Está en la página 1de 1

El interrogante sobre la separación entre Iglesia Católica y Estado fue siempre una problemática

que ha estado en discusión. Viendo el primer artículo de Infobae, siento que la sociedad tiene sus
momentos de acuerdo al contexto en que te transcurre. Quiero decir que nuestro país, en el siglo
XIX, comenzaba una emancipación ante el colonizador español, cuya religión principal era la
Católica Apostólica Romana. Luego con la Constitución Nacional se intentó dar una visión más
liberal de la cultura y del derecho (libertad de cultos, régimen republicano y democrático). Por
esto me parece que los cambios producidos en el pensamiento de la personas que constituyen una
comunidad deben verse en la coyuntura en la cual se originan. Cualquier persona del Siglo XIX
nunca se hubiera imaginado la separación de estas dos instituciones tan influyentes en la historia
argentina. Sostengo que en Argentina conviven cosmovisiones tradicionalistas y liberales, y sus
respectivas confrontaciones deben solucionarse con la sanción de leyes por parte del Congreso de
la Nación. Es por esto que considero que la cuestión debe enfocarse en si la ley dictada por el
entonces órgano legislativo sobre expropiación fue de acuerdo a los requisitos formales y
materiales.

Desde mi punto de vista es necesario que el Estado y la Iglesia transiten por caminos distintos.
Podrán surgir interrogantes sobre la situación de los más necesitados, sobre los colegios privados,
sobre las distintas festividades y tradiciones que se han desarrollado en nuestro país, pero esas
temas, como ha sucedido naturalmente durante toda la historia, serán solucionados y la sociedad
se adaptará inevitablemente a los nuevos rumbos, sin perjuicio de los inconvenientes que ello
conlleve. Quiero aclarar que mis fundamentos se basan en que el Estado no tiene porque atender
a una sola religión o culto, principalmente el Estado argentino en donde la población se caracteriza
por la diversidad cultural.

También podría gustarte