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Facultad:
Arquitectura
Asignatura:
Presentado por:
Tema:
la perfección de la utilidad
Presentado a:
Fecha de Entrega:
6-7-2022
La arquitectura es la voluntad de una época trasladada al espacio. Mientras no se
reconozca esta verdad tan sencilla, la arquitectura permanecerá insegura y vacilante.
Hasta entonces, seguirá siendo un caos de fuerzas sin dirección definida. La cuestión de
la naturaleza de la arquitectura tiene una importancia decisiva. Es preciso entender que
toda arquitectura está vinculada a su tiempo, que es un arte objetivo que solamente
puede regirse por el espíritu de su época. Nunca ha sido de otra manera.
Las fuerzas de cambio del siglo XIX habían transformado espectacularmente la sociedad
occidental: de la monarquía absoluta a la democracia, del fervor religioso a las
preocupaciones temporales y del gusto artístico aristocrático a otro dominado por los
promotores industriales y la clase media. Para conseguir un sentido de orden en todo
este caos aparente, los arquitectos optaron por alguna de las varias alternativas posibles:
eclecticismo, tradicionalismo vernáculo, imaginación personal o determinismo funcional
estructural.
Algunos arquitectos adoptaron la posición continuista de decir que los nuevos inventos
mecánicos se limitaban, simplemente, a facilitar los modos de vida tradicionales, y usaron
la máquina para proseguir con el eclecticismo tardorromántico.
Esos arquitectos, de mentalidad más conservadora, muchos de ellos de formación
universitaria, que habían cursado estudios en la École des Beaux-Arts, y con mucho
mundo a sus espaldas, desarrollaron un eclecticismo académico imaginativo, correcto en
su manipulación historicista del detalle, con unas distribuciones en planta.
Casa Robie, Chicago. Planta del nivel de estar principal, en este caso elevado sobre un
semisótano, para alejarlo de la humedad y mantener su privacidad de vistas con respecto
a la calle. La amplia zona de estar está subdividida en dos partes por una chimenea
exenta.
En 1906, Wright empezó a trabajar en la que se ha considerado como su obra maestra
de entre sus prairie houses, la casa Robie, construida en 1908-1909 para Frederick C.
Robie, en la zona sur de Chicago. Wright decidió alejar la casa de la humedad de la
pradera, por lo que destinó la planta baja a garaje, salas de juegos, cuartos de
instalaciones y otras dependencias auxiliares, ubicando las estancias principales en el
primer piso y organizando tres dormitorios en el segundo.
En la cuarta fase de su obra, la que podríamos llamar su fase internacional de los años
treinta, Wright dejó que fueran los requerimientos funcionales y las necesidades
estructurales los que determinasen el proyecto final. Hasta cierto punto, Sullivan ya había
hecho esto, utilizando el ornamento para expresar exteriormente las tres zonas
funcionales de sus rascacielos.
Para los arquitectos que aspiraban a una arquitectura puramente utilitaria, la forma debía
estar (o parecer) absolutamente determinada por la función interna y la estructura
necesaria. Los edificios norteamericanos que más fascinaban a los observadores
europeos de la época eran los altos y severos cilindros de hormigón de los silos de grano,
o las desnudas y utilitarias estructuras de hormigón de las fábricas, con sus nítidos
entrepaños de ladrillo y sus ventanas de carpintería de acero.
Peter Behrens (1868-1940)
Behrens, formado en Karlsruhe y Múnich como artista y diseñador, se convirtió
rápidamente en la figura central del movimiento artístico vanguardista de Múnich, el foco
de la versión alemana del art nouveau, el jugendstil (‘estilo juvenil’). Aunque empezó
como pintor y diseñador de artes gráficas y aplicadas, sus inquietudes le condujeron a
formarse como arquitecto de manera autodidacta, pues él veía en la figura del arquitecto
al líder de la élite cultural que proporcionaría la forma correcta al nuevo orden social.
Behrens fue, asimismo, uno de los fundadores del Deutscher Werkbund, una
organización de arquitectos, artistas, diseñadores, artesanos, economistas políticos e
industrialistas que propugnaba la reforma educativa e industrial a través de varias vías: la
reconciliación de las bellas artes y las artes aplicadas; la revalorización del papel del artista
en una sociedad industrial; la mejora del diseño arquitectónico e industrial; y,
especialmente, la expansión de la influencia y el poderío económico de Alemania en el
mundo.
Lo primero que hizo fue atender a los requerimientos técnicos, con las dos potentes grúas
de pórtico sobre carriles, capaces de elevar cargas de 50 toneladas hasta una altura de
15 metros (49 pies). El edificio, de planta rectangular, mide 123 metros (402 pies) de largo
por 39,3 metros (123 pies) de ancho, y su estructura de acero está compuesta de 22
pórticos articulados que sostienen los raíles de la grúa y la cubierta acristalada. Por
razones de diseño estructural, la sección de los montantes tubulares de esos pórticos
tenía que ser creciente de abajo a arriba; así pues, se mantuvo perfectamente vertical la
cara exterior de los pies derechos e inclinada la interior.
El hastial del edificio vino determinado por el perfil de las armaduras de cubierta
interiores. Bajo el paramento macizo de su parte superior, Behrens colgó un muro cortina
acristalado. La esquina del paño de pared de hormigón, listado horizontalmente con
perfiles de acero, acusa la inclinación de las vidrieras laterales. Aunque la idea original de
Behrens para esta esquina era la de sugerir la esbeltez y la función no portante del
revestimiento de hormigón, a menudo ha sido malinterpretada, irónicamente, como
evocadora de contención y apoyo. Con esta fábrica, Behrens cumplió plenamente su
intención de establecer “un convincente símbolo para la electricidad”, y sus obras para
AEG, iniciadas con este edificio, fueron alabadas unánimemente por la claridad de su
forma determinada por la función.
Peter Behrens, fábrica de turbinas de
AEG, Berlín,1908-1909.
En sus edificios fabriles, Behrens
aspiraba a elevarla arquitectura
industrial al nivel de la Arquitectura con
mayúsculas.
Walter Gropius (1883-1969)
Fue hijo y nieto de arquitectos. Estudió
arquitectura en Múnich y en Berlín,
abandonando la carrera en 1908 sin el título.
Según confesión propia, se sentía sobrepasado
por sus dificultades con el dibujo. Después de
sus estudios trabajó durante tres años en el
despacho de Peter Behrens y a continuación se
independizó. Entre 1910 y 1915, año de su
matrimonio con Alma Mahler.
La visión inicial que Gropius tenía de la Bauhaus fue cambiando con la llegada de
nuevos profesores a la escuela, de modo que cuando se produjo el traslado a los
nuevos edificios de Dessau (proyectados por Gropius y Meyer), Gropius resumió así
el espíritu del nuevo plan de estudios.
Estas ideas sobre el diseño quedaron perfectamente plasmadas en la arquitectura de
la nueva sede de la Bauhaus en Dessau, proyectada por Gropius y Meyer. El edificio
constaba de una biblioteca y una escuela técnica en un bloque; los talleres en otro
bloque de gran tamaño, tal vez el más representativo del conjunto con sus
espectaculares ventanales; ambos edificios estaban unidos por un puente sobre el
que se ubicaban las oficinas de la dirección, a manera de enlace simbólico entre el
mundo de la ciencia y el de los oficios; otro cuerpo bajo con grandes espacios para la
vida comunitaria y, finalmente, un ala de cinco pisos para las habitaciones estudio de
los estudiantes. Las fachadas eran de estuco blanco liso o vidrio, excepto en el ala de
los talleres donde estaban totalmente acristaladas (sin paneles opacos que
interrumpiesen la continuidad del vidrio), en forma de muro cortina colgado de la
estructura, por delante del forjado de hormigón. El edificio se concibió como el
modelo de lo que debía ser la nueva arquitectura.
Ludwig Mies van der Rohe (1886-1969)