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Su historia se remonta hacía los mismos años fundacionales de la ciudad, cuándo se

lanzaron los concursos internacionales para la construcción de los edificio públicos. De


este modo, en 1881 se presentaron proyectos provenientes desde todo el mundo,
pero ninguno cumplía con los deseos y requisitos. De esta manera la responsabilidad
recayó sobre Departamento de Ingenieros del Ministerio de Obras Públicas de la
Provincia de Buenos Aires, encabezado por el ingeniero Pedro Benoit y el arquitecto
Ernest Meyer, además de la colaboración del arquitecto Emilio Coutaret.

Finalmente se optó por una catedral del estilo neogótico con una gran cantidad de
ornamentos vinculados a la cultura pampeana. Es decir una construcción con dos
torres, un enorme rosetón, grandes ventanales y pináculos. Además tanto las gárgolas,
los apóstoles, los santos y los relieves poseen pequeños detalles criollos con la
intención de remarcar la identidad local.

Ubicada frente a la Plaza Moreno, entre las calles 14, 51 y 53, la piedra fundamental se
colocó en 1884; dos años después de la fundación de la ciudad. El acta se depositó en
una urna de cristal junto con monedas de plata y bronce, tarjetas y una medalla con la
imagen del Papa León XIII.

El 19 de noviembre de 1932 se inauguró el Templo Mayor con una misa por el


cincuentenario de la Ciudad, pero aun restaban muchas obras para que este
culminada. Año más tardes se colocó el piso de granito lustrado al espejo proveniente
de las canteras de Olavarria, Calamuchita y San Luis. Los vitrales llegaron de Francia y
Alemania, mientras que los confesionarios de roble se construyeron en Eslovenia por la
mano del artista José Shenke. El escultor tiroles Leo Moroder fue uno los encargados
de las decenas de figuras que descansan, entre ellas el Cristo crucificado y la imagen de
la Virgen María.

Durante décadas la obra quedó paralizada al comprobarse que los cimientos y


condiciones del suelo no podrían soportar el peso de las torres. Con el desarrollo de
nuevas técnicas de construcción, en los años '90 comenzaron las tareas para fortalecer
las bases. Tras sumar ladrillos más livianos que originales, se pudo culminar la
construcción de las torres María y Jesús. Estas obras fueron inauguradas el 19 de
noviembre de 1999 con un show de efectos láser musicalizados por la Orquesta
Estable del Teatro Argentino y un coro compuesto por 450 personas. El multitudinario
acto congregó a más de 100 mil personas. Además se recibió un mensaje escrito a
puño y letra del mismo Papa Juan Pablo II.

El actual rosetón principal es un vitral realizado por los propios talleres que funcionan
en la Catedral. Con una superficie de 180 m2 y cerca de 25.000 vidrios en 262 paños,
representa la Jerusalén Celestial.

El carillón de 25 campanas se encuentra en la Torre de María, sobre la calle 51, a 75


metros de altura. Estas fueron fabricadas en Italia por la firma De Poli que utiliza las
técnicas tradicionales de fabricación en bronce desde el siglo XV. En tanto las primeras
campanas que tuvo, donadas el matrimonio Dardo Rocha/Aranda, se encuentran en
exhibición en el Museo.
En la Torre de Jesús (izquierda) se inauguró (2002) un ascensor que conduce a dos
miradores de 360 grados. El primer nivel se encuentra a 42 metros de altura, mientras
que el segundo se eleva hasta los 63 metros. Desde aquí se pueden observar los
detalles arquitectónicos, la plaza moreno, el palacio municipal y gran parte del trazado
urbano. En día mucha visibilidad se puede apreciar el Río de La Plata. El ingreso se
realiza por el bar que funciona en el subsuelo. Abonando la entrada, también se tiene
acceso al Museo dónde se encuentra la historia de la construcción, galerías de arte,
una colección de objetos antiguos y la cripta del gobernador.

Desde 1940 la Catedral es último lugar de descanso de los restos mortales del ex-
gobernador Juan José Dardo Rocha y su esposa Paula de Arana Merino. En 2004 se
trasladaron las reliquias de la beata de origen italiano Sor María Ludovica de Angelis,
quien trascendió por su dedicación a la ayuda social, la salud y la infancia entre los más
necesitados.

El nombre "Inmaculada Concepción" es un homenaje a la Virgen María por su


condición de "libre de pecado". Este dogma católico se instauró en 1854 bajo el
papado de Pío IX. Tras ser consultado y debatido con todos los obispos del momento,
se llegó a la conclusión que para ser la madre de Jesucristo debió haber nacido libre
del pecado original. Desde entonces cada 8 de diciembre se conmemora su condición:
“Ave maria, gratia plena, Dominus tecum. Benedicta tu in mulieribus, et benedictus
fructus ventris tui, Iesus.”

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