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Sistema de recompensa
Cuando experimentamos felicidad, se activan unas áreas cerebrales que se
comunican entre sí a través de determinados mensajeros químicos. Sin embargo,
el refinado tejido neuronal que hace sentir bien también puede llevar a la desdicha
U
na rata se agazapa en la jaula del labora- los estímulos naturales (comida, agua o contactos
EN SÍNTESIS
torio. De su cabeza emerge un fino alam- sociales). Tras aprender a pulsar «la palanca de la
Emoción neuronal bre. El animal está unido a una fuente felicidad», los múridos dejaban literalmente de
1 El sistema de recompen- de corriente eléctrica a través de ese cable que lado todo lo demás y se aplicaban por sí mismos
sa del cerebro se com- envía impulsos a su cerebro. Completamente los impulsos eléctricos con una persistencia ma-
pone de diferentes circuitos agotado, ya no come ni bebe; también ha dejado níaca.
que alcanzan numerosas hace tiempo de cuidar de su prole. No es víctima Ese descubrimiento fue el disparo de salida
áreas encefálicas. de fuerzas externas malintencionadas: el propio para la búsqueda de la fuente de la sensación de
roedor se autoadministra los impulsos eléctricos placer. En la actualidad, neuroinvestigadores y
2 Los «centros del placer»
correspondientes se co-
munican entre sí, sobre todo
accionando una pequeña palanca.
Esta horripilante imagen es la que observa-
médicos saben que no existe un sistema de re-
compensa. Más bien se trata de una serie de áreas
a través del neurotransmisor ron James Olds y Peter Milner, de la Universidad y conexiones nerviosas que contribuyen a propor-
dopamina y de opioides. McGill en Montreal, durante un experimento que cionar sensación de bienestar. No obstante, esta
ya forma parte de la historia de la neurociencia. A bendición puede tornarse en maldición cuando
3 La ludopatía va de la
mano de una dismi-
nución en la actividad del
lo largo de la década de los cincuenta del siglo xx,
surgieron las primeras pruebas de que el encéfalo
surgen problemas de abuso y dependencia.
EN BREVE emplean el mensajero químico dopamina para pensa dopaminérgico afianzó la supervivencia
Tomografía la transmisión de las señales en las sinapsis, de de los humanos. El equipo de Melanie Glocker y
por emisión ahí su nombre. Norbert Sachser, de la Universidad de Münster,
de positrones Como actores principales actúan las células comprobó en 2009 que los rasgos infantiles que
En esta técnica de neuroima- nerviosas del área tegmental ventral, en el me- estimamos en especial tiernos (ojos grandes, cara
gen se inyecta a los sujetos sencéfalo. Las neuronas mesocorticales alcanzan redonda, frente alta) activan el núcleo accumbens
una sustancia radiactiva de
marcado que emite positrones. desde dicho punto diversas regiones de la corte- en las personas adultas.
Cuando una de estas partículas za cerebral, mientras que las mesolímbicas esti- Mediante tomografía por resonancia magnética
choca contra un electrón del mulan principalmente al núcleo accumbens. Al funcional, los científicos registraron la actividad
propio cuerpo, se emiten dos
sistema dopaminérgico se suma, además, la vía cerebral de un grupo de mujeres que observaban
fotones en sentidos opues-
tos. Numerosos detectores nigroestriada, la cual conecta la sustancia negra caras de niño. Los resultados fueron reveladores:
pequeños y en forma de anillo con el cuerpo estriado y cumple una destacada cuanto más se correspondían las imágenes al típico
organizados alrededor del pro- función en el control del movimiento. Las ramifi- esquema de «niño para comérselo», más pronun-
bando registran las partículas
que llegan a ellos. Dado que las caciones de una neurona dopaminérgica del siste- ciada aparecía la actividad en el núcleo accumbens.
parejas de fotones se emiten ma mesocorticolímbico alcanzan, en su conjunto, Al parecer se trata de una especie de mecanismo
a la vez, el ordenador registra una longitud de unos 74 centímetros y poseen al- asistencial automático que garantiza que la des-
la distribución de la sustancia
rededor de 500.000 terminaciones sinápticas que cendencia reciba protección y cuidado.
radiactiva en el cerebro.
activan otras células cerebrales. Pese a que ni un A comienzos de los años setenta, más de 20
uno por ciento de todas las neuronas contiene años después del descubrimiento del sistema
dopamina, este mensajero químico difícilmente dopaminérgico, Solomon Zinder, de la Universi-
opera como la «hormona de la felicidad». dad Johns Hopkins en Baltimore, y poco después
Las neuronas dopaminérgicas participan en el John Hughes y Hans Kosterlitz, de la Universidad
aprendizaje y en la memoria; también median en de Aberdeen, dieron con otra vía neuronal para
necesidades básicas, entre ellas, alimentarse. Gra- la sensación de placer: el sistema opioide. A los
cias a estas células nerviosas, un niño que prueba péptidos opioides pertenece, entre otros, la en-
por primera vez el chocolate encuentra gustoso dorfina.
su sabor dulce, incluso pide más para repetir la La beta endorfina ejerce aquí un papel de
experiencia; en cambio, si muerde un trozo de suma importancia. Aparece en las neuronas del
ácido limón rehusará ese alimento en adelante núcleo arqueado, una región central del hipotá-
[véase «Cuestión de gustos», por Angelika Bauer- lamo. Sorprendentemente, las células nerviosas
Delto; en este mismo número]. de esa parte del cerebro pueden activar el núcleo
Los investigadores evolutivos están conven- accumbens, el área tegmental ventral e incluso el
cidos de que, en el pasado, el sistema de recom- septum (regiones también conectadas de manera
directa con el sistema dopaminérgico).
Trabajo en equipo
Tabaquismo
Una prueba de la estrecha colaboración entre los
En un estudio de 2010, el equipo de Rudolf Stark de la Universidad de Giessen sistemas dopaminérgico y opioide la ofreció en
fijó su atención en la participación del sistema de recompensa en la adicción a 1990 un equipo dirigido por Toni Shippenberg,
la nicotina. Los investigadores registraron la actividad cerebral de los fumadores hoy en el Instituto Nacional sobre el Abuso de
mediante tomografía por resonancia magnética funcional mientras estos obser- Drogas en Baltimore. Los farmacólogos adminis-
vaban imágenes relacionadas con el insano hábito. ¿Provocarían las fotografías traron a las ratas péptidos opioides de diferentes
patrones de activación cerebral distintos? Así fue. Cuando los probandos veían tipos, lo que con frecuencia llevó aparejado un
imágenes de «estímulos iniciadores» (un cigarrillo encendido), incrementaba aumento en la emisión de dopamina en el núcleo
la actividad en partes de su sistema dopaminérgico, en concreto, en la corteza accumbens.
prefrontal o el cuerpo estriado. Por el contrario, los «estímulos finalizadores» Por su parte, el grupo de Thomas Tölle, de la
(apagar un cigarrillo en el cenicero) desactivaban las áreas en cuestión. Universidad Técnica en Múnich, proporcionó
(«Neural responses to begin- and end-stimuli of the smoking ritual in nonsmokers, nondeprived una demostración indirecta de que los péptidos
smokers, and deprived smokers». B. Stippekohl et al. en Neuropsychopharmacology, opioides que produce el propio cuerpo pueden
vol. 35, págs. 1209-1225, 2010).
provocar estados de embriaguez. Los científicos
seguían la pista a la euforia del corredor (júbilo