Está en la página 1de 246

El presente documento es una traducción realizada por Sweet

Poison. Nuestro trabajo es totalmente sin fines de lucro y no recibimos


remuneración económica de ningún tipo por hacerlo, por lo que te
pedimos que no subas capturas de pantalla a las redes sociales
del mismo.
Te invitamos a apoyar al autor comprando su libro en cuanto esté
disponible en tu localidad, si tienes la posibilidad.
Recuerda que puedes ayudarnos difundiendo nuestro trabajo con
discreción para que podamos seguir trayéndoles más libros.
CARSON
Cuando Mak me contrató como su fotógrafo boudoir, apuesto a que
nunca pensó que también me convertiría en su Dom Primal. En cuanto
la vi, mi lado salvaje quiso jugar. Es divertido perseguirla y aún más
divertido atraparla, pero tengo reglas cuidadosamente construidas para
cualquiera que se suba a mi cama, y estoy rompiendo demasiadas de
ellas por ella.

Eso es peligroso, teniendo en cuenta que esto es sólo una aventura.

Ahora estoy sobrepasado, y cuanto más estamos juntos, más


congeniamos, y me encuentro dispuesto a hacer lo que haga falta para
quedármela.

Incluso romper mi última regla.

MAK
Dame un hombre grande y corpulento y verás cómo me desmayo.
Carson cumple mis fantasías, una tras otra, y supera todas mis
expectativas. ¿El único problema? Sus muros siempre están levantados y
no tengo ni idea de cómo descifrar su código.

Menos mal que me encantan los retos.

Pronto aprenderá que no me echo atrás a la hora de conseguir lo que


quiero, y lo que más quiero es a él.

Que empiece la persecución...

Next Level, libro 3.


Por favor, no uses este ni ningún otro libro mío como una herramienta
educativa. Puede ser inspirador, pero siempre juega de manera
responsable e investiga. Me tomo libertades creativas porque esta es una
obra de ficción y soy una criatura caótica en todos los aspectos de mi vida.

¡Gracias por leer!


CARSON
―Arquea la espalda un poco más. Eso es, ahora quédate así para mí.
Jodidamente perfecto. ―Tomo varias fotos y me abro camino alrededor
de la cama―. No te muevas.
―Pero no puedo aguantar mucho más.
―Sí puedes. ―Me arrodillo a los pies de la cama―. Lleva tu rodilla
derecha un poco más cerca de tu centro. Eso es. Perrrrrfecto. ―Hago otra
serie de fotos y retrocedo con una sonrisa en el rostro―. Okey,
terminamos.
Mi clienta suspira con alivio cuando sus brazos y piernas caen mientras
se relaja en la cama.
―No estabas bromeando sobre la necesidad de estirarme primero.
―Flexiona los brazos y rueda sobre su vientre―. Voy a estar adolorida
todo el día por esto.
―Te lo advertí. ―No todas las poses son simples, especialmente las que
hacen las mejores fotos más tarde.
―Entonces… ―Su ceño se junta con inseguridad y curiosidad―.
¿Cómo se ven?
―Increíbles. ―No necesito revisar mi cámara para saber que estas fotos
son fuego. Soy muy bueno en mi trabajo y estoy atento a la mejor
participación posible. Mientras mi clienta se desenreda de las sábanas,
guardo mis lentes y ya me estoy preparando mentalmente para mi
próxima clienta―. Lo hiciste fantástico, Aubrey. A tu esposa le
encantarán estas.
―¿Puedo echar un vistazo?
―Absolutamente. ―No me importa si alguien quiere ver un par de sus
fotos prematuramente. De hecho, los animo porque solo consolidará el
hecho de que no desperdiciaron su dinero conmigo―. Este fin de semana
las revisaré y debería tener las pruebas para fin de mes.
―Eso es súper rápido.
El exceso de trabajo y la falta de sexo se han convertido en mi nuevo
estilo de vida, pero si no me mantengo ocupado, me volveré loco.
―A menos que algo importante salga mal, como un apocalipsis zombi,
siempre trato de tener una respuesta rápida. ―Dormir es para los débiles.
Inclinando la pantalla de mi cámara, la dejo ver algunas tomas y la miro
a la cara, amando su expresión. La mayoría de las reacciones de las
clientas son las mismas cuando ven cómo se ven a través de la lente de
una cámara: la sorpresa generalmente golpea primero, luego un poco de
vergüenza y, por último, pero no menos importante, es la confianza.
Vivo por esas miradas.
―Wow, Carson. Tienes mucho talento. ―Aubrey se recoge el cabello
rojo llameante en una cola de caballo baja.
―Todo lo que hice fue señalar y hacer click, tú hiciste todo el trabajo.
―Apago la cámara y la coloco sobre la mesa―. Tu cabello captó la luz
justo en ese último set, parecía fuego.
―Dijiste que lo haría. ―Golpeando mi hombro, me da un apretón y
agrega―. Vales cada centavo, hombre. Esto va a ser un gran regalo de
aniversario.
Sonrío y trato de relajarme. No soy fan de que me toquen, es algo en lo
que siempre estoy trabajando. Al menos es mi hombro lo que está
agarrando y no algo peor.
Una vez que ella se va a cambiar, vuelvo a hacer la cama y empiezo a
prepararme para la próxima sesión de fotos.
―¡Oye! ―Mi asistente, Chloe, habla desde la puerta―. ¿Quieres que te
traigan algo para el almuerzo?
―No. ―Traje el mío―. Cómprate algo y ponlo en mi tarjeta, y ehhh…
―Veo el reloj y me doy cuenta de que mi próxima clienta estará aquí en
unos veinte minutos―. ¿Puedes traer más agua para mí, por favor?
―No hay problema, jefe.
Una vez que Chloe se va, muevo mis luces y filtros y toda la otra mierda
que conlleva ser un fotógrafo de boudoir por el enorme estudio. Gracias
a Dios, esta próxima sesión será más corta y más fácil que la actual.
―¡Gracias de nuevo, Carson! ―Aubrey sale del vestidor y levanta su
maleta de lona llena de ropa sobre su hombro―. Fue un verdadero placer
conocerte.
―También fue genial conocerte, Aubrey. ―Me acerco para darle la
mano. Apretones de manos que puedo hacer, especialmente cuando soy
yo quien los inicia. Lo mío es el control―, y felicidades por tu décimo
aniversario.
Mi celular se dispara en mi bolsillo trasero. Aubrey se despide con la
mano y yo hago lo mismo mientras saco mi teléfono y contesto.
―Cruz Photography.
―Hola, sí. Habla Mak. Ehh... Makayla. Makayla Johnson.
―Hola, Makayla.
―Sí, hola. Mmm. ―Hay mucho ruido de fondo y el sonido de algo
rompiéndose―. Tengo que cancelar mañana. Mi cita es a las once.
―Lamento que tengas que cancelar, pero si quieres reprogramar, debo
advertirte que estoy reservado para los próximos dieciocho meses.
―Probablemente suene como un imbécil pomposo al decir eso, pero
muchas veces la gente cambia de opinión, o la vida pasa, y piensan que
pueden regresar en una semana o dos y enojarse cuando eso no es posible.
―Oh, no. No voy a reprogramar.
Por alguna razón, eso me molesta.
―¿Puedo preguntar por qué? ―Sé que no es asunto mío, pero a veces
mi boca corre más rápido que mi profesionalismo.
―Se suponía que esto era un regalo para mi ex, y rompimos hace un
tiempo. No tiene sentido hacerlo ahora, ¿sabes? Dios, es un idiota. ―Más
ruidos de cosas rompiéndose resuenan en el fondo―. Un pedazo de
mierda egoísta, egoísta y narcisista. ―Más cosas rompiéndose―.
Estúpido juicioso. ―¡Crash!―. Un gran ca…brón. ―¡Bang! ¡Crash!
―Suena como un verdadero idiota.
―Oh, lo es. Era. ―¡Crash!―. Un enorme pen…sativo.
No puedo evitar reírme.
―Me alegro de que te diviertas ―dice, y se ríe un poco también.
¡Crash!
―¿Qué es todo ese ruido?
―Terapia ―ella resopla―. Como sea, siento haberte quitado tu tiempo,
pero sí, aún así voy a cancelar.
Mi estómago se aprieta con culpa. Tengo una política de no reembolso
en el pago inicial que hacen mis clientas cuando reservan una cita
conmigo, pero a veces me siento un poco mal por apegarme a esa regla.
Como ahora.
―Lo siento, pero no hago reembolsos.
Y un vistazo rápido a mi computadora portátil me muestra que ya pagó
por adelantado la sesión. Por. Completo.
―Está bien. Estaba claro en el formulario que las sesiones no eran
reembolsables, tal vez pagar el de otra persona si se puede, como tipo una
cadena de favores, pero con fotos sexys o lo que sea. Actualizar su paquete
o algo con él, o úsalo para ti y paga tus facturas, hazte un tatuaje. No es
que tengas tatuajes. Quiero decir, podrías, no es como si yo lo supiera,
pero solo digo que podrías ir a cenar o algo así.
Esta mujer es, por mucho, una de las personas más habladoras con las
que he tenido el placer de hablar, suena adorable.
―Ven de todos modos. ―Sé que debería romper mi código de
negocios, devolverle el dinero y reducir mis pérdidas, pero algo en esta
mujer está empezando a fascinarme―. También podrías tomarte unas
fotos de venganza. Ya pagaste por la sesión de todos modos, ¿no?
Su risa hace que mi polla se ponga dura.
―Sí, como si alguna vez tuviera la suerte de ver fotos mías con estos
atuendos.
―Razón de más para mantener tu cita conmigo. Hazlo por ti, no por él.
La mejor parte de la venganza es cuando la obtienes sin restregárselo en
las narices descaradamente. En mi opinión, seguir adelante como si no
significara nada para ti es una venganza nivel diosa.
De repente se queda callada del otro lado de la línea. Mierda, ¿nos
desconectamos?
―¿Mak?
―Mmm... ¿Sí? ―Su voz suena dulce como la miel.
―Nos vemos mañana a las once.
MAK
No tengo ni idea de lo que estoy haciendo.
Después de colgar con el fotógrafo, veo el vidrio roto que llena la
papelera de reciclaje y la cantidad de satisfacción que siento al respecto
debería venir con una advertencia: cuidado, puede mojarte.
En realidad, romper la colección de vasos y caballitos de tequila de mi
ex no tiene nada que ver con la razón por la que estoy tan nerviosa en este
momento. Ese fotógrafo me puso así, y ni siquiera hizo nada más que
decirme que me presentara mañana a mi cita.
Eso es.
Ni siquiera me llamó buena chica, ni dijo nada realmente caliente, solo
me dijo que me presente a mi sesión prepagada y estoy empapada.
Wow, Mak, realmente necesitas tener sexo.
Es más fácil decirlo que hacerlo. Después de romper con mi novio hace
ocho meses, tengo una picazón que parece que no puedo rascarme y para
hacer las cosas más miserables, todavía no puedo sacarlo de mi vida. Es
como moho. Justo cuando creo que he borrado su existencia de mi mundo,
vuelvo a ver y encuentro un lugar que pasé por alto, como cuando me
golpeé el dedo del pie con una caja llena de vasos de cerveza en mi
habitación de huéspedes.
El-que-no-debe-ser-nombrado-por-que-es-una-mierda-total me sigue
diciendo que recogerá el resto de su mierda y todavía no lo ha hecho. No
soy una maldita unidad de almacenamiento y he alcanzado el final de mi
cuerda. Puede que hayamos terminado, pero todavía estoy pagando por
el error de aceptar mudarme con él. No puedo salir de este contrato de
arrendamiento de apartamento, el que él insistió que firmáramos juntos
incluso después de que yo dijera que lo odiaba, por otros dos meses.
Después de patear accidentalmente y casi tropezar con esta caja de
cristalería inútil, me senté en el borde de la cama y saqué mi teléfono para
llamar a mi mejor amiga. En vez de eso, me distraje con mi correo
electrónico y vi el recordatorio de Cruz Photography diciendo que no
podían esperar para verme mañana e incluso enviaron una lista de qué
esperar y cosas que llevar para mi sesión de las once.
Lo había olvidado por completo, la verdad.
Maldita sea, no quiero nada más que dejar atrás el pasado, pero sigue
apareciendo sigilosamente de maneras estúpidas que me enfurecen.
Tanto dinero desperdiciado en ese imbécil. Tanto tiempo y energía.
Entonces, como cualquier mujer rencorosa y eficiente, decidí matar dos
pájaros de un solo tiro: llamé al fotógrafo mientras tomaba la caja de
cristalería para poder ocuparme de ambos al mismo tiempo, luego dejé
caer la estúpida caja justo antes de que respondiera a mi llamada y el
sonido del vidrio rompiéndose me dio una gran, maravillosa y terrible
idea.
Fue entonces cuando rompí todos y cada uno de estos estúpidos
recuerdos de las visitas a las cervecerías a las que me arrastró El-cara-de-
idiota. No estaba mintiendo cuando le dije al fotógrafo que era terapia. Se
sintió increíble romper toda esta mierda. Liberador, de verdad, porque
ahora mi ex no tiene motivos para volver a mi casa y llevárselo.
No es que fuera a hacerlo de todos modos.
Ahora aquí estoy, una caja más ligera, un dedo del pie posiblemente
roto y una sesión boudoir planeada para mañana con un hombre que hizo
que mi coño se apretara de verdad cuando dijo mi nombre.
Santo cielo, ¿cómo es posible eso? Realmente necesito tener sexo si estoy
tan mal que una pequeña orden de un extraño me tiene así de caliente en
este momento. Es totalmente vergonzoso.
Subiendo los escalones de regreso a mi apartamento, hago un poco de
autorreflexión. Todo lo que hizo ese tipo fue tomar el control, decirme qué
hacer, no estoy segura de por qué me gustó.
Okey, tal vez fue su charla sobre venganza discreta y venganza nivel
diosa. ¿O fue su tono?
En realidad, ahora que lo estoy pensando demasiado, diría que fue toda
la conversación, desde el pen…sativo hasta el hasta mañana a las once. Como
si no tuviera otro lugar en donde estar, excepto en su estudio, en el
extremo de su cámara... en bragas.
Y no pude decir que no.
No quería decir que no.
Una sesión boudoir de amor propio podría ser lo ideal para mí. ¿Por
qué detenerse en la sesión de fotos? Hay muchas cosas que he querido
hacer por mí misma y aún no lo he hecho. Hoy es un nueva yo. También
podría ir con todo y agarrar mis fantasías por las bolas y darles un buen
tirón.
¿O es agarrar la vida por los pelos y darles un buen tirón?
Lo que sea. Haré las dos.
Es carpe jodido diem.
Hoy es el día. Eso es todo, oficialmente voy a dar el siguiente paso en
mi viaje de autodescubrimiento. Mañana es boudoir, pero ¿hoy? Hoy se
trata de encontrar un Dom con quien jugar.
Dije lo que dije.
Mordiéndome el labio inferior, saco mi celular y abro la aplicación,
K!nkLink.
Apoyándome en la barra de mi cocina para apoyarme, mis dedos
tiemblan cuando finalmente completo el resto del proceso de registro que
ha estado incompleto durante meses. He agonizado por este sitio fetichista
durante meses, y ahora lo estoy haciendo.
Estado nivel diosa, activado.
Hay mucho que completar, desde género hasta distinciones, límites
estrictos, límites flexibles, curiosidades y todas las demás cosas que me
estremecen cuando pienso en ellas. No estoy segura de qué poner para
algunas de los espacios, así que pongo Sin preferencia y sigo adelante.
Jesús, hay un montón de preguntas aquí, es abrumador. Quince
minutos después, por fin estoy casi en la línea de meta.
Paso final: sube una foto de perfil.
Tomando una selfie rápida, subo la maldita cosa sin darme tiempo para
pensarlo demasiado y mi estómago da un salto mortal cuando hago click
en la confirmación e ingreso mi código de verificación.
La pantalla cambia y juro que me siento como Alicia cayendo por la
madriguera de conejo llena de látigos, cadenas y paletas mientras espero
que me dé luz verde.
¡Bienvenida a K!nkLink!
Mierda, estoy dentro.
No tengo idea de cómo irá esto, pero por lo que he leído, este es el mejor
y más seguro sitio para usar. La emoción corre a través de mí mientras me
desplazo por diferentes perfiles, listas de perversiones, chats y pestañas
educativas. Hay mucho sobre lo que leer y explorar, pero el nudo en mi
estómago se alivia porque me siento más segura de mi decisión de dar
este salto cuando veo lo completa que es esta aplicación.
Pasé la mayor parte de los seis meses dudando si unirme a algo como
esto o continuar por el camino de los videos y los libros picantes para
descubrir qué me gusta y qué no me gusta.
Inspirándome en lo que leí en mis amados libros obscenos ha sido
genial, las escritoras tienen mucha imaginación, pero leer sobre eso y
excitarme, y experimentarlo de primera mano, a veces no es lo mismo. He
tenido miedo de sumergirme en lo que encuentro más atractivo, y quiero
una pareja que sepa lo que está haciendo porque no tengo suficiente
experiencia.
Una de las mil millones de razones por las que El-que-es-un-idiota y yo
no funcionamos fue porque nunca escuchó lo que yo quería y las pocas
veces que trató de “cumplir” mis fantasías, casi las convirtió en pesadillas.
Pero en este sitio, al ver que no estoy sola con lo que me excita, me
siento vista y comprendida.
El Primal1 es lo único que realmente me excita. Me gusta el sexo duro.
Me encanta la idea de ser perseguida. Quiero ser forzada al suelo y
abusada. Quiero un hombre gruñéndome al oído, dominándome y
follándome tan bien que no pueda caminar al día siguiente.
Maldita sea, estoy mojada solo de pensarlo.
Mi corazón se acelera mientras me desplazo por diferentes perfiles,
comparando mis gustos con los de ellos. Todo el mundo es diferente, y
aunque no soy muy partidaria de algunas de estas perversiones, estaría
dispuesta a probar la mayoría al menos una vez.
Creo.
Probablemente.
Un perfil en particular me llama la atención de inmediato: WolfByte.
Okey, ese nombre es cursi como la mierda. Me encanta.
Al hacer click en su perfil, un hombre hermoso con cabello negro y ojos
marrones me devuelve la mirada. Tiene piercings como de mordedura de
serpiente en el labio inferior. Sí. Por favor. Presiono su botón Kinklist tan
rápido que es un milagro que no rompa la pantalla de mi teléfono. La
primera palabra en su larga lista es PRIMAL.
Se me hace agua la boca.
Revisando el resto de su perfil, realmente no sé qué significa nada, pero
luego buscaré en Google todos los términos perversos. Toco su foto de
nuevo. Lástima que no pueda ver el resto de su cuerpo, pero si es la mitad
de sexy que su rostro, entonces estoy perdida. Antes de acobardarme, le
mando un guiño.
Dios, lo acabo de hacer. Hice el primer movimiento. ¡Yeei!
Este pequeño acto se siente realmente empoderador. Me estoy haciendo
cargo de lo que quiero en un amante y estoy muy orgullosa de mí misma
por haber dado este salto. Hacer algo como esto da miedo y, sinceramente,
a lo mejor también sea un poco peligroso. Saltar a un sitio de fetiches

1
es un estilo de BDSM que trata el sexo de una manera mucho más animal que el sexo convencional, o lo que
ellos denominan "Juego Primitivo".
requiere precaución, pero esta noche, estoy harta de tener cuidado, quiero
ser salvaje.

Bot de K!nkLink: WolfByte desea chatear. ¿Estás de acuerdo?

Observo las dos burbujas que aparecen: verde para sí, roja para no.
Santa mierda. Okey, tómalo con calma, Mak. Puedes hacerlo.
Golpeo la burbuja verde y se abre una pantalla de chat.

WolfByte: …

Espero con impaciencia a que los puntitos dejen de moverse, luego me


doy cuenta de que los tres puntitos son todo lo que me ha enviado. ¿Qué
demonios?

Pricurious: Hola.
WolfByte: Eres nueva.
Pricurious: ¿Es tan obvio?

Quiero decir, maldita sea, acabo de entrar. ¿Qué es este tipo, un


guardián o un acosador o algo así?

WolfByte: El puntito rosa de tu perfil te marca como nueva.

Oh. Bueno, no importa entonces.


Pricurious: Oh. Bien, y yo que pensé que mis fantasías de acosador estaban a
punto de hacerse realidad con el primer tipo que conozco en línea.
WolfByte: ¿Te gusta que te acosen?
Pricurious: No lo sé. Aún no ha sucedido.

Mis manos ya están sudorosas y mi corazón late contra mi pecho.

Pricurious: ¿Qué significa el punto morado en tu perfil?


WolfByte: He sido verificado.

Eso es interesante. Me pregunto si esta aplicación solo me permitirá ver


miembros verificados, y por eso fue uno de los primeros en llamar mi
atención. WolfByte luego me envía un enlace al sistema codificado por
colores que usa K!nkLink.
Ohhhh, esto es bueno. Me siento un poco menos confundida ahora.

Pricurious: Gracias. No tenía idea de que había tantos puntos de colores y


significados.

Me muerdo el labio inferior, esperando que diga algo más. Cuando no


lo hace, empiezo a sentirme incómoda. Mierda, ¿ya dejó el chat?

Pricurious: ¿Sigues ahí?


WolfByte: Pri… curious. ¿Qué significa?

Demasiado bueno para pensar que mi nickname era inteligente.

Pricurious: Me gusta el Primal, y tengo curiosidad.


Es más o menos la verdad. Me encanta la idea del juego primitivo.
Simplemente no he tenido la oportunidad de cumplir esa fantasía todavía,
de ahí la parte curiosa de mi nickname, pero la idea de ser perseguida por
el bosque y follada hasta la inconciencia es un sueño húmedo que quiero
que se haga realidad.

WolfByte: ¿Te gusta la asfixia?

Yo sonrío.

Pricurious: Sí.
WolfByte: ¿Jugar con el semen?
Pricurious: Sí.
WolfByte: ¿Morder y arañar?
Pricurious: Sí y sí.

No puedo decir si está buscando mis cosas favoritas en mi lista de


perversiones o simplemente está adivinando sobre la marcha. Casi se
siente como si estuviera verificando lo que he enumerado en lugar de
creer en mi perfil. No me importa, probablemente debería hacer lo mismo
con él, considerando que su lista es mucho más larga que la mía. Me da
aún más curiosidad y ganas de jugar con este chico.

WolfByte: ¿Estás tomada?

Arrugo la frente.

Pricurious:???
WolfByte: No comparto mis comidas. ¿Tienes pareja?

Santo cielo. ¿Yo soy la comida? Mis mejillas se calientan ante la idea de
ser comida... por un lobo.
Que empiecen las fantasías exageradas de Caperucita Roja.

Pricurious: No.

Esperando con gran expectación a que diga algo más, aparece otra
notificación. Al hacer click en él, mi corazón se detiene cuando leo:

K!nkLink: ¡WolfByte te ha enviado un contrato para jugar! Se ha enviado


una copia al correo electrónico vinculado a esta cuenta. Juega con responsabilidad
y recuerda que el consentimiento y la seguridad son claves para divertirte.

DIOS .
Me tiemblan las manos cuando le envío una respuesta.

Pricurious: Eso fue rápido.

Estoy demasiado nerviosa para decir más. Ya estoy haciendo una lista
de un millón de escenarios y, sinceramente, casi quiero cerrar mi cuenta.
Me sumergí en esto pensando que podía ir despacio y vadear las aguas
de este estilo de vida, pero que me envíen un contrato en cuestión de
minutos ya me hace sentir presionada y abrumada.
Pero yo quería esto, ¿no? Y soy una mujer que fácilmente se convence
a sí misma de cualquier cosa que sea remotamente aterradora, incluso si
hay muchas posibilidades de que me encante.
WolfByte: Revísalo. Tómate tu tiempo para decidir. Podemos ajustarlo según
sea necesario para los dos. Todo es negociable, Pricurious.

Ni siquiera tengo suficiente sentido común para responder en este


punto. Presa del pánico, cierro la aplicación y tiro mi teléfono en la cama
como si me fuera a morder.
Santa mierda. ¿En qué estoy a punto de meterme?
CARSON
La paciencia es algo que tengo a raudales. Me encanta la persecución,
la cacería, la anticipación que viene de antemano y la satisfacción que
vibra en mi sistema después de que todo termina, pero tengo que admitir
que estoy ansioso por saber de Pricurious. Su lista de perversiones
coincidía con la mía en muchos sentidos y me muero por probarla. Si
somos la mitad de compatibles en persona que en esa aplicación, entonces
esto será muy divertido para los dos.
Aún así, me niego a tener mis esperanzas demasiado altas. Parece
demasiado buena para ser verdad y, según mi experiencia, siempre hay
trampa.
Después de una caminata enérgica por el bosque detrás de mi casa,
donde me imagino cómo sería cazar, perseguir y atrapar a una hermosa
conejita con cabello oscuro y un cuerpo hermoso y follarla hasta que grite,
regreso a mi casa para una ducha fría, pero no antes de tomar mi celular
de la mesa de la cocina y verificar si ya respondió.
Si Pricurious tiene algo de sentido común, será mejor que se tome su
tiempo para revisar mi contrato, y si ella ya lo firmó, tendré mucho trabajo
que hacer porque tomó su decisión demasiado rápido, lo que puede
crearnos problemas más adelante. Por otra parte, uno podría llamarme
hipócrita por apresurarme con mi oferta.
Lo que sea, sé exactamente lo que estoy haciendo. Mis reglas
cuidadosamente construidas se han ajustado a lo largo de los años, y sé
exactamente lo que se necesita para hacer que una dinámica como esta
funcione mejor. No soy tan experto como algunos de mis amigos, pero
después de ser parte de la comunidad pervertida durante algunos años,
definitivamente soy un profesional.
Este estilo de vida requiere investigación, experiencia y una aguda
conciencia. Mientras estaba en la universidad, finalmente acepté las cosas
que hacían que mi sangre se acelerara y mi polla se pusiera dura, luego
aprendí todo lo que pude para hacer que lo que me gusta también sea
agradable para los demás. He estado en muchos círculos, he trabajado con
mucha gente y esta aplicación es definitivamente una de las mejores que
existen. Eso no significa que aún así no haya idiotas de vez en cuando que
intentan registrarse solo para divertirse siendo alfas abusivos y sin
ataduras, o las novatas que se pasan de la raya y tienen una experiencia
realmente mala porque se inscribieron en algo para lo que aún no estaban
preparadas. La precaución triunfa sobre la confianza en mi mundo.
Ser investigado fue un proceso largo y minucioso, y el hecho de que el
desarrollador de esta aplicación se tomara el tiempo de ser tan meticuloso
acerca de cómo seleccionan a los pocos Doms que tienen un punto morado
en su perfil es la única razón por la que sigo siendo miembro.
Eso, y soy amigo del tipo que la desarrolló.
Verás, hay muchas cosas que intervienen en este tipo de estilo de vida.
Los juegos y las escenas entre adultos que consienten pueden volverse
jodidamente intensos. Es importante tener confianza y una buena
comunicación. También es imperativo que una novata sea emparejada
con un miembro verificado hasta que esté lista para pasar al siguiente
nivel en su viaje sexual.
Por lo general, me asocio con alguien y me quedo con ellas entre tres
meses y un año. Mis gustos deben coincidir con los suyos, y cualquier
ajuste que hagamos entre nosotros se analiza con anticipación y con gran
detalle.
Palabras seguras, límites blandos, límites duros, generalmente son
fáciles de encontrar, pero si eres nueva, como Pricurious, bueno, no
siempre confío en lo que han incluido en su perfil. A veces, escriben
perversiones que creen que les gustan, pero las marcan como favoritos
absolutos. Puede que sea cierto, pero a veces no lo es.
Independientemente de las advertencias y las notificaciones claras
durante el proceso de registro, algunas personas todavía ponen
perversiones en su lista como si fueran expertas en ese campo cuando
nunca las han probado. Es un movimiento peligroso para todos los
involucrados.
E incluso si les gusta una cierta perversión, pueden tener sentimientos
diferentes cuando están en el momento. Eso está bien, también. Pasa todo
el tiempo. Es solo una razón más por la que es importante tener un experto
de confianza con quien jugar.
Mi contrato es lo suficientemente básico como para establecer algunas
reglas básicas, pero tiene mucho espacio para la negociación y la
discusión. Lo adapto para satisfacer las necesidades y los deseos de mi
sumisa, mientras sigo cumpliendo algunas de las mías.
Al igual que con muchas relaciones, incluso este tipo de situación
puede evolucionar.
También puede morir.
No importa a dónde lleve esto, voy a tener una conversación con
Pricurious sobre las precauciones y las reglas estrictas, de modo que
incluso cuando esté fuera de mis manos, y con otro Dom, ella no será
carne fresca en el mercado para que un verdadero depredador se abalance
sobre ella.
Ese contrato que le envié establece que seremos honestos el uno con el
otro y abiertos sobre nuestros deseos. También dice que ninguno de los
dos puede tener otra pareja, siempre y cuando nuestra relación esté
intacta, y la duración del tiempo se discutirá y acordará una vez que se
aclaren los conceptos básicos iniciales.
Una vez que lo firme, será mi nueva pareja.
También la convierte en mi presa.
El Primal es mi perversión número uno, y es lo único que realmente me
excita. Si ella está de acuerdo, estará encantada y finalmente podré
liberarme del estrés que se ha acumulado dentro de mí durante los
últimos meses.
Mi cuerpo necesita una liberación. Por lo general, me mantengo
ocupado, hasta el cuello con sesiones de fotos, exhibiciones de arte, trabajo
en red y pasando el rato con amigos, pero también estoy agotado,
demasiado tenso y jodido de la cabeza para concentrarme últimamente.
Un buen paseo por el bosque, una persecución y sexo duro me pondrán
en orden.
Es gracioso, no he estado en K!nkLink durante meses. No desde que
terminó mi último contrato el verano pasado. Fue una carrera divertida,
pero ella y yo no encajamos como esperaba y, sinceramente, me aburrí
rápidamente. Creo que ella también. No hubo pelea. Chispa. Nada.
Por otra parte, no he sentido una chispa desde...
No vayas ahí. Simplemente te arrastrará hacia abajo, y no necesitas eso ahora.
La idea de hacer de Pricurious mi nuevo proyecto me emociona. Haré
que merezca la pena cada momento que pasemos juntos, con el corazón
palpitante, la adrenalina disparada y las bragas derretidas.
Volviendo a ver su perfil, reviso su lista de límites estrictos y flexibles
hasta que los memorizo. Ella parece mayormente abierta a todo lo que
amo. Eso es refrescante.
Hombre, su foto es adorable. Grandes ojos color avellana se asoman por
una cortina de cabello oscuro y ondulado y su boca es sexy como el
infierno. Mi polla se endurece pensando en las cosas que quiero hacerle.
Cristo, necesito una liberación.
Mi mano ha sido mi única compañera por un tiempo, y ya no es
suficiente. Gruñendo, me dirijo a mi habitación y saco algunos accesorios
adicionales para ayudarme a liberarme. El hecho de que su foto haya
despertado mi lujuria de esta manera es inaudito. Trabajo con gente
hermosa todos los días y nunca me pongo así de duro. Esta noche, una
selfie de una mujer que no conozco me tiene deshecho.
¿Qué clase de brujería es esa?
Observo su perfil y saco mi varilla uretral de acero inoxidable. La
mayoría de los hombres la usan para ponerse duros, yo la uso para
potenciar los puntos de placer que descubrí dentro de mi polla. Empujo
la punta hacia adentro, empiezo lento, casi follándome mi propia polla
con la varilla larga, delgada y texturizada. Sosteniendo el anillo por el
extremo, lo meto y lo saco de mi pene, y mis ojos ruedan hacia atrás con
éxtasis. Mierda, es como finalmente rascarse una picazón que nunca
pudiste alcanzar.
Saco la varilla, lubrico y deslizo mi mano sobre mi eje, agarrándolo
dolorosamente fuerte, luego tomo mi celular y veo su foto de nuevo
mientras planeo mi primera escena...

―Corre, ratoncito.
Ella corre por el césped, con su cabello volando detrás de ella. Pronto, tendré
todo ese cabello oscuro envuelto alrededor de mi puño.
Cierro los ojos, saboreando el sonido de sus pies golpeando el pasto mientras
acelera para alejarse de mí y una sonrisa tira de mis labios. Merodeando en la
dirección en la que la escucho ir, me tomo mi tiempo y le dejo pensar que se las
arregló para poner suficiente distancia entre nosotros.
No lo hizo, pero fingiré.
Ella pensará que está a salvo. No lo está, pero fingiré.
Ella pensará que puede dejarme atrás. No lo hará, pero fingiré.
El aire frío sale de mi boca. Mis largas zancadas me acercan rápidamente a la
orilla del bosque. Una ramita se rompe en la distancia y giro la cabeza en esa
dirección. Ralentizando mi respiración, cierro los ojos y escucho atentamente de
nuevo.
Escucho leves bocanadas cuando el aire sale de sus pulmones. Pobre, ya está
sin aliento y la persecución no ha hecho más que empezar.
―Ratoncito.
Siento movimiento a mi derecha y el distintivo crujido de las hojas. Casi salgo
disparado en esa dirección, pero me doy cuenta de que es una ardilla. Me lamo los
labios y avanzo, concentrándome en el sonido de sus respiraciones frenéticas de
nuevo y mis fosas nasales se dilatan, desesperadas por oler su coño.
Ella despega a mi izquierda y golpeo los pies para alcanzarla. En lugar de
tirarla al suelo, la rodeo para detenerla en el paso. Jadeante, se detiene en seco y
sus ojos color avellana se abren de par en par, sorprendida de que la haya atrapado.
Ella retrocede.
―No puedes escapar de mí. ―Con un gruñido profundo, me lanzo hacia
adelante y envuelvo mis brazos alrededor de su torso, luego pateo sus piernas.
Ella se desmorona como un cervatillo con piernas temblorosas. La dejo ir,
esperando que intente alejarse de mí otra vez.
Pricurious se retuerce y sale de debajo de mi cuerpo. La dejo pensar que se
escapó.
Luego le agarro el pie y la arrastro de vuelta a donde pertenece: debajo de mí.
Sujetándola, muerdo la piel de su hombro para hacerla gritar. Mientras patea y
araña el suelo de tierra, le bajo los pantalones y...

Me corro con tanta fuerza, mi voz se quiebra con el rugido que hago.
Santo infierno, ni siquiera llegué a la mejor parte de mi fantasía y la
respuesta de mi cuerpo es explotar. Mierda. Vaya subidón de cabeza.
Viendo el semen en todo mi estómago, deslizo mi mano a través de él,
untándolo por toda mi piel caliente.
Espero que Pricurious esté a la altura de mis fantasías.
Pero lo más importante, espero estar a la altura de las suyas.
MAK
Me presento en el estudio boudoir un poco temprano y he cuestionado
cada atuendo que traje conmigo desde el momento en que salí de mi
maldito apartamento. Mi objetivo es aprovechar al máximo esta sesión,
así que no solo empaqué un par de conjuntos de lencería de encaje sexy,
sino que también traje accesorios. Excepto que ahora me siento estúpida
por traer algo de eso porque ¿qué diablos estoy haciendo en realidad?
Con un agarre mortal en las correas de mi bolsa abarrotada, tomo el
ascensor hasta el cuarto piso. Mi corazón está palpitando, mis palmas
están todas sudorosas y asquerosas. Esto es una locura, no sé por qué
estoy tan nerviosa.
Oh, ¿a quién estoy engañando? Sí. Tengo miedo de que me juzguen por
lo que traje, y que me veré tonta con mi ropa. Esto fácilmente podría
convertirse en una gran pérdida de tiempo y dinero, lo cual sería una
mierda, ya que no tengo mucho de ninguno de los dos, y desperdiciar
algo de eso en esta sesión me hace sentir mareada.
¡Ding!
El ascensor se detiene y las puertas se abren. Bueno. Lo hice. Estoy aquí.
Me niego a dar marcha atrás ahora.
Una enorme pared de ladrillos encalados justo enfrente de mí tiene un
graffiti con las palabras Cruz Photography pintadas con aerosol en un
amarillo vibrante. Solo hay una forma de ir desde aquí, y es a través de
esas puertas dobles de vidrio que me llaman a la derecha.
Echando los hombros hacia atrás, respiro hondo y expulso todo.
La confianza es clave.
Increíble nivel diosa, ahí voy.
Al abrir las puertas de vidrio, el aroma de este espacio me golpea
primero, lo que me desconcierta. No sé qué esperaba, pero no es lavanda.
Magníficas fotos enmarcadas y lienzos se alinean en las paredes alrededor
del área de recepción que está llena de sillas de cuero negro. Mierda, estas
fotos son S-E-X-Y-S. Todos los tipos de cuerpo, estilos de ropa y poses, y
ninguna se ve horrible.
Esto me da esperanza.
Cuando hice esta cita hace tiempo, apenas había visto el sitio web. Cruz
Photography era altamente recomendado y era local, lo cual fue lo
suficientemente bueno para mí. Realmente no pensé mucho en eso, aparte
de que sabía que mi novio estaría emocionado de recibir fotos eróticas
mías como regalo.
Ahora estoy aquí por mí misma y todo mi plan ha cambiado.
A lo largo de la parte trasera del mostrador de recepción hay una fila
de premios de fotografía. Dios, este tipo realmente debe ser bueno para
tener todo eso. Eso explicaría el precio de esta sesión.
Una alegre mujer de cabello azul, unos diez centímetros más alta que
yo, me saluda desde detrás del mostrador.
―Hola, soy Chloe. ¿Eres Makayla?
Con mi metro setenta y cinco de estatura, le agarro la mano y se la
estrecho como si realmente fuera un linebacker de metro ochenta.
―Solo Mak.
―Encantada de conocerte, Mak. Carson se está instalando en este
momento, así que puedes venir conmigo y te maquillaré y peinaré.
La sigo a una habitación estilo salón que tiene una tonelada de
productos para el cabello y maquillaje apilados por todas partes. Parece
que un almacén de cosméticos explotó aquí. La parte trasera de la
habitación está llena de toneladas de atuendos en percheros, junto con
zapatos, coronas y batas. Hay una caja de protectores diarios e incluso
cinta para el pecho.
Mi mirada se posa en un par de enormes alas negras que cuelgan de
una montura.
―Wow.
Chloe se para a mi lado y también las admira.
―Hermosas, ¿no?
―Sí.
―Me tomó más de setenta horas hacerlas. Fue un trabajo de amor y
pura terquedad.
La veo boquiabierta.
―¿Tú las hiciste? Eso es increíble.
―Me encanta hacer cosas de cosplay. Carson las vio y debía tenerlas
aquí para sus clientas. Nadie las ha usado, lo cual apesta. ―Pasa las
manos por las plumas grandes―. Se ven espectaculares.
No me cabe la menor duda.
―Entonces… ―Ella aplaude y se frota las palmas―. Leí tu formulario
y veo que vas por lo simple y sensual.
Esa es una forma de decirlo.
―Sí. No estaba muy segura de qué aspecto buscaba cuando llené eso.
Supuse que lo simple era lo mejor. Tengo un montón de conjuntos
conmigo, porque no estaba segura de cuáles me gustaría usar.
―Lo entiendo. Es mejor traer demasiados y estar preparada para
cualquier cosa que arrepentirse porque te contuviste.
Ella me entiende.
―Exactamente. ―Mi sonrisa cae―. Pero rompí con mi novio hace
meses, así que mi plan original se fue por la ventana. Llamé para cancelar
ayer, pero me convencieron de mantener mi lugar. ―Eso es cierto. No es
que el fotógrafo tuviera que decir mucho para convencerme―. Quiero
usar estas fotos para quizás ayudar a impulsar mi cuenta de Instagram.
Bueno, no todas las fotos, porque probablemente me censurarían, pero
algunas de ellas. ―Me callo antes de hablar demasiado y aburrirla hasta
la muerte.
Chloe toca el respaldo de una silla giratoria para que me siente. Una
vez que me dejo caer en ella, me hace girar para verme al espejo.
―Tu cabello es deslumbrante, Mak.
―Gracias. ―Es tan grueso y pesado que tengo un corte rebajado para
evitar dolores de cabeza.
―Estoy pensando... ―Chloe abanica mi cabello sobre mis hombros y
ladea su cabeza―. ¿Ondas suaves?
―Suena bien. ―Espero que ella pueda manejarlo―. Mi cabello
realmente no mantiene un rizo por mucho tiempo.
―Ohhh, desafío aceptado. ―Agarra una lata de algún tipo de producto
para el cabello que no reconozco y lo rocía en el aire―. Mírame hacer mi
magia.
Media hora después, estoy completamente maquillada, mi cabello está
arreglado y estoy en el vestidor poniéndome mi primer atuendo. Chloe
habló como una loca todo el tiempo. Estoy segura de que pensó que era
útil, pero no pude apagar mi cabeza el tiempo suficiente para que nada
de lo que dijo penetrara. Definitivamente bebe mucha cafeína si estas
tazas de café vacías son una indicación, juro que ella habla más que yo
también, y eso ya es decir algo.
La música rock suena a través de los parlantes en la sala principal y
escucho la voz de un hombre que dice:
―¿Mak está lista, Chloe?
―Sí, saldrá en unos minutos. Oye, voy a tomar un latte en el camino.
¿Quieres algo?
―Tomaré un smoothie ―dice.
―Eres muy extraño. ¿Quién elegiría un smoothie en lugar de un triple
moka frap con crema batida extra y canela?
Me río desde detrás de la puerta del vestidor, escuchándolos.
―¿Por qué alguien querría un ataque al corazón en una taza cuando en
vez de eso puede tener alegría en una taza?
―¿Supongo que eso significa que quieres el de aguacate con coco?
―Es como si pudieras leer mi mente, Chloe.
―O simplemente es que nunca pides nada más que eso. Eres tan
aburrido, hombre. Cambia un poco las cosas. Se aventurero. Prueba el
smoothie de flor de cactus y sandía o algo así.
―Tal vez la próxima vez. Oye, ve si Mak también quiere algo, ¿quieres?
Dile que es mi regalo.
―No hay problema, jefe.
Me alejo de la puerta y aliso el primero de varios conjuntos que traje. Sé
que no usaré algunos de ellos, pero este fue el más escandaloso, y me
encanta cómo me veo en él. Es un coordinado de encaje negro con una
bata transparente a juego que se ajusta más como un cárdigan. Me siento
como un millón de dólares en él.
Hasta que me veo en el espejo.
Santo cielo. ¿En qué estaba pensando al salir en esto?
―Contrólate, Mak. Te ves genial.
Si sigo diciéndomelo a mí misma, tal vez lo crea. Además, le estoy
pagando una pequeña fortuna a Cruz Photography, así que espero que
tenga un software de edición avanzada que me haga ver como la Mak que
vive en mi cabeza. Tendré que verificar dos veces para asegurarme de que
el fotógrafo comprenda mis expectativas antes de irme.
―¿Mak? ―Chloe golpea suavemente―. ¿Necesitas que sujete, ate,
cierre o prenda algo?
―No. ―Suelto un gran suspiro y abro la puerta―. Soy lo mejor que
voy a conseguir, creo.
Los ojos de Chloe se agrandan y su boca cae.
―¡MALDICIÓN, CHICA! ¡Te ves bien!
Aprecio el cumplido más de lo que nunca sabrá.
―Escucha, voy a tomar más néctar de los dioses. ¿Quieres algo? Latte,
frap, un asqueroso smothie saludable?
―Estoy bien, pero gracias. ―No me puedo imaginar comiendo o
bebiendo nada en este momento. Mi estomago está hecho nudos.
―Okey, bueno, hay agua y fruta en el refrigerador. Si cambias de
opinión en los próximos cuarenta y cinco minutos, pídele a Carson que
me envíe un mensaje de texto y te traeré algo. No hay problema.
―Suena bien. Gracias. ―Salgo, giro a la izquierda y el resto del estudio
aparece a la vista. Mierda, es enorme. Los accesorios y las diferentes
escenas se configuran por todo el lugar, están preparados para todo.
Literalmente. Todo.
Incluso hay una bañera.
Mi mirada se desvía hacia una jaula de pájaros dorada lo
suficientemente grande como para que una persona adulta pueda pararse
en ella, luego mis ojos navegan de regreso a la bañera con el candelabro
colgando sobre ella. También hay una cama con un cabecero gris oscuro,
un columpio sexual que cuelga entre un sofá de cuero y una chimenea.
Dios, incluso tienen una barra estilo años 50 que es perfecta para que se
siente una chica pinup, completa con taburetes negros y cromados.
Varios accesorios cuelgan de carritos rodantes también, y hay
iluminación, tanta iluminación y filtros.
―Hola Mak, soy Carson.
Dándome la vuelta, me congelo. Alto, moreno y sexy como el pecado,
Carson cruza la habitación con una cámara en la mano.
Santa. Mierda.
No.
No, no, no, no.
No hay forma de que este tipo sea quien creo que es. Los ricos ojos
marrones de Carson se clavan en los míos mientras está de pie ahí con su
mano extendida para que yo se la estreche.
Tómatelo con calma, Mak. No hagas esto más incómodo de lo que ya es.
―Encantado de conocerte… ―WolfByte.
Antes de que diga otra palabra, suelta mi mano y da un paso atrás.
―¿Lista?
―Sí. ―Tal vez estoy perdiendo la cabeza. Mi imaginación
distorsionada probablemente saltó a WolfByte solo porque me quedé
despierta toda la noche viendo la foto de perfil de ese hombre. Okey,
definitivamente he pasado demasiado tiempo en línea si estoy tan nerviosa
por un posible encuentro con alguien con quien podría estar
contemplando firmar un contrato sexual.
Si él es WolfByte y me reconoce, ¿no diría algo? Tal vez no. Quiero decir,
tampoco estoy diciendo nada, así que todo esto podría no ser nada.
Además, WolfByte tiene esos dos piercings en los labios y este tipo no.
Espera, ¿verdad? No hay aros en su labio inferior, pero parece que tiene
dos agujeros. ¿O me estoy imaginando cosas?
Mierda, ahora estoy viendo demasiado tiempo su boca.
Parece que no puedo parar.
¡Levanta la mirada, idiota! Levanta. Tu. Mirada.
―Empecemos. ―Carson esboza una sonrisa antes de alejarse de mí.
Maldita sea, tiene un buen trasero.
―Podemos empezar en la cama si quieres. ―Sostiene un papel y lo lee.
Supongo que es el formulario que llené cuando reservé esta sesión.
―De hecho, no quiero la cama. ―Me estremezco un poco―. Me
gustaría algo más... poco convencional, creo. Lo siento. Debí haber pedido
llenar un nuevo formulario ayer, pero olvidé por completo el cuestionario
que te envié antes.
Me va a echar por ser un grano en el trasero, y no lo culpo.
En vez de eso, Carson dobla el papel y lo mete en su bolsillo trasero.
―No hay problema. ―Parece completamente imperturbable de que
aquello para lo que está preparado ya no sea lo que yo quiero―. ¿Tienes
algo específico en mente?
―No, esperaba que pudieras tomarte algunas libertades creativas.
Su sonrisa me recuerda como podría ser la de un villano. Hambrienta y
sexy.
―Menos mal que Chloe te estiró para esto.
―¿Disculpa?
Su boca se tuerce hacia abajo en un ceño fruncido.
―¿Ella no te estiró?
―Mmm. ¿No? ―Juego con el dobladillo de mi bata, y de alguna
manera me las arreglo para olvidar por completo que estoy usando casi
nada, de pie frente a un hombre atractivo que sostiene una cámara―.
¿Debería haberlo hecho?
―Sí. ―Él deja escapar un suspiro quejumbroso―. Mantener las poses
puede causar calambres musculares y dolor.
―Jesús. ¿Doblas a tus clientes como si fueran pretzels o algo así?
―A veces.
No me pierdo la alegría en su tono. Tampoco la forma en que mi
corazón late más rápido.
―Espera un segundo. ―Entra rápido en la habitación en la que Chloe
me peinó y me maquilló y sale con dos tapetes de yoga enrollados.
Mientras veo boquiabierta su trasero, Carson coloca los tapetes y se quita
los zapatos.
¿Qué está pasando?
Se sienta en su tapete y palmea el que está a su lado.
―Te prometo que vale la pena.
Estoy descalza con un conjunto de lencería diminuto y estamos a punto
de hacer estiramientos de yoga. Okey, Mak, tranquila. Todavía no puedo
decir si es WolfByte o no, pero me prometí a mí misma antes de llegar que
no iba a contenerme o ser insegura o enloquecer demasiado y disuadirme
de algo mientras estoy aquí.
Esto no es un gran problema a menos que lo convierta en uno.
Dejándome caer en mi tapete, espero sus instrucciones.
―Buena chica.
Mierda.
―Pon tus piernas delante de ti. Flexiona y apunta los pies mientras
cuentas hasta veinte.
Juro que vuelvo a mis viejas sesiones de yoga con mi mejor amiga, Leah.
Se siente bien estirarme y ahora no puedo recordar por qué dejamos el
yoga en primer lugar. En poco tiempo, más de la tensión que se acumula
en mi cuerpo se afloja y me siento más cómoda, y la lavanda en el aire
también ayuda.
Esto es adorable.
―Estírate lo más que puedas cómodamente hacia los dedos de los pies.
Sonriendo, mi memoria muscular se activa y mi columna se endereza;
luego levanto los brazos y me inclino hasta que estoy a medio camino de
mis pies. Oye, ha pasado un tiempo, ¿de acuerdo? Mis tendones están
apretados.
Carson, sin embargo, se estira por completo y se agarra los malditos
tobillos.
―Eres flexible ―dejo escapar. Mierda, ¿por qué acabo de decir eso en
voz alta? ¿No pueden mis pensamientos quedarse en el interior, por el
amor de Dios?
En lugar de responder, se endereza y me indica cinco estiramientos
diferentes más para mis brazos y piernas. Cuando me pide que adopte la
postura de niño, casi gimo por lo bien que se siente en mi espalda baja.
Necesito volver al yoga. Esto es tan relajante.
―El último ―dice, reposicionándose de nuevo―. Cat-Cow. ―Carson
se pone a cuatro patas y me mira―. Acurrúcate, arqueando la espalda
como un gato enojado.
Lo hago.
―Bien. Ahora retrae y dobla la espalda lo más profundo que puedas.
Levanta el trasero e inclina la cabeza hacia atrás para mí.
Ningún problema.
Mantengo la pose, disfrutando de lo bien que se siente en mi espalda, y
juro que gruñe. Sé que probablemente sea mi imaginación hiperactiva,
pero… creo que gruñó de nuevo. Es bajo y retumbante y caliente y…
Contrólate.
No puedo dejar de volver a WolfByte, y mientras hago dos
estiramientos Cat-Cow más, me imagino cómo se sentiría ser follada duro
en esta posición. Escucharlo gruñir en mi oído mientras me insulta. Sentir
sus dedos hundirse en mis muslos cuando los separa para comer mi coño.
El calor fluye por mi cuerpo y siento que me mojo. Oh, no. No, no, no.
No estoy en la ropa adecuada para esta tontería. Esto se está poniendo
vergonzoso.
―Eso es todo ―dice Carson, poniéndose de pie―. Deberías estar toda
calientita y lista para mí ahora.
Estoy lista, de acuerdo, pero no para que me tome mi estúpida foto.
Sentada sobre mis piernas, me recuerdo a mí misma.
―Eso se sintió tan bien.
―Me alegro. ―Extiende sus manos para que las tome y me levanta sin
esfuerzo. Carson es un tipo duro. Es uno de esos bombones con cuerpo de
papá, pero sigue siendo súper musculoso. Parece el tipo de persona que
hace mucho ejercicio, pero también ama la cerveza y los nachos.
Ese es mi tipo.
Sus manos son enormes, al igual que el resto de él. Me gusta cada
centímetro que veo. Mi mente inmediatamente pinta un escenario en el
que él me levanta y ahueca mi trasero con esas grandes manos suyas y me
empuja contra la pared. Apuesto a que sus embestidas serían profundas
y duras. Apuesto a que podría reorganizar mis órganos y hacer que lo
llame Señor.
La lujuria se acumula en mi coño y mis manos se vuelven húmedas.
Carson inhala profundamente y mis mejillas se encienden porque tengo
miedo de que pueda sentir lo excitada que estoy, pero eso es ridículo,
¿verdad? No puede olerlo. Eso es... no. Rápidamente suelto sus manos y
retrocedo.
Vamos, Mak. ¡Cálmate! ¿Y qué si estoy excitada? Cualquiera estaría con
un hombre así mirándola. ¿Cuánto mide? ¿metro noventa, noventa y
cinco?
Sus fosas nasales se ensanchan y sus ojos se oscurecen.
Mierda. Es imposible que pueda oler lo excitada que estoy, ¿verdad?
Solo estoy siendo paranoica. Ese tipo de cosas solo pasan en libros
picantes y no estoy viviendo en uno de esos.
Aunque eso sería genial.
Carson se aparta de mí de nuevo y empieza a enrollar nuestros tapetes
de yoga.
―¿Qué tipo de música te gustaría?
―Yo, mmm. No me importa.
―Vamos, Makayla ―dice de una manera linda y burlona―. Tiene que
haber una banda que disfrutes. ¿Cuál es tu género favorito? Lo pondré y
podemos empezar.
―Yo… ―Mordiéndome el labio, recupero mi corazón palpitante y me
concentro―. He estado en una racha de K-pop últimamente.
Mi ex, el-idiota-que-no-será-nombrado, siempre me tiró mierda por
gustarme ciertos géneros, y me volvía loca. Hasta el punto de que solo
ponía música en el auto o en los auriculares cuando me bañaba, porque
ni siquiera me dejaba escuchar mis increíbles listas de reproducción en el
sistema de sonido envolvente que insistió en regalarme para Navidad
hace dos años. No, no, eso estaba reservado para su música la mayor parte
del tiempo, y sus películas, y sus videojuegos.
Blackpink se pone en marcha y juro que mi corazón se desmaya por la
sonrisa que Carson me da, luego arquea la ceja y dice:
―Libertades creativas, ¿verdad?
Me aclaro la garganta.
―Sí, libera tu creatividad. Soy toda tuya.
Carson inclina su barbilla hacia el columpio sexual.
―Apóyate contra esa pared justo ahí, de espaldas a mí, y abre las
piernas.
CARSON
Esta mujer podría ser mi muerte. No, no podría. Ella será mi muerte.
Estirarla hace un momento casi me hizo gruñir de necesidad, y mi
profesionalismo casi se desvaneció. Su obediencia es deliciosa cuando
hace todo lo que le digo. Que buena chica. No me hagas empezar por la
forma en que sus caderas se balancean mientras camina hacia la pared y
se pone en posición.
¿Pero el tiro mortal?
Sus ojos. Los ojos color avellana de esta mujer habrían iniciado guerras
enteras en el pasado. Ella es angelical y demoníaca, todo al mismo tiempo.
Y mi pene se está endureciendo. Mierda.
―¿Así? ―Mak se apoya contra la pared detrás del columpio sexual.
Me aclaro la garganta y vuelvo a concentrarme en el juego.
―Sí. ―Agarrando mi cámara, me acerco lentamente a ella―. Apoya
tus codos contra el ladrillo y pon tus manos en tu cabello.
Ella se inquieta un poco, como si no estuviera segura de lo que quiero.
―¿Así?
No exactamente.
―¿Puedo tocarte?
―Sí, seguro. Acomódame como se supone que debo estar.
No quiero simplemente acomodarla, quiero follarle los sesos contra la
pared.
Coloco mis botas a cada lado de sus pies, agarro sus caderas y las tiro
hacia mi ingle.
―Dobla esta para mí ―digo, tocando su pierna derecha―. Y relaja tus
hombros y gíralos hacia atrás. Bien. Ahora quédate así.
Retrocedo y empiezo a tomar fotos. Cristo, su trasero es fenomenal.
Quiero morder esas nalgas y dejar marcas de dientes en ellas.
―Okey, ahora camina hacia donde estoy parado.
Mak me ve fijamente, esperando más instrucciones mientras se acerca.
Tomo fotos de ella sin ver a través de la lente. Mierda, es espectacular
en todos los ángulos.
―Deja que tu bata caiga sobre tus hombros y extiende tus brazos un
poco, así. ―Le muestro exactamente lo que quiero y ella me imita―.
Genial. Ahora levántate de puntillas y camina hacia esa gran ventana de
ahí, cruzando tus pasos a medida que avanzas.
Ella comienza a alejarse de mí y vacila.
―Mierda. Espera. Déjame volver a empezar.
Muerdo mi sonrisa. No me estoy riendo de que vacilara. Me complace
que esté dispuesta a intentarlo de nuevo hasta que se sienta cómoda.
Tomo fotos constantemente, incluso cuando empieza dos veces más antes
de llegar hasta la ventana.
Mak vuelve a verme por encima del hombro.
―¿Cómo estuvo eso?
Click. Tomo otra foto de ella.
―Perfecto.
Ella resopla un poco como si no me creyera.
No miento, ya puedo decir que estas fotos serán algunos de mis mejores
trabajos y estoy dispuesto a apostar que apenas retocaré una maldita cosa
durante las ediciones. Después de llevar a Mak a través de varias poses
más, finalmente puedo reajustar mi polla dura como una roca cuando ella
hace un cambio de ropa.
―¡Lista! ―dice, sonriéndome desde la puerta del vestidor.
Saaaaaaanta miiiieeeeerrrrddaaaaa.
El encaje y el cuero siempre son agradables, pero dame una mujer con
un suéter de gran tamaño y nada debajo cualquier día de la semana.
El suéter de Mak cuelga de un hombro y es lo suficientemente largo
como para abrazar y ocultar el fenomenal trasero que ya he visto y no
puedo dejar de babear. Quiero arrancar un hilo y desenredarlo, solo para
revelar su hermoso cuerpo poco a poco.
―Cambié de opinión. ―Se mete el cabello detrás de la oreja―.
¿Podemos tal vez hacer un par de fotos en la cama?
―Absolutamente. ―Me apresuro a instalar luces y filtros porque la luz
del sol ya ha cambiado. Después de algunas tomas de prueba y reajustes,
acaricio el colchón―. Arrástrate hacia arriba.
―Mierda. Me olvidé de algo. ¡Espera! ―Se apresura a volver al vestidor
y regresa con una pila de libros en los brazos. Arqueo una ceja, pero ella
no lo ve, está demasiado ocupada eligiendo cuál, supongo, es su historia
favorita, y se sube a la cama con ella―. Quiero ser un ratón de biblioteca
sexy.
Ese es mi tipo...
Me aclaro la garganta repentinamente seca, agarro una botella de agua
y bebo un poco antes de volver al trabajo.
―Siéntate en el centro, con las piernas cruzadas, pero con una rodilla
arriba.
―¿Así?
―Exactamente. ―Tomo una foto―. Cuelga tu suéter un poco más bajo
sobre tu hombro. ―Su cuello es perfecto para morder. Mierda, tengo
tantas ganas de lamerle la clavícula―. Bien. Levanta la barbilla. ―Quiero
chupar esa vena palpitante en su cuello―. Echa los hombros hacia atrás y
levanta el libro hasta tu rostro. ―Apenas reconozco la cubierta al
principio, pero luego hace clic―. ¿Te gusta el sexo de cambiaformas?
―Lo amo.
Es bueno saberlo. Continúo tomándole fotos en todas las poses picantes
que se me ocurren con su libro hasta que Mak sale de la cama y cae al
suelo.
Ella me ve con todos sus libros rodeándola.
―Me siento como una Bella sexy de La Bella y la Bestia.
Estoy de acuerdo.
―Viviendo una vida provincial más picante, ¿eh?
―Totalmente. ―Arquea la espalda, posando sola. Tomo más fotos,
amando lo relajada y cómoda que se ha vuelto a mi alrededor.
―¿Esa era tu película favorita de princesas?
―No. Es demasiado traumatizante.
Bajo mi cámara.
―¿Por qué?
―El momento en que la maldición de la Bestia se rompe y se vuelve
humano nuevamente tiene que ser una de las mayores decepciones en la
historia del cine.
Me echo a reír.
―No estaba tan mal.
―Entonces puedes quedártelo. Soy una chica Bestia, ahora y siempre.
Quédate quieto corazón enjaulado.
―Creo que estamos bien con esto. ¿Quieres hacer otro cambio de ropa?
―Sí, por favor.
Para mi sorpresa, levanta el suéter por encima de su cabeza, revelando
una camiseta sin mangas que dice: “Mi color favorito es el moralmente
gris” con un par de colmillos. Junto con bragas negras, esta mujer se ve
absolutamente pecaminosa. Necesito recuperar mi enfoque y algo de
profesionalismo aquí. Nunca había vacilado así antes y está empezando a
desconcertarme.
―Entonces, ¿cuánto tiempo has sido fotógrafo?
―Desde la preparatoria.
Sus ojos se abren con sorpresa.
―¿De verdad?
―Sí. No soy una persona sociable, pero el miedo a perderme algo es
una perra. Sostener una cámara resolvió el problema. Yo estaba en la
mezcla, pero no. Feliz de haber salido, pero aliviado de que la mayoría de
la gente me dejara solo.
Su silencio hace que levante la vista de mi cámara. ¿Dije algo malo? No
sería la primera vez, ni la millonésima, pero me gustaría saber si lo he
hecho.
―Eso es… ―Su boca se curva en una sonrisa torcida―. Realmente
identificable, de hecho.
―¿También te gusta la fotografía?
―Claro que no, no sé nada sobre cámaras elegantes, pero soy
socialmente torpe y odio las multitudes. De ahí los libros. ―Abanica las
páginas del libro de bolsillo que tiene en la mano.
―Llevas uno contigo a donde quiera que vayas, ¿eh?
―Me sentiría desnuda sin uno. Incluso tengo repuestos en mi auto, otro
en mi bolso y una aplicación en mi teléfono para casos de emergencia.
―¿Eso significa que ibas a fiestas y te sentabas en un rincón a leer sola?
―Es mejor que lo creas. No me gusta beber, ni nada que me altere la
mente, ni siquiera temporalmente. Todos mis amigos eran grandes
fiesteros, y yo vengo de un pequeño pueblo en medio de la nada, así que
si no estabas borracho en un maizal un viernes por la noche, estabas
drogado en el granero de alguien fingiendo que era una rave. ―Ella rueda
los ojos―. Tampoco quería sentirme excluida, así que iba, pero en
realidad nunca hacía nada de eso. Ahora estoy mejor, pero no mucho.
Me doy cuenta de que se apoyé la cámara en el muslo y me acerqué más
a ella. Darle a Mak toda mi atención es algo natural, y no voy a romper la
conexión que se está formando.
―Al menos estás haciendo lo que amas.
―Cierto. ―Ladea la cabeza, recordándome a un zorro estudiando su
comida más reciente―. ¿Qué te llevó a la fotografía boudoir?
Tragando, agarro mi cámara con más fuerza y debato sobre cuánto
decir. Una parte de mí quiere decir muchas cosas que normalmente no
comparto, lo que me saca un poco de mi juego. Errándome por el lado de
la precaución, voy con mi explicación habitual, pero debido a que el
universo me odia, lo primero que sale de mi boca no es lo que pretendía.
―Fui acosado mucho por tener sobrepeso cuando era niño. ―Toco mi
estómago―. No importa cuánto ejercicio haga, nunca me desharé de este
colchón extra. Soy un chico grande natural.
Las manos de Mak caen en su regazo mientras sigue mirándome.
Sigo hablando, como un idiota, pero eludo toda la verdad y le digo una
secundaria en su lugar.
―Como sea, sé que la imagen de uno mismo puede ser importante.
Estaba saliendo con una chica en la universidad que tenía muchas
inseguridades, yo pensaba que ella era deslumbrante y que no podía ver
lo que yo veía cuando se miraba en el espejo. Ninguna cantidad de elogios
que le decía funcionaba. Nada de lo que hacía en el dormitorio la
convenció tampoco. Entonces, comencé a tomarle fotos.
Mi pecho se contrae. Necesito callarme, pero no lo hago.
―Mi cámara no juzga ni define a una persona. Las celebra de una
manera que la mayoría de la gente no ve a menudo. Puede capturar su
belleza cuando menos lo esperan. Tomé fotos de ella, sobre lo que ella
dudaba al principio, hasta que vio los resultados. ―Nunca olvidaré ese
día―. La expresión de su rostro está grabada a fuego en mi mente para
siempre. Vio lo que capturó mi cámara, sin un solo retoque o edición, y se
enamoró de sí misma por primera vez. Fue entonces cuando supe que la
fotografía boudoir iba a ser lo mío. Cada clienta que entra por mi puerta
eventualmente tendrá la misma expresión en su rostro que mi primera
novia.
Los ojos de Mak se vuelven llorosos y eso me hace sentir raro, así que
me recupero rápidamente y vuelvo al trabajo.
―Okey, basta de tonterías. Pasa el pulgar por debajo de la correa.
―Inmediatamente me obedece de nuevo―. Buena chica. Ahora levanta
tu otro brazo y lleva tu mano a tu cabello. Codo adentro. Ahora suaviza
tus dedos en tu cabello.
―Como… ―Su voz se quiebra un poco―. ¿Así?
―Perfecto. ―Tomo una docena de fotos más y luego bajo mi cámara
de nuevo. El fuego que arde en mi esternón se apaga porque volvemos a
tener una conversación segura. Mak no volvió a mi pasado, y estoy
absolutamente seguro de que tampoco lo hará―. Eres increíblemente fácil
de fotografiar, Mak. Estás haciendo mi trabajo demasiado fácil.
Ella estalla en carcajadas y la tensión, o lo que sea que está creciendo
entre nosotros, estalla como una burbuja.
―Cuidado. Puede que hayas hablado demasiado pronto. Tengo una
ropa más para ponerme, si todavía hay tiempo.
Su tono se eleva al final como si estuviera haciendo una pregunta, o
pidiendo permiso.
―Mierda, sí. Vamos a hacerlo.
Ni siquiera me molesto en ver el reloj para ver qué hora es. Mi otra
clienta puede esperar. Es grosero, lo sé, pero me estoy divirtiendo y no
quiero sacar a Mak de aquí. Además, Chloe ya volvió de su descanso para
tomar café de una hora y se le da muy bien leer la habitación. Distraerá a
mi otra clienta si llego al tiempo.
Mak se precipita hacia el vestidor de nuevo y contengo la respiración,
ansioso por ver en qué se pone después. Le toma mucho más tiempo de
lo que esperaba, pero cuando escucho a Chloe reír y decir algo que la hace
reír a carcajadas, la inquietud en mi pecho se disipa un poco.
―Okey… ―Mak entra a la habitación―. ¿Cómo podemos hacer que
esto se vea genial en una foto?
Me congelo, cautivado. Mak acaba de salir en el conjunto de malditas
alas negras.
Juro que se abre una nueva perversión en mí.
Algo golpea mi bota y apenas lo noto hasta que los ojos de Mak se
agrandan y corre hacia mí.
―¡Tu cámara!
―¿Qué? ―Salgo de mi estupor―. Oh, mierda. ―Se me cayó la puta
cámara.
Mak la sostiene como si fuera un pájaro bebé que acaba de caerse de su
nido. Si esto no se rompe, será un milagro. Mis palmas sudan y mi corazón
se acelera cuando la arranco de sus diminutas manos y presiono algunos
botones. Oh, jodidamente gracias.
―Está bien.
―Uf. ―Ella se relaja con alivio.
Tomo algunas fotos solo para asegurarme, pero sí, todo funciona
correctamente. Mi cerebro inmediatamente comienza a disparar
rápidamente diferentes fondos y poses para poner a Mak para mostrar
este atuendo. Me encantan las alas que diseñó Chloe, pero nadie las ha
usado antes, lo cual es una pena.
Si creyera en el destino, diría que estaban hechas y esperando a que
Mak se las pusiera.
―Espera. ―Sé exactamente lo que necesitamos, solo espero poder
alcanzarlo con toda la basura que tengo guardada en mi armario.
Empujo la puerta para abrirla, trepo sobre taburetes, canastas,
candelabros y un montón de otros accesorios para llegar a la esquina
trasera izquierda. Mierda, realmente necesito arreglar las cosas aquí. Oh,
hola, ahí está ese ventilador de caja que estaba buscando la semana
pasada.
Casi vuelo sobre una pila de cojines y una tina de sábanas de seda,
finalmente alcanzo los fondos enrollados en la parte de atrás. Arrancando
el gris oscuro, también agarro una alfombra de pelo largo. Tropezando y
trepando, la lucha por sacarlo de aquí es real, pero lo logro con vida.
―Mierda. Olvidé las velas. ―Levantando primero la pantalla, vuelvo
a entrar y me abro paso a través de la traicionera carrera de obstáculos y
saco una caja de candelabros y purpurina que me sobró de una
convención hace unos años―. Okey. Dame un segundo.
Me pongo a trabajar preparando una nueva escena y soy muy
consciente de que Mak está observando cada uno de mis movimientos.
Tengo ganas de hablar y llenar el silencio, pero me muerdo el interior de
la mejilla y me concentro en preparar todo para ella. Solo espero que le
guste mi visión de esto, o me sentiré como un perdedor.
―Okey ―digo, secándome la frente―. Esto debería funcionar. ―Veo a
Mak y le ofrezco una sonrisa. Ella me ve boquiabierta como si yo fuera al
que le acabaran de brotar alas.
―Esto es increíble ―dice sin aliento. Cuando pasa a mi lado para ver
los detalles que he logrado juntar, tengo la oportunidad de apreciar su
atuendo desde atrás.
Sí. Esta mujer está aquí para arruinarme.
Su trasero es la perfección absoluta.
Como el resto de ella.
Tomamos un montón de fotos y ella es la que escucha a mi próxima
clienta entrar primero. No hay forma de que puedan vernos, no con la
forma en que diseñé mi espacio, pero me queda claro por el lenguaje
corporal de Mak que se siente incómoda porque alguien más está aquí.
Probablemente porque lo único que cubre sus tetas en este momento
son sus manos.
―¿Algún conjunto más?
―No ―dice, en voz baja.
―Okey. Puedes cambiarte y te dejaré echar un vistazo a algunas de
estas cuando vuelvas.
―Mmm. Okey.
Está claramente incómoda ahora, y no es por estar en esta habitación,
en topless, conmigo. Haré lo que sea necesario para aliviar sus
preocupaciones.
―No hay nadie en el vestidor ―le aseguro, en caso de que esa sea la
razón por la que está siendo rara―. Mi próxima clienta se quedará afuera
en la sala de espera hasta que yo le dé luz verde a Chloe.
Eso parece aliviarla considerablemente.
―Okey. ―Se va y sigo admirando su trasero hasta que se pierde de
vista. Limpiando la escena, enrollo la alfombra y derrumbo el telón de
fondo.
Sale con su mochila llena de libros sobre los hombros y no miento
cuando digo que este podría ser su atuendo más sexy hasta el momento.
Jeans y una sudadera, moño desordenado y Chucks.
Mi pene no aguanta esa combinación.
Estoy tan duro que duele.
Ansioso por una distracción, lanzo mi pulgar hacia ella, en silencio
haciéndole señas para que se acerque. Al hacer click en las fotos,
encuentro algunas buenas al azar para mostrarle.
―Echa un vistazo.
―No ―me dice―. Estoy bien. Prefiero que me sorprenda la galería que
me envíes por correo electrónico más tarde.
Oooookey.
―Dame. ―Dejo mi cámara y extiendo mi mano hacia ella―. Déjame
llevar tu mochila por ti y acompañarte a tu auto.
―Oh no, eso no es necesario.
―Insisto. Parece pesada.
Se muerde el labio y la desliza de sus delicados hombros. Aterriza con
un ruido sordo en el suelo. La recojo, sorprendido por lo pesado que
realmente es, y me río.
―Jesús. ¿Trajiste toda tu colección de libros o qué?
―Ni siquiera cerca ―me dice―. Necesitaría un U-Haul para eso.
Maldita sea, Mak no es una mujer muy grande, pero hizo que esta
pesada mochila pareciera liviana cuando la cargaba. Por alguna razón, eso
también me excita. Es fuerte, apuesto a que es muy divertido jugar con
ella en la cama...
Mi pene se contrae.
Santo infierno, todo sobre ella sigue encendiendo mis llamas. Estoy un
poco agradecido de que su sesión haya terminado porque no estoy seguro
de cuánto más habría durado.
―Vamos a llevar este saco de ladrillos a tu auto.
―No, no, tienes otra clienta. No puedo retenerte más tiempo del que
ya tengo.
Chloe se ríe desde el vestidor y mi próxima clienta dice algo sobre la
energía de un gran pene. Ojalá no tuviera otra sesión de fotos hoy. Quiero
acompañar a Mak a su auto. Borra eso, quiero llevarla a casa conmigo y
hacerle cosas despreciablemente sucias a su cuerpo.
Mi corazón se acelera de nuevo, y odio la razón de eso. Mi
profesionalismo ha volado por la ventana hoy y solo hay una razón para
eso.
Mak me tomó con la guardia baja viniendo aquí, luciendo así, oliendo
de esta manera, sonando así.
Miiiieeerdaaaaa.
Todavía no estoy listo para soltarla.
―Déjame al menos llevarte hasta el ascensor.
―Okey ―dice, sonriendo mientras nos dirigimos juntos al área
principal―. Esto fue divertido. Me alegro de haber venido. ―Me quita la
mochila mientras entra en el ascensor.
―Me alegro de que hayas venido también. ―También me encantaría
hacerla venir de otras maneras.
―Bueno. ―Mak suelta una exhalación temblorosa―. Adiós, Carson.
La puerta comienza a cerrarse lentamente, y aprovecho el momento. Un
gruñido bajo retumba desde el fondo de mi garganta, y me encanta que
se le corte la respiración al escucharlo.
―Hablamos pronto, Pricurious.
Sus ojos se agrandan con sorpresa justo cuando la puerta se cierra.
MAK
Lo sabía. ¡Mierda, lo sabía! Carson es WolfByte y ahora estoy furiosa. Él
supo todo este tiempo que era yo y no dijo una mierda al respecto. Por
supuesto, yo tampoco, pero eso es porque tenía mis dudas y dudé de mí
misma. Simplemente me miró fijamente a los ojos y me llamó por el
nombre de la aplicación.
Carson no dudó ni una mierda. Estaba confiado, y probablemente
amando que básicamente no tenía ni idea de que realmente era él, esperó
hasta el final de nuestra sesión para lanzarme esa bomba.
Mierda, estoy tan avergonzada. Ya era bastante malo que me vistiera
con toda esa lencería frente a un extraño para tomarme fotos, pero luego
me desnudé y me puse esas malditas alas, porque él realmente me estaba
haciendo sentir tan bien y yo quise ser aventurera y picante, y realmente
dejé volar mi bandera de ratón de biblioteca.
Luego me acompaña hasta el ascensor como un caballero, solo para
dejarme con la boca en el suelo cuando la puerta se cierra y corta cualquier
palabra que podría haber pensado si mi mente no se hubiera quedado
alucinada.
Bien jugado, Carson. Jodidamente. Bien. Jugado.
Mierda, mi cabeza da vueltas. Conectamos tan bien. Como,
inmediatamente hicimos click. ¿Por qué no me dijo que era él? ¿Estaba
tratando de seguir siendo profesional? Tal vez. Quiero decir, lo haría si
fuera yo. Estar en una relación Dominante/sumisa debería venir con cierta
discreción y, de todos modos, aún no he firmado el contrato, entonces,
¿por qué apresurarse, verdad?
Maldición. ¿Ese hombre podría estar persiguiéndome por el bosque y
follándome?
Quédate quieto mi coño tembloroso.
¡Ding! La puerta se abre y salgo del edificio, agarrando las correas de
mi mochila, al mismo tiempo que trato de reunir mi ingenio. Estoy tan
confundida sobre cómo sentirme acerca de esto ahora.
El aire fresco golpea mi cara y estoy agradecida de que el invierno ya
casi está aquí. Estoy tan caliente y molesta... no, quiero decir caliente y
enojada... Me quejo un millón de palabras incoherentes mientras me dirijo
a mi auto.
Apuesto a que no dijo nada porque no le gusto.
Apuesto a que fue el K-pop, o los libros obscenos.
O mi cabello y figura.
Oh, no, ¿tenía algo en mis dientes?
Estaba tan decidida a ser yo misma y no contenerme pensando que
nunca volvería a ver a este fotógrafo, así que no importaría y… y
compartimos cosas tan personales, especialmente de su lado, mierda,
ahora probablemente va a rescindir el contrato y bloquear mi trasero en
línea.
¿Cómo bajé la guardia así?
¿Cómo no supuse una vez más que era WolfByte? Debí haber seguido
mis instintos iniciales y solo preguntarle. Podría haber mencionado la
aplicación de una manera indiferente. Podría haber prestado más
atención a su boca y haber notado si había perforaciones de piercings,
pero nooooo. ¿Qué estaba haciendo? Gasté una gran cantidad de energía
manteniendo mi lujuria bajo control y saltando entre excitada y relajada
porque Carson hizo que la sesión fuera muy divertida y libre de estrés.
Fue natural posar, incluso si algunas de las posiciones eran difíciles de
mantener, y si no estaba concentrada en hacer lo que me dijo, estaba
ocupada echando un vistazo a su fantástico trasero, antebrazos
musculosos y espalda ancha.
Carson es mi tipo.
Amo a un hombre con carne en sus huesos. El cuerpo de papá que tiene
es totalmente mi estilo. Mieeerda. Estoy empezando a sudar. ¿No soy
demasiado joven para tener bochornos? Mierda.
Carson es sexy, divertido, grande y talentoso: es el paquete completo.
¿Y podemos hablar de lo fácil que es estar cerca de él? Quiero decir,
diablos, acabo de hacer yoga en ropa interior de encaje con él y no me
sentí avergonzada en absoluto.
Santas bolas de mierda. Carson es WolfByte.
En su foto de perfil tiene el cabello más largo y piercings en los labios,
los cuales me excitan mucho, pero ahora que lo he visto en persona, lo
único que ha cambiado es mi deseo. Es mucho más alto ahora.
No puedo creer que no haya dicho antes algo acerca de que yo era
Pricurious. Me siento abrumada por emociones que me niego a
comprender. Mierda, tengo que pensar en esto. Mierda, necesito llamar a
una amiga.
Dejo caer mi bolso en el asiento trasero de mi auto, busco mi teléfono y
le marco rápidamente a mi mejor amiga, Leah. Ella contesta al segundo
timbre.
―Hey.
―Hola ―suspiro, sentada en mi auto con la cabeza inclinada hacia
atrás―. Necesito pensar demasiado en algo en voz alta.
―Oh, Dios. Déjame ponerme cómoda primero. ―Ruidos apagados
llenan mis oídos y luego dice―: Okey, estoy lista. Dale.
―Bueno... me uní a esa aplicación pervertida.
―¡Bien!
―Sí. Hasta que el Dom que me envió un contrato anoche también fue
mi fotógrafo de boudoir hoy.
Leah se echa a reír.
―¡Tienes la peor puta suerte, Mak! ¿Qué pasó? ¿Se follaron por todo su
estudio y nunca te molestaste con las fotos?
―No ―me quejo―. Él no lo mencionó en absoluto.
―Tal vez no te reconoció.
―Oh, lo hizo, y estoy enojada porque esperó hasta el último minuto
cuando yo salía por la puerta para mencionarlo.
―Oh. Dios.
―Y en el segundo que lo vi, pensé que lo había reconocido, pero no dije
nada al respecto porque no estaba segura. Me siento tonta ahora.
―Bueno, tal vez le gusta mantener su carrera y su vida privada
separadas, Mak.
Eso tiene sentido, pero plantea otra pregunta.
―Entonces, ¿por qué mencionarlo?
―Porque tal vez él no quiere que te tome por sorpresa después de que
firmes ese contrato y lo vuelvas a ver. Eso definitivamente me asustaría.
Eso es lo que estoy pensando también. Parte de mi vergüenza e ira se
desvanece.
―Entonces… ―Prácticamente puedo escuchar a Leah moviendo las
cejas al otro lado de la línea―. ¿Es sexy?
―Sí. ―Me pellizco el puente de la nariz―. Y es exactamente mi tipo.
―¡Ohhh, genial!
―Ugh. Me volví totalmente nerd con él hoy también.
―Apuesto a que le encantan los ratones de biblioteca. Oh, imagínatelo.
Tú, leyendo tu libro, él, dispuesto a recrear las escenas. ¡Esta es la mejor
cosa de todos los tiempos!
Eso suena increíble, y muy descabellado.
Leah chilla en mi oído.
―Es grande, primitivo y puede hacer realidad todos tus deseos
pervertidos y luego documentarlos en una foto para sus recuerdos del
banco de azotes.
―No es gracioso, Leah.
―¡No me estoy riendo! ―Sí, lo está haciendo―. Todavía no veo cuál es
el problema aquí.
―¡Me puse estas enormes alas y me quedé en topless! ―grito, y Leah
se queda en silencio por un momento y todo lo que escucho es mi corazón
silbando en mis oídos.
―Bien. Por. Ti. Mak.
Quiero morir.
―Te lo vas a follar de todos modos. Él va a ver tu cuerpo pase lo que
pase, ¿verdad? Básicamente, solo le diste un vistazo de lo que obtendrá
más tarde. Chica, apuesto a que se puso tan duro mirándote.
Mi rostro se calienta de nuevo.
―Realmente no estás ayudando.
―Oye, yo me pondría duro contigo si tuviera un pene. Eres como una
bola compacta de jodida diversión.
―Detente.
―En serio. Un ratón de biblioteca picante de bolsillo.
―Ya basta.
―Eres una belleza. ¿Sabes cuántos hombres quieren una mujer
diminuta a la que puedan empalar y...? ―Hace un sonido zumbante―.
Zzzzzzzzzzz.
―Te odio.
―Me amas. ―Leah suspira―. Estoy realmente orgullosa de ti. Saliste
de tu caparazón hoy.
Solo porque Carson lo hizo fácil.
―Perra suertuda, ahora tienes a un fotógrafo Dom sexy probablemente
echando espuma por la boca para que firmes ese contrato y ya se muere
por perseguirte.
―Para.
―En el bosque.
―Paaaaraaa.
―Donde te abordará en el suelo sucio cubierto de hojas y te gruñirá al
oído todas las cosas sucias que te mojarán y rogarás por su gran polla del
tamaño de un cambiaformas.
―Colgaré ahora.
―Fóllame, papi.
―No.
―Fóllame, Wolfy.
―Que alguien haga que te detengas.
―¡Eso es, fóllame, bestia gruñona y sexy!
―Ya no eres mi mejor amiga. ―No puedo dejar de reír―. Y es
WolfByte, por cierto. BYTE. ―Mierda, ¿puedo compartir eso fuera de la
aplicación K!nkLink? A la mierda Le cuento todo a Leah. Siempre.
―Estás bromeando ―chilla―. ¡Es un maldito nerd! ¡Un gran nerd de
la tecnología!
Creo que ella podría tener razón, y sí, eso también es excitante. Carson
está marcando todas mis casillas y estoy súper nerviosa por eso. Todo esto
se siente un poco demasiado bueno para ser verdad. Viendo hacia las
ventanas del cuarto piso del edificio, me muerdo el labio inferior y espero
lo mejor porque ahora realmente quiero que esto funcione. Cualquier ira
que sentía por esperar hasta el último minuto para llamarme por mi
nombre de perfil se ha derretido en algo lujurioso y ansioso.
―Okey, dejando las bromas a un lado. ¿Cuál fue su reacción ante las
alas y Mak en topless?
La pregunta de Leah me toma por sorpresa.
―¿Eh?
―Querías pensar demasiado en esto, entonces, ¿cuál fue su reacción a
las poses de alas en topless?
Las pupilas de Carson se abrieron de par en par y luego se rompió el
trasero para sacar cosas de una sala de almacenamiento para prepararme
un hermoso telón de fondo.
―Casi se rompe el cuello trepando por un armario para montar una
escena solo para mí.
―Entonces él reconoce algo bueno cuando lo ve y no solo lo aprecia,
sino que también lo lleva al siguiente nivel.
―Eso es exagerado.
―No dejes pasar esta oportunidad, Mak. Firma ese contrato y ve a
dónde va esto.
La llamé sobre el contrato anoche a las dos de la mañana cuando estaba
pensando demasiado en las cosas. Leah estaba totalmente dentro, por
supuesto, pero yo aún no estaba segura y dije que tendría que consultarlo
con la almohada, pero cuando me desperté esta mañana, estaba lista para
hacer cambios en mi vida, y todavía estoy lista, maldita sea.
―Tienes razón.
―Mierda, sí.
―Firmaré ese contrato.
―¡Esa es mi chica!
―Voy a ver a dónde va esto.
―¡Arrrooooo!
―Puedes dejar de hacer eso ahora.
―Nunca.
Empezamos a reírnos de nuevo y me siento diez veces mejor.
―Gracias por estar ahí para mí.
―Siempre, bebé. ―Ella hace sonar los platos en el fondo―. Solo voy a
vivir indirectamente a través de ti hasta que conozca a mi propio Sexy
MacHotterton, quien estremecerá mi mundo.
―Siempre puedes unirte a K!nkLink, ya sabes.
―Ajá. ―Suena como si ella cerrara un armario de golpe―. Llámame
más tarde, ¿de acuerdo?
―Sí. ―Colgamos y, antes de salir del estacionamiento, abro el contrato
y reviso los detalles por última vez antes de agregar mi firma. Tocando el
botón de enviar, estoy prácticamente flotando en mi asiento. Mierda, en
realidad voy a hacer esto.
La perspectiva de Carson y yo juntos, incluso por una noche, me tiene
mareada con anticipación. Ese gruñido que me dio en el ascensor vivirá
gratis en mi cabeza para siempre. Mieeeerda, estoy tan lista para ser la
presa y ser devorada por un lobo grande y sexy como él.
Espero que ese hombre realmente cumpla como Dom, y que yo sea lo
que él quiere en una sumisa.
CARSON
Cuando llego a casa, estoy demasiado cansado para dormir y
demasiado nervioso para concentrarme. Glitch, Ara y Trey
probablemente estén en línea, ya que es martes por la noche, pero no estoy
de humor para patearles el trasero en un videojuego en este momento.
Desde que Mak dejó mi estudio, no he podido concentrarme en nada.
Hizo que mi segunda sesión fuera un desafío para pasar. No debería
haber llamado a Mak diciendo su nombre de perfil cuando lo hice, ese fue
un movimiento idiota.
Pero saber quién era ella y no decir nada parecía incluso peor.
Podría haber irrumpido en mi estudio y decirme algo. Podría haber
borrado el contrato y no volver a dirigirme la palabra. Ella podría haber
hecho muchas cosas para dejarme saber que lo que hice fue inaceptable.
En vez de eso, esa mujercita sexy eligió firmar mi contrato.
Ella es mía para jugar ahora.
Es casi demasiado bueno para ser verdad, y hay una parte de mí que
todavía duda sobre todo esto. Hicimos click muy bien hoy.
Para alguien que mide alrededor del metro sesenta y cinco de altura y
cincuenta y cinco kilos, ella ciertamente actúa como una diosa guerrera de
tres metros de altura. Mak se veía tan cómoda y confiada en su piel
durante la mayor parte de la sesión, lo cual fue refrescante. Todo lo que
necesitaba era dirección, lo cual, maldita sea, lo tomaba bien cada vez.
No puedo dejar de pensar en ella, y mierda, esa mujer está
hermosamente hecha. Pequeña arriba, grande abajo, muslos exuberantes,
cabello espeso, labio inferior grueso y grandes ojos color avellana: el
diablo rompió el molde con Mak.
Y con gusto iré al Infierno por todas las cosas pecaminosas que me
muero por hacerle.
Rebuscando en mi mochila, saco la tarjeta de memoria y descargo
ambas sesiones de hoy en mi computadora. En el instante en que exporto
los archivos y abro el primero de Mak, todo mi cuerpo se endurece.
Maldita sea, ella es hermosa. Gracioso, parecía más cómoda frente a mi
cámara, semidesnuda en esas alas, que completamente cubierta con su
traje de ratón de biblioteca.
Mierda, mira esos ojos.
Mak me ve desde la pantalla. Mi pene se endurece hasta el punto del
dolor. Desabrochándome los pantalones, saco mi polla y la acaricio
lentamente. No debería estar haciendo esto. No está bien masturbarse con
las fotos de tu clienta, y nunca en mi vida he ido por este camino
prohibido antes, pero Mak no es solo una clienta.
Desde hace cinco horas, también es mi compañera de juegos.
Mi corazón latía tan fuerte cuando recibí la notificación que decía que
había firmado mi contrato. Ella va a estar muy feliz de haberlo hecho, me
aseguraré de eso. La única razón por la que no la estoy llamando para que
podamos hacer arreglos en este momento es porque quiero darle tiempo
para echarse para atrás. Si parezco demasiado ansioso, podría asustarla.
Pero me muero por empezar las cosas con esa mujer.
Escupiendo en mi palma, me acaricio mientras veo una imagen tras
otra, después de una hermosa, deslumbrante y deliciosamente sexy
imagen de mi presa. Mis favoritas son las de ella con el suéter de gran
tamaño sosteniendo un libro de romance de cambiaformas. Casi le digo
que mi amigo, Trey, diseñó la portada de ese libro en particular, pero no
lo hice, al igual que tampoco le dije que yo tomé la foto de la modelo en
esa portada.
En cierto modo, es fortuito que ella eligiera ese libro para posar, pero
no quería parecer un fanfarrón.
Al hacer click en más de la sesión, me detengo en una foto en la que
Mak posa de espaldas a la cámara y sus bragas de encaje negro apenas
cubren su delicioso trasero, está agarrando la parte inferior de su bata de
encaje, sus muslos aplastados, y sus delicados deditos enroscados
alrededor del dobladillo. El espeso cabello de Mak llega hasta la mitad de
su espalda, y no quería nada más que tirar de esa gloriosa melena
mientras la tomaba por detrás en lugar de pararme varios metros hacia
atrás, tomando sus fotos.
Mierda, la forma en que posó, el olor que percibí en ella cuando nos
estábamos estirando, la forma en que sus grandes ojos de cierva me veían
desde cualquier posición en la que la pusiera...
―Mieeeeeerdaaa. ―Me acarició más rápido, más fuerte,
concentrándome en su bonita boquita. Quiero follarla hasta que sus labios
estén hinchados y rojos y la baba gotee de su barbilla, quiero correrme
sobre su lengua y verla escupirlo sobre mi polla.
»Esa es mi buena chica.
Apretando mis ojos, agarro mi polla con más fuerza y la sacudo más
rápido y un gruñido brota de entre mis dientes apretados pensando en
ella en topless, con sus diminutas tetas y grandes caderas, esos piececitos
perfectos y su cabello largo, la forma en que me miraba mientras me
movía a su alrededor para tomar una foto tras otra, capturando cada
maldito ángulo de su dulce perfección en esas grandes alas negras…
Suelto mi carga en un tiempo récord.
La vergüenza se apodera de mí, incluso cuando mi corazón se acelera
en mi caja torácica y mi pene todavía palpita en mi palma. No debería
haber hecho esto. Es pasarse de la raya. Ella no dio su consentimiento para
esto y ahora me siento mal por usar sus fotos para encontrar algo de alivio
para mí.
Si fuera un mejor hombre, cancelaría el contrato. Si fuera un caballero
más honorable, no estaría preparándome para masturbarme de nuevo. Mi
pene todavía está duro y sensible, y sé muy bien que podría perseguir una
segunda liberación, quiero otro orgasmo desesperadamente.
Entonces, me lo niego a mí mismo como castigo.
―A la mierda mi vida. ―Después de apagar la pantalla de mi
computadora, me quito la camisa y me desabrocho el cinturón mientras
subo los escalones para ir al baño. Con suerte, una ducha fría ayudará a
restablecer mi cuerpo y mi mente.
Alerta de spoiler: no lo hace.
Quince minutos bajo el rocío helado y todavía estoy tan duro y
necesitado como siempre. Salir de la casa podría ayudar, porque casi
puedo garantizar que quedarme aquí, con las fotos de Mak que necesitan
editarse, no aliviará mi desesperada necesidad de follar.
Esto requiere una distracción. Una más grande de lo que puedo meter
dentro de mi casa. Me visto a toda prisa, como si cuanto más tiempo me
quedara en mi casa, peor sería la tentación de trabajar en las fotos de Mak,
agarro mis llaves y salgo corriendo por la puerta principal. Solo hay unos
pocos lugares que me gustan en esta ciudad, pero ninguno de ellos me
servirá ahora. Necesito algo caótico. Ruidoso. Con el nuevo club que
acaba de abrir el mes pasado a solo media hora de mí, ¿por qué no
intentarlo ahí?
Al salir de mi camino de entrada y listo para rockear, subo el volumen
de la música mientras atravieso la ciudad para llegar al otro lado.
―Mierda. ―Una vez que llego al estacionamiento, ni siquiera puedo
encontrar un lugar para estacionar. Termino en la esquina trasera, que
está tenuemente iluminada, y empiezo a arrepentirme seriamente de mi
decisión de venir aquí una vez que escucho música country a todo
volumen a través de los parlantes. Sin hacer sombra a los fanáticos a la
música country, simplemente no es lo que esperaba, considerando que la
última vez que estuve aquí, estaban escuchando Papa Roach.
Atravieso rápidamente el vestíbulo donde hay carteles colgados en las
paredes, cada uno promocionando un evento diferente que tendrá lugar
este mes. Bueno, mierda, parece que el martes es noche de baile en línea2.
Solo mi puta suerte. Dirigiéndome al área del bar, elijo un lugar con la
mejor vista de la pista de baile del club.

2
es un baile coreografiado en el que bailan siguiendo una secuencia repetitiva de pasos mientras se organizan
en una o más líneas o filas, muy común en la música country.
―¿Qué puedo darte? ―pregunta el bartender, dejando caer un
posavasos frente a mí.
Escaneo rápidamente lo que está disponible.
―¿Guinness y un menú, por favor?
―Claro. ―Alcanza debajo de la barra y me da uno.
Mientras examino la impresionante lista de platos, escucho a alguien
carcajearse y veo hacia arriba.
Tienes que estar bromeando.
Mak está al otro lado de la barra, con la cabeza echada hacia atrás y
riéndose de algo que acaba de decirle una rubia. Las dos se agarran como
si se fueran a caer de los taburetes si se sueltan mutuamente.
Agarro mi cerveza y me la llevo a la boca, y tomo la mitad en tres tragos.
Nunca había visto a esta mujer antes de hoy y en menos de veinticuatro
horas, este es nuestro tercer encuentro. Es como si el universo estuviera
tratando de decirme algo.
No es que crea en Mercurio nadando en el Gatorade o Saturno girando
un poco demasiado hacia lo correcto, pero maldita sea, es difícil negar que
algo está pasando cuando este es el tercer encuentro que tengo con Mak
en un período de veinticuatro horas.
El bartender se para frente a mi vista perfecta.
―¿Ya decidiste lo que quieres?
Sí. Mak, boca arriba, con sus piernas enganchadas alrededor de mis hombros
para que pueda devorar su coño a fondo como aperitivo.
―Dos docenas de alitas de pollo secas con chipotle, con hueso, por
favor, y los nachos cargados.
―En un momento.
―Gracias. ―Le entrego el menú, y una vez que el bartender se aparta
de mi camino, vuelvo a ver a Mak. Es en este punto que ella me ve desde
el otro lado de la barra y sus ojos se abren con sorpresa. Su postura se
pone rígida, y como un tonto, levanto mi vaso como si la estuviera
saludando antes de tomar otro gran trago.
La boca de su amiga rubia se abre, y creo que es porque Mak le
murmuró algo. Una cosa que sé de toda una vida de rechazo e
incomodidad es lanzarme de lleno con todas con las consecuencias. Me
deslizo de mi taburete y merodeo a través de la creciente multitud de
personas que piden cervezas y se mezclan en las mesas altas.
Mak echa los hombros hacia atrás cuando me ve dirigiéndome hacia
ella y una sonrisa tranquila se extiende por mi rostro, yo sonrío en
respuesta a la suya.
―Hola, Mak. ―No la llamaré Pricurious delante de su amiga. Por lo
que sé, esta mujer no tiene idea de que Mak está en un sitio de perversión
y no voy a delatarla o darle a su amiga una razón para entrometerse en el
nombre. La gente puede ser una pequeña mierda prejuiciosa, incluso si
son tus amigos.
―Hola. ―Ella se aclara la garganta―. Leah, conoce a Carson, el
fotógrafo. Carson, esta es mi mejor amiga, Leah.
―Ohhhh, el fotógrafo ―dice Leah en broma, inclinándose sobre Mak
para estrecharme la mano―. Mucho gusto, he escuchado mucho de ti.
Las mejillas de Mak brillan carmesí.
―¿Vienes aquí a menudo? ―Ella aprieta los ojos y niega con la
cabeza―. Wow, eso sonó tonto. Quiero decir, ¿te gusta la comida aquí?
Esta es nuestra primera vez, vi que tenía excelentes críticas en línea y que
era nuevo. Nunca hay nada nuevo en esta ciudad, ¿sabes? Muy aburrido,
y como me peiné y me maquillé, no quería desperdiciarlo sentándome en
casa toda la noche, así que decidimos venir aquí y tomar unas copas, pero
no sabía que era noche de baile en línea. ¿Bailas en línea?
―Reduce la velocidad, Mak. ―Leah dice, deslizando una bebida hacia
ella.
Mak suelta un largo suspiro, agarra su bebida y toma varios tragos. Es
agua con limón. Dejándola de nuevo en la barra, me ve de nuevo.
―Te ves bien.
Ella es adorable. Toda nerviosa y divagando, y fuera de su elemento.
―Gracias ―digo, y sacudo mi cabello hacia un lado―. Tampoco quería
desperdiciar mi cabello y maquillaje esta noche.
El mal chiste hace reír a ambas.
―Oh, él es bueno. Me gusta este. ―Leah señala el asiento libre al lado
de Mak―. ¿Quieres sentarte con nosotras?
―En realidad… ―Veo al bartender, quien está poniendo mi comida
donde yo estaba sentada originalmente―. Voy a dejar que las dos
encantadoras damas disfruten de su noche. No quiero entrometerme, solo
quería saludar.
―Oh. ―Leah suena decepcionada.
Mak, sin embargo, parece aliviada. Eso lastima un poco mi orgullo,
pero está bien. La tomé con la guardia baja por segunda vez hoy, no podía
simplemente ignorarla y fingir que no la había notado aquí. De hecho,
desde que mi mirada se posó en ella, es como si fuera la única persona
que puedo ver. Todos los demás, incluida Leah, son ruido y desenfoques,
¿pero Mak? Ella es sensacional.
Se ha cambiado de ropa desde esta tarde y se ve deliciosa con su blusa
verde oliva, jeans negros y botas de combate. Si no retrocedo ahora,
incluso podría invitarla a bailar.
―Diviértanse, señoritas.
Hago mi camino de regreso a donde pertenezco y me concentro en mis
alitas y nachos. Tengo toda la intención de dejarlas solas para que puedan
disfrutar juntas de su noche de chicas, pero a la mitad de mi comida,
sucede algo que no me gusta.
Y todos mis planes cambian.
MAK
Santo cielo. No puedo creer que Carson esté aquí. Cuando lo vi por
primera vez sentado frente a nosotras, mi primer pensamiento fue que me
siguió hasta aquí, pero luego, mi lado más lógico pensó que este era el
único lugar de fiesta en la ciudad esta noche, y por lo que sé, él viene aquí
todas las semanas para la noche de alitas. Yo no era el objetivo especial
elegido, solo estoy en el lugar correcto en el momento correcto para verlo
de nuevo. Mierda, tal vez él piensa que yo lo aceché.
Me hace cuestionar mis fantasías de acosadora ahora.
Y ugh. ¿Por qué tuve que divagar así? Maldita sea, odio cuando me
pongo nerviosa y empiezo a soltar cada pensamiento que pasa por mi
cabeza. Es estúpido, molesto e incómodo, pero a Carson no pareció
molestarle, lo cual es un alivio. Simplemente me tomó con la guardia baja
y entré en pánico cuando se acercó a nosotras y no pude callarme.
¿Es terrible que casi le impidiera marcharse también? Si Leah no
estuviera conmigo, le habría suplicado que se sentara conmigo, pero Leah
estaba empeorando las cosas en lugar de mejorarlas porque ella lo sabe
todo... y ya ha tomado tres copas, lo que significa que también lo contará
todo. Mi presión arterial se disparó cuando dijo: “Ohhh, el fotógrafo”.
Gracias a Dios, ella no siguió con: “Mak dice que eres súper sexy y que
tienes un trasero realmente genial y no puede esperar para follarte”.
Porque eso es exactamente lo que le dije. Entre muchas, muchas otras
cosas.
Pero él se alejó antes de que ella tuviera la oportunidad de derramar los
frijoles. Sigo echándole miradas furtivas, es como si no pudiera ver hacia
otro lado el tiempo suficiente para concentrarme en otra cosa. Hasta
ahora, no lo he atrapado viendo hacia acá, pero creo que nos está
vigilando. No sé, es solo un presentimiento, probablemente otra fantasía
que mi mente ya está evocando para reemplazar la de la acosadora.
Cristo, necesito una bebida que sea más fuerte que agua.
―Tiene manos realmente grandes. ―Leah toma un sorbo de su
martini―. Apuesto a que harían un collar realmente bonito.
Dímelo a mí. Suspirando, niego con la cabeza y aparto la mirada de él.
―Estoy en tantos problemas, ¿no?
―Mmm, depende. ―Leah moja su papa frita en ketchup―. Si está
proporcionado, será mejor que prepares la bolsa de hielo porque su polla
te destrozará el coño, pero si es rechoncho… ―Leah se encoge de
hombros con el ceño fruncido y mastica otra papa frita―. Quiero decir…
él probablemente todavía pueda follarte de una buena manera. Ve cómo
come.
Estoy viendo. Carson está devorando sus alas con precisión. ¿Eso existe?
Literalmente está retorciendo los huesos, sacándolos, luego sumergiendo
todo en la salsa antes de meterlo todo en su boca de un golpe. Él mastica
muy bien también y traga sexy.
Ooookkkkeeeyyyy, tengo que parar. Mierda, esto se está poniendo
preocupante. Me estoy poniendo cachonda viendo a un hombre comerse
una cesta de alitas de pollo. Este es un nuevo nivel de privación sexual
que nunca vi venir.
―Mierda, mierda, mierda. ―Leah golpea mi muslo―. Dos en punto.
Muevo mi mirada en la dirección a la que se refiere. Oh, mierda. Mi
estómago cae inmediatamente.
―A la mierda mi vida.
―Hey ―dice mi ex, mientras apoya su codo contra la parte superior de
la barra.
―Hey. ―Tomo otro sorbo de mi bebida y le doy la espalda tanto como
puedo.
―¿Qué quieres? ―Leah le gruñe.
―Encantado de verte también, Leah. ―El-que-no-puede-atar-bien-su-
corbata dice―. Solo quería venir a saludar. Ver cómo te va.
―Estamos bien, puedes irte. Mmm, okey. Adiós. ―Leah mueve su
muñeca, ahuyentándolo.
El-que-es-un-idiota la ignora.
―¿Mak?
No debería hacer contacto visual, pero lo hago.
―¿Qué?
―¿Cómo estás?
―Estoy genial. ¿Y tú? ―No me importa cómo está. Simplemente no sé
cómo salir de esta conversación sin parecer una completa perra. De hecho,
no sé por qué todavía me importa lo que piense de mí.
Ser complaciente con la gente me hace hacer estupideces a veces.
―Me va bien. ―Me lanza una gran sonrisa―. Recibí un ascenso.
―Bien por ti. ―Me aclaro la garganta, odiando que estoy empezando
a sudar―. Eso es maravilloso. Felicidades. ―Ahora vete.
―Sí. ―Se frota la nuca y ve a su alrededor―. Algunos de los chicos y
yo estamos aquí celebrando. ¿Quieres unirte a nosotros?
Veo hacia una mesa alta que tiene a algunos de sus colegas rodeándola.
Todos se ríen y se dan palmadas en la espalda.
―No. No.
―Oh, vamos. ―Se inclina más cerca―. ¿Por mí?
La ira se enciende en mi pecho y quiero llorar. Siento que mi cara se
calienta y estoy segura de que parezco un tomate.
Leah debe sentir la tensión saliendo de mí porque salta a mi rescate.
―Ella dijo que no, imbécil.
―Vamos, no seas así. Es una buena noche para mí y solo quiero
celebrar.
―Nadie te detiene ―logro decir. Mierda, mi corazón late tan rápido―.
Ve a celebrar.
―Quiero celebrar contigo, Mak. Verte aquí hace que mi noche sea aún
más especial. Vamos, no tendrás que pagar por nada. Todo está en la
cuenta de la compañía.
―¿Qué parte de la palabra no te confunde? ―Leah salta de su silla.
―Relájate, Leah. ―Él toca mi brazo―. Mak puede hablar por sí misma.
―Lo cual ya hice ―digo, aunque mi voz está temblando. Aparto su
mano de mí―. Dije que no.
―Vamos, Makayla. No seas así.
Una cálida mano descansa sobre mi hombro, y esta vez no es la de mi
ex.
―Mak. ―La voz de Carson es áspera y profunda―. ¿Estás lista para
darme ese baile ahora?
Mi corazón late en mi garganta mientras veo boquiabierta a Carson.
Debe haber venido desde el otro lado de la barra, como un cazador
furtivo.
―Yo… ―Veo a Leah, luego a El-que-me-pone-de-los-nervios, me lamo
los labios secos y asiento―. Sí, estoy lista.
No puedo saltar de mi taburete lo suficientemente rápido. Carson
agarra mi mano y la aprieta antes de volver a ver a Leah.
―¿Tú también vienes, o voy a tener que encargarme yo solo de este
número caliente?
―¡Diablos, sí, ya voy! ―Rápidamente nos alcanza y Carson la rodea
con el brazo―. Eres un salvavidas.
Desearía que ella no hubiera dicho eso, incluso si es un poco cierto.
Podría haberme escapado del Señor-mírame-soy-tan-genial por mi
cuenta, aunque mi gran escape no habría sido tan satisfactorio como lo es
este.
Su mano en la mía me hace sentir poderosa. La aprieto y él aprieta la
mía de vuelta. Este hombre me consuela. Es estúpido, ¿verdad? No lo
conozco en absoluto, pero su vibra es increíble y lo que acaba de hacer por
nosotras hace que me enamore más de él.
Nos dirigimos a la pista de baile, y noto que Carson ve casualmente
hacia donde El-que-es-un-cliché está parado con sus amigos. Un gruñido
bajo y retumbante sale de su boca y cuando me mira, me encuentro
gravitando más cerca de él.
Carson es el hombre más sexy con el que he estado en mi vida.
―¿Bailes en línea? ―Leah le pregunta, poniéndose inmediatamente en
línea y yendo con la música.
―No tengo ni idea de cómo bailar en línea ―admite Carson―. Pero
aprendo rápido y se me puede enseñar.
Sonrío ante eso. Acercándome, cuento y le indico a dónde ir, pero la
canción termina demasiado pronto. El DJ entra directamente en el Wobble
de VIC, lo que hace que un grupo de mujeres grite y vitoree, incluida
Leah.
―¡SIIII! ―Ella echa la cabeza hacia atrás e inmediatamente comienza a
mover las caderas al ritmo.
Carson está entre nosotras y parece perdido. Sigue tropezando con sus
propios pies y no puede encontrar el ritmo en absoluto. Agarro sus
caderas y grito sobre la música para decirle qué hacer. Está tieso y sigue
cagándolo todo, pero no ha dejado de intentarlo. Cuando es hora de que
cambiemos de dirección, coloco sus manos en mi cintura y golpeo mi
trasero contra él. Volviendo a gritar los pasos, los dos nos reímos cuando
chocamos porque accidentalmente giró en la dirección equivocada.
No sé por qué amo tanto esto, pero ver a Carson hacer todo lo posible
para seguir el ritmo hace que mi corazón se derrita y mi vagina palpite.
Hay algo increíblemente atractivo en la naturaleza tranquila de este
hombre. A la mitad de la canción, finalmente entiende y Dios, este hombre
puede moverse.
Leah aúlla, aplaudiendo por él.
―¡De eso estoy hablando!
Carson me guiña un ojo antes de que volvamos a cambiar de dirección.
Ahora estamos bailando lado a lado. Maldita sea, es sexy cuando empuja
sus caderas como si estuviera follando el aire. Este hombre está hecho
para el pecado. Quiero que se mueva así encima de mí, y detrás de mí, y
debajo de mí.
―No estabas mintiendo cuando dijiste que aprendías rápido.
Levanta la frente y sonríe mientras marca los pasos con el ritmo. Estoy
tan acalorada y alterada que me tropiezo y él me agarra del brazo para
estabilizarme.
―¿Estás bien?
Solo puedo asentir porque estoy asombrada por él. Carson domina
cuando quiere, se somete cuando quiere y tiene la confianza de un maldito
señor de la guerra. No hay otra manera de describirlo.
Algo en mí cobra vida, agarro su camisa y lo jalo hacia mí. Es
demasiado alto para que alcance lo que quiero sin que se incline, así que
lo tomo como rehén, con la camisa apretada en mis puños y le digo:
―Bésame.
Su frente se levanta de nuevo antes de que baje su boca hacia la mía y
en el instante en que nuestros labios se tocan, juro que ardo en llamas.
Entonces Carson me agarra por el trasero y me levanta del suelo.
Envolviendo mis piernas alrededor de su cintura, profundizamos nuestro
beso y siento que me lleva. Paso mis dedos por su cabello, y él gruñe en
mi boca. Antes de darme cuenta, me está sacando del maldito bar así.
―¿A dónde vamos?
―Mi casa. ―La mirada de Carson me prende fuego mientras me
baja―. ¿Está bien?
―Sí. ―Está más que bien. Ojalá no estuviéramos perdiendo el tiempo
fuera de este estúpido club hablando de eso―. Déjame enviarle un
mensaje de texto a Leah para que lo sepa. ―Saco mi celular y veo que ya
hay un mensaje de ella.
Leah: ¡Diviértete!

Le envío un montón de emojis de fuego y una carita de beso. Me sentiría


mal por dejarla, pero sé que ella odia este club y solo fue por mi culpa,
pero me dijo que tenía una conexión más tarde esa noche de todos modos,
así que estábamos matando el tiempo hasta que apareciera su cita.
Carson saca las llaves de su bolsillo.
―¿Quieres seguirme ahí?
―Sí.
Resulta que estábamos estacionados uno al lado del otro en el
estacionamiento.
―Mierda, Mak. ―Me digo a mí misma una vez que estoy sola en mi
auto―. ¿En qué te has metido con este tipo?
Supongo que solo hay una manera de averiguarlo.
Y mi coño no puede esperar.
CARSON
Me excedí esta noche y dejé que mis emociones me dominaran. Todas
mis barreras normales se convirtieron en escombros cuando vi a ese tipo
acercarse a Mak en el bar. Los celos hirvieron en mis entrañas,
convirtiendo mi cena en una roca cubierta de ácido en mi estómago. Leí
su lenguaje corporal y el de ella y escuché a Leah decirle que no más de
una vez. La ira amenazó con consumirme mientras me abría paso
alrededor de ese puto bar y le pedí a Mak que bailara conmigo.
Yo no bailo en línea.
Tampoco hago escenas, pero la forma en que ese tipo vio lo que es mío
me hizo querer empujar esa IPA embotellada que llevaba por su maldita
garganta. En lugar de cometer un asesinato, la saqué de su alcance.
Ahora ella es toda mía.
Viendo cada par de segundos en mi retrovisor para asegurarme de que
me sigue, finalmente me detengo en mi largo camino de entrada. Se siente
como un tramo de victoria cuando apago el motor y salgo de mi auto. Mak
se detiene justo detrás de mí y abro la puerta justo cuando ella apaga el
motor. Le doy la mano, la ayudo a salir del auto y la acompaño a través
de mi puerta principal.
―Wow ―dice, viendo a su alrededor.
―¿Quieres algo de beber o algo?
Ya se está dirigiendo a una estantería llena de una variedad de lecturas
picantes y algunos libros atípicos como la autobiografía que sacó del
estante.
―¿Has leído todo esto? ―Saca otro, este tiene una pareja semidesnuda
con una luna llena en el fondo.
―No, solo los colecciono por las portadas. ―Me apoyo contra la pared
y cruzo los brazos sobre el pecho―. Tomé las fotos de cada uno.
Mak me ve boquiabierta.
―¿De verdad?
―Sí. ―Me acerco lentamente a ella―. No te mentiré, Mak. Ni siquiera
para impresionarte, y lo que ves es lo que obtienes conmigo.
Odio haber dejado que eso se me escapara de la boca, pero como sea.
Es cierto. No soy un hombre varonil musculoso, sin grasa corporal, del
metro noventa y cinco como ese tipo en el bar. Tampoco soy bueno
escondiendo mis emociones, o mis inseguridades, como parece, a su
alrededor.
Se agacha y saca un cómic.
―¿También hiciste esto?
―No, eso era solo arte que debía tener.
―Mmm. ―Ella hojea las páginas―. Zombie Tramp. ―Ve hacia atrás
en el estante―. ¿Solo tienes tres?
―No me gustan mucho los cómics. ―Me encojo de hombros―. Pero
estos se veían geniales, así que los compré.
Pasa los dedos por las tetas del personaje de cómic.
―Creo que, si tuviera un pecho como este, usaría este mismo atuendo.
―Te verías más sexy que ella con ese atuendo, seguro.
―Awww, Carson, ¿estás diciendo que soy más sexy que un cadáver en
descomposición con delineador de ojos alado? ―Ambos empezamos a
reír y ella desliza el cómic de vuelta a su lugar en el estante―. Tu casa es
realmente genial. Es tan diferente de tu estudio.
―Ese era el punto. ―Me dirijo a través de la sala de estar, amando que
ella me siga―. Mi cabeza nunca se apaga y tengo antojo de cosas
diferentes, incluso de atmósferas. El trabajo es todo urbano, líneas limpias
y luces de neón. Mi hogar es ecléctico, viejo y estirado.
―No es estirado. Es cómodo.
Enciendo la chimenea y froto mis palmas juntas.
―Me alegro de que pienses eso.
Se deja caer en el sofá y se acurruca como si viviera aquí.
―Gracias por lo de antes.
Me aseguro de mantener mi expresión impasible mientras me siento a
su lado.
―De nada. ―Quiero preguntar si me pasé de la raya. Quiero
explicarme. Quiero averiguar qué le dijo ese tipo para molestarla, pero no
me entrometo, y ya no importa. Ella está aquí conmigo y aquí es donde se
quedará todo el tiempo que quiera.
―Ese era mi ex.
Demasiado para que no importe.
―¿Ah, sí? ―Mi garganta se está cerrando. Los celos se enroscan en mi
vientre otra vez y no tiene sentido. ¿Por qué me siento como un animal
que quiere marcar su territorio?
―Es un idiota total.
Siento que hay más que ella quiere decir y tiene miedo de hacerlo. No
quiero que me oculte cosas solo porque tiene miedo de mi reacción, no me
debe una explicación o su historia de fondo. Todavía no estamos cerca de
ese nivel de intimidad, pero si sus ansiedades afectan nuestra dinámica,
entonces quiero saber sobre ellas para que podamos superarlo.
―Supongo que no es bueno con la palabra no. ―Es todo lo que me
atrevo a decir. Sinceramente, tengo miedo de lo que me dirá a
continuación. Mi mente está corriendo con situaciones y ninguna de ellas
está bien.
Mak se lleva las rodillas hasta el pecho y las rodea con los brazos.
―Es muy... persuasivo.
―Quieres decir que es coercitivo.
―Sí.
Mis manos se cierran en puños y estoy seguro de que las venas de mis
sienes sobresalen. Necesito calmarme, el hecho de que ella sea tan abierta
tan pronto es increíble. No puedo arruinarlo.
Acercando mi rostro al suyo para tener un contacto visual completo,
sostengo su mirada.
―Respeto la palabra NO más que cualquier otra palabra. ―Le doy un
momento para dejar que eso se asiente―. Como parte de nuestra
dinámica, verás que mis acciones -e inacciones-, hablarán por sí mismas,
pero también tendremos una palabra de seguridad en su lugar. ―Como
de costumbre, he entrado en modo profesional porque no tengo ni idea
de cómo responder―. La coerción no es consentimiento. Eso va para
ambas partes.
Ella asiente y ve hacia el suelo. No es sumisión, es una mezcla de
vergüenza, miedo e incertidumbre que percibo en su lenguaje corporal.
Eso me molesta. Mucho.
Levantándome del sofá, me agacho frente a ella.
―Tengo que ser honesto contigo, Makayla, y tienes que ser honesta
conmigo. Puedes cambiar de opinión en cualquier momento y alejarte de
esto. ―Realmente espero que no lo haga―. Y en cualquier momento,
puedes decir tu palabra segura y el juego termina.
Ella palidece y sus ojos color avellana se vuelven un poco vidriosos.
―¿Juego?
―La escena ―corrijo―. Leíste mi perfil antes de firmar el contrato,
¿verdad?
―Sí.
―¿Todo?
―Sí.
―¿Y todo el contrato?
―Sí.
Bien.
―Entonces sabes que me gusta hacer que mi sumisa venga. También
me gusta perseguirte y sujetarte. Marcarte con mordidas y arañazos. Me
gusta ser extremadamente físico y cuanto más juegues conmigo y cuanto
más te defiendas o más rápido corras, más duro querré follarte.
Realmente necesito una lección sobre cómo hablar con las mujeres
porque probablemente no sea así. Ella acaba de bajar de un momento
vulnerable y entré directamente a hablar sobre perseguirla, inmovilizarla
y follarla. Alguien debería castrarme.
―Cupcake ―dice. Debo parecer confundido porque continúa―: Mi
palabra segura es Cupcake.
Mi sonrisa casi divide mi cara.
―Cupcake será.
Suelta un suspiro tembloroso, pero al menos está sonriendo de nuevo.
―¿Cuál es la tuya?
Bendita sea su alma.
―Usaré Cupcake también, solo para mantenerlo simple. ―Nunca en
mi vida he tenido que usar una palabra segura para mí.
―Okey. ―Su ceño se frunce―. ¿Y en el momento en que uno de los dos
lo diga, todo se detiene?
―Inmediatamente. ―Me doy cuenta de que está pendiente de mi
respuesta como una maldita oración, y eso no me sienta bien. Tengo la
sensación de que el Señor Coercitivo hizo cosas que no debería haber
hecho con mi chica―. Usa la palabra en el instante en que empieces a
sentirte incómoda o ansiosa por lo que estamos haciendo, o si tienes dolor
o tienes miedo. ―Espero a que asienta de nuevo―. Nos detendremos y
repasaremos cuál es el problema y si hay una manera de solucionarlo, está
bien. Si no, detenemos la escena y se acabó.
Su rostro está rojo y los ojos redondos como si hubiera dicho algo que
no quiere escuchar.
―El final de la escena, Mak, no de nuestra sociedad. A menos, por
supuesto, que tú también quieras eso, pero no habrá resentimientos de mi
parte si usas la palabra segura. Nunca. Es importante y debe usarse. Todo
el mundo tiene un límite y si no sabes cuál es ese límite, entonces es aún
más importante decir “cupcake” si algo te molesta.
Se muerde el labio inferior y una vez más, siento que estoy diciendo las
cosas en el orden equivocado, pero no puedo evitarlo. Así es como estoy
hecho. Algunos tipos son todos suaves y confiados, te estoy hablando, Trey,
y otros tienen el gen dominante multiplicado por diez que pueden
equilibrar con el humor: *cof, cof* Glitch * cof, cof*, pero yo no tengo esas
cosas.
Tengo una honestidad brutal.
Mak ve el fuego crepitante por un momento. Le doy un poco de espacio
y retrocedo, ocupándome en agregar más leña a la pequeña chimenea.
Esta casa antigua tiene mucho encanto, pero también es difícil mantenerse
cómodo. Es demasiado fría en invierno, demasiado calurosa en verano.
Aún así, mis pisos de madera son originales de la casa y también lo son
las vigas sobre nosotros en la sala de estar. Amo mi hogar, pero en este
momento quiero aire fresco.
Y quiero quitarle la ropa a Mak y follarla contra cada superficie que
pueda alcanzar.
A veces soy un animal. Con ella en mi espacio, voy a ser un animal la
mayoría de las veces.
Espero que pueda manejarme. Dándole la espalda, me imagino que
debería establecer más reglas básicas.
―¿Cuánto tiempo llevas en el juego primal, Mak?
―Un poco de tiempo ahora. ―Se arrastró detrás de mí sin que me diera
cuenta. Sus manos están heladas cuando pasa los dedos por los músculos
de mis brazos―. Sentí tus ojos sobre mí en el club. Seguí tratando de
atraparte mirándome y no pude, pero sé que me estabas viendo.
Estoy inmóvil como una piedra.
―Tampoco te vi ni te escuché sigilosamente detrás de nosotras cuando
me invitaste a bailar.
Trago saliva.
―Pero nunca me sentí más aliviada de tenerte detrás de mí de esa
manera.
No puedo sentir mis pies.
―Eres un tipo grande. ―Pasa sus manos por mi pecho y mis
inseguridades intentan hacer trizas mi confianza―. Eso es muy excitante,
Carson.
Me giro para verla.
―No me parezco en nada a tu ex.
Mierda, ¿por qué tenía que decir eso?
―Me alegro, porque era un marica. ―Mak raspa sus uñas a través de
mis pectorales―. Espero que seas una bestia.
¿Eso espera?
―Soy un maldito animal cuando quiero serlo, Mak. ―Y una parte de
mí está preocupada de que ella no pueda manejarlo.
―¿Quieres ser un animal en este momento, Carson? ―Ladea la cabeza
como un gato estudiando a un ratón.
¿Cómo diablos me convertí en el ratón?
―¿Tú quieres que sea un animal?
―De lo contrario, no habría firmado ese contrato.
Cierto, pero eso fue antes de que me viera en persona. Antes de que ella
me besara. Antes de que ella me tocara.
Hablando de eso, no puedo creer que no haya sentido náuseas con sus
manos sobre mí de esta manera. Por lo general, tengo que luchar para
dejar que una mujer me toque sin que yo se lo pida, pero los dedos de
Mak no tienen límites y me encuentro deseando que continúe.
Me acerco y me alzo sobre ella, es una cosa pequeñita. Tal vez un metro
sesenta en esas botas. Mido el metro noventa y cinco y la diferencia de
altura se siente mucho mayor considerando que peso fácilmente sesenta
kilos más que ella, y eso es ser conservador.
―Me gusta un hombre que puede hacer todo lo posible ―me dice―.
Quiero a alguien que pueda derribarme e inmovilizarme… que pueda
aplastarme si quisiera, pero no lo hará.
Ese soy yo, soy ese chico.
―Quiero a alguien que pueda saciarme de miedo y lujuria al mismo
tiempo, que me mantiene a salvo y eleva mi adrenalina al mismo tiempo.
―Pasa su mano por mi garganta y envuelve sus pequeños y delicados
dedos alrededor de mi cuello―. Quiero a alguien que me muestre cómo
vivir salvajemente. ―Vuelve a inclinar la cabeza hacia un lado―. ¿Tú eres
ese alguien, Carson?
Mi polla está tan jodidamente dura que no puedo moverme.
―Respóndeme, porque si es así, nos vamos a divertir mucho juntos. Si
es un no, me iré ahora. Sin daño, no hay falta.
Rápidamente quito su mano de mi garganta y doy un paso adelante y
da un paso atrás con la boca entreabierta como si fuera a chillar. Acecho
tras ella mientras sigue moviéndose hacia atrás hasta que su trasero
golpea la puerta de mi casa.
Un gruñido se escapa de mis labios.
―¿Estás segura de esto, Mak?
―Sí. ―Sus pupilas son enormes. Todavía hay cosas que tenemos que
exponer, pero que me condenen si voy a dejar que este momento se me
escape de las manos porque quiero seguir las reglas y hacer las cosas como
siempre las he hecho.
―Última oportunidad ―le advierto, presionando mis palmas contra la
puerta, enjaulándola.
―Quiero esto, Carson. Te quiero a ti.
―¿Desnudo o cubierto? ―Estoy sorprendido de tener las células
cerebrales para hacer esta conversación. Toda mi sangre se ha ido a mi
polla dura como una roca.
―¿Qué?
Agarro mi polla y empujo mi ingle hacia adelante.
―¿Te voy a follar al natural o no, Mak?
―Ummm. ¿Sí?
―¿Eso es una pregunta o una respuesta?
―Ambas.
Doy un paso atrás. Normalmente le mordería el cuello y acariciaría
todas las partes bonitas de su cuerpo por las que quisiera correrme, pero
ella ha sido obligada antes a hacer cosas que no quería hacer, y que me
condenen si la pongo en una posición en la que no puede pensar lo
suficientemente bien como para responder honestamente.
―Ven conmigo. ―Agarrando su mano, toda la tensión que nos unía
con fuerza a nuestro alrededor se libera. La llevo a la cocina y nos sirvo
un vaso de agua―. Siéntate.
Se deja caer en la silla y se ve un poco molesta y confundida.
Le entrego un vaso de agua.
―Bebe.
Mak me lo arrebata de la mano y lo toma, luego golpea el vaso vacío
sobre la mesa y se recuesta en su silla con los brazos cruzados. Con el ceño
fruncido y la boca hacia abajo, se queja:
―¿Quieres que ladre como un perro a continuación?
Eso me hace sonreír. Su sarcasmo le costará más tarde.
―Necesito que pienses con claridad. Lo que acaba de pasar fue mi
culpa. Me adelanté. Primero necesitamos parámetros.
Si iba a discrepar sobre quién tenía la culpa, se detiene y eso me alegra.
Dos cosas están revestidas de hierro en esta dinámica: una, yo soy el
dominante. Dos, ella tiene todo el poder.
Necesito asegurarme de que estamos en la misma sintonía antes de
soltarnos el uno al otro.
―Según los requisitos de K!nkLink, ambos hemos sido verificados y
estamos limpios. ―Bebo mi agua―. Me siento perfectamente cómodo
permitiéndote decidir si puedo follarte al natural o con un condón, y
nuevamente, esta preferencia puede cambiar en cualquier momento.
Ella solo me ve fijamente.
―Necesito tu respuesta antes de continuar.
―Yo… ―Ella juega con sus dedos.
Sé que la estoy poniendo nerviosa, pero por una vez está bien. Esto es
importante, y ella necesita tomar todo lo que digo en serio.
―No tienes que responderme ahora, pero no pasará nada entre
nosotros hasta que se establezcan los límites. Me disculpo por mi
comportamiento en la sala de estar, es solo que… ―Aquí viene mi brutal
honestidad y transparencia de nuevo―. He estado pensando en follarte
durante las últimas veinticuatro horas y ahora que te tengo en mi casa, no
quiero nada más que desnudarte y adorar cada centímetro de tu cuerpo.
No debería haber llevado las cosas tan lejos como lo hice en la sala de estar
antes de establecer límites claros y por eso, lo siento.
Sus cejas se juntan y su boca se abre.
―Hasta que estemos en la misma página, no te volveré a tocar.
El silencio crece entre nosotros y mis oídos comienzan a sonar. Me
duele el pene porque está perdiendo flujo de sangre en mis jeans, pero
uso ese dolor para concentrarme, es lo menos que puedo hacer ya que casi
me caigo por la borda en la sala de estar hace un momento.
¿Ves? Por eso es importante tener reglas. No puedo creer que rompí
tantas mías esta noche.
Su voz se quiebra un poco cuando dice:
―Al natural.
―¿Por dónde puedo tomarte?
Ella ve su vaso vacío por un momento, luego esos hermosos ojos
avellanas se levantan para encontrarse con mi mirada.
―Por donde quieras.
―¿Qué pasa con el anal?
―Yo... ―Se muerde el labio inferior regordete―. Solo lo probé una vez
y me dolió. No me gustó.
Eso no es un sí o un no. Necesito uno o el otro.
―¿Estás dispuesta a intentarlo de nuevo?
―Sí ―dice sin dudarlo―. Siempre y cuando pueda usar mi palabra
segura si no me gusta.
No lo entiende. Mak todavía no puede comprender el propósito de una
palabra segura si sintió la necesidad de decírmelo.
―Quiero que la uses, Mak. En cualquier punto. En cualquier momento.
No me importa si estoy teniendo un orgasmo dentro de tu coño, tú dices
Cupcake y me retiraré y me detendré al instante.
Sus mejillas se vuelven rosadas de nuevo.
―Okey.
―Okey, ¿qué?
―Quiero sexo anal. Cuando esté lista, te lo pediré.
Ella no me lo va a pedir, me va a rogar.
―Quiero que te corras sobre mí ―continúa―. Me gusta el sexo duro y
desordenado. Juego con semen. Juego de respiración. Quiero que me
muerdas, me hagas moretones y, a veces, me ahogues cuando me obligues
a correrme.
Todo mi cuerpo se bloquea al escuchar sus demandas.
―Puedo hacer todo eso. ―Felizmente―. Pero no te golpearé
violentamente, ese es un límite para mí. ―Si necesita un dolor extremo
para correrse, es posible que no seamos la pareja que creo que somos,
aunque los azotes siempre están en mi lista de cosas que haré.
―No quiero que me golpees, pero, dijiste que me inmovilizarías.
Muérdeme. Quiero marcas tuyas en mi cuerpo, para que al día siguiente
pueda pensar en lo que hicimos.
Dulce madre de la gloria, puedo oler su excitación desde aquí. Mierda.
Respiro por la boca para poder mantener la concentración. El olor del
coño de una mujer me excita mucho, ojalá pudiera bañarme en ese aroma.
El coño es divino.
―Okey. ―Mierda, mi voz es profunda y áspera.
―¿Qué pasa contigo? ―Se recuesta en su silla―. ¿Qué quieres?
Mi mirada se encuentra en la suya.
―Todo lo que estés dispuesta a darme, Mak. ―Me inclino y gruño
como un animal hambriento. Sus pupilas se dilatan y disfruto viendo su
pulso palpitar en su cuello―. Y quiero que corras.
―¿A-ahora?
Gruño de nuevo como respuesta.
Sus mejillas se sonrojan y sus ojos se agrandan mientras una sonrisa se
extiende por su dulce rostro. De repente, Mak se pone de pie tan rápido
que tira su silla, luego, mi hermosa zorra sale de la cocina, atraviesa mi
sala de estar y sale por la puerta principal.
Comienza. El. Juego.
MAK
¡Esto es una locura!
No puedo creer que esté haciendo esto. No puedo creer que estoy
emocionada de estar haciendo esto. Mientras avanzo por el jardín
delantero, no tengo ni idea de a dónde diablos se supone que debo ir. No
hay vecinos que pueda ver. Carson vive al lado de una granja, pero está
tan lejos que apenas puedo distinguir la estructura. Todo lo que puedo
ver son pastos y cercas. Hay un gran cobertizo a mi izquierda, y el bosque
se curva alrededor del otro lado de su propiedad. No tengo ni idea de
cuánto de esta tierra posee.
Y en este momento, no me importa.
Carson se para en la puerta y señala hacia el bosque.
Santa mierda. Realmente haremos esto.
Debo estar loca para estar tan excitada. ¿No debería tener miedo? ¿Estar
preocupada? Es como si mi autoconservación se hubiera apagado porque
realmente todo lo que quiero es que él venga hacia mí, me levante en sus
brazos y me destroce.
Quiero que me arranque la ropa y me sujete y...
¡Mierda, ya viene!
Me conduzco hacia el bosque, aliviada de tener mis botas puestas. Hace
mucho frío y se forman bocanadas blancas a causa de mis respiraciones
pesadas. No puedo ver aquí afuera, está demasiado oscuro, pero algo se
rompe dentro de mi cerebro y me quedo callada. Presionando mi espalda
contra un árbol grande, entrecierro los ojos y veo alrededor para
averiguar a dónde ir a continuación.
La adrenalina corre por mis venas tan rápido que me siento un poco
mareada.
Esto es aterrador y divertido, y no tengo ni idea de cómo manejarlo. No
es nada como lo que leí, es un millón de veces más intenso. Hay un nivel
de peligro en esto del que no sabía. Tal vez ese elemento está aquí porque
realmente no conozco a Carson. Tal vez sea porque esta es la primera vez
que me persigue un Dom primal real.
Tal vez sea porque esto es un error, y debería correr hacia mi auto y
salir corriendo de aquí porque ¿y si Carson es un asesino que se hace pasar
por Dom y toma fotografías de sus víctimas en su estudio boudoir como
recuerdo antes de matarlas y esconderlas en su sótano como una
verdadera colección Zombie Tramp?
Contrólate, Mak. Cierro los ojos con fuerza y respiro. Tengo una palabra
segura, la usaré si tengo que hacerlo.
Llámame imprudente, pero confío en Carson. Parece tan abierto y
transparente, y se está tomando esta “situación” muy en serio. Puedo
decir que no es solo una fantasía para él, sino un verdadero estilo de vida.
Yo soy la que está aprendiendo sobre la marcha aquí.
Los pasos crujen contra las hojas caídas mientras se dirige hacia donde
me estoy escondiendo, pero en lugar de quedarme quieta, me lanzo entre
los árboles, esto es estimulante. Antes de llegar a otro escondite, me doy
cuenta de que quiero que me atrape, quiero ponérselo fácil, pero no
demasiado fácil.
Desafortunadamente, estoy tan absorta en mi cabeza que no lo escucho
llegar hasta que es demasiado tarde.
―¡Mierda! ―Tropiezo con una rama caída, mis brazos giran como un
molinete mientras sigo corriendo en dirección a un claro. Creo que debo
haber hecho un gran círculo en el bosque porque veo la parte trasera de
la casa de Carson y la luz de la terraza.
Lo siento antes de verlo.
Me agarra de la cintura y me levanta. Pensé que me derribaría, que es
para lo que me he preparado, pero cuando mis piernas se elevan en el aire
y el cielo gira, veo que hice una suposición equivocada. Carson me da la
vuelta y me golpea contra un árbol, no demasiado fuerte, pero tampoco
suavemente, y ambos jadeamos.
―¿Cuál es tu palabra de seguridad, Mak?
Su voz es áspera y profunda. Las fantasías de cambiaformas comienzan
a dispararse en mi imaginación y mi coño se aprieta.
―Cupcake.
―Buena chica. ―Empuja su rodilla entre mis piernas y sujeta mis
brazos por encima de mi cabeza―. Esto se detiene cuando tú quieras. Solo
di la palabra.
Cierro la boca con fuerza porque no hay forma de que la diga. No
quiero que esto pare. Nunca he estado tan excitada en mi vida y apenas
hemos hecho una maldita cosa todavía.
Carson besa la columna de mi garganta, alternando entre lamidos y
mordiscos y el calor inunda mi coño. Quiero pasar mis dedos por su
espeso cabello negro. Quiero presionar su cabeza contra mi coño, pero
cuando trato de soltarme de su agarre, más se aprieta en mis muñecas.
Mi adrenalina se dispara de nuevo.
Carson es fuerte, estoy a su merced.
Entonces, ¿por qué siento que soy yo quien tiene todo el poder?
Poniendo a prueba nuestros límites, levanto la rodilla y lo pateo a
medias, él retrocede lo suficiente para aflojar su agarre y darme un
respiro.
―Otra vez ―ordena.
Lo pateo un poco más fuerte esta vez y él retrocede unos pasos más.
Hay una fracción de segundo en la que dudo y luego corro de nuevo, esta
vez a través del césped.
Carson está justo detrás de mí en cuestión de segundos y me derriba
esta vez, solo que suaviza la caída girando, así que aterrizo encima de él.
Sus brazos son grandes y musculosos, enjaulándome mientras rodamos
por la hierba helada. Aterrizo en el fondo, sin aliento y sonriendo mientras
Carson evita aplastarme.
Su peso se presiona contra mi cuerpo de una manera deliciosa. Podría
escaparme debajo de él si quisiera. Me está dando todas las oportunidades
para alejarme de él, pero nunca lo haría.
A la mierda con eso.
Envuelvo mis brazos alrededor de su cuello y me levanto para aplastar
mi boca contra la suya. La sangre bombea ruidosamente en mis oídos.
Estoy temblando y no puedo decir si es la emoción de este momento o las
temperaturas heladas de la noche.
Me siento mareada de nuevo.
Carson pasa su mano por mi cabello, sosteniéndose con su otro brazo,
y presiona su ingle contra la mía. Él está tan duro que quiero sentirlo
dentro de mí. Rompiendo nuestro beso primero, muerde mi cuello un
poco más fuerte que antes.
―Fóllame ―le suplico.
Carson gruñe contra mi oído antes de morderme el lóbulo, y el escozor
de sus dientes hace que la electricidad corra por mis extremidades.
―No esta vez ―dice en voz baja y grave.
El rechazo hace que se me caiga el estómago.
―¿Sabes por qué el lobo feroz es el verdadero héroe, Mak? ―Me
desabrocha el cierre y me baja los jeans―. Es porque puede escucharte
mejor… ―Se agacha y besa mi vientre―. Verte mejor... ―Agarra mis
bragas con los dientes y las tira hacia abajo sobre mis muslos―, y comerte
mejor.
Estoy recostada en el suelo helado con los talones de mis botas
clavándose en la espalda de este hombre y mis malditos jeans están
bajados alrededor de mis tobillos. Siento que he atrapado a Carson entre
mis piernas y...
―Santa mierda. ―Mis manos inmediatamente agarran su cabeza para
mantenerlo justo donde está.
Su lengua debería tener una etiqueta de advertencia. Tacha eso, todo
este hombre debería venir con una etiqueta de advertencia: Te romperá y
te hará rogarle que lo haga de nuevo.
Mis ojos se cierran cuando chupa mi clítoris y empuja un dedo dentro
de mí. Me siento hinchada y empapada y súper sensible y mareada. Él me
folla con su dedo y chupa mi clítoris con la presión suficiente para
hacerme girar en espiral hacia un orgasmo que se acerca rápidamente y
que me atraviesa con tanta fuerza que veo estrellas.
―Qué buena chica ―dice entre mis muslos.
Me quedo boquiabierta cuando frota su rostro por todo mi coño
resbaladizo. Estoy hablando de que este hombre literalmente unta mi
excitación en toda su boca, barbilla y mejillas, luego desliza la punta de
su nariz arriba y abajo de la abertura de mi coño antes de chasquear mi
clítoris con su lengua otra vez.
―Santa mierda ―me quejo. Esto es salvaje. Intento alejarme para poder
tener un segundo para recuperarme, pero Carson agarra mis caderas y me
mantiene en el lugar.
―Dame más de tu excitación. ― Me empuja hacia adelante e inclina
mis nalgas hasta que mis piernas se enredan en el aire, mis rodillas se
abren y mi trasero y mi coño quedan a la vista.
Es vulgar y vulnerable y estoy aquí para eso.
Carson ahueca mis nalgas y me inclina hacia arriba para poder lamer
mi coño de nuevo, y mientras causa estragos en mi cuerpo, trato de
averiguar cómo diablos llegué a este lugar.
Dios bendiga a K!nkLink. Compraré acciones en esa aplicación.
Comienza a tocarme de nuevo, y esta vez se siente más profundo, más
agresivo. Aguantando la respiración, presto atención a todas las
sensaciones que recorren mi cuerpo: la opresión en mi vientre, cómo se
flexionan los músculos de mis pantorrillas, la forma en que el suelo frío y
duro me muerde la espalda, el frío en las mejillas, el segundo dedo que
me está empujando, la forma en que mi corazón late, la sensación de sus
dientes rozando mi clítoris. Las sensaciones se acumulan y la presión
crece.
―Oh, mierda, oh, mierda, oh, mi…
Me corro de nuevo, un millón de veces más fuerte esta vez. Con los
talones contra su espalda, me arqueo y me empujo hacia arriba hasta que
mi trasero se escapa de sus manos. Siento que estoy flotando. Carson sella
su boca sobre mi clítoris de nuevo y arrastra su lengua caliente por todo
mi coño, como si recogiera cada gota de placer que me acaba de exprimir.
Nunca me había sentido tan libre en mi vida.
―Eso es. ―Carson me lame de nuevo―. Dame todo lo que tienes.
Metiendo sus dedos dentro de mí más duro y rápido, ya no puedo ver
con claridad. Los puntos bailan en mi visión y siento un poco de náuseas.
Es confuso y estimulante, pero no me gusta.
―Cupcake.
Carson se aleja instantáneamente y amortigua mi trasero con sus manos
mientras bajo en el suelo, luego se desenreda de mis piernas y se sienta en
cuclillas para darme espacio.
―Buena chica ―dice con una sonrisa.
No me siento bien, siento que acabo de arruinar todo esto y ahora no
quiero estar aquí y estoy confundida y necesito irme. Subiéndome los
pantalones, se me hace un nudo en la garganta y me duele tragar.
―Háblame, Mak.
Carson no se acerca a mí, y eso también lo odio.
―Yo… ―Las lágrimas brotan de mis ojos y no puedo entender mis
acciones en absoluto.
―Te tengo ―dice, alzándome―. Lo hiciste muy bien, Mak. Estoy tan
jodidamente orgulloso de ti.
―Pero eso no tiene sentido ―le digo mientras me lleva a su terraza y
de vuelta a la casa. La puerta corrediza de vidrio se cierra de golpe detrás
de nosotros y me siento culpable y no sé por qué―. Acabo de arruinar
toda la escena.
―No arruinaste nada, pequeña zorra. Hiciste exactamente lo que
deberías haber hecho. ―Me deja en su sofá y se deja caer frente a mí.
Frotando sus grandes palmas sobre mis muslos, su sonrisa es cálida y
genuina―. Confías en mí lo suficiente como para dejarme jugar contigo.
También usaste tu palabra segura cuando sentiste que debías hacerlo.
Gracias.
¿Por qué me está agradeciendo?
Me limpio las lágrimas, sintiéndome estúpida por actuar así.
―Siento que debería ser yo quien te da las gracias. Yo... ―Las
emociones me invaden y ninguna de ellas tiene sentido―. Nunca me
había corrido así en mi vida. Nunca había sentido tanto a la vez.
Carson asiente, como si entendiera lo que estoy diciendo.
―A veces las emociones pueden asaltarte sigilosamente, especialmente
si estás en un espacio mental diferente.
―¿Por qué estoy llorando así? Me siento confundida y extraña. ―Y
tonta porque, mierda, nunca querrá volver a jugar conmigo si actúo así.
Soy un caso perdido.
―Creo que estás teniendo una caída3. ―Se frota la nuca―. Voy a traerte
un poco de agua y bocadillos, ¿de acuerdo? Vuelvo enseguida.
Asiento porque ¿qué más se supone que debo hacer?
Sale disparado a la cocina y regresa menos de un minuto después con
una botella de agua, una bolsa de papas fritas y algunas galletas.
―Ten. ―Me los entrega―. Déjame ponerte cómoda primero. ―Tomo
los bocadillos y luego, de repente, me pone una manta sobre los hombros
y otra sobre mi regazo―. ¿Mejor?

3
Es un bajón emocional y físico. El término específico sub-drop proviene de la comunidad kink, porque
normalmente lo experimentan las personas sumisas después de una escena intensa.
Su tono es suave y gentil, y no puedo creer que esto esté sucediendo.
Nunca me he dejado caer antes, no creo que entienda lo que es incluso.
No es nada como lo que he experimentado con otros amantes.
―Sí, gracias. ―Mi estómago se retuerce cuando se aleja para atizar el
fuego que se ha extinguido―. ¿Puedes sentarte conmigo?
―Absolutamente. ―Arroja otro leño a las llamas, luego se limpia las
manos en los jeans antes de relajarse en el sofá a mi lado―. ¿Quieres ver
la televisión?
―No. ―Tal vez debería haber dicho que sí, pero mi respuesta salió
volando automática y realmente no quiero ver nada. El temor se asienta
en mi vientre―. ¿Puedes explicarme por qué estoy actuando así?
―Tu cuerpo ha liberado una tonelada de endorfinas y adrenalina. Las
endorfinas te hacen sentir eufórica mientras que la adrenalina mantiene
tu cuerpo en movimiento a través de la escena. Cuando esas cosas
abandonan tu sistema rápidamente, tienes un bajón o caída. A veces, los
químicos te hacen pasar de feliz a triste y solitaria. Es diferente para todos.
―¿Alguna vez te has sentido así?
―He experimentado la caída de Dom unas cuantas veces. No lo vi venir
para ser honesto, y mi pareja y yo no estábamos preparados para eso. ―Se
pasa las manos por el cabello como si estuviera un poco agitado―. Fue
un error de novato en ese entonces, y no puedo creer que lo hice de nuevo
ahora.
¿Cree que soy un error? Excelente.
―Lo siento mucho, Mak. ―Sacude la cabeza y sus grandes ojos
marrones se clavan en los míos―. Debería haberlo hecho mejor esta
noche. No estoy seguro de dónde la cagué.
―No eres tú, soy yo.
―No, Mak. Como tu Dom, debería haber…
Mi confesión sale de mi boca tan rápido que es una sola palabra.
―Nunca-he-hecho-nada-de-esto-antes.
El aire sale disparado de él. Su pecho cae y sus hombros se desploman
mientras una mezcla de decepción e ira tuerce su rostro con el ceño
fruncido.
―¿Mentiste en tu perfil?
―Mi nombre es Pricurious. Repasamos eso. Tengo curiosidad al
respecto.
Se gira para verme completamente.
―Pero tu perfil enumeraba que tu mayor perversión era la primal.
Cuando hablamos en el chat, incluso te pedí que lo verificaras. Dijiste que
te gustaba lo primal y que tenías curiosidad. ―Se frota el rostro y
pronuncia un largo torrente de malas palabras en sus palmas―- Mierda,
Mak.
En lugar de regañarme, gritarme o echarme como esperaba, Carson me
coloca en su regazo y me abraza.
―Lo siento ―susurro―. Probablemente pienses que te mentí o engañé,
pero no fue así. Me gusta lo primal, simplemente no he tenido la
oportunidad de experimentarlo realmente hasta esta noche.
Su tono es cortante.
―Entré en esto pensando que era posible que no tuvieras mucha
experiencia, pero no pensé que no tuvieras ninguna. Si lo hubiera sabido,
habría sido mucho más cuidadoso contigo.
―Fuiste cuidadoso conmigo. ―Mucho más de lo que esperaba―. Me
encantó.
Y no puedo creer que lo terminé tan rápido. Carson ni siquiera llegó a
correrse. Ni siquiera llegó a quitarse la camisa, por el amor de Dios.
―Si hubieras sido abierta y honesta conmigo, Mak, habríamos
comenzado esta dinámica de una manera diferente. Yo habría jugado
contigo primero. Mordido y luchado, besado y agarrado.
―Hiciste todo eso.
―Sí, después de atravesar el bosque detrás de ti.
Lo dice como si fuera un error y no estoy de acuerdo.
―Me encantó todo. Ya no soy Pricurious, evolucioné a Pri-gran-fan-de-
WolfByte.
No se ríe de mi mal chiste. Me siento muy mal por hacerle creer que
podría mantener su nivel de experiencia tan pronto.
―Lo siento.
―Tenemos que ser siempre abiertos y honestos. ¿Me entiendes?
―Sí. ―Es mi culpa por no aclararlo antes, pero si lo hubiera hecho, se
habría contenido, y no quería que eso sucediera―. Si hubiera sido sincera
y dijera que no tenía experiencia, me habrías hecho pensar demasiado en
mis opciones.
―Tener cuidado es importante, está bien cuestionar tus elecciones,
Mak.
―No para mí, no lo es. Me excluyo de todo y luego me arrepiento. No
estoy dispuesta a hacer eso conmigo y contigo. Quiero que sea
completamente salvaje, o nada en absoluto.
Mientras el silencio se extiende entre nosotros, me acurruco contra su
pecho y nos relajamos el uno con el otro.
Enterrando su rostro en el hueco de mi cuello, su aliento me hace
cosquillas en la clavícula cuando dice suavemente:
―Me diste un regalo muy valioso esta noche, Mak. ―Se aleja cuando
lo veo y me quita el cabello del rostro―. Me confiaste tu primera vez.
Gracias.
Estoy empezando a entender exactamente cuán importante es la
honestidad abierta para esta dinámica.
―Gracias por hacerlo espectacular.
Me abraza más fuerte.
―Iremos más despacio la próxima vez, ¿okey? Y voy a necesitar saber
las formas en que prefieres que te brinde el mejor cuidado posterior.
―Esto es bastante agradable. ―Descanso mi mejilla en su hombro―.
Las galletas también están bien.
Agarra el paquete de galletas de donde están.
―Ten. ―Abre la tapa y me ofrece una. La tomo con los dientes y me
meto toda la galleta en la boca de golpe. Sus cejas se levantan―. Eso es
impresionante.
Mientras mastico mi galleta, me siento un poco mejor. Tal vez es la
forma en que me está sosteniendo. Tal vez sea el azúcar. Tal vez
finalmente me estoy entendiendo un poco más.
―¿Carson?
―¿Sí?
―No quiero ir más lento. ―Presiono mis labios contra los suyos y jalo
su camisa.
CARSON
Esto es una locura, sigo rompiendo todas mis malditas reglas y no va a
terminar bien entre Mak y yo si no me controlo y lo hago mejor que esto.
Ya me he equivocado innumerables veces.
Pero se siente bien no ser rígido por una vez, y cuando pasa sus uñas
por mi pecho, me encanta cómo mi cuerpo estalla con piel de gallina y mis
pezones se endurecen. Mi pene es como un tubo de acero en mis jeans,
incluso después de todo esto, todavía estoy duro y listo para follar.
Eso me hace sentir culpable por razones que no puedo explicar.
Debería haber investigado más a Mak antes de traerla aquí. Debería
haberme asegurado de que ambos entendiéramos qué escena sucedería
primero antes de comenzar, pero es su culpa no haber sido abierta
conmigo y tan honesta como debería haber sido sobre su nivel de
experiencia.
Ahora ella lo sabe.
Espero que haya aprendido la lección porque no quiero enseñarle otra.
Esta noche realmente me ha sacudido hasta la médula. Una parte de mí
quiere enseñarle todo sobre la perversión primal para que pueda salir al
mundo y vivir lo mejor posible. Otra parte de mí quiere quedármela para
mí y mimarla antes y después de que la persiga y la folle hasta dejarla sin
sentido.
Pero una parte más grande de mí desconfía de en lo que esto podría
convertirse.
Sé que firmamos un contrato. Sé que esto es solo una sociedad. Sé que
es temporal.
Pero no se siente así.
Se siente real. Se siente vivo, cálido, palpitante y predestinado, lo cual
es absurdo. El amor no está en las cartas para mí, esto es solo una fase.
Estoy pasando por algo; Simplemente no puedo decir lo que es, y voy a
llevar a Mak en este viaje conmigo porque que me condenen si la voy a
soltar y dejar que alguien más disfrute de su dulce boca, sus manos
codiciosas o su divino coño.
Su aroma permanece en mi boca, nariz, barbilla y mejillas. Puedo olerla
cada vez que respiro.
Y ahora me está quitando la camisa y diciéndome que no quiere ir
despacio.
¿Qué demonios se supone que debo hacer con eso?
No esto.
No es lo que estoy haciendo ahora.
Me incorporo para que ella pueda quitarme la camisa por completo. No
tengo abdominales de seis paquetes como los modelos en las portadas de
los libros en mi estantería, no tengo una cintura pequeña con ese músculo
en forma de V que hace que las mujeres echen espuma por la boca. Soy
fuerte y sólido como un tanque con mucho colchón extra.
Pasa sus manos por mi torso y yo agarro su muñeca cuando se acerca
demasiado a mis rollitos y mi mandíbula se aprieta. Hay una pregunta en
sus ojos que no voy a responder. Hablando de ser hipócrita. Le acabo de
sermonear sobre la honestidad abierta y aquí estoy, escondiendo mis
propios demonios.
Mis inseguridades han rugido a la vida, y me siento atrapado y a su
merced. Sentirme vulnerable apesta, pero es algo en lo que siempre estoy
trabajando activamente. Por eso suelto su muñeca y me inclino hacia atrás
para que pueda verme bien.
Estar en exhibición me vuelve vicioso.
―No me parezco en nada a tu ex.
Su mirada se cruza con la mía y siento que sus ojos color avellana me
tragan por completo.
―Realmente espero que eso sea cierto ―susurra.
En lugar de lanzar preguntas para profundizar en ese comentario, lo
dejo pasar por ahora. Hemos estado en un terreno extraño y rocoso y
odiaría joder esto más de lo que ya lo he hecho.
La química entre nosotros se siente natural y su toque en mi cuerpo
también. No me estremezco ni retrocedo cuando vuelve a pasarme las
manos por todo el cuerpo. De hecho, lo busco, lo quiero.
Lo deseo.
Nunca he sido el expuesto antes. No puedo decir si me gusta o no, pero
el lenguaje corporal de Mak me dice todo lo que necesito saber. Es curiosa
y está excitada, y eso es todo gracias a mí.
Ella me desea a mí.
No solo la emoción de la persecución o la promesa de una buena y dura
follada.
A mí.
Hay un dolor en mi pecho, una advertencia de que estoy en tantos
jodidos problemas. Luchando por un poco de control, paso mis manos
por su espalda y enrollo su largo cabello alrededor de mi palma,
enredándolo en mis dedos para darle un tirón. Su sonrisa es más brillante
que el sol, el calor inunda mi sistema, derritiendo mi resolución helada.
Las escenas vienen con intimidad y exposición, pero siguen siendo solo
escenas. Un capítulo en un libro. Una fantasía ambientada en la realidad.
Es una burbuja que finalmente explota, y yo siempre soy el que está a
cargo.
Pero esto se siente diferente, ninguna palabra segura me salvará de los
sentimientos que se arrastran para oscurecer mis pensamientos. Ninguna
persecución por el bosque expulsará este tipo de energía de mi cuerpo.
Asustado, hago mi movimiento, aplastando mis labios contra los suyos,
agarro su trasero y la levanto para poder ponerme de pie y liberarme de
su jaula. Excepto que, en lugar de bajarla y alejarme como planeo, gimo
en su boca mientras envuelve sus piernas alrededor de mí con más fuerza.
Ella me quiere.
Esas tres palabras suenan irreales en mi cabeza.
Ella no te quiere. Ella quiere la emoción. Esto es nuevo y emocionante y ella te
está usando para experimentar, como todas los demás, eso es todo. Esto es solo
fingir. Es solo temporal.
Mi corazón se quiebra.
Mak se aparta lo suficiente para decir:
―Eres tan condenadamente sexy, Carson.
Casi la dejo caer. Si no fuera por el olor de su excitación que todavía
está atrapado en mi nariz desde antes, creo que la habría echado de mi
casa por decir eso.
En vez de eso, mis manos se vuelven hambrientas por tocarla. Ya no
tengo que aferrarme a ella porque Mak se aferra a mí como si fuera parte
de mi caja torácica, manteniendo mi corazón encerrado dentro. Sus
pequeños ruidos y su aroma embriagador me calientan la sangre.
Raspando mis uñas cortas por su espalda, le gruño. Ella es tan pequeña
comparada conmigo, nunca había estado con alguien de su tamaño, me
hace aún más consciente de lo grande que soy.
Y cuán cuidadoso debo ser.
Ella es hermosa y preciosa, y quiero devorarla. No me importa que
probablemente me esté usando para explorar sus límites, no me importa
que eventualmente me deje echo polvo, no me importa que parezca que
no puedo seguir mis propias reglas. No me importa, no me importa, no
me importa una mierda.
Deseo tanto a esta mujer que podría gritar.
―Te deseo. ―Los dos decimos al mismo tiempo.
Es como si esas dos palabras crearan un frenesí entre nosotros.
Comienzo a caminar hacia la escalera para poder llevarla a mi habitación
hasta que dice:
―Aquí. Justo aquí en los escalones.
¿Ella es de verdad?
―Ahora, Carson.
―Sí, señora. ―Nadie me ha deseado lo suficiente como para no estar
dispuesta a esperar otro segundo para tenerme. Cristo, creo que me estoy
sonrojando.
Besándola con fuerza, me recuerdo a mí mismo que todavía está en una
caída. Ella bien podría estar tratando de salir o enmascararlo, pero nadie
sale de una caída con un abrazo y una galleta. Somos nuevos el uno para
el otro, lo que significa que estoy en un territorio desconocido y es mejor
andar con cuidado.
Aún así, no quiero detener esto, aunque sé muy bien que es lo correcto.
Lo que significa que tomaré mis señales de ella y me aseguraré de
prestar atención a cada ruido y movimiento que haga, si siento que está
luchando, detendré todo. Su lenguaje corporal ha sido hasta ahora muy
claro. Quitándole la blusa, me las arreglo para darme la vuelta y sentarme
en los escalones con ella entre mis piernas.
―Eres impresionante, Mak. ―Todo salvaje y excitado, tan listo para
follar, palmeo sus tetas y muerdo sus pezones a través de la tela de su
sostén. No tiene mucho pecho, lo que me gusta. Soy un hombre de culos.
―Quítate los pantalones ―me ordena mientras le rasco la espalda de
nuevo.
―Quítamelos tú misma. ―Muerdo su pezón un poco más fuerte esta
vez, saboreando cómo se le corta el aliento.
Mak empieza a hurgar en la hebilla de mi cinturón y miro hacia abajo
para verla y la vista de mi estómago hace que me congele. Mierda.
Cerrando los ojos con fuerza, odio no poder dejar ir mi pasado lo
suficiente como para disfrutar esto por más de unos segundos. Es ridículo.
Ella me suelta el botón y la cremallera y yo levanto las caderas para
ayudarla, Mak jala mis jeans hacia abajo y me quito las botas para que
pueda quitármelos por completo si quiere. Desliza mis jeans, llevándose
mis bóxers con ellos, y los tira al suelo.
―Santos Sabuesos del Infierno, Batman. ―Su mirada cae en mi polla y
luego vuelve a subir a mi cara―. Lucifer te envió, ¿no?
―¿Disculpa?
―Lucifer tuvo que haberte enviado aquí para destruir mi alma y mi
coño. No puedes convencerme de lo contrario.
―Mejor di tus oraciones entonces. ―Presiono mi palma en la parte
superior de su cabeza―. De rodillas funciona mejor.
Ella baja y abre la boca para tragar la mitad de mi polla por su garganta.
Juro por Dios, que no puedo moverme durante unos sólidos treinta
segundos. Esta mujer chupa la polla como si estuviera tratando de sacar
boba4 de una pajita delgada. Santa mierda. ¿Quién de los dos fue enviado
por Lucifer otra vez? Yo no.
Es ella. Definitivamente ella.
Gracias, Lucifer. Estaré eternamente agradecido por este regalo.
He estado tan excitado toda la noche que no me tomará mucho tiempo
antes de soltar mi carga en su garganta. Ella está sorbiendo y
atragantándose y haciendo todo lo posible y mieeerdaaa voy a correrme.
―Trágame. ―Empujo mis caderas hacia arriba, y ella se atraganta un
poco cuando conduzco más de mí mismo por su garganta. La presión
aumenta en la base de mi columna, y una capa de sudor me cubre el pecho
y la frente. Antes de explotar, jalo su cabeza hacia atrás y mi polla se cae
de su boca con un plop―. Pensándolo bien ―digo, sin aliento―. Sube tu
trasero por esas escaleras para que pueda follarte apropiadamente.
Se limpia la baba de la barbilla con el dorso de la mano.
―Pero dijiste que te tragara.
―Lo harás. ―Me pongo de pie y me hago a un lado para que tenga
acceso al resto de la escalera―. Cuando esté listo para que lo hagas.
Inclinando mi cabeza, en silencio le doy la señal de que avance. Mak
chilla cuando pasa junto a mí, pero no llega muy lejos. Casi me preocupa
que haya cambiado de opinión hasta que veo que se está quitando las

4
perlas de tapioca.
botas y tirándolas por la barandilla. Mientras observo con gran
expectación, ella se desnuda en las escaleras, un poco fuera de mi alcance.
―Listo. ―También tira toda su ropa por la barandilla―. Ahora
estamos a mano.
La alcanzo en segundos, estamos en la cima cuando envuelvo mi brazo
alrededor de su cintura y la mantengo en su lugar. Golpeando la parte
posterior de sus rodillas con las mías, se desmorona en mis brazos, riendo
mientras hago que se ponga a cuatro patas.
―Culo arriba, pequeña zorra. ―Le abofeteo las mejillas antes de
abrirlas.
―Carson, ¿qué estás… ―Gruñe y se inclina hacia adelante―. Santo
cielo.
Le meto la lengua en su dulce coño y mi polla palpita por probarlo. No
puedo contenerme, ni quiero hacerlo. Gruñendo, sostengo sus caderas
con una mano y coloco mi pene contra su entrada con la otra. Está
empapada y huele divino. Presiono la punta gorda de mi pene contra su
coño y empujo adentro una pulgada a la vez.
Ojalá pudiera tomar una foto de lo bonito que se ve su coño envuelto
alrededor de mi polla. No he llegado ni a un tercio del camino cuando mi
mujer diabólica se empuja hacia atrás, obligándome a tocar fondo.
―Mierda, estás apretada. ―Mis rodillas se clavan en los escalones
mientras la follo por detrás. Nuestros cuerpos chocan entre sí y hay un
zumbido en mis oídos.
Ella es tan perfecta. Tan hermosa. Tan divertida y confiada.
―Tú. ―¡Slam!―. Me. ―¡Slam!―. Perteneces. ―¡Slam!―. A.
―¡Slam!―. Mí. ―¡Slam!
―Sí. ―Mak gime mientras su cuerpo se mece hacia adelante y hacia
atrás por mis fuertes embestidas.
Mi ritmo se acelera, y mis bolas se aprietan. Esa hermosa presión
regresa a la base de mi columna y mi corazón se siente como si fuera a
explotar. Mantengo una rodilla en el escalón y llevo el otro pie hasta el
rellano en el que ella está, y mi chica grita cuando la follo en este nuevo
ángulo.
Me detengo.
―¿Demasiado profundo?
―No. ―Mak jadea, mirándome por encima del hombro. Sus mejillas
son de color rosa brillante y sus labios están hinchados―. Solo... dame un
segundo para adaptarme. ―No hago ningún movimiento y espero su
guía. Cuando vuelve a presionarse lentamente contra mí y se balancea
sobre mi eje, estoy totalmente a favor de dejarla tomar la iniciativa. En
poco tiempo, ella está azotándose fuerte y rápido contra mí. Su excitación
cubre mi polla, y mis ojos se ponen en blanco cuando lo huelo.
Las mujeres tienen una fragancia que podría iniciar guerras galácticas,
hace que los hombres como yo se conviertan en animales salvajes.
Sosteniendo sus caderas, empujo más y más fuerte.
―Más ―suplica―. Quiero más duro.
Presiono mi pecho contra su espalda, obligándola a acostarse boca
abajo en la parte superior del rellano.
―¿Qué tal si voy más profundo, pequeña zorra? ―Choco contra ella
desde este nuevo ángulo y araña las tablas del suelo.
No puedo esperar a que me haga eso en la espalda más tarde.
Conmigo encima, me siento más como yo y quiero darle a mi chica la
follada de su vida. Eso no va a suceder en un conjunto de pasos. Saco y
golpeo su trasero, amando cómo se sacude y se vuelve rojo con la huella
de mi mano, está tan mojada que le brillan los muslos.
Dejo escapar un gruñido bajo y largo que atrae su atención hacia mí.
Sus ojos están muy abiertos y la boca entreabierta mientras dejo que el
gruñido se prolongue el mayor tiempo posible. Con mis ojos fijos en los
suyos, empujo un dedo en su coño para reunir su excitación y luego
señalo mi habitación.
―Arrástrate por esa puerta y súbete a mi cama.
Chupo mi dedo limpio mientras observo a Mak obedecerme. No gatea
tanto como se escabulle por la puerta de mi habitación. Qué buena chica.
―Mierda ―dice en el instante en que está ahí.
Sonrío para mis adentros, sabiendo exactamente lo que está viendo.
MAK
¿Morí y fui al cielo BDSM? ¿Existe tal lugar? Si es así, tiene que ser el
dormitorio de Carson.
Lo primero que veo es una cama tamaño king con sábanas negras. Lo
segundo que veo es una pared de látigos. Una pared. Toda una pared de
látigos y fustas y esposas y cosas que nunca he visto antes. La exhibición
parece más arte que juguetes.
―¿Ves algo que te gusta? ―Carson se apoya contra el marco de la
puerta, con sus brazos estirados por encima de él y su polla dura sobresale
directamente hacia mí.
―Sí. ―Mi mirada se arrastra arriba y abajo de su cuerpo―. Te veo a ti.
Puede que sea divertido jugar con estos juguetes otro día, pero ahora
quiero que Carson termine lo que empezó. Quiero que me folle y se corra
en mi boca. De pie, con las piernas temblorosas, me acerco a él. Wow, mi
coño está hinchado, se siente todo inflamado y lo ahueco por instinto.
Las cejas de Carson se hunden.
―¿Estás adolorida?
―Para nada.
Cierra el espacio entre nosotros y con gracia cae de rodillas. Retirando
suavemente mi mano, besa mi coño, sin parecer importarle que no esté
muy bien arreglado. Me hace de repente muy consciente de mí misma.
¿Estaban sus otras sumisas enceradas y perfectamente depiladas, o
naturales, o alguna forma intermedia?
¿Por qué me importa?
―Tu olor me vuelve loco, Mak. ―Carson entierra su rostro en mi coño
y lo lame. Estoy demasiado sensible y me estremezco fuera del alcance de
su lengua. Sin decir una palabra, arquea una ceja mientras me mira, sus
labios están brillantes, y me pregunto a qué sabré en su boca.
Inclinándome, lo beso hasta que los dos estamos salvajes sin sentido
otra vez. Nunca me había sentido tan fuera de control y al mismo tiempo
en control. Creo que, si le pidiera que me consiguiera la luna, lo haría.
También creo que si le pidiera que me diera pastel y me dijera que soy
bonita, lo haría.
Y sé que me follaría hasta que no pudiera moverme si quisiera.
―Di lo que tienes en mente. ―Se pone de pie lentamente, sin romper
nunca el contacto visual conmigo.
―Estoy tratando de averiguar lo que quiero. ―Esa confesión es mucho
más profunda de lo que probablemente aceptará.
―Tómate tu tiempo para decidir, no iré a ninguna parte. ―Ronda a mi
alrededor, arrastrando su toque ligero como una pluma a través de mi
vientre. Una vez detrás de mí, besa la parte de atrás de mi hombro y
presiona su polla contra la parte superior de mi trasero, es como acero
caliente en mi piel.
Mis ojos se cierran cuando él muerde mi cuello y pasa sus manos arriba
y abajo de mi caja torácica. Me siento como una diosa en la palma de un
dios. Confío en este hombre mucho más de lo que debería, considerando
que aún es un extraño para mí. ¿Por qué se siente tan seguro? ¿Tan bueno?
¿Tan perfecto?
Porque es él.
Me ha demostrado más de una vez que yo tengo el poder aquí y me
deja experimentar y explorar a mi propio ritmo. Si tan solo pudiera
reducir la velocidad por un minuto.
Pero no quiero, lo que hicimos afuera fue increíble. Quiero hacerlo otra
vez. Ahora que entiendo lo que pasó y por qué tuve esas emociones
extremas, ya no le tengo miedo.
Me siento como un cable vivo solo de pensar en lo explosivos que
podemos llegar a ser el uno con el otro.
―Parece que acabas de descubrir lo que quieres. ―Carson se pasa una
mano por el cabello y espera.
―Quiero que… ―Estoy saltando de la parte más profunda aquí―.
Quiero que me folles el culo.
Se queda quieto, y veo su nuez de Adán cuando traga.
―¿Segura?
―No lo diría si no lo estuviera. ―Sintiéndome un poco avergonzada,
meto el cabello detrás de las orejas y veo hacia abajo.
Carson no se queda con eso, levanta mi barbilla con su dedo y fija su
mirada en la mía.
―Dime a dónde se fue tu mente.
No quiero, pero lo haré porque le prometí honestidad.
―Me da vergüenza pedirlo.
―¿Por qué?
―A mi última pareja no le gustaban las mismas cosas que a mí. Él...
bueno, a mí me gusta rudo. Quiero sentirme atrapada y ser utilizada. Él…
―¿Por qué lo menciono en un momento como este?―. Dijo que era solo
una fase, que había leído demasiadas novelas románticas y que me había
llenado la cabeza con expectativas poco realistas. Cuando probamos el
anal, dolió, y él siguió diciendo que me estaba dando lo que quería y que
debería doler y luego se enojó conmigo por llorar por eso.
La expresión de Carson se transforma de tranquila, a feroz, a asesina.
Se frota el rostro con ambas manos y se aleja de mí.
No quiero que esto descarrile nuestra noche. No debería haber dicho
nada en absoluto.
―Cars…
―Gracias por decírmelo. ―Se frota las manos en los muslos antes de
girarse para verme de nuevo―. Cualquier negatividad que tengas en
mente sobre el sexo o 'expectativas poco realistas', quiero saberlas, ¿okey?
Siempre. Esta dinámica no funcionará a menos que estemos en la misma
página. Puedo ser capaz de leer tu cuerpo, pero no puedo leer tu mente.
―Me siento terrible al mencionar esto en este momento. ―Viendo
alrededor de su habitación, la culpa me ahoga porque acabo de arruinar
nuestra noche otra vez―. Lo siento mucho.
―No lo hagas.
―Pero esto simplemente nos descarriló.
―No, no lo ha hecho. ―Toma mi mano y la besa―. Vamos por buen
camino, Mak, y hay maneras de hacer que duela menos, y tal vez ni
siquiera duela en absoluto.
Le creo.
―Bien. Porque sigo teniendo muchas ganas de probar esto contigo.
―Mi corazón se desboca alrededor de mi pecho―. Diré Cupcake si es
demasiado. ―Dios sabe que este hombre tiene el control y la precisión de
una máquina. Ha sido capaz de parar en seco más de una vez, incluso
cuando probablemente estaba a segundos de su liberación.
―Si hacemos esto, Mak, sabes que no puedo entrar por tu garganta.
―Lo sé. ―Como si expresar un miedo mío dejara espacio para que más
confianza ocupara su lugar―. Hay más de una forma en que mi cuerpo
puede tragarte.
―Mieeeerda, dices las cosas más perfectas. ―Ahuecando mi mejilla,
me besa lenta, sensualmente, y me calienta y me excita de nuevo. Después
de alejarse, pasa su pulgar por mi boca y gruñe.
Mierda, eso es tan sexy.
―Sube a la cama y acuéstate de lado para mí, pequeña zorra.
Hago lo que me pide, pensando demasiado en cada paso del camino.
Una vez que esté en posición, quiero acurrucarme y morir un poco. Esto
no se siente sexy en absoluto. No puedo creer que solté que quería un anal
así, y no puedo creer que él esté tan dispuesto a darme lo que quiero, sin
importar lo que sea.
Mientras veo la pared de látigos, fustas, esposas y cuerdas, repasando
cada situación en mi cabeza sobre cómo podría ir esto, Carson saca algo
del cajón de su mesita de noche. Cuando se acuesta detrás de mí, escucho
que la parte superior de un contenedor se abre ruidosamente en la
habitación, por lo demás silenciosa. Distrayéndome de lo que estamos a
punto de intentar, sigo viendo su pared de juguetes e imagino cómo sería
ser azotada mientras estoy inmovilizada. Apuesto a que sería bueno. ¿O
sería aterrador?
Dulce mierda, todo esto da miedo. Vuelvo a estar muy metida en esto.
¿En qué estaba pensando? Carson es un Dom profesional y yo soy
demasiado nueva para él. Se va a cansar de mí, es un experto y yo solo
soy una principiante que me hace querer demostrar que puedo hacer
cosas que me dan miedo, y acabaré decepcionándonos a los dos si no voy
más despacio.
La cama se hunde detrás de mí.
Oh, mierda, oh, mierda, oh, mierda.
La polla de este hombre es grande. No exageradamente del tamaño de
un burro, pero lo suficientemente grande como para captar tu atención y
mantenerla durante mucho tiempo. Me duele el coño y apenas follamos.
¿Cómo se sentirá mi trasero una vez que esto termine?
Está bien, tal vez no debería intentar esto. Tal vez debería…
Carson me acurruca y coloca una mano en mi cadera para sostenerme.
Frotando su pulgar a lo largo de mi costado, dice:
―Voy a deslizar mi dedo dentro de ti, ¿okey?
Asiento con la cabeza.
―Usa tus palabras, Mak. No puedo hacer esto hasta que te oiga decir
sí o no.
―Sí. ―Me preparo y contengo la respiración. Un dedo no estará mal.
He hecho eso antes.
―Sentirás algo de presión, pero no debería doler. Si es así, dímelo.
―Okey.
La yema de su dedo presiona contra mi culo y espero que lo meta, pero
no lo hace. En vez de eso frota pequeños círculos, lo que se siente suave,
húmedo y extraño.
―Qué buena chica. ―Besa la parte de atrás de mi hombro―. Así.
Me doy cuenta de que estoy moviendo mi trasero contra su dedo, y
luego lo desliza. La presión no es terrible. De hecho, quiero un poco más.
Inclinando mi cabeza contra él, le digo exactamente eso.
―Más quieres, más obtienes, pero vamos despacio. ―Su dedo se
desliza un poco más profundo, luego lo saca y lo vuelve a meter,
girándolo mientras me abre―. Lo estás haciendo muy bien, Mak.
Su cumplido me hace más audaz.
―Más. Quiero un segundo dedo.
Él muerde mi omóplato y mi coño y mi culo se aprietan. La sensación
me hace gruñir descaradamente.
―Ahora relájate. ―Comienza a sondearme, esta vez con dos dedos―.
Eso es, lo estás haciendo muy bien para mí.
Vamos despacio así hasta que estoy a punto de gritar. Mierda, estoy tan
excitada y sudorosa y mi cabeza está empezando a ponerse un poco
confusa. Oigo que la parte superior del lubricante se abre de nuevo y
parece que esta vez se está chorreando una buena cantidad en la polla.
Hay un poco de agitación y luego me preparo para lo que temo será la
experiencia sexual más dolorosa que he tenido en mi vida hasta la fecha.
―¿Cuál es tu palabra, Mak?
―Cupcake.
―Buena chica. ―Presiona la punta de su polla en mi apretado
agujero―. Cuando estés lista, mécete de nuevo en mí. Esto sucederá a tu
ritmo, no al mío. Me quedaré quieto y dejaré que tú tomes la iniciativa.
Me congelo cuando esas palabras se hunden.
El poder es mío. Todo lo que tengo que hacer es respaldarlo. Okey,
puedo hacerlo.
Moviendo mi trasero contra su pene, el aire sale de mí. Ambos estamos
muy resbaladizos y cuando me presiono contra él un poco más fuerte, la
tensión se siente irreal cuando su cabeza comienza a empujar en mi
agujero fruncido.
―Relajada y lento ―dice con calma―. Tómate tu tiempo.
Me siento zumbando y mareada y asustada. Tragando saliva, aprieto
las sábanas y me muevo un poco más. Sé que si puedo hacer que su cabeza
atraviese el apretado anillo de músculos, tendré la oportunidad de
cumplir otra de mis fantasías.
―Ahora usa esto ―dice, entregándome una cosa circular flexible―. Es
un anillo para el pene con un vibrador encima. ―Presiona el costado y lo
enciende―. Sostenlo contra tu clítoris.
―Okey. ―Estoy demasiado aliviada por la estimulación adicional,
aunque solo sea para distraerme de lo que estoy tratando de hacer.
Me toma más tiempo del que quiero admitir antes de que su cabeza esté
adentro. La mano libre de Carson nunca deja mi cadera. Simplemente
frota círculos lentos a lo largo de mi piel, lo que ofrece calma a mi estado
caótico. Siento que podría correrme si no tuviera esta gran polla a la mitad
de mí.
Quiero más. Lo quiero todo, maldita sea.
Empujándome contra él, Carson se desliza más profundamente dentro
de mí. Sacando una pizca, presiono de nuevo y repito esto una y otra y
otra vez. Se siente bien, realmente jodidamente bien. Entre mi culo siendo
llenado y la vibración en mi clítoris, ya estoy cerca de tener un orgasmo.
Empujando hacia atrás una última vez, finalmente toca fondo.
―Lo hice. ―No puedo creer que esté orgullosa de mí misma por esto,
pero lo estoy.
―Buena chica. ―Mantiene las manos donde están―. Ahora fóllame
hasta que estés lista para que yo te folle.
Manteniendo una mano en el vibrador contra mi clítoris, finalmente
suelto las sábanas que había estado apretando y dejo escapar un largo
suspiro.
―Te sientes tan bien ―susurro.
―Tú también.
Lentamente lo follo en esta incómoda posición hacia atrás y hacia los
lados hasta que la presión aumenta en mi coño. Deseosa de perseguir mi
liberación, me agacho y me toco mientras me balanceo sobre Carson y
todavía logro mantener el vibrador fuerte. Cuando me corro, mis paredes
internas tienen espasmos y su pene en mi culo se siente aún más grande
cuando mi cuerpo lo aprieta. El sudor me corre por las sienes y la espalda.
El calor de nuestro cuerpo podría derretir el hierro.
―Estoy lista para que me folles ahora.
―¿Segura?
―Sí. ―Mi corazón está a punto de salirse de mi pecho. Estoy tan
excitada que siento que estoy flotando de nuevo―. Sí, sí, sí.
Carson está profundamente dentro de mí cuando nos da la vuelta, así
que estoy boca abajo.
―Levanta tu dulce culo para mí.
Presiono mis rodillas y levanto mi trasero tanto como puedo. Los
antebrazos de Carson sujetan mis hombros, y sus puños se clavan en el
colchón junto a mi rostro. Me siento contenida mientras mi mente no es
más que caos.
―Qué buena chica, estás tomando mi polla tan bien, pequeña zorra.
―Gruñendo en mi oído, se mueve lentamente al principio, golpeando una
parte profunda dentro de mí que me hace jadear y se me pone la piel de
gallina en los brazos y las piernas. Mis pezones se endurecen en guijarros.
Cuando me muerde el hombro, le pido que me folle más rápido. En poco
tiempo, nuestros cuerpos chocan entre sí, y apenas puedo respirar ante la
avalancha de sensaciones que me atraviesan―. Voy a correrme en este
culito apretado.
―Sí, por favor. Dame todo lo que tienes. ―Desearía poder darme la
vuelta para ver su expresión, pero no puedo con la forma en que estoy
inmovilizada.
―¿Quieres mi semen en tu culo?
―Sí.
―Te voy a llenar y ver cómo gotea.
Él bombea dentro y fuera de mí mientras me aferro a sus antebrazos
para evitar mecerme demasiado fuerte. Sus muslos tiemblan cuando se
corre dentro de mí, y juro que su polla se hace más grande mientras
sucede, siento el tirón, y al escucharlo rugir con su clímax, me convierto
en un charco en su cama. Estoy caliente, pero temblando. Sin aliento, pero
respirando.
Él salpica mi espalda con suaves besos y lentamente sale de mí. En el
momento en que nuestros cuerpos se separan, me estremezco.
―Quédate quieta. ―Muerde mi trasero juguetonamente antes de saltar
de la cama. Volteando mi rostro en su dirección, lo observo entrar en su
baño. Maldita sea, su culo es jugoso, quiero morderlo como a un
melocotón. El grifo se abre y un momento después, vuelve a salir con una
toalla―. Está tibia, por lo que no será demasiado incómodo.
Me quedo ahí como un bulto mientras él me limpia. Ni siquiera tengo
el descaro de preguntar qué tan grande es el desastre que hay ahí atrás, o
de qué tipo. Honestamente, ni siquiera me importa. Él ha hecho esto más
que yo, así que sabía qué esperar y cómo manejarlo.
―Gracias ―parpadeo hacia él―. Por no hacer que doliera.
―Gracias por confiar en mí para brindarte una buena experiencia.
¿Es raro que estemos siendo agradecidos? No lo sé y no me importa.
Esta fue una buena noche y estoy muy feliz.
Carson vuelve al baño y tarda unos minutos en salir. Es todo el tiempo
que me toma sucumbir al agotamiento. Cuando vuelve a salir, sonríe
cálidamente y vuelve a subirse a la cama.
―Ven aquí. ―Cuchareándome, agarra la colcha y la dobla sobre
nosotros para que estemos en un burrito. Me derrito en sus brazos,
demasiado cansada para moverme―. ¿Quieres que te prepare un baño?
―No.
―¿Necesitas galletas? ¿Agua?
―No.
―¿Qué puedo hacer por ti, Mak? Tienes que decírmelo.
―¿Solo abrazarme un poco?
―Planeo abrazarte toda la noche. ―Besa la parte superior de mi cabeza
y me hace sentir preciosa―. Puedes quedarte, ¿verdad?
No estaba planeando hacerlo, pero ahora que estoy aquí, no me atrevo
a irme todavía. Mis ojos ya se sienten tan pesados, no creo que me queden
huesos en el cuerpo.
―Lo hiciste increíble, Mak. Eso fue mucho para una sola vez, y me
dejaste boquiabierto con lo bien que me tomaste.
Estoy demasiado cansada para responder.
CARSON
Me despierto a la mañana siguiente buscando ciegamente a Mak, y se
me cae el estómago cuando me doy cuenta de que ella no está ahí, luego
la escucho arrastrarse por la puerta y abro los ojos para verla mirando la
pared de juguetes que tengo colgados en exhibición.
―¿Ves algo que te guste?
Sus dedos peinan un látigo que está en el lado más dócil.
―¿Usas todo esto? ―No hay juicio en su tono.
―Si mi pareja quiere que lo haga, lo haré, y a veces también me gusta
estar en el lado receptor. ―Mak está envuelta en mi colcha y la sostiene
cerca de su pecho. No quiero nada más que arrancarla de su cuerpo y
tenerla como mi desayuno en la cama―. Si hay algo que te interese,
házmelo saber y te lo explicaré, o te lo mostraré. Parecen más aterradores
de lo que realmente son.
Toca un gato de nueve colas5 que tiene cuentas en la punta.
―Esto parece doloroso.
―Depende de tu umbral. ―Sentándome, bostezo y estiro los brazos
hasta que algo en mi hombro salta. Hombre, eso se sintió bien―. ¿Tienes
que ir a trabajar?

5
Instrumento de tortura -un látigo- que consiste en un mango de madera de 30 a 40 cm de largo al que se le
adjuntan nueve cuerdas o correas de cuero con una longitud que varía de 40 a 60 cm en la que cada extremo
móvil termina en un nudo a veces dotado de una garra metálica.
―Mmm. ―Se rasca la cabeza. Su cabello se ve nudoso y encrespado, y
quiero recogerlo en mis manos y jalarlo―. No tengo que entrar hasta las
tres hoy.
Se me acaba de ocurrir que no tengo ni idea de a qué se dedica esta
mujer.
―¿Tienes hambre?
Deslizándome fuera de la cama, mi erección matutina está a la vista
mientras saco un par de bóxers nuevos de mi tocador. Después de que
Mak se durmiera anoche, todavía estaba demasiado inquieto para unirme
a ella, y pasé la mayor parte de las tres horas observando sus expresiones
faciales, contando sus respiraciones, apartando el cabello de su rostro y
asegurándome de que estuviera bien tapada sin importar lo que pasara si
daba vueltas y vueltas, luego bajé las escaleras para editar algunas fotos
más y se las envié a mis clientas en sus galerías protegidas con contraseña.
Después de eso, levanté pesas en mi garaje y me duché.
Como son poco más de las siete de la mañana, he dormido unas dos
horas y media. Puedo trabajar con eso.
―Necesitamos café y panqueques.
―No hay café para mí, soy una chica de té.
―Y yo aquí pensando que eras perfecta.
―Lo soy. ―Sonríe―. Tú eres el que tiene problemas con las bebidas.
Le gruño de una manera juguetona y me encanta cómo se le corta el
aliento.
Antes de que tenga la oportunidad de arrodillarme y adorar su coño,
Mak ve alrededor de mi habitación confundida.
―¿Dónde dejé mi ropa?
Algo en mí entra en pánico. No quiero que se vista todavía, pero
también la quiero cómoda y cálida. Mi pequeña zorra tiene piel de gallina
en todos sus brazos. Mierda. Soy caluroso y mantengo mi casa fresca todo
el año. El fuego de abajo definitivamente se apagó, así que hace un poco
más de frío de lo normal aquí. Rápidamente agarro una sudadera de mi
armario y se la lanzo.
―Ponte esto.
Se muerde el labio, pero hace lo que le ordeno. Me gusta que me
escuche. No tengo la paciencia para domar a una mocosa, y no es que
puedan ser domadas de todos modos, pero simplemente no son mi tipo.
La atrapo inhalando la tela de la sudadera y finjo que no vi lo que pasó.
―¿Estás adolorida?
―Un poco. ―Juega con las cuerdas de la sudadera―. Es extrañamente
agradable.
Eso es bueno. Espero que su experiencia de anoche haya sido excelente
para ella. Planeo darle muchas más.
Mi sudadera negra llega a sus rodillas. ¿Se encogió en medio de la
noche? Juro que cada vez que la veo desde un ángulo diferente, es más
pequeña y fascinante.
Quiero devorarla. Apuesto a que sabe dulce como un caramelo a
primera hora de la mañana.
―¿Cómo está tu cabeza?
―Bien. ―Se recoge el cabello enredado y lo deja caer sobre los
hombros, luego se pone la capucha sobre la cabeza―. Me siento extraña,
pero es agradable. Estoy todo suelta y tranquila por dentro.
Ojalá ella se mantenga así. No soy lo suficientemente arrogante como
para decir que me la follé hasta dejarla sin huesos, porque anoche apenas
hice nada, pero me alegro de que esté en un buen lugar mental y
físicamente hoy. Como su Dom, es mi trabajo asegurarme de que se sienta
estable y segura, incluso después de que termine una escena. La
adrenalina que sintió anoche en el patio no fue la misma que inundó su
sistema en mi cama. Una fue miedo y emoción, otra fue experimentación
cautelosa.
Ella me folló, no al revés. Incluso cuando yo estaba arriba, Mak seguía
marcando el ritmo y conducía mis acciones, independientemente de si se
daba cuenta o no.
Saliendo de su lenguaje corporal anoche, creo que es seguro decir que
ella pensó que solo iba a embestir su trasero con mi polla. Mak se preparó
para dejarme hacer precisamente eso, lo que me hizo sentir más protector
con ella. No puedo borrar lo que hizo su ex para destruir su primera vez
en el anal, pero puedo mejorarlo para ella de ahora en adelante.
En esta dinámica le doy control, paciencia y aliento, y ella me regala su
cuerpo, confianza y sumisión.
Solo de pensar en lo bien que me corrí dentro de su pequeño y apretado
culo, me muero por hacerlo de nuevo.
―Vamos. ―Jalo su cabello juguetonamente y salgo de la habitación
primero. Si me quedo aquí mientras se ve así de adorable, la follaré hasta
que no pueda alejarse de mí.
Lo primero que noto cuando llego al último escalón es el sonido
familiar de un arañazo en mi puerta trasera corrediza. Maldita sea, Cooper.
Me acerco y abro la maldita cosa para dejar entrar al perro.
―¡No sabía que tenías un perro! ―Mak cae de rodillas cuando el tonto
animal corre directamente hacia ella, moviendo la cola porque él es una
puta necesitada de atención.
―Es del vecino y viene todo el tiempo. Tienen la granja de al lado.
―¡Oh, eres tan lindo! ―Mak se ríe cuando el labrador color chocolate
salta y la derriba―. ¡Omph!
―¡Cooper, abajo! ―Lo agarro por el cuello y lo quito de ella―. No
saltes. ―Cooper se sienta, todavía moviendo la cola lo suficientemente
fuerte como para hacer que toda su espalda se balancee a lo largo de mi
piso. Alcanzando la mano de Mak, la ayudo a levantarse―. ¿Estás bien?
No te lastimó, ¿verdad?
―Estoy bien. ―Se agacha y empieza a rascarle las orejas a Cooper―.
¡Él es tan amoroso!
―Es un fanático de las chicas bonitas.
―Tienes eso en común con él.
Touché. Le lanzo una sonrisa fácil antes de hacer mi camino a la cocina
para preparar el desayuno. Mak me sigue y, por supuesto, Cooper la sigue
a ella. Llenando mi tetera con agua, bostezo antes de ponerla a hervir en
la estufa, luego tomo la mezcla para panqueques de mi despensa y un
tazón.
Mak se sienta en mi mesa como si hubiera vivido aquí toda su vida y
Cooper yace a sus pies como si esta también fuera su casa. Por un
segundo, estoy asombrado por la situación. Es fácil con Mak, divertido y
sencillo. Quiero alimentarla y cuidarla y protegerla y...
Wow. No.
Jesucristo, la mujer es una bruja y estoy bajo su hechizo. Es lo único que
tiene sentido porque a donde me llevó mi tren de pensamiento no estaba
ni cerca de donde he querido ir en mucho tiempo.
―¿Tienes alguna sesión de fotos hoy?
Parpadeo, saliendo de mi mini ataque de pánico y agarro una caja de té
negro de la parte trasera de mi armario. Abro el paquete con los dientes,
dejo caer la bolsita en una taza y luego preparo café para mí con mi prensa
francesa.
―No hay sesiones boudoir, pero tengo otras citas.
―Oh. ―La rodilla de Mak comienza a balancearse. Me pregunto si está
nerviosa o impaciente por irse.
―¿A qué te dedicas?
―Mmm, soy enfermera de cuidados paliativos.
Casi dejo caer mi bolsa de café.
―¿De verdad? Eso suena... ―Triste, duro, aterrador, deprimente...―.
Interesante.
Apesto en la pequeña charla.
―Me encanta. ―Sus ojos se abren como si hubiera dicho algo que no
debería haber dicho―. Quiero decir, a veces es triste y difícil, pero
también es muy gratificante. No le tengo miedo a la muerte, y este trabajo
me hace sentir que estoy marcando una diferencia cuando estoy con
alguien en sus últimos días. He estado con algunos de mis pacientes
durante un par de años antes de que fallecieran. Con otros, solo unos días.
Todo es diferente, y de alguna manera todo lo mismo. Es difícil de
explicar.
Escucho en silencio y vierto la masa en la waflera.
―Me siento mal por algunos de ellos. No tienen a nadie, y creo que es
difícil para ellos sentirse solos al final, pero todos morimos solos,
¿verdad? A menos que estés en un accidente de avión o algo así, pero
también apesta tomar tu último aliento sin nadie ahí para hacerte
compañía, pero algunas personas han pedido que todos se vayan porque
no querían a nadie con ellos. Es su decisión, obviamente, pero a veces es
bueno simplemente, no sé, sentarse con ellos en silencio. Darles
vibraciones pacíficas hasta que se hayan ido.
Asiento porque no sé qué más responder.
―Algunos de ellos tienen mucha familia que se reúne alrededor. Eso es
hermoso también, y triste. Supongo que me hicieron sin la emoción que
se supone que debes sentir cuando alguien muere, porque en realidad
nunca me molestó. No es que haya tenido que vivir la muerte de alguien
cercano a mí, pero estar cerca todos los días alivia el dolor, supongo.
Creo que habla mucho cuando está nerviosa.
―Me siento mal por los cónyuges. Debe ser devastador perder a su
alma gemela.
―Estoy seguro. ―Abro la waflera para sacar el primer círculo marrón
dorado y lo dejo caer en un plato― Al menos tuvieron tiempo para
pasarlo juntos.
―Sí ―suspira―. Nunca me ha gustado mucho el matrimonio o los
bebés ni nada, pero no me importaría pasar mi vida con alguien. Creo que
sería bueno encontrar a mi pingüino.
Agarro el jarabe de mi refrigerador y lo aprieto con fuerza junto con el
plato de panqueques. Colocándolos frente a ella, le pregunto con cautela:
―¿No quieres matrimonio ni hijos?
Mi corazón contiene su puto aliento mientras espero su respuesta.
―No. No.
No puedo, por mi vida, hacer que las palabras correctas salgan de mi
boca.
Cruza los brazos protectoramente a su alrededor y me ve con
preocupación en su mirada. Incluso Cooper debe sentir que su actitud ha
cambiado porque se anima desde debajo de la mesa.
―¿Es algo que tú quieres?
Vamos por el tiro mortal aquí.
―No ―digo con firmeza―. Esas cosas no son para mí. ―Nunca quise
casarme y seguro que no quiero tener hijos. Esas cosas son geniales para
otras personas, simplemente no tengo ningún interés, pero nunca esperé
que Mak estuviera en la misma página que yo al respecto.
Ella suelta un fuerte suspiro y sus hombros se hunden.
―Eso es un alivio. ―Se pone rígida de nuevo―. Quiero decir
felicidades a las personas que quieren esas cosas. Simplemente no es para
mí. Nunca entendí el sentido del matrimonio y definitivamente no tengo
ningún deseo de tener hijos.
Muerdo una sonrisa y preparo otro waffle. Esta mujer es demasiado
perfecta para mí. Mirándola por encima del hombro, revelo un secreto
que muchas de mis sumisas no conocen.
―Me hice una vasectomía cuando tenía veintitrés años.
Su mandíbula cae un poco, pero se recupera rápidamente.
―Eso es… realmente conveniente. He estado tomando anticonceptivos
por siempre y lo odio.
Si esto nos lleva a algo a largo plazo, puede dejar de tomar eso si quiere,
pero esa será su decisión.
―¿Puedo hacerte una pregunta, Carson?
―Pregunta. ―Mantengo mi espalda hacia ella y me concentro en hacer
el desayuno. Sale vapor de la waflera y me tiemblan un poco las manos.
―¿Por qué te quitaste los piercings?
La pregunta me toma desprevenido.
―¿Cómo supiste acerca de eso?
―Los vi en tu foto de perfil en K!nkLink. Muy emo con el cabello negro,
por cierto.
Mierda, me olvidé de mi foto de perfil. Era una vieja que no he
actualizado en mucho tiempo. Me corté el cabello negro natural unas
cuatro pulgadas más corto desde entonces y me arrepiento a menudo.
―Me quité todos los piercings hace aproximadamente un mes. No hay
razón para eso, solo quería un cambio, supongo. ―Después de servir mi
pila de panqueques, me siento frente a ella y me doy cuenta de que aún
no ha tocado su desayuno― Come antes de que se enfríe.
―¿Tienes jarabe de chocolate?
Estoy vertiendo jarabe de arce a mitad de camino en mis panqueques
cuando dejo de hacer lo que estoy haciendo y tomo lo que necesita del
refrigerador.
―Adicta al azúcar, ¿eh?
―Adicta al chocolate. ―Rocía una cantidad obscena por todo su plato
hasta que cada cuadrado está lleno―. No me juzgues.
―Nunca. ―Comemos en silencio por unos momentos y luego me
siento y tomo un sorbo de mi café que finalmente está listo.
Mak también vierte chocolate en su té, no tengo palabras. En lugar de
pedir otra cosa, se levanta y va a mi refrigerador por la leche y también la
vierte en su taza―. ¿Tienes canela?
―Segundo cajón a la izquierda del refrigerador.
―¡La encontré! Gracias. ―Rocía eso en su té también.
―¿Qué tipo de brebaje de brujas estás haciendo, mujer?
―¡Ja! No puedo compartir secretos antiguos con simples mortales. ―Se
deja caer y se quita la capucha de la cabeza―. Lástima que no tengas
aliento de rana.
Estrecho mi mirada hacia ella.
―No hay nada más sospechoso que el aliento de rana.
Se echa a reír y casi derrama su bebida.
―No puedes ser más perfecto, Carson.
Inclino mi taza hacia ella y tomo otro sorbo. Solo la élite conoce frases
de grandes películas como Pesadilla antes de Navidad.
―Entonces, ¿qué te llevó a los cuidados paliativos?
Se acurruca en su silla y come su waffle.
―Simplemente caí en eso. Siempre quise estar en el cuidado de la salud,
pero no sabía en qué campo, este apareció y me encantó. Fin de la historia.
Nos tomamos nuestro tiempo para comer y charlar. El sol brilla a través
de la ventana de mi cocina y golpea la cabeza de Mak, mostrando que su
cabello castaño oscuro tiene reflejos cobrizos atravesándolo. Hombre, ella
es hermosa.
Y está fuera de mi liga.
Termina su desayuno y lleva su plato al fregadero, agarrando el mío
también cuando pasa junto a mí, e intento detenerla.
―Yo lo hago.
―No, no. Tú cocinaste, yo lavo.
Ella lava mis platos, y estoy completamente sin palabras. Mak actúa
como si viviera aquí. ¿Por qué me gusta tanto?
Soy un hombre territorial. No me gusta que la gente me toque a mí o a
mis cosas. Rara vez traigo amantes a casa y todas esas cosas divertidas de
arriba rara vez se usan. Lo mantengo todo en exhibición para mí porque
me gustan y cuestan mucho dinero hacerlos a medida, así que no los
quiero guardados en una caja, escondidos y desapercibidos. De hecho, no
he usado ninguna de esas cosas desde…
Detente.
Agarrando mi taza de café, bebo el resto. Me niego a bajar por ese
espiral sin fondo del que me llevará meses salir.
Mak limpia los platos y los pone en el fregadero mientras la observo
como un depredador. Sus piernas son tan delicadas. Sus pies están
descalzos y sus dedos sin pintar. Me gusta lo sencilla que es, incluso con
los restos de maquillaje y el rímel corrido, es un sueño húmedo. Quiero
lavar todo ese maquillaje que queda de su rostro para poder ver a la mujer
real debajo de la base y el iluminador y cualquier otra mierda que Chloe
le puso en la cara ayer.
―Dúchate conmigo. ―No lo digo como pregunta, pero ella tiene todo
el derecho de negarse.
―Yo… ―Se lame los labios, su mirada se dirige hacia el reloj de mi
microondas―. Okey.
El triunfo me tiene fuera de mi silla y sobre ella en un instante y la
levanto, con la intención de llevarla todo el camino hasta mi baño arriba.
Me gusta poder agarrarla así, me gusta que ella me deje. Podría lanzarla
al aire y atraparla con facilidad.
Oye, puede que no luzca como un fisicoculturista cincelado, pero soy
fuerte como la mierda. Simplemente no puedo deshacerme del colchón
adicional alrededor de mi cintura.
Si los cuerpos de papá tienen un nivel de jefe, yo lo he alcanzado.
Mak tiene sus piernas envueltas alrededor de mí otra vez, y me
pregunto si soy demasiado grueso para que ella enganche sus tobillos
alrededor de mi espalda. Sosteniendo su trasero en mis manos, me siento
como un dragón acaparando su tesoro. Me besa mientras todavía estoy
subiendo los escalones y casi tropiezo y la dejo caer.
―Mierda.
Ella se ríe como si le encantara el hecho de que me tropecé por estar
demasiado distraído con su boca en la mía.
Gruñendo juguetonamente, nos llevo el resto del camino a mi baño y la
apoyo en el mostrador.
―Espera. ―Retrocedo para empezar la ducha―. ¿Caliente, frío o tibio?
Sus cejas se elevan hasta la línea del cabello.
―No me importa.
―Tiene que importarte, a todo el mundo le importa. ―Me molesta que
no sepa la respuesta a esto ya. Hay miles de millones de cosas que no sé
sobre Mak, y eso me hace sentir inútil.
―Tan caliente como puedas soportarlo.
―Buena chica. ―Quiero que me diga exactamente lo que quiere, lo que
le gusta, lo que necesita. El hecho de que haya tomado en cuenta mis
preferencias personales con esto también me hace feliz. Toco el grifo y lo
pongo un poco más caliente de lo que puedo manejar, solo porque
generalmente me ducho con agua tibia. Oye, no estaba bromeando
cuando dije que soy caluroso. La temperatura de mi cuerpo es alta todo el
tiempo y hay días que tomo duchas heladas para refrescarme después de
hacer ejercicio.
Volviendo a Mak, levanto mi sudadera de su cuerpo con un rápido
tirón. Sus apretadas y diminutas tetas son lo primero que veo, y observo
sus pezones endurecerse por el aire frío. La ducha puede esperar, quiero
probarla primero. Abriendo sus piernas, me agacho para lamer su coño.
Ella gime.
Eso es todo lo que necesito escuchar antes de que me coma
completamente su coño como un hombre hambriento en un banquete.
Ella es acidulada y dulce en mi lengua, quiero saber a qué sabría ella con
mi semen goteando de ella.
―Quiero follarte antes de que nos bañemos.
El sexo en la ducha apesta, en mi opinión. El agua no es lubricante, solo
hace que las cosas sean incómodas y el vapor me jode los sentidos.
La mirada entrecerrada de Mak me prende fuego.
―Haz que me corra primero, luego fóllame y haz que me corra otra
vez.
Sus demandas me aturden momentáneamente. Con su pequeño coño
perfecto en mi rostro, tengo que preguntarme de dónde viene esta mujer.
¿Por qué ha tardado tanto en llegar a mi vida?
―Sí, señora.
Ella se ríe justo antes de hacer el gemido más indigno cuando empujo
dos dedos dentro de su coño y golpeo su punto G. No es difícil de
encontrar, y una vez que lo hago, lo golpeo una y otra vez mientras chupo
su clítoris.
―Mierda, Carson. ―Hunde sus manos en mi cabello y sostiene mi
rostro donde quiere. Me encanta que tenga tanta confianza. Me encanta
que cuando sabe lo que quiere, no tiene miedo de conseguirlo.
Soy implacable en mi búsqueda de su primer orgasmo del día. Quiero
que sea grande.
―No te detengas. Dios, por favor no te detengas. Justo ahí. ―Sus
muslos se sujetan alrededor de mi cabeza como orejeras―. Voy a
correrme... ¡Oh, mierda, voy a correrme!
Y lo hace. Su cuerpo sufre espasmos, y las paredes internas se aprietan
contra mis dedos mientras estimulo su clítoris con pequeñas chupadas
cortas con mi boca. Mi chica detona y grita con todas sus fuerzas.
Nunca había apreciado más la acústica en un baño.
Poniéndome de pie, la inclino hacia adelante para que esté medio
colgando sobre el mostrador y empujo mi polla dentro de ella.
―Tu coño está tan hinchado y necesitado de mí.
―Ajá. ―Clava sus uñas en mis hombros―. Mierda, te sientes tan bien
dentro de mí.
La follo fuerte y rápido, nuestra piel choca en el baño lleno de vapor,
hasta que nuestras respiraciones se vuelven irregulares, luego disminuyo
mi ritmo y me tomo mi tiempo con ella mientras mi orgasmo crece.
Frotando su clítoris con la yema de mi pulgar, siento que sus paredes
internas me aprietan.
―Eso es, córrete en mi polla para mí. Quiero que tu cuerpo apriete mi
polla.
Su mandíbula cae en un grito silencioso. Sus ojos se clavan en los míos
y juro que caigo en una especie de abismo. Mis bolas se contraen con
fuerza y exploto.
―Qué buena chica, toma todo lo que te doy. ―Me empujo dentro de
ella lentamente, descargando mi semen hasta que no puedo soportar lo
sensible que se vuelve mi polla. Saliendo, veo hacia abajo y digo―:
Empújalo.
Mi chica obedece maravillosamente.
Cuando mi semen gotea de su coño, recojo un poco en mis dedos y los
meto en su boca. Inclinándome con un gruñido, la beso para que podamos
probar cómo sabemos juntos.
Mierda, esta mujer es mágica. Alejándome, admiro lo sonrojadas que
están sus mejillas y lo grandes que se han vuelto sus pupilas.
―¿Puedes pararte?
―Sí ―dice, juguetonamente golpeando mi pecho.
Es decepcionante ver que no está mintiendo cuando salta de mi
fregadero y aterriza sólidamente sobre sus pies.
Tendré que esforzarme más la próxima vez
MAK
¿Qué demonios estoy haciendo? Necesito salir de aquí y, sin embargo,
no hay ninguna parte de mí que quiera irse. Ahora estoy a punto de tomar
una ducha con Carson cuando debería ir a casa y arreglarme para el
trabajo, hacer mandados y llamar a Leah para contarle todo.
Pero no hay forma de que me vaya todavía. Me estoy divirtiendo
demasiado y holaaaaa, Carson en jeans y una camiseta es pecaminoso,
pero ¿Carson desnudo y mojado?
Mi coño está temblando.
No es mentira. Este hombre es sexy con mayúsculas.
F-Ó-L-L-A-M-E-P-O-R-F-A-V-O-R.
No puedo creer lo caliente que es el sexo matutino con este hombre. Es
sucio, lento, intenso y... adictivo.
Agotada, entro primero en su ducha y suspiro cuando el chorro golpea
mi espalda con agua gloriosamente caliente.
Carson entra conmigo y me observa con ojos hambrientos.
Recogiendo mi cabello, me siento diferente y no puedo precisar cómo.
―Ten. ―Sostiene una botella de champú y rocía un poco en mi palma.
No esperaba que me lavara el cabello, pero solo esta pequeña atención
despierta algo cálido en mi estómago. Juro que Carson está
constantemente tratando de proveerme de alguna manera. En la sesión de
boudoir, fue un estímulo. En el bar, fue protección. En el bosque trasero,
fue emoción. En la cama, fue seguridad y tranquilidad.
Lo último es casi ridículo. Me sentí segura siendo follada por el culo.
Eso no tiene sentido, pero es la única forma en que mi mente puede
categorizarlo. Me dejó follarlo, me dejó marcar el ritmo, me dejó tomar las
decisiones y, sinceramente, eso no es algo que haya tenido antes con un
amante. Convirtió una mala primera vez en una increíble segunda
oportunidad y ahora no veo la hora de volver a intentarlo.
Carson parece muy consciente de su tamaño y tiene cuidado de no
darme un codazo en la cabeza o pisarme los dedos de los pies mientras
maniobramos uno alrededor del otro en la pequeña ducha. No es el
hombre más grande con el que he estado, pero tampoco es el más
pequeño. Tiene el tamaño perfecto.
Para mí.
Cuando termino de enjuagarme, mi corazón comienza a latir con
fuerza. No nos dijimos una palabra, y no puedo decir si me gusta el
silencio o no. No sé qué decir. Tal vez él tampoco, o tal vez le gusta la
tranquilidad por las mañanas. Ojalá hubiera música sonando. Okey, me
daré prisa y terminaré aquí, luego saldré.
Tranquila, Mak. No todos los intercambios tienen que estar llenos de ruido...
―Quédate aquí por un minuto ―ordena Carson. Él sale primero de la
ducha mientras yo me quedo bajo el agua caliente hasta que abre la
cortina. Tiene una toalla alrededor de la cintura, una tirada sobre su
hombro, y me ofrece otra. Cierro el agua y salgo para dejar que me
envuelva, riendo cuando deja caer la segunda toalla en mi cabeza y seca
mi cabello de la peor manera.
―¡Espera! ¡Me lo vas a enredar!
Quitando la toalla de mi cabeza, me roba un beso y ambos comenzamos
a reírnos.
Después de vestirme, insiste en que me lleve su sudadera a casa.
Hacemos una pequeña charla porque honestamente estoy arrastrando los
pies, y finalmente nos damos un beso de despedida.
Una vez que entro en mi auto, Carson se despide con la mano y cierra
la puerta principal. Mi corazón se acelera en mi pecho, no quiero irme. Ya
lo extraño y eso es realmente tan jodidamente estúpido.
Mierda, ¿qué me pasa?
Estoy tan confundida con estas veinticuatro horas que casi me asusta.
Saliendo del camino de entrada como un murciélago salido del infierno,
me obligo a no ver atrás.

―Es solo una buena polla ―dice Leah en la llamada telefónica a casa.
―Sí, pero he tenido una buena polla antes. Carson es diferente.
―No me digas que te enamoraste en una noche, Mak truck. Eso es
demasiado rápido, incluso para ti.
―Diablos, no. ―Estoy medio riendo, medio encogiéndome―. Creo
que estos deben ser los efectos secundarios persistentes de mi caída
emocional de anoche. ―Al menos, espero que sea eso, porque
sinceramente me siento unida a este hombre y eso no está bien. Creerá
que soy una psicópata por volverme pegajosa y probablemente me dejará
y no volverá a hablarme nunca más.
No estoy lista para que nuestra diversión termine todavía.
―Cuéntame todo. Quiero todos los detalles.
Exhalando dramáticamente, camino por los pasillos de la tienda,
tirando la mierda que necesito al azar en mi carrito.
―Bueno… ―¿Por dónde empezar?― Me persiguió a través de su patio
trasero y hacia el bosque.
―¡No puede ser! Oh, sexy y espeluznante. ¿Fetiche de acosador?
―Es Primal, no acosador. Es más como si él fuera el depredador y yo
la presa. ―Ahora que lo pienso, supongo que acosador y Primal podrían
ir juntos― Fue emocionante y un poco aterrador.
―¿Te folló en la tierra con ramitas rompiéndose contra tu columna?
―No, me comió el coño. ―Me salto los detalles de cómo básicamente
cubrió la mitad de su rostro con mi excitación. Dios, ahora que lo pienso
me muero por verlo hacer eso de nuevo.
―¿Y cómo estuvo su juego de lengua?
―Lo mejor que he probado. ―Lanzo una bolsa de papas fritas a mi
carrito―. Como el mejor, Leah. Si mi clítoris fuera una diana, dio en el
blanco en el primer golpe y fue implacable hasta que me hizo gritar su
nombre a la maldita luna.
―Ohhh, es tan refrescante cuando alguien sabe cómo ser eficiente y
preciso.
―Totalmente. ―Giro mi carrito hacia el siguiente pasillo, apenas
recordando todas las cosas por las que estoy aquí. Maldita sea, tendré que
hacer una segunda ronda por toda esta tienda porque ya he pasado
distraídamente la mitad de lo que está en mi lista― Luego tuvimos anal.
Le sonrío a una mujer mayor que ha dejado su carrito en medio del
pasillo. Intentando, y fallando, pasar junto a ella, solo me ve mientras
lucha con mi carrito, así que le devuelvo la mirada.
Grosera.
―¡De ninguna manera! ―Leah grita en mis auriculares―. Dijiste que
nunca volverías a hacer anal.
―Bueno, nunca digas nunca, ¿verdad? Pero no me folló por el culo.
Básicamente yo lo follé a él con el culo. Fue increíble. ―Muevo el carrito
de la mujer fuera de mi maldito camino y le disparo otra sonrisa llena de
dientes―. Luego se hizo cargo una vez que estuve lista, y juro que no
sabía que existían orgasmos como esos.
―¿Puedes sentarte?
―Sí. Asombrosamente. ―Carson no anda por ahí con un tubo de
treinta centímetros entre las piernas, pero sigue siendo lo suficientemente
largo y grueso como para joderme si quisiera―. Ah, y tiene un montón de
juguetes BDSM. Leah, no te miento, me detuve por un segundo cuando
entré en su habitación. Debe tener una docena de látigos y esposas
diferentes colgados en la pared.
―¿Tiene un hermano? ¿Quieren un trío? Seré tu trío, bebé. Te follaré
tan bien que ni siquiera recordarás que Carson está ahí.
Me echo a reír y camino sin rumbo por el siguiente pasillo. Espera.
¡Mierda! Estoy en la sección de mantenimiento de automóviles. ¿Cómo
diablos llegué aquí? Luego llego a la sección de juguetes para niños. En
serio estoy perdiendo mucho tiempo, pero no me importa. Me siento
demasiado feliz para preocuparme. Anoche pudo haber sido la mejor
noche de mi vida.
―En serio, no se parece en nada a lo que pensé que sería.
―Deberías haber sabido que no debías ir con expectativas, Mak, pero
me alegro de que las supere. Mereces ser tratada como una diosa, y parece
que él podría ser el que te adore apropiadamente.
―Bueno, definitivamente me siento adorada, eso es seguro. Siguió
tratando de cuidar de mí, incluso en pequeñas formas. Cuando caí por
primera vez después de lo del bosque, cambió de marcha tan rápido y
antes de que pudiera controlarme, me envolvió en mantas en su sofá,
encendió un fuego para calentarme y me dio de comer galletas.
―Te odio. ―Leah suspira, soñadora―. Tienes toda la suerte. Mi
conexión de anoche tenía un pene torcido, cero conocimiento de cómo
usarlo a mi favor y ni siquiera trató de encontrar mi clítoris. Era un gran
besador, pero no muy bueno en mucho más. Fue como ser insultada por
un conejito, y duró tanto como uno también. Ugh, tan deprimente.
―Boo. Las malas pollas son peores que no tener polla. ―Giro hacia el
siguiente pasillo y mi carrito choca con el de otra persona―. ¡Lo siento
mucho! ―Me apresuro a decir antes de ver hacia arriba.
A. La. Mierda. Mi. Vida.
―Hola, Mak.
―¿Quién es? ―Leah gruñe en mis auriculares.
―Yo… ―Mi rostro se pone caliente por la vergüenza―. Hola.
El-que-tenía-una-mala-polla me lanza una gran sonrisa.
―Justo estaba pensando en ti.
Mentiroso.
―¿Te importa si paso más tarde hoy y recojo el resto de mis cosas?
Las palabras se forman en mi lengua, pero mi boca se abre y se cierra
como si me hubiera convertido en un pez dorado. Leah grita blasfemias
en mi oído porque se da cuenta de con quién me he encontrado, y no
puedo unir mis pensamientos lo suficientemente rápido como para hacer
una negativa sarcástica decente.
―Puedo pasar después de las ocho, si eso funciona para ti.
―No, lo siento. ―Gracias a Dios logro frotar dos neuronas juntas―.
Me deshice de toda tu mierda.
Él está molesto. Su rostro siempre se ve extra tonto cuando está enojado.
―¿Qué demonios, Mak? Te dije que iría cuando tuviera tiempo.
―Pero nunca lo hiciste. Me seguiste engañando al respecto y te dije que
no era una unidad de almacenamiento.
Me doy cuenta de que quiere gritarme, pero no quiere hacer una escena.
En vez de eso, niega con la cabeza como si estuviera súper decepcionado
por mi comportamiento.
―Eso realmente apesta, Makayla. Sabes que he estado coleccionando
esas cosas durante años. Incluso antes de que nos juntáramos. Sabes que
esa colección era importante para mí.
La culpa se cuela.
―No te atrevas a dejar que te haga sentir culpable, Mak. A la mierda
con esa basura de persona.
Nunca he estado más agradecida de tener a Leah al teléfono que ahora.
Echando los hombros hacia atrás, lo veo directamente a los ojos y digo:
―Si fuera tan importante para ti, lo habrías recogido todo hace meses.
Te di muchas oportunidades y no aprovechaste ni una. ―Eso se aplica no
solo a la colección de vasos, sino a todo en nuestra relación―. Si te quedas
dormido, pierdes, idiota.
Empujo mi carrito por el pasillo y camino más rápido para salir de ahí.
Él no me sigue y no esperaba que lo hiciera, pero una pequeña parte de
mí todavía está preocupada de que pueda tratar de perseguirme en el
estacionamiento o algo así.
―Estoy tan orgullosa de ti, chica. ―La voz de Leah suena torcida en
mis oídos―. Lo hiciste genial.
No se siente de esa manera. La culpa me consume porque tal vez
debería haberle enviado un mensaje de texto por última vez para decirle
que, si no iba por sus cosas al final del día, las iba a destruir, o podría
haberlo dejado en su casa por él. En vez de eso, fui vengativa y destrocé
su colección de vasos porque quería sentirme catártica.
Fui egoísta y ahora me siento muy mal por eso.
―No te atrevas a sentirte mal por romper su mierda ―gruñe Leah en
mi oído.
―No.
―Mentirosa. Prácticamente puedo sentir tu energía a través del
teléfono. Te quedaste callada y tú, Mak, eres cualquier cosa menos
callada. No dejes que te culpe haciéndote creer que eres la mala aquí. Son
vasos, por el amor de Dios. Lo superará.
―Sí. ―No tengo la energía para poner ningún entusiasmo en mi
respuesta―. Escucha, tengo que ir a pagar ahora y no quiero ser grosera
con el cajero. Te llamaré más tarde.
―Okey. Te amo, adiós.
―También te amo, adiós.
No voy a devolverle la llamada. Dudo que haga algo por el resto del
día hasta que tenga que ir a trabajar.
Mak: cero.
El-que-es-un-imbécil: uno.
CARSON
―Dobla tu pierna derecha y extiende la izquierda detrás de ti. Bien,
ahora coloca tu mano en el brazo del sofá. Justo así. Ahora empuja tu
trasero y arquea tu espalda. Un poco más. Eso es. ―Tomo media docena
de fotos antes de acercarme a mi clienta―. ¿Puedo arreglar tu cabello muy
rápido?
―Seguro.
―Está bien, quédate quieta. ―Alboroto su largo cabello negro y dejo
que caiga más sobre su hombro―. Muy bien, mírame otra vez yyy…
―Click, click, click―. Perrrrperfecto. Tienes talento natural, Magan.
―Simplemente tú haces esto fácil. Mi prima dijo que eras el mejor y
tenía razón.
―Aún no has visto las fotos finales.
―No es necesario. Esta experiencia por sí sola ha sido muy gratificante.
Cinco estrellas. Altamente recomendado.
―Bueno, gracias. ―Tomo algunas fotos más antes de dirigirla a una
nueva posición. Mi celular vibra en mi bolsillo y la necesidad de ver si es
Mak es fuerte, pero reprimo mi resolución y me concentro en mi clienta.
Después de que Mak se fue de mi casa hace tres días, no ha intentado
ponerse en contacto conmigo. Me siento mal por eso. Creo que la cagué
de alguna manera y no sé cómo solucionarlo. Su silencio me confunde.
Ella parecía feliz y saciada cuando se fue a la mañana siguiente, y le dije
que me llamara cuando tuviera tiempo libre. No sé qué me hizo pensar
que me llamaría esa noche.
Doy pena, lo sé. Debería llamarla, pero quiero que Mak tenga el control
aquí. Iré cuando ella me llame, créeme. Le dije que si voy a ser yo quien
controle cómo son nuestras escenas, quería que ella fuera la que iniciara
el contacto primero. Por lo menos al principio.
Todavía me preocupa haber ido demasiado rápido y duro con ella la
otra noche. Lo último que quiero hacer es asustarla.
Mi celular vibra de nuevo.
Es difícil de ignorar, pero no voy a quitarle la atención a mi clienta.
Sobre todo, porque está acostada boca abajo con los pies en el aire.
―Lindo. Quédate así. ―Saco unas cuantas fotos más hasta que veo que
su rostro se pone rojo―. Terminamos. ¿Necesitas ayuda para levantarte?
―¡No! ―Magan se voltea y deja escapar un profundo suspiro―. Wow.
Eso fue un subidón de cabeza. ―Señala el columpio sexual―. ¿Puedes
tomarme en ese a continuación?
―Llegaremos ahí. ―Vuelvo a comprobar la iluminación con mi
sensor―. Quiero tomar algunas caminando hacia la ventana primero. La
luz es perfecta para eso en este momento.
―Okey.
El resto de la sesión transcurre sin problemas y al final de la jornada
laboral estoy cansado. Todavía no he dormido. Parece que no puedo
desconectar mi mente el tiempo suficiente para descansar y pasé toda la
noche jugando videojuegos y editando las fotos de Mak.
Son espectaculares, por cierto, como sabía que serían.
Después de cerrar el estudio, finalmente muerdo la bala y reviso mi
teléfono, concentrándome en dos números: el de Trey y el de Mak.
Siento alivio y terror en mi pecho porque todo lo que puedo ver del
texto de Mak en mis notificaciones es “Hola, soy Mak, yo... “
Primero leo el mensaje de texto a Trey porque soy un cobarde.
Trey: Hola, hombre. Necesito una foto de fantasía con una mujer y elementos
de agua. Algo que diga; “elegido especial”. Sin límite de precio. Si aún no tienes
una foto, el autor está dispuesto a pagar por el modelo y el tiempo.
Carson: No tengo ninguna con licencia comercial, pero haré unas llamadas y
encontraré a una modelo. ¿Soy libre para ser creativo con esto?

Tres pequeños puntos aparecen inmediatamente. Maldita sea, debe


haber estado sentado en su teléfono.

Trey: Absolutamente. Ella dice que quiere que High Fae Court se encuentre
con Florence and the Machine.

Ya tengo la idea perfecta.

Carson: Dame un par de semanas para preparar el rodaje. Te enviaré


muestras.
Trey: Eres un dios. Gracias.
Carson: Inclínate ante mí.
Trey: Eso quisieras. *emoji de dedo medio*
Carson: ¿Tienes dos de esos dedos? Métetelos por el culo y hazlos girar.
Trey: ¿Qué tal si los meto en el tuyo? Mmm. Lo disfrutarías demasiado.

Eso me hace reír.

Trey: ¿Vas a volver a conectarte esta noche?


Carson: ¿Para patearte el trasero? Sé que te gusta ser mi perra, pero no tienes
que rogar así, cariño.
Trey: Genial. Veré si Glitch y Ara pueden unirse a las 8. Gracias de nuevo,
amigo. Este autor es grande para mí.
Carson: No hay problema.

Finalmente tengo las bolas para sacar el texto de Mak.

Mak: Hola, soy Mak, me preguntaba cuándo podría volver a verte.

Mis cejas se hunden. Esto se siente extraño. Tal vez solo lo estoy
leyendo demasiado, pero el texto me parece desagradable. Es difícil leer
los tonos en un texto, pero este me está dando vibraciones rígidas, no me
gusta. Entonces, lo reflejo.

Carson: Avísame cuando estés libre y arreglaremos algo.

Quiero preguntarle cómo está. Quiero ver cómo fue su día. Quiero
saber por qué tardó tres malditos días en contactarme, pero eso es
ridículo. He pasado semanas sin hablar con una sumisa sin ningún
problema. Entonces, ¿por qué Mak sería diferente?

Carson: Tengo tus fotos listas, por cierto.

Excelente. Parece que no puedo cerrar la puta boca.


Pequeñas burbujas aparecen mientras me escribe de vuelta. Sería un
mentiroso si dijera que no tengo mi teléfono estrangulado mientras espero
su respuesta.

Mak: ¡Genial! ¡No puedo esperar a verlas!


Mi sonrisa lastima mis mejillas.

Carson: Ven esta noche si quieres.

Voy a enviarle la galería por correo electrónico pase lo que pase, pero
esta es una forma natural de abrirle la puerta de nuevo antes.

Mak: ¿Estás seguro? No quiero entrometerme si tienes otros planes.

Es viernes por la noche y no tengo más planes que jugar a las ocho, cosa
que no voy a decir porque puedo cancelarlo.

Carson: Me dirijo a casa ahora. ¿Te veo ahí?

Mak tarda unos minutos en leer y responder a eso, que es el tiempo


suficiente para que me sienta incómodo de nuevo.

Mak: Voy para allá.

Salgo corriendo del estudio porque no estoy seguro de cuánto tardará


en llegar a mi casa, pero sé que a mi me faltan unos buenos treinta minutos
y no quiero que me espere. Ya está oscuro y cuando llego a mi largo
camino de entrada, su auto ya está estacionado.
Mi corazón salta a mi garganta. ¿Cuánto tiempo me esperó? Hace
mucho frío y su auto no está encendido. Cuando me acerco a la puerta del
lado del conductor para abrirla, me doy cuenta de que ni siquiera está
adentro. ¿Qué demonios?
Tampoco está a la vista. No es como si tuviera una llave para entrar,
entonces, ¿dónde está?
Mi celular suena y lo saco de mi bolsillo.

Mak: Ven a buscarme.

Dejo escapar una exhalación lenta. Santa. Mierda. Esta mujer no tiene
idea de cuánto esas tres pequeñas palabras pueden hacer que un hombre
como yo se vuelva salvaje.
Pero ella está a punto de averiguarlo.
MAK
Con el corazón en la garganta, escondida entre las sombras, observo a
Carson leer mi texto.
Pasé la mayor parte de estos tres días investigando intensamente las
perversiones Primals porque, después de la otra noche, sabía que
necesitaba más conocimiento en mi haber antes de pedir otra persecución.
Un hombre como Carson es el depredador perfecto para una presa como
yo y todo el día, he estado soñando con formas de hacer que una
persecución vuelva a suceder.
Mi plan funcionó.
El juego primario se centra en los sentidos: escuchar, oler e incluso
morder, arañar, gruñir y desatar los apetitos más carnales. Puede haber
peleas y luchas involucradas como un aspecto competitivo para el
dominio y la sumisión. Es tomar lo que quieras. Hay una parte primitiva
donde no existe la etiqueta. A la mierda las flores y las velas. Olvídate de
la música y las plumas. Esta es una forma de deseo cruda, agresiva y
salvaje.
Lo probé la otra noche y me encantó. Ahora quiero todo el maldito
asunto.
Escondida detrás de un árbol, veo a Carson quitarse la camisa y tirarla
al suelo.
Yo solo llevo su sudadera del otro día, así que esto va a ser divertido.
Mis bragas yacían en la hierba como un incentivo para él. Son de color
blanco brillante y fáciles de ver a la luz de la luna. Él las encuentra casi de
inmediato y las levanta para oler el encaje, como si mi olor fuera su droga
favorita y se hubiera estado muriendo por un golpe, y mi coño se aprieta.
Doy otro paso atrás. ¡Snap! Una ramita se rompe bajo mi talón y llama
su atención.
Carson empuña las bragas y se lanza hacia donde actualmente me estoy
congelando el culo.
Empieza el juego.
Lo llevo más adentro del bosque, agradecida de llevar tenis para correr.
Su propiedad está básicamente en medio de la nada y no hay nada ni
nadie alrededor. Ni siquiera el granjero de al lado está lo suficientemente
cerca para escucharnos, así que me siento segura dejándome ir.
Los pasos de Carson se hacen más fuertes a medida que se acerca
rápidamente y me agacho detrás de un arbusto, tapándome la boca para
no jadear demasiado fuerte. Ya estoy sin aliento y no es por el cardio.
Estoy excitada y muriendo porque él me encuentre.
―¿Dónde estás, pequeña zorra? ―Él gruñe y estoy deshecha. Esto es
emocionante y salvaje.
Me levanto de un salto y vuelvo a salir corriendo y chillo cuando me
alcanza. Me deja caer al suelo de la misma manera que lo hizo la otra
noche, pero esta vez estoy lista y lo pateo para alejarme de su alcance otra
vez.
El aire frío golpea mi trasero desnudo cuando la sudadera que llevo se
levanta.
Con otro gruñido bajo, Carson agarra mi tobillo y me desliza hacia
atrás. Mi vientre raspa el suelo frío y duro y su mano se siente caliente
alrededor de mi pie.
Le doy una patada de nuevo, pero no funciona una segunda vez. Me
inmoviliza contra el suelo con mis muñecas y se sienta a horcajadas sobre
mí.
―Niña traviesa.
Moviéndome, me las arreglo para soltarme de su agarre suelto y
luchamos juntos por el suelo.
―Oh, mierda ―dice, como si estuviera impresionado por mi fuerza.
Aterrizo encima de él, y ambos jadeamos. Solo uno de los dos
finalmente se someterá, y esa seré yo. Simplemente no todavía, será mejor
que se gane este coño primero.
―¿Cuál es tu palabra de seguridad, Mak?
―Cupcake.
―Buena chica. ―Me da la vuelta y golpea mis brazos a mi lado, y gimo
cuando hunde su ingle contra la mía. Su pene está duro como una roca, y
los jeans se sienten ásperos contra mi coño desnudo.
Lo empujo hacia atrás y gruñe cuando mi pie golpea su pectoral, pero
sé que no lo lastimé. En lugar de correr, me pongo de rodillas y golpeo su
pecho tan fuerte como puedo para derribarlo.
―¡Oomph! ―Cae hacia atrás, llevándome con él.
No tenía idea de que luchar medio desnuda en el frío y oscuro bosque
se sentiría tan increíble. Me concentro en provocar a Carson quitándole
rápidamente las bragas cuando él las suelta accidentalmente. Frotando el
encaje obscenamente entre mis piernas, las mojo bien y las empujo en su
rostro para tratar de meterlas en su boca.
Sus ojos están muy abiertos por la sorpresa, luego se entrecierran en mí,
y gruñe con la boca llena de mi encaje. Me hace reír. Al sacárselas de la
boca, Carson mantiene solo la parte inferior entre los dientes y jala,
rasgando la tela en pedazos.
La. Imagen. Más. Sexy. Que. He. Visto. En. Mi. Vida.
Desearía tener otro par solo para que él pudiera hacer ese truco de
nuevo.
Carson me empuja hacia atrás y se sienta a horcajadas sobre mí, con el
triunfo iluminando su rostro hasta que logro soltarme de su agarre y
abordarlo de nuevo. Vamos de un lado a otro rodando y rasguñándonos,
mordiéndonos y arañándonos, y sé que he sido mucho más dura con él
que él conmigo. Me encanta esto. Mi cuerpo se siente como un cable vivo
y estoy sudando.
Bocanadas blancas de aire salen de nosotros mientras él me sujeta de
nuevo y dejo que mis piernas se abran para darle su premio. Carson choca
su boca contra la mía y me besa tan fuerte que me rindo por completo. No
hay espacio entre nuestros cuerpos para que pueda desabrochar sus jeans.
¡Maldita sea! Toco sus brazos y lo empujo hacia atrás.
―¿Te lastimé? ―inmediatamente pregunta.
―Para nada. ―Ahí es cuando noto metal en su boca―. ¿Te volviste a
poner los piercings?
Su sonrisa torcida es adorable.
―Cuando mencionaste que los viste en mi foto, sonó como si los
quisieras de vuelta.
Mi corazón canta en mi pecho.
―Quítate los malditos pantalones ―exijo.
Carson me ve por un momento, todavía respirando con dificultad,
luego se levanta de mí y se pone de pie. Ya está sin camisa y descalzo y
cuando finalmente se desnuda, la sudadera en la que todavía estoy me
hace asarme, pero no me atreveré a quitármela. Huele a él. Se siente como
él. La he estado usando durante la mayor parte de los tres días mientras
pensaba demasiado en un millón de cosas.
Cuando cae para montarse a horcajadas sobre mí de nuevo, me doy la
vuelta y trato de alejarme.
―¿A dónde crees que vas? ―Agarra mis caderas y empuja mis piernas
para abrirlas. Lo siento acomodarse detrás de mí, luego se inclina
completamente hacia abajo y lame mi coño como si fuera su primera
comida en días.
Estoy hinchada por la necesidad e incluso puedo olerme a mí misma en
este punto. Me levanto más alto para darle un mejor acceso.
―Eres tan jodidamente deliciosa ―gruñe―. Quiero comerte.
Me quedo a cuatro patas, y el mundo entero a mi alrededor se
desvanece. Somos solo Carson, y yo y mucho calor.
―Estás tan mojada e hinchada. ―Su próximo gruñido hace que mi
cuerpo se derrita―. Mi pequeña zorra necesita que la follen, ¿no?
―Sí.
Empuja la punta de su polla dentro de mí y se siente como si estuviera
siendo estirada. Empuja y retrocede lentamente, haciéndome tomarlo una
pulgada a la vez.
―Deja de jugar ―le suplico―. Quiero que te quites la correa, Carson.
Un gruñido de advertencia es todo lo que obtengo antes de que se
estrelle contra mí, tocando fondo con una fuerte embestida.
Me quita el aire de los pulmones por lo profundo que es. Cuando toma
mi cabello en sus manos, lo jala mientras me folla por detrás. Mi sudadera
es sofocante, no puedo quitármela y no tengo la capacidad de pedir
ayuda, no con la forma en que sus embestidas han conquistado mis
células cerebrales, pero él debe notar lo que estoy tratando de hacer
porque me jala hasta que estoy de rodillas, presionada contra su espalda,
y luego me quita la sudadera.
―¿Mejor?
―Sí. ―El aire fresco golpea mi piel y siento que puedo respirar de
nuevo.
Hasta que envuelve su mano alrededor de mi garganta y me empuja de
nuevo. Mis uñas raspan sus muslos mientras extrae placer de mi cuerpo.
Todavía estoy tambaleándome cuando suelta mi garganta y me inclina
hacia adelante, obligándome a acostarme boca abajo en el suelo.
―Levanta ese culo perfecto, Mak.
Apoyando sus manos en mi cabeza, Carson me monta en una nueva
posición. Es mucho más profundo en este ángulo, apenas puedo
soportarlo. Hay una delgada línea entre el dolor y el placer y Carson baila
sobre ella. Usaré mi palabra de seguridad si es necesario, pero por cómo
me siento el coño, no creo que haga falta. Estoy lo suficientemente
resbaladiza como para sentirlo por todos mis muslos, y lo que sea que está
golpeando dentro de mí tiene mi estómago apretado y los pies
flexionados.
―Qué buena chica tomando la polla de esta Bestia. ―Su calor corporal
me calienta la espalda. Alcanzando alrededor, Carson frota mi clítoris
mientras me folla―. Estás tan jodidamente mojada.
Si lo sabré yo.
―Todo lo que sigo... pensando... es en lo mucho que... quiero que... me
folles. ―Es difícil hablar con lo fuertes que son sus embestidas.
Carson muerde la parte posterior de mi hombro y un orgasmo me
atraviesa.
No es mío, es el suyo.
Su polla se sacude dentro de mí y es tan sexy e intenso que grito
mientras él ruge. Mi corazón late en mis oídos y pequeños puntos bailan
en mi visión. Todavía estoy tratando de recuperar el aliento cuando
Carson sale de mí y suavemente me da la vuelta.
―¿Estás bien?
―Sí. ―Me encanta que me quite el cabello del rostro para poder verme
mejor―. Eso fue increíble.
―Aún no hemos terminado. ―Besa mi frente, luego mi nariz, luego mi
garganta y baja por mi cuerpo sudoroso hasta que está de vuelta con su
boca en mi coño―. Quiero tu excitación en mi lengua, pequeña zorra.
El hecho de que también tenga su semen en la lengua me vuelve loca.
Carson empuja mis muslos para abrirlos y me come el coño hasta que
estoy gritando su nombre con el orgasmo que me da. Mi clítoris está tan
sensible que casi me duele, y trato de retorcerme, pero sus brazos están
enganchados alrededor de mis piernas y las aprieta para mantenerme
inmóvil.
―Aún no. ―Gruñe antes de lamer cada gota de mi clímax.
Y el suyo.
Cuando se arrastra encima de mí, abro la boca, con la esperanza de que
entienda lo que quiero que haga a continuación.
Carson no me defrauda.
Deja que la excitación acumulada en su lengua gotee sobre la mía. Es
dulce, ácida y salada a la vez.
El juego con semen está en nuestras dos listas, pero el juego con saliva
era una de las cosas en la suya. Esta es la primera vez que lo pruebo y
estoy feliz de decir que lo haré de nuevo. Es más sexy de lo que pensé que
sería.
Arrastrándolo hacia mi boca, nos besamos de nuevo. Es más suave y no
tan agresivo como antes. Tenemos un sabor increíble juntos.
También follamos increíble juntos.
Cuando Carson vuelve a levantarse, me quita algunos restos del
cabello.
―¿Segura que estás bien?
―Sí. ¿Tú?
―Ajá. ―Sin otra palabra, me levanta y me lleva de regreso a la casa.
―No tienes que cargarme. Puedo caminar.
―No es tanto para ti como lo es para mí.
Cierro la boca. Claramente, parte del asunto de Carson es cuidar a su
sumisa, independientemente de cuán suave o áspera sea una escena. Sé
que a veces los Doms también necesitan cuidados posteriores.
Me ve con el ceño fruncido.
―Fui muy duro ahorita.
―Lo dice el hombre con marcas de garras en el cuello. ―Me siento mal
por arañarlo tan fuerte. El control se me escapó por un momento ahí
fuera―. Siento mucho haberte lastimado.
―No me lastimaste. ―Abre la puerta corrediza de vidrio, que debe
haber estado sin seguro todo este tiempo―. Estoy perfectamente bien.
Si ese es el caso, ¿por qué está temblando y luciendo tan serio?
Me deja en el sofá y comienza a ver por encima de mi cuerpo.
―¿Estás segura de que no estás herida?
―Estoy bien. Lo juro. ―Mi risa solo empeora su lenguaje corporal―.
Okey, detente, Carson. ¿Qué pasa?
Se pasa las manos por el cabello y suelta un largo suspiro.
―Yo solo… ―Aprieta la mandíbula cuando aparta la mirada de mí―.
Joder.
Como me siento incómoda, me inclino por el humor.
―Otra vez, ¿tan pronto? Pensé que el tiempo de recuperación rápida
solo estaba reservado para personajes ficticios.
Su mirada se desvía hacia la mía, y su boca se torna hacia abajo.
―¿Qué?
―Te follaré de nuevo aquí mismo, en este momento si quieres. ―No sé
cómo hacerle entender que estoy totalmente bien, pero veo que él no está
del todo bien, y no tengo ni idea de cómo hacerlo sentir mejor.
Voy a follarlo para tranquilizarlo si puedo. Estoy totalmente de acuerdo
con eso. Resulta que tengo una energía de personaje principal fantástica.
Carson cae de rodillas y agarra mis manos, y su expresión hace que mi
corazón se caiga.
―Tienes marcas rojas en tus muñecas por lo fuerte que te sujeté, Mak.
―¿Y eso qué? Forcejeamos. Tuve que torcer mis brazos para salir de tu
agarre.
―Te sostuve más fuerte de lo que pretendía.
―Bueno, no me di cuenta, y aún así me liberé. ―Oh, Dios. ¿Cuál es su
problema?―. Carson, me encantó cada cosa que acabamos de hacer.
Nunca me había sentido tan libre en mi vida. Todo el estrés que he
acumulado esta semana se ha ido de mi pecho. Me siento increíble. Esto
es exactamente con lo que he estado fantaseando durante mucho, mucho,
mucho tiempo.
Sigue viendo mis muñecas. ¿Por qué le molesta un poco de
enrojecimiento? Ambos tenemos marcas de mordeduras y rasguños del
otro, pero él se enfoca en esta pequeña cosa en su lugar.
―Oye. ―Tomo su rostro y hago que me mire a los ojos―. Podría haber
usado mi palabra de seguridad en cualquier momento, y tú me habrías
soltado.
―Sí. Me hubiera gustado.
―Te lo dije antes, me gusta rudo. Quiero marcas en mí, Carson.
Su mandíbula se aprieta.
―Por favor, deja de castigarte por un par de marcas rojas. En serio,
estoy bien.
Se suelta de mi agarre y se sienta en el sofá a mi lado y entierra su
cabeza entre sus manos.
―Siento que fui demasiado duro contigo.
―No lo fuiste. Oye… ―Bajo sus manos y hago que me vea―. Me diste
el mejor sexo de mi vida justo ahora, y quiero hacerlo otra vez. Pronto. Si
te pones demasiado brusco, diré Cupcake y listo, pero tienes que
prometerme lo mismo, porque parece que te peleaste con una puma y te
ganó.
Eso me gana una pequeña risa.
Carson me sube a su regazo y suavemente dice:
―Lo hizo, pero de alguna manera yo obtuve la recompensa.
CARSON
A veces, una escena estremecerá a un Dom, especialmente si es intensa,
y a veces necesitamos que nos aseguren que en realidad no somos bestias
salvajes que han hecho algo malo. Cuando Mak intenta salir de mi regazo
para traerme un poco de agua, mis brazos se aprietan a su alrededor.
―Solo necesito abrazarte un poco más. Si está bien.
Se acomoda contra mi pecho y suspira.
―Bien, porque realmente me gusta que me abraces.
Una vez más, recuerdo lo pequeña que es. Quiero ponerla en mi bolsillo
y conservarla como una piedra preciosa, pero no puedo quedármela. Ella
no es una piedra preciosa, es un pez. Algo que puedo atrapar, admirar y
que algún día liberaré en el gran océano.
Pero no esta noche. Esta noche, ella es toda mía.
Me alivia que no esté molesta por sus muñecas rojas, pero eso no
significa que no esté molesto conmigo mismo por dejarlas así.
Quemaduras de cuerdas, marcas de esposas, cadenas, todas esas cosas
dejan marcas en tu cuerpo. Lo mismo para las mordeduras y rasguños, y
me dejó claro que le gusta lo rudo...
Pero hay algo en el hecho de que mis manos hagan esas mismas marcas
que me remuerde la conciencia y me resulta difícil quitármelo de encima.
Nunca he lastimado intencionalmente a alguien antes. Sé muy bien lo que
es estar en el extremo receptor y siempre he sido muy consciente de mi
fuerza e intensidad.
Esta noche, la dejé escapar.
Sigo rompiendo mis reglas con Mak, y no me gusta, me hace enojar
conmigo mismo. Yo soy el que siempre prepara la escena. Yo.
Solo. Yo
Pero esta noche, me tomó por sorpresa y estuve totalmente dentro con
que Mak dirigiera la escena y me dejé llevar.
Nunca he hecho eso antes. Mierda… no sé cómo sentirme al respecto.
Se apoya en mi pecho y tira una manta sobre nuestros cuerpos. Respiro
su aroma y dejo que fluya a través de mi sistema, al igual que hago con
los difusores de lavanda que tengo en mi estudio.
Tranquilo. Tranquilo. Tranquilo.
Permanecemos envueltos por un rato en silencio, pero no puedo apagar
mi maldita cabeza. Ciertos pensamientos azotan mi conciencia y no logro
detenerlos.
―Tengo demasiado calor. ― Al quitarme la manta, sigo sin poder
refrescarme. Sigo desnudo. Tengo suciedad por todas partes. Mak todavía
tiene ramitas y hojas atrapadas en su cabello. Arrancando un tallo, lo dejo
caer al suelo.
―Deberíamos bañarnos.
―Sí. ―No parece convencida―. Pero estoy tan cómoda.
Ella mueve su trasero en mi regazo juguetonamente.
Toda esta noche se siente bien, extraña y no planificada.
Todavía no puedo respirar.
―Arriba. ―Golpeo suavemente su muslo y ella hace lo que le pido. Mi
corazón late a un kilómetro por minuto. ¿Qué diablos me pasa? Viendo
hacia abajo a mi cuerpo, el sudor brota de mi frente y baja por mi espalda.
Mi pecho se aprieta.
―¿Estás bien? ―Sus cejas se hunden en una V.
―Sí, estoy genial. ―Dirigiéndome a la puerta corrediza de vidrio,
agrego sin convicción―. Voy a agarrar nuestra ropa. Vuelvo enseguida.
Cuanto antes pueda calmarme, mejor. Abriendo la puerta de un tirón,
el aire fresco abofetea mi cuerpo desde todos los ángulos y me tomo mi
tiempo para recoger toda nuestra ropa del jardín y el bosque. Jesucristo,
corrimos por todos lados. Sinceramente, nunca alguien había iniciado una
persecución. Mis sumisas siempre han esperado a que prepare el
escenario y repase las reglas antes de empezar.
Mak salió de la nada.
Me encantó, pero ahora estoy pagando las consecuencias de mis
acciones. Si no entiendo nuestra dinámica y establezco mejores reglas
básicas, uno de nosotros tendrá un problema y ese uno seré yo.
Mierda. ¿Qué estoy haciendo? Este comportamiento está tan fuera de
lugar para mí.
―Contrólate, imbécil. Ella está aprendiendo las reglas, no tiene la culpa
de que estés así.
Tal vez debería volver a terapia.
Arrancando sus bragas del suelo no me atrevo a acercarlas a mi nariz
de nuevo, sin importar cuánto lo desee. Olerla me convierte en un animal.
No estoy listo para ponerme duro y follarla de nuevo tan pronto. Mi
corazón todavía está acelerado, y mi cabeza está hecha un desastre.
Después de encontrar todo, me vuelvo a poner los bóxers y entro para
encontrar que Mak ya no está donde la dejé en el sofá.
Envuelta en la colcha, está de pie frente a mi librero de nuevo,
sosteniendo una carpeta abierta. Sé que me escuchó entrar, pero no me
reconoce hasta que doy un paso detrás de ella.
―Ese es un portafolios viejo ―digo, todavía sosteniendo su sudadera
y sus bragas. No tengo ni idea de dónde están sus pantalones y sus
zapatos.
―¿Tú tomaste todo esto? ―Pasa las hojas como si fueran algún tipo de
artefacto antiguo y precioso que no quiere estropear.
―Sí. ―Sonrío ante la imagen de un niño con esmoquin, andando en
bicicleta―. Ese es el sobrino de un amigo mío.
―Es una monada.
Sí, lindo, pero peligroso. Beetle es un temerario. Amo a ese chico.
Mak pasa unas cuantas hojas.
―Wow. Ella es hermosa.
Mi corazón se aprieta.
―Esa es mi ex. ―Las palabras brotan antes de que tenga el sentido
común de detenerlas―. Era una sumisa mía, quiero decir. ―Es también
mi mayor arrepentimiento.
―Sus pechos son increíbles. ―Mak ve fijamente la foto de Lauren
vistiendo un traje de cuero negro con un gato de nueve colas en sus
manos. Tomé una serie de fotos para la comunidad BDSM y guardé esta
en particular como muestra de mi talento. Lauren está viendo hacia la
cámara -su audiencia-, con una postura poderosa y ojos cálidos. Parece
que podría matarte y besarte al mismo tiempo.
―¿Por qué no funcionó?
Mak compartió algunos de sus complejos sobre su ex conmigo. Es justo
que yo corresponda, sin importar cuánto odie hacerlo. Si no vuelvo a
hablar de Lauren ahora, será demasiado pronto. Debería haber quemado
esa maldita foto hace mucho tiempo, en lugar de guardarla como un
recordatorio de por qué es importante mantener mi corazón en una jaula.
―Ella quería más de lo que yo podía darle.
―Oh. ―Espero que haga más preguntas, pero Mak solo pasa la
página―. Esto es impresionante.
―Es en Costa Rica. ―La toma del paisaje es otra de mis favoritas―. El
sol se estaba poniendo justo sobre la cima de la colina, e hizo que todo
sangrara en colores que nunca he visto desde entonces.
Algo zumba desde el sofá, donde está nuestra ropa. Me doy cuenta de
la hora y de quién es probable que esté llamando.
―Mierda. ―Me apresuro y tomo mi celular―. Hola, lo siento. No voy
a poder esta noche.
Mak se gira hacia mí y cierra la carpeta.
―Okey, no hay problema ―dice Trey―. Si cambias de opinión, ya
sabes dónde encontrarnos.
―Sí. ―Cuelgo y la culpa me sube por el pecho cuando veo a Mak―. Lo
siento.
―No, no. ―Ella desliza la carpeta de nuevo en el estante―. Soy yo la
que lo siente. No sabía que tenías planes, y me apropié de tu noche, ya me
voy.
Me interpongo en su camino, bloqueándola de la ropa en el sofá.
―No quiero que te vayas. ―Que es exactamente por lo que debería
acompañarla a la puerta de mi casa en este momento―. No tenía planes,
eran solo unos amigos míos viendo si me conectaba esta noche.
Ella me estudia por un momento y se lame los labios.
―Bueno, por favor, no dejes que te detenga, Carson. ―Su tono es suave
y dulce, no está actuando abatida, lo que lo hace más fácil. Mak pasa a mi
lado para agarrar sus cosas―. ¿Te llamo luego durante la semana?
―Quédate. ―Mi voz se quiebra, al igual que mi corazón―. Por favor
quédate.
Nos miramos el uno al otro durante un largo minuto.
―Quédate conmigo. ―Por el amor de Dios, sueno como un niño―.
Podemos ver una película o pedir comida si quieres.
―Me quedaré con una condición. ―Deja caer su colcha y se vuelve a
poner mi sudadera. ―Me quedaré si te conectas a Internet con tus amigos
y haces lo que originalmente habías planeado para esta noche.
Como el infierno que lo haré.
―Son solo videojuegos. ―Y no hay forma de que los juegue cuando
termine con Mak. Prefiero darle toda mi atención―. No es importante.
―Era lo suficientemente importante como para que te llamaran y te
preguntaran.
Quiero discutir, quiero minimizarlo. Quiero hacer muchas cosas y no
puedo porque esto solo funcionará con Mak si soy abierto y honesto con
ella.
―Así es como me descomprimo.
Y después de lo que acaba de pasar, y la forma en que mi cabeza está
confundida, realmente necesito un escape.
Ella asiente como si eso tuviera sentido.
―¿Tu juegas? ―Si lo hiciera, sería la criatura más perfecta del planeta.
―No, realmente nunca me metí en los videojuegos.
Sigue siendo la criatura más perfecta del planeta.
―¿Qué tal si tú juegas y yo… ―Mak se acerca de nuevo a mi estantería
y toma un libro del estante superior―. Leo.
Una sonrisa cruza mi rostro.
―Trato.
MAK
―¿Es aquí donde guardas los cadáveres? ―Lo sigo a su sótano,
agarrándome de la barandilla con una mano, agarrando un romance de
cambiaformas con un bombón semidesnudo en la portada con la otra.
―No, los guardo en una habitación libre arriba. Están puestas como
muñecas en una fiesta de té.
―Genial. ―Mis pies golpean la parte inferior de los escalones justo
cuando enciende las luces―. Wow.
El sótano de Carson está configurado como una estación de juego
gigante. Me refiero a luces de neón, un sofá enorme, bocinas por todas
partes y luces negras que hacen que la alfombra en espiral brille en
púrpura y azul. Hay una enorme pantalla plana frente al sofá de cuero y
un escritorio con enormes monitores y teclados contra la pared del fondo
con una silla negra y verde que parece que debería ser un accesorio en
una película de ciencia ficción.
―La descompresión requiere mucho…. ―Veo a mi alrededor de
nuevo―. Estímulo.
Cuando sonríe, sus dientes brillan gracias a todas las luces negras.
Este hombre es un enigma. Su estudio era una cosa, pero su casa es
como tres niveles de la dimensión desconocida. En la planta superior tiene
el dormitorio BDSM hecho de fantasías oscuras. Su nivel principal es todo
confort y vida funcional, y su nivel inferior es un paraíso de
videojuegos/arcade de siguiente nivel.
Incluso hay un bar y un refrigerador.
Estoy empezando a pensar que Carson tiene muchas facetas, las cuales
estoy disfrutando mucho hasta ahora.
―¿Estás segura de esto? ―Se frota la parte de atrás de su cuello y aún
está usando solo sus bóxers. Juro que no puedo entender cómo nos
sentimos tan cómodos el uno con el otro. Me gusta, pero también me está
volviendo loca―. Podemos simplemente ver una película. ¿O salir a
cenar? Podemos hacer lo que quieras, Mak.
―Lo sé, y quiero esto. ―Sacudo mi libro hacia él―. Acabo de trabajar
un turno doble, Carson, y luego me follaron duro en el bosque. Me
vendría bien un poco de descompresión. ―Solo miento a medias. La
verdad es que me estoy apegando a este hombre y me gusta lo cómoda
que me hace sentir. Quiero estar con él haciendo cosas normales también,
no solo cosas pervertidas.
Creo que no me di cuenta de lo sola que estaba hasta que Carson entró
en mi vida. Claro, he tenido un par de encuentros desde mi gran ruptura,
pero esto se siente muy diferente. No es un rebote de ninguna manera y,
sin embargo, no puedo ponerle una etiqueta a lo que realmente es. Una
sociedad no es suficiente, la situación tampoco.
Me estoy encariñando demasiado pronto.
Pero traté de irme, ¿no? Él tenía planes, yo estorbaba y me ofrecí a irme,
pero él fue quien me pidió que me quedara. ¿Y cómo podría negarme a ver
un lado más de este hombre perfecto?
―Si te aburres, o si hablo demasiado alto, solo… tírame algo a la
cabeza.
―Okey. ―No lo haré.
―Y realmente… ―Carson presiona algunos botones en su
computadora―. Puedo salirme en cualquier momento, solo házmelo
saber y dejaré de jugar.
Dejándome caer en el sofá, lista para acurrucarme con un buen libro,
espero que juegue toda la noche.
―Estoy a punto de conocer a un atractivo hombre lobo multimillonario
que es dueño de un club de sexo. Deja de intentar interrumpir esta linda
reunión mágica.
Las tres pantallas de la computadora de Carson se iluminan y el sonido
estalla a través de los parlantes, haciendo que mi corazón salte de mi
pecho.
―¡Mierda, lo siento! ―Se apresura a bajar el volumen―. Me gusta la
experiencia completamente sumergida. ―Se ríe como si estuviera
avergonzado―. Usaré mis auriculares para no molestarte a ti y a tu
multimillonario hombre lobo alfa Dom.
―No, no, no. También quiero escuchar tu juego.
Él frunce el ceño.
―¿Eso no te distraerá de la lectura?
―No, me gusta el ruido cuando leo. ―Ni idea de por qué―. Por lo
general, pongo música a todo volumen en casa cuando disfruto de mis
libros obscenos.
Carson sube el volumen solo un poco, pero con el sonido envolvente,
es suficiente para hacer vibrar mi pecho.
―¡Heeeyy! ―Una mujer grita―. ¡El imbécil ha vuelto!
Carson agarra un pequeño micrófono en su escritorio.
―Sabía que me extrañarías, Ara.
Alguien más se pone en la línea y su voz es mega profunda.
―Maldita sea, ha pasado un tiempo. Trey dijo que no jugarías esta
noche. Me alegro de que hayas cambiado de opinión.
―Sí, lo siento. Estaba ocupado. ―Carson hace girar su silla y me guiña
un ojo―. Estoy listo para darle a Trey sus bolas. No tendrá que rogarme
de nuevo.
―Nunca he suplicado un día en mi vida.
―Bueno, eso es una maldita mentira. ―Ara dice―. Le ruegas a Erin
por… ooouch, ¡Glitch!
― No termines esa frase, Gatita.
Dejo caer mi libro para taparme la boca porque me estoy riendo mucho.
Sus amigos suenan divertidos.
―Por favor, dejen todos sus nombres cariñosos en la puerta. No quiero
que mis inocentes oídos sangren. ―Carson pasa los dedos por algunas
teclas y las pantallas cambian―. Y por cierto, tengo compañía. Mak, di
hola.
―¡Hola! ―Sueno ridículamente alegre, incluso para mis propios oídos.
El silencio hace eco en la habitación. Entonces, de repente, Trey dice:
―¿Mak? Aplaude una vez si te tienen como rehén.
―Te voy a aplaudir en un maldito minuto ―gruñe Carson―. Basta,
imbécil. Ella está tratando de leer obscenidades y tú estás arruinando su
ambiente.
―Oh. ¿Qué libro es? ―pregunta Ara.
Carson recita el título antes de que yo lo vea.
―Aún no he leído ese ― dice Ara.
―Es bueno. Tiene dos pollas, creo. ―La voz de Trey se ahoga por un
minuto―. Mierda, pensé que Beetle estaba cerca para escucharme, pero
no. Cristo, eso estuvo cerca. Como sea, ese es bueno. La portada también
fue la más rápida que he hecho hasta la fecha. La autora es fácil de
complacer.
―Sí ―se ríe Carson―. Chloe salió con el modelo la noche que tomé
esas fotos de portada. De hecho, no tenía dos pollas. Según ella, apenas
tenía una.
―Qué pena. ―Ara se ríe―. No todos podemos tener un demonio
unicornio.
―Ni siquiera voy a preguntar qué significa eso ―dice Carson.
―Hablando de portadas… ―Trey habla más fuerte―. Le hice saber a
mi clienta que estabas en eso. Está emocionada y quería que te reiterara
que le gustan mucho las vibraciones de Florence and the Machine. ¿Qué
diablos es eso a todo esto?
―Una banda de indie rock. Amplía tus horizontes musicales, hombre.
―Carson se recuesta y gira con impaciencia en su silla―. ¿Vamos a
charlar toda la noche o vamos a empezar este juego, hijos de puta?
Este no es un lado de Carson que haya visto todavía. Es un bocazas
como el infierno. No me puedo imaginar ser insultada por mis amigos
como estos chicos lo están haciendo entre ellos, pero cuantos más chistes
se lanzan, más me gusta.
―Me voy a follar a tu mamá y le daré un hijo al que realmente ame ―le
dice Trey a Carson en un momento dado.
Ara se parte de risa.
Creo que alguien gana puntos o muere o no sé qué, pero Carson se pone
de pie y grita. Una figura en la pantalla falla y reaparece.
―¡Distráelo por nosotros, Mak! ―Ara grita―. ¡Deja el libro y
ayúdanos!
―Ella no puede ayudarte, Ara. Se está tirando a un multimillonario
hombre lobo en un club de sexo clandestino. ―Carson golpea
furiosamente sus dedos en el teclado―. ¡Chúpenlo, tontos!
Todavía tengo que empezar mi libro porque estoy disfrutando de este
loco entretenimiento. Con Carson todavía de espaldas a mí, me quito la
sudadera y me dirijo hacia donde está golpeando furiosamente las teclas
para ganar el juego.
Descanso mi cadera desnuda contra su escritorio.
―Oh, mierda. ―Su mirada baja lentamente por mi cuerpo―. Ohhh,
mieeerda.
―¿Pueden verme? ―gesticulo.
Él traga saliva, con los ojos muy abiertos mientras niega con la cabeza.
Bien.
―¡Agárralo, Mak! ―Ara grita.
―Deja de molestarla, y deja de intentar hacer trampa para ganar.
―Carson me observa con una mirada depredadora mientras me hundo
de rodillas debajo de su escritorio. Su respiración se acelera cuando
engancho mis dedos en la cintura de sus bóxers y los bajo por sus gruesos
muslos.
Su polla dura se balancea mientras se libera y la capturo con mi boca.
―Reaparecí en otro lugar. ¡Mierda! ―Trey grita―. Maldita sea, espera.
Estoy de vuelta en la zona T.
―Tu hermano hizo un gran trabajo en este juego. ―La voz de Ara es
ligera y burbujeante―. Buenos gráficos.
Trey hace algo de ruido de fondo.
―Carson, ¿sigues con nosotros?
―Sí. ―Se aclara la garganta―. Estoy… en la zona R. ¿Cómo diablos
llegué aquuuuuí… Mieeeerda. ―Carson agarra la parte superior de mi
cabeza mientras lo chupo.
Su mirada está fija en mí, no en el juego.
Me alejo y lo bombeo con mis manos.
―Juega tu juego y déjame jugar el mío.
Abriendo mi boca de par en par, porque Carson es corpulento, lo meto
de nuevo. No puedo pasarlo más allá de cierto punto en mi garganta en
este ángulo, pero tengo una buena parte de él entre mis labios y empiezo
a chupar en serio mientras él trata de concentrarse en el juego.
Los sonidos de todos los gritos, las armas disparando, los avatares
corriendo y la música de lucha se desvanecen.
Carson gruñe como un animal, agarrando mi cabello y moviendo sus
caderas con movimientos lentos.
De repente está muy silencioso y todo lo que puedo escuchar son los
sonidos que está haciendo y los ruidos de sorber de mí.
―Eso es, Mak. Chupa mi polla con esa boca bonita y sexy tuya.
Rasguño sus muslos, lo que me gana otro gruñido de él. A la mierda
con un hombre lobo multimillonario, tengo a mi propio hombre de
fantasía justo donde lo quiero, a punto de correrse por mi garganta.
―Mieeerda te sientes tan jodidamente bien. ―Su respiración se vuelve
irregular cuanto más lo chupo―. Trágame.
Su polla se hincha y sus piernas se ponen rígidas unos segundos antes
de tener un orgasmo. Mi lengua está plana contra su eje y me encanta
cómo su polla palpita entre mis labios mientras dispara su dulce y salado
semen en mi boca. No desperdicio ni una gota de esta bondad,
chupándolo hasta que me ruega que lo suelte y muestre misericordia, me
paso la mano por la barbilla para limpiarme la baba.
Me gusta dar mamadas sucias, y me encanta la forma en que Carson
me ve en este momento.
―¿Ganaste? ―susurro para que sus amigos no puedan oírme.
―Sí ―jadea―. Mierda, lo hice. ―Agarra mis brazos y me ayuda a salir
de debajo de su escritorio.
―¿Cuál es tu puntuación? ―Espera. Todos los monitores están
apagados―. Pensé que tu...
Carson estrella su boca contra la mía y me levanta del suelo.
―Eso fue travieso de tu parte.
―Quieres decir que eso fue muy generoso de mi parte ―grito cuando
me deja caer en el sofá―. ¿Qué estás haciendo? ¡Se supone que debes estar
jugando tu juego!
―Preferiría jugar al tuyo, pequeña zorra. ―Levanta el libro que había
tirado y me lo entrega―. Empieza a leer.
La confusión me hace callar, pero luego se deja caer a mis pies y me
abre las piernas.
―Comienza. A. Leer. En. Voz. Alta.
Mientras trato de murmurar la primera oración, Carson desciende
sobre mi coño y le da un buen uso a su boca que habla basura. Ese hombre
lobo multimillonario con doble polla no es nada comparado con mi
hombre.
Con su tortuosa lengua follándome, ni siquiera termino la primera
página.
CARSON
Ha pasado una semana desde que Mak se fue de mi casa y todavía no
puedo dejar de pensar en ella. Nos enviamos un poco de mensajes de
texto, pero ella no ha vuelto y todavía tengo que visitar su casa. La tensión
que crece en mi pecho duele como una perra, no puedo sacarla de mi
mente.
Es inquietante.
No soy fanático de las ataduras. No me va el amor instantáneo o incluso
la lujuria instantánea. Necesito que muchas cosas funcionen a la
perfección para que hable un idioma al que yo pueda responder. Puede
que suene muy exigente, pero nunca he pretendido ser perfecto, no estoy
ni cerca de serlo.
Mak no pasó la noche después de que hice que se corriera tres veces en
mi lengua mientras trataba de gemir, moler y gruñir a través de una
página de ese libro obsceno. Quería que se quedara, pero se negó. Tuve
que morderme la lengua para evitar rogarle. Mak estaba siendo más
inteligente que yo al irse cuando lo hizo.
Solo que ahora no puedo concentrarme en una mierda.
Tengo una convención próximamente, dos exposiciones de arte a las
que asistir y todavía estoy esperando recibir noticias sobre un concurso al
que me postulé. Sin mencionar miles de fotos boudoir para revisar y
editar. Además, tengo que planear una firma de libros donde tomaré fotos
de las autoras haciendo lo suyo y ahora necesito asegurarme de poder
programar tiempo con algunos de los modelos de portada que se unirán
a ellas. Cada oportunidad que se me presenta, la aprovecho cuando
impulsa mi carrera.
También tengo tres sesiones consecutivas hoy en el estudio.
Mi vida está lo suficientemente ocupada como para agregar a mi lista
de cosas por hacer el suspirar por una mujer.
Hablando de fotos, nunca le mostré a Mak la suya. Sigo pensando que
puedo usarla como una táctica para traerla a mi casa, pero ¿por qué
molestarme? No necesito una excusa, puedo pedirle que venga y ella lo
hará o no. Los archivos se le enviarán por correo electrónico
independientemente, solo no lo he hecho todavía.
¿Por qué estoy tambaleándome?
Maldita sea, esta mujer me está jodiendo.
―Oye, jefe, ¿quieres un café?
Veo a Chloe y suspiro.
―Sí. Tráeme lo que sea más fuerte, ni siquiera me importa si sabe bien
o no. ―Estoy cansado como un perro porque no he dormido en días y
ninguna cantidad de masturbaciones, levantamiento de pesas o televisión
aliviará mi ansiedad. También podría alimentar al demonio con un poco
de cafeína para empeorarlo.
Tengo alrededor de una hora antes de que llegue mi próxima clienta.
Debería estar preparándome. En vez de eso, saco mi celular y me desplazo
a través de mis contactos para encontrar al que no he llamado desde mi
último bajón.
Contesta al segundo timbre.
―Hola, hombre. Ha pasado mucho jodido tiempo.
―Sí, lo siento. Ha estado locamente ocupado. ¿Cómo te va?
―Tan bien como puedo estar. ―Hay silencio por un momento―. ¿Qué
pasa? Tú y yo sabemos que no llamaste sin una buena razón.
Mi trasero cae sobre la cama que debería estar rehaciendo.
―Creo que la cagué.
―Ajá.
―Conseguí una sumisa nueva la semana pasada. Ella es…
―Asombrosa, dulce, espectacular―. Divertida.
―La diversión es buena. ―La precaución ata la voz de mi viejo
mentor―. La diversión es importante.
Mi confesión sale volando de mí.
―He-roto-casi-todas-las-reglas-que-tengo. ―De pie, camino como un
león enjaulado en mi estudio―. Era nueva en K!nkLink. Ni siquiera pensé
en investigarla primero antes de enviar su contrato. Entonces
simplemente hicimos click. Ni siquiera puedo describirlo.
―No veo el problema.
―He roto casi todas las reglas del libro, y me refiero a todas las jodidas
reglas, Ryker.
El silencio se extiende a través de nuestros celulares. Me hace sentir
culpable. Quiero golpear algo.
Mis propias nueces serían un blanco perfecto.
―¿La lastimaste? ―El tono de Ryker es nervioso y oscuro, con
agresividad.
Me detengo en seco.
―¿Qué? ¡No, idiota, por supuesto que no!
―Entonces no rompiste todas las reglas del libro.
―Le agarré las muñecas. ―Pensar en eso ahora me hace sentir mal―.
Estaban rojas después.
―Como suelen ponerse las muñecas cuando hay algo a su alrededor.
¿Cómo reaccionó ella?
―Ella dijo que estaba bien.
―¿Le crees?
―Sí. ―Mak hubiera dicho algo si no estuviera de acuerdo con eso―.
Ella es ruidosa y sincera, y le gusta rudo. Dijo que no le molestaba en
absoluto, pero a mí me molesta muchísimo. ―Nunca soñé que me
pondría así por algo tan trivial, pero aquí estamos.
Ryker se aclara la garganta.
―Aparte de sus muñecas, ¿qué más te está carcomiendo, Carson?
Demasiadas cosas.
―No fui lento. Ella es nueva y me moví como si no lo fuera.
―¿Y qué pasó?
―Tuvo una caída fuerte y rápida la primera vez, ni siquiera conocía sus
comodidades para el cuidado posterior, tuve que improvisar. ―Algo que
nunca me perdonaré, sinceramente.
―¿Y la segunda vez? Supongo que ha habido más de una.
―Ella lo inició.
Silencio sobre la línea otra vez.
―¿Y? ―Ryker finalmente pregunta.
―Perdí mi autocontrol. ―Admitir eso en voz alta me da ganas de saltar
por la maldita ventana―. Ahí fue cuando le lastimé las muñecas.
―Lastimar no es lo mismo que enrojecer. Tú lo sabes.
No necesito que Ryker se ande con rodeos sobre el tema.
―No me gusta haberle hecho eso.
―Entonces trabaja más duro en tu control. Ser protector es una gran
parte de tu naturaleza, Carson. Sigo sin… ―Hace una pausa y contengo
la respiración. Hay una razón por la que llamé a Ryker y no a Trey o Glitch
o cualquier otra persona cercana―. Descríbemela.
Ahí está. Él sabe por qué estoy cayendo en espiral.
―Un metro sesenta y cinco de alto, alrededor de cincuenta y cinco kilos.
―Mmm, ajá.
Mi cuerpo se calienta y mi estómago se revuelve cuando la vergüenza
me golpea.
―Ella es tu primera spinner6, ¿no es así?
Un gruñido sale de mi garganta.
―No la llames así.
No es que tenga un problema con el término, pero no me gusta la idea
de Ryker imaginando cómo se vería mi chica sobre mi polla. No quiero
que él la imagine en absoluto.
Maldita sea, ¿por qué me estoy convirtiendo en una bestia tan posesiva
con ella?
―Creo que ambos sabemos que no es que le hayas enrojecido las
muñecas lo que te tiene así. Es el tamaño de sus muñecas. El tamaño de
ella en comparación con el tuyo.
No debería haber acudido a él. Ser regañado no es lo que necesito en
este momento.
―Dejando a un lado los problemas de imagen corporal por un
momento ―dice Ryker con un tono más estricto y frío―. Si ella lo inició
la segunda vez, después de que titubeaste en su cuidado posterior,
entonces tómalo como una victoria. Ella te dio una segunda oportunidad.
―¡Y lo arruiné yendo demasiado duro!
―¿O le diste exactamente lo que quería? Ella tiene una palabra segura,
¿no? ―No espera a que responda―. ¿La usó cuando le sujetaste las
muñecas?
―No.
―No. ―Como si nada. Fin de la historia. Caso cerrado.
Pasando una mano por mi rostro, cierro mis ojos con fuerza.
―Me estoy apegando. ―Listo. Lo dije―. Es estúpido, lo sé, y es
demasiado rápido, pero creo que estoy teniendo... sentimientos.
―¿Crees o lo sabes?

6
es una mujer menuda y en forma. El significado literal es una mujer a la que puedes girar mientras monta tu
polla, pero más que eso habla de su habilidad sexual, como una gimnasta o atleta. Puedes girarla en muchas
posiciones con facilidad, o gira por todo tu cuerpo.
―Yo...
―No dejes que lo que pasó entre tú y Lauren arruine esto, Carson.
Perdiste mucho tiempo con esa mujer. Ella no puede impactar tu presente
o tu futuro.
―Mi regla más importante es no encariñarme.
―Algunas reglas están destinadas a romperse. ―Ryker resopla en mi
oído―. Cristo, hombre, no puedes mantenerte congelado para siempre.
Si tu sumisa es…
―Mak. Su nombre es Mak. ―No puedo soportar que piense que ella es
solo una sumisa cuando ahora me doy cuenta de que podría ser más que
eso para mí.
―Mak. Me gusta.
Ojalá no se lo hubiera dicho ahora. Él dice su nombre de una manera
demasiado agradable. Ni siquiera quiero que su nombre salga de su boca.
Santo infierno, soy un desastre.
―Mira ―dice Ryker―. Mak te está dando lo que necesitas, y tú le estás
dando a ella lo que ella necesita, y eso es exactamente para lo que es esta
vida. Si te sientes cómodo, incluso fuera de las escenas con ella, eso no es
malo. Todavía estás trabajando en ti mismo, ¿verdad?
―Siempre.
―¿Ella puede tocarte sin problemas?
Odio que haya tenido que preguntar.
―Sí, y parece que no puede quitarme las manos de encima. Mientras
no mire, estoy bien con eso.
―Ese es un paso en la dirección correcta, Carson.
Lo sé.
―Pero esto parece demasiado, demasiado pronto. No estamos ni cerca
de un punto en el que debería sentirme así. No puedo comer no puedo
dormir, jodidamente la extraño cuando no está conmigo.
Ryker suspira como si esto fuera peor de lo que pensaba, o tal vez está
pensando que soy un idiota y no sabe cómo colgarme.
―¿Cómo se alinean sus expectativas para el futuro?
―No tengo ni idea, aparte de que ninguno de los dos queremos
casarnos ni tener hijos.
―Te preocupa que esto sea una repetición de Lauren, ¿no?
Mierda, sí.
―No creo que pueda volver a pasar por una ruptura tan fea como esa,
Ryker.
Apretando mis ojos, todavía puedo ver a Lauren llorando, con su rímel
corriendo en rayas negras por sus mejillas mientras toma unas tijeras de
cocina y corta el collar que le encargué para simbolizar nuestro
compromiso.
Yo llevaba la llave alrededor de mi collar y ella tenía la cerradura en el
suyo. Estaba locamente enamorado de esa mujer. Cegado por eso lo
suficiente como para nunca ver las banderas rojas o que ella no estaba feliz
conmigo. Creí que finalmente tenía una victoria en mi vida solitaria y pasé
cada momento despierto asegurándome de que ella estuviera feliz y
cuidada. Perdí quién era para poder ser el hombre que ella necesitaba.
Pero Lauren quería más de lo que yo podía darle. Al principio, cuando
yo fui franco sobre lo que quería y lo que no quería en mi vida, ella dijo
que sentía lo mismo que yo.
Pero la dicha no duró.
Eventualmente, Lauren quería compromisos que yo no quería hacer y
bebés que no podía darle. Ella me gritó por ser egoísta y dijo que si la
amaba como dije que la amaba, me haría una vasectomía inversa. Le
respondí que no quería tener hijos y que no podía entender por qué había
cambiado de opinión tan repentinamente.
Dijo que me había mentido desde el principio. Lauren admitió que
supuso que, si estábamos juntos el tiempo suficiente, eventualmente
cambiaría de opinión y le daría todo lo que le faltaba en la vida.
Su confesión fue un ariete para mis entrañas, mi orgullo, y mi corazón
se hizo añicos por eso. Cuando me arrodillé y le rogué que se quedara
conmigo, me arrojó el collar destrozado a la cara, me miró a los ojos y dijo:
“No eres suficiente para mí”.
La posibilidad de que Mak me haga lo mismo hace que se me congele
la sangre. Me niego a volver a ponerme en la línea de fuego de esa manera,
por lo que tengo la regla de no enamorarme en primer lugar.
¿Pero a quién estoy engañando? Esto no es amor.
―Probablemente sea solo un enamoramiento. ―Intento reírme como si
esto no fuera gran cosa―. Estoy siendo un idiota dramático.
Ryker no responde, lo que me hace creer que está de acuerdo.
―Lamento haberte llamado con esto, hombre. No quise hacerte perder
el tiempo.
―Nunca me haces perder el tiempo, Carson, pero… ―Hay más ruidos
y escucho autos tocando la bocina en el fondo―. Mantengo lo que dije
antes. Algunas reglas están hechas para romperse. Permítete tener la
posibilidad de que esta vez pueda ser diferente. Estás obligado a
encontrar tu pareja en algún momento, tal vez esta mujer lo es.
Tengo miedo de que tenga razón.
Tengo miedo de que esté equivocado.
―No estaba buscando más que una compañera de juego.
Ryker se ríe.
―Sí, bueno, a veces encontramos más de lo que estamos buscando.
Buena suerte.
Luego él me cuelga.
MAK
Aparte de algunos mensajes de texto divertidos, realmente no he
hablado con Carson en más de dos semanas. Apesta, pero mis turnos en
el trabajo han sido diferentes desde que se fueron tres miembros de
nuestro personal. Me aseguraron que vendrían reemplazos, por lo que
estoy agradecida, pero hasta entonces, he estado trabajando duro.
Me hace desear a Carson de una manera que no esperaba. Él me da algo
que no he tenido antes, y ni siquiera sé si tiene un nombre.
Él es como una caminata: hermoso, duro, desafiante, estimulante y
relajante, todo a la vez. Me duele el cuerpo después de que terminamos
de follar, pero mi mente está tranquilamente feliz y ni siquiera una bomba
atómica podría borrar la sonrisa de mi rostro después.
Dios, él realmente me tiene controlada con la polla.
Excepto que no es solo su polla, su lengua y sus manos... es la forma en
que me cuida antes, durante y después. Es la forma en que me sostiene
cerca, y la temperatura de su cuerpo se filtra en la mía. La forma en que
rocía chocolate en mi té, cómo me frota las piernas cuando hablamos en
el sofá. Nos mantenemos a distancia en algunos aspectos y nos devoramos
cuando bajamos la guardia.
Eso no es normal, ¿verdad?
Mierda, no tengo ni idea. Sinceramente, estoy muy confundida. No
puedo dejar de pensar en él. En el momento en que salí de su casa, ya lo
extrañaba, es jodidamente loco. Esto no es amor ni perfección, es solo la
fase de “luna de miel” en la que todavía somos nuevos y estamos
emocionados de explorarnos el uno al otro, y nos estamos comportando
de la mejor manera.
Esa noche con los videojuegos y el libro fue una bandera roja. Follamos
como animales afuera y luego entramos y nos convertimos en una pareja
de ancianos haciendo nuestros pasatiempos individuales.
Ese es el nivel 5 en la escala de relaciones.
¿No deberíamos estar aún en el nivel 1 o 2?
―Tierra a Mak. ―Leah chasquea los dedos en mi rostro― ¿Estás ahí,
bebé?
Parpadeo y tomo mi té.
―Sí. ―sorbo, sorbo―. Lo siento, me desconcentré. Estoy agotada.
―Apuesto a que sí. Debería ser criminal que ustedes trabajen todo el
día de esa manera.
―Está bien. Tenemos descansos. ―No es que tome ninguno―. Estoy
feliz de que finalmente tengo un par de días libres.
―¿Tienes algún plan?
―Dormir, dormir y más dormir.
Leah parece decepcionada.
―¿No verás a Carson?
Ni siquiera quiero pensar en Carson en este momento. Hace que mi
estómago dé un vuelco cada vez que lo hago.
―¿Tú qué tienes entre manos?
―Tengo una cita más tarde esta noche y mañana iré a la fiesta de
cumpleaños de mi mamá. Eso es todo.
Tomo otro sorbo de mi London fog, haciendo una mueca porque ya se
está poniendo demasiado frío para disfrutarlo.
―Eso debería ser divertido.
Leah apoya los codos sobre la mesa y mete los puños debajo de la
barbilla.
―Mi cita es con Carson.
―Mmm, ajá.
―Iremos a un club de sexo.
―Suena divertido.
―Voy a chupársela en su auto mientras me canta metalcore.
―Yeeei. ―Parpadeo lentamente y tomo otro sorbo de mi asqueroso té.
―¡Maldita sea, Mak! ―Leah golpea la mesa―. Vamos. Te llevaré a
casa.
Me froto el rostro y bostezo.
―No. Estoy bien. Lo juro. ¿Qué planes tienes este fin de semana?
―No escuchaste una sola palabra de lo que acabo de decirte, ¿verdad?
―Mmm, ajá. ―No.
―Eso es todo. Vamos. ―Me agarra la mano y me jala de la silla. No me
molesto en tomar mi té porque realmente sabe horrible. Leah me abre la
puerta del café y termino chocando con alguien.
―Oh, lo siento. ―Mi visión es borrosa por la fatiga.
―¿Mak? ―Me toma un segundo concentrarme y darme cuenta de que
es Chloe―. ¡Hola! ―Se inclina y me da un gran abrazo como si fuéramos
viejas amigas. No es falsa, así es realmente como creo que ella es con todos
los que conoce―. Voy por el café número siete.
―Disfrútalo ―le digo, demasiado cansada para dar más que una media
sonrisa y un débil saludo con la mano.
Su expresión cambia de burbujeante a preocupada.
―¿Te sientes bien?
―Sí, estoy bien. Fue bueno encontrarme contigo. ―Como soy torpe, me
inclino y le doy otro abrazo, luego Leah y yo nos dirigimos a nuestros
autos.
―Eres un desastre, Mak. ―Ella me abre la puerta―. No creo que debas
conducir a casa.
Enciendo el motor, abofeteo mis mejillas un par de veces, y bajo todas
mis ventanas para dejar entrar todo el aire frío.
―Estaré bien, lo prometo. No tengo que ir demasiado lejos.
―Aún así… ―Leah no está convencida―. Debería llevarte.
―No, estoy bien. ―Pongo algo de música y eso ayuda― Te enviaré un
mensaje de texto cuando llegue a casa para que sepas que no estoy
muerta.
―Buena chica.
Despego y me las arreglo para hacer todo el camino a casa, y al sofá,
donde caigo boca abajo sobre los cojines.

¿Alguna vez has dormido tanto que cuando te despiertas no sabes qué
hora es, qué año es o en qué planeta estás? Esa soy yo ahora. Parpadeo y
apenas puedo distinguir los números borrosos en el reloj junto a mi
televisor. Agarrando mi celular, termino encontrándolo en el piso y veo
que tengo varias llamadas perdidas de Leah.
Mierda. Estoy en problemas.

Mensaje de voz uno: Oye, ¿dónde estás? Dijiste que llamarías cuando
llegaras a casa, y no lo has hecho.
Mensaje de voz dos: Maldita sea, Mak. Llámame o contesta mis mensajes de
texto. A la mierda Voy para allá.
Mensaje de voz tres: Perra tonta, me tenías muy preocupada. Me alegro de
que estés en casa. Sí, hice un viaje en auto, y literalmente podía oírte roncar a
través de la puerta de tu apartamento. Suenas como un jabalí, ¿lo sabías? Te amo,
bebé.

La parte de atrás de mi cabeza golpea el cojín del sofá y me froto los


ojos, suspirando. Me siento mucho mejor después de haber dormido, pero
esto va a arruinar mi ya precario horario de sueño.
Mak: Lo siento. Me desmayé realmente en el instante en que entré a mi casa.
Leah: Dile a tu jefa que dije que es una idiota por obligarte a trabajar hasta ese
nivel de fatiga.
Mak: Lo haré. Te amo.
Leah: Yo también te amo.

Recostándome en mi sofá, no puedo decir si quiero intentar volver a


dormir o si debo levantarme y ser productiva... ¿qué hora es?
Mierda, son las dos de la mañana. No puedo pasar la aspiradora ni
poner música a todo volumen mientras lavo mi bañera a esta hora porque
podría despertar a los vecinos. ¿Mencioné cuánto odio este apartamento?
Las paredes son finas como el papel y nadie es amable. No puedo esperar
para mudarme en un mes.
¡Oh! Eso es lo que puedo hacer. Volver a mi búsqueda interminable de
lugares para alquilar antes de que se me acabe el tiempo y me quede
atascada renovando mi contrato de arrendamiento aquí.
Tomando una manta del respaldo de mi sofá, me pongo cómoda y me
desplazo por mis opciones. La frustración me golpea en cinco minutos.
No hay nada que me guste, me hace sentir atrapada y lo odio.
Ojalá tuviera una casa como la de Carson. No tan grande, pero algo
lejos de todos los demás. Nunca podré pagar eso por mi cuenta. No en
esta zona, al menos, y no quiero alejarme demasiado de mi trabajo porque
eso solo crearía más problemas que no tengo la energía para abordar.
Realmente necesito reevaluar mi vida. Me encanta mi trabajo, pero me
está matando y estoy empezando a resentirlo. Durante más de un año, la
retención del personal ha sido un problema cada vez mayor y, dado que
soy la única sin vida, siempre me piden que tome el turno de otra persona,
ya sea que esté enfermo, sea un día festivo o quiera pasar más tiempo con
su familia.
Al principio dije que sí sin dudarlo. Lo entiendo. Muchos de mis colegas
están casados y tienen niños pequeños y ¿quién querría trabajar en la
mañana de Navidad cuando tienes niños pequeños? No me importó, de
hecho, me ofrecí primero.
Entonces la gente empezó a aprovecharse de mi amabilidad y no ha
parado.
Es un patrón del que me di cuenta demasiado tarde. Fue necesario
llegar a un punto de quiebre con El-que-fue-una-pérdida-de-tiempo para
que me diera cuenta de que mi compasión y generosidad se usan
fácilmente en mi contra. Romper con él fue lo mejor que hice por mí
misma.
Unirme a K!nkLink, hasta ahora, está resultando ser la segunda mejor
cosa que he hecho por mí misma.
Tal vez encontrar un nuevo empleador sea la tercera mejor cosa.
O necesito ser paciente porque vienen nuevas contrataciones y entonces
la vida laboral no será tan loca.
Abandonando mi búsqueda de un nuevo apartamento, inicio sesión en
la aplicación kink. No estoy segura de por qué, aparte de que solo quiero
ver la foto de perfil de Carson.
Maldita sea, él es guapísimo.
Mi mano se desliza por mi estómago y entre mis muslos. Abriendo mi
bata, juego con mi coño, pasando lentamente la yema de mi dedo en
círculos sobre mi clítoris mientras veo su boca. Sus labios perfectos,
carnosos, suaves y besables se curvan en una sonrisa torcida.
He sentido lo que esa boca suya puede hacerle a mi coño. Mi mente se
engancha al recuerdo de su lengua gorda y lo rápido que puede moverla,
y lo profundo que puede enterrarla en mi coño. Empiezo a tocarme,
deseando con todas mis fuerzas que pudiera hacer que saliera
mágicamente de esta foto y me follara como lo hizo en su patio trasero.
Él es tan sexy. Tan grande. Tan observador y serio, pero gentil y
paciente. Carson es una mezcla salvaje de placeres y descubrimientos,
todo construido para mi placer.
Observo sus grandes ojos marrones y su cabello negro, luego bajo mi
mirada a su nariz perfectamente inclinada. Finalmente, me aferro a sus
piercings. Me toco con los dedos más fuerte y me muerdo el labio inferior
cuando siento que se acerca el orgasmo y la tensión aumenta. Dejo caer
mi teléfono, y uso ambas manos para darme placer, imaginando el cuerpo
de Carson flotando sobre el mío. Está agarrando mi garganta con su mano,
apretándola lo suficiente para ponerme tensa. Sus dientes rozan mi hombro justo
antes de que muerda. El calor de su cuerpo calentándome...
“Eso es, pequeña zorra. Córrete para mí. Quiero escucharlo. Quiero olerlo.
Quiero probarlo”.
Frotando mi clítoris más rápido, y más duro, hundo dos dedos en mi
coño. Ojalá él estuviera aquí. Desearía que fuera su polla dentro de mí. Su
boca sobre mí. Sus manos sobre mí. Quiero escucharlo gruñir en mi oído.
―Fóllame, Carson. ―Mi espalda se arquea y mis talones se clavan en
los cojines mientras agrego un tercer dedo y trato de obligarme a correrme
con su imagen pegada en la parte posterior de mis párpados.
El clímax fue difícil de alcanzar, pero finalmente logré llegar al límite.
El placer me inunda como si me hubiera deslizado en una piscina
refrescante en un caluroso día de verano. Dura unos segundos y se apaga.
Qué... decepcionante.
Abriendo los ojos, me hundo en la decepción. Después de tener sexo
salvaje con Carson, mi peor temor se ha solidificado: nada más se
comparará con él.
Necesito que sucedan muchas cosas a la vez para que mi cerebro haga
click en modo placer. Es por eso por lo que gravité hacia el juego primal.
Incluso después de mi primera vez con Carson cuando me estrellé en un
frenesí de emociones encontradas, nunca me había corrido tan duro en mi
maldita vida.
Hasta que me corrí aún más duro la segunda vez que hicimos una
cacería y persecución, cuando lo sorprendí en su patio trasero.
Tomando mi celular de nuevo, veo su foto.
―Me has arruinado para cualquier otro hombre. ―Las lágrimas no
derramadas hacen que mi apartamento oscuro se vuelva borroso.
Me ha mostrado lo preciosas y poderosas que son la paciencia y la
vulnerabilidad. Me ha dado subidas de adrenalina que ni siquiera las
montañas rusas pueden alcanzar. Me ha brindado seguridad y aceptación
mientras me permite realizar mis fantasías de una manera segura. Es
suave y dulce. Es fuerte y salvaje. Él…
Está en línea.
El pánico y los celos obstruyen mi garganta.
Se aplastan rápidamente cuando aparece una burbuja de chat.

WolfByte: Boo.

Me río, a pesar de la inquietud que intenta deslizarse en mi vientre. ¿Por


qué está aquí? ¿Está buscando a alguien más? ¿No sería eso un
incumplimiento de nuestro contrato? ¿Quiere terminar las cosas conmigo
tan pronto?
Cálmate, Mak…

Pricurious: Boo de regreso.

Espero a que diga algo más. Cuando no lo hace, escribo algo para llenar
el silencio y borro todo antes de presionar enviar. Esto sucede tres veces
y luego suena mi celular.
Mierda.
―Hola.
―Hooola ―ronronea con una voz profunda y somnolienta―. No
esperaba verte en línea.
Creo que hay celos en su tono, o tal vez solo estoy leyendo demasiado
las cosas.
―No podía dormir.
―Yo tampoco.
―¿Por qué estás en la aplicación? ―La pregunta sale de mí como un
huracán, pero mi voz es pequeña y frágil. Odio ser insegura. Firmamos
un contrato. Somos exclusivos el uno para el otro. Él no me va a engañar.
¿Por qué me importaría si lo hiciera? No somos una pareja.
Me siento mareada.
―Probablemente no quieras saber la respuesta ―dice riendo―. ¿Por
qué estás tú?
La ira surge en mis venas, pero no me atrevo a darle voz.
―Probablemente tú no quieras saber la respuesta.
No voy a decirle que lo extrañé tanto que me quedé viendo la única foto
de él a la que tengo acceso y me excité con ella.
―Dime de todos modos ―dice en un tono ligeramente cauteloso. Al
menos, imagino que suena así.
―¿Honestamente?
―Si no somos sinceros el uno con el otro, Mak, esto nunca funcionará.
―Su tono es cortante y definitivamente cauteloso.
Él tiene razón. Debería ser abierta y honesta. Por lo que sé, cree que
estoy aquí buscando a alguien nuevo.
―Me estaba excitando con tu foto de perfil. ―El silencio llena mis
oídos, lo que me vuelve paranoica―. ¿Estás ahí, o ya te perdí?
Él gruñe en mi oído y mi ritmo cardíaco se acelera.
―¿Cuántas veces te has corrido?
―Solo una.
―¿Solo una?
―No fue... lo suficientemente emocionante como para intentar otra.
―Golpeo mi frente y cierro mis ojos. No puedo creer que acabo de decirle
eso.
―¿Vas a estar despierta por un tiempo?
―Sí, supongo. ―Veo el reloj de nuevo―. Me quedé después del trabajo
y ahora mi horario de sueño está desordenado. No es que ya no estuviera
jodido por los turnos en los que he estado trabajando, pero me desperté y
ni siquiera sabía qué año era. Yyyy, ahora creo que tengo mi segundo aire
porque parece que no puedo callarme.
Oigo el ruido de un motor al otro lado de la línea.
―¿Cuál es tu dirección?
Me siento.
―¿Eh?
―Envíame tu dirección, Mak. Voy de camino a tu casa. Si tengo que
tocar todas las malditas puertas del condado para encontrarte, lo haré,
pero cuanto antes me digas a dónde ir, antes podré hacer que te corras
correctamente.
La emoción se precipita a través de mí como ríos rápidos de agua
blanca. Le digo mi dirección y juro que me hormiguean las mejillas por la
adrenalina.
―Estoy en camino, nos vemos en veinte.
CARSON
Cuando vi esa pequeña luz aparecer en el perfil de Mak en esa estúpida
aplicación, casi me vuelvo loco. Mis inseguridades incluyen, pero no se
limitan a, sentirme inadecuado. Sorpresa, sorpresa, y lo primero que
pensé cuando la vi en línea fue que no estaba feliz con nuestro arreglo y
estaba buscando otro Dom.
Gran suposición, lo sé, pero he tenido experiencias con sumisas infieles
e incumpliendo nuestros contratos, excepto por la que fue tan leal que me
arrancó el corazón con un cuchillo para carne, lo masticó y lo escupió en
mi cara.. Gracias, Lauren.
Después de diseccionar todo lo que Ryker me dijo, finalmente pude
recuperarme y terminé mi día de trabajo con una nota más alta, pero el
hecho de que no haya sabido nada de ella en dos semanas no me ha
sentado bien. Quería darle su espacio. Estoy seguro de que ella está tan
ocupada como yo y todavía no somos una prioridad para el otro.
Al menos no lo soy para ella, lo cual está completamente bien. Yo
tampoco me he comunicado con ella, así que el problema va en ambos
sentidos.
Pero cuando Chloe mencionó que vio a Mak en el café hoy temprano y
dijo que parecía “apagada” mentiría si dijera que no me asusté un poco.
Estoy en problemas, me he encariñado con una mujer por la que no
debo sentir sentimientos. Me dan ganas de hacer un giro en U y salir de
la ciudad simultáneamente, y también romper todas las leyes de tránsito
para llegar a ella más rápido y así poder tenerla en mis brazos.
Mak me está jodiendo la cabeza sin siquiera intentarlo.
Entonces me conecté esta noche con la intención de revisar su perfil
para ver si podía conjurar una escena para nosotros que no alcanzara
ninguno de sus límites. Tenía sus gustos y aversiones memorizados, pero
he cuestionado demasiado mi mente desentrañada últimamente y quería
volver a comprobarlo.
Ahora aquí estoy, con mis planes frustrados porque estoy demasiado
ansioso por hacer que mi chica se corra.
Entro en su complejo de apartamentos y cierro la puerta con más fuerza
de lo que pretendo. Todo el edificio está oscuro excepto por dos ventanas
en el segundo piso. Presiono el botón que tiene escrito M. Johnson y ella
me abre.
Mi corazón late con fuerza mientras me salto escalones para llegar más
rápido a su piso y ella abre la puerta antes de que tenga la oportunidad
de llamar. Tiene el cabello mojado como si acabara de salir de la ducha,
está vestida con pequeños pantalones cortos y una camiseta de gran
tamaño con el escote completamente estirado, parece el refrigerio perfecto
para la medianoche.
Mi polla se endurece al instante.
―Hola ―me dice, saludando con la mano.
Respondo estrellando mi boca con la suya, empujándola hacia atrás y
cerrando la puerta de una patada con mi pie. ¡Slam! No me importa si
despierto a los vecinos o no. Todo lo que quiero es devorar a esta mujer.
Dejar que sus mandíbulas caigan y el pulso se acelere cuando grite a
través de sus orgasmos para que todos en un radio de diez kilómetros lo
escuchen.
Mak me trepa como un árbol, y tomo su trasero con una mano, mientras
agarro la nuca de su cuello con la otra y profundizo nuestro beso. Mierda,
ella está tan hambrienta como yo, su lengua gira alrededor de la mía,
luchando por el dominio.
Golpeándola contra la pared, engancho sus piernas debajo de mis
brazos y la levanto hasta que su coño está en mi rostro. Sus manos golpean
el techo mientras mantiene el equilibrio.
―Oh, Dios, Carson.
Le muerdo el coño a través de los pantalones cortos endebles que tiene
puestos. Manteniéndola presionada contra la pared, apoyo su torso con
una mano y empujo sus pantalones cortos a un lado para poder tener
acceso a lo que anhelo. Ella huele como el cielo, y sabe a eso también una
vez que tengo mi primera lamida.
Dos semanas de no ver a esta mujer y soy una fiera.
Mi cuerpo nunca ha estado tan desesperado, ni mi alma ha estado tan
privada antes.
Follo con la lengua a mi chica hasta que sus muslos se sujetan alrededor
de mi cabeza y su cuerpo tiembla. Su rápido orgasmo inunda mis papilas
gustativas y empujo mi lengua lo más profundo que puedo para sentir
sus convulsiones. Es exquisito y una vez que he saboreado hasta la última
gota, la bajo con las piernas temblorosas.
―¿Dónde está tu dormitorio?
Ella señala en la dirección de donde la quiero a continuación y no
pierdo el tiempo tomándola en mis brazos para llevarla ahí. Su casa es un
desastre. Los libros y la ropa están por todo el suelo, y su cama parece una
explosión de mantas. Huele a ropa recién lavada y rosas.
Recostándola, beso su cuello, amando cómo jala mi camisa.
―Quiero arrancarte esta cosa. ―Ella gruñe como un gatito salvaje y la
desgarra sin éxito.
Es tan malditamente adorable.
―Aquí. ―Empiezo por ella y rasgo el cuello―. Ahora inténtalo.
Sus ojos se iluminan con determinación. Con sus mejillas de color rosa
brillante y los labios hinchados por nuestros besos, agarra mi camiseta de
nuevo y la rasga por la mitad. ¡Rrrrrrip!
―¡Oh! ―Jadea triunfalmente―. Santo cielo, eso fue tan satisfactorio.
―Me la quita de los brazos y cae al suelo.
Mientras me cierno sobre ella, obligándola a recostarse en la cama, ella
sigue pasando sus manos codiciosas por mis brazos y mi pecho.
―Eres tan sexy, Carson.
Me alegro de que piense eso.
Antes de que se acerque más, gruño y atrapo su labio inferior entre mis
dientes para succionarlo en mi boca. Posicionado entre sus piernas,
levanto sus manos y las sujeto por encima de su cabeza. Mak envuelve
sus piernas alrededor de mi cintura, con sus talones empujando mi
espalda baja como si estuviera tratando de acercarme más a ella.
Beso su cuello inhalando el dulce aroma de su champú. Dejo ir sus
manos, estoy a la mitad de su cuerpo, dejando un rastro de besos por toda
su piel suave cuando, de repente se aleja, demasiado rápido para que me
detenga.
Una sonrisa tortuosa se extiende por su rostro.
Mi mirada se estrecha.
―¿Qué estás haciendo, Mak?
―¿Tanto me deseas? Ven a buscarme, Big Boy. ―Corre hacia atrás con
un brillo travieso en sus ojos. De repente su mano se desliza por el borde
de la cama y cae al suelo―. ¡Whoop!
―¡Oh, mierda! ―Mi corazón da un estrépito en mi garganta mientras
me arrastro por la cama y veo por el borde―. ¿Estás bien?
Su cabeza se inclina hacia atrás y se echa a reír.
―Quería parecer sexy.
Me estoy enamorando tanto de esta mujer que temo romperme en un
millón de pedazos cuando golpee el suelo.
―No sé, te ves muy sexy para mí.
Todavía se está riendo a carcajadas mientras vuelve a subirse a la cama.
―Me alegro de que pienses eso.
Mak se sienta a horcajadas sobre mis caderas y me besa de nuevo. Es
suave y atenta y hace que mis malditos dedos de los pies se doblen.
Mientras paso mis manos arriba y abajo por su cuerpo, ella busca a tientas
la hebilla de mis jeans. Mi pecho se expande y se contrae con mi
respiración pesada. Es difícil controlarme cuando quiero dominar todos
los aspectos de este momento.
Sus manos pequeñas y heladas sobre mi piel me recuerdan que debo
tener cuidado, no puedo ser demasiado rudo con ella, o podría lastimarla.
Mi polla salta libre de mis jeans y ella gruñe como un tigre bebé
mientras los baja por mis muslos y me ve a través de su cortina de cabello
espeso y húmedo. Arrastrándome sobre mi cuerpo de nuevo, soy
vagamente consciente de que todavía está completamente vestida, y de
alguna manera me ha desnudado.
La vulnerabilidad oscurece mi mente.
―Quiero tu polla en mi boca, Carson.
Me la chupa hasta que esas oscuras inseguridades mías son
ahuyentadas por el placer. No pasa mucho tiempo antes de que esté
agarrando su cabello, follando su boca a un ritmo que disfruto,
saboreando los sonidos sordos que hace mientras me toma
profundamente con su garganta.
―Qué buena chica. Usa esa bonita boca conmigo.
Sus pestañas revolotean, y sus ojos se llenan de lágrimas mientras me
ve un segundo antes de que mis bolas se tensen y me descargue en su
boca. Mi cuerpo está tan tenso que podría partirme, y una vez que lo
último de mi clímax se estremece a través de mí, mi chica escupe todo mi
semen en mi polla.
Gruño en agradecimiento.
―Maldita sea, eso es sexy.
No dice una palabra cuando se quita la ropa y me monta. Agarrando
sus caderas, la veo con los ojos entrecerrados, preguntándome si puedo
aguantar mucho más su toque.
―¿Puedes seguir? ―me pregunta, pasando su coño a lo largo de mi eje
ahora semi duro.
La beso en respuesta y en cuestión de segundos, estoy duro como el
acero de nuevo. Dudo que pueda correrme por segunda vez, pero eso no
significa que no pueda follarla hasta el olvido. Ella se baja lentamente
sobre mi polla, usando mi semen y su excitación como lubricación.
―Ábrela ―me exige, sosteniendo mi garganta.
Tardo un segundo en obedecer, pero termino inclinando mi cabeza
hacia atrás y haciéndolo. Ha acumulado saliva espesa en su lengua y la
deja gotear lentamente en mi boca. No es mucha, pero me vuelve loco. No
puedo explicar por qué me gustan las cosas que hago, y es difícil encontrar
una pareja que esté dispuesta a jugar de todas las formas que me gustan.
Hasta que Mak entró en mi vida.
―Traga como un buen chico ―dice con voz sensual.
Yo obedezco.
Mak se empala en mi polla una y otra vez, agachándose sobre mí como
si yo fuera un juguete con el que jugar. Me recuesto y disfruto cada
segundo de ser dominado así, pero cuando sus piernas comienzan a
temblar y pierde el ritmo, tomo el control y empujo mis caderas hacia
arriba una y otra vez mientras sostengo sus caderas para mantenerla en
su lugar.
Me araña los bíceps y espero que me saque sangre.
Haciéndola rodar, engancho mis codos debajo de sus piernas y la
levanto más para colocarla en un nuevo ángulo inclinado.
Ella jadea.
Me detengo.
―¿Es demasiado?
―N-no.
No le creo.
―Mak, ¿es demasiado profundo? ―La pruebo, penetrando en ella más
despacio esta vez, y su respiración se acelera de nuevo. Me detengo y
arqueo una ceja, esperando que hable.
―Me gusta, pero ve despacio hasta que yo diga lo contrario.
No tengo ningún problema.
―¿Cuál es tu palabra de seguridad?
―Cupcake.
―Buena chica. ―Empujo lentamente, conteniendo la respiración
mientras lo hago porque sus paredes internas sujetan mi polla con
fuerza―. Juega con tu clítoris para mí.
Se lame el dedo medio y lo baja entre sus piernas. La vista de mi polla
cubierta con su crema, su coño envuelto alrededor de mi base, y sus dedos
delgados frotando círculos alrededor de su clítoris, es una mezcla lo
suficientemente embriagadora como para marearme de necesidad.
Quiero llenarla hasta el borde y follarla para siempre.
―Más rápido ―me dice, con voz áspera―. Lo quiero duro cuando me
corra en tu gran polla.
Esta mujer es la perfección.
Le doy lo que pide, manteniendo mi atención fija en su lenguaje
corporal y los ruidos que salen de su bonita boquita. Mis bolas se tensan
de nuevo.
―Estoy cerca ―dice con voz áspera.
Nuestros cuerpos chocan entre sí, el sudor florece por mi espalda, y mi
agarre se aprieta en sus piernas y cuando deja escapar un grito glorioso,
su coño se aprieta alrededor de mí y ordeña mi polla, llevándome al límite
con ella. Rujo mi liberación, y me vacío por segunda vez en mi chica.
Saliendo, veo su coño, amando cómo mi semen gotea de ella.
Ojalá pudiera tomar una foto de esto para guardarla para siempre.
―Santo Dios ―dice jadeando, con los brazos sobre el pecho―. Mi
corazón late tan rápido.
Eso hace que seamos dos, solo que el mío no es por el cardio.
MAK
Esto es exactamente lo que necesitaba: sexo duro con un chico atractivo,
seguido de bocadillos y tiempo para abrazarnos. Acostarme contra
Carson me hace preguntarme por qué nunca me acurruqué antes. Mis
otras relaciones no fueron como esta. Rara vez nos tomamos tiempo para
apreciarnos de maneras sencillas como lo hago con Carson.
Siempre he tenido una agenda apretada con un millón de cosas en mi
plato, así que acurrucarme después nunca fue algo para mí. Siempre he
sido más de follar y partir.
Pero con Carson, es diferente. Él borra toda responsabilidad de mi
mente. Todo lo que quiero hacer es permanecer envuelta en sus brazos.
Cada vez que estamos juntos, me resulta difícil separarme de él después.
Es irónico que él y yo no estemos en esto a largo plazo. Tal vez tener un
acuerdo contractual nos ha quitado la presión y por eso es tan agradable.
Carson besa la parte superior de mi cabeza mientras vemos una película
en mi computadora portátil. Mi segundo aliento se ha calmado, y mis ojos
son pesos de plomo que finalmente se están cerrando.
Cuando me despierto, el brazo de Carson está envuelto alrededor de
mi cintura como una barra en una montaña rusa. No estoy segura de cómo
me escaparé. Su ligero ronquido es adorable y me pregunto si puedo
despertarlo con un pequeño movimiento de trasero.
Lo intento con cero éxito. Cerrando los ojos de nuevo, me dejo llevar
por el sueño.
Cuando me despierto por segunda vez, mi pierna y mi brazo derechos
están extendidos sobre su cuerpo como si lo estuviera inmovilizando. Tal
vez, inconscientemente, lo hice. Sigo temiendo la posibilidad de
despertarme y que él ya se haya ido para regresar a casa.
Su cabeza está apartada de mí y sigue apagado como una luz. Santa
madre del calor, Carson es sexy incluso cuando duerme. Su cabello negro
azabache está todo revuelto y a mitad de su rostro. Su labio inferior
sobresale un poco más que el superior, haciéndolo lucir tan
condenadamente besable. Su cuerpo ocupa más de la mitad de mi cama
tamaño queen y sus pies cuelgan del borde. Con solo una manta sobre su
ingle, me pregunto si pateó todas las cobijas en medio de la noche. Este
hombre es un horno, que es otra razón por la que probablemente dormí
tan bien.
Pasando un ligero toque por su pecho, admiro cada centímetro del
cuerpo de este hombre. Es suave y duro en todos los lugares correctos.
Con él dormido, no se estremece ni se tensa cuando lo toco. No puedo
entender por qué parece estar incómodo cada vez que paso mis manos
sobre él cuando follamos, pero me alegro de que no me diga que me
detenga.
Agarrando su polla dura, la bombeo un par de veces, preguntándome
si se despertará o no.
No lo hace.
Está bien, necesito dejar de arrastrarme así y poner mi trasero en
marcha. Saliendo sigilosamente de la habitación, tomo mi celular para
revisar mis mensajes y ahí es cuando se me ocurre una horrible,
maravillosa y astuta idea. Deslizándome de vuelta a mi ahora brillante
dormitorio, me meto de nuevo en la cama con Carson y tomo un par de
fotos de nosotros juntos acurrucados. No sé por qué lo hago, pero me
encanta cómo nos vemos juntos.
Hacemos una pareja realmente bonita.
Respira hondo y luego se estira como un gato enorme.
―Buenos días, hermosa.
Arrastrándome encima de él, le muestro una gran sonrisa cursi.
Normalmente no tengo tanta energía cuando me despierto, pero con los
ojos de Carson en mí así, una descarga de adrenalina se dispara a través
de mi cuerpo. No puedo recordar la última vez que he sido tan feliz.
―Buenos días, dormilón.
―No hay nada bueno en las mañanas, bicho raro. ―Bosteza y se frota
los ojos para quitarse el sueño.
―¿De verdad? ―Deslizándome por su cuerpo, lamo su dura polla y
empiezo a chuparla.
―Mmmph. ―Su mano se sumerge en mi cabello desordenado y
sostiene un mechón―. Me retracto. Felices, buenos y maravillosos días
para ti también.
Me río con su polla en mi boca y eso lo hace gemir.
Así que lo hago de nuevo.
―Tu boca se siente tan bien sobre mí. ―Sus caderas se levantan
lentamente para poder follarme la cara. Es suave y sin embargo no. Me
encanta. Ahuecando mis mejillas, lo chupo mientras acaricio su eje y
agarro sus bolas con mi mano libre. Su respiración se vuelve irregular
unos segundos después―. Trágame. Quiero que bebas cada puta gota que
tengo para ti.
Esa es toda la advertencia que tengo antes de que explote en mi boca.
Es salado y dulce y me aseguro de secarlo antes de salir y lamer mis labios
ahora hinchados. Me encanta cómo me mira, me encanta lo rápido que
puedo hacer que se deshaga, me encanta que esté respirando con
dificultad por lo que le hice, y me encanta cómo nuestras energías siempre
parecen coincidir.
―Sigues haciendo cosas así y te voy a poner un collar en tu lindo cuello.
Asumo que está bromeando, que es la única razón por la que no me
hago ilusiones. Antes de pensar demasiado, cambio de tema.
―¿Tienes alguna sesión de fotos hoy?
―No, este es un día de edición y tengo mucho trabajo administrativo
que hacer también. Además tengo que buscar algunos modelos para
portadas de libros y trabajar en mis redes sociales. ¿Qué hay de ti?
Me toma un momento responder. Suena ocupado, y esperaba que no lo
estuviera. Maldita sea.
―Descanso hoy y no quiero hacer nada más que leer. ―Y estar contigo...
pero no digo esa parte. Lo último que quiero es sonar como una mujer
necesitada que no puede estar sin su chico sexy y pervertido por un día.
Carson asiente antes de sentarse y salir de mi cama. Agarrando sus
bóxers del suelo, se los vuelve a poner y alcanza sus jeans a continuación.
―Debería irme.
Mi corazón cae, no quiero que se vaya todavía. ¿Pareceré desesperada
si le pido que se quede?
―¿Te importa si uso tu baño muy rápido?
―No. Seguro. Adelante. ―Me dará tiempo para recuperarme.
Estúpida, Mak. ¿Por qué no le ofreces el desayuno o le preguntas si quiere salir
más tarde?
Mientras el grifo de mi baño está abierto, rápidamente me pongo unos
cómodos pantalones de chándal y recojo mi cabello en un moño
desordenado. Carson sale justo cuando me estoy bajando la camiseta que
dice: “Cómprame libros y dime STFUATTDLAGG.
Se congela y lee mi camisa. Me ve a los ojos, estrecha su mirada hacia
mi camiseta y luego arquea una ceja. Una sonrisa de complicidad se
desliza por su rostro.
―Bonita playera.
―Gracias. ―La aliso sobre mi pecho―. ¿Quieres panqueques?
¿Huevos? ¿Tocino?
La vacilación parpadea en su rostro.
―No. Probablemente no debería. ―El tintineo de la hebilla de su
cinturón suena fuerte en mi habitación por lo demás tranquila, mientras
se pone los jeans―. ¿Qué vas a leer hoy?
―Mmm. Tengo algunos arcs para terminar y un montón de reseñas
para publicar. Mi cuenta de Bookstagram necesita algo de atención. He
estado trabajando tanto que no he tenido tiempo de hacer nada con eso.
Nunca surgió en la conversación, así que no creo que él supiera que soy
una bookstagrammer.
―Eso es genial. ―Agarra su camiseta rasgada del suelo y ambos la
miramos. Oh, no, no puede usar esa cosa hasta llegar a su casa, ¡está
arruinada! Sin decir una palabra, la tira a la basura y se encoge de
hombros como si dijera “bueno”. Pero también hay algo triste en sus ojos.
Sus movimientos son todos rígidos y confusos de nuevo. Me recuerda
un poco a un animal atrapado que no puede encontrar una salida.
Así que se lo pongo fácil.
―Gracias por lo de anoche. ―Salgo de mi habitación primero, con la
esperanza de que me siga.
Y rezando para que no lo haga.
―No hay problema. Gracias por esta mañana. ―Carson saca su celular
de su bolsillo trasero y lo revisa. Su ceño se hunde por un segundo, luego
vuelve a guardar la maldita cosa en el bolsillo―. Disfruta de tus libros.
―Se dirige a la puerta y quiero gritarle que se detenga. Siento que algo ha
cambiado y no puedo, por mi vida, averiguar qué es.
Pero algo anda mal, realmente mal.
El pánico me estrangula y todas mis palabras quedan atrapadas en mi
garganta.
Abre la puerta de un tirón y se apoya contra ella, como si se debatiera
entre quedarse o irse.
―Si quieres pasar más tarde, puedo pedir comida. Estaré en el estudio
la mayor parte del día, pero debería estar en casa alrededor de las siete.
Trago el nudo alojado en mi adolorida garganta.
―Mmm. Sí. Tal vez. Seguro.
Su espalda ancha y desnuda se tensa, todos sus músculos y su piel tensa
se flexionan, y luego escucho el sonido de una mujer y dos niños
corriendo por el pasillo y una puerta cerrándose de golpe. Después de
eso, los hombros de Carson se hunden y asiente de nuevo. Sin verme, sale
y cierra la puerta detrás de él.
No sé por qué, pero las lágrimas brotan de mis ojos.
Pasa un momento, luego dos, luego tres. Viendo por mi ventana, mis
rodillas se sienten débiles mientras lo veo subirse a su auto. Alejándome,
respiro hondo. ¿Qué diablos acaba de pasar entre nosotros? ¿Qué me está
pasando?
No entiendo por qué siento alguna de las emociones que sigo teniendo
alrededor de este hombre. Alejándome, me limpio las lágrimas de las
mejillas, decidida a no dejarme caer en pedazos por algo tan tonto.
Alguien golpea fuerte mi puerta, asustándome hasta la muerte. No sé
quién podría ser, pero rezo para que no sea mi vecina dos puertas más
adelante. Es molesta y siempre quiere quejarse del casero. Recuperando
mi compostura, abro la puerta.
Carson se para frente a mí, su pecho desnudo sube y baja como si
acabara de subir corriendo los dos tramos de escaleras. No tengo la
oportunidad de preguntar por qué está de vuelta. Él toma mi rostro entre
sus manos y estrella su boca contra la mía en un beso que me roba el aire
de los pulmones y las células de mi cerebro.
Cuando se aleja, dice:
―Empaca tus libros, niña bonita.
No le doy tiempo a que cambie de opinión.
CARSON
Dicen que cuanto más grandes son, más fuerte caen. Yo estoy cayendo
como un cometa por el cielo y cuando toque fondo, el agujero que haré
será catastróficamente masivo.
No estoy enamorado de Mak. No dejo de repetírmelo porque, aunque
me sienta cerca, no es lo mismo que sentí con Lauren. No, esto es solo
enamoramiento, lujuria en el mejor de los casos. Jugamos bien juntos y
ella es tan dulce y no se parece en nada a mis sumisas normales que me
estoy engañando a mí mismo creyendo que es solo un giro divertido en
un viejo juego favorito.
Y seguiré mintiéndome todo el tiempo que sea necesario porque esto
nunca se convertirá en algo más que una conexión de una aplicación de
perversiones. He tenido tantas, conozco el ejercicio, y el hecho de que me
asegure de que mis sumisas sepan que todo esto es un juego, y no la
realidad, es una verdadera patada en las bolas ahora que yo tengo que
recordarme a mí mismo que eso es todo con Mak.
Pero no pude dejarla esta mañana. Lo intenté. Algo se descarriló entre
nosotros antes y soy yo.
Yo soy el problema.
Yo siempre soy el maldito problema.
Mi descarrilamiento ocurrió cuando me di cuenta de que mi camiseta
no podía salvarse. Iba a tener que salir de este complejo de apartamentos
con el torso desnudo. No debería haberme importado, y al principio, casi
fue así, pero luego esa mujer salió con sus dos hijos y mis demonios de
inseguridad rugieron con ganas de derribarme.
Soy un hombre adulto. He estado sin camisa frente a la gente muchas
veces. Lo supero bien porque estoy con familiares y amigos y me siento
seguro y cómodo con ellos.
Este edificio no es mi espacio seguro.
Me sentí vulnerable y expuesto. Esas son dos cosas que no hago. Nunca.
Anoche, Mak me dijo que era sexy, no me lo tomé en serio porque
mucha gente dice cosas en el calor del momento para hacer sentir bien a
su pareja, pero en el fondo de mi mente, realmente no puedo creer que
ella piense que es verdad. Vi a su exnovio, el hijo de puta parecía
Superman.
Yo me siento más como Wreck It Ralph.
Cuando salí disparado del complejo de apartamentos y subí a mi auto,
me sentí estúpido. ¿Por qué debería dejar que mi pasado destruya esta
mañana? ¿Por qué me permití entrar en un espacio mental oscuro y
alejarme de la brillante luz del sol que es Mak? Pensé que ya era mejor
que esto. Todo el trabajo que he puesto en mí mismo parece haberse
disuelto. Tengo que esforzarme más duro.
Mak se merece algo mejor.
Me estoy encariñando con ella y eso me está asustando.
¿Ese comentario que hice antes sobre ponerle un collar alrededor del
cuello? No había querido que eso se me escapara, pero es la verdad.
Quiero quedarme con ella.
Y no puedo.
Ella jugará conmigo y luego pasará a otra pareja con más que ofrecer, y
así es exactamente como debería ser. Es una de las razones por las que
estoy en ese sitio y en este estilo de vida: puedo abrazar mis problemas
con compañeras dispuestas y no hay compromiso más allá de lo que
acordamos inicialmente.
Muchos Doms no redactan sus contratos como yo. Yo lo manejo más
como un servicio prestado y eso es todo. Sin daño, sin falta, sin
resentimientos... sin corazones rotos.
Pero mi corazón se partió cuando sentí la mirada de Mak ardiendo en
mi espalda justo antes de salir de su apartamento, y cuando llegué a mi
auto, sabía que tenía que tomar una decisión. Irme y fingir que esto está
bien o romper otra maldita regla y hacer lo que estoy haciendo ahora.
―Empaca tus libros, niña bonita.
Todavía me hormiguean los labios por el beso duro y violento que
acabamos de compartir. Los ojos de Mak se abren de emoción y... creo que
de alivio... mientras toma una pila de libros del sofá y desconecta su lector
electrónico de la mesa auxiliar.
―Yo, mmm… ―Gira sobre sus pies descalzos y ve alrededor de su
apartamento―. ¿Aperitivos?
―Todo lo que quieras. ―Pediré comida a domicilio y prepararé la cena
en casa esta noche, si me deja quedarme con ella tanto tiempo―. Zapatos
―digo, cuando corre con los brazos llenos de una enorme pila de libros
de bolsillo.
―¿Sostienes esto para mí? ―Los arroja a mis brazos y corre hacia su
dormitorio, y no puedo evitar sonreír. Parece genuinamente emocionada
de quedarse conmigo por el día―. Listo… ―Ella salta sobre un pie
mientras intenta ajustar sus Chucks―. Tengo una mochila.
―Disminuye la velocidad, Mak. ―No es como si el lugar estuviera en
llamas―. Tómate un minuto y átate los zapatos.
Se sienta en el suelo y se ata los Chucks correctamente, lo que me hace
feliz porque no necesito que se tropiece en los escalones y rompa su dulce
cuerpo. Mientras tanto, meto todos los libros en su mochila. No hay forma
de que lea todo esto en un día, así que asumo que son para sus
publicaciones de Instagram, pero qué sé yo.
―¿Quieres que te siga? ―pregunta mientras cierra la puerta.
―¿Qué tal si vas conmigo? Iré a casa a cambiarme y luego podremos ir
al estudio.
―Okey.
La tensión y la incomodidad que sentí al dejarla la primera vez se han
hecho pedazos y volvemos a ser perfectamente felices y cómodos otra vez.
Que Dios me ayude, estoy en tantos problemas con esta...

Mak es una hermosa distracción. Puse mi lista de reproducción en


modo aleatorio y me está dando un latigazo emocional. Las canciones
rebotan desde Bad Omens, Eminem, Dolly Parton, Korn hasta Sam
Tinnesz.
Una de las cosas buenas de dejar que mis clientas elijan la música
durante sus sesiones es que me han presentado a muchos artistas de los
que quizás no hubiera oído hablar de otra manera y tengo una
compilación increíblemente ecléctica en mi estudio gracias a eso.
Mak parece saber la letra de casi todas las canciones que suenan y me
desconcierta un poco. Para alguien que le gusta Blackpink, la mujer no se
ha saltado el ritmo sin importar qué canción suene a continuación y casi
nada ha sido K-Pop.
Hago lo mejor que puedo para concentrarme en mis proyectos, pero
todo lo que realmente hago es verla constantemente mientras usa todos
mis accesorios para configurar pequeñas escenas para las publicaciones
de sus libros. En este momento, está de pie encima de una mesa con una
colección de flores de plástico y velas esparcidas alrededor de un libro de
tapa dura.
Incapaz de soportarlo más, me levanto y me acerco y tomo sus caderas.
―Tengo miedo de que te vayas a caer.
Ella gruñe con frustración.
―¡Ugh! Sigo proyectando una sombra sobre mis cosas. Sigo tratando
de reposicionarme, pero nada funciona. Siempre tengo este problema.
Levantándola de la mesa, ella chilla.
―¿Puedo ayudar?
―Okey.
Enganchando una luz y algunos filtros, realizo un pequeño
reordenamiento rápido.
―¿Qué tal así?
―Eres increíble. ―Sostiene su teléfono y toma algunas fotos a nivel del
suelo.
―¿Quieres usar mi cámara? La calidad será mejor, y puedo dejarlas en
tu celular.
Se muerde el labio inferior y lo debate.
―Okey. Sí. Gracias.
Estoy encantado, la verdad. Me gusta compartir mi espacio y
habilidades con ella. Solo quiero asegurarme de no tomar el control de su
proyecto porque tiendo a hacer eso a veces. Al prepararla, le muestro
cómo usar una de mis cámaras y luego vuelvo a mi escritorio para
trabajar.
Pero no sin antes lanzar algunos movimientos al ritmo de Work It de
Missy Elliott.
―¡Ohhhh! ―Mak se une y mueve el trasero al compás―. ¡Consíguelo,
chico! ―Ella baja.
La supero bajando aún más.
Ella chilla de alegría y aplaude, animándome. Me olvido de que se
supone que debo estar trabajando y me dejo divertir un poco.
Oye, solo porque no sepa bailar en línea no significa que no pueda
bailar como si fuera sexy.
Mak baila alrededor, riendo y cantando, luego se presiona contra mí
por detrás. Me recorre la espalda con las uñas y chocamos como dos
tontos despreocupados. Vacilo momentáneamente cuando me pasa las
manos por delante para apretarme contra ella.
Agarrando sus manos, me giro y beso sus nudillos. Mi corazón late a
mil por hora.
―¡Vuelve al trabajo, mujer! ―Ella se ríe cuando le golpeo el trasero
juguetonamente y vuelve a su misión de hacer las mejores publicaciones
de libros de Instagram mientras me dejo caer en mi silla y froto mi
adolorido pecho.
Se siente bien estar cerca de Mak. No he sido mi yo tonto con alguien
en mucho tiempo, pero maldita sea, eso estuvo cerca. No esperaba que me
agarrara los malditos michelines así.
El metal raspa el piso mientras arrastra más cosas y aprovecha al
máximo mi estudio para hacer que las fotos de sus libros se vean
increíbles. Este lugar es lo suficientemente grande para que estemos en
presencia del otro sin estar necesariamente en el espacio del otro, si eso
tiene algún sentido.
Bajo un poco la música para poder concentrarme.
―¿No tienes hambre todavía?
―¡No! ―me grita―. Pero si tú tienes, pide algo. No me esperes.
Puedo aguantar.
Edito más fotos, termino con las tres clientas que me quedaron de la
semana pasada y mando las fotos de las galerías por correo electrónico,
incluida la de Mak.
―Acabo de enviarte tus fotos.
Ella está en mi silla tan rápido que no la escuché acercarse.
―¡Oh! ¿Están listas? ¡Déjame ver!
La acerco a mi regazo.
―Aquí tienes.
Me siento y sostengo sus caderas, frotando mis pulgares en su espalda
baja mientras hace click en su galería.
―Oh, wow, Carson. ―Hace click un poco más―. Santo Dios. ―Hace
click un poco más―. Me veo tan sexy.
―Eres sexy.
―No. Parezco un duende la mayor parte del tiempo, pero estas…
―Niega con la cabeza y vuelve a hacer click en una de ella con un libro
entre sus piernas, y sus dedos separan las hojas como si fuera algo más
entre sus muslos que está tocando―. Podría llorar.
No es raro que una clienta se vea a sí misma de una manera y luego
tomo sus fotos y las capturo desde una vista diferente. Es gratificante para
mí y un impulso de confianza para ellas.
Es irónico, cierto, teniendo en cuenta que tengo la peor dismorfia
corporal de la historia.
Pero por eso me metí en este negocio, no quiero que nadie sienta lo que
yo siento por mí. Si puedo mostrarles una nueva perspectiva, entonces
sabrán cuán realmente hermosas son.
Mak es una asesina de hombres nata, y cuando se da la vuelta y me
besa, eso también es natural.
―Mak, quiero preguntarte algo, y puedes decir que no.
―Diré que sí.
―Escúchame primero.
―Sí.
Gruñendo, entrecierro la mirada y trato de actuar como un loco, aunque
estoy luchando por no reírme.
―¿Qué me dices de modelar en la bañera para mí?
Ella se pone rígida en mi regazo.
―¿Como desnudos para tu portafolio?
―Oh, no. ―Me estremezco―. Para la portada de un libro.
Sus ojos crecen del tamaño de platos de comida.
―¿Hablas en serio, Carson?
―Sí. Necesito una modelo y cuanto más lo pienso, más me convenzo
de que serías perfecta. Es una cosa de alta fantasía con la naturaleza y el
agua.
―¿Esta es la cosa inspirada en Florence and the Machine de la que
habló Trey la otra noche?
―Sí. ―No puedo creer que ella recuerde eso―. ¿Quieres darle una
oportunidad?
―¡Diablos, SÍ! ―Salta de mi regazo―. ¡Esto es salvaje! ―Prácticamente
salta a la bañera y aplaude, saltando arriba y abajo―. Ni siquiera me
importa si la autora termina cambiando de opinión. Solo hacer esto es
genial. No puedo creer que esté a punto de ser modelo de portada de libro.
Su emoción hace que me duelan las mejillas por la sonrisa que estoy
mostrando.
―Toma todas las flores que puedas encontrar.
Si las de plástico no funcionan, iré por la calle y compraré un montón
de frescas en la floristería, pero sospecho que las que ya tengo estarán
perfectas.
Toda la configuración me toma más de una hora para organizar.
―Creo que estamos listos. ―Busco mi cámara y me detengo mientras
Mak se quita la ropa. Las puertas del estudio están cerradas, por lo que
no corremos el riesgo de que alguien interrumpa la sesión. Ella está a
salvo aquí conmigo.
Hozier empieza a cantar por los altavoces. Ese artista es todo un culo
de humor y estoy aquí para ello con Mak y yo haciendo esta sesión de
fotos. Debería poner Florence and the Machine, pero no me alejaré de Mak
ahora que está desnuda frente a mí.
―Ohhhh, es agradable y cálida ―dice, entrando en la bañera con mi
ayuda.
―¿Pensaste que estaría fría?
―Todavía estoy asombrada de que haya agua corriente en este lugar.
Pensé que esto era solo un accesorio, no una tina de trabajo real. La
temperatura del agua no se registró hasta que puse el pie dentro.
Me coloco a horcajadas sobre el borde de la bañera para tomar foto tras
foto de mi hermosa chica. Hay una cadena encima de mí a la que me
puedo aferrar, así no me caigo accidentalmente y la aplasto hasta la
muerte, pero tengo el equilibrio de una pantera y no tengo problemas con
balancearme.
El cabello de Mak se esparce en el agua, llenando los espacios que no
cubren las flores. Lleva un mínimo de maquillaje en los labios y los ojos,
cortesía del increíblemente enorme alijo de maquillaje de Chloe.
Volvemos a acomodar una y otra vez, agregando y quitando diferentes
detalles. Cambiamos las flores, coloreo el agua. Agregamos niebla de una
máquina que tengo. Burbujas. Velas relajantes. Al final, tengo más fotos
de las que Trey puede sacar que todas mis sesiones de portada de libros
combinadas. Es exagerado, lo sé, pero no puedo dejar de hacer click toma
tras toma. Mak está amando esto tanto como yo y mi corazón se hincha al
verla tan feliz.
―Creo que hemos terminado. ―La ayudo a salir de la bañera y le
entrego una toalla―. Estuviste increíble.
―Tú también. ―Se seca el cuerpo antes de envolver su cabello en la
misma toalla.
Mi polla ha estado dura como una roca todo el tiempo. Me duele como
un hijo de puta, atrapado en mis jeans.
―¿Alguna vez te tomas fotos? ―me pregunta.
―No. ―¿Por qué lo haría?
―¿Alguna vez las tomas con tus compañeras de juego?
Siento que está me tendiendo una trampa.
―He tomado fotos de mis sumisas, pero nunca de nosotros juntos. ¿Por
qué?
Se encoge de hombros y ve hacia la cama.
―¿Quieres tomarte unas conmigo?
Mi polla se pone flácida.
―¿Por qué?
Mak se pasea y me toca el pecho.
―Para mi banco de azotes, tonto.
Me dijo que anoche se tocó con mi foto de perfil, pero eso fue con una
foto de mi rostro, no todo mi cuerpo completo. Mi reacción instintiva es
negarme a su pedido, pero me detengo.
Hazlo mejor. Ella se lo merece.
Tal vez esto sea bueno para mí. Bueno para nosotros.
―Si tú quieres… seguro.
Mak cruza los brazos sobre su pecho.
―Eso no sonó muy entusiasta.
Mi cerebro está revuelto. Ella está desnuda y me pide que le dé algo de
lo que soy perfectamente capaz. Yo solo... necesito armarme primero de
valor.
Al configurar tres trípodes, me tomo más tiempo del necesario para
buscar el control remoto de una cámara y ajustar mi configuración en otra.
También agarro su celular y lo pongo en grabación de video para poder
tomar algunas fotos de eso también. Todo esto es para hacer la escena lo
mejor posible, pero también es una trampa de tiempo para poder reunir
la confianza suficiente para hacer esto por ella.
Los filtros están en su lugar y la iluminación es perfecta, lo que ahora
significa que no tengo nada más para usar como excusa.
―¿Lista?
―Siiip. ―Ya está desnuda en la cama, con el cabello mojado cayendo
sobre sus hombros―. Ven aquí, cosa sexy.
Me arde el rostro cuando me quito la camiseta y la dejo caer como si
estuviera cubierta de hormigas rojas. No me siento bien, mi estómago se
retuerce en nudos.
Mak se arrastra hacia atrás para dejarme espacio en la cama.
―¿Te dejarás los pantalones puestos?
―Por ahora. ―De hecho, estoy muy orgulloso de mi trasero y mis
muslos, diablos, incluso de mis brazos. Es solo mi instinto lo que me tiene
jodido de la cabeza y eso es lo que está expuesto en este momento.
Necesito trabajar en esto por mí mismo, y ahora es mi oportunidad. Solo
tengo que tomar este momento en pasos de bebé.
―Ven aquí, Big Boy. ―Las cámaras están rodando. Mak se ríe y se pone
de rodillas para que podamos besarnos. Sus dedos helados recorren mis
brazos y bajan por mi pecho, luego jala la hebilla de mi cinturón,
haciéndome empujar hacia adelante un poco.
Eso me hace gruñir.
―No puedes ir simplemente jalando el cinturón de un hombre, mujer.
Eso nos vuelve salvajes.
Ella lo jala de nuevo.
Gruño de nuevo.
Empezamos a besarnos y pronto, me hago cargo. La sostengo en varios
abrazos, sabiendo qué es lo mejor para este ángulo, y mantengo mis
movimientos lentos para que las cámaras tengan tiempo de capturarlo.
―Arrástrate frente a mí ―le ordeno y lo hace y mi polla está dura otra
vez, y todavía metida en mis jeans que son demasiado apretados y
calientes―. Envuelve tus brazos alrededor de mi cuello y ve a la cámara.
Beso un lado de su cuello y extiendo mis dedos sobre su bajo vientre
como si fuera una posesión mía.
―Esto se siente tan sexy, Carson.
No puedo estar de acuerdo o en desacuerdo. Mi cabeza está atrapada
entre disfrutar el momento y enmascararme.
―¡Espera! ―Se aleja y regresa con una fusta de cuero de mis accesorios
BDSM―. ¿Puedo jugar con esto?
―Seguro.
―Desnúdate.
Mierda. Me desabrocho las botas lentamente y me las quito, luego
trabajo en quitarme los jeans.
Esto es por ella, me sigo recordando. Está excitada, eso es obvio, pero yo
estoy muy nervioso por lo lejos que llegará esto y cómo me sentiré al
respecto más tarde.
―Tan. Jodidamente. Sexy. ―Muerde juguetonamente la fusta de cuero
y gruñe como un lobo bebé.
Le respondo con un gruñido más profundo y fuerte.
―¿Qué tal si uso esto contigo primero, pequeña bestia?
Instintivamente agarro una tercera cámara que es para primeros planos
y hago que Mak se acueste boca abajo. Corriendo la fusta por su espalda,
saco varias fotos y el click, click, click de las cámaras llena mis oídos. A
horcajadas sobre sus muslos, golpeo su trasero con la fusta y ella grita.
―¿Demasiado duro?
―No, pero no creo que me guste.
Lanzo la fusta sobre mi hombro y beso la floreciente marca roja para
mejorarla.
―Bueno, eso me gusta ―dice cuando beso su trasero de nuevo.
―Ah, sí, ¿y qué tal esto? ―Le muerdo la piel.
―Mmm, ajá.
―Aaaah, ¿y esto? ―Hundo un dedo en su coño y la encuentro
empapada―. Creo que ya tengo mi respuesta.
Click, click, click, click…
Las cámaras siguen funcionando, y yo me controlo. No estamos en un
punto de nuestra relación para hacer una película porno. Ya está
empujando mis límites tomando estas fotos. Arrastrándome fuera de la
cama, agarro mi camiseta y rápidamente me la vuelvo a poner. Entonces
detengo el equipo y noto que Mak me está viendo, se ve confundida y
decepcionada.
―¿Estás bien?
―Nos quería a los dos desnudos ―hace un puchero.
―Puedes tenerme desnudo en casa. ―Le lanzo un guiño―. ¿Qué tal si
esta noche preparo la cena y te alimento en mi regazo mientras me lees
porno?
―Eres como el chico más sexy y grandioso del planeta. ―Su puchero
se desvanece, reemplazado por una gran sonrisa que me calienta de
adentro hacia afuera―. ¿Cuánto trabajo más te queda?
―Terminé por hoy, si tú también.
―Yo también terminé. ―Se viste mientras analizo la escena y guardo
mis cámaras―. ¿Carson?
―¿Sí? ―Cierro los trípodes y los coloco bajo mi brazo.
―Gracias por hacer eso conmigo.
Yo trago.
―No hay problema.
De repente está en mi espalda otra vez, y sus manos se sienten como
hielo cuando me toca debajo de la camiseta.
―Puedo decir que no querías hacer esa sesión.
El abatimiento en su tono me hiere profundamente.
―Sí, quería. No lo habría hecho a menos que quisiera, Mak. ―Es solo
una mentira a medias.
Pero ahora he roto otra regla, la segunda más importante: siempre ser
abierto y honesto.
MAK
Algo pasa con Carson. Desde esta mañana, ha sido frío y caliente. Hace
que mi estómago se retuerza porque me doy cuenta de lo mucho que no
sé sobre él. Simplemente chocamos el uno con el otro en esa aplicación de
perversiones y hay momentos en los que siento que estoy borrando las
líneas entre la dinámica Dom/sub en la que pensé que estábamos y una
relación real en la que desearía estar.
No todo depende de mí. Él es el que me sigue invitando a lugares. He
estado demasiado ansiosa por quedarme con él el mayor tiempo posible
y no decirle que no.
Hacemos click. Me gusta. Me gusta estar cerca de él. Me gusta lo mucho
que nos reímos y nos llevamos bien. Soy más yo misma con él que con la
mayoría de las personas en mi vida, excepto Leah. Sé que es demasiado
pronto para llamar a esto más que un enamoramiento, pero otras palabras
para lo que siento cuando estoy cerca de Carson están en la punta de mi
lengua, y son grandes palabras con grandes sentimientos.
Fácilmente podría enamorarme de este chico. Es dulce, cariñoso,
observador, divertido, exitoso y sexy como el pecado.
Me siento conectada con él, excepto que no lo conozco en absoluto, solo
estoy hablando de lo que siento cuando estoy en su espacio. Eso no está
bien. Es confuso y aterrador. Es peligroso. Mi corazón está cada vez más
cerca de ser puesto en peligro, y no sé qué haré si esto termina pronto.
Una parte de mí sospecha que tiene preocupaciones similares. Carson
sigue levantando muros, se dé cuenta o no, y no tengo ni idea de por qué
ni para qué. ¿Debería preguntar? ¿Debería señalar que su lenguaje
corporal es diferente cuando lo toco de ciertas maneras? ¿Debería
mencionar mis sentimientos? ¿Debería decirle que me lleve a casa ahora
para que no esté obligado a hacerlo más tarde?
Su antebrazo se flexiona sobre el volante mientras conduce con una
mano, la otra descansa sobre mi muslo. Hay una pila de pulseras de cuero
y una con cuentas en su muñeca, todas negras. Me gusta que me toque de
una manera semi posesiva. Poniendo mi mano sobre la suya, entrelazo
nuestros dedos, tomando nota de lo pequeños que son los míos en
comparación con los suyos. Me encanta cómo nos vemos juntos. Cómo
follamos juntos. Cómo bailamos, reímos, comemos y nos relajamos juntos.
―¿Estás bien? ―No puedo dejar de preocuparme porque esto
terminará demasiado pronto.
Carson lanza su mirada hacia mí.
―Sí, ¿tú?
―Sí. ―No es mentira―. Simplemente siento que… ―Me detengo de
decir más mientras él se detiene en su calle.
―¿Sientes qué, Mak?
Mi vientre se retuerce de nuevo.
―Tengo hambre. ―Qué mierda tan evasiva. No quiero admitir que no
puedo entender lo que está pasando entre nosotros. Tal vez solo estoy
leyendo cosas y pensando demasiado.
―¿Te gustan las enchiladas de pollo?
―Las amo.
Una sonrisa estalla en su rostro cuando se detiene en su camino de
entrada.
―Entonces eso es lo que tendremos para la cena.
Parte de la opresión en mi pecho se alivia cuando entramos en su casa.
Aquí huele a pastel de vainilla y me encanta. Carson deja caer la bolsa de
su cámara en el sofá y me dice que me siente y me ponga cómoda mientras
se dirige a la cocina.
―¿Quieres ayuda?
―No, solo quiero que te relajes. No me llevará mucho tiempo.
―Okey. ―Sacando mi teléfono, reviso mis notificaciones en Instagram
primero. No soy una gran bookstagrammer de ninguna manera, pero me
encanta hacer publicaciones y promocionar a las autoras y con todas las
fotos que tomé hoy, espero que me gane más seguidores porque son fuego
absoluto. Me mimé hoy con todo el equipo y accesorios de Carson. ¿Cómo
volveré a mis fotos de libros regulares después de esto?
Abro mis álbumes para tomar la primera foto para publicar en Insta y
me congelo cuando veo el video de Carson y yo posando en la cama.
Tocándolo, lo veo con la boca hecha agua. Maldita sea, nos vemos tan bien
juntos. Sus manos están sobre mí, hambrientas y posesivas. Su cabello
oscuro cae sobre sus ojos cuando se inclina para morder mi hombro.
Trago saliva, y mi coño se moja mientras sigo mirándonos juntos.
Click. Capturo parte del video. Click, click. sigo haciéndolo. Cada foto es
más sexy que la anterior. Explotando una, la recorto y me meto con la
exposición a la luz. De ninguna manera soy una fotógrafa profesional
como Carson, pero soy muy hábil con los filtros de mi teléfono.
―Wowwy zowwy. ―Hacemos una pareja muy sexy.
Espera. ¿Es eso lo que somos? ¿Cómo llamas a esta dinámica? ¿Tiene
siquiera un título?
Lo siento antes de verlo detrás de mí. Con una fuerte sonrisa, levanto
mi celular para mostrarle una imagen impactante de nosotros dos que
acabo de capturar.
―Nos vemos increíblemente sexy juntos, ¿no?
Carson ve la foto, luego a mí, luego a la pantalla otra vez. Su rostro se
pone rojo remolacha y su mandíbula se tensa cuando aprieta los dientes.
Oh, no. He sobrepasado una línea que no sabía que estaba ahí.
―Las borraré si quieres que lo haga. Yo…
Sacude la cabeza y se da la vuelta, pero rápidamente agarro su brazo.
―Carson. ―Él se suelta mi débil agarre. La ira y la frustración estallan
dentro de mí―. ¿Qué pasa?
No sueno tan preocupada como enojada.
―Nada. ―Vuelve a la cocina, dejándome dos opciones: irme o
quedarme.
Me toma un poco demasiado tiempo decidir y para entonces, mi
corazón late con fuerza. No es así como actúan dos adultos. Irrumpiendo
en la cocina, tengo un millón de argumentos listos para disparar mientras
él me da la espalda y corta cilantro.
―¿Qué te pasa, Carson? Has estado actuando frío y caliente desde esta
mañana.
Deja caer el cuchillo en la tabla de cortar con un ruido metálico.
―Lo sé.
Okey, entonces, me alegro de que sea consciente de sí mismo.
―¿Por qué? ―Con las manos en mis caderas, en silencio deseo que se
dé la vuelta y me vea, pero no lo hace―. No entiendo lo que está pasando.
Sus hombros se hunden y su voz es áspera cuando dice:
―Lo sé. ―Se da la vuelta lentamente y se apoya contra el mostrador
con los brazos cruzados sobre el pecho.
Es el lenguaje corporal universal para déjame en paz.
―Háblame ―prácticamente suplico―. Si hice algo mal o me pasé de la
raya… ―Estirándome, trato de tocarlo.
Él se aleja.
―No me toques ahora.
Me congelo.
Entonces retrocedo.
Nuestra dinámica requiere confianza, honestidad y apertura. Él no está
cumpliendo con su parte del contrato.
―Dime algo ―susurro―. Por favor. No entiendo lo que está pasando
aquí.
Debería haber sabido que esto era demasiado perfecto. Era solo una
mentira. La clásica tontería de “comportarte de la mejor manera posible
al comienzo de una relación”. La máscara de Carson aparentemente se ha
caído, y ahora estoy viendo a un hombre muy diferente.
Eso me hace querer llorar. Las lágrimas pinchan mis ojos, pero me niego
a dejarlas ir.
No abre la boca para hablar. Mirándome con esos grandes ojos
marrones, su pecho se expande y se contrae mientras respira más fuerte,
más rápido, como si estuviera tratando de evitar que todas sus emociones
se escapen a la vez. Eso es lo que más me asusta, está a punto de romperse
y no entiendo por qué.
Mi voz tiembla mientras trato de mantener la calma.
―Borraré el video y las fotos. ―Sacando mi celular de nuevo, toco la
pantalla para comenzar.
―No. ―Coloca su mano sobre mi celular, cubriendo la foto de
nosotros, y me la quita.
Se me levantan los pelos de punta.
―Carson, devuélveme mi teléfono.
Me ve fijamente por un segundo, luego su mirada cae en las fotos que
he capturado. Es todo lo que puedo hacer para no arrancarle mi teléfono
celular de la mano, pero ver su expresión me hace dudar. Se ve devastado.
¿Por qué?
CARSON
Cada foto que ha capturado parece resaltar todo lo que odio de mí.
No es culpa de Mak que me sienta así. Mis propios complejos siempre
están aguijoneando mi confianza, y la sesión de hoy en el estudio les dio
nuevas armas para derrotarme.
He estado con una buena cantidad de mujeres, de todas las formas y
tamaños, pero nunca he estado con alguien como Mak. Es tan pequeña,
valiente, divertida, dulce y ajena a lo diferentes que somos en realidad.
Me dan ganas de terminar con ella y también de quedarme con ella para
siempre.
―¿Carson? ―Su dulce y suave voz tiembla y me hace sentir peor.
Debería entregar mi tarjeta de hombre y sentarme en el tiempo fuera ya
que me estoy comportando como un niño.
―No sé lo que tú ves en este video o en estas fotos, pero… ―amplío
una, enfocándome en la forma en que mi vientre rueda sobre mi
cinturón―. No puedo soportar verme a mí mismo.
El aire se aspira fuera de la cocina. No puedo respirar. No puedo
moverme. No puedo ver a Mak.
―¿Qué? ―su voz se quiebra―. Carson, ¿cómo puedes decir eso?
Fácil. Solo ve mi foto.
―He trabajado muy duro en mi cuerpo durante la mayor parte de diez
años. Nunca es suficiente. Yo... nunca seré suficiente.
El horno emite un pitido, lo que indica que es hora de poner la bandeja
de enchiladas que preparé ayer en el horno para hornear.
―Te mereces a alguien mejor que yo ―me atraganto―. Alguien que se
adapte mejor a ti que yo.
Mak se burla.
―No somos un par de calcetines. Coincidimos perfectamente tal como
estamos.
Tiene razón en la primera, pero no en la segunda afirmación.
―Mírame. ―Golpeo mi estómago, y se sacude.
―¡Mírame! ―ella grita de vuelta y golpea su estómago también―.
¿Qué diablos estás esperando, Carson? ¿Abdominales perfectos?
¿Por todo el trabajo que hago en el gimnasio? Maldita sea, sí, pero todo
lo que obtengo es flacidez que se burla de mí cada vez que hago
abdominales.
―No lo entiendes.
―Pruébame. ―Está furiosa y juro que incluso nuestros temperamentos
coinciden. Mak cruza los brazos sobre el pecho, como yo―. Adelante.
Vamos a oírlo.
Bien. Aquí va, niña bonita. Saldrá corriendo por mi puerta para cuando
termine de descargarme sobre ella.
―Voy a apostar y decir que no sabes lo que es ser un niño gordo. Solía
tener gente tocándome la barriga y llamándome Pillsbury Doughboy7
todo el tiempo. En lugar de llorar, me reía como ese estúpido personaje
comercial y dejaba que me pincharan todo el tiempo porque pensaba que
me los ganaría con mi humor. Alerta de spoiler: no lo hice.
Sus cejas se unen.
―Apuesto a que tampoco te elegían en último lugar para los equipos
en educación física. ―No puedo creer que esté arrastrando toda esta
historia. Es estúpido e injusto y no está bien―. Apuesto a que no fuiste
rechazado por todas las chicas de la escuela. Apuesto a que no te arrojaron
bandejas de nachos y papas fritas en la cafetería mientras hacían ruidos
7
Popularmente llamado Poppy Fresco, es un logotipo y a su vez la mascota de la empresa de dulces y repostería
Pillsbury Company. Fue creado por Leo Burnett. En Hispanoamérica también es conocido como 'Masin', el
personaje es pachoncito y con el vientre abultado.
de cerdo. Apuesto a que no te llamaron culo gordo, un tonto de grasa y
una ballena durante la clase de natación.
Las lágrimas llenan sus ojos y su barbilla tiembla. Mierda, lo odio.
―Apuesto a que nadie te hizo creer que ibas a ir al baile de graduación
con la única chica que te hablaba en Química, solo para descubrir que era
un reto y que le pagaron para decir que sí y luego, cuando apareciste con
la limusina, tu traje alquilado, y el ramillete perfecto por el que pasaste
horas agonizando, ella estaba de pie en su sala de estar tomando fotos con
su cita real, y cuando abrieron la puerta para irse, pasaron junto a ti como
si jodidamente no existieras.
Las manos de Mak caen a sus costados mientras el aire sale de ella.
―Apuesto a que no te metiste en el estilo de vida Dom porque era la
única forma de tener control sobre alguien que te toca íntimamente.
Su rostro se pone rojo.
―Apuesto… ―Mierda―. Apuesto a que no… ―Mi corazón está
golpeando en mi pecho y siento que me estoy hundiendo en el suelo―.
Apuesto a que no te enamoraste y que ella no te gritó en la cara que no
eras suficiente, que nunca serías suficiente, y luego, mientras estás de
rodillas rogándole que se quede, ella corta el símbolo de tu relación y te
lo arroja a la cara como basura. Como si fueras basura. Como si no valiera
la pena estar enamorado de ti porque eres... no... no eres suficiente.
Cuando la realidad es… que soy demasiado.
Se me cae la cabeza y no puedo creer que acabo de hacer esto.
Mak debería salir corriendo por la puerta de mi casa y nunca ver atrás.
Acabo de romper mi regla número uno: me abrí y dejé que alguien viera
lo real, lo malo, lo patético, lo estropeado.
La rabia y la vergüenza me invaden. Mis mejillas se entumecen y no
puedo sentir mis malditos pies.
―Sé que no quisiste decir nada malo cuando me pediste que hiciera
una sesión de fotos de pareja hoy, pero… ―Niego con la cabeza y dejo
escapar un largo y tembloroso suspiro―. Todo lo que veo es lo perfecta
que eres y cómo no estoy hecho para merecerte.
―Oh, Carson. ―Las lágrimas caen por sus mejillas. Es mi culpa. Soy
un hijo de puta trastornado sin autoestima y dejé que mis inseguridades
la afectaran. Antes de que tenga el sentido común de detenerme, cierro la
brecha entre nosotros y limpio las lágrimas de sus mejillas. Odio haberla
hecho llorar, odio que me mire con pena.
Odio todo sobre mí.
Toda mi vida he tenido que enmascarar mis sentimientos y encajar en
una caja socialmente aceptable. Me convertí en el divertido, el ruidoso, el
detestable si la ocasión lo requería. Así es como sobreviví a la preparatoria
y la universidad, luego crecí y conseguí ayuda y me ejercité todo el tiempo
para perder peso y lo que queda simplemente no desaparece. Me vi
obligado a admitir que nunca seré como los hombres de las portadas de
las novelas románticas. Nunca seré perfecto.
Tal vez eso me hace sonar como una pequeña perra quejumbrosa, pero
me importa una mierda, así es como me siento. Siempre me he sentido
mal conmigo mismo. Todos mis amigos estaban marcados y no tenían ni
una onza de grasa corporal. Es difícil conseguir una cita cuando tus
amigos están en forma y trabajados mientras tú pareces un oso de
peluche.
Siempre he estado en la friend zone.
Cada vez que conseguía que una chica estuviera conmigo, que no fue
hasta la universidad, la consentía por miedo a que me echara a patadas
por alguien más guapo que yo. Se aprovecharon de mí una y otra vez
hasta que aprendí a dejar de romperme solo para que una mujer me diera
la bienvenida a su cama.
¿Ese día que le tomé fotos a mi novia -quien tres semanas después me
dejó boquiabierto y dijo que éramos mejores amigos, por cierto-, y ella vio
lo que pude capturar y se enamoró de sí misma? Mierda, tenía tanta
envidia. Quería ser capaz de verme así también, pero no ha sucedido. No
puedo verme al espejo y ver otra cosa que no sean mis defectos. Las fotos
lo empeoran. No tengo buenos ángulos.
Ser fotógrafo fue mi mayor regalo y mi mayor maldición. Puede que
haya encontrado mi vocación, pero siempre hay una barrera entre los
demás y yo. Es horrible.
Tengo necesidades como cualquier otra persona de sangre caliente y
amo a las mujeres. De todos los tamaños. De todas las formas. De todos
los sabores. Convertirme en Dom me permitió tomar las decisiones y
también me dio una falsa sensación de control. Mantener la dinámica
estrictamente “profesional” es cómo he sobrevivido con el corazón
intacto.
Hasta Lauren.
Después de ella, las cosas cambiaron. Para bien, para mal, no tengo ni
idea, pero me niego a adaptarme para encajar en el molde de otra persona
como solía hacerlo, y me prometí nunca más dejar mi corazón atrapado en
las garras de una mujer.
Es obvio que he fallado porque Mak tiene mi corazón en sus manos en
este momento.
Podría haber sobrevivido a Lauren, pero no sé si sobreviviré a Mak. Ella
me hace sentir increíble y no estoy acostumbrado. No me gustan las cosas
a las que no estoy acostumbrado.
―Te llamaré un Uber ―digo con un tono entrecortado y derrotado―.
Estoy seguro de que quieres irte, y es mejor si no soy yo quien te lleva a
casa. ―Mi corazón cae en la boca de mi estómago. Saco mi celular,
desbloqueo la pantalla y abro la aplicación.
―No iré a ninguna parte ―dice, furiosa―. Deja tu teléfono, Carson.
Nuestras miradas se encuentran y estoy clavado en el lugar.
Mak se acerca a mí con las manos a los costados y estira el cuello para
verme.
―Es mi turno.
MAK
Si cree que puede dejar todo ese equipaje en el suelo entre nosotros y
no esperar que yo también tenga mi opinión, entonces es un tonto. Mi
corazón está roto por este hombre, pero eso no significa que dejaré que
me eche solo para enfurruñarse.
Todos tenemos demonios. Todos tenemos una historia de mierda.
Todos tenemos problemas de imagen corporal.
―Decía en nuestro contrato que tenemos que ser honestos en todas las
cosas. ―Quiero tanto tocarlo, abrazarlo, pero está claro que él no quiere
eso. En el instante en que secó mis lágrimas, dio un paso atrás de nuevo―.
Así que ahora voy a ser súper honesta contigo, Carson.
Me aclaro la garganta.
Está bien, Mak. Puedes hacer esto.
―Tengo un tipo. ―Esa es la línea de apertura más lamentable de la
historia―. Me gustan los chicos grandes. Me gusta cómo hay tanto para
tocar, besar y follar.
―Sí, puedo verlo ―resopla con indignación―. Tu ex fisicoculturista
probablemente tiene abdominales lo suficientemente duros como para
astillar un diente.
Sí, pero ese no es el punto.
―No me importan sus estúpidos abdominales. No me importaba la
frecuencia con la que iba al gimnasio o cuál era su índice de masa corporal.
Eso no fue lo que me atrajo de él, y no es lo que me atrae de ti.
Respiro y trato de concentrarme en poner mis sentimientos en orden.
―La dismorfia corporal es algo difícil de combatir, Carson. ―Me
acerco―. Y estoy muy orgullosa de ti por resolver algunos de tus
problemas. Desearía… ―Espero poder articular esto correctamente―.
Me gustaría que pudieras ver más allá de lo que consideras defectos, para
que puedas ver lo que yo cuando te veo. ―Mi garganta se siente como si
se estuviera cerrando―. Honestamente, me duele escucharte hablar mal
de ti mismo. Creo que eres sexy, también creo que tengo muy buen gusto.
Creo que somos perfectos juntos y durante las últimas dos semanas he
estado tratando de entender el hecho de que llegará un momento en que
nuestro contrato finalice, y pasarás a la siguiente sumisa para entrenar y
jugar con ella.
Carson tiene el descaro de negar con la cabeza, como si eso no fuera a
suceder.
Levanto la mano.
―Mira, no estoy diciendo que esté enamorada de ti. Está claro, solo por
esta conversación, que realmente no te conozco muy bien. ―Mi corazón
se hunde como un pez en mi pecho―. Pero puedo verme fácilmente
enamorándome de ti. Está... está sucediendo ahora que estamos aquí.
Hace un ruido forzado y deja de verme.
―Si lo que estoy a punto de decir está fuera de lugar, detenme, ¿okey?
―Él asiente y yo continúo―. Tú y yo... hicimos click desde el principio.
Él asiente.
―Somos fáciles juntos. Divertirse y ser feliz el uno con el otro no
requiere ningún esfuerzo, sin importar lo que estemos haciendo.
Él asiente de nuevo.
―Somos recientes y esto da miedo.
Él asiente, pero es un poco más lento esta vez.
―Estamos locos el uno por el otro.
Él asiente de nuevo, esta vez más rápido.
―Soy sexy como el infierno.
Levanta su mirada para encontrarse con la mía y asiente con una
sonrisa diabólica en su rostro.
―Tú eres sexy como el infierno.
Él se congela.
Arqueo mi ceja y cierro el espacio entre nosotros, desesperada por
tocarlo, pero aun así me contengo.
―Yo creo que eres sexy como el infierno.
Traga saliva y luego asiente lentamente.
Arriesgándome, saco sus manos de su pecho para poder sostenerlas.
―Todos estamos construidos de manera diferente, Carson. Lo que para
una persona no es suficiente, para otra es lo correcto.
El enrojecimiento de sus mejillas ahora se ha extendido por su cuello.
Veo hacia abajo a mis pies.
―Ve lo bajita que soy. Probablemente estoy a una pulgada de necesitar
usar un asiento elevado en el auto. ¿Sabes lo afortunado que eres de poder
alcanzar cosas en el estante superior? Yo tengo un taburete en mi cocina
solo para alcanzar mi estúpida mantequilla de maní y, a veces, subo los
estantes de la tienda de comestibles como una ardilla para alcanzar las
cosas que necesito.
Me ofrece una pequeña sonrisa, como si lo que acabo de decir fuera
adorable.
―Soy totalmente desproporcionada, en caso de que se te haya
escapado. ―Es solo una broma a medias―. Tengo copas A menos y un
trasero de camión.
―No existe tal cosa como copas A menos.
―A minúscula entonces.
―Eso no existe.
―Oh, sí, existe. ―Más o menos, depende de con quién hables.
―Me encantan tus tetas y tu culo ―dice con voz profunda.
―Me encanta que te encanten.
―Y me encanta lo pequeña que eres.
―Bien. ―Porque dejé de crecer hace quince años.
―Hasta ahora, me encanta todo de ti, Mak.
―Me alegro. ―Pasando mis dedos por su pecho, me levanto de
puntillas y engancho mis brazos alrededor de su cuello―. Creo que somos
un combo bastante sorprendente.
La cautela ata su voz.
―Yo también lo creo.
―Bien. ―Lo jalo hacia abajo para que nuestros labios casi se rocen―.
Quiero adorar cada centímetro de tu cuerpo, Carson. Lamento que hayas
luchado con eso toda tu vida, pero... tal vez, solo tal vez, si estás dispuesto
a dejarme, puedo mostrarte lo increíble que es realmente.
Siento que se cierra de nuevo, su cuerpo se pone rígido y su mirada
pierde ese toque de brillo.
―No creo que puedas ayudar.
―¿Me dejarás intentarlo?
Lo debate por unos momentos, luego dice:
―Déjame pensarlo.

Mientras le doy un poco de espacio a Carson, comemos las mejores


enchiladas que he probado en mi vida. Dijo que era su receta secreta y que
si me dice cómo hacerla, tendrá que matarme.
―La muerte valdría la pena. Mierda, son tan buenas.
He comido cinco, Carson tres.
―Hago mucho y las congelo en porciones individuales. Llegaste justo
a tiempo ya que aún no las había dividido.
―Mmmph. ―Lamo la crema agria de mi labio inferior―. Bien por mi
excelente sincronización. Me encanta eso de mí.
Todavía hay tensión y vulnerabilidad en el aire entre nosotros, pero está
bien. Si bien pretendemos que su colapso no ocurrió, he podido analizarlo
y comprenderlo mucho mejor.
―¿Puedo hacerte una pregunta?
Se limpia la boca con una servilleta.
―Seguro.
Carson realmente no me ha visto mucho desde que puso las enchiladas
para hornear. Sentada frente a él, esperaba que estuviera mejor, pero no
lo está.
―¿Cuál es la verdadera razón por la que te metiste en la fotografía
boudoir? ―Porque no creo que su novia se sintiera bien consigo misma
como me dijo originalmente.
Toma un gran trago de agua y luego se recuesta en su silla, mirándome
a los ojos.
―Para que otros no se sintieran como yo.
Eso es lo que me imaginé. El corazón de Carson es tan grande que no
sé cómo cabe en su pecho.
Me hace enamorarme aún más de él.
―¿Hubo alguna vez una novia a la que le tomaste esas fotos en la
universidad?
―Sí. ―Su ceño se frunce―. No te mentí sobre eso, pero es una razón
secundaria por la que elegí esta carrera, y también es la razón que siempre
doy cuando alguien me pregunta al respecto.
Asiento con la cabeza.
―Creo que muchas mujeres destrozan sus cuerpos y terminan sin ver
su belleza como los demás. ―Él levanta la mano―. Y sí, veo la hipocresía.
No digo una palabra.
―Pero también sé que los ángulos, la iluminación y las poses pueden
sacar lo mejor y lo peor de la figura de una persona. Por ejemplo… ―Se
levanta y saca su teléfono para tomar tres selfies, una con la cámara sobre
su cabeza, una de frente y al centro, y otra con él viendo hacia abajo. Se ve
diferente en todas ellas―. Se trata de saber la forma correcta de mostrarse.
Lo entiendo.
―¿Alguna vez te ha desagradado el físico de una mujer?
Se vuelve a sentar.
―No.
―Mentiroso.
Su frente se hunde.
―Eso no es mentira, Mak.
Eso es una mierda.
―¿Me estás diciendo que el peso de una mujer no impide que te
atraiga?
―Estoy diciendo que el físico de una mujer no es lo que me pone duro.
Es su olor lo que lo hace. ―Toma otro bocado de su comida―. Así es
como descubrí que el juego primario incluso existía. Fui a una reunión y
finalmente obtuve algunas respuestas que explicaban por qué me atraían
ciertas cosas y luego investigué mucho sobre cómo jugar de manera
segura con otras personas. Siendo de mi tamaño y siendo tan fuerte,
puedo lastimar fácilmente a alguien sin querer. Además, sé que es
intimidante ser la presa. Tuve que aprender a controlarme y al mismo
tiempo hacer un seguimiento de su lenguaje corporal y sus ruidos. ―Se
mete otro bocado de enchilada en la boca y mastica―. Nunca me importó
su tipo de cuerpo. Quiero su olor y su sabor.
Mierda, estoy mojada solo de escucharlo admitir eso.
―¿Soy la mujer más pequeña con la que has estado?
―Sí.
―¿Eso afecta la forma en que me tratas?
―Sí.
Me siento insultada.
―No me trates diferente a tus otras sumisas. Tengo una palabra segura.
Sé cómo usarla.
―Lo sé, Mak, pero lo último que quiero es ponerte en una posición en
la que tengas que usarla. Me sentí orgulloso de ti por decirla hace unas
semanas, pero eso no significa que quiera seguir empujando tus límites
una y otra vez hasta que tengas que decirla de nuevo. Así no es como
funciona esta dinámica.
Eso tiene sentido.
―¿Qué es lo más loco que has hecho con una compañera?
―Eso es subjetivo ―dice y toma un trago―. Mi locura y tu locura
podrían no alinearse.
Interesante respuesta.
―¿Qué es lo que hiciste que nunca volverás a hacer?
Se sienta y piensa en eso.
―Una vez dejé que una mujer me penetrara.
Mis ojos casi se salen de mi cabeza.
―¿De verdad? ―La imagen en mi mente es... okey, es sexy.
Entrecierra la mirada y clava el tenedor.
―No te hagas ideas, Mak.
―¡Yo nunca! ―Sí, lo hago―. ¿Qué no te gustó de eso?
―Ella fue ruda, y el ritmo estaba fuera de lugar. He estado con hombres
y mujeres. También he estado en el extremo de dar y recibir. Hay un arte
en que te follen el culo. Esa mujer estaba tratando de dominar de una
manera muy desagradable y dolorosa.
Santo cielo.
―¿Era tu sumisa?
―No, fue solo alguien con quien me enganché. Ella y su novio querían
un tercero y me eligieron a mí. ―Se encoge de hombros como si no fuera
gran cosa―. Estoy dispuesto a cualquier cosa una vez. Esa fue mi única
vez para que me clavaran.
―¿Sabes?… ―paso mi mano juguetonamente a lo largo de su mesa―.
Tengo experiencia con el anal. Podría acurrucarte y dejarte llevar ese buen
trasero hasta mi y estaría ansiosamente esperando. ―Muevo mis cejas
hacia él.
Carson se echa a reír.
―Debería haber sabido que vendría.
Un poco más de la tensión desaparece entre nosotros. Me río, él se ríe,
y nos relajamos en un cómodo silencio. Mientras recojo nuestros platos
para llevarlos al fregadero, me detiene con su mano en mis caderas.
Mirándome desde su silla, sus ojos marrones son cálidos y más claros que
antes.
―Gracias, Mak.
No está hablando de que lave sus platos.
Pero me preocupa que no me agradezca lo que estoy a punto de hacer.
CARSON
Mak me trajo hasta mi dormitorio, está tramando algo y no puedo
entender qué es. Cuando me preguntó antes si podía ayudarme a
aprender a amar mi cuerpo, le dije que lo pensaría.
La verdad es que es todo en lo que pienso. Mak me toca más que
cualquier otra mujer con la que he estado, y desde nuestro primer
contacto, me pregunto cómo sería renunciar al control y dejarla tener
libertad sobre mi cuerpo.
Me siento seguro con ella.
Pero me he sentido seguro antes y no terminó bien para mí. Me
preocupa que, si vuelvo a derribar mis paredes, me lastimaré.
―¿Confías en mí, Carson?
Una. Pregunta. Jodidamente. Cargada.
―Sí. ―Hasta ahora.
Y si lo que sea que esté a punto de hacer rompe esa confianza, esto se
acabó entre nosotros. Estoy demasiado frágil para que ella se aproveche
en este momento, y la única razón por la que estoy dispuesto a seguirle el
juego es por pura curiosidad morbosa.
Y porque soy un masoquista.
Y porque me estoy enamorando perdidamente, y realmente confío en
ella. Mak ha visto lo peor de mí. El hombre débil bajo la fachada de bíceps
marcados, pectorales y muslos tonificados.
Camina hacia la pared de mis juguetes y los escanea como si estuviera
a punto de elegir algunos para usar. No hemos negociado los términos de
esas cosas, pero estoy dispuesto a dejar que se divierta con ellas si quiere.
La guiaré, para que ninguno de los dos salga lastimado. Me encanta que
sea aventurera. Cuando dije que probaría cualquier cosa una vez, lo decía
en serio.
Creo que Mak es muy parecida.
―Párate con la parte de atrás de tus rodillas contra la cama, Big Boy.
Big Boy. Ni una sola vez ese término ha sonado insultante cuando sale
de sus labios.
―Sí, señora.
Aunque exijo -y mantengo-, el dominio en la mayoría de las situaciones
ha habido algunas ocasiones en las que entregaré las llaves de mi reino a
otra. Ha sido cuando me he sentido indefenso y necesitado de conexión a
tierra. Sumergirme en un subespacio que me ayuda a afrontar mi vida ha
sido mi mecanismo de supervivencia.
Big Boy, cosa sexy, bestia... ella me ha llamado de varias maneras como
yo a ella. Nunca hablamos de apodos. Esa es otra falla en mi código
cuidadosamente construido con Mak, pero no parecía importar.
Maldita sea, he roto todas las putas reglas con esta mujer y ve dónde
estoy ahora.
A su merced.
Bajo su escrutinio.
Embelesado por ella.
―¿Sabes lo primero que noté de ti? ―Camina con gracia hacia mí―.
Tus ojos. En tu foto de perfil, tus ojos me llamaron la atención primero.
Siempre me miras como un lobo vería a un conejo. Tu mirada me hace
sentir cálida y adorada.
Trago saliva y no digo una palabra.
―Lo segundo que noté fue tu boca. ―Levanta la mano y pasa su dedo
por mis labios, bajando un poco mi labio inferior antes de soltarlo―. Qué
boca hermosa, exuberante, follable y besable tienes.
La sangre comienza a fluir a mi polla.
―Cuando te conocí en persona en mi sesión de fotos, adivina qué parte
de tu cuerpo me llamó la atención primero.
Vuelvo a tragar porque se me hace agua la boca.
―Tu trasero. ―Ella se inclina y lo azota―. Tu trasero es increíble.
quiero morderlo, lamerlo, rasguñarlo todo.
Sonriendo, la dejo seguir hablando.
―Me imaginé cómo se vería, flexionándose mientras me follabas.
Oh, mierda. Mi pene está más duro ahora y se dobló de manera
incorrecta en mis jeans. Ella desabrocha mi cinturón y lo desliza hacia
abajo lo suficiente como para agarrar ambas nalgas y las aprieta hasta que
sus uñas cortan mi piel.
Mierda. Sí. Por favor, haz más de eso.
―Luego, fueron tus antebrazos. Nunca he conocido a una mujer a la
que no le gusten los antebrazos bonitos, gruesos y musculosos, Carson.
Es la debilidad universal de nuestra especie. ―Pasa sus uñas por mis
brazos lo suficientemente fuerte como para dejar líneas rojas a su paso.
Mak apela a mi lado primitivo, lo quiera o no, pero lo que hace a
continuación casi me hace renunciar.
Juega con el dobladillo de mi camiseta y la levanta para dejar al
descubierto mi vientre, pero es demasiado baja para quitármela.
―¿Me ayudas, por favor? ―Su tono es medio juguetón, medio
suplicante.
Alcanzo mi espalda y la jalo. Sacudiendo el cabello de mis ojos, la
observo con cautela.
Mak se muerde el labio inferior y se quita los pantalones.
Eso me sorprende.
Mientras su mirada recorre todo mi torso y aterriza en mi ombligo,
hunde la mano en sus bragas y gime. Sacando sus dedos, puedo verlos
brillar por su excitación. Sin decir una palabra, pasa sus dedos húmedos
por mi boca.
Su olor es irreal. Pasando mi lengua por mis labios, la saboreo y quiero
caer de rodillas y meter mi rostro en su dulce coño. Un gruñido sale de mí
por sí solo.
Mientras investigaba y descubría cosas sobre mí, aprendí que tengo un
agudo sentido del olfato. Es la razón por la que mantengo fragancias
ligeras en mi casa y estudio. Tampoco uso nunca colonia y prefiero que
mis parejas no usen nada demasiado perfumado.
Mak pasa sus manos arriba y abajo de mi pecho otra vez.
―Eres tan grande y fuerte. Me hace sentir que me protegerás de
cualquier cosa.
―Lo haré. ―Mierda, mi voz apenas suena como la mía.
―Me encantan tus brazos. ―Ella pasa sus manos por ellos de nuevo.
―Son perfectos para abrazarte ―digo con una sonrisa. Lo que debí
haber dicho fue para mantenerte conmigo, porque no creo que alguna vez
esté dispuesto a dejar ir a esta mujer después de hoy.
―Y tus muslos…. ―Tira de mis jeans hacia abajo hasta que se juntan
alrededor de mis tobillos. Respiro hondo cuando ella araña mis piernas,
haciendo que se me ponga la piel de gallina.
―Son perfectos para perseguirte.
Ella me ve desde el suelo, sus ojos color avellana entrecerrados con
lujuria. Su rostro está justo en mi cintura. Contengo la respiración. ¿Me
bajará los bóxers después?
En silencio, Mak pasa sus manos por mi cintura, mi mayor debilidad,
mi peor defecto, mi kriptonita, y besa cada suave centímetro de mí.
Gimo cuando mi corazón se rompe y mis rodillas se doblan.
―Cupcake.
MAK
Supuse que esto pasaría. Empujé sus límites y él hizo tapping.
―Estoy orgullosa de ti. ―Ahuecando su rostro, beso su frente.
Carson está de rodillas y envuelve sus brazos a mi alrededor. La ira y
el pánico lo hacen temblar.
―Mierda. ¡Mierda, mierda, mierda!
―Lo hiciste muy bien ―digo, pasando mis dedos por su cabello. Está
tan caliente que su piel está húmeda. Ser tocado realmente es algo difícil
para él, incluso si él es físico y me abraza cada vez que estamos juntos,
ahora me doy cuenta de que es porque ha estado en sus términos todo el
tiempo.
No estaba listo para que hiciera lo que hice hace un momento.
Probablemente pensó que iba a liberar su pene y chupárselo o algo así.
Pero fui por su punto débil, la parte más vulnerable de la bestia, y en
lugar de burlarme de ella... la adoré. La aprecié.
Que es lo que se merece.
Todo el cuerpo de Carson tiembla mientras me abraza con fuerza. No
está llorando, pero creo que es solo porque está haciendo todo lo posible
para no hacerlo. Nunca juzgaría a alguien por sus complejos. Todos los
tenemos, y en esta sociedad, es casi obligatorio que los hombres sean
fuertes y no se preocupen por su imagen corporal.
Pero está claro que Carson no encaja en ese molde. Es la persona más
real que creo haber conocido. Demonios, incluso mi mejor amiga Leah
tiene dificultades que ella finge.
―Lo siento mucho ―dice una vez que se calma.
―Nunca te disculpes por cómo te sientes, Carson. Lo hiciste muy bien
con algo que es realmente difícil. Siéntete orgulloso de ti mismo.
Ahoga un gemido e intenta ponerse de pie. Doy un paso atrás para
darle espacio para hacerlo.
―Jesucristo, no puedo dejar de temblar. ―Se pasa una mano
temblorosa por el cabello y se lo quita del rostro. Recostándose en el
colchón, todavía está luchando por respirar―. Me rompí. ―Es como si no
pudiera comprender lo que acaba de suceder―. No puedo sentir mis pies.
―Me agarra por la cintura y me vuelve a sujetar―. Lo siento mucho.
―Deja de disculparte.
―Mereces más.
Ahora estoy enojada.
―¿Sabes lo que me merezco? Un hombre que me haga feliz.
―Absolutamente.
―Tú me haces feliz, Carson.
Sus brazos se aprietan a mi alrededor.
―Estoy jodido de la cabeza, Mak. Puede que te haga feliz a veces, pero
no siempre.
―Okey, eso es bueno. Odiaría que la vida se volviera aburrida y
predecible.
Él ahoga una risa.
―Lo digo en serio.
―Yo también. ―Agarro su cabello y lo jalo para que tenga que
verme―. Merezco a alguien que me trate bien y me ame exactamente por
lo que soy, y tu también. ―Me inclino y lo beso con todas mis fuerzas. No
es dulce y gentil. Es duro, complejo, codicioso y dominante.
Cuando me separo, gime y confiesa:
―Creo que me estoy enamorando de ti.
Ahora es mi turno de congelarme en el acto.
―Es demasiado pronto para eso, lo sé... ―dice―. Pero no puedo
sacarte de mi cabeza, Mak. Traté de retroceder y darte espacio, pero las
dos semanas que no nos vimos me mataron. Quiero mimarte y cuidarte y
protegerte y proveer para ti. Me haces sentir como un jodido hombre de
las cavernas.
Mi corazón se desmaya.
Carson niega con la cabeza.
―He roto todas las reglas que tengo desde el instante en que vi tu perfil
en esa aplicación. Cada. Jodida. Regla. Mak. Me asusta haberlo hecho.
―¿Por qué? Las reglas deben romperse a veces si las circunstancias son
las adecuadas.
Se pone de pie y acaricia mi rostro, sosteniéndome incluso cuando doy
un paso atrás para darle espacio de nuevo.
―Las reglas están ahí para mantenernos a salvo. ―Sus ojos marrones
se clavan en los míos―. Para mantenerme a salvo.
Y las rompió todas por mí.
―Siento que puedo ser yo mismo contigo, Mak, y honestamente puedo
decir que nunca he experimentado eso en mi vida. Ni siquiera con Lauren.
No me importa que la vuelva a mencionar. Sospecho que ella tiene
mucho que ver con su dolor pasado. Puede que él no haya sido suficiente
para ella, pero es exactamente suficiente para mí.
―Me tomó años de terapia y trabajo duro llegar a un mejor estado de
ánimo. Estoy orgulloso de la forma en que me veo en su mayor parte, pero
a veces me atrapo con la guardia baja y el progreso que he hecho se
desvanece hasta que todo lo que veo son las peores partes de mí mismo.
Esas que, por mucho trabajo que ponga, nunca desharé.
Estoy segura de que trabajar con modelos no ayuda, especialmente
ahora que recuerdo muchas de las portadas de su estante. Todos esos
abdominales. Todos esos “hombres perfectos”. He tenido algunos
problemas conmigo misma a lo largo de los años, pero en su mayor parte,
acepté mi destino y seguí adelante. Me gusto tal como soy.
También quiero eso para Carson.
Empujándolo hacia abajo en la cama, me arrastro encima y me pongo a
horcajadas.
―Déjame amarte. ―Beso suavemente su boca―. Déjame mostrarte lo
que tu cuerpo le hace al mío. ―Arrastro mis manos por su pecho,
sintiendo su vientre temblar cuando lo toco―. Déjame darte todo lo que
siempre has merecido.
Me quito la blusa y le desnudo el corazón mientras espero su respuesta.
CARSON
No estoy seguro de lo que hice en mi vida para que el universo me
regalara a esta mujer. Una vez mencionó que sus amigos la llamaban Mak
Truck y entiendo por qué. Es probable que pase por encima de tus
complejos como un camión y te arrastre hasta que te sueltes o aguantes.
Estoy esperando.
Con mis manos en sus caderas, la beso como si mi salvación dependiera
de eso. Puedo oler su excitación, su cuerpo no miente, se ha sentido
atraída por mí desde el principio, cuando nos estiramos juntos en esos
estúpidos tapetes de yoga.
Y ella ha sido así cada vez que hemos estado juntos.
Usó fotos mías para correrse.
No puede apartar sus manos o su mirada de mí cuando estamos juntos.
Ella usa términos como “Big Boy” como cariño, y nunca me sentí como
una mierda al escucharlo.
Soy un chico grande. También tengo un gran corazón, y Mak es su
guardián, ya sea que vaya en contra de mis reglas o no.
Se desliza por mi cuerpo, salpicándolo de besos hasta que regresa a mi
punto débil. Contengo la respiración, con mi mirada fija en la suya
mientras mi mente se apresura a descifrar lo que va a hacer esta vez. El
alivio me invade cuando me engancha la cintura con sus delicados dedos
y me quita los bóxers.
Solo tengo la polla gorda porque estoy demasiado excitado para pensar
con claridad.
―Cierra los ojos ―dice, luego chupa la cabeza de mi polla en su boca.
Gruño. Ella se siente increíble sobre mí. Caliente, húmeda y
hambrienta, sus labios se deslizan arriba y abajo de mi longitud hasta que
estoy completamente erecto y a punto de romperme.
―Me encanta tu boca sobre mí, Mak.
Ella lo lame desde la base hasta la punta.
―También me encanta mi boca sobre ti. ―Pasando sus manos por mi
estómago, lucho contra el instinto de agarrar sus muñecas y detenerla―.
No tienes idea de lo que me haces, Carson.
Mis ojos se abren un poco para verla de nuevo.
―Muéstrame.
Mak sube por mi cuerpo, dejando otro rastro de besos calientes a su
paso y se sienta en su trono: Mi rostro.
Sus bragas están empapadas. Su olor es alucinante. Frotando mi nariz
contra la tela, me encanta lo mojada que ya está.
―¿Todo esto por mí?
―Será mejor que lo creas, Big Boy. ―Se sienta a horcajadas sobre mi
rostro y tira de sus bragas a un lado―. Date un festín.
No hace falta que me lo diga dos veces.
Lamo, chupo y follo con la lengua a Mak hasta que cabalga mi cara.
Entierro mis dedos en las nalgas de su culo y la muevo más duro y más
rápido contra mí. Estoy cubierto por su lujuria y casi me corro por lo
increíble que es.
―Mierda, no te detengas. Estoy cerca.
Disfruto cada segundo de acercarla más y más al clímax. Cuando
estalla, lamo su coño, gimiendo mientras empujo mi lengua dentro de ella
tan profundo como puedo. Me encanta cómo aprieta su coño,
desesperada por que mi polla la llene. Haciéndola rodar, mi corazón late
con fuerza en mi pecho, y mi pene duele por su coño caliente. Ella me ve
con una sonrisa que hace que mis paredes se derrumben.
Esa es toda la advertencia que recibo antes de que coloque sus pies
sobre mis hombros y me empuje hacia atrás.
―Niña traviesa. ―Gruño, mis sentidos están todos disparados ahora.
Ella se ríe y me aborda. Luchamos en la cama, rodando sobre ella hasta
que ambos caemos. Aterrizo de espaldas y ella cae sobre mí, sacándome
el aire de los pulmones.
―¡Eeek! ―Ella rueda y gatea sobre sus manos y rodillas, riendo, hacia
la puerta del dormitorio.
―¿A dónde crees que vas?
Se las arregla para ponerse de pie antes de que tenga la oportunidad de
enganchar su tobillo. Riendo a carcajadas, sale corriendo de la habitación
y baja mis escalones, dejándome sin otra opción que perseguirla.
Me recorre un escalofrío.
Agarrándome a la barandilla, bajo volando los escalones y entro en la
sala de estar. Mak está al otro lado de mi sofá, jadeando. Sus ojos son
salvajes, su sonrisa es enorme y su hermoso cuerpo está sonrojado por el
deseo y la emoción.
Ella es tan malditamente hermosa y yo soy la razón de la mirada en su
rostro.
Mi pecho se hincha de orgullo, y mi corazón recupera su latido.
Me acerco a ella, sintiéndome fuerte y confiado.
Mueve su mirada a la puerta corrediza de vidrio y luego a mí.
―Ni siquiera pienses en eso ―le advierto.
Mak se muerde el labio inferior y hace una finta hacia la izquierda y
luego hacia la derecha. ¡Me apresuro a agarrarla, pero ella gira por tercera
vez y salta sobre el respaldo de mi sofá y atraviesa la maldita puerta
delantera!
La persigo de nuevo y finalmente consigo atrapar a Mak en mi jardín
delantero.
Ella chilla y se ríe mientras se retuerce de mi agarre suelto. Pateándome
en el pecho, sale corriendo de mi agarre y corre por el costado de mi casa.
Le doy una ventaja decente, maravillándome de su rapidez y su largo
cabello volando detrás de ella mientras se escapa.
Es hora de atrapar lo que es mío.
Salgo disparado como un cohete, y no me toma tiempo encontrarla en
el bosque. Está contra un árbol, sin aliento y fuera de tiempo.
Está helado aquí, unas nubes blancas brotan de su bonita boca. El vapor
se eleva de mi cuerpo porque estoy caliente como de costumbre. Acecho
más y más cerca y más cerca de ella.
Mak jadea cuando se da cuenta de lo mucho que me acabo de acercar y
se dirige de regreso a la casa.
La atrapo justo cuando está abriendo la puerta trasera corrediza de
vidrio. Haciéndola girar, estrello mis labios contra los suyos y la levanto
en el aire. Apuntando mi polla a su entrada, empujo fuerte y toco fondo
en un solo empujón duro. Mak grita en mi boca y me lo trago. Moviendo
mis caderas, la follo contra la puerta trasera, a la intemperie, con el aire
invernal mordiéndonos la piel.
Su culo se estrella contra el cristal y el cabello me cae sobre la cara
mientras la follo.
―No te detengas. Por favor, no te detengas. ―Ella araña mis brazos
mientras la sostengo.
―¿Mi chica codiciosa quiere correrse alrededor de mi polla?
―Sí. Por favor, sí.
Abro la puerta y nos llevo adentro con ella todavía empalada en mí.
Recostándola en el sofá, levanto sus caderas y presiono mi mano en su
bajo vientre. Entonces me estrello contra ella, sintiendo mi pene deslizarse
dentro y fuera bajo mi palma.
―Oh, Dios. ―Mak inclina su cabeza hacia adelante para verme follarla
como un animal. Estoy fuera de mí y ella es la razón.
Follo su cuerpo como una bestia. Un animal voraz, salvaje y violento
cuya única razón para ser puesto en esta tierra es hacer que esta mujer se
corra hasta que no pueda moverse.
Y eso es exactamente lo que hago.
La follo en todas las posiciones en las que puedo pensar. Ella grita mi
nombre una docena de veces, y estoy tan feliz de vivir lejos de la gente
porque de lo contrario llamarían a la policía. Hay marcas rojas en su
cuerpo donde he apretado su piel dulce y perfecta. Hay marcas de
mordeduras en sus hombros y cuello.
Ella también me ha dejado una buena cantidad de marcas. Desearía que
cada una de sus marcas de mordeduras y rasguños duraran para siempre.
―Eso es, toma mi polla como una buena chica. ―Toco fondo una y otra
vez mientras ella me araña y arquea la espalda, rogando por más.
Y más le doy.
La follo en el sofá, el suelo, las escaleras, mi cama e incluso en el sótano.
No nos detenemos hasta que la persigo y la follo contra todas las
superficies que tengo. Mis muslos están temblando. El sudor gotea por mi
columna, mi corazón golpea en mi garganta y todavía no quiero parar.
Si me muero, que así sea. Esta es la única forma en que quiero irme.
Una vez que estamos en el sótano, me monta en mi silla de juego. El
cabello de Mak se pega a su rostro y espalda. El rubor está en su piel y sus
ojos tienen los párpados pesados. Su voz es áspera cada vez que dice mi
nombre. Con los pies sobre mis muslos, agarrando con fuerza los brazos
de mi silla, rebota duro y rápido sobre mi polla.
―Córrete para mí, Big Boy. Dame todo lo que tienes.
Sosteniendo sus caderas, follo su coño como un taladro, disfrutando la
forma en que mis bolas se aprietan mientras ella rebota arriba y abajo en
mi polla.
―Lo quieres, ven a buscarlo. ―Dejándola ir, renuncio a todo control e
inclino mi cabeza hacia atrás en el reposacabezas mientras Mak me
monta―. Mierda, estoy cerca. ―Se siente tan malditamente bien, no
puedo contener mi liberación por más tiempo. En el último segundo, Mak
me saca la polla y rujo―. ¿Qué estás haciendo?
―En mi boca, te quiero en mi boca. Se pone de rodillas y me la chupa
hasta que se me cierran los jodidos ojos.
Apretando su cabello, monto una gloriosa ola de éxtasis que está bien
merecida. Bombeo en su boca mientras ella usa ambas manos para
frotarme hasta que exploto.
―Qué buen chico ―dice de rodillas después de tragar.
Me toma un momento recuperar el aliento. Me siento mareado y débil
y somnoliento y sublime. Recogiéndola en mis brazos, silenciosamente
hago que Mak se acurruque en mi regazo mientras ambos flotamos hacia
abajo desde nuestras alturas.
―Eso fue increíble ―susurra―. Nunca me habían follado tan bien en
mi vida.
―Me alegro de haber recibido el honor.
―El honor… ―jadea―, fue todo mío. ―Pasa sus dedos por mi cabello
húmedo y me besa―. Creo que quiero quedarme contigo.
―Creo que también quiero quedarme contigo.
Con eso, mi silla de juego gime, se rompe y se derrumba con nosotros
todavía en ella. Ambos caemos al suelo, gritando. Por un minuto, mi
visión se vuelve blanca y un dolor agudo irradia por mi espalda.
―Mierda, ¿estás bien?
Mak se aleja de mí.
―Estoy bien. ¿Tú estás bien?
―Sí, creo que sí. ―Pero la maldita silla está hecha pedazos debajo de
mí―. Casi me follo el culo de nuevo.
Mak se ríe tanto que llora. Nunca he oído un sonido más bonito o tenido
una vista más hermosa en mi vida.
Y ese fue el momento en que supe que sería mía para siempre.
MAK
Mientras estoy precariamente en equilibrio sobre la barra, tratando de
alcanzar la caja de huesos de perro, escucho a Carson cerrar la puerta
principal.
―¿Qué estás haciendo? ―grita, tirando una caja sobre la mesa de la
cocina y corriendo para agarrarme de la cintura―. Maldita sea, Mak.
Puedo pasarte lo que necesites. Solo pídemelo.
―Soy una mujer independiente que puede alcanzar sus propios huesos
de perro. ―Eso salió raro.
La cola de Cooper golpea contra el suelo mientras Carson me ayuda a
bajar.
―¿Quién es un buen chico? ―Le tiro un hueso.
―A veces no sé si me estás hablando a mí o al perro.
Le rasco la cabeza a Carson.
―Tú también eres un buen chico.
Me gruñe juguetonamente.
Le gruño de vuelta.
―Tienes un paquete.
―¿Ah, sí? ―Toco su polla a través de sus jeans―. ¿Es el mismo paquete
que me entregaste esta mañana, Big Boy?
―Basta, animal. ―Aparta mi mano de un manotazo.
Arrebatando la caja de la mesa, no tengo idea de qué podría ser o cómo
diablos fue entregado aquí. Hemos estado saliendo por más de un año, y
ahora vivo un poco más cerca de él, lo cual es conveniente. Paso la
mayoría de las noches aquí con él, y mi contrato de arrendamiento se
renovará pronto, así que me estoy preparando para tener una
conversación con él sobre la mudanza.
―¿Qué es esto? ―Lo sacudo―. Se siente como un libro.
―¿Cómo se puede sentir eso como un libro? Ni siquiera se movió.
―Los ratones de biblioteca saben cómo se sienten los libros. Es instinto.
―Estrecho mi mirada sospechosamente hacia él―. Sé que sabes lo que es
esto. Puedo verlo en tu rostro.
Sigue fingiendo que no tiene ni idea.
Apuñalando la costura de la caja con las tijeras de la cocina, la abro y...
―Oh, Dios. ―Saco con cuidado la tapa dura que me ve fijamente―.
¡Oh, Dios, oh, Dios, oh, DIIIOOOOSSS!
Carson comienza a reírse.
―Bastante bien, ¿eh?
Me siento como si estuviera flotando en el suelo. El libro, con mi rostro
en la portada, me tiene completamente sin palabras, y se necesita mucho
para hacerme perder la capacidad de hablar.
Es la portada de ese libro de fantasía para el que Carson me hizo posar
en el baño de su estudio. Nunca pregunté sobre eso más allá de ese día,
porque no quería hacerme ilusiones y luego desanimarme si a la autora
no le gustaban las fotos que tomó Carson.
―Di algo. ―Se para detrás de mí y envuelve sus brazos alrededor de
mi cintura, besando mi cuello.
―Yo… yo… ―Levantando el libro como si fuera Simba siendo
presentado al reino animal, no puedo encontrar las palabras para expresar
lo que esto le hace a mi pequeño corazón amante de los libros―. ¿Soy
realmente tan bonita o Trey tuvo que retocarla con Photoshop?
―Él no tocó una maldita cosa contigo. Simplemente modifiqué el color
del agua para que fuera más verde azulado y agregué algunas flores raras
en los espacios que lo necesitaban.
Parezco una diosa mística.
―Wow ―susurro―. Esto es increíble.
Me azota el culo.
―Eres increíble.
―Trey también es increíble. Esta portada va a explotar en las redes
sociales.
―Puedes decírselo en la cena de la próxima semana. Hice reservaciones
para el próximo viernes.
―¿Erin también estará ahí?
―Por supuesto, y Glitch, y Ara.
¡Yeeei! Me gustan mucho los amigos de Carson y no los vemos muy a
menudo. Apesta, pero para eso están los videojuegos, ¿no? Todas las
semanas, Carson juega con el altavoz activado para que yo pueda
participar mientras me acurruco en su sofá con un libro nuevo y té
caliente, y también salimos a comer alitas picantes con Leah a menudo. Es
la vida perfecta.
―Tengo algo más para ti que acaba de llegar ―dice Carson. Solo que
su voz es un poco más aguda que hace un momento.
Se aleja de mí, frotándose la nuca mientras sale de la cocina sin decir
una palabra más. No estoy segura de si se supone que debo seguirlo o no,
pero regresa un minuto después con una caja envuelta para regalo y mis
cejas se fruncen mientras lo veo. Las dimensiones no son las adecuadas
para otro libro, y es demasiado grande para ser algo así como un par de
aretes.
―Ábrelo. ―Se aleja y cruza los brazos sobre el pecho.
Eso significa que está nervioso. ¿Por qué diablos estaría nervioso?
Rasgando con mis uñas el papel, arranco el bonito envoltorio y abro la
tapa de una caja de terciopelo. Hay un collar de plata adentro.
―Es un… un collar… ―Carson se aclara la garganta― Hice grabar
nuestras iniciales en la cerradura.
Mi corazón late lo suficientemente fuerte como para hacerme sentir
mareada.
―¿Qué significa esto?
Creo que lo sé, pero quiero estar segura.
―Significa lo que ambos ya sabemos, Mak. Que soy tuyo y tú eres mía.
Tengo uno a juego hecho para mí... si me aceptas.
No hay si al respecto. Tendré a este hombre hasta el día de mi muerte.
Entonces me meteré en su ataúd para que nuestros huesos se conviertan
en polvo juntos.
―¿Puedo verlo?
Saca una cadena más pesada de su bolsillo delantero.
―Hice que el tuyo fuera más delicado para que se ajuste mejor a tus
rasgos.
Y el de Carson es más grande para adaptarse al suyo.
Son impresionantes.
―¿Puedo quedarme con tu llave?
―Sí ―dice en voz baja.
―¿Significa esto que estamos juntos, para siempre?
―El simbolismo de algo como esto varía en cada dinámica, pero sí,
Mak. ―Sus botas arañan el suelo mientras se acerca a mí―. Quiero que
esto sea para siempre.
Las lágrimas queman mis ojos. Parpadeando, las suelto y coloco la caja
sobre la mesa junto al libro.
―Me encanta.
―¿Eso es un sí, entonces? ―Su tono se eleva con lo que suena como
esperanza―. ¿Lo usarás para mí?
―Absolutamente. ―Recojo mi cabello mientras él toma el collar con
manos temblorosas y busca a tientas el pestillo dos veces antes de que
pueda pasarlo alrededor de mi cuello y asegurarlo en su lugar. Se siente
sólido contra mi garganta y la punta de mi clavícula―. ¿La gente sabe lo
que esto significa?
―Si están familiarizados con este estilo de vida, sí.
―Déjame ponerte el tuyo. ―Lo tomo de sus manos y me maravillo de
lo pesado que es. Viendo nuestras iniciales entrelazadas, honestamente
no puedo pensar en una mejor manera de compartir una conexión con
alguien―. Es hermoso, Carson.
―Me alegro de que te guste.
Me paro en una silla para ponérselo en el cuello. Una vez que está
cerrado, paso mis manos por la parte posterior de sus hombros, amando
lo firme y grande que es. Cuando Carson se da la vuelta para verme, tomo
sus mejillas y lo beso.
Este es el mejor día de mi vida.
―Será mejor que te vayas. ―Me agarra el trasero y me ayuda a bajarme
de la silla―. Tenemos que irnos en una hora.
―Tengo mucho tiempo para arreglarme.
―Te toma una hora y media solo elegir un atuendo.
―Porque estás constantemente quitándome toda la ropa. Tengo que
elegir mi atuendo a prueba de Carson.
―¿A prueba de Carson? Psht. Eso ni siquiera existe.
―Debería. ―Toco su pecho―. Me arrancaste dos de las blusas de mi
cuerpo el fin de semana pasado.
―Ya las reemplacé.
―¿Y mis bragas?
―Esos fueron el botín de la caza. ―Ni siquiera tiene vergüenza.
―¿Y mis leggins la semana anterior?
―¿Qué leggins?
―A los que les abriste un agujero antes de follarme por el culo en la
terraza.
Él sostiene su pecho.
―Yo nunca.
Golpeando su hombro, salgo de la cocina, todavía riéndome.
Me agarra antes de que llegue demasiado lejos y me besa hasta dejarme
sin aliento.
―¿Te mudas conmigo?
―Okey.
―¿Este fin de semana?
―Okey.
―Te amo.
―Lo sé. ―Muevo mis caderas de un lado a otro mientras le sonrío―.
Fuiste hecho para amarme.
―Mierda, sí, y tú estás hecha para amarme.
―Es mejor que lo creas. ―Antes de que caigamos en los brazos del otro
y perdamos nuestra reservación, me enderezo y sacudo mi cabello―.
Realmente debo irme ahora. Soy una persona muy importante. Mi rostro
está en un libro. ―Agitando mi mano entre nosotros, añado―: Llama a
mi agente para programar una cita si realmente necesitas hablar conmigo.
Carson ruge de risa cuando salgo corriendo de la cocina y subo las
escaleras para vestirme para esta noche. Iremos a un club de sexo.
Follaremos en una habitación llena de espejos, y luego vamos a acampar
para cazar, perseguirnos y amarnos en el bosque.
No puedo creer que esta sea mi vida.
Después de vestirme, aplicarme rímel y trenzarme el cabello, me veo en
el espejo para asegurarme de que luzco bien.
Carson me acecha detrás, sin camisa, con su mirada de depredador
clavada en mi reflejo.
―Te ves hermosa.
―Nosotros... ―digo, recostándome en él―. Nos vemos hermosos.
―Sí ―Carson aprieta su agarre sobre mí―. Definitivamente lo
hacemos.
Levanto mi celular y tomo una selfie.
Click.

También podría gustarte