpla con el plazo previo de aviso de 30 días para proceder a su ratifica-
ción es un requisito que las disposiciones legales no exigen, razón por la cual no es
procedente que el inspector del trabajo la requiera al momento de cumplir con la
ratificación.
Cabe agregar, que de acuerdo a la doctrina los requisitos y solemnidades de los
actos son de derecho estricto, de modo que no resulta posible exigir otros o distin-
tos, a los que señala expresamente la ley para la validez y el perfeccionamiento de
tales actos.
Asimismo, corresponde señalar que los requisitos que contempla la disposición en
comento para la renuncia se refieren precisamente al acto jurídico de renuncia, y
no a su modalidad, o al plazo de anticipación con que ella debe ser presentada al
empleador, por lo que de igual modo resulta improcedente condicionar la ratifica-
ción del acto a la autorización del plazo por el empleador.
Con todo, la doctrina de la Dirección al respecto ha precisado, en Ord. Nº 289/16,
de 11.01.96, que para el caso de incumplimiento del plazo legal de aviso de renun-
cia voluntaria... “el empleador está facultado para exigir se le indemnice, confor-
me a las reglas generales, en el evento que efectivamente el incumplimiento le im-
porte perjuicios”, por lo que en definitiva no es una materia que competa fiscalizar
a la Dirección del Trabajo.
En consecuencia, no resulta procedente que el Inspector del Trabajo exija en trá-
mite de ratificación de renuncia voluntaria autorización del empleador si el plazo
con que ella se va a presentar, es inferior a los 30 días que señala la ley”.
• Ord. Nº 6.480/211, 30.09.91
“La circunstancia de haberse dado el aviso de término de contrato de trabajo por
renuncia voluntaria del trabajador con menos de treinta días de anticipación, no
trae consigo ningún tipo de sanción para el dependiente, ni transforma dicha cau-
sal de terminación del contrato en abandono del trabajo por parte del trabajador”.
– Nº 3 MUERTE DEL TRABAJADOR
La muerte del trabajador produce la terminación del contrato de trabajo.
Para el caso que el empleador sea una persona natural, la muerte del emplea-
dor no produce la terminación del contrato de trabajo, sino que éste sigue vigen-
te y los derechos del empleador son transmitidos a sus herederos en iguales
condiciones.
Si el empleador adeudaba remuneraciones al trabajador fallecido, éstas de-
ben ser pagadas a la persona que se hizo cargo de sus funerales, hasta la concu-
rrencia del costo de los mismos.
En el evento que quede un saldo después de haberse cubierto estos costos y
sólo tratándose de sumas que no exceden a cinco unidades tributarias anuales, el
empleador debe pagarlo al cónyuge, a los hijos legítimos o naturales o a los
padres legítimos o naturales del fallecido, uno a falta de otros, en el orden en que
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 119
se han indicado, debiendo para ello acreditarse el estado civil respectivo, sin que
sea necesaria la obtención de la posesión efectiva.
El finiquito que se extienda debe ser firmado por el empleador, pudiendo
además firmarlo la cónyuge del trabajador fallecido de estimarse necesario. En
relación a este tema cabe señalar que no resulta jurídicamente procedente exigir
que en el finiquito se deje constancia de la causa de la muerte
– Nº 4 VENCIMIENTO DEL PLAZO CONVENIDO
A este respecto lo remitiremos a lo ya señalado al tratar sobre la duración del
contrato. Baste sólo señalar que al invocarse esta causal no se requiere dar aviso
con anticipación al trabajador, ya que éste sabe de antemano que su contrato
terminará en una fecha determinada.
– Nº 5 CONCLUSIÓN DEL TRABAJO O SERVICIO QUE DIO ORIGEN AL CONTRATO
Ídem número anterior.
– Nº 6 CASO FORTUITO O FUERZA MAYOR
El caso fortuito o fuerza mayor constituye una causal de exoneración del
cumplimiento de las obligaciones derivadas del contrato y según vimos en su
momento, sólo a pretexto de ellas el empleador puede exonerarse de la obliga-
ción de otorgar el trabajo convenido y de remunerar. Ahora bien, cuando esa
imposibilidad es permanente y total constituye una causal de terminación del
contrato de trabajo. Ello, sin embargo, requiere que se den los requisitos genera-
les para estar frente un caso fortuito o fuerza mayor, esto es, que los hechos sean
imprevisibles, irresistibles y no imputables para el empleador.
La quiebra no constituye un hecho que pueda catalogarse de caso fortuito o
fuerza mayor y consecuencialmente servir de base a la terminación del contrato.
• Ord. Nº 1.348/065, 14.03.97
“En otros términos, como por una parte subsiste la empresa aun cuando haya sido
declarada en quiebra, y por otra, se mantiene la continuidad de los contratos ante
modificaciones relativas al dominio, posesión o mera tenencia de la misma, se hace
necesario concluir que para proceder al término de los contratos del personal de-
berá darse aplicación a las causales legales generales sobre el particular, previstas
en los artículos 159, 160 y 161 del Código del Trabajo, entre las cuales como es
sabido no se encuentra la quiebra del empleador o el cambio del mismo, por lo que
estas simples circunstancias no hacen exigible ni procedente dicha terminación”.
En el mismo sentido, nuestros tribunales han señalado que tratándose de un
incendio en la empresa y si el mismo se debe a una negligencia del empleador o
a la falta de previsión del mismo, el siniestro no constituye un caso fortuito o
fuerza mayor susceptible de invocarse como causal de terminación de los con-
tratos. Además, señala que si el siniestro no es total no existe la imposibilidad
absoluta de otorgar el trabajo:
“La empresa demandada puso término al contrato de trabajo de los actores por la
causal del artículo 1º Nº 6 de la Ley Nº 19.010 esto es caso fortuito o fuerza mayor,
por incendio de una de sus plantas. Con diversas pruebas, quedó comprobado que
el incendio se originó por chispas del cañón de la caldera que cayeron en desechos
120 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
2 Juan Manuel ROJAS ESPINOZA, Código del Trabajo, Boletín del Trabajo, Santiago, 1995.
3 Ibíd.
7 Ibíd.
8 Cecily HALPERN M ONTECINO y Héctor HUMERES NOGUER, “Causales de Terminación Contrato
10Para un análisis en mayor profundidad del acoso sexual en el trabajo, Vid. Capítulo sobre
Derechos Fundamentales.
124 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
del artículo 154 del Código del Trabajo, agregado por la Ley Nº 20.005, señala que
el reglamento interno de orden, higiene y seguridad deberá contener: “12.- El pro-
cedimiento al que se someterán y las medidas de resguardo y sanciones que se
aplicarán en caso de denuncias por acoso sexual”. En el caso de las denuncias
sobre acoso sexual, el empleador que, ante una denuncia del trabajador afectado,
cumpla íntegramente con el procedimiento establecido en el Título IV del Libro II,
no estará afecto al aumento señalado en la letra c) del inciso primero del artículo
168”. De este modo, armonizando los preceptos anteriores, es posible señalar que
en las empresas que se encuentren obligadas por la legislación laboral vigente a
contar con reglamento interno de orden, higiene y seguridad, ellos deberán nece-
sariamente contener normas que tengan por objeto el adecuado respeto a la digni-
dad de los trabajadores. Para el logro de ese objetivo exigido por la ley, es necesa-
rio que los empleadores respectivos señalen en sus respectivos reglamentos, como
mínimo, las siguientes estipulaciones”.
c) Vías de hecho ejercidas por el trabajador en contra del empleador
o de cualquier trabajador que se desempeñe en la misma empresa
Las vías de hecho están constituidas por las agresiones físicas acometidas
por un dependiente.
La jurisprudencia ha señalado que si el hecho, en este caso la riña entre
trabajadores, ocurre en un lugar, aun cuando sea al interior de la empresa, si no
afecta a la buena marcha del establecimiento comercial, no constituye un hecho
idóneo para justificar el despido, “...no se configura la causal..., si la penden-
cia... no se produjo durante la jornada de trabajo y no se ha alterado la tranqui-
lidad y disciplina debidas, si se considera que en el momento de acontecer el
hecho se efectuaba una celebración privada en el local”.11 Ello, es concordante
con lo sostenido en cuanto a que se requiere que las circunstancias sean graves.
Del mismo modo, si el hecho ocurre fuera de la empresa evidentemente
tampoco podrá invocarse como causal.
d) Injurias proferidas por el trabajador al empleador
Por injurias entenderemos las palabras que demuestran. Nuestros tribunales
han señalado que:
“las injurias que la ley señala como suficientes para justificar el despido del traba-
jador no son las mismas que constituyen el delito de injurias en la forma que exige
el Código Penal, sino que deben entenderse en su sentido natural y obvio, es decir,
como expresiones que agravian o ultrajan a otro, mediando obras o palabras que
lo agravian”. (Corte de Apelaciones P.A.C. 21.08.87).12
En relación a este tema, es interesante destacar que la jurisprudencia ha
discurrido sobre el contexto en que se profieren las palabras. Es así como la
Corte Suprema ha dicho que: “la discusión de palabra aún en términos grose-
ros, propios del lenguaje usado en tales casos, no puede ser estimado como
que la inasistencia de dos días hábiles seguidos pero no corridos, como ejemplo
de un viernes o sábado y un lunes, no configura la causal en comento. Por lo
demás, así lo ha concluido la jurisprudencia judicial “Por dos días seguidos ha
entendido nuestra jurisprudencia sin intermisión de tiempo, por lo que no se
configura la causal si entre uno y otro ha mediado un domingo o festivo” (Corte
de Apelaciones Punta Arenas, 6.11.84).17
Del mismo modo, la ley tratándose de esta hipótesis no supeditó que la
inasistencia de dos días seguidos fuese en el mismo mes calendario, pudiendo
ser en consecuencia inasistencia de dos días seguidos pero de diferente mes,
como por ejemplo un día 31 y el día 1º del mes siguiente.
– Inasistencia dos lunes en el mes
– Inasistencia tres días en el mes
Tratándose de las dos hipótesis anteriores, el legislador exigió que las inasis-
tencias, sea de dos lunes o de tres días, fuesen en el respectivo mes, debiendo
entender que se refiere a mes calendario.
– Inasistencia injustificada o sin aviso previo del trabajador que tuviere a su
cargo una actividad, faena o máquina cuyo abandono o paralización signifique
una perturbación grave en la marcha de la obra.
Conviene apuntar en primer término, que las inasistencias deben ser injusti-
ficadas, por lo que en caso de existir justificación no se configuraría la causal.
Ahora bien, en esta materia la ley no ha definido ni regulado qué ha de
entenderse por causa justificada, de manera tal que ella podrá consistir en cual-
quier hecho que atendida su naturaleza y entidad haya hecho imposible al traba-
jador concurrir a su trabajo normalmente, no estando limitado en consecuencia
el hecho a la enfermedad propia, así como tampoco necesariamente debe acre-
ditarse con licencia médica, ya que podría utilizarse a su respecto cualquier
medio probatorio.
• Ord. Nº 306/25, 18.01.94
“...si la Empresa por la cual se consulta, como ya se dijera precedentemente, se
encuentra facultada para distribuir la jornada de trabajo de manera que incluya
los domingo y festivos, y así lo ha hecho en la especie, los trabajadores de la misma
se encuentran obligados a cumplir dicha jornada.
En efecto, el día festivo, es para estos dependientes un día laborable más en que se
encuentra distribuida su jornada ordinaria de trabajo, de manera tal que de no
concurrir a sus labores en uno de estos días en que le corresponde trabajar, dicha
falta, en el evento de ser injustificada, podría ser computada por el empleador para
los efectos de enterar los días de inasistencia, a que alude el Nº 3 del artículo 2º de
la Ley Nº 19.010, lo que le permitiría invocar la causal de término del contrato que
la misma norma contempla”.
Así también lo ha declarado la jurisprudencia judicial:
“La ausencia del trabajador durante dos días seguidos no reviste el carácter de
injustificada, si consta que la conviviente del trabajador y madre de sus hijos debió
18 Ibíd.
130 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
19 Ibíd.
20 Cecily HALPERN MONTECINO y Héctor HUMERES NOGUER, Op. cit.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 131
21 Ibíd.
22 William THAYER ARTEAGA y Patricio NOVOA FUENZALIDA, op. cit., p. 394.
132 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
Por otra parte, y en relación a esta causal, la Dirección del Trabajo ha seña-
lado que la calificación de los hechos constitutivos de una causal de término de
contrato corresponde privativamente a los tribunales de justicia, de manera tal
que la calificación efectuada por las partes en el contrato elevando obligaciones
al carácter de esencial, constitutiva de incumplimiento grave del contrato, no
obsta a la actuación de los tribunales.
Ord. Nº 4.101/234, 12.08.99
Respecto a si el empleador puede aplicar el artículo 160 Nº 7 del Código del Tra-
bajo para poner término a la relación laboral en caso de incumplimiento de las
metas por parte del trabajador, considerando que tal incumplimiento se encuentra
expresamente contemplado en el contrato de trabajo como falta grave a las obliga-
ciones del mismo, cabe señalar que sin perjuicio que el empleador pueda aplicar
como causal de terminación del contrato la contenida en la referida norma legal,
al o los trabajadores afectados les asiste el derecho de recurrir ante los Tribunales
de Justicia si estiman que la causal es injustificada, indebida o improcedente de
conformidad a lo dispuesto en el inciso 1º del artículo 168 del texto legal citado.
Ahora bien, en cuanto a si el incumplimiento de metas es constitutivo de causal de
término de contrato, es necesario expresar que esta Dirección reiteradamente ha
resuelto que la ponderación de los hechos que podrían o no configurar una causal
o causales de expiración de una relación laboral, es de exclusiva competencia de
los Tribunales de Justicia, no pudiendo, por tanto, este Servicio pronunciarse al
respecto.
• Ord. Nº 4.944/342, 16.10.98
“En cuanto a la procedencia de cartas del empleador al trabajador que le aperci-
ban con el término del contrato de no alcanzarse las metas de venta, cabe expresar
que si bien el hecho del envío de tales cartas no se encuentra prohibido por la
legislación laboral vigente, y teniendo por base la facultad de mando y de direc-
ción de la actividad empresarial que la misma legislación reconoce al empleador,
las circunstancias que señalen que determinados hechos como el incumplimiento
de metas de venta signifiquen causal de término de contrato, deberá entenderse
que ello es sin perjuicio de lo que en definitiva resuelva el juez competente, ante
reclamación del trabajador, según lo prescrito en el artículo 168 del Código del
Trabajo, de producirse efectivamente el despido por la causa señalada, quien esta-
blecerá si el despido ha sido justificado o no, según el mérito del juicio.
Cabe agregar, que la carta en análisis correspondería propiamente atendida su
redacción, a una sanción aplicada al trabajador, consistente en amonestación es-
crita, razón por la cual al tenor de lo señalado en el artículo 154, Nº 10 del Código
del Trabajo, que trata del contenido mínimo del reglamento interno de orden, hi-
giene y seguridad, en cuanto precisa que las sanciones que puede aplicar al em-
pleador por infracción a las obligaciones que impone el mismo reglamento, po-
drán ser entre otras, amonestación escrita, debe concluirse que la mencionada
comunicación debe adecuarse a la disposición antes indicada, es decir, debe obe-
decer al incumplimiento de una obligación impuesta en el reglamento de orden,
higiene y seguridad de la empresa para su procedencia.
De esta manera, las comunicaciones que dirija el empleador a los trabajadores
tendientes a lograr un mayor rendimiento no son objetables desde el punto de vista
jurídico, a menos que contengan una amonestación escrita como sanción, en cuyo
134 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
caso sólo proceden ante infracción al reglamento interno de orden, higiene y segu-
ridad de la empresa”.
• Ord. Nº 3.724/144, 1.07.96
La cláusula contractual transcrita describe algunas hipótesis en que puede incu-
rrir un tercero –ajeno al contrato de trabajo– que dan origen a una situación en
que el empleador podría poner término al contrato de trabajo por grave incumpli-
miento a las obligaciones del mismo.
Sobre la materia, la reiterada y uniforme jurisprudencia de esta Dirección se ha
manifestado en el sentido que calificar si determinados hechos pueden constituir
una causal de término del contrato de trabajo, es una labor que compete exclusiva-
mente a los Tribunales de Justicia, en la oportunidad en que las partes demanden
su intervención, no pudiendo, en consecuencia, esta entidad administrativa emitir
un pronunciamiento sobre el particular”.
• Ord. Nº 521/27, 25.01.95
“La ponderación de los hechos que se estiman constitutivos de una causal de término
del contrato de trabajo, al igual que la determinación de eventuales responsabilida-
des e indemnizaciones ante terceros, corresponde a los Tribunales de Justicia”.
La tesis sustentada por la Dirección del Trabajo ha sido acorde a la de los
tribunales, que han declarado que “El hecho de que el contrato de trabajo, que
es de adhesión, se haya puesto una cláusula que da especial gravedad a los
atrasos, considerando graves a los que no tendrían naturalmente ese carácter,
no puede dar lugar a un despido que se estime justificado, pues es el Tribunal el
que debe calificar la gravedad o levedad de tales atrasos”. (Corte Suprema,
30.01.95).26
3. ARTÍCULO 161, INCISO PRIMERO, DEL CÓDIGO DEL TRABAJO
Esta norma contempla la causal denominada “Necesidades de la Empresa”.
Dispone la referida norma legal:
“Sin perjuicio de lo señalado en los artículos precedentes, el empleador podrá
poner término al contrato de trabajo invocando como causal las necesidades de la
empresa, establecimiento o servicio, tales como las derivadas de la racionalización
o modernización de los mismos, bajas en la productividad, cambios en las condi-
ciones del mercado o de la economía, que hagan necesaria la separación de uno o
más trabajadores...”.
Esta causal fue introducida por el artículo 3º, inciso 1º, de la Ley Nº 19.010,
eliminándose el despido por desahucio del empleador contenido en el mentado
artículo 155 letra f, del Código del Trabajo, de 1987, el que permitía el despido
sin expresión de causa. Con posterioridad fue modificada por la Ley Nº 19.759
que en su artículo único, Nº 24, letras a) y b) eliminó la falta de adecuación
laboral o técnica como causal de despido.
Por último, cabe hacer presente que esta causal ya existía en la Ley Nº 16.455,
con lo que se concluye que lo que se ha hecho es reponerla en la normativa de
26 Ibíd.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 135
terminación de contrato, limitando con ello el libre despido, quizá más que por
la causal misma por los efectos de su invocación, esto es, el pago de indemniza-
ciones.
Se considerarán como constitutivas de esta causal, las siguientes:
– Las derivadas de la racionalización o modernización de la empresa, esta-
blecimiento o servicio.
– Las bajas de productividad.
– Los cambios en las condiciones del mercado o de la economía.
Se hace menester aclarar que la enunciación de estos hechos es meramente
ejemplar, por lo que nada impide que se invoquen otros hechos, siempre y cuan-
do tengan una naturaleza similar y digan efectivamente relación con las necesi-
dades de la empresa.
Como efecto de la misma, podemos señalar que esta causal es la única que
da derecho al pago de la indemnización por años de servicios y la indemniza-
ción sustitutiva del aviso previo.
– LICENCIA MÉDICA
Según prescribe el inciso final, del artículo 161 en comento, el empleador
no podrá invocar esta causal respecto de los trabajadores que gocen de licencia
por enfermedad común, accidente del trabajo o enfermedad profesional.
• Ord. Nº 2.421/139, 25.07.02
“El otorgamiento de una licencia por enfermedad interrumpe el plazo de preaviso
de término de contrato por aplicación de las causales de necesidades de la empre-
sa, establecimiento o servicio y desahucio, el cual, por tanto, continúa corriendo
una vez cumplido el período que abarca la licencia o su prórroga”.
• Ord. Nº 617/35, 6.02.97
“En cuanto a si comunicado el aviso de término de contrato del artículo 161, inciso
1º, del Código del Trabajo, de treinta días, se presenta licencia médica de 5 días, el
plazo de aviso se suspende o se interrumpe, esta Dirección ha tenido oportunidad
de pronunciarse al respecto, como consta, entre otros, de Dictamen Nº 9.678/296,
de 30.12.87, que en fotocopia se adjunta, en orden a que si la licencia médica por
enfermedad es concedida durante el plazo del desahucio del contrato o del aviso
anticipado de término, dicho plazo debe entenderse suspendido, por todo el perío-
do que abarque la licencia, y sólo continuará corriendo desde su fecha de extin-
ción.
El fundamento de lo anterior se desprende de lo dispuesto en el inciso 3º del artícu-
lo 161, del Código del Trabajo, que impide invocar las causales de término de
contrato por necesidades de la empresa, establecimiento o servicio, falta de ade-
cuación laboral o técnica del trabajador o desahucio del contrato respecto de los
trabajadores en goce de licencia por enfermedad común, accidente del trabajo o
enfermedad profesional, aun cuando el aviso de término y el respectivo plazo hu-
bieren sido dados con anterioridad al inicio de la licencia.
De este modo, la licencia médica suspende el plazo de aviso de término del contra-
to otorgado por las causales del artículo 161 del Código del Trabajo”.
La jurisprudencia administrativa, por su parte, ha declarado que “No existe
fuero laboral para los trabajadores que gozan de licencia médica, en conformi-
136 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
dad con la legislación vigente que sólo ha establecido, como limitación al em-
pleador, que éste, en tal caso, únicamente, no podrá poner término al contrato
de trabajo en virtud de desahucio”. (Corte de Apelaciones Santiago 8.04.92).27
De esta forma, se concluye que la verdadera naturaleza jurídica de la disposi-
ción en análisis es de ser una limitación al empleador, mas no un fuero laboral
otorgado al trabajador beneficiario de licencia médica.
4. ARTÍCULO 161, INCISO SEGUNDO, DEL CÓDIGO DEL TRABAJO
Causal llamada desahucio del empleador, en cuanto en los casos planteados
en esta norma no se requiere la expresión de causa alguna para proceder al despi-
do. Siendo éste el único caso en que es procedente poner término al contrato de
trabajo por decisión unilateral del empleador. Prescribe la disposición legal:
“En el caso de los trabajadores que tengan poder para representar al empleador,
tales como gerentes, subgerentes, agentes o apoderados, siempre que, en todos
estos casos, estén dotados, a lo menos, de facultades generales de administración,
y en el caso de los trabajadores de casa particular, el contrato de trabajo podrá,
además, terminar por desahucio escrito del empleador, el que deberá darse con
treinta días de anticipación, a lo menos, con copia a la Inspección del Trabajo
respectiva. Sin embargo, no se requerirá esta anticipación cuando el empleador
pagare al trabajador, al momento de la terminación, una indemnización en dinero
efectivo equivalente a la última remuneración mensual devengada. Regirá también
esta norma tratándose de cargos o empleos de la exclusiva confianza del emplea-
dor, cuyo carácter de tales emane de la naturaleza de los mismos”.
Este desahucio del empleador tiene sólo aplicación respecto de los siguien-
tes dependientes:
– Trabajadores que tengan poder para representar al empleador, siempre que
estén dotados, a lo menos, de facultades generales de administración, tales como:
gerentes, subgerentes, agentes, apoderados.
– Trabajadoras de casa particular.
– Dependientes que ocupen cargos de exclusiva confianza del empleador.
• Ord. Nº 2.421/139, 25.07.02
“Resulta jurídicamente procedente computar, para los efectos de enterar el año de
antigüedad en la empresa que da derecho al pago de indemnización por años de
servicios al invocarse como causal de terminación del contrato las necesidades de
la empresa, establecimiento o servicio y desahucio, el período que abarque una o
más licencias médicas otorgadas al trabajador durante el período de preaviso”.
5. ARTÍCULO 161 BIS, DEL CÓDIGO DEL TRABAJO
La Ley Nº 19.759 en su artículo único, Nº 25, dispuso la imposibilidad de
considerar a la invalidez, total o parcial como justa causa para el término del
contrato de trabajo. Dispone la norma legal:
“La invalidez, total o parcial, no es justa causa para el término del contrato de
trabajo...”.
27 Ibíd.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 137
Para el caso que el trabajador que fuere separado de sus funciones por tal
motivo, tendrá derecho a la indemnización establecida en los incisos primero o
segundo del artículo 163, según corresponda con el incremento señalado en la
letra b) del artículo 168.
En este sentido, la Dirección del Trabajo ha señalado que la jubilación por
vejez como por invalidez no constituyen hechos que puedan catalogarse de caso
fortuito o fuerza mayor y consecuencialmente servir de base a la terminación
del contrato.
• Ord. Nº 4.343/166, 20.10.03
“No procede que el empleador invoque como justa causa del despido del trabaja-
dor la circunstancia de haberse acogido éste a pensión de invalidez, no obstante lo
cual, si en el hecho ello ocurre deberá indemnizar el término del contrato, como
también debe hacerlo si invoca la causal de necesidades de la empresa, estableci-
miento o servicio, o desahucio, en los casos que la ley lo posibilita, o si aplica
cualquiera de las causales de caducidad del artículo 160, por conducta imputable
al trabajador y el juez acoge la reclamación de éste por ser improcedente, injusti-
ficado o indebido el despido.
No hay resguardo legal específico para evitar que el empleador invoque alguna
causal legal de término de contrato, de configurarse en la práctica, respecto del
pensionado o jubilado, que no sea la propia circunstancia de haber obtenido pen-
sión o jubilación por invalidez, y la garantía general que adopta la legislación en
orden a que se haya configurado en la realidad alguna de las causales previstas
precisamente por la ley para tales efectos y que en caso de reclamación del traba-
jador, y de obtener en el juicio correspondiente, se le obligue al pago de las respec-
tivas indemnizaciones”.
• Ord. Nº 3.283/96, 12.08.03
“La jubilación no constituye una causal de término de contrato de trabajo salvo en
el caso previsto en el artículo 17 de la Ley 17.671, de manera tal que, de no darse
esta última situación, el empleador sólo podrá poner término a la respectiva rela-
ción laboral invocando alguna de las causales establecidas al efecto en los artícu-
los 159, 160 ó 161 del Código del Trabajo”.
• Ord. Nº 2.548/126, 24.04.95
“Con todo, y sin perjuicio de lo anteriormente señalado, que se trata de pronuncia-
mientos de carácter específico, la doctrina de este Servicio también ha sostenido
que la edad y la pérdida o disminución de las condiciones físicas o de salud de un
trabajador no constituyen causales de terminación del contrato de trabajo de acuerdo
a lo prevenido en los artículos 13, 14 y 15 del D.L. Nº 2.200 (debiendo entenderse
actualmente artículos 159, 160 y 161 del Código del Trabajo) atendido a que sien-
do estas causales taxativas no consideran tales circunstancias como aptas para
poner término a un contrato.
Todavía más, por otro lado, si la obtención de pensión de vejez o de invalidez en el
Nuevo Sistema de Pensiones del D.L. Nº 3.500, de 1981, constituiría causal de ter-
minación de contrato, esta Dirección ha tenido presente lo dispuesto en el artículo
69, inciso 1º, del referido decreto ley para estimar que el goce de tales pensiones es
compatible con la calidad de trabajador no consignarse dicha obtención de pensión,
como causal legal de terminación de contrato no habilita para fundar un despido.
138 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
De este modo, posible es concluir que tanto la jubilación por vejez como por inva-
lidez en el Nuevo Sistema de Pensiones no son motivo de terminación del contrato
de trabajo; para que pueda producirse esta última situación, será menester que se
configure alguna de las causales que el Código del Trabajo contempla en los ar-
tículos 159, 160 ó 161, aplicables a todo trabajador independientemente de su
condición de pensionado, y sin perjuicio de lo que en definitiva resuelvan los Tribu-
nales del Trabajo sobre el particular.
Cabe agregar que a lo anterior hace excepción únicamente el personal docente del
Sector Municipal, para el cual la Ley Nº 19.070, en su artículo 52, letra d) conside-
ra que la obtención de jubilación, pensión o renta vitalicia produce el término de
tales funciones”.
II. FORMALIDADES
La terminación del contrato de trabajo, dependiendo de la causal invocada,
debe ceñirse a determinadas formalidades.
Con todo, debe hacerse presente que los errores en que se incurra con oca-
sión del cumplimiento de las formalidades no invalida la terminación del con-
trato, sin perjuicio de las sanciones administrativas que correspondan.
– FECHA DE TÉRMINO DEL CONTRATO
El contrato de trabajo debe entenderse terminado al momento en que se
produce la separación del trabajador, siendo totalmente irrelevante para estos
efectos que para esa oportunidad se haya o no invocado la correspondiente cau-
sal de término y siendo totalmente irrelevante también la fecha en que se ha
suscrito el respectivo finiquito.
• Ord. Nº 2.039/99, 04.06.01
“El contrato de trabajo debe entenderse terminado al momento en que se produce
la separación del trabajador, sea que a esa fecha se haya o no invocado la corres-
pondiente causal de término, careciendo de toda incidencia para estos efectos aquella
en que se hubiere suscrito el respectivo finiquito. En opinión de esta Dirección,
autoriza para sostener que la relación laboral debe entenderse terminada a la fe-
cha de dicha separación, sea que a ese momento se haya o no invocado la respec-
tiva causal. La antedicha conclusión se corrobora si se tiene presente que la invo-
cación de la causal de término de la relación laboral en los casos precedentemente
señalados no necesariamente es coetánea con la separación del trabajador, toda
vez que, según ya se expresara, ésta debe materializarse en la comunicación que
debe darse al trabajador despedido”.
• Ord. Nº 2.133/52, 5.04.90
“Esta Dirección, en Dictamen Nº 6.083, de 20 de diciembre de 1983, cuya fotoco-
pia se adjunta, ha sostenido que el finiquito tiene por objeto solamente dejar cons-
tancia que la relación laboral ha terminado y de las prestaciones pecuniarias que
en el mismo se consideran y que su otorgamiento no constituye el acto por el cual se
pone término al contrato de trabajo, agregando que de acuerdo a la legislación
laboral vigente el contrato de trabajo termina cuando las partes de común acuerdo
manifiestan su intención de poner término a la relación laboral que las unía o
cuando una de ellas invoca alguna de las causales previstas en la ley, entre las
cuales no se encuentra contemplado el acto de otorgamiento de un finiquito.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 139
28Vid. lo señalado a propósito de la omisión o defectos de los avisos cuando se invocan los
artículos 159 y 160.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 141
el artículo 48, inciso 1º, el que al efecto prescribe: “Todos los plazos de días, meses
o años de que se haga mención en las leyes o en los decretos del Presidente de la
República, de los Tribunales o Juzgados, se entenderán que han de ser completos,
y correrán hasta la media-noche del último día del plazo”. De la norma legal ano-
tada se infiere que los plazos a que la misma se refiere son completos y corren hasta
la medianoche del último día del plazo. Ahora bien, atendido que el plazo legal de
que se trata es un término de días, se hace necesario precisar el verdadero sentido
y alcance de dicha expresión, para cuyo efecto cabe tener presente las normas de
interpretación legal contenidas en los artículos 19 y 20 del Código Civil, conforme
a la primera de las cuales “cuando el sentido de la ley es claro no se desatenderá
su tenor literal a pretexto de consultar su espíritu”, agregando la segunda que “las
palabras de la ley se entenderán en un sentido natural y obvio, según el uso general
de las mismas palabras”. Al respecto, la jurisprudencia ha sostenido invariable-
mente que “el sentido natural y obvio” es aquel que a la palabras da el Dicciona-
rio de la Real Academia de la Lengua Española, según el cual “día” es el “tiempo
comprendido entre dos medias noches consecutivas”, o bien “tiempo siempre igual
que tarda la tierra en dar una vuelta alrededor de su eje polar” o “tiempo que el sol
emplea en dar aparentemente una vuelta alrededor de la tierra”. De ello se sigue
que el día tiene una duración de 24 horas y se comienza a contar desde las 0 horas
de uno determinado hasta las 24 horas del mismo. Armonizando todo lo expuesto,
preciso es concluir que para los efectos de computar el plazo de preaviso, tanto en
el caso de aplicación de la causal de necesidades de la empresa, establecimiento o
servicio, como en la de desahucio, deben contabilizarse días completos en los tér-
minos antes señalados, debiendo, por tanto, excluirse para dicho cómputo aquellas
fracciones de horas que no alcanzan a conformar un día. Así, a vía de ejemplo, si el
trabajador es notificado personalmente de término de contrato por alguna de las
citadas causales el día 17 de mayo a las 18 horas, el cómputo del plazo de que se
trata deberá iniciarse a las 0 horas del día siguiente, esto es, el 18 de mayo, ven-
ciendo, por lo tanto, el 16 de junio a las 24 horas”.
– REVOCACIÓN DEL AVISO
Una vez otorgado el aviso de término de contrato basado en la causal de
necesidades de la empresa, dicho aviso y, por ende, dicha terminación no puede
dejarse sin efecto dado que aquél constituye al tenor de la norma legal una “oferta
irrevocable de pago de indemnizaciones”. Así lo ha señalado la jurisprudencia
administrativa.
• Ord. Nº 3.540/103, 13.05.91
“El precepto legal preinserto expresa que la comunicación que el empleador envía
al trabajador para poner término al contrato de trabajo en conformidad al inciso
4º del artículo 4º de la Ley Nº 19.010, constituye una oferta irrevocable de pago de
las indemnizaciones contempladas en la norma citada y en el artículo 5º de la
misma ley.
Ahora bien, el artículo 19 del Código Civil expresa que “las palabras de la ley se
entenderán en su sentido natural y obvio, según el uso general de las mismas pala-
bras” y la jurisprudencia de los Tribunales de Justicia ha determinado que el sen-
tido natural y obvio de las expresiones lo constituye la acepción que a dichos térmi-
nos confiere el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, conforme
142 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
efectos del contrato, en nada obsta a que durante dicho período se otorgue el
feriado.
• Ord. Nº 3.748/195, 16.06.95
“...el preaviso... no impide el normal ejercicio de los derechos y obligaciones que
impone el contrato de trabajo, posible es sostener que no existe inconveniente legal
alguno para que durante el período de... feriado legal el empleador le dé el aviso
de que se trata”.
– APLICACIÓN A TRABAJADORAS DE CASA PARTICULAR
La obligación de preaviso es plenamente aplicable tratándose de trabajado-
ras de casa particular, aun cuando respecto de ellas se invoque como causal de
terminación el desahucio y, en consecuencia, si no se otorga nace para la traba-
jadora el derecho al cobro de la respectiva indemnización sustitutiva del aviso
previo.
• Ord. Nº 6.046/275, 17.10.94
“En el caso de desahucio del contrato de trabajo del trabajador de casa particular
la indemnización especial financiada con aporte de cargo del empleador de un
4,11% mensual, reemplaza únicamente la indemnización por años de servicios res-
pecto de estos dependientes, y no la sustitutiva del aviso previo, si éste se ha dado
con menos de treinta días de anticipación”.
3. PAGO DE COTIZACIONES PREVISIONALES
COMO REQUISITO PREVIO AL TÉRMINO DE LA RELACIÓN LABORAL
(LEY BUSTOS)
La Ley Nº 19.631 (conocida por su fallido autor como Ley Bustos), comple-
mentada por la Ley Nº 20.19429, impuso la obligación de estar al día en el pago
de las cotizaciones previsionales adeudadas al trabajador, como requisito previo
para poner término a la relación laboral.
Para estos efectos la ley dispone que el empleador que pretenda poner térmi-
no al contrato de trabajo las causales establecidas en los Nºs. 4, 5 y 6 del artículo
159 del Código del Trabajo, esto es, vencimiento del plazo convenido en el
contrato, conclusión del trabajo o servicio que dio origen al contrato y caso
fortuito o fuerza mayor; o por algunas de las causales establecidas en el artículo
160 del mismo Código, que consigna causales subjetivas imputables a la con-
ducta del trabajador, y por las previstas en el artículo 161 también del Código
del Trabajo, le deberá informar por escrito al trabajador el estado de pago de las
cotizaciones previsionales devengadas hasta el último día del mes anterior al del
29
La referida norma legal, publicada en el Diario Oficial de fecha 07.07.2007, contiene dos
materias, una, abordada en su artículo 1º, referida a interpretar el inciso 7º del artículo 162, sobre
pago de remuneración y otras prestaciones contractuales en caso de despido existiendo mora de
cotizaciones, y otra, de su artículo 2º, relativa a establecer una excepción a la aplicación del inciso 7º
aludido, de pago de remuneración en el caso señalado, cuando la deuda por cotizaciones no sea de
una envergadura tal que la misma norma legal precisa. Al respecto, Vid. Dictamen Nº 2.772/056,
27.07.07, que fija el sentido y alcance de la Ley Nº 20.194.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 145
es del caso puntualizar que el término del contrato por las causales de los Nºs. 1, 2
y 3 del artículo 159 del Código del Trabajo, vale decir, mutuo acuerdo de las par-
tes, renuncia del trabajador y muerte de éste, no imponen al empleador las obliga-
ciones antes especificadas”.
La Dirección del Trabajo ha precisado, vía dictamen, qué debe entenderse
por cotizaciones previsionales para los efectos de la norma en análisis.
• Ord. Nº 5.230/231, 03.12.03
“Para los efectos de los artículos 162 y 177 del Código del Trabajo, el concepto de
“cotizaciones previsionales” comprende: –Las cotizaciones para los fondos de
pensiones, lo que incluye a las cotizaciones para financiar los regímenes de pen-
siones del antiguo sistema previsional (D.L. Nº 3.501, de 1980), como también las
del nuevo sistema de pensiones, en este último tanto el 10% para la cuenta de
capitalización individual, como la cotización adicional del inciso segundo del artícu-
lo 17 del D.L. 3.500, de 1980, como también la del artículo 17 bis del mismo texto
legal. – La cotización del 7% de la remuneración imponible para salud, la que
podrá ser superior en el caso de los afiliados a ISAPRE. La cotización del 0,6%
con cargo al 7% aludido que se entera en una Caja de Compensación de Asigna-
ción Familiar en el caso de los trabajadores a FONASA, cuyos empleadores se
encuentren afiliados a dichas entidades, en cuyo caso se entera a través del Institu-
to de Normalización Previsional el 6,4% restante. –La cotización para el seguro de
desempleo, si correspondiere”.
En lo que respecta al pago de las cotizaciones previsionales la Ley Nº 19.844,
publicada el 13.01.2003, estableció que los ministros de fe, previo a la ratifica-
ción del finiquito, deben requerir al empleador que les acredite, mediante certi-
ficados de las instituciones previsionales correspondientes o con copias de las
planillas de pago, que han dado cumplimiento al pago de cotizaciones para fon-
do de pensiones, de salud y de seguro de desempleo si correspondiera, hasta el
último día del mes anterior al despido. El ministro de fe está obligado a dejar
constancia que el finiquito no producirá el efecto de poner término al contrato si
el empleador adeuda las referidas cotizaciones previsionales.
• Ord. Nº 4.898/104, 29.11.07
“..., en cuanto a la obligación que pesa sobre el empleador al momento del despido
de un trabajador por las causales ya señaladas, se hace necesario determinar las
obligaciones que el legislador ha impuesto al ministro de fe que interviene en la
ratificación del finiquito por parte del trabajador.
Para ello, cabe tener presente que el artículo 177 del mismo cuerpo legal, en su
inciso 3º, intercalado por el artículo único de la Ley 19.844, estipula:
“En el despido de un trabajador por alguna de las causales a que se refiere el
inciso quinto del artículo 162, los ministros de fe, previo a la ratificación del fini-
quito por parte del trabajador, deberán requerir al empleador que les acredite,
mediante certificados de los organismos competentes o con las copias de las res-
pectivas planillas de pago, que se ha dado cumplimiento íntegro al pago de todas
las cotizaciones para fondos de pensiones, de salud y de seguro de desempleo si
correspondiera, hasta el último día del mes anterior al del despido. Con todo, de-
berán dejar constancia de que el finiquito no producirá el efecto de poner término
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 147
zanjando con ello la discusión suscitada con la interpretación judicial que li-
mitaba dicho período a 6 meses.
• Ord. Nº 2.772/56, 21.07.07
“..., el artículo 1º de la Ley Nº 20.194 dispone:
“Declárese interpretado el inciso séptimo del artículo 162 del Código del Trabajo
en el siguiente sentido:
“El inciso séptimo del artículo 162 del Código del Trabajo en cuanto señala que
“Sin perjuicio de lo anterior, el empleador deberá pagar al trabajador las remune-
raciones y demás prestaciones consignadas en el contrato de trabajo durante el
período comprendido entre la fecha del despido y la fecha de envío o entrega de la
referida comunicación al trabajador.”, debe interpretarse y aplicarse de forma tal
que el pago al cual está obligado el empleador moroso en el pago de las cotizacio-
nes previsionales comprende la totalidad del período de tiempo que media entre la
fecha del despido y la fecha de envío o entrega de la comunicación mediante al
cual el empleador le comunica al trabajador que ha pagado las cotizaciones moro-
sas, con las formalidades indicadas en el inciso sexto de dicha disposición legal,
sin perjuicio del plazo de prescripción señalado en el inciso tercero del artículo
480, del mismo Código, el que sólo se considerará para los efectos de la interposi-
ción de la respectiva demanda”.
A su vez, el artículo 480, inciso tercero del Código del Trabajo, preceptúa:
“Asimismo, la acción para reclamar la nulidad del despido, por aplicación de lo
dispuesto en el artículo 162, prescribirá también en el plazo de seis meses contados
desde la suspensión de los servicios”.
Del análisis conjunto de las disposiciones legales antes citadas se deriva que el
legislador, por la vía interpretativa, ha precisado que la obligación del empleador
de pagar remuneraciones y demás prestaciones del contrato de trabajo al trabaja-
dor que ha sido despedido teniendo a su respecto deuda por cotizaciones previsio-
nales, será por todo el período que medie entre su separación y el pago y comuni-
cación de las cotizaciones adeudadas, aun cuando se exceda el plazo de seis meses
desde la suspensión de los servicios, previsto por el Código para la reclamación de
la nulidad del despido, plazo que regirá únicamente para la interposición de la
respectiva demanda de nulidad, pero no como limitante en el tiempo de la obliga-
ción del empleador de pago de remuneración y demás prestaciones, en caso de
despido existiendo deuda previsional. Con esta norma interpretativa, según los
antecedentes del proyecto de ley se estaría solucionando la aplicación que estarían
haciendo de ella los tribunales de justicia, al estimar que el plazo máximo que se
podría demandar el pago de la remuneración por despido nulo sería de seis meses,
coincidente con el plazo de prescripción para entablar la acción de nulidad.
En consecuencia, se podrá exigir el pago de remuneración y demás prestaciones
del contrato de trabajo por el trabajador que ha sido despedido sin tener las coti-
zaciones al día por todo el período que ello ocurra, que medie entre el despido y la
entrega o comunicación al trabajador del hecho del pago de las cotizaciones moro-
sas, y el plazo de prescripción de seis meses del inciso 3º del artículo 480 del Códi-
go del Trabajo, regiría únicamente para la interposición de la demanda de nulidad
del despido”.
Por su parte, dicha obligación de pagar las remuneraciones comprende la
totalidad de las obligaciones laborales adeudadas (remuneraciones y demás pres-
taciones consignadas en el contrato de trabajo).
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 151
gado en todo caso dentro de 15 días de notificada la demanda de nulidad del des-
pido.
Cabe agregar, que la intención del legislador ha sido que ante una deuda previsio-
nal relativamente de baja significación devengada antes del despido el empleador
no pudiere verse obligado al pago de las remuneraciones y demás prestaciones del
contrato por un lapso que atendida la misma interpretación que se hace en el artículo
1º de la Ley podría ser prolongado, que el trabajador intentaría interrumpir sólo
antes de cumplirse el plazo de seis meses para reclamar de la nulidad del despido
y pago de dichas remuneraciones y demás prestaciones intermedias.
En efecto, en la historia del establecimiento de la ley que consta en el informe de la
Comisión de Trabajo y Previsión Social del H. Senado, se precisa que para definir
si la deuda previsional es de un monto no significativo, se considera una ecuación
conforme a la cual la deuda será de menor entidad cuando el monto en mora por
concepto de imposiciones anteriores al despido, no exceda de la cantidad menor
entre el 10% del total de la deuda previsional y dos unidades tributarias mensuales,
entendiéndose por total de la deuda previsional la suma del monto insoluto por
cotizaciones antes del despido más las acumuladas durante el período posterior al
despido.
Para hacer más gráfico lo anterior, y basado en el mismo Informe antes aludido, se
puede recurrir al siguiente ejemplo: Primer Paso: Determinación de Base de Aná-
lisis: Deuda previsional anterior $ 25.000.- deuda posterior al despido $ 552.000
(equivalente a unos seis meses); deuda total previsional $ 577.000. Ahora, l0% de
deuda total: $ 57.700. Base de comparación 2UTM del mes de julio: $ 65.448,
luego cantidad inferior entre ambas es $ 57.700. Segundo Paso: Derecho del Tra-
bajador para Demandar Pago de Remuneración y otras Prestaciones del Período
Posterior al Despido: En el ejemplo del caso, la deuda previsional al momento del
despido era de $ 25.000 la que es inferior al 10% del total de la deuda previsional
o $ 57.700, lo que lleva a que al ser la deuda original o anterior al despido inferior
al resultado de este porcentaje no correspondería que el trabajador demandare en
la nulidad el pago de remuneraciones y demás prestaciones posteriores al despido,
siempre que la cantidad adeudada, cualquiera sea su monto, se pague dentro de 15
días de notificada la demanda de nulidad del despido.
En consecuencia, excepcionalmente no procede exigir pago de remuneración y
demás prestaciones del contrato de trabajo al trabajador despedido sin tener las
cotizaciones al día, cuando el saldo adeudado de cotizaciones antes del despido
sea inferior a una cantidad que resulte menor de comparar el 10% de la deuda
total por cotizaciones previsionales considerado el período anterior como poste-
rior al despido y 2 UTM, siempre que la deuda anterior al despido se pague dentro
de 15 días de notificada la demanda de nulidad de despido”.
Como se señaló en los acápites anteriores, los errores u omisiones que no
tengan relación con la obligación de pago íntegro de las imposiciones previsio-
nales, en que incurra el empleador al emitir la comunicación no tienen el efecto
de invalidar el despido y sólo son acreedoras a una sanción administrativa.
No obstante, el empleador puede convalidar el despido mediante el pago de
las imposiciones morosas del trabajador. Para estos efectos el empleador debe
comunicarle al trabajador el hecho que sus cotizaciones previsionales se en-
cuentran al día, mediante carta certificada a la que se debe acompañar la docu-
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 153
biendo para estos efectos demandar judicialmente al empleador dentro del plazo
de sesenta días hábiles, contado desde la terminación, para que éste ordene el
pago de la indemnización sustitutiva del aviso previo y de la indemnización
convencional o legal, según corresponda.
Siguiendo la actual tendencia de nuestra legislación laboral, en este caso el
juez debe aumentar la indemnización aplicando un recargo de un cincuenta por
ciento, en el caso que la causal sea el incumplimiento grave de las obligaciones
que impone el contrato de trabajo. Para el caso de las causales de falta de probi-
dad, acoso sexual, vías de hecho, injurias, conducta inmoral y actos, omisiones
o imprudencias temerarias, la ley le entrega al juez la posibilidad de graduar el
recargo estableciendo un máximo que puede llegar a aumentar la indemnización
hasta en un ochenta por ciento.
Adicionalmente, para el caso de las causales de falta de probidad y acoso
sexual, nuestra ley le otorga al trabajador afectado la posibilidad de accionar
para obtener el pago de las otras indemnizaciones a que tenga derecho. Esta
acción la puede interponer de manera simultánea a la acción por despido indi-
recto. Como contrapartida, el Código del Trabajo dispone que si el trabajador
hubiese invocado la causal de acoso sexual falsamente o con el propósito de
lesionar la honra de la persona demandada y el tribunal hubiese declarado su
demanda carente de motivo plausible, el trabajador está obligado a indemnizar
los perjuicios que cause al afectado. En el evento que la causal haya sido invo-
cada maliciosamente, además de la indemnización de los perjuicios, el trabaja-
dor quedará sujeto a las otras acciones legales que procedan.
El trabajador debe otorgar los avisos correspondientes de la misma forma
que el empleador. En caso de no prosperar su demanda se estimará que el térmi-
no del contrato se ha producido por renuncia voluntaria.
Naturalmente, la omisión de las formalidades, esto es, del otorgamiento de
los respectivos avisos no obsta a que en definitiva prospere la demanda del
trabajador, ello basado fundamentalmente en que si la situación ocurre al revés,
esto es, al empleador, dicho vicio no acarrea la invalidación del despido.
En el plano casuístico, nuestros tribunales han señalado que procede el tér-
mino del contrato por incumplimiento del contrato del empleador, por el no
pago reiterado de remuneraciones en las oportunidades que corresponden, “...es
un hecho del proceso por haberlo reconocido el propio demandado..., que los
sueldos se pagaban con atrasos de “algunos días”..., lo que excede con creces
a la obligación contractual del demandado, más si este sistema de pago fue
reiterado..., el tribunal concluye que se encuentran acreditados los fundamen-
tos de la demanda...” (Primer Juzgado Civil de Temuco, 30.05.94, confirmado
por la Corte de Apelaciones de Temuco el 12.09.94 y por Corte Suprema el
31.10.94).30 Lo mismo acontece con el no pago de remuneraciones, ya que di-
cha prestación constituye la obligación principal del empleador y a la cual el
legislador le ha dado el carácter alimenticio:
podrá concederla en los casos de las causales señaladas en los números 4 y 5 del
artículo 159 y en las del artículo 160.
El juez, como medida prejudicial y en cualquier estado del juicio, podrá decretar,
en forma excepcional y fundadamente, la separación provisional del trabajador de
sus labores, con o sin derecho a remuneración. Si el tribunal no diere autorización
para poner término al contrato de trabajo, ordenará la inmediata reincorporación
del que hubiere sido suspendido de sus funciones. Asimismo, dispondrá el pago
íntegro de las remuneraciones y beneficios, debidamente reajustados y con el inte-
rés señalado en el artículo precedente, correspondientes al período de suspensión,
si la separación se hubiese decretado sin derecho a remuneración. El período de
separación se entenderá efectivamente trabajado para todos los efectos legales y
contractuales”.
Al tenor de la norma legal transcrita, el empleador no podrá poner término
al contrato de trabajo de un trabajador sujeto a fuero laboral, salvo que cuente
con una autorización judicial previa, la que se obtiene a través de un juicio de
desafuero, es decir, es el tribunal quien puede autorizar al empleador a que pro-
ceda al despido de un dependiente. En consecuencia, el despido sólo es proceden-
te y sólo surte efectos una vez que el órgano jurisdiccional lo autoriza. Lo anterior
es sin perjuicio de la separación provisional que el juez puede conceder.
La circunstancia que un trabajador se encuentre amparado por el fuero labo-
ral no significa la inamovilidad en su empleo, ya que el aforado puede ser des-
pedido si se cuenta con autorización judicial para ello.
Como decíamos, para despedir al trabajador amparado con el fuero laboral
se requiere que exista previamente una autorización del juez competente, auto-
rización que se obtiene a través del juicio de desafuero. Con todo, la autoriza-
ción para proceder al despido sólo podrá ser otorgada por el juez en los siguien-
tes casos, que corresponden a las causales del artículo 159 Nº 4 (vencimiento
del plazo convenido en el contrato) y Nº 5 (conclusión del trabajo o servicio que
dio origen al contrato) y artículo 160 (despido disciplinario).
De conformidad a la legislación laboral vigente, los trabajadores afectos al
fuero laboral son los siguientes:
– Mujer embarazada y puérpera;
– Directores sindicales;
– Candidatos al directorio sindical;
– Delegado sindical;
– Delegado del personal;
– Trabajadores involucrados en la constitución de un sindicato;
– Trabajadores involucrados en un proceso de negociación colectiva, y
– Un miembro titular del Comité Paritario.
• Ord. Nº 1.746 /031, 27.04.06
“El hecho que un trabajador se encuentre afecto a fuero sindical se traduce en la
imposibilidad para el empleador de poner término a sus contratos de trabajo salvo
previa autorización judicial, la que sólo podrá otorgarse si la causal invocada es el
vencimiento del plazo convenido para la duración del contrato o la conclusión del
trabajo o servicio que dio origen al contrato o alguna de las causales previstas en
158 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
el artículo 160 del Código del Trabajo. Asimismo, no resulta jurídicamente proce-
dente dar el aviso de término de contrato a que se refiere el artículo 162, inciso 4º,
del Código del Trabajo, a trabajadores que gozan de fuero”.
• Ord. Nº 4.008/152, 26.09.03
“No resulta procedente sin previa autorización judicial poner término al contrato
de trabajo de plazo fijo celebrado entre un establecimiento particular subvencio-
nado y el personal docente y no docente que goza de fuero maternal”.
2. SEPARACIÓN PROVISIONAL
El juez como medida prejudicial o en cualquier estado del juicio y en forma
excepcional y fundada, puede decretar la separación provisional del trabajador
sujeto a fuero laboral. A su vez, dicha separación provisional puede ser decreta-
da con o sin derecho a remuneración.
A este respecto, cabe señalar que para los efectos de excluir de competencia
a los servicios del trabajo, por estar el asunto en conocimiento de los tribunales,
se requiere que la resolución que se pronuncie a favor de la separación provisio-
nal esté ejecutoriada, ya que, en una eventual demanda de desafuero lo que se
ventila es la posibilidad de desaforar al trabajador para luego proceder al despi-
do y, por lo tanto, mientras ello no acontezca la relación laboral continúa vigente
y el empleador debe cumplir todas las obligaciones inherentes a la misma.
• Ord. Nº 2.760/147, 07.05.97
“Los dirigentes del Sindicato de Trabajadores del Establecimiento Chilean Eagles
College pueden conformar la comisión negociadora en un proceso de negociación
colectiva encontrándose pendiente juicio de desafuero en su contra, en el cual se ha
decretado su suspensión laboral con goce de remuneraciones, y a la vez, el emplea-
dor se encuentra obligado a no obstaculizar sus funciones sindicales bajo riesgo de
incurrir en prácticas desleales sancionables en la forma que determina la ley”.
3. IRRENUNCIABILIDAD DEL FUERO
Aplicando el principio de irrenunciabilidad de los derechos laborales, esta-
blecido en el inciso segundo, del artículo 5º, del Código del Trabajo, no procede
la renuncia del fuero laboral por parte del trabajador.
Sin perjuicio de lo anterior, nada obsta a que el trabajador renuncie a su
trabajo y de esa forma respecto de esa empresa no existe impedimento para
poner término al contrato de trabajo.
• Ord. Nº 377/6, 25.01.05
“...no cabe dentro del supuesto normativo expresamente señalado de aplicación
del fuero, el caso en que el trabajador, y no el empleador, sea quien decida dar por
extinguido el contrato de trabajo, como ocurre en el ejercicio del derecho contem-
plado en el artículo 171 del Código del ramo, caso en que el trabajador titular del
fuero decide autodespedirse por las causales previstas por la ley.
El claro tenor de la ley es coincidente con la finalidad fundamental del fuero labo-
ral establecido en nuestro Código del Trabajo: proteger al trabajador aforado de
las conductas del empleador que pone un riesgo un bien que la ley ha considerado
fundamental. Para ello, la ley le otorga estabilidad en el empleo a su titular, no
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 159
existiendo, obviamente, dicha finalidad si el que decide dar por terminada la rela-
ción laboral corresponde al propio trabajador.
En ese sentido, es jurídicamente válida la conducta del trabajador titular del fuero
laboral terminar con el contrato de trabajo por la vía del denominado despido
indirecto contemplado en el ya citado artículo 171 del Código del Trabajo, el que
tendrá como consecuencia dar por terminada con efecto inmediato el contrato de
trabajo respectivo”.
• Ord. Nº 820/72, 02.03.00
“Estando vigente la relación laboral, los derechos establecidos por las leyes labo-
rales son irrenunciables”.
Con todo, el tema es discutible respecto de los dirigentes sindicales, toda
vez que su fuero no tiene carácter personal, como en el caso del fuero maternal,
ya que se entiende que el fuero sindical está establecido a favor de la organiza-
ción sindical.
4. EFECTOS DE LA SEPARACIÓN ILEGAL
En caso de que no se contara con autorización judicial para proceder al
despido y el trabajador fuere indebidamente separado de sus funciones, ha de
estimarse que el contrato de trabajo sigue vigente y que, como consecuencia de
ello, subsisten todas las obligaciones laborales y previsionales inherentes al con-
trato.
• Ord. Nº 4.630/199, 20.08.92
“..., al efectuarse un despido sin contar con la correspondiente autorización, no
solamente existe una transgresión de las normas de orden público que protegen al
trabajador sujeto a fuero, sino que, por la circunstancia de que el contrato perma-
nece vigente mientras no medie una sentencia definitiva sobre la materia o un acuer-
do de voluntades, además el empleador debe dar cabal cumplimiento a todas y
cada una de las obligaciones que le impone el contrato de trabajo,..., dando ori-
gen su incumplimiento a infracciones laborales que deben ser sancionadas por el
personal de fiscalizadores del Servicio”.
Con razón, el profesor Macchiavello señala, en relación al contrato de traba-
jo, que “...en este caso, no ha terminado, puesto que el despido mismo del em-
pleador es nulo, y, siendo nulo, el contrato ha mantenido su vigencia devengán-
dose remuneraciones, imposiciones y causando antigüedad”. “Por lo mismo,
no procede estimarse que el empleador “indemnice” al trabajador con una
suma equivalente a las remuneraciones que ha dejado de percibir, en el lapso
que medió entre el acto nulo de la exoneración y la sentencia del juez, puesto
que la “indemnización” significaría reconocer valor al despido, el cual, insisti-
mos, debe considerarse inexistente. Deberá ser condenado al pago de “remu-
neraciones” “...el empleador está en “mora creditoria” de haber recibido la
actividad laborativa de su trabajador y deberá pagarle las remuneraciones,
como si hubiere trabajado”.34
34 Ibíd., p. 538.
160 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
VII. EL FINIQUITO
Una vez concluida la relación laboral, cualquiera sea la causal de término
invocada, es menester que se otorgue el correspondiente finiquito, que no es
sino el documento o instrumento a través del cual las partes dan cuenta de la
terminación del contrato y de los haberes adeudados y solucionados. Así, pues,
el finiquito no es el instrumento por el cual se termina el contrato, él terminará
por la manifestación de voluntad del empleador de poner término al contrato, no
correspondiendo, en consecuencia, ante la falta de finiquito considerar que la
relación laboral sigue vigente.
• Ord. Nº 2.039/99, 04.06.01
“Como es dable apreciar, conforme a la citada normativa, tanto el plazo en que
debe efectuarse la comunicación de término de contrato en caso de que éste se
produzca por las causales establecidas en los Nºs. 4º, 5º 6º del artículo 159 o
cualquiera de las previstas en el artículo 160, como aquel de que dispone el
trabajador para reclamar de la aplicación de la o las causales invocadas o de
que no se ha expresado causa legal alguna para tal efecto, se cuentan desde la
separación del trabajador, circunstancia ésta que, en opinión de esta Dirección,
autoriza para sostener que la relación laboral debe entenderse terminada a la fe-
cha de dicha separación, sea que a ese momento se haya o no invocado la respec-
tiva causal.
La antedicha conclusión se corrobora si se tiene presente que la invocación de la
causal de término de la relación laboral en los casos precedentemente señalados
no necesariamente es coetánea con la separación del trabajador, toda vez que,
según ya se expresara, ésta debe materializarse en la comunicación que debe darse
al trabajador despedido, para cuyo efecto, el empleador dispone de un plazo de 3 ó
6 días hábiles a contar de aquélla.
En consecuencia, sobre la base de las disposiciones legales citadas y consideracio-
nes expuestas, cúmpleme informar a Ud. que el contrato de trabajo debe entender-
se terminado al momento en que se produce la separación del trabajador, sea que
a esa fecha se haya o no invocado la correspondiente causal de término, carecien-
do de toda incidencia para estos efectos aquella en que se hubiere suscrito el res-
pectivo finiquito”.
El finiquito produce como efecto fundamental el tener pleno poder liberato-
rio, es decir, se dan por satisfechas todas las controversias y deudas que pudie-
sen existir, salvo reserva expresa (reserva gratificaciones).
El finiquito debe constar por escrito y ser ratificado ante notario públi-
co, inspector del trabajo o presidente del sindicato o delegado sindical o de per-
sonal.
El instrumento que no cumpla con estas formalidades no podrá ser invocado
por el empleador, careciendo de pleno poder liberatorio.
Por su parte, el finiquito debidamente ratificado tendrá mérito ejecutivo res-
pecto de las obligaciones contenidas en el mismo (reconocimiento de deudas),
es decir, ya no será necesario establecer por medio de un juicio ordinario la
existencia del derecho, ya que éste ha sido reconocido, sólo se procederá a prac-
ticar el cobro del mismo.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 161
documento de que se trata, ello por cuanto si el finiquito es una convención, en que
han consentido voluntariamente el trabajador y empleador, produciendo recíproco
y plena valor liberatorio, no es susceptible, a juicio de la suscrita, de ser modifica-
do o desvirtuado posteriormente por una declaración unilateral de una de las par-
tes que lo otorgó, sin que concurra la voluntad del otro contratante. Considerando
entonces que empleador y trabajador han podido hacer, de común acuerdo, reser-
va de derechos respecto de beneficios derivados de la relación laboral que los unió,
fijando con precisión el procedimiento a seguir para concretar su pago, al estable-
cer por ejemplo, los requisitos que determinen su procedencia, la forma de calcular
y pagar los mismos, etc., en opinión de la suscrita no existiría inconveniente legal
alguno para que este Servicio conociera de estos casos, pudiendo para tales efec-
tos, citar a las partes, a fin de que se perfeccione el acuerdo de que da cuenta el
respectivo finiquito. En otros términos, a juicio de esta Dirección, los Servicios del
Trabajo estarían facultados para conocer y resolver los reclamos de trabajadores
relacionados con derechos reservados en un finiquito, en todos los casos en que no
existe una controversia en cuanto a la existencia del derecho, sino solamente rela-
tiva a su cuantía, oportunidad de pago u otras circunstancias que no incidan direc-
tamente en la existencia misma del derecho, debiendo entenderse complementado
el dictamen de que se trata en este sentido”.
– COMPARECENCIA DE PARTES A LA RATIFICACIÓN
La Dirección del Trabajo ha señalado que a la ratificación del finiquito de-
ben comparecer necesariamente ambas partes, sea personalmente o representa-
das por persona debidamente habilitada para transigir, percibir y cancelar dere-
chos y obligaciones.
• Ord. Nº 876/32, 02.03.05
“El presidente de un sindicato, cualquiera sea la naturaleza de dicha organiza-
ción, no se encuentra facultado para firmar el finiquito otorgado por un trabajador
que no se encuentre afiliado a la organización sindical que aquél preside. Carece,
igualmente, de dicha facultad, el delegado de un sindicato interempresa o de traba-
jadores eventuales o transitorios designado en una empresa, tratándose de un fini-
quito otorgado por un dependiente de aquella que no se encuentra afiliado a la
organización respectiva, como también el delegado del personal elegido por un
grupo de trabajadores de una empresa, cuando el dependiente que otorga el fini-
quito no compone dicho grupo”.
• Ord. Nº 617/35, 06.02.97
“En cuanto a la consulta si el inspector puede ratificar un finiquito con la sola
presencia del trabajador, dejando constancia de ello, corresponde señalar que esta
Dirección ya se ha pronunciado al respecto, entre otros, en dictámenes Nºs. 4.568/
282, de 7.09.93 y 5.873, de 20.08.86, en orden a que: “la exigencia que comparez-
can ambas partes al acto de ratificación de finiquito, según la doctrina uniforme-
mente sostenida por el Servicio ha sido de que un acto de la trascendencia del
finiquito, en que se consigna la extinción de las obligaciones que generó una rela-
ción laboral y en el que las partes suelen hacer frecuentes reservas de derechos o se
conceden plazos para el cumplimiento de aquellas, dado que por propia disposi-
ción de la ley, pasa a tener mérito ejecutivo, no puede dejar de contar con la parti-
cipación de ambas partes, sea personalmente o por persona debidamente habilita-
da para transigir, percibir y cancelar derechos y obligaciones.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 163
En este orden de ideas, la conciliación administrativa que deben procurar los Ins-
pectores del Trabajo,..., supone necesariamente acuerdo de las partes, toda vez que
este Servicio carece de la potestad de imperio propia del órgano jurisdiccional,
esto es, le está privado y no cuenta con los instrumentos institucionales para apli-
car forzadamente la ley.
En consecuencia, ...–originándose un pacto de naturaleza civil la obligación de
descontar las cuotas pendientes del crédito social de la indemnización del trabaja-
dor, y a favor de una determinada Caja de Compensación, las cuotas pendientes
del crédito social–, es al empleador a quien le corresponde sostener, en cuanto
mandatario de dichas Cajas de Compensación y en caso de producirse desacuer-
do, la legitimidad de esa obligación. En tal evento, a este servicio sólo le compete
actuar como Ministro de Fe, dejando constancia, si es procedente, del hecho del
desacuerdo y de la competencia, frente a la discrepancia, de la Superintendencia
de seguridad Social, establecida en el artículo 3º de la Ley Nº 18.833, y, en último
término, de los Tribunales del Trabajo, de acuerdo al artículo 420 letras a) y c) del
Código del ramo”.
También la Dirección del Trabajo se ha pronunciado sobre la procedencia
de descontar de las cantidades a pagar por concepto de feriado legal. Al respec-
to, se ha dicho que ello no resulta viable dado que los créditos sociales con las
Cajas de Compensación sólo pueden descontarse de las remuneraciones y no
respecto de dineros por concepto de compensación de feriados.
• Ord. Nº 3.838/192, 18.11.02
“Cualquiera sea la causa del despido o de término de contrato del trabajador,
procede el pago o compensación del feriado a que tenía derecho a la fecha del
término o conclusión de los servicios”.
• Ord. Nº 4.607/266, 2.09.99
“..., es legalmente insostenible destinar dineros compensatorios del feriado legal
del trabajador al pago de deudas con la intervención institucional de un Inspector
del Trabajo, lo que no obsta naturalmente –como se consigna en los dictámenes
individualizados precedentemente– que el trabajador privadamente –fuera del
ámbito de la legislación del trabajo– disponga de su dinero para dar satisfacción a
compromisos crediticios que se encuentran de la competencia de esta Dirección”.
– RESERVA DE DERECHOS: FACULTADES INSPECTORES DEL TRABAJO
La Dirección del Trabajo, junto con señalar que los inspectores carecen de
competencia para exigir al empleador que acepte una reserva de derechos en el
finiquito por parte del trabajador, aclara que ello no obsta que dichos funciona-
rios, frente a una reserva de derechos acordada entre las partes, actúen frente a
un reclamo relativo a la cuantía, oportunidad de pago del derecho u otras cir-
cunstancias que no incidan directamente en la existencia misma del derecho.
• Ord. Nº 4.761/219, 13.12.01
“2) Los Inspectores del Trabajo carecen de competencia para tramitar reclamos de
trabajadores relacionados con derechos reservados en un finiquito, por tratarse de
una materia controvertida entre las partes una vez extinguida la relación laboral,
cuyo conocimiento y resolución corresponde exclusivamente a los Tribunales de
Justicia”.
168 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
Con todo, cabe hacer presente que el aludido poder liberatorio del finiquito puede
verse restringido si las partes, de común acuerdo o una de ellas con la aprobación
de la otra, hubieren hecho una reserva de acciones o derechos respecto a los bene-
ficios contenidos en dicho documento, ya sea en cuanto a su procedencia, forma de
cálculo, pago, etc.
Como es dable apreciar, la doctrina en comento supone la existencia del acuerdo
de las partes para los efectos de efectuar una reserva de derechos en el mismo
documento de que se trata, ello por cuanto si el finiquito es una convención, en que
han consentido voluntariamente el trabajador y empleador, produciendo recíproco
y plena valor liberatorio, no es susceptible, a juicio de la suscrita, de ser modifica-
do o desvirtuado posteriormente por una declaración unilateral de una de las par-
tes que lo otorgó, sin que concurra la voluntad del otro contratante.
Considerando entonces que empleador y trabajador han podido hacer, de común
acuerdo, reserva de derechos respecto de beneficios derivados de la relación labo-
ral que los unió, fijando con precisión el procedimiento a seguir para concretar su
pago, al establecer por ejemplo, los requisitos que determinen su procedencia, la
forma de calcular y pagar los mismos, etc., en opinión de la suscrita no existiría
inconveniente legal alguno para que este Servicio conociera de estos casos, pu-
diendo para tales efectos, citar a las partes, a fin de que se perfeccione el acuerdo
de que da cuenta el respectivo finiquito.
En otros términos, a juicio de esta Dirección, los Servicios del Trabajo estarían
facultados para conocer y resolver los reclamos de trabajadores relacionados con
derechos reservados en un finiquito, en todos los casos en que no existe una contro-
versia en cuanto a la existencia del derecho, sino solamente relativa a su cuantía,
oportunidad de pago u otras circunstancias que no incidan directamente en la exis-
tencia misma del derecho, debiendo entenderse complementado el dictamen de que
se trata en este sentido.
En consecuencia, sobre la base de la disposición legal citada y de las consideracio-
nes formuladas, cúmpleme informar a Ud. que la doctrina contenida en el punto
Nº 2 del Ordinario Nº 4.761/219, de 13-12-2002, de este Servicio, se entiende com-
plementada en cuanto los Inspectores del Trabajo tienen competencia para cono-
cer y resolver reclamos de trabajadores relacionados con derechos reservados en
un finiquito, en todos aquellos casos en que no exista controversia entre las partes,
referente a la existencia misma del derecho.
VIII. LAS INDEMNIZACIONES
1. INDEMNIZACIÓN POR AÑOS DE SERVICIOS
Según lo apuntáramos anteriormente, cuando se invoca la causal de necesi-
dades de la empresa, el legislador en el artículo 163 del Código del Trabajo, ha
contemplado el pago de una indemnización por años de servicios a los trabaja-
dores que hubieren estado vigentes un año o más.
• Ord. Nº 5.236/236, 03.12.03
“El empleador se encuentra obligado a pagar la indemnización legal por años de
servicio prevista en el artículo 163 del Código del Trabajo, cuando invoca las ne-
cesidades de la empresa, establecimiento o servicio, o el desahucio como causal de
término del respectivo contrato de trabajo”.
170 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
artículo 161 del Código del Trabajo y se encuentre laborando a la fecha en las
dependencias de la empresa ubicadas en el Aeropuerto Internacional ya citado,
toda vez que de acuerdo a la reiterada y uniforme jurisprudencia de esta Dirección
contenida, entre otros, en el Dictamen Nº 4.344/167, de 20.10.03, para los efectos
del pago de la indemnización legal por años de servicio y de la sustitutiva del aviso
previo, deberá considerarse toda cantidad mensual que está percibiendo el traba-
jador al momento del término de su contrato, incluidas las imposiciones y cotiza-
ciones previsionales o de seguridad social de su cargo y las regalías o especies
avaluadas en dinero.
En consecuencia, sobre la base de las disposiciones legales y convencionales cita-
das y consideraciones formuladas, cúmpleme informar a Uds. que el “viático de
faenas” de que da cuenta el artículo 44 del contrato colectivo de trabajo vigente
suscrito entre la Empresa de Correos de Chile y el Sindicato Nacional de Operado-
res Postales no constituye remuneración y sólo resulta jurídicamente procedente su
inclusión en la base de cálculo de la indemnización por años de servicio y de la
sustitutiva del aviso previo, en los términos indicados en el cuerpo del presente
informe”.
• Ord. Nº 4.344/167, 20.10.03
“Para los efectos de calcular la indemnización legal por años de servicio y la
sustitutiva del aviso previo, procede incluir el bono de servicio de colación pactado
en el contrato colectivo vigente suscrito entre la empresa Instituto Bioquímico Beta
S.A., y su sindicato Nº 1 de trabajadores”.
• Ord. Nº 4.466/308, 21.09.98
“El artículo 172 del Código del Trabajo, prescribe:
‘Para los efectos del pago de las indemnizaciones a que se refieren los artículos
168, 169, 170 y 171, la última remuneración mensual comprende toda cantidad
que estuviere percibiendo el trabajador por la prestación de sus servicios al mo-
mento de terminar el contrato, incluidas las imposiciones y cotizaciones de previ-
sión o seguridad social de cargo del trabajador y las regalías o especies avaluadas
en dinero, con exclusión de la asignación familiar legal, pagos por sobretiempo y
beneficios o asignaciones que se otorguen en forma esporádica o por una sola vez
al año, tales como gratificaciones y aguinaldos de Navidad’.
Como es dable apreciar, la norma en comento establece una regla especial aplica-
ble a la base de cálculo de las señaladas indemnizaciones, conforme a la cual debe
considerarse para tal efecto toda cantidad mensual que estuviere percibiendo el
trabajador al momento del término de la respectiva relación laboral, como igual-
mente, las regalías o especies avaluadas en dinero percibidos con igual periodici-
dad, con la sola exclusión de los beneficios o asignaciones que expresamente seña-
la, vale decir, la asignación familiar legal, el sobretiempo, y beneficios que se per-
ciban en forma esporádica o por una sola vez al año.
Al tenor de lo expuesto, no cabe sino concluir que la base de cálculo de la indem-
nización legal por años de servicio y la sustitutiva del aviso previo deberá com-
prender toda cantidad cuya periodicidad de pago sea mensual y que no se encuen-
tre expresamente excluida por el legislador.
La conclusión anterior guarda armonía con la jurisprudencia de los Tribunales de
Justicia, contenida, entre otras, en sentencia de 17.09.96 de la Excma. Corte Su-
prema que sostuvo que para el pago de las indemnizaciones señaladas deberá in-
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 173
párrafo final de la letra a) del artículo 169 en comento, se hace necesario además,
precisar desde cuando debe contarse el plazo para reclamar el pago de las indem-
nizaciones de que se trata, el que de acuerdo al tenor del precepto en estudio, es el
mismo indicado en el artículo anterior, esto es, sesenta días hábiles contados desde
la separación del trabajador, para cuyo efecto cabe distinguir dos situaciones:
1) No existe pacto sobre pago fraccionado y 2) Existe tal pacto. 1) En este primer
caso y considerando que, como ya se expresara, la ley obliga a pagar las aludidas
indemnizaciones en un solo acto, el plazo de 60 días hábiles antes referido debe
contarse a partir de la separación del respectivo trabajador. 2) En la segunda si-
tuación, a juicio de la suscrita, el mencionado plazo debería contarse desde que se
produce un incumplimiento de los términos del aludido pacto, esto es, cuando el
empleador no paga en la fecha estipulada la cuota correspondiente, por cuanto si
se computara también desde la separación del trabajador, sería inoperante la posi-
bilidad de reclamar el pago de ellas cuando dicho incumplimiento se produce des-
pués de los sesenta días de ocurrida la separación”.
X. LÍMITES DE LA ACTUACIÓN ADMINISTRATIVA
En materia de causales de despido la actuación de la Inspección del Trabajo
sólo estará circunscrita a la obtención de un avenimiento directo entre las partes,
cuestión que se hace a través del procedimiento de reclamo administrativo, toda
vez que determinar si una causal está bien o mal aplicada, esto es, calificar su
procedencia o improcedencia, es de competencia privativa y exclusiva de los
tribunales de justicia. Por lo demás, así lo ha declarado la propia Dirección del
Trabajo:
• Ord. Nº 3.724/144, 1.07.96
“Sobre la materia, la reiterada y uniforme jurisprudencia de esta Dirección se ha
manifestado en el sentido que calificar si determinados hechos pueden constituir
una causal de término del contrato de trabajo, es una labor que compete exclusiva-
mente a los Tribunales de Justicia, en la oportunidad en que las partes demanden
su intervención, no pudiendo, en consecuencia, esta entidad administrativa emitir
un pronunciamiento sobre el particular”.
De forma tal, que en lo concerniente a las causales invocadas y las
subsecuentes indemnizaciones en caso de no existir acuerdo entre las partes, sea
por la procedencia, monto o pago de las mismas, el fiscalizador deberá abstener-
se de conocer y señalar al trabajador que dicha controversia es materia de tribu-
nales. Ello no quiere decir que tratándose de reclamos administrativos, no pue-
den verse otros temas, tales como: remuneraciones, gratificaciones (reserva de
derechos), feriado proporcional, etc., conceptos todos, cuya exigibilidad no de-
pende de la causal invocada.
Por otra parte, toca a la Inspección fiscalizar el cumplimiento por parte del
empleador de las formalidades del término del contrato (plazos, avisos, etc.),
pudiendo cursar sanciones en caso de infracción a las mismas.
Sin duda alguna, será misión también del fiscalizador orientar al dependien-
te, tanto en cuanto a las acciones que le corresponde iniciar, las instituciones a
que recurrir (Corporación de Asistencia Judicial) y los plazos para ello.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 177
CAPÍTULO V
TRABAJO EN RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN Y
EMPRESAS DE SERVICIOS TRANSITORIOS (EST)
I. GENERALIDADES
Las formas de externalización laboral son variadas, las más relevantes en
función de la intensidad con que se utilizan, sobre todo por las grandes empresas
y cadenas comerciales, son la subcontratación y el suministro de trabajadores.
Ambas figuras operan sobre la base de un esquema triangular en la que
interactúan: empresa principal1 (subcontrato) o usuaria (suministro); empresa
contratistas (subcontrato) o suministradora (suministro); y trabajadores contra-
tistas (subcontrato) o suministrados (suministro).
En el subcontrato, la empresa principal utiliza los servicios de otra empresa
(contratista) que se obliga a desempeñar una obra o servicio con trabajadores
propios. En el suministro, la empresa de servicios transitorios proporciona tra-
bajadores a la empresa usuaria, manteniendo con ellos el vínculo laboral
1. RECONOCIMIENTO LEGAL Y NECESIDAD DE LEGISLAR
El subcontrato estaba reconocido por nuestra legislación laboral en el artículo
64, del Código del Trabajo, por lo que se trataba de una figura lícita, aunque con
una regulación muy precaria y exigua. Por su parte, el suministro de trabajado-
res constituía una figura no reconocida por nuestra legislación, y por tanto ilícita
y sancionada como fraude laboral, a través de la figura de simulación contem-
plada en el artículo 478 del Código del Trabajo.
De esta forma, la insuficiencia de regulación del subcontrato y la inexisten-
cia de toda regulación respecto del suministro, traían aparejada una imperiosa
necesidad de legislar. Variados eran los efectos nocivos que provocaba esta
anomia normativa:
– Encubrimiento de relaciones laborales permanentes bajo la figura del
subcontrato o suministro, esto es, ocultamiento o simulación del verdadero em-
pleador (fraude laboral).
– Precarización de las condiciones de trabajo de los trabajadores (abarata-
miento de costos laborales).
precisado, a su vez, por la Dirección del Trabajo, la que recurrió a una fórmula
interpretativa singular, consistente en la definición de los conceptos opuestos,
esto es, lo continuo o permanente.
• Ord. Nº 141/05, 10.01.07
“..., la afirmación que se contiene en párrafos precedentes, en cuanto a que el
trabajo en régimen de subcontratación no procede cuando las labores o servicios
que corresponda ejecutar a los trabajadores sean de carácter esporádico u ocasio-
nal, se ve corroborada si se tiene presente que la disposición contenida en la parte
final del inciso 1º del artículo 183-A del Código del Trabajo fue incorporada por el
Ejecutivo, mediante veto presidencial, el cual, fundamentando esta normativa, en
lo pertinente, señala:
“La propuesta precisa la aplicación de las normas relativas a la subcontratación,
en cuanto no se incluye en esta categoría a aquellas relaciones jurídicas que se
traban entre la empresa principal y el contratista de modo discontinuo o esporádi-
co. Esto es, cuando se trata de servicios ocasionales, aislados, que obedecen a una
causa específica extraordinaria, que se expresa en un contrato civil o comercial,
con un objeto determinado y que queda limitado en el tiempo, en cuanto éstos
quedan ordenados por la naturaleza de la urgencia o de las necesidades esencial-
mente transitorias o breves a que responden.
“Por el contrario, aquellas prestaciones que impliquen permanencia, habitualidad,
periodicidad o alguna secuencia en el tiempo, como aquellas otras que exceden de
la brevedad, especificidad o transitoriedad de las mismas, quedan comprendidas en
el régimen de trabajo en subcontratación, situación que por lo demás ha sido acogi-
da a través de los criterios de aplicación en diversos fallos de la Corte Suprema.
“La propuesta se funda en que el criterio que mejor posibilita determinar con cer-
teza la presencia de trabajo en régimen de subcontratación es el de la habitualidad.
Es la permanencia en el tiempo de las labores desarrolladas por los dependientes
del contratista para la persona o empresa principal, la que determina la aplicación
del estatuto propuesto para el trabajo en régimen de subcontratación, sea que se
trate de ejecutar obras o de prestar servicios.
“Lo verdaderamente relevante, entonces, para determinar si a una obra o servicio
les resulta aplicable el estatuto de subcontratación, es determinar previamente
la habitualidad y permanencia en el desempeño de su labor para la empresa
principal”.
A mayor abundamiento, cabe señalar que de acuerdo al Diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española la expresión habitual significa “Que se hace,
padece o posee con continuidad o por hábito”, y, a su vez, hábito, aparece definido
como “Modo especial de proceder o conducirse, adquirido por la repetición de
actos iguales o semejantes u originado por tendencias instintivas”.
Por consiguiente, acorde a todo lo ya expresado, posible es convenir que estaremos
en presencia de trabajo en régimen de subcontratación cuando las obras o servi-
cios que deban ejecutar y/o prestar los respectivos trabajadores sean realizadas en
forma permanente o habitual para la empresa principal, entendiéndose que revis-
ten tales características aquellas cuyo desarrollo implica permanencia, habitualidad,
periodicidad o alguna secuencia en el tiempo, esto es, que no se realicen o respon-
dan a necesidades específicas, extraordinarias u ocasionales.
Así, a vía de ejemplo, quedarían regidos por las normas que regulan el trabajo en
régimen de subcontratación, los trabajadores de una empresa de aseo o seguridad
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 181
que, en forma diaria o regular, realizan labores o servicios del rubro para la em-
presa principal, en virtud de un acuerdo celebrado entre ambas empresas, siempre
que se cumplan los demás requisitos que al efecto exige la ley.
Por el contrario, quedarían excluidas de la aplicación de la señalada normativa
las actividades de reparación de maquinaria, soporte técnico, aseo industrial u
otras que se realizan en forma ocasional y extraordinaria cuya duración queda
determinada por la prestación del servicio específico contratado.
Con todo, debe precisarse que la determinación de si determinadas labores o servi-
cios revisten tal carácter y, por ende, si quedan afectas a las disposiciones legales
previstas en el Párrafo 1º, Título VII, Libro I del Código del Trabajo deberá efec-
tuarse, caso a caso, sobre la base de los antecedentes de que se disponga”.
– LUGAR EN QUE SE DESARROLLA EL TRABAJO EN RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN
La subcontratación debe siempre desarrollarse en la obra, empresa o faena
de la empresa principal.
Ahora bien, como bien lo aclara el ente fiscalizador, la obra o faena no
constituye un concepto necesariamente físico, como serían las instalaciones de
la empresa. En efecto, cuando pensamos en la faena de una empresa de trans-
porte de pasajeros, ella no está constituida sólo por las instalaciones o termina-
les de buses sino también por el transporte por la carretera o cuando tratamos de
delimitar la faena de una empresa de telefonía, concluimos también que ella no
sólo está dada por las instalaciones de la empresa sino que también en la instala-
ción o reparación o cables de telefonía que se efectúa en terreno.
Lo que delimita el concepto de subcontratación serán entonces las activida-
des que están dentro del ámbito de organización de la empresa principal y que se
encuentran sometidas a su dirección.
• Ord. Nº 141/05, 10.01.07
“...existirá subcontratación, tanto si las obras o servicios que ejecutan los traba-
jadores del contratista se desarrollan en las instalaciones o espacios físicos pro-
pios de la persona natural o jurídica dueña de la obra, empresa o faena, como
fuera de éstos.
En efecto, el análisis de la historia fidedigna del establecimiento de la Ley Nº 20.123,
norma de interpretación legal prevista en el artículo 19, inciso 2º, del Código Civil,
permite sostener que carece de incidencia para los señalados efectos, el lugar en
que deban desempeñarse los trabajadores del contratista.
Es así, como en el Boletín Nº 2.493-13, de 16.05.06, que contiene el informe de la
Comisión de Trabajo y Previsión Social de la H. Cámara de Diputados, en tercer
trámite constitucional, se transcribe la intervención del Sr. Ministro del Trabajo y
Previsión Social, la que, en lo que interesa, señala:
“3-2 Respecto a la amplitud del concepto de subcontratación.
“c) En tercer término, se ha cuestionado el trabajo en régimen de subcontratación
aprobado por la Honorable Cámara de Diputados, en tanto presentaría problemas
en su aplicación práctica derivado de la afirmación normativa en el sentido de que
las labores respectivas deberían desarrollarse en las instalaciones físicas de la
empresa mandante o dueña de la obra, en circunstancias que existen situaciones en
que las labores desarrolladas por el trabajador subcontratado no se ejecutan en
instalaciones físicas del mandante.
182 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
“Tal afirmación no es exacta, pues ella supone una interpretación restrictiva que
no encuentra fundamento en el texto legal aprobado por la Honorable Cámara de
Diputados, ni tampoco en las decisiones de la jurisprudencia legal o administrati-
va sobre la materia.
“En efecto, no existe fundamento legal ni jurisprudencial para circunscribir la
empresa o la faena a un ámbito espacial o físico determinado. Lo anterior resulta
evidente de aplicar el concepto legal de empresa, ya sea aquel considerado en el
artículo 3º del Código del Trabajo o aquel incorporado, específicamente a propó-
sito del trabajo en régimen de subcontratación, en el texto legal aprobado por la
Honorable Cámara de Diputados. En aplicación de ambos conceptos resulta ple-
namente posible que las labores desarrolladas por un trabajador en régimen de
subcontratación se ejecuten en instalaciones ajenas al dueño de la obra o faena o
empresa mandante, no obstante lo cual tales actividades laborativas deben ser con-
sideradas como desarrolladas en régimen de subcontratación para este último, en
tanto se trata de actividades que pertenecen a su organización y que se encuentran
sometidas a su dirección”.
De ello fluye entonces, que lo verdaderamente sustancial en este aspecto es que la
empresa principal sea la dueña de las respectivas obras o faenas en las que deban
desarrollarse los servicios o ejecutarse las labores subcontratadas, independiente-
mente del lugar físico en que éstas se realicen.
En otros términos, estaremos en presencia de trabajo subcontratado, en tanto se
trate de actividades pertenecientes a la organización de la empresa principal, aun
cuando los trabajos, tareas o labores que implique la ejecución de la o las obras o
servicios, se desarrollen en recintos o instalaciones ajenos a la empresa principal,
dueña de la respectiva obra, empresa o faena.
Atendido todo lo expuesto no cabe sino reiterar que para los efectos de determinar
la existencia de trabajo en régimen de subcontratación, sólo cabe atender, a si la
empresa principal es dueña de la respectiva obra, empresa o faena, resultando
irrelevante para estos efectos, el lugar o recinto donde deban desempeñarse los
trabajadores del contratista”.
De esta forma, luego de esbozar la tesis organizativa como elemento
configurador de la subcontratación en lo referido al lugar en que ésta se desarro-
lla, la Dirección del Trabajo ensaya algunos ejemplos de casos en que en aten-
ción a este elemento no se da la subcontratación, tales como la mensajería, las
asesorías jurídicas o contables, cuando ellas se desarrollan desde las propias
oficinas de las empresas que prestan estos servicios.
“De esta suerte, en opinión de esta Dirección, no quedarían regidas por la norma-
tiva que regula la subcontratación, las labores prestadas por los trabajadores de
una empresa encargada de recoger y repartir correspondencia o encomiendas a
diversos clientes, en cuanto las actividades de la misma sean ejecutadas con auto-
nomía y sin exclusividad, respecto de quien contrata el servicio, atendido que en tal
caso se trata de actividades ajenas a la organización de la o las empresas que
utilizan dichos servicios y en cuya realización carecen de toda injerencia.
Tampoco podrían considerarse trabajo en régimen de subcontratación las aseso-
rías jurídicas o contables, en la medida que exista autonomía funcional respecto
del cliente y cuente con sus propias oficinas desde la cuales se desarrolla el servi-
cio. En la misma situación pueden encontrarse servicios de bodegaje y/o almace-
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 183
namiento, cuando la empresa que ofrece este servicio cuenta con sus propias insta-
laciones y organización. En ambos casos, será importante considerar el que no
exista exclusividad respecto del cliente”.
– LOS SERVICIOS PRESTADOS DEBEN DESARROLLARSE POR CUENTA Y RIESGO
DEL CONTRATISTA
Los servicios que el contratista lleva a cabo para la empresa principal deben
radicarse en cuanto a los resultados favorables o desfavorables de dicha activi-
dad, en el primero, esto es, del contratista.
• Ord. Nº 141/05, 10.01.07
“Otra de las exigencias a que alude la letra c) precedente es que el contratista
ejecute las obras o servicios encargados por la empresa principal, por su cuenta o
riesgo, esto es recayendo sobre él los resultados económicos favorables, menos
favorables o adversos de su gestión, toda vez que tiene la facultad para adoptar las
decisiones que involucra el desarrollo y realización de las obras, faenas o servicios
encomendados por la empresa principal.
– VÍNCULO DE SUBORDINACIÓN Y DEPENDENCIA DE LOS TRABAJADORES SUB-
CONTRATADOS
Concordante con su doctrina de la subordinación y dependencia, la Direc-
ción del Trabajo establece como uno de los principales requisitos del trabajo en
régimen de subcontratación que los trabajadores subcontratados deben estar bajo
la dependencia de la empresa contratista, lo que implica que asume la calidad de
empleador respecto de ellos.
De hecho, será éste uno de los principales elementos a tener en cuenta en
análisis de si se está o no en presencia de una subcontratación real y no simulada.2
• Ord. Nº 141/05, 10.01.07
“En otros términos, la prestación de servicios de los trabajadores del contratista
debe ejecutarse bajo un vínculo de subordinación y dependencia respecto de éste, el
cual, conforme a la doctrina y jurisprudencia administrativa vigente, se traduce, en-
tre otros aspectos, en el derecho del empleador a dirigir al trabajador impartiéndole
órdenes e instrucciones, principalmente acerca de la forma y oportunidad de la eje-
cución de las labores, y en el deber del trabajador de acatar y obedecer las mismas.
De esta suerte, en el régimen de subcontratación que nos ocupa, es el contratista,
en su carácter de empleador, el que estará dotado de la facultad de supervigilar a
los trabajadores que se desempeñen en las obras o servicios que realiza para la
empresa principal, como asimismo, para impartirles las instrucciones que estime
pertinentes y ejercer los controles necesarios para tales efectos, sin que correspon-
da a la empresa principal injerencia alguna al respecto”.
En el mismo sentido, el ente administrativo se pronunció sobre la existencia
de un supervisor de los trabajadores subcontratados, sobre todo, a partir de una
cierta práctica de designar a uno de los trabajadores como supervisor. La con-
clusión a la que se llega es que no basta la simple denominación de uno de los
trabajadores como supervisor si en la práctica no desempeña el rol de tal, esto
es, que materialice el ejercicio del vínculo de subordinación y dependencia en
forma efectiva y autónoma.
• Ord. Nº 2.468/053, 09.07.2007
“...la labor que debe ejercer el supervisor involucra el ejercicio efectivo de deter-
minadas atribuciones respecto del personal subcontratado, entre ellas, las de su-
pervigilar el trabajo convenido por los trabajadores del contratista, impartir las
instrucciones pertinentes y efectuar los correspondientes controles, actividades
que, en su calidad de representante de éste, deberá realizar en forma periódica y
directa.
Acorde a lo señalado, forzoso es convenir que al supervisor le corresponde desa-
rrollar un papel activo y autónomo dentro del régimen de trabajo subcontratado
como el que nos ocupa, lo cual implica que su labor no puede estar subordinada a
las decisiones de la empresa principal, ni limitarse a la mera transmisión de órde-
nes impartidas por aquélla, puesto que de lo contrario, podría estimarse que el
ejercicio efectivo de tales atribuciones respecto del personal del contratista no lo
realiza por cuenta de éste sino de la empresa principal, situación que podría deri-
var en la figura ilícita de la simulación prevista y sancionada en el inciso 1º del
artículo 478 del Código del Trabajo.
En mérito de lo expuesto y contestando derechamente la presente consulta, cabe
señalar que la sola circunstancia de que el contratista designe a un supervisor a
cargo de sus trabajadores, no basta para entender que se está en presencia de
trabajo en régimen de subcontratación, siendo necesario para ello, además, que
dicho supervisor ejerza con autonomía de la empresa principal y en forma efectiva
y directa, las atribuciones derivadas del vínculo de subordinación o dependencia
que une a aquél con el personal subcontratado”.
Otro de los aspectos que la Dirección del Trabajo precisó en el último dicta-
men citado fue el alcance de la prohibición de injerencia de la empresa princi-
pal en el desarrollo de las actividades de los trabajadores subcontratados, con-
cluyendo que dicha limitación no implicaba que la empresa principal no pudiese
impartir instrucciones o regular la actividad de aquellos por razones de control
de ingreso, seguridad, de orden o buen funcionamiento de las faenas, así como
las relativas a normas de relacionamiento y comportamiento.
“[La prohibición de injerencia]... no significa, en caso alguno, desconocer a la
empresa principal el ejercicio de determinadas atribuciones a su respecto, siempre
que éstas no se traduzcan en alguna de las manifestaciones del vínculo de subordi-
nación y dependencia a que se ha hecho referencia, toda vez que de ser así, podría
válidamente sostenerse que es aquella la que revestiría la calidad de empleadora
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 185
del referido personal y que podría configurarse en tal caso la figura ilícita de simu-
lación contemplada en el inciso 1º del artículo 478 del Código del Trabajo.
Acorde a lo expresado, la circunstancia de que la empresa principal exija a los
trabajadores del contratista el cumplimiento de medidas mínimas de control de
ingreso u otras necesarias para la seguridad y buen funcionamiento de la misma,
no implica el ejercicio de atribuciones propias del vínculo de subordinación o de-
pendencia que pudieren atribuirle la calidad de empleadora de los mismos.
En el mismo orden de ideas, en opinión de este Servicio, no implicarían manifesta-
ciones propias de dicho vínculo, las relaciones que emanan de normas de educa-
ción, de buenas costumbres y de comportamiento o trato cotidiano que necesaria-
mente deben existir entre los trabajadores del contratista y aquellos que ejercen
cargos de jefatura en la empresa principal.
En otros términos, el trabajo en régimen de subcontratación que como, en la especie,
se realiza dentro de las dependencias físicas de la empresa principal, genera una
interacción natural en el desarrollo de las labores que deben cumplir tanto los traba-
jadores de esta última como los del contratista, lo que determina la existencia de una
relación de convivencia y de coordinación mínima entre ambos grupos de trabajado-
res. Es así, como en opinión de este Servicio, no importaría asumir atribuciones
propias del vínculo de subordinación o dependencia, por parte de la empresa princi-
pal, el hecho de que ésta requiera circunstancialmente a los trabajadores del contra-
tista sobre el respeto de normas de comportamiento y otras que tengan por objeto
una mayor eficiencia y el mejor desarrollo de los servicios subcontratados”.
La Dirección del Trabajo también se pronunció sobre la calificación del
trabajo de los reponedores de supermercados, tanto los internos como externos,
en orden a determinar si se trata de una relación cubierta por las normas sobre
subcontratación.
El ámbito de la reposición en supermercados se trata de una actividad com-
pleja en la que intervienen distintos sujetos: supermercados, empresas provee-
doras de productos, contratistas y trabajadores.
Esta complejidad que está dada fundamentalmente por la diferenciación de
intereses entre los supermercados y los proveedores respecto de una misma ac-
tividad, fue puesta de manifiesto por la Dirección del Trabajo.
• Ord. Nº 4.881/103, 28.11.07.
“Lo anterior porque aun cuando se trata de una labor que se realiza sobre merca-
derías o productos de propiedad del supermercado, adquiridas a través de un con-
trato civil o comercial suscrito entre éste y la empresa proveedora del producto, la
labor de reposición, no es siempre de exclusivo interés y beneficio para el super-
mercado, puede ocurrir que a la empresa proveedora le interese no ceder esta
relevante labor al supermercado por razones de estrategias de mercado no sólo en
competencia respecto de otros proveedores sino también respecto del propio super-
mercado que cada vez más incorpora al mercado productos propios.
Cabe señalar que la dificultad para determinar los sujetos de la relación laboral
ha radicado principalmente en el tipo de labor específica que cumplen los repone-
dores y respecto de quien es el que se beneficia con esta labor”.
En este sentido, el ente fiscalizador va calificando la relación jurídica en
función del tipo de reposición: interna y externa. La reposición interna es la que
efectúa el propio supermercado con trabajadores propios y la externa, la que se
186 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
efectúa por las empresas proveedoras de productos, sea con trabajadores contra-
tados directamente por ellas o por empresas contratistas. Estos últimos, a su vez,
admite una nueva clasificación en reponedores externos permanentes y ruteros.
Los de carácter permanente se desempeñan a tiempo completo en un determina-
do supermercado, en tanto que los ruteros prestan servicios en distintos estable-
cimientos, pudiendo desempeñarse en dos o más supermercados, pertenezcan
éstos a una misma cadena o a otra distinta.
• Ord. Nº 4.881/103, 28.11.07
“1) La relación existente entre un reponedor interno contratado directamente por
el supermercado en que presta tales servicios no se rige por las normas que regulan
el trabajo en régimen de subcontratación.
2) La relación existente entre los reponedores externos que se desempeñan en su-
permercados y que son contratados directamente por el respectivo proveedor, que-
daría asimismo excluida de la aplicación de las normas sobre subcontratación esta-
blecidas en el Código del Trabajo, sin perjuicio de lo cual, es necesario advertir que
tal conclusión sólo resultará válida en la medida que el proveedor sea quien, en
forma exclusiva, ejerza respecto de dicho personal las atribuciones que en materia
de instrucciones, dirección supervigilancia y control se derivan del vínculo de subor-
dinación o dependencia propio de la relación laboral que los une, sin que proceda
intervención alguna en tales aspectos por parte del respectivo supermercado, pues-
to que de ser así dichos establecimientos comerciales revestirían la calidad de em-
pleadores del referido personal conforme al concepto fijado por el artículo 3º del
Código del Trabajo, sin perjuicio de poder configurarse en tal caso la figura ilícita
de simulación contemplada en el inciso 1º del artículo 478 del mismo Código.
3) Los reponedores externos que prestan servicios de reposición en supermercados
y que son contratados por una empresa contratista, la cual realiza tales labores por
encargo de un proveedor, quedarían regidos por las normas que regulan el trabajo
en régimen de subcontratación, en la medida que concurra la totalidad de los re-
quisitos previstos en el artículo 183-A del Código del Trabajo, analizados en el
cuerpo del presente informe, afirmación que, al igual que en el caso anterior, sólo
será válida en la medida que el contratista, en forma exclusiva ejerza las facultades
derivadas del vínculo de subordinación o dependencia, no correspondiendo al su-
permercado ni al proveedor, atribución alguna en tales aspectos, sin perjuicio de
los efectos señalados en el punto 2), precedente”.
Por último, la Dirección del Trabajo establece que no obstante que no exista
subcontratación respecto de los reponedores externos, corresponde igualmente
al supermercado como dueño de las instalaciones donde se efectúa la reposición
dar cumplimiento a las normas de protección de los trabajadores.
• Ord. Nº 4.881/103, 28.11.07
“Corresponde a los supermercados donde se desempeñan los reponedores externos,
sean éstos contratados directamente por un proveedor o por una empresa contratis-
ta, dar cumplimiento a las normas contenidas en el Decreto Supremo Nº 594, de
1999, sobre condiciones sanitarias y ambientales básicas en los lugares de trabajo.
– ALCANCE DE LA SUBCONTRATACIÓN: ¿SUBCONTRATACIÓN DEL GIRO PRINCIPAL?
Una de las interrogantes más frecuentes y, por lo mismo, más problemática,
es ¿si es posible la subcontratación del giro principal de una empresa? Concep-
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 187
3 Circular Nº 4, 12.01.07.
4 Orden de Servicio Nº 7, 30.10.08.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 191
reconocidos por la ley laboral constituyen letra muerta si no cuentan con meca-
nismos de tutela adecuados y eficaces, lo que equivale al no reconocimiento de
los derechos.
– O BLIGACIÓN DE REGISTRO DE CONTRATISTAS E INTERMEDIARIOS O
ENGANCHADORES AGRÍCOLAS
De conformidad al artículo 92 bis, del Código del Trabajo, los contratistas e
intermediarios agrícolas deben inscribirse en un Registro especial que lleva la
Inspección del Trabajo. Con la Ley Nº 20.123, se perfecciona la norma al agregarse
una sanción para las empresas que utilicen los servicios de empresas contratistas
o intermediarias que no estén inscritas. Dispone el referido artículo 192 bis:
“Las personas que se desempeñen como intermediarias de trabajadores agrícolas
y de aquellos que presten servicios en empresas comerciales o agroindustriales
derivadas de la agricultura, de la explotación de madera u otras afines, deberán
inscribirse en un Registro especial que para esos efectos llevará la Inspección del
Trabajo respectiva.
“Las empresas que utilicen servicios de intermediarios agrícolas o de empresas
contratistas no inscritas en la forma que señala el inciso precedente, serán sanciona-
das con multa a beneficio fiscal de conformidad a lo dispuesto en el artículo 477.”.
2. CONFIGURACIÓN DE LA SUBCONTRATACIÓN COMO MECANISMO
PROTECTOR DE LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES SUBCONTRATADOS
ciendo que aquél queda limitado a las sumas adeudadas, dejando abierta la puer-
ta a que en virtud de acuerdos contractuales las partes pacten retención por su-
mas mayores, las que normalmente operarán por la vía de garantías.
• Ord. Nº 3.267/069, 27.08.07
“...el propio legislador ha limitado el derecho en cuestión [retención y pago],
circunscribiéndolo a las sumas que el contratista adeude a su personal por con-
cepto de obligaciones laborales y previsionales de dar, circunstancia que permi-
te, concluir, a la luz de la norma legal en comento, que no resultaría jurídicamen-
te procedente que la empresa principal ejerza el derecho de retención que nos
ocupa por montos mayores a los que representan las sumas adeudadas por tales
rubros.
La conclusión anterior se reafirma, si se tiene presente que el objetivo perseguido
por el legislador al establecer tal facultad, es garantizar a los trabajadores del
contratista y a las entidades previsionales respectivas, el pago de las sumas que
éste les adeuda por los conceptos ya señalados, circunstancia ésta que excluye la
posibilidad de que la empresa principal retenga montos superiores al valor al que
ascienden dichas deudas.
Sin perjuicio de lo antes señalado, a juicio de este Organismo, no existiría inconve-
niente en que en el acuerdo contractual respectivo, las partes convengan expresa-
mente la facultad de la empresa principal de retener sumas por conceptos distintos
a los ya analizados”.
– pago por subrogación: facultad de pagar directamente, sin efectuar reten-
ción alguna, a los trabajadores o instituciones acreedoras, subrogándose en los
derechos de éstos como acreedores para repetir en contra del deudor directo
(empresa contratista o subcontratista).
Dispone el inciso cuarto, del artículo 183-C:
“En todo caso, la empresa principal o el contratista, en su caso, podrá pagar por
subrogación al trabajador o institución previsional acreedora”.
Si la empresa principal o contratista, en su caso, ejerce estos derechos7 que
le franquea la ley verá disminuida su responsabilidad: de solidaria a subsidia-
ria. También disminuye su responsabilidad cuando practica la retención en el
caso de que sea notificada por la Dirección del Trabajo de las infracciones a la
legislación laboral y previsional constatadas en las fiscalizaciones que se practi-
quen a sus contratistas y subcontratistas respectivamente. Lo anterior está pre-
visto en el artículo 183-D, del Código del Trabajo:
“Si la empresa principal hiciere efectivo el derecho a ser informada y el derecho de
retención a que se refieren los incisos primero y tercero del artículo anterior, res-
ponderá subsidiariamente de aquellas obligaciones laborales y previsionales que
afecten a los contratistas y subcontratistas en favor de los trabajadores de éstos,
incluidas las eventuales indemnizaciones legales que correspondan por el término de
la relación laboral.... Igual responsabilidad asumirá el contratista respecto de las
obligaciones que afecten a sus subcontratistas, a favor de los trabajadores de éstos.
Se aplicará también, lo dispuesto en el inciso precedente, en el caso que, habiendo
mero de trabajadores exigidos por los incisos primero y cuarto, del artículo 66,
respectivamente, la totalidad de los trabajadores que prestan servicios en un mis-
mo lugar de trabajo, cualquiera sea su dependencia. Los requisitos para la consti-
tución y funcionamiento de los mismos serán determinados por el reglamento que
dictará el Ministerio del Trabajo y Previsión Social”.
Como señala la Dirección del Trabajo en relación a este nuevo marco legal:
“...discurre sobre la base de que es la empresa principal la que está en condiciones
de diseñar un sistema de gestión de la seguridad en la faena, que establezca condi-
ciones seguras para todos los trabajadores que en ella laboran, sean propios o
externos, dado que los riesgos no se diferencian entre unos u otros”.12
Para estos efectos, la norma legal incorpora una serie de instrumentos de
prevención a cargo de la empresa principal:
• Registro de faena, obra o servicio13
• Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo;
• Reglamento Especial para Empresas Contratistas y Subcontratistas;
• Comité Paritario de Faena, y
• Departamento de Prevención de Riesgos de Faena.
Todos estos instrumentos, fueron Reglamentados por el referido Decreto
Supremo Nº 76.14
b) Notificación de infracciones a
los Organismos Administradores del Seguro
Los nuevos incisos cuarto y final, del artículo 184, del Código del Trabajo,
prescriben lo siguiente:
‘‘La Dirección del Trabajo deberá poner en conocimiento del respectivo Organis-
mo Administrador de la Ley Nº 16.744, todas aquellas infracciones o deficiencias
en materia de higiene y seguridad, que se constaten en las fiscalizaciones que se
practiquen a las empresas. Copia de esta comunicación deberá remitirse a la Su-
perintendencia de Seguridad Social.
El referido Organismo Administrador deberá, en el plazo de 30 días contado desde
la notificación, informar a la Dirección del Trabajo y a la Superintendencia de
Seguridad Social, acerca de las medidas de seguridad específicas que hubiere pres-
crito a la empresa infractora para corregir tales infracciones o deficiencias. Co-
rresponderá a la Superintendencia de Seguridad Social velar por el cumplimiento
de esta obligación por parte de los Organismos Administradores.’’.
Desde luego, se debe hacer presente que esta obligación de notificación no
sólo corresponde ejercerla tratándose de trabajo en régimen de subcontratación
sino respecto de toda infracción en materia de higiene y seguridad que se detec-
te en cualquier empresa, sea principal, contratista, subcontratistas o único (aquella
que no tiene trabajo en régimen de subcontratación).
Con esta obligación se busca que los Organismos Administradores del Se-
guro (fundamentalmente las Mutuales) incrementen su participación en la ges-
tión de la seguridad en las empresas, involucrándose ya no sólo de manera pre-
ventiva sino también correctiva. En efecto, una vez notificadas de la infracción
de la empresa afiliada estos organismos disponen del plazo de 30 días para in-
formar tanto a la Dirección del Trabajo como a la Superintendencia de Seguri-
dad Social, de las medidas acciones correctivas que hubiere prescrito a la em-
presa infractora.15
c) Sustitución multas en materia de seguridad y salud
El nuevo inciso séptimo, del artículo 477(506), del Código del Trabajo:
‘‘Tratándose de empresas de veinticinco trabajadores o menos, la Dirección del
Trabajo podrá autorizar, a solicitud del afectado, y sólo por una vez en el año, la
sustitución de la multa impuesta por infracción a normas de higiene y seguridad, por
la incorporación en un programa de asistencia al cumplimiento, en el que se acredi-
te la corrección de la o las infracciones que dieron origen a la sanción y la puesta
en marcha de un sistema de gestión de seguridad y salud en el trabajo. Dicho pro-
grama deberá implementarse con la asistencia técnica del Organismo Administrador
de la Ley Nº 16.744, al que se encuentre afiliada o adherida la empresa infractora y
deberá ser presentado para su aprobación por la Dirección del Trabajo, debiendo
mantenerse permanentemente a su disposición en los lugares de trabajo.’’.
La norma legal contempla la posibilidad para las empresas de 25 o menos
trabajadores, para que soliciten la sustitución de las multas que se le hubieren
cursado por infracciones en materia de higiene y seguridad para sustituirla por
la incorporación a un programa de asistencia al cumplimiento (PAC), el que
estará a cargo del Organismo Administrador de la Ley 16.744 al que se encuen-
tren afiliadas.
Con esto, por una parte se incrementa la participación de estos entes en la
gestión de la seguridad y, por otra, se instaura un mecanismo de asesoría a las
micro y pequeñas empresas.16
d) Autosuspensión en caso de accidentes fatales y graves
Los nuevos incisos cuarto, quinto y final del artículo 76, de la Ley Nº 16.744,
disponen lo siguiente:
‘‘Sin perjuicio de lo dispuesto en los incisos precedentes, en caso de accidentes del
trabajo fatales y graves, el empleador deberá informar inmediatamente a la Ins-
que imparte instrucciones a los Organismos Administradores de la Ley Nº 16.744 respecto de esta
obligación.
16 Ver Circular Nº 70, de 30.07.2007, de la Dirección del Trabajo, por la que se regula el
Libro I, del Código del Trabajo, denominado: “De las empresas de servicios
transitorios, del contrato de puesta a disposición de trabajadores y del contrato
de trabajo de servicios transitorios”.18
Por su parte, los sujetos intervinientes en esta figura se configuran según la
norma legal en los siguientes: empresa de servicios transitorios; empresa usua-
ria y trabajador de servicios transitorios. Dispone el nuevo artículo 183-F, del
Código del Trabajo:
“a) Empresa de Servicios Transitorios: toda persona jurídica, inscrita en el regis-
tro respectivo, que tenga por objeto social exclusivo poner a disposición de terce-
ros denominados para estos efectos empresas usuarias, trabajadores para cumplir
en estas últimas, tareas de carácter transitorio u ocasional, como asimismo la se-
lección, capacitación y formación de trabajadores, así como otras actividades afi-
nes en el ámbito de los recursos humanos.
b) Usuaria: toda persona natural o jurídica que contrata con una empresa de ser-
vicios transitorios, la puesta a disposición de trabajadores para realizar labores o
tareas transitorias u ocasionales, cuando concurra alguna de las circunstancias
enumeradas en el artículo 183-Ñ de este Código.
c) Trabajador de Servicios Transitorios: todo aquel que ha convenido un contrato
de trabajo con una empresa de servicios transitorios para ser puesto a disposición
de una o más usuarias de aquélla, de acuerdo a las disposiciones de este Párrafo 2º”.
De esta manera, la empresa de servicios transitorios es la que pone a dis-
posición a los trabajadores suministrados en las empresas usuarias para que
presten servicios, asumiendo la calidad de empleadora de los mismos.
2. CONFIGURACIÓN: LA EXCEPCIONALIDAD COMO IDEA MATRIZ
La especial caracterización de las empresas de servicios transitorios se ex-
presa en una regulación de excepción, que rompe los cánones tradicionales de
conformación de la regulación de la relación laboral, en tanto, se admite como
lícita una relación en la que pese a que un tercero (empresa usuaria) ejerce ma-
terialmente el vínculo de subordinación y dependencia, la calidad de empleado-
ra de los trabajadores en puesta a disposición la asume otra (EST).
Esta regulación especial apunta básicamente a la configuración de una serie
de mecanismos protectores de los derechos de los trabajadores suministrados,
normalmente en situación de alta temporalidad y precarización, lo que se verifi-
ca a través de la configuración de un mercado altamente regulado en cuanto a
las barreras de entrada y de requisitos de mantención, así como de las condicio-
nes de desarrollo de la actividad.
De esta forma se configura la excepcionalidad de la figura como idea matriz
de la regulación. Los convenios internacionales y la legislación comparada, que
admiten el funcionamiento de estas empresas (trabajo temporal) en el mercado
de trabajo, proponen un régimen jurídico de excepción que, al igual que otros
imparte criterios de actuación e instrucciones para la aplicación de las normas referidas a las
Empresas de Servicios Transitorios (EST).
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 203
sionales del tomador del documento, posible es afirmar, en opinión de este Servi-
cio, que no existe impedimento jurídico para que un tercero garantice tales obliga-
ciones, máxime si se considera que la existencia de un depósito o de un crédito sólo
mira a las relaciones entre el banco y el tomador y no afecta al beneficiario por
cuanto la obligación de pagar la boleta de que se trata, será siempre incondicional
para el banco”.
De conformidad a lo dispuesto en el artículo 183-J, del Código del Trabajo,
el monto de la garantía que debe constituir la EST depende del número de tra-
bajadores transitorios contratados: el monto básico de la garantía será de 250
UF, aumentada en 1 UF por cada trabajador transitorio adicional contratado por
sobre 100 trabajadores y hasta 150; 0,7 UF por cada trabajador transitorio con-
tratado por sobre 150 trabajadores y hasta 200; y 0,3 UF por cada trabajador
transitorio contratado por sobre 200.
Según la Dirección del Trabajo, para los efectos de determinar el número de
trabajadores se deberá considerar la fecha de constitución de la garantía y la
información que arroje el Libro Auxiliar de Remuneraciones del mes anterior a
la constitución de la EST. En el caso de no tener trabajadores al momento de
constituir garantía, deberá acreditar este hecho mediante declaración jurada.
Para estos efectos se deberá considerar el número de trabajadores contrata-
dos al momento de efectuar la constitución de la garantía, acreditado mediante
el Libro Auxiliar de Remuneraciones del mes inmediatamente anterior al de la
constitución.
En este sentido, el ente administrativo señala que “...el monto básico de 250
UF corresponde cualquiera sea el número de trabajadores contratados o, in-
cluso, en caso de no tener trabajadores contratados.”.19
Del mismo modo, aclara que para los efectos de “...calcular el aumento de
la garantía se deberá segmentar cada uno de los tramos, aplicando el monto de
UF correspondiente en forma progresiva por cada uno de los tramos. Así, en el
caso de una EST que tenga 210 trabajadores contratados el monto de la garan-
tía será de 338 UF, cantidad que se desglosa de la siguiente forma:
• Monto básico: 250 UF 250 UF
• Por los trabajadores adicionales del 101 a 150: 50 x 1 UF 50 UF
• Por los trabajadores adicionales del 151 a 200: 50 x 0,7 UF 35 UF
• Por los trabajadores adicionales del 201 a 210: 10 x 0,3 UF 3 UF
Total: 338 UF” 20
Esta garantía, que constituye un patrimonio de afectación, estará destinada
preferentemente a responder por las deudas que tenga para con los trabajadores
transitorios y luego por las multas que le fueran aplicadas.
Desde el punto de vista de la forma de otorgamiento, la garantía debe cons-
tituirse mediante boleta de garantía u otro instrumento de similar liquidez, y
tiene un plazo de vencimiento no inferior a 120 días.
19-20 Ibíd.
206 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
21 Ibíd.
208 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
22De hecho, la propia norma legal (artículo 183-X), establece la facultad de la empresa
usuaria de dirigir y administrar el trabajo de los trabajadores de servicios transitorios: “La usuaria
tendrá la facultad de organizar y dirigir el trabajo, dentro del ámbito de las funciones para las
cuales el trabajador fue puesto a su disposición por la empresa de servicios transitorios. Además,
el trabajador de servicios transitorios quedará sujeto al reglamento de orden, seguridad e higiene
de la usuaria, el que deberá ser puesto en su conocimiento mediante la entrega de un ejemplar
impreso, en conformidad a lo dispuesto en el inciso segundo del artículo 156 de este Código.”.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 209
3. FIGURAS CONTRACTUALES
En esta figura tienen lugar dos instrumentos contractuales regulados por la
propia norma legal: el contrato de puesta a disposición y el contrato de trabaja-
dores de servicios transitorios.
a) Contrato de puesta a disposición
De conformidad a lo dispuesto en el nuevo artículo 183-N, del Código del
Trabajo, la relación entre la empresa de servicios transitorios y la usuaria, por la
cual la primera pone a disposición de la segunda trabajadores de servicios tran-
sitorios, se verifica a través del contrato de puesta a disposición de trabajadores
de servicios transitorios. Sus características más relevantes son:
– Debe constar por escrito, con indicación de la causal invocada para la
contratación de trabajadores de servicios transitorios (las contempladas taxati-
vamente en el artículo 183-Ñ); los puestos de trabajo para los cuales se realiza;
la duración (5 días siguientes a la incorporación del trabajador. Cuando la dura-
ción del mismo sea inferior a cinco días, la escrituración deberá hacerse dentro
de los 2 días de iniciada la prestación de servicios); y precio convenido;
– Deberá señalar si los trabajadores de servicios transitorios tendrán o no
derecho, durante la vigencia del contrato de puesta a disposición, a la utilización
de transporte e instalaciones colectivas que existan en la usuaria, y
– Deberá contener la individualización de las partes.
Como una forma de facilitar el tráfico jurídico y la operatividad de esta
figura, dado las complicaciones que ella podría suponer y la necesidad de rapi-
dez en implementación, la Dirección del Trabajo ha señalado que es perfecta-
mente viable la celebración de contratos de puesta a disposición marcos que
suponen para la EST la obligación de proveer trabajadores de servicios transito-
rios cuando se den los supuestos legales.26
Asimismo, el ente fiscalizador ha admitido también la posibilidad que en el
contrato de puesta a disposición se incorpore a más de un trabajador, pero siempre
que respecto de cada uno se cumplan las exigencias legales relativas a las cláu-
sulas mínimas.27
Por último, y como una norma de protección de la libertad de contratación,
el artículo 183-Q dispone la nulidad de cualquier cláusula del contrato de puesta
a disposición que prohíba la contratación del trabajador de servicios transitorios
por parte de la empresa usuaria.
b) Contrato de trabajo de servicios transitorios
En este caso, la ley define, en el inciso primero del artículo 183-R, este
contrato en los siguientes términos:
“El contrato de trabajo de servicios transitorios es una convención en virtud de la
cual un trabajador y una empresa de servicios transitorios se obligan recíproca-
26-27 Ibíd.
212 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
mente, aquél a ejecutar labores específicas para una usuaria de dicha empresa, y
ésta a pagar la remuneración determinada por el tiempo servido.”.
Sus características principales son:
– Debe constar por escrito (los plazos de escrituración son los mismos de la
escrituración del contrato de puesta a disposición);
– Contener las cláusulas mínimas del artículo 10, del Código del Trabajo;
– La duración debe coincidir con la del contrato de puesta a disposición
respectivo;
– En la remuneración convenida, se considerará la gratificación legal, el
desahucio, las indemnizaciones por años de servicios y sustitutiva del aviso pre-
vio, y cualquier otro concepto que se devengue en proporción al tiempo servido,
salvo la compensación del feriado;
– En lo referente al feriado, el trabajador de servicios transitorios tendrá
derecho a una indemnización compensatoria del feriado especial en tanto cum-
pla determinados requisitos regulados en el artículo 183-V, y
– Una copia del contrato de trabajo deberá ser enviada a la usuaria a la que
el trabajador prestará servicios
Por su parte, de conformidad al artículo 183-X, del Código del Trabajo, la
usuaria está obligada a dar cumplimiento íntegro a las condiciones pactadas
entre la EST y el trabajador de servicios transitorios relativas a: jornada de tra-
bajo, descansos, naturaleza del servicio y lugar de prestación.
Particularmente, la Dirección del Trabajo se pronunció en materia de jorna-
da de trabajo sobre la obligación de la empresa usuaria y el efecto sobre dicha
condición contractual que se produce cuando la usuaria cuenta con autorización
para implementar un sistema excepcional de distribución de jornada de trabajo
y descanso.
• Ord. Nº 2.249/048, 19.06.07
“1) La determinación de la jornada de trabajo del trabajador queda entregada a
las partes del contrato de trabajo transitorio, debiendo estipularse la jornada en
que el trabajador prestará servicios en la empresa usuaria. Sin perjuicio que la
responsabilidad por el cumplimiento de esa jornada pactada en el contrato de tra-
bajo transitorio corresponde legalmente a la empresa usuaria.
2) Si la empresa usuaria ha obtenido un sistema excepcional de jornada de trabajo
y de descanso, conforme al artículo 38 del Código del Trabajo, corresponde apli-
car el mismo directamente al trabajador transitorio puesto a disposición, no siendo
necesario, en consecuencia, que la empresa de servicios transitorios obtenga una
nueva autorización para dicho trabajador de aquella que ya ha sido obtenida por
la empresa usuaria respectiva. Lo anterior, sin perjuicio, de que se debe dejar cons-
tancia en el contrato de trabajo de dicha circunstancia.”.
Por último, en menester hacer presente la especialidad que esta figura supone en
materia de fuero maternal, siendo éste el único caso en nuestra legislación que
contempla una excepción en esta materia. En efecto, el artículo 183-AE, dispone
que el fuero maternal de una trabajadora de servicios transitorios sólo durará el
tiempo que dure la puesta a disposición, terminando de pleno derecho al término
del mismo, sin necesidad de solicitar el desafuero. La regla general vuelve a apli-
carse en caso de que se determine que la trabajadora es dependiente de la usuaria.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 213
CAPÍTULO VI
LOS DERECHOS FUNDAMENTALES EN LA EMPRESA1
1 Parte de las ideas aquí esbozadas ya han sido tratadas en Christian MELIS VALENCIA, “dere-
damentales), es elaborada a mediados del siglo XX en Alemania por Hans Carl Nipperdey y
asumida, primero, por la jurisdicción laboral –Nipperdey fue presidente del Tribunal Laboral Fe-
deral desde 1954 a 1963–, y luego por el Tribunal Constitucional alemán.
214 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
3 Al hablar de derechos fundamentales del trabajador nos estamos refiriendo a los denomina-
dor”, en Joaquín Aparicio y ANTONIO BAYLOS (dir.), Autoridad y Democracia en la Empresa, Trotta,
Madrid, 1992, p. 27.
5 El nuevo artículo 485, del Código del Trabajo, incorporado por la Ley 20.087, dispone en
sus incisos primero y segundo lo siguiente en relación a los derechos fundamentales cubiertos por
el procedimiento de tutela de derechos fundamentales:
“El procedimiento contenido en este Párrafo se aplicará respecto de las cuestiones suscita-
das en la relación laboral por aplicación de las normas laborales, que afecten los derechos funda-
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 215
Continuación nota 5
mentales de los trabajadores, entendiéndose por éstos los consagrados en la Constitución Políti-
ca de la República en su artículo 19, números 1º, inciso primero, siempre que su vulneración sea
consecuencia directa de actos ocurridos en la relación laboral, 4º, 5º, en lo relativo a la inviola-
bilidad de toda forma de comunicación privada, 6º, inciso primero, 12º, inciso primero, y 16º, en
lo relativo a la libertad de trabajo, al derecho a su libre elección y a lo establecido en su inciso
cuarto, cuando aquellos derechos resulten lesionados en el ejercicio de las facultades del empleador.
También se aplicará este procedimiento para conocer de los actos discriminatorios a que se
refiere el artículo 2º de este Código, con excepción de los contemplados en su inciso sexto.”.
216 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
6 Publicada en el Diario Oficial de fecha 3.06.2006. Esta norma legal formó parte de la deno-
7 Es precisamente tratándose del derecho de la intimidad y honra de los trabajadores –que son
los afectados fundamentalmente por las medidas de control y revisión–, en donde se presenta una
especial vulnerabilidad de éstos en el ámbito de la empresa, tanto por la introducción de medios
tecnológicos, cada día más sofisticados, que permiten un mayor control y vigilancia del empresa-
rio, como por la idea de defensa del patrimonio empresarial siempre presente en la mente de los
empresarios (María Dolores ROMÁN, Poder de dirección y contrato de trabajo, Grapheus, Vallado-
lid, 1992, p. 303).
8 Hoy en día, se ha incorporado esta línea jurisprudencial al Código del Trabajo, en el inciso
9 Aunque esta aparente igualdad de posiciones entre unos y otros derechos se transforma en
verdadera asimetría, ya que en un caso, la libertad de empresa se desarrolla a través de los poderes
empresariales, notablemente reconocidos por las normas legales y contractuales; y en el otro, los
derechos fundamentales de los trabajadores, apenas sí cuentan con reconocimiento normativo
infraconstitucional expreso.
10 Luis PRIETO SANCHÍS, Justicia constitucional y derechos fundamentales, Trotta, Madrid,
2003, p. 217.
11 Renato CRISTI y Pablo RUIZ-T AGLE, “Capítulo 1 ¿Qué es el Constitucionalismo?”, de los
mismos autores, La República en Chile, LOM, Santiago, 2006, p. 41. En el mismo sentido, Alexy
se muestra contrario a cualquier intento de jerarquización de los derechos fundamentales (valores
o principios): “...puede decirse, en general, que no es posible un orden de los valores o principios
que fije la decisión iusfundamental en todos los casos de una manera intersubjetivamente obliga-
toria” (Robert ALEXY, Teoría de los Derechos Fundamentales, CEC, Madrid, 1997, p. 156).
222 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
mismo quedan sujetas a las limitaciones que el propio marco convencional o legal
establezca; elementos que en definitiva, vienen a conformar la posición jurídica que
ha de ocupar el empresario en la relación laboral, en cuanto su poder de dirección es
un poder laboral que se ejerce en este ámbito delimitado; o dicho de otra forma, sólo
este poder de dirección es el que es oponible al trabajador.
En consecuencia, el poder empresarial si bien hunde sus raíces en la libertad de
empresa encuentra su verdadera conformación en su juridificación como poder de
dirección a través del contrato de trabajo, siendo por tanto éste su medida inmediata
de valoración.
La conformación de este poder empresarial, siguiendo la línea argumental desa-
rrollada a lo largo de este análisis, ha de suponer en cuanto a su ejercicio el respe-
to a las garantías fundamentales que la propia Constitución reconoce a todo ciuda-
dano y por ende al trabajador. En efecto, como se ha apuntado, los poderes empresa-
riales no pueden suponer a priori una relativización o matización del derecho funda-
mental, más bien, éste es el que actúa como un freno insalvable al ejercicio de tales
poderes. Por lo tanto, el problema no tiene sólo una connotación contractual
–modalización de la vida dentro de la empresa según las directrices o la organiza-
ción empresarial–, tiene también un componente que escapa al limitado y circunscri-
to ámbito del contrato de trabajo para trasladarse a la órbita constitucional, esto
es, al ejercicio por parte del trabajador de derechos que trascienden su categoriza-
ción como trabajador para amoldarse a un plano omnicomprensivo de su persona-
lidad toda. En consecuencia, dicho poder –expresión de las necesidades organiza-
tivas o productivas del empresario, pero delimitado jurídicamente en virtud del
contrato de trabajo y de la ley– necesariamente ha de verse afectado en alguna
medida en aras del respeto pleno de los derechos fundamentales del trabajador”.
El examen de la admisibilidad de restricciones de los derechos fundamenta-
les requiere adentrarse en la estructuración interna de los derechos fundamenta-
les, esto es, en los conceptos de delimitación, límites y contenido esencial, en-
tendiendo cada uno de éstos como propios de un espacio o ámbito diferenciado
del derecho fundamental12. En el ámbito delimitado se estructura el contorno
máximo de extensión del derecho, separando lo que es derecho fundamental y lo
que queda fuera del mismo, dotando a éste de una protección inicial (prima facie)
que será definitiva si no es objeto de la imposición de límite que resulte constitu-
cionalmente admisible. El ámbito limitado –imposición de límites–, dentro del
espacio delimitado, resulta de la admisión de ciertas restricciones que privan al
derecho de una protección definitiva. Y en el ámbito del contenido esencial, todo
límite resulta inadmisible. En este sentido, señala la Dirección del Trabajo:
• Ord. Nº 2.856/162, 30.08.02
“Para conocer cuál es el ámbito delimitado del derecho, la actividad interpretativa
ha de dirigirse necesariamente a la conformación que del derecho efectúa la nor-
ma constitucional para determinar su extensión máxima de protección.
12 Seguimos aquí a Naranjo de la Cruz quien visualiza estos tres ámbitos diferenciados a modo
de anillos concéntricos, en el que cada ámbito es una circunferencia de distinto grosor, siendo el
ámbito limitado el anillo exterior, luego le sigue el ámbito limitado y finalmente el contenido esen-
cial a modo de núcleo de la circunferencia (Rafael NARANJO DE LA CRUZ, Los límites de los derechos
fundamentales en las relaciones entre particulares, CEPC/BOE, Madrid, 2000, pp. 31-32).
224 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
mero en virtud del principio de jerarquía normativa. Luego, se sigue que toda
limitación debe ser justificada constitucionalmente.
Ahora bien, la imposición de límites a un derecho fundamental ha de supo-
ner la intromisión en el ámbito previamente delimitado del mismo, afectando o
restringiendo el ámbito de protección máxima del derecho fundamental que
gozaba de una protección provisional (prima facie).
Partiendo del supuesto de que se trata de conflicto entre dos derechos de
relevancia constitucional, la admisibilidad de la imposición de límites a un dere-
cho fundamental tendrá directa relación con su justificación en tanto sólo serán
admisibles aquellos límites que encuentren justificación iusfundamental. De allí,
que asociado al problema de los límites se encuentra indisolublemente asociado
el del mecanismo de justificación –en nuestro esquema: el principio de propor-
cionalidad–.
• Ord. Nº 2.856/162, 30.08.02
“Existen pues, ciertos requisitos que se deben seguir al imponer límites a un dere-
cho fundamental y que omnicomprensivamente podemos englobar en la aplicación
del denominado “principio de proporcionalidad”, y que sirve de medida de valora-
ción de su justificación constitucional. Se produce así, un examen de admisibilidad
–ponderación– de la restricción que se pretende adoptar basado en la valoración
del medio empleado –constricción del derecho fundamental– y el fin deseado
–ejercicio del propio derecho–.
No obstante, esta denominación común, el principio de proporcionalidad admite
una división en subprincipios que en su conjunto comprenden el contenido de este
principio genérico: “principio de adecuación”, en cuya virtud el medio empleado
debe ser apto o idóneo para la consecución del fin propuesto, resultando inadecua-
da en consecuencia, la limitación de un derecho fundamental cuando ella no sirva
para proteger la garantía constitucional en conflicto –principio reconocido en la
jurisprudencia de este Servicio al pronunciarse sobre los requisitos de las medidas
de revisión y control del personal, al establecerse que tales medidas, entre otras
condiciones, “deben ser idóneas a los objetivos perseguidos” ...–; “principio de
necesidad”, que exige que la medida limitativa sea la única capaz de obtener el fin
perseguido, de forma tal que no exista otra forma de alcanzar dicho objetivo sin
restringir el derecho o que fuese menos gravosa; y el “principio de proporcionali-
dad en sentido estricto”, por el cual se determina si la limitación del derecho fun-
damental resulta razonable en relación con la importancia del derecho que se trata
de proteger con la restricción”.
De esta forma, el órgano administrativo identifica al principio de proporcio-
nalidad como mecanismo de resolución de los conflictos entre derechos funda-
mentales. El principio de proporcionalidad, así considerado, se constituye en un
canon interpretativo necesario, en la medida que conforma una “estructura
argumentativa”13 que ha de tener en cuenta el juez a la hora de analizar colisio-
17 Sebastián RÍOS LABBÉ, La Protección Civil del Derecho a la Intimidad, LexisNexis, Santia-
go, 2003, p. 3.
228 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
18 José Luis GOÑI SEIN, El respeto a la esfera privada del trabajador, Civitas, Madrid, 1988,
p. 23.
19
Control de la persona, efectos y bolsos; control informático; control visual y auditivo;
control por personal de vigilancia; control sobre la imagen del trabajador; test ocupacionales y
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 229
Continuación nota 19
psicológicos; test de consumo de drogas y alcohol; investigación sobre datos personales del traba-
jador; polígrafo (detector de mentiras); información genética (genoma humano); pruebas
grafológicas (escritura), etc.
20 Christian MELIS VALENCIA, “derechos fundamentales y empresa:...”, op. cit., p. 101.
21 Para un examen en profundidad de este dictamen, Víd. Rodrigo MOYA GARCÍA, “El uso de
cámaras de videovigilancia como sistema de control empresarial. Comentario a Dictamen 2328-
130 de la Dirección del Trabajo”, Revista Chilena de Derecho Informático (Nº 2 - mayo 2003),
pp. 173-189.
230 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
control del empresario en la relación laboral, CES, Madrid, 2002, p. 75). La natu-
raleza del lugar en donde se desarrolla la actividad del sujeto, sea aquel privado o
público, no determina la calificación de esa conducta en uno u otro sentido. En
consecuencia, una determinada conducta o actividad relativa a aspectos íntimos o
privados del trabajador, no deja de serlo por el simple hecho de desarrollarse en el
ámbito de la empresa”.
A continuación, el dictamen analiza las consecuencias sobre el derecho a la
intimidad de una medida de control cuya finalidad sea el exclusivo control labo-
ral, que en definitiva afecta en su esencia el referido derecho fundamental al
reflejar no sólo los aspectos laborativos, sino también los extralaborales (licen-
cias comportamentales). El pronunciamiento, aclara, además, que la caracterís-
tica de público del lugar en el que se encuentra la persona, en este caso, en
donde el trabajador desarrolla su actividad, no importa o no incide en la natura-
leza de privada de ciertas acciones o comportamientos del trabajador.
• Ord. Nº 2.328/130, 19.07.02
“Por otra parte, la utilización de estos mecanismos de control audiovisual, con el
exclusivo objetivo de vigilar el cumplimiento de la prestación de trabajo, importa a
todas luces una limitación del derecho a la intimidad del trabajador no idónea a
los fines perseguidos, al no cumplirse a sus efectos los requisitos propios de todo
límite que se quiera imponer a un derecho fundamental y que omnicomprensivamente
podemos englobar en la aplicación del denominado “principio de proporcionali-
dad”, y que sirve de medida de valoración de su justificación constitucional. Prin-
cipio que se traduce en un examen de admisibilidad –ponderación– de la restric-
ción que se pretende adoptar basado en la valoración del medio empleado –cons-
tricción del derecho fundamental– y el fin deseado –ejercicio del propio derecho.
En virtud de este principio de proporcionalidad, se exige que la medida limitativa,
en este caso el control audiovisual, sea la única capaz de obtener el fin perseguido,
de forma tal que no exista otra forma de alcanzar dicho objetivo sin restringir el
derecho o que fuese menos gravosa, lo que en la situación en análisis evidentemen-
te no ocurre, ya que existen variadas otras formas que el empleador puede utilizar
para controlar la prestación de los servicios y que son menos restrictivas de la
libertad del trabajador”.
Argumenta también la Dirección del Trabajo respecto de esta alternativa, su
desproporcionalidad, en tanto, no cumple con el requisito de la necesidad, esto
es, que exista otra medida menos gravosa para el derecho a la intimidad del
trabajador. Desde luego, existen una variedad amplia de medidas menos gravo-
sas: controles horarios, supervisión en la ruta, sistemas de electrónicos de con-
trol de ruta o tráfico (GPS), inspecciones, etc.
Por su parte, y en lo tocante al segundo objetivo posible de los mecanismos
de control audiovisual: razones de seguridad o requerimientos del proceso pro-
ductivo, la Dirección del Trabajo se pronuncia afirmativamente respecto de su
licitud.
• Ord. Nº 2.328/130, 19.07.02
“b) Por el contrario, a juicio de este Servicio, resultaría lícita la implementación
de estos mecanismos de control audiovisual, cuando ello resulte objetivamente
232 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
22 Los test son variados tanto en su forma de aplicación como en relación al tipo de sustancia
que se puede detectar. Así, existen test en base a sangre, orina, saliva, cabello e incluso se ofrece
un test a través del sudor de la persona.
23 José Luis GOÑI SEIN, op. cit., p. 277.
24
Desde luego, cabe advertir que de conformidad a la normativa vigente, el uso o consumo
personal exclusivo y próximo en el tiempo (Ley Nº 20.000 de 2005), no está penado ni siquiera
como una falta, ni menos el consumo de alcohol, incluso en este último caso, aunque sea público.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 239
que dé cuenta que no tiene relación laboral vigente con otro empleador, por cuanto
ello implicaría obligar al profesional de la educación a abstenerse de desempeñar
otra actividad remunerada fuera de la empresa, exceptuándose únicamente las la-
bores que éste pudiere ejecutar dentro del giro de la empresa y siempre que dicha
prohibición conste por escrito en el respectivo contrato de trabajo, como asimismo,
se estaría vulnerando el principio de la no discriminación arbitraria”.
Por su parte, la referida norma constitucional encuentra su correlato en el
artículo 2º del Código del Trabajo, que dispone:
“Reconócese la función social que cumple el trabajo y la libertad de las personas
para contratar y dedicar su esfuerzo a la labor lícita que elijan.
Las relaciones laborales deberán siempre fundarse en un trato compatible con la
dignidad de la persona. Es contrario a ella, entre otras conductas, el acoso sexual,
entendiéndose por tal el que una persona realice en forma indebida, por cual-
quier medio, requerimientos de carácter sexual, no consentidos por quien los re-
cibe y que amenacen o perjudiquen su situación laboral o sus oportunidades de
empleo.
Son contrarios a los principios de las leyes laborales los actos de discriminación.
Los actos de discriminación son las discriminaciones, exclusiones o preferen-
cias basadas en motivos de raza, color, sexo, edad, sindicalización, religión, opi-
nión política, nacionalidad, ascendencia nacional u origen social, que tengan por
objeto anular o alterar la igualdad de oportunidades o de trato en el empleo y la
ocupación.
Con todo, las distinciones, exclusiones o preferencias basadas en las calificaciones
exigidas para un empleo determinado no serán consideradas discriminación.
Por lo anterior y sin perjuicio de otras disposiciones de este Código, son actos de
discriminación las ofertas de trabajo efectuadas por un empleador, directamente o
a través de terceros y por cualquier medio, que señalen como un requisito para
postular a ella cualquiera de las condiciones referidas en el inciso cuarto.
Ningún empleador podrá condicionar la contratación de trabajadores a la ausen-
cia de obligaciones de carácter económico, financiero, bancario o comercial que,
conforme a la ley, puedan ser comunicadas por los responsables de registros o
bancos de datos personales; ni exigir para dicho fin declaración ni certificado
alguno. Exceptúanse solamente los trabajadores que tengan poder para represen-
tar al empleador, tales como gerentes, subgerentes, agentes o apoderados, siempre
que, en todos estos casos, estén dotados, a lo menos, de facultades generales de
administración; y los trabajadores que tengan a su cargo la recaudación, adminis-
tración o custodia de fondos o valores de cualquier naturaleza.
Lo dispuesto en los incisos tercero y cuarto de este artículo y las obligaciones que
de ellos emanan para los empleadores, se entenderán incorporadas en los contra-
tos de trabajo que se celebren.
Corresponde al Estado amparar al trabajador en su derecho a elegir libremente su
trabajo y velar por el cumplimiento de las normas que regulan la prestación de los
servicios”.
La aplicación práctica de estos preceptos en el ámbito administrativo ha
quedado entregada a la jurisprudencia de la Dirección del Trabajo, Servicio que
ha desarrollado toda una doctrina a propósito del amparo de las garantías cons-
titucionales de los trabajadores.
244 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
– que dicha diferenciación se base en motivos de raza, color, sexo, edad, estado
civil, sindicación, religión, opinión política, nacionalidad, ascendencia nacional u
origen social;
A dichas motivaciones debemos agregar, por mandato constitucional, cualquier
otra motivación que no se base en la capacidad o idoneidad personal; y
– que se produzca como resultado una desigualdad de trato (anulación o altera-
ción de la igualdad de oportunidades).
De la configuración precedentemente esbozada se desprende con claridad que el
legislador excluye cualquier elemento subjetivo o de intencionalidad del sujeto
activo a la hora de configurar el acto discriminatorio. Se trata pues de una figura
objetiva, es decir, basta para que se produzca discriminación una desigualdad de
trato que se verifique a través de algunas de las situaciones vedadas por la norma.
La referencia al “objeto” de la desigualdad de trato, esto es, la anulación o altera-
ción de la igualdad de oportunidades o de trato en el empleo y la ocupación, ha de
entenderse necesariamente como un reforzamiento de la idea de desigualdad de
trato –efecto de la diferenciación basada en las condiciones vedadas–. Buscar en
dicho término alguna idea de intencionalidad o de una eventual apertura hacia un
juicio de razonabilidad –ausencia de arbitrariedad– como mecanismo de ruptura
o de excepción de la no discriminación equivaldría a equiparar en términos abso-
lutos las nociones de igualdad y no discriminación, cuestión que a lo largo de este
análisis ha sido ya desechada.
De no comprenderlo así, podríamos permitir desigualdades de trato, por ejemplo
en base a raza, amparadas en la ausencia de una finalidad discriminatoria, lo que
a todas luces resulta ser una opción que repugna la dignidad del ser humano. El
solo hecho de utilizar la raza como mecanismo diferenciador atenta contra la igual-
dad de oportunidades o de trato.
Con todo, sí resulta destacable la idea de que a partir de la noción de igualdad de
oportunidades se enfatiza el concepto de que la no discriminación no supone una
obligación de igualdad simétrica o de efectiva contratación para un sujeto perte-
neciente a un determinado colectivo (mujeres, etnias, nacionales, etc.) sino que la
efectiva posibilidad de competir en condiciones equivalentes con otros sujetos sin
que medie el establecimiento de condicionantes, directas o indirectas, que no digan
relación con las competencias para el desarrollo de un determinado empleo”.
En lo referido al ámbito de aplicación de la figura, el órgano administrativo
argumenta su aplicabilidad al conjunto de la relación laboral: inicio, desarrollo y
término, e incluso antes, en las ofertas de trabajo, como lo señala la propia ley.
• Ord. Nº 3.704/134, 11.08.04
“El derecho a la no discriminación ejerce su virtualidad protectora en el conjunto
y en la totalidad de la relación laboral, allí donde se ejerzan los poderes empresa-
riales siempre estará presente esta perspectiva.
En efecto, tanto al inicio de la relación laboral o, incluso antes, en los procesos de
selección de personal, como durante su desarrollo y en su conclusión el derecho a
la no discriminación emerge como límite a los poderes empresariales.
Asimismo, y ahora en cuanto al ámbito material en que puede ejercerse el derecho
a la no discriminación, éste no sólo se refiere a las conductas ligadas al acceso al
empleo (ofertas de trabajo y selección de personal) sino también a aquellas referi-
das al desarrollo de la relación laboral propiamente tal, es decir, a las condiciones
de trabajo y a la causa de término de la misma”.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 251
27 Boletín Nº 4356-13.
de remuneraciones entre hombres y mujeres goza de una larga historia de reconocimiento jurídico
252 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
Continuación nota 28
a nivel supranacional. Este principio fue reconocido por primera vez en un tratado internacional,
en la parte octava del Tratado de Paz de Versalles, de fecha 28 de junio de 1919. Posteriormente,
tuvo un especial reconocimiento en el Preámbulo del Tratado que constituyó la Organización
Internacional del Trabajo en el año 1940 y de ahí en adelante ha sido reiteradamente reconocido
en una serie de pactos y convenciones internacionales, entre los que destacan: la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, de fecha 10 de diciembre de 1948; el Convenio Nº 100 de la
Organización Internacional del Trabajo, de fecha 29 de junio de 1951, y el Pacto de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, de fecha 19 de diciembre de 1966.
En el ámbito del derecho comunitario europeo el principio de igualdad de remuneraciones o
de retribución tiene un reconocimiento expreso en el artículo 141 del Tratado Constitutivo de la
Comunidad Europea (TCE). El inciso 1 del art. 141 TCE establece textualmente que: “Cada
Estado miembro garantizará la aplicación del principio de igualdad de retribución entre trabaja-
dores y trabajadoras para un mismo trabajo o para un trabajo de igual valor”.”
29 En algún momento de su tramitación el proyecto contempló agregar al artículo 2º, del
entra en vigencia luego de 6 meses de su publicación en el Diario Oficial, de lo que se sigue que los
empleadores tendrán dicho plazo para adecuar sus reglamentos internos:
“Artículo transitorio.- Lo dispuesto en la letra a. del número 2 del artículo 1º, comenzará a
regir seis meses después de su publicación en el Diario Oficial.”.
254 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
31 Así, en materia de acoso sexual el legislador no contempló como previa a la tutela judicial
una empresa para ver si cumple o no con la norma, ello en tanto, como señala-
mos, es imposible para el empleador acreditar el hecho negativo que no discri-
minó arbitrariamente en materia remuneracional, a lo que se suma que en este
caso la norma no se circunscribe a los tratos desiguales y arbitrarios en materia
remuneracional entre hombres y mujeres, ya que la norma habla de “… diferen-
cias arbitrarias de remuneraciones entre trabajadores que desempeñen cargos
y responsabilidades similares…”, es decir, se aplica respecto de cualquier tra-
bajador que desempeñe igual cargo, lo que en verdad no nos parece cuestiona-
ble sino que se aparta del esquema de las nuevas normas sustantivas tratadas
precedentemente.
En definitiva, nos parece que esta última norma presenta serios reparos tan-
to desde el punto de vista de su contenido como de la técnica legislativa utiliza-
da.
– NUESTRA LEGISLACIÓN LABORAL NO JUSTIFICA LA DISCRIMINACIÓN EN LA
CONTRATACIÓN DE EXTRANJEROS
Nuestro Código del Trabajo no contempla ninguna prohibición ni discrimi-
nación relacionada con la contratación de personal extranjero. Por el contrario,
nuestra ley laboral contempla una regla objetiva que establece la proporción de
personal nacional que debe ser contratado dentro de cada empresa que funcione
en el país.
• Ord. Nº 6.308/357, 15.11.93
“En Chile no procede ninguna discriminación o diferencia, en lo que a trabajo se re-
fiere, que no encuentre su origen en casos específicamente contemplados en una ley.
De esta forma, no existe un impedimento relacionado con la nacionalidad en sí de
un individuo, sino que solamente existe una proporción, dentro del personal total
de una empresa que debe ser servida por trabajadores del país”.
– LAS OFERTAS DE TRABAJO DISCRIMINATORIAS
Como ya se apuntó, el actual inciso sexto, del artículo 2º, del Código del
Trabajo, reconoce la figura de las ofertas discriminatorias, esto es, la concurren-
cia de conductas o actos de discriminación, de forma previa a la relación labo-
ral, con ocasión de una oferta de trabajo:
“Por lo anterior y sin perjuicio de otras disposiciones de este Código, son actos de
discriminación las ofertas de trabajo efectuadas por un empleador, directamente o
a través de terceros y por cualquier medio, que señalen como un requisito para
postular a ella cualquiera de las condiciones referidas en el inciso cuarto”.
En la práctica cotidiana de nuestro país –baste para ello leer los avisos eco-
nómicos publicados en importantes diarios de circulación nacional y regional–,
resulta frecuente la exigencia de condiciones discriminatorias para postular o
acceder a un empleo. Así lo reconoce por lo demás la Dirección del Trabajo:
• Ord. Nº 850/29, 28.02.05
“...un análisis de las prácticas observadas en las ofertas de empleo formuladas a
través de medios de comunicación social, particularmente los escritos, así como
aquellos realizados vía Internet, permite sostener que resulta de común ocurrencia
256 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
32 Dictamen a través del cual se fija sentido y alcance de las normas contenidas en la Ley
Nº 20.005, sobre prevención y sanción del acoso sexual. Al respecto, ver también la Orden de
Servicio Nº 2, de 11.03.2005, por la que se establecen procedimientos y criterios de actuación en
la tramitación de denuncias sobre acoso sexual.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 259
siendo necesario, por ende, que para tal efecto se proceda a confeccionar un nuevo
texto de dicho reglamento”.
4.2. Investigación del acoso sexual
Por su parte, la referida Ley Nº 20.005 incorporó un nuevo Título IV, al
Libro II, del Código del Trabajo, denominado: “Investigación y Sanción del
Acoso Sexual”, en el que se regula el procedimiento que deberá seguirse frente
a una denuncia de acoso sexual, sea que ésta se formule ante el empleador o ante
la Inspección del Trabajo respectiva. Dicho procedimiento deberá contemplar
las reglas de procedimiento a que se someterán las denuncias de acoso sexual;
las medidas de resguardo de las víctimas de acoso sexual; y las sanciones.
• Ord. Nº 1.133/36, 21.03.05
“De este modo, armonizando los preceptos anteriores, es posible señalar que en
las empresas que se encuentren obligadas por la legislación laboral vigente a con-
tar con reglamento interno de orden, higiene y seguridad, ellos deberán necesaria-
mente contener normas que tengan por objeto el adecuado respeto a la dignidad de
los trabajadores.
Para el logro de ese objetivo exigido por la ley, es necesario que los empleadores
respectivos señalen en sus respectivos reglamentos, como mínimo, las siguientes
estipulaciones:
a.- El procedimiento al que se someterá el conocimiento de las denuncias de acoso
sexual por parte de los trabajadores, el que deberá sujetarse a las condiciones
mínimas señaladas en el artículo 211-C del Código del Trabajo.
b.- Las medidas de resguardo que la empresa aplicará en caso de denuncias de
acoso sexual, con el objeto de garantizar los derechos de los involucrados, en con-
formidad al artículo 211-B del Código del Trabajo.
c.- Las sanciones que se aplicarán en caso de darse por acreditada la conducta de
acoso sexual, las que deben ajustarse a las permitidas por la ley en caso de emplea-
dores que cuenten con un reglamento interno de orden, higiene y seguridad, esto
es, amonestación verbal, por escrito o multa en conformidad al artículo 154 del
Código del Trabajo.
La exigencia anterior, de contar con normas sobre acoso sexual en los reglamentos
internos de las empresas, es exigible a todas las empresas que tengan obligación de
contar con dichos instrumentos, aun cuando ellos hayan sido dictados con anterio-
ridad a las normas contenidas en la Ley Nº 20.005.
En el caso de empleadores que no tengan obligación de contar con un reglamento
interno de orden, higiene y seguridad en conformidad a la legislación vigente, es
necesario precisar que, por carecer de dicho deber, no están obligados a contar con
normas sobre acoso sexual en los términos precedentemente señalados. Sin perjuicio
de lo anterior, nada impide que el empleador en esta situación decida contar con
normas de prevención y sanción del acoso sexual, mediante la dictación del respecti-
vo reglamento interno, aprovechándose de ese modo de la norma de no recargo
indemnizatorio prevista en el inciso tercero del artículo 168 del Código del Trabajo.
En el caso de que un empleador que no tiene obligación de tener reglamento inter-
no de orden, higiene y seguridad reciba una denuncia de acoso sexual, y no tenga
normas sobre acoso sexual en los términos del párrafo anterior, deberá inmediata-
mente remitirla a la Inspección del Trabajo respectiva, para que esta autoridad
administrativa dé curso al procedimiento de investigación respectiva”.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 261
SEGUNDA PARTE
CONDICIONES GENERALES DE TRABAJO
264 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 265
CAPÍTULO I
EL TIEMPO DE TRABAJO
I. CONSIDERACIONES PREVIAS
En la historia universal existen antecedentes tan remotos de la jornada de
trabajo como las “leyes de Mana”, del año 1280 antes de Cristo, en las cuales se
disponía que “El sol establece la división del día y de la noche para los hombres
y para los dioses: la noche es para el sueño de los seres; el día para el trabajo”.
Este primer gran límite entre el día y la noche es también el origen semántico
de la palabra “JORNADA”, la cual proviene del latín “diurnas” que, en su primera
acepción, significa “camino que yendo de viaje se anda regularmente en un
día”, y, en su séptima acepción, tiene como significado “tiempo de duración del
trabajo diario de los obreros”.1
A partir del legado de estos remotos antecedentes se han elaborado las doc-
trinas y los fundamentos modernos de la limitación a la jornada de trabajo, los
cuales en la actualidad constituyen un variado abanico que abarca desde las
posiciones inspiradas en la tesis liberal clásica hasta las posiciones que postulan
la intervención directa del Estado en la relación laboral.
II. CONCEPTUALIZACIÓN DE LA JORNADA DE TRABAJO
Desentrañar el verdadero contenido del concepto de jornada de trabajo cons-
tituye un esfuerzo de la mayor importancia, toda vez que al clarificarlo podre-
mos conocer con certeza su real extensión, precisando el momento en que ésta
se inicia y el momento en que culmina; en otras palabras, si el caso concreto que
se analice se somete o no a los límites legales sobre jornada de trabajo.
En primer lugar, debemos decir que esta materia está lejos de ser pacífica,
en efecto, tanto en la doctrina nacional como en el derecho comparado se han
ensayado una gran cantidad de definiciones que abordan la conceptualización
de la jornada de trabajo a partir de diferentes énfasis, llegando por cierto a
disímiles conclusiones.
A continuación, analizaremos los criterios que se han utilizado para calificar
las horas de labor a objeto de determinar la extensión de la jornada de trabajo:
2 Manuel ALONSO OLEA y María Emilia CASAS BAAMONDE, op. cit., p. 265.
3
En el Convenio núm. 30, sobre las horas de trabajo (comercio y oficinas), de 1930, de la
OIT, se recoge el criterio nominal para los efectos de computar la jornada de trabajo.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 267
5 Artículo
1443, del Código Civil:“...(El contrato) es consensual cuando se perfecciona por
el solo consentimiento”.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 271
6 Artículo 2º, del Convenio Nº 30, sobre las horas de trabajo (comercio y oficinas), de 1930,
de la OIT.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 273
que el dependiente conozca con certeza el número de horas que deberá laborar y
los días o el número de días en los cuales deberán prestar servicios.
No obstante lo señalado precedentemente cabe destacar que la Dirección del
Trabajo en ordinario Nº 2.377/116, de 12.04.95, ha sostenido que “se ajusta a
derecho la cláusula de un contrato que otorga al empleador la facultad de de-
terminar, entre alternativas que se estipulan, la duración y distribución de la
jornada de trabajo”.
En efecto, el artículo 10 Nº 5 exige que haya siempre concierto de volunta-
des respecto de la duración y distribución de la jornada de trabajo, esto es, que
se determine con certeza el cuándo y con cuánto se cumple la obligación de
prestar servicios bajo subordinación y dependencia, pero esta norma no impone
a las partes la rigidez suma de establecer una duración o distribución no expues-
ta a movimiento o alteración, por cuanto el imperativo legal se satisface con la
certeza y no con la fijeza.
Para los efectos de otorgar certeza y precaver conflictos, resulta convenien-
te y, por lo demás, así lo ha afirmado la Dirección del Trabajo, la estipulación de
un procedimiento destinado a informar, con la antelación debida, cualquier cambio
que se produzca en la distribución de la jornada de trabajo; debemos agregar
que, en todo caso, este procedimiento no puede significar que alguna de las
partes pueda determinar unilateralmente y por su solo arbitrio la duración o la
distribución de la jornada de trabajo.
• Ord. Nº 5.702/355, 19.11.1999
“El contrato de trabajo, entre otras menciones obligatorias, debe establecer la
duración y distribución de la jornada de trabajo que debe cumplir el trabajador.
Ahora bien, la determinación de la jornada de trabajo debe ser entendida, a juicio
de lo sustentado por la doctrina de este Servicio, en orden a establecer o consignar
de forma clara y precisa la duración de la misma y los días en que ésta se va a
distribuir. Ahora bien, en la especie, de la cláusula contractual precedentemente
transcrita se infiere que el trabajador, no obstante haber sido contratado para des-
empeñar las funciones de vendedor en una determinada jornada de trabajo puede,
además, en los casos en que sea necesario, de acuerdo a las instrucciones que se le
impartan, laborar en el turno especial, bastando para esto el simple aviso del em-
pleador con una semana de anticipación. Analizado lo antes expuesto a la luz de la
disposición legal en comento, cabe concluir que si bien es cierto que en el contrato
de trabajo tenido a la vista se especifica en la cláusula primera que, aparte de su
jornada ordinaria, el trabajador se obliga en los casos descritos a cumplir una
jornada en turno especial, no lo es menos, que la determinación de los trabajado-
res afectos al cumplimiento de esta cláusula queda sujeta a la calificación que
corresponde efectuar discrecionalmente a la empresa. Lo anterior, conlleva dejar a
la voluntad de una sola de las partes la determinación de la duración y distribución
de la jornada de trabajo, alterándose con ello la necesaria consensualidad del
contrato de trabajo. De esta manera entonces, la cláusula en análisis no se encon-
traría ajustada a derecho, por cuanto no determina en forma unívoca la duración
y distribución de la jornada de trabajo específica para la cual se ha contratado al
dependiente. Consecuentemente con lo expuesto, preciso es sostener que la Empre-
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 281
14
Tal como vimos, los requisitos copulativos que deben concurrir son las circunstancias
extraordinarias que afecten a todo el proceso y el aviso al trabajador.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 283
15 La Ley Nº 19.759, del año 2001, en su artículo único, número 7, letra a), rebajó la jornada
de trabajo ordinaria de 48 a 45 horas, entrando en vigencia dicha modificación con fecha 1.01.2005.
16 Ordinario Nº 360, de 16.01.1984.
284 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
En lo que dice relación con esta excepción debemos señalar que, de acuerdo
a la doctrina en actual vigencia de la Dirección del Trabajo, para que estos traba-
jadores queden excluidos de la limitación de la jornada ordinaria de trabajo de
cuarenta y cinco horas semanales deben reunirse las siguientes condiciones
copulativas:
– Que el movimiento diario sea notoriamente escaso, y
– Que los trabajadores deban mantenerse constantemente a disposición del
público.
• Ord. Nº 4.917/227, 21.12.01
“La mantención menor de artefactos sanitarios, grifería, reparaciones de cañerías
de agua y gas, revisión del funcionamiento de califonts, artefactos eléctricos, reto-
ques de pintura y cualquier otra reparación que no requiera de personal especiali-
zado ya que en tales casos la empresa contrata personal técnico. Asimismo, que si
bien el trabajador vive en las dependencias de la empresa, si no hay trabajo, en
ningún caso se encuentra a disposición del empleador quedando, en tal caso, en
libertad de ocupar su tiempo como lo determine.
De los referidos antecedentes, es posible sostener que si bien las labores del traba-
jador que nos ocupa podrían responder al concepto de movimiento diario notoria-
mente escaso, en lo que respecta al requisito “mantenerse permanentemente a dis-
posición del público” claramente éste falta en la situación en análisis y su inexis-
tencia impide que opere la norma de excepción contemplada en el artículo 27 del
Código del Trabajo para que este trabajador quede excluido de la limitación de
jornada de trabajo de cuarenta y ocho horas semanales.
Por consiguiente, no cabe sino concluir que el trabajador de que se trata se en-
cuentra afecto, en materia de jornada de trabajo, a la norma general que contiene
el inciso 1º del artículo 22 del referido cuerpo legal.
• Ord. Nº 8.006/324, 11.12.95
“El “movimiento notoriamente escaso” supone una carga de trabajo que a vista de
todos y sin necesidad de realizar un especial esfuerzo de percepción aparece de
manifiesto que es reducida, calificación que debe practicarse en cada caso en par-
ticular previa visita inspectiva e informe circunstanciado sobre flujo de trabajo en
la empresa o establecimiento...”.
• Ord. Nº 5.091/337, 01.12.00
“Las funciones que desarrollan estos dependientes se asemejan a las de camareros
de hoteles por cuanto deben estar atentos al ingreso de pasajeros, prestar atención
a las habitaciones respecto de pedidos de comestible y otros, ordenar las habita-
ciones y asearlas manteniéndolas siempre en condiciones de ser ocupadas. De igual
forma se da cuenta en el referido informe que el citado establecimiento hotelero
presenta una notoria escasez de movimiento como señala la ley, razón por la que
posible es afirmar que en la especie se dan los presupuestos que harían aplicable al
personal de la consulta la jornada prolongada prevista en el inciso 3º de la dispo-
sición en análisis. En consecuencia, sobre la base de las disposiciones legales cita-
das y consideraciones formuladas, cúmpleme informar que los trabajadores que se
desempeñan como camareros del Hotel Monte Bello de la comuna de San Joaquín
de la ciudad de Santiago, están afectos a la jornada prevista por el artículo 27 del
Código del Trabajo”.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 287
ría el tiempo mínimo dentro del cual deberá distribuirse la jornada ordinaria de
trabajo de 180 horas mensuales propias del rubro, resolviendo el problema deriva-
do de la inexistencia de una norma que fije dicho límite de tiempo, y que se traduce
en que la jornada laboral de estos trabajadores se cumple mucho antes de comple-
tar la respectiva mensualidad. Asimismo, el asesor legislativo del señor Ministro
del Trabajo y Previsión Social precisó que la jornada laboral de 21 días no resta el
carácter mensual de dicha jornada, razón por la cual los trabajadores efectiva-
mente tendrán 9 ó 10 días de descanso según si el mes tiene 30 ó 31 días totales”.
– CHOFERES VEHÍCULOS TRANSPORTE PASAJEROS RURAL COLECTIVO DE PASA-
JEROS
Quizá si una de las novedades más importantes de la nueva regulación legal,
es el reconocimiento del legislador laboral de los trabajadores de transporte ru-
ral.
Este reconocimiento se efectúa de la siguiente forma en el nuevo artículo 26
bis, del Código del Trabajo:
“El personal que se desempeñe como chofer o auxiliar de los servicios de transpor-
te rural colectivo de pasajeros se regirá por el artículo precedente. Sin perjuicio de
ello, podrán pactar con su empleador una jornada ordinaria de trabajo de ciento
ochenta horas mensuales distribuidas en no menos de veinte días al mes...”.
Según la norma legal transcrita, estos trabajadores tienen, por regla general,
una jornada de 45 horas de trabajo (la misma de los trabajadores de la locomo-
ción colectiva urbana de pasajeros: artículo 26, del Código del Trabajo). Con
todo, las partes pueden acordar una jornada de 180 horas mensuales, las que
deben distribuirse en no menos de 20 días al mes.
• Ord. Nº 4.409/079, 23.10.08
“...Al indicarse que el personal de choferes y auxiliares de los servicios de trans-
porte rural colectivo de pasajeros se regirá por el artículo precedente, 26 del Códi-
go del Trabajo, atendida la ubicación de dicho articulado entre las normas que
regulan la jornada de trabajo, no cabe sino concluir que, en esta materia, les resul-
ta aplicable la regla general del artículo 22 del mismo cuerpo legal, esto es, 45
horas semanales. ...
Sin perjuicio de lo anterior, la norma en comento permite a las partes pactar una
jornada ordinaria de trabajo de 180 horas mensuales distribuidas en no menos de
20 días al mes.
En este punto es del caso señalar que conforme a la historia fidedigna del estable-
cimiento de la Ley Nº 20.271, Segundo Informe de la Comisión Trabajo, el señor
Ministro del Trabajo y Previsión Social propuso establecer en la norma un régimen
alternativo, proposición que fue recogida por la Comisión, esto es, consagrar que la
jornada laboral de los trabajadores del servicio de transporte rural colectivo de pa-
sajeros, podrá ser semanal o mensual, según el acuerdo de las partes. De esta forma,
queda entregada a la voluntad de las partes la definición del régimen al que han de
someterse en materia de jornada de trabajo, permitiendo, en consecuencia, aplicar,
al efecto, el sistema que mejor se ajuste a la realidad de cada caso en particular”.
Por su parte, la misma norma legal, en su inciso final, remite la definición y
calificación de la categoría en análisis, al Ministerio de Transportes y Teleco-
290 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
municaciones, lo que, por cierto, efectuó a través del Decreto Supremo Nº 212,
de 1992:
“Se entenderá como servicios de transporte rural colectivo de pasajeros, aquellos
que cumplan con los requisitos que determine reglamentariamente el Ministerio de
Transportes y Telecomunicaciones”.
• Ord. Nº 4.409/079, 23.10.08
“...el artículo 6º del Decreto Nº 212, de 1992, del Ministerio de Transportes y Tele-
comunicaciones, Reglamento de los Servicios Nacionales de Transporte Público de
Pasajeros, actualmente vigente y por tanto plenamente aplicable a la materia, al
referirse a las secciones en que se divide el Registro Nacional de Servicios de Trans-
porte de Pasajeros, en su letra b) conceptualiza lo que debe entenderse por servi-
cios rurales de transporte público de pasajeros, en los siguientes términos:
“b) servicios rurales de transporte público de pasajeros, entendiéndose por éstos
los que, sin superar los 200 km de recorrido, exceden el radio urbano, con excep-
ción de lo indicado en la letra c) siguiente;”.
La excepción a que alude la precitada disposición reglamentaria dice relación con
aquellos recorridos que sin exceder los 200 km unen la ciudad de Santiago con
localidades o ciudades costeras ubicadas en la V Región, los cuales, reglamenta-
riamente, son considerados como servicios interurbanos de transporte público de
pasajeros.
Finalmente, en relación con esta materia, resulta del todo pertinente puntualizar
que, sin perjuicio de lo anterior, el inciso 2º del precitado artículo 6º del Decreto
Nº 212, establece que el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, previo
informe del Secretario Regional Ministerial de Transportes y Telecomunicaciones
competente, considerando otras variables, podrá, por resolución fundada, clasifi-
car como servicios rurales o interurbanos a servicios que no cumplan las caracte-
rísticas antes señaladas”.
2.2. Excepciones a la limitación de jornada de trabajo
Las excepciones a la limitación de la jornada de trabajo se encuentran
contenidas en los incisos segundo, tercero, cuarto y final, del artículo 22 del
Código del Trabajo, los cuales excluyen de la regla general a ciertos trabaja-
dores que, no obstante ser dependientes, por las características o naturaleza de
sus actividades no pueden quedar sujetos a un horario predeterminado de tra-
bajo.
Cabe hacer presente, en relación a los distintos grupos exceptuados de la
limitación de jornada, que nada obsta a que los contratantes, en uso de la auto-
nomía de la voluntad, convengan una jornada de trabajo determinada, caso en el
cual quedarán sujetos a la jornada máxima pactada, sea ésta igual o inferior a la
prevista en el inciso primero del referido precepto.
Al respecto, prescribe la referida norma legal:
“Quedarán excluidos de la limitación de jornada de trabajo los trabajadores que
presten servicios a distintos empleadores; los gerentes, administradores, apodera-
dos con facultades de administración y todos aquellos que trabajen sin fiscaliza-
ción superior inmediata; los contratados de acuerdo con este Código para prestar
servicios en su propio hogar o en un lugar libremente elegido por ellos; los agentes
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 291
tes a toda relación laboral, entre los cuales puede citarse, a vía ejemplar, la fa-
cultad de decidir sobre la contratación o despido de personal, la autorización de
permisos y feriados, etc.
La facultad de administración lleva implícita las facultades decisionales en
aspectos tales como la planificación, organización, dirección, coordinación y
control de la marcha de la empresa o de un establecimiento o área de importan-
cia. En el fondo, debe tratarse de trabajadores que, en el ámbito organizacional
de la empresa, desempeñen funciones superiores de mando e inspección y ejer-
zan facultades decisorias sobre políticas y procesos productivos, de comerciali-
zación, etc.
• Ord. Nº 1.365/64, 09.04.01
“Por “apoderados con facultades de administración” debe entenderse aquellos
dependientes que representan al empleador y tienen, en general, poder decisional
suficiente para obligar a éste con los trabajadores en los diversos aspectos inherentes
a toda relación laboral. En el fondo, debe tratarse de trabajadores que, en el ámbito
organizacional de la empresa, desempeñen funciones superiores de mando e inspec-
ción y ejerzan facultades decisorias sobre políticas y procesos productivos, de
comercialización, etc”. Ahora bien, en la especie, analizados los antecedentes pro-
porcionados, particularmente los poderes con que cuentan los trabajadores que nos
ocupa contenidos en el Acta de la Sesión Extraordinaria del Directorio Nº 6-1987,
del Banco Bhif reducida a escritura pública con fecha 09.09.87, es preciso concluir
que las facultades de los Jefes de Gestión Operativa y Ejecutivos de Cuentas de la
citada entidad bancaria son especiales y restringidas a determinados actos de ad-
ministración por lo que no puede considerárseles “apoderados con facultades de
administración” en los términos de la doctrina precedentemente reseñada y, por
tanto, no procede estimarlos exceptuados de la limitación de jornada de trabajo”.
• Ord. Nº 77/03, 08.01.1997
“...existen ciertos dependientes que, por disposición expresa de la ley, representan
al empleador, lo cual permite sostener, a juicio de este Servicio, que de entre los
varios factores o elementos que determinan la existencia del vínculo de subordina-
ción, en su caso no puede tener lugar la sujeción a controles de jornada y asisten-
cia, toda vez que en sus relaciones jurídicas con el empleador media un elemento
subjetivo consustancial a las mismas, cual es el ser dependientes de la exclusiva
confianza de éste para efectos jurídicos y prácticos tan esenciales como son los de
representarlo y administrar todo o parte de sus negocios.
En esta forma preciso es convenir que la duración de la presencia de estos depen-
dientes en su lugar de trabajo estará solamente determinada por los requerimien-
tos propios de su cargo, independientemente de la jornada de trabajo existente en
la empresa o del horario de funcionamiento de ésta, pudiendo ser superior o infe-
rior a estos parámetros según las circunstancias y sin sujeción a control alguno.
...no resulta acertado pensar que la intención del legislador fue someter a los con-
troles de que se trata a dependientes que, según lo expresado, representan al propio
empleador, puesto que tal exigencia implicaría una especie de autocontrol, que
ninguna razón de orden jurídico ni práctico aconseja establecer; máxime si, como
se ha visto, dichos trabajadores están expresamente exceptuados de la limitación
de jornada”.
294 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
que pretenda que los servicios prestados en el propio domicilio se realizan bajo
relación laboral deberá en todo caso probar su afirmación.
Es obvio y de toda razón que estos trabajadores se encuentren exceptuados
de la limitación de la jornada de trabajo, toda vez que va a ser materialmente
imposible, en atención a la naturaleza misma del lugar donde prestan sus servi-
cios, que se pueda efectuar un control de las horas de trabajo, tomando en con-
sideración además la libertad con que cuenta el trabajador para distribuir su
tiempo de labor en los momentos que estime convenientes.
e) Agentes comisionistas y de seguros, vendedores viajantes, cobradores y
demás similares que no ejerzan sus funciones en el local del establecimiento
A diferencia de los trabajadores a domicilio, estos trabajadores no desarro-
llan sus labores en un “espacio físico determinado”, sino que, por el contrario,
su actividad consiste en viajar o desplazarse directamente a los lugares en que se
encuentran sus clientes.
El legislador ha reconocido en esta modalidad de la prestación de los servi-
cios una imposibilidad evidente de aplicar las normas sobre limitación de la
jornada de trabajo.
En lo concerniente al ámbito de aplicación de esta norma, específicamente
en lo que se refiere a las labores “similares” a que se hace referencia, podemos
decir que la jurisprudencia administrativa ha considerado como parte de “aque-
llos trabajadores que no ejercen sus funciones en el local del establecimiento”, a
los supervisores y choferes de las empresas de transporte, sosteniendo, por tan-
to, que estos dependientes se encuentran excluidos de la limitación de jornada
de trabajo establecida en el inciso 1º del artículo 22 del Código, precisamente,
por desarrollar sus labores fuera del local del establecimiento.
• Ord. Nº 5.235/302, 14.10.1999
“El Inspector de Ruta se encarga de la fiscalización de buses, lo que realizan dos
inspectores en cada turno, el primero desde las 5:40 hasta las 14:30, y el segundo
desde las 14:30 hasta las 23:00 horas; específicamente, estos dependientes deben
comprobar que cuadren los boletos vendidos con la numeración de los boletos que
portan los pasajeros; por su parte, los Supervisores de los Inspectores de Ruta
deben percatarse de la ausencia de alguno de éstos y evitar que quede descubierto
de fiscalización algún sector, asimismo, debe reunirse semanalmente con los Ins-
pectores para evaluar y coordinar sus tareas; a su vez, los Inspectores deben soli-
citar los permisos para ausentarse de sus labores a su Supervisor. De la descrip-
ción de las labores específicas que desarrollan los Supervisores, se concluye que
los Inspectores de Ruta se encuentran sujetos a fiscalización superior inmediata,
toda vez que este control proviene de personas con mayor responsabilidad en la
organización de la empresa (rango o jerarquía) y esta supervisión o control se
ejerce en forma permanente y cercana. En consecuencia, sobre la base de las dis-
posiciones legales y jurisprudencia administrativa invocadas, cúmpleme manifes-
tar a Ud. que los Inspectores de Ruta dependientes de la Empresa de Transportes
Pullman Bus Lago Peñuelas S.A., se encuentran afectos a una jornada ordinaria de
trabajo que no debe exceder las cuarenta y ocho horas semanales, no resultándoles
aplicables el inciso 2º del artículo 22 del Código del Trabajo”.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 297
17 Esta norma fue introducida por el numeral 7º, del artículo único, de la Ley Nº 19.759, de
2001.
298 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
18
Por la importancia de esta institución, y por el desarrollo que ha alcanzado en variadas
áreas productivas de nuestro país, le dedicaremos a su tratamiento un acápite especial.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 301
hasta dos semanas ininterrumpidas, al término de las cuales deberán otorgarse los
días de descanso compensatorios de los días domingo o festivos que hayan tenido
lugar en dicho período bisemanal, aumentados en uno”.
Respecto a la aplicación de la norma precedentemente transcrita se autoriza
expresamente a las partes para estipular jornadas ordinarias de trabajo de hasta
dos semanas de extensión, si la prestación debe efectuarse en lugares apartados
de centros urbanos, de suerte tal que sólo es necesario que la empresa y sus
dependientes así lo convengan, no requiriéndose autorización previa de la Di-
rección del Trabajo.
Ahora bien, respecto del número de días de trabajo que comprende la expre-
sión “de hasta dos semanas ininterrumpidas”, la jornada bisemanal comprende
sólo hasta 12 días de labor efectiva, lo que determina una jornada bisemanal
ordinaria máxima de 96 horas, al término de la cual deberán concederse los co-
rrespondientes descansos compensatorios más el día adicional que otorga la ley.
• Ord. Nº 5.547/263, 26.12.03
“Sólo se encuentran en la situación del artículo 39 del Código del Trabajo, que
permite el pacto de la denominada jornada bisemanal, aquellos trabajadores que
hagan uso de su descanso entre jornadas diarias de trabajo en el lugar de trabajo,
en cuanto existe, en dicho caso, el impedimento de distancia geográfica exigido
por la ley”.
• Ord. Nº 2.691/154, 16.08.02
“En el régimen de jornada semanal que regula el citado artículo 39, el legislador
ha establecido un sistema rígido e inalterable que obliga al empleador a conceder
al respectivo dependiente la totalidad de los descansos compensatorios generados
en el período, más el adicional. Lo anterior permite sostener, en opinión de esta
Dirección, que el régimen de distribución de jornada de trabajo y descansos que la
ley permite pactar a los trabajadores exceptuados del descanso dominical y de días
festivos cuya prestación de servicios deba efectuarse en lugares apartados de cen-
tros urbanos, en los términos del artículo 39 del Código del Trabajo, debe ceñirse
a las normas propias y expresas sobre descanso compensatorio allí establecidas,
no resultando, por ende, aplicables a tales trabajadores las disposiciones que so-
bre la materia se contienen en el artículo 38 del citado cuerpo legal. En consecuen-
cia, sobre la base de las disposiciones legales y consideraciones formuladas cúm-
pleme informar a Ud. que no procede otorgar a lo menos dos de los días de descan-
so en el respectivo mes calendario en día domingo, a los trabajadores afectos al
sistema de jornada bisemanal previsto en el artículo 39 del Código del Trabajo”.
• Ord. Nº 3.653/269, 30.08.00
“Sin perjuicio de lo anterior y teniendo presente que el denominado sistema de
“Jornada Bisemanal” que regula el artículo 39 en comento permite a las partes
pactar hasta dos semanas ininterrumpidas de trabajo, para determinar, en cada
caso, el número de horas extraordinarias que generará el sistema y el promedio
diario que es posible laborar cuando las partes acuerden distribuir las (...) horas
en 10, 11 ó 12 días, es necesario recurrir al concepto de “semana”, el cual, según
lo sostenido por este Servicio, (...) corresponde a un período de siete días, confor-
mado tanto por días de trabajo como de descanso. Al tenor de lo expuesto, forzoso
resulta convenir que un período bisemanal comprenderá un máximo de catorce
302 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
días, incluidos en ellos los correspondientes días de trabajo y descanso, sin perjui-
cio del adicional que otorga la ley. De esta manera entonces, para efectuar el cálculo
de que se trata, deberá establecerse, previamente, el número de semanas o porcen-
tajes de ésta que inciden en el ciclo de trabajo y descansos pactado por las partes,
para lo cual deberá dividirse la totalidad de los días comprendidos en el sistema
por 7, el que, como ya se dijera, conforma un período semanal. Ahora bien, si
tenemos presente que en este último puede laborarse hasta un máximo de (45)
horas ordinarias, dicho máximo, multiplicado por el número de semanas o porcen-
taje de ellas que abarque el respectivo período bisemanal, determinará el número
total de horas de trabajo que en él se comprenden y la existencia o no de jornada
extraordinaria”.
La Dirección del Trabajo ha señalado que no es necesaria la autorización
previa para pactar una jornada ordinaria de trabajo distribuida en ocho días con-
tinuos seguidos de seis días de descanso, cuando no exceda de 10 horas diarias.
Con esto, indirectamente se ha establecido que la diferencia entre una bisemanal
y un sistema excepcional está en que en la primera la jornada diaria de trabajo
no puede exceder de 10 horas diarias y en la segunda, por expresa disposición
del artículo 28 del Código del Trabajo, sí puede excederse.
3. DISTRIBUCIÓN DIARIA DE LA JORNADA DE TRABAJO
La regla general en esta materia se encuentra contenida en el inciso segun-
do, del artículo 28 del Código del Trabajo, que dispone que la jornada ordinaria
en ningún caso podrá exceder de diez horas por día.
“En ningún caso la jornada ordinaria podrá exceder de diez horas por día, sin
perjuicio de lo dispuesto en el inciso final del artículo 38”.
3.1. Primera excepción, artículo 38 incisos sexto y final
Como lo veremos, en los sistemas excepcionales de distribución de la jorna-
da de trabajo y descanso se hace excepción al límite de la jornada diaria ordina-
ria. En efecto, conforme a la misma disposición legal citada, el máximo señala-
do lo es sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso final del artículo 38.
De consiguiente, el Director del Trabajo al autorizar sistemas excepcionales
de distribución de jornada de trabajo y descansos, puede autorizar también jor-
nadas diarias superiores al máximo indicado con anterioridad.
3.2. Prolongación de la jornada ordinaria
El legislador ha contemplado la posibilidad que la jornada de trabajo pueda
prolongarse en los siguientes casos:
– PROLONGACIÓN DE LA JORNADA ORDINARIA POR CIRCUNSTANCIAS EXCEPCIONALES
De acuerdo al artículo 29 del Código del Trabajo, la jornada ordinaria puede
ser excedida en la medida indispensable para evitar perjuicios en la marcha
normal del establecimiento o faena.19
Los incisos penúltimo y final, del artículo 38 del Código del Trabajo21, han
hecho recaer en la autoridad administrativa la facultad amplísima de autorizar,
en los casos que según su propia calificación se justifique, un sistema excepcio-
nal de distribución de la jornada de trabajo y de los descansos. Dispone la refe-
rida disposición legal:
“Con todo, en casos calificados, el Director del Trabajo podrá autorizar, previo
acuerdo de los trabajadores involucrados, si los hubiere, el establecimiento de sis-
temas excepcionales de distribución de jornadas de trabajo y descansos, cuando lo
dispuesto en este artículo no pudiere aplicarse, atendidas las especiales caracte-
rísticas de la prestación de servicios y se hubiere constatado, mediante fiscaliza-
ción, que las condiciones de higiene y seguridad son compatibles con el referido
sistema.
La vigencia de la resolución será por el plazo de cuatro años. No obstante, el Di-
rector del Trabajo podrá renovarla si se verifica que los requisitos que justificaron
su otorgamiento se mantienen. Tratándose de las obras o faenas, la vigencia de la
resolución no podrá exceder el plazo de ejecución de las mismas, con un máximo
de cuatro años”.
En la práctica esta facultad, que por su génesis y espíritu fue concebida
como excepcionalísima, se ha transformado con el devenir de los años en la
regla general en algunas faenas productivas que se valen de esta autorización
profusamente, tal es el caso de la Minería.
A partir de 1997, la Dirección del Trabajo regula administrativamente el
ejercicio de esta facultad, a través de sendos instrumentos administrativos (255),
que fijan, por una parte, los criterios para las autorizaciones y, por otra, los
procedimientos a utilizar.
El objetivo de estas regulaciones fue establecer de manera objetiva la forma
de hacer uso de esta facultad y disminuir al máximo la posibilidad de arbitrarie-
dad. En definitiva, se trataba de contar, para los empleadores, con reglas claras
y previas a las cuales ajustarse y para los trabajadores normas que permitan su
adecuada protección.
Las razones que motivan a los actores a implementar un sistema excepcio-
nal, han sido expuestas en un estudio de Fernando de Liare, quien concluye que
20 Al respecto vid. el tratamiento efectuado sobre los trabajadores del comercio en el acápite
sobre Ius Variandi.
21 El texto actual fue incorporado por la reforma laboral del año 2001 (Ley Nº 19.759).
304 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
discrecional, pero sólo puede ser utilizada en casos calificados, esto es, cuando en
una empresa o faena exceptuada del descanso dominical no pudieren aplicarse las
reglas generales sobre jornadas de trabajo y descansos, en atención a las especiales
características de la prestación de los servicios; 2) La Ley faculta al Director del
Trabajo sólo a autorizar la distribución de las jornadas de trabajo y de descansos en
un período de tiempo distinto al de una semana, y por ello, éste deberá dar estricto
cumplimiento a las normas que prescriben derechos irrenunciables en favor de los
trabajadores señaladas en el cuerpo del presente informe, al autorizar el estableci-
miento de estos sistemas excepcionales. 3) El Director del Trabajo deberá ejercer
esta facultad mediante la dictación de una resolución que debe ajustarse a las forma-
lidades propias de todo acto administrativo. 4) El Director del Trabajo puede dero-
gar o modificar las resoluciones vigentes que autoricen sistemas excepcionales de
distribución de jornada de trabajo y descansos cuando se hubiere excedido en sus
atribuciones legales o hubiere incurrido en un error de hecho”.
2. CRITERIOS PARA LA AUTORIZACIÓN
La Dirección del Trabajo ha establecido una serie de criterios o parámetros a
los cuales deberán someterse las solicitudes presentadas. Estos criterios obede-
cen, en algunos casos, simplemente al reconocimiento de realidades normativas
existentes (duración de la jornada de trabajo 45 horas semanales), en otros, a cri-
terios establecidos por la autoridad en razón de estimarlo necesario y razonable.
De esta forma, la legalidad del ciclo de trabajo solicitado estará determinada
por la relación armónica de cada uno de sus componentes y la sujeción a los
criterios establecidos.
Con todo, es necesario a la hora de tratar estos requisitos diferenciar entre
los requisitos comunes a todo tipo de sistemas excepcionales y aquellos especí-
ficos dependiendo del tipo de sistema de que se trate. Por lo pronto, en estas
páginas sólo trataremos los criterios referidos a los sistemas excepcionales para
faenas ubicadas en lugares apartados de centros urbanos 23 y sistemas excep-
cionales para faenas ubicadas dentro del radio urbano24, por ser éstos los de
mayor incidencia25.
En general, se trata de criterios comunes a ambos tipos de sistemas excep-
cionales y sólo se diferencian en lo referido a los días continuos de trabajo y al
descanso adicional, según veremos.
Donde:
a) 84 = 7x12
14
b) 2 =
7
El ejercicio de la atribución aludida supone únicamente la autorización para
la distribución de la jornada y de los descansos, en vez de en el período de una
semana, en otro lapso, como por ejemplo, 8, 10, 14 ó 20 días.
La flexibilización dice relación con la posibilidad de establecer una forma
de distribuir la jornada de trabajo distinta a la contenida en el artículo 28 del
Código del Trabajo, esto es, en no más de 6 ni en menos de 5 días, no alterándo-
se en consecuencia la duración de la jornada que sigue teniendo como límite las
45 horas, sólo que se tendrá que utilizar un promedio.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 307
del término de su período de feriado su turno o equipo de trabajo esté haciendo uso
del descanso que les garantiza el sistema excepcional al que se encuentran afectos.
En otros términos, las condiciones de reintegro de los trabajadores que laboran en
un sistema excepcional de distribución de jornada de trabajo y descansos, que
hacen uso de feriado legal, dependerá de la situación que a la fecha en que les
corresponda reasumir sus funciones se encuentre su respectivo turno o equipo de
trabajo, según ya se señalara”.
En consecuencia, extremando los ejemplos, si el trabajador termina su li-
cencia o feriado en el último día del ciclo de trabajo, tiene a salvo todo el perío-
do de descanso del ciclo y, por el contrario, si la licencia o feriado concluye en
el último día del período de descanso debe reincorporarse a sus labores.
– APLICACIÓN DE SISTEMA EXCEPCIONAL DE EMPRESA USUARIA A TRABAJADOR
TRANSITORIO PUESTO A DISPOSICIÓN
La Dirección del Trabajo ha señalado que si el trabajador transitorio es puesto
a disposición en una empresa usuaria afecta a un sistema excepcional, dicho
sistema también se aplica al primero.
• Ord. Nº 2.249/048, 19.06.07
“Si la empresa usuaria ha obtenido un sistema excepcional de jornada de trabajo
y de descanso, conforme al artículo 38 del Código del Trabajo, corresponde apli-
car el mismo directamente al trabajador transitorio puesto a disposición, no siendo
necesario, en consecuencia, que la empresa de servicios transitorios obtenga una
nueva autorización para dicho trabajador de aquella que ya ha sido obtenida por
la empresa usuaria respectiva. Lo anterior, sin perjuicio, de que se debe dejar cons-
tancia en el contrato de trabajo de dicha circunstancia”.
– COMPENSACIÓN DE DÍAS DE DESCANSO POR TÉRMINO DE CONTRATO
Según lo afirmado por la Dirección del Trabajo, procede la compensación
de los días de descanso cuando se ponga término al contrato de trabajo antes de
que haga uso de ellos.
• Ord. Nº 6.959/299, 03.11.95
“Dicho de otra manera, los días de descanso que se otorgan acumulados dentro de
un sistema excepcional corresponden a los días de descanso compensatorio de que
debía haber hecho uso el trabajador si hubiera laborado dentro del régimen nor-
mal previsto en el inciso 3º del artículo 38 del Código del Trabajo, en términos
tales que el sistema excepcional sólo ha posibilitado su postergación y acumula-
ción, encontrándose por ende, incorporados al patrimonio del dependiente con-
juntamente con el incremento que se hubiere convenido.
... resulta procedente requerir la compensación del período de descanso que co-
rresponde dentro de un sistema excepcional de distribución de la jornada y los
descansos a que se refiere el artículo 38 inciso final del Código del Trabajo, cuan-
do termine la relación laboral antes de hacerse uso efectivo del mismo”.
h) Relación máxima entre días de trabajo y descanso
Al igual que en el criterio anterior, es necesario diferenciar si se trata de un
sistema excepcional para faenas alejadas de centros urbanos o faenas ubicadas
dentro del radio urbano, así:
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 313
Como una primera conclusión, podemos decir que el límite establecido por
el legislador, para determinar la existencia de la jornada extraordinaria de traba-
jo, es de base semanal; por lo cual, el simple hecho que un trabajador haya
laborado en exceso sobre su jornada diaria, no determinará por sí solo la presen-
cia del sobretiempo, sino que por el contrario ésta se producirá solamente una
vez que se haya sobrepasado el número de horas que constituye la jornada ordi-
naria semanal de trabajo (legal o convenida).
La ley impone dos restricciones, una de carácter cuantitativa: se faculta a las
partes sólo para acordar un máximo de dos horas diarias de labor extraordinaria,
y una de carácter cualitativa: las partes sólo podrán pactar la labor en horas
extraordinarias cuando éstas se realicen en faenas que por su naturaleza no per-
judiquen la salud del trabajador.
Al efecto, dispone el artículo 31, del Código del Trabajo:
“En las faenas que, por su naturaleza, no perjudiquen la salud del trabajador,
podrán pactarse horas extraordinarias hasta un máximo de dos por día, las que se
pagarán con el recargo señalado en el artículo siguiente [50%].
La respectiva Inspección del Trabajo, actuando de oficio o a petición de parte,
prohibirá el trabajo en horas extraordinarias en aquellas faenas que no cumplan la
exigencia señalada en el inciso primero de este artículo y de su resolución podrá
reclamarse al Juzgado de Letras del Trabajo que corresponda, dentro de los treinta
días siguientes a la notificación”.
– PERÍODO BASE PARA ESTABLECER HORAS EXTRAORDINARIAS
La Dirección del Trabajo ha señalado que el límite que sirve de base para esta-
blecer la existencia de horas extraordinarias es de carácter semanal, de manera tal
que el exceso diario no necesariamente conlleva una jornada extraordinaria si en
el cómputo semanal no se exceden las 45 horas de trabajo o lapso menor pactado.
Es decir, se produce una suerte de compensación. Con todo, nos merece ciertas
dudas esta conclusión, ya que se produciría una compensación de horas ordinarias
con horas extraordinarias, las que evidentemente tienen características diferentes.
Supongamos que en una jornada de 6x1, con 8 horas diarias de trabajo, un
día, se trabajan 6 horas y al otro 10, y ello con acuerdo de las partes. En este caso,
según la jurisprudencia anunciada no existirían horas extraordinarias, ya que en
la semana se mantendrían las 45 horas de trabajo.
• Ord. Nº 502/51, 01.02.00
“El límite que sirve de base para establecer la existencia de horas extraordinarias
es de carácter semanal siendo, por tanto, viable afirmar que el hecho de que se
haya laborado en exceso sobre un horario diario no determina por si sólo la pre-
sencia de sobretiempo sino que, por el contrario, éste se producirá solamente una
vez que se haya enterado el número de horas que constituye la jornada ordinaria
semanal convenida. De esta manera, la circunstancia de que el dependiente regis-
tre atrasos o inasistencia en una semana tendrá incidencia directa en su posibili-
dad de ganar sobresueldo, toda vez que las horas extraordinarias se empezarán a
contabilizar únicamente después de que se haya recuperado o compensado el tiem-
po no laborado como consecuencia de los atrasos o inasistencias y completando la
jornada semanal. Con todo, cabe hacer presente, por las mismas razones anota-
318 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
tos y el límite al trabajo extraordinario en el sexto día, cuando en los cinco días en
que se distribuye la jornada ordinaria no se hubiere laborado trabajo extraordina-
rio en cada uno de esos días, ello en función de la idea de semanalización del
trabajo extraordinario a que se ha hecho referencia y en cuya virtud el límite sema-
nal se fija en una unidad de cómputo semanal. Visto lo anterior, un nuevo análisis
del problema sugiere la necesidad de complementar la doctrina contenida en el
punto 7) del dictamen 332/23, conciliando la necesidad de restricción del trabajo
extraordinario, inmanente en la nueva normativa, con una razonable organización
del trabajo en las empresas. En este sentido, y teniendo presente el mismo supuesto
desde la cual parte la doctrina en comento, esto es, la necesidad de restringir el
trabajo extraordinario y lo señalado anteriormente en orden a que en nuestro siste-
ma jurídico el concepto de horas extraordinarias se asocia a la jornada ordinaria,
es decir, en una unidad de cómputo semanal, es posible entender, como segunda
conclusión, que respecto al trabajo extraordinario, tratándose de trabajadores que
tienen distribuida su jornada de trabajo en cinco días, existen tres tipos de límites.
El primero, dice relación con el límite del trabajo extraordinario cuando éste se
verifique a continuación de una jornada diaria completa y que la ley, de conformi-
dad al inciso primero del artículo 31, del Código del Trabajo, ha fijado en dos
horas. Esta línea divisoria naturalmente obedece a consideraciones que apuntan a
la protección de la salud de los trabajadores, evitando con ello el desgaste que les
provocaría el laborar un número excesivo de horas luego de haber cumplido con
su jornada diaria ordinaria. El segundo, orientado a establecer la duración máxi-
ma semanal del trabajo extraordinario. En este sentido, tomando en consideración
la restricción de las horas extraordinarias operada por la actual normativa en
concordancia con el concepto de semanalización en el cómputo de dichas horas a
que se ha hecho referencia, parece razonable recurrir a la suma de las horas ex-
traordinarias a que es posible laborar diariamente, esto es, dos por cada uno de los
días en que se distribuye la jornada ordinaria más aquellas que se trabajen el sexto
día, que de conformidad al dictamen 332/23 equivalen a dos, lo que hace un total
de 12 horas extraordinarias a la semana, fijando en consecuencia un límite que en
cuanto a su duración máxima sea de 12 horas y en cuanto a su distribución sea
semanal. Por consiguiente, es admisible concebir la existencia de una especie de
bolsa o banco de horas extraordinarias cuya extensión máxima es de 12 horas a la
semana, la que puede distribuirse en los cinco días en que tiene lugar la jornada
ordinaria de trabajo con el límite diario de dos horas por día; o en el evento de no
haberse utilizado completamente las 12 horas durante los referidos cinco días pro-
cedería que el saldo que reste para completar dicho tope de 12 horas se utilice para
laborar horas extraordinarias el sexto día (por ejemplo, si en los cinco días de
jornada ordinaria sólo se trabajan tres días jornada extraordinaria, lo que signifi-
ca ocupar 6 horas extraordinarias, el día sábado se podrían laborar 6 horas, que
es el remanente para completar 12 horas). El tercero, apunta a establecer el límite
al trabajo en horas extraordinarias cuando éstas tengan lugar en el sexto día. Al
efecto, es preciso puntualizar que de conformidad a la fórmula esbozada,
hipotéticamente sería factible que, para el evento que en los cinco días en que se
distribuye la jornada ordinaria de trabajo no se laboren horas extraordinarias, en
el sexto día se laboren las 12 horas que aún restan para completar el límite sema-
nal aludido, produciéndose así una situación anómala y no deseada, en cuanto se
estaría laborando en el sexto día más horas, en este caso extraordinarias, que en la
jornada diaria ordinaria. Por esta razón, y teniendo en cuenta el carácter comple-
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 325
sin perjuicio de las eventuales multas que la empleadora deba pagar por sostener
jornadas ilegales de trabajo de la magnitud descritas”.
– HORAS EXTRAORDINARIAS LABORADAS FUERA DEL PAÍS
La Dirección del Trabajo ha señalado que es suficiente que la jornada máxi-
ma semanal haya sido excedida con conocimiento del empleador para que se
devengue el pago de horas extraordinarias, sin que sea procedente que la empre-
sa se exima del pago de las horas extra por la circunstancia que las labores se
desarrollen fuera del país.
• Ord. Nº 2.939/052, 30.06.06
“Cabe agregar, que a juicio de esta Dirección, en nada haría variar lo antes expre-
sado, el hecho que las labores en las cuales se habría excedido la jornada semanal
pactada se desarrollaron fuera del país, en Argentina, si el efecto que ello podría
implicar, sería que el trabajador no estaría sujeto a fiscalización superior inmedia-
ta, que no sería la situación analizada, y laboraría fuera del local del estableci-
miento, excepciones que no tienen relevancia jurídica si los contratos de trabajo
han estipulado una jornada máxima semanal, como se ha expresado. Por lo demás,
los contratos de trabajo del personal de la consulta, si bien han sido celebrados en
el país, para producir sus efectos en el mismo, originando una especie de estatuto
de obligaciones y derechos laborales para las partes, se estima que tal régimen no
podrían verse suspendido o modificado por el hecho que se haya debido desempeñar
circunstancialmente y en forma transitoria cometido fuera del país, en cumplimiento
del mismo contrato. En consecuencia, de conformidad a lo expuesto y disposiciones
legales citadas, cúmpleme informar a Ud. que procedería aplicar al personal de la
Corporación de Televisión de la Universidad Católica de Chile, Canal 13, que labo-
ra cometidos esporádicas de grabación o transmisión en el extranjero, el estatuto
contractual laboral que le rige en el país, por lo que constituiría jornada extraor-
dinaria las 20,45 horas que el indicado personal habría excedido su jornada máxi-
ma semanal pactada en cometido desarrollado en la Argentina”.
4. REGISTRO DE LAS HORAS EXTRAORDINARIAS
Para los efectos de calcular y determinar el número de horas extraordinarias
laboradas por un trabajador, basta una simple operación aritmética que señale
las horas que exceden de la jornada ordinaria de trabajo, de acuerdo a los datos
que proporcione el registro que ordinariamente se emplee para registrar las ho-
ras de trabajo en la empresa.
De este modo resulta innecesario que se establezca un registro especial dis-
tinto de los controles de asistencia y horas de trabajo contemplados en el inciso
primero, del artículo 33, del Código del Trabajo para el solo efecto del cálculo
de las horas extraordinarias.
De tal forma que, para los efectos de determinar las horas extraordinarias
laboradas, bastará revisar el libro de asistencia del personal o el reloj control con
tarjetas de registro, o el sistema especial que exista en la empresa en cuestión.
• Ord. Nº 3.561/133, 10.08.04
“Los trabajadores que laboran afectos a una jornada de trabajo y, por tanto, suje-
tos a limitación de la misma, se encuentran obligados a registrar su asistencia y
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 327
determinar sus horas de trabajo, en el sistema de registro que, para tales efectos,
tenga implementado su empleador”.
5. FORMA Y OPORTUNIDAD DE PAGO DE LAS HORAS EXTRAORDINARIAS
El Código del Trabajo trata esta materia en el artículo 32, inciso tercero,
disponiendo al efecto que:
“Las horas extraordinarias se pagarán con un recargo de un cincuenta por ciento
sobre el sueldo convenido para la jornada ordinaria y deberán liquidarse y pagar-
se conjuntamente con las remuneraciones ordinarias del respectivo período”.
Cabe destacar de esta norma el hecho que las horas laboradas en exceso de
la jornada ordinaria de trabajo reúnen la doble característica de tener un valor
superior al de las horas ordinarias y de no ser procedente su pago en una oportu-
nidad posterior o diversa a la prevista para el pago de la remuneración ordinaria.
Por consiguiente, las reglas que fijan la forma de pago de las horas extraor-
dinarias son las siguientes:
5.1. Recargo del cincuenta por ciento y base de cálculo (sueldo)
Las horas extraordinarias deben pagarse con un recargo de un 50% del valor
del sueldo convenido para la jornada ordinaria.
El concepto de sueldo está definido expresamente en la ley, al efecto el
artículo 42 letra a) del Código del Trabajo29 dispone que:
“Constituyen remuneración entre otras:
a) sueldo, o sueldo base, que es el estipendio obligatorio y fijo, en dinero, pagado
por períodos iguales, determinados en el contrato, que recibe el trabajador por la
prestación de sus servicios en una jornada ordinaria...”.
Tal como es posible observar, el cálculo de las horas extraordinarias debe
hacerse sobre la base del sueldo convenido entre las partes, por lo cual, en el
mismo no pueden considerarse las otras formas de remuneración que se hubie-
ren devengado en el período.
Corresponde entonces que nosotros determinemos específicamente los re-
quisitos copulativos que debe revestir la remuneración para que pueda ser con-
siderada sueldo.
Al respecto, debemos decir que la Dirección del Trabajo ha determinado
que existe sueldo cuando:
– se verifica la existencia de un estipendio fijo;
– pagadero en dinero por períodos iguales determinados en el contrato de
trabajo, y
– que tenga por causa la prestación de los servicios contratados.
– BASE DE CÁLCULO CON SUELDO BASE INFERIOR AL MÍNIMO
Con la entrada en vigencia de la Ley Nº 19.98830, los trabajadores cuyo
sistema remuneracional esté conformado por un sueldo de monto inferior al
29 La definición de sueldo fue modificada con la Ley Nº 20.281, publicada en el Diario Ofi-
cial de 21.07.08.
30 Publicada en el Diario Oficial de fecha 18.12.04.
328 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
31 Dispone la nueva letra a), del artículo 42, del Código del Trabajo:
“...El sueldo, no podrá ser inferior a un ingreso mínimo mensual...”.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 329
Con todo, y sin perjuicio de la conclusión anterior, por regla general el tra-
bajo en día domingo o festivo, respecto de empresas no exceptuadas del descan-
so dominical, por regla general constituye una infracción que será sancionada
con multa a beneficio fiscal, de conformidad a lo prevenido en el artículo 477(506)
del Código del Trabajo. Sólo en caso de fuerza mayor podría darse lícitamente
el trabajo en días domingo o festivos.
6.2. Las empresas exceptuadas del descanso dominical
Estas empresas están facultadas para distribuir su jornada de trabajo de un
modo tal que incluya los días domingo y festivos, por lo cual, como es obvio, en
principio no estarán obligadas a pagar las horas trabajadas en tales días con el
recargo legal, por el contrario, sólo deberán pagar el referido recargo toda vez
que, según las reglas generales, estas empresas excedan su jornada ordinaria
semanal.
7. LAS HORAS LABORADAS EN COMPENSACIÓN DE UN PERMISO
El Código del Trabajo no considera como horas extraordinarias las labora-
das en compensación de un permiso, siempre y cuando dicha compensación
haya sido solicitada por escrito por el trabajador y autorizada por el empleador.
• Ord. Nº 4.295/297, 09.09.98
“El legislador ha establecido un límite para la jornada ordinaria de trabajo, límite
éste que es semanal, de suerte tal que no resulta jurídicamente procedente compen-
sar las horas no trabajadas en una semana con aquellas que se laboren en exceso
en la semana siguiente. Por el contrario, en el evento de que en una semana los
trabajadores laboren por sobre la jornada ordinaria de trabajo, este exceso debe
ser pagado como horas extraordinarias, con el recargo legal correspondiente, sin
que sea viable establecer ningún mecanismo de compensación que exonere de su
pago como tal. Cabe señalar que en igual sentido se ha pronunciado este Servicio,
entre otros, en dictámenes Nºs. 1.449, de 12.03.85, 6848, de 13.11.85 y 2.286-109,
de 07.04.95. De este modo, en la especie no resulta conforme a derecho la compen-
sación de horas de permiso con horas extraordinarias, por lo que no corresponde
establecer el valor de una y otra para tal efecto, aún más si se trataría de períodos
semanales distintos en los cuales se autorizó el permiso y se laboró extraordinario.
En consecuencia, de conformidad a lo expuesto y disposiciones legales citadas,
cúmpleme informar a Ud. que no procede compensar el pago de horas extraordi-
narias con horas de permiso que se hubiere concedido, aún más si corresponden a
períodos semanales distintos”.
• Ord. Nº 6.203/288, 24.10.94
“La compensación sólo puede tener su origen en un acuerdo expreso de los contra-
tantes, el que debe ser suscrito con antelación a la época en que dicha compensa-
ción deba concretarse. No resulta viable imponerla en forma unilateral por una de
las partes, como tampoco tener lugar con anterioridad a la solicitud y autorización
respectiva. Lo anterior obedece al deseo del legislador de que el trabajador sepa
con certeza que las horas que va laborar fuera de su jornada habitual de trabajo
no van a ser pagadas como extraordinarias, con el recargo legal correspondiente,
sino que va a tener por objeto compensar las horas no laboradas por un permiso.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 331
El Código del Trabajo faculta a las partes para que acuerden laborar el día de
descanso compensatorio que excede de uno semanal, en tal caso ese día de tra-
bajo debe ser pagado con un recargo de un 50% sobre la remuneración ordinaria,
sin perjuicio del derecho del trabajador al pago ordinario de ese día de trabajo.
Al respecto, señala el inciso quinto, del artículo 38, del Código del Trabajo:
“Cuando se acumule más de un día de descanso en la semana por aplicación de lo
dispuesto en los incisos tercero y cuarto, las partes podrán acordar una especial
forma de distribución o de remuneración de los días de descanso que excedan de
uno semanal. En este último caso, la remuneración no podrá ser inferior a la pre-
vista en el artículo 32”.
En consecuencia, si las partes acuerdan que los trabajadores laboren el día
que les corresponde descansar (por compensación de un día festivo), dicha jor-
nada diaria deberá ser remunerada en una proporción equivalente al 250% del
valor de la jornada ordinaria diaria. En efecto, el empleador, además de pagar el
día de descanso compensatorio (100%) a que tiene derecho el trabajador sin
necesidad de laborarlo y que está pagado en la remuneración normal, deberá
332 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
“Para los efectos de controlar la asistencia y determinar las horas de trabajo, sean
ordinarias o extraordinarias, el empleador llevará un registro que consistirá en un
libro de asistencia del personal o en un reloj control con tarjetas de registro.
Cuando no fuere posible aplicar las normas previstas en el inciso precedente, o
cuando su aplicación importare una difícil fiscalización, la Dirección del Trabajo,
de oficio o a petición de parte, podrá establecer y regular, mediante resolución
fundada, un sistema especial de control de las horas de trabajo y de la determina-
ción de las remuneraciones correspondientes al servicio prestado. Este sistema será
uniforme para una misma actividad”.
A continuación, analizaremos de manera separada los requisitos, las especi-
ficidades y los límites que la jurisprudencia y la doctrina le dan a cada uno de
estos sistemas de registro.
1. SISTEMAS CONTEMPLADOS POR LA LEY
Tal y como se desprende de la lectura del inciso primero del artículo 33 ya
transcrito, el legislador ha contemplado sólo dos sistemas de control de asisten-
cia y de horas trabajadas: el libro de asistencia y el reloj control con tarjetas de
registro.
Por otra parte, dentro de la aparente uniformidad que se presenta en este
sistema de registro, la jurisprudencia administrativa ha jugado un importante rol
para delimitarle una identidad protectora, pero a la vez lo suficientemente flexi-
ble para que se pueda adaptar a las constantes variaciones de las actividades
laborativas.
De esta forma, hoy día es posible encontrar una serie de reglas “administra-
tivas” a propósito del libro de asistencia y del reloj control con tarjetas de regis-
tro, entre éstas encontramos las siguientes:
1.1. El sistema debe ser simple y reflejar la jornada
El sistema registro control de asistencia debe ser mantenido de forma tal que
en él se establezca con exactitud el número de horas laboradas por cada depen-
diente dentro de la respectiva semana, de este modo el registro debe permitir
que se determine con exactitud las horas que corresponden a la jornada ordina-
ria y las que corresponden a la jornada extraordinaria de trabajo.
El registro debe contener, además, un espacio que permita la firma del tra-
bajador en señal de aceptación.
Cuando se cumple con estos requisitos, independientemente del nombre que
se le dé al registro, la empresa se encontrará facultada para implantarlo sin que sea
necesario contar con una autorización de la Dirección del Trabajo en tal sentido.
• Ord. Nº 2.795/220, 06.07.00
“El primero de los modelos que se acompaña y que está destinado para ser usado
en el sector bancario y financiero, no cumple con las condiciones generales exigi-
das por la ley y la jurisprudencia para ser calificado como “libro de asistencia
personal”. En la diagramación de este modelo no se ha considerado debidamente
el hecho de que la ley especifica que se trate de un libro y que éste debe contener la
información sobre la asistencia y sus alcances adicionales sobre todo el personal
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 335
personal, en el lugar o sitio específico en que éste cumpla sus funciones o presta los
servicios. En efecto, la doctrina, luego de analizar lo dispuesto en el artículo 21 del
Código del Trabajo, que define la jornada de trabajo, precisa: “lo determinante es
clarificar el momento en que se inicia la jornada activa de trabajo, ya que la pasiva
sólo podría tener lugar dentro de aquélla, forzoso resulta sostener que dicho obje-
tivo podrá cumplirse únicamente en cuanto el sistema de registro utilizado se ubi-
que en el lugar específico de prestación de los servicios, salvo situaciones de ex-
cepción que deben ponderarse en cada caso en particular”. De esta suerte, a la luz
de lo expresado, debe señalarse que no resulta conforme a derecho que la empresa
Prosegur Ltda. haya emplazado el sistema de control de asistencia y jornada del
personal que labora en el centro de Santiago en su planta de la comuna de Renca,
si la prestación de servicios está alejada de esta última comuna”.
1.6. Prohibición de mantener dos sistemas de
registro de asistencia y horas de trabajo de distinta naturaleza
La Dirección del Trabajo ha dispuesto que el empleador no puede mantener
dos sistemas de registro de control de asistencia de manera simultánea en la
empresa, por cuanto la interpretación se ha sostenido sobre la base de respetar el
tenor literal de la norma que dispone la mantención de “un sistema”.
La excepción a esta regla es bastante obvia y dice relación con la posibilidad
que le asiste al empleador de mantener más de un sistema de registro control de
asistencia cuando la empresa mantiene más de un establecimiento.
• Ord. Nº 2.855/161, 30.08.02
“Al respecto, este Servicio, interpretando la norma contenida en el inciso 1º del
citado artículo 33, ha sostenido, a través de Dictamen Nº 810/45, de 08.02.99, que,
el tenor literal de la misma autoriza para sostener que el legislador ha limitado la
forma de cumplimiento de la antedicha obligación en el sentido de prohibir al
empleador la utilización de dos sistemas simultáneos de control, de tal manera que
en una empresa no pueden coexistir sistemas distintos, salvo que tenga más de un
establecimiento”.
• Ord. Nº 810/45, 08.02.99
“Conforme a lo anterior, cabe afirmar que el tenor literal de la norma en comento
autoriza para sostener, en opinión de la suscrita, que el legislador ha limitado la
forma de cumplimiento de la antedicha obligación en el sentido de prohibir al
empleador la utilización de dos sistemas simultáneos de control, de tal manera que
en una empresa no pueden coexistir dos sistemas distintos, salvo que tengo más de
un establecimiento.
En efecto, el referido precepto expresa que el empleador tiene la obligación de
llevar un registro de asistencia o en un reloj control.
Ahora bien, el sentido natural y obvio de la expresión un, que según la reiterada
jurisprudencia es el que da a las palabras el Diccionario de la Real Academia, indica
número singular y, singular, a su vez, significa sólo, sin otro de su especie, lo que lleva
necesariamente a concluir, a juicio del infrascrito, que en una misma empresa, o en
cada uno de sus establecimientos, únicamente puede existir un solo sistema de con-
trol de asistencia y de horas de trabajo tanto ordinarias como extraordinarias.
Conforme a todo lo expuesto, es dable sostener que la prohibición a que se encuen-
tra afecto el empleador en relación con el registro de asistencia, se encuentra refe-
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 345
rida únicamente a la utilización de más de uno de los sistemas que contempla la ley
para controlar la asistencia y determinar las horas ordinarias y extraordinarias de
trabajo, esto es, a la mantención simultánea de reloj control y libro de asistencia
del personal, prohibición ésta que no rige, según ya se dijera, en cuanto aquélla
cuente con más de un establecimiento, caso en el cual en cada uno de ellos podrá
emplearse indistintamente cualquiera de los mencionados registros”.
1.7. Reglas aplicables al registro de las
horas destinadas a la colación de los trabajadores
La Dirección del Trabajo ha dispuesto que, si bien es cierto que la ley no ha
dispuesto la obligación de registrar las horas que los trabajadores destinan a la
colación, al empleador de todas maneras le asiste el derecho de hacerlo, con tal
que se cumpla con la formalidad de incorporar las reglas aplicables a la dura-
ción de este lapso en el reglamento interno de la empresa.
• Ord. Nº 1.006/51, 27.03.03
“Si bien la legislación laboral no exige del trabajador registro de la hora de salida
y de regreso de colación no existe impedimento jurídico para que así se establezca,
materia propia del reglamento interno de orden, higiene y seguridad de la empresa”.
1.8. Sistema de registro de asistencia y de
horas trabajadas a base de una grabación magnetofónica
La Dirección del Trabajo prohibió la implementación de un sistema de re-
gistro de control de asistencia y de horas laboradas basado en la grabación mag-
netofónica de la voz del trabajador, la razón esgrimida en todo caso no apuntó al
fondo del sistema por cuanto se estimó que en la especie no era procedente su
implementación al ser posible la implementación de alguno de los sistemas ge-
nerales.
Lo destacable de esta modalidad es que, por una parte, la Dirección del
Trabajo no ha desechado su implementación en otro tipo de faenas en que no sea
posible aplicar el sistema general y, por otra, las especiales características de
este sistema bien podrían significar una eficiente solución para el registro de
asistencia en las empresas cuyas faenas se encuentran ubicadas en lugares apar-
tados o de difícil acceso o en aquellos en que resulte oneroso o poco práctico
mantener el libro de asistencia y el reloj control, posibilitándose de esta forma el
control central simultáneo de la jornada de los trabajadores.
• Ord. Nº 690/17, 23.01.91
“El sistema especial consistente en avisar personalmente o a través del Jefe de
lugar de trabajo, la llegada o el retiro mediante citófono al centro de comunicacio-
nes, llamada que queda grabada en medio magnético y que se registra en el mo-
mento, tanto en forma manual como en cinta”.
1.9. Sistema de registro de asistencia y de
horas trabajadas aplicable en las jornadas bisemanales
La Dirección del Trabajo ha dictaminado que en el caso de las faenas que
tengan implementada una jornada bisemanal, las cuales como sabemos por su
346 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
eventual aplicación de las normas del inciso 1º del mismo artículo importe una
difícil fiscalización, es decir, que la implantación de libro de asistencia o de reloj
control dificulte la supervigilancia del cumplimiento de las disposiciones sobre
jornada ordinaria y extraordinaria, por parte de los Servicios del Trabajo, y
b) Que el sistema que se autorice sea uniforme para una misma actividad”.
2.1. El sistema especial de registro de asistencia
y de horas de trabajo propuesto debe estar especificado
La jurisprudencia de la Dirección del Trabajo ha señalado de manera unifor-
me que las solicitudes que intentan la autorización de un sistema especial de
registro deben describir detalladamente el sistema que pretenden y, en conse-
cuencia, ha dispuesto que no resulta procedente la sola excepción al sistema
general sino, además, la empresa debe necesariamente señalar el sistema alter-
nativo que pretende en reemplazo.
Digamos, por último, que el fundamento de esta exigencia está íntimamente
relacionado con el fundamento mismo de la autorización de los sistemas espe-
ciales, a saber, con el hecho que no sea posible o resulte demasiado oneroso o
complicado aplicar el sistema general, de tal forma que no será suficiente la sola
especificación del sistema alternativo propuesto, sino que las especificidades de
éste deben decir relación precisamente con la imposibilidad de aplicar el siste-
ma general de registro.
• Ord. Nº 4.257/251, 20.08.93
“Solicita autorización para implantar un sistema especial de control de asistencia
y jornada de trabajo del personal de choferes de vehículos que transportan médi-
cos en visitas domiciliarias, sin especificar el sistema por autorizarse, señalando
únicamente que la jornada comienza en el lugar donde se guardan los vehículos al
cual debe concurrir el chofer para iniciar su recorrido y termina en el domicilio del
médico al que se le debe llevar concluidas las actividades. En la especie, por el
solicitante no se propone ningún sistema que pudiere ser alternativo de aquellos
que señala la ley, esto es, el libro de asistencia o reloj control. En todo caso, de
solicitarse un sistema especial sólo podría autorizarse en la medida que sea unifor-
me para una misma actividad, lo que no ocurre en el caso de que se trata. En fin, de
la presentación se deduce que parece factible que se lleve un libro de asistencia o
un reloj control con tarjetas de registro en dependencias donde se guardan los
vehículos después del término de las actividades y al cual debe concurrir el chofer
para iniciar las labores diarias”.
2.2. Los sistemas especiales de registro de
asistencia y de horas de trabajo deben ser homogéneos para cada actividad
El fundamento de esta regla se encuentra en el principio general del dere-
cho, elevado a rango constitucional, de la igualdad ante la ley, el cual se ha
cumplido a cabalidad por la Dirección del Trabajo al dictaminar que las razo-
nes que se han tenido a la vista para implementar un sistema especial de regis-
tro de asistencia y horas trabajadas en una empresa son repetibles y, por tanto,
aplicables para todas las demás empresas que se desempeñen en la misma
actividad.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 351
X. JORNADA PARCIAL
La jornada parcial fue introducida al Código del Trabajo por la Ley Nº 19.759.
Al haberse establecido un párrafo especial que regula la jornada parcial se ha
prestado a confusión respecto de si es ésta la única modalidad que dé trabajo a
tiempo parcial que reconoce nuestra ley laboral.
Como es evidente, el sentido de regular una modalidad tópica de jornada parcial
en nuestro Código no ha sido el de restringir la autonomía que tienen las partes para
pactar cualquier tipo de jornada de trabajo de una duración menor a las 45 horas
semanales y menos aún la de establecer un tope mínimo de reducción de la jornada de
trabajo a los límites establecidos a propósito del párrafo relativo a la jornada parcial.
El sentido de esta regulación tópica de la jornada parcial de trabajo ha sido
el de promover su utilización entre las partes de la relación laboral, en especial
entre las mujeres y los jóvenes, lo cual se pretendía lograr mediante las posibili-
dades especiales de distribución de jornada y de cálculo de las indemnizaciones
asociadas exclusivamente a esta modalidad de jornada.
A continuación analizaremos su regulación a la luz de la jurisprudencia ad-
ministrativa, recurriendo particularmente al Dictamen Nº 339/27, 30.01.02, que
fija el sentido y alcance de las materias relativas a jornada parcial, contenidas en
el nuevo Párrafo 5º, agregado al Capítulo IV, del Título I, del Libro I, del Código
del Trabajo por la Ley 19.759.
– EXTENSIÓN MÁXIMA DE LOS CONTRATOS A TIEMPO PARCIAL
El artículo 40 bis del Código del Trabajo, dispone lo siguiente:
“Se podrán pactar contratos de trabajo con jornada a tiempo parcial, considerándose
afectos a la normativa del presente párrafo, aquellos en que se ha convenido una jornada
de trabajo no superior a dos tercios de la jornada ordinaria, a que se refiere el artículo 22.
La norma legal transcrita refiere la duración máxima de la extensión de la
jornada parcial a un porcentaje de 2/3 de la jornada ordinaria semanal completa.
El legislador utilizó esta fórmula con el propósito de evitar que eventuales futu-
ras alteraciones a los máximos semanales de la jornada ordinaria de trabajo
pudieran alterar la significancia de la jornada parcial respecto de ésta, posibili-
tando de esta forma un ajuste automático de una respecto de la otra. De hecho
aquello aconteció con la rebaja de 48 a 45 horas. De ahí que, en la actualidad,
con una jornada ordinaria de 45 horas, el número de horas tope para considerar
una jornada de trabajo como parcial es de 30 horas.
• Ord. Nº 1.449/02, 09.04.08
“Del análisis conjunto de las normas legales antes aludidas, es posible inferir que
por jornada a tiempo parcial debe entenderse aquella jornada de trabajo que se ha
convenido por una duración no superior a los dos tercios de la jornada ordinaria
de 45 horas, vale decir, no superior a las 30 horas semanales”.
– NATURALEZA DE LOS CONTRATOS CON JORNADA PARCIAL
A los contratos de jornada parcial les son aplicables la totalidad de las reglas
generales que rigen para los contratos individuales de trabajo de jornada com-
pleta o parcial superior a los dos tercios de la jornada ordinaria.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 353
Al efecto, dispone el inciso primero del artículo 40 bis B, del Código del
Trabajo:
“Los trabajadores a tiempo parcial gozarán de todos los demás derechos que con-
templa este Código para los trabajadores a tiempo completo”.
• Ord. 339/27, 30.01.02
“El legislador ha hecho aplicable expresamente a los trabajadores de que se trata,
todos los derechos de que gozan los trabajadores a tiempo completo. En otros tér-
minos, a estos dependientes les son aplicables todas las reglas generales que con-
templa el Código, excepto en aquellas materias que se encuentran especialmente
reguladas por el Párrafo 5º en estudio”.
– HORAS EXTRAORDINARIAS EN LA JORNADA PARCIAL
En lo relativo al máximo de horas ordinarias diarias que pueden laborar, el
legislador estableció el mismo límite previsto para los trabajadores a tiempo
completo contenido en el inciso segundo, del artículo 28 del Código del Trabajo
y, en consecuencia, la duración de la jornada se puede extender por 10 horas
ordinarias de trabajo, por sobre las cuales es posible pactar las horas de sobre-
tiempo. Prescribe el inciso tercero del artículo 40 bis A:
“La jornada ordinaria diaria deberá ser continua y no podrá exceder de las 10
horas,...”.
Por su parte, el inciso primero, del citado artículo 40 bis A, de manera expre-
sa permite el pacto de horas extraordinarias de trabajo, las cuales deben ser
pactadas por las partes de conformidad a las mismas reglas, procedimientos y
limitaciones que se encuentran establecidas para los contratos individuales de
jornada completa en el Código del Trabajo.
“En los contratos a tiempo parcial se permitirá el pacto de horas extraordinarias.
La base de cálculo para el pago de dichas horas extraordinarias, no podrá ser
inferior al ingreso mínimo mensual que determina la ley, calculado proporcional-
mente a la cantidad de horas pactadas como jornada ordinaria”.
• Ord. 339/27, 30.01.02
“Los trabajadores a tiempo parcial sólo podrán pactar sobretiempo para atender
necesidades o situaciones temporales de la empresa, debiendo dicho pacto constar
por escrito, con una vigencia no superior a tres meses, renovable por acuerdo de
las partes. Asimismo, los trabajadores de que se trata sólo podrán pactar horas
extraordinarias hasta un máximo de dos por día”.
– FERIADO ANUAL EN LA JORNADA PARCIAL
De la misma manera que ocurre respecto de las horas extraordinarias, el
hecho que los trabajadores hayan pactado una jornada parcial no significa que
vean disminuidos sus derechos respecto del feriado anual, el que rige con las
mismas reglas, procedimientos y limitaciones que se encuentran establecidas
para los contratos individuales de jornada completa en el Código del Trabajo.
• Ord. 339/27, 30.01.02
“Es del caso precisar al respecto, que estos trabajadores, al igual que los depen-
dientes con jornada completa, tienen derecho a quince días hábiles de feriado anual
354 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
con remuneración íntegra, contabilizándose tales días de la misma forma que aqué-
llos, esto es, de lunes a viernes, agregando los días sábados, domingo y festivos que
incidan en el período de descanso, careciendo de relevancia para los efectos del
cómputo del beneficio en comento la circunstancia de que puedan encontrarse su-
jetos a una jornada distribuida en menos de cinco días a la semana. A vía de ejem-
plo, en el caso de un trabajador con una jornada distribuida en tres días a la
semana, se deben contabilizar los quince días, igualmente de lunes a viernes, co-
rrespondiéndole un total de tres semanas, si su feriado se hace efectivo a contar de
un día lunes. Cabe agregar que la remuneración íntegra a que tienen derecho los
trabajadores de que se trata durante su feriado, es aquella remuneración que per-
ciben habitualmente, vale decir, si se les paga, por ejemplo, $ 100.000 semanal-
mente, durante las tres semanas en que hagan uso de este beneficio tendrán dere-
cho a $ 300.000 en total”.
– SEMANA CORRIDA EN LA JORNADA PARCIAL
La semana corrida se aplica para los trabajadores de jornada parcial en los
mismos términos que para los trabajadores contratados a jornada completa y
siempre que su jornada se extienda por más de cinco días a la semana.
• Ord. Nº 3.262/066, 05.08.08
“En relación con la materia, es necesario señalar finalmente que la jurisprudencia
administrativa de esta Dirección, en forma reiterada y uniforme ha sostenido, entre
otros, en dictámenes Nºs. 1.036/50 de 8.02.96, 1.715/ 65, de 18.03.96 y 339/27 de
30.01,02, que “Los trabajadores remunerados exclusivamente por día, contratados
para prestar servicios en una jornada ordinaria de trabajo distribuida en menos de
cinco días a la semana no tienen derecho a percibir remuneración por los días do-
mingo y festivos en los términos previstos en el artículo 45 del Código del Trabajo”.
La doctrina antes enunciada no se ve alterada tras la modificación introducida al
inciso 1º del artículo 45 del Código del Trabajo por la Ley Nº 20.281, lo cual
permite concluir que los trabajadores que se encuentran en la situación que allí se
analiza no han tenido ni tienen derecho a impetrar el beneficio de semana corrida
en los términos previstos en la citada norma legal. La misma conclusión resulta
aplicable a los descansos compensatorios de los trabajadores, afectos a una jorna-
da distribuida en menos de cinco días, exceptuados del descanso dominical y de
días festivos”.
• Ord. 339/27, 30.01.02
“En materia de semana corrida, teniendo presente que el Párrafo en estudio tam-
poco contiene normas especiales sobre la materia, son aplicables, por ende, las
reglas generales que al efecto contempla el artículo 45 del Código del Trabajo (...)
no cabe sino concluir que tendrán derecho a semana corrida aquellos trabajadores
cuya jornada parcial se encuentra distribuida en cinco días a la semana y, por el
contrario, no les asistirá tal derecho a quienes tengan distribuida su jornada de
trabajo a tiempo parcial, en menos de cinco días a la semana”.
– GRATIFICACIÓN EN LA JORNADA PARCIAL
En materia de gratificación el inciso segundo, del artículo 40 bis B del Códi-
go del Trabajo, contempla una norma especial respecto de su pago, en virtud de
la cual el límite máximo de gratificación legal previsto en el artículo 50 del
Código del Trabajo (4,75 ingresos mínimos mensuales) puede reducirse propor-
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 355
últimos once años del mismo, en el caso de que su vigencia sea igual o superior a
dicho número de años. Ahora bien, considerando que el período que sirve de base
para el cálculo del beneficio en análisis puede ser de carácter mixto, esto es, abarcar
algunos años laborados bajo el sistema general de jornada completa y otros, el o los
últimos, con jornada parcial, cabe señalar que, atendido que la ley no ha hecho
distinción alguna al respecto, en opinión de la suscrita, tal período debe considerar
unos y otros, vale decir, el período completo trabajado. En el mismo orden de ideas,
cabe tener presente además, que atendido a que la norma en comento alude a las
remuneraciones percibidas por el trabajador, para los efectos del cálculo del pro-
medio de las mismas, debe estarse al concepto de remuneración que para estos
fines establece el artículo 172 del cuerpo legal ya citado, vale decir, “toda cantidad
que estuviere percibiendo el trabajador por la prestación de sus servicios.”.
– OBLIGACIÓN DE LABORAR LA JORNADA DIARIA EN FORMA CONTINUA
Los trabajadores con jornada a tiempo parcial deben laborar su jornada dia-
ria en forma continua, vale decir, sin interrupción, excepto para los efectos de la
colación, la que sólo puede extenderse por un lapso no inferior a media hora ni
superior a una hora.
El inciso tercero, del artículo 40 bis A, del Código del Trabajo, dispone lo
siguiente:
“La jornada ordinaria diaria deberá ser continua..., pudiendo interrumpirse por
un lapso no inferior a media hora ni superior a una hora para la colación”.
La razón que justifica esta regla fue la de evitar que el trabajo a tiempo
parcial se prestara en la modalidad conocida como “turnos cortados”, es decir,
que se buscó evitar que los trabajadores estuvieran a disposición de la empresa
sólo para atender las horas punta de producción y/o actividad, posibilitando de
este modo que se les remuneraran los tiempos de jornada pasiva.
• Ord. Nº 339/27, 30.01.02
“Siguiendo las reglas señaladas nos encontramos con que de acuerdo a la obra
citada, “continua” significa “Que dura, obra, se hace o se extiende sin interrup-
ción”. De lo expuesto se colige que el legislador al señalar que la jornada diaria de
estos trabajadores debe ser continua, está señalando que ésta debe extenderse sin
interrupción. Ahora bien, como a continuación la misma disposición indica que la
jornada puede interrumpirse para efectos de la colación, en los lapsos de tiempo
que indica, pudiera estimarse que la norma contiene situaciones contradictorias.
Al respecto, cabe señalar que el Mensaje de S.E. el Sr. Vicepresidente de la Repú-
blica, con el que se inicia el Proyecto de Ley sobre Reformas Laborales enviado al
Senado, expresa, en lo que se refiere a esta materia, “que la jornada diaria debe
ser continua, sin que medie interrupción alguna que no sea para colación.....”.
Cabe agregar, que el tenor del inciso 2º en comento no sufrió modificación o alte-
ración en el curso de la discusión parlamentaria, siendo aprobado en los mismos
términos contenidos en el Proyecto del Ejecutivo. Tal sería, entonces, la intención
perseguida por la ley, lo que nos permite concluir que la expresión continua, a que
alude la disposición en estudio, significa que los trabajadores con jornada a tiempo
parcial deben laborar su jornada diaria sin interrupción excepto para los efectos de
la colación, la que sólo puede extenderse entre los límites de media y una hora,
asegurando con ello que la jornada diaria no se divida en dos partes muy alejadas la
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 357
una de la otra, lo cual explica, además, el límite máximo –una hora– que se fija para
el tiempo de colación. En otros términos, lo anterior implica que una jornada ordi-
naria diaria de seis horas, por ejemplo, no podría fraccionarse de manera que el
trabajador laborara de 08:00 a 11:00 horas y de 16:00 a 19:00 horas”.
– INTERRUPCIÓN PARA EL DESCANSO DE COLACIÓN
La Dirección del Trabajo ha señalado que si la jornada diaria comprende un
reducido número de horas, no resulta procedente interrumpirla para los efectos
de colación, toda vez que la referida interrupción carecería de causa, al no exis-
tir un desgaste de fuerzas en la primera parte de la jornada que sea susceptible
de reponer con el referido descanso.
Con esta regla la Dirección del Trabajo reafirma el carácter continuo de la
prestación de los servicios pactados en virtud de la jornada parcial de trabajo y
evita que la misma sea interrumpida si no se configuran los elementos que justi-
fican el descanso de colación.
En lo que respecta a la extensión que debe alcanzar la jornada diaria para ser
considerada como equivalente a “un reducido número de horas”, debemos señalar
que no existe una regla absoluta y que la existencia de una situación de desgaste fí-
sico e intelectual del trabajador que deba ser recuperado mediante la colación de-
berá ser calificado caso a caso, pero el mismo servicio ha señalado un rango de 2
a 3 horas diarias como un lapso no susceptible de ser interrumpido para colación.
• Ord. Nº 339/27, 30.01.02
“Cabe analizar el tema de la interrupción de la jornada para efectos de colación, en
aquellas jornadas diarias cuya duración no justificaría su interrupción, como lo sería
aquellas pactadas por dos o tres horas al día. Al efecto, cabe tener presente el criterio
adoptado por nuestra doctrina, respecto al descanso dentro de la jornada, según el
cual el objetivo que se ha propuesto la ley al implantar un descanso dentro de la jorna-
da, claramente explicitado en el artículo 34 del Código del Trabajo, no ha sido otro que
conceder al trabajador el tiempo necesario para ingerir una colación, entendida ésta
como una comida ligera, que le permita reponer las fuerzas gastadas en la primera
parte de su jornada, para posteriormente continuar laborando. Teniendo en considera-
ción la doctrina precedentemente señalada, en opinión de la suscrita, posible es soste-
ner que en aquellas jornadas diarias que comprendan un reducido número de horas, no
se justificaría interrumpir la misma para efectos de colación, toda vez que no se daría
el objetivo tenido en vista para hacer uso del citado beneficio, cual es, según se ha
señalado, el reponer las fuerzas gastadas en la primera parte de su jornada”.
Por último, el legislador en el inciso tercero, del artículo 40 bis A, del Códi-
go del Trabajo, establece un límite de una hora como máximo para aquellos
casos en que se dé un descanso para colación.
“La jornada ordinaria diaria deberá ser continua y no podrá exceder de las 10
horas, pudiendo interrumpirse por un lapso no inferior a media hora ni superior a
una hora para la colación “.
– PACTO DE ALTERNATIVAS DE DISTRIBUCIÓN DE LA JORNADA PARCIAL
El artículo 40 bis C, del Código del Trabajo, posibilita que las partes se
encuentran facultadas para convenir alternativas de distribución de la jornada
358 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
dio, faculta al empleador, una vez pactadas las alternativas de distribución de jor-
nada, para que, con una anticipación mínima de una semana, determine la alterna-
tiva que regirá en la semana o período superior siguiente. En opinión de esta Di-
rección, la facultad del empleador de optar por una de las alternativas de distribu-
ción en los términos indicados, conlleva la obligación de comunicar al trabajador,
con la misma antelación, la alternativa elegida, con el objeto de que el trabajador
tenga conocimiento anticipadamente de cual será la distribución de su jornada en
la semana o período superior siguiente, dando así, en esta materia la debida certe-
za a la relación laboral”.
360 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 361
CAPÍTULO II
EL TIEMPO DE DESCANSO
El descanso tiene por objeto último amparar la vida y salud del trabajador,
cuestión que se logra mediante la proporción de un lapso de tiempo destinado al
reposo y al esparcimiento del dependiente, donde pueda recuperar sus energías
y ocupar su tiempo en actividades familiares, sociales y recreativas.
Thayer y Novoa tratan el descanso dentro de las interrupciones de la jornada
de trabajo y lo define diciendo que “otra forma de protección jurídico-pública
de la jornada de trabajo está representada por las interrupciones que debe
tener, con vistas a proteger la salud del trabajador y proporcionar tiempo ade-
cuado de recreo y esparcimiento”.1
El descanso de los trabajadores es entonces el lapso que no están sujetos a la
obligación de prestar sus servicios, constituyendo de esta forma la contrapartida
natural y necesaria de la jornada de trabajo. Toda vez que los dependientes no
estén cumpliendo con su jornada activa o pasiva de trabajo, estarán haciendo
uso de su período de descanso.
El descanso de los trabajadores se puede clasificar en:
– Descanso dentro de la jornada, que corresponde al lapso de que dispone
el trabajador para consumir su colación y recuperar las energías perdidas por
efecto de la prestación de los servicios.
– Descanso entre jornadas, que es el lapso de que dispone el trabajador para
descansar una vez transcurrida la jornada diaria de trabajo.
– Descanso semanal, que es el lapso de que dispone el trabajador para des-
cansar una vez transcurrido un máximo de días de trabajo semanales.
I. EL DESCANSO DENTRO DE LA JORNADA
El descanso dentro de la jornada, también llamado descanso de colación,
tiene por objeto liberar al dependiente de su obligación de trabajar durante un
lapso que se estima suficiente para que recupere las energías gastadas durante el
transcurso de una parte de la jornada diaria.
rio, en la forma que estime conveniente, agregando que si se considera que el obje-
tivo general del descanso dentro de la jornada es liberar al dependiente de su
obligación de trabajar durante un lapso que se estima suficiente para que recupere
el desgaste que el transcurso de parte de la jornada diaria le puede haber signifi-
cado, forzoso es convenir que durante éste, el trabajador no debe permanecer ni
siquiera a disposición del empleador, no existiendo, por lo tanto, impedimento le-
gal alguno para que abandone el recinto de la empresa y utilice dicho lapso de
tiempo en la forma que desee. De los antecedentes por Ud. proporcionados fluye
que el trabajador por quien se consulta se encuentra afecto a una jornada diaria de
8 horas con media hora de colación no imputable a ella y que no le es posible
abandonar su puesto de trabajo durante ese lapso por no existir otro dependiente
que lo reemplace. En estas circunstancias, si tenemos presente que conforme a lo
ya señalado, la permanencia del trabajador en el recinto de la empresa durante el
tiempo de descanso no es voluntaria, sino que deriva de la circunstancia ya anota-
da, preciso es convenir que en la especie de acuerdo a lo informado por el trabaja-
dor no se estaría dando cumplimiento cabal a la norma del artículo 34, inciso 1º,
del Código del Trabajo, toda vez que en dicho lapso el trabajador, por ser el único
dependiente cumpliendo el turno, no puede abandonar su funciones razón por la
que permanece a disposición del empleador durante el descanso de la colación,
todo lo cual impide alcanzar el objetivo perseguido por la norma en análisis, cual
es, como ya se dijera, la recuperación del desgaste ocasionado por el transcurso de
parte de la jornada diaria”.
• Ord. Nº 7.306/346, 12.12.94
“Los trabajadores se encuentran facultados para ausentarse del recinto de la Em-
presa durante el período de descanso a que alude el inciso 1º del artículo 34 del
Código del Trabajo, no siendo procedente que el empleador exija para tal efecto
una autorización escrita del respectivo jefe de área”.
4. MOMENTO EN QUE DEBE
COMPUTARSE EL DESCANSO DENTRO DE LA JORNADA
Nuestra ley laboral dispone que el dependiente puede gozar de este descan-
so, que es ajeno totalmente a la jornada de trabajo, en la forma que estime
conveniente, de forma tal que no es necesario que haga uso de éste en el recinto
de la empresa ni tampoco en las condiciones que determine el empleador.
La Dirección del Trabajo ha señalado que el objetivo del descanso dentro de
la jornada es liberar al dependiente de su obligación de trabajar durante un lapso
de tiempo que se estima suficiente para que recupere el desgaste que el transcur-
so de parte de la jornada diaria le puede haber significado, esa es la razón por la
cual durante este descanso el trabajador no debe permanecer ni siquiera a dispo-
sición del empleador y puede abandonar el recinto de la empresa para utilizar
este lapso en la forma que desee.
Por los motivos señalados anteriormente debemos concluir que el descanso
de colación debe ser computado desde el momento mismo en que se reúnen las
condiciones señaladas anteriormente, esto es, desde el momento que el depen-
diente interrumpe la prestación de los servicios pactados para descansar sin es-
tar a disposición del empleador.
368 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
Los incisos segundo y tercero, del artículo 34 del Código del Trabajo, dispo-
nen lo siguiente:
“Se exceptúan de lo dispuesto en el inciso anterior los trabajos de proceso conti-
nuo. En caso de duda de si una determinada labor está o no sujeta a esta excep-
ción, decidirá la Dirección del Trabajo mediante resolución de la cual podrá
reclamarse ante el Juzgado de Letras del Trabajo en los términos previstos en el
artículo 31”.
Cuando el legislador se refiere a los trabajos de procesos continuos está
haciendo referencia a labores y servicios que por causas técnicas o regulatorias
se encuentran en la necesidad de ser prestados de manera ininterrumpida. En
consecuencia la calificación de los mismos debe ser realizada de conformidad a
criterios objetivos, derivados precisamente de estos fundamentos técnicos o
regulatorios y no debe atenderse a causas basadas en otras consideraciones de
carácter subjetivo, como sería por ejemplo la decisión de la empresa de no con-
tar con un segundo turno de labores o no realizar las inversiones necesarias que
posibiliten el descanso de colación de los trabajadores.
En la práctica, es el empleador el que en principio califica si las actividades
que se ejecutan en su empresa pueden ser consideradas o no como labores de
proceso continuo; sin perjuicio de lo anterior, los trabajadores tienen siempre el
derecho de reclamar ante la Inspección del Trabajo competente de la califica-
ción efectuada al respecto en la empresa.
La Inspección del Trabajo conoce de este reclamo previa verificación en
terreno que se efectúa mediante un informe de fiscalización, acto seguido la
Inspección califica la forma en que prestan sus servicios dichos trabajadores,
precisando si el trabajo, por su naturaleza, exige una continuidad que les impida
hacer uso del descanso dentro de la jornada a que alude el inciso 1º del artículo
34 del Código del Trabajo, al tiempo que verifica la factibilidad que las labores
puedan ser interrumpidas, sin que dicha interrupción perjudique la marcha nor-
mal de la empresa donde prestan servicios..
• Ord. Nº 620/21, 08.02.05
“La labor desempeñada por los trabajadores de que se trata consiste en registrar
mediante un computador portátil los vehículos que se estacionan en las calles, a fin
de cobrarles una tarifa determinada cuando se retiran. La jornada en que desarro-
llan dicho trabajo abarca el horario de cobro de parquímetro, que está fijado en
forma continua desde las 10:00 hasta las 20:00 horas, no obstante lo cual, agrega
el mencionado informe, actualmente se les está otorgando un descanso de media
hora para colación, siendo relevados por otros trabajadores de reemplazo durante
ese período. Ello desde que a raíz de una fiscalización practicada a Sociedad Arias
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 369
semanal en los días domingo y festivos, cuestión que no los excluye del derecho
a gozar dentro de la misma semana de un día de descanso compensatorio.
1. PERMISO DE UN DÍA HÁBIL ENTRE DOS DÍAS FERIADOS
El artículo 35 bis del Código del Trabajo establece que las partes podrán
pactar que la jornada de trabajo correspondiente a un día hábil entre dos días
feriados, o entre un día feriado y un día sábado o domingo, según el caso, sea de
descanso, con goce de remuneraciones, acordando la compensación de las horas
no trabajadas mediante la prestación de servicios con anterioridad o posteriori-
dad a dicha fecha. De esta manera, se establece una diferencia con la regla gene-
ral que dispone la posibilidad que las partes acuerden un permiso con goce de
remuneraciones compensable.
Dispone el artículo 35 bis dispone:
“Las partes podrán pactar que la jornada de trabajo correspondiente a un día
hábil entre dos días feriados, o entre un día feriado y un día sábado o domingo,
según el caso, sea de descanso, con goce de remuneraciones, acordando la com-
pensación de las horas no trabajadas mediante la prestación de servicios con ante-
rioridad o posterioridad a dicha fecha. No serán horas extraordinarias las traba-
jadas en compensación del descanso pactado.
Dicho pacto deberá constar por escrito. Tratándose de empresas o faenas no ex-
ceptuadas del descanso dominical, en ningún caso podrá acordarse que la com-
pensación se realice en día domingo”.
La Dirección del Trabajo en el Dictamen Nº 5.510/262, de 23.12.03, fijó el
sentido y alcance de la referida norma legal.
• Ord. Nº 5.510/262, 23.12.03
“Atendida la dictación de la Ley Nº 19.920, publicada en el Diario Oficial de
20.12.2003, que introduce un nuevo artículo 35 bis al Código del Trabajo, se ha
estimado necesario emitir un pronunciamiento acerca de las siguientes materias:
1) Días susceptibles de pactar un descanso con goce de remuneraciones, compen-
sando con trabajo efectivo las horas no laboradas.
2. Formalidades, requisitos y modalidades del pacto
3. Oportunidad de la compensación.
4. Naturaleza jurídica de las horas laboradas en compensación de las no trabaja-
das en el día comprendido en el pacto celebrado al efecto por las partes.
1) En lo que respecta a la primera interrogante planteada, cabe señalar ...
De la norma legal en análisis se desprende que la ley faculta a las partes de la
relación laboral, esto es, empleador y trabajador para convenir que la jornada
laboral que corresponda al día hábil que recae entre dos feriados o entre un día
feriado y un día sábado o domingo según corresponda, sea de descanso con goce
de remuneraciones, acordando que las horas no laboradas en dichos días sean
compensadas con trabajo efectivo.
De lo expuesto se sigue que podrán quedar afectas a la citada compensación, las
jornadas laborales correspondientes a los siguientes días hábiles:
a. Aquel que recae entre dos días feriados, y
b. Aquel comprendido entre un día feriado y un sábado o domingo, según corres-
ponda.
372 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
2 Pareciera que hubiese sido más fácil que la norma declarase como feriados los días 17 y 20
remos por separado, aunque hacemos la salvedad que deberían tener un mismo
tratamiento, ya que, en sus orígenes, lo tenían.
3.1. Feriado obligatorio e irrenunciable dependientes del comercio
Ley Nº 19.973, publicada en el Diario Oficial de fecha 10.09.04, modificada
por la Ley Nº 20.215, publicada en el Diario Oficial de fecha 14.09.07, estable-
ció los días 1º de mayo, 18 de septiembre, 25 de diciembre y 1º de enero de cada
año, como días festivos4 obligatorios e irrenunciables para los trabajadores que
laboran en el comercio.
Dispone el actual artículo 2º de la Ley Nº 19.973:
“Los días 1 de mayo, 18 de septiembre, 25 de diciembre y 1 de enero de cada año,
serán feriados obligatorios e irrenunciables para los dependientes del comercio,
con excepción de aquellos que se desempeñen en clubes, restaurantes, estableci-
mientos de entretenimiento, tales como, cines, espectáculos en vivo, discotecas,
pub, cabarets, casinos de juego y otros lugares de juego legalmente autorizados.
Tampoco será aplicable a los dependientes de expendio de combustibles, farmacias
de urgencia y de las farmacias que deban cumplir turnos fijados por la autoridad
sanitaria.
La Ley Nº 20.215 solucionó un problema de suyo complejo, originado en el
hecho de que la Ley Nº 19.973 originalmente hacía extensible el beneficio a los
trabajadores de centros comerciales o mall, provocándose evidentes discrimina-
ciones con aquellos trabajadores que no laboraban en este tipo de estableci-
mientos, como por ejemplo en supermercados fuera de mall. Del mismo modo
agrega la referida norma legal una serie de supuestos de excepción que al exten-
der la aplicación de la norma a todos los trabajadores del comercio se hacía
necesario contemplar, tales como, los dependientes de farmacias.
La Dirección del Trabajo, en un dictamen que fija el sentido y alcance de las
modificaciones introducidas por la Ley Nº 20.21, delimita el ámbito de aplica-
ción de la norma, definimiento lo que debía entenderse por dependientes del
comercio.
• Ord. Nº 3.773/084, 14.09.07
“En cuanto a la aplicabilidad de la nueva normativa, es preciso señalar que como
ya se ha expresado, de los términos del artículo 2º de la Ley 19.973, en su nuevo
texto fijado por la citada Ley Nº 20.215 en estudio, se desprende que el ámbito de
aplicación de dicha normativa se encuentra circunscrito exclusivamente a los de-
pendientes del comercio, sin perjuicio de los casos de excepción que la misma
norma contempla.
Continuación nota 3
dores de centros o complejos comerciales administrados bajo una misma razón social o personali-
dad jurídica, el feriado legal establecido en el artículo 169 de la Ley Nº 18.700 y en el artículo 106
de la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades.
4
La norma legal habla de feriados, aunque entendemos que resulta más propio utilizar la
denominación de festivos.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 375
Por su parte, el mismo dictamen señala lo que debe entenderse por los su-
puestos contemplados en las excepciones.
• Ord. Nº 3.773/084, 14.09.07
“En relación a las excepciones que prevé dicha norma, es preciso señalar que
conforme a los términos de la misma, ésta no resulta aplicable a los trabajadores
que se desempeñen en:
a) Clubes y restaurantes;
b) Establecimientos de entretenimiento, tales como, cines, espectáculos en vivo,
discotecas, pub, cabarets, casinos de juego y otros lugares de juego legalmente
autorizados, y
c) Expendio de combustibles, farmacias de urgencia y de farmacias que deban
cumplir turnos fijados por la autoridad sanitaria.
Las señaladas exclusiones se traducen en que todos los trabajadores que se desem-
peñan en los establecimientos indicados en las letras precedentes o realizan labo-
res de expendio de combustibles, los días 1 de mayo, 18 de septiembre, 25 de di-
ciembre y 1º de enero se encuentran obligados a laborar normalmente, atendido
que a su respecto, éstos no constituyen días de descanso obligatorio e irrenuncia-
ble, sin perjuicio del descanso compensatorio que les corresponde impetrar por
dichos días o de la compensación o distribución especial que puedan acordar las
partes en conformidad al inciso 5º del artículo 38, según corresponda.
Por lo que concierne a las excepciones establecidas en la letra a), cabe señalar que
sobre la base del concepto de la expresión restaurante fijada por el Diccionario de
la Real Academia de la Lengua Española, texto que en su acepción 1. la define
como Establecimiento público donde se sirven comidas y bebidas, mediante precio,
para ser consumidas en el mismo local”, en opinión de esta Dirección, quedarían
comprendidos dentro de dicho concepto todos aquellos establecimientos que cum-
plan con las señaladas características, aun cuando tengan una denominación dife-
rente. De este modo, para los efectos de la normativa que nos ocupa, quedarían
incluidas en la excepción de que se trata, las fuentes de soda y las pastelerías en la
medida que los clientes de estas últimas efectúen el consumo de los alimentos que
en ellas se elaboran, en el mismo local.
En relación con los casos previstos en la letra b) anterior, cabe precisar que aten-
dido que el legislador al referirse a los establecimientos de entretenimiento, ha
empleado la expresión “tales como”, resulta jurídicamente viable entender com-
prendidos en dicha exclusión, aparte de los que allí se señalan en forma expresa,
otros similares que puedan ser calificados como lugares de entretención en los
términos de dicha normativa, como es el caso de los circos y las fondas que se
instalan en fiestas patrias, cuyos trabajadores, por tanto, se encuentran legalmente
habilitados para prestar servicios en dichos días, según corresponda”.
Por último, el citado dictamen se pronuncia sobre la situación de aquellos
trabajadores que con anterioridad a la norma legal en comento hubiesen pactado
el día 19 de septiembre como día de descanso.
• Ord. Nº 3.773/084, 14.09.07
“...resulta útil referirse a la situación del día 19 de septiembre respecto de aque-
llos trabajadores que en virtud de acuerdos expresos, contenidos en instrumentos
individuales o colectivos de trabajo, o tácitos, tengan garantizado el descanso en
dicho día.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 377
jadores a que éste se refiere, sino sólo respecto de aquellos que cumplan los si-
guientes requisitos copulativos:
a. Que laboren en centros o complejos comerciales.
b. Que dichos centros o complejos comerciales estén administrados bajo una mis-
ma razón social o personalidad jurídica.
En lo que dice relación con el requisito a que se refiere la letra a) cabe señalar que
conforme a la doctrina de este Servicio que se contiene, entre otros, en Dictamen
Nº 2.225/86, de 15.04.96, que fijó el concepto de centros o complejos comerciales para
los efectos previstos en el artículo 203 del Código del Trabajo, precepto que utiliza la
misma expresión, debe entenderse por tales “el conjunto de locales o establecimientos
comerciales, generalmente próximos unos a otros y ordenados bajo una dirección téc-
nica o financiera común, donde se venden artículos de comercio al por menor”.
En cuanto al requisito previsto en la letra b) precedente, debe señalarse que para
que opere la contraexcepción antes señalada, los respectivos centros o complejos
comerciales, según el concepto fijado precedentemente, deben estar administrados
bajo una misma razón social o personalidad jurídica.
En mérito de todo lo expuesto, que los días en que deban realizarse las elecciones
y plebiscitos a que se ha hecho referencia en párrafos que anteceden, constituyen
días de descanso obligatorio para los trabajadores exceptuados del descanso do-
minical y de días festivos en virtud del numerando 7 del artículo 38 del Código del
Trabajo y que se desempeñen en centros comerciales en los términos precisados,
administrados bajo una misma razón social o personalidad jurídica”.
4. IRRENUNCIABILIDAD DEL DESCANSO SEMANAL
Tal como señalamos anteriormente el descanso semanal es un derecho irre-
nunciable de los trabajadores, en virtud de lo prevenido en el inciso primero del
artículo 5º del Código del Trabajo.
De conformidad a las reglas generales, la transgresión de este derecho pone a
la empresa en la posición de infractora y la hace acreedora de una multa adminis-
trativa a beneficio fiscal. Adicionalmente, la empresa deberá pagar como extraor-
dinario el tiempo laborado por el trabajador en su día de descanso semanal.
Esta infracción no es susceptible de ser subsanada por la empresa otorgando
días de descanso compensatorios en el futuro.
Debido al tenor literal de esta norma, la Dirección del Trabajo se ha mani-
festado contraria a la posibilidad de efectuar el descanso semanal el día sábado
en vez del día domingo, cuestión que le ha sido solicitada en virtud de razones
de índole religiosa.
Al respecto ese Servicio se ha manifestado que el legislador ha consagrado
el descanso en día domingo de un modo genérico, independientemente de la
religión que profese el trabajador de que se trate. Esta norma tiene el carácter de
disposición de orden público laboral que no admite otras excepciones que aque-
llas que la misma ley contempla y que también constituye la razón que funda-
menta la necesidad de hacer efectivo el descanso semanal el día domingo.
• Ord. Nº 5.100/193, 09.12.04
“Nuestro legislador ha consagrado el descanso en día domingo de un modo gené-
rico, independientemente de la religión que profese el trabajador de que se trate.
380 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
de los días que consigna el inciso 1º del artículo 28 del Código del Trabajo, que
señala que la jornada máxima semanal debe distribuirse en no más de seis días,
por lo cual, el hecho que una empresa esté exceptuada del descanso dominical,
no habilita para laborar una jornada de siete o más días ininterrumpidos.
La Dirección del Trabajo ha reforzado el carácter obligatorio del descanso
compensatorio, disponiendo que éste procede por el solo hecho de existir una
prestación de servicio en tales días, independientemente de toda otra circunstan-
cia, de esta forma cualquiera sea el número de horas que se laboren en día do-
mingo o festivo el trabajador tiene derecho a un día completo de descanso en
compensación por las labores realizadas en domingo y a otro día completo por
cada festivo trabajado. El fundamento que ha esgrimido ese Servicio se encuen-
tra en el hecho de que la disposición contenida en la señalada norma legal alude
a “un” día, el que debe entenderse completo, toda vez que para su goce no se ha
establecido ningún tipo de restricción.
• Ord. Nº 2.956/80, 22.04.91
“La excepción al descanso dominical se traduce exclusivamente en la posibilidad
de distribuir la jornada normal de trabajo de las faenas exceptuadas de forma tal
que se incluyan los domingo y festivos, pero, en ningún caso, puede significar una
modificación de la regla general prevista por la ley, en cuya virtud la jornada
semanal debe distribuirse como máximo en seis días, para descansar un séptimo”.
– INICIO Y TÉRMINO DEL DÍA DE DESCANSO COMPENSATORIO
Al no existir una regulación especial respecto de la oportunidad en que debe
comenzar y terminar el descanso compensatorio, por analogía debemos enten-
der que son aplicables las mismas normas que rigen sobre esta materia al des-
canso semanal. De esta forma, tanto el descanso compensatorio por los días
domingo, como el que corresponde por los días festivos deberá comenzar a más
tardar a las 21:00 horas del que antecede al descanso y deberá terminar a las seis
horas del día siguiente al respectivo descanso, salvo que en la empresa hubiere
un sistema de turnos rotativos de trabajo, caso en el cual éstos podrán abarcar
parte de las horas en que rige este descanso.
• Ord. Nº 3.773/084, 14.09.07
“...las horas de inicio y término del descanso que se indican en el artículo 36 pre-
citado resultan aplicables tanto respecto de trabajadores afectos al régimen nor-
mal establecido en el artículo 35 del Código del Trabajo, como para aquellos ex-
ceptuados del descanso en domingo y festivos en conformidad al artículo 38 del
mismo cuerpo legal, de manera tal que en ambos casos el descanso semanal debe
iniciarse a las 21 horas del día anterior al domingo o festivo o del descanso com-
pensatorio, en su caso, y terminar a las 6 horas del día siguiente de éstos, sin
perjuicio de las alteraciones horarias que podrían producirse en caso de existir
turnos rotativos de trabajo. Al respecto debe señalarse que la doctrina uniforme y
reiterada de esta Dirección ha sostenido que esta norma de excepción, se traduce
en que sólo los trabajadores sujetos a turnos rotativos de trabajo podrían prestar
servicios en el lapso que media entre las 21 y las 24 horas del día anterior al
descanso o entre las 0:00 y las 06:00 horas del día que sigue a éste cuando el
respectivo turno incida en dichos períodos”.
386 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
Nº 2 del artículo 38 del Código del Trabajo, tienen derecho a exigir que esa empre-
sa les conceda en forma retroactiva los días de descanso en domingo no otorgados
en su oportunidad, no procediendo en tal caso la compensación en dinero de di-
chos días”.
• Ord. Nº 2.397/108, 08.06.04
“El personal de vigilancia de la Empresa de Vigilancia y Aseo Industrial FU-DU
Ltda., de Rancagua, que desempeña turnos diurnos, interactuando con el público,
controlando y registrando sus datos, entre otras tareas anexas, se encuentra excep-
tuado del descanso dominical y en días festivos acorde al Nº 2 del artículo 38 del
Código del Trabajo, correspondiéndole a lo menos dos domingo de descanso al
mes. En cambio, el mismo personal, de turno nocturno, que se limita a actuar por
sola presencia, custodiando recintos y lugares cerrados, se halla comprendido en
el Nº 4 del mismo artículo 38, no rigiendo para ellos el descanso de a lo menos dos
domingo al mes”.
• Ord. Nº 2.219/126, 11.07.02
“Si el feriado legal o licencia médica otorgada a un trabajador abarca un período
inferior a un mes, éste sólo tendrá derecho a gozar de descanso en día domingo en
los términos establecidos en el inciso 4º del artículo 38 del Código del Trabajo, en
la medida en que durante el período posterior a su reintegro haya prestado servi-
cios efectivos en domingo o festivos y exista la posibilidad de conceder uno o am-
bos en lo que resta del respectivo mes calendario.”.
• Ord. Nº 2.397/108, 08.06.04
“No procede legalmente que las partes del contrato de trabajo, o la Dirección del
Trabajo, puedan pactar o autorizar un sistema de distribución del otorgamiento
del descanso semanal de a lo menos dos domingo al mes al personal que le corres-
ponda en un período distinto del mes en que tales descansos se han devengado”.
• Ord. Nº 2.138/148, 14.05.98
“El trabajador que se ha acogido a una licencia médica o feriado legal de dura-
ción inferior a un mes tiene derecho al domingo de descanso mensual establecido
en el artículo 38 inciso 4º del Código del Trabajo. El trabajador que por licencia
médica o feriado legal no ha laborado durante un mes calendario no tiene derecho
a que se le conceda en el mes siguiente el descanso dominical que preceptúa el
inciso 4º del artículo 38 del Código del Trabajo. Los descansos dominicales que de
conformidad al artículo 38 inciso 5º del Código del Trabajo, se ha acordado otor-
gar acumulados en la forma que esa norma preceptúa, constituyen un derecho
adquirido del trabajador cuya causa radica en la efectiva prestación de sus servi-
cios durante los meses en que no se disfrutó del descanso dominical, razón por la
cual el haberse hecho uso de una licencia médica o de feriado legal por parte del
trabajador antes de su otorgamiento no constituyen razones suficientes para impe-
dir su cumplimiento”.
– POSIBILIDAD DE HACER COINCIDIR CONVENCIONALMENTE EL DÍA DE DESCAN-
SO COMPENSATORIO CON EL DÍA DE DESCANSO QUE DEBE OTORGARSE EN DOMINGO
La Dirección del Trabajo ha señalado que resulta plenamente ajustado a
derecho que el empleador pacte con sus trabajadores exceptuados del descanso
dominical una compensación de los días festivos efectivamente laborados por
388 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
práctica éstos pueden ser otorgados en la oportunidad que convengan las partes,
incluso acumularse con el feriado anual, o laborarse previa compensación en
dinero al trabajador.
El convenio que suscriban las partes al efecto debe ser suscrito con anterio-
ridad a la época en que se debieron otorgar los respectivos días de descanso.
En consecuencia, esta norma sólo será aplicable cuando en la semana exista
a lo menos un día festivo, toda vez que no resulta conforme a derecho que se
puedan acumular los días de descanso compensatorio por los días domingo tra-
bajados; los cuales, al ser derecho irrenunciable al tenor de lo dispuesto en el
artículo 5º del Código del Trabajo, siempre deben otorgarse dentro del lapso de
siete días que comprende la semana laboral.
• Ord. Nº 2.219/126, 11.07.02
“El empleador podrá acordar con los respectivos dependientes compensar los días
festivos laborados, otorgándoles descansos en día domingo del mismo mes calen-
dario o de otro distinto dentro del mismo año calendario. La señalada obligación
podrá también ser cumplida conviniendo la concesión del descanso semanal en
una oportunidad distinta al séptimo día, en la medida que con ello no se alteren las
normas sobre distribución de jornada que prevé el ordenamiento jurídico laboral
vigente”.
• Ord. Nº 3.874/60, 1.06.89
“Es posible negociar los descansos compensatorios que excedan de uno semanal,
lo que determina que ellos pueden ser otorgados en la oportunidad que convengan
las partes e, incluso, acumularse o laborarse”.
• Ord. Nº 5.801/193, 28.08.91
“No procede la acumulación de los días de descanso compensatorio de los domin-
go trabajados, aun con acuerdo de los propios trabajadores que opten por este
sistema”.
– FORMA DE REMUNERAR EL DÍA DE DESCANSO COMPENSATORIO QUE EXCEDE
DE UNO SEMANAL CUANDO ES LABORADO
Tal como señalamos, cuando los días de descanso exceden de uno en la
semana, surge para las partes la alternativa de hacer efectivo el descanso o de
laborarlo, en este último caso el empleador deberá además remunerarlo.
En este último caso el día de descanso compensatorio que excede de uno
semanal deberá pagarse con un recargo del 50% sobre el sueldo convenido.
De esta suerte, el día de descanso compensatorio que excede de uno sema-
nal laborado deberá remunerarse en base al sueldo convenido más un recargo
del 50%, es decir, a un valor equivalente al 150% del habitual, cifra que se
compone de un 100% de la remuneración diaria más el recargo del 50% que fija
la ley, adicionalmente, a esta suma hay que agregarle la remuneración que tiene
derecho de percibir el dependiente sin trabajar y que corresponde al 100% de su
remuneración devengada durante su descanso.
En consecuencia, la remuneración del día laborado durante el descanso com-
pensatorio que excede de uno semanal asciende al 250% de la remuneración
diaria.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 391
CAPÍTULO III
EL FERIADO O DESCANSO ANUAL
a caso, con el objeto de determinar las causas por las cuales el trabajador no ha
prestado sus servicios. De la posibilidad de imputar esta inactividad al hecho o
culpa del empleador dependerá la factibilidad del ejercicio de este beneficio así
como la exigibilidad del mismo.
• Ord. Nº 2.474/57, 30.06.03
“Todo trabajador que cuente con más de un año de servicios para un empleador
tiene derecho a que éste le conceda un feriado anual de quince días hábiles con
remuneración íntegra, el cual deberá ser otorgado, de preferencia en primavera o
verano, según las necesidades del servicio. Se infiere asimismo, que no obstante
que dicho beneficio debe ser continuo, el legislador faculta a las partes para esti-
pular, de común acuerdo, el fraccionamiento del exceso sobre diez días hábiles. En
relación con el citado beneficio, la jurisprudencia administrativa de este Servicio
ha sostenido que el mismo constituye un derecho cuyo otorgamiento no está sujeto
a condición alguna, bastando por lo tanto para impetrarlo, que el trabajador cum-
pla el requisito de antigüedad que para tal efecto exige la ley”.
• Ord. Nº 3.400/194, 05.07.99
“El feriado pendiente por el cual se consulta corresponde al feriado básico que
regula el artículo 67 del Código del Trabajo, antes transcrito y comentado, benefi-
cio éste que a diferencia de lo que ocurre con el feriado progresivo previsto por el
artículo 68 del mismo cuerpo legal, no es susceptible de compensarse en dinero,
salvo en las situaciones de excepción contempladas en los incisos 2º y 3º del artícu-
lo 73 del referido Código, esto es, respecto del trabajador que cumpliendo con los
requisitos para hacer uso de feriado deja de prestar servicios en la empresa o de
aquél cuyo contrato termina antes de completar el año de servicios que lo habilita
para hacer uso de feriado. De ello se sigue que las aludidas compensaciones nacen
al momento de ponerse término a la respectiva relación laboral, situación ésta que,
de acuerdo a los antecedentes recopilados, no ha acontecido en la especie ya que
los trabajadores han continuado laborando en dicha Notaría, sin solución de con-
tinuidad, habiéndoseles reconocido su antigüedad en la misma. Ahora bien, si ana-
lizamos la situación que nos ocupa a la luz de la doctrina sustentada en relación al
artículo 4º del Código del Trabajo e invocada en párrafos precedentes, preciso es
convenir que la misma no resulta aplicable en la especie atendido que el beneficio
de que se trata no corresponde ser impetrado respecto del antiguo empleador toda
vez que no constituye “deuda” en los términos allí señalados. En efecto, como ya se
dijera, el feriado pendiente de los trabajadores que se individualizan en la presen-
tación en comento corresponde al feriado básico regulado en el artículo 67 el cual,
como ya se viera, no es susceptible de compensarse en dinero salvo en los casos
excepcionales ya analizados, lo que se traduce en que los afectados, por imperati-
vo de la ley, deben hacer uso de los correspondientes días de descanso anual, los
que, evidentemente, sólo podrán impetrarlo de su actual empleadora por ser ésta
con quien mantienen vigente la respectiva relación laboral, presupuesto necesario
para hacer efectivo dicho descanso. En consecuencia, sobre la base de las normas
legales citadas y consideraciones formuladas cúmpleme informar a Ud. que los
trabajadores de la Notaría de Ancud a quienes se refiere el presente informe, tienen
derecho a impetrar de la actual Notario y Conservador de Bienes Raíces de esa
ciudad, el otorgamiento de los días de feriado básico de que no hicieron uso con su
anterior empleador”.
396 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
Por otra parte, tampoco resultaría lógico sostener que deba esperarse el
reinicio de actividades de la empresa para hacer valer tal derecho, por cuanto
igualmente el feriado carecería de todo significado si, previamente y durante un
período superior a un año no se ha trabajado; circunstancia que, además, lleva-
ría al absurdo de mantener al trabajador inactivo y percibiendo remuneración, lo
cual, evidentemente, no es concordante con el espíritu de la ley.
A similar conclusión es posible arribar aplicando el aforismo jurídico que
señala que “a lo imposible nadie está obligado”, citando a don Luis Claro Solar
“No hay obligación de cosas imposibles. Desde que el ejercicio de la obliga-
ción se ha hecho imposible en sí misma, física o legalmente, no se puede exigir
al deudor que la efectúe. Este principio es general. Se aplica a toda clase de
obligaciones, no únicamente a las obligaciones de dar una cosa, sino también a
las obligaciones de hacer o no hacer”.
• Ord. Nº 62/8, 6.01.88
“No es jurídicamente exigible el feriado legal si la empresa ha estado paralizada
durante el año que da derecho a este beneficio, no procediendo tampoco la acumu-
lación del mismo, por no darse los requisitos que exige la ley”.
– FERIADO BÁSICO EN LA ZONA DEL EXTREMO SUR DEL PAÍS
La Ley Nº 20.058, publicada en el Diario Oficial de 26.09.05, introdujo al
Código del Trabajo una regla de carácter territorial respecto del feriado legal
básico, que aumentó a veinte días hábiles anuales el feriado de los trabajadores
que prestan servicios en la Duodécima Región de Magallanes y de la Antártica
Chilena, en la Undécima Región de Aisén del General Carlos Ibáñez del Cam-
po, y en la Provincia de Palena.
El hecho que hoy día se hayan eliminado las referencias a la numeración de
las regiones en nada afecta a la aplicación de este artículo a las localidades a que
se refiere la norma.
• Ord. Nº 5.081/125, 09.11.05
“El legislador ha establecido en favor de los trabajadores que laboran o prestan
servicios en las localidades allí establecidas, vale decir, en las regiones undécima,
duodécima y en la provincia de Palena un feriado especial equivalente a 20 días
hábiles. Como es dable apreciar, la normativa que nos ocupa sólo exige que el
trabajador preste servicios en las localidades señaladas, por lo que basta tal cir-
cunstancia para que éstos tengan derecho al beneficio que ella regula. En relación
a lo expuesto, es necesario precisar que del inciso 1º del artículo 67 en comento se
desprende que el trabajador devenga el derecho a gozar de feriado anual al cum-
plir un año de servicios para su empleador, beneficio que de acuerdo a lo allí
establecido será otorgado en la forma que establece el reglamento y que le da
derecho a percibir remuneración íntegra durante el respectivo período”.
2. CÓMPUTO DEL FERIADO
De conformidad a lo dispuesto en el artículo 67 del Código del Trabajo, se
desprende que el feriado anual básico de los trabajadores con más de un año
de servicios está constituido por quince días hábiles, a los cuales deben
398 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
La razón es obvia, por cuanto, antes que este artículo entrara en vigencia, el
trabajador que laboraba seis días a la semana debía contar los quince días de
feriado de lunes a sábado, lo que le daba tres días menos que los que laboraban
cinco días a la semana y que cuentan sus quince días de feriado sólo de lunes a
viernes.
El Sr. Ministro del Trabajo y Previsión Social de la época en que se introdu-
jo esta reforma, don René Cortázar, al explicar, las innovaciones fundamentales
del proyecto en materia de feriado, específicamente, en lo referente al cómputo
del mismo, señaló: “En una nueva aplicación del criterio de no-discriminación,
que aparece en varios aspectos del proyecto, se iguala el feriado de los trabaja-
dores que tienen distribuida su jornada en cinco y en seis días. Los primeros
toman ahora tres semanas calendario; en cambio, para quienes su jornada es
de seis días, su feriado, en realidad es de dos semanas y media. Se propone para
los efectos de cálculo del feriado, darles a estos últimos trabajadores el trata-
miento que tendrían si su jornada se distribuyera en cinco días. De esta manera
independientemente de la forma en que se encuentre distribuida su jornada de
trabajo, el trabajador tendrá tres semanas calendario de feriado”.
El ex ministro de Estado, Sr. Cortázar, describe con gran precisión el objeti-
vo que persiguió el legislador al establecer el precepto que se contiene en el
artículo 69 del Código del Trabajo, que fue, tal como lo señaláramos, el de
igualar el feriado básico o mínimo de aquellos trabajadores que tienen distribui-
da su jornada de trabajo en seis días, en términos tales que dicho beneficio deba
calcularse en la misma forma en que se computa el feriado de los dependientes
cuya jornada se distribuye en cinco días.
En otros términos, la norma en estudio se estableció en función de aquellos
trabajadores que por tener distribuida su jornada de trabajo en seis días, gozaban
de un número de días por concepto de feriado básico legal inferior a aquel que
correspondía impetrar por igual concepto a los dependientes afectos a una jor-
nada de trabajo de cinco días.
• Ord. Nº 3.858/137, 16.09.03
“Los trabajadores de la Empresa HQI Transelec Chile S.A. que se desempeñan en
la III Región, con contrato vigente al 14 de agosto de 1981 y que han laborado
para la misma sin solución de continuidad con posterioridad a esa fecha, tienen
derecho a un feriado básico de 25 días hábiles, a los cuales deberán adicionarse
los sábado, domingo y festivos que incidan en el respectivo período”.
• Ord. Nº 615/30, 30.01.95
“Resulta aplicable la regla contenida en el artículo 69 del Código del Trabajo para
los efectos de calcular el feriado legal especial de 25 días hábiles que conservaron
los trabajadores en virtud del artículo 2º transitorio del Código del Trabajo. Para
determinar la duración de dicho feriado especial, el día sábado debe considerarse
inhábil”.
• Ord. Nº 5.636/257, 1.09.95
“Para los efectos de determinar la duración del feriado pactado a contar del 1º de
noviembre de 1993, debe calcularse sobre la base de considerar siempre el día
400 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
a un feriado básico de 25 días hábiles, a los cuales deberán adicionarse los sába-
do, domingo y festivos que incidan en el respectivo período”.
2.3. Feriado especial de 25 días hábiles en regiones extremas
El artículo 2º transitorio, del Código del Trabajo, prescribe:
“Los trabajadores con contrato vigente al 15 de junio de 1978 o al 14 de agosto de
1981, que a esas fechas tenían derecho a un feriado superior al que establecieron
el Título VII del Decreto Ley Nº 2.200, de 1978 antes de su modificación por la Ley
Nº 18.018, y el artículo 11 transitorio del primero de estos cuerpos legales, conser-
varán ese derecho, limitado al número de días a esas fechas les corresponderían de
acuerdo a las normas por las cuales se rigieron”.
Por su parte, el inciso 3º del artículo 72 del D.L. Nº 2.200 de 1978, derogado
por la Ley Nº 18.018 de 14.08.81, establecía:
“El feriado será de veinticinco días hábiles dentro de cada año para los trabajado-
res que residan en la I, II, III XI y XII regiones del país o en la provincia de Chiloé
y para los que se desempeñan en yacimientos mineros o plantas de beneficio”.
Como es dable apreciar, el artículo 2º transitorio establece que para conser-
var el beneficio de 25 días hábiles por concepto de feriado, los respectivos tra-
bajadores al 14 de agosto de 1981 debían residir en determinadas regiones o
provincias o laborar en yacimientos mineros o plantas de beneficio, tener con-
trato vigente a dicha fecha y haber cumplido a su respecto otro requisito que
dicho precepto señala expresamente, cual es, tener “derecho” a feriado a la
fecha antes indicada.
Tanto el inciso 1º del artículo 72 del D.L. Nº 2.200, como el inciso 1º del
artículo 67 del Código del Trabajo, establecen que para tener derecho al benefi-
cio del feriado, el dependiente debe haber cumplido más de un año de servicio
en la empresa.
Por lo cual si concordamos las disposiciones antes citadas, con la contenida
en el artículo 2º transitorio del Código del Trabajo, sólo cabe sostener que úni-
camente aquellos trabajadores que al 14 de agosto de 1981 residían en las regio-
nes o provincia que el inciso 3º del artículo 72 del D.L. Nº 2.200 señalaba, o bien
se desempeñaban en yacimientos mineros o plantas de beneficio y que a dicha
fecha tenían un contrato vigente por más de un año, han podido conservar el
feriado especial de 25 días hábiles.
• Ord. Nº 2.212/151, 18.05.98
“Los trabajadores que habiendo prestado servicios en las regiones o provincia o
actividades a que se refería el inciso 3º del artículo 72 del D.L. Nº 2.200, de 1978,
tenían un contrato vigente por menos de un año, sólo tienen derecho a un feriado
anual de 15 días hábiles”.
Ord. Nº 615/30, 30/01/1995
Si el legislador de la Ley Nº 19.250 hubiese querido limitar el efecto del artículo 1º
Nº 25 (actual artículo 69), para quienes gozaban de feriados especiales, tendría
que haberlo señalado expresamente en una norma transitoria, como en su oportu-
nidad lo hicieron el Decreto Ley Nº 2.200, la Ley Nº 18.018 y la Ley Nº 18.620. Y
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 403
como lo hizo la propia Ley 19.250, respecto del feriado progresivo. En consecuen-
cia, sobre la base de las disposiciones legales citadas y consideraciones expuestas,
cumplo con informar a Ud. (que) no resulta jurídicamente procedente excluir de la
aplicación de las reglas de base de cálculo del artículo 69 del Código del Trabajo,
al feriado legal especial a que se refiere el artículo segundo transitorio del Código
del Trabajo y, por lo tanto, los feriados especiales de 25 días hábiles ya señalados
deben computarse sobre la base de considerar inhábil el día sábado, como lo dis-
pone el artículo 69 del D.F.L. Nº 1.
3. FRACCIONAMIENTO DEL FERIADO
El inciso primero, del artículo 70, del Código del Trabajo, establece lo si-
guiente:
“El feriado deberá ser continuo, pero el exceso sobre diez días hábiles podrá
fraccionarse de común acuerdo”.
La regla general establecida por expresa disposición del legislador es que el
feriado debe ser continuo, es decir, que en principio el trabajador debe gozar de
sus quince días de feriado de manera ininterrumpida.
Por excepción y de común acuerdo, las partes pueden fraccionar el feriado,
pero sólo en el exceso sobre diez días hábiles.
Para determinar el exacto sentido y alcance del inciso primero del artículo
70 del Código, es necesario aclarar el significado de los términos “exceso” y
“fraccionar” a que hace referencia. Al respecto, aplicando las normas de herme-
néutica legal contenidas en los artículos 19 y 20 del Código Civil, debemos
decir que de conformidad a lo preceptuado en el Diccionario de la Lengua Espa-
ñola, “exceso” es la “parte que excede y pasa más allá de la medida o regla” y
“fraccionar”, a su vez, es “dividir una cosa en partes o fracciones”.
Al disponer el legislador que el feriado puede fraccionarse sólo en el exceso
sobre diez días hábiles ha prescrito que sólo el número de días de feriado que
superan este lapso puede dividirse en distintas partes, de forma tal que los traba-
jadores puedan hacer un uso parcial del beneficio.
De esta forma, del total de quince días de feriado legal, un total de diez días
necesariamente debe ser gozado de manera continua por el trabajador; los cinco
días restantes pueden ser fraccionados de común acuerdo entre las partes sin
restricción alguna, por lo cual el trabajador los podrá gozar de uno en uno, de
dos en dos o del modo que las partes estimen conveniente.
Debemos agregar que el fraccionamiento del feriado sólo podrá operar
cuando exista un acuerdo previo de las partes, sin que sea procedente que el
empleador, de manera unilateral, se lo imponga al trabajador. Esta regla tiene
su fundamento en el hecho que el fraccionamiento del feriado es una situación
excepcional y, más aún, por el hecho de existir un mandato expreso de la ley
en este sentido.
– OPORTUNIDAD EN QUE SE DEBE GOZAR DEL PERÍODO FRACCIONADO DEL FE-
RIADO
El legislador no reguló la oportunidad en que el trabajador debe gozar del
período continuo y el fraccionado del feriado, de esta forma se presenta el pro-
404 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
blema de determinar si las partes pueden acordar que el trabajador haga uso de
feriado fraccionado antes del período continuo o, por el contrario, si solamente
puede ser gozado con posterioridad al otorgamiento del período continuo de
diez días hábiles.
Al respecto, debemos decir que en esta materia el principio de autonomía de
la voluntad, en virtud del cual las partes pueden convenir libremente la oportu-
nidad en que el trabajador hará uso de las fracciones de feriado.
En estas circunstancias, siendo lícito que las partes convengan libremente la
oportunidad en que el trabajador hará uso del feriado en forma fraccionada,
podrán pactar que éste se goce antes o después del lapso de diez días que debe
ser otorgado de manera continua.
• Ord. Nº 2.474/57, 30.06.03
“No resulta jurídicamente procedente que el empleador obligue a un dependiente a
hacer uso de su descanso anual en el período que aquél determine, como tampoco,
disponer en forma unilateral, el otorgamiento de sólo diez días continuos por tal
concepto, toda vez que para que opere el fraccionamiento del beneficio es necesa-
rio el mutuo acuerdo de los contratantes. Igualmente no resulta jurídicamente pro-
cedente que el empleador obligue al trabajador a hacer uso de un mayor número
de días de feriado que aquel que establece la ley, máxime si éstos son descontados
en el correspondiente finiquito. Por el contrario, no existe impedimento legal algu-
no para que las partes de la relación laboral, de común acuerdo, pacten anticipar
la concesión del beneficio de feriado anual o el otorgamiento de un lapso superior
a los 15 días hábiles que, por tal concepto, señala la ley, toda vez que en tal caso el
respectivo acuerdo implica un mejoramiento del beneficio legal”.
• Ord. Nº 260/10, 19.01.00
“El trabajador tiene derecho a exigir que su empleador le otorgue, en forma conti-
nua, la totalidad de los días que comprende el beneficio legal de feriado, salvo que
existiere un acuerdo en orden a fraccionar el exceso sobre diez días hábiles, en los
términos del artículo 70, inciso 1º del Código del Trabajo”.
• Ord. Nº 5.884/250, 25.10.96
“Resulta jurídicamente procedente que los trabajadores que se desempeñan en la
empresa Codelco Chile División El Teniente, y que se encuentran afectos a un sis-
tema excepcional de distribución de jornada de trabajo y descansos, hagan uso del
beneficio de feriado en forma fraccionada en días viernes y lunes”.
• Ord. Nº 2.249/89, 16.04.96
“Por expresa disposición del legislador el feriado debe ser continuo, como asimis-
mo que, por excepción y de común acuerdo, las partes pueden fraccionar el bene-
ficio en el exceso sobre diez días hábiles. En la especie, en la situación por la cual
se consulta, el hecho de suspenderse el feriado legal de un trabajador por la pre-
sentación de una licencia médica, si bien implica un fraccionamiento de dicho
beneficio, sin cumplir con los requisitos exigidos por el citado artículo 70, no es
menos cierto que, en este caso, no procede exigir el cumplimiento de tales condi-
ciones, toda vez que nos encontramos en presencia de una situación de hecho dis-
tinta de la prevista en el citado inciso primero del artículo 70. En efecto, en el caso
en consulta, el fraccionamiento del feriado se ha producido por una causa ajena a
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 405
ción de otorgar el feriado como descanso cuando ya se han acumulado dos perío-
dos, lo que debe hacer antes de completarse un nuevo período para feriado”.
• Ord. Nº 2.802/145, 05.05.95
“Por expresa disposición del legislador el feriado puede ser acumulado hasta por
dos períodos consecutivos en el evento que exista acuerdo entre empleador y traba-
jador. De ello se sigue que es requisito indispensable para que opere la acumula-
ción del beneficio referido el que las partes así lo convengan, no resultando jurídi-
camente procedente, en consecuencia, que el empleador en forma unilateral lo
disponga. En armonía con lo anteriormente expresado, la norma en comento agre-
ga que si un dependiente acumula dos períodos consecutivos de feriado, debe usar
al menos el primero de ellos antes de completar el año que le daría derecho a un
tercer feriado”.
• Ord. Nº 2.446/113, 25.04.94
“La acumulación del feriado hasta por dos períodos consecutivos resulta jurídica-
mente procedente sólo en el evento de que las partes así lo convengan”.
• Ord. Nº 62/8, 6.01.88
“No es jurídicamente exigible el feriado legal si la Empresa ha estado paralizada
durante el año que da derecho a este beneficio, no procediendo tampoco la acumu-
lación del mismo, por no darse los requisitos que exige la ley”.
• Ord. Nº 6.017/310, 9.10.97
“Procede indemnizar la totalidad de períodos de feriado acumulados en caso de
término de contrato, aun cuando se exceda el máximo de dos períodos de acumula-
ción que permite la ley”.
• Ord. Nº 78, 12.01.82
“La acumulación excesiva de períodos constituiría sólo una infracción a la legisla-
ción laboral, que en ningún caso puede traer como consecuencia la privación del
derecho al descanso, procediendo únicamente sancionarla administrativamente
respecto del empleador con multa a beneficio fiscal”.
– PERÍODOS ACUMULADOS SUPERIORES A LOS PERMITIDOS POR LA LEY
Tal como sabemos, la ley permite que las partes acumulen hasta dos perío-
dos consecutivos de feriado, de forma tal que si el trabajador ya tiene acumula-
dos dos períodos, el empleador está obligado a otorgar el primero de ellos antes
del año que da derecho a un nuevo período.
De este modo, la ley hace recaer sobre el empleador la obligación de otorgar
el feriado como descanso cuando ya se han acumulado dos períodos, lo que
debe hacer antes que el trabajador complete un nuevo período de feriado.
En consecuencia, la acumulación excesiva de períodos de feriado constitu-
ye una infracción a la legislación laboral, que se sanciona con una multa admi-
nistrativa a beneficio fiscal.
Esta infracción en ningún caso puede traer como consecuencia la privación
del derecho al descanso del trabajador. De esta forma, si por cualquier circuns-
tancia, y a pesar de la prohibición legal, se acumulan más de dos períodos de
feriado, el trabajador de todos modos tiene derecho a impetrar la totalidad de los
días que comprende la acumulación.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 407
De esta forma, para los efectos de acreditan los años de servicio que dan
origen al feriado progresivo, resulta absolutamente indiferente si el dependiente
de que se trata laboró siempre en el sector privado o, por el contrario, si también
realizó parte de su vida laboral en el Sector Público.
• Ord. Nº 2.803/146, 5.05.95
“Los funcionarios de una Corporación Privada de Desarrollo Social pueden reco-
nocer para los efectos del feriado progresivo hasta 10 años de servicios prestados
en calidad de funcionarios públicos”.
• Ord. Nº 10.525, 31.01.66
“Los años trabajados en calidades y regímenes jurídicos diferentes son computa-
bles para los efectos del feriado progresivo”.
2.3. Servicios prestados fuera del territorio de la República
En esta materia la Dirección del trabajo ha reformulado su doctrina, soste-
niendo en la actualidad que resulta procedente imputar el tiempo laborado en un
país extranjero para los efectos del cómputo del feriado progresivo.
En la edición anterior de este libro llamamos la atención respecto a que esta
doctrina debería ser cambiada, toda vez que, según señalamos, esta doctrina
atentaba contra el objetivo que tuvo a la vista el legislador al regular la institu-
ción del feriado progresivo, cual es aumentar el feriado básico en razón de los
años de servicio del dependiente, sin que sea relevante el lugar en que éste pres-
tó los servicios.
• Ord. Nº 3.617/101, 22.08.05
“El propósito del legislador al establecer el beneficio del feriado progresivo, ha
sido reconocer más días de descanso anual al trabajador que reuniere mayor can-
tidad de años laborados, lo que adquiere sentido si se piensa que en la medida que
aumentan los años de trabajo la persona del trabajador va requiriendo más días de
descanso anual para una mejor recuperación de sus energías. La doctrina así lo
reconoce al señalar: “El aumento del feriado en relación con los años de trabajo
(feriado progresivo) es el caso más frecuente y usual de prolongación del feriado
básico y a lo cual ya se refirieron los Convenios 52 y 132. Es, también, el más
generalizado ante la legislación comparada, y responde a la necesidad de que el
feriado sea superior mientras mayor ha sido el número de años trabajados por el
dependiente.” (Manual de Derecho del Trabajo. Tomo III William Thayer Arteaga
y Patricio Novoa Fuenzalida, pág. 232.). De este modo, el aumento de días de
feriado en razón de más años de trabajo es un beneficio que persigue la protección
de la persona del trabajador, independientemente del lugar o ámbito territorial
donde tales trabajos se hayan prestado, sea en el país o en el extranjero, si la
institución o figura legal tiene por base la persona del trabajador y no el espacio
territorial donde reunió los años de servicio. Desde esta perspectiva, años trabaja-
dos efectivamente en el extranjero son años de trabajo, único requisito que exige la
norma legal en estudio y, por consiguiente, computable para el beneficio en análi-
sis. Por otro lado, el legislador en el artículo 68 citado, no distingue si los trabajos
computables para el feriado progresivo que se hacen valer han debido serlo en el
país, por lo que si el legislador no distingue no es lícito al intérprete hacerlo, lo que
lleva a que jurídicamente sería pertinente considerar para tales efectos, de reunir
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 417
los requisitos legales, años de trabajo prestados fuera del territorio nacional, en la
medida que puedan ser acreditados en forma fehaciente, y por las vías de legaliza-
ción correspondientes. De este modo, si la disposición legal del feriado progresivo,
requiere para su aplicación sólo del cumplimiento de años de trabajo, con emplea-
dores actuales o anteriores, forzoso resulta derivar que ellos han podido configu-
rarse dentro o fuera del territorio nacional, no obstante que para hacer valer el
beneficio deba seguirse los procedimientos y mecanismos vigentes en el país para
acreditar satisfactoriamente tales años de trabajo prestados en el extranjero”.
2.4. Efectos de la quiebra en el cómputo del feriado progresivo
La quiebra es la simple declaración judicial del estado de insolvencia en que
se encuentra el empleador y, en consecuencia, para los efectos del cálculo del
beneficio de feriado progresivo se debe considerar todo el tiempo efectivamente
servido, independientemente que con posterioridad se produzca el despido ori-
ginado por la declaratoria de quiebra.
Por otra parte, en relación con los efectos de la quiebra, reviste importancia
determinar cómo afecta el decreto de “continuidad del giro” de la empresa, en el
cómputo de los años que dan origen al feriado progresivo.
Las reglas generales analizadas anteriormente nos llevan a la conclusión
que debe considerarse que los trabajadores han prestado servicios para un mis-
mo empleador si con posterioridad a la declaración de la quiebra han sido con-
tratados por la continuadora del giro de la empresa.
En consecuencia, si se declara la quiebra de la empresa y se decreta la con-
tinuidad del giro, el trabajador podrá computar el 100% de los años laborados
antes de la quiebra, sin que esté sujeto al tope de diez años que rige respecto de
la acreditación de años de servicio prestados en empresas distintas.
• Ord. Nº 4.919/264, 19.08.97
“A juicio de esta Dirección, que, en el caso en estudio, el empleador de los traba-
jadores a que se refiere la presente consulta es la Fábrica de Papeles Carrascal
S.A. por ser ésta la persona jurídica que ha utilizado y utiliza los servicios intelec-
tuales o materiales de los mismos en virtud de una relación jurídica en la que
concurren todos los elementos de un contrato de trabajo, sin que tenga incidencia
alguna para los efectos previstos en el artículo 68 del Código del Trabajo la cir-
cunstancia de que ésta haya sido declarada en Quiebra y posteriormente haya
continuado provisional o efectivamente el giro del fallido. En efecto, la Quiebra es
la simple declaración judicial del estado de insolvencia en que se encuentra el
empleador y de consiguiente hay que concluir que su sola declaración no puede
alterar la fisonomía jurídica del mismo. Lo anterior lo confirma la opinión de los
tratadistas, entre ellos, don Alvaro Puelma Accorsi, quien define la Quiebra como
“el estado excepcional, en el orden jurídico, de una persona, producido por la falta
o imposibilidad de cumplimiento igualitario de todas sus obligaciones, declarado
judicialmente”.(“Curso de Derecho de Quiebras”, pág. 7). Por otra parte cabe
señalar que conforme al inciso 2º del artículo 111 y artículos 112 y 124 de la Ley
18.175, aprobatoria del texto vigente de la Ley de Quiebras, el Síndico podrá pro-
poner a la junta de acreedores, si lo estimare conveniente, y ésta acordar, la conti-
nuación efectiva del giro del fallido, sea total o parcial, o la enajenación del todo o
418 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
parte del activo como un conjunto, o ambas, situaciones estas que, como es dable
apreciar, sólo dicen relación con el eventual funcionamiento de la empresa y con la
forma en que se enajenarán los bienes del fallido y no pueden, por ende, producir
alteración alguna en la fisonomía jurídica del empleador. En estas circunstancias,
resulta lícito concluir que los servicios prestados por los trabajadores despedidos
con ocasión de la quiebra de la Fábrica de Papeles Carrascal S.A. y contratados
posteriormente por Fábrica de Papeles Carrascal S.A. Continuidad de Giro han de
entenderse prestados a un mismo empleador para los efectos del cálculo del bene-
ficio de feriado progresivo establecido en el artículo 68 del Código del Trabajo. En
consecuencia, sobre la base de las disposiciones legales citadas y consideraciones
formuladas, cúmpleme informar a Uds. que para los efectos del cálculo del benefi-
cio de feriado progresivo de los trabajadores de la empresa Fábrica de Papeles
Carrascal S.A. procede considerar todo el tiempo servido efectivamente para ésta
independientemente del despido originado por la declaratoria de quiebra de la
misma”.
• Ord. Nº 309/18, 23.01.86
“Los servicios prestados por los trabajadores despedidos con ocasión de la quie-
bra y contratados posteriormente por la Unidad Económica-Continuidad de Giro
han de entenderse prestados a un mismo empleador para los efectos del feriado
progresivo”.
2.5. Efectos de la transformación de la
razón social de la empresa en el feriado progresivo
En el caso que la sociedad propietaria de una empresa experimente transfor-
maciones en el dominio o mera tenencia de la misma, los años de servicios de
los dependientes deben ser considerados como prestados para un mismo em-
pleador.
La regla anterior es coincidente con lo dispuesto en el inciso segundo del
artículo 4º del Código del Trabajo, norma que dispone que “las modificaciones
totales o parciales relativas al dominio, posesión o mera tenencia de la empresa
no alterarán los derechos y obligaciones de los trabajadores, emanados de sus
contratos individuales o de los instrumentos colectivos de trabajo, que manten-
drán su vigencia y continuidad con el o los nuevos empleadores”.
• Ord. Nº 813/34, 06.03.01
“En el caso en consulta, los trabajadores de que se trata, se desempeñaron para la
Empresa de Ferrocarriles del Estado, establecimiento “Ferrocarril Arica-La Paz”,
hasta el año 1997, época en que mediante la celebración de un convenio de térmi-
no de funciones dejaron de prestar servicios. Posteriormente, el año 1997, se hace
cargo, por el plazo de veinticinco años, de la explotación y administración de la
Sección Chilena del Ferrocarril de Arica a La Paz, la empresa “Administradora
del Ferrocarril de Arica a La Paz S.A.”, quien contrata, el año 1999, para este fin
a los extrabajadores de la Empresa de Ferrocarriles del Estado, que laboraban en
el citado establecimiento. Ahora bien, como consecuencia de una presentación he-
cha por la empresa Administradora del Ferrocarril de Arica a La Paz S.A., esta
Dirección del Trabajo debió analizar sus antecedentes jurídicos, en especial el
contrato de arrendamiento celebrado con la Empresa de Ferrocarriles del Estado,
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 419
en esa oportunidad, sino que tampoco podrá adicionar esos días a los feriados
básicos a que tiene derecho en el futuro en esa empresa.
Contrario sensu, si el trabajador acredita los años de servicio que le dan
derecho a gozar del beneficio del feriado progresivo y, no obstante esto, el em-
pleador no se los otorga, el dependiente conserva su derecho a hacerlos valer de
modo retroactivo.
– MEDIOS DE PRUEBA PARA ACREDITAR EL FERIADO PROGRESIVO
El artículo 10 del Decreto reglamentario Nº 586, publicado en el Diario
Oficial de 19.04.65 regula los medios mediante los cuales se debe efectuar la
acreditación de los años de servicio que van a ser considerados en el cómputo
del feriado progresivo.
• Ord. Nº 3.838/192, 18.11.02
“La comprobación de los años trabajados con empleadores anteriores, para los
efectos del feriado progresivo, debe efectuarse a través de alguno de los medios de
prueba que se indican en el artículo 10 del Decreto reglamentario Nº 586, de 1964,
del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, publicado en el Diario Oficial de
19.04.64, cuyas normas han de estimarse vigentes en conformidad a lo previsto en
el artículo 3º transitorio de la Ley 18.620, y artículo 3º transitorio del actual Códi-
go del Trabajo, y que son: a) Certificación otorgada por las Inspecciones del Tra-
bajo, de acuerdo a los antecedentes de que dispongan; b) Cualquier instrumento
público en el cual conste la prestación de servicios de modo fidedigno, como sen-
tencias judiciales, convenios o fallos arbitrales, escrituras públicas, o certificados
otorgados por las respectivas instituciones de previsión, y c) Como último medio y
a falta de cualquiera otro anterior, con información para perpetua memoria, de los
artículos 909 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, debidamente apro-
bada por tribunal competente. De este modo, a través de cualquiera de los medios
antes señalados podrá probarse los años trabajados con distintos empleadores para
efectos del reconocimiento del feriado progresivo”.
Siguiendo estos criterios, la Dirección del Trabajo ha establecido como me-
canismos adecuados para acreditar los años trabajados, los siguientes:
– TRABAJADORES QUE SÓLO HUBIEREN LABORADO PARA UN EMPLEADOR
Se estará al reconocimiento que deberá hacer este último, de acuerdo al
contrato de trabajo y demás documentación probatoria, de la fecha de ingreso
del dependiente.
– TRABAJADORES QUE HUBIEREN PRESTADO SERVICIOS A DISTINTOS EMPLEADORES
Se podrán comprobar los años de servicio ante su actual empleador por al-
guno de los siguientes medios:
Certificación otorgada por las Inspecciones del Trabajo, de acuerdo a los
antecedentes que dispongan estos Servicios;
Mediante cualquier instrumento público en el cual conste la prestación de
los servicios de modo fidedigno, como sentencias judiciales, convenios o fallos
arbitrales, escrituras públicas, o certificados otorgados por las respectivas insti-
tuciones de previsión a que el interesado que lo requiera pertenezca o haya per-
tenecido.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 421
pago de una suma que compense los días de feriado progresivo en que el traba-
jador va a prestar servicios.
Coincidente con el carácter compensatorio del pago que va a recibir el tra-
bajador, por aplicación del artículo 71 del Código del Trabajo, esta suma no
podrá ser inferior a la remuneración íntegra que le corresponde percibir al traba-
jador durante su feriado básico.
• Ord. Nº 5.863/141, 28.12.05
“Resulta jurídicamente procedente compensar en dinero el feriado convencional
superior al legal, por los días que exceden al período básico de 15 días, debiendo
efectuarse dicha compensación en la misma forma prevista en el inciso final del
artículo 73 del Código del Trabajo, para el caso de dependientes que gozan de
feriado progresivo”.
4. INCIDENCIA DEL FERIADO BÁSICO CONVENCIONAL EN EL FERIADO PROGRESIVO
En virtud de la aplicación del principio de la autonomía de la voluntad las
partes se encuentran facultadas para pactar que el feriado básico se va a exten-
der por sobre los 15 días que el Código del Trabajo en su artículo 67 ha estable-
cido como mínimo. Esta situación en nada se opone a que los trabajadores go-
cen de los días adicionales que les corresponden por concepto de feriado pro-
gresivo cuando se cumplan los requisitos que dan origen a este beneficio.
El fundamento de la conclusión anterior se encuentra en el hecho que el
feriado progresivo tiene por objeto adicionar días al feriado básico por causa de
los años que el trabajador ha prestado servicios, de forma tal que no resulta
lógico que un pacto que tiene por objeto aumentar los días de descanso a que
tiene derecho el trabajador por concepto de feriado básico tenga como conse-
cuencia extinguir el derecho a gozar del feriado progresivo.
La conclusión contraria no se ajustaría a derecho, toda vez que al imputar al
feriado progresivo los días convenidos por concepto de feriado básico que exce-
dan de 15 días hábiles, se estaría privando al trabajador de un derecho irrenun-
ciable conforme al artículo 5º del Código del Trabajo.
• Ord. Nº 532/29, 02.02.04
“Los días de feriado progresivo a que tienen derecho de conformidad al artículo 68
del Código del Trabajo los dependientes de la empresa Envases Técnicos Ltda.,
han pasado a incrementar su feriado básico y deberán otorgárseles a continuación
del mismo, ya sea que hagan uso de éste en su totalidad o lo hayan fraccionado de
común acuerdo sobre el exceso de diez días hábiles, no resultando jurídicamente
procedente que se otorguen separadamente del feriado básico”.
• Ord. Nº 2.802/145, 5.05.95
“El feriado progresivo ha sido concebido en nuestra legislación como un beneficio
cuyo objetivo es aumentar el feriado básico en razón de la antigüedad o los años de
servicio, de suerte tal que la circunstancia de que un dependiente tenga derecho,
por así haberlo convenido con su empleador, a un número superior de días por
concepto de feriado básico, no puede significar excluirlo de las normas relativas al
feriado progresivo”.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 423
A diferencia del feriado legal, que es gozado por los trabajadores de manera
individual, tratándose de feriado colectivo, es obligatorio que éste sea gozado
conjuntamente por todos los dependientes que laboran en la empresa o sección
correspondiente, independiente del número de trabajadores de que se trate y aun
cuando alguno o algunos del ellos ya estén haciendo uso de feriado individual e
incluso si no cumplen con los requisitos para gozarlo.
• Ord. Nº 1.771/88, 20.03.95
“Hacen uso del feriado colectivo, todos los trabajadores que laboran en la empre-
sa o sección correspondiente. También resulta jurídicamente procedente otorgar
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 429
feriado colectivo en una empresa aun cuando en ella exista un grupo de trabajado-
res que ya está haciendo uso de feriado individual”.
La excepción a esta regla está dada por la circunstancia que el feriado colec-
tivo coincida con el día en que los trabajadores deben hacer efectiva la huelga,
oportunidad en que el procedimiento es suspendido por el ejercicio de este be-
neficio.
– Ord. Nº 801/69, 01.03.00
“El feriado colectivo concedido por el empleador prevalece sobre el procedimiento
de negociación colectiva en caso que coincida con el día en que los trabajadores
deben hacer efectiva la huelga”.
• Ord. Nº 557/190, 21.07.87
“El procedimiento de negociación colectiva debe entenderse suspendido durante
el período en que el empleador concede feriado colectivo a los trabajadores invo-
lucrados en el mismo, únicamente en el evento que éste coincida con el día en que
ellos deban hacer efectiva la huelga”.
7.3. Incidencia en el permiso con o sin goce de remuneraciones
La Dirección del Trabajo ha dictaminado que el trabajador que se encontra-
ba gozando de un permiso con o sin goce de remuneraciones en la época en que
el empleador concede el feriado colectivo, conserva el derecho a impetrar el
derecho a su feriado legal una vez que vuelve a prestar sus servicios.
– Ord. Nº 4.408/086, 06.10.06
“Los dependientes que a la época que el conjunto del personal de ese Instituto
gozada de feriado colectivo, no pudieron hacer uso de éste por encontrarse con
permiso con o sin goce de remuneraciones, tienen derecho a hacer uso de su feria-
do legal anual pendiente conforme a las reglas generales que prescribe el Código
del Trabajo”.
V. EFECTOS DE LA LICENCIA MÉDICA Y EL DESCANSO MATERNAL EN EL FERIADO
1. LA LICENCIA MÉDICA
Tal como sabemos, para los efectos del derecho a feriado, la ley no exige
trabajo efectivo sino solamente la vigencia del contrato de trabajo durante un
año. Por su parte, la licencia médica sólo suspende los efectos de la relación
laboral en cuanto libera al trabajador de su obligación de prestar servicios y al
empleador de su obligación de pagar la remuneración convenida, manteniéndo-
se subsistente, durante el período que ella cubre, el vínculo contractual, lo cual
permite sostener que no tiene incidencia alguna en el derecho a feriado.
1.1. Derecho a gozar del feriado
una vez que el trabajador se reintegra a labores
Teniendo presente lo señalado anteriormente, los trabajadores que en uno o
más años han estado acogidos a licencia médica, conservan su derecho al feria-
do anual, cualquiera que sea el número de días efectivamente trabajados durante
cada año.
Si bien es cierto que durante el lapso que el trabajador está gozando de
licencia médica se conserva el derecho al feriado legal, no lo es menos que tal
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 433
beneficio sólo se podrá hacer exigible una vez que el trabajador se reincorpore a
sus labores, atendido que como ya se expresara, durante la licencia médica el
dependiente se ha encontrado liberado de concurrir a sus labores, resultando
improcedente superponer a tal licencia el beneficio del feriado el que, igualmen-
te, libera al trabajador de su obligación de prestar servicios, máxime si se consi-
dera que se trata de beneficios de distinta naturaleza e irrenunciables.
Como consecuencia que el feriado sólo se hace exigible una vez expirada la
licencia médica, la duración de esta última no afectará al feriado pudiendo
impetrarse por todo el período acumulado, una vez reincorporado el dependien-
te a sus labores.
– Ord. Nº 2.249/89, 16.04.96
“El feriado debe reanudarse una vez terminada la respectiva licencia médica o,
posteriormente, en la oportunidad que convengan las partes”.
1.2. Licencias médicas que se
prolongan por un período superior a los dos años
Se presenta la interrogante de si las reglas analizadas con anterioridad se
mantienen en el caso de las licencias médicas que se prolongan por un período
superior a los dos años, que como sabemos es el plazo máximo que puede acu-
mularse el feriado.
La respuesta a esta interrogante es que el lapso máximo de acumulación del
feriado establecido en la ley, en nada altera el derecho del trabajador a gozar de
todo el feriado acumulado durante la licencia médica una vez reintegrado a labo-
res, por cuanto tal acumulación opera por acuerdo de las partes, lo que no aconte-
ce en el caso de la licencia médica que encuentra su causa directamente en la ley.
Despejado lo anterior debemos hacer presente que el derecho del trabajador
a gozar de todo el feriado acumulado debe entenderse sin perjuicio de la pres-
cripción del ejercicio del mismo. Al respecto debemos señalar lo siguiente:
– El plazo de prescripción de que dispone el trabajador para impetrar el
beneficio del feriado sólo comienza a correr desde que el mismo se ha hecho
exigible, esto es, una vez que el trabajador se reintegra a sus labores.
– No existiendo un plazo especial de prescripción se debe recurrir a las
reglas generales sobre la materia, para lo cual se hace necesario aplicar el artícu-
lo 480 del Código del Trabajo, que al efecto dispone:
“Los derechos regidos por este Código prescribirán en el plazo de dos años conta-
dos desde la fecha en que se hicieron exigibles”.
• Ord. Nº 4.962/152, 17.07.91
“El trabajador acogido a licencia médica por un lapso de cuatro años podrá exigir
retroactivamente, una vez reincorporado a la Empresa, el otorgamiento del feriado
por todo el período acumulado, siempre que tal beneficio lo impetre dentro del
plazo de dos años contados desde su reincorporación”.
• Ord. Nº 6.256/279, 9.10.95
“El feriado debe reanudarse una vez terminada la respectiva licencia médica o,
posteriormente, en la oportunidad que convengan las partes”.
434 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
feriado, sea éste individual o colectivo, ya que en tal caso el tiempo destinado al
descanso anual será empleado para la recuperación de la salud, con lo que en
definitiva se estaría privando a aquel de un beneficio que le corresponde y que le
fue reconocido expresamente por la ley.
Lo expuesto anteriormente nos permite sostener que en el evento que en
una empresa se haya otorgado feriado colectivo y durante el transcurso del
mismo un trabajador se enferme y presente licencia médica, dicho beneficio
deberá suspenderse respecto de ese dependiente, mientras dure la respectiva
licencia.
Asimismo, dadas las especiales características del feriado colectivo, si una
vez vencida la licencia médica, aún la Empresa permanece cerrada, el trabaja-
dor de que se trata debe seguir gozando del beneficio del feriado, adeudándole
el empleador, por concepto de descanso anual, sólo los días que dentro del pe-
ríodo del cierre del establecimiento, estuvo con licencia.
• Ord. Nº 2.249/89, 16.04.96
“En el evento que en una Empresa se haya otorgado feriado colectivo y durante el
transcurso del mismo un trabajador se enferme y presente licencia médica, dicho
beneficio deberá suspenderse respecto de ese dependiente, mientras dure la res-
pectiva licencia”.
• Ord. Nº 6.242, 27.12.83
“Resulta jurídicamente procedente, por el contrario, otorgar feriado legal en for-
ma independiente a aquellos trabajadores que se encuentren gozando de licencias
por maternidad o enfermedad a la fecha en que la empresa otorga las vacaciones
colectivas”.
2. EFECTOS DEL DESCANSO MATERNAL EN EL FERIADO
Tal como sabemos, toda trabajadora tiene el derecho irrenunciable a un des-
canso maternal de seis semanas antes del parto y de doce semanas después de
éste, período durante el cual no podrá realizar trabajo alguno.
El fundamento tenido en consideración para otorgar el beneficio de feriado
legal y el descanso de maternidad es absolutamente diferente en cuanto a su
naturaleza y finalidad, lo que, a la vez, permite sostener que tales beneficios no
pueden ser superpuestos.
En efecto, de aceptarse que el período de feriado pueda coincidir o ser co-
etáneo con el descanso de maternidad de que está haciendo uso una trabajadora,
ello implicaría la privación del derecho a feriado anual que le corresponde y que
le es reconocido por ley.
2.1. Dependientes que no tienen derecho al feriado
Tratándose del personal que se rige en materia de feriado por las normas del
artículo 74 del Código del Trabajo, es decir, aquellos dependientes que no tienen
derecho a feriado por desempeñarse en empresas o establecimientos que, por la
naturaleza de las actividades que desarrollan, dejan de funcionar durante ciertos
períodos del año, cumpliéndose que el tiempo de la interrupción no sea inferior
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 437
al feriado que les corresponde y que durante dicho período disfruten normal-
mente de la remuneración establecida en el contrato.
En este caso, el legislador entiende concedido el feriado por el hecho de que
el establecimiento en que labora el dependiente suspenda sus actividades duran-
te uno o más períodos en el año, siempre que dichas suspensiones signifiquen
para el personal un descanso similar al establecido en el artículo 67 del Código,
es decir, a lo menos 15 días hábiles con derecho a remuneración íntegra.
Se presenta la interrogante sobre la regla que se deberá aplicar en caso que
el descanso maternal coincida con el lapso que la empresa suspende sus activi-
dades por aplicación de la situación descrita en el artículo 74 del Código del
Trabajo.
Al respecto, debemos decir que la trabajadora no tendrá derecho a exigir el
goce del feriado si ese período coincidió con su descanso de maternidad, toda
vez que estas trabajadoras por aplicación de lo dispuesto en el artículo 74 no
tienen derecho a gozar del feriado anual.
Sin perjuicio de lo anterior, por excepción podrán gozar del descanso mater-
nal y del feriado cuando existan diferencias entre el lapso de suspensión de
actividades que no se superpuso a la licencia maternal y el número de días que
por concepto de feriado anual les correspondería normalmente.
• Ord. Nº 7.269/242, 6.11.91
“Las dependientes del establecimiento educacional que han estado haciendo uso
de descanso maternal en la época en que el citado establecimiento concede vaca-
ciones a su personal, tienen derecho a impetrar el beneficio de feriado anual en las
condiciones previstas en el artículo 74 del Código del Trabajo, sólo si existieren
diferencias entre el lapso de suspensión de actividades que no coincidió con el
referido descanso y el número de días de feriado anual que legalmente les corres-
pondía”.
VI. LOS PERMISOS
La naturaleza jurídica de los permisos que contempla nuestra legislación
laboral es la de una suspensión legal de la obligación de prestar los servicios
convenidos en el contrato de trabajo por un lapso determinado, definido o inde-
finido (como es el caso de la huelga legal) y que puede tener como contrapartida
la suspensión recíproca de alguna o todas las obligaciones que le impone el
contrato de trabajo al empleador, según se establece en la regulación de cada
permiso.
Como consecuencia de lo anterior, durante el lapso que se extiende el per-
miso se mantiene vigente la relación laboral y son exigibles todos los derechos
y obligaciones laborales que no son expresamente suspendidos.
1. PERMISOS ESTABLECIDOS EN LA LEY
APLICABLES A LA RELACIÓN INDIVIDUAL DE TRABAJO
2 Texto actual fijado por la Ley Nº 20.137, publicada en el Diario Oficial de fecha 16.12.06.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 439
inciso 2º, esto es, el que procede por muerte del hijo en gestación o del padre o
madre del trabajador (a), será de días hábiles”.
a) Permisos en caso de muerte de un hijo en período de gestación
En el caso de muerte de un hijo en período de gestación, el trabajador tiene
derecho a tres días hábiles de permiso pagado, que se hacen efectivos desde el
momento de acreditarse la muerte, con el respectivo certificado de defunción
fetal. Estos días de permiso no pueden ser compensados en dinero.
b) Permisos en caso de muerte de un hijo
En el caso de muerte de un hijo el trabajador tiene derecho a siete días corri-
dos de permiso pagado.
Estos días de permiso son adicionales al feriado anual y operan de manera
independientemente del tiempo de servicio del trabajador en la empresa y ade-
más no pueden ser compensados en dinero.
• Ord. Nº 0886/019, 08.03.07
“Acorde a lo dispuesto por el artículo 66 del Código del Trabajo, el primero de
ellos, esto es, aquel a que tiene derecho el trabajador o trabajadora a causa de la
muerte de un hijo o de su cónyuge debe utilizarse en forma continua, esto es, sin
interrupciones a partir del día de ocurrido el fallecimiento y el segundo, a partir de
la fecha en que se haya producido la muerte del padre o madre del trabajador (a) o
desde el momento en que se acredite la defunción fetal a través del correspondiente
certificado de defunción, excluyendo los días feriado que incidan en el período.
Así, y a vía de ejemplo, si la acreditación de la muerte del hijo en gestación o la
muerte del padre o madre del beneficiario, se produce un día jueves, el permiso
correspondiente deberá terminar el día lunes siguiente, toda vez que, como ya se
señalara precedentemente, no deben considerarse para el cómputo del beneficio
los días festivos o feriados que inciden en el período, carácter que al tenor de lo
prevenido en la ley precitada, reviste el día domingo”.
El trabajador con contrato indefinido que sufre la muerte de un hijo goza de
fuero laboral por un mes, a contar de la fecha del fallecimiento. Los trabajadores
con contratos de trabajo a plazo fijo o por obra o servicio determinado, también
gozan del fuero laboral, pero en este caso el fuero tiene una extensión limitada y
sólo los amparará durante el tiempo de vigencia del contrato y siempre que la
duración del mismo sea inferior a un mes.
Al término del contrato de trabajo a plazo fijo o por obra o servicio determi-
nado el fuero se extingue de pleno derecho, sin que se requiera solicitar el des-
afuero.
• Ord. Nº 0886/019, 08.03.07
“Respecto al fuero laboral que establece la señalada normativa, cabe señalar que
éste sólo corresponde a los trabajadores comprendidos en el inciso 1º, vale decir,
aquellos que sufrieren la pérdida de un hijo o de su cónyuge, beneficio que se
extiende por un mes, a contar del respectivo fallecimiento. Al tenor de lo previsto
por el artículo 174 del Código del Trabajo, la señalada prerrogativa implica que
durante dicho lapso el empleador no podrá poner término a sus contratos de traba-
440 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
jo sin la autorización previa del juez competente, el que sólo podrá concederla si se
invocan las causales de término de contrato establecidas en los Nºs. 4 ó 5 del
artículo 159, vale decir, vencimiento del plazo convenido o conclusión del trabajo
o servicio que dio origen al contrato, respectivamente, como también, cualquiera
de aquellas que prevé el artículo 160 del mencionado Código. De acuerdo a la
misma norma legal, tratándose de trabajadores afectos a contratos de plazo fijo o
por obra o servicio determinado, cuya duración fuere inferior a un mes, la prerro-
gativa de fuero laboral sólo los amparará durante la vigencia del respectivo con-
trato, circunstancia ésta que determina que no será necesario solicitar su desafue-
ro, al término de ellos”.
c) Permisos en caso de muerte del cónyuge del trabajador
En el caso de muerte del cónyuge, el trabajador tiene derecho a siete días
corridos de permiso pagado.
Estos días de permiso son adicionales al feriado anual y operan de manera
independientemente del tiempo de servicio del trabajador en la empresa y ade-
más no pueden ser compensados en dinero.
El trabajador con contrato indefinido que sufre la muerte del cónyuge goza
de fuero laboral por un mes, a contar de la fecha del fallecimiento. Los trabaja-
dores con contratos de trabajo a plazo fijo o por obra o servicio determinado,
también gozan del fuero laboral, pero en este caso el fuero tiene una extensión
limitada y sólo los amparará durante el tiempo de vigencia del contrato y siem-
pre que la duración del mismo sea inferior a un mes.
Al término del contrato de trabajo a plazo fijo o por obra o servicio determi-
nado el fuero se extingue de pleno derecho, sin que se requiera solicitar el des-
afuero.
1.2. Permisos en el marco de las
normas sobre protección de la maternidad
La ley contempla diversos tipos de permisos, los que fueron tratados en
profundidad en el capítulo sobre protección de la maternidad:
– Permisos en caso de muerte de la cónyuge del trabajador durante el parto
o durante el período de permiso maternal;
– Permiso al padre en caso de nacimiento de un hijo;
– Permiso a la trabajadora o el trabajador que tiene la tuición o el cuidado
personal de un menor de edad inferior a seis meses;
– Permiso en caso de enfermedad grave de un niño menor de un año,
– Permiso a la madre trabajadora en caso de enfermedad grave de un niño
menor de 18 años
1.3. Permiso de un día hábil entre dos días feriados
Como señalamos al tratar el descanso semanal, el artículo 35 bis del Código
del Trabajo establece que las partes podrán pactar que la jornada de trabajo
correspondiente a un día hábil entre dos días feriados, o entre un día feriado y un
día sábado o domingo, según el caso, sea de descanso, con goce de remunera-
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 441
CAPÍTULO IV
LAS REMUNERACIONES
I. CONCEPTUALIZACIÓN DE LA REMUNERACIÓN
El Diccionario de la Lengua Española al definir la remuneración (de remu-
nerar), nos señala “dícese de lo que se hace o da en premio de un beneficio u
obsequio recibidos.”. Esta definición nos acerca de manera importante al con-
cepto “laboral” de remuneración al vincularla con la idea de retribución, sin
embargo, se aleja mucho en lo que se refiere a la causa de esa retribución, toda
vez que la liga a un beneficio o premio que obtiene el empleador y se substrae de
su causa directa, que es la obligación contractual que le da origen.
En efecto, tal como analizamos en capítulos anteriores, el contrato de traba-
jo tiene la característica de ser bilateral, es decir, que genera obligaciones recí-
procas para las partes contratantes y, desde este punto de vista, la remuneración
tiene por causa la obligación que contrae el empleador en el contrato de trabajo
de pagarla, siendo a su vez la causa de esta última, la obligación recíproca que
contrae el trabajador de prestar los servicios convenidos en el mismo contrato.
En igual sentido, Thayer y Novoa definen la remuneración como “la
contraprestación, cuyo contenido mínimo se encuentra establecido, por la ley o
el convenio colectivo, y que tiene por objeto retribuir al trabajador por los
servicios prestados y por ponerse a disposición del empleador”.1
1. EL CONCEPTO DE REMUNERACIÓN EN LA LEGISLACIÓN CHILENA
La fuente legal de la remuneración debe buscarse en el artículo 41, inciso 1º,
del Código del Trabajo, en el cual se dispone que:
“Se entiende por remuneración las contraprestaciones en dinero y las adicionales
en especie avaluables en dinero que deba percibir el trabajador del empleador por
causa del contrato de trabajo.
“No constituyen remuneración las asignaciones de movilización, de pérdida de
caja, de desgaste de herramientas y de colación, los viáticos, las prestaciones fami-
liares otorgadas en conformidad a la ley, la indemnización por años de servicios
establecida en el artículo 163 y las demás que proceda pagar al extinguirse la
relación contractual ni, en general, las devoluciones de gastos en que se incurra
por causa del trabajo”.
Para nuestra ley, entonces, basta que se configuren los elementos que defi-
nen la remuneración para que, por este solo hecho, el estipendio de que se trata
pase a revestir este carácter. De esta forma, podemos afirmar que el Código le da
un carácter extensivo a los conceptos remuneratorios, en consecuencia, la regla
general será que todo lo que el trabajador reciba como contrapartida a los servi-
cios prestados será parte de su remuneración.
1.1. Elementos de la remuneración
De la definición legal se desprende que tendrán el carácter de remunerato-
rios todos los estipendios que reúnan los siguientes elementos:
– Que constituyan una contraprestación del empleador al trabajador;
– Que tengan como causa el contrato de trabajo, y
– Que se paguen en dinero o especies avaluables en dinero, es decir, que
tengan una naturaleza pecuniaria.
A continuación, analizaremos cada uno de estos elementos.
a) Que el estipendio constituya
una contraprestación del empleador al trabajador
Que una remuneración sea recibida por la prestación de los servicios signi-
fica que reconozca como causa inmediata de su pago la ejecución del trabajo
convenido; en otras palabras, está constituido por todas aquellas prestaciones en
dinero que son el fundamento o, si se quiere, la razón por la cual el trabajador se
obligó a prestar los servicios.
Este elemento encuentra su fundamento en el carácter bilateral oneroso del
contrato de trabajo, esto es, en el hecho que ambas partes se obligan recíproca-
mente una a favor de la otra, de forma tal que el contrato cede en beneficio de
ambas partes.
Debemos tener en consideración que la ley no exige que ambas prestaciones
sean matemáticamente equivalentes.
• Ord. Nº 4.808/226, 17.08.94
“Es posible estimar que cumplen esta condición todos aquellos beneficios que
digan relación con las particularidades de la respectiva prestación, pudiendo
citarse, a vía de ejemplo, los que son “establecidos en razón de la preparación
técnica que exige el desempeño del cargo, el lugar en que se encuentra ubicada
la faena, las condiciones físicas, climáticas o ambientales en que deba realizarse
la labor, etc.”.
b) Que el estipendio tenga su causa en el contrato de trabajo
Para que las contraprestaciones puedan ser consideradas como parte de la
remuneración del trabajador, es necesario que tengan su causa en el contrato de
trabajo, esto es, que tengan su fundamento u origen en el contrato de trabajo.
Consecuentemente, no podrán ser considerados como parte de la misma los
estipendios percibidos por el trabajador por un motivo distinto a la relación con-
tractual que lo liga con su empleador, como sería por ejemplo el caso de un
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 445
– LOS BIENIOS
El bienio consiste en un recargo que se aplica cada dos años sobre el valor de
la hora que se ha pactado, razón por la cual la Dirección del Trabajo ha señalado
que los mismos deben ser considerados dentro del concepto de remuneración, al
reunirse a su respecto todos los elementos que la caracterizan como tal.
• Ord. Nº 6.871/228, 21.10.91
“Los beneficios denominados “asignación especial” y “bienios” a los que alude la
consulta constituyen, según se desprende de los antecedentes aportados, estipen-
dios en dinero de carácter periódico, que consisten, respectivamente, en un porcen-
taje aplicado sobre el valor de las horas efectivamente trabajadas y en un recargo
que se otorga cada dos años sobre el valor de la hora efectivamente laborada. En
tales circunstancias, esto es considerando que estamos en presencia de contrapres-
taciones en dinero establecidas en el contrato de trabajo, y teniendo presente ade-
más que ellas no se encuentran excluidas expresamente como remuneraciones, for-
zoso resulta concluir que los estipendios en referencia son constitutivos de remune-
ración y se encuentran, por ende, afectos a cotizaciones previsionales”.
– ASIGNACIONES PAGADAS DURANTE EL REPOSO MATERNAL
Como sabemos, durante el descanso maternal la trabajadora percibe el sub-
sidio maternal, de forma tal que la empresa no tiene la obligación de pagar la
remuneración pactada en el contrato. Sin perjuicio de lo anterior, algunas em-
presas tienen la práctica de pagar algunas asignaciones a las trabajadoras duran-
te este período en que se encuentran suspendidas las obligaciones que emanan
del contrato de trabajo y, consecuentemente, se ha presentado la dificultad de
determinar si las mismas son o no parte de la remuneración. Sobre el particular,
la Dirección del Trabajo ha señalado que estos pagos tienen su causa en la auto-
nomía de la voluntad y deben ser considerados como parte de la remuneración
para todos los efectos legales, sin que sea relevante el hecho que la dependiente
no haya prestado los servicios por encontrarse acogida a su período de descanso
puerperal.
• Ord. Nº 1.115/30, 4.02.91
“Los emolumentos pagados a la dependiente por los meses de octubre, noviembre
y diciembre de 1989, período durante el cual esta persona estuvo haciendo uso de
descanso por reposo maternal, sin derecho a subsidio, constituyen remuneración.
El legislador ha fijado un amplio margen que “causa” a la remuneración, limitán-
dose a exigir al respecto sólo la existencia de una relación laboral, designándola
claramente de la prestación efectiva de servicios, condición esta última que restrin-
gió exclusivamente al concepto de sueldo, de acuerdo al tenor del art. 41 letra a)
del Código del Trabajo. En el caso que nos ocupa, la trabajadora estuvo acogida a
licencia médica por reposo maternal prenatal desde el 28 de agosto de 1989 hasta
el 18 de octubre del mismo año, y a licencia de reposo post natal desde el 20 de
septiembre hasta el 21 de diciembre de 1989, durante ese período la empresa em-
pleadora efectivamente le pagó a la dependiente. Asimismo, se constató que se
efectuaron las debidas cotizaciones previsionales debiendo precisarse que el pago
correspondiente al mes de septiembre, se hizo por concepto de aguinaldo. Si bien
esta persona estaba impedida legalmente de laborar, su empleadora convino y pro-
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 449
acuerdo a lo informado por los recurrentes, tales documentos han tenido el visto
bueno del encargado de verificarlos”.
d) Asignación por desgaste de herramientas
La asignación por desgaste de las herramientas del trabajador tiene un carác-
ter eminentemente compensatorio del gasto en que incurre el dependiente al pres-
tar los servicios con su propia indumentaria, de forma tal que en principio no
tendrá una naturaleza remuneratoria. Esto último encuentra su excepción respecto
de los montos excesivos, imprudentes y que no guardan relación con el costo real
o aproximado del reemplazo o reparación de la herramienta del trabajador.
De conformidad a lo preceptuado por nuestra jurisprudencia administrativa,
la calificación de lo prudente o excesivo del monto de esta asignación es una
cuestión de hecho que le corresponde calificar al inspector del trabajo o al juez
en cada caso en particular.
• Ord. Nº 1.367/080, 30.03.98
“La asignación por desgaste de motosierra no debe ser considerada como parte de
la remuneración, toda vez que por expreso mandato del legislador, la asignación
de desgaste de herramientas no reviste tal carácter”.
e) Asignación de colación o alimentación
La palabra colación en sus orígenes se usó para denominar “a los dulces,
cascajo, frutas y otros alimentos que los patrones entregaban a los criados para
ser ingeridos en la nochebuena”.4
En la actualidad, la asignación de colación es aquella que tiene por objeto
compensar los gastos de alimentación en que deba incurrir el dependiente du-
rante las horas de trabajo. En otras palabras, por medio de esta asignación el
empleador costea la alimentación que el dependiente necesita para reponer las
energías gastadas por el dependiente durante la jornada de trabajo.
La asignación de colación no debe ser considerada como parte de la remu-
neración del trabajador, por cuanto el legislador de manera expresa la privó de
ese carácter. Esta regla, sin embargo, no es absoluta y puede darse el caso que lo
pagado por concepto de asignación de colación llegue a constituir remunera-
ción, cuestión que ocurrirá cuando lo pagado sea desproporcionado, de forma
tal que no guarde relación con los fines para los cuales fue establecida.
Teniendo presente lo anteriormente señalado, es necesario determinar las
reglas en virtud de las cuales se va a calificar si el valor asignado a la colación es
o no desproporcionado, al respecto la Dirección del Trabajo ha manifestado que
se debe tener en consideración: a) el precio de mercado de una comida; b) el
lugar en que se presten los servicios, y c) la jerarquía que ocupe en la empresa el
trabajador de que se trate.
En consecuencia, lo que debamos entender por razonable o proporcionado
al calificar el valor asignado a la colación no va a ser una cantidad fija, sino que
va a variar de una zona a otra del país, también en atención al tipo de trabajo que
realice el dependiente y a su jerarquía al interior de la empresa.
Visto desde otro punto de vista, podemos apreciar que el legislador tolera la
existencia de diferencias en el tipo de colación que otorga una empresa y, conse-
cuentemente, también van a existir diferencias en el valor asignado a la misma.
En otras palabras, el producto que buscamos no es uno, sino que varía de-
pendiendo del trabajador que se trata y del lugar en que lo consuma. Por lo cual,
sólo una vez que hayamos identificado el tipo de colación otorgada por la em-
presa debemos proceder a verificar el precio de mercado de la misma y, sobre
esa base, recién vamos a poder calificar si la asignación de colación es o no es
desproporcionada.
• Ord. Nº 2.648/203, 29.06.00
“Los bonos de colación que la empresa Plásticos Warda S.A. paga a sus trabajado-
res en virtud del contrato colectivo celebrado entre éstos no constituyen remunera-
ción y por ende no son imponibles. De conformidad a la reiterada jurisprudencia
de este Servicio acerca de lo dispuesto en el artículo 41 del Código del Trabajo,
que contiene el concepto de remuneración, y precisa los estipendios que no tienen
tal carácter, tanto la asignación de movilización como la de colación y, en general,
todos aquellos estipendios que tienen por objeto restituir al trabajador los gastos
en que deba incurrir con ocasión del trabajo, se encuentran expresamente exclui-
dos del concepto de remuneración y por ende no son imponibles. No obstante lo
anterior, preciso resulta señalar que, en opinión de esta Dirección, tal conclusión
sólo es posible, teniendo presente el carácter compensatorio de los beneficios en
análisis, cuando su monto sea razonable en relación a la finalidad para la que han
sido establecidos, esto es, cuando se entrega al dependiente una suma equivalente
al costo real del gasto que para él implique alimentarse mientras desempeña los
servicios convenidos”.
• Ord. Nº 3.148/125, 31.05.96
“La asignación de colación no debe ser considerada como remuneración, toda vez
que, por expreso mandato del legislador, dicho estipendio no reviste tal carácter.
Sin perjuicio de lo anterior cabe señalar que tal conclusión sólo resulta válida,
teniendo presente el carácter compensatorio del beneficio señalado, cuando su
monto sea razonable y prudente con relación a la finalidad para la cual ha sido
establecido lo que acontecerá cuando los valores que se entreguen por tal concepto
guarden relación con el costo real o aproximado que, según el caso y dependiente
de que se trate, signifiquen los gastos de alimentación durante las horas que traba-
jó, cuestión de hecho que corresponde calificar”.
• Ord. Nº 1.538/100, 6.04.93
“La asignación de colación no debe ser considerada como remuneración, toda vez
que, por expreso mandato del legislador, dicho estipendio no reviste tal carácter.
Sin perjuicio de lo anterior, cabe señalar que de acuerdo a la misma doctrina, tal
conclusión sólo resulta válida, teniendo presente el carácter compensatorio del
beneficio señalado, cuando su monto sea razonable y prudente en relación con la
finalidad para la cual ha sido establecido, lo que acontecerá cuando los valores
que se entreguen por tal concepto guarden relación con el costo real o aproximado
que, según el caso y dependiente que se trate, signifiquen los gastos de alimenta-
456 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
ción durante las horas de trabajo, cuestión de hecho que corresponde calificar al
respectivo Inspector del Trabajo en cada caso particular. Dicho precepto, se en-
cuentra destinado a solventar los gastos de alimentación en que deben incurrir los
referidos dependientes durante el desempeño de sus labores, atendida la naturale-
za de los servicios prestados y el lugar de los mismos”.
f) El cheque restaurante
El cheque restaurante consiste en vales foliados representativos de un valor
fijo, en virtud de los cuales los trabajadores tienen derecho a concurrir a los
restaurantes adheridos al convenio respectivo y canjear el vale por un servicio
de alimentación.
La finalidad de este vale es en todo asimilable a la perseguida por la asigna-
ción de colación, siendo la única diferencia entre ambas que en esta última el
empleador entrega una cantidad de dinero para que el dependiente adquiera di-
rectamente sus alimentos y por medio del cheque restaurante el empleador le
entrega un vale al dependiente con el propósito que éste lo canjee por su cola-
ción.
• Ord. Nº 4.517/278, 1.09.93
“El concepto de remuneración involucra todas aquellas contraprestaciones en di-
nero o en especies apreciables en dinero, y que tienen por causa el contrato de
trabajo, la regla antes señalada contiene una serie de excepciones, entre las cuales
hay que distinguir una de carácter general, en cuya virtud no constituye remunera-
ción la devolución de gastos en que incurra el dependiente por causa de trabajo, y
otras específicas que disponen que igualmente no revisten dicho carácter. En la
especie, para determinar si el beneficio denominado ‘Cheque Restaurant’, por el
cual se consulta, constituye o no remuneración, es necesario tener presente que, de
acuerdo a los antecedentes acompañados, el mismo se materializa en la entrega
que hace un determinado empleador a sus trabajadores de talonarios con vales
foliados, representativos de un valor fijo, emitidos por Cheque Restaurant Chile
S.A. y en virtud del cual éstos tienen derecho a concurrir a diversos restaurantes,
adheridos a un convenio previo, en donde canjean su vale por un servicio de ali-
mentación completa, no siendo posible cambiarlo por dinero efectivo. Ahora bien,
entre las excepciones expresamente enumeradas en el inciso 2º del artículo 40 del
Código del Trabajo, ya transcrito y comentado, se encuentra la denominada ‘asig-
nación de colación’, cuyo objeto y características son similares a los del beneficio
en estudio, con la única diferencia que en el caso de la primera el empleador otor-
ga al trabajador una cantidad de dinero a fin de que éste costee la alimentación
que precisa ingerir para reponer las energías gastadas durante la jornada de tra-
bajo, y en cambio, en este caso se otorga un vale cuya finalidad específica es ser
canjeado por dicha alimentación. Por lo tanto, por participar el beneficio llamado
‘Cheque Restaurant’ de las características y finalidades de la ‘asignación de cola-
ción’, debe entenderse que estamos en presencia de un beneficio cuya naturaleza
jurídica corresponde a la de esta última asignación. De consiguiente, si el benefi-
cio denominado ‘Cheque Restaurant’ es asimilable a la ‘asignación de colación’ a
que se refiere el citado inciso 2º del artículo 40 del Código del Trabajo, no cabe
sino concluir que éste no constituye remuneración, por haberlo así dispuesto ex-
presamente el legislador”.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 457
g) Los viáticos
El Diccionario de la Lengua Española define los viáticos como: “La preven-
ción, en especie o en dinero, de lo necesario para el sustento del que hace un
viaje”.
Podemos decir entonces que los viáticos constituyen las sumas de dinero
que la empresa paga a sus trabajadores para que éstos solventen los gastos de
alimentación, alojamiento y traslado en que deban incurrir con motivo del
cumplimiento de sus obligaciones laborales, siempre que para el cumplimiento
de las mismas sea necesario que se ausenten de su lugar de residencia habi-
tual.
El viático tiene una finalidad eminentemente compensatoria y su monto no
podrá exceder de la suma razonable que sea necesaria para que el trabajador
haga frente a los gastos de alimentación, alojamiento y movilización que le im-
pone el traslado de su residencia habitual para prestar los servicios convenidos
en el contrato de trabajo.
En este mismo sentido, la Dirección del Trabajo se ha pronunciado, entre
otros, en los dictámenes que a continuación se señalan:
• Ord. Nº 4.002/163, 31.08.04
“El viático de faenas contemplado en el artículo 44 del contrato colectivo vigente
es un beneficio que se encuentra ligado directamente al traslado diario del trabaja-
dor, a un lugar determinado, el Aeropuerto Internacional de Santiago calificado
como alejado de centro urbano, que se devenga por el solo hecho de cumplirse
tales presupuestos y que reviste un carácter netamente compensatorio. Por tanto, si
bien el referido beneficio no tiene el carácter de viático en los términos contempla-
dos en la jurisprudencia administrativa analizada en párrafos que anteceden, no
cabe sino concluir que el denominado “viático de faenas” es de aquellos estipen-
dios que corresponden a devolución de gastos en que incurra el trabajador por
causa del trabajo y, por ende, no constituye remuneración en los términos del artículo
41 del Código del Trabajo”.
• Ord. Nº 4.537/211, 5.08.94
“Ahora bien, en relación al beneficio de viático a que alude el citado precepto,
cabe señalar que conforme a la doctrina de este Servicio, en el ámbito del sector
privado revisten tal calidad, las sumas en dinero que los empleadores pagan a los
trabajadores a fin de que éstos solventen los gastos de alimentación, alojamiento o
traslado en que incurran con motivo del desempeño de sus labores, siempre que
para dicho efecto deban ausentarse del lugar de su residencia habitual.
Sin perjuicio de lo anterior, la naturaleza compensatoria del viático obliga a tener
en vista otros aspectos para resolver en definitiva si las sumas que se pagan para
los fines y en las condiciones ya señaladas, pueden o no ser excluidas del concepto
de remuneración, precisando que para tal efecto el viático debe, además, ser de un
monto razonable y prudente, lo que sucederá cuando los montos que se entreguen
guarden relación con el costo real aproximado que, según el caso y el dependiente
de que se trate, signifiquen los gastos de alimentación, alojamiento o traslado,
cuestión de hecho que corresponderá calificar al respectivo Inspector del Trabajo
en cada caso particular”.
458 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
En efecto, el año 1995, ese Servicio señaló en uno de sus dictámenes que el
empleador se encuentra facultado para establecer el pago de premios en dinero
a sus trabajadores y que las sumas obtenidas por los dependientes en virtud de
estos premios no tendrían el carácter de remuneración; de forma tal que ese
Servicio las calificó como una emanación de las facultades de administración y
dirección de la empresa, radicándolas en el ámbito de las decisiones unilaterales
del empleador. En el fondo, en virtud de esta doctrina, si las asignaciones tienen
su origen en las facultades de administración del empleador no tiene su causa en
el contrato de trabajo y no pueden ser considerados estipendios remuneratorios.
Pensamos que el criterio contenido en el dictamen de la Dirección del Tra-
bajo que a continuación transcribimos, ha atenuado al punto de hacer desapare-
cer el carácter extensivo de la remuneración, limitándolo en la práctica a la
decisión unilateral del empleador de establecer premios o dádivas a que tendrán
derecho los dependientes en razón de las facultades de dirigir y administrar la
empresa que les corresponden de manera privativa e indelegable.
• Ord. Nº 1.118/44, 13.02.95
“Las sumas pagadas por concepto de premios en un concurso para incentivar la
creatividad y participación de los trabajadores de la Empresa no deben necesaria-
mente guardar una proporción dada con las remuneraciones de los acreedores a
dichos premios.
La jurisprudencia de este Servicio ha sido reiterativa y uniforme en el sentido de
considerar como elemento sine qua non para atribuir a una suma pagada a un
trabajador el carácter de remuneración, el que ella, como se señalara, tenga como
causa inmediata, el respectivo contrato de trabajo. La instauración dentro de la
Empresa de un concurso, como el mecanismo de determinación de los premios
que ella adopte, son circunstancias de hecho que no guardan relación causal
alguna con el contrato de trabajo, siendo, por el contrario, asuntos que inciden
derechamente en las facultades de administración de la empresa y por ende, ob-
jeto de la decisión unilateral del empleador, aun cuando los premios los fije este
último, sea en dinero o en especie. Se sigue de lo señalado, que no existe obliga-
ción alguna para que las sumas fijadas como premios de un concurso para incentivar
la creatividad y participación en la Empresa, al ser independientes de las remune-
raciones del trabajador, deban, obligadamente, guardar proporción alguna con
estas últimas”.
– INCIDENCIA DE LA LICENCIA MÉDICA EN LOS ESTIPENDIOS NO CONSTITUTIVOS
DE REMUNERACIÓN
La razonabilidad
En una clara manifestación del Principio Protector del Derecho del Trabajo,
el legislador señala que sólo en los casos de excepción previsional vamos a
aceptar que el trabajador perciba estipendios que no revistan el carácter de re-
muneración.
Sin embargo, también pueden producirse fraudes respecto de los conceptos
que el propio legislador define como no remuneratorios, por ejemplo la colación
o los viáticos, cuestión que va a ocurrir cuando las sumas pagadas en razón de
estos conceptos aparezcan como desproporcionadas o no razonables, al punto
de constituir remuneraciones simuladas.
En efecto, nosotros debemos tener en consideración que el legislador al apar-
tarse de la regla general y establecer la existencia de conceptos no remunerato-
rios nos ha impuesto la obligación de interpretarlos restrictivamente, razón por
la cual debemos considerar siempre la finalidad para la que han sido estableci-
dos, verificando asimismo que las sumas pagadas por tales conceptos guarden
relación con el costo real de los mismos en atención al precio de mercado.
De esta forma, cuando lo pagado constituya una suma excesiva, despropor-
cionada y esté por tanto fuera de lo razonable, debemos considerar que todo el
exceso constituye remuneración para todos los efectos legales, aun cuando se
pague en razón de un concepto definido expresamente por el legislador como no
remuneratorio.
Igual cosa ocurrirá cuando se realice un pago simulado por un estipendio no
remuneratorio que en realidad no existe, esto ocurrirá, por ejemplo, cuando se
pagan viáticos a un trabajador que no tiene este tipo de gastos.
En consecuencia, la regla de la razonabilidad de los estipendios no remune-
ratorios dice relación con el hecho que toda suma pagada por estos conceptos:
– No puede resultar excesiva en atención a su costo de mercado;
– No puede resultar excesiva en atención a la jerarquía que ocupa el trabaja-
dor en la empresa;
– No puede resultar desproporcionada en relación al ingreso del trabajador;
– No puede tener un objeto distinto a la finalidad con que se estableció en la ley.
• Ord. Nº 3.148/125, 31.05.96
“El valor de la colación, no puede ni debe ser considerada una cantidad excesiva
y menos no razonable para la finalidad que se estipuló, atendido que si se la divide
por sólo veinte días de trabajo en un mes, arroja como resultado diario, un monto
por colación que no supera el valor que tiene una comida rápida”.
II. CLASIFICACIÓN DE LAS REMUNERACIONES
El artículo 42 del Código del Trabajo realiza una enumeración que en nin-
gún caso alcanza a ser exhaustiva, de las remuneraciones más comunes y de
mayor frecuencia en las relaciones laborales, al respecto distingue entre éstas al
sueldo, el sobresueldo, la comisión, la participación y la gratificación.
Esta enumeración no impide la existencia de remuneraciones distintas a las
señaladas por el legislador, sino que, muy por el contrario, contempla de manera
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 463
expresa esta posibilidad al señalar que son remuneraciones “entre otras” las que
se definen a continuación en el Código.
Las nuevas clases de remuneración, que no fueron contempladas por el Có-
digo, deben ser creadas por las partes en los contratos individuales y o colecti-
vos de trabajo, materia en la cual cuentan con la más absoluta de las libertades
para pactar el tipo de remuneración que sea más acorde con sus necesidades y
particularidades.
El único límite que la ley reconoce en esta materia está en que las caracterís-
ticas que las partes les den a las nuevas remuneraciones que pactan no coincida
con las que el legislador le ha impuesto al definirlas en el artículo 42 del Código,
toda vez que en este caso primará la naturaleza legal de éstas.
La Dirección del Trabajo ha señalado que el Código del Trabajo ha estable-
cido distintas clases de remuneración, cada una de las cuales tiene sus propias
características y modalidades que la distinguen. De esta forma, no va a existir
inconveniente alguno en que la remuneración de un dependiente esté compuesta
al mismo tiempo por distintas clases de estipendios remuneratorios.
• Ord. Nº 4.442-247, 28.07.97
“Del análisis conjunto de las normas legales citadas se desprende que el legislador
ha distinguido varios tipos de remuneración, entre ellos, sueldo y gratificación,
cada uno de los cuales presenta características y modalidades diversas que permi-
ten diferenciarlos entre sí. Lo anterior, permite también sostener que el sueldo y la
gratificación son especies de remuneración, de suerte tal que esta última puede
involucrar ambos estipendios. En efecto, el concepto de remuneración puede com-
prender tanto el sueldo como la gratificación y cualquier otro de los estipendios
establecidos en el artículo 42 del Código del Trabajo. Ahora bien, aplicando las
normas legales citadas en párrafos anteriores al caso por el cual se consulta, posi-
ble resulta sostener que no existe inconveniente alguno en establecer que el monto
total a pagar por concepto de remuneración se encuentra conformado por sueldo y
gratificación”.
Estipendios remuneratorios típicos
El Código del Trabajo en su artículo 42 tipifica, es decir, caracteriza y define
los estipendios remuneratorios más importantes y frecuentes. El alcance de la
tipificación de estos estipendios está en el carácter forzoso que adquiere el con-
tenido de los mismos.
De esta forma, en el caso del sueldo, al haberse tipificado su contenido,
cualquier bono o asignación que se pacte y que contenga los elementos que la
ley definió para el sueldo, tendrá esta naturaleza, sin importar el nombre que las
partes le hayan puesto. Así, si la liquidación mensual de remuneraciones del
trabajador contiene sueldo y además una asignación mensual denominada “bono
XX” que reviste los caracteres legales del sueldo, ambos estipendios tendrán la
misma naturaleza, de forma tal que, por ejemplo, los dos deberán ser incluidos
en el cálculo de las horas extraordinarias de trabajo. Esta regla se aplica también
respecto de los demás estipendios remuneratorios definidos por el legislador en
el artículo 42 del Código del Trabajo.
464 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
1. SUELDO
E legislador define lo que se entiende por sueldo o sueldo base, en la letra a),
del artículo 42, del Código del Trabajo:
“a) sueldo, o sueldo base, que es el estipendio obligatorio y fijo, en dinero, pagado
por períodos iguales, determinados en el contrato, que recibe el trabajador por la
prestación de sus servicios en una jornada ordinaria de trabajo, sin perjuicio de lo
señalado en el inciso segundo del artículo 10. El sueldo, no podrá ser inferior a un
ingreso mínimo mensual...”.
Esta conceptualización legal fue objeto de una reciente y sustantiva modifi-
cación con la Ley Nº 20.281 (conocida como ley de semana corrida), publicada
en el Diario Oficial de fecha 21.07.08.
La Dirección del Trabajo mediante Dictamen Nº 3.152/063, de 25.07.08,
fijó el sentido y alcance de las disposiciones contenidas en el artículo único y
transitorio de la referida Ley Nº 20.281, que modifica el artículo 42 letra a), del
Código del Trabajo, estableciendo un nuevo concepto de sueldo.
El sueldo base en su concepto está homologado a la definición de sueldo y
debemos entender que reviste su misma naturaleza y comparte sus mismas ca-
racterísticas esenciales.
Por su parte, se señala en la norma que el sueldo, o sueldo base entendemos,
para una jornada ordinaria de trabajo debe ser igual o superior al Ingreso Míni-
mo Mensual.
Sueldo o sueldo base, de conformidad a la norma legal, es el estipendio
obligatorio, de carácter fijo, en dinero, pagado por períodos iguales, determina-
dos en el contrato, que recibe el trabajador por la prestación de sus servicios.
Para que un estipendio remuneratorio revista el carácter de sueldo, debe
reunir los siguientes elementos:
– Que esté constituido por un monto fijo, igual o superior al ingreso mínimo
mensual;
– Que se pague en dinero;
– Que se pague en períodos iguales determinados en el contrato, y
– Que sea la consecuencia de la prestación de los servicios efectuada por el
trabajador en la jornada ordinaria de trabajo.
De esta forma, toda remuneración que pacten las partes en el contrato de
trabajo va a revestir necesariamente el carácter de sueldo, cuando se configuren
todos y cada uno de los elementos que califican su existencia, sin importar que
las partes lo hayan denominado de una manera diversa.
Lo que caracteriza entonces la existencia del sueldo es la posibilidad cier-
ta que tiene el trabajador de percibir esta remuneración en períodos iguales
que no excedan de un mes, por causa de haber cumplido con su obligación de
prestar sus servicios en la jornada ordinaria de trabajo, al hecho que su base de
cálculo le entregue estabilidad, de forma tal que éste se mantenga constante en
el tiempo; en cuanto a su monto el sueldo debe ser igual o superior al ingreso
mínimo mensual fijado por ley y en cuanto a su forma de pago, debe ser en
dinero.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 465
5 Al respecto, vid. el Capítulo sobre jornada ordinaria de trabajo y los trabajadores exceptua-
dos de la limitación de jornada de trabajo.
468 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
6Otra alternativa posible, quizá más razonable y menos controvertida, hubiese sido la de
aplicar la norma los nuevos contratos celebrados a contar de la fecha de entrada en vigencia de la
ley.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 469
presa estipulación de las partes, que se devengó en 1/12 durante cada uno de los
meses de enero a diciembre del año correspondiente. El beneficio denominado bono
único anual, es una contraprestación en dinero que perciben los trabajadores del
empleador por causa del contrato de trabajo, razón por la cual forzoso resulta
concluir que de partida es posible calificarlo de remuneración. Por otro lado, si el
mencionado bono se ha pagado desde el año 1985 a la fecha, en forma ininterrum-
pida, en los términos antes expuestos, como se asevera en la presentación, es posi-
ble afirmar que ha adquirido el carácter de beneficio constante a través del tiempo,
con una estabilidad de varios años sin solución de continuidad, por lo que proce-
dería calificarlo como remuneración permanente. En efecto, el término permanen-
te, según acepción del Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua es
lo que tiene duración firme, constante, que persevera, tiene estabilidad e
inmutabilidad. Asimismo, si dicho bono se ha pagado con la frecuencia anual con-
venida, en forma regular, entregándose en todas las oportunidades acordadas, es
pertinente estimar que se trata de una remuneración no sólo permanente sino ade-
más ordinaria, toda vez que su pago no ha sido infrecuente, excepcional o extraor-
dinario, sino que como se ha dicho se habría cumplido regularmente en la totali-
dad de las ocasiones previstas. Pues bien, el bono por el cual se consulta se podría
asimilar a un concepto de sueldo, si específicamente ha adquirido fijeza, y por otra
parte, si bien materialmente se paga en un mes del año y por períodos iguales
anuales precisados en el contrato, las partes expresamente han estipulado que se
ha devengado en forma mensual, e incluso en el mismo documento en que se con-
viene dicho bono, se faculta al empleador para efectuar reliquidaciones de las
remuneraciones y las retenciones correspondientes, como si efectivamente dicho
bono se hubiere pagado mes a mes conjuntamente con la remuneración mensual.
De este modo, la voluntad e intención de las partes aparece clara en orden a con-
siderar el bono como sueldo”.
2. SOBRESUELDO
El sobresueldo es la remuneración que perciben los dependientes en pago de
las horas extraordinarias de trabajo, las cuales de conformidad a lo establecido
en el artículo 30 del Código, son aquellas que exceden del máximo legal de 45
horas semanales o de la jornada pactada contractualmente si ésta fuese menor.
De conformidad a lo prescrito en el artículo 32 inciso tercero del Código del
Trabajo, el sobresueldo u “horas extraordinarias” como se lo denomina común-
mente, debe ser remunerado sobre la base del sueldo convenido para la jornada
ordinaria de trabajo más un recargo del 50% y como señalamos anteriormente la
base de cálculo del sobresueldo no puede ser inferior al ingreso mínimo men-
sual.
Adicionalmente, en el mismo artículo se dispone que el sobresueldo debe
liquidarse y pagarse conjuntamente con las remuneraciones ordinarias del res-
pectivo período.
De esta forma, la ley es categórica al señalar que sólo se debe considerar al
sueldo en la base de cálculo del sobresueldo, sin que sea procedente incluir otros
conceptos remuneratorios.
Sin perjuicio de lo anterior, debemos tener presente que los bonos y asigna-
ciones que revisten la naturaleza de “sueldo”, no obstante el hecho de haber sido
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 473
denominados de un modo diferente por las partes, de todas maneras deben ser
incluidos en la base de cálculo del sobresueldo, en razón del principio de la
realidad que ya hemos analizado.
• Ord. Nº 1.299/58, 03.04.01
“De la norma convencional transcrita se sigue que el denominado beneficio bono
de responsabilidad, corresponde al pago de una remuneración de carácter men-
sual, de monto fijo, de acuerdo al mismo contrato individual, que determina de
manera permanente la cantidad que por concepto de este beneficio va a recibir
cada trabajador y que tiene como causa directa la prestación de sus servicios, en
tanto dicho dependiente de cumplimiento a los requisitos que las mismas cláusulas
contractuales establecen para su otorgamiento, cláusulas por lo demás que en caso
alguno implican el cumplimiento de otras obligaciones que no sean aquellas de la
naturaleza de todo contrato de trabajo.
Cabe agregar que el análisis anterior resulta concordante con la conclusión a que
arriba el informe de fiscalización evacuado por el fiscalizador Sr. Gerardo Cancino
Domínguez, de fecha 27.12.2000, en el sentido de que correspondería incluir el
denominado bono de responsabilidad en la base de cálculo de las horas extraordi-
narias.
Por otra parte y, en lo que respecta al denominado bono de instalación, cabe seña-
lar que del estudio de los antecedentes tenidos a la vista se colige que dicho bene-
ficio es pagado a los trabajadores que deban desempeñarse en empresas con las
cuales la empleadora ha suscrito contratos de prestación de servicios.
De los mismos antecedentes fluye que el personal de la empresa Segel Ltda. que
desarrolla funciones durante un lapso en esas empresas o instituciones, percibe
durante el tiempo que allí se desempeña un bono denominado de instalación que le
es pagado mensualmente, y de un monto fijo determinado para cada empresa en
que se le haya ubicado, lo cual implica que su valor resultará diverso entre una y
otra destinación.
Cabe agregar que si bien no aparece estipulado el beneficio de instalación en los
diversos contratos tenidos a la vista, no es menos cierto que la cláusula décima
de los mismos ya transcrita y comentada condiciona el pago del bono de respon-
sabilidad del trabajador al cumplimiento de las normas de instalación fijadas
por la empresa conforme a la función del dependiente, lo cual da cuenta de la
estrecha relación existente entre ambos beneficios, es decir hace depender el goce
del beneficio de uno de ellos, del cumplimiento de los requisitos exigidos para el
otro.
De esta forma, lo anterior sumado a la circunstancia de que la totalidad de las
liquidaciones de sueldo tenidas a la vista dan cuenta del pago mensual del bono de
Instalación a los diversos trabajadores colocados por SEGEL Ltda. en empresas,
durante el tiempo en que desarrollan sus funciones en ellas, como también el cua-
dro demostrativo de variación de bonos mensuales redactado por el Sr. Gerente de
Recursos Humanos de la empleadora y que se contiene en documento del ant. 1)
obligan a concluir forzosamente que el denominado bono de instalación debe in-
cluirse en la base de cálculo de las horas extraordinarias de los trabajadores de
que se trata por cuanto el pago del citado beneficio es de carácter mensual, de
monto fijo según la empresa a la que se destine al trabajador, y tiene como causa
directa la prestación de sus servicios”.
474 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
muneración fija. Para esto, el legislador estableció como base obligatoria mí-
nima el Ingreso Mínimo Mensual.7
• Ord. Nº 244/3, 18.01.05
“Como es dable apreciar, la nueva normativa que regula la materia amplía el dere-
cho a percibir el pago de horas extraordinarias o sobresueldo, toda vez que incluye
a los trabajadores que perciben remuneraciones exclusivamente variables, quie-
nes, hasta antes de la modificación introducida por la mencionada ley, no gozaban
de dicho beneficio.
De igual manera, la aludida modificación establece la base de cálculo del recargo
correspondiente, señalando que ésta no podrá ser inferior al valor asignado al
ingreso mínimo mensual, cuando no se ha convenido un sueldo o el pactado por las
partes sea inferior al monto de dicho ingreso mínimo.
En relación con lo anterior es necesario tener presente que el concepto de sueldo se
encuentra definido en el artículo 42, letra a) del Código del Trabajo como “el
estipendio fijo, en dinero, pagado por períodos iguales determinados por el contra-
to, que recibe el trabajador por la prestación de sus servicios.”.
Al respecto, la jurisprudencia administrativa de este Servicio ha sostenido que res-
ponden a dicho concepto, no sólo los estipendios a que las partes hayan asignado
expresamente tal carácter, sino que cualquier otro emolumento que, aunque tenga
otra denominación, reúna las características consignadas en la letra a) del artículo
42, antes citado, de suerte tal, que todos ellos deberán ser considerados como “suel-
do” para los efectos de que se trata, sea que estén convenidos expresa o tácitamente.
Por otra parte, debe precisarse que conforme a la reiterada jurisprudencia admi-
nistrativa de este Servicio el ingreso mínimo mensual que debe considerarse para
la aplicación de la nueva normativa en análisis, es aquel fijado por la ley para
fines remuneracionales.
Efectuadas las precisiones que anteceden, cabe señalar que para los efectos de
aplicar la modificación introducida al inciso 3º del artículo 32 del Código del Tra-
bajo por la Ley Nº 19.988, cabe distinguir las siguientes situaciones:
a) Trabajadores remunerados con un sueldo de monto superior al ingreso mínimo
mensual.
Tratándose de dependientes que se encuentren en esta situación, las horas extraor-
dinarias deberán continuar calculándose sobre el monto que, por concepto de sueldo,
perciba el trabajador.
b) Trabajadores cuyo sistema remuneracional está conformado por un sueldo de
monto inferior al ingreso mínimo mensual y estipendios variables.
En este caso el valor de las horas extraordinarias laboradas por tales dependientes
deberá calcularse considerando el valor asignado al ingreso mínimo mensual.
c) Trabajadores afectos a remuneraciones exclusivamente variables.
Al igual que en la situación analizada en la letra b) precedente, el valor del sobre-
sueldo de dichos trabajadores deberá ser calculado considerando como base el
valor del ingreso mínimo mensual”.
7 Resulta interesante señalar que esta fórmula utilizada quizá pudiera haberse usado para los
efectos de la base de cálculo de la semana corrida, lo que probablemente hubiere sido menos
controvertida.
Por otra parte, se da una situación compleja, en tanto para la semana corrida, hoy en día se
calcula sobre el total de la remuneración percibida, en cambio para el pago de las horas extraordi-
narias sólo se calcula en base al sueldo, que a lo menos debe ser igual al Ingreso Mínimo Mensual.
476 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
A este respecto, cabe mencionar que el texto legal obedece a la doctrina que
por muchos años sostuvo la Dirección del Trabajo.
• Ord. Nº 4.812/230, 17.08.94
“Las horas extraordinarias laboradas por los trabajadores cuyo sistema
remuneracional está conformado por un sueldo base mensual inferior al ingreso
mínimo y por tratos sea que estos últimos se imputen o no a dichos sueldos, deben
calcularse solamente en relación al monto correspondiente al sueldo base, exclu-
yéndose por ende, las sumas correspondientes a los tratos, no siendo jurídicamente
procedente considerar para estos efectos un sueldo base mensual de monto inferior
al ingreso mínimo”.
• Ord. Nº 3.917/180, 5.07.94
“O las horas extraordinarias deben calcularse en relación al sueldo convenido
para la jornada ordinaria, no siendo jurídicamente procedente considerar para
estos efectos un sueldo inferior al ingreso mínimo”.
Sin embargo, debemos decir que está materia está lejos de ser pacífica, por el contra-
rio, una parte de la doctrina, así como una parte de la Jurisprudencia Judicial, sostie-
nen que el sobresueldo debe ser calculado únicamente sobre la base del monto pactado
por las partes para el sueldo, aun cuando éste sea inferior al ingreso mínimo legal”.
Cabe también hacer presente que de conformidad a lo dispuesto en el inciso
tercero, del artículo 45, debe incluirse en la base de cálculo de las horas extraordi-
narias aquello que se hubiere pagado por semana corrida. Dispone la norma legal:
“Para los efectos de lo dispuesto en el inciso tercero del artículo 32, el sueldo
diario de los trabajadores a que se refiere este artículo, incluirá lo pagado por este
título en los días domingo y festivos comprendidos en el período en que se liquiden
las horas extraordinarias, cuya base de cálculo en ningún caso podrá ser inferior al
ingreso mínimo mensual. Toda estipulación en contrario se tendrá por no escrita”.
Por último, debemos concluir que, a decir verdad, en la actualidad, con la
dictación de la Ley Nº 20.281, que como se señaló equiparó el sueldo base al
Ingreso Mínimo Mensual, la norma en análisis –obligatoriedad de utilizar una
base de cálculo para el pago de las horas extraordinarias, a lo menos, igual al
Ingreso Mínimo Mensual– ha perdido eficacia, pues ya no se dará el supuesto de
aplicación de la norma, esto es, que existan sueldos inferiores al Ingreso Míni-
mo Mensual o sistemas remuneracionales exclusivamente variables.
2.2. Procedimiento de cálculo del sobresueldo
De conformidad a lo dispuesto en el Reglamento 969, de 18 de diciembre de
1933, el valor de la hora extraordinaria de trabajo debe calcularse dividiendo el
total ganado por el dependiente por concepto de sueldo en las últimas cuatro
semanas por el número de horas mensuales que represente la jornada semanal
convenida en el respectivo contrato de trabajo.
a) Tratándose de trabajadores remunerados con sueldo mensual el valor de
la hora extraordinaria de trabajo se debe calcular de la siguiente manera:
– Se divide el sueldo mensual por treinta para determinar la remuneración
que percibe diariamente el trabajador.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 477
8 Mario DEVEALI, Tratado de Derecho del Trabajo. Tomo I, La Ley, Buenos Aires, 1965,
p. 408 (cit. por William THAYER ARTEAGA y Patricio NOVOA FUENZALIDA, op. cit., p. 276).
478 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
que se efectúa la prestación, como una obligación pura y simple, sin que le afecte
limitación alguna, no siendo viable, por tanto, que el empleador la supedite al
cumplimiento de una modalidad como sería el caso de una condición suspensiva,
esto es, a un hecho futuro e incierto, el cual, mientras no se produzca, suspende la
adquisición del derecho”.
• Ord. Nº 143/006, 11.01.07
“De la disposición legal precedentemente transcrita se infiere que la remuneración
puede ser calificada de comisión cuando consiste en una suma porcentual calcula-
da sobre el precio de las ventas, compras u otras operaciones del empleador reali-
zadas con la colaboración del trabajador.
A la luz de lo expresado es posible afirmar que efectuada por el trabajador la
venta, compra u otra operación convenida, le nace el derecho al pago de la retribu-
ción o comisión correspondiente.
En otros términos, y tal como se ha pronunciado reiterada y uniformemente esta
Dirección, entre otros, en Dictamen Nº 4.516/277, de 1º de septiembre de 1993 y
Oficio Nº 6.468, de 18 de agosto de 1989, el trabajador tiene derecho a percibir de
su empleador retribución por la labor realizada en la medida que preste el servicio
para el cual fue contratado, agregándose que el derecho al pago de la remunera-
ción nace a la vida jurídica en el momento mismo en que se efectúa la prestación,
como obligación pura y simple, sin que pueda afectarle limitación o condición
alguna, no siendo viable, por tanto, que el empleador la supedite al cumplimiento
de una modalidad ajena a la prestación misma, como podría ser el caso de una
condición suspensiva, esto es, un hecho futuro e incierto, el cual mientras no se
produzca suspende la adquisición de un derecho, o bien resolutoria, por la cual
producido el hecho, se extingue el derecho.
En la especie, los casos por los cuales se consulta, de devolución del producto por
parte del cliente, cambio del mismo u otra modificación de la venta en su forma de
pago, etc., constituirían imponer una condición resolutoria del derecho a la remu-
neración, aún más, dependiente del hecho o conducta de un tercero, ajeno comple-
tamente a la relación laboral y prestación de los servicios, que una vez cumplida
haría que se extinguiera el derecho al pago de la comisión, lo que no es posible
conforme a Derecho, si la venta ya está efectuada.
De esta manera, no resulta procedente que la empresa Servicios Generales Tobalaba
Limitada deje sin efecto el pago de comisiones a vendedores por ventas en las que
con posterioridad a la operación el cliente devuelve o cambia el artículo comprado
o se modifica su forma de pago”.
• Ord. Nº 5.479/261, 19.12.03
“Pues bien, de las estipulaciones anteriormente citadas se desprende que el bono
denominado de formalización y permanencia se paga por única vez al trabajador a
la fecha de pago de la primera prima por el asegurado, y que si es anticipado por
el empleador, se origina una cuenta corriente con el trabajador cuyo saldo de ser
negativo se traspasa a la liquidación del mes siguiente y así sucesivamente, y de
mantenerse el saldo y terminar el contrato de trabajo el trabajador autoriza para
que el empleador lo descuente del finiquito, de cualquier haber que resulte a su
favor, otorgándole además mandato para constituir título ejecutivo en su contra
por el saldo de persistir, y para aceptar en su representación letras de cambio y/o
suscribir pagarés por tales saldos.
480 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
Ahora bien, de las estipulaciones antes citadas es posible concluir que ellas no se
ajustan a derecho, si por una parte condicionan el pago del bono de formalización
y permanencia al pago por el asegurado de la primera cuota o prima del seguro, lo
que de acuerdo a lo expresado en la respuesta anterior no es procedente jurídica-
mente, si se está condicionando la remuneración al hecho de asumir el riesgo del
pago del seguro, que compete a la empresa, y a la actuación o conducta de un
tercero ajeno a la relación laboral.
Tampoco lo es, por otro lado, la circunstancia que el trabajador renuncie anticipa-
damente, durante la vigencia del contrato, a cualquier haber que le corresponda
percibir en el finiquito, autorizando descuentos del mismo, como asimismo, otor-
gue mandato al empleador también en el contrato para formalizar título ejecutivo
o suscribir pagaré en su contra, por saldos de anticipos del bono mencionado que
adeudaría igualmente terminado el contrato de trabajo.
En efecto, la doctrina uniforme y reiterada de este Servicio, manifestada, entre
otros, en dictamen Ord. Nº 4670/191, de 05.11.2003, señala que encontrándose
vigente el contrato de trabajo “en la legislación laboral impera el principio de la
irrenunciabilidad de derechos para el trabajador, en virtud del cual según el artículo
5º, inciso 2º, del Código del Trabajo, “Los derechos establecidos por las leyes
laborales son irrenunciables, mientras subsista el contrato de trabajo,” lo que apli-
cado en la especie significa que el trabajador tiene el derecho irrenunciable a
recibir la remuneración completa por la prestación de sus servicios, como asimis-
mo los demás haberes que le correspondan durante el contrato o a su término a
menos que por disposición expresa de la ley se contemple por excepción algún
descuento, bajo las condiciones expresas en que se ordena, irrenunciabilidad de
orden público que mientras esté vigente el contrato no permite disponibilidad o
acuerdo de las partes de la relación laboral, como ocurriría si ello se pacta en el
contrato como en el caso en estudio”.
• Ord. Nº 4.680/205, 20.08.96
“No resulta jurídicamente procedente convenir una remuneración consistente en
una comisión sobre las ventas a crédito que efectúe el trabajador, pactando que el
monto de dichas ventas sólo pasará a integrar la base de cálculo sobre la cual se
determina la comisión, en el mes que el cliente entere las cuotas del respectivo
crédito”.
• Ord. Nº 3.291/247, 20.07.98
“La remuneración contemplada en dicha cláusula no se ajusta al concepto de co-
misión que señala el artículo 42 del Código del Trabajo que corresponde al por-
centaje sobre el precio de ventas o compras o sobre el monto de otras operaciones,
que el empleador efectúa con la colaboración del trabajador. El beneficio ya seña-
lado no es un porcentaje por una operación efectuada por el trabajador con la
colaboración del empleador, sino, en cambio, un porcentaje por un hecho de un
tercero como es el pago de las cotizaciones previsionales y de la recaudación que a
resulta de dicho pago reciba la empresa”.
– COMISIONES INDIRECTAS
El artículo 11, inciso segundo, del Decreto Supremo Nº 811, de 1967,
del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, publicado en el Diario Oficial
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 481
del 14.12.67, que fijó el texto refundido de la Ley Nº 9.588, que creó el
Registro Nacional de Viajantes, disponía:
“El viajante tendrá derecho a la comisión convenida, tanto en las ventas que reali-
ce el comerciante o industrial con su colaboración directa como en las que efectúe
sin ella, pero que se refieren a clientes de la zona o región que se les hubiere asig-
nado y a quienes hubiere vendido en el transcurso de los doce meses anteriores a la
fecha de la venta hecha directamente por dicho comerciante o industrial”.
El vendedor viajante tenía derecho a comisión por las denominadas ventas
indirectas, esto es, aquellas realizadas por el empleador sin su colaboración,
siempre que se refirieran a clientes de la zona o región que se le hubiere asigna-
do y a quienes les hubiere hecho ventas en los doce meses anteriores a la venta
del comerciante o industrial.
De este modo, si el empleador hubiere efectuado ventas a clientes de la
cartera asignada al vendedor comisionista, mientras éste se encontró acogido a
licencia médica, habiendo este último realizado ventas dentro de los doce meses
anteriores a tales ventas del empleador, le habría asistido el derecho al pago de
comisión en aplicación de la disposición en comento.
Sin embargo, la Ley Nº 9.588, cuyo texto refundido estaba contenido en el
D.S. Nº 811, fue derogada por el artículo 2º letra c) de la Ley Nº 18.018, de 14.08.81,
de suerte que, a partir de esta fecha, los trabajadores vendedores viajantes a comi-
sión han quedado afectos, única y exclusivamente, a la legislación laboral común,
en cuyas disposiciones no se contempla norma alguna que se refiera a la materia
en análisis, que confiera derecho a comisión por las ventas indirectas, a menos
que, como lo ha sostenido la doctrina de la Dirección del Trabajo, tales comisio-
nes hayan sido convenidas en el respectivo contrato de trabajo.
• Ord. Nº 4.225/173, 24.07.96
“Al vendedor comisionista no le asiste derecho al pago de comisión por las ventas
que ha efectuado directamente el empleador a los clientes de su cartera, durante el
período en que ha estado en goce de licencia médica, a menos que así se hubiere
convenido en el correspondiente contrato de trabajo”.
– COMISIONES POR VENTA DE CONTRATO DE SALUD
La Superintendencia de Instituciones de Salud Previsional en virtud de la
competencia que le otorga el artículo 3º de la Ley Nº 18.933, estableció que:
“El contrato de salud previsional se entiende perfeccionado desde el mismo mo-
mento en que es firmado por las partes, no quedando condicionado a ningún hecho
o circunstancia posterior”.
Teniendo presente que la comisión en general nace para los dependientes en
el momento mismo en que efectúan la operación convenida en su contrato de
trabajo, de igual forma la comisión de estos dependientes se devenga al momen-
to mismo de suscribir el respectivo contrato de salud.
• Ord. Nº 2.213/141, 6.05.93
“Las comisiones que corresponden a los agentes de venta por los contratos de
salud celebrados por las Instituciones de Salud Previsional se devengan en el mo-
mento de suscripción de los referidos contratos”.
482 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
10 Ernesto KROTOSCHIN, Tratado Práctico de Derecho del Trabajo, Depalma, Buenos Aires,
1978, p. 273.
484 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
11 Las cooperativas son instituciones que sólo persiguen el bienestar colectivo de sus afiliados.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 487
quiera de las dos modalidades de gratificación legal, que establecen los artículos
47 y 50 del Código del Trabajo.
Debemos agregar que el ejercicio de este derecho está sujeto a la carga de
efectuar la opción de manera oportuna, toda vez que de lo contrario se aplica de
manera supletoria el sistema de gratificación legal establecido en el artículo 47
del Código del Trabajo.
• Ord. Nº 1.079/60, 12.03.04
“De los antecedentes reunidos en torno a este caso, especialmente el informe del
fiscalizador Sr. Betilde Coñue Nahuelquín se ha determinado que la empresa en los
últimos años ha optado por pagar el beneficio de que se trata, en conformidad al
artículo 50 del Código del Trabajo, otorgando anticipos a sus trabajadores en los
meses en que éstos incurren en más gastos –septiembre y diciembre– y el saldo, una
vez presentado el balance, con el tope de 4,75 I.M.M.
Del mismo informe aparece que en el ejercicio comercial 1998 la empresa tuvo
pérdidas, de manera que sólo pagó los anticipos, sin descontarlos posteriormente.
Asimismo, en el ejercicio comercial del año 2002, período por el cual reclaman los
trabajadores, como la empresa tampoco obtuvo utilidades, sólo pagó los anticipos
y no la tercera cuota o saldo del beneficio.
A la vez, entre los antecedentes señalados se ha tenido a la vista la respuesta al
proyecto de contrato colectivo presentado por los trabajadores, quienes proponían
en materia de gratificaciones que este beneficio fuera pagado conforme al artículo
47, o bien, en forma garantizada, a lo cual, la empresa contestó que no aceptaba
esta fórmula, dado que el Código regulaba este emolumento en una perspectiva de
alternativas y opciones para el empleador, de modo que la empresa no renunciaría
a tal prerrogativa y en esta materia se regiría por lo dispuesto en los artículos 46 y
siguientes del Código del Trabajo.
Lo expuesto precedentemente permite afirmar, en opinión de la suscrita, que la
intención de las partes al pactar la cláusula relativa a gratificaciones fue la de
mantener para el empleador el derecho de opción en cuanto a la elección de uno u
otro sistema, el cual, como ya se ha señalado, se genera cada año y, además, que el
beneficio de que se trata, no tendría el carácter de garantizado.
La conclusión referida no se ve desvirtuada por la circunstancia de que la empresa
haya otorgado anticipos a cuenta de eventuales gratificaciones, toda vez que según
lo ha establecido la doctrina de este Servicio, aludida en párrafos que anteceden,
ello no implica haber optado por el sistema de pago de dicho beneficio previsto en
el artículo 50 del Código del Trabajo.
Asimismo, el hecho de que la empresa por el ejercicio comercial 1998, en que no
obtuvo utilidades, no haya descontado a sus trabajadores los anticipos de gratifi-
cación otorgados, no significa necesariamente que la aplicación práctica que las
partes le han dado a la cláusula convencional que nos ocupa, sea la de considerar
dicho beneficio como garantizado, toda vez que para arribar a tal conclusión el
empleador tendría que haber completado el pago del beneficio en cuestión y haber
adoptado las partes dicha práctica, en forma reiterada en el tiempo, lo que no ha
sucedido en la especie”.
• Ord. Nº 1.224/65, 23.03.98
“En lo referido a si es lícito que el empleador, luego de haber ejercido el derecho
de opción del artículo 50 del Código del Trabajo sobre pago de gratificación, deci-
492 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
en vigencia de la Ley Nº 20.281, la Dirección del Trabajo aclaró que el plazo de 6 meses para
realizar el ajuste del sueldo base al ingreso mínimo, contemplado en el artículo transitorio de la
Ley Nº 20.281, se aplicaba también a las nuevas normas sobre semana corrida:
• Nº 3.152/063, 25.07.08
“Conforme a todo lo expuesto, no cabe sino concluir que las nuevas normas sobre semana
corrida incorporadas al artículo 45 del Código del Trabajo por la Ley Nº 20.281 deben comenzar
a regir en el plazo de seis meses contado desde el 21 de julio de 2008, fecha de la publicación del
señalado cuerpo legal o en el plazo menor en que el empleador hubiere efectuado el ajuste del
sueldo base al ingreso mínimo mensual”.
496 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
una remuneración principal, toda vez que subsiste por sí mismo, en forma indepen-
diente de toda otra remuneración. En la misma situación se encontraría un bono
fijo por turno nocturno, en la medida que el trabajo nocturno se realice en forma
permanente, sea porque se labore siempre en dicho horario o bien, a través de
turnos nocturnos rotativos preestablecidos.
Por el contrario, no procedería considerar para determinar la aludida base de
cálculo, un bono de antigüedad de carácter mensual pactado como un porcentaje
del sueldo base, atendido que no cumple ninguno de los requisitos precedentemen-
te analizados, toda vez que no se devenga diariamente y no es un estipendio princi-
pal, sino accesorio. Tampoco procedería considerar para los señalados efectos, los
aguinaldos de navidad y fiestas patrias, puesto que dichos emolumentos son excep-
cionales e infrecuentes”.
b) Remuneraciones de carácter variable
La Dirección del Trabajo ha precisado el concepto de remuneración varia-
ble en función de la posibilidad que el resultado mensual sea diferente de un
mes a otro.
• Ord. Nº 3.262/066, 05.08.2008
“En relación con este tipo de remuneraciones, es preciso señalar que la doctrina
uniforme y reiterada de este Servicio ha establecido que debe entenderse por remu-
neración variable todo estipendio que, de acuerdo al contrato de trabajo y respon-
diendo al concepto de remuneración, implique la posibilidad de que el resultado
mensual total sea desigual de un mes a otro.
La doctrina precitada encuentra su fundamento en la disposición contenida en el
artículo 71, inciso 2º, del Código del Trabajo, el cual establece:
“Se entenderá por remuneraciones variables los tratos, comisiones, primas y otras
que con arreglo al contrato de trabajo impliquen la posibilidad de que el resultado
mensual total no sea constante entre uno y otro mes”.
Como es dable apreciar, los ejemplos propuestos por el legislador en la norma
antes transcrita, autorizan para sostener que lo que caracteriza a una remunera-
ción variable es que su pago queda subordinado al acaecimiento de determinados
supuestos condicionantes que pueden ocurrir o no, o cuya magnitud es imprevisi-
ble, lo que en definitiva implica que el monto mensual total no sea constante entre
un mes y otro”.
Por su parte, al igual que en el caso de las remuneraciones de carácter fijo, la
misma doctrina administrativa señala que las remuneraciones variables que pro-
cede considerar para determinar la base de cálculo de la semana corrida son
aquellas que se devengan diariamente, y que revisten el carácter de principal y
ordinarias.
• Ord. Nº 3.262/066, 05.08.2008
“...las remuneraciones variables que procede considerar para determinar la base
de cálculo de la semana corrida, deberán reunir los siguientes requisitos:
2.1. Que sea devengada diariamente, y
2.2. Que sea principal y ordinaria.
Por lo que concierne al requisito establecido en el punto 2.1., preciso es reiterar lo
ya expresado al analizar el mismo requisito en el punto 1.1, en cuanto a que deberá
502 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
13 Dispone la citada norma legal: “La jornada ordinaria de trabajo de choferes de vehículos
de carga terrestre interurbana, no excederá de ciento ochenta horas mensuales, la que no podrá
distribuirse en menos de veintiún días. El tiempo de los descansos a bordo o en tierra y de las
esperas a bordo o en el lugar de trabajo que les corresponda no será imputable a la jornada, y su
retribución o compensación se ajustará al acuerdo de las partes. La base de cálculo para el pago
de los tiempos de espera, no podrá ser inferior a la proporción respectiva de 1,5 ingresos mínimos
mensuales. Con todo, los tiempos de espera no podrán exceder de un límite máximo de ochenta y
ocho horas mensuales”.
504 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
De ello se sigue que para los efectos de calcular el beneficio de semana corrida
corresponde considerar el monto devengado por el respectivo trabajador por con-
cepto de remuneraciones variables, después de proceder al ajuste de remuneracio-
nes a que se refiere el artículo transitorio del cuerpo legal citado.
No obstante lo anterior, se debe advertir que en virtud de lo dispuesto en el inciso
segundo del artículo transitorio citado, en el sentido de que “este ajuste no podrá
significar una disminución de las remuneraciones”, en el caso del trabajador que
tenía derecho a semana corrida con anterioridad a la entrada en vigencia de la
ley, por estar remunerado exclusivamente por día, no podrá percibir “una menor
remuneración que la que habría percibido en las mismas condiciones, antes del
ajuste”.
El propio dictamen aclara la doctrina esbozada mediante ejemplo, el que
para efectos pedagógicos sistematizamos a continuación:
• Ord. Nº 110/001, 08.01.09
“Al efecto, se consigna un ejemplo relativo a un trabajador afecto a una remunera-
ción fija ascendente a $ 120.000, más remuneraciones variables– comisiones por
venta– equivalente estas últimas a $ 438.992.
Conforme a dicho ejemplo, el ajuste necesario para alcanzar el monto a que as-
ciende actualmente el ingreso mínimo –$ 159.000– esto es, $ 39.000, debe efec-
tuarse exclusivamente con cargo a lo percibido por concepto de comisiones, vale
decir, a la suma de $ 438. 992.
Siguiendo con el mismo ejemplo consignado en párrafos anteriores, los $ 39.000
utilizados para enterar el sueldo base de $ 159.000, pasan a adquirir tal carácter,
por lo cual las remuneraciones variables afectas al beneficio de semana corrida
ascienden a la suma de $ 399.992, monto este último, sobre cuya base deberá efec-
tuarse el cálculo del beneficio que nos ocupa”.
IV. PROTECCIÓN DE LAS REMUNERACIONES
Las normas de protección de las remuneraciones “tienden a proteger el pago
de las remuneraciones, a garantizar su efectividad y representan, en cierto sen-
tido, un estatuto mejorado para efectuar el pago de la remuneración atendido
su carácter predominantemente alimenticio”.15
La doctrina nacional está conteste en que las normas en análisis constituyen
una garantía del pago íntegro y oportuno de los distintos conceptos que engloba
la remuneración del trabajador.
Siguiendo la clasificación que frecuentemente propone la dogmática labo-
ral, vamos a clasificar la protección de las remuneraciones en relación a la ga-
rantía que representan.
1. GARANTÍAS CON RELACIÓN AL PAGO
Esta garantía se refiere a la forma, la oportunidad y el lugar en que debe ser
pagada la remuneración.
trar su empresa, cuestión que le interesaría efectuar con el fin de acreditar feha-
cientemente el pago de las remuneraciones de sus trabajadores.
En lo que se refiere a este último aspecto, el hecho que la firma de la liquida-
ción sirva como comprobante del pago de las remuneraciones debe entenderse
sin perjuicio de la obligación que pesa sobre el empleador de acreditar efectiva-
mente el pago de la remuneración por algún medio tendiente a hacer constar tal
circunstancia16. De esta forma, si no se acredita dicho pago ha de entenderse
que no se encuentran pagadas.
– Ord. Nº 4.794/325, 10.11.2000
“La firma del trabajador en señal de aceptación en los comprobantes o liquidacio-
nes de remuneraciones, no es una exigencia legal sino que constituye un hecho por
vía de prueba del pago de la remuneración, su monto y deducciones para el evento
de existir discrepancias sobre su efectividad.
• Ord. Nº 7.301/341, 12.12.94
“No procede exigir al empleador que en los comprobantes o liquidaciones de re-
muneraciones se encuentre estampada la firma del trabajador en señal de acepta-
ción”.
• Ord. Nº 2.500/186, 1.06.98
“Los sostenedores de los establecimientos particulares subvencionados, tienen la
obligación de desglosar las remuneraciones de los profesionales de la educación,
en la liquidación respectiva consignando en forma detallada, cómo han enterado
la remuneración total mínima, indicando separadamente la remuneración básica
mínima nacional y cada una de las asignaciones legales, reglamentarias y conven-
cionales que correspondan”.
• Ord. Nº 8.003/321, 11.12.95
“Cabe tener presente que el propio comprobante a que se refiere el inciso 3º del
artículo 54 servirá de medio suficiente para acreditar el pago de la remuneración
en el evento que estuviere firmado por el dependiente, formalidad ésta que en caso
alguno puede ser exigida para entender cumplida la obligación que se consigna en
el aludido precepto legal.
Procede que los fiscalizadores de la Dirección del Trabajo en virtud de las funcio-
nes que les confiere la ley exijan al empleador a través de “Oficio Requerimiento
Documentación” y “Oficio Infracciones” que acredite el pago de la remunera-
ción”.
Del mismo modo, el lapso durante el cual un empleador debe conservar un
comprobante de remuneración dependerá en cada caso particular de los dere-
chos laborales y previsionales que se hagan valer; así por ejemplo, tratándose del
beneficio de semana corrida y del descanso semanal, dicho período será de dos
años, en tanto que en el caso de las horas extraordinarias sólo será de seis meses.
En consecuencia, el empleador debe conservar los registros de asistencia
por un período de seis meses en el evento que se trate de horas extraordinarias,
atendido que al tenor de lo previsto en el inciso 3º del artículo 480 del Código
del Trabajo, el derecho al cobro de las mismas prescribe en seis meses desde la
fecha en que debieron ser pagadas. Asimismo, el período por el cual el emplea-
dor debe conservar el registro de asistencia es de, a lo menos, dos años.
• Ord. Nº 7.053/160, 28.09.90
“El lapso durante el cual un empleador debe conservar la documentación laboral,
tributaria y contable es, a lo menos, el suficiente para respaldar debidamente las
obligaciones laborales y contables de la empresa frente al eventual ejercicio de
acciones laborales, previsionales, civiles, penales o tributarias, según los casos,
espacio de tiempo que por lo tanto no podría ser inferior a los plazos de cada uno
de los diversos derechos y acciones”.
1.2. Forma de pago de la remuneración
Las remuneraciones de los trabajadores deben pagarse en moneda de curso
legal o bien, mediante cheque o vale vista bancario a nombre del dependiente,
requiriéndose, en estos dos últimos casos, petición expresa del trabajador.
No existe inconveniente para que el empleador pague las remuneraciones, a
solicitud de los trabajadores, por los cajeros automáticos del Banco, de Red-
Banc o de cualquier otra empresa que en el futuro opere cajeros automáticos,
por cuanto la utilización de dicho sistema no es sino una modalidad del pago en
dinero efectivo o en cheque y, como tal, está inserta y responde a la alternativa
de pagar aquéllas dentro del sistema bancario en los términos que prevé el inci-
so 2º del artículo 54.
Es necesario hacer presente, sin embargo, que para dar cabal cumplimiento
a la obligación de pagar las remuneraciones, resulta indispensable que el depó-
sito, vía el referido sistema, otorgue al trabajador la misma certeza que el pago
efectuado directamente en dinero efectivo o en cheque en cuanto a que puede
disponer oportunamente de su remuneración, requisito que no se cumpliría, por
ejemplo, si se deposita un cheque girado en otra plaza o cuando no sea posible
acceder al cajero automático en el mismo lugar o ciudad en que se prestan los
servicios.
Asimismo, si las remuneraciones de los trabajadores se pagan a través del
sistema de cajeros automáticos, el empleador no queda eximido del cumpli-
miento de las disposiciones legales sobre protección de las remuneraciones que
regulan los otros requisitos que debe observarse al pagarlas. Por lo tanto, el
empleador debe entregar un comprobante con indicaciones del monto pagado,
forma y determinación de éste y deducciones efectuadas, liquidación que podrá
ser firmada por los interesados.
Del mismo modo, el empleador debe asumir el pago directo de las remune-
raciones en el caso de fallar el sistema, toda vez que legal y contractualmente es
el obligado a ello.
– Ord. Nº 1.177/60, 11.04.02
La utilización del sistema bancario para el pago de las remuneraciones debe con-
tar con la petición expresa del trabajador y, en todo caso, con su autorización.
512 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
De ello se sigue que en esta parte de la consulta, los trabajadores que residen fuera
del lugar donde se prestan los servicios, están facultados para exigir el pago de sus
remuneraciones en dinero en efectivo, si el sistema de pago a través de la red de
cajeros automáticos no les permite cobrar su remuneración oportunamente, por-
que en los lugares donde residen no se han habilitado las máquinas proveedoras
del dinero.
• Ord. Nº 1.101/70, 15.03.93
“No existe inconveniente jurídico para que la Sociedad, a solicitud de sus trabaja-
dores, les pague sus remuneraciones a través del sistema “Cuenta Fácil” conveni-
do con el Banco siempre que los dependientes puedan disponer oportunamente del
monto depositado”.
1.3. Periodicidad para el pago de las remuneraciones
Las remuneraciones deben pagarse con la periodicidad establecida en el
contrato, la que en ningún caso podrá exceder de un mes.
El legislador al prohibir que las partes pacten períodos de pago de las remu-
neraciones superiores a un mes, está garantizando el derecho del trabajador a
percibir sus estipendios en un plazo que le permita asumir sus gastos y proveer
lo necesario para el mantenimiento de su familia.
Profundizando lo anterior, debemos decir que la expresión “mes” a que
alude el Código del Trabajo ha sido definida por la jurisprudencia administrati-
va en los siguientes términos:
• Ord. Nº 4.678/203, 20.08.96
“En relación con la materia, cabe consignar que la jurisprudencia administrativa
de este Servicio, interpretando el sentido y alcance de la disposición contenida
actualmente en el artículo 55 del Código del Trabajo, ha precisado, entre otros, en
Dictamen Nº 1351, de 13.03.86, que la expresión “mes” a que en el mismo alude no
tiene por qué coincidir, necesariamente, con el mes calendario.
El mismo pronunciamiento jurídico sostiene que para los efectos previstos en
dicho precepto la expresión “mes” es aquella unidad de tiempo que dura un
período continuo que se cuenta desde un día señalado hasta otro de igual fecha
en el mes siguiente, sin que sea necesario que se extienda del día primero al 28,
29, 30 ó 31, de suerte que resulta posible considerar como tal, también, a vía de
ejemplo, el que va del día 20 de enero al 20 de febrero, o del 15 de enero al 15 de
febrero, etc.”.
Por su parte, el órgano inspectivo se pronuncia en diversos dictámenes so-
bre la obligación de periodicidad en el pago de las remuneraciones.
• Ord. Nº 1.177/60, 11.04.02
“La ley ha dejado a las partes determinar la oportunidad del pago de la remunera-
ción, sin embargo la misma disposición precisa que el período de pago convenido
en todo caso, no puede exceder de un mes, afirmación que debe complementarse
con lo dispuesto por el artículo 56 del mismo Código, en cuya virtud las remunera-
ciones deberán pagarse en día de trabajo, entre lunes y viernes, en el lugar en que
el trabajador preste sus servicios y dentro de la hora siguiente a la terminación de
la jornada, no obstante lo cual las partes pueden acordar otros días u horas de
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 513
la acepción “minuto”, significa, “cada una de las sesenta partes iguales en que
se divide una hora”. Por último “siguiente”, significa: “Que sigue, ulterior,
posterior”.
El legislador al emplear la frase “dentro de la hora siguiente al término de
la jornada”, ha querido significar que los pagos se realicen precisamente duran-
te el transcurso de la unidad de tiempo por él empleada; la cual, conforme a la
norma ya citada, debe empezar a contabilizarse para los efectos que precisa la
ley, en el momento en que acaba la jornada laboral, cesando dicho cómputo una
vez completada tal medida de tiempo, esto es, transcurrido el lapso que la com-
pone, y que corresponde a sesenta minutos.
De forma tal que en el evento de no existir acuerdo entre empleador y traba-
jadores para fijar el día y hora del pago de las remuneraciones, dicho pago debe-
rá efectuarse dentro del espacio de tiempo correspondiente a una hora o sesenta
minutos contados desde el momento en que termina la jornada laboral.
• Ord. Nº 1.177/60, 11.04.02
“...la utilización del sistema de red de cajeros automáticos para pagar las remune-
raciones del personal, constituye una práctica empresarial que igualmente otorga
certeza al trabajador para percibir su remuneración en la oportunidad acordada
con su empleador y, en este contexto, debe entenderse que infringe el artículo 56
del Código del Trabajo aquel hecho como el depósito efectuado por la empresa en
día viernes, a las 14:00 horas porque posterga con ello la disponibilidad de los
fondos para el día sábado, de manera que no se está cumpliendo el pago entre
lunes y viernes como lo exige la ley...”.
• Ord. Nº 2.501/187, 1.06.98
“La expresión “dentro de la hora siguiente al término de la jornada”, empleada
por el legislador en el artículo 56 del Código del Trabajo, resulta obligatoria, a
falta de acuerdo entre empleador y trabajador, para fijar el día y hora del pago de
remuneraciones, por las razones expuestas en el cuerpo de este informe”.
2. GARANTÍAS FRENTE AL EMPLEADOR
2.1. Descuentos de remuneración
Estas garantías tienen por objeto asegurar la integridad del pago de la remu-
neración, de forma tal que le prohíben al empleador efectuar descuentos indebi-
dos o excederse en su monto respecto de los descuentos autorizados, lo que en
definitiva apunta a concretizar, como señala la Dirección del Trabajo, el princi-
pio de certeza de la remuneración.
• Ord. Nº 4.676/116, 25.10.05
“Pues bien, efectuado un análisis conjunto y armónico de las disposiciones ante-
riores legales transcritas en párrafos anteriores, es posible sostener, a juicio de
esta Dirección, que ellas consagran el principio de la certeza de la remuneración,
propósito que el legislador persigue con el establecimiento de normas que llevan a
garantizar certidumbre al trabajador en cuanto a la remuneración que recibirá por
la prestación de sus servicios, elemento que, como se sabe, es de la esencia del
contrato de trabajo, no pudiendo faltar en él y que el legislador ha establecido
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 515
dan comprendidas en el inciso segundo, del artículo 58 del Código del Trabajo,
de suerte tal que no están afectas al límite del 15% a que alude dicha disposición
legal.
• Ord. Nº 4.681/206 de 20.08.96
“Los créditos sociales otorgados a sus afiliados por las Cajas de Compensación
deben descontarse de las remuneraciones del trabajador deudor en los términos
previstos en el inciso 1º del artículo 58 del Código del Trabajo”.
b) Descuentos establecidos como obligatorios a solicitud del trabajador
El Código del Trabajo, en el inciso primero, del artículo 58, dispone:
“...Igualmente, a solicitud escrita del trabajador, el empleador deberá descontar
de las remuneraciones las cuotas correspondientes a dividendos hipotecarios por
adquisición de viviendas y las cantidades que el trabajador haya indicado para
que sean depositadas en una cuenta de ahorro para la vivienda abierta a su nom-
bre en una institución financiera o en una cooperativa de vivienda. Estas últimas
no podrán exceder de un monto equivalente al 30% de la remuneración total del
trabajador”.
De esta forma, los descuentos que a solicitud del trabajador debe efectuar de
manera obligatoria el empleador son:
– Las cuotas de los dividendos hipotecarios por adquisición de vivienda,
– Las sumas de dinero que el trabajador indica para ser depositadas en la
cuenta de ahorro para la vivienda.
c) Descuentos efectuados por acuerdo de las partes
El Código del Trabajo, en el inciso segundo del artículo 58, dispone que:
“Sólo con acuerdo del empleador y del trabajador, que debería constar por escrito
podrán deducirse de las remuneraciones sumas o porcentajes determinados desti-
nados a efectuar pagos de cualquier naturaleza. Con todo, las deducciones a que
se refiere este inciso no podrán exceder del quince por ciento de la remuneración
total del trabajador”.
De esta forma, nuestra ley laboral autoriza a las partes para pactar deter-
minados descuentos a la remuneración del trabajador, cumpliéndose los si-
guientes requisitos: requieren el acuerdo escrito de las partes; admiten pagos
de cualquier naturaleza; y el tope es de un 15% de la remuneración total del
trabajador.
– SUMAS ADEUDADAS POR EL TRABAJADOR AL EMPLEADOR
Conforme a la definición que el Diccionario de la Lengua Española da al
término deuda que es la “obligación que uno hace de pagar o entregar a otro
una cosa, por lo común dinero”.
Las sumas adeudadas por el dependiente al empleador pueden tener diver-
sas causas, tales como un préstamo, un pago erróneo, etc.
El descuento de estos montos está sujeto a las reglas generales establecidas
a propósito de los descuentos de remuneración permitidos por el legislador, que
disponen el límite del 15% de la remuneración del trabajador.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 517
paquete familiar por cuanto no se ha acreditado que los referidos descuentos co-
rrespondan a cuotas extraordinarias acordadas en conformidad al artículo 260 del
Código del Trabajo, o a deducciones convenidas entre el empleador y los trabaja-
dores, de acuerdo al artículo 58 inciso 2º del mismo cuerpo legal”.
d) Descuentos prohibidos
El Código del Trabajo, en el inciso tercero del artículo 58, dispone que:
“El empleador no podrá deducir, retener o compensar suma alguna que rebaje el
monto de las remuneraciones por arriendo de habitación, luz, entrega de agua, uso
de herramientas, entrega de medicinas, atención médica u otras prestaciones en
especie, o por concepto de multas que no estén autorizadas en el reglamento inter-
no de la empresa”.
De esta forma, nuestra ley laboral le prohíbe al empleador ordenar a las
partes a pactar descuentos en la remuneración del trabajador que tengan su ori-
gen en deducciones por los siguientes conceptos: arriendo de habitación; luz;
agua; uso de herramientas; medicinas; atención médica; otras prestaciones en
especies; y por multas no autorizadas en el reglamento interno.
A continuación trataremos una serie de tópicos jurisprudenciales relativos a
los descuentos de remuneraciones:
– ANTICIPACIÓN DE INDEMNIZACIONES
La Dirección del Trabajo ha señalado que estando vigente el contrato de
trabajo es improcedente que las partes convengan descuentos contra los futuros
valores del finiquito, con cargo a la indemnización por años de servicio, y otras
sumas a pagar al término del contrato, por implicar renuncia anticipada de dere-
chos laborales, prohibida por el artículo 5º, inciso 2º del Código del Trabajo.
• Ord. Nº 4.004/201, 02.12.02
“No se ajustaría a la legislación laboral mandato conferido por los trabajadores a
empresa empleadora El Mercurio S.A.P., para prepagar al banco BBVA Banco
BHIF, préstamo otorgado a ellos con cargo a la indemnización por años de servicio
y otras sumas a pagar al término del contrato, por implicar renuncia anticipada de
derechos laborales”.
– EQUIPOS E IMPLEMENTOS DE SEGURIDAD
La Dirección del Trabajo ha señalado que estos implementos no pueden ser
descontados al trabajador al término de la relación laboral.
• Ord. Nº 2.780/130, 23.07.01
“No procede al término de una obra descontar en el finiquito porcentajes del valor
del calzado de seguridad y de otros elementos de protección personal entregados al
trabajador...”.
• Ord. Nº 5.063/291, 04.10.99
“Son de propiedad de la empleadora los elementos de seguridad entregados por
ésta al trabajador para el cumplimiento de sus funciones. (...) No resulta proceden-
te el descuento de estos elementos de seguridad al momento de la cesación de los
servicios del trabajador”.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 519
Por otra parte, la obligación que afecta al empleador es condicional, por cuan-
to su nacimiento o extinción depende de una condición, esto es, de un hecho futu-
ro e incierto que puede o no suceder, evento que está constituido por la circunstan-
cia que exista o no el número mínimo de trabajadores que requiere la norma.
De esta forma, el hecho de disminuir a menos de 5 el número de trabajado-
res que ocupa el empleador extingue la obligación de llevar libro auxiliar de
remuneraciones, toda vez que ya no se encontraría en la situación prevista por la
ley.
Debemos agregar que la Dirección del Trabajo puede autorizar la centrali-
zación de este libro.
• Ord. Nº 5.751/93, 28.07.89
“El empleador se encuentra en la obligación de dar cumplimiento a lo dispuesto por
el artículo 61 del Código del Trabajo, cada vez que ocupe a cinco o más trabajado-
res, cualquiera sea la duración del contrato de trabajo que vincule a las partes”.
2.3. Reajustabilidad de las prestaciones adeudadas
El artículo 63 del Código del Trabajo, prescribe en relación a la reajustabili-
dad:
“Las sumas que los empleadores adeudaren a los trabajadores por concepto de
remuneraciones, indemnizaciones o cualquier otro, devengadas con motivo de la
prestación de los servicios, se pagarán reajustadas en el mismo porcentaje que
haya variado el índice de precios al consumidor, determinado por el Instituto Na-
cional de Estadísticas, entre el mes anterior a aquel en que debió efectuarse el
pago y el precedente a aquel en que efectivamente se realice.
Idéntico reajuste experimentarán los anticipos, abonos o pagos parciales que hu-
biera hecho el empleador.
Las sumas a que se refiere el inciso primero de este artículo, reajustadas en la
forma allí indicada, devengarán el máximo interés permitido para operaciones
reajustables a partir de la fecha en que se hizo exigible la obligación”.
De esta forma, toda vez que el empleador no cumpla con su obligación de
pagar alguna o todas las contraprestaciones a que se obligó en el contrato de
trabajo, respecto de las sumas adeudadas se cumplirán las siguientes reglas:
– Deben pagarse reajustadas conforme al I.P.C., y
– Devengan el interés máximo permitido para operaciones reajustables.
Por el contrario, los anticipos, abonos o pagos que por cualquier motivo
deba efectuar el trabajador al empleador, sólo se reajustan conforme a la varia-
ción del Índice de Precios al Consumidor y no devengan interés.
El contenido protector de esta garantía es evidente, toda vez que le asegura
al trabajador la mantención del poder adquisitivo de todas las prestaciones que
le adeude el empleador.
Por la aplicación de esta regla el trabajador se encuentra debidamente ampa-
rado de los perjuicios que ocasiona el retardo del empleador en el cumplimiento
de sus obligaciones, las cuales al pagarse reajustadas y devengar el interés máximo
convencional, van a ser equivalentes en todo aspecto a las que se deberían haber
pagado en tiempo y forma.
522 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
rresponda a los trabajadores; todo ello conforme al artículo 2473 y demás perti-
nentes del mismo Código.
Estos privilegios cubrirán los reajustes, intereses y multas que correspondan al
respectivo crédito.
Para los efectos de lo dispuesto en el número 5 del artículo 2472 del Código Civil,
se entiende por remuneraciones, además de las señaladas en el inciso primero del
artículo 41, las compensaciones en dinero que corresponda hacer a los trabajado-
res por feriado anual o descansos no otorgados.
El privilegio por las indemnizaciones legales y convencionales previsto en el nú-
mero 8 del artículo 2472 del Código Civil, no excederá, respecto de cada beneficia-
rio, de un monto igual a tres ingresos mínimos mensuales por cada año de servicio
y fracción superior a seis meses, con un límite de diez años; el saldo, si lo hubiere,
será considerado crédito valista. Si hubiere pagos parciales, éstos se imputarán al
máximo referido.
Sólo gozarán de privilegio estos créditos de los trabajadores que estén devengados
a la fecha en que se hagan valer.
Los tribunales apreciarán en conciencia la prueba que se rinda acerca de los cré-
ditos privilegiados a que se refiere el presente artículo”.
Por su parte, el artículo 2472 del Código Civil, en su Nº 8, establece:
“La primera clase de créditos comprende los que nacen de las causas que ensegui-
da se enumeran.
Nº 8 Las indemnizaciones legales y convencionales de origen laboral que les co-
rrespondan a los trabajadores, que estén devengadas a la fecha en que se hagan
valer y hasta un límite de tres ingresos mínimos mensuales por cada año de servicio
y fracción superior a seis meses por cada trabajador con un límite de diez años.
Por el exceso, si lo hubiere, se considerarán valistas”.
De conformidad a esta garantía los trabajadores gozan de preferencia en el
pago de las obligaciones laborales y previsionales impagas en el concurso de
acreedores del empleador.
Cuando se dé la circunstancia que el empleador no puede hacer frente a sus
deudas, los trabajadores tienen el derecho a pagarse con preferencia del resto de
los acreedores lo que se les adeude por concepto de remuneraciones, asignacio-
nes familiares, imposiciones e indemnizaciones, sean éstas legales o convencio-
nales.
• Ord. Nº 5.103/196, 09.12.04
“Para los efectos de determinar el tope para el privilegio por las indemnizaciones
legales y convencionales previsto en el número 8 del artículo 2472 del Código Civil
que contempla el artículo 61 del Código del Trabajo debe considerarse el ingreso
mínimo fijado para fines no remuneracionales”.
• Ord. Nº 5.649/369, 16.11.98
“No resulta procedente legalmente que la empresa Chilesat S.A., que ha presenta-
do convenio judicial preventivo de quiebra, pague las indemnizaciones por térmi-
no de contrato de trabajo sustitutiva del aviso previo y por años de servicio sólo
hasta los topes del privilegio de primera clase del artículo 2472 Nº 8 del Código
Civil, y artículo 61, inciso 4º del Código del Trabajo, ni aun una vez aprobado
524 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
dicho convenio, y los topes de privilegio de pago de las indemnizaciones por térmi-
no de contrato del artículo 2472 Nº 8 del Código Civil y artículo 61, inciso 4º del
Código del Trabajo, no serían aplicables en todo caso a la indemnización sustitutiva
del aviso previo, del inciso 4º del artículo 162 del Código del Trabajo, la que goza
de dicho privilegio por el total de su monto”.
• Ord. Nº 5.056/241, 30.08.94
“La indemnización sustitutiva del aviso previo a que pueden tener derecho los tra-
bajadores en virtud de lo dispuesto en los artículos 161 y 162 del Código del Tra-
bajo, goza del privilegio previsto en el artículo 2472 del Código Civil”.
4. GARANTÍAS FRENTE A TERCEROS
La garantía del pago de las remuneraciones frente a terceros consiste en la
condición de inembargabilidad de que gozan las remuneraciones y las cotiza-
ciones de seguridad social del trabajador.
El artículo 57, del Código del Trabajo, prescribe lo siguiente:
“Las remuneraciones de los trabajadores y las cotizaciones de seguridad social
serán inembargables. No obstante, podrán ser embargadas las remuneraciones en
la parte que excedan de cincuenta y seis unidades de fomento.
Con todo, tratándose de pensiones alimenticias debidas por ley y decretadas
judicialmente, de defraudación, hurto o robo cometidos por el trabajador en
contra del empleador en ejercicio de su cargo, o de remuneraciones adeudadas
por el trabajador a las personas que hayan estado a su servicio en calidad de
trabajador, podrá embargarse hasta el cincuenta por ciento de las remunera-
ciones”.
De esta forma, aun cuando el trabajador tenga una deuda civil o comercial y
se le siga un juicio ejecutivo de cobro de pesos, su remuneración no podrá ser
objeto de embargo por parte de sus acreedores, salvo en lo que se refiere a las
siguientes excepciones:
– Las remuneraciones por sobre 56 U.F.
– Las remuneraciones hasta en un 50%, cuando se trate de los siguientes
eventos:
– Pensiones alimenticias debidas por ley y decretadas judicialmente.
– Defraudación, hurto o robo cometido por el trabajador en contra del em-
pleador en ejercicio de su cargo.
– Remuneraciones adeudadas por el trabajador o las personas que hayan
estado a su servicio en calidad de trabajador.
Por su parte, el artículo 170 del Código Tributario, que trata “Del Cobro
Ejecutivo de las Obligaciones Tributarias”, en sus incisos primero, segundo y
tercero, dispone:
“El Tesorero Comunal respectivo, actuando en el carácter de juez sustanciador,
despachará el mandamiento de ejecución y embargo, mediante una providencia
que estampará en la propia nómina de deudores morosos, que hará de auto cabeza
del proceso.
El mandamiento de ejecución y embargo podrá dirigirse contra todos los deudores
a la vez y no será susceptible de recurso alguno.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 525
De la citada norma se infiere asimismo, que el saldo que restare, así como las
demás prestaciones pendientes a la fecha del fallecimiento, debe ser pagado direc-
tamente por el empleador al cónyuge, a falta de éste, a sus hijos y, en ausencia de
éstos, a sus padres, bastándoles acreditar, para estos efectos, la calidad exigida por
la ley y la ausencia de los demás beneficiarios, en su caso.
Se colige, a la vez, que este procedimiento excepcional de pago sólo opera hasta un
monto equivalente a 5 unidades tributarias anuales.
Cabe hacer presente que se ha eliminado la referencia que la disposición que nos
ocupa hace a los hijos legítimos o naturales y a los padres legítimos o naturales, a
raíz de las modificaciones que la Ley 19.585 introdujo al Código Civil, cuyo actual
artículo 33 establece que la ley considera iguales a todos los hijos.
Ahora bien, el precepto legal en estudio al referirse a las “demás prestaciones
pendientes “expresión por la cual se consulta, se está refiriendo, en opinión de la
suscrita, a cualquier otro beneficio al que hubiera tenido derecho el trabajador
fallecido, que se encontrara pendiente de pago a la fecha de su deceso, incluido el
saldo de remuneración que restare una vez pagado los gastos de funerales en que
haya incurrido la persona que se hizo cargo de ellos.
En otros términos, la citada norma está haciendo alusión a prestaciones o benefi-
cios devengados por el trabajador, que no hubieren alcanzado a ser pagados a éste
a la fecha de su fallecimiento.
Cabe señalar que la doctrina vigente de este Servicio sobre la materia, contenida
entre otros en el punto 2) del Ordinario Nº 15, de 03-01-2007, ha resuelto que si la
suma adeudada es superior al monto indicado en la disposición legal en estudio,
los herederos, para obtener el pago del remanente, deberán cumplir previamente
con la regla general sobre la materia, esto es, con el trámite de posesión efectiva de
la herencia establecido en los artículos 877 y siguientes del Código de Procedi-
miento Civil.
Dicho pronunciamiento agrega, que a contrario sensu, tratándose de sumas infe-
riores a cinco Unidades Tributarias Anuales, resulta improcedente la exigencia de
tal requisito, toda vez que esta obligación excedería los términos de la citada dis-
posición legal, la que ha tenido por objeto facilitar a los herederos de un trabaja-
dor fallecido el cobro de sumas adeudadas por su empleador, que son de un monto
relativamente bajo.
En consecuencia, sobre la base de la disposición legal y convencional citadas y
consideraciones expuestas, cumplo con informar a Ud. que la indemnización por
años de servicio pactada en el Convenio Colectivo suscrito por la Empresa Evercrips
Snack Productos de Chile S. A. y los trabajadores de la misma, que se paga a su
sucesión legal en caso de fallecimiento del trabajador, no puede considerarse como
una “prestación pendiente” a la fecha de su deceso, en los términos previstos en el
artículo 60 del Código del Trabajo y debe ser pagado en la forma establecida en el
citado instrumento colectivo”.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 529
TERCERA PARTE
PROTECCIÓN DE LOS TRABAJADORES
530 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 531
CAPÍTULO I
EL TRABAJO DE MENORES
PANORAMA GENERAL
Si bien es cierto, la capacidad para contratar es un tema normado específica-
mente en nuestra legislación como un requisito para otorgar el consentimiento
en materia contractual-laboral, evidentemente el tema se enmarca dentro de un
contexto mucho más amplio, complejo y que sin duda determina el tratamiento
de la capacidad como tal, nos referimos al “trabajo infantil o de menores”.
Ahora bien, si a lo anterior sumamos la enorme trascendencia que en el
contexto internacional tiene y tendrá el tema del trabajo infantil, nos otorgan
razones suficientes para dar una mirada a este tema, aunque sea somera, en su
concepción global para luego tratar en particular el aspecto normativo.
El trabajo infantil es un problema complejo y profundamente arraigado en
las estructuras y tradiciones culturales, sociales y económicas. Tener que traba-
jar desde niño –y la mayoría de los niños que trabajan no tienen la suerte de
poder elegir– puede incidir enormemente en el desarrollo físico e intelectual del
niño. El trabajo infantil, tal como se define en los convenios internacionales y en
la legislación nacional, constituye una violación de derechos humanos tan fun-
damentales que debe ser proscrito sin reservas.
El tratamiento normativo del trabajo de menores en Chile comienza con la
Ley Nº 4.053 de 1924 sobre contrato de trabajo que estableció la edad mínima
para contratar en 18 años; entre dicha edad y los 14 años podían contratar con
autorización de padres o abuelos, pero en trabajos adecuados a su edad y no por
más de 8 horas. Se prohibió el trabajo de menores de 14 años, ni aun como
aprendices, salvo los mayores de 12 habiendo cumplido su obligación escolar.1
Antes de dicha Ley no hubo propiamente normas protectoras de menores,
salvo la Ley Nº 2.674 sobre protección de la infancia desvalida.2
En la actualidad, la regulación del trabajo de menores se contiene en el Ca-
pítulo II, del Título I, del Libro I, del Código del Trabajo, y cuyas normas fueron
1 José LUIS UGARTE, “La situación legal del menor en materia laboral”, Boletín Nº 68 (sep-
tiembre-1994), p. 116.
2 William THAYER ARTEAGA y Patricio NOVOA FUENZALIDA, op. cit., p. 130.
532 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
3 Arturo ALESSANDRI R., Manuel SOMARRIVA U., y Antonio VODANOVIC H., op. cit., p. 233.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 533
llo, siempre que cuenten con autorización expresa del padre o madre; a falta de
ellos, del abuelo o abuela paterno o materno; o a falta de éstos, de los guardado-
res, personas o instituciones que hayan tomado a su cargo al menor, o a falta de
todos los anteriores, del inspector del trabajo respectivo. Además, previamente,
deberán acreditar haber culminado su Educación Media o encontrarse actualmen-
te cursando ésta o la Educación Básica. En estos casos, las labores no deberán
dificultar su asistencia regular a clases y su participación en programas educati-
vos o de formación. Los menores de dieciocho años que se encuentren actualmente
cursando su Enseñanza Básica o Media no podrán desarrollar labores por más de
treinta horas semanales durante el período escolar. En ningún caso los menores de
dieciocho años podrán trabajar más de ocho horas diarias. A petición de parte, la
Dirección Provincial de Educación o la respectiva Municipalidad, deberá certifi-
car las condiciones geográficas y de transporte en que un menor trabajador debe
acceder a su educación básica o media”.
Al respecto, la Dirección del Trabajo sistematizó dichos requisitos en los
siguientes: que se trate de trabajos que no perjudiquen la salud y desarrollo del
menor; que se cuente con autorización expresa; acreditar el cumplimiento de la
obligación escolar; y, por último, adecuándose a la limitación de la jornada de
trabajo.
• Ord. Nº 77/006, 08.01.08
“1.1 Requisitos que deben cumplirse para la contratación de menores.
a) Que se trate de trabajos ligeros que no perjudiquen su salud y desarrollo. En
relación a este primer requisito cabe señalar que el artículo 1º del D.S. Nº 50, que
aprueba el Reglamento para la aplicación del artículo 13 del Código del Trabajo,
publicado en el Diario Oficial de 11.09.07, prohíbe la contratación de menores de
18 años en actividades que sean peligrosas, sea por su naturaleza o por las condi-
ciones en que se realizan, y que puedan resultar perjudiciales para la salud y segu-
ridad o afectar el desarrollo físico, psicológico o moral del menor. En los artículos
2, 3 y 4 de dicho Reglamento se describen los trabajos considerados peligrosos,
tanto por su naturaleza, como por sus condiciones, que impiden la participación de
dichos menores.
b) Contar con autorización expresa para tal efecto. Al respecto, cabe señalar que
el inciso 2º del artículo 13 en análisis establece que para contratar los servicios de
un menor de 18 años y mayor de quince años es necesario que éste cuente con la
autorización expresa del padre o madre, a falta de ellos, del abuelo o abuela pater-
no o materno, a falta de éstos, de los guardadores, personas o instituciones que
hayan tomado a su cargo al menor y a falta de todos los anteriores, del respectivo
Inspector del Trabajo.
De conformidad a lo establecido por el inciso 4º del mismo artículo, el Inspector
del Trabajo que hubiere otorgado la señalada autorización estará obligado a po-
ner en conocimiento del Tribunal de Familia que corresponda los antecedentes
pertinentes, el cual podrá dejar sin efecto dicha autorización si lo estimare incon-
veniente para el menor.
De acuerdo a lo prevenido por el inciso 5º del citado artículo 13, una vez otorgada
la autorización de que se trata el menor será considerado mayor de edad para la
administración de su peculio profesional o industrial y plenamente capaz para ejercer
las acciones correspondientes. Asimismo, según lo dispone el inciso 6º de la misma
534 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
4 En el ámbito internacional, las ocupaciones peligrosas para el menor constituyen una de las
6 La letra d), del artículo 2º, del Decreto Supremo Nº 50, define factor de riesgo como sigue:
“Todo agente físico, químico, biológico u organizacional, relacionado con el trabajo, que provo-
ca o puede provocar daños a la salud y desarrollo del menor”.
536 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
13. Trabajos que conlleven riesgo ergonómico. Se incluyen actividades que impli-
quen movimientos repetitivos, con apremio de tiempo, en posturas inadecuadas o
que impliquen manejo o manipulación manual de carga que contravenga lo esta-
blecido en la legislación vigente.
14. Trabajos que impliquen la manipulación, aplicación o almacenamiento de agro-
químicos. Se incluyen las actividades desarrolladas en cámaras de fumigación,
durante la aplicación o el período de carencia.
15. Trabajos que impliquen el manejo o la utilización de material cortopunzante de
uso clínico; la atención de animales o personas enfermas y en general, cualquier
otra actividad que pueda exponer a los menores a riesgos biológicos tales como
virus, bacterias, hongos o parásitos.
16. Trabajos que se realicen con maquinarias, equipos o herramientas que requie-
ren de capacitación y experiencia para su manejo seguro y cuya operación inade-
cuada o por personas inexpertas puede provocar incapacidades permanentes o
muerte, tales como guillotinas, esmeriles, laminadores, calderas, autoclaves, pren-
sas, sierras circulares, pistolas neumáticas, amasadoras, equipos de oxicorte, hor-
nos, entre otros.
17. Trabajos en establecimientos, o en áreas determinadas de ellos, que sean de
consumo y/o de venta exclusiva de alcohol. Se incluyen la atención de clientes en
bares, cantinas y otros análogos.
18. Trabajos en establecimientos, o en áreas determinadas de ellos, en los que se
permita el consumo de tabaco.
19. Trabajos que atenten contra el normal desarrollo psicológico y moral del me-
nor, ya sea, por el lugar en que se prestan o por las labores que se deben cumplir, o
en los que no se permite el acceso de menores. Se incluyen aquellos que se realizan
en cabarets, cafés espectáculo, salas de cines y establecimientos donde se exhiba
material con contenido altamente violento, erótico y/o sexual explícito, espectácu-
los para adultos, casas de masaje, entre otros.
20. Trabajos que se desarrollen a bordo de vehículos de transporte de pasajeros o
de carga.
21. Trabajos que impliquen el tránsito periódico a través de las fronteras nacio-
nales.
22. Trabajos que impliquen traslado de dinero y de otros bienes de valor.
23. Trabajos donde la seguridad de otras personas y/o bienes sean de responsabi-
lidad del menor. Se incluye el cuidado de menores, de enfermos; actividades de
vigilancia, guardias, entre otros”.
Por su parte, el artículo 4º, del Decreto Supremo Nº 50, dispone el listado de
los trabajos peligrosos por sus condiciones:
“1. Trabajos que se desarrollen a la intemperie sin la debida protección.
2. Trabajos en condiciones de aislamiento.
3. Trabajos que impliquen poner en riesgo la salud mental del menor, tales como
tareas repetitivas con apremio de tiempo, de alta exigencia, entre otras.
4. Trabajos en donde no existan las condiciones sanitarias básicas adecuadas, o
las medidas de higiene y seguridad necesarias para efectuar la actividad de forma
que no se afecte la salud del menor”.
De conformidad a lo dispuesto en el inciso séptimo, del artículo 13, del
Código del Trabajo y al artículo 8º del Decreto Supremo Nº 50, se deberá ac-
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 537
tualizar este listado de trabajos o actividades peligrosas cada 2 años por el Mi-
nisterio del Trabajo y Previsión Social.
Por último, es del caso apuntar que el referido artículo 14, en su inciso se-
gundo, posibilita el trabajo subterráneo en minas al menor de 21 años cuando
cuente con un examen de aptitud previo.7
– PROHIBICIÓN TRABAJO MENORES: TRABAJO EN CABARETS Y ESTABLECIMIEN-
TOS ANÁLOGOS
7 La Ley Nº 19.630 modificó el inciso segundo del artículo 14, agregando que el trabajo
subterráneo prohibido es de carácter minero y aumentó de 18 a 21 años la edad para poder desem-
peñarse en este tipo de labores. Con esto, se evita que el vocablo subterráneo pueda ser interpreta-
do respecto de cualquier trabajo desarrollado bajo tierra o la superficie, como lo sería por ejemplo:
el de cajero en el ferrocarril subterráneo (Metro). Además, se eleva la edad para trabajar en minas
subterráneas.
538 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
noche. Sin embargo, la Dirección del Trabajo ha señalado que esta excepción
es inoperante, toda vez que el reglamento que debe determinar cuáles son las
industrias y comercios en que puede operar la excepción todavía no se ha dicta-
do. En efecto, las excepciones deben interpretarse restrictivamente al ser de
derecho estricto y, por lo tanto, no correspondería permitir el trabajo nocturno
de menores de dieciséis años por no estar definido el ámbito de aplicación de la
norma.
• Ord. Nº 2.680/150, 25.05.99
“...el reglamento al que alude la norma en comento aún no ha sido dictado por la
autoridad competente, razón por la cual debemos concluir que la excepción conte-
nida en el inciso segundo del artículo 18 del Código del Trabajo carece de eficacia,
toda vez que al no existir el reglamento al que se remite, en la práctica, resulta ser
absolutamente inaplicable”.
1.2. Menor de 15 años
El menor de 15 años no puede contratar y por lo tanto no puede detentar la
calidad de trabajador, salvo la excepción contemplada en el artículo 16 del Có-
digo del Trabajo, en cuya virtud, en casos debidamente calificados, con la auto-
rización de su representante legal o del respectivo Tribunal de Familia y siempre
que se cumpla con los requisitos generales para contratar a un menor contem-
plado en el inciso primero, del artículo 13, podrá permitirse a estos menores que
celebren contrato de trabajo con personas o entidades dedicadas al teatro, cine,
radio, televisión, circo u otras actividades similares.
De igual modo, en virtud de lo dispuesto en el inciso segundo, del artículo
13 y el inciso segundo, del artículo 15, del Código del Trabajo, se permite el
trabajo de menores de 15 años en espectáculos en vivo, siempre y cuando se
cumplan con los requisitos generales del inciso primero del artículo 13 y la
autorización de su representante legal y del respectivo Tribunal de Familia. Nótese
que en este caso la autorización del representante legal y del Tribunal de Familia
constituye un requisito copulativo, a diferencia de lo que ocurre en el caso del
artículo 16 ya tratado.
1.3. Obligaciones para la empresa que contrata menores
La nueva configuración del trabajo de menores, establecida a partir de la
Ley Nº 20.189 y del Decreto Supremo Nº 50, agregó dos tipos de obligaciones
especiales a los empleadores que contraten trabajadores menores:
• Obligación de protección acentuada de la seguridad y salud de los menores
En virtud del artículo 5º, del Decreto Supremo Nº 50, se intensifica para el
empleador la obligación de informar y manejar los riesgos laborales a los que
está expuesto el menor. Prescribe la norma reglamentaria:
“Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo, el emplea-
dor que contratare un menor deberá dar estricto cumplimiento a la obligación de
informar los riesgos laborales, contenida el Título VI del D.S. Nº 40, de 1969, del
Ministerio del Trabajo y Previsión Social, incluyendo el adiestramiento necesario y
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 539
adecuado a su edad, para que pueda desarrollar sus labores en forma segura.
Deberá asimismo, llevar un control estricto del cumplimiento, por parte del menor,
del procedimiento de trabajo seguro en el que haya sido adiestrado”.
– Obligación de registro 8
Por su parte, el inciso octavo, del artículo 13, del Código del Trabajo, esta-
blece la obligación para las empresas que contraten menores de registrar dicha
contratación ante la Inspección del Trabajo respectiva, la que estará encargada
de implementar y mantener en un registro esa contratación. Dispone la norma
legal:
“Las empresas que contraten los servicios de menores de dieciocho años, deberán
registrar dichos contratos en la respectiva Inspección Comunal del Trabajo”
Esta obligación legal fue también regulada por el Decreto Supremo Nº 50,
que en su artículo 9º dispuso que la obligación de registro debe verificarse den-
tro del plazo de 15 días contados desde la incorporación del menor y contener
una serie de datos:
“Las empresas que contraten a un menor deberán registrar los contratos indivi-
duales que se suscriban en la Inspección del Trabajo respectiva, para lo cual con-
signarán, dentro del plazo de quince días contado desde la incorporación del menor,
a lo menos, los siguientes antecedentes: 1. Identificación completa de las partes.
2. Identificación de quien autoriza que el menor trabaje, de acuerdo al artículo 13 del
Código del Trabajo, con indicación del parentesco o relación que tenga con éste.
3. Condición de escolaridad del menor, haber culminado la educación básica o
media o de encontrarse cursando cualquiera de ellas, según corresponda.
4. Identificación del lugar de trabajo en que se desempeñará, cuando su ubicación
sea distinta a la informada conforme a lo dispuesto en el número 1 del presente
artículo.
5. Descripción de las labores convenidas.
6. Descripción del puesto de trabajo y el resultado de la evaluación a que se refiere
el inciso 2º del artículo 5º.
7. Descripción de la jornada de trabajo semanal y diaria del menor contratado;
especificando el período en que se realizará la prestación de servicios. Para estos
efectos, dicho periodo comprenderá: a) período escolar, correspondiente al período
de clases; b) período de suspensión, correspondiente a vacaciones de invierno y fies-
tas patrias y c) período de interrupción correspondiente a vacaciones de verano.
8. Domicilio del establecimiento educacional donde el menor cursa sus estudios,
cuando corresponda, y descripción de su jornada escolar. La Dirección del Traba-
jo instruirá los datos específicos a entregar y el formato a utilizar”.
Del mismo modo, prescribe la referida norma reglamentaria, que el emplea-
dor deberá acompañar una serie de documentos de respaldo:
“Para efectos de verificar la veracidad de la información entregada de acuerdo al
presente artículo, se deberá acompañar al momento de efectuar el registro, los
siguientes documentos:
8 Ver Circular Nº 92, de 25.10.2007, de la Dirección del Trabajo, mediante la cual se dispone
la habilitación del registro manual de contratos de trabajo de trabajadores menores de 18 años.
540 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
CAPÍTULO II
TRABAJADORES EXTRANJEROS
PANORAMA GENERAL
El fenómeno de las migraciones de trabajadores trae consigo problemas y
desafíos importantes para los países, en tanto, se deben conciliar intereses no
siempre confluyentes, incluso a veces entendidos como contrapuestos: la debi-
da protección del trabajador nacional con la necesaria acogida al trabajador
migrante.
Dicho fenómeno resulta particularmente importante en países que atravie-
san por períodos de auge y desarrollo económico, al ser verdaderos polos de
atracción de trabajadores migrantes que en busca de mejores horizontes se ven
forzados a abandonar sus propios hogares.
En este sentido, nuestro propio país se ha convertido en las últimas décadas
en un centro de atracción de trabajadores extranjeros, particularmente sudame-
ricanos. Esta fuerza de trabajo se concentra en actividades de construcción o
servicios (restaurantes), en el caso de los hombres, y de trabajadoras de casa
particular, en el caso de las mujeres. Generalmente, se trata de personas que
ingresan con visa de turista y luego, ya trabajando, obtienen la residencia sujeta
a contrato.
La globalización ha tenido un fuerte impacto en las migraciones internacio-
nales de mano de obra. La creciente interdependencia de los países, facilitada
por los progresos tecnológicos, ha redundado en un notable incremento de las
transacciones internacionales de bienes, capitales y servicios y ha permitido que
esta actividad se desarrolle de manera frecuente entre los países. La mundializa-
ción junto con el crecimiento de las redes de comunicación y el desarrollo del
transporte internacional ha tenido por efecto que una cantidad cada vez mayor
de personas ha comenzado, y sin duda continuará, a ver en la migración interna-
cional un medio para huir de la pobreza, del desempleo y de otras presiones
sociales, económicas o políticas imperantes en sus países de origen.
I. NACIONALIDAD DE LOS TRABAJADORES
La normativa chilena se preocupa de la nacionalidad de los trabajadores en
una empresa, estableciendo una suerte de limitación a favor del trabajador chile-
no en relación a la fuente de trabajo.
544 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
materia de computación, carrera que no tiene ningún tipo de exigencia legal para
ser llevada a cabo.
Lo anterior no obsta al hecho de que el ciudadano de cualquier país que pretenda
ejercer actividades remuneradas en Chile, debe necesariamente cumplir con los
trámites comunes a todo extranjero, relativos a los permisos, pasaportes y visas,...”.
En un dictamen, especial dado su origen –informe sobre posibilidad de in-
troducir una reforma legal–, la Dirección del Trabajo se pronuncia sobre la pro-
cedencia de elaborar un proyecto de ley que restrinja la contratación de pilotos
extranjeros para resguardar los derechos de los pilotos chilenos de las compa-
ñías aéreas nacionales.
Ord. Nº 2.071/124, 20.04.99
“...el legislador prohíbe condicionar la contratación de trabajadores a circunstan-
cias referidas a la nacionalidad de los mismos.
Sin perjuicio de lo anterior, nuestro legislador laboral sólo ha limitado la contrata-
ción de trabajadores extranjeros en base a la cantidad de ellos dentro de una em-
presa, para lo cual ha establecido una determinada proporción la cual ha sido
señalada al citar las disposiciones legales que regulan dicha cantidad.
A mayor abundamiento y concluido que el empleador está facultado legalmente
para contratar personal de nacionalidad extranjera a fin de que él preste servicios
en la Empresa, particularmente en calidad de tripulantes de cabina en vuelos que
se realicen hacia el exterior, y que tal contratación sólo está limitada a una deter-
minada proporcionalidad numérica, debe agregarse que tal posibilidad tiene como
fundamento, además, la facultad de administración que legalmente compete al
empleador, frente a la cual esta Dirección carece de competencia para entrar a
determinar los eventuales alcances de la misma, en la medida que ella no constitu-
ya infracción a la legislación laboral vigente.
En efecto, en opinión de este Servicio, según doctrina contenida, entre otros en
Ord. Nº 66-53 de 12.02.93, el empleador goza de la facultad inherente a su cargo
de organizar la empresa, según se desprende del artículo 3º del Código del ramo,
facultad que le permite ordenarla y dirigirla, sujetando sus dependientes y sus de-
pendencias a un número determinado, fijando la armonía entre las partes, dentro
de lo cual no cabe sino comprender el porcentaje de extranjeros de la dotación de
las mismas, que la ley expresamente permite.
Ahora bien, y en cuanto a la posibilidad de introducir modificaciones a la legisla-
ción laboral relativas a la materia en consulta, y tal como lo hemos señalado pre-
cedentemente, la Constitución Política de la República establece los derechos bá-
sicos fundamentales de todos los habitantes de la República, sin distinción, entre-
gando su regulación al legislador.
De esta suerte, reformar la Ley con el solo fin de establecer en ella un beneficio
específico en favor de un sector de trabajadores, en este caso, los Pilotos Chilenos
de Líneas Aéreas Nacionales, con miras a proteger su fuente de trabajo, resulta por
sí sola, una medida injustificada, puesto que implicaría colocarlos en una situa-
ción de privilegio respecto del resto de los trabajadores nacionales.
La conclusión anterior adquiere todavía en mayor fuerza si tenemos en considera-
ción a lo ya dicho en párrafos que anteceden, en cuanto a que nuestro ordenamien-
to jurídico no establece ningún tipo de impedimento relacionado con la nacionali-
dad del trabajador, sino que solamente se dispone una regla respecto de la propor-
546 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
ción, dentro del número total de trabajadores de una empresa, que debe ser servida
por trabajadores de nacionalidad chilena.
Sin perjuicio de lo anterior, y según lo manifiesta el Honorable Senado de la Repú-
blica, la restricción a la contratación de Pilotos Extranjeros encontraría su justifi-
cación en el principio de la “reciprocidad”, esto es, en el debido resguardo de una
condición mínima de equivalencia de los derechos de los Pilotos Chilenos en el
país extranjero de que se trate.
Pensamos que la idea de legislar en el sentido impuesto por este principio, no sólo
se justifica, sino que resulta a todas luces conveniente y deseable; no para fomen-
tar las barreras y los proteccionismos, sino que, por el contrario, para incentivar y
fomentar que las legislaciones extranjeras se adecuen a los necesarios principios
de cooperación, integración y no discriminación en materia laboral”.
1. NATURALEZA DE LA LIMITACIÓN
Cabe hacer presente que estas limitaciones dicen relación sólo con los por-
centajes de trabajadores extranjeros y no con la nacionalidad de los mismos.
Así, no podría discriminarse o impedirse el trabajo a un dependiente de una
determinada nacionalidad.
• Ord. Nº 6.308/357, 15.11.93
“No existe un impedimento relacionado con la nacionalidad en sí de un individuo,
sino que solamente existe una proporción, dentro del personal total de una empresa
que debe ser servida por trabajadores del país”.
2. PORCENTAJE
El artículo 19 del Código del Trabajo establece que el 85% de los trabajado-
res que sirvan a un mismo empleador deberá ser de nacionalidad chilena, es
decir, se permite una dotación de trabajadores extranjeros del 15%.
De conformidad al inciso 2º de la misma norma, lo anterior, esto es, la limi-
tación porcentual, sólo regirá para las empresas con 25 o más trabajadores.
– PERSONAL DE NAVES BAJO PABELLÓN CHILENO
La norma anterior, tratándose de trabajadores de naves que navegan bajo el
pabellón chileno, sufre una importante excepción, ya que, según la ley de nave-
gación (D.L. Nº 2.222, de 1978), el 100% debe tener la nacionalidad chilena.
Se ha concluido en este sentido que el D.L. Nº 2.222 se aplica con preferen-
cia al Código del Trabajo, respecto de estos trabajadores, ello por el principio de
especialidad.
• Ord. Nº 25/4, 2.01.91
“Las disposiciones del artículo 14 del D.L. Nº 2.222, de 1978, Ley de Navega-
ción, –que establece la obligatoriedad para las naves que navegan bajo pabellón
chileno de tener el 100% de las tripulaciones y oficiales de nacionalidad chile-
na– priman por sobre las del artículo 20 del Código del Trabajo, debiendo las
empresas pesqueras ajustarse, en materia de integración de personal embarcado
chileno extranjero, a las normas de operación que al efecto señale, mediante
resolución fundada, la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina
Mercante”.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 547
3. CÓMPUTO
Para los efectos de computar el porcentaje de trabajadores chilenos que ne-
cesariamente debe contratarse se seguirán las reglas que a continuación se ex-
presan (artículo 20, del Código del Trabajo):
– Se tomará en cuenta el número total de trabajadores que un empleador
ocupe dentro del territorio nacional y no el de las distintas sucursales separada-
mente;
– Se excluirá al personal técnico especialista que no pueda ser reemplazado
por personal nacional;
– Se tendrá como chileno al extranjero cuyo cónyuge o sus hijos sean chile-
nos o que sea viudo o viuda de cónyuge chileno, y
– Se considerará también como chilenos a los extranjeros residentes por
más de cinco años en el país, sin tomarse en cuenta las ausencias accidentales.
4. ALCANCE DEL CONCEPTO DE PERSONAL TÉCNICO ESPECIALISTA
La jurisprudencia administrativa ha definido por personal especialista a todo
el personal calificado, agregándose para los efectos del artículo 20 del Código
del Trabajo, la exigencia que no pueda ser reemplazado por personal nacional.
Con todo, la imposibilidad de reemplazo ha sido entendida en un sentido
amplio aplicando este concepto a los casos en que, aun cuando exista personal
nacional, la contratación de los mismos le signifique a la empresa incurrir en
demoras prolongadas o gastos excesivos que afecten su normal desarrollo aten-
didas las características del mercado.
• Ord. Nº 6.307/282, 14.11.96
“Dentro del concepto de “personal técnico especialista” el fiscalizador deberá
considerar incluido a todo el personal “calificado” de la empresa, es decir, a todo
aquel trabajador que preste servicios que sean el resultado de la aplicación de un
conocimiento o de una técnica que importe un nivel significativo de especializa-
ción o estudio.
El artículo 20 exige además que el personal técnico especialista “no pueda ser
reemplazado por personal nacional”; con esta norma se restringe todavía más la
incorporación de trabajadores extranjeros a las empresas nacionales.
Si nosotros realizamos una interpretación meramente exegética del número 2 del
artículo 20, en la práctica, lo privamos de eficacia, toda vez que el actual nivel de
desarrollo tecnológico, educacional y económico del país le permite contar con
personal técnico especializado en todos los sectores productivos y en la generali-
dad de las actividades económicas.
Ahora bien, teniendo en consideración que esta norma tiene por objeto proteger la
competitividad del mercado de trabajo nacional frente a migraciones excesivas y
de poca calificación al país, y teniendo presente además que el legislador ha sido
en extremo cuidadoso de no afectar negativamente el desarrollo de la industria
nacional, excluyendo de esta restricción al personal técnico especialista, forzoso
resulta concluir que debemos interpretar la “imposibilidad de reemplazo” de acuer-
do a un criterio finalista, en este caso, evitando que el artículo 20 Nº 2 del Código
del Trabajo se transforme en un obstáculo para el desarrollo técnico del país,
entrabando la eficiencia y el crecimiento de las empresas nacionales.
548 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
dispondrá, en casos calificados, que esta obligación del empleador subsista du-
rante un tiempo que estime prudente.
Sin perjuicio de lo anterior, la Dirección del Trabajo ha señalado que la
obligación del empleador de pagar el pasaje de retorno del dependiente extran-
jero, de conformidad a lo dispuesto por el artículo 24 del D.L. Nº 1.094, de
1975, subsiste hasta que, terminado el respectivo contrato en el plazo contenido
y suscrito el finiquito, el trabajador salga del país u obtenga nueva visación o
permanencia definitiva, de manera tal que en caso de que el trabajador extranje-
ro haya obtenido visa definitiva no subsiste la obligación en comento.
• Ord. Nº 5.845/267, 8.10.92
“Del análisis conjunto de ambas disposiciones –artículos 23 y 24 del Decreto Ley
Nº 1.094–, se infiere que el contrato de trabajo celebrado con un extranjero y que
deba cumplirse en Chile, habilita a éste para obtener de la autoridad nacional
competente una visación de residente sujeto a contrato, la que puede tener una
vigencia de hasta dos años.
Se colige también que el contrato de trabajo habilitante debe contener; entre otras,
una estipulación por la cual el empleador se obligue al pago del pasaje de retorno
del trabajador y demás personas que indique el contrato.
Sobre el particular, el artículo 38 del Decreto Supremo Nº 597, publicado en el
Diario Oficial de 24.11.84, del Ministerio de Hacienda, reglamento de extranjería,
expresa:
‘La obligación del empleador o patrón referente al pago de pasajes subsistirá has-
ta que, terminado el respectivo contrato y suscrito el finiquito, el extranjero salga
del país u obtenga nueva visación permanencia definitiva.
‘No obstante, cuando el contrato termine antes de la fecha convenida y el extranje-
ro tuviere necesidad de continuar en Chile, el Ministerio del Interior dispondrá, en
casos calificados, que esta obligación del empleador subsista durante un tiempo
que estime prudente.
‘En este caso al efecto se le podrá otorgar de oficio una visación de residente tempo-
rario por el tiempo necesario, la que no podrá ser superior a 90 días. A su término
deberá salir del país o presentar una nueva solicitud de visación de residente’.
Del claro tenor de la norma reglamentaria, se deduce que la obligación de pago de
pasaje de regreso por parte de empleador sólo subsiste, cuando el contrato de
trabajo termina en el plazo estipulado, hasta que el extranjero salga efectivamente
del país o se le conceda nueva visación permanencia definitiva.
En la especie, dado que el contrato de trabajo terminó en el plazo convenido y el
extranjero obtuvo permanencia definitiva en el país, no cabe sino concluir que la
obligación en análisis se encuentra extinguida”.
5. CONSECUENCIA DE LA TERMINACIÓN
DEL CONTRATO DE TRABAJO DEL EXTRANJERO
La visación del residente sujeto a contrato puede tener una vigencia de hasta
2 años, pudiendo ser prorrogada por períodos iguales, si no se especifica su
plazo en el pasaporte se entiende que su vigencia es la máxima.
Con todo, la terminación del contrato que ha servido de antecedente para el
otorgamiento de la visación, es causal de caducidad de ésta y de la que se haya
otorgado a los familiares del extranjero contratado, sin perjuicio del derecho de
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 551
Para los mismos efectos, debe considerarse como “extranjero” aquel que no
detenta la calidad de chileno conforme a lo previsto en el artículo 10 de la Cons-
titución Política de la República de Chile, condición que podrá establecerse con
el respectivo pasaporte o cédula de identidad extranjera.
– TRABAJADORES EXTRANJEROS SIN TÍTULO
En el mismo sentido, la Dirección del Trabajo ha señalado que el hecho de
no poseer un título no excluye al trabajador necesariamente del acceso al bene-
ficio de la exención.
• Ord. Nº 3.382/154, 13.06.94
“En todo caso, y en relación con el requisito señalado en la letra a), cabe advertir
que la sola circunstancia del trabajador extranjero de que se trata no tenga un
título determinado que pruebe su calidad de técnico, no lo excluye, necesariamen-
te, de la referida exención, toda vez que, tal como ya se dijera, resulta posible
acreditar sus conocimientos mediante certificados u otros documentos los cuales
deben estar debidamente legalizados y, en su caso, traducidos al español”.
Con todo, es del caso aclarar que no puede utilizarse esta exención tratándo-
se de otro tipo de trabajadores, como por ejemplo las trabajadoras de casa parti-
cular, aplicándose respecto de ellas las reglas generales, estando por lo tanto
obligadas a cotizar en Chile.
– JUGADORES DE FÚTBOL EXTRANJEROS
Un caso interesante fue resuelto por la Dirección del Trabajo el año 1998, al
pronunciarse en relación a la consulta efectuada por la Asociación Nacional de
Fútbol Profesional sobre la procedencia de considerar “técnicos o profesiona-
les” extranjeros a los jugadores de fútbol extranjeros que se desempeñan en los
campeonatos locales, todo ello a fin de acogerse a la exención previsional con-
templada en la Ley Nº 18.156.
• Ord. Nº 3.011/218, 08.07.98
“...resulta procedente que un trabajador extranjero se acoja a la franquicia previ-
sional prevista en la Ley 18.156, en el evento que se reúnan a su respecto todas las
condiciones establecidas en dicha ley”.
De la lectura del dictamen, si bien la Dirección del Trabajo evita un pronun-
ciamiento directo, al parecer por falta de antecedentes más concretos, al mismo
tiempo deja abierta la puerta a que la exención pueda aplicarse, ya que no cues-
tiona la categoría de personal técnico de los jugadores.
b) Que el extranjero se encuentre afiliado a un régimen de previsión o
seguridad social fuera de Chile cualquiera sea su naturaleza jurídica
En relación con este requisito cabe precisar que la ley en referencia no sólo
exige que el técnico extranjero se encuentre afiliado a un régimen de previsión
fuera del país, sino también que dicho sistema le otorgue a lo menos prestacio-
nes por enfermedad, invalidez, vejez y muerte.
La afiliación antes indicada debe acreditarse por parte de la empresa me-
diante certificación de la institución de seguridad social del país de origen del
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 555
CAPÍTULO III
LA PROTECCIÓN DE LA MATERNIDAD EN EL TRABAJO
– Subsidio maternal.
– Derecho a la no discriminación en razón del estado de embarazo.
Por último, y antes de entrar al análisis detallado de cada uno de los dere-
chos, cabe señalar que el artículo 207 entrega la fiscalización del cumplimiento
de estas normas, así como del Título completo, a la Dirección del Trabajo y a la
Junta Nacional de Jardines Infantiles.
Acorde con el artículo 208, las infracciones a las normas de este Título II
serán sancionadas con multas a beneficio de la Junta Nacional de Jardines In-
fantiles, de 14 a 70 UTM.
I. BENEFICIO DE SALA CUNA
El legislador ha establecido la obligación de mantener salas cuna con el
objeto de dar protección a la maternidad y facilitar a la madre trabajadora el
cuidado y mantenimiento del hijo menor. En la práctica se busca que la madre
trabajadora tenga un lugar donde dejar a su hijo mientras desarrolla sus funcio-
nes y donde pueda también alimentarlo adecuadamente.
El artículo 203 del Código del Trabajo dispone lo siguiente:
“Las empresas que ocupan veinte o más trabajadoras de cualquier edad o estado civil,
deberán tener salas anexas e independientes del local de trabajo, en donde las mujeres
puedan dar alimento a sus hijos menores de dos años y dejarlos mientras estén en el
trabajo. Igual obligación corresponderá a los centros o complejos comerciales e indus-
triales y de servicios administrados bajo una misma razón social o personalidad jurídi-
ca, cuyos establecimientos ocupen entre todos, veinte o más trabajadoras. El mayor
gasto que signifique la sala cuna se entenderá común y deberán concurrir a él todos los
establecimientos en la misma proporción de los demás gastos de ese carácter.
Las salas cuna deberán reunir las condiciones de higiene y seguridad que el regla-
mento determine.
Con todo, los establecimientos de las empresas a que se refiere el inciso primero, y que
se encuentren en una misma área geográfica, podrán, previo informe favorable de la
Junta Nacional de Jardines Infantiles, construir o habilitar y mantener servicios comu-
nes de salas cuna para la atención de los niños de las trabajadoras de todos ellos.
En los períodos de vacaciones determinados por el Ministerio de Educación, los
establecimientos educaciones podrán ser facilitados para ejercer las funciones de
salas cuna. Para estos efectos, la Junta Nacional de Jardines Infantiles podrá cele-
brar convenios con el Servicio Nacional de la Mujer, las municipalidades u otras
entidades públicas o privadas.
Se entenderá que el empleador cumple con la obligación señalada en este artículo
si paga los gastos de sala cuna directamente al establecimiento al que la mujer
trabajadora lleve a sus hijos menores de dos años.
El empleador designará la sala cuna a que se refiere el inciso anterior, de entre
aquellas que cuenten con la autorización de la Junta Nacional de Jardines Infantiles.
El empleador pagará el valor de los pasajes por el transporte que deba emplearse
para la ida y regreso del menor al respectivo establecimiento”.
1. REQUISITOS
A partir de la norma legal transcrita precedentemente, se desprenden tres posibles
situaciones en las que se encuentran las empresas en relación al beneficio de sala cuna:
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 561
bajo una dirección técnica o financiera común, donde se venden artículos de co-
mercio al por menor”.
Como se adelantó, es necesario hacer presente que la norma legal vigente,
en lo referido a la denominación de “centros o complejos” como sujetos obliga-
dos a disponer de sala cuna para sus trabajadores, originalmente sólo se refería
al comercio, surgiendo mucha problemáticas sobre su aplicación a centros o
complejos no comerciales (industriales o de servicios). Un ejemplo de esta pro-
blemática fue el caso de la Zona Franca de Iquique en donde los establecimien-
tos o empresas se encuentran dentro de un mismo recinto, centro o complejo
denominado Zona Franca, pero agrupados por sectores (sector administración;
sector plaza de servicios; sector módulo de ventas; sector minimarket; sector
galpones, sector almacenes públicos; sector barrio industrial; y sector barrio
automotriz), y respecto del cual la Dirección del Trabajo señaló que sólo corres-
pondía la obligación de otorgar sala cuna tratándose de los sectores comerciales
(sectores módulos de ventas y minimarket).
• Ord. Nº 2.225/86, 15.04.96
“Por su parte, “comercial” significa “Perteneciente al comercio y a los comer-
ciantes”, y a su vez, “comercio” está definido como “1. Negociación que se hace
comprando y vendiendo o “permutando géneros o mercaderías”, significando tam-
bién en su acepción 5 “Tienda, almacén, establecimiento comercial”.
“Tienda”, a su vez, está definida como “casa, puerto o paraje “donde se venden al
público artículos de comercio por menor”, y el vocablo “almacén” por su parte,
significa, respectivamente, en sus acepciones 3 y 4 “Establecimiento comercial
donde se venden géneros al por menor” y “Tienda de comestibles y objetos de uso
doméstico”.
Armonizando los conceptos que anteceden, es dable sostener que por “centros o
complejos comerciales” a que alude el artículo 203 del Código del Trabajo, debe
entenderse el conjunto de locales o establecimientos comerciales, generalmente
próximos unos a otros y ordenados bajo una dirección técnica y financiera común,
donde se venden al público artículos de comercio al por menor.
Al tenor de lo expuesto, posible es sostener que aquellos conjuntos de locales adya-
centes entre sí y ordenados bajo una dirección técnica y financiera común, que no
venden al público artículos de comercio al por menor, no se encuentran compren-
didos dentro del concepto de “centros o complejos comerciales” a que se refiere el
artículo 203 del Código del Trabajo y, por ende, no les asiste la obligación de
otorgar el beneficio de sala cuna en los términos previstos en dicho precepto, sin
perjuicio de que si individualmente considerados ocupen veinte o más trabajado-
ras, deberán proporcionar tal beneficio en forma individual.
En igual situación a la antes descrita, se encuentran aquellos centros o comple-
jos industriales, a quienes tampoco no le resulta aplicable la norma introducida
en el artículo único de la Ley Nº 19.408, de 1995, puesto que los mismos no
cumplen con el requisito de revestir el carácter de comerciales exigido por dicho
precepto”.
La Ley Nº 19.824, publicada en el Diario Oficial de fecha 30.09.02, extendió
la noción de “centros o complejos” a las agrupaciones de establecimientos in-
dustriales o de servicio, de forma tal que la obligación de contar con salas cuna
564 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
b) Mínimo de 20 trabajadoras
El establecimiento debe ocupar por sí solo un mínimo de 20 trabajadoras, en
el caso de los centros y complejos comerciales, este mínimo se debe contabili-
zar entre todos los establecimientos que forman parte de los mismos.
– TIPOS DE CONTRATOS
Para los efectos de contabilizar el número mínimo, no es relevante la natura-
leza de sus contratos de trabajo, es decir, serán contabilizadas de igual forma
tanto las trabajadoras contratadas a plazo fijo como las contratadas indefinida-
mente.
• Ord. Nº 3.158/114, 28.04.87
“Se colige de la disposición en comento –actual artículo 203 del Código del Traba-
jo– que la misma no ha establecido distinción alguna en cuanto a la duración del
contrato de trabajo que vincule a la trabajadora con la empresa de que se trata, de
suerte tal, que aplicando el aforismo jurídico de la no distinción, según el cual,
“donde la ley no distingue no es lícito al intérprete distinguir”, es dable manifestar
basta la concurrencia de 20 o más mujeres..., para que nazca la obligación del
empleador de otorgar el beneficio de sala cuna..., sin que tenga incidencia en ello,
la circunstancia de que las dependientes se desempeñen mediante contratos a
plazo fijo o indefinidos”.
– EDAD O ESTADO CIVIL DE LAS TRABAJADORAS
A su vez, para los efectos de este cómputo, también resulta indiferente la
edad o el estado civil de las mismas, de tal forma que van a ser consideradas no
obstante que sean solteras, casadas, incluso viudas o, aún más, pueden ser hasta
religiosas, octogenarias o infértiles, la ley no distingue.
• Ord. Nº 546/34, 02.02.04
“...las empresas que ocupan veinte o más trabajadoras, sin importar edad o estado
civil, deben tener salas anexas e independientes del local de trabajo con el objeto
de que las mujeres puedan alimentar a sus hijos menores de dos años y dejarlos
mientras están en el trabajo”.
• Ord. Nº 633/51, 11.02.93
“Del mismo modo resulta dable sostener que la edad o estado civil de las depen-
dientes carece de relevancia en la generación de la referida obligación”.
– CENTROS O COMPLEJOS COMERCIALES E INDUSTRIALES O DE SERVICIOS
En lo que se refiere a los centros o complejos comerciales [hoy también
industriales o de servicios], la Dirección del Trabajo ha establecido que para los
efectos de calcular el mínimo de 20 trabajadoras exigido por la ley, deberán
considerarse a todas las trabajadoras que se desempeñen en el respectivo centro
o complejo, incluyendo a las dependientes de los locales o establecimientos, del
centro o complejo, que de manera individual otorguen el beneficio de sala cuna.
• Ord. Nº 8.086/326, 18.12.95
“...necesario es precisar que para los efectos de contabilizar el número de 20 tra-
bajadoras a que la norma... se refiere, deben considerarse todas las trabajado-
566 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
– COMPENSACIÓN EN DINERO
Siempre dentro del contexto de la forma de cumplir la obligación de sala
cuna, la Dirección ha señalado que no es jurídicamente procedente que el em-
pleador compense en dinero, directamente a la trabajadora, la obligación que
tiene de darle el beneficio de sala cuna, cuando éste proceda. Esta hipótesis no
puede confundirse con aquella situación en que el empleador paga los gastos de
la sala cuna directamente a la trabajadora contra boleta o factura, figura que
como ya dijéramos, se enmarca en la tercera forma de cumplir con la obliga-
ción, esto es, el pago directo de los gastos de sala cuna.
• Ord. Nº 3.282/95, 12.08.03
“Ahora bien, como resulta dable apreciar, el tenor de la norma transcrita y comen-
tada precedentemente es categórico en establecer modalidades específicas para
dar cumplimiento a la obligación de tener salas cuna anexas e independientes del
local de trabajo, de manera que no resulta jurídicamente procedente otorgar el
beneficio aludido en términos distintos a los señalados.
En conformidad a lo expuesto, es forzoso concluir, en armonía con la conclusión
contenida en el punto 2) del Dictamen Nº 8.365/252, de 17 de noviembre de 1987,
que el empleador no puede dar por satisfecha la obligación en comento mediante
la entrega de una suma de dinero a la madre trabajadora, cantidad supuestamente
equivalente o compensatoria de los gastos que irrogaría la atención del menor en
una sala cuna.
Lo expresado en el párrafo anterior se corrobora si se tiene presente que el benefi-
cio consagrado en el artículo 203 del Código del Trabajo es irrenunciable al
tenor de lo dispuesto en los artículos 5º, inciso 2º y 195, inciso 4º del Código del
Trabajo”.
• Ord. Nº 1.814/150, 04.05.00
“Como es dable apreciar, no resulta jurídicamente procedente que los centros o
complejos comerciales administrados bajo una misma razón social o personalidad
jurídica, cumplan con esta obligación pagando directamente a las respectivas tra-
bajadoras la suma de dinero acordada con cada una de ellas para solventar los
gastos de sala cuna”.
A igual conclusión ha llegado la Dirección del Trabajo cuando la empresa
alega imposibilidad para otorgar el beneficio, por ejemplo, cuando no existen
salas cuna habilitadas o autorizadas para funcionar como tal.
• Ord. Nº 546/34, 02.02.04
“1) El beneficio de sala cuna, al igual que todos aquellos derechos establecidos
por las leyes laborales son, por aplicación del inciso 2º del artículo 5º del Código
del Trabajo, de carácter irrenunciable, por lo que no resulta jurídicamente proce-
dente que la Dirección del Trabajo exima a un empleador de cumplir con la obliga-
ción que le impone el artículo 203 del mismo cuerpo legal.
2) El empleador, en ningún caso, se encuentra liberado de otorgar el beneficio de
sala cuna, sino que atendido que tiene la opción de escoger la modalidad para
cumplir su obligación, si una de ellas se torna imposible, subsistirá la posibilidad
de solucionarla de acuerdo a otra, persistiendo, por tanto, la obligación de otorgar
el beneficio precisamente en la forma que resulte factible”.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 569
artículo 315 del antiguo Código del Trabajo, de 1931, la palabra “amamantar”,
claramente restrictiva, por los vocablos “dar alimento”, con lo cual,..., se amplió
el derecho de que se trata a la posibilidad de que la madre trabajadora suministre
a su hijo cualquier alimento..., no se limita al amamantamiento y leche materna”.
– PERÍODO DE SUBSISTENCIA DEL TIEMPO DE PERMISO
En relación al período por el cual se extiende el derecho en análisis, éste no
ha sufrido modificación alguna, por lo que se mantiene hasta los dos años del
menor.
• Ord. Nº 7.486/171, 19.10.90
“..., es posible concluir que la madre trabajadora tiene derecho a exigir el tiempo
de permiso a que alude el artículo... –206– del Código del Trabajo hasta que su
hijo cumpla dos años, dado que hasta esta edad puede dejarlo y darle alimento en
la sala cuna,...”.
– FORMA DE EJERCER EL DERECHO: ALTERNATIVAS
Esta es una de la materias modificada por la Ley Nº 20.166. Antes de la
citada norma legal, el derecho debía ejercerse perentoriamente en dos porciones
de tiempo, que en su conjunto tenían una duración de una hora al día, no siendo
lícito en concepto de la Dirección del Trabajo alterar el número de porciones
que la ley señalaba, por ejemplo, para juntarlas. Sólo se podía determinar la
oportunidad para hacer uso de ellas y su duración. A partir de la modificación, el
legislador flexibiliza el uso del derecho abriendo el abanico de modalidades,
ello sobre la base de que se elimina la obligación que sean dos porciones de
tiempo.
• Ord. Nº 2.248/047, 19.06.07
“En cuanto a la forma en que puede ser ejercido el mismo, cabe consignar que
acorde a lo previsto en el inciso 1º de la norma en análisis, puede ser ejercido de
alguna de las tres modalidades que ella establece, las que deben ser acordadas con
el empleador, a saber:
a) en cualquier momento dentro de la jornada; b) puede dividírsele, a solicitud de
la interesada, en dos porciones de tiempo, o bien, c)puede postergarse o adelantar-
se el inicio o el término de la jornada de trabajo, en una o en media hora”.
La Dirección del Trabajo también se pronuncia sobre la hipótesis de que no
exista acuerdo entre el empleador y la madre trabajadora sobre la forma de ejer-
cer el derecho. Eso sí, partiendo de la base de que al ser la madre trabajadora la
titular del derecho le corresponde a ella la elección, dentro de las alternativas
posibles, de la modalidad para ejercerlo.
• Ord. Nº 2.248/047, 19.06.07
“Ahora bien, como el precepto en estudio establece que cualesquiera de las alter-
nativas que existen para que la trabajadora ejerza el derecho de que se trata, debe
ser acordado con el empleador, cabe preguntarse qué sucedería en el caso de no
existir tal acuerdo.
El análisis de la historia fidedigna del establecimiento de la Ley Nº 20.166, norma
de interpretación legal prevista en el inciso 2º del artículo 19 del Código Civil,
permite determinar que este derecho a dar alimento fue concebido para que pudie-
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 581
para ir a dar alimento a sus hijos, trasladando ambos beneficios al inciso final del
artículo 206, en su nuevo texto, transcrito y comentado en párrafos que anteceden.
Ahora bien, atendido el hecho que los beneficios de que se trata cambiaron su
ubicación en el Código, en una primera apreciación de esta modificación, ella
podría ser interpretada en el sentido de que ambos derechos corresponderían a la
madre independientemente de si la empresa está obligada o no a tener sala cuna,
no obstante, el tenor literal de la norma en análisis permite sostener lo contrario,
toda vez que al referirse a ellos los circunscribe expresamente a aquellas “empre-
sas que estén obligadas a lo preceptuado en el artículo 203”, lo que permite afir-
mar, consecuencialmente, que la intención del legislador ha sido siempre la de
subordinar los mismos, tanto a que el empleador se encuentre obligado a mantener
sala cuna, como a la circunstancia de que la madre trabajadora lleve a su hijo (s)
al antedicho establecimiento.
Por consiguiente, no cabe sino concluir que los beneficios previstos en el inciso
final del artículo 206 del Código del Trabajo, para aquellas madres trabajadoras
que laboran en empresas obligadas a tener sala cuna, rigen sólo cuando ésta hace
uso de la respectiva sala cuna que le proporciona la empresa empleadora, en cual-
quiera de las tres modalidades que señala el artículo 203 del mismo cuerpo legal:
a) Salas anexas e independientes del local de trabajo;
b) Salas cunas compartidas por empresas de una misma área geográfica;
c) Pagando directamente los gastos de sala cuna al establecimiento al que la mujer
lleve a sus hijos”.
– EXISTENCIA DE VARIOS HIJOS
Hasta el año 2003, la doctrina de la Dirección del Trabajo, fijada entre otros
en el Dictamen Nº 5.712/330, 20.10.93, establecía que sea cuál fuere la cantidad
de hijos, la duración del permiso era el mismo.3
Mediante Dictamen Nº 3.362/102, 20.08.03, la Dirección del Trabajo
reconsideró la doctrina establecida en el referido Dictamen Nº 5.712/330, de
20.10.93, en el sentido de establecer que el tiempo dispuesto por la ley para dar
alimento al hijo menor de dos años, es por cada hijo que se encuentre en tal
condición.
• Ord. Nº 3.362/102, 20.08.03
“En ese contexto, es posible afirmar que el tiempo de una hora, en dos porciones,
que la ley laboral reconoce a la trabajadora para alimentar al hijo, no puede con-
siderarse suficiente cuando la madre trabajadora debe alimentar a hijos de una
misma edad o nacidos en parto múltiple o de distinta edad menores de dos años,
toda vez que en tales circunstancias se advierte la evidente desventaja existente
entre dicha madre con aquella que sólo tiene que alimentar a hijos de distinta edad,
e impide que aquellos hijos puedan tener el cuidado especial que supone el naci-
3
Señalaba el referido pronunciamiento: “Considerando que el tenor literal de la ley emplea
la expresión plural “sus hijos”, al delimitar el tiempo máximo de que dispone la madre para
darles alimento, forzoso resulta concluir que dicho tiempo legal se aplica a la madre, sea que
tenga uno o más hijos menores de dos años. Luego, un eventual aumento de tal tiempo sólo podría
provenir de un acuerdo de las partes.
En consecuencia,... no procede aumentar el tiempo destinado para dar alimento..., en el
evento de que la madre trabajadora tenga más de un hijo menor de dos años”.”
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 585
miento múltiple, fomentando de esa manera una discriminación por la sola condi-
ción del nacimiento.
Por ello, no es posible imponer a la madre trabajadora de hijos de una misma edad
o nacidos en parto múltiple o de distinta edad menores de dos años, el mismo tiem-
po establecido por el artículo 206 del Código del Trabajo, para alimentar a sus
hijos, como ocurre en la especie con el nacimiento de trillizos, porque en tales
circunstancias resulta evidente que el tiempo de una hora señalado en dicha dispo-
sición, debe entenderse otorgado por cada hijo menor de dos años que tenga que
alimentar la madre trabajadora.
Lo anterior no puede verse desvirtuado por el hecho de utilizar el legislador la
expresión literal “sus hijos”, al delimitar el tiempo en cuestión, porque dicha ex-
presión plural igualmente se utiliza respecto de la madre, lo que entonces permite
sostener que la utilización de la expresión plural en los términos señalados, se
ajusta a la redacción correcta de la norma para referirse al reconocimiento del
derecho que tienen todas las madres trabajadoras para alimentar a sus hijos, y no
para vincular la pluralidad de hijos al tiempo de una hora como tiempo máximo
que disponen las madres para tales efectos.
En consecuencia, con el mérito de lo expuesto, y citas constitucionales, legales y
administrativas, cúmpleme informar que el tiempo máximo de una hora,..., que
tiene derecho la madre trabajadora para alimentar a sus hijos, establecido por el
artículo 206 del Código del Trabajo, es por cada hijo menor de dos años,
Reconsidérase el Dictamen Nº 5.712/330, de 20.10.93, y cualesquiera otra doctri-
na contraria e incompatible con la expuesta en el presente informe”.
– TRABAJADORAS CON JORNADA PARCIAL
En relación a las trabajadoras con jornada parcial o “part-time”, la Direc-
ción del Trabajo ha concluido que no procede otorgar el permiso para alimentar
en forma proporcional, es decir, sea cual fuere la jornada debe otorgarse en
forma íntegra.
• Ord. Nº 2.248/047, 19.06.07
“Respecto a si el derecho que nos ocupa corresponde en el caso de trabajadoras
sujetas a jornada parcial, y si procedería otorgarlo en forma proporcional, cabe
manifestar que resulta plenamente aplicable a la nueva normativa, la doctrina vi-
gente de este Servicio sobre la materia, contenida en el Ordinario Nº 2.797/140, de
05-05-95, conforme al cual “no procede otorgar proporcionalmente el tiempo para
alimentar a los hijos contemplado en el artículo 206 del Código del Trabajo, res-
pecto de las trabajadoras con jornada parcial”.
Para ello, se tuvo en consideración, entre otros fundamentos, “que el otorgamiento
del beneficio en proporción con la duración de la jornada de trabajo es una moda-
lidad que no puede sostenerse sin expresa disposición de la ley que lo concede”.
Asimismo, se afirmó en dicho pronunciamiento que “la interpretación anterior
aparece también como ajustada al genuino sentido y alcance de la norma, y se
refuerza, con la aplicación del aforismo jurídico denominado argumento a generale
sensu, según el cual no es lícito al intérprete distinguir donde la ley no distingue”.
A mayor abundamiento, cabe tener presente que el artículo 40 bis B, del Código del
Trabajo, en su inciso 1º, dispone:
“Los trabajadores a tiempo parcial gozarán de todos los demás derechos que con-
templa este Código para los trabajadores a tiempo completo”.
586 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
sin perjuicio del derecho a remuneración por el tiempo en que haya permanecido
indebidamente fuera del trabajo, si durante ese tiempo no tuviere derecho al subsi-
dio. La afectada deberá hacer efectivo este derecho dentro del plazo de 60 días
hábiles contados desde el despido.
No obstante lo dispuesto en el inciso primero, si el desafuero se produjere mientras
la mujer estuviere gozando del descanso maternal a que aluden los artículos 195 y
196, aquélla continuará percibiendo el subsidio del artículo 198 hasta la conclu-
sión del período de descanso. Para los efectos del subsidio de cesantía, si hubiere
lugar a él, se entenderá que el contrato de trabajo expira en el momento en que
dejó de percibir el subsidio maternal.”.
Por su parte, el inciso primero, del artículo 174, del Código del Trabajo,
dispone lo siguiente:
“En el caso de los trabajadores sujetos a fuero laboral, el empleador no podrá
poner término al contrato sino con autorización previa del juez competente, quien
podrá concederla en los casos de las causales señaladas en los números 4 y 5 del
artículo 159 y en las del artículo 160”.
De conformidad a las normas legales transcritas, las mujeres trabajadoras
gozan de fuero hasta un año de terminado el descanso posnatal, lo que significa
que el empleador para proceder a poner término al contrato de trabajo de una
trabajadora amparada por el fuero maternal debe obtener, previamente, la auto-
rización de un juez (desafuero).
• Ord. Nº 3.354/072, 30.08.07
“Del análisis armónico de las normas legales citadas precedentemente se infiere
que, desde la concepción y hasta un año después de terminado el descanso post-
natal salvo que acaezca alguno de los eventos señalados por la ley, las mujeres
gozan del fuero maternal, en cuya virtud el empleador está impedido de poner
término al contrato de trabajo de la trabajadora que posea tal condición, a menos
que el juez competente lo autorice en los casos que se expresan”.
– EXTENSIÓN DEL BENEFICIO: CUIDADORES Y PADRES ADOPTIVOS
De conformidad a lo señalado en los incisos segundo y tercero, del artículo
201, del Código del Trabajo, corresponde el beneficio del fuero maternal al
trabajador, hombre o mujer, al que se le hubiere confiado el cuidado personal de
un menor u otorgado la tuición.
Esta extensión del beneficio del fuero maternal a trabajadoras o trabajado-
res distintos de la madre biológica, contemplado en los incisos citados, fue in-
troducida por la Ley Nº 19.670, publicada en el Diario Oficial de 15.04.2000.
• Ord. Nº 2.563/208, 29.06.00
“Se infiere asimismo, que el inciso 2º del citado artículo 201, introducido por la
Ley 19.670, hace extensiva la aludida prerrogativa a las mujeres trabajadoras y a
los hombres solteros o viudos que sean sujetos de una relación laboral que mani-
fiesten al tribunal competente su voluntad de adoptar un hijo en conformidad a la
normativa contenida en la Ley 19.670, sobre Adopción de Menores, disponiendo
que en tal caso el aludido fuero abarcará el período de un año contado desde la
fecha de la resolución judicial que haya confiado a los mencionados dependientes
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 589
el cuidado personal del menor o la tuición de éste, en los términos del artículo 19 ó
24, inciso 3º, de la Ley de Adopción, respectivamente.
Analizada la situación en consulta a la luz de las normas legales antes transcritas
y comentadas forzoso resulta concluir que la trabajadora que haya iniciado un
proceso de adopción, de acuerdo a la Ley 19.670, goza de fuero laboral por el
período de un año contado desde la fecha de la resolución judicial que le otorgó la
tuición del menor o su cuidado personal como medida de protección.”.
El nuevo régimen legal precisa de mejor forma el ámbito de aplicación del
beneficio. De esta forma, perdía vigencia la doctrina de la Dirección del Trabajo
sobre esta materia, que operaba sobre la base de negar el beneficio en comento
a personas distintas a la madre biológica4.
– EXTENSIÓN DEL BENEFICIO: PADRE TRABAJADOR
El inciso tercero y cuarto, del artículo 195, del Código del Trabajo, referido
al descanso maternal (pre y posnatal), señala que en caso de que la madre murie-
ra en el parto o durante el período de permiso posterior a éste, el padre gozará
tanto del permiso como del fuero que correspondía a la madre.
• Ord. Nº 1.455/45, 11.04.05
“Si la madre muriera en el parto o durante el período de permiso posterior a éste,
dicho permiso o el resto de él que sea destinado al cuidado del hijo, corresponderá
al padre, quien gozará del fuero establecido en el artículo 201 de este Código y
tendrá derecho al subsidio a que se refiere el artículo 198”.
“El padre que sea privado por sentencia judicial del cuidado personal del menor,
perderá el derecho a fuero establecido en el inciso anterior”.
– PERÍODO DE PROTECCIÓN
El período de duración de la protección legal –fuero laboral– va desde el
momento de la concepción, la que debe acreditarse con certificado médico, has-
ta un año después del descanso posnatal.
Evidentemente, tratándose de la hipótesis en que goza de fuero una persona
distinta a la madre biológica, el período de protección varía: a) si se trata de
cuidadores o padres adoptivos, el período de protección (fuero) abarca 1 año
contado desde que se dicte por el juez la sentencia que otorga el cuidado perso-
nal del menor o la tuición, según corresponda; y b) si se trata del padre, cuando
fallece la madre, el fuero corresponde por todo el período que dure el descanso
de maternidad a que tiene derecho y hasta 1 año contado desde que termina éste.
• Ord. Nº 3.846/104, 05.09.05
“Del señalado precepto se colige igualmente que dándose la situación precedente-
mente transcrita, el padre beneficiario gozará de fuero laboral durante todo el
4 Señalaba, entre otros, el Dictamen Nº 6.411/296, 5.11.92: “...el fuero maternal se vincula
directamente a dos hechos fisiológicos como lo son el “embarazo” y el parto”; en cambio, la
adopción es una ficción jurídica en virtud de la cual se establecen derechos y obligaciones entre
adoptante y adoptado ...
En consecuencia,... No goza de fuero maternal la mujer trabajadora que tenga a su cuidado
a un menor de edad... y que ha logrado su adopción plena o iniciado el juicio respectivo.”.
590 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
5
En el dictamen citado, la Dirección del Trabajo, en forma expresa, reconsideró la doctrina
vigente hasta esa fecha, contenida entre otros en el Dictamen Nº 5.545/174 de 13.08.91, en el cual
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 591
Continuación nota 5
se sostenía que el fuero maternal terminaba conjuntamente con el contrato de trabajo, en el caso de
mediar renuncia voluntaria de la trabajadora, ya que el beneficio en cuestión constituye un benefi-
cio anexo al contrato de trabajo, no pudiendo subsistir sin él, ello fundamentado en el artículo 5º
del Código del Trabajo, según el cual los derechos laborales tienen el carácter de irrenunciables
mientras subsista la relación laboral, en consecuencia habiéndose extinguido dicha relación, el
fuero maternal corría la misma suerte, más aún, se decía que el nuevo empleador no era más que
un tercero ajeno a la relación jurídica que dio origen al fuero, razón por la cual ninguna obligación
asumía con respecto al fuero.
592 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
Lo anterior vino a enmendar una situación muchas veces injusta que sucedía al
no existir plazo, ya que se daban casos, y no pocos, en que habían transcurrido 4
ó 5 meses de embarazo, a veces con finiquito firmado, las trabajadoras concu-
rrían a la Inspección a solicitar su reincorporación, aduciendo ignorancia, de-
biendo el empleador no sólo reincorporar a la trabajadora a sus labores después
de todo ese tiempo transcurrido, sino que además pagar las remuneraciones por
dicho período y las correspondientes cotizaciones previsionales, las que al estar
fuera de plazo para su declaración debían sancionarse por no declaración opor-
tuna, es decir, ocurrían situaciones de enorme injusticia.
– CONTRATO A PLAZO FIJO O POR OBRA O TEMPORADA
Otro tema interesante, y por cierto enormemente recurrente, es el determi-
nar si la trabajadora afecta a un contrato a plazo fijo o por obra o temporada, es
amparada por el fuero maternal.
Desde luego, el problema surge del texto de la propia ley, por cuanto la
existencia de un contrato de plazo fijo o por obra ha sido contemplada por el
legislador como una de las causales respecto de las cuales el juez podrá otorgar
el desafuero.
La cuestión se ve agravada, particularmente, para el empresario pequeño
que vislumbra como un procedimiento engorroso el juicio de desafuero, cuando
ha contratado a una trabajadora, por ejemplo, para hacer un reemplazo por un
mes y en definitiva se encuentra con un fuero que dura dos años.
Ahora bien, la respuesta al problema planteado debe encontrarse también en
la propia ley, en su interpretación. En efecto, la norma legal utiliza el vocablo
“podrá”, lo que denota que el juez no está obligado a conceder el desafuero
tratándose de este tipo de contratos, dependerá de las circunstancias del caso si
lo acepta o no.
• Ord. Nº 3.545/210, 16.07.93
“..., la causal contenida en el Nº 4 de la Ley 19.010, trata de la terminación del
contrato por el vencimiento del plazo convenido, de lo cual es posible derivar que
la llegada del plazo de un contrato de plazo fijo no produce la terminación del
mismo respecto de una trabajadora acogida a fuero maternal a menos que el juez lo
autorice, por las causales que específicamente hacen posible dicha autorización”.
De lo anterior, se desprende que el tipo de contrato, indefinido, plazo fijo o
por obra, no tiene incidencia para que nazca el fuero, eventualmente, como ya se
señaló, podrá incidir en la posibilidad de que el juez acceda o no al desafuero
que se intente.
De este modo, resulta claro que el legislador ha establecido que tratándose
de contratos a plazo fijo o por obra o faena corresponde igualmente la petición
de desafuero para proceder a poner término a dicho contrato, aun cuando sea
atendible el argumento de que en tal caso no es el empleador quien pone fin al
contrato, sino que han sido las partes, incluyendo al trabajador, que de antemano
han señalado hasta cuándo se extiende la relación laboral.
Igualmente, se establece la tesis de que el desafuero no necesariamente debe
solicitarse antes del vencimiento del plazo, toda vez que si existe ignorancia del
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 593
– FINIQUITO
La suscripción formal del correspondiente finiquito, habiendo existido des-
pido con ignorancia del estado de embarazo, no es obstáculo para la reincorpo-
ración de la trabajadora a su empleo.
Tal ha sido la conclusión a que ha llegado la Dirección del Trabajo, luego
del análisis de la normativa legal.
• Ord. Nº 3.849/155, 15.07.92
“De las disposiciones legales anotadas se infiere que el empleador no puede poner
término al contrato... de la mujer embarazada... hasta un año después de expirado
el descanso de maternidad, salvo con previa autorización judicial...
En la especie,..., se ha podido determinar que al momento del despido de la traba-
jadora... y de la suscripción del correspondiente finiquito, se ignoraba su estado de
embarazo, de manera que al tomar conocimiento de dicha circunstancia, el em-
pleador debía no tan sólo reincorporar a la trabajadora a sus labores habituales,
sino que además se encontraba obligado a pagarle las remuneraciones correspon-
dientes al período en que ella no laboró con anterioridad a su reincorporación”.
• Ord. Nº 3.160, 22.06.84
“..., forzoso es convenir que la suscripción de un finiquito no obsta a la reincorpo-
ración al trabajo de la dependiente a cuyo contrato se haya puesto término por
ignorancia del estado de ingravidez,...”.
En consecuencia, sea que exista o no finiquito suscrito y, en este último caso,
aunque esté ratificado debidamente ante ministro de fe o incluso aunque se hayan
pagado los haberes en él consignados, procede la reincorporación cuando se ha
procedido al despido con ignorancia del estado de embarazo de la trabajadora.
Evidentemente, no existiendo ignorancia igualmente procede la reincorpo-
ración, ya que tal despido, en verdad, resulta nulo y no produce sus efectos pro-
pios. Simplemente, lo que ha querido manifestar el legislador es que el empleador
de buena fe, es decir, aquel que ignora su imposibilidad para despedir, tiene la
oportunidad de permanecer en esa buena fe reincorporando a la trabajadora.
Incluso más, aunque se actuara a sabiendas por las partes, la aceptación del
despido efectuado en contravención a la ley por la trabajadora al firmar el fini-
quito, carece de valor por cuanto estamos frente a derechos irrenunciables a los
que no es posible disponer.
– RESTITUCIÓN DE SUMAS ADEUDADAS
La restitución de las sumas pagadas en razón del despido ilegal deben ser
restituidas una vez que se ha procedido a la reincorporación, cuestión que resul-
ta de toda justicia, por cuanto, sino existiría un enriquecimiento sin causa para el
trabajador.
• Ord. Nº 3.849/155, 15.07.92
“Finalmente, y en lo que dice relación con las sumas percibidas por la dependiente
con ocasión de su despido, cabe hacer presente que de acuerdo a la doctrina vigen-
te del Servicio,..., producido el regreso al trabajo, la dependiente debe restituir la
indemnización... y demás beneficios que hubiere percibido con ocasión del término
de la relación laboral que ha quedado sin efecto”.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 595
6La Ley 19.591, publicada en el Diario Oficial de 09.11.98, suprimió el inciso final del
artículo 201, del Código del Trabajo, que excluía del beneficio del fuero maternal a las trabajado-
ras de casa particular.
7 La única excepción relativa, en tanto sólo gozan de fuero maternal por el tiempo que dure la
puesta a disposición, la constituye hoy en día el caso de las trabajadoras que laboran bajo el
régimen de empresas de servicios transitorios (EST). Ello, según lo establecido en el inciso prime-
ro del artículo 183-AE.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 597
La solución al caso consultado pasa por el carácter imperativo de las normas que
regulan la protección a la maternidad, derivado de la naturaleza de orden público
de las mismas, y específicamente el fuero maternal, las que sólo permiten el despi-
do, sin distinción ni excepción alguna, previa autorización judicial.
De este modo, durante el período de prueba de la trabajadora el fuero opera con
plenitud de efectos, debiendo el empleador contar con autorización judicial para
despedir, pero aún en dicho caso, tampoco la terminación de la relación laboral
puede producirse por la sola voluntad que contempla el artículo citado, sino que,
como operan las normas del fuero laboral, sólo podrá producirse con arreglo al
artículo 174 del Código del Trabajo, que no contempla el desafuero por la sola
voluntad de una de las partes”.
Igualmente, en el mismo dictamen, el ente administrativo se pronunció so-
bre la incidencia del fuero maternal en la especialísima, y no por ello menos
controvertida, causal de término del contrato, propia del contrato de trabajadora
de casa particular, consistente en la enfermedad contagiosa. La conclusión fue
la preeminencia del fuero maternal.
• Ord. Nº 5.631/343, 16.11.99
“2) Respecto de la posibilidad que el empleador ponga término al contrato de
trabajo en la eventualidad a que se refiere el inciso final del artículo 152 del Códi-
go del Trabajo, cabe señalar lo siguiente:
El citado artículo dispone, textualmente, que:
“Toda enfermedad contagiosa, clínicamente calificada, de una de las partes o de
las personas que habiten la casa, da derecho a la otra parte para poner término al
contrato”.
Como es fácil de advertir, este artículo otorga a las partes la facultad recíproca de
poner término al contrato de trabajo, en caso de que una de ellas o una de las
personas que habiten la casa, estén afectadas por “una enfermedad contagiosa,
clínicamente calificada”.
Sin perjuicio de lo problemático de esta norma, atendido la extremada amplitud del
concepto de enfermedad contagiosa, la extensión del fuero maternal a las trabaja-
doras de casa particular genera una importante interrogante: ¿Si durante el perío-
do del fuero la trabajadora adquiere una enfermedad contagiosa, puede el emplea-
dor poner término al contrato sin autorización judicial?
La respuesta, al igual que en el caso anterior, va por la aplicación estricta de las
normas del fuero laboral, que no contempla la posibilidad de despedir sin autoriza-
ción judicial por razón alguna, ni tampoco, en caso de solicitar el desafuero, preveen
como causal para ello a la enfermedad contagiosa de algunas de las partes”.
IV. EL DESCANSO DE MATERNIDAD
Con motivo de la maternidad, se otorga a la mujer trabajadora un descanso
de seis semanas antes del parto y de doce semanas después de él, conocido
como descanso pre y posnatal. Este derecho debe entenderse conjuntamente
con el descanso prenatal suplementario y prorrogado y posnatal prolongado.
El artículo 195 del Código del Trabajo dispone al efecto:
“Las trabajadoras tendrán derecho a un descanso de maternidad de seis semanas
antes del parto y doce semanas después de él.
598 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
de un hijo, pero sólo con 1 día de permiso, el que sumado a los 4 que se agregaron en el artículo
195, por la Ley 20.147, daba un total de 5 días de permiso. De allí, la regla actual. También, con la
Ley Nº 20.137 se iguala la situación los padres adoptivos que sólo tenían derecho a los 4 días de
permiso del artículo 195.
Por otra parte, con la referida norma legal se ordenó la regulación de los permisos, quedando
regulado el permiso por nacimiento de hijo en el artículo 195 y el de muerte en el artículo 66.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 603
cual, en este caso, el permiso concluye el día del plazo fijado para el término del
contrato.
• Ord. Nº 0597/009, 03.02.06
“...el permiso de paternidad que nos ocupa, en caso alguno puede producir el efec-
to de mantener vigente la relación laboral más allá del plazo expresamente conve-
nido por los contratantes, como tampoco es un impedimento para el empleador
para poner término al respectivo vínculo contractual, ya que, a diferencia del des-
canso maternal que contempla nuestro Código del Trabajo, en el lapso que el mis-
mo comprende el trabajador beneficiario no goza de fuero laboral.
Acorde a lo antes señalado y lo manifestado en el punto anterior en relación al
objetivo del citado permiso, cúmpleme informar a Ud. que el trabajador sujeto a un
contrato de plazo fijo, cuya vigencia se extingue durante el período que comprende
el beneficio, no tiene derecho a que se le compensen los días que se encontraban
pendientes por tal concepto, a la fecha de término de su relación laboral por tal
causa”.
– NACIMIENTOS O PARTOS MÚLTIPLES
En el mismo pronunciamiento, la Dirección del Trabajo señala que en el
evento de estar frente a nacimientos o partos múltiples no se aumenta el permiso
por nacimiento de un hijo, teniendo de esta forma el padre sólo 5 días de permi-
so, cualquiera sea el número de hijos que nazcan.
• Ord. Nº 3.827/103, 02.09.05
“..., del análisis de la disposición en comento aparece que el legislador al consa-
grar el beneficio de que se trata empleó el artículo indeterminado “un” en su for-
ma singular, estableciendo que el padre trabajador “tendrá derecho a un permiso
pagado de cuatro días en caso de nacimiento de un hijo”.
Aun cuando esta forma singular permite sostener que el padre trabajador tendría
derecho sólo a un permiso por el hecho del nacimiento, la circunstancia de que
posteriormente se refiera a “un hijo” podría dar lugar a argumentar que tal pre-
rrogativa podría extenderse en caso de nacimientos múltiples.
Tal conclusión, en opinión de este Servicio, no resulta válida, si se considera que la
utilización en ambos casos del vocablo “un” deriva de la correcta aplicación de
las reglas gramaticales en la redacción de la norma, no resultando viable, por ello,
fundamentar sólo sobre dicha base la tesis que en caso de nacimientos múltiples el
padre tendría derecho a un permiso pagado, por cada uno de los hijos productos
del embarazo.
Atendido lo anterior, y para los efectos ya señalados, cabe recurrir a la norma de
interpretación de la ley prevista en el inciso 2º del artículo 19 del Código Civil, que
establece:
“Pero bien se puede para interpretar una expresión obscura de la ley, recurrir a su
intención y espíritu claramente manifestados en ella misma o en la historia fidedig-
na de su establecimiento”.
Al respecto debe manifestarse que efectuado un estudio de las actas de las sesiones,
boletines y demás documentos que conforman la historia fidedigna del estableci-
miento de la Ley Nº 20.047, se ha podido verificar que en ellos no consta antece-
dente alguno relativo a la materia. Es así, como ni en la moción que dio origen al
proyecto, como tampoco en los informes de la Comisión de Trabajo y Seguridad
606 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
norma que hacen de dicha labor o función un trabajo perjudicial para la salud de
la trabajadora embarazada.
En este sentido, la Dirección del Trabajo señala que puede pedirse para es-
tos efectos una evaluación del puesto de trabajo por el Organismo administrador
del Seguro respectivo o por la Unidad de Salud Ocupacional del Servicio de
Salud correspondiente.
• Ord. Nº 1.867/78, 04.05.04
“Sin embargo, y como se señala en informe de 12.04.2004, de la Unidad de Condi-
ciones y Medio Ambiente de Trabajo, la matrona y el médico tratante deberán re-
solver si la trabajadora embarazada requiere licencia médica y si el trabajo que
desempeña, puede ser causa o contribuyente perjudicial para la salud de aquélla.
En ese caso, dicho profesional puede solicitar una evaluación del puesto de trabajo
al Organismo Administrador del Seguro de Accidentes del Trabajo o Enfermedades
Profesionales (Ley 16.744) o a la Unidad de Salud Ocupacional (USO) del Servi-
cio de Salud correspondiente al domicilio de la empresa.
Ello, a fin de establecer si en el trabajo existen condiciones o agentes que pongan
en peligro la salud de la embarazada o del producto de su gestación como agentes
químicos, estrés de tipo ergonómico o trabajo pesado y, de ser así, la dependiente
puerperal debe ser cambiada a otro puesto de trabajo donde no exista tal riesgo.
En ese contexto, las labores desempeñadas por la trabajadora embarazada en el
Servicio de Atención Primaria de Urgencia, se entenderán como especialmente
perjudicial para su salud, si en su desempeño laboral está obligada a levantar,
arrastrar o empujar grandes pesos (camillas, pacientes, instrumentales médicos),
esfuerzo físico, permanecer de pie largo tiempo, laborar en horario nocturno o
cumplir jornada extraordinaria.
Igualmente, se entenderá especialmente perjudicial si los organismos de salud y
administradores del seguro ya indicados, en su caso, comprueban la existencia de
condiciones o agentes que pongan en peligro la salud de la trabajadora embaraza-
da o del hijo en gestación”.
– DETERMINACIÓN DEL TRABAJO AL QUE SE TRASLADA A LA TRABAJADORA EM-
BARAZADA
Quien determina el trabajo al que será trasladada una trabajadora embarazada
con el fin de cumplir con la norma, es el empleador, sin perjuicio de que el fiscaliza-
dor puede revisar si se trata o no de un trabajo perjudicial para la salud de aquélla.
• Ord. Nº 2.133/143, 14/05/1998
“Pues bien, atendido lo expresado resulta posible también derivar que de acuerdo
a la norma en comento es al empleador a quien corresponde precisar un trabajo
alternativo a la trabajadora, que no sea perjudicial para su estado de embarazo,
en ejercicio de su facultad de administración reconocida por la legislación, y a la
autoridad, en este caso el Inspector del Trabajo, le compete verificar que las nue-
vas labores no sean riesgosas para el estado de la dependiente,...”.
– TRABAJO NOCTURNO
Si bien es cierto que la ley al enumerar las labores consideradas como
perjudiciales para la trabajadora embarazada contempla el trabajo nocturno,
no señaló lo que debe considerarse como tal, la jurisprudencia ha interpretado
610 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
que debe entenderse por trabajo nocturno el desarrollado entre las 22:00 y las
7:00 horas.
• Ord. Nº 1.739/68, 20.03.96
“Cabe advertir que a través de la norma precedente,... no se encuentra precisado
el horario nocturno, de tal manera que para llegar a su determinación se hace
necesario recurrir a los principios de interpretación de la ley, y, dentro de ellos, el
denominado de analogía o “a pari”, que se expresa en el aforismo que señala,
“donde existe la misma razón debe existir la misma disposición”.
Ahora bien, si aplicamos la regla de interpretación esbozada en el párrafo anterior
al caso que nos ocupa, preciso es concluir que, si para los efectos de proteger la
vida y salud de los menores de dieciocho años que detentan la calidad de trabaja-
dores afectos a las disposiciones del Código del Trabajo el legislador consideró
que el trabajo nocturno es aquel que se ejecuta entre las veintidós y las siete horas,
no existe inconveniente jurídico para que, dentro del mismo ámbito de protección a
la mujer trabajadora no por su condición de mujer sino como madre, se determine
en iguales términos el horario que comprende el trabajo nocturno.
De esta manera, entonces, resulta dable concluir que el trabajo nocturno que ha de
estimarse como perjudicial para la salud de la mujer durante el período de emba-
razo es aquel que se realiza entre las veintidós y las siete horas”.
Por último, en relación a este beneficio resulta interesante destacar que el
empleador no se encuentra, para dar cumplimiento a esta norma, obligado a
crear un puesto de trabajo, de forma tal que el cambio, respetando los límites de
la propia norma, será respecto de algún puesto existente.
– CARGA MANUAL
Como se señaló, la Ley Nº 20.001 (ley del “saco”) agregó, en el nuevo
artículo 211-I, del Código del Trabajo, la prohibición para la trabajadora emba-
razada de realizar operaciones de carga y descarga manual. La Dirección del
Trabajo en Dictamen Nº 520/6, 30.01.06, fijó el sentido y alcance de la referida
norma legal, particularmente de los conceptos “operaciones de carga y descarga
manual”, recurriendo para ello al Decreto Supremo Nº 63, de 12.09.2005, que
reglamenta la referida ley sobre peso máximo de carga humana.
• Ord. Nº 520/6, 30.01.06
“La prohibición establecida por el artículo 211-I del Código del Trabajo, respecto
de la mujer embarazada, debe entenderse referida no sólo a la ejecución de opera-
ciones de carga y descarga manual, entendiéndose por tales las tareas regulares o
habituales que implique colocar o sacar carga sobre o desde un nivel, superficie,
persona u otro, sino además, a todas aquellas labores que la obliguen a efectuar un
esfuerzo físico, entendiéndose por tal las exigencias biomecánica o bioenergética
que impone el manejo o manipulación manual de carga, esto es, de cualquier obje-
to cuyo peso supere los 3 kilogramos”.
VII. LOS PERMISOS
En materia de permisos, el Código del Trabajo contempla dos tipos: uno, en
caso que la salud del menor requiera de atención en el hogar y el otro, en caso
que la salud del menor de 18 años requiera de la atención personal de sus padres.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 611
ésta estuviere aquejada de una enfermedad grave que le impida atender al cuidado
del menor. Sin perjuicio de ello, el padre trabajador, cuyo es el caso del recurrente,
podrá en tal caso impetrar el permiso y subsidio a que se refiere el artículo 199 del
Código del Trabajo, en el evento de que la salud del menor requiera de atención en
el hogar a causa de enfermedad grave, debiendo para ello acreditar el cumpli-
miento de las exigencias previstas en dicha norma, analizadas en el cuerpo del
presente informe”.
La Dirección del Trabajo ha señalado que el permiso en análisis correspon-
de al padre, en caso de fallecimiento de la madre, sin que sea condición para
ello que la madre trabajadora hubiera estado laborando a la fecha del falleci-
miento.
Del mismo modo, y en el mismo dictamen, se pronuncia sobre la califica-
ción de hogar para los efectos del permiso por enfermedad grave del hijo menor
de un año.
• Ord. Nº 965/26, 13.03.03
“1) El padre de un menor de un año, aquejado de una enfermedad grave, cuya
madre ha fallecido, tiene derecho al permiso y subsidio a que se refiere el artícu-
lo 199 del Código del Trabajo, independientemente de si a la fecha en que ocu-
rrió dicho fallecimiento, ésta tenía o no la calidad de trabajadora y del hecho de
que, debido a dicha enfermedad, el menor no pueda permanecer en el hogar
normal de su padre, sino en un centro hospitalario o de salud. 2) Para los efectos
de la atención de un menor de un año que padece de una enfermedad grave en los
términos previstos en el citado artículo 199, debe entenderse que el centro hospi-
talario o de salud en que deba permanecer internado por tal causa, constituye el
hogar transitorio de éste, de modo que tal circunstancia no es impedimento para
que la madre o el padre, en su caso, impetren el permiso y subsidio correspon-
diente”.
Por último, y como una forma de evitar la mala utilización de este beneficio,
el legislador ha establecido, a modo de sanción a los trabajadores involucrados
indebidamente en la obtención de los permisos señalados, la responsabilidad
solidaria de los mismos en la devolución de los beneficios económicos (subsi-
dios) que se hubieren pagado, todo ello, sin perjuicio de las responsabilidades
penales que pudiesen perseguirse.
2. SALUD DEL MENOR DE 18 AÑOS
REQUIERE DE ATENCIÓN PERSONAL DE SUS PADRES
ción tope de 10 horas y por lo tanto ésta podría ser de 8 ó 9.36 horas, dependien-
do de si la jornada semanal se distribuye en 5 o en 6 días–, se tendrá que tomar
la jornada diaria del dependiente que esté optando al beneficio para determinar
la extensión del mismo.
– DISTRIBUCIÓN
A elección de la madre las horas de duración de este permiso podrán
distribuirse de la siguiente manera en jornadas completas, jornadas parciales o
en una combinación de las anteriores.
– RESTITUCIÓN
El tiempo no trabajado, en virtud de este permiso, deberá ser restituido por
el trabajador, utilizando para ello cualquiera de las siguientes alternativas:
– Mediante la imputación de las horas no trabajadas a su próximo feriado
anual;
– Laborando horas extraordinarias, o
– Cualquier forma que convengan libremente a las partes.
De no ser posible aplicar los mecanismos anteriores, se podrá descontar el
tiempo equivalente al permiso de las remuneraciones mensuales del trabajador en
forma de un día por mes, lo que podrá fraccionarse según sea el sistema de pago,
o en forma íntegra si el trabajador cesare en su trabajo por cualquier causa.
Tratándose de trabajadores regidos por estatutos que contemplen la conce-
sión de días administrativos, la restitución deberá hacerse:
– Primeramente, a los días administrativos del año respectivo.
– En segundo lugar, al feriado anual o a días administrativos del año siguiente
al uso del permiso a que se refiere este artículo, o a horas extraordinarias.
– Por último, de las remuneraciones en iguales términos que lo señalado
para los trabajadores sin estatutos especiales.
VIII. SUBSIDIO MATERNAL
El subsidio en análisis, consistente en un beneficio económico, tiene por
objeto reemplazar el ingreso de la trabajadora durante los períodos en que, sea
por descansos de maternidad o permisos, no pueda laborar.
El artículo 198 del Código del Trabajo, dispone al efecto:
“La mujer que se encuentre en el período de descanso de maternidad a que se
refiere el artículo 195, o de descansos suplementarios y de plazo ampliado señala-
dos en el artículo 196, recibirá un subsidio equivalente a la totalidad de las remu-
neraciones y asignaciones que perciba, del cual sólo se deducirán las imposiciones
de previsión y descuentos legales que correspondan”.
Como ya lo anunciáramos, este subsidio, según la norma legal transcrita, es
aplicable tanto tratándose de los descansos de maternidad, incluidos el prenatal
suplementario y prorrogado y el posnatal prolongado, como de los permisos.
Igualmente, se aplica respecto del trabajador o trabajadora que tenga a su
cuidado un menor de 6 meses, por tuición o como medida de protección. En este
último caso, el subsidio se extenderá hasta 12 meses.
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 615
Por expresa disposición del legislador, el padre que hace uso del descanso
correspondiente a 12 semanas después del parto o de parte de dicho permiso, en
el evento que la madre muriere en el parto, o durante el período de descanso
posnatal, tiene derecho también a este subsidio.
En relación al monto, este subsidio será equivalente a la totalidad de las
remuneraciones que perciba la trabajadora o trabajador, según sea el caso, del
cual sólo se deducirán las imposiciones de previsión y descuentos legales.
En el mismo sentido, y a propósito de la forma de cálculo de los referidos
subsidios, el artículo 1º de la Ley Nº 19.299, establece que estos subsidios se
regirán por las normas del D.F.L. Nº 44, de 1978, del Ministerio del Trabajo y
Previsión Social, y en lo pertinente por las Leyes Nºs. 18.418 y 18.469. Por lo
tanto, tratándose de trabajadores dependientes, los mencionados subsidios se
calcularán sobre la base de las remuneraciones, subsidios o de ambos que se
hayan devengado en los tres meses calendario más próximos al mes en que se
inicia la licencia; y en el caso de los trabajadores independientes, deberá consi-
derarse las rentas, subsidios o ambos, por los que hubieren cotizado en los 6
meses anteriores al mes en que se inicia la licencia.
Por su parte, el artículo 2º de la Ley Nº 19.299 estableció un límite a los
subsidios que se otorguen en conformidad al inciso 1º del artículo 195, inciso 2º
del artículo 196, ambos del Código del Trabajo y al artículo 2º de la Ley Nº 18.867,
disponiendo:
– TRABAJADORES DEPENDIENTES
El monto diario de los subsidios no podrá exceder del equivalente a las re-
muneraciones mensuales netas, subsidios o de ambos devengados en los tres
meses anteriores más próximos al séptimo mes calendario que precede al del
inicio de la licencia, dividido por 90, aumentado en el 100% de la variación
experimentada por el Índice de Precios al Consumidor en el período comprendi-
do por los 7 meses anteriores al mes precedente al del inicio de la licencia, e
incrementado en un 10%.
– TRABAJADORES INDEPENDIENTES
El monto diario de los subsidios no podrá exceder del equivalente a las rentas
imponibles deducidas las cotizaciones previsionales, los subsidios o ambos, por
los cuales se hubiere cotizado en los 3 meses anteriores al 8º mes calendario ante-
rior al del inicio de la licencia, dividido por 90, aumentado en el 100% de la varia-
ción experimentada por el IPC en el período comprendido por los 8 meses an-
teriores al mes precedente al del inicio de la licencia, e incrementado en un 10%.
IX. DERECHO A LA NO DISCRIMINACIÓN POR ESTADO DE EMBARAZO
Las prohibiciones que a continuación analizaremos no deben considerarse
como nuevas en el contexto normativo chileno, ya que la calidad de ilícita de
estas figuras se podía derivar de normas tales como el artículo 2º del propio
Código del Trabajo y de normas consagradas en la Constitución, específicamen-
te el artículo 19, Nº 16.
616 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
CAPÍTULO IV
EL REGLAMENTO INTERNO
4 Esta es otra de las materias modificadas por la Ley Nº 19.759, de 2001, que disminuyó el
dores, como asimismo, a los sindicatos, delegado del personal y Comités Paritarios,
si correspondiere”.
2.1. Anticipación
Esta comunicación debe hacerse con treinta días de anticipación a la entrada
en vigencia del reglamento o de sus modificaciones.
2.2. Remisión
El inciso tercero, del artículo 153, del Código del Trabajo, establece para el
empleador la obligación de remitir una copia del reglamento interno tanto a la
Dirección del Trabajo como al Servicio de Salud, esta remisión debe hacerse
dentro de los cinco días siguientes a su entrada en vigencia.
3. OBJECIONES
Tanto el Servicio de Salud como la Dirección del Trabajo pueden objetar de
oficio las disposiciones de los reglamentos internos cuando contengan normas
ilegales, así como exigir que se agreguen las cláusulas obligatorias omitidas
(inciso final, artículo 153).
4. IMPUGNACIONES
Las impugnaciones a los reglamentos internos pueden formularlas las orga-
nizaciones sindicales, el delegado del personal o cualquier trabajador de la em-
presa. Las impugnaciones pueden tener por objeto la corrección de vicios
procedimentales (no se ha cumplido con las notificaciones, plazos, cuando el
reglamento no se haya confeccionado, etc.), o bien, pueden tener por objeto la
corrección de cláusulas ilegales (inciso final, artículo 153).
La Dirección del Trabajo se pronunció negativamente sobre la obligatorie-
dad para el empleador de aceptar las opiniones o sugerencias del sindicato para
mejorar las cláusulas de dicho reglamento interno, a menos que se trate de im-
pugnaciones de ilegalidad acogidas por la autoridad resolutora.
• Ord. Nº 5.586/331, 11.11.99
“En cuanto a la procedencia que se agregue al reglamento interno los textos de
modificaciones que se proponen por el Sindicato, cabe expresar que de acuerdo a
la legislación laboral vigente la dictación de dicho reglamento es una atribución
propia del empleador, como manifestación de su facultad de mando, administra-
ción y dirección de la empresa, que la legislación le reconoce, razón por la cual no
se encuentra obligado a requerir o aceptar las modificaciones a su texto que le
propongan los trabajadores en su proceso de elaboración, o posteriormente, a menos
que se trate de observaciones basadas en ilegalidad de las normas del reglamento.
De este modo, si en la especie se trata de proponer modificaciones al reglamento
que mejorarían su texto a juicio de los trabajadores, no resulta obligatorio aco-
gerlas por el empleador, careciendo la autoridad de salud o esta Dirección del
Trabajo de atribuciones para así exigirlo, a menos que se refieran a razones de
ilegalidad, lo que no ocurre atendido el tenor de carta Nº 39, de 11.11.98, del
Sindicato”.
622 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
5 Este numeral fue incorporado por la Ley Nº 20.005, publicada en el Diario Oficial de fecha
18.03.05, sobre acoso sexual en el trabajo.
624 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
sas”, Boletín Oficial Dirección del Trabajo (Nº 106-noviembre 1997), pp. 1 y ss.
7 Este dictamen fue reconsiderado parcialmente por el Ord. Nº 2.936/84, 23.07.03, el que,
como se señaló, en atención a la modificación introducida por la Ley Nº 19.759, del año 2001, dejó
sin efecto las conclusiones de este dictamen que no consideraban a los edificios y comunidades
626 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
gulan cada uno cuestiones específicas: uno, la ordenación del trabajo y, el otro,
la normas sobre seguridad y salud en el centro de trabajo, parece razonable
entender, como lo ha hecho la Dirección del Trabajo, que cuando exista la obli-
gación de tener ambos reglamentos, se cumple con dicha obligación al integrar-
los en un solo texto que contenga toda la regulación.
Ello se justifica, por una parte, en virtud del numeral 9º, del artículo 154,
que contempla como menciones del reglamento de orden las normas e instruc-
ciones de prevención, higiene y seguridad que deben observarse en la empresa o
establecimiento; y por otra, que en otro ámbito similar, tratándose de los instru-
mentos de prevención de riesgos de faena contemplados en la Ley Nº 20.123
(Ley de Subcontratación) a que está obligado la empresa principal, particular-
mente el Comité Paritario de Faena y el Departamento de Prevención de Ries-
gos de Faena, la Dirección del Trabajo ha utilizado este criterio de integración.8
2. CONTENIDO
De acuerdo al artículo 16 del D.S. Nº 40, de 1969, del Ministerio del Trabajo
y Previsión Social, el Reglamento Interno de Higiene y Seguridad deberá conte-
ner como mínimo un preámbulo y cuatro capítulos destinados, respectivamente,
a disposiciones generales, obligaciones, prohibiciones y sanciones.
2.1. Preámbulo (artículo 16 D.S. Nº 40)
En el preámbulo se debe señalar el objetivo que persigue el reglamento, el
mandato dispuesto por la Ley Nº 16.744, con mención textual del artículo 67, y
terminar con un llamado a la cooperación.
Por su parte, el artículo 67 de la Ley Nº 16.744 dispone que:
“Las empresas o entidades estarán obligadas a mantener al día los reglamentos
internos de higiene y seguridad en el trabajo y los trabajadores a cumplir con las
exigencias que dichos reglamentos les impongan.
“Los reglamentos deberán consultar la aplicación de multas a los trabajadores
que no utilicen los elementos de protección personal que se les hayan proporciona-
Continuación nota 7
dentro del ámbito de aplicación de la norma, por no constituir empresas industriales o comerciales
como establecía la norma anterior, dejando vigentes aquellas referidas a la aplicabilidad del Re-
glamento Interno de Seguridad e Higiene.
8 La Orden de Servicio Nº 8, de 05.04.07, que imparte criterios de actuación e instrucciones
do o que no cumplan las obligaciones que les impongan las normas, reglamenta-
ciones o instrucciones sobre higiene y seguridad en el trabajo”.
La aplicación de tales multas se regirá por lo dispuesto en el párrafo I del
Título III del Libro I del Código del Trabajo (artículos 153 y ss.).
2.2. Disposiciones generales (artículo 17 D.S. Nº 40)
En este capítulo se podrán contener:
– procedimientos para exámenes médicos o psicotécnicos del personal, sean
preocupaciones o posteriores;
– procedimientos de investigación de los accidentes que ocurran;
– facilidades a los comités paritarios para cumplir su cometido;
– instrucción básica en prevención de riesgos a los trabajadores nuevos;
– responsabilidad de los niveles ejecutivos intermedios,
– las especificaciones de elementos de protección personal en relación con
tipos de faenas, etc.
2.3. Obligaciones (artículo 18 D.S. Nº 40)
En este capítulo se debe contener todas aquellas materias cuyas normas o
disposiciones sean de carácter imperativo para el personal, tales como:
– conocimiento del cumplimiento del reglamento interno;
– uso correcto y cuidado de los elementos de protección personal;
– uso u operación de todo elemento, aparato o dispositivo destinado a la
prevención contra riesgos;
– conservación y buen trato de los elementos de trabajo entregados para el
uso del trabajador;
– obligatoriedad de cada cual de dar cuenta de todo síntoma de enfermedad
profesional que advierta de todo accidente personal que sufra por leve que sea;
– cooperación en la investigación de accidentes, la comunicación de todo
desperfecto en los medios de trabajo que afecten la seguridad personal;
– acatamiento de todas las normas internas sobre métodos de trabajo u ope-
raciones o medidas de higiene y seguridad;
– participación en prevención de riesgos de capataces, jefes de cuadrillas,
supervisores, jefes de turno o sección y otras personas responsables.
2.4. Prohibiciones (artículo 19 D.S. Nº 40)
Este capítulo debe contener la enumeración de aquellos actos que no se
permitirán al personal por envolver riesgos contra sí mismos u otros o para los
medios de trabajo. Se dejará establecido como mínimo que:
– no se permitirá introducir bebidas alcohólicas o trabajar en estado de em-
briaguez;
– retirar o dejar inoperables elementos o dispositivos de seguridad e higiene
instalados por la empresa;
– destruir o deteriorar material de propaganda visual o de otro tipo destinado
a la promoción de la prevención de riesgos;
628 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
car en caso de infracción a las normas contenidas en dicho título, entre las cuales
están las comentadas precedentemente, por lo que debe concluirse que rige al res-
pecto lo que dispone el artículo 477 del mismo Código, que contiene las multas a
aplicarse en caso de no señalarse por ley una específica ante determinada infrac-
ción laboral”.
De esta forma, por la vía de entender que el no contar con reglamento inter-
no de higiene y seguridad supone una infracción relacionada con el artículo 184,
del Código del Trabajo, se concluye que la multa a aplicar es la general contem-
plada en el artículo 477.
2.8. Vigencia (artículo 15, D.S. Nº 40)
Con quince días de anticipación a la fecha de su entrada en vigencia el Re-
glamento Interno de Higiene y Seguridad deberá ser puesto en conocimiento del
Comité Paritario; si no existiera este Comité, dentro del mismo lapso las dispo-
siciones del reglamento deberán ser puestas en conocimiento del personal, para
estos efectos la empresa deberá entregar una copia gratuita a cada trabajador y
publicar su texto íntegro en dos sitios visibles de la empresa.
Durante el lapso de quince días a que se ha hecho referencia, el Comité Paritario
y cualquier trabajador podrá formular observaciones al Reglamento Interno. En
el caso que éstas sean aceptadas por la empresa, se deberán incorporar a su
texto. Por el contrario, si la empresa está en desacuerdo con las observaciones,
el Servicio de Salud se pronunciará de manera obligatoria sobre la materia.
Una vez que entra en vigencia, el Reglamento Interno tendrá una duración
de un año que se prorrogará de manera automática y sucesiva por períodos igua-
les, a menos que se le presenten observaciones o que el empleador decida alterar
su contenido.
630 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER
EL CONTRATO INDIVIDUAL DE TRABAJO EN LOS DICTÁMENES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO 631
BIBLIOGRAFÍA
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632 CHRISTIAN MELIS VALENCIA - FELIPE SÁEZ CARLIER