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El Número 40 y su significado en la Biblia.

El 40 en tiempos de Noé.
La primera mención bíblica trascendente de esta cifra es la registrada en  Génesis 7:3, 4 leemos: “4 Porque
dentro de solo siete días más voy a hacer que llueva sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y ciertamente
borraré de sobre la superficie del suelo toda cosa existente que he hecho”.

Los hijos celestiales de Dios que no guardaron su posición original, bajaron a la Tierra y al unirse
carnalmente  con las hijas de los hombres, engendraron una raza hibrida que no solo imitaron el apostata ejemplo
de sus padres sino que fueron mas allá. La tierra se hallaba sumida en un verdadero caos  debido al
derramamiento de sangre que los nefilim habían causado, la sangre de los inocentes “clamaba” hacia Jehová en
busca de justicia. Los nefilim junto con sus demoniacos padres tenían diezmado y subyugado al género humano.
Los descendientes de Adán, habían entrado en complicidad con los ángeles rebeldes y juntas, estas tres razas,
ángeles, nefilim y humanos, emprendieron tal derrotero que forzaron la mano de Dios, quien envió el Diluvio a
fin de limpiar la superficie del suelo de toda aquella maldad. La Tierra y todo lo que la habitaba entraron en un
periodo de purificación, 40 días y 40 noches de intensa lluvia bastaron para borrar de la faz de la tierra cualquier
vestigio del mal.

Cuarenta días depurativos de intensa precipitación  pluvial hicieron que la Tierra no solo se librara de la
maldad que en ella habitaba, sino que la transformo por completo  pues su geografía se vio seriamente afectada,
se levantaron montañas en donde antes había valles y se hundieron las montañas existentes dejando profundos
cañones y amplios valles y desiertos tras de sí. El ángulo de inclinación de la Tierra se vio alterado algunos
grados lo cual trajo como consecuencia  los distintos climas que conocemos hoy en día. Hasta antes del Diluvio,
Dios regaba la tierra por medio de un rocío matinal, sin embargo, después  el orbe conoció  las lluvias,
monzones, tifones, relámpagos, truenos, etc. Procesos hasta antes desconocidos como la fermentación,  fueron
posibles gracias a que la capa de agua que a modo de pantalla resguardaba la Tierra de los rayos solares
perjudiciales para la vida había desparecido, o mas bien, se había precipitado hacia abajo inundando el planeta y
dejándolo desprotegido.  Debido a la influencia de la radiación perjudicial solar, la vida del ser humano se
degrado más rápidamente, lo cual acelero su condena de muerte.
Para la Tierra y el género humano, el numero 40 significó purificación y esto fue del agrado de Jehová,
en Génesis 8:21  leemos: “21 Y Jehová empezó a oler un olor conducente a descanso.”

El 40 en la vida de Moisés.
Aunque en el registro bíblico podemos leer de muchos siervos fieles de Dios, pocos fueron tan
excepcionales como Moisés.  Su vida bien puede ser dividida en tres partes de 40 años cada una. Después de que
Jehová bendijera los planes de sus padres para conservarle la vida, el bebe Moisés creció al cuidado de la corte
real del Faraón egipcio. Durante estos primeros cuarenta años de su vida, Moisés aprendió a desarrollar sus
capacidades al máximo, tanto físicas como mentales y emocionales. De hecho la Biblia dice en Hechos 7:21,
22  acerca de Moisés: “22 Por consiguiente, Moisés fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios. De hecho,
era poderoso en sus palabras y hechos.”  Pero había dos serias deficiencias en su persona durante esta primera
etapa de su vida, primero, le faltaba verdadera espiritualidad y en segundo lugar, carecía de humildad.
Ciertamente era poderoso y tenía fe pero no a la manera de Jehová sino a la de manera de Satanás.  ¿Por qué
decimos esto?
Cuando el libro de Hechos 7:21,22 menciona que Moisés aprendió “toda” la sabiduría de los egipcios,
significa  que este conocimiento ciertamente incluía la historia y rituales de adoración para el entero panteón
egipcio. Es improbable que Moisés se contaminará y adoptara como suya algún tipo de adoración falsa, pero al
poseer este conocimiento, algunos puntos de vista afectaron su propia manera de ver la vida. Tenía fe, pero no de
la clase correcta. Además seguramente se encontraban entre sus materias de estudio aquellas referentes a
estrategia militar y gobierno, entre otras que eran exclusivas de la clase gobernante. Al estar rodeado de gente
que no se le educaba para desplegar humildad, pues en el sistema de Satanás es considerada como una debilidad,
se fue desarrollando en el corazón de Moisés un exceso de confianza en su persona y en sus capacidades. El
relato deHechos 7:23-28  ilustra lo anterior, leamos: “ 23 Ahora bien, cuando estaba cumpliéndose el tiempo de su
año cuadragésimo, le vino al corazón el inspeccionar a sus hermanos, los hijos de Israel. 24 Y cuando alcanzó a
ver a alguien a quien se trataba injustamente, lo defendió, y ejecutó venganza a favor del maltratado, derribando
al egipcio. 25 Suponía que sus hermanos comprenderían que por su mano Dios les daba salvación , pero ellos no
[lo] comprendieron.26 Y al día siguiente se presentó a ellos mientras estaban peleando, y trató de avenirlos en
paz, diciendo: ‘Varones, ustedes son hermanos. ¿Por qué se tratan injustamente el uno al otro?’ . 27 Pero el que
estaba tratando injustamente a su prójimo lo echó de sí, diciendo: ‘¿Quién te nombró a ti gobernante y juez sobre
nosotros? 28 No querrás eliminarme de la misma manera como eliminaste al egipcio ayer, ¿verdad?” Aunque
buscaba la paz, diferenciaba entre los pueblos, dijo a dos hebreos, “ustedes son hermanos”, entendía el apego
entre los iguales, pero no la hermandad universal, otro punto a su favor era que le molestaban las injusticias. Sin
embargo, confiaba en su propio poder y esperaba que los hebreos “comprendieran” que era su mano la que
proporcionaría salvación. Moisés todavía no estaba listo para serle útil a Dios, tenía que asistir aun a la mejor
escuela posible y aprender a los pies del Maestro  y los siguientes cuarenta años de su vida sirvieron para tal
efecto.
Hechos 7:29  dice: “29 Ante esta palabra, Moisés huyó, y se hizo residente forastero en la tierra de Madián,
donde llegó a ser padre de dos hijos.”  Que distinta era la vida ahora para él. Después de ser un hombre temido y
poderoso, ahora era un simple pastor y no de su propio rebaño, sino del de su suegro. Bien pudo haber buscado
la gloria entre la gente de Madián o las naciones aledañas, después de todo, seguía poseyendo la sabiduría y
cualidades aprendidas en Egipto. Pero se dejo purificar por Jehová, se reeduco y aprendió a ver las cosas desde
la óptica divina, ahora como pastor de un rebaño ajeno aprendió que las posesiones materiales no son
indispensables para ser feliz,  como tampoco lo es la fama ni la autoridad humana. Ahora se dio cuenta de que la
sabiduría y el poder propios son vanos si no se ponen a disposición de la voluntad divina. La humildad y la
paciencia  se fueron fraguando en su corazón a través de cuatro décadas de disciplina amorosa por parte de Dios.
Por fin, al término de estos cuarenta años aprendió sus incapacidades y limitaciones, aprendió a depender en
todo de Jehová.  Se dio cuenta de que el favor de Dios no es privativo de de los ricos y poderosos o de pueblo
alguno, pues su familia política sin ser hebreos contaban con el favor de Dios. La biblia dice que   “30 cuando se
cumplieron cuarenta años, se le apareció un ángel en el desierto del monte Sinaí, en la llama de fuego de una
zarza. 31 Pues bien, cuando Moisés vio aquello, se maravilló de la vista. Pero al acercarse para investigar, vino la
voz de Jehová: 32 ‘Yo soy el Dios de tus antepasados, el Dios de Abrahán y de Isaac y de Jacob’. Sobrecogido de
temblor, Moisés no se atrevía a seguir investigando. 33 Jehová le dijo: ‘Quítate las sandalias de los pies, porque el
lugar donde estás de pie es suelo santo. 34 Ciertamente he visto el maltrato de mi pueblo que está en Egipto, y he
oído su gemido y he bajado para librarlos. Y ahora ven, te enviaré a Egipto’. 35 A este Moisés, a quien
repudiaron, diciendo: ‘¿Quién te nombró a ti gobernante y juez?’, a este hombre Dios lo envió como gobernante
y también como libertador por mano del ángel que se le apareció en la zarza. 36 Este hombre los sacó después de
efectuar portentos presagiosos y señales en Egipto y en el mar Rojo y en el desierto por cuarenta
años (Hechos 7:29-36).
Ahora a sus 80 años, estaba listo para servir a Dios. Durante los últimos cuarenta años de su vida su fe se
cristalizó a tal grado que disfruto de dos privilegios  exclusivos de su persona, por un lado Jehová le permitió ver
“parte de su espalda” cosa que a ningún ser humano aparte de él se le ha otorgado (Éxodo 33:23) y por otro lado,
era tal  el grado de intimidad que tenia con Dios que éste le transmitía la ley “boca a boca”, ningún otro siervo de
Dios disfruto de esta gran distinción, leamos estas bellísimas palabras que Jehová empleo para describir la clase
de intimidad y el aprecio que sentía por Moisés: : “Oigan mis palabras, por favor. Si llegara a haber un profeta
de ustedes para Jehová, sería en una visión como me daría a conocer a él. En un sueño le hablaría.  7 ¡No así con
mi siervo Moisés! Tiene confiada a él toda mi casa. 8 Boca a boca le hablo, y así le muestro, y no por enigmas; y
la apariencia de Jehová es lo que él contempla (Números 12:6-8). Después de leer estas palabras percibimos que
el segundo periodo de cuarenta años en la vida de Moisés ciertamente significo para el Evolución Espiritual,
después de su purificación resulto ser agradable a la vista de Dios. Esta aprobación continuó durante los últimos
40 años de su vida.
Ayuno por 40 días.
El registro bíblico nos indica de dos personas que con toda seguridad ayunaron por un periodo de 40 días
y noches de manera consecutiva, Moisés y Jesús.  El registro también nos dice que Moisés lo hizo en dos
ocasiones consecutivas, solos con intercalo de un par de días entre cada ocasión. Se menciona en la Biblia a una
tercera persona la cual aparentemente también ayuno por 40 días, Elías, aunque el relato no es tan prístino,
parece ser que si lo sugiere. ¿Porqué ayunaron exactamente 40  días, estos grandes siervos de Dios? Para
responder a esta interrogante, veamos que pasó y bajo qué circunstancias se dieron dichos ayunos, así como sus
posibles significados.
El primero en ser mencionado en la Biblia es Moisés, su ayuno tuvo lugar mientras recibía las Tablas de la
Ley de mano de Jehová mismo. Leamos: “Cuando subí a la montaña para recibir las tablas de piedra, las tablas
del pacto que Jehová había celebrado con ustedes, y seguí morando en la montaña cuarenta días y cuarenta
noches (no comí pan ni bebí agua), 10 entonces Jehová me dio las dos tablas de piedra escritas con el dedo de
Dios; y sobre ellas estaban todas las palabras que Jehová había hablado con ustedes en la montaña, de en medio
del fuego, en el día de la congregación. 11 Y aconteció que al fin de los cuarenta días y cuarenta noches Jehová
me dio las dos tablas de piedra, las tablas del pacto; 12 y Jehová procedió a decirme: ‘Levántate, baja rápidamente
de aquí, porque tu pueblo que sacaste de Egipto ha obrado ruinosamente. Rápidamente se han desviado del
camino acerca del cual les mandé. Se han hecho una imagen fundida’. 13 Y Jehová pasó a decirme esto: ‘He visto
a este pueblo, y, ¡mira!, es un pueblo de dura cerviz. 14 Déjame para que los aniquile y borre su nombre de
debajo de los cielos, y déjame hacer de ti una nación más fuerte y más populosa que ellos’.  15”Después de eso me
volví y bajé de la montaña, mientras la montaña ardía con fuego; y las dos tablas del pacto estaban en mis dos
manos. 16 Entonces miré, ¡y sucedía que habían pecado contra Jehová su Dios! Se habían hecho un becerro
fundido. Rápidamente se habían desviado del camino acerca del cual Jehová les había mandado.  17 Ante eso,
agarré las dos tablas y las arrojé de mis dos manos y las hice añicos ante los ojos de ustedes.  18 Y procedí a
postrarme delante de Jehová, como al principio, cuarenta días y cuarenta noches. No comí pan ni bebí agua, a
causa de todo su pecado que ustedes habían cometido, haciendo el mal a los ojos de Jehová para
ofenderlo. 19 Pues yo estaba asustado a causa de la ardiente cólera con que Jehová se había indignado con
ustedes, hasta el punto de querer aniquilarlos. Sin embargo, Jehová me escuchó también aquella
vez. (Deuteronomio 9:9-19)”

El relato arroja luz sobre el propósito de los ayunos de Moisés. En el primer ayuno se entiende que el
objetivo era santificarlo para recibir algo tan sagrado como la Ley de Dios escrita por su propio Dedo (vers. 9-
11) pues,  fue solo hasta después de terminado su ayuno cuando Dios procedió a entregarle las Tablas. Tan
limpio estaba fisiológica y espiritualmente hablando que la Biblia relata que al bajar de este primer encuentro
con Dios,  Moisés emitía rayos de su tez (Éxodo 34:27-30).
El segundo ayuno de Moisés tuvo comienzo pocos días después de terminado el primero, pero el objetivo
que lo motivo era muy distinto al  anterior. Es esta ocasión no se perseguía la santificación o purificación de
Moisés, este ayuno era asunto de penitencia, de auto-humillación con el objetivo de ablandar el rostro de Dios y
apaciguar su cólera (vers. 17-19). Al parecer surtió efecto, pues Dios no aniquilo a su pueblo en ese instante,
aunque en esta oportunidad fue la mano de Moisés y no la de Jehová la que talló y asentó en las Tablas de piedra
la Ley de Dios.
En cuanto al ayuno del profeta Elías, el 1 Reyes 19:5-8 dice lo siguiente: “Por fin se acostó y se quedó
dormido debajo de la retama. Pero, ¡mire!, ahora estaba tocándolo un ángel. Entonces este le dijo: “Levántate,
come”. 6 Cuando él miró, pues, allí junto a su cabeza estaba una torta redonda sobre piedras calentadas, y una
jarra de agua. Y él se puso a comer y beber, después de lo cual volvió a acostarse. 7 Más tarde el ángel de Jehová
volvió por segunda vez y lo tocó y dijo: “Levántate, come, porque el viaje es demasiado para ti”. 8 Por lo tanto él
se levantó y comió y bebió, y siguió yendo por el poder de aquel alimento durante cuarenta días y cuarenta
noches hasta la montaña del Dios [verdadero], Horeb”.
El relato parece sugerir que por el poder de ese alimento “especial” preparado por el ángel, Elías tuvo la
facultad de seguir su camino por 40 días hasta el monte Horeb sin recibir alimento adicional durante el tiempo
que llevo su viaje. El propósito del ayuno del profeta queda plasmado en el contexto posterior, allí nos damos
cuenta de que se preparó a Elías para tener una visión de Dios y para cumplir con una misión especial que
restablecería la adoración verdadera en Israel (vers. 9-18). En esta oportunidad se dio un ayuno para purificación
y preparación para una asignación especial, algo muy similar se dio en el caso de nuestro Salvador, Jesús.

La Biblia dice, “4 Entonces Jesús fue conducido por el espíritu al desierto para ser tentado por el
Diablo. 2 Después que hubo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces sintió hambre (Mateo 4:1,
2).”  El ayuno de Jesús se dio después de su bautismo. Durante  su bautismo sucedieron cosas interesantísimas
que nos ayudaran a entender el objeto y propósito de su ayuno. Al momento de ser bautizado por Juan el
bautista, se abrieron los cielos y se escucho la voz de Dios, “este es mi hijo amado a quien he aprobado”,
leamos:“13 Entonces Jesús vino de Galilea al Jordán a Juan, para ser bautizado por él. 14 Pero este trató de
impedírselo, diciendo: “Yo soy el que necesito ser bautizado por ti, ¿y vienes tú a mí?”.  15 En respuesta Jesús le
dijo: “Deja que sea, esta vez, porque de esa manera nos es apropiado llevar a cabo todo lo que es justo”.
Entonces él dejó de impedírselo. 16 Después que Jesús fue bautizado, inmediatamente salió del agua; y, ¡mire!,
los cielos se abrieron, y él vio descender como paloma el espíritu de Dios que venía sobre él.  17 ¡Mire! También
hubo una voz desde los cielos que decía: “Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado  (Mateo3:13-17)”.
¿Por qué dijo Jehová que lo había aprobado si todavía ni siquiera empezaba su ministerio, a que se
refería? Parece ser que esta aprobación se basaba en la autorización que Jehová le otorgaba  para representarlo y
zanjar de una vez por todas la cuestión de la Soberanía Universal de Dios y al mismo tiempo restablecer la
adoración verdadera. Al igual que Elías, a Jesús se le estaba preparando para una asignación especial, a Elías se
le alimento con comida especialmente  preparada por un ángel, quizá mana,  y esto le permitió ayunar para
purificarse y cumplir así con su asignación. Jesús fue alimentado de una manera diferente, la Traducción de
Nuevo Mundo en la nota a pie de página comenta que otra manera de traducir la expresión  “y él vio descender
como paloma el espíritu de Dios que venía sobre él”,es, “espíritu Santo entro en Él”.  Al estar lleno del poder
Divino, Jesús recibió las herramientas necesarias para cumplir su asignación, pero antes debía pasar por una
última purificación física y espiritual, por eso las escrituras indican que fue el mismo espíritu de Dios el que lo
llevo al desierto a ayunar por 40 Días y  solo al final de su ayuno, una vez puro, fue tentado por Satanás.  El
ayuno de de Jesús fue similar al primer ayuno de Moisés en el sentido de que después de purificarse, ambos
reflejaron la Gloria de nuestro Padre. Fue también similar al de Elías, pues ambos recibieron la comisión de
restablecer la adoración pura, después de haber ayunado, además de que ambos contemplaron la gloria de Dios
en visiones sobrenaturales.

¿Nos servirá a nosotros en la actualidad ayunar?  

Fisiológicamente hablando, si.  Aunque se recomienda que el ayuno se realice bajo orden y supervisión
médica, muchos que lo han hecho, ha comprobado sus beneficios. Los beneficios de ayunar comprobados
científicamente  son los siguientes:
 El principio del ayuno es sencillo. Cuando la ingestión de alimentos se detiene temporalmente, muchos
sistemas del organismo interrumpen el duro trabajo de la digestión. La energía sobrante da al cuerpo la
oportunidad de curar y recuperarse a sí mismo.
 El consumo de las calorías almacenadas libera las sustancias tóxicas guardadas en el cuerpo. El tracto
digestivo es la parte del organismo más expuesta a las amenazas ambientales, entre ellas bacterias, virus,
parásitos y toxinas. Necesita el mayor apoyo del sistema inmunológico. Cuando se degradan los alimentos en el
intestino, éstos viajan a través de la sangre al hígado, el mayor órgano del sistema natural de desintoxicación del
organismo.
 El hígado destruye y elimina los productos tóxicos producidos por la digestión, tanto los naturales como
los químicos que actualmente están presentes en los alimentos. Durante el ayuno, el hígado y el sistema
inmunitario quedan liberados esencialmente de la necesidad de desintoxicar y se encargan de curar otras partes
del organismo.
 Cuando ayunamos se degradan las grasas del organismo, lo que ocasiona una rápida pérdida de peso. Al
mismo tiempo tiene lugar una reabsorción de los depósitos de colesterol en las arterias.   Se incrementa la
cantidad de orina eliminada.
 Toda la energía que se usaba en el proceso de la digestión es ahora concentrada y enfocada a eliminar
desechos rezagados y  desintoxicar órganos tan vitales como hígado, riñones, pulmones y piel. Esto tiene como
objeto, reparar, regenerar y revitalizar dichos órganos.
 Debido a que el cuerpo se alimenta de las reservas menos vitales, ocurre con frecuencia una
desintegración de quistes, abscesos, bultos, tumores benignos. Incluso tiene un gran efecto sobre los tumores
malignos. El organismo primero degrada y quema las sustancias no esenciales para obtener energía. Una fuente
de material no esencial es el tejido enfermo, como los tumores benignos. Estudios médicos muestran que durante
un ayuno, tejidos anormales tales como los tumores se privan de nutrientes y, por lo tanto, son más susceptibles
de ser degradados y expulsados del organismo. El ayuno permite al cuerpo aprovechar sus recursos al máximo
de su potencial y centrarse en la reconstrucción a un nivel microscópico, en tanto que los controles genéticos del
ADN y el ARN se hacen más eficientes en la transcripción de las proteínas y los tejidos que el cuerpo necesita.
Esta renovada síntesis de proteínas tiene como resultado células, tejidos y órganos más saludables.  Cuando el
organismo físico no tiene comida, los tejidos se utilizan en orden inverso a la importancia que tienen para el
organismo. Primero se utilizan los menos vitales. La grasa es el primer tejido en desaparecer.
 Aumenta la capacidad inmunitaria del organismo.
Estos beneficios fueron medidos en ayunos de máximo 12 días de duración.  Lo que le sucede al cuerpo en
ayunos de 40 días completos es aún tema de debate, pues mientras unos dicen que tiene lugar una completa y
total regeneración celular, otros afirman que se dañan órganos vitales. Lo cierto es que tanto Moisés, Elías y
Jesús contaron con el apoyo de Dios y su fuerza activa para realizar dichos ayunos, por lo cual sería poco
juicioso el arriesgarnos a una descompensación alimenticia critica solo por tratar de emular a estos tres virtuosos.
Comprender que en la actualidad los ayunos no reportarían beneficio espiritual significativo al practicante,
quizá logre producir en nosotros el punto de vista apropiado respecto de dicha práctica. Este punto de vista estas
expresado con completa claridad en  Isaías 58:2-11: “No obstante, día tras día era a mí a quien seguían
buscando, y era en el conocimiento de mis caminos en lo que expresaban deleite, como una nación que ejecutara
la justicia misma y que no hubiera dejado el mismísimo derecho de su Dios, puesto que seguían pidiéndome
juicios justos, acercándose a Dios en quien se deleitaban: 3 ”‘¿Por qué razón ayunamos y tú no viste, y nos
afligimos el alma y tú no notabas?’. ”En realidad, ustedes hallaban deleite en el mismísimo día de su ayuno,
cuando allí estaban todos sus trabajadores a quienes ustedes obligaban a trabajar. 4 En realidad, para riña y para
lucha ustedes ayunaban, y para golpear con el puño de la iniquidad. ¿No siguieron ayunando como en el día de
hacer oír su voz en la altura? 5 ¿Debe el ayuno que yo escoja llegar a ser como este, como día en que el hombre
terrestre se aflija el alma? ¿Para inclinar su cabeza justamente como un junco, y para que extienda mera tela de
saco y cenizas como su lecho? ¿Es esto lo que tú llamas un ayuno y un día acepto a Jehová?  6” ¿No es este el
ayuno que yo escojo? ¿El desatar los grilletes de la iniquidad, soltar las ataduras de la vara que sirve de yugo, y
despachar libres a los aplastados, y que ustedes rompan en dos toda vara que sirve de yugo?  7 ¿No es el repartir
tu pan al hambriento, e introducir en [tu] casa a los afligidos, que no tienen hogar? ¿Que, en caso de que veas a
alguien desnudo, de veras lo cubras, y que no te escondas de tu propia carne?  8”En tal caso rompería tu luz
justamente como el alba; y velozmente brotaría el recobro para ti. Y delante de ti tu justicia ciertamente andaría;
la mismísima gloria de Jehová sería tu retaguardia.  9 En tal caso llamarías, y Jehová mismo respondería;
clamarías por ayuda, y él diría: ‘¡Aquí estoy!’. ”Si quitas de en medio de ti la vara que sirve de yugo, el extender
el dedo y el hablar lo que es perjudicial;  10 y otorgas al hambriento [el deseo de] tu propia alma, y satisfaces el
alma que está siendo afligida, también tu luz ciertamente fulgurará hasta en la oscuridad, y tus tinieblas serán
como el mediodía. 11 Y Jehová no podrá menos que guiarte constantemente y satisfacer tu alma aun en una tierra
abrasada, y vigorizará tus mismísimos huesos; y tendrás que llegar a ser como un jardín bien regado, y como la
fuente de agua, cuyas aguas no mienten”.
Los ayunos bíblicos tenían dos objetivos, penitencia o santificación, pero el profeta Isaías entiende y
plasma con toda claridad el verdadero propósito de un ayuno.  Para el cristiano de tiempos modernos, ninguno
de estos dos objetivos es asequible por medio del ayuno. La verdadera  santificación y la verdadera penitencia
vienen por medio de despreciar en nuestro corazón y desechar todas y cada una de las practicas que envilecen
nuestro ser y al mismo tiempo hacer una constante de aquellas acciones que empaten con la voluntad divina,
tales como el amor, la misericordia, la generosidad.

El 40, un periodo de prueba, pero ¿con que resultado?

El numero 40 está ligado a periodos de prueba tanto a nivel individual como a nivel colectivo, así fue en el
caso de los diferentes pueblos que convivieron con el pueblo de Israel, así como al propio pueblo de Dios. Por
ejemplo a Israel se le probo su fe por un periodo de 40 días mientras los 12 espías revisaban la tierra
prometida (Números 13:25). La impaciencia y falta de fe,  hizo que Dios decidiera castigarlos durante 40 años de
vagar por el desierto  y exterminar así a la generación adulta, aquellos que habían sido testigos del poder Divino
y de su cuidado amoroso y sin embargo cedieron a la duda y al temor al hombre. Esta penitencia de 40 años
cumplió además otro propósito, preparo físicamente a los jóvenes israelitas para la difícil prueba que sería tomar
la tierra de Canaán, esto se logro a través de una alimentación especial que Dios proporciono a su pueblo por
todo el tiempo de vagar por el desierto, a saber, el mana (Números 14:33, 34; 32:12, 13; Deuteronomio 2:7;
Éxodo 16:34, 35). En épocas posteriores de la historia de Israel se vieron periodos de 40 años en donde
dependiendo del obrar del pueblo, o recibían paz de parte de Dios o se les daba en mano de sus enemigos por
periodos de 40 años (Jueces 3:11; 13:1).

Naciones enemigas del pueblo de Dios también recibieron su oportunidad de cambiar. A Nínive solo le
bastaron 40 días para volver su corazón a buscar a Dios  (Jonás 3:3, 4), pero Egipto necesito reprimenda de 40
años y ni así busco a Jehová (Ezequiel 29:8-16).

El 40 aunque puede ser un periodo de disciplina, conserva la dignidad de las personas. En su ley Jehová
prescribía que se azotara a ciertos malhechores con cuarenta varazos, algo que ciertamente grabaría en su mente
lo errado de su proceder, pero aún en esos casos Jehová se preocupaba por la dignidad del individuo,
veamos: “Con cuarenta varazos podrá golpearlo. No debe añadir ninguno, por temor de que continúe
golpeándolo con muchos varazos además de estos y tu hermano realmente quede deshonrado a tus
ojos (Deuteronomio 25:2, 3).”

¿De qué depende que el  40 signifique vida y trascendencia o muerte y decadencia?
Leamos con atención Deuteronomio 8:2-5  “Y tienes que acordarte de todo el camino que Jehová tu Dios
te hizo andar estos cuarenta años en el desierto, a fin de humillarte, de ponerte a prueba para saber lo que
estaba en tu corazón, en cuanto a si guardarías sus mandamientos o no.  3 De modo que te humilló y te dejó
padecer hambre y te alimentó con el maná, que ni tú habías conocido ni tus padres habían conocido; para
hacerte saber que no solo de pan vive el hombre, sino que de toda expresión de la boca de Jehová vive el
hombre. 4 Tu manto no se desgastó sobre ti, ni se te hinchó el pie estos cuarenta años.  5 Y bien sabes tú con tu
propio corazón que tal como un hombre corrige a su hijo, Jehová tu Dios iba corrigiéndote.
El resultado de estos periodo de prueba dependía única y exclusivamente del corazón del individuo o de
los pueblos según fuese el caso y  según Jesús, el corazón  es la fuente de todas nuestras acciones (Mateo 15:17-
20).
Todos como cristianos pasamos tiempos de refinamiento y periodos de prueba que nos permiten
demostrarle a Dios lo que realmente hay en nuestro corazón, no solo lo que decimos que hay. Quién sabe, quizá
tu periodo de 40 días de prueba llegó y por no discernirlo estas fallando. De no ser así, prepárate de antemano
pues recuerda que Dios no dejo de probar a ninguno de aquellos siervos a quienes consideraba especiales, de
hecho ni su propio hijo se salvo del escrutinio. Tú eres especial para Dios, de seguro El te someterá a prueba.
Asegúrate  que el resultado de esta, sea favorable para ti y de este modo afiances mas tu lugar en la familia de
Jehová.
Nota. Existen otras dos menciones bíblicas importantísimas del numero 40 pero como las hemos tratado
en artículos anteriores no las abordamos aquí, ellas son las medidas del Templo  (Ezequiel 41:1-4) y el periodo
de 40 días  que Jesús utilizo para fortalecer a sus discípulos después de su resurrección (Hechos 1:3).

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