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PRODUCCIÓN EN MASA PARA

LAS MASAS: UNA REFLEXIÓN


SOBRE EL PARADIGMA DE
PRODUCCIÓN DE LA VIVIENDA.

Oscar González 2019


CONTENIDO
1. Introducción

2. Objetivo

3. ¿Qué es la Producción en Masa?

4. El Racionalismo, Heredero de la Producción en Masa

5. Racionalismo Urbano

6. La vivienda Funcionalista-Racionalista en México y Mérida, Ejemplos


Emblemáticos.

6.1. Vivienda Obrera en el México Postrevolucionario

6.2. Vivienda Funcionalista en Mérida

6.2.1. La Colonia México

6.2.2. Colonia Miguel Alemán

7. La Vivienda Como “Producto Chatarra”, Factores que Influyeron en la


Decadencia de la Vivienda

7.1 La Alienación de la Industrialización

7.2. Producción Masiva

7.3. Reduccionismo

7.4. Políticas Salvajes

7.5. Estado de Entropía

8. Conclusión

Referencias
Autor: Oscar Eduardo González Hoil

Sesión: Vivienda y habitabilidad

Impartió: Dra. María Elena Torres Pérez

Fecha: 9/Nov/2019

1. INTRODUCCIÓN

Desde tiempos muy antiguos el ser humano ha producido gran cantidad de objetos, desde
cuentas de barro, hachas de piedra, puntas de lanza, objetos de cerámica y un sinfín de
objetos, que nos coloca como especie muy productiva a lo largo de nuestra historia. Y es
precisamente esta “productividad” la que ha evolucionado a tal grado que hoy ha
repercutido en todos los aspectos de nuestras vidas y nuestro entorno.

El avance en la técnica y la tecnología han creado un modelo y esquema en la forma de


producción, que ha dado como resultado en la actualidad, un nuevo paradigma en la
conceptualización del diseño de objetos. Términos como estandarización, serialización,
automatización y masificación ya forman parte de nuestro ideario de diseño.

El impacto de estas ideas de diseño en la producción de viviendas será mi tema de


reflexión. Lo que me motivo a hacer esta exploración fue mi labor en el sector industrial,
como supervisor de mantenimiento en la Planta Procesadora de Alimentos Kekén Umán,
no pude dejar de pensar en cómo se han desarrollado las viviendas en los
fraccionamientos actuales y la forma en que se produce un gran volumen de alimento
para el área porcícola.

2. OBJETIVO

Con la finalidad de poder entender porque en la actualidad se produce la vivienda en


grandes cantidades y el papel que ha jugado la industrialización en ella, propongo
investigar como algunas de las ideas que se dieron a raíz de la revolución industrial,
influyeron en la arquitectura e impulsaron el surgimiento del movimiento llamado
racionalismo. Dentro de un marco histórico expondré las repercusiones en lo social y
político a que este fenómeno conllevo.
3. ¿QUÉ ES LA PRODUCCIÓN EN MASA?

Producción en masa: es intensiva en capital y energía, ya que utiliza una alta proporción
de la maquinaria y la energía en relación con los trabajadores. También es generalmente
automatizada en la mayor medida de lo posible. Con menos costes laborales y un ritmo
más rápido de la producción, el capital y la energía se incrementa, mientras que el gasto
total por unidad de producto disminuye. (Fuente:
https://www.ecured.cu/Producci%C3%B3n_en_masa).

Otra definición seria: La producción en cadena, producción en masa, producción en serie


o fabricación en serie fue un proceso revolucionario en la producción industrial cuya base
es la cadena de montaje, línea de ensamblado o línea de producción; una forma de
organización de la producción que delega a cada trabajador una función específica y
especializada en máquinas también más desarrolladas. (Fuente:
https://es.wikipedia.org/wiki/Producci%C3%B3n_en_cadena).

Para poder comprender como se ha llegado a estas definiciones, debemos remontarnos


a la historia y situarnos entre finales del siglo XIX y principios del XX. En este periodo
aparece un personaje fundamental llamado “Frederick Winslow Taylor (20 de marzo de
1856-21 de marzo de 1920), un ingeniero Industrial y economista estadounidense,
promotor de la organización científica del trabajo y que es considerado el padre de la
Administración Científica”. (Wikipedia)

“En 1878 efectuó sus primeras observaciones sobre la industria del trabajo en la industria
del acero. A ellas les siguieron una serie de estudios analíticos sobre tiempos de
ejecución y remuneración del trabajo. Sus principales puntos, fueron determinar
científicamente trabajo estándar, crear una revolución mental y un trabajador funcional a
través de diversos conceptos que se instruyen a partir de un trabajo suyo publicado en
1903 llamado Shop Management.

Antes de las propuestas de Taylor, los trabajadores eran responsables de planear y


ejecutar sus labores. A ellos se les encomendaba la producción y se les daba la "libertad"
de realizar sus tareas de la forma que ellos creían era la correcta sin tener conocimientos
técnicos. El autor lo describe de esta manera: “encargados y jefes de taller saben mejor
que nadie que sus propios conocimientos y destreza personal están muy por debajo de
los conocimientos y destreza combinados de todos los hombres que están bajo su
mando. Por consiguiente, incluso los gerentes con más experiencia dejan a cargo de sus
obreros el problema de seleccionar la mejor forma y la más económica de realizar el
trabajo”. De ahí que sus principios “vistos en su perspectiva histórica, representaron un
gran adelanto y un enfoque nuevo, una tremenda innovación frente al sistema”. Se debe
reconocer aquí que Taylor representa el sueño de una época, como lo es Estados Unidos
de los primeros años del siglo XX donde era imperativo alcanzar la mayor eficiencia
posible, cuidando el medio ambiente, aunado a una explosión demográfica acelerada en
las ciudades, con una demanda creciente de productos.

La organización del trabajo taylorista transformó a la industria en los siguientes sentidos:

 Aumento de la destreza del obrero a través de la especialización y el conocimiento


técnico.
 Mayor control de tiempo en la planta, lo que significaba mayor acumulación de
capital.
 Idea inicial del individualismo técnico y la mecanización del rol.
 Estudio científico de movimientos y tiempo productivo.
 La división del trabajo planteada por Taylor efectivamente reduce los costos y
reorganiza científicamente el trabajo, pero encuentra un rechazo creciente del
proletariado, elemento que sumado a la crisis de expansión estructural de mercado
(por velocidad de circulación de la mercancía) lo llevaría a una reformulación
práctica en el siglo XX que es la idea de fordismo.

A su vez, la economía fue aumentando a los países que creaban esta compañía, el
sistema de Taylor bajó los costos de producción porque se tenían que pagar menos
salarios, las empresas incluso llegaron a pagar menos dinero por cada pieza para que
los obreros se diesen más prisa. Para que este sistema funcionara correctamente, era
imprescindible que los trabajadores estuvieran supervisados, y así surgió un grupo
especial de empleados que se encargaban de la supervisión, organización y dirección del
trabajo. Este proceso se enmarcó en una época (fines del siglo XIX) de expansión
acelerada de los mercados que llevó al proceso de colonialismo, que terminó su cruzada
frenética en tragedia a través de las guerras mundiales. Su obsesión por el tiempo
productivo lo llevó a trabajar el concepto de cronómetro en el proceso productivo, idea
que superaría a la de taller, propia de la primera fase de la Revolución Industrial “.
(Wikipedia).

Las ideas de Taylor revolucionaron el proceso industrial porque se racionalizaron las


funciones de trabajo, provocando una mayor cantidad de producción, bajando los costos
y especializando, pero también abaratando, la mano de obra. Aquí podemos observar
como se fueron dando las pautas que nos llevarían al paradigma de una producción en
masa, que desencadenarían en una estandarización, serialización y mecanización de la
producción. De este nuevo paradigma industrial terminarían bebiendo los arquitectos de
las vanguardias modernas, por lo que la arquitectura terminaría empapada en lo que se
denominaría funcionalismo y racionalismo.

4. EL RACIONALISMO, HEREDERO DE LA PRODUCCIÓN EN MASA.

“El racionalismo, también llamado Estilo internacional o Movimiento moderno, fue un


estilo arquitectónico que se desarrolló en todo el mundo entre 1925 y 1965,
aproximadamente. Suele ser considerado como la principal tendencia arquitectónica de
la primera mitad del siglo XX. Fue un movimiento de amplio alcance internacional, que se
desarrolló por toda Europa, Estados Unidos y numerosos países del resto del mundo.
Entre sus figuras sobresalen: Walter Gropius, Ludwig Mies van der Rohe, Le Corbusier,
Jacobus Johannes Pieter Oud, Richard Neutra, Rudolf Schindler, Philip Johnson, Alvar
Aalto, Eliel y Eero Saarinen, Erik Gunnar Asplund, Josep Lluís Sert, Louis Kahn, Pier Luigi
Nervi, Gio Ponti, Kenzō Tange, Lúcio Costa y Oscar Niemeyer.

Esta corriente buscaba una arquitectura fundamentada en la razón, de líneas sencillas y


funcionales, basadas en formas geométricas simples y materiales de orden industrial
(acero, hormigón, vidrio), al tiempo que renunciaba a la ornamentación excesiva y
otorgaba una gran importancia al diseño, que era igualmente sencillo y funcional. La
arquitectura racionalista tuvo una estrecha relación con los adelantos tecnológicos y la
producción industrial, especialmente por la defensa acérrima de dicha relación
preconizada por Walter Gropius desde la fundación de la Bauhaus en 1919. También
abogó por la utilización de elementos prefabricados y módulos desmontables. Su
lenguaje formal se basaba en una geometría de líneas simples, como el cubo, el cono, el
cilindro y la esfera, y defendía el uso de planta y fachada libres y la proyección del edificio
de dentro hacia fuera. Una de sus principales premisas era el funcionalismo, una teoría
que postulaba la subordinación del lenguaje arquitectónico a su función, sin considerar
su aspecto estético o cualquier otra premisa secundaria.

Fue un movimiento preocupado por la mejora de la sociedad, por influir en mejorar la vida
de la gente, a través de un lenguaje innovador que supuso una ruptura con la tradición
en busca de una nueva forma de construir, de una nueva forma de interpretar la relación
del ser humano con su entorno y de buscar nuevas soluciones que solventasen el
problema del aumento de la población en las grandes ciudades. Para ello se valió no solo
de los aportes teóricos, las nuevas formas de concebir los espacios y de utilizar el diseño
como herramienta para aunar funcionalidad y estética, sino también de los adelantos
técnicos e industriales, de la utilización de nuevas técnicas y de nuevos materiales.

Como indica su etimología, racionalismo proviene de razón y tiene su origen en la


pretensión de la nueva arquitectura de racionalizar los procesos constructivos. El
racionalismo fue heredero de la Ilustración y la Revolución Industrial, la culminación de
un largo proceso de aplicación en la arquitectura de los nuevos procesos de
mecanización iniciados con la era industrial. Este proceso evolucionó en paralelo a los
avances sociales, con un cierto componente utópico de aplicación de los valores de la
arquitectura y el urbanismo a la mejora de la sociedad: la industrialización, usada de
forma «racional», serviría según los teóricos del movimiento para solventar las injusticias
sociales y crear un entorno urbano que englobase de forma óptima a la mayoría de la
población.

Hay que considerar también como motor de la nueva arquitectura en la transición entre
los siglos XIX y XX los cambios tecnológicos producidos en la llamada Segunda
Revolución Industrial, tales como la invención del hormigón armado (1854), el
procedimiento Bessemer para la elaboración del acero (1856), la invención de la dinamo
para generar electricidad como fuerza motriz (1869), el teléfono (1876), los experimentos
de Galileo Ferraris sobre el campo magnético rotatorio que permiten el transporte a
distancia de la energía hidráulica (1883), la bombilla eléctrica (1879), el motor de
explosión (1885), etc. Todos estos factores ayudaron a la industria de la construcción y
lanzaron a la arquitectura a una nueva forma de construir de múltiples posibilidades.

Un primer factor determinante en la aparición del racionalismo fue la apertura en 1919 de


la Bauhaus, una escuela de arquitectura, arte y diseño dirigida por Walter Gropius que
preconizaba un estilo funcionalista de líneas sencillas y basado en la producción
industrial. Durante los años posteriores al fin de la Primera Guerra Mundial empezaron a
descollar varios arquitectos que fomentaban en sus obras las premisas racionalistas,
como el propio Gropius, Le Corbusier y Ludwig Mies van der Rohe, considerados los
máximos exponentes de este movimiento, que ayudaron a su difusión internacional.

En los años 1930 el racionalismo tuvo un nuevo centro difusor en Estados Unidos, adonde
llegaron numerosos arquitectos europeos exiliados a causa del nazismo alemán, el
fascismo italiano y el comunismo soviético. Sin embargo, en esa década el movimiento
entró en una fase de ciertas dudas y de críticas hacia su excesivo formalismo y su frío
mecanicismo, alejado de las necesidades humanas. El propio Le Corbusier se fue
distanciando de su purismo inicial y empezó a considerar la máquina como una
herramienta y no un fin en sí mismo. Pese a todo, el racionalismo continuó siendo el estilo
hegemónico a nivel internacional hasta prácticamente los años 1960.

Tras la Segunda Guerra Mundial el Estilo internacional se fue convirtiendo en un método


de construcción sistemático y perdió algo de su esencia inicial y de su componente
utópico de un arte al servicio de la sociedad. La confianza en las nuevas tecnologías, en
el arte como instrumento de educación para el pueblo, en una estética universal que
comportase una ética universal, se fueron diluyendo, y el movimiento se fue reduciendo
a un estilo reglamentado, que no dejaba espacio para la innovación ni la creación
individual, para la subjetividad o la relación con la naturaleza. Su evolución estilística fue
hacia un cierto eclecticismo —según Jürgen Joedicke— o manierismo —según Josep
Maria Sostres—, con dos posibles vías de realización: la «imitación mecánica e
impersonal de los grandes ejemplos» (Sostres) o la contextualización regionalista, como
la practicada por el neo empirismo escandinavo, el brutalismo británico, el neorrealismo
y neoliberty italianos o la Escuela de Barcelona en España.
El principio del fin de este movimiento se escenificó en el IX congreso del CIAM, en el
que un grupo de arquitectos disidentes se organizó en el llamado Team X, que
propugnaba una evolución hacia un estilo más realista y de utilidad social, que se
concretó en un nuevo estilo denominado brutalismo. Este grupo acusaba al CIAM de
haber patrocinado el Estilo internacional imponiendo “conceptos mecánicos de orden”,
sin tener en consideración las necesidades emocionales del ser humano o las
especificidades territoriales de los diversos países en que se desarrolló el estilo. El propio
Philip Johnson confesó en 1996 que “nuestra así llamada arquitectura moderna era
demasiado antigua, glacial y llana”.

Aunque el fin del racionalismo como estilo puede situarse en el primer lustro de los años
1960, cabe remarcar que hasta los años 1970 y primeros 1980 aún se construyó en ese
estilo —de forma más o menos ortodoxa— en numerosas partes del mundo,
especialmente en países emergentes que habían llegado con cierto retraso a la
modernidad. El proceso descolonizador iniciado en África y Asia tras la Segunda Guerra
Mundial propició el auge constructivo de estos nuevos países, que necesitaban nuevas
infraestructuras y edificios gubernamentales, y que adoptaron el Estilo internacional como
forma de equiparar la construcción de un nuevo estado con una imagen moderna y
progresista. En muchos casos, esta arquitectura resultó estereotipada y
acontextualizada, con una cierta apariencia de trasplante de tipologías occidentales a
países de distinta tradición cultural, sin atender a las condiciones sociales, geográficas y
económicas de estos países”. (Wikipedia).

5. RACIONALISMO URBANO

“El urbanismo tuvo un gran desarrollo en el siglo XX, ya que el progresivo aumento de la
población urbana desde los inicios de la Revolución Industrial conllevó un creciente
interés en buscar nuevas fórmulas y soluciones para satisfacer las necesidades de
vivienda e infraestructuras de la sociedad. Si en 1800 había en el mundo unas 200
ciudades con más de 20 000 habitantes, con un total de 21,7 millones de habitantes (un
2,4 % de la población total), en 1950 había 5509 ciudades de ese tamaño, con 502,2
millones de habitantes (20,9 % del total). El racionalismo, debido a sus ideas progresistas
y sociales, puso un gran empeño en desarrollar teorías urbanísticas que fuesen de
aplicación universal, con un especial énfasis en soluciones higiénicas y funcionales, que
satisfaciesen todos los aspectos inherentes a la ciudad, tanto económicos como
tecnológicos, culturales y ecológicos.

La Carta de Atenas, uno de los principales manifiestos del urbanismo racionalista se


redactó en el IV CIAM celebrado en Atenas en 1933, bajo la iniciativa principalmente de
Le Corbusier, aunque la redacción corrió a cargo de los arquitectos suizos Werner Max
Moser y Rudolf Steiger. No fue publicado hasta 1942, de forma anónima, y en 1944 por
Josep Lluís Sert con el título Can our Cities Survive; por último, en 1957 fue publicada
con la firma de Le Corbusier. Su contenido se centraba en el urbanismo, con un modelo
de ciudad funcional opuesto a los conceptos tradicionales, donde la ciudad se basa en
zonas habilitadas para distintas funciones, como las residenciales, las económicas e
industriales o las lúdicas (deporte y recreo), junto a zonas verdes entre los distintos
espacios, todas ellas delimitadas y vertebradas por ejes viarios dispuestos de forma
racional. Para la vivienda, la apuesta de Le Corbusier era la de edificios de gran altura.
Según su propuesta, de los núcleos antiguos de las ciudades solo se salvarían los
monumentos históricos, rodeados de zonas verdes. Este planteamiento inspiró muchas
de las realizaciones urbanísticas de los años 1950 y 1960.

Tras la Segunda Guerra Mundial, el urbanismo racionalista se aplicó a la reconstrucción


de las ciudades devastadas por la guerra y su metodología se fue acercando a los
principios económicos capitalistas, por cuanto sus postulados de fragmentación
zonificada, producción en serie y prefabricación casaban perfectamente con los modelos
industriales capitalistas.

Las principales realizaciones urbanísticas del Movimiento moderno fueron Brasilia


(Brasil), Chandigarh (India) e Islamabad (Pakistán). Brasilia (1956-1960), concebida
como nueva capital del país, fue planificada por Lúcio Costa, quien se inspiró en la Carta
de Atenas y diseñó una planta constituida por dos ejes que se cruzan en forma de cruz,
con amplias avenidas y grandes espacios que provocan una gran sensación de vastedad
—pero igualmente de soledad, como se ha criticado habitualmente—. En la parte central
se hallan los edificios oficiales y las zonas recreativas, y a su alrededor las zonas
residenciales, culturales y comerciales, así como zonas verdes, estaciones, aeropuerto y
todo tipo de infraestructuras.

Una de las mayores preocupaciones de los arquitectos racionalistas —especialmente en


Alemania— fue la de la vivienda social. Los estragos de la Primera Guerra Mundial
favorecieron el auge de las ideas socialistas, a las que se adhirieron numerosos
arquitectos, preocupados por encontrar soluciones para las necesidades habitacionales
de la clase obrera.

El principal auge de la vivienda social se dio en Alemania, especialmente durante la


República de Weimar, con el fenómeno de la siedlung (plural siedlungen, traducible por
asentamiento o urbanización), unos conjuntos residenciales de casas o bloques de
viviendas situados en las periferias de grandes ciudades, organizados racionalmente con
las premisas de espacios amplios, zonas verdes y óptimas condiciones salubres de
soleamiento y ventilación.

Tras la Segunda Guerra Mundial surgieron grandes planes de vivienda transitoria para
paliar los estragos de la guerra, financiados generalmente por los estados, mientras que
Le Corbusier planteó su Unité d'Habitation (como la de la Marsella, 1947-1952), grandes
bloques de viviendas con todos los servicios para constituir unas entidades
autosuficientes”. (Wikipedia)

6. LA VIVIENDA FUNCIONALISTA-RACIONALISTA EN MÉXICO Y


MÉRIDA, EJEMPLOS EMBLEMÁTICOS.

6.1. VIVIENDA OBRERA EN EL MÉXICO POSTREVOLUCIONARIO.

“Pasada la inestabilidad inicial de los primeros gobiernos posrevolucionarios, la sociedad


mexicana trataba de autodefinirse en materia de identidad nacional, orientación
ideológica y conformación social. Por tanto, para hablar de los primeros pasos de la
vivienda social en la historia de la arquitectura en México, debe subrayarse la relación
sincrónica de los deseos del Estado por resolver problemas colectivos de habitación,
enseñanza y salubridad, mediante la implementación y el apego a las nuevas leyes que
dieron pauta a las políticas de vivienda vertidas en la Constitución de 1917 -los contenidos
más relevantes respecto al territorio, los núcleos de población y la arquitectura por
impulsar se encuentran, principalmente, en los artículos 27 y 123- los escasos recursos
económicos disponibles para ello, y las nuevas corrientes de pensamiento que aportó el
funcionalismo internacional, teorías y obras principalmente desarrolladas en Alemania
por la corriente conocida como Neue Sachlichkei o nueva objetividad.

De los diversos personajes que construyeron la nueva realidad arquitectónica nacional,


destacó el pensamiento de los jóvenes arquitectos Juan Legarreta y Juan O’Gorman,
quienes “aprendieron a relacionar al artista con su sociedad, al artesano con la industria.
La función social de la producción artística y arquitectónica”, y asimilaron, de igual
manera, ideologías del funcionalismo –extraídas selectivamente de escritos de Le
Corbusier–, las cuales defendían justificando que el parecido de la arquitectura moderna
mexicana con la europea se debía a que “la arquitectura tendrá, forzosamente, que
hacerse más internacional, por la sencilla razón de que cada día que pasa, el hombre se
universaliza más […] Eficiencia al precio más bajo ¿no es acaso ésta una necesidad
internacional?”, como mencionó O’Gorman en su conferencia para la Sociedad de
Arquitectos Mexicanos de 1933.

O’Gorman la denominó en ese discurso “arquitectura técnica”, e indicó que su finalidad


era ser útil al hombre de manera directa y precisa. Legarreta y O’Gorman relacionaron el
pensamiento arquitectónico funcionalista con ideas sociales y con una dignificación de la
arquitectura para la clase obrera del país. A partir de tales planteamientos formularon otra
manera de hacer arquitectura, la cual definiría los inicios del movimiento funcionalista en
México.

La materialidad del concreto armado forjó las nuevas características espaciales y


visuales. Importantes arquitectos de la época mostraron ejemplos de obras
arquitectónicas desarrolladas con este material como sistema constructivo. Ideas como
la Maison Dom-Ino de Le Corbusier en 1914, y ejemplos como el Instituto de Higiene de
José Villagrán en 1925, en la Ciudad de México, demostraron la calidad de ejecución, y
sobre todo, la sencillez para su construcción.

El gobierno y los arquitectos se percataron de que “el problema era colectivo, el reto una
necesidad social que comprendía escuelas, hospitales y viviendas; la respuesta;
materiales económicos y métodos de construcción” para las masas trabajadoras, en
relación con la justicia social. Así, para 1929 el uso del concreto se generalizó y
desembocó en nuevas y simples técnicas de construcción. “Teoría y práctica se
encontraban por fin unidas y el funcionalismo podría ser desarrollado en proporciones
industriales”. En una palabra, en el contexto cultural del país en que se integró esta
arquitectura de carácter funcionalista y racionalista, la occidentalización tomaba rumbo
de manera definitiva.

La arquitectura en México anunció grandes cambios al llegar los preceptos que Le


Corbusier postulara en su libro Vers une architecture (París, 1923). Allí se mencionaban
aspectos como la ingeniería, los programas sociales, las viviendas para obreros y la
naturaleza política de la arquitectura. La obra tuvo adeptos que ligaron estas ideas a las
condiciones de pobreza padecidas durante esos años; con ello, entendieron que tenían
la posibilidad de resolver los urgentes problemas que planteaba el habitar doméstico en
nuestro país.

El arquitecto Juan Legarreta fue uno de los principales interesados en dar soluciones a
este tema. La transición intelectual que experimentó fue vital para su obra. Estaba dotado
de una vasta motivación para lograr mejoras significativas en la calidad de vida del sector
medio y obrero del país mediante soluciones con espacios mínimos, aunque propios del
tema que su trabajo arquitectónico planteaba.

El logro de Legarreta está plasmado en sus conjuntos de Balbuena y San Jacinto, en


donde implementó una arquitectura de carácter social. La voluntad creativa e intelectual
de Legarreta se vería proyectada en el mejoramiento de los aspectos económicos y
técnicos de su arquitectura. La solución no dependía del mejoramiento de las condiciones
estéticas de la obra, sino de distinguir las necesidades del habitar humano moderno. La
conjugación del pensamiento proyectado en la obra hablaría de una arquitectura que
comenzó a experimentar con diversas soluciones espaciales sin perder sus cualidades
esenciales, persiguiendo así los preceptos que declararía la nueva arquitectura
funcionalista en México.

En 1929 el Partido Nacional Revolucionario (PNR), fundado en ese mismo año, se


propuso hacer cumplir las fracciones del artículo 123 de la Constitución Mexicana,
referente a la obligación que tienen los patrones de proporcionar a los trabajadores
viviendas cómodas e higiénicas. El Congreso Nacional de Planificación, organizado por
la Sociedad de Arquitectos Mexicanos, convocó a reflexionar en torno a la aplicación de
dichas leyes, así como a comprender el valor del arquitecto como sujeto con
responsabilidad social, capaz de proponer proyectos para las necesidades del país. De
esta manera, tres años después se convocó a un concurso para resolver la “Casa Obrera
Mínima”.

El concurso tenía por objeto el estudio técnico de las propuestas participantes, para
determinar así las necesidades mínimas de habitación para la clase media y obrera del
país, y considerar los elementos básicos de carácter arquitectónico, higiénico y
económico que satisficieran y cubrieran dichos requerimientos.

El arquitecto Obregón Santacilia, dentro de la convocatoria, marcó los siguientes puntos


que considerar:

¿Cuáles son las mínimas necesidades por persona? Una vez determinadas estas
mínimas necesidades, ¿qué tipos de casas, qué tipos de viviendas y qué tipos de
fraccionamientos pueden satisfacerlas? Determinados estos tipos, ¿qué procedimientos
de construcciones “estandarizadas” serían las que pudieran ofrecer aquellos tipos de
habitación al menor costo posible?

Se recibieron propuestas de importantes y destacables arquitectos, los cuales estuvieron


inmersos en este cambio de pensamiento proyectual sobre las nuevas funciones y
necesidades del habitar en el país. Entre los participantes estuvo el arquitecto Juan
Legarreta, en colaboración con el arquitecto Justino Fernández, quienes obtuvieron el
primer lugar al presentar “una casa de líneas y estructuras modernas con una superficie
construida de 54 m2, planeada para una familia de seis personas”. La distribución
espacial interna estaba integrada por tres alcobas, comedor, baño y un lugar para mesa
de trabajo o taller.

Por su parte, el arquitecto Enrique Yáñez obtuvo el segundo lugar; su proyecto basó su
solución en la tradicional accesoria de taza y plato, utilizada comúnmente en tiempos del
virreinato. La distribución de la propuesta consistía en una accesoria con taller y cocina
en la planta baja, y el área de descanso se encontraba en un tapanco. El arquitecto Carlos
Tarditi “obtuvo un tercer premio con un proyecto simple basado en una superficie
reducida. La solución de la estancia era para Obregón Santacilia la más perfecta que se
podía lograr con el mínimo de elementos”.

Toda esta nueva visión de vivienda para la clase obrera y sus derechos tuvo una buena
acogida por Aarón Sáenz, Jefe del Departamento del Distrito Federal, el cual encomendó
a los ganadores del primer premio la construcción de dicha propuesta. Legarreta y
Fernández construyeron así un primer prototipo en la colonia Moctezuma de la Ciudad
de México, el cual, después de la modificación del proyecto con algunos rasgos de otros
finalistas del concurso, daría paso a la ejecución de 108 viviendas más. Entre 1935 y
1936 se construyó otro conjunto de 205 viviendas, con el apoyo del arquitecto Vicente
Pinedo, mismo que el arquitecto no alcanzó a ver terminado debido a su prematura
muerte en 1934.

Legarreta se interesó, defendió y proyectó este nuevo habitar conjugando el


pensamiento, los nuevos materiales y las tecnologías constructivas que posibilitaron un
modelo específico de arquitectura. Ésta sería el pilar para afrontar la necesidad de una
vivienda de carácter social, cuyas primeras construcciones habrían de dar al gobierno de
México el ejemplo necesario para interesarse y dotar de equipamiento habitacional a
diversos sectores, lo cual terminaría por caracterizar la nueva gran imagen urbana que la
ciudad comenzaba a adoptar. Se insinuaba así el ulterior protagonismo del Movimiento
moderno, que ya había permeado en el gremio arquitectónico con grandes exponentes,
futuros forjadores de la nueva cultura arquitectónica en nuestro país”. (Jorge Oscar Yepes
Rodríguez, Bitácora Arquitectura UNAM).

6.2. VIVIENDA FUNCIONALISTA EN MÉRIDA

“Período 1950-1960 “Funcionalismo”, en esta época, predominaban las familias


numerosas que tenían una considerable cantidad de hijos (a veces pasaban de los 10).
Esta situación tan peculiar, obligaba a la arquitectura a adaptarse a la sociedad meridana.
Es entonces cuando surgen colonias como Buenavista y la Colonia México. Algunas de
las características de esta época son:
 Casas grandes y abiertas, siempre en contacto con la naturaleza y el exterior por
medio de sus grandes jardines y terrazas que buscaban la convivencia entre los
hijos e incluso a veces con los vecinos.
 Se aplaudía la interacción entre los habitantes, pero también se le daba un
importante valor a lo propio y a la privacidad, por lo que vivir en un fraccionamiento
era algo muy poco usual en esta época.
 El acero se encontraba en su apogeo, pero también surgieron nuevos materiales
como el concreto, que facilitó la construcción de columnas y losas muy delgadas.

Durante esta época, las mujeres todavía no se habían incorporado a la vida laboral; la
mayoría eran amas de casa que dedicaban su tiempo a las necesidades del hogar. Por
esta razón, los mercados representaban la mejor opción para las mujeres que querían, y
tenían el tiempo de conseguir productos frescos para el día a día. Acudir al supermercado
para comprar el alimento de toda la semana no era una práctica común”.
(https://info.inmobiliamx.com/blog/evolucion-de-la-arquitectura-en-merida).

6.2.1. LA COLONIA MÉXICO.

“Una colonia de gran importancia en la ciudad es la México que surgió a finales de los
cuarenta pero que no tuvo mayor importancia sino hasta la década siguiente. Sin
embargo, para 1946 la colonia ya contaba con obras de pavimentación, siendo en 1948
cuando se dan a conocer por la prensa los detalles de la flamante colonia, de los servicios
con que contará, incluida energía eléctrica de 110 volts., también se ofrecía una exención
de impuesto predial por diez años a todos aquellos que construyeran en ella.

Ya para el año de 1945 se había instalado en Mérida la primera planta de prefabricados,


que introduce un nuevo sistema de construcción. Esta fábrica produce bloques de
concreto de 15x20x40 cm., columnas, bases, cerramientos para muros y techos, vigas y
dalas de concreto armado; una de las primeras casas donde se utilizó este sistema fue
en la casa Torre Gamboa ubicada en la calle 21 No. 86 de la colonia México, construida
en el año de 1949.

La introducción de este sistema implicó una modificación en el diseño arquitectónico, al


ser determinadas las medidas de los espacios por el tamaño de las estructuras
prefabricadas; aunque tuvo limitantes para ser introducido en el mercado, sobre todo
porque daba la sensación de inseguridad; sin embargo para 1949 la compañía Casas de
Concreto Prefabricado, ya había construido un buen número de casas en la colonia
México; los fundadores de esta empresa fueron los señores Ernesto Casares Cano, Delio
E. Alonso y el Arq. Carlos M. Castillo Montes de Oca.

En cuanto a las formas, en la colonia México, se presenta la cautivadora limpieza que


suprime la ornamentación y la variedad de acabados en los muros; las proporciones
tienden hacia la horizontalidad, aunque sigue predominando el volumen sobre el vano
(es decir muros sobre claros), incorpora una ligereza en la cubierta del porche de acceso
y una disminución en el diámetro de la columna que lo sostiene, novedad cancelada, en
alguna medida, décadas después.

En la colonia México puede observarse que las casas se construyen dejando parte del
terreno al frente y a los lados dándose así una alta calidad ambiental enriquecida por la
vegetación. La colonia México, junto con la Alemán, representan las bases del
modernismo arquitectónico en Yucatán. En los años cincuenta empieza en Yucatán un
tratamiento inédito del espacio domestico impulsado por la presencia de nuevos
profesionales de la arquitectura”. (Gonzalo Navarrete Muñoz,2013)

6.2.2. COLONIA MIGUEL ALEMÁN

“A finales de los años cuarenta, para entonces ya se habían impulsado otras colonias
como la Alcalá Martín e Itzimná, se desarrolla en Mérida el primer gran fraccionamiento:
la colonia Miguel Alemán, que es una muestra de las políticas de urbanización de aquel
entonces.

Esta colonia surge como la primera propuesta de modernidad funcionalista, con las
siguientes características: un trazo urbano de 45º como justificación de tipo ambiental,
para captar los vientos dominantes, a diferencia del trazo ortogonal norte-sur, este- oeste,
típico de la ciudad; se modificaron también las manzanas, de cuadradas a rectangulares;
sin embargo la gran novedad fue la propuesta de un modelo único de vivienda tipo dúplex,
construidas en serie, con claras condiciones de costo y confort; las viviendas se
desarrollaron en espacios de 12 m. x 25 m, construidas con tabique, lo que constituyó
otra novedad.

Como parte de los servicios que proporcionaba la colonia se construyó un sistema de “re
bombeo” de agua potable. Las casas de la colonia Alemán fueron construidas con los
principios del modernismo funcionalista: hay una racionalización en los espacios con
reducidas dimensiones, dispuestos sucesivamente y comunicados entre sí; el aspecto
formal de la vivienda es austero, sin ornamentación; la volumetría presenta proporciones
horizontales, acentuándose por la losa muy delgada que remata y vuela hacia delante,
las proporciones de las ventanas aún se mantienen verticales, sin embargo la sucesión
de varias de ellas y su ubicación sin cerramientos, logra que la fachada pueda ordenarse
en “forma horizontal”.

Estas características, extrañas en su tiempo, evita que la colonia se poblará a la velocidad


esperada. Se hicieron en total mil viviendas, siendo éste el desarrollo más grande que se
había hecho hasta la fecha”. (Gonzalo Navarrete Muñoz, 2013)

7. LA VIVIENDA COMO “PRODUCTO CHATARRA”, FACTORES QUE


INFLUYERON EN LA DECADENCIA DE LA VIVIENDA.

Todo en exceso es malo y dañino para la salud. Malos hábitos alimenticios también se
dan en la arquitectura. Cuando uno repasa la historia del racionalismo y contempla sus
propuestas, soluciones e ideales, no deja de parecernos desconcertantes los resultados
que en la actualidad se han proyectado sobre nuestro entorno habitable. ¿Qué fue lo que
sucedió? no se trata de buscar culpables, señalar errores y mucho menos caer en
descalificaciones. Ante nuevas formas de producción no solo surgieron nuevas
soluciones y posibilidades, sino también surgieron nuevos problemas. De lo que se trata
es de reflexionar, repensar y redescubrir los aspectos y consecuencias que la producción
en masa trajo a nuestro mundo.

7.1 LA ALIENACIÓN DE LA INDUSTRIALIZACIÓN

Con los procesos industriales y la racionalización de la organización laboral propuesta


por Taylor se logra más eficiencia, especialización y tecnificación de la mano de obra.
Esto trajo como consecuencia un trabajo y proceso de fabricación rutinaria, repetitiva,
monótona, es decir, mecánica, que se fusiona con el sistema capitalista. (Rafael López
Rangel,1972:5) “Efectivamente, ese carácter estético-humano que la sociedad imprime a
sus productos y que es el resultado del vínculo que une al trabajo con la creación, es
destruido por la producción capitalista: “el capitalismo rompe este lazo directo, separa el
trabajo de la creación, el producto del productor y transforma el trabajo en una actividad
fatigosa, extenuante y no creadora”.

7.2. PRODUCCIÓN MASIVA.

Con la creciente urbanización y crecimiento poblacional en las ciudades industrializadas,


viene una demanda cada vez mayor de productos que satisfagan las necesidades
cotidianas. La producción en serialización y estandarización reduce costos; con ello el
mercado se inunda de una diversidad de productos. Nace así una “sociedad de
consumo”, (Rafael López Rangel,1972:6) “el mundo se puebla de objetos altamente
tecnificados pero unívocos, que se producen y conciben solamente en razón de su
eficacia para el consumo masivo y… para producir jugosos dividendos a los poseedores
de los medios de producción. La arquitectura no escapa a esta realidad. Al contrario:
participa de ella, pertenece a ella y sus tensiones fundamentales se deben a esa
pertenencia de modo tal que su tendencia en esta sociedad es la de convertirse en fiel
expresión funcional de la misma”.

7.3. REDUCCIONISMO.

La reducción del objeto a las necesidades mínimas, a sus funciones básicas, a sus formas
básicas despoja a las cosas de elementos que podrían ser útiles por otros que no lo son.
Esto ha creado (Rafael López Rangel,1972:4) “un tenso proceso de reducción de la obra
arquitectónica para convertirla en mero objeto o “artefacto”, que a través de la lingüística
racionalista llevada a extremos de una gran pobreza plástica, se estructura alrededor de
lo escuetamente mercantil, en que lo determinante viene a ser el valor de cambio de la
obra y no su valor de uso, lo que implica la falta de riqueza humana de los productos
arquitectónicos y en consecuencia –en la inmensa mayoría de los casos y sobre todo en
los destinados a las grandes masas- viene a ser con esto una expresión más de una
sociedad enajenante y represiva”.
7.4. POLÍTICAS SALVAJES.

Con la producción industrial se fabrican gran cantidad de objetos a un bajo costo con lo
que se logra acumular un gran capital, con ello se acuñan expresiones como “eficiencia
a un bajo costo”, “producir mas en poco tiempo” y “producir más con menos para
acumular una gran suma de dinero”. El modelo Capitalista puede que haya hecho
prosperar y progresar a países desarrollados, pero para países subdesarrollados como
México a sido un duro golpe porque somos un país dependiente de la prosperidad de
otros. Pero si el capitalismo fue un gancho al hígado, el Neoliberalismo ha sido el golpe
noqueador para países subdesarrollados. (Adrián Urbina,2016:12) “El neoliberalismo en
sus inicios se definió como “la prioridad del sistema de precios, el libre emprendimiento,
la libre empresa y un Estado fuerte e imparcial”. Estas ideas se fortalecen en las décadas
de los 70s y 80s donde el crecimiento económico da nuevas perspectivas de consumo,
gracias a la creación de la “tarjeta de crédito”, que impulso las compras y las hizo más
accesibles a la gran clase media, quienes tenían dificultades para obtener a créditos
bancarios en efectivo. Lo que pretende el neoliberalismo es, en términos generales, que
el Estado no intervenga en cuestiones de economía, ya que se aduce que por su tamaño
es un mal administrador. Su función únicamente consiste en favorecer condiciones que
permitan el libre mercado y la regulación a los monopolios y las practicas desleales al
comercio exterior.

De aquí surge una nueva tipología en arquitectura “Los Centros Comerciales”, donde el
que hacer del arquitecto entra en la creación de espacio mas complejos y grandes con
requerimientos como: Parqueos, Megatiendas, centros de cine integrado, plazas de
comida, centros de juego, etc.”.

Para un país subdesarrollo y dependiente como México, estos modelos políticos han
tenido consecuencias dramáticas donde la brecha de desigualdad social a crecido y
mantenido hasta la actualidad. (Rafael López Rangel,1972:7) “A este respecto, son
bastante ilustrativos los doce puntos que el arquitecto cubano Fernando Salinas señala
como definidores de la arquitectura de los países dependientes:

1. El contraste entre el lujo de las construcciones de las minorías y la pobreza de las


mayorías.
2. La acumulación progresiva del déficit habitacional.
3. La diferencia del nivel de vida entre el campo y la ciudad.
4. La especulación con los terrenos.
5. La mínima contribución del estado a la solución de la vivienda.
6. La coexistencia de la técnica artesanal con la avanzada para resolver problemas
aislados.
7. La concentración de las inversiones de la construcción en las grandes ciudades.
8. El uso de materiales importados como consecuencia del subdesarrollo de las
construcciones.
9. La anarquía de tipos y dimensiones en el sector de las construcciones.
10. La pérdida del esfuerzo y talento de los arquitectos en los problemas aislados de
la clase dominante.
11. El número reducido de técnicos.
12. La subordinación de las soluciones “estéticas” a las limitaciones de una técnica
desigual.”

7.5. ESTADO DE ENTROPÍA

Con la revolución industrial también se dio el auge de la construcción de fabricas y con


ello el uso excesivo de combustibles fósiles para la generación de energía de las mismas.
Si a esto sumamos el crecimiento demográfico de las ciudades, producción masiva que
implica un uso excesivo de materias primas, explotación desmedida de recursos
naturales y los asentamientos humanos que depredan bastas zonas naturales, han
provocado que el planeta entero, que es nuestro hábitat, entre en un estado de entropía.
Es decir, nuestra evolución progresista ha acelerado y contribuido al desequilibrio
natural.

[http://corporacionalquimia.org/index.php/blog/8-entropia-ambiental] “Las fuentes


antropogénicas que hemos logrado acumular con nuestro ingenio han resultado de
insuficiente eficiencia para el planeta y por ende para nuestras sociedades. Este
acumulamiento ineficiente de medios de producción moldeo a la sociedad y en pro de
facilitar la vida del ser humano llego a colmarla de bienes innecesarios de conductas y
modas que se alimentaban de productos que requerían energía para su fabricación
creando cada vez más unidades productivas que aportaban al medio ambiente de
desechos.

Así entonces; es fácilmente apreciable, como cambiamos la tierra por concreto,


queremos cada cosa en una funda, deforestamos la selva para el papel - cada que se
implanta un sistema cero papeles en las empresas se imprime el cero papeles para tener
respaldos, sic -,..Consideramos la ducha cascada, lavamos el auto como si fuera joya,
enviamos catálogos y revistas como papel toalla (Mastercard, Visa, Dinners),
consumismo 30% más de la energía que necesitamos sin darnos cuenta y se desperdicia
20% por descuido. Cada cosa necesita agua para ser construida, cada gota es parte de
un mismo volumen por lo tanto es finito y, de una u otra forma cada gota de contaminante
se relaciona con todas nuestras fuentes de alimentación.

Esta falta de conciencia en el uso de los recursos alimenta nuestra huella ecológica
contaminando nuestra pequeña esfera azul, el incremento de la entropía es natural sin
embargo debemos quitar el pie del acelerador para seguir disfrutando de la madre
Tierra”.

8. CONCLUSIÓN.

Entender la relación establecida entre industria y arquitectura, que se fraguo en el


movimiento racionalista, nos ayudan a esclarecer la situación actual en la que nos
encontramos. Desafortunadamente los cambios en la manera de producir y el
surgimiento de nuevos sistemas políticos que se fueron enfocando y dirigiendo a
privilegiar la producción masiva, la acumulación de grandes fortunas y la sobre
explotación de recursos naturales, nos ha llevado a una profunda crisis tanto social como
medio ambiental. A través de un recorrido histórico, esto no solo ha incidido de forma
negativa en nuestro espacio habitable, sino también fue desvirtuando los propósitos de
solución para la vivienda despojándolo de su sentido social, del enfoque en solucionar
las necesidades reales de las de la sociedad, sobre todo de aquellas con menos
recursos, y la de crear un vínculo integrador que relacione al ser humano con su entorno
físico y natural.
El paradigma actual de producción de la vivienda es: la construcción de la máxima
cantidad al mas bajo costo para obtener las máximas ganancia, se ha vuelto la norma.
Vivir en espacios pequeños o disfuncionales es normal, que mi casa este igualita a otras
mil es normal, que viva aislado del entorno físico y natural es normal, que viva cada ves
mas lejos de la ciudad es normal, que pague mi casa todo el resto de mi vida a un precio
que no lo vale es normal; y así podríamos seguir armando esta cadena infame con la
que ha se ha sometido a la sociedad.

Unos dicen que la historia no se puede cambiar, pero otros dicen que la historia nos
enseña a no cometer los mismos errores. Yo digo que comprender los procesos
históricos ayudan a encausar el pensamiento, para hacer un análisis crítico y profundo
de lo que ganamos y de lo que perdemos como humanos en lo colectivo y lo individual,
en la relación con un todo, en el que tenemos la fortuna de que se dan las condiciones y
posibilidades de habitar. Esto nos hará ir cambiando el paradigma hacia uno que
comprenda el papel que desempeña lo humano, lo vivo, lo natural y lo artificial.
REFERENCIAS:

Wikipedia, Racionalismo (arquitectura)

https://es.wikipedia.org/wiki/Racionalismo_(arquitectura)

Wikipedia, Frederick Winslow Taylor

https://es.wikipedia.org/wiki/Frederick_Winslow_Taylor

Wikipedia, Taylorismo

https://es.wikipedia.org/wiki/Taylorismo

Jorge Oscar Yepes Rodríguez, Juan Legarreta: vivienda obrera posrevolucionaria,


Articulo Web, Revista Bitácora UNAM

http://bitacora.arquitectura.unam.mx/juan-legarreta-vivienda-obrera-mexicana-
posrevolucionaria/

INMOBILIA Pagina Web, Un viaje por la evolución de la arquitectura en Mérida,


actualizado el 7 de agosto, 2018 • publicado el 27 de septiembre, 2016

https://info.inmobiliamx.com/blog/evolucion-de-la-arquitectura-en-merida

Gonzalo Navarrete Muñoz, Casas y Fraccionamientos de Mérida: la colonia México,


Articulo Web, septiembre 4, 2013

https://www.meridadeyucatan.com/casas-y-fraccionamientos-de-merida-la-colonia-
mexico/

Gonzalo Navarrete Muñoz, Casas y Fraccionamientos de Mérida: la colonia Alemán,


Articulo Web, septiembre 4, 2013

https://www.meridadeyucatan.com/casas-y-fraccionamientos-de-merida-la-colonia-
aleman/

Rafael López Rangel, LA CRISIS DEL RACIONALISMO ARQUITECTÓNICO EN


MÉXICO Hacia un nuevo enfoque metodológico, UNAM Cuadernos del Museo, Curso
Vivo de arte 1972.
www.rafaellopezrangel.com › Design › la crisis del racionalismo

https://www.monografias.com/trabajos106/genesis-crisis-del-racionalismo-
arquitectonico-mexico/genesis-crisis-del-racionalismo-arquitectonico-mexico.shtml

Adrián Alonso Urbina Arias, Crisis del Movimiento Moderno: (Causas, consecuencias
y contradicciones que llevaron al fin de la arquitectura del Movimiento Moderno),
2016

https://issuu.com/alonsoalonso/docs/crisis_del_movimiento_moderno

Entropía ambiental, Articulo Web

http://corporacionalquimia.org/index.php/blog/8-entropia-ambiental

FOTOS DE PORTADA

En orden descendente:

Jorge Taboada, Paraísos Siniestros: vivienda social en México

https://www.archdaily.mx/mx/913078/antipatrones-de-la-vivienda-social-en-
latinoamerica

Hugo Moreno, Decenas De Miles De Autos No Vendidos Están Estacionados En


Lotes Y Dejados Como Basura. Es Absolutamente Ridículo, Articulo Web, 28 mayo
2014

http://www.upsocl.com/medio-ambiente/decenas-de-miles-de-autos-no-vendidos-estan-
estacionados-en-lotes-y-dejados-como-basura-es-absolutamente-ridiculo/

Wikipedia, Góndola de Supermercado

https://es.wikipedia.org/wiki/G%C3%B3ndola_de_supermercado

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