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Corrección de estilo y cuidado de la edición
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Diseño editorial y formación
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Edición
Salvador Lizárraga Sánchez
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Hecho en México
La casa en la Ciudad de México
en el siglo xx
Un recorrido por sus espacios
Lourdes Cruz González Franco
Amaranta Aguilar Escalona, Alejandro Aguilera González, Ernesto Alva Martínez, Ricardo
Alvarado Tapia, Víctor Arias Montes, Yolanda Bravo Saldaña, Armando Carranco Sánchez,
Honorato Carrasco Mahr, Eduardo Ceballos Uceta, Carlos Chanfón Olmos , Ana Paula Chávez
Cruz, Santiago Chávez Cruz, Sergio Chávez Esparza, María de Lourdes Díaz Hernández, Elisa
Drago Quaglia, Catherine Ettinger Mc Enulty, Rafael Fierro Gossman, Raquel Franklin Unkind,
Rocío Gamiño Ochoa, Teresa González Melchor, Xavier Guzmán Urbiola, María Eugenia
Hernández Sánchez, Fernando Jorge Pacheco, Salvador Lizárraga Sánchez, Marcos Mazari
Hiriart, Alberto Moreno Guzmán, Fernando Navarrete Reyes, Louise Noelle Gras, Julieta Ortiz
Gaitán, Lourdes Robleda González de Castilla, Álvaro Sánchez González , Rodolfo Santa María
González, Ricardo Saslavsky, Fernando Leobardo Silva González, Leonardo Solórzano Sánchez,
Javier Velasco Sánchez, Martín Yáñez Molina, Federica Zanco.
Albin Vasconcelos Arquitectos, Gutiérrez Arquitectos, Legorreta Arquitectos, Nuño Mac Gregor
De Buen Arquitectos, Pascal Arquitectos, Sánchez Arquitectos, Ten Arquitectos. Adriana Monroy
Noriega, Javier Senosian, Francisco Serrano Cacho.
, Archivo de Arquitectos
Mexicanos, , Barragán Foundation, Fundación Vladimir
Kaspé, Revista Enlace,
, alumnos
de Práctica Profesional
Índice
Presentación 10
Introducción 14
02.
El sentido del confort en el siglo XX
03. Antecedentes importantes: la transformación de la casa
y la sociedad durante el siglo XIX
Las Pláticas
de Arquitectura. México, 1933 115
04.
05.
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
Presentación
10
En el siglo XX
todo el siglo XX 1
xx -
-
Vivienda colectiva de la modernidad en México;2 pero salvo raras excep-
ciones —como el libro 18 residencias mexicanas 3
11
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
12
Presentación
Notas
1. Beatriz Colomina, “La casa de Mies: exhibicionismo y coleccionismo”. Bitácora 27, junio
2014, 8.
2. Enrique X. de Anda Alanís, Vivienda colectiva de la modernidad en México: los multifamiliares
durante el periodo presidencial de Miguel Alemán (1946-1952). México: UNAM Instituto de
Investigaciones Estéticas, 2008.
3. Enrique Yáñez, 18 residencias de arquitectos mexicanos. México: Ediciones Mexicanas, 1951.
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La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
Introducción
14
XX en Mé-
-
-
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La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
-
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XX -
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Introducción
-
-
-
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La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
El
espacio habitacional en México: la casa habitación unifamiliar en la ciudad de Mé-
xico durante el siglo XX
-
18
Introducción
Notas
1. Algunas de las principales publicaciones en torno a la casa mexicana del siglo XX son: 18
residencias de mexicanos, México: Ediciones mexicanas, 1951; Vicente Martín Hernández, La
arquitectura doméstica de la ciudad de México (1890-1925), México: UNAM, 1981; Ernesto
Alva Martínez, La casa en la arquitectura mexicana, 1890-1925, México: COMEX, 1995; y Ca-
sas, Casonas y Hoteles, México: COMEX, 1997; Enrique Ayala Alonso, La casa de la Ciudad de
México. Evolución y transformaciones, México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes,
1996; y Habitar la casa: Historia, actualidad y prospectiva, México: Universidad Autónoma
Metropolitana-Xochimilco, 2010; Arquitectos Mexicanos. Entre la tradición y la Modernidad,
México: Attame Ediciones, 1997; Arquitectos Mexicanos II. A fin del milenio, México: Editorial
Arquitectos Mexicanos, 1999; Arquitectos Mexicanos III. Forma, luz y color, México: Editorial
Arquitectos Mexicanos, 2000. Víctor Manuel Ortiz, La casa, una aproximación, México: Uni-
versidad Autónoma de Metropolitana-Xochimilco, 1984; Luis Arnal, Carlos Chanfón Olmos,
et al., México en sus casas, México: INFONAVIT, UNAM, 1998; Muchas moradas hay en México,
México: INFONAVIT, UNAM, 1993; Juan Ignacio Barragán, 100 Años de vivienda en México. His-
toria de la Vivienda en una óptica económica y social, Monterrey: Urbis Internacional, 1994;
Claudia Rueda Velázquez, La casa residencial en el entorno de los Jardines del Pedregal de
San Ángel, 1947-1962, tesis doctoral, Barcelona: Departamento de Proyectos Arquitectóni-
cos, Universidad Politécnica de Catalunya, 2008; Horacio Sánchez, La vivienda y la ciudad de
México. Génesis de la tipología moderna, México: Universidad Autónoma Metropolitana-Xo-
chimilco, 2006; Miquel Adrià, Abraham Zabludovsky y la vivienda, México: IMCYC, Facultad
de Arquitectura, 2000; Alfonso Pérez-Méndez y Alejandro Aptilon, Las casas del Pedregal,
1947-1968, Barcelona: Gustavo Gili, 2007.
2. Anatxu Zabalbeascoa, Las casas del siglo XX, Barcelona: Gustavo Gili, 1998, p. 15.
3. André Parinaud (coord.), La casa del mañana, México: Siglo XXI editores, 1966, p. 14.
4. Lourdes Cruz González Franco, El espacio habitacional en México: la casa habitación uni-
familiar en la ciudad de México durante el siglo XX, Tesis Doctoral, Facultad de Arquitectura,
UNAM, 2003.
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La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
El pensamiento de algunos
arquitectos extranjeros del
Movimiento Moderno en relación
con el espacio habitacional
01.
para ello
1
-
-
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La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
Le Corbusier, Weissen-
hofsiedlung, Stuttgart,
Alemania, 1927. Fotografía:
- Raquel Franklin
-
ron para la selección de las obras de
la última década en criterios estilísti-
-
Predominó el
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El pensamiento de algunos arquitectos extranjeros del Movimiento Moderno
-
Jacobus Johannes Pieter
Oud, Weissenhofsiedlung, -
Stuttgart, Alemania, 1927.
Fotografía: Raquel Franklin
-
Adolf Loos, Casa Müller,
Praga, República Checa,
1928-1930. Fotografía:
Raquel Franklin
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Los
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Frank Lloyd Wright, Casa
Robie, Chicago, Estados
Unidos, 1909. Fotografía:
-
Catherine Ettinger
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Esto logró impactar
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crack -
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-
Walter Gropius, Casa de
los maestros de la Bauhaus,
interior, Dessau, Alemania,
1925. Fotografía: Raquel
Franklin -
Walter Gropius, Casa de
los maestros de la Bauhaus,
Dessau, Alemania, 1925.
Fotografía: Raquel Franklin
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-
Walter Gropius, Casa de -
los maestros de la Bauhaus,
planta arquitectónica.
Dessau, Alemania, 1925. -
Dibujo: Fernando Jorge -
Pacheco
-
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Hacia
una Arquitectura
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parquets
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Le Corbusier, Pierre
Jeanneret, casa La Roche,
interior, París, Francia, 1923-
1925. Fotografía: Raquel
Franklin
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Le Corbusier, Casa
-
Savoye, interior, Poissy,
Francia, 1929-1931.
- Fotografía: Catherine
Ettinger
Le Corbusier, Casa
Savoye, Poissy, Francia,
1929-1931. Fotografía:
Catherine Ettinger
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-
Richard Neutra, residen-
cia Tremaine, Montecito,
California, 1948. Richard
Neutra, Planificar para vivir,
México: FCE, 1957, p. 273
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art déco -
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diados del siglo
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Notas
1. Para conocer el desarrollo del espacio habitacional en relación con el tema de la vivienda
colectiva, vivienda mínima o las casas experimentales, entre múltiples temas, principalmente
de Europa, se recomienda: Manuel Martín Hernández, La casa en la arquitectura moderna.
Respuestas en cuestión de la vivienda, Barcelona: Editorial Reverté, 2014. Para un recorrido
por la evolución de la arquitectura doméstica a través de ejemplos paradigmáticos, véase:
Richard Weston, Evolución arquitectónica de la casa en el siglo XX, Barcelona: Blume, 2002.
2. Enrique del Moral, en 1950, afirmó: “Es indudable que también tuvo impacto y consecuencias
notables, sobre todo a partir de 1930, el conocimiento y el pensamiento y realizaciones de Le
Corbusier; y sin embargo, me parece que esta influencia ha sido muchísimo más apreciable
(cabría investigar las causas) con posteridad y que sitúo a partir de 1940 […] Sin embargo a
últimas fechas, me parece que la influencia más importante que está obrando sobre nuestra
arquitectura es la del arquitecto Mies van der Rohe, juzgo que una interpretación adecuada
de las creaciones de este arquitecto es benéfica para nuestra arquitectura […]”, en “La ense-
ñanza de la arquitectura en México en los últimos veinticinco años (1925-1950)”, Enrique del
Moral, El hombre y la arquitectura. Ensayos y testimonios, México: Facultad de Arquitectura,
UNAM, 1983, p. 61.
3. Diez casas de arquitectos famosos del siglo XX se publicaron en AV. Monografías. Casas de
Maestros, núm. 132, José María Lapuerta (ed.), Madrid, 2008. Algunos ejemplos pioneros
sobresalientes fueron: las casas de Jacobus Johannes Pieter Oud, en 1924, en el suburbio de
Hoek van Holland, en Rotterdam, con las dos filas de casas gemelas, donde toda referencia
tradicional quedó suprimida, distinguiéndose la dosificación de los materiales como el ladrillo
con los aplanados de color blanco, donde el uso discreto de los colores en la paleta de Piet
Mondrian animan cromáticamente los edificios. Las casas de Adolf Loos, en las cuales la au-
sencia de ornamento superfluo, el abandono gradual de la simetría, y sus interiores, productos
del Raumplan, pusieron en tela de juicio los valores tradicionales y abrieron el camino hacia
nuevas posibilidades. La casa Schröder en Utrecht, Holanda, 1924, de Gerrit Rietveld –uno
de los mejores ejemplos de la corriente De Stijl–, compuesta asimétricamente a base de
planos horizontales y verticales, construida con acero, ladrillo y vidrio, y con la base cromática
de los colores primarios, se convirtió en un manifiesto temprano de flexibilidad del espacio
interno en la vivienda.
4. Un artículo interesante en donde se analiza la aparición paulatina de la casa de la modernidad
en exposiciones y museos es: Beatriz Colomina, “La casa exhibicionista”, en A fin de siglo.
Cien años de Arquitectura, Richard Koshalek y Elizabeth Smith (comps.), México: Antiguo Co-
legio de San Ildefonso, The Museum of Contemporany Art, Los Ángeles, 1998, pp. 127-166.
5. Esta exposición la visitó el arquitecto mexicano Enrique Yáñez, a quien le causó un fuerte im-
pacto. Rafael López Rangel, Enrique Yánez en la cultura arquitectónica mexicana, México: Li-
musa, Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco, 1989, p. 38. Véase Peter Blundell
Jones, Modelos de la arquitectura moderna: Monografías de edificios ejemplares, Volumen 1,
1920-1940, Barcelona: Reverté, 2011.
6. Los curadores publicaron un libro de esta exposición en donde pretendieron englobar las
características comunes y los criterios estéticos de las distintas expresiones arquitectónicas.
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El pensamiento de algunos arquitectos extranjeros del Movimiento Moderno
Afirmaban que se había creado un nuevo estilo que era la expresión y el espíritu de la época.
Esta clasificación surgió como una imposición, pues se establecieron ciertas reglas a las que
se les hizo gran propaganda, planteando así el nacimiento de una arquitectura moderna e
internacional. Henry Russell-Hitchcock y Philip Johnson, The International Style: Architecture
since 1922, Nueva York: W.W. Norton & Co. Inc., 1932. Esta pretendida clasificación tuvo
varias críticas como las que realizaron Francesco Dal Co y Manfredo Tafuri en su libro Arqui-
tectura Contemporánea (Madrid: Aguilar S.A. de Editores, 1976), donde comentaban que
Hitchcock y Johnson estaban buscando una unidad donde no existía.
7. Josep María Montaner, Después del movimiento moderno, arquitectura de la segunda mitad
del siglo XX, Barcelona: Gustavo Gili, 1993, pp. 12-13.
8. Beatriz Colomina, Privacidad y publicidad. La arquitectura moderna como medio de comu-
nicación de masas, Murcia: Centro de Documentación y Estudios Avanzados de Arte Con-
temporáneo (CENDEAC), Colegio Oficial de Arquitectos de Murcia (COAMU), Observatorio del
Diseño y la Arquitectura de la Región de Murcia, 2010, pp. 138-139.
9. Auke van der Woude, “La vivienda popular en el Movimiento Moderno”, Cuaderno de notas,
núm. 7, Escuela técnica Superior de Arquitectura de Madrid, 1999, pp. 3-54, disponible en:
http://composicion.aq.upm.es/webcnotas/pdfs/CN7_1_Vivienda%20Popular.pdf [consulta-
do el 18 de julio de 2016].
10. Frank Lloyd Wright, “Archittetura organica” (1939), citado en el libro de Leonardo Benévolo,
Historia de la arquitectura moderna, Barcelona: Gustavo Gili, 1980, p. 279, op. cit., p. 279
11. Frank Lloyd Wright, “Arquitectura moderna” (1931), en Frank Lloyd Wright. Sus ideas y sus
realizaciones, seleccionadas por Edgar Kaufman y Ben Raeburn, Buenos Aires: Editorial Víc-
tor Leru, 1962, p. 55.
12. Frank Lloyd Wright, “Arquitectura de la llanura” (1931), en Frank Lloyd Wright. Sus ideas…,
op. cit., p. 45.
13. Ibídem, pp. 47-49.
14. Frank Lloyd Wright, The Natural House, Nueva York: Mentor Book, 1963, p. 33.
15. En 1910 se publicaron sus obras completas en Alemania en lo que se conoce como “Los vo-
lúmenes de Wasmuth”. Ese fue el primer encuentro de los arquitectos europeos con su obra.
Especialmente es importante su idea de la “destrucción del bloque”, que le permitía romper
con la compartimentación típica de la casa decimonónica y proponer espacios fluidos en su
lugar. Eso fue posiblemente la influencia más importante sobre la vanguardia holandesa (De
Stijl) y Mies van der Rohe. Por otro lado, el uso de los materiales aparentes influyó principal-
mente en la Escuela de Ámsterdam a través de Hendrik Petrus Berlage.
16. Philip C. Johnson, Mies van der Rohe, “1940: Frank Lloyd Wright”, Buenos Aires: Editorial
Víctor Leru, 1960, p. 230.
17. Véase Grant Hildebrand, The Wright space: pattern and meaning in Frank Lloyd Wright’s
houses, Seattle: University of Washington, 1991; Bruce Brooks Pfeiffer y David Larkin, Frank
Lloyd Wright, Barcelona: Gustavo Gili, 1998; Eduardo Sacriste, Frank Lloyd Wright. Usonia-
na, Buenos Aires: Nobuko, 2006.
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La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
18. Frank Lloyd Wright, “Fallingwater” (1938), Frank Lloyd Wright. Sus ideas…, op. cit., p. 292.
19. Para conocer 289 casas de este autor, véase Alan Hess, Kenneth Frampton et al., Frank Lloyd
Wright. The Houses, Nueva York: Rizzoli, 2005.
20. En el manifiesto de la Bauhaus de 1919 están expuestas con claridad sus premisas: “Todos
nosotros, arquitectos, escultores, pintores, debemos volver al oficio. El arte no es una progre-
sión, no hay ninguna diferencia esencial entre el artista y el artesano […] Formamos una nueva
comunidad de artífices sin la distinción de clases que levanta barrera orgullosa entre artesa-
nos y artistas. Juntos concebimos y creamos el edificio del futuro, que reunirá a la arquitectura,
la escultura y la pintura en una sola unidad y que se alzará un día hacia el cielo gracias al
esfuerzo de millones de trabajadores, como el símbolo de cristal de una nueva fe.” Giulio Carlo
Argan, Walter Gropius y la Bauhaus, Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión, 1977, p. 45.
21. Ibídem, p. 66.
22. Existen decenas de libros sobre la Bauhaus, un análisis reciente en México lo hace Anto-
nio Toca Fernández, Bauhaus: mito y realidad, México: Universidad Autónoma Metropolitana,
2016.
23. Walter Gropius, Alcances de la de la arquitectura moderna, Barcelona: Gustavo Gili, 1980,
p. 279, op. cit., p. 113.
24. Ibídem, pp. 164-165.
25. Walter Gropius, citado en Hans M. Wingler, La Bauhaus. Weimar, Dessau, Berlín, 1919-
1933, Barcelona: Gustavo Gili, 1962, p. 251.
26. Walter Gropius, Alcances de la…, op. cit., pp. 164-165.
27. Véase el libro de Hans M. Wingler, La Bauhaus. Weimar…, op. cit., pp. 84-85.
28. Walter Gropius citado en Hans M. Wingler, La Bauhaus…, op. cit., p. 404.
29. Wolfgang Thöhner, The Bauhaus Life: Life and Work in the Masters’Houses Estate in Dessau,
Leipzig: Seemann Henschel, 2003.
30. Charles Edouard Jeanneret, Le Corbusier, junto con el pintor Amédee Ozenfant desarrollaron
una teoría artística basada en la estética maquinista aplicable a todo, denominada Purismo.
Ambos editaron, junto con Charles Dermée, la revista conocida como L'Esprit Nouveau como
el organismo difusor de sus ideas. Entre 1920 y 1921, Le Corbusier firmó estos artículos con
el seudónimo de “Le Corbusier-Saugnier”. Esta revista combativa y vanguardista incluía a
todas las artes; además, había secciones dedicadas a ciencias, biología y sicología. Françoise
Choay, Le Corbusier, Barcelona: Editorial Bruguera, 1961, p. 9.
31. Kenneth Frampton, Historia crítica de la de la arquitectura moderna, Barcelona: Gustavo Gili,
1980, p. 279,op. cit., p. 154.
32. Le Corbusier, Hacia una arquitectura, Buenos Aires: Poseidón, 1978, p. 71.
33. Ibídem, p. 200.
34. Ibídem, p. 71.
35. Sin embargo, en su “Plan Voisin”, de 1925, para París, propone conservar aquellos monu-
mentos de valor histórico, lo que lo coloca en una posición diferente a la de los autores más
radicales.
36. Ibídem, p. XVI.
37. Ibídem, p. 108.
38. Ibídem, p. 95.
39. Ibídem, pp. 78-79.
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La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
66. Witold Rybczynski, La casa. Historia de una idea, Madrid: Editorial Nerea, 1997, p.204, op.
cit., p. 204.
67. Walter Gropius, Alcances…, op. cit., p. 113.
68. André Perinaud (ed.), La casa del mañana, México: Siglo XXI editores, 1966, p. 73.
69. Witold Rybczynski, La casa. Historia…, op. cit., p. 197.
70. Carmen Espegel, Heroínas del espacio. Mujeres arquitectos en el Movimiento Moderno, Bue-
nos Aires: Nobuko, 2007.
71. Véase Alice T. Friedman, Woman and Making of the Modern Architecture. A social and Archi-
tectural History, Nueva York: Harry N. Abrams, Inc. Pub., 1998.
72. Dolores Hayden, The Grand Domestic Revolution: A History of Feminist Designs for Ameri-
can Homes, Neighborhoods and Cities, Cambridge, Mass.: MIT Press, 1983.
Arquitectura México
núm. 92, junio de 1961
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02.
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pacio doméstico a lo largo del siglo XX
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tad del siglo XX
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siglo XX
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perspectivas de las
casas tipo, Hipódromo de la
Condesa, 1928-1932. Archivo
de Arquitectos Mexicanos,
fondo Francisco J. Serrano,
Facultad de Arquitectura,
UNAM
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XX ha sido la es-
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Francisco J. Serrano,
perspectivas de las casas
tipo, Hipódromo de la
Condesa, 1928-1932. Archivo -
de Arquitectos Mexicanos, 12
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fondo Francisco J. Serrano,
Facultad de Arquitectura,
UNAM
El siglo
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Rodolfo Weber, porche,
Insurgentes y Sonora,
Hipódromo Condesa, 1924. El
Arquitecto núm. II, segunda
serie, México, diciembre
de 1924
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Un cuarto
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toilettes fumoirs boudoirs -
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tación en el siglo XX
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Revista de Revistas,
México, enero de 1926
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México, julio de 1949
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Arquitectura/México
núm. 43, México, septiembre
de 1957
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walkman
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Es la
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Notas
76
Autónoma Metropolitana, 1993; Leticia Solís Pontón (comp.), La familia en la ciudad de Mé-
xico. Presente, pasado y porvenir, México: Departamento del Distrito Federal, Miguel Ángel
Porrúa, 1997; Marina Ariza y Orlandina de Oliveira (coords.), Imágenes de la familia en el
cambio de siglo, México: Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM, 2004.
23. Paola Coppola Pignatelli, El espacio que habitamos, México: Árbol Editorial, 1997, p. 85.
24. Gustau Gili Galfetti, Mi casa, mi paraíso, Barcelona: Gustavo Gili, 1999, p. 8.
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La casa tecnológica:
el ímpetu de la modernidad (1920-1945)
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Por su parte, la casa se
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se multiplicaron, los bailes, las llamadas garden parties, las tertulias, así como
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La casa tecnológica: el ímpetu de la modernidad (1920-1945)
Investigaciones Estéticas,
UNAM. Fotografía: Cecilia
Gutiérrez Arriola
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cionamientos fueron menores a los tamaños de las casas coloniales, se puede
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La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
XIX
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décadas del XX 15 -
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las zotehuelas, y las tinas o bañeras se podían colocar en las recámaras y para
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La casa tecnológica: el ímpetu de la modernidad (1920-1945)
WC– fue
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ticolores y cielos rasos con molduras de yeso, además de un extenso mobiliario
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a 2 500 m2 o más–, cual-
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ta mansiones señoriales, representando un muestrario de innumerables estilos
Cuauhtémoc
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a un hall
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muebles Luis XVI alternaban con pianos Steinway de media cola, taburetes moriscos,
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pleo, derecho a poseer y administrar sus propios bienes, a la independencia moral
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damente a la garçon
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gla-
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Marie Claire
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fox trot free happy, rag time,
charleston jazz o swing Se
un buen lunch
dancing
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Revista de Revistas,
México, enero de 1933
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La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
Fotograma de la película
¡Que viene mi marido!, dirigi-
da por Chano Urueta, 1939.
- Colección Filmoteca UNAM
Revista de Revistas,
México, abril de 1935
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La casa tecnológica: el ímpetu de la modernidad (1920-1945)
Excélsior, México, 1 de
febrero de 1925
Revista de Revistas,
México, enero de 1935
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Por otro lado, nuestro ambiente nos impone de una manera fatal, ese otro producto
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Revista de
Revistas
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Además de los autos, numero-
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XIX
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Excélsior
y El Universal
-
listas se enfocaron en contenidos como, las problemáticas de la ciudad y la apari-
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bungalows
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La
Familia. Revista de labores para la mujer, Mujeres, El Hogar, La revista de las fami-
lias, Paquita, Semanario para grandes y chicas, o en Revista de Revistas Semanario
Semanal -
XX
-
art déco
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-
-
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Muebles de Studio
Evolución de El Palacio de
Hierro, México, El Arquitecto,
II etapa, volumen II, número Arts&Decoration, Estados
5, s/p., 1933 Unidos, febrero de 1930
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WC
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diadas, este bienestar, comodidad o confort estaba relacionado directamente
-
Desde esta época, los modelos importados del American way of life o del
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marzo de 1938
Revista de Revistas,
México, noviembre de 1926
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Revista de Revistas,
México, octubre de 1924 -
El Universal, México,
17 de julio de 1924
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Cemento
Excélsior y El Universal -
Cemento
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art déco
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México, y en especial la capital del país, era receptor, como otros países latinoa-
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Cemento
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Cemento
Le Corbusier, cobraron paulatinamente adeptos, frente a la inconformidad de
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ras como American Architect, Moderne Bauformen, Architecture d’Aujourd’hui, y Le
Génie Civil
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El
Universal -
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Nuestra Arquitectura
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México, octubre de 1939
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Revista de Revistas
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Fue una época rica en experien-
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art déco
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existenzmi-
nimum
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La casa con sus papeles tapices, sus candelabros, sus sillas doradas, alfombras ca-
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planteaba problemas distintos a los diseñadores, los cuales, con base en prueba
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-
La competencia era
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Se han imitado todos los estilos, se ha matado o tratado de matar al patio, sustitu-
yéndolo por el hall, se han reducido al mínimo posible las dimensiones de las piezas,
Luis y Francisco
Martínez Negrete, planta
baja, Tigris s/n, ca. 1931.
Architectural Record, The
New Architecture in Mexico,
volumen 81, núm. 4, Nueva
York, abril 1937, pp. 68-69.
Dibujo: Fernando Leobardo
Silva González
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Planta alta
Planta baja
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José Villagrán García,
planta baja de su casa,
Dublín núm. 7, 1935.
Architectural Record, The
- New Architecture in Mexico,
tura, de dos o tres pisos, en torno a un hall volumen 81, núm. 4, Nueva
York, abril 1937, pp. 74-75
hall
-
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-
riaba de acuerdo al proyecto, terreno
-
-
terior o porche
hall -
-
Luis y Francisco Martínez -
Negrete, estancia, Avenida
Coyoacán 911, ca. 1932.
Esther Born, The New
Architecture in Mexico, The
Architectural Record, Nueva
York, 1937, p. 103
-
-
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del
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tener un cuarto de baño en cada casa, sino contar por lo menos con dos o, de prefe-
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nían closets
-
te, con su escalera propia si se localizaba en las planta alta, o si se encontraba
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XX,
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Revista de Revistas,
México, febrero de 1928
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art déco
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El Universal y Excélsior
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El Universal, México,
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El Universal, México,
4 de noviembre de 1923
hall
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bungalows se fusionaron con otras soluciones
-
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Excélsior, México,
- 4 de enero de 1931
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XVII y XVIII -
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Los es-
Su éxito en
-
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art déco
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Francisco J. Serrano,
Ámsterdam e Iztaccíhuatl,
Hipódromo de la Condesa,
1932. Archivo Francisco J.
Serrano
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L’Esprit nouveau de Le Corbusier,
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Notas
1. Luis Jáuregui, “Las Reformas Borbónicas”, en Nueva historia mínima de México, México: El
Colegio de México, 2008, p. 113.
2. Ley de Desamortización de Fincas Rústicas y Urbanas Propiedad de las Corporaciones Ci-
viles y Religiosas, 1856.
3. Para consultar sobre el urbanismo del siglo XIX y el porfiriato, véase María Dolores Morales,
“La expansión de la ciudad de México en el siglo XIX. El caso de los fraccionamientos”, en
Investigaciones sobre la historia de la ciudad de México, México: Departamento de Investi-
gaciones Históricas, INAH, 1974, pp. 71-103; y Horacio Sánchez, La vivienda y la ciudad de
México. Génesis de la tipología moderna, México: Universidad Autónoma Metropolitana-Xo-
chimilco, 2006.
4. Para conocer la vida citadina durante el siglo XIX en México, véase Pedro Viqueira, ¿Relajados
o deprimidos? Diversiones y vida social en la ciudad de México durante el siglo de las luces,
México: Fondo de Cultura Económica, 1987.
5. Cabe mencionar que durante la época virreinal el sentido de la vida privada era muy distinto,
sobre todo en la clase media y en el sector más desprotegido de la sociedad. Varios de los
quehaceres de la vida cotidiana en la casa colonial se hacían principalmente al aire libre, en
los patios o zaguanes, y lo mismo sucedía con el espacio del trabajo remunerado que podía
formar parte del trajín de la casa. No existía una frontera rigurosa entre la casa y la calle. Para
conocer la transformación de la casa, de la vida privada y de la ciudad después de la Ilustra-
ción hasta finales del siglo XIX, véase Enrique Ayala Alonso, La idea de habitar. La ciudad de
México y sus casas 1750-1900, México: Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco,
2009, y Habitar la casa: Historia, actualidad y prospectiva, Antologías, México: Universidad
Autónoma Metropolitana-Xochimilco, 2010; Historia de la vida cotidiana en México, Pilar
Gonzalbo Aizpuru (coord.), Tomo IV “Bienes y vivencias. El siglo XIX”, Anne Staples (coord.),
México: Fondo de Cultura Económica, Colegio de México, 2005.
6. Citado por Anatxu Zabalbeascoa, “Cocina” en Todo sobre la casa, Barcelona: Gustavo Gili,
2011, p. 57.
7. Este grupo reducido estaba conformado por banqueros, hacendados, empresarios y profe-
sionistas eminentes; dentro de la clase media había comerciantes, profesionistas, empleados
públicos, entre otros. Véase Moisés González Navarro, “La vida social”, en Historia moderna
de México. El Porfiriato, Daniel Cosío Villegas (coord.), México: Editorial Hermes, 1973; Mé-
xico-Francia: memoria de una sensibilidad común, Siglos XIX-XX, Vol. II, Javier Pérez Siller y
Chantal Cramaussel (coords.), México: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Cole-
gio de Michoacán, Centro Francés de Estudios Mexicanos y Centroamericanos, 2004.
8. Véase Patricia Martínez Gutiérrez, El Palacio de Hierro. Arranque de la modernidad arquitec-
tónica en la ciudad de México, México: Facultad de Arquitectura, Instituto de Investigaciones
Estéticas, UNAM, 2005.
9. Véase Julieta Ortiz Gaitán, La imagen publicitaria en la prensa ilustrada mexicana (1894-
1939), Tesis Doctoral en Historia del Arte, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM, México, 2000.
Esta tesis se publicó con el título de Imágenes del deseo. Arte y publicidad en la prensa
mexicana (1884-1936), México: Dirección General de Estudios de Posgrado, UNAM, 2003.
142
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10. En 1910 el total de la población en México era de 15 160 377, datos tomados de: Estadís-
ticas sociales del Porfiriato. 1877-1910. México, Secretaría de Economía. Dirección General
de Estadística, 1956. Disponible en: http://www.inegi.org.mx/prod_serv/contenidos/espanol/
bvinegi/productos/integracion/pais/historicas/porfi/ESPI.pdf [consultado el 31 de agosto de
2015].
11. Además de la casa unifamiliar para los distintos estratos sociales, existían varias modalidades
de las viviendas multifamiliares. Véase María de Lourdes Díaz Hernández, “Viviendas del siglo
XIX y principios del XX”, en Aportes al estudio de la arquitectura del siglo XIX en México, María
Lilia González Servín (comp.), México: Facultad de Arquitectura, UNAM, 2014.
12. Edgar Tavares López, Colonia Roma, México: Clío, 1996; Rodolfo Santa María, Arquitectura
del siglo XX en la ciudad de México: la colonia Roma, Tesis Doctoral, Facultad de Arquitec-
tura, UNAM, México, 2015.
13. Berta Tello Peón, Santa María la Ribera, México: Clío, 1998; Guillermo Boils, Pasado y pre-
sente de la colonia Santa María la Ribera, México: Universidad Autónoma Metropolitana-Xo-
chimilco, 2005.
14. Margarita Martínez Domínguez, La colonia de los arquitectos. A través del tiempo San Rafael,
México: Gobierno del Distrito Federal, 2011.
15. A pesar de lo costoso del baño, el anhelo de cada familia era tener uno en su casa, esto dis-
minuyó el uso de los baños públicos, tan comunes hasta entonces.
16. Véase de Claudia Agostoni, “Las delicias de la limpieza: la higiene en la ciudad de México”, en
Historia de la vida cotidiana en México, Tomo IV “Bienes y vivencias…”, op. cit., pp. 563-597.
17. Anatxu Zabalbeascoa, “baño”, en Todo sobre la casa…, op. cit., p.28.
18. La evolución de las medidas higiénicas y del cuarto del baño es muy compleja y no se debe
concretar a unas líneas, se recomienda consultar los libros: Luis Soto Walls, El diseño de lo
privado. El baño, México: Universidad. Autónoma Metropolitana, Azcapotzalco, 1992; Domi-
nique Laporte, Historia de la mierda, Valencia: Pre-textos, 1998.
19. María de Lourdes Díaz Hernández, “Tipología de la vivienda porfiriana en la ciudad de México”,
en Anuario de Estudios de Arquitectura, México: Universidad Autónoma Metropolitana-Azca-
potzalco, 2001, p. 140.
20. Un extenso estudio de este tipo de casa y sus objetos decorativos se pueden consultar en
los artículos de Berta Tello Peón, “Nuevas colonias, nuevos espacios. Las viviendas en Santa
María la Ribera”, en Academia XXII, Primera época, año 6, núm. 11, México, mayo 2015, pp.
40-57, y en “Intención decorativa en los objetos de uso cotidiano de los interiores domésticos
del porfiriato”, en XVI Coloquio Internacional de Historia del Arte, México: Instituto de Investi-
gaciones Estéticas, UNAM, pp. 139-154.
21. Vicente Martín Hernández, Arquitectura doméstica de la ciudad de México (1890-1925),
México: UNAM, 1981, pp. 130-135; María de Lourdes Díaz Hernández, “Vivienda porfiriana”,
en Anuario de Estudios de Arquitectura, México: Universidad Autónoma Metropolitana-Azca-
potzalco, 2000, pp. 115-134; y Raquel Franklin Unkind, La casa porfiriana, Tesis de Maestría
en Restauración de Monumentos, México: Facultad de Arquitectura, UNAM, 1994.
143
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
22. Algunos arquitectos e ingenieros civiles o militares de la época que construyeron casas
habitación fueron: Antonio Rivas Mercado, Emilio Dondé, Genaro Alcorta, Luis Bacmeister,
Manuel Cortina García, José Luis Cuevas, Salvador Echegaray, Ignacio y Manuel Gorozpe,
Guillermo de Heredia, Carlos y Manuel Ituarte, José G. de la Lama, Eduardo Macedo y Arbeu,
J. Francisco Serrano y Carlos M. Zamudio, entre otros.
23. Véase Will Jones, Cómo leer casas. Una guía sobre arquitectura doméstica, Madrid: H.
Blume, 2014.
24. La primera comunicación telefónica en el país se realizó en 1878 entre la gendarmería de la
población de Tlalpan y la capital del país; en 1881 durante el gobierno de Manuel González
se otorgó a M. L. Greenwood la concesión para la construcción de la red telefónica en el Dis-
trito Federal. Hacia 1888 ya había 800 líneas telefónicas instaladas. Véase Leonardo Morales
Blanco, “La telefonía en México, 1878-1930”, disponible en: http://telmendez.com/?p=16
[consultado el 1º de septiembre de 2015].
25. Una investigación interesante sobre las casas de este periodo histórico aparece en el libro de
Enrique Ayala Alonso, La casa de la ciudad de México. Evolución y transformaciones, México:
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1996, pp. 81-94.
26. Julieta Ortiz Gaitán, La imagen publicitaria… op. cit., p. 277.
27. Algunas de estas casas señoriales las ha estudiado Rafael Fierro Gossman y aparecen en el
blog: “Grandes casas de México”, http://grandescasasdemexico.blogspot.mx/.
28. Francisco Pérez Cortés, El diseño de la femineidad, México: Universidad Autónoma Metropo-
litana-Xochimilco, 2001, p. 83.
29. Para una comprensión de la formación y el comportamiento de la clase media, se puede
consultar Gabriel Careaga, Mitos y fantasías de la clase media en México, México: Ediciones
Océano, 1985.
30. Carlos Chanfón Olmos, “Antecedentes importantes”, en Historia de la Arquitectura y el Ur-
banismo Mexicanos, volumen 4, tomo II “En la antesala del tercer milenio”, Lourdes Cruz
González Franco (coord.), México: Fondo de Cultura Económica, Facultad de Arquitectura,
UNAM, 2015, p. 43.
31. “La coquetería femenina. Curiosidades sobre la melena”, en Revista de Revistas, México, 26
de junio de 1926, p. 28.
32. María del Carmen Collado Herrera, “El espejo de la élite social 1920-1940”, en Historia de
la vida cotidiana en México, dirigida por Pilar Gonzalbo Aizpuru, tomo V, “Siglo XX. Campo y
ciudad”, Aurelio de los Reyes (coord.), México: Fondo de Cultura Económica, El Colegio de
México, 2011, p. 101.
33. Revista La Familia, abril de 1937, p. 5., citado en Elvia Montes de Oca Navas, “La vida coti-
diana de las mujeres mexicanas en las revistas femeninas publicadas durante el cardenismo
(1934-1940)”, disponible en: http://www.uaemex.mx/plin/colmena/Colmena%2053/Colme-
nario/Elvia.html [consultado el 10 de agosto del 2014].
34. “[..] cada día aumenta el entusiasmo en la Ciudad de México por el baile moderno y encanta-
dor que diluye las horas en amables paréntesis de alegría juvenil y de peregrina ventura”, en
“¿Quién es la muchacha que baila mejor en México?”, en Revista de Revistas, México, 6 de
septiembre de 1925, p. 13.
35. Véase Aurelio de los Reyes, Cine y sociedad en México 1896-1930, volumen II “Bajo el cielo
de México (1920-1924)”, México: Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM, 1993, pp.
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La casa tecnológica: el ímpetu de la modernidad (1920-1945)
43-46; María del Carmen Collado Herrera, “El espejo de la élite social 1920-1940…” op.
cit., p. 106.
36. “Cómo se baila hoy”, en Revistas de Revistas, México, 19 de diciembre de 1926, suplemento.
37. Véase Gül Kale, “La interacción entre cine y arquitectura: mirando a través de la primera mi-
tad del siglo XX”, bifurcaciones, revista de estudios culturales urbanos, Chile, disponible en:
http://www.bifurcaciones.cl/003/Kale.htm [consultado el 9 de septiembre de 2014].
38. Aurelio de los Reyes, Cine y sociedad…, op. cit., p. 278
39. Para ampliar el tema véase Ricardo Pérez Montfort, “‘Down Mexico Way´. Estereotipos y tu-
rismo estadounidense en el México de 1920 a 1940”, en La mirada mirada. Transculturali-
dad e imaginarios del México revolucionario, 1910-1945, Alicia Azuela y Guillermo Palacios
(coords.), México: El Colegio de México, Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM, 2009.
40. Roberto Ornelas Herrera, “Radio y cotidianidad en México, 1900-1930”, en Historia de la
vida cotidiana en México, dirigida por Pilar Gonzalbo Aizpuru, tomo V, “Siglo XX. Campo y
ciudad…” op. cit., pp. 149-163.
41. Alfonso Millán, “La vida moderna y la higiene mental”, en Hoy, núm. 13, 22 de mayo de 1937,
p. 26. Citado en Raquel Franklin, “La casa mexicana frente a la tecnología. Promoción y recha-
zo en revistas para la mujer, 1930-1960”, en La Segunda Modernidad urbano arquitectónica,
Proyectos y obras, Marco Tulio Peraza Guzmán y Lourdes Cruz González Franco (coords.),
México: Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, 2014, p. 343.
42. María del Carmen Collado Herrera, “El espejo de la élite social…”, op. cit., p. 103.
43. Aurelio de los Reyes, Cine y sociedad…, op. cit., p. 274.
44. “La influencia de la exposición de Artes Decorativas en la indumentaria femenina”, en Revista
de Revistas, México, 13 de septiembre de 1925, pp. 35 y 45.
45. Julieta Ortiz Gaitán, La imagen…, op. cit., p. 228.
46. Algunas revistas ilustradas son: El Mundo. Semanario Ilustrado (1894-1900), El Mundo
Ilustrado (1900-1914), Revista Moderna (1898-1911), Álbum de Damas (1907-1908) y El
Tiempo Ilustrado (1893-1912).
47. “Los elementos nuevos del confort en nuestro hogar”, en Nuestra Arquitectura, Buenos Aires,
Argentina, agosto de 1929, p. 27.
48. El Universal. El primero de febrero de 1921 se inició esporádicamente la publicación de la
página de “ingeniería”, a veces denominada sección de Ingeniería. La página de “arquitectu-
ra”, patrocinada por la Sociedad de Arquitectos Mexicanos comenzó el 29 de julio de 1921,
presentando “Obras de arte y artistas mexicanos”. A partir del 9 de septiembre de 1922 se
publicó cada domingo la sección, generalmente la tercera, denominada “Casas terrenos y
automóviles”. En ella se albergaron las dos páginas anteriores, siendo la principal la de inge-
niería, y la de arquitectura, menos frecuente. El 10 de agosto se publicó una página de “Bellas
Artes, Escultura, Pintura y Música” y la semana siguiente, el 17 de agosto de 1924, la página
de la “Guía del Hogar Económico” a cargo de Luis Prieto y Souza, publicación esporádica
que termina el 15 de marzo de 1925. La página de “Arquitectura”, también a cargo de Luis
Prieto y Souza, empezó a publicarse el mismo día. Esta sección se hizo cada vez más breve
hasta desparecer el 3 de febrero de 1929. El 10 de febrero de 1929 se inaugura la sección
“Nuestra Ciudad” en el Magazine dominical de El Universal, a cargo de Luis Pietro y Souza; la
publicación semanal permaneció hasta agosto de 1931.
Excélsior. El 29 de enero de 1922 se comenzó a publicar en la 2ª. Sección, aún sin bautizar,
145
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no en 1930: “[…] significa simplemente adecuado a las necesidades del cliente, de acuerdo
con los procedimientos, las máquinas y los materiales, ya experimentados, con que cuenta el
artista, el artista constructor, en este caso”, Tolteca, núm. 16, septiembre de 1930, p. 191; y
“Una casita moderna, muy modesta y sencilla, es más bella y cómoda que cualquier residencia
palaciega de tiempos pasados y aun de los presentes. Esa casita cuenta con agua corriente,
baño, cocina sin humo y rápida, y abunda en luz y ventilación. Su amplitud es la indispensable.
Los muebles ocupan poco espacio. Hay un departamento apropiado para baños de sol”,
ídem p. 203.
83. Enrique Luis Varela, “Divagaciones al margen de la nueva idea”, en El Arquitecto, La Habana,
Cuba, vol. III, núms. 24 y 25, marzo-abril de 1928, p. 89.
84. Nuestra Arquitectura, Buenos Aires, núm. XXX, año 2, febrero de 1931, p. 218.
85. Gustavo E. Urrutia, “Arquitectura Universal”, en Colegio de arquitectos de la Habana, vol. 5,
núm. 6, La Habana, Cuba, junio de 1931, p. 20.
86. Pláticas de Arquitectura. México 1933, Sociedad de Arquitectos Mexicanos, 1934, p. 22.
87. Revista de Revistas, México, domingo 5 de junio de 1921, p. 27.
88. Marcel Mayer, “Arquitectura del Cemento Armado”, Arquitectura, núm. CXXIX, año XIII, Uruguay,
Montevideo, agosto de 1928, p. 181. Artículo tomado de la revista francesa, L’Amour de l’Art.
89. Camille Mauclair, “La crisis de la arquitectura moderna”, Nuestra Arquitectura, Buenos Aires,
núm. 149, año XIX, mayo de 1933, p. 218. Artículo transcrito de La Nación del 9 de abril.
90. Sin duda la obra de José Villagrán García marcó una pauta en la historia de la arquitectura
mexicana contemporánea mexicana: el Instituto de Higiene en Popotla (destruido), de 1925,
y el Hospital para tuberculosos en Tlalpan (transformado), de 1929. De igual forma las casas
y escuelas de Juan O’Gorman, construidas entre 1927 y 1935, han sido representativas de
la modernidad.
91. Algunas de las principales obras en el gobierno de Álvaro Obregón fueron: la Biblioteca
Cervantes (1923), de Federico Centeno; el edificio de departamentos Gaona (1923), de
Ángel Torres Torija; el Centro Educativo Belisario Domínguez (1923), de Edmundo Zamudio y
Alberto Álvarez; la fuente de Fray Bartolomé (1923), de Roberto Álvarez Espinosa; los talleres
Tostado (1923), de Federico Mariscal; el Centro Escolar Benito Juárez (1924), de Carlos
Obregón Santacilia; y el Estadio Nacional (1924, desaparecido), de José Villagrán García.
92. Algunas de las principales obras fueron: la Secretaría de Salubridad y Asistencia (1929) y
el Monumento a la Revolución (1938), de Carlos Obregón Santacilia; y el Centro Escolar
Revolución (1935), de Antonio Muñoz García.
93. En 1932 el Muestrario de la Construcción Moderna, dirigido por Carlos Obregón Santacilia,
convocó a un concurso para el proyecto de una vivienda modelo para el obrero. Los ganado-
res fueron Juan Legarreta y Justino Fernández, quienes proponían una vivienda mínima pero
digna. Con este proyecto, enriquecido con las ideas de otros participantes como Enrique
Yáñez, se construyeron en la Ciudad de México algunos conjuntos habitacionales como el de
Balbuena y San Jacinto, que a pesar de las transformaciones que han tenido son una lección
vigente de análisis de las necesidades de la clase trabajadora. Al igual que la habitación, una
de las grandes demandas del país eran las escuelas. El arquitecto Juan O’Gorman realizó
un notable esfuerzo, desde la Dirección de Edificios de la Secretaría de Educación Pública,
cuando estableció el programa de revitalización y construcción de varias escuelas primarias;
apegado a los preceptos funcionalistas, optimizó, moduló y estandarizó el diseño. Véase Juan
149
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
O’Gorman. Arquitectura escolar 1932, Raíces núm. 4, Víctor Arias Montes (coord.), México:
Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco, Facultad de Arquitectura, UNAM, Facultad
del Hábitat, San Luis Potosí, 2006.
94. Véase Carlos González Lobo, “Arquitectura en México durante la cuarta década: el Maximato
y el Cardenismo”, en Cuadernos de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico,
núms. 22-23; Apuntes para la Historia y Crítica de la Arquitectura Mexicana del siglo XX:
150
La casa tecnológica: el ímpetu de la modernidad (1920-1945)
ca el motivo por el cual se llevaron a cabo: “La Sociedad de Arquitectos Mexicanos percatada
de esta situación caótica que invade el campo de actividades de sus profesionistas, deseosa
también de unificar la ideología de los arquitectos para lograr un movimiento constructivo
acorde con los más depurados postulados científicos, económicos, y artísticos, organizó una
seria de ‘Pláticas’ sobre los temas más sugerentes en la actualidad […]” Los participantes
fueron: Juan Legarreta, Salvador Roncal, Álvaro Aburto, Manuel Ortiz Monasterio, Mauricio M.
Campos, Federico E. Mariscal, Juan Galindo, José Villagrán, Silvano B. Palafox, Manuel Amá-
bilis y Juan O’Gorman. Se publicaron bajo el título Pláticas de Arquitectura. México, 1933,
México: Sociedad de Arquitectos Mexicanos, 1934.
101. Alfonso Pallares (editor), Pláticas…, op. cit., pp.1 y 2.
102. Juan O’Gorman, Pláticas…, op. cit., p.21
103. Ibídem, p. 15.
104. Salvador Roncal, ibídem, p. 33.
105. Ibídem, p. 28.
106. Véase de Manuel Martín Hernández, La casa en la arquitectura moderna. Respuesta a la
cuestión de la vivienda, Barcelona: Editorial Reverté, 2014.
107. Antonio Muñoz García, Pláticas…, op. cit., pp. 39-40. Aunque el arquitecto Antonio Muñoz no
participó en las pláticas, en la publicación se dio a conocer una disertación que escribió para
una conferencia en la Sociedad de Arquitectos Mexicanos, el 7 de diciembre de 1933, sobre
las características de la arquitectura en aquel momento.
108. Salvador Rocal, Ibídem, p. 36.
109. Véase de Lourdes Cruz González Franco, “La diversidad en la estandarización: las casas de
Francisco J. Serrano en la colonia Hipódromo Condesa”, en Anuarios de Estudios de arqui-
tectura, México: Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco, 2002, pp. 71-83.
110. Tacubaya, la Villa de Guadalupe, Tacuba, Mixcoac, San Ángel, Coyoacán y Tlalpan.
111. Las haciendas de la Teja, Condesa, Aragón, Ascensión y ranchos como la Vaquita, El Chopo
o Santo Tomás.
112. Véase Rafael López Rangel, La Planificación y la Ciudad de México, México: Universidad
Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco, Colección CyAD, 1993; Gerardo G. Sánchez Ruiz,
La ciudad de México en el periodo de las regencias, 1929-1997, México: Universidad Autó-
noma Metropolitana-Azcapotzalco, Gobierno del Distrito Federal, 1999; Gerardo G. Sánchez
Ruiz, Planificación y Urbanismo de la Revolución Mexicana. Los sustentos de una nueva
modernidad en la Ciudad de México, 1917-1940, México: Universidad Autónoma Metropoli-
tana-Azcapotzalco, Gobierno del Distrito Federal, 2002.
113. Algunas de estas colonias fueron: Portales, del Valle, San Pedro de los Pinos, Verónica, Ta-
cubaya, Rivera de San Cosme y Algarín, Puente de Alvarado, Ponciano Arriaga, Insurgentes
Condesa y, posteriormente, Hipódromo de la Condesa y Chapultepec Heights (Lomas de
Chapultepec).
114. El Arquitecto, año 1, septiembre de 1923, Alfonso Pallares (encargado de la redacción), p.1;
otro arquitecto que escribió a favor del patio mexicano fue Federico Mariscal en su artículo
en Excélsior, “El estilo de la casa mexicana debe ser el que mejor cuadre”, 16 de marzo de
1924. Se puede consultar en Ideario de los arquitectos mexicanos, tomo II “Los olvidados”,
Ramón Vargas y Víctor Arias (comps.), México: INBA, Facultad de Arquitectura, UNAM, 2010,
pp. 49-52.
151
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
152
La casa tecnológica: el ímpetu de la modernidad (1920-1945)
Unidos, desde comienzos del siglo XX hasta los años cuarenta, lo hacen: Cristina López Uribe,
“Reflections of de ‘Colonial’. Between Mexico and Californiano”, en Latin American Modern
Architectures. Ambiguous Territories, Patricio del Real y Helen Gyger (eds.), Nueva York:
Routledge, 2013, pp. 215-234; Karen Weitze, California’s Mission Revival, Los Angeles:
Hennessey & Ingalls, 1984; y Elizabeth Jean McMillian, California Colonial: the Spanish and
Rancho Revivals Styles, Atglen, Pennsylvania: Schiffer Publishing Ltd., 2002.
132. Misiones de San Diego, San Fernando, San Buenaventura, San Luis Obispo, San Antonio de
Padua y San Carlos Borromeo, entre las principales.
133. Para conocer algunas de estas casas y las diferencias en México entre el estilo neocolonial,
colonial californiano y el neobarroco, véase Rafael Fierro Gossman, La gran corriente or-
namental del siglo XX: una revisión de la arquitectura neocolonial en la Ciudad de México,
México: Universidad Iberoamericana, 1998; Aracy Amaral (coord.), Arquitectura Neocolonial:
América Latina, Caribe, Estados Unidos, Sao Paulo: Fundaçao Memorial de América Latina,
Fondo de Cultura Económica, 1994; El neobarroco en la ciudad de México, México: CONA-
CULTA, 1992.
134. Israel Katzman, Arquitectura Contemporánea…, op. cit., p. 85. Federico Sánchez Fogarty es-
taba en contra de esta arquitectura y criticaba, al mismo tiempo, la arquitectura californiana
que, según el autor, copiaba y ridiculizaba nuestros patios y capillas. “La farsa de los Ángeles”,
Tolteca, núm. 21, enero de 1932, pp. 301-304.
135. Véase César Nova Magallanes, “El Colonial Californiano”, en Arquitectura y lo Demás, México,
núm. 7, diciembre de 1945-enero de 1946, pp. 16-17; y Augusto Pérez Palacios, “Colonial
Californiano contra la arquitectura”, en Construcción, núm. 33, año III, México, octubre-no-
viembre de 1943, pp.46-48.
136. Para conocer las características de este estilo y lo acontecido en estas décadas en México,
véase Enrique X. de Anda, La arquitectura de la…, op. cit., pp. 127-156; Paul Maenz, Una
puerta al Art Déco, México: UNAM, 1980; Xavier Esqueda, El Art Déco. Retrato de una época,
México: Centro de Investigación y Servicios Museológicos, UNAM, 1986; Enrique X. de Anda,
et.al., Art Déco. Un país nacionalista. Un México cosmopolita, México: Museo Nacional de
Arte, 1997.
137. Además de las cincuenta casas en serie (1927-1932) que hizo Serrano en la colonia Hipó-
dromo de la Condesa, sobresalen las casas en Laredo núm. 5 (1933) y Ámsterdam núm. 206.
De Juan Segura, la casa en Popocatépetl núms. 18 y 20 (1929), Chilpancingo núm. 8 (1930),
y Ámsterdam núms. 65 y 321 (1930).
138. Tanto las obras, proyectos y escritos de Le Corbusier aparecieron en diversas revistas mexi-
canas a lo largo de varias décadas, lo que revela su presencia constante. Igualmente apa-
recían textos de críticos, artistas y arquitectos sobre este personaje, analizando su obra. La
mayoría fueron favorables, como el de 1948, en respuesta a los ataques de Diego Rivera en
contra de Le Corbusier, véase Raúl Cacho y Guillermo Rossell, “A la defensa de Monsieur
Jeanneret. El gran arquitecto”, en Espacios núm. 1, septiembre de 1948. El mismo Mario Pani,
editor de la revista Arquitectura/México, le dedicó el número 92, en junio de 1961.
139. Cuadernos de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico, núms. 15-16, “Testimo-
nios Vivos 20 arquitectos”, México: SEP, INBA, 1981, p. 54.
140. Frente Nacional de Artes Plásticas. Sumario, núm. 2, noviembre de 1952.
153
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
141. Véase Xavier Guzmán Urbiola, Juan O’Gorman, sus primeras casas funcionalistas, México:
INBA, UNAM, 2007.
142. Raúl Castro Padilla, Pláticas de Arquitectura…, op. cit., p. 48.
143. Ortega, “De arquitectura habla Obregón Santacilia”, en Revista de Revistas, México, 24 de
abril de 1932, p. 24.
144. Raúl Henríquez, “Arquitectura moderna en México”, en Arquitectura/México, núm. 82, junio
de 1963, p. 74.
145. Algunos ejemplos: Rodolfo Weber, Av. Gabriel Mancera y Xola, en 1933; y la de Av. Gabriel
Mancera núm. 150, en 1931; Carlos Obregón Santacilia, casa de la Sra. C. Morín de Gómez,
en 1931, en las calles de Parras y Nuevo León; Luis Barragán, avenida México núms. 141 y
143, en 1936; y la de Guadiana núm. 3, en 1936; José Villagrán García, en la calle Dublín
núm. 7, en 1935.
154
La casa tecnológica: el ímpetu de la modernidad (1920-1945)
155
La casa racionalista: orden, luz
y transparencia (1945-1965)
156
04.
157
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
la clase media cada día se reconocía menos en las películas nacionales, quería
158
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
por iniciativa del presidente Adolfo Ruiz Cortines, se reformaron los artículos 34
y 115 de la Constitución, que otorgarían la plenitud de los derechos políticos a
159
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
-
bían comenzado a pelear y que no se les había otorgado, entre otros factores,
-
cia laboral y aumentó su nivel de educación, con el ingreso de algunas de ellas a
las aulas universitarias. Sin embargo, años más tarde, la moral, las costumbres y
-
bió el rostro de la sociedad en la segunda mitad del siglo XX.
impedía la participación de las otras fuerzas políticas; la crisis del modelo eco-
nómico fue palpable ante la inequitativa distribución de la riqueza. Frente a
este panorama, se sumó la creciente población que en la Ciudad de México,
que pasó de un millón y medio de personas en 1940 a aproximadamente cinco
-
vicios y otros problemas.
-
vimientos sociales,4 los cuales involucraron a la clase media. Éstos fueron drás-
ticamente reprimidos y llegarían a su clímax en el movimiento estudiantil de
1968, el cual pretendía provocar un cambio en las estructuras socio-políticas
del país. Carlos Monsiváis lo describió como:
-
rrollista, el deterioro de una imagen optimista y milagrosa del país y el principio de
una revisión crítica de los presupuestos de sus formas de gobierno y su cultura, de
los alcances del proceso institucional y las limitaciones y requerimientos de las dis-
tintas respuestas críticas a ese proceso.5
comenzaron una carrera franca en la lucha de sus derechos; en los países más
desarrollados, la revolución sexual cuestionó el derecho al aborto, el control
de la natalidad, el uso de los anticonceptivos y nuevas formas de relacionarse
sexualmente, demandas que tuvieron una repercusión en la capital del país.6
pantalones y, al igual que los hombres, adoptaron los jeans como vestimenta
160
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
la vida cotidiana en la gran mayoría de la clase media. Los hippies y las drogas
simbolizaron una generación rebelde, que rompía con el orden establecido.
-
cacielos, pero sobre todo nuevas avenidas, brazos que partían de la ciudad habitada
-
bitados […] Se abrió la avenida División del Norte y se amplió la ya muy larga avenida
-
dos. Sólo Alemán podía tener la mentalidad visionaria de entubar el río de la Piedad
8
161
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
Revista de Revistas,
México, marzo de 1954
162
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
arquitectónicos, mismos que caracterizaron la segunda mitad del siglo XX, como
-
portancia radica no sólo en su extensión y calidad arquitectónica y urbanística,
sino que logró reunir, en ese entonces, a los principales arquitectos, ingenie-
ros y compañías constructoras del momento, encabezados por los arquitectos
Mario Pani y Enrique del Moral, y Carlos Lazo como gerente general, así como
-
12
-
quitecto Reynaldo Pérez Rayón como titular.13 Por otra parte, en el área de la
163
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
-
lencio, la soledad, la espiritualidad y a la intimidad.21
El desencanto del Movimiento Moderno se fue dando paulatina y desigual-
-
cía. Desde las aulas universitarias impartió sus clases de teoría, misma que fue
capaz de responder a las condiciones del país. Los cuatro valores: útil, lógico,
164
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
165
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
-
sonite, maderas tratadas o vidrios de mayor calidad. Para los interiores el papel
tapiz, diversas persianas y mobiliario de todo tipo que se anunciaban como “clá-
sicos”, “tradicionales” y “modernos”. En la publicidad prevalecía la competencia
entre los distintos productos, que participaban en la elaboración de la vivienda
-
culos de plomería y electricidad, fabricantes de puertas y ventanas, etcétera. Al
parecer predominaba un ambiente de conformidad con la manera de habitar;
el modo de vida estaba aparentemente aceptado y asimilado, lo “novedoso” ya
no cimbraba las costumbres. El camino estaba trazado, el reto era hacerlo cada
pudiéramos asegurar que vivíamos en la casa, esto es claro: nacer, comer, dormir,
Porque se nace con mayor decencia, más limpieza, menos riesgos y más comodidad,
Se me ocurre sugerirle que desde cierto punto de vista hay dos clases de casas:
la romana y la moderna. Las del primer tipo, aíslan por completo al hombre de todo
166
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
el universo de afuera de la casa; nadie puede saber, desde el exterior, lo que hay
dentro, ni lo que sucede al interior. En las del segundo tipo ocurre todo lo contrario:
son esas casas modernísimas y funcionales, equipadas con todos los adelantos de la
los valores, y hasta con alguna forma doméstica del radar. ¿Se puede asegurar que
25
-
dico y psicólogo que estaba en contacto estrecho con el ser humano, quien se
preguntaba, ¿cuál era el verdadero sentido doméstico de la casa?
había que aprender cómo usar esos aparatos que hacían la vida cotidiana más
a esa tecnología.
En la vida doméstica, la separación entre el universo público y privado se
acentuó porque la tendencia hacia la vida privada individualidad comenzó a
manifestarse tímidamente; los miembros de la familia cada día deseaban más
intimidad para dormir, para asearse y para pasar su ratos de ocio.
toilet o medio
167
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
puede realizar su sueño de poseer la más bella cocina equipándola con muebles
168
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
Victor de la Lama,
metálicos que resumen elegancia, duración y comodidad y economía.”27 Al igual estancia, Sierra Madre núm.
que el refrigerador, la estufa de gas se incorporó a estos diseños industrializados: 705, Lomas de Chapultepec,
1948. I. E. Myers, Mexico´s
[…] las estufas de gas y petróleo son de los productos más anunciados en el quin- Modern Architecture, Nueva
York: Architectural Book
quenio que va de 1945 a 1950: basta con observar las ofertas del mes de mayo
Publishing, 1952, pp. 74-75
169
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
lecorbusiana
se podía levantar sobre pilotis aligerando la presencia de los muros de carga y
Espacios núm. 16, México,
liberando el espacio interno. Las columnas formaban parte de las terrazas, o julio de 1953
participaban como elementos aislados en las estancias, en donde era frecuente
encontrar la doble altura que variaba de acuerdo al terreno disponible, al ingenio
Arquitectura y lo demás
núm. 3, México, julio de
1945
170
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
Enrique de la Mora,
estancia, Boulevard de los
Virreyes núm. 1030, Lomas
de Chapultepec, 1948.
Archivo de Arquitectos
Mexicanos, fondo Enrique
de la Mora, Facultad de
Arquitectura, UNAM
171
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
172
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
vivienda nunca estaba terminada; evolucionaba con nosotros [su familia] y nosotros
-
tiguo. Pero, sin embargo, tenía un estilo, el de sus habitantes, el estilo de la familia.30
173
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
Enrique Yáñez de la
El contraste entre el espacio de la modernidad, iluminado, blanco, ordenado Fuente, sala y la diseñadora
y modulado, y el mobiliario decorado y colorido de los clientes, seguramente industrial Clara Porset, Cantil
causó más de un disgusto entre los arquitectos.31 Algunos lograron que sus núm. 121, Pedregal de San
clientes escucharan sus recomendaciones y amueblaran sus casas “acordes” Ángel, 1957. Archivo de Ar-
quitectos Mexicanos, fondo
Enrique Yáñez, Facultad de
Arquitectura, UNAM
los remitían a la tradición, y también muebles de la diseñadora Clara Porset,
32
¿Necesidad de identidad, en el espacio
Arquitectura/México núm.
de la modernidad? Tal vez. 68, México, diciembre de
La aparición de las columnas permitió la ventana a lo largo. Ya no era la 1959, p. 4
-
mentos. Los espacios pergolados que permitían lugares sombreados por plan-
tas y enredaderas fueron otro símbolo de aquellos años. En esta década, como
-
de reinaba el confort o la habitabilidad; se puede asegurar que muchas eran
174
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
-
charon con materiales translúcidos. El agua también comenzó a aparecer en las
175
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
Alejandro Sánchez de
Tagle y Juan Becerra, Sierra
Paracaima núm. 335, Lomas
de Chapultepec, 1951. I:
E. Myers, Mexico´s Modern
Architecture, Nueva York: Ar-
chitectural Book Publishing,
1952, pp. 104-105
Enrique de la Mora y
Palomar, Boulevard de los
con aplanados en tonos neutros como el blanco, beige o gris, principalmente. Virreyes núm. 1030, Lomas
- de Chapultepec, 1948.
Archivo de Arquitectos
-
Mexicanos, fondo Enrique
cismo, habían pasado al olvido, los principios del Movimiento Moderno fueron de la Mora, Facultad de
interpretados por los arquitectos mexicanos de múltiples maneras. Durante Arquitectura, UNAM
176
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
Enrique de la Mora y
Palomar, Árbol núm. 6, San estos años, varios arquitectos se destacaron por el diseño arquitectónico de
Ángel, 1953. Archivo de Ar-
quitectos Mexicanos, fondo Francisco J. Serrano, Juan Segura, Enrique del Moral, Enrique de la Mora, Luis
Enrique de la Mora, Facultad -
de Arquitectura, UNAM
33
Jorge González Reyna,
Rafael Arozarena, jardín -
interior, San Ángel, 1955.
L’Architecture D’Aujourd’hui. la solución de volúmenes escalonados con espacios tangenciales, rodeados de
Mexique núm. 59, Francia,
abril de 1955, p. 83
177
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
Enrique Yáñez de la
Fuente, planta baja, Cantil
núm. 121, Pedregal de San
Ángel, 1957. Archivo de Ar-
quitectos Mexicanos, fondo
Enrique Yáñez, Facultad de
Arquitectura, UNAM
178
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
base en las orientaciones o las vistas, pero sobre todo por las condiciones del
Manuel Rosen Morrison,
terraza, Risco núm. 605,
terreno. Los esquemas arquitectónicos cambiaron, se compactaron, ya sea en
Pedregal de San Ángel, -
1957. Archivo de Arquitectos
Mexicanos, fondo Manuel
Rosen Morrison, Facultad de
Arquitectura, UNAM
179
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
180
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
les fue la casa habitación unifamiliar. Estas casas fueron mostradas constante-
célebre “menos es más”, de Mies van der Rohe, era llevada a la práctica. No
había pretiles. Los entrepisos o las losas quedaban claramente expresados en
las fachadas, al igual que la audacia de los volados para enmarcar los accesos y
enfatizar la secuencia entre el interior y el exterior, o simplemente se realizaban
como un alarde compositivo o estructural. Sin embargo, en ocasiones el cristal
-
ba en segundo término la búsqueda de una adecuada orientación. 41
En general, era una arquitectura marcada por planos tanto horizontales
como verticales relacionados entre sí, que no cerraban el espacio, sólo lo con-
tenían y lo delimitaban. Eran casas que se elevaban discretamente desde el
nivel del piso, si eran de una sola planta arquitectónica, para enfatizar la pureza
volumétrica. O bien, parte de la construcción la levantaban sobre pilotis para
181
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
-
ron la casa suspendida sobre las rocas. Otros, siguiendo a Francisco Artigas,
colocaban una parte del paralelepípedo sobre las rocas, y otra, sobre colum-
nas o pilares metálicos, y aprovechaban este espacio para colocar el estacio-
namiento, servicios, o bien la escaleras para acceder a la casa. Contrastaban
182
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
Lorenzo Carrasco y
Guillermo Rossell, Agua, Pe-
dregal de San Ángel, 1952.
Archivo de Andrés López
183
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
-
Francisco Artigas, Risco
- núm. 240, Pedregal de San
Ángel, 1952. Max Cetto,
- Modern Architecture in Mexi-
co, Nueva York: F. Praeger,
1961, pp. 182-183
Enrique Molinar, por mencionar los más relevantes.44 -
obras del pasado. Considero que nuestra labor debe ser creativa, buscando en nues-
tras manifestaciones actuales el logro de una auténtica arquitectura mexicana, ins-
184
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
185
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
186
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
-
gar esa relación: la ventana se amplió, prácticamente sin manguetes; el balcón
que con frecuencia daba la vuelta en la esquina; la terraza, cubierta o abierta, el
pórtico y el patio, permitían esa complicidad que los habitantes de la casa acep-
taban. El invitar a la naturaleza a penetrar al interior fue un tema que propició
-
teriores, que perforaban la construcción para permitir el paso de la luz, pero
sobre todo para introducir un espacio verde en torno al cual, muchas veces, se
organizaba el interior.
La transparencia del vidrio propiciaba que las perspectivas se cruzaran, por-
que el interior y el exterior se confundían. Cabe anotar que el patio, olvidado en
los esquemas habitacionales por algunos años, apareció en varias casas con un
espíritu renovado, con ese sentido tradicional adaptado a esta arquitectura. En
este sentido, uno de los protagonistas de aquella época, el arquitecto Teodoro
XXI:
que permite esa comunicación. Es un logro histórico, y creo que dentro de cuarenta
siglos los arqueólogos lo van a decir.47
187
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
para servicios y áreas públicas y la planta alta para las zonas privadas. Sin em-
aseo, belleza personal y accesorios dictados por la moda, que incitó la necesi-
dad de ampliar el espacio de guardado. El cambio a mediados del siglo XX fue
notorio. Sólo cincuenta años antes bastaban los roperos o los armarios, y ahora
-
tuaron conforme avanzó el tiempo. Se incrementó la importancia del “tener”
más que del “ser”. Y por otro lado, la necesidad de tener un espacio íntimo para
el arreglo personal motivó y fomentó la aparición de los vestidores que, por mo-
tivos de espacio, no tenían cabida en todas las casas.
De igual forma, ese deseo de intimidad provocó el aumento en el número
de baños; cuando era posible, se introducían al interior de cada recámara. En
algunas residencias era común encontrar en el baño de los padres, dos lavabos
y hasta dos regaderas, como espacios individuales.
Por su parte, la importancia que adquirió la televisión, como el principal
medio de entretenimiento, provocó la aparición de un cuarto de estar o de te-
levisión, donde la familia podía realizar diversas actividades. Este espacio podía
clase media, esos ventanales daban a la calle, donde la cortina era el elemento
indispensable que permitía al usuario aislarse visualmente, no así auditivamen-
te, del exterior que no siempre era agradable: “El ventanal panorámico funciona
en dos sentidos: transforma el mundo exterior en una imagen que consumirán
los que se encuentren en el interior de la casa, pero también muestra a este
mundo exterior la imagen interior.”48
188
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
Manuel González Rul, afectada en su privacidad. El uso irrestricto del cristal tanto en los espacios
Central 124 núm. 1956, interiores pero sobre todo hacia la calle, impedía la intimidad en las casas, que
Lomas de Tlacopac. Ignacio
sólo se lograba agregando una segunda fachada de cortinas, lo cual resultaba
Maya Torres y Jaime Torres
Palacios (editores), La arqui-
tectura de Manuel González ese anhelo de integrar el interior con el exterior.
Rul, México: 1984, p. 31 -
minantes para olvidar el uso exagerado del cristal, pues a pesar de las cortinas,
el sol y el calor penetran hacia el interior de las habitaciones, y lo mismo sucede
189
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
de esa intimidad que el ser humano buscaba cada vez más. No había donde
aislarse, sólo en las recámaras se podía lograr la soledad. Iñaki Ábalos hace una
fuerte crítica de esto: “En el espacio moderno lo privado se expone, lo domésti-
co se anula, lo íntimo se castiga.”51
Pero hubo otras, que más adelante se mencionan, donde el espacio conti-
-
-
terioridad.
190
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
arquitectura para mirarse, más que disfrutarse y vivirse. Tal vez, se olvidaban
53
191
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
-
dos que nos colocan en una situación muy parecida a la que dio lugar a principios
de siglo. La crisis del que se ha llamado “estilo internacional” es el más importante
tema del momento, y el análisis de la situación que esta crisis plantea, es una tarea
urgente para todos aquellos que están interesados en la arquitectura.55
-
parcial respondió al escrito de Candela:
Yo creo que la crítica a Candela debe entenderse como una crítica contra los nume-
rosos errores de la gente que ha aceptado sin análisis, sin examen y además sin una
lineamientos doctrinales en los que se funda nuestra arquitectura está después mal
entendido, mal digerido e incluso prostituido por gente impreparada, por gente in-
-
mente sin pensar en lo que está haciendo, sin tener la menor relación con la cultura,
y sin más trayectorias que la pura chamba y los contratos, es natural entonces que
sucedan y se cometan las porquerías y aberraciones que señala Candela.56
Las tendencias actuales, las formas trascendentes, los problemas del arte y la cien-
cia, se encuentra ahora más que nunca en un feliz momento de auténtica rebús-
queda y valoración. Tenemos en nuestras manos la extraordinaria posibilidad de
investigar trayectoria y marcar direcciones, ambiciosas, renovadas, y tal vez, o segu-
ramente, brillantes.57
192
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
-
lidad más o menos banal? ¿O bien, es una nueva posición que supera realmente a las
anteriores y en el fondo se está planteando una nueva problemática?
Creo que la verdad es ésta última. Porque las nuevas corrientes no ignoran los
principios racionalistas, funcionales u orgánicos. Se apoyan en ellos. Y por las mis-
mas razones no tienes por qué ignorar valores individuales, históricos o regionales.58
la del instrumento de expresión cultural de que se trate. Quiere esto decir que si la
arquitectura es uno de estos instrumentos expresivos, necesariamente será posible
Dos años más tarde, en 1963, hablaba con gran claridad de una pluralidad cul-
tural, y de las opciones que se aceptaban como válidas:
Por donde quiera que contemplemos la existencia en que vivimos, tenemos que esco-
ger, se nos abren caminos de todo ancho y magnitud. Aun al comprar una corbata, nos
encontramos ante un estante con centenares de colores, calidades y precios [...] Nues-
tro tiempo nos muestra, tratándose particularmente de las actividades humanísticas,
una pluralidad de direcciones que no sólo la estiliza, sino también agudiza el problema
que se plantea el hombre actual [...] En arquitectura, no podría ser de otro modo.60
193
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
moderna se ve bien en las revistas pero, ¿de verdad puede usted vivir en ella?”61
-
para un solitario, con una intensa vida intelectual. Al interior combinó el espacio
compartimentado y sorpresivo con el espacio continuo como punto nodal de la
casa y protagonista de múltiples fotografías. Es una casa que se volcó al interior,
62
194
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
-
cional de entonces, ingredientes de la tradición mexicana. Esta preocupación
se concretó con la construcción de su casa en Francisco Ramírez núm. 5, Tacu-
Desde los años cuarenta, Manuel Parra tuvo numerosos clientes en San
195
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
196
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
para ensayar otros diseños con líneas curvas y diagonales, rompiendo con lo
establecido en el sitio. También Enrique Yáñez manifestó en sus residencias
ca.
social con un paraboloide, el cual se adosaba al bloque principal de la casa, que
logró un inusitado contraste formal.68
197
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
parte central del prisma de cristal que contrastaba acertadamente con las esca-
leras y bardas de piedra volcánica; este volumen rodeado de pasto de perfectas
proporciones, fue una de las imágenes recurrentes en revistas de la época.69
Juan O´Gorman, interior
trayectoria profesional de pintor y arquitecto, y su casa en San Jerónimo núm. con el arquitecto, San
70
. La Jerónimo núm. 162, San
Ángel, 1956. Archivo de
- Louise Noelle. Fotografía:
Juan Guzmán
198
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
Años antes, el arquitecto Carlos Lazo había ensayado este tipo de construcción
199
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
Ciudad de México.74
-
mino hacia un panorama que se anunciaba inmensamente vasto y diverso en el
ámbito arquitectónico. Fueron casas experimentales que, como las “racionales”,
sus fachadas formaban parte del entorno urbano, puesto que en la mayoría, las
-
rente, y que se debatía entre el desencanto del pasado, la angustia del presente
y la esperanza del porvenir.
200
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
Notas
1. “Para 1950 comenzaron a operar las primeras transmisiones televisivas y 10 años después se
promulgó la primera ley específica, la Ley Federal de Radio y Televisión (que ha dejado de estar
en funciones). Ante la ausencia de un marco regulatorio propio, las negociaciones entre los gru-
pos privados y la presidencia fueron dándole forma a la industria televisiva. Entre 1950 y 1952
surgieron en la Ciudad de México tres canales: el Canal 4, de Rómulo O’Farrill; el Canal 2, de
Emilio Azcárraga Vidaurreta; y el Canal 5 de Guillermo González Camarena. En 1955 se unieron
para formar una sola televisora, Telesistema Mexicano, con la justificación de que no era rentable
competir entre los canales mencionados, conformándose así un monopolio privado”. Disponible
en: https://www.fayerwayer.com/2014/08/una-historia-de-la-tv-en-mexico-de-1950-a-la-ter-
cera-cadena/ [consultado el 15 de junio de 2015].
2. Antoine Prost, “Fronteras y espacios de lo privado”, en Historia de la vida privada. De la Primera
Guerra Mundial a nuestros días, Philippe Aries y Georges Duby (coords.), Tomo 5, Argentina:
Taurus, 1991, pp. 142-146.
3. Álvaro Matute, “De la tecnología al orden doméstico en el México de la posguerra”, en Historia
de la vida cotidiana en México, dirigida por Pilar Gonzalbo Aizpuru, tomo V, volumen 2 “Siglo
XX. La imagen, ¿espejo de la vida?”, Aurelio de los Reyes (coord.), México: Colegio de México,
Fondo de Cultura Económica, 2006, p. 174.
4. Algunos de ellos: represión del movimiento normalista, 1958-1968; represión del movimiento
ferrocarrilero, 1959; prisión de Siqueiros y el periodista Filomeno Mata, 1960; asesinato del líder
agrario Rubén Jaramillo y su familia, 1962; movimiento reprimido de los médicos, 1965; invasión
de la Universidad de Morelia, 1966; invasión de la Universidad de Sonora, 1967.
5. Carlos Monsiváis, “Notas sobre la cultura mexicana en el siglo XX”, en Historia General de Mé-
xico, México: El Colegio de México-Harla, tomo 2, 1988, p. 1502.
6. Antoine Prost, “Fronteras y espacios de lo privado”, en Historia de la vida…, op. cit., pp. 138-
142.
7. Algunas leyes o reglamentos que se hicieron en aquellas décadas fueron: Ley de planificación y
zonificación del D.F. y territorios de Baja California, del 1º de enero de 1933; Primer reglamento
de la Ley de Planificación y Zonificación del D.F. y Territorios de Baja California, expedido el 12
de junio de 1936; Reglamento sobre Fraccionamientos para el D.F., del 9 de mayo de 1936;
Reglamento de Construcciones y de los Servicios Urbanos en el D.F., emitido el 23 de julio
de 1942; Ley de Planificación del D.F., del 21 de diciembre de 1953. Sobresale el que realizó
en 1933 el arquitecto Carlos Contreras, el Plano Regulador de la Ciudad de México, el cual
contemplaba una visión más global que los elaborados hasta entonces. Para una mayor infor-
mación véase Jorge H. Jiménez Muñoz, La traza del poder, México: Dédalo, 1992; y Gerardo
G. Sánchez Ruiz, La Ciudad de México en el Periodo de las Regencias 1929-1997, México:
Universidad Autónoma Metropolitana y el Gobierno del Distrito Federal, 1999.
8. Enrique Krauze, El sexenio de Miguel Alemán, México: Clío, 1999, p. 58.
9. Para conocer de manera general acerca de la expansión, legislación y tendencias de creci-
miento urbano de la Ciudad de México, véase Enrique Espinosa López, Ciudad de México.
Compendio cronológico de su desarrollo urbano, 1521-1980, México: Programa Universitario
de Estudios sobre la Ciudad, UNAM, 1991.
201
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
10. El primer condominio en México lo realizó Mario Pani, en colaboración con Salvador Ortega, en
la Ciudad de México, sobre Paseo de la Reforma, Guadalquivir y Volga, en 1956.
11. Para un panorama sucinto de la arquitectura mexicana, véase Louise Noelle, “Arquitectura Mexi-
cana. 1952-1985”, en México setenta y cinco años de Revolución, Tomo IV “Educación, Cultura
y Comunicación”, México: Fondo de Cultura Económica, 1988, pp. 383-413; Salvador Pinon-
celly, “La arquitectura en México 1940-1960”, y Humberto Ricalde y Gustavo López, “Arqui-
tectura en México 1960-1980”, en Cuadernos de Arquitectura y Conservación del Patrimonio
Artístico, núms. 22-23 “Apuntes para la historia y crítica de la arquitectura mexicana del siglo XX:
1900-1980”, México: SEP-INBA, 1982; Lourdes Cruz González Franco (coord.), Historia de la
Arquitectura y el Urbanismo Mexicanos, Volumen 4, Tomo II “En la antesala del tercer milenio”,
México: Fondo de Cultura Económica, Facultad de Arquitectura, UNAM, 2015. Un panorama
cultural se puede apreciar en La era de la discrepancia. Arte y cultura visual en México, 1968-
1997, Olivier Debroise (ed.), México: UNAM, 2007.
12. Véase de Mario Pani y Enrique del Moral, La construcción de la Ciudad universitaria del Pedre-
gal, Volumen XII, México: Dirección General de Publicaciones, UNAM, 1979; Ciudad Universita-
ria. Crisol del México Moderno, México: Fundación UNAM, 2009; Habitar CU. 60 años, Salvador
Lizárraga Sánchez y Cristina López Uribe (eds.), México: Facultad de Arquitectura, Centro de
Enseñanza de Lenguas Extranjeras, Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial,
UNAM, 2014.
13. Unidad Profesional del Instituto Politécnico Nacional, México: Fondo Editorial, 1964.
14. Algunas publicaciones que tratan este tema de forma general son: Enrique de Moral, El estilo. La
integración Plástica, México: Seminario de Cultura Mexicana, 1966; Cuadernos de Arquitectu-
ra, núm. 20, “Integración Plástica”, México: INBA, 1967; Alberto Hijar, “La integración plástica”,
en La arquitectura mexicana del siglo XX, Fernando González Gortázar (coord.), México: CONA-
CULTA, 1994, pp. 148-153. Leticia Torres, “Integración plástica: confluencias y divergencias en
los discursos de arte en México”, en Curare, espacio crítico para las artes, México: ICCA/MFA,
202
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
Carlos Lazo Barreiro, Luis G. Rivadeneyra, Gustavo M. Saavedra, Rafael Arozarena, y Jesús
García Collantes, por citar los más relevantes.
19. Una interesante reflexión de este tema la realizó Alberto González Pozo, “La arquitectura a con-
tracorriente”, en La Arquitectura Mexicana del siglo XX, Fernando González Gortázar (coord.),
México: CONACULTA, 1994, pp. 94-99.
20. Véase “Manifiesto de la Arquitectura Emocional”, en Mathias Goeritz, un artista plural. Ideas y
dibujos, Graciela Kartofel (comp.), México: CONACUTA, 1972, pp. 91-93; Natalia Carriazo, “El
eco: una ecuación en movimiento”, en Los Ecos de Mathias Goeritz. Catálogo de la exposición,
México: Antiguo Colegio De San Ildefonso, 1997, pp. 97-107.
21. Existen numerosas publicaciones sobre Luis Barragán. Por su contenido y por la extensa bi-
bliografía sobre él, se recomiendan algunas: Emilio Ambaz, The Architecture of Luis Barragán,
Nueva York: MoMA, 1976; Enrique X. De Anda Alanís (coord.), Luis Barragán. Clásico del silen-
cio, Bogotá: SOMOSUR-Escala, 1990; José María Buendía, Juan Palomar y Guillermo Eguiarte,
Luis Barragán, México: Reverte Ediciones, 1996; Louise Noelle, Luis Barragán. Búsqueda y
creatividad, México: Coordinación de Humanidades, UNAM, 1996; y Luis Barragán. The quiet
revolution, Federica Zanco (ed.), Milán: Barragán Foundation, Vitra Design Museum, 2001.
22. El arquitecto Raúl Cacho comento, en 1948, en un artículo sobre la conveniencia de la relación
entre la arquitectura y las otras artes plásticas, acerca de los “guías” de la época: “Le Corbusier,
que se preparó entre los pintores para ser el guía que hoy es […] Bauhaus, la gran Escuela
Alemana de Arquitectura, es otro de los ejemplos más importantes que se pueden presentar”,
en “Arquitectura viva mexicana”, en Espacios, núm. 1, México, septiembre de 1948.
23. Rafael López Rangel, Contribución a la visión crítica de la arquitectura, Puebla: Departamento
de Investigación Arquitectónica y Urbanística del Instituto de Ciencias de la Universidad Autó-
noma de Puebla, 1977, p. 84.
24. Enrique Yáñez, “Prólogo”, I. E. Myers, Mexico’s Modern Architecture, Nueva York: The Cornwall
Press, 1952.
25. José Gómez Robleda, “Meditaciones acerca de la casa”, en la revista Arquitectura y lo demás,
vol. II, núm. 7, México, diciembre-enero de 1945. Gómez Robleda fue médico y director del
Servicio de Investigación Psicológica y Antropológica del Departamento de Psicopedagogía e
Higiene de la SEP, director del Servicio de Psicofisiología del Instituto Nacional de Psicopeda-
gogía y colaborador en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, entre otros puestos.
26. “Antes del refrigerador existía la hielera con puertas gruesas y empaques que permitían el ais-
lamiento; el frío lo proporcionaban los bloques de hielo que se colocaban en unas cajoneras en
la base del mueble, por lo tanto, había que desaguar los cajones y renovar la dotación de hielo”,
Álvaro Matute, “De la tecnología al orden doméstico en el México de la posguerra”, en Historia
de la vida cotidiana en México, Tomo V, vol. 2 “Siglo XX. La imagen, ¿espejo de la vida?”, Aurelio
de los Reyes (coord.), México: Colegio de México, Fondo de Cultura Económica, 2006, p. 168.
27. Anuncio publicitario de productos Delher, Arquitectura / México, núm. 35, México, septiembre
de 1951, p. III.
28. Álvaro Matute, De la tecnología..., op. cit. p. 158.
29. Una interesante reflexión sobre la importancia del espacio destinado al automóvil y los metros
cuadrados que significaban en las casas, la escribió Manuel Larrosa con la colaboración de
Blanca Haro, “El mueble más grande de la casa moderna” (el automóvil), en Espacios, núm. 38,
México, julio-agosto de 1954.
203
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
30. Adolf Loos, “Los interiores de la Rotonda”, 12 de junio de 1898, en Ornamento y delito y otros
escritos, Barcelona: Gustavo Gili, 1972, p. 133.
31. Desde 1898 Adolf Loos escribió lo que ya veía sobre esta “problemática” para los arquitectos:
“¡El pobre público! No puede ni siquiera amueblar por sí mismo su vivienda. Si lo hiciera resulta-
ría de ello un buen barullo. El público no entiende de esto. La vivienda de estilo, esta adquisición
de nuestro siglo, exige un saber y un poder fuera de lo corriente. Pero no siempre había sido así.
Hasta principios de nuestro siglo no se conocían estas preocupaciones. Los muebles se com-
praban al ebanista, los tapizados al tapicero, la lámparas al metalista, etc. ¿No tenían unidad?
Tal vez. No se hacía caso a este tipo de consideraciones”, en “Interiores”, 5 de junio de 1898, en
Ornamento y delito y otros escritos, Barcelona: Gustavo Gili, 1972, p. 127.
32. Véase Oscar Salinas Flores, Clara Porset, una vida inquieta, una vida sin igual, México: Facultad
de Arquitectura, UNAM, 2001.
33. 18 Residencias de arquitectos mexicanos, México: Ediciones Mexicanas, 1951; Louise Noelle
(comp.), Mario Pani, México: Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM, 2008; Mario Pani.
Arquitectura en proceso, Monterrey: Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, 2014; Artes
de México, Manuel Parra Arquitecto, núm. 89, México, 2008; Louise Noelle, Enrique del Moral.
Vida y obra, Colección Talleres, México: Facultad de Arquitectura, 2004; Louise Noelle, Vladimir
Kaspé. Reflexión y compromiso, México: Universidad La Salle, 1995; Alejandro Aguilera Gon-
zález y Alejandro Ayllon Ortiz, Vladimir Kaspé. Arquitectura racionalista, México: Universidad
Iberoamericana, 2011; Jorge Vera Ferrer, Jorge González Reyna. Vida y obra, México: Colec-
ción Talleres, Facultad de Arquitectura, UNAM, 2004; Antonio Ricalde, Max Cetto. Vida y obra,
México: Colección Talleres, Facultad de Arquitectura, UNAM, 2005; Graciela de Garay Arellano,
La profesionalización de la arquitectura en el Estado posrevolucionario mexicano: Mario Pani,
un ejemplo de arquitecto moderno, 1911-1993, Tesis doctoral, México, Universidad Iberoa-
mericana, 2009; Yolanda Bravo Saldaña, El arquitecto Carlos Lazo Barreiro y su labor dentro
de la construcción de la Ciudad Universitaria: una nueva lectura, Tesis doctoral en Historia del
Arte, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM, México, 2000, pp. 121-157 y de la misma autora,
Carlos Lazo. Vida y obra, México: Facultad de Arquitectura, UNAM, 2004; Enrique de la Mora y
Palomar: ideas, procesos, obras, México: Arquine, CONACULTA, INBA, Facultad de Arquitectura,
UNAM, 2015.
34. Jaime Ortiz Monasterio, entrevista realizada por Lourdes Cruz González Franco el 5 de septiem-
bre de 1989. Mucho se podría decir sobre la importancia de este arquitecto y su influencia en
México. En varias publicaciones se le dio seguimiento a la aparición de sus obras y hubo comen-
tarios aislados de su arquitectura, pero quizá lo más significativo quedó publicado en 1961, en
el núm. 1 de los Cuadernos de Arquitectura del INBA, donde se transcribieron conferencias del
“Ciclo Mies van der Rohe”. La de Manuel Teja y Juan Becerra se tituló “Valor y trascendencia de
la obra de MVDR”, y la de Ramón Marcos, “La arquitectura de MVDR”.
35. “Arquitectura Americana durante una vida”, Arquitectura/México, núm. 35, septiembre de 1951,
pp. 264-269; “Residencia en los Ángeles”, Arquitectura/México, núm. 37, marzo de 1952, pp.
99-102; “Una conferencia de Neutra”, Arquitectura/México, núm. 50, junio de 1955, pp. 66-73;
“Mi pensamiento, inquietudes y esperanzas”, en Arquitectura/México, núm.66, junio de 1959,
pp.88-94.
36. Mario Pani, “Richard Neutra”, en Arquitectura/México, núm. 110, diciembre de 1974, p. 59.
Número homenaje a este arquitecto.
204
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
37. “Tres casas en California”, en Arquitectura/México, núm. 42, junio de 1953, pp. 87-98.
38. “Casa estudio en California”, en Arquitectura/México, núm. 38, junio de 1952, pp. 153-156, y
en este mismo número apareció otra casa de Richard Neutra, “Casa junto al mar”, pp.157-162.
39. Véase Esther McCoy, Case Study Case Houses, 1945-1962, Los Angeles: Hennessey & In-
galls, 1977; Elizabeth Smith, Case Study Case. The Complete Program. 1945-1966, Colonia:
Taschen, 2002.
40. Véase Alice T. Friedman, American Glamour and the evolution of modern architecture, Yale
University Press, 2010.
41. Para ampliar la información sobre las características formales de la arquitectura de esas déca-
das se puede consultar: Israel Katzman, La Arquitectura Contemporánea Mexicana, México:
INAH, 1963, pp. 129-159, y de Enrique Yáñez, Del Funcionalismo al Pots-racionalismo, México:
205
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
206
La casa racionalista: orden, luz y transparencia (1945-1965)
60. José Villagrán García, “Problemas de la formación del arquitecto actual”, conferencia sustentada
en la Escuela Nacional de Arquitectura en ocasión de las Mesas Redondas para profesores,
marzo de 1963, en José Villagrán García. Doctrina…, op. cit, pp. 503-504.
61. Luis Barragán, “Diario Mexicano. Los conquistadores conquistados. 1958”, en Antonio Riggen,
Luis Barragán. Escritos y conversaciones, Madrid: El Croquis Editorial, 2000, p. 71.
62. La casa de Luis Barragán. Un valor universal, México: Fundación BBVA Bancomer, Fundación de
Arquitectura Tapatía Luis Barragán, 2011.
63. Véase Salvador Pinoncelly, La obra de Enrique del Moral, México: UNAM, 1983, pp. 77-91; Wi-
lliam Curtis, “Lo general y lo local. Casa del arquitecto Enrique del Moral en la calle de Francisco
Ramírez 5, Ciudad de México”, en Modernidad y Arquitectura en México, Edward R. Burian
(ed.), México: Gustavo Gili, 1998.
64. Enrique del Moral, “Habitación”, en Arquitectura/México, núm.30, febrero de 1950, pp. 281-
287.
65. “Tres casas en los alrededores de México”, en Arquitectura/México, núm. 16, agosto de 1944,
pp. 39-43. Manuel Parra. El otro arquitecto del siglo XX, México: Tiempo Imaginario A.C., 2015.
66. “Casa en el Pedregal”, Arquitectura/México, núm. 53, marzo de 1956, pp. 40-43; Humberto
Ricalde, Max Cetto. Vida y obra, Colección talleres, México: Facultad de Arquitectura, UNAM,
2005; Enrique de Anda Alanís, “La casa de Max Cetto en el Pedregal de San Ángel: aire, rocas,
recuerdos…”, en Revista de la Universidad de México, núm. 516-517, México: UNAM, 1994,
pp. 44-48.
67. Rafael López Rangel, Enrique Yáñez, en la cultura arquitectónica mexicana, México: Editorial
Limusa, Universidad Autónoma Metropolitana, 1989; “Casa de Enrique Yáñez”, en Calli, núm. 8,
julio-agosto de 1963, pp. 4-5.
68. L’Architecture D’Aujourd´Hui, París, núm. 109, septiembre de 1963, pp. 82-83.
69. Aparece en la portada de Arquitectura/México, núm. 82, junio de 1963; Arquitectos de México,
núm. 13, 1961.
70. “Casas de estilo. Casa de Juan O´Gorman”, en Calli, núm. 8, julio-agosto de 1963, pp.12-11;
Juan O’Gorman, “A propósito de conservación. Una ensayo de arquitectura orgánica”, en Arqui-
tectura/México, núm. 112, diciembre de 1976, pp. 93-99.
71. Juan O’Gorman, “Ensayo acerca de arquitectura orgánica referente a la casa ubicada en aveni-
da San Jerónimo núm. 162, San Ángel, Ciudad de México; construida por Juan O’Gorman”, en
La palabra de Juan O’Gorman, México: UNAM, 1983.
72. Francisco Urzúa, “Casas de estilo”, en Calli, núm. 8, julio-agosto de 1963, p. 9.
73. Lorenzo Favela y Gonzalo Alfredo Andrade, “La arquitectura cósmico-atómica o la cueva civili-
zada de Carlos Lazo Jr.”, en Arquitectura y lo Demás, núm. 11, mayo de 1947 a marzo de 1948,
pp. 59-80.
74. Lourdes Cruz González Franco, “La habitación mínima en las ‘cuevas civilizadas’ de Belén de
las Flores: el proyecto y su transformación”, Marco Peraza y Lourdes Cruz González Franco
(coords.), 2a Modernidad Urbano Arquitectónica. Proyectos y obras, México: Universidad Au-
tónoma Metropolitana-Xochimilco, 2014, pp. 279-296.
207
La casa impredecible: la emancipación
de las reglas (1965-2000)
05.
Aun así se intentará hacer una aproximación y una interpretación de los suce-
sos que marcaron el rumbo de la arquitectura y de la casa habitación en ese
periodo. Sin duda, desde entonces nos encontramos en un momento de transi-
-
de la sociedad.
Es necesario anotar que las revistas periódicas de arquitectura en México,
en la década de los setenta y ochenta, publicaban pocas casas habitación, en
209
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
en los noventa. Lo mismo sucedía en el análisis del espacio doméstico –al pare-
cer el tema de la vivienda unifamiliar era soslayado–. En 1982, ante la situación
económica, Alberto González Pozo apuntaba:
210
La casa impredecible: la emancipación de las reglas (1965-2000)
Manuel Martín
Hernández, La casa moderna.
Respuestas a la cuestión de no serán tan fatigosas y las casas serán más seguras, entre otras características
la vivienda, 2014 que más adelante se verán.
En las últimas décadas del siglo XX, los medios de comunicación han transfor-
Richard Weston, Evolución
arquitectónica de la casa en mado las relaciones entre los seres humanos, las formas de trabajo y de produc-
el siglo XX, 2002
XIX, fue el teléfono. Su uso se hizo
AV Casas de Maestros
núm. 132, 2008 extensivo en la segunda mitad del siglo XX. En sus inicios, permitió que la mujer
tuviera una cierta vida pública sin tener que salir de la casa. Su evolución ha sido
en un artefacto multifuncional que permite comunicarnos con casi todos los lu-
-
211
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
a distancia una y otra vez. Y en cuanto a la naturaleza, no cabe duda que Telépolis, a
través de sus documentales sobre la vida de los animales, sobre ecología o sobre las
-
blime que ninguna otra forma de organización social que haya existido en la historia.
El auge de los movimientos ecologistas tiene mucho que ver con esta telenatura que
se nos regala en cada uno de nuestros hogares.3
212
La casa impredecible: la emancipación de las reglas (1965-2000)
Anatxu Zabalbeascoa,
todo sobre la casa, 2011 a través de la red, nuestros datos personales corren velozmente, y una gran
mayoría exhiben su vida privada en las redes sociales, como si estuviera cons-
David Dunster, 100 casas tantemente en un escaparate.
unifamiliares de la arquitec- Antes se vinculaba lo público con lo masculino y lo ciudadano, y por oposi-
tura del siglo XX, 1994 ción lo femenino estaba íntimamente relacionado con lo doméstico y lo priva-
estos temas, y que se preguntan ¿hacia dónde vamos? Puede haber múltiples
respuestas, pero lo cierto es que esta “revolución doméstica” no favorece los
sentimientos de compañerismo ni de solidaridad. Aquellos que trabajan en
casa estarán más comunicados, pero ¿acaso apenas saldrán de ella?, ¿estarán
más aislados? Esta situación evitará que se desplacen de un lugar a otro, lo cual
parece, en ciudades como México, verdaderamente atractivo porque el estrés
-
dad que ello implica. El cambio es inminente, no se detiene, ni debe detenerse.
Ante un mundo globalizado, las interrogantes son muchas.
La casa habitación está inserta en este panorama. La llamada aldea global
213
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
cuerpo se cubría de vestimentas, del cuerpo mismo y por ello hay que mantener-
lo bien. Asearse, hacer ejercicio, tomar vitaminas o suplementos que nos ayuden
a mejorar la apariencia y una dieta balanceada se han vuelto acciones cotidianas.
Fueron los comerciantes, más que los médicos o “higienistas”, los que fomenta-
ron los nuevos “usos” del cuerpo humano. Hacia mediados de los años sesenta
del siglo pasado, tanto el aseo y las dietas alimenticias, como la cultura física co-
menzaron a ser “ideas” o costumbres recurrentes en la sociedad. El ejercicio que
se hacía, ya sea en los gimnasios o al aire libre, tomaba como medio, pero sobre
actividad deportiva más por el placer, bienestar o desafío que ésta le provocaba,
que por el culto a su cuerpo. Al mismo tiempo, comenzó a hacerse extensivo el
disfrute de algunos placeres narcisistas o la contemplación de uno mismo, como
el goce del baño y el aseo personal. Esta veneración por la apariencia del cuerpo
provocó un cambio en las normas de comportamiento: el cuerpo moderno se
debía de mostrar y no ocultar. Por estas razones también comenzó toda una
campaña de lucha contra el envejecimiento y una inquietud por retardar la muer-
-
mar que se incrementó considerablemente en el siglo XX. Morir ya no parecía
la que se ofrecía, la que se vendía. Por esta razón comenzaron a proliferar artícu-
los para tratar de prolongar la añorada mocedad: cremas antiarrugas, vitaminas,
tintes para el pelo y champús para evitar la calvicie, por mencionar algunos. El
progresivo culto al cuerpo humano durante la segunda mitad del siglo XX provocó
el consumo de innumerables productos y la competencia feroz entre las marcas.
Esto explica la aparición y la proliferación de los lugares de venta: los centros co-
merciales. También demuestra el por qué en el aumento del número de metros
214
La casa impredecible: la emancipación de las reglas (1965-2000)
cuadrados destinados a los closets y vestidores para guardar esos y otros pro-
ductos dictados por la moda, los cuales cobraron una relevancia extraordinaria
–fomentada por los medios de comunicación– a partir de los años sesenta. Al
mismo tiempo, revela la gradual importancia de hacer cada vez más grande, agra-
dable y lujoso, el cuarto de baño, como una extensión de la intimidad, donde se
realiza el ritual diario del arreglo personal.
También, si el espacio lo permite, la casa se ha convertido en el lugar para
realizar deporte, con los aparatos compactos y plegables. Aunque cabe aclarar
que los gym o gimnasios se han vuelto espacios de sociabilización, como lo
eran antes los parques, donde se realizaban múltiples actividades como el salir
a correr a cualquier hora del día, práctica que cada día se realiza menos en un
sector de la población, por la inseguridad de la ciudad.
Por otro lado, durante las últimas décadas del siglo XX se dieron fuertes mo-
vimientos de liberación sexual. La mujer luchó por la despenalización del aborto,
aparecieron los primeros casos de VIH-Sida, promoviéndose el uso del condón,
ante la indignación de los grupos más conservadores, y la sociedad se hizo más
215
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
tan profundamente los estilos de vida y los gustos, las aspiraciones y las conductas
de tantas personas en tan poco tiempo.7
216
La casa impredecible: la emancipación de las reglas (1965-2000)
-
ción o crítica a los postulados del Movimiento Moderno, tanto de la arquitectura
como de la ciudad. Esa crisis del uso de la razón, que acompañó el camino uni-
direccional del racionalismo arquitectónico, se manifestó en numerosos “indicios
tempranos” por algunos países, a través del pensamiento de los arquitectos y en
obras aisladas que hablaban otro lenguaje y que abrían las posibilidades hacia
nuevos caminos en la arquitectura. Así aparecieron arquitectos como Louis Kahn
ladrillo aparente, con lo que lograron hermanar la tradición local con formas mo-
un dominio de la técnica.
Paulatinamente fueron surgiendo algunas publicaciones que también adver-
tían una disparidad en el acontecer arquitectónico, que se oponía a la rigidez y
banalidad en la que había caído la arquitectura . Lo mismo sucedió con expo-
siciones y bienales que mostraban el trabajo de esa generación de jóvenes –y
algunos no tan jóvenes–, arquitectos contestatarios e inconformes como Peter
Eisenman, Michael Graves, Charles Gwathmey, John Hedjuk, Richard Meier, Rem
Renzo Piano, Rafael Moneo, Richard Rogers, Carlo Scarpa, Frank Ghery, Steven
Holl, Coop Himmelblau, Paolo Mendes da Rocha, Kenzo Tange, Clorindo Testa,
por mencionar algunos. Esa coexistencia de tendencias, estilos o manifestaciones
217
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
espaciales distintas que se mostraba en las obras de estos arquitectos, para algu-
nos representó un caos difícil de entender, para otros, una riqueza arquitectónica
imposible de encasillar.
-
tas características que acompañaron a esta complejidad arquitectónica que,
en ocasiones, se tornaban contradictorias: se vuelca la mirada al pasado, se
patrimonio.11
vender que para rentar, así como en régimen de condominio ya sea horizontal
o vertical, que limitó la oferta a una minoría. Se continuaron los programas
de vivienda social, en los que destacaron los conjuntos realizados por Teodo-
ro González de León y Abraham Zabludovsky,13 y la unidad habitacional “Villa
Olímpica”, en 1968, construida para dar alojamiento a los atletas de la gesta
deportiva.14 En el sector salud, sobresalió en el IMSS la calidad del trabajo de
varios arquitectos encabezados por Enrique Yáñez, con la creación de nume-
rosos hospitales por todo el país.15 Y el ámbito mercantil aparecieron los cen-
tros comerciales –como una respuesta al creciente consumismo–, como Plaza
16
modelo
inspirado en los malls estadounidenses.
Al término de la década de los sesenta, diversas obras fueron apareciendo
por la capital, que advertían la madurez profesional de una generación que
despuntaba con diferentes personalidades. Algunos, abiertos a los postulados
internacionales, realizaron obras de excelente factura,17 y otros, más interesa-
218
La casa impredecible: la emancipación de las reglas (1965-2000)
19
-
dad entre Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky. Al mismo tiempo,
el Politécnico Nacional amplió sus instalaciones al sur de la capital, con la cons-
-
tores24
De igual forma, la preocupación por apoyar la difusión de la cultura se con-
cretó en diversos centros culturales, entre los que destaca el Centro Cultural
Universitario, en Ciudad Universitaria, para extender y difundir las actividades
de este ámbito de la vida universitaria, proyecto iniciado en 1976, encabezado
por Orso Núñez en colaboración con Arcadio Artis y Arturo Treviño.25
A partir de ese sexenio, algunas obras gubernamentales rebasaron los lí-
-
219
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
cia del régimen con su apariencia monumental. De esta forma, varias de estas
obras se convirtieron en referencias urbanas por sus dimensiones y por su cali-
-
teresantes, disímiles entre sí, sobre todo en la Ciudad de México, realizados por
-
vante la construcción de algunas delegaciones políticas, como parte del pro-
grama de la descentralización pública para acercar a los dirigentes con los ha-
Zabludovsky.
iglesia católica durante esos años, y con el cual se iniciaría una nueva relación
1978), de Héctor Mestre, por nombrar algunas de las más relevantes. Es impor-
relevantes, totalmente disímiles entre sí, como continuación del programa del
-
-
grán García y Raúl Gutiérrez. Y en el cultural, apoyado por la iniciativa privada,
220
La casa impredecible: la emancipación de las reglas (1965-2000)
Madaleno.
En la capital del país, otros arquitectos despuntaron por su calidad y por
-
día realizar. La estrategia política, así como la economía del país, comenzó a
-
tura, por razones comerciales o sociales. Ante este fenómeno, la arquitectura
regional continuó su camino representada por numerosos arquitectos. La pre-
ocupación por rescatar la cultura y la identidad de nuestro pueblo, sin menos-
cabar las ventajas de la modernidad, se vio expresada en obras de calidad,
sobre todo en el aspecto habitacional. La pluralidad en la arquitectura se acen-
tuó en los ochenta, la distancia con el Movimiento Moderno se acentuaba día
221
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
Entre ambas posturas han crecido también diferentes respuestas que articulan
elementos tomados de uno y otro camino. No es la intención de este apartado
enumerar exhaustivamente obras o arquitectos sobresalientes, pues además
de arriesgado por la omisión necesaria que se haría de muchos de ellos, reba-
saría los límites propuestos, sumado a la falta de perspectiva histórica que un
-
ros arquitectónicos –sin excluir la casa habitación– en la Ciudad de México, se
manifestó el interés por una arquitectura internacional de pureza geométrica
y precisión técnica, expresada a través de transparencia y ligereza, por la pre-
ferencia hacia los materiales industrializados y por una estricta modulación, así
como por el cuidado de los detalles constructivos, que recordaba el raciona-
lismo del Movimiento Moderno, y que en ocasiones se traducía en un desdén
por la ciudad, pero que ha producido en ocasiones obras de impecable factura.
Algunos de estos autores fueron Enrique Norten, Bernardo Gómez Pimienta,
Luis Vicente Flores, Alfonso López Baz, Javier Calleja, Guillermo Springall, Aurelio
Por otro lado, resulta necesario mencionar el trabajo realizado por los men-
cionados Ricardo Legorreta y Antonio Attolini, y los de otra generación como
José de Yturbe, Javier Sordo Madaleno o Manuel Mestre, quienes incursionaron
por el rescate y reinterpretación de los valores culturales tradicionales, la utili-
zación de los materiales y las técnicas de construcción locales, en concordancia
con los adelantos tecnológicos. Ellos trascendieron lo simplemente vernáculo
o histórico, y detonaron múltiples vertientes que otros se han aventurado a
explorar.31
222
La casa impredecible: la emancipación de las reglas (1965-2000)
la vivienda.
Los programas arquitectónicos tradicionales y prácticamente inmutables
que incluían la estancia, el comedor, las recámaras, los baños, la cocina y los
siempre ha existido, pero nunca la casa unifamiliar había sido tan exhibida y tan
223
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
224
La casa impredecible: la emancipación de las reglas (1965-2000)
-
rrado de televisión, alarmas contra robo y luz emergente con censores de movi-
miento, por mencionar algunas medidas de seguridad. Al interior, los servicios y
-
cionamiento para visitas, canchas de tenis, salón de usos múltiples, alberca, gim-
nasio, sauna, hasta tienda de artículos básicos, lavandería y guardería. Además de
contar con sistemas que regulan los sistemas contra incendio o de riego.
Para realizar este tipo de privadas existen básicamente dos alternativas.
Una es que un grupo de personas compre un terreno, lo subdivida y cada quien
realice las casas para vender, a través de créditos. De una u otra forma, las ca-
sas dentro de estas privadas pueden ser iguales, realizadas en serie o distintas,
siguiendo ciertos lineamientos establecidos previamente.
Al exterior, estas privadas se muestran inaccesibles a la ciudad, protegidas
-
ciones”, no forma parte de la trama urbana, ya no hace gestos que dialoguen
225
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
con la urbe, la niega. De la misma forma sucede cuando la casa unifamiliar se Casa al sur de la Ciudad,
localiza hacia la calle, repetidamente se presenta con escasas aberturas hacia ca. 1990. Fotografía:
Lourdes Cruz
la vialidad, o con fachadas ciegas, porque la ciudad resulta agresiva y resuelve
la vivienda hacia el interior, y se recurre frecuentemente a la solución con patio. Casa al sur de la Ciudad,
Cuando Luis Barragán construyó su casa en 1948, la ciudad de aquel entonces ca. 1980. Fotografía:
Lourdes Cruz
no le agradaba: “La importancia de los muros es que aíslan el espacio de la
calle, que es agresiva, inclusive hostil. Los muros crean silencios.”32 ¿Qué diría
actualmente?
A propósito de la inseguridad, es común observar en las casas de décadas
forma parte de la vida cotidiana de los capitalinos. Pero también las calles se
226
La casa impredecible: la emancipación de las reglas (1965-2000)
lugar del anonimato, ya que en ellas se multiplican los lugares como espacios donde
227
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
228
La casa impredecible: la emancipación de las reglas (1965-2000)
229
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
gonales, las formas geométricas cercanas al cubo y rectángulo, la escasez de Agustín Hernández
Navarro, Casa en el aire,
color, el empleo de materiales industrializados, el predominio del vano sobre el
Bosques de las Lomas, 1991.
macizo o el uso racional de los espacios. Si bien, como ya se mostró, existieron Fotografía: Martín Yáñez
respuestas tempranas y aisladas como las de Luis Barragán, Enrique del Moral Molina
230
La casa impredecible: la emancipación de las reglas (1965-2000)
que este lugar central funciona como un patio techado y como punto nodal de
la composición, y en ocasiones hasta protagónico y teatral. Pero ocasionalmen-
te este espacio se diluye, se pierde, porque puede que inmediatamente del
acceso exista un pasillo que conduce a la zona de estar y al comedor, o a otro
espacio distribuidor. El vestíbulo o hall, como antes se le llamaba, permanece
como experimento en el quehacer del arquitecto.
La zona pública o social –comedor y estancia– no ha tenido cambios im-
portantes, sigue siendo el espacio social donde la familia acoge a sus invitados
y muestra sus mejores cuadros, muebles y decoración, porque simboliza su
Ten Arquitectos, Casa X, -
1993-1996. Archivo TA
ros bajos, algunos escalones, quiebres en la dirección de los muros, jardineras,
fuentes y chimeneas, y puede estar cubierta por bóvedas, techos inclinados o
Pascal Arquitectos, casa
en Bosques de las Lomas, losas planas. Pero también pueden estar totalmente separados, con diferentes
1995. Archivo PA vistas y orientaciones, incluso hasta en distintos niveles.
231
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
Cabe anotar que es frecuente encontrar que el comedor esté integrado con
la cocina, a la manera estadounidense, lo que hace perder su privacidad y su je-
-
que para algunos arquitectos no debe existir, el usuario debe disfrutar a diario
el comedor principal: “El principal invitado de la casa es el propietario”,35 según
ingresos, una moda recurrente fue la aparición del llamado family room, lugar
donde se localiza un pequeño comedor junto a una sala con todos los aparatos
de entretenimiento que había en ese entonces, desde radio, televisión, video
y videojuegos, hasta DVD y computadoras e internet, que en tiempos actuales
se han sumado. Es el lugar de reunión familiar, porque ahí comen, estudian,
trabajan y se entretienen. Pero también es el lugar donde se reciben a ciertas
visitas para realizar actividades sociales, escolares o laborales.
Al analizar las revistas de esas últimas décadas, resulta interesante observar
cómo las cocinas y los baños son los elementos principales de la publicidad co-
mercial. Se ofrece una gama inmensa de alternativas para amueblarlos, no sólo
de las empresas nacionales sino internacionales, lo cual afectó a la industria del
país, pero a la vez la ha obligado a mejorar su calidad y ampliar la gama de pro-
ductos. De igual forma sucede con los accesorios, los mosaicos, los azulejos, los
-
mésticos. La calidad de estos espacios –más que a mediados de siglo– está liga-
da directamente al estatus social que se tiene o se pretende aparentar. Ha sido
par que la estancia o los exteriores de las casas, incluso les han dedicado libros
232
La casa impredecible: la emancipación de las reglas (1965-2000)
233
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
Garduño Arquitectos,
cada recámara tuviera uno, aunque la casa fuera modesta. Las soluciones varia- casa Tuyas, Bosques de las
ban de acuerdo al diseño, porque en ocasiones era completamente cerrado o Lomas, 2001. Enlace núm.
bien algunos elementos se sumaban al espacio de la recámara. Además de los 11, año 12, noviembre de
2002, p. 75
lavabos, WC y regadera, se le ha incluido la tina o tragaluces, jardineras
y hasta baño sauna. Se han convertido en espacios creativos y agradables que
Enlace núm. 9, año 2,
fomentan el culto a la personalidad. septiembre de 1992
Otro de los servicios es el cuarto para la servidumbre, lugar que se ha ido
transformando por la falta del personal que viva y trabaje de tiempo completo Legorreta Arquitectos,
en las casas. Antes era factible encontrar en las residencias hasta dos cuartos interior de baño, Casa
Bosques 1, 1996. Archivo
LA. Fotografía: Lourdes
resulta inviable. El trabajo asalariado por unas horas es más frecuente, aunque Legorreta
la primera opción sigue vigente, por lo que el cuarto de servicio siguió apare-
ciendo, aunque cada vez era más habitual encontrarlo integrado dentro de la
casa, porque podía convertirse –si se previó en el diseño– en otra habitación
de uso variado.
México ha sido el aumento de coches por familia, por motivos muy particula-
res de esta ciudad, como la gran distancia que puede existir entre la casa y el
234
La casa impredecible: la emancipación de las reglas (1965-2000)
clase media puede llegar a tener más de dos autos, lo cual implica un reto para
el arquitecto o un verdadero problema para el usuario. Este equivocado modo
de vida parece no tener marcha atrás, mientras no se mejoren las condiciones
en la ciudad y se tenga mayor conciencia con el medio ambiente.
A lo largo de estas décadas, el diseño de las escaleras y los materiales de
que están hechas ha variado intensamente. Con formas escultóricas, aparecen
como el elemento central de la casa o bien ocultas, contenidas entre muros.
Puede haber una o dos: la principal y la de servicio, según los requerimientos
235
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
con escasas aberturas o detalles que llamen la atención. En estos casos, el jue-
go interesante de fachadas era hacia la parte posterior o hacia el patio o jardín.
En efecto, se recuperó el patio, de cualquier forma y tamaño, en donde un árbol
podía ser el protagonista, un espejo de agua, o bien presentarse solitario, en
silencio, limitado por altos muros. Cuando la casa se localizaba en un terreno
muy amplio o en un conjunto de casas, las posibilidades de diseño eran vastas.
Si la aparición de los grandes cristales, a mediados de siglo, permitió el acerca-
miento con la naturaleza, el adelanto en la tecnología de los materiales translúcidos
y su sujeción permitió cubrir amplias áreas al interior, algunas llenas de vegetación,
contenidas en jardineras o en macetas. Este espacio interno, lleno de luz y plantas,
se convirtió es un recurso muy socorrido, cuando el entorno no era favorable.
El agua era otro de los ingredientes recurrentes en las casas, si bien en los
años cincuenta y sesenta se comenzó a introducir en las casas –y Luis Barra-
décadas los efectos variados de la luz quizá fueron los elementos de mayor
relevancia y experimentación, porque penetraba a través de rendijas, domos o
grandes tragaluces estratégicamente ubicados, y tamizada tras vigas o varas de
madera, de metal o plafones con celosías de distintos materiales. Podía ser una
236
La casa impredecible: la emancipación de las reglas (1965-2000)
Albin Vasconcelos,
Elizondo Arquitectos, Casa
del Fresno, 1991-1992.
Archivo AVEA
237
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
fue decisivo. En este rumbo precedido por Luis Barragán, múltiples arquitectos
usaron y abusaron del color. Tonos vibrantes aparecieron por toda la ciudad
-
ron los muros de innumerables casas construidas o no por arquitectos. Duran-
la combinación de éste con la luz que inundaba las atmósferas domésticas du- Cherem y Cherem
rante el día ofrecía tonalidades particulares a cada habitación. Ingenieros y Arquitecto,
La Herradura, Estado de
A lo largo de esas décadas, la gama de materiales constructivos y de acaba- México, 2000. Enlace núm. 1,
dos se convirtió en un reto para los constructores, ya que para conocerlos era año 12, enero 2002, p. 63
238
La casa impredecible: la emancipación de las reglas (1965-2000)
239
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
les tradicionales. Aunque existieron ejemplos que lograron equilibrar el péndulo Antonio Attolini, estancia,
San Jerónimo, 1993.
que, hasta el momento, no se ha desplazado sensiblemente hacia algún bando. Fotografía: Alberto Moreno
Uno de los caminos que tuvo gran aceptación entre un nutrido grupo de Guzmán
arquitectos y de un sector de la sociedad, es aquel que se preocupó por el
rescate y revaloración de la arquitectura vernácula, el pasado colonial y las Carlos Mijares Bracho, Las
Águilas, 1966-1970. Archivo
tradiciones populares. Marcado principalmente por Luis Barragán, retoma la de Arquitectos Mexicanos,
preocupación por el clima y las orientaciones, los materiales y técnicas de cons- fondo Carlos Mijares, Facul-
trucción locales en concordancia con los adelantos tecnológicos, y trasciende tad de Arquitectura, UNAM
lo simplemente vernáculo o histórico. Este movimiento que se dio en México,
Artigas Arquitectos,
fraccionamiento Rancho
San Francisco, San Bartolo
Ameyalco, ca. 1985. Enlace
núm. 10, año 3, octubre de
1993, p. 78
240
La casa impredecible: la emancipación de las reglas (1965-2000)
citadino, como una fuerte demanda de los usuarios, llevó a un nutrido grupo de
arquitectos a realizar este tipo de casas. En este sentido sobresalió el trabajo de
Manuel Mestre, el despacho de Francisco Artigas Arquitectos y Xavier Almanza,
por nombrar algunos.
La imaginación es un ingrediente que particularmente en la vivienda nunca
se agota y en México algunos arquitectos fueron testimonio de ello, como Agus-
241
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
tín Hernández, cuyas formas arquitectónicas podían transmutar de lo escultó- Manuel González Rul,
Monte Ararat y Sierra
Gorda, Lomas de Chapul-
originalidad y por el dominio de la geometría. Igualmente Fernando Jackson y tepec, 1970. Calli núm. 61,
Manuel González Rul sobresalieron por la originalidad de sus fachadas, alejadas abril-mayo 1973, p. 24
-
Agustín Hernández,
tantes aportaciones a la casa habitación con estructuras de madera laminada casa de Amalia Hernández,
como una forma distinta de contener el espacio. Acueducto núm. 10, Lomas
Las posibilidades del concreto armado también fueron motivo de experi- de Santa Fe, 1971. Archivo
Fotográfico, Instituto de
Investigaciones Estéticas,
Zabludovsky, Teodoro González de León y Francisco Serrano.39 De igual forma, UNAM
el tabique aparente ha sido utilizado con frecuencia por los arquitectos, enca-
bezando la lista Carlos Mijares, quien sobresalió por el dominio estructural y
expresivo de este material.
El trabajo realizado por generaciones más jóvenes fue fértil y enriquece-
dor. Sin conformar un grupo homogéneo, varios lograron reconocimiento por
su calidad. Algunos consiguieron un equilibrio entre tradición y modernidad,
expresado en los materiales, como el tabique aparente, y en la recuperación
de Nuño Mac Gregor De Buen Arquitectos, al igual que el grupo que formaron
Enrique Albin, Fernando Vasconcelos y Alejandro Elizondo. Otros despuntaron
por una sobria racionalidad, alejada de nacionalismos, plena de referencias,
preocupada por la expresividad de los materiales industriales y por el compor-
tamiento de los elementos estructurales, que en cada proyecto se manifesta-
ron de manera particular, como en las obras de Enrique Norten y Bernardo
242
La casa impredecible: la emancipación de las reglas (1965-2000)
243
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
Desde la última década del siglo XX, fue inminente que distintas formas de ha-
bitar la casa habitación o nuevos comportamientos cotidianos estaban modi-
largo del libro, otro factor comenzó a incidir: la preocupación por el cuidado del
medio ambiente.
Se ha dicho que, ante el deterioro del planeta y los múltiples desastres que
aquejan a la humanidad como la falta de agua, la crisis energética, el efecto inver-
nadero que está calentando la tierra, la lluvia ácida producida por los óxidos de
nitrógeno, el problema de los residuos radioactivos o la pérdida de la biodiver-
sidad biológica, el hombre está tratando de remediar lo que él mismo propició.
Ante este panorama, desde hace varias décadas el concepto de la casa bio-
climática, la casa natural, ecológica, sustentable, solar o renovable, por citar
algunos nombres como comúnmente se le ha denominado, se ha desarrolla-
244
La casa impredecible: la emancipación de las reglas (1965-2000)
Ingeniero R. Martínez,
casa autosuficiente, Ajusco,
1984. Archivo Fotográfico,
Facultad de Arquitectura,
UNAM
245
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
-
gente, ahora no. La casa automatizada cuenta con diversos equipos electró-
necesita que ésta esté preparada para recibir a la tecnología que va avanzan-
cualquier equipo y cuenta con un solo control que se puede operar de manera
intuitiva. El tamaño de la casa no importa, ni necesita ser lujosa, el cable estruc-
turado se puede colocar hasta en las casas de interés social, porque el costo
de la preparación incrementa un bajo porcentaje del costo total de la construc-
ción. Lo que eleva considerablemente el precio de la casa son todos los equipos
que se pueden ir colocando paulatinamente, y son los que hacen a la casa inte-
ligente, en apariencia, inaccesible a la inmensa mayoría de la población. La casa
para hacerle la vida fácil y sencilla, al menos, eso argumentan los especialistas.
246
La casa impredecible: la emancipación de las reglas (1965-2000)
del entretenimiento, la casa puede contar con sonido ambiental general o parti-
-
247
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
hábitos del ocio, por los jóvenes y no tan jóvenes que no se independizan de
248
La casa impredecible: la emancipación de las reglas (1965-2000)
Notas
249
La casa en la Ciudad de México en el siglo xx
derno. Arquitectura de la segunda mitad del siglo XX, Barcelona: Gustavo Gili, 1993; Enrique
Browne et al., Modernidad y Postmodernidad en América Latina. Estado del Debate, Bogotá:
Editorial Escala, 1995; Josep María Montaner, La modernidad superada. Arquitectura, arte y
pensamiento del siglo XX, Barcelona: Gustavo Gili, 1997.
Victoriano Sainz Gutiérrez, “Arquitectura y Posmodernidad. Los orígenes de un debate”, en
Laboratorio de Arte: Revista del Departamento de Historia del Arte, núm. 10, 1997, pp. 539-
546, disponible en https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/236805.pdf [consultado el 15
de febrero de 2016].
12. Véase Alberto González Pozo, “Los edificios Olímpicos. Un corte a la arquitectura mexicana
de los sesentas”, en Artes de México, número extraordinario, México, 1968; Instalaciones
Olímpicas. Secretaría de Obras Públicas, México: Secretaría de Obras Públicas, 1968.
13. Estos dos arquitectos realizaron en sociedad varios conjuntos habitacionales. De esta época
destacan el de Mixcoac-Lomas de Plateros (1969-1971) y la Patera (1970-1973), en la
Ciudad de México.
14. Los arquitectos que participaron en este proyecto fueron Manuel González Rul, Ramón Torres,
Héctor Velázquez, Agustín Hernández y Carlos Ortega.
15. Véase Enrique Yáñez, Hospitales de Seguridad Social, México: edición del autor, 1973.
16. Centro Comercial Plaza Satélite (1971), Centro Comercial Bosques de las Lomas (1974),
Centro Comercial Perisur (1980).
17. Secretaría de Relaciones Exteriores (1966) en Tlatelolco, de Pedro Ramírez Vázquez; el edi-
ficio del Capfce (1967), de Francisco Artigas; la Lotería Nacional (1969-1971), de David
Muñóz, Ramón Torres y Sergio Santacruz; y el edificio de Celanese Mexicana (1966-1968),
de Ricardo Legorreta.
18. Véase Louise Noelle, Agustín Hernández, arquitectura y pensamiento, México: Instituto de
Investigaciones Estéticas, UNAM, 1982; Agustín Hernández. Arquitecto, Graciela García Brin-
cas (ed.), México: Limusa, Fomento Cultural Banamex, 1998.
19. Manuel González Rul, México: Maya Gómez y Torres Palacio Editores, 1984.
20. En esa época, Luis Barragán había construido lo principal de su obra: Casa en Tacubaya
(1947), Casa Prieto López (1950), Casa Gálvez (1959-1955), Capilla de las Capuchinas
Sacramentarias (1959), Las Arboledas (1958-1961), Fraccionamiento Los Clubes (1963-
1964), Casa Egerstrom (1967-1968).
21. Véase Paul Heyer, Mexican Architecture. The work of Abraham Zabludovsky and Teodo-
ro González de León, Nueva York: Walker and Co., 1978; Louise Noelle y William Curtis,
Teodoro González de León, la voluntad del creador, Bogotá: SOMOSUR, 1993; Ensambles
y excavaciones. La obra de Teodoro González de León 1968-1996, México: INBA, Colegio
Nacional, 1996; Paul Heyer, Abraham Zabludovsky Architect, Nueva York: Princenton Archi-
tectural Press, 1993; William Curtis et al., Teodoro González de León. Obra reunida, México:
Arquine + RM, 2010.
22. Véase Rodolfo Santamaría y Sergio Palleroni, Carlos Mijares, tiempo y otras construcciones,
Bogotá: Colección Somosur, Escala, 1989; Malena Mijares, Javier Carral et al., Carlos Mijares
Bracho. Arquitecto, Artes de México, núm. 106, México, junio de 2012.
23. Véase de Francisco Covarrubias Gaitán (ed.), INFONAVIT XV años de servir a los trabajadores;
México: consorcio Editorial, 1988.
250
La casa impredecible: la emancipación de las reglas (1965-2000)
24. Esta obra fue proyectada por Reynaldo Pérez Rayón, Juan A. Vargas, Juan Polo, Héctor He-
rrera y Leopoldo Márquez, los edificios están realizados a base de precolados y se conectan
por puentes.
25. Véase Juan Benito Artigas, Centro Cultural Universitario: Visita guiada en torno de su arqui-
tectura, México: UNAM, 1994.
26. Los arquitectos encargados de esta obra fueron Pedro Ramírez Vázquez, José Luis Benlliure,
Alejandro Schoenhofer, Gabriel Chávez de la Mora y Javier García Lascuráin.
27. Una visión más amplia de lo acontecido en la arquitectura mexicana de finales de los setenta
se puede consultar en: Carlos G. Mijares Bracho, “Arquitectura de nuestro tiempo”, y Pedro
de la Mora y Palomar, “Panorámica de la arquitectura de la década 1970-1980”, en 40 siglos
de Arte Mexicano. Arte Moderno y Contemporáneo, Tomo II, México: Editorial Herrero, 1981;
Enrique De Anda Alanís, Carlos González Lobo et al., Ciudad de México. Arquitectura 1921-
1970, México: Junta de Andalucía, Gobierno del Distrito Federal, 2001.
28. Por este motivo se construyó la torre de Pemex (1982), de Pedro Moctezuma, como emblema
de “nuestra riqueza.”
29. Miguel Basáñez, El pulso de los sexenios. 20 años de crisis en México, México: Siglo XXI
Editores, 1991.
30. Véase Antonio Toca y Aníbal Figueroa, México: nueva arquitectura, México: Gustavo Gili,
1991; Louise Noelle y Carlos Tejeda, Catálogo Guía de arquitectura contemporánea. Ciudad
de México, México: Fomento Cultural Banamex, 1993; Miquel Adriá et al., México 90’s. Una
arquitectura contemporánea, México: Gustavo Gili, 1996; 6 años de arquitectura en México,
1988-1994, Mario Melgar Adalid (coord.), México: UNAM, CNCA, 1994.
31. Para conocer la variedad de expresiones de finales del siglo XX en el país, véase Alejandro
Aguilera (dd.), Mexican Architectures, México: Coedimex, 2000; y para conocer una visión de
lo sucedido desde fin de siglo hasta épocas recientes, véase Gustavo López Padilla, Arqui-
tectura Mexicana Contemporánea. Crítica y Reflexiones, México: Editorial Designio, 2008;
Nueva Arquitectura Mexicana. Tendencias entre siglos, México: Editorial Designio, 2011;
El relevo generacional. Arquitectura Mexicana Contemporánea, México: Editorial Designio,
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32. Entrevista de Mario Schjetnan Garduño a Luis Barragán, revista Artes de México, núm. 23,
México, 1994, p. 77.
33. Ángela Giglia, “Crisis del espacio público y nueva segregación urbana”, en Espacio público
y reconstrucción de ciudadanía, P. Ramírez Kuri (coord.), México: FLACSO, Porrúa, 2003, pp.
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34. Iñaki Ábalos, La buena vida. Visita guiada a las casas de la modernidad, Barcelona: Gustavo
Gili, 2000, p. 124.
35. Entrevista de la autora al arquitecto Antonio Attolini, el 15 de julio del 2001.
36. Algunos textos sobre el Regionalismo están compilados en: Regionalismo. Cuadernos de
Arquitectura, núm. 10, Louise Noelle (ed.), México: CONACULTA, INBA, 2003.
37. Véase Louise Noelle, Ricardo Legorreta. Tradición y Modernidad, México: UNAM, 1989; The
Architecture of Ricardo Legorreta, Wayne Attoe (ed.), Austin: University of Austin Press,
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quitectura, CONACULTA, 2009.
38. Se puede consultar el libro de Gutiérrez Cortina Arquitectos 1983-1993, Catálogo, México:
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tro elementos, México: editorial Reverte, 1998; Miquel Adrià y David Leatherbarrow, Javier
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39. Kenneth Frampton, Miquel Àdria et al. Francisco Serrano. Obra completa, México: Arquine,
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40. Ten Arquitectos, México: Gustavo Gili, 1995; Kalach-Álvarez, México: Gustavo Gili, 1998.
Varias de estas casas se publicaron en las revistas A Arquitectura y Arquine.
41. Anatxu Zabalbeascoa y Javier Rodríguez Marcos, Minimalismos, Barcelona: Gustavo Gili,
2000, p. 70.
42. Ibídem, p. 124.
43. Javier Echeverría, Cosmopolitas..., op. cit., p. 53.
44. Existe numerosa bibliografía respecto a los diferentes conceptos sobre la arquitectura que se
ha preocupado por el cuidado y respeto por el medio ambiente. Se recomienda un análisis
acertado y sintético sobre el tema en: Gabriel Gómez Azpeitia et al., “El retorno a la naturale-
za: arquitectura y medio ambiente”, Capítulo 4, en Historia de la Arquitectura y el Urbanismo
Mexicanos. En la antesala del tercer milenio, Lourdes Cruz González Franco (coord.), México,
FCE, Facultad de Arquitectura, UNAM, 2015, pp. 143-175.
45. El término bioclimático o ecológico varía de acuerdo a las características de la construcción.
Para este estudio no se considera necesario hacer una diferenciación especializada, sino dar
un panorama de lo que este tipo de construcciones, en general, representan y ofrecen. Algu-
nas publicaciones en torno a este tema son: Francisco J. Serrano, Soleamiento, Climas y Edi-
ficaciones, México: UNAM, 1981; Fernando Tudela, Ecodiseño, México: Universidad Autónoma
Metropolitana-Xochimilco, 1982; Camilo Rodríguez Lledó, Guía de Bioconstrucción, Madrid:
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Autonomous House, Londres: Thames Hudson Ltd, 2002; Edwards Brian, Guía básica de la
sostenibilidad, Barcelona: Gustavo Gili, 2004, por mencionar algunos.
46. Javier Senosiain Aguilar, Bio Arquitectura. En busca de un espacio, México: Limusa, 1998,
p. 166.
47. Los conceptos aquí planteados son extraídos de conferencias sobre la casa inteligente; re-
vistas como Enlace han publicado numerosos artículos sobre los avances en la tecnología,
los sistemas de cómputo y una gama interesante de materiales y accesorios para la casa del Xavier Monteys y Pere
nuevo milenio. Sobre este tema se puede consultar la página de internet del Instituto Nacional Fuertes, Casa collage. Un en-
de la Casa Inteligente: www.inci.org.mx. sayo sobre la arquitectura de
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