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Palabras que cambiaron (en) la historia: el caso de tiempo

Chapter · January 2013

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Francisco M. Carriscondo-Esquivel
University of Malaga
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Palabras que cambiaron (en) la historia: el caso de tiempo

Francisco M. Carriscondo Esquivel, Universidad de Málaga, Centro de


Investigaciones Lingüísticas de la Universidad de Salamanca, España

Resumen
Los cambios culturales tienen su reflejo en los usos léxicos, incluidos los técnicos. En esta
contribución se analiza el término tiempo, el cual, dada su magnitud semántica, bien podría
considerarse la forma de un concepto que ha cambiado en la historia, según la percepción que se
haya tenido de él (física y social, fundamentalmente). El análisis se basa en las ocurrencias de dicho
término en textos técnicos relativos a la astronomía, escritos en lengua española y pertenecientes al
Renacimiento. De igual modo, trazaré una biografía de su tratamiento lexicográfico. Se indaga, por
tanto, en los derroteros que tomó el término en ambos tipos de textos, los cuales pueden servir de
referencia para la transmisión del cambio en la percepción de un concepto que es transcultural (pues
afecta a cualquier comunidad en cualquier momento de su historia) y, a la postre, translingüístico
(pues está presente en la mayoría de las lenguas).
Palabras clave: Astronomía, Historia de los conceptos, lexicografía, renacimiento, lengua española

Abstract
Cultural changes impact general or technical lexical uses. In this paper, the term time is
analyzed. Given its semantical magnitude, the word time can be considered a term that conceptually
changed throughout the course of history, according to its physical or social perception. The analysis
is based on the occurrences of the term in Spanish Renaissance astronomical texts. Also, the history
of the word time in the principal Spanish dictionaries is traced. Both types of references demonstrate
the evolution of the perception of a concept that is transcultural (because it concerns any community
at any time in history) and translinguistic (because it happens in most languages).
Key words: Astronomy, History of Concepts, Lexicography, Renaissance, Spanish Language

La investigación de la historia de los conceptos supone a su vez el análisis, desde el


punto de vista del contenido, de las unidades léxicas en que descansan.1 Aparte de ver
si los conceptos se asocian a nuevas unidades, en el caso de que no cambien, hay que
ver si lo hacen sus significados, o bien si permanecen, si aparecen otros nuevos y si
conviven estos significados con los antiguos. Como muy bien apunta Reinhart Koselleck,
“[l]as palabras que se han mantenido, tomadas en sí mismas, no son un indicio suficiente
de que las circunstancias hayan permanecido igual” (1993 [1979]: 114). Por otro lado,
hasta qué punto el léxico se puede considerar índice y, a su vez, factor de cambio es
una cuestión crucial en la investigación histórica de los conceptos. Acorde con mi
interés por observar cómo dichos conceptos pueden servir de índice y factor para la
existencia de transformaciones sociales, habría que ver, en primer lugar, si el uso del

1
Proyecto “DICTER: FASES AVANZADAS” (HUM 2007-60707/FILO) y Red Temática
“LENGUA Y CIENCIA” (MININN FFI 2009-05433-E).

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léxico evidencia un cambio de mentalidad a partir de los conceptos implicados. Así, el La naturaleza se puede observar de múltiples maneras. Goza el concepto teórico de tiempo
análisis de conceptos como el de tiempo nos va a permitir comprobar, como una forma de una base de verificación sensible que, en un primer momento, se fundamentaba en la
de acotar su inmensidad, su carácter simultáneo tanto de índice (palabra que cambió en la observación astronómica (el paso de los días y las mareas, el movimiento planetario, el
historia) como de factor (palabra que cambió la historia); y, a continuación, servirá para cambio de las estaciones…); base de verificación a la que se añadió, a partir de la Edad
corroborar el carácter transitorio del Renacimiento, como testigo del paso gradual de la Moderna, la observación mecánica, gracias especialmente a los experimentos de Galileo
Edad Media a la Moderna. Galilei sobre la aceleración de los cuerpos. Y aquí nos topamos con otro de los rasgos
Las manifestaciones de cualquier cambio histórico no se producen de manera característicos del paso de la Edad Media a la Moderna: de la física aristotélica —que
simultánea sino que, como lo expresa muy gráficamente Huizinga, constituyen “una tenía al reposo como fundamento— a la galileana —que tiene como tal, más bien, al
larga serie de olas que avanzan sobre una playa”, hasta romper, cada una de ellas, en movimiento—. La reformulación de los problemas —ahora en términos de experiencia,
lugares y momentos muy distintos (Huizinga 1946: 148). Es el de tiempo un concepto característica de la Edad Moderna— implicó el progreso en los resultados extraídos
teórico que se elabora mediante la observación de determinados fenómenos que mediante ambas bases de experimentación: la astronómica y la mecánica.
acontecen en el mundo sensible, un constructo necesario para la teoría que no se puede La vinculación de lo mecánico con el cálculo del tiempo contribuyó al progreso
observar directamente si no es a través de la experimentación. Nos encontramos así ante de técnicas como la horolografía (vid., por ejemplo, los trabajos de Cipolla 1999 y de
una realidad interiorizada por el ser humano a partir de la observación de la naturaleza y Esteve Secall 2002), lo que permitió, dentro de la cronometría, una mayor precisión
ello repercute, por supuesto, en su significado, que es, a su vez, su modo de existencia, en la mensurabilidad del tiempo.3 Asimismo, la base de verificación sensible basada
pues los conceptos existen precisamente a través de él. El cambio de mentalidad que se en la observación mecánica sirve para dotar al tiempo de una existencia autónoma,
produce de la Edad Media a la Moderna en relación con el concepto de tiempo se puede independiente, como objeto. De esta concepción es de la que se apropia la ciencia
sintetizar, tal y como se propone en el cuadro 1. moderna, que a partir de ese momento empieza a concebir la naturaleza como una
realidad autónoma, sometida a leyes de estricto y mecánico cumplimiento y no a los
edad media → edad moderna azares y caprichos de la divinidad. Mediante la comprobación empírica extraída de la
base de verificación sensible
observación y la experimentación, se cuestionan las verdades reveladas e intocables
formuladas por el aristotelismo, propias de la especulación y la fuerza, el peso, de la
astronómica mecánica auctōritās en la ciencia medieval.
ordo temporum Galileo (1564-1642) El progreso alcanzado le sirve a la comunidad para dotarse de artefactos que suplen a
lineal circular las acciones naturales, en la necesidad acuciante de medición del tiempo como regulador
de las, por otro lado, cada vez más complejas acciones humanas. Son las autoridades
progresos en la experimentación
eclesiásticas y civiles las encargadas de velar por la consecución de esta determinación,
Cronometría: compromiso más allá uniforme e igual, del tiempo, de cara a esta regulación de las actividades dentro de la
Cálculos, observaciones…
de la historia personal2 comunidad. Para ello, se valdrán de los progresos alcanzados en la ciencia y la técnica.
Mejor instrumental óptico
Horolografía: creación de artefactos Pero, por otro lado, en cuanto a su observación mecánica, la complejidad en el desarrollo
↓ de las relaciones sociales exigía una medición nocturna más precisa del tiempo y, para
ello, resultaban fundamentales los relojes mecánicos que comienzan a instalarse en las
repercusión social
plazas públicas o, ya en un ámbito más privado, eran adquiridos por la nobleza gracias
Mayor regulación de las actividades sociales, reformas en el calendario…
a que también el progreso los hizo más manejables. Puede comprobarse entonces cómo
la ampliación de la verificación sensible, de la astronómica a la mecánica —o lo que es
Cuadro 1. El concepto de tiempo: base de verificación sensible y repercusión social lo mismo: del cielo a los relojes— tuvo una repercusión social que, en este caso, puede
concretarse en una mayor capacidad de regulación de las actividades humanas. Ni siquiera
una base de verificación sensible del tiempo —la observación astronómica— escapa a
2
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Con este compromiso me refiero a uno de los principios fundamentales del pensamiento mod-
erno: las acciones humanas que se pretenden regular no son ya las propias de una sola gener-
ación, sino las de varias, de manera que, además del día a día del devenir social, surge un acto las ciencias naturales (glaciaciones, formaciones estelares, surgimiento de la vida, etc.).
de compromiso del individuo con el devenir del ser humano a través de la historia mediante el 3
Con independencia del recurso a la observación mecánica, conviene señalar que la gnomónica,
establecimiento de unidades superiores de medida del tiempo. El individuo entonces empieza a como estudio de las sombras proyectadas por el Sol en el gnomon para conocer las horas del día,
mirar más allá de su propia historia personal o incluso más allá de su especie, como nos muestra permitía no solo la medición del tiempo, sino el conocimiento de otros fenómenos de naturaleza
la narración, con posterioridad, de los extensísimos procesos biológicos y cósmicos por parte de astronómica: el orto y el ocaso del sol, la altura del polo, la declinación solar, etc.

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una interpretación social, al menos en alguno de sus componentes —por ejemplo, el dificulta su extrañamiento, es decir, su observación discreta, ajena a todo; esta misma
religioso— pues, como sigo mostrando en el cuadro anterior, a la concepción lineal, dificultad se mantiene según su dimensión social, al considerar el tiempo como una
acumulativa, propia del ordo temporum judeocristiano, se suma ahora la concepción relación establecida entre dos o más procesos, uno de los cuales es tomado siempre como
circular, propia además de otras culturas.4 Gracias al progreso alcanzado, la dimensión punto o marco de referencia. Si una dimensión interesa a la cronología y la cronometría,
física que aportaba la observación astronómica se vio ampliada por la mecánica, lo que la otra, especialmente, a la historia. Ambas dimensiones aparecen tan aglutinadas en el
permitió experimentar el tiempo como un flujo uniforme y siempre igual. La dimensión concepto como imbricadas en la realidad y, aunque los especialistas discuten la prelación
física del concepto de tiempo se puso al servicio de la social, incluso llega a desbancarla, de una sobre otra, lo que más me interesa en este momento es la exposición del léxico
como luego la historia nos ha venido a demostrar. Son la dimensión física del concepto emparentado con dicho concepto. Así se podría comprobar la concomitancia de las
y su vinculación con la social, siempre inseparables, los rasgos que más interesan a los dimensiones implicadas en relación con las unidades léxicas a las que se adscribirían. De
historiadores. En conclusión, en el paso de la Edad Media a la Moderna se presenta un manera sintética puede representarse esta confluencia de componentes en el significado
hito significativo en la concepción del tiempo, al privilegiar su dimensión física (como de tiempo tal como figura en el cuadro 2.6
magnitud) por encima de la social (como institución). El énfasis en la dimensión física
del concepto motivó que la social quedara relegada a un segundo plano. De hecho,
dimensiones del concepto de tiempo
los hitos en la dilucidación del concepto teórico de tiempo se centran, a partir de este
momento, en la dimensión física, no en la social, desde Galileo Galilei y posteriormente física (magnitud) social (institución)
Isaac Newton hasta Albert Einstein. + continuo + discontinuo
+ objetivo + subjetivo
No obstante, como ya se sabe, característica del concepto es su polivocidad —algunos
autores la denominan reconceptualización— mediante la acumulación de la experiencia ↓ ↓
histórica, de manera que se produce una confluencia de usos en un concepto como el de
tiempo, usos que afloran según la dimensión considerada: la física o la social, según la Cronología / Cronometría Historia
excelente síntesis de la reflexión sobre el tiempo, desde Aristóteles hasta la actualidad,
División física del tiempo: hora, minuto, División histórica del tiempo: edad, época,
expuesta por Aróstegui (1995: 165-179) y que aquí trataré de seguir. El concepto de segundo… era, período…
tiempo, como cualquier otro a lo largo de su historia, integra en su significado estos
componentes a manera de estratos. Por tanto, la conceptualización y su mayor nivel de calcular el tiempo, dar el tiempo la razón, brevedad, cambio, continuación, crisis,
síntesis, cada vez más compleja, se produce no por una desaparición absoluta de los el tiempo corre, el tiempo vuela, expirar el demora, dilación, evolución, intermedio,
estados anteriores, sino por una sedimentación necesaria.5 De acuerdo con este hecho, tiempo, faltar el tiempo, fijar el tiempo, ganar permanencia, proceso, revolución,
en su versión actual, el concepto de tiempo se define, según su dimensión física, como tiempo, hacer tiempo, marcar el tiempo, transición…
una magnitud inherente a toda realidad (o, lo que es lo mismo, una variable), lo que medir el tiempo, [no] tener tiempo, sin tiempo
ni medida, tiempo perdido…

4
Y no me voy a detener en la aberración en que se fundamenta un producto hollywoodiense ↓ ↓
como la película 2012, dirigida por Roland Emmerich. En esta ocasión, los guionistas, entre los
Creación de nuevos espacios de inteligibilidad
que se encuentra el propio director, se valen de un vaticinio maya que prevé el fin del mundo
(Edad Media → Edad Moderna)
para ese fatídico año. Resulta de una ignorancia terrible equiparar la concepción lineal del ordo
temporum judeo-cristiano, base de nuestra cultura, donde hay un principio y un final, con la Manifestaciones léxicas del cambio histórico
circular del calendario maya, donde no se alude a final absoluto alguno, sino a la realización de (descubrimiento frente a conquista, número, pronóstico frente a profecía, tiempo…)
un ciclo de creación, llamado baktún, y el comienzo de otro, dentro de la llamada cuenta larga,
sin ningún tipo de catastrofismo. Así pues, a la solución profética para la crisis de la sociedad Cuadro 2. Dimensiones del concepto de tiempo
occidental mediante el fin del mundo —recurso propio, por otra parte, del miedo milenarista del
medievo— se le añade ahora otro componente, como es el traslado de este mismo parámetro a
una cultura exótica, la mesoamericana, por influjo directo del fenómeno de la globalización.
5
Ni siquiera desaparecen los estados primitivos, como, por ejemplo, los correspondientes a las 6
Para poder mostrar este conjunto de unidades léxicas emparentadas semánticamente con el
formas primeras de medir el tiempo, productos de síntesis de abstracción inferiores: el sueño concepto de tiempo me he valido de herramientas tan útiles para estos menesteres como son los
para referirse a la noche; la luna para hablar del mes; la cosecha para calcular el año; etc. Es diccionarios de ideas afines, en este caso el dirigido por Eduardo Benot ([s.f.]: ¿1893?: § 140-
más, de vez en cuando, aún en la actualidad, afloran a la superficie, aunque sea en estratos so- 152) y la tercera edición del de Fernando Corripio (1991 [1985]: s.v. tiempo). Me ciño solo a los
ciales poco privilegiados o para la evocación de tiempos míticos. sustantivos y a determinados compuestos nominales y expresiones fraseológicas.

4 5

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El lenguaje se hace eco de ambas dimensiones del concepto de tiempo, tanto la física como e incluso lo configura— al significado de las formas léxicas que maneja. Y, viceversa, a
la social. En lo que se refiere a la primera, privilegiada por la forma sustantiva, en alusión su vez este saber y sentir común sirven perfectamente como factor para la dilucidación
al carácter continuo y objetivo, a la inexorabilidad del paso del tiempo, encontramos de un espacio de inteligibilidad determinado.
la designación de unidades de medida de una enorme síntesis conceptual, así como un Los textos astronómicos del siglo xvi escritos en lengua española sirven para
amplio elenco de expresiones, la mayoría de ellas translingüísticas, es decir, se dan en convencernos del carácter transitorio de la época: la graduación, el paso no discreto, de
otras lenguas. Pero interesa observar cómo en el léxico se muestra también la dimensión la forma de pensar medieval a la moderna, donde el Quinientos se erige como uno de
social, que alude a una subjetividad y a una discontinuidad que subyacen en el significado los protagonistas en el cambio de concepción.7 Dichos textos no reflejan la ampliación
de unidades léxicas como crisis, evolución, revolución o transición, por atender tan solo de la base de verificación sensible del concepto de tiempo por medio de la observación
a las de mayor interés desde el punto de vista conceptual e histórico. El tiempo social mecánica, pues surgen con anterioridad a la revolución emprendida por Galileo. Pero
basa su experimentación ya no en la recurrencia de la observación astronómica o de ello no significa que la investigación expuesta en los textos astronómicos españoles
la mecánica, sino en la presencia de cambios y acontecimientos en el devenir del ser del Quinientos no participara del progreso motivado por la experimentación, si bien
humano, de ahí su discontinuidad y subjetividad, porque la historia no es precisamente un redundando en una base de verificación sensible que no era la mecánica, sino que seguirá
flujo constante. Si los cambios y los acontecimientos son lo suficientemente importantes siendo la astronómica —aunque mejorada, como consecuencia precisamente de la
—es decir, suponen una transformación profunda— estos darán lugar a nuevas épocas, incorporación de nuevas técnicas y herramientas de observación, una mayor precisión en
a nuevos periodos o unidades históricas, conocidos dentro de la historiografía como los cálculos resultantes, etc.—.
espacios de inteligibilidad. Estos espacios son generados desde un punto de vista Por lo demás, se comprueba en los textos, en primer lugar, una clara inquietud por
cronológico, al asociarse a unidades discretas de medición, debido al predominio de la crear un sistema universal de medición del tiempo, por encima de los sistemas locales.
dimensión física del tiempo característica de la modernidad —por ejemplo, se suele decir Los autores se interesan por las formas de medir el tiempo en otros lugares, para así
que el Renacimiento comprende todo el siglo xvi. Pero, por mucho que se produzca poder establecer relaciones mediante las cuales saber a qué momentos corresponden
esta asociación entre espacios de inteligibilidad —por ejemplo, el Renacimiento— y en España. Puede verse, por ejemplo, en el problema de cuándo se empieza a contar
cronología y cronometría —por ejemplo, el siglo xvi— lo cierto es que a cada momento el inicio de los días en otras regiones europeas, comentado por el humanista holandés
existen desajustes entre la cronología, la cronometría y la concomitancia de los factores Hugo Helt Frisio en su Declaración y uso del relox español (1549), tratado compuesto de
sociales que posibilita la creación de los espacios de inteligibilidad, según la dimensión, veintiún capítulos, redactado originalmente en latín y traducido al español por Francisco
física o social, del concepto. Sánchez de las Brozas (el Brocense), del que por fortuna contamos con edición moderna,
Los cambios y los acontecimientos que son índices de una nueva mentalidad —y, por ampliamente anotada y precedida de un estudio introductorio a cargo de María J. Mancho
tanto, de nuevos espacios de inteligibilidad— también pueden darse en las palabras y, Duque (2006 [1549]):
dentro de ellas, no solo en sus significantes, como ya se sabe. Las manifestaciones léxicas
del cambio histórico que aparecen en el cuadro anterior son un buen ejemplo de ello y, Como hasta aquí ayamos dicho y declarado cómo se puedan saber las horas, ansí las de los
en este caso, me centro solo en las que tienen al Renacimiento como encrucijada en el antigos como las de nuestros tiempos, digo de aquéllas que suelen partir el tiempo que ay
paso de la Edad Media a la Moderna: pronóstico frente a profecía, que ya he analizado de un nascimiento del sol a otro nascimiento, o de una puesta a otra en 24 horas, pero de tal
en otro lugar (vid. Carriscondo 2010a); número, de su concepción simbólica a la física, manera, que la ordenança d’ellas se comience después de mediodía y después de medianoche,
que lo haré en otra ocasión; descubrimiento frente a conquista, en el marco de las grandes partiéndose en dos vezes doze horas, y como sepamos claramente que esta orden no se usa en
expediciones; e incluso este concepto que ahora nos ocupa, el de tiempo. La lectura de todas partes, parescionos cosa conveniente poner también en este lugar lo que en otras regiones
en la cuenta y repartimiento del tiempo se guarda. Esto se entenderá en aquellas tierras que
los textos es una excelente forma de comprobar el desajuste existente entre la dimensión
tuvieren assiento en algunas de las classes del instrumento. En Italia y también (según he oýdo
física (relacionada con la cronología y la cronometría) y la dimensión social (que es, dezir) en muchas islas del mar Mediterráneo, el tiempo todo que ay en una revolución del cielo
como digo, la razón de ser de la historia), lo que da lugar, por otra parte, a la creación de se parte, como en España, en 24 horas. Pero diversamente, porque ni la cuenta comiença desde
nuevas denominaciones que tratan de librar el desajuste, además de facilitar la creación de
relaciones jerárquicas en las denominaciones de los grandes espacios de inteligibilidad:
por eso se habla de Alta Edad Media, Baja Edad Media, Prerrenacimiento, Renacimiento
7
He adquirido conocimiento de estos textos gracias a mi experiencia en el equipo de redacción
del “Diccionario de la Ciencia y de la Técnica del Renacimiento Español” (dicter), proyecto
temprano, etc. Y queda para otro lugar el análisis del papel que desempeña la creación de
dirigido desde el Centro de Investigaciones Lingüísticas de la Universidad de Salamanca por
dichos espacios de inteligibilidad en la investigación semántica histórica. No obstante, la doctora María Jesús Mancho Duque. El “Corpus de la Ciencia y de la Técnica del Renaci-
puede adelantarse —si no incluso intuirse— su importancia, puesto que, como índice, miento”, que es el material de referencia desde el que trabajan fundamentalmente los miembros
evidencian la existencia de un mismo saber y sentir social, es decir, un conjunto de del equipo, se puede consultar en el documento electrónico editado por Mancho (dir.) / Quirós
emociones y conocimientos compartidos por una comunidad que afecta —por supuesto, (coord.) (2005).

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mediodía ni desde medianoche, sino, començando a contar en poniéndose el sol (donde los necesidad, por una parte, de una medición cada vez más precisa del tiempo y, por otra, de
attenienses començavan su día), se estiende siempre la cuenta hasta otra puesta del mismo otro una regulación de las actividades sociales, a medida que avanzaban en complejidad. Por
día siguiente y acaba en las veynte y quatro horas. Ansí que, si en Sicilia o en otra qualquiera ejemplo, el anónimo autor del Repertorio de los tiempos (1554), religioso de la Orden de
parte, como quiera que no esté fuera de las ocho classes d’este instrumento, propusiéremos
san Bernardo, da cuenta de dicha evolución en la introducción de su obra, consistente en
de buscar la tal hora, ante todas cosas miraremos qué classe sirve para aquella tierra, y luego
buscaremos (como si estuviéssemos en España) la hora del nascimiento y puesta del sol en
un almanaque para ese año hasta 1592 que se justifica como compendio del esfuerzo por
aquella tierra (1549: fol. 29r). la regulación, certidumbre la llama el autor, en la medida del tiempo:

Antes que las gentes supiessen por orden sembrar ni coger, no teniendo orden ni cuenta cierta,
Y no solo en las regiones europeas, incluso en latitudes más lejanas se persigue esa
andava todo entre ellos confusso y, como escribe Aurelio Macrobio, no havía entonces tiempos
uniformidad en la medida del tiempo, como se manifiesta en el caso del Tractado de la ningunos, ca tiempo no es otra cosa salvo una cuenta o mensura cierta que del continuo
sphera (1545) compuesto por Hierónymo de Chaves, profesor de Arte de Navegación y movimiento del cielo se colige y alcança. Y assí, estuvieron mucho tiempo hasta que Saturno
Cosmografía de la Casa de Contratación de Sevilla. Se trata en realidad de la traducción vino a reynar en Italia, por cuya industria tuvo la gente noticia para arar, sembrar, coger y
y adaptación de De Sphæra Mundi (ca. 1230-1232) de Johannes de Sacrobosco enxerir, por orden de agricultura por tiempo y número cierto. Alabáronle los antiguos mucho
(latinización de Juan de Halifax o Holywood), monje de procedencia posiblemente y honráronle como a Dios y padre del tiempo (del qual se tractará en su proprio lugar, quando
británica y profesor de Matemáticas y Astronomía en la Universidad de París. Su obra de los signos y planetas se hiziere mención). Aqueste tiempo que estava entonces tan incierto y
fue objeto de muchas traducciones —literales, revisadas y ampliadas— que, para el caso confusso fue nescessario (como los antiguos escriven) tuviesse alguna certidumbre, con la qual
las cosas necessarias para nuestro bivir se distinguiessen por medida y por cuenta de días, años
del español, han sido analizadas por Marta Gómez Martínez (2006: 149-948). El tratado
y meses, de los quales para introdución de aquesta nuestra obrezilla diremos alguna cosita, y lo
de Sacrobosco constituye la más importante exposición escolar, en plena Edad Media, más brevemente que pudiéremos (aunque no al cumplimiento del desseoso y prudente lector),
del sistema geocéntrico inspirado por Ptolomeo, con clara influencia, con importante abastarle ha que tan solamente con aqueste nuestro trabajo halle en tan pequeño volumen
repercusión —como aquí puede comprobarse, como una ola que no acaba de romper— recupilado lo que en muchos libros está dilatado para mayor brevedad ([Anónimo s.a.] 1554:
aún en el siglo xvi: fols. iiv-iiir).

Sabrás que cerca de los reloxes ay differencia de unos a otros, no porque unos hagan el día Finalmente, la síntesis de toda esta serie de problemas (el deseo de un sistema universal
natural de más horas que otros, sino porque unos comiençan en un tiempo del día y otros en y de una mayor precisión en la mensurabilidad del tiempo, la necesidad de una mejor
otro, y unos son reloxes que llaman enteros a causa que tocan todas veynte y quatro horas, y en
regulación de las actividades sociales…) la representa Elio A. de Nebrija en su Tabla de
éstos ay differencia, porque en Italia, quando el Sol se pone, da las veynte y quatro horas y luego
comiença a correr de aý adelante. Y los aegiptios también contavan su relox de Sol puesto a Sol
la diversidad de los días y horas (1499) —basada en las tablas del Almanach perpetuum
puesto. Los umbrios y athenienses contavan dende mediodía a mediodía. Los bohemios cuentan (1496) del astrónomo judío salmantino Abraham Zacut— que supone la ampliación y
dende que el Sol sale hasta que sale otro día, y tienen el relox entero de veynte y quatro horas la publicación exenta del capítulo nono de su In Cosmographiæ libros introductorium
continuadas; y este relox se conforma con los de muchos lugares de Grecia. Ay otros reloxes (1498 [¿1491?]), donde manifiesta conocer, para la medición del día según la longitud y
que son medios, es a saber, que no tocan más de doze horas. Y éstos son de muchas maneras, la latitud cosmográficas, la división física —así la llama— realizada por los astrónomos
según muchas regiones, porque en muchos lugares de Alemaña, mayormente en Nuremberga, para la medición exacta de los movimientos astrales; aunque, para la del tiempo con
comiença el relox para las horas del día en la mañana y, en poniéndose el Sol, comiença para las un fin social, como dice literalmente el autor al final del texto, “no curamos agora de
horas de la noche. En España y Francia cuentan por este relox medio, pero diversamente, es a
minutos, segundos y terceros” (1517 [1499]: fol. ivr), ya que no es necesaria, al menos en
saber, contando dende mediodía hasta media noche, donde toca las doze horas, y dende media
noche hasta mediodía, donde da otras doze. Los hebreos, y caldeos y babilonios contavan dende
ese momento, tanta precisión en la medida del tiempo social:
que el Sol salía hasta que se ponía, y luego tornava a començar el relox dende que el Sol se ponía
hasta que otro día tornava a nascer” (1545: fols. xxivv-xxvr). Todo cerco que se señala en el cielo, o en la tierra o en otro qualquiera cuerpo redondo en
su primera división se reparte en trezientos y sesenta grados, que los latinos llaman partes y
los griegos méridas. Después, cada un grado o parte de aquéllas se parte en sesenta minutos,
Para la consecución de la tan deseada uniformidad, contamos en el Renacimiento con y cada minuto en sesenta segundos, y assí, procediendo adelante, hasta venir a quantidad de
el ejemplo, tan evidente, de la reforma del calendario promovida por Gregorio xiii cuerpo o tiempo que no se pueda juzgar por el sentido. Y a esta división los astrólogos llaman
—bajo el asesoramiento técnico de Luigi Lulio y, posteriormente, Christopher Clavius— phýsica, de la qual usan, assí en el movimiento de los planetas y estrellas fixas, como en los
y puesta en práctica a partir de 1582, con lo que se dejaban a un lado los enrevesados tiempos por donde se miden aquellos movimientos. Y assí, agora en la primera tabla usamos
y locales sistemas de cómputo del tiempo propios de la época medieval. Puede verse, d’ella partiendo la hora en sesenta minutos; y porque aquí no procedemos sino hasta satisfazer
además, cómo los textos del Renacimiento daban cuenta de la asociación entre la al sentido popular, no curamos agora de minutos, segundos y terceros (1517 [1499]: fol. ivr).

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Como conclusión de todo este capítulo quisiera resaltar, especialmente, de qué manera el almanac o almanaque o la etimología de calendario propuestas por Francisco del Rosal:
cambio de mentalidad aparece con absoluta nitidez en varias de las figuras cuyos textos “Almanac ò Almanaque. en Arab. es Reportorio del Gro. que le llama Manacós, como si
acabo de comentar. Una de las claves del humanismo, la confluencia y el cultivo de saberes dixera Lunario, de Mene, que es Luna, y assi al Círculo Lunar llamo Vitruvio por este
en una misma persona, cobra aquí una excelente representación en la obra de autores nombre” (1611: s.v.).8 “Calendario. de la Calenda que es primer día de el Mes. Como si
como Elio A. de Nebrija y Francisco Sánchez de las Brozas, de tanta fama en el mundo dixera Orden y disposicion de los Meses; y assí Lunario, pues el Mes es año Lunar” (s.v.).
de la filología; quienes además, aunque para este mundo quizás no tan conocida, gozan El punto culminante es la definición de almanaque que figura en la vigésima edición del
de gran importancia en el contexto de la historia de la ciencia española. Y, volviendo a diccionario de la rae (1984), donde se expone que en ellos se señalan datos astronómicos:
nuestro mundo, conviene no olvidar que, aparte de su extraordinario conocimiento y uso “ortos y ocasos del Sol, su entrada en cada signo del Zodiaco, principio de las estaciones,
del latín, fue deseo de estos autores —bien por traducción, bien por ejercicio directo— la fases de la Luna, etc.” (rae 1984: s.v.).9
transmisión del saber científico, a cuyo descubrimiento contribuían, en nuestra lengua Por lo tanto, puede deducirse, una vez más, que el diccionario no está sincronizado
vulgar, para lo cual hacía falta dotarla de la normalización terminológica necesaria. Solo con el acervo social de conocimientos propio de la época en que surge; pues, según este
así la exposición podría ser lo más exacta posible. tipo de obras, la base de verificación sensible a partir de la observación mecánica no se
En cuanto a la evidencia lexicográfica, como se puede comprobar en el cuadro 3, produciría hasta finales del siglo xviii, es decir, casi dos siglos después de su aparición.
hay que decir que se observa en la definición de tiempo su dependencia de la dimensión Es este un problema al que he tratado de ofrecer soluciones al hablar del valor del
física, centrada en el movimiento de los astros, desde Sebastián de Covarrubias (1611: diccionario para la investigación de la historia de los conceptos sociales y su aplicación
s.v. tiempo) hasta la cuarta edición del diccionario de la rae (1803: s.v. tiempo) con en un concepto que tiene precisamente que ver con la dimensión social del tiempo, como
referencia en este último diccionario todavía a las revoluciones del primer móvil. Por es el concepto de revolución (vid. Carriscondo 2008). Pero ahora, como conclusión,
tanto, la base de verificación sensible sigue siendo la astronómica. Por su parte, en quisiera advertir de la existencia de otro problema, ya comentado por Norbert Elias en su
su extenso tratamiento del concepto, será Esteban de Terreros, como en tantos otros magistral análisis del concepto de tiempo, al que defiende como eminentemente social,
asuntos, el primer lexicógrafo que desvincule el tiempo de los movimientos planetarios, por mucho que el triunfo de la dimensión física haya motivado la idea común de que la
dándole preeminencia a la base de verificación sensible a partir de la observación social proviene de aquella.10 Y es que, como dice el autor en un momento determinado de
mecánica, al modo tal como lo concebía Galileo. Eso sí, a partir del primer diccionario su ensayo Sobre el tiempo (1989 [1984]),
académico, el da (1726-1739), se registran acepciones de tiempo que, además, hacen
alusión a su concepción social, pero siempre detrás de aquella acepción primera, que […] resulta de un egocentrismo algo ingenuo que miembros de sociedades más complejas […]
alude a la concepción física. Esta combinación de acepciones relativas —por orden de discutan las cuestiones del ‘tiempo’ [entre ellas podemos añadir, en este contexto, la cuestión
preeminencia, al tiempo físico en primer lugar y al social a continuación— se repite en del significado] bajo la implícita suposición de que el concepto y la existencia del tiempo son
mayor o menor medida en todos los diccionarios hasta la actualidad. desde siempre iguales en todos los hombres, esto es, como los suyos propios (1989 [1984]: 136).

acumulación de la experiencia histórica


(evidencia lexicográfica)
edad media → edad moderna
8
Vid., para la etimología de esta voz, el extenso tratamiento que le brinda el dcech (1980-1991:
base de experimentación sensible
s.v. almanaque). El da (1726-1739: s.v. almanak) considera el étimo como perteneciente a la
astronómica mecánica astronomía.
Covarrubias (1611) → rae (1803) Terreros (1786-88)
9
No obstante, en la definición de almanak y en las dos acepciones de calendario que figuran
en el da (1726-39: s.v.) se da cuenta del carácter social del tiempo; pero, especialmente, en la
obra de Esteban de Terreros, al definir calendario como “distribucion de los tiempos que han
Cuadro 3. El concepto de tiempo: evidencia lexicográfica
ajustado los hombres para sus usos” (1786-1788: s.v.), ya que sirve para la fijación de la fiesta
pascual y otros ritos eclesiásticos y actividades civiles (como ferias, fiestas, etc.).
La desvinculación de la dimensión física tampoco se produce, como es de suponer, en 10
Su tesis es que, antes que nada, el tiempo es un concepto social. Sucede, en cambio,
la medición de unidades superiores de tiempo que se vale de indicativos astronómicos que el triunfo de la dimensión física ha motivado la idea común de que la social proviene de
aquella, cuando en realidad el tiempo físico no es sino, como señala muy gráficamente, “una ra-
(la revolución lunar y la del Sol, según el sistema ptolemaico; o la de la Tierra, para el
mificación relativamente tardía del tiempo social” (Elias 1989 [1984]: 118). Esta preeminencia
copernicano) en la medición del mes y del año, respectivamente. Desde los inicios de del tiempo social sobre el físico es la que también defienden autores como Barbara Adam, John
la lexicografía monolingüe en el siglo xvii se relaciona la distribución del tiempo con Hassard o Simonetta Tabboni. Mencionar todas las referencias bibliográficas que han generado
el movimiento de los astros, como puede observarse, por ejemplo, en la definición de estas cuestiones excedería con creces los límites formales exigidos para este trabajo.

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Francisco M. Carriscondo Esquivel Palabras que cambiaron (en) la historia: el caso de tiempo
Hecho este que tiene su repercusión lexicográfica, especialmente en la práctica definicional Elias, Norbert (1989 [1984]): Sobre el tiempo. Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica.
propia del diccionario histórico —que suele ser traslaticia, donde la concepción actual del Esteve Secall, Carlos E. (2002): La ciencia gnomónica en la España del siglo xvi: análisis, desarrollo
tiempo se cuela en las concepciones pasadas; y que, por el contrario, a mi juicio habría que y evolución de las técnicas horolográficas. Granada: Universidad de Granada.
Gómez Martínez, Marta (2006): Sacrobosco en castellano. Salamanca: Universidad de Salamanca.
aspirar a una práctica descriptiva— donde la concepción del tiempo según otras épocas
Helt Frisio, Hugo (2006 [1549]): Declaración y uso del relox español. Traducción de Francisco
no esté impregnada de la actual. En definitiva, si se quieren conocer los usos reales del Sánchez de las Broças. Edición de María J. Mancho Duque. Salamanca: Diputación Provincial
pasado es necesario aproximar la labor lexicográfica a la filología, más que a prácticas de Salamanca.
propias de la traducción de las experiencias del mundo, con su trasunto en la lengua. Huizinga, Johan (1946): “El problema del Renacimiento”. En: Johan Huizinga: El concepto
Y así, esta debería ser la manera de proceder para el resto de los conceptos que deben de la historia y otros ensayos. Traducción de Wenceslao Roces. México: Fondo de Cultura
tratarse en un diccionario histórico, como los que me han ido surgiendo en el desarrollo Económica, 99-155.
de este trabajo (vid. Carriscondo 2010b); y que, en fin, no dejan de formar parte del Koselleck, Reinhart (1993 [1979]): Futuro pasado. Para una semántica de los tiempos históricos.
inmenso ventanal de análisis que se abre desde esta combinación de perspectivas, aparte Traducción de Norberto Smilg. Barcelona: Paidós.
Mancho Duque, María J. (dir.) / Mariano Quirós García (coord.) (2005): La ciencia y la técnica en la
de erigirse en una de las principales responsabilidades del lexicógrafo en su tarea de
época de Cervantes: textos e imágenes. Salamanca: Universidad de Salamanca.
dilucidar el significado de una determinada unidad léxica por medio de ese componente, Nebrissa, Antonio de (1498 [¿1491?]): In Cosmographiæ libros introductorium. Salamanca: Juan
tan controvertido, de la microestructura del diccionario como es la definición. de Porras.
— (1517 [1499]): Tabla de la diversidad de los días y horas. Alcalá de Henares: Arnao Guillén de
Brocar.
rae = Real Academia Española (1803): Diccionario de la lengua castellana. 4ª ed. Madrid: Viuda
Bibliografía de Ibarra.
–– (1984): Diccionario de la lengua española. 20ª ed. Madrid: Espasa Calpe.
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compuesto por una sociedad de literatos bajo la dirección de D. Eduardo Benot (de la e ilustrada con alguna[s] notas y varias adiciones por el P. Fr. Miguel Zorita de Jesús María,
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