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XXVI Congreso de la Federación Iberoamericana del Ombudsperson (FIO)

POBREZA MULTIDIMENSIONAL Y PERSONAS MAYORES Y POBREZA


MULTIDIMENSIONAL

En esta ponencia abordaré la pobreza problemática que viven las personas


mayores, con relación a la situación de pobreza desde un enfoque multidimensional
e interseccionalque afecta a esta población e impide que puedan ejercer una vida en
condiciones de dignidad.. A partir de ello, expondré cómo esta problemática impacta
especialmente en las personas mayores.

Primero, plantearé la necesidad de redefinir la pobreza más allá de una dimensión


monetaria, a partir de una mirada multidimensional que incluya las distintas
carencias que afectan a una persona para disfrutar una vida en condiciones
dignas.complementar la comprensión económica o monetaria de la pobreza, con
una mirada multidimensional, que responda a todas las dificultades que atraviesan
las personas para vivir en condiciones dignas.

Tras elloSegundo, haré referencia a las intersecciones de desigualdad en que se


encuentran ciertos grupos sociales que derivan en una mayor afectación de sus
derechos humanos y exigen al Estado brindarles una atención prioritaria.

Finalmente, con base en estas premisas, expondré cómo la pobreza afecta con más
intensidad a las personas mayores y cómo dentro de este grupo social existen
condiciones –por ejemplo, el hecho de ser mujer o vivir en zonas rurales– que
derivan en mayores privaciones que aseguren una vida digna.

1. Hacia un enfoque multidimensional de la pobreza

Los Estados tradicionalmente han evaluado la pobreza desde un enfoque


monetario, a partir de los ingresos o la capacidad de gasto de las personas. Desde
esta mirada, en el Perú actualmente el 25,9% de la población se encuentra en
situación de pobreza (INEI).

Sin embargo, desde nuestra labor de supervisión y protección de derechos


humanos, hemos identificado una realidad no reflejada en los índices oficiales de
pobreza. En nuestro país se mantienen amplias brechas en el acceso y la calidad de
los servicios públicos, como la educación, salud, agua potable, saneamiento,
internet, entre otros.

Por ello, desde la Defensoría del Pueblo, en un reciente informe hemos propuesto al
gobierno peruano atender las múltiples dimensiones de la pobreza,
reconociendo que esta es mucho más compleja y trasciende el aspecto monetario.

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La pobreza es una situación que viven las personas debido a las múltiples
carencias que enfrentan y que operan como obstáculos en el ejercicio de sus
derechos humanos. Es una situación que limita las posibilidades de una persona
de gozar sus derechos a la salud, educación, trabajo, entre otros, y, en general,
impide gozar de una vida en condiciones dignas.

En consecuencia, proponemos entender la pobreza como una situación asunto de


que vulnera derechos humanos. No es solo una cuestión económica; es un
fenómeno multidimensional que comprende la falta tanto de ingresos, como de las
capacidades básicas para vivir con dignidad.

2. Pobreza y grupos de atención prioritaria

La pobreza impacta de manera diferenciada en función de los distintos grupos


sociales que la viven. Sumado a ello, debemos considerar que existenCiertas
características estructurales en nuestras sociedades que colocanhacen que la
pobreza a algunas acentúe la personas en una posición de mayor marginación o
exclusión social que estas ya viven. .

Así, laLa pertenencia a ciertos grupos sociales hace genera que estas personas
vivan con más intensidad las carencias, violencias o inaccesibilidad a servicios
básicos que afronten se vean intensificadas. Por ello, corresponde analizar poner
especial atención a la forma en la que el impacto diferenciado de la pobreza en
incide en los derechos y oportunidades de las mujeres, personas migrantes,
personas mayores, y otros grupos sociales que requieren atención prioritaria.

En consecuencia, las medidas que adopten los Estados para asegurar condiciones
de vida dignas a la población y erradicar la pobreza de nuestros países, deben
incluir un enfoque que dé cuenta de esta acentuación de
vulnerabilidadvulnerabilidades.

 Interseccionalidad de la pobreza

La concurrencia de desigualdades en ciertos grupos sociales genera que


estos se vean particularmente alcanzados por la pobreza. Ello requiere una
atención particular de parte de los Estados para revertir esta condición de exclusión
y afectación a sus posibilidades de vivir en condiciones dignas.

Sin embargo, muchas veces las políticas públicas son dirigidas a grupos
específicosse diseñan y aplican desde un enfoque unitario; es decir, a partir de una
categoría única de población beneficiaria, considerada la más relevante en
situaciones particulares de desventaja social. De esta manera, la política de lucha
contra la pobreza y la exclusión se ha institucionalizado institucionaliza sin tener en

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cuenta el carácter complejo de en la que operan las desigualdades de los grupos
sociales a los que dirige.

Es decir,Desde la Defensoría del Pueblo del Perú, planteamoshemos apostado por


atender los múltiples factores de discriminación y exclusión social que generan una
afectación de derechos más intensa y diversa en una persona. Solo así es posible, y
permite evidenciar cómo la pobreza recrudece su calidad de vida.

Una mirada interseccional de la pobreza nos permite apreciar elementos que a


primera vista obviamos. Se Esta aproximación amplificalogran escuchar las voces
de grupos marginados y se permite una comprensióncontribuye a entender mejor de
las consecuencias de estas múltiples desigualdades. En suma, permite
comprenderevalúa mejor la pobreza para hacer visiblea partir de todos sus
rostros.

3. Pobreza en las personas mayores


4.
5.

La No cabe duda que las personas mayores están más expuestas a caer en una
situación de pobreza, y que asimismo, la pobreza afecta de manera diferenciada y
acentuada el pleno ejercicio de derechos de este grupo poblacional.
es una condición multidimensional que coloca en una situación de mayor
vulnerabilidad a las personas mayores.

Así, lasLas personas mayores, por ejemplo, que no cuentaen con cierta seguridad
económica podrán pueden ver en riesgo la posibilidad de llevar una vida autónoma
e independiente en la medida de que dependerán de terceros.

Asimismo, aquellas personas mayores que requieran de apoyos y de servicios de


cuidado para desarrollar las actividades de su vida diaria, y que además se
encuentran en situación de pobreza o pobreza extrema, se verán más afectadas al
no contar con los medios de diferente orden, entre ellos los recursos económicos,
necesarios para garantizar una vida en condiciones dignas.

En esa medida, la atención de la pobreza en este grupo poblacionallas personas


mayores debe considerar las condiciones de vida en las que se desenvuelven
desde un enfoque integral, teniendo en consideración los diversos factores de
riesgo que afectan su subsistencia.

De acuerdo a la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos


Humanos de las Personas Mayores, corresponde a los Estados contribuir a la plena

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inclusión, integración y participación de estas personas en la sociedad, fomentando
un envejecimiento activo y autónomo en todos los ámbitos.

El Tribunal Constitucional peruano ha reconocido que las personas mayores gozan


de una tutela especial, debido a la existencia de factores que las colocan en una
situación de vulnerabilidad y riesgo de afectación de sus derechos fundamentales.
Entre ellos, la edad avanzada, que genera mayor probabilidad de padecer
enfermedades; los estereotipos sobre la vejez, que refuerzan la dependencia y no
permiten concebir a las personas mayores como autónomas; y las limitaciones para
acceder a un empleo que les permita obtener los recursos que requieren para tener
una vida en condiciones dignas, situación que incide en su seguridad económica.

El envejecimiento en Latinoamérica avanza. De acuerdo a la CAF (Banco de


Desarrollo de América Latina), más de 8% de la población tiene 65 años de edad o
más. Para 2050, se estima que la cifra se duplicará, hasta alcanzar el 17,5%, y para
finales de siglo, superará el 30%. Por ejemplo, en Perú, actualmente el 13.3% de la
población total tienen 60 años a más, pero de acuerdo a proyecciones del INEI, en
el año 2070, esta proporción será del 30% de la población peruana.

Como parte del Grupo de trabajo sobre derechos de las personas mayores de la
FIO, hemos desarrollado exposiciones temáticas con la finalidad de compartir
perspectivas y experiencias en la protección de los derechos de las personas
mayores, como el impacto en salud por la Covid-19 y su estancia en residencias o
centros de atención.

En el Perú, nuestra institución viene abordando de forma sostenida una labor para la
protección de los derechos de las personas mayores. En 2019, por ejemplo, la
Defensoría del Pueblo elaboró un informe alertando sobre las condiciones de
desigualdad que afectaban a las personas mayores en diez ámbitos vinculados al
ejercicio de sus derechos fundamentales. En el Informe “Envejecer en el Perú:
Hacia el fortalecimiento de las políticas para personas adultas mayores” se
advirtieron las brechas existentes que afectan a este grupo poblacional en las
siguientes dimensiones: educación, salud, pensiones, vivienda, ambiente sano, vida
libre de violencia, empleo, integración social, acceso a las comunicaciones e
identidad.

A partir de las estadísticas del INEI, que expondremos a continuación se evidencian


los distintos problemas que atraviesan las personas mayores.

En el ámbito de la salud, por ejemplo, el 85.7% de las personas mayores ha


presentado un problema de salud crónico. La recurrencia de enfermedades crónicas
las llevará a requerir el acceso a servicios de salud, medicamentos, entre otros, lo
que impactará en el gasto que deberá asumir la persona mayor para el
restablecimiento y conservación de su salud.

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No obstante, estas dificultades no son las únicas que afectan a las personas
mayores.

Como mencionamos, la seguridad económica en la vejez constituye una condición


fundamental para que las personas puedan gozar de una vida autónoma y en
condiciones dignas. El desbalance entre las necesidades que surgen durante la
vejez y el acceso a los recursos económicos para satisfacerlas puede ser
consecuencia de diversas razones, como la informalidad, empleos precarios o
escasamente remunerados, que no les ha permitido un ahorro efectivo y suficiente.

Al respecto, casi el 15% de la población adulta mayor de Perú se encuentra en


condición de pobreza monetaria. En las áreas rurales, esta cifra se duplica,
llegando al 32%. Además, en nuestro país las personas mayores cuentan con un
acceso restringido al empleo formal. El 87.7% de las personas mayores de 65 años
realizan empleo informal, según estadísticas del Ministerio de Trabajo y Promoción
del Empleo.

Otro de los principales problemas es el limitado acceso a la pensión de jubilación.


Ello restringe las posibilidades de vivir una vida digna y autónoma, lo que genera
situaciones de dependencia más aún si se trata de personas que requieren de
servicios de apoyos y cuidados en su vida diaria.

En el Perú, solamente el 31% de las personas mayores de 65 años goza de una


pensión, el 20% son beneficiarias del programa asistencial del gobierno Pensión
65, y el restante (49%), casi la mitad de los adultos mayores, no cuenta con ninguno
de estos mecanismos para asegurar un ingreso durante su vejez.

6. Intersecciones de la pobreza en las personas mayores

Estas Las barreras que enfrentan las personas mayores para vivir en condiciones
dignas son aún más grandes cuando se conjugan múltiples vulnerabilidades, las
cualesque deben ser tomadas en consideración para una atención integral de este
grupo poblacionalde las personas mayores.

En lo referido a la educación, en el Perú 1 de cada 7 adultos mayores (13,4%)


nunca accedió a la escuela o tan solo alcanzó el nivel inicial. Ahora bien, este
problema se acentúa en las mujeres adultas mayores de las áreas rurales de
nuestro país. Aproximadamente la mitad (44,9%) de estas personas nunca
asistió a la escuela o solo lo hizo al nivel inicial.

En lo referido a la situación del analfabetismo, el 15,9% de la población de 60 y más


años de edad en el Perú no sabe leer ni escribir. Esta situación es más elevada en
las mujeres, donde el 24,3% de las adultas mayores son analfabetas. Sin embargo,

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ello es aún más problemático en las zonas rurales del país, donde más de la mitad
(51,5%) de las mujeres adultas mayores no sabe leer ni escribir.

En el ámbito de las pensiones, como mencionamos, el acceso es limitado. No


obstante, mientras que aproximadamente la mitad de los hombres adultos mayores
del Perú cuentan con un sistema de pensión (44,7%), en el caso de las mujeres solo
la cuarta parte de ellas (26,2%) cuenta con uno, situación que se agrava en zonas
rurales, donde menos del 4% de las adultas mayores se encuentra afiliada a
un sistema de pensiones.

En relación con el internet, servicio básico que nos permite ejercer otros derechos
como el empleo, la educación y la salud, advertimos una brecha importante en los
adultos mayores. Sin embargo, es aún mayor en determinados grupos sociales. Así,
mientras el 40,3% de los hombres adultos mayores accede a Internet, solo el 29%
de las mujeres adultas mayores usa este servicio. La brecha digital es aún
mayor en las áreas rurales de nuestro país, donde tan solo el 4.6% de las adultas
mayores usa Internet.

Esta situación se genera por múltiples factores. Entre ellos, la situación de las
mujeres en el mercado de trabajo y los aportes realizados durante su vida activa,
toda vez que ellas enfrentan mayores obstáculos para participar en el mercado
laboral. Otro factor adicional es el salario, al ser en promedio inferior al que reciben
los hombres. Dichos factores generan una menor acumulación de cotizaciones, lo
que lleva a que en ocasiones las mujeres no accedan a una pensión de jubilación o,
en caso lo consigan, esta sea menor a la que reciben los hombres.

Por tanto, la respuesta de los Estados frente a la problemática que enfrentan la


pobreza y la protección de las personas mayores con relación a la situación de
pobreza en la que se encuentran debe atender a los diversos factores necesarios
para asegurarles condiciones de vida dignas: trabajo, acceso a pensiones,
educación, salud, servicios básicos, entre otros. Además debe tomarse en
consideración que ciertas personasas personas adultas mayores se encuentran en
condiciones que generanenfrentan barreras adicionales, como el es el género, la
ruralidad, la discapacidad, que deben ser evaluadas de cara a brindar una atención
integral de las personas mayores.

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